TEMA IV. CULTURA. LITERATURA Y CULTURA

TEMA IV. CULTURA. LITERATURA Y CULTURA. 1.- La épica. 2.- La lírica. 3.- El teatro: Tragedia y comedia. 4.- La historiografía. 5.- La oratoria. 6.- L...
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TEMA IV. CULTURA. LITERATURA Y CULTURA. 1.- La épica. 2.- La lírica. 3.- El teatro: Tragedia y comedia. 4.- La historiografía.

5.- La oratoria. 6.- La filosofía. 7.- La literatura en la época helenística. 8.- La ciencia griega.

1.- LA ÉPICA. A) Características de la poesía épica. La literatura griega y occidental comienza para nosotros con las epopeyas homéricas, con obras que presentan ya una gran madurez y perfección: La Ilíada y La Odisea. La aparición de estas dos obras está en consonancia con dos fenómenos decisivos de época anterior a Homero: La invención de la escritura griega, ya en el siglo IX a.C., y el origen del mito griego, que tuvo sus comienzos en la época micénica y que se desarrolló en los siglos posteriores. El siglo de Homero, el VIII, marcó el desarrollo de unas fuerzas estancadas en los siglos anteriores, en la llamada época oscura, y significó el origen y el florecimiento de la vida espiritual griega; pero también marca la conclusión de estas mismas fuerzas, como nos lo indica la misma poesía. En las dos epopeyas se habla de la gloria del héroe; o bien son los héroes los que cantan las hazañas guerreras (Ilíada) o bien son los cantores profesionales los que lo hacen, los Aedos, como ocurre en la Odisea. Los aedos constituían un gremio, una profesión, y se trasladaban de una población a otra, principalmente a las cortes de algún príncipe o noble; tal es el caso de Demódoco y Femio, los dos aedos que aparecen en la Odisea. Los maestros, los inspiradores de la poesía de los aedos son las Musas o Apolo, puesto que para cantar bien, con un orden, su canto necesita la inspiración divina; pero también necesitan su propia habilidad como cantores para saber cómo deben ensamblar los diferentes hechos o hazañas que cantan, porque pretenden dar veracidad a lo que cantan. El aedo, con su lira, se servía para sus poemas de un conjunto de leyendas previamente configurado, pero sin seguir un texto fijo, sino que a partir de lo que otros aedos o él habían cantado ya, el aedo crea un nuevo canto sirviéndose de una serie de fórmulas fijas que se repetían en distintos versos, bien al principio o al final, de epítetos constantes o con pequeñas variaciones, de repeticiones de versos enteros y de escenas típicas: banquetes, sacrificios, vestidura de armas, etc. El aedo con todos estos recursos podía componer un número considerable de versos y podía intercalar esas fórmulas mientras en su mente componía los siguientes versos, sin necesidad de parar. Un caso diferente lo representan los rapsodos, que ya no cantan, sino que recitan marcando el ritmo con un bastón que golpeaban contra el suelo. Estos rapsodos, que son de época posterior a los aedos, cuando ya estaba extendido el uso de la escritura, recitaban de memoria un texto ya terminado y escrito. La poesía épica, por otra parte, se cultiva en la clase alta de los caballeros, y lo que se canta en tales círculos se suele convertir más tarde en patrimonio de la comunidad, por eso el fondo de la poesía épica lo constituye la propia época heroica, que se considera como un pasado que supera la época presente. En cuanto a la forma, domina la narración en verso, seguido uno de otro, sin separación en estrofas (κατὰ στύχov). El verso es un hexámetro, combinación de seis pies dáctilos (- v v) que Tema IV. Literatura. Pág. 1

