Un viaje de novios: libros de viajes en el siglo XIX

La pieza del mes… Un viaje de novios: libros de viajes en el siglo XIX Escalera noble ABRIL 2011 Paloma Dorado Pérez Técnico de Bibliotecas ÍNDICE...
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La pieza del mes…

Un viaje de novios: libros de viajes en el siglo XIX Escalera noble

ABRIL 2011 Paloma Dorado Pérez Técnico de Bibliotecas

ÍNDICE

1. Ficha técnica 1.1 Descripción bibliográfica - ISBD (International Standard Bibliographic Description) 1.2 Características físicas 2. Un viaje de novios 2.1. Aproximación a la figura de Emilia Pardo Bazán 2.2. Resumen objetivo 2.3. Estudio crítico e interpretativo

(1851-1921)

3. Literatura de viajes. Concepto, clasificación y estudio 3.1. 3.2. 3.3. 3.4. 3.5.

Libros de viaje estético-culturales Libros de viaje económico-sociales Libros de viaje científico-históricos Libros de viaje político-filosóficos Novelas de viajes

4. Libros de viajes en la Biblioteca del Museo del Romanticismo 5. Breve recorrido por la edición en el siglo XIX 6. Bibliografía

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1. FICHA TÉCNICA

1.1

DESCRIPCIÓN BIBLIOGRÁFICA ISBD (International Standard Bibliographic Description)

S-III/44 PARDO BAZÁN, Emilia, Condesa de (1851-1921) Un viaje de novios / Emilia Pardo Bazán. – 2ª ed. – Madrid : Librería de Fernando Fé, 1888 323 p. ; 18 cm

CDU: 821.134.2-31”18” R. 21.008

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1.2. CARACTERÍSTICAS FÍSICAS Encuadernado en holandesa a puntas. El lomo y las puntas están forrados con tela y el resto de la tapa en papel. Denominada “encuadernación de editor” o de estilo “técnico industrial”. De editor, porque en este momento, la encuadernación corre a su cargo y él decide el tipo de cubiertas adecuadas para la temática y el uso del libro.

La Revolución industrial del siglo XIX afectó directamente a la presentación del libro, naciendo este tipo de encuadernación más barata que sustituirá los materiales nobles por imitaciones o por telas. En este siglo se produce un aumento de la población lectora derivada de la explosión demográfica, la urbanización y la alfabetización. El editor tiene que satisfacer las necesidades de este nuevo público y las cubiertas, en tela y cartoné, redujeron paulatinamente la complejidad de la industria de la encuadernación, abaratando y simplificando muchos procesos. En España, la encuadernación industrial se introdujo más tarde que en otros países de Europa. Será en Madrid y Barcelona, ambos principales núcleos de población, donde se desarrolle fundamentalmente. En Madrid fue en los talleres de Saturnino Calleja y en Barcelona en los de Pedro Doménech y Saló que abrió un taller con toda una serie de maquinaria especializada para su ejecución. Los nuevos procesos de fabricación propiciaron, poco a poco, cierta degeneración del producto encuadernado que dio lugar a ejemplares baratos y alejados del estilo inicial. Debido a esto, también en este siglo, surgen ejemplos de encuadernaciones que intentan recuperar las viejas técnicas artesanales, por lo que convivirán ambos estilos. 2. UN VIAJE DE NOVIOS 2.1. APROXIMACIÓN A LA FIGURA DE EMILIA PARDO BAZÁN (1851-1921) Emilia Pardo Bazán nace en La Coruña el 16 de septiembre de 1851 en el seno de una familia noble. Hija única del Conde José Pardo Bazán y Mosquera, título que heredó tras la muerte de su padre en 1808, y de Amalia de la Rúa Figueroa y Somoza. Serán éstos quienes, desde muy niña, la provean de una esmerada educación combinando estudios, viajes, tertulias y toda clase de actividades que contribuyan a su desarrollo cultural. Lectora infatigable desde los ocho años, a los nueve compuso sus primeros versos, y a los quince su primer cuento, “Un matrimonio del siglo XIX”, que envió al Almanaque de La Soberanía Nacional, y que sería el primero de su prodigiosa carrera literaria como cuentista.

Retrato juvenil de Emilia Pardo Bazán (FAUS, P., Emilia Pardo Bazán: su época, su vida, su obra, A Coruña, Fundación Pedro Barrié de la Maza, 2003, p. 104. Biblioteca

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Según la propia Pardo Bazán: "Tres acontecimientos importantes en mi vida se siguieron muy de cerca: me vestí de largo, me casé y estalló la Revolución de septiembre de 1868"1. Emilia tenía 16 años, y su marido, José Quiroga, estudiante de Derecho, veinte. La boda se celebra el 10 de julio en la capilla del Pazo de Meirás, propiedad de los padres de la novia. Los recién casados se instalan en Santiago de Compostela para que el marido termine la carrera de Derecho. En septiembre de ese año estalla la Revolución “Gloriosa” (que acabaría con el reinado de Isabel II). Un año más tarde, su padre es elegido miembro de las Cortes Constituyentes por lo que se traslada a Madrid con su esposa, su hija y su yerno. En 1873, la familia Pardo Bazán y también los recién casados, abandona temporalmente España. El viaje discurre por varios países de Europa y despierta en Emilia la inquietud por los idiomas, perfecciona así sus conocimientos de inglés y de alemán con el deseo de leer a los grandes autores en su lengua original. Durante esa época las aficiones literarias de Emilia se inclinan hacia la poesía y también se siente interesada por las lecturas de tipo filosófico. Al regresar a España, entra en contacto con el krausismo a través de Francisco Giner de los Ríos, con quien le uniría una gran amistad. El influjo de los krausistas la empuja a la lectura de los místicos y de Kant, y éstos, a su vez, la conducen hasta Descartes, Santo Tomás, Aristóteles y Platón. En 1876, año del nacimiento de su primer hijo, Jaime, (le seguirán dos niñas, Carmen y Blanca) se da a conocer como escritora al ganar el concurso convocado en Orense con la obra Ensayo crítico del Padre Feijó. Como afirma Mariano Baquero Goyanes, “Ni la poesía -casi calificable de circunstancial-, ni el teatro –realmente endeble- serán géneros en que acierte la condesa de Pardo Bazán. Sí, en la novela y en el cuento. Y también, justo es decirlo, en el campo de la crítica literaria, donde la escritora gallega merece ocupar un destacado puesto”2. Primera entrega de la novela Un viaje de novios (La Época, 30 de noviembre de 1881. Hemeroteca Digital de la BNE)