pueden ser substituidos por espondeos (- -). La estructura es: - vv / - vv / - vv / - vv / - vv / - (-, vocal larga, v, vocal breve). Se trata por tanto de un arte de artesano, que se transmitía de maestro a discípulo. El aedo debía estar provisto de dos cosas: el conocimiento de las leyendas de su pueblo y del aparato de fórmulas y escenas típicas, de modo que crea una nueva canción en cada oportunidad. Por esto, esta poesía tiene un carácter oral ya que un autor varía constantemente un texto y amplía lo anteriormente cantado. Posiblemente uno de estos aedos fue Homero cuya existencia y autoría ha sido cuestionada dando lugar a enormes controversias a lo largo de la Historia. Pero, podemos considerar como autor a Homero, un aedo o rapsodo que vivió en Asia Menor, entre Jonia y Eolia en la segunda mitad del siglo VIII a.C., y que se sirvió de las numerosas leyendas que circulaban de forma oral para crear, ya por escrito, la primera obra de la literatura occidental, la Ilíada. Las dos obras se dividen en 24 cantos. Β) La Ilíada y La Odisea. Detrás de toda leyenda se suele encontrar un suceso histórico, pero tratado con una libertad casi total en cuanto a la época, los personajes y la acción. *Según la leyenda el tema fundamental de la Ilíada es la guerra de Troya (Ilión), situada en el siglo XIII a.C., y la cólera de Aquiles. Helena, mujer de Menelao (hermano de Agamenón, rey de Micenas y caudillo de los griegos) es raptada por Paris (Alejandro), hijo del rey de Troya, Príamo, hecho que provoca una expedición griega para recuperarla. En el noveno año de guerra (es cuando comienza la acción de la Ilíada) la lucha es favorable a los troyanos por la disputa entre Agamenón y Aquiles (hijo de la diosa Tetis y el mejor guerrero griego) por la posesión de la esclava Briseida. Aquiles, enojado por haber sido desposeído de su botín, Briseida, no participa en la lucha contra los troyanos y cede sus armas a su amigo Patroclo. Éste, confundido con Aquiles, es matado por Héctor (caudillo de los troyanos e hijo de Príamo), Aquiles vuelve a la lucha por el deseo de vengar a Patroclo y mata a Héctor. Príamo, tras muchas súplicas a Aquiles, logra rescatar el cuerpo de su hijo Héctor. A lo largo de toda la obra son numerosas las intervenciones de los dioses a favor de uno u otro bando, e incluso luchan en una batalla. Igualmente a lo largo de la Ilíada hay numerosas referencias al fin trágico que tendrá Aquiles, prototipo del héroe de vida corta y gloriosa. Homero no narró la totalidad de la guerra de Troya, sino un suceso parcial aunque importante; pero mediante predicciones de los personajes o referencias se anticipa la acción: la muerte de Aquiles y la conquista y destrucción de Troya por parte de los aqueos. La Ilíada es fundamentalmente poesía épica y sus fragmentos extensos de batallas, escenas típicas y descripciones así lo demuestran; pero también presenta vinculaciones y relaciones complicadas en su acción, que se concentra e intensifica, lo que la acerca en muchos aspectos a la tragedia como género literario. *La Odisea presenta elementos conocidos en otras literaturas: los relatos de viaje de un marino por mares y tierras desconocidos y su regreso después de largo tiempo al hogar, donde se le había dado por muerto y donde el héroe luchará contra unos pretendientes que asedian a su esposa. Acaba con el reconocimiento por todos de su verdadera identidad. La acción comienza en Itaca, patria de Odiseo (Ulises), uno de los héroes aqueos en Troya. Penélope, su esposa, está asediada por los pretendientes que desean casarse con ella. Telémaco, su hijo, es inducido por Atenea a ir en busca de su padre; así lo ha decidido Zeus tras una asamblea de dioses. Telémaco parte hacia Pilos, donde reina Néstor, otro héroe en Troya, y hacia Esparta, patria de Helena y Menelao.

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A continuación vemos a Odiseo que, náufrago, llega a la isla de los Feacios, donde reina Alcínoo, el cual le promete llevarlo a su patria, Itaca; pero antes Odiseo le cuenta el relato de sus viajes: su partida de Troya, el encuentro con los cicones, y, ya en tierras fantásticas, su llegada al país de los lotófagos, su encuentro con el cíclope Polifemo y el consiguiente enfado de Poseidón, padre del cíclope, por haber cegado a éste, lo que retrasará su regreso a casa, pues Poseidón se lo niega; su llegada a la isla de Eolo, guardián de los vientos, el encuentro con los lestrígones, con la maga Circe, el descenso al país de los muertos, las dificultades con Escila, Caribdis y las Sirenas; su llegada a la isla de las vacas de Helios, el Sol, donde pierde a los compañeros que le quedaban; su llegada a la isla de la ninfa Calipso, que lo retiene durante años hasta que los dioses le levantan el castigo por su ataque a Polifemo; y por fin su partida desde allí hasta llegar a la isla de los feacios. Finalmente es llevado a Itaca, donde se presenta disfrazado (antes ha ido a la cabaña de su criado Eumeo y allí ha sido reconocido por Telémaco, que ya había vuelto de su viaje) en el palacio; allí, después de la prueba del arco, mata a los pretendientes de su mujer y es reconocido por Penélope, tras un conato de lucha entre Odiseo y los suyos y los familiares de los pretendientes, Atenea impone la paz. Al igual que la Ilíada, la Odisea se basa en una máxima concentración temporal, pero en ésta se consigue mediante la ruptura del transcurso lineal del tiempo en secciones que posteriormente son acopladas. La exposición nos introduce in medias res. Odiseo está en la penúltima escala de su largo regreso, en la isla Ogigia, retenido por la ninfa Calipso. La asamblea de los dioses pone en movimiento una doble acción: el viaje de Telémaco y la insostenible situación en Itaca, con la liberación de Odiseo del cautiverio. Tras canto IV se rompe la narración lineal y se pasa al relato en primera persona de las aventuras de Odiseo; en este relato se encuentra el núcleo del elementos más populares de toda la obra. A partir del canto XIII, la narración maneja varios hilos simultáneamente en escenarios distintos: la vuelta de Odiseo a Itaca, el regreso de Telémaco y el progresivo reconocimiento del héroe por los suyos. Todo ello con una evidente técnica narrativa dilatoria para mantener en tensión a los oyentes, ya que el punto culminante de la acción no llega hasta el canto XXII, XXIII y XXIV (toda esta parte en tercera persona otra vez). C) Estratos culturales.

Aunque entre las dos obras hay diferencias en cuanto a los estratos culturales, encontramos, sin embargo, elementos que las unen. El hecho de situar la narración en un pasado remoto es una de las características de la poesía épica, en la que hay un fondo histórico que permanece vivo en las conciencias a pesar de la libre elaboración poética. En este mundo sólo los nobles cuentan en el campo de batalla, mientras que la masa sólo aparece en metáforas, pues siempre predominan las luchas individuales. Esta actitud de vida y la existencia de un código de honor de la nobleza pertenecen tanto a la tradición como a la propia época de Homero. Sin embargo, en la Odisea ya aparecen elementos burgueses que reflejan el incipiente comercio y las colonizaciones del siglo VIII a.C. D) Lenguaje. Lo más llamativo es la mezcla de dialectos. El más moderno es el Ático y es debido a la transmisión en Atenas (un mero barniz ocasionado por la puesta en escrito ordenada por Pisístrato). En las dos obras destaca la indisoluble unión de formas eólicas y jónicas. También aparecen palabras antiguas, en conexión con el arcado-chipriota, que se remontan a la época micénica. Podemos concluir que el lenguaje de estos poemas, con su mezcla de diversos elementos dialectales (excepto dorio), es artificial y nunca pudo ser hablado. La diversidad de formas de una misma palabra según los dialectos, facilitaba al poeta la formación de un verso: el poeta, según sus necesidades métricas, podía elegir una forma adecuada al verso de uno u otro dialecto (utilización de formas contractas o no, el uso facultativo de la