Emilia Pardo Bazán inicia su producción novelesca en 1879 al publicar Pascual López, autobiografía de un estudiante de medicina. Posteriormente, en 1881 publica Un viaje de novios, novela que se basa en las experiencias de su viaje a Vichy para el tratamiento de una dolencia hepática que padecía. En forma de folletín, empieza a publicarse desde 1881 hasta febrero de 1882 en el periódico madrileño La Época. Durante su estancia en Francia descubrirá el Naturalismo (doctrina basada en reproducir la realidad con una objetividad documental) de Zola y comienza a interesarse por esa tendencia literaria. El prólogo de Un viaje de novios es importantísimo para comprender lo que significa el Naturalismo en la obra de Emilia Pardo Bazán, así como la serie de artículos que publica entre

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PARDO BAZÁN, E., Apuntes autobiográficos. Obras completas, Madrid, Imprenta A. Pérez Dubrull, 1991, p. 706

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BAQUERO GOYANES, M., Emilia Pardo Bazán, Madrid, Publicaciones españolas 1971, p. 10

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1882 y 1883 bajo el título de La cuestión palpitante. Este libro causó un gran escándalo, de forma que su marido, horrorizado por la situación, le exigió que cesara de escribir y que se retractase públicamente de sus escritos; no sólo no lo hizo, sino que decidió separarse de su marido dos años más tarde, en 1884. Era una mujer noble, católica y casada, y la sociedad puritana de la época no entendía ni aprobaba que defendiera los planteamientos de Zola pues, aunque criticara las cuestiones antirreligiosas de este movimiento, sí admitía las bases ideológicas del determinismo social y darwinista. Su obra, por lo tanto, se incluye muchas veces dentro de un tradicional Realismo y otras dentro del moderno Naturalismo. En 1886, Emilia pasa una larga temporada en París, frecuentando la tertulia de los hermanos Goncourt; allí descubre la literatura rusa y encuentra en ella tipos humanos parecidos a los de Galicia, con sus señores despóticos y sus campesinos oprimidos. En esta estructura social se basa Los pazos de Ulloa, una de sus novelas más leídas, en la que relata la decadencia de la aristocracia y del mundo rural gallego. En 1890 muere su padre y su literatura evolucionó hacia un mayor simbolismo y espiritualismo. Aprovechando la herencia de éste crea una revista escrita por ella sola, El Nuevo Teatro Crítico. Además de su labor como escritora también tuvo una importante actividad social. Pasa seis meses al año en Madrid (de enero a julio) y recibe dos veces al mes en su casa, habitualmente en su elegante biblioteca. Importante también es su actividad política pues en 1910 fue Consejera de Instrucción Pública y activista feminista. Asiste a diversas jornadas y asambleas como el Congreso Pedagógico, en donde denuncia la desigualdad educativa entre el hombre y la mujer. Aún consciente del sexismo dentro de los círculos intelectuales, propone a Concepción Arenal a la Academia Real de la Lengua, pero es rechazada. La Academia tampoco aceptaría a Gertrudis Gómez de la Avellaneda ni a ella. Sin embargo, en 1906 llegó a ser la primera mujer en presidir la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid y en 1916 la primera en ocupar la Cátedra de Lenguas Neolatinas en la Universidad Central de Madrid.

Emilia Pardo Bazán (en el centro de la imagen) recibiendo en la biblioteca de su casa (Rodríguez R. de la Escalera, E., Los salones de Madrid. Tomo I., [S.l., s.n.], [18--], p. 223. Biblioteca del Museo del Romanticismo. R. 12.535)

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El 12 de mayo de 1921, una complicación con la diabetes que padecía le provocó la muerte. Al día siguiente, toda la prensa se haría eco de su fallecimiento en primera página. Fue enterrada en la cripta de la iglesia de la Concepción de Madrid.

Emilia Pardo Bazán (El Imparcial: diario liberal, 13 de mayo de 1921. Hemeroteca Digital de la BNE)

Noticia del fallecimiento de

Noticia del fallecimiento de Emilia Pardo Bazán (El Orzán: diario independiente, 13 de mayo de 1921. Biblioteca Virtual de Prensa Histórica del Ministerio de Cultura)

En el contexto de su época, la figura de Emilia Pardo Bazán destaca por su singularidad, derivada, en buena medida, de su condición de mujer en un ambiente de absoluto predominio masculino. Pionera en casi todo: feminismo, periodismo crítico, naturalismo literario, liberación sexual… Emilia Pardo Bazán es una escritora de obligada lectura para entender determinados aspectos de la literatura decimonónica española. Su obra fue, al mismo tiempo, criticada y alabada por personajes influyentes de la época pero ello le animará a decir: “Defiendo mis ideas, mis obras que se defiendan ellas, y si no pueden, señal de que merecen sucumbir”3 Pues analizando la trayectoria y repercusión literaria de Emilia Pardo Bazán se puede afirmar que no sólo sus ideas y sus obras no han perecido, sino que han traspasado las barreras temporales continuando vigentes en la actualidad.