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digamma (ϝ) y del aumento, distintas desinencias,...). Todo ello facilitaba el manejo del hexámetro y daba a la composición mayor riqueza y exotismo de acuerdo con la temática. E) Estilo. Destaca el uso del epíteto constante referido a personas u objetos en un mismo lugar del verso; para cada personaje importante el aedo dispone de un repertorio de epítetos que utiliza según sea la porción del verso que necesite llenar, sin que importe mucho el sentido de dicho adjetivo, que de esta manera resulta puramente ornamental. También hay expresiones de valor métrico constante, que se repiten en idénticas condiciones para expresar una misma noción, reciben el nombre de fórmulas, que fueron transmitidas oralmente de unas generaciones de aedos a otras desde la misma época micénica. Ello explica muchos de los arcaísmos homéricos. También hay un gran número de fórmulas relacionadas con diversos lugares e incidentes, y escenas típicas. Todo esto, las repeticiones, configuran lo esencial y valioso y la imagen de un mundo en el que los hombres ocupan un lugar esencial. Destaca también el uso de comparaciones con la vida y el mundo que rodea al propio poeta; con ellas aparece la riqueza de un lenguaje juvenil, fuerte y maduro en varios aspectos de su expresión. Estas comparaciones crean múltiples conexiones y aclaran muchos rasgos aislados, dando densidad y color a los sucesos y figuras. Otras características de las epopeyas son la aproximación a lo realista, la falta de sentimentalismo, la variación en el ritmo de la narración, y la presencia de discursos caracterizados por la composición anular, en anillo (acabar como se ha comenzado, volviendo la narración a su punto de partida), y por la etopeya (adecuación de palabras del personaje a su forma de ser). Por otra parte, existe la relación entre la actuación humana y el destino y la decisión de los dioses. Los hombres toman sus propias decisiones, pero éstas los llevan inevitablemente a lo que estaba ya fijado por adelantado, de tal forma que la acción divina, que sirve de fiadora del destino, y la voluntad humana, se presentan como dos esferas que se complementan mutuamente aunque en ocasiones llegan a contraponerse. F) Hesíodo. Nació alrededor del año 700 a.C., y es por tanto un poco posterior a Homero. Su época se caracteriza por la consolidación de la polis como forma política de gobierno, la crisis de la monarquía y el aumento del comercio con la aparición de una clase media. Todo esto se puede apreciar en su obra, narrada ya en primera persona (a diferencia de los poemas épicos, más impersonales). El abuso de poder y la arbitrariedad de la aristocracia, la petición de justicia, que viene directamente de los dioses, especialmente de Zeus, son sus temas principales. Sus obras más importantes son: -Teogonía: Narra el nacimiento del mundo y la sucesión del poder divino hasta llegar a Zeus, máximo garante de la justicia. -Los trabajos y los días: Trata de los consejos que el mismo Hesíodo a su hermano sobre diferentes aspectos de la vida humana. -Otras obras de autoría dudosa son: Las Eeas y Aspis (El escudo).

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2.- LA LÍRICA. A) Orígenes y generalidades. Entendemos por Lírica la poesía recitada o cantada y acompañada por una flauta, una cítara o una lira. La lírica griega aparece plenamente configurada a partir del siglo VII a.C., por lo que sus orígenes sólo podemos rastrearlos a partir de la literatura comparada y de las menciones e influencias en la poesía épica. Así, entre sus orígenes se pueden reconocer los cantos de culto a los dioses, cantos de trabajo, diferentes cantos populares, etc. Se puede comprobar así que la lírica griega es, tanto por su forma como por su contenido, enormemente variada, aunque suele presentar unas características comunes: En la lírica el poeta suele aparecer en primera persona; en general el verso utilizado es muy variado, habitualmente con un número fijo de sílabas, aunque suelen responder a una determinada estructuración estrófica; esta poesía solía tener un acompañamiento musical, aunque éste se ha perdido; la lengua utilizada responde al dialecto local del autor, aunque cada género lírico tendió a especializarse en un dialecto propio. Finalmente es importante recordar que la época de auge de la lírica (siglos VII y VI) está marcada también por un amplio desarrollo de Grecia en los campos artísticos, económico, político, etc. B) El Yambo y la Elegía. a) Las características y orígenes del Yambo están relacionados con el culto a la fertilidad de la tierra y a la diosa Deméter. Desde un principio tuvo un carácter jocoso, satírico y burlesco. Se trata de una poesía recitada, realizada en dialecto jónico y que responde a una estructura determinada: El Trímetro Yámbico: v - / v - (x 3). Entre sus autores destacan: b) Arquíloco de Paros (1ª mitad s. VII). Fue poeta y soldado, hecho que se refleja en sus poemas, donde se mezclan temas bélicos y amorosos. Con él aparece la poesía personal, muy preocupada por los problemas del hombre, y exenta del heroísmo aristocrático propio de la poesía épica. Utilizó un lenguaje más cercano al habla popular y una gran diversidad de formas métricas, no sólo yámbicas. c) Semónides de Amorgos (s. VII). De él se sabe muy poco y sólo destaca por su obra "El Yambo de la mujeres", donde se definen diferentes tipos de mujeres con un carácter misógino y pesimista. d) Hiponacte de Éfeso (s. VI). Destaca por la burla hacia sus enemigos y el crudo erotismo de su obra, todo ello con un lenguaje mordaz y de gran realismo, pero muy vivo, que refleja el mundo de los bajos fondos de las ciudades griegas, al que él pertenecía. Por los recursos de su lenguaje y por sus variaciones métricas, ejerció mucha influencia en la literatura posterior. e) La elegía tiene como característica la combinación de un hexámetro y un pentámetro dactílicos, formando estrofas de dos versos (dísticos elegíacos). Utiliza también el dialecto jónico. En su origen tenía un carácter de duelo y lamento, pero de ahí pasó a absorber varios temas: amorosos, políticos, sentenciosos, etc. Entre sus autores destacan: f) Calino de Éfeso y Tirteo de Esparta (s. VII). Ambos utilizaron la elegía como medio de exhortación a sus conciudadanos para la lucha contra los enemigos. Sin embargo ya no exaltan la individualidad del guerrero heroico, sino la colectividad de todos los ciudadanos en lucha, unidos para salvar la ciudad. g) Mimnermo de Colofón (c. 630). Destaca su poesía por un erotismo delicado y sensible, pero conectado con él también el sentimiento trágico de la brevedad de la juventud y de la vida condenada a la vejez; con ello su poesía es una mezcla de hedonismo y pesimismo.

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h) Solón de Atenas (640-560). Fue un famoso legislador de su ciudad y su obra está dedicada sobre todo a justificar su labor política y su modo de pensar: Respeto a la Justicia (Dike), a la moderación (Sofrosine), frente a la soberbia (Hybris), y todo como servicio a la ciudad, la Polis. i) Teognis de Mégara (s. VI). Bajo su nombre tenemos un conjunto de elegías, muchas de ellas propias, pero otras también de otros poetas anónimos añadidas posteriormente. Aunque hay temas variados, destacan los consejos éticos sobre diferentes aspectos de la vida. Estos consejos están marcados por el desconcierto y la queja ante la ascensión del pueblo bajo enriquecido y la decadencia de la aristocracia, de ahí que estos consejos estén destinados sobre todo a la supervivencia de los aristócratas. C) La Poesía Monódica. a) Las características principales de la poesía monódica consisten en que es cantada por una solo voz al son de la lira, además utiliza una gran cantidad de versos (con una cantidad fija de sílabas) y formas métricas, y trata de un gran número de temas, todos ellos con una gran subjetividad. Esta poesía surgió sobre todo en la isla de Lesbos, por lo que fue realizada en el dialecto allí hablado, el eólico. De ahí son sus dos máximos representantes: Alceo y Safo. b) Alceo (c. 600) presenta dos temas fundamentales: el canto del banquete, que incluye el canto a la bebida y a la amistad dentro de un espíritu aristocrático, y el canto contra el régimen que domina una facción política contraria a la suya en su patria (Mitilene). Todo ello forma una unidad difícil de deslindar, pues es parte del modo de vida aristocrático al que Alceo pertenece. c) Safo (c. 