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ZAMORA JUAREZ, A., El doble silencio del Eunuco: poéticas sexuales de la novela realista según Clarín, Madrid, Fundamentos, 1998, p .61

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2.2. RESUMEN OBJETIVO Se inicia el relato con el viaje de bodas a Vichy de una joven provinciana (Lucía) hija de un acaudalado comerciante leonés (Joaquín González) y su reciente esposo (Aurelio Miranda). En Venta de Baños tienen que cambiar de tren, momento que aprovechan para cenar en una fonda. Con las prisas de facturar nuevamente el equipaje, Miranda olvida su cartera en la fonda, vuelve a recuperarla y el tren reanuda su marcha. Lucía duerme plácidamente en el compartimento por lo que no nota su ausencia. Un joven compañero de departamento, Ignacio Artegui, le prestará su ayuda cuando el revisor le solicita el billete y ella no lo tiene. Artegui asiste a Lucía durante todo el viaje hasta Bayona, se alojarán en la Fonda de San Esteban e incluso, convencido por Lucía, prolongará su estancia en esta ciudad a la espera del reencuentro con el marido. Ignacio se enterará allí de que su madre se está muriendo en París y tendrá que marcharse de Bayona, no sin antes hacerse cargo de la deuda económica que Lucía ha contraído en la fonda, circunstancia que atacará directamente al orgullo de Miranda. Cuando éste llega “se habrá tejido ya entre la ingenua Lucía y el melancólico y desengañado Artegui una relación afectiva que marcará profunda huella en la mujer, sobre todo al comparar la delicadeza de Artegui con la grosería de su esposo, hombre de cierta edad (y de salud achacosa) que ha ido al matrimonio atraído por la rica dote de Lucía”4. En la fonda se encuentran con Perico Gonzalvo y su enferma hermana Pilar que también marchan a Vichy para tomar las aguas termales y tratarse de su afección pulmonar (Aurelio Miranda acude a esta ciudad porque “quería que las aguas enseñasen a su hígado a elaborar el azúcar en justas y debidas proporciones”5). Entre Pilar y Lucía se establece una estrecha relación que desencadenará en que ambas familias compartan alojamiento en Vichy hasta el fin de la temporada termal. De vuelta a España Pilar empeora considerablemente por lo que tiene que permanecer unos días en Paris, los recién casados la acompañarán y será allí donde Lucía vuelva a tener noticias de Ignacio ya que en la fonda en la que se hospedan queda muy cerca de la casa del propio Artegui. La muerte de Pilar, no sin antes haber recibido los santos óleos, coincide con el regreso de Ignacio que fruto de la melancolía y desesperación tras la muerte de su madre, pretenderá suicidarse. Lucía lo evitará y hará que Artegui le declare su amor…

¿Quieren saber el final?... Triunfará la recta actitud cristiana de la joven que apostará por su matrimonio, del que ya espera un hijo, en lugar de por su amor hacia Ignacio Artegui. Aurelio Miranda se entera que Lucía se ha visto con Artegui y al mismo tiempo del embarazo de ésta, loco de celos la agrede (porque “Yo la abo... la abofeteo, porque pu... pu... puedo y me da la gana... Soy su marido”6) y decide abandonarla refugiándose en Madrid. El padre Arrigoitia, que se está encargando de los preparativos funerarios de Pilar, ofrece consuelo y acompaña a Lucía hasta su vuelta a León. Termina la novela indicando las habladurías que se produjeron en León tras la solitaria vuelta de Lucía y de los peligros a los que esta sujeta la nueva moda extranjera de realizar “un viaje de novios”.

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BAQUERO GOYANES, M., op. cit., p. 23 PARDO BAZÁN, E., Un viaje de novios, Madrid, Librería de Fernando Fé, 1888, p. 163 Ibíd., p. 316

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2.3. ESTUDIO CRÍTICO E INTERPRETATIVO Un viaje de novios es un relato de viajes distribuido en catorce capítulos en el que existe un movimiento desde un punto (la residencia de Lucía en León) a otro (París), incluyendo su regreso. Los capítulos IX, X, XI y XII son los más representativos de esta tipología documental aunque las descripciones de viaje se encuentran salpicadas por toda la novela. En los primeros capítulos, el viaje se limita al desfile de los paisajes vistos a través de la ventanilla del tren (“férrea culebra”) pero no es hasta el capítulo IX cuando se hallan verdaderas reseñas viajeras producto de las notas que tomó la autora durante su estancia en Vichy. Las descripciones en este capítulo nos proporcionan infinidad de información de la vida en este lugar: las corridas, el tiro al pichón, excursiones en calesa y ómnibus, fiestas nocturnas en el Casino, etc. También retrata a la gente y la naturaleza con gran precisión de vocabulario y multitud de metáforas que consiguen transmitir gran entusiasmo y excitación al relato: “… y volviose hacia la ventanilla para no perder la hermosa decoración que le ofrecía la Naturaleza. El sol, apareciendo sobre la cumbre de una montañuela cercana, disipaba la bruma matutina, que descendía al valle en jirones de encaje gris, y, brillando en un espacio azul clarísimo, alumbraba con luz naciente, fresca y suave. Por los flancos de granito de la montaña, sembrados de mica que relucía, bajaba desatado un torrente espumoso; y entre el matiz sombrío de los encinares asomaba un pradillo, de tonos pálidos de hierba temprana, donde pacía un rebaño de ovejas, cuyos blancos cuerpos constelaban la alfombra verde como enormes copos de algodón. Al través del ruido ensordecedor del tren, dijérase que se oían en aquella pintoresca solana remotos gorjeos de aves y argentino repiquetear de esquilas”7 El lujo de detalles típico del Realismo español está presente en toda la obra y Emilia Pardo Bazán se enorgullece de tal tendencia manifestándose así: “¡Oh, y cuán sano, verdadero y hermoso es nuestro realismo nacional, tradición gloriosísima del arte hispano! ¡Nuestro realismo, el que ríe y llora en la Celestina y el Quijote, en los cuadros de Velázquez y Goya, en la vena cómico-dramática de Tirso y Ramón de la Cruz!”8 El género novelístico enriquece el relato de viaje considerablemente, como así lo había anticipado la novelista en la introducción. Para Pardo Bazán la novela es algo más que un pasatiempo al decir: “…la novela ha dejado de ser mero entretenimiento, modo de engañar gratamente unas cuantas horas, ascendiendo a estudio social, psicológico, histórico, pero al cabo estudio”9. Pero al mismo tiempo justifica su intento de describir la vida tal y como ella la percibe (novela costumbrista) sin buscar ningún otro fin: “Hay quien cree que la novela debe probar, demostrar o corregir algo, presentando al final castigado el vicio y galardonada la virtud, ni más ni menos que en los cuentecicos para uso de la infancia. Exigencia es esta a que no están sujetos pintores, arquitectos ni escultores: que yo sepa, nadie puso tacha a Velázquez porque de sus Hilanderas o sus Niños bobos no resulte lección edificante alguna”10.