600). Representa a la poetisa del amor. Su obra es intensa y franca, pero también delicada y tierna, y sobre todo muy melodiosa, llena de sentimientos subjetivos y sensuales, enmarcados en la naturaleza. Indica sus preferencias contrarias a los valores guerreros de la sociedad masculina. Pero destaca sobre todo por encontrar detalles realistas y unirlos para crear un complejo de emociones extremas, llenas de sentimientos contrapuestos que surgen del amor, y, por lo tanto, sinceros. d) Anacreonte de Teos (s. VI). Escribió en dialecto jónico. Canta la necesidad de vivir antes de que pase el tiempo, los efectos del vino, la nostalgia de la juventud perdida y los amores que también se deben disfrutar en el momento presente. Fue un poeta cortesano, y fue muy imitado posteriormente en pequeños poemas llamados "Anacreónticas". D) La Poesía Coral. a) Características: Esta poesía surgió en el ámbito dórico, y por eso utiliza este dialecto. Es una poesía que también utiliza muchas formas métricas, y en ella un coro, además de cantar un texto poético, bailaba siguiendo la música que el poeta había creado para el mismo texto y coro. Es una poesía de temas muy variados, que abarcan desde cantos a la naturaleza hasta la celebración de las fiestas de la ciudad., pasando por temas míticos y sobre todo, con su máximo representante, Píndaro, cantos de celebración a los vencedores en diferentes juegos deportivos (olímpicos, etc.). Más tarde será la poesía utilizada por los coros de las tragedias de los autores atenienses, pero ya inmersos en el desarrollo de la trama teatral. Autores destacados son: b) Alcmán de Esparta (c. 630). Representa una mezcla de elementos personales con temas míticos y religiosos, todo ello enmarcado en las fiestas ciudadanas, con un especial carácter sencillo y arcaico. Su obra presenta ya los tres elementos tradicionales de la oda coral: mito, máximas y nombres de personajes. c) Estesícoro de Himera (c. 590). Es el primer gran poeta de la Grecia occidental. Es un verdadero estructurador de la poesía coral posterior. En sus largos poemas contaba historias de los ciclos heroicos y mitológicos, que ejercerían gran influencia. d) Íbico de Regio (c. 540). Fue, como Anacreonte, un poeta cortesano, y destacó tanto por su poesía narrativo bajo forma coral, como por su poesía amorosa.

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e) Simónides de Ceos (556-467). Es conocido sobre todo como escritor de epigramas fúnebres. Pero su obra más destacada es la coral, escrita en forma de ditirambos, peanes, trenos y epinicios (cantos de victoria), de los que es considerado inventor. Forma parte de los poetas profesionales que escribían para vivir y que, por esto mismo, viajaban mucho para recibir encargos de creación poética. f) Píndaro de Tebas (522-448). Fue considerado el mayor poeta lírico, pero de los 17 libros de tema diverso que escribió sólo se conservan los cuatro de epinicios y fragmentos. Sus epinicios celebran victorias en los cuatro grandes juegos deportivos e Grecia (Olímpicos, Ístmicos, Nemeos y Píticos). Formalmente, la mayor parte de sus odas es de estructura triádica, compuesta de estrofa, antístrofa y épodo, siendo la estrofa y la antístrofa idénticas en su métrica. En cuanto al contenido, su obra también consta de tres elementos: la temática mítica, que sirve como modelo para el presente; los consejos morales extraídos de este modelo; y las referencias al vencedor y a su victoria atlética, que es al que también van dirigidos los consejos. Todo ello, sin embargo, aparece mediante un esquema muy libre y, en ocasiones, sólo por alusiones. Su lenguaje y estilo son una extraordinaria creación que fluctúa entro lo sencillo y lo complejo y entre lo concentrado y lo elaborado, con bruscas transiciones, con un lenguaje figurado y siempre magistral. Destaca también la importancia que concede al poeta, que con su talento y una especial religiosidad es capaz de cantar los grandes triunfos de las familias aristocráticas. g) Baquílides de Ceos (505-450). Fue el último gran poeta de epinicios. Al igual que Píndaro celebra los triunfos atléticos, pero su lenguaje es más sencillo y "fácil", pero también menos magistral. También destaca por sus ditirambos, cantos a Dioniso.

3.- EL TEATRO: TRAGEDIA Y COMEDIA. A) Carácter general. Los Festivales Dramáticos estaban especialmente relacionados con el culto de Dioniso en Atenas. Había dos festivales: Las Leneas (a finales de Enero) y las Grandes Dionisias (a finales de marzo), bajo la dirección del Arconte Basiléus y del Epónimo respectivamente. Los dramas se representaban en el teatro de Dioniso. Parece que los dramas (al menos en las Grandes Dionisias) se prolongaban durante tres días, y la sesión se abría con una comedia. Generalmente se admitían tres poetas cómicos y tres trágicos en el concurso. Pero mientras cada cómico sólo presentaba una comedia, el trágico presentaba cuatro obras: una Tetralogía, que consistía en una Trilogía trágica seguida de un Drama satírico. En ambos festivales, los poetas recibían premios, así como los coregos y los protagonistas. B) Representación, auditorios y admisión. El poeta que deseaba entrar en la competencia, lo solicitaba al arconte, quien, si lo aceptaba, le concedía un coro: ponía a su disposición un corego y tres actores. El deber del corego era el proveer el adiestramiento, vestidos y pago al coro. La coregía era una de las "liturgías". Según parece también el Estado pagaba a los actores, quienes eran instruidos por el poeta mismo. Diez jueces, uno por cada tribu, eran escogidos por la Bulé y por los coregos juntos, y los premios eran otorgados por cinco votos, sacados por suerte de entre los diez jueces. El derecho de admisión al auditorio era ilimitado (aceptándose probablemente a mujeres y esclavos). El precio solía ser de dos óbolos, pero el Estado daba entrada gratuita a los ciudadanos más pobres. El derecho de asiento delantero (proedría) era un honor reservado a los funcionarios y a los huéspedes eminentes. El asiento central de la primera fila se reservaba al sacerdote de Dionisos Eleuteros. C) Edificios teatrales. Tema IV. Literatura. Pág. 7

En los últimos teatros de piedra, que pronto reemplazaron a los primitivos edificios provisionales de madera, hay cuatro partes principales: 1) El "Théatron", o auditorio, era una serie ascendente de asientos en filas semicirculares, tallados en los flancos de una colina. 2) La "Orquestra" era una pista de baile en forma circular destinada a las evoluciones del coro, y a cielo abierto al igual que el auditorio. En el centro se encontraba un altar de Dionisos. Tenía accesos laterales ("párodos"), por donde entraba el coro. 3) Junto a la orquestra, y en situación tangente al círculo, estaba el "proskenion", escenario de los actores. Era una plataforma de piedra de una determinada altura y de unos tres metros de ancho, sostenida por pilares, y, tal vez, con una escalerilla al frente, por donde se podía bajar a la orquestra. 4) Detrás del "proskenion" y cerrándolo por el fondo y los dos lados, se encontraba la "Skené". que en los teatros de piedra era una construcción de dos o tres pisos y que solía representar la fachada de un palacio o templo. Por lo general tenía tres puertas que se abrían sobre el escenario. Pero también se llegaba a éste por pasajes abiertos a ambos lados de la escena. D) El escenario. Máquina teatral. Se atribuye a Sófocles el haber introducido el uso de decoraciones pintadas. El escenario del siglo V, al menos, debió de consistir, sobre todo y en todas partes, en la fachada decorada y permanente de la "skené", ante la cual acontecía, como en una plaza, la acción del drama y que, con pocas excepciones, se mantenía durante toda la representación. Entre los recursos escénicos usados deben mencionarse: 1) La "ekkyklema", pequeña plataforma no visible sobre ruedas, que representaba los interiores de las casas. 2) La "mechané", especie de grúa, mediante la cual las deidades u otros personajes eran descolgados sobre el escenario o levantados por el aire (cf. "deus ex machina"). 3) El "theologéion", alta plataforma en que solía aparecer un dios trayendo un aviso o mensaje. 4) Los "charoónoi klímakes", de colocación incierta por donde los espectros o deidades menores aparecían viniendo desde abajo. 