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Ibíd., p. 85 Ibíd., p. 5 9 Ibíd., p. 3 10 Ibíd., p .6 8

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Los temas principales de la novela, aparte del propio viaje, son la religión y la educación de la mujer. Estos temas se han tratado indirectamente a través de la trama novelística del siguiente modo: La fe cristiana caracteriza de manera intensa a Lucía. Ella sirve a Dios de una manera humilde. Cuando tiene dudas escribe a su consejero espiritual, el Padre Urtazu o se deja aconsejar por el padre Arrigoitia que representan la postura de la Iglesia en toda esta historia. Desde el punto de vista de la educación de la mujer, Lucía es una muchacha de pueblo que pertenece a la clase media de comerciantes, muy seria y entregada a la religión. Es una mujer con grandes capacidades intelectuales para quien su único futuro reside en casarse (más por motivos razonables que por motivos sentimentales). De esta manera, denuncia el papel de desigualdad en la educación que le tocó desempeñar a la mujer del siglo XIX, temática que no abandonará en toda su producción literaria pues en La dama joven retrata a una actriz que renuncia a su vocación para casarse y se condena a una vida monótona y mediocre (primer alegato feminista de la Pardo Bazán). En Apuntes autobiográficos ella misma afirma: “Apenas pueden los hombres formarse idea de lo difícil que es para una mujer adquirir cultura autodidáctica y llenar los claros de su educación. Los varones desde que pueden andar y hablar, concurren a las escuelas de instrucción primaria; luego, al Instituto, a la Academia, a la Universidad, sin darse punto de reposo […]. Todo ventajas, y para la mujer, obstáculos todos”11 Además, Un viaje de novios, como sucede en otras novelas de viajes, se encuentra influenciada por la corriente literaria de la época, el Romanticismo. En la trama hay muchas notas románticas, por ejemplo en la caracterización de varios personajes. Artegui como personaje triste, escéptico y pesimista encerrado en lo que los románticos denominarían mal du siècle. Hasta su melena es romántica: “El cabello rebelde á las artes del peluquero, flexible y libre, ondulante por aquí, y por acullá, sin simetría ni compás, más no sin cierta colocación propia que caracterizaba y embellecía la cabeza”12 Pilar, enfermiza y tuberculosa cuya muerte le llega prematuramente también responde al argumento de la novela romántica. Lucía es el personaje romántico por excelencia, con una personalidad desilusionada, depresiva y triste, cuya actitud general es sombría pero que acata el destino que le toca vivir sin ningún tipo de rebeldía. Para concluir, se puede decir que Un viaje de novios no sólo es interesante por su contenido viajero sino también por la ficción del relato que ilustra la sociedad del siglo XIX de una manera entretenida, emotiva y excitante.

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PARDO BAZÁN, E., Apuntes autobiográficos. Obras completas, Madrid, Imprenta A. Pérez Dubrull, 1991 12 PARDO BAZÁN, E., Un viaje de novios, Madrid, Librería de Fernando Fé, 1888, p. 86

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3. LITERATURA DE VIAJES. CONCEPTO, CLASIFICACIÓN Y ESTUDIO Según Soledad Porras Castro “… el ser humano ha sentido la necesidad de viajar, e igualmente ha sentido la necesidad de dejar constancia de haber realizado el viaje. Cuando estas dos premisas se unen, aparece lo que denominamos Literatura de viaje.13” Una aproximación al estudio de la literatura de viajes es una tarea compleja básicamente por dos cuestiones. En primer lugar porque, según José María Santos Rovira y Pablo Encinas Arquero, se la ha considerado tradicionalmente dentro del género narrativo como subgrupo temático de éste y, en segundo lugar, por las formas tan variadas que adopta: el ensayo, la carta, el artículo periodístico, novela, crónica, documental, etc. según expone Chantal Roussel-Zuazu en su tesis doctoral. La literatura de viajes ha sido un género especialmente activo en todas las épocas. Se puede hablar de libros de viajes desde la Antigüedad grecolatina hasta nuestros días. Sin embargo su sentido y características han variado a lo largo de la historia. Diversos autores nos han ofrecido distintas clasificaciones para poder abordarla desde diferentes puntos de vista. Hay autores, como Réda Abi-Ayad, que establecen una doble tipología en función de la cronología: literatura de viajes de “primera generación” (siglos XVI-XIX) y de “segunda generación” (siglos XX-XXI). Otros, como Eric Leed, dividen las obras de viajes por tipos de viajeros, a saber, el viajero/autor militar, el religioso, el comerciante, el médico, etc. y, así, se demuestran diferencias considerables en la forma de tratar el contenido. La clasificación de Rousell-Zuazu, basada también en el contenido, examina el propósito del viaje, la estructura del libro, la presentación de los temas y el estilo utilizado por el autor para extraer características comunes con el objetivo de agrupar obras similares. Así, establece la siguiente tipología: libros de viajes estético-culturales, económico-sociales, científico-históricos, políticofilosóficos y novelas de viajes. Dentro de éste último es donde se encuadra el libro aquí estudiado. Tomando como base su trabajo de investigación y siguiendo esta clasificación se realizará un pequeño recorrido de la literatura de viajes del siglo XIX en España. Este siglo se presta especialmente bien para su estudio debido a los numerosos relatos de viajes que produjo, a la gran variedad de éstos y al especial interés hacia este tipo de literatura demostrado por los lectores de la época.

3.1. LIBROS DE VIAJE ESTÉTICO-CULTURALES Son libros muy descriptivos que, partiendo del análisis físico del lugar, pasan inmediatamente a entrar en la historia del sitio. Las descripciones de los lugares se presentan muchas veces como si de pinturas se tratase, como así demuestra Pedro Antonio de Alarcón cuando finaliza su Libro I sobre París: “Y aquí termina mi cuadro de la vida de París”14 13

PORRAS CASTRO, S. “Hombre, sociedad y cultura. Viajeros italianos a España en el siglo XIX”, Garoza: Revista de la Sociedad Española de Estudios Literarios de Cultura Popular, 2004 , núm. 4

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Mesonero Romanos en Recuerdos de viaje por Francia y Bélgica, en 1840 a 1841 alude de manera satírica el lenguaje estereotipado de tipo descriptivo de los viajeros románticos estético-culturales: “El pintor ha puesto delante de su vista los más “bellos” paisajes, la atmósfera “brillante”, el cielo “nacarado”, la cascada “que se deshace en perlas”, la verde pradera “cuyos límites se confunden con el horizonte”, la elevada montaña que “va a perderse entre las nubes”, el arroyuelo, “serpiente de plata”, el valle “silencioso”, las selvas “amigas”, y demás pompa erótica de los antiguos poetas clásicos.” 15

Portada (Alarcón, P. A., De Madrid a Nápoles, pasando por París, Ginebra… Madrid, Imprenta y Librería de Gaspar y Roig, 1861. Biblioteca del Museo del Romanticismo. R. 3920)

La naturaleza ocupa un lugar predilecto en este tipo de libros que contienen influencias del Romanticismo. También presentan gran cantidad de información sobre la historia del país visitado, con un enfoque hacia el pasado y no hacia el futuro. El contenido histórico y literario en este subgénero contribuye a enriquecer la cultura general del lector. Se caracterizan también porque contienen muchas descripciones de arte, especialmente del conservado dentro de las iglesias y catedrales que se encuentran en cualquier ciudad o pueblo visitado. Las iglesias eran consideradas monumentos históricos portadores de la cultura y además no hay que olvidar que el describir iglesias suponía también el favor de la corona.

Portada (Mesonero Romanos, Ramón. Recuerdos de viaje por Francia y Bélgica en 1840 a 1841. Madrid: Oficinas de lingüística española y americana, 1881. Biblioteca del Museo del Romanticismo. R. 4189)

Siguen el orden cronológico del viaje y observan aspectos periodísticos en redacción. Muchas veces estas descripciones transformaban en cartas que eran publicadas folletos o diarios españoles.

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ALARCÓN, P. A. De Madrid a Nápoles, pasando por París, Ginebra… Madrid, Imprenta y Librería de Gaspar y Roig, 1861, p. 83 15 MESONERO ROMANOS, R., Recuerdos de viaje por Francia y Bélgica en 1840 a 1841, Madrid, Oficinas de lingüística española y americana, 1881, p. 2

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se su se en

Dentro de esta tipología documental se pueden incluir las guías turísticas Baedeker, surgidas en la primera mitad del siglo XIX. Amós de Escalante en Del Ebro al Tíber confirma el éxito de este tipo de obras y nos da su opinión sobre ellas como queda recogido en la tesis de Chantal: “La hermosa naturaleza, los monumentos célebres, eran objetos secundarios en el ánimo de los viajeros, y así lo confirma el libro que me servía de guía en la Italia septentrional, edición reciente, de la cual habían desaparecido las digresiones históricas y los comentarios estéticos, para dejar noticias de arte militar y a militares narraciones. Libros similares al mío tenían en sus manos casi todos mis compañeros de viaje.”16 Pérez Galdós también se pronuncia sobre ellos: “… esos libros inapreciables que vemos en las manos de todo viajero, ya sea inglés o alemán, español o italiano, y que son modelo de imparcialidad, de método y rectitud. … poseen el arte exquisito de clasificar las cosas, distinguiendo admirablemente lo principal de lo secundario, para evitar que la atención del viajero se fatigue”17 (dichas guías otorgaban tres estrellas a los lugares dignos de ser visitados).

3.2. LIBROS DE VIAJE ECONÓMICO-SOCIALES El libro de viaje que pertenece a este subgénero no relata un viaje de placer. Ha sido escrito con el objetivo de mejorar el desarrollo económico y social del país del cual es originario el autor o del lugar visitado. Una de las características más sobresalientes en este tipo de obras es el diálogo constante del autor con su patria. Después de proporcionar información económica y social de manera objetiva y verdadera, nos entrega sus opiniones personales El propósito del relato muchas veces es el de participar en el desarrollo económico y social de España al dar información de cómo se hacen las cosas en el extranjero, con la posible intención futura de imitarlos. Así, por ejemplo, en Al pie de la Torre Eiffel de Pardo Bazán, la autora quiere contribuir al desarrollo económico de España presentándole un retrato de los avances extranjeros en los diversos dominios. También expresa opiniones como que España es demasiado tímida y no ha creído en sus productos. Tal opinión la manifiesta así: “En España, donde tenemos tradiciones gloriosísimas de cerámica, nos hemos dejado invadir por la vulgar porcelana francesa, o por lo más tosco y antipático de la loza inglesa”18

Portada. (Pardo Bazán, E., Al pie de la Torre Eiffel. Madrid, La España Editorial, [1889]. Biblioteca del Museo del Romanticismo. R. 2469)

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ROUSELL ZUAZU, C. La literatura de viajes española del siglo XIX, una tipología, Tesis doctoral inédita, Universidad de Texas Tech, 2005, p. 48 17

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Ibíd., p. 36 PARDO BAZÁN, E., Al pie de la Torre Eiffel. Madrid, La España Editorial, [1889], p. 163

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Mesonero Romanos, que cultiva este tipo de literatura de viajes, afirma que no tiene la intención de escribir un viaje crítico ni descriptivo y tampoco la de convertirse en su propio coronista [sic.], es decir, de narrar paso a paso las anécdotas de su viaje. Él dice: “Pues entonces, ¿a qué se reduce su contenido?, a poca cosa, a algunas observaciones propias; á tal cual comparación imparcial; á tal otra crítica templada; á indicaciones talvez útiles; á episodios talvez inconexos y el todo reunido, á contribuir (si bien con escasas fuerzas) á pagar el obligado tributo que en todas las acciones de la vida debe cada individuo al país en que nació”19 ¡Qué mejor que sus propias palabras para describir esta tipología de viaje!

3.3. LIBROS DE VIAJE CIENTÍFICO-HISTÓRICOS Se los puede considerar como herederos directos de los trabajos de investigación elaborados por los enciclopedistas del siglo XVIII. El motivo del viaje en muchas ocasiones ha sido descubrir nuevas especies de flora o fauna. Se caracteriza por la precisión de la información y el uso de palabras científicas, muchas veces en latín. El autor cuenta su aventura realizada casi siempre en condiciones duras e incómodas. La descripción reiterada y pormenorizada de las malas condiciones en las cuales los naturalistas tuvieron que viajar es un aspecto común en este tipo de obras. Así, Marcos Jiménez de la Espada exclama: “¡Cuántas fiestas y regocijos habrá hoy en las tres cuartas partes del mundo, y cuán pocas personas pensarán que en medio de estos bosques salvajes hay hombres que en aras de la ciencia sacrifican sus mejores años, sus mas caras afecciones, y exponen sus vidas cien veces al día”20 El esquema de estos libros suele responder al siguiente: descripción general de las regiones atravesadas, historia general de las mismas, población, clima y recursos económicos. En España cabe destacar a Félix de Azara, que escribió libros de viajes fruto de sus expediciones al Sur y Centro-América y cuyo motivo principal fue descubrir nuevas especies de flora y fauna y poder mejorar los mapas existentes. El contenido científico sobresale notablemente sobre el contenido histórico. Por ciencia aquí se entiende una mezcla de geografía, ciencias naturales (estudio de los animales y plantas), antropología, geología y sociología, a la que se le aplica el método empírico de observación directa.

3.4. LIBROS DE VIAJE POLÍTICO-FILOSÓFICOS El libro de viaje de este tipo está escrito en ocasiones por un famoso filósofo o intelectual de la época e ilustra una fuerte corriente de ideas filosóficas y políticas. Se caracteriza por el relato de largas meditaciones sobre la naturaleza, en las cuales el paisaje lleva al idealismo o la elevación del pensamiento. La idea de alejarse de la muchedumbre para pensar, meditar y reflexionar es heredada de autores franceses e ingleses del siglos XVII. 19

MESONERO ROMANOS, R., Recuerdos de viaje por Francia y Bélgica en 1840 á 1841, Madrid, Oficinas de la Ilustración Española y Americana, 1881, p. 24 20 ROUSELL ZUAZU, C., Op. cit., p. 151

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Nietzche ilustró este aspecto en Así hablaba Zaratustra cuando narra cómo su personaje Zaratustra se aleja hacia la cima de una montaña y encuentra la felicidad en la soledad a través del contacto con la naturaleza. Estos libros también contienen todo lo que se relacione con la vida política de una región o país, comentarios sobre sus problemas, propuestas y posibles soluciones. Cabe citar como ejemplos de este subgénero las obras de Gaspar Melchor de Jovellanos y de Miguel de Unamuno. En las obras de este último se dejan ver sus convicciones políticas de lucha contra el regionalismo y la unificación del país. El contenido filosófico y a la vez político, hacen que este tipo de libros se acerquen más al ensayo que a formas específicamente narrativas como son las novelas.

3.5. NOVELAS DE VIAJES Existe una larga tradición de ficción viajera en la literatura española; incluso algunos autores defienden que un ancestro de la novela de viaje parece ser el libro de caballería, por su mezcla de ficción y aventura viajera En el relato de viaje destaca, por tanto, la dualidad entre ficción y realidad. La ficción relacionada con la narración del tema, es decir, el argumento de la obra en la que los personajes son viajeros ficticios y la realidad vinculada a las rutas y descripciones de los paisajes realizadas durante el viaje. Esta realidad puede adoptar características estético-culturales o económico-sociales y así encuadrarse en el primero o segundo grupo de obras expuestas en esta clasificación. En las novelas de viaje encontramos muchas veces el aspecto didáctico en el contenido viajero, pues el lector aprende de las descripciones de los lugares, personas y costumbres. También prolifera el componente moralizante, el protagonista con frecuencia es una mujer y las acciones suelen referirse a la vida familiar y a la relación entre hombres y mujeres, pretendiendo enseñar algunos hechos de la vida cotidiana del siglo XIX. Emilia Pardo Bazán cultivó ambos tipos de novelas. En Un viaje de novios, de tipo estéticocultural, la autora nos informa del por qué de su obra: “En septiembre del pasado año de 1880 me ordenó la ciencia médica beber las aguas de Vichy en sus mismos manantiales, y habiendo de atravesar, para tal objeto, toda España y toda Francia, pensé en escribir en un cuaderno los sucesos de mi viaje, con ánimo de publicarlo después. Mas acudió al punto a mi mente el mucho tedio y enfado que suelen causarme las híbridas obrillas viatorias, las “Impresiones” y “Diarios” donde el autor nos refiere sus éxtasis ante alguna catedral o punto de vista, y a renglón seguido cuenta si acá dio una peseta de propina al mozo, y si acullá cenó ensalada, con otros datos no menos dignos de pasar a la historia y grabarse en mármoles y bronces. Movida de esta consideración, resolvíme a novelar en vez de referir, haciendo que los países por mí recorridos fuesen escenario del drama.”21

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PARDO BAZÁN, E., Un viaje de novios, Madrid, Librería de Fernando Fé, 1888, p. 1

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4. LIBROS DE VIAJES EN LA BIBLIOTECA DEL MUSEO DEL ROMANTICISMO

Biblioteca histórica del Museo del Romanticismo

La Biblioteca del Museo del Romanticismo, de titularidad estatal y dependiente del Ministerio de Cultura, desarrolla su labor integrada en el Museo. Fue creada, en el primer cuarto del siglo XX, por Benigno de la Vega Inclán, II Marqués de la Vega Inclán. Desde un principio, consideró, que el Museo también debía de contener biblioteca y archivo orientados a especialistas que documentaran la época Romántica y dieran una idea de aquella nueva manera de vivir y sentir que supuso este periodo histórico. Para su creación, compró obras en librerías de viejo y ferias. Además, incluyó los libros duplicados de la Biblioteca de Palacio que Alfonso XIII le entregó, fruto de la gran amistad que les unía. Posteriormente, Mariano Rodríguez de Rivas, Director del Museo desde 1946 hasta 1958, fue un gran impulsor de la biblioteca. Aumentó en gran medida el volumen bibliográfico de la colección mediante la adquisición de fondos y, a la vez, a través de la prensa, fomentó la participación de intelectuales y personajes influyentes de la época para que cedieran parte de sus bibliotecas particulares en beneficio de ésta. Desde su origen, como ya se ha señalado, su principal función es servir de instrumento de trabajo para el personal del Museo, además de proporcionar el acceso a investigadores acreditados (previa cita) con la finalidad de satisfacer las necesidades bibliográficas de los usuarios en el menor tiempo posible, empleando para ello todas las ventajas que ofrecen las tecnologías de la información aplicadas a las bibliotecas. La Biblioteca se ubica en la planta baja del Museo, con acceso desde la entrada principal y ocupa una superficie de 120 m2 que alberga la biblioteca histórica, el depósito, la sala de investigadores (con dos puestos de lectura y acceso al Catálogo Colectivo de las Bibliotecas de Museos BIMUS) y la zona de trabajo.

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La colección total abarca unos 13.600 volúmenes, de los que cerca de 5.000 componen el fondo antiguo. Cuenta con una importante colección de publicaciones periódicas, con cerca de 300 títulos de los que alrededor de la mitad son del siglo XIX. Con el propósito de facilitar el acceso a los fondos, la Asociación de Amigos del Museo del Romanticismo (institución sin ánimo de lucro, dedicada a reforzar la participación de la sociedad civil en la difusión de la cultura, dar a conocer el Museo del Romanticismo y el Legado VegaInclán) con el apoyo del Museo del Romanticismo, Ministerio de Cultura y de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas ha puesto en marcha el proyecto “Creación de recursos digitales para preservar y difundir a través de la web el patrimonio bibliográfico del Museo del Romanticismo”. Este ambicioso proyecto comenzó en el año 2008 con la digitalización de 108 libros del fondo histórico de la biblioteca. En una segunda fase se digitalizaron 43 monografías de libros de viajes del siglo XIX. En esta nueva convocatoria (2010-2011) se pretenden digitalizar 21 títulos también sobre literatura de viajes para así ofrecer al público en general una muestra representativa de esta tipología documental que se halla en la biblioteca del Museo del Romanticismo. Dichos documentos se encuentran accesibles vía web en los siguientes enlaces: Biblioteca Virtual de Patrimonio Bibiliográfico (Bibliotecas de Museos, Biblioteca: Museo Nacional del Romanticismo) http://bvpb.mcu.es/museos/es/micrositios/busqueda.cmd BIMUS (Bibliotecas de Museos) http://bimus.mcu.es/cgi-brs/AbsysNetMuseos/abnetopac/

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5. BREVE RECORRIDO POR LA EDICIÓN EN EL SIGLO XIX Según Hipólito Escolar las primeras décadas del siglo XIX en España, en cuanto a la historia del libro se refiere, son una continuación del siglo XVIII. Carlos III se preocupó por la reforma de las viejas universidades a las que hizo depender del Gobierno. Ésto sería el punto de inflexión hacia una reforma del sistema educativo universal, obligatorio y gratuito que combatiese el alto grado de analfabetismo existente entre la población española. En el Título IX, Capítulo Único, Artículo 366 de la Constitución decretada en la Cortes de Cádiz de 1812 ya se intentaba solucionar este hecho: “En todos los pueblos de la Monarquía se establecerán escuelas de primeras letras, en las que se enseñará á los niños á leer, escribir y contar, y el catecismo de la religión católica, que comprenderá también una breve exposición de las obligaciones civiles”22 Portada (Constitución política de la monarquía española: promulgada en Cádiz a 19 de marzo de 1812, Cádiz, Imprenta Real, 1812. Biblioteca del Museo del Romanticismo. R. 482)

Sin embargo, los políticos se preocuparon más de la enseñanza superior, con el fin de formar profesionales útiles, que de la primaria, dirigida a las clases humildes. Resultado de este hecho son la baja formación académica, la escasez de bibliotecas y la pobre industria editorial. Libreros e impresores modificaron la presentación del libro con el fin de hacerlo más atractivo, para ello introdujeron numerosas ilustraciones y propusieron títulos llamativos para captar la atención del lector. Con el objetivo de llegar a una mayor cantidad de público abarataron los costes de los libros. Había que ahorrar papel y ello supuso la reducción de los márgenes y el uso de tipos de letras más pequeños dando origen a una nueva presentación de textos a dos columnas y separados por un corondel central. Este esfuerzo tuvo como consecuencia directa un aumento en la producción libraria que originó una escasez de papel. Hasta ahora seguía fabricándose de manera artesanal, hoja a hoja, utilizándose para ello trapos de lino cada vez más escasos. Como solución se empezaron a utilizar otras materias primas como cortezas de árboles, juncos o esparto, con muy buenos resultados. Pero sería ya a mediados de siglo cuando la pulpa de madera triturada y tratada con cloro y bisulfitos daría como resultado la celulosa. La oferta bibliográfica en el siglo XIX era muy variada, como variada era la población a quienes iba destinada. No faltaban enciclopedias, libros de consulta, libros infantiles (más instructivos que recreativos y destinados a la aristocracia y alta burguesía), literatura religiosa, libros de geografía e historia así como aquellos destinados a la mujer. Éstas se muestran ávidas lectoras de novelas y poesías, así como de obras dramáticas y religiosas, lo que popularizó un nuevo formato de libro encuadernado en pasta española, de pequeño tamaño en dieciseisavo (12 cm.) e incluso en treintaidosavo (8 cm.) para poder llevarlos en los bolsos o sostenerlos en las manos mientras leían. 22

Constitución política de la Monarquía española: promulgada en Cádiz á 19 de marzo de 1812. Cadiz: Imprenta Real, 1812, p. 99

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Ejemplo de libro de pequeño formato (11 cm) (CADALSO, J., Noches lúgubres, Madrid, Imprenta de Repullés, 1815. Biblioteca del Museo del Romanticismo R. 3191)

Para concluir este breve recorrido se puede decir que, pese a todos los avances y cambios acaecidos en el siglo XIX, la edición en este siglo fue escasa como así lo indica Hipólito Escolar al afirmar: …”el público lector era tan escaso que alguien dijo que los libros de más éxito eran el libro de misa para las mujeres y el librillo de papel de fumar para los hombres”23

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VVAA. La edición moderna. Siglos XIX y XX : historia ilustrada del libro español. Madrid, 1996, p. 89 19

4. BIBLIOGRAFÍA ALBERT ROBATTO, M. Rosalía de Castro y Emilia Pardo Bazán: afinidades y contrastes, A Coruña, Edición do Castro, 1995 ABI-AYAD, R. “Evolución de la literatura de viajes: estudio comparativo entre las cartas marruecas y el Médico de Ifni”. Iberoamerica global, 2009, vol. 2 núm. 1. BAQUERO GOYANES, M., Emilia Pardo Bazán, Madrid, Publicaciones Españolas, 1971 CHECA CREMADES, J. L. Los estilos de encuadernación. Madrid, Ollero y Ramos, D.L. 2003 FAUS, P., Emilia Pardo Bazán: su época, su vida, su obra. A Coruña, Fundación Pedro Barrié de la Maza, 2003 FRANCO DE ESPÉS, C. Así vivían en la España del Romanticismo, Madrid, Anaya, 2008 MARTÍN, E., Tres mujeres gallegas del siglo XIX: Concepción Arenal, Rosalía de Castro, Emilia Pardo Bazán, Barcelona, Aedos, 1962 MENÉNDEZ ROBLES, M. L., El Marqués de la Vega Inclán y los orígenes del turismo en España, Madrid, Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, 2006 PORRAS CASTRO, S., “Hombre, sociedad y cultura. Viajeros italianos a España en el siglo XIX”. Garoza : Revista de la Sociedad Española de Estudios Literarios de Cultura Popular, 2004 , núm. 4 RODRÍGUEZ R. DE LA ESCALERA, E. Los salones de Madrid. Tomo I [S.l.: s.n.], [18--] ROUSELL ZUAZU, Chantal. La literatura de viajes española del siglo XIX, una tipología. Tesis doctoral inédita, Universidad de Texas Tech, 2005 TRAVER TOMAS, V. El Marqués de la Vega-Inclán : 1er Comisario Regio de Turismo y Cultura Artística Popular, Castellón, Fundaciones Vega-Inclán, 1965 VEGUE Y GOLDONI, A., SÁNCHEZ CANTÓN, F.J., Tres salas del Museo Romántico: (donación Vega-Inclán), Madrid, 1921 VVAA. La edición moderna. Siglos XIX y XX: historia ilustrada del libro español, Madrid, Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1996 Recursos electrónicos: BAS MARTÍN, Nicolás. Los repertorios de libros de viajes como fuente documental [en línea]. [Fecha de consulta: Enero de 2011]. Disponible en Internet: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2340401

Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes [en línea]. [Fecha de consulta: Enero 2010]. Disponible en Internet: http://bib.cervantesvirtual.com/bib_autor/pardo_bazan/biografia.shtml CASA MUSEO EMILIA PARDO BAZÁN [en línea]. [Fecha de consulta: Enero de 2011]. Disponible en Internet: http://www.museosdeescritores.com/ESP_II/autor/pardobazan.htm

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LUCENA GIRALDO, Manuel y PUIG-SAMPER, Miguel Ángel. Caminar escribiendo: expansión europea y literatura de viajes [en línea]. [Fecha de consulta: Febrero de 2011]. Disponible en Internet: http://www.ortegaygasset.edu/descargas/contenidos/(260)Presentacion.pdf PORRAS CASTRO, Soledad. Concepto y actualización de la literatura de viajes. Viajeros en España en el siglo XIX [en línea]. [Fecha de consulta: Enero de 2011]. Disponible en Internet: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=136208 SANTOS ROVIRA, José María y ENCINAS ARQUERO, Pablo. “Breve aproximación al concepto de literatura de viajes como género literario”. Tonos digital: Revista electrónica de estudios filológicos, 2009, núm. 17 [en línea]. Fecha de consulta: Diciembre 2010]. Disponible en Internet: http://www.um.es/tonosdigital/znum17/secciones/estudios-20-litviajesgeneroliterario.htm

Coordinación Pieza del Mes: Mª Jesús Cabrera Bravo Fotografías: Archivo Museo del Romanticismo. Diseño y maquetación: Ana Belén García

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LA PIEZA DEL MES. CICLO 2011

Enero Carolina Miguel Arroyo EL CARNÉ DE BAILE EN EL MUSEO DEL ROMANTICISMO Febrero Carmen Linés Viñuales WILLIAM FINDEN (G), GEORGE SANDERS (P), LORD BYRON A LOS 19 AÑOS, aguafuerte y buril, ca. 1830 Marzo Mercedes Rodríguez Collado LA JOYERÍA EN EL MUSEO DEL ROMANTICISMO Abril Paloma Dorado Pérez UN VIAJE DE NOVIOS. EMLIA PARDO BAZÁN 1882 (Ed.88) Mayo Gema Rodríguez Collado MARIANO SALVADOR MAELLA, SAN ISIDRO LABRADOR Y SU ESPOSA SANTA MARÍA DE LA CABEZA, óleo sobre lienzo, ca. 1790 Junio Sara Rivera Dávila RETRATOS FOTOGRÁFICOS Septiembre Carmen Sanz Díaz MARÍA CRISTINA E ISABEL II, PIERRE LEVEQUE, 1836 Octubre Isabel Ortega Fernández FUENTE CON LAS BODAS REALES, WILLIAM ADAMS & SONS, loza estampada, ca, 1846 Noviembre Laura González Vidales BEBÉ STEINER, porcelana, vidrio, cabello humano, ca. 1889

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