5) Máquinas diversas de truenos y relámpagos: "Brontéion", "Keraunoskopéion", etc. E) Disfraces de los actores. El disfraz del actor trágico correspondía a la atmósfera heroica de la tragedia griega. Solían rellenarse el cuerpo de postizos, y para aumentar su estatura usaban un calzado o botas de suelas muy gruesas ("kóthurnoi"), una máscara y una peluca. La vestidura normal era el "chitón" largo jonio. La tela tenía tiras vistosas para los personajes magníficos, y colores más sobrios para los humildes, y era negra para las figuras luctuosas o afligidas. Los dioses aparecen con atributos simbólicos. La vestimenta de la comedia era más semejante a la que se usaba a diario, e indicaba la posición social del personaje, como en la vida común. Un rasgo destacable del primitivo actor cómico era un gran falo y el vientre abultado, para producir un efecto grotesco, que todavía exageraba con varios cinturones ("soomation"). El coturno se sustituía con unas pantuflas. El coro de la tragedia no tenía coturnos, pero tal vez sí usaba máscaras, y sus vestidos en general correspondían a la clase de los personajes representados (viejos, marineros, etc.). El coro de la comedia usaba a menudo disfraz animal. Las máscaras ("prósopa") usadas por todos los actores tenían especial interés. Se hacían de lino, a veces de corcho, y cubrían la cara y la cabeza. Como el actor perdía así el uso de las expresiones faciales, resultaba indispensable que su enunciación fuese clarísima y su ademán muy expresivo. La máscara llevaba siempre una eminencia cónica encima de la frente, donde se colocaba la peluca. La máscara cómica era más grotesca y gesticulante, y no pretendía aumentar la estatura

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del actor. Todas las máscaras tenían una abertura en la boca que servía para que la voz del actor se escuchara mejor. F) Actores, coros y estructura de los dramas. El número normal de actores ("hypocritái") era de tres (a partir de Sófocles), hombres todos, que recibían los nombres de protagonista, deuteragonista y tritagonista, según su importancia en los papeles. A veces se usaba un cuarto actor (tetragonista). El coro de la tragedia, que al principio era de doce miembros, aumentó a quince con Sófocles. El de la comedia era de veinticuatro. En éstos se incluye al director del coro (corifeo). El coro, encabezado por un flautista (auletés), entraba en la orquestra generalmente por el lado derecho de los espectadores. Durante el desarrollo del drama el coro contemplaba el escenario y daba la espalda al público. La primera oda coral era el "párodos", que el coro entonaba al paso de su marcha, o inmediatamente después de haber tomado su sitio en la orquestra. Las demás odas eran los "estásimos". La tragedia griega consistía por lo común en cinco actos divididos por cuatro odas corales. El primer acto, antes de la entrada del coro, solía ser el "prólogo", el último era el "éxodo", y el resto eran los "episodios". Los versos yámbicos del diálogo eran recitados, y los fragmentos líricos cantados. La comedia seguía un proceso semejante, pero en la Antigua Comedia había un rasgo característico: un discurso dirigido al público o "parábasis", generalmente a mitad de la pieza.

1.- LA TRAGEDIA. Cuando hablamos de tragedia griega nos basamos casi exclusivamente en las obras conservadas de los tres grandes trágicos: siete de Esquilo, siete de Sófocles y dieciocho de Eurípides (sin contar "Reso"). Estas obras se reparten a lo largo de los casi ochenta años que van desde el 480 (batalla de Salamina) hasta el 404 (caída de Atenas). La tragedia griega tiene un carácter público y dinámico, y es donde se reconoce toda la polis, de la que es un auténtico elemento constitutivo. Las fiestas organizadas por la polis son determinantes para la vida de la tragedia, así como la actividad política. De hecho, la tragedia griega muere cuando se desata el lazo que la unía a la ciudad misma. El conflicto trágico surge de la antinomia individuo-estado o individuo-fuerzas colectivas o creencias religiosas impuestas por un sociedad a los miembros que la componen. En esta lucha entre ambos entes pueden salir victoriosos los poderes ciegos, o puede triunfar el hombre, el héroe. Pero cualquiera que sea el resultado, vencedor o vencido, el hombre sale siempre elevado y ennoblecido. El poeta trágico estimula su mensaje con la reflexión de los espectadores, identificándolos con los personajes que en la escena se debaten entre los problemas que los atormentan. A) Estructura de la Tragedia. Las partes fundamentales de la tragedia son: - Prólogo: Precede a la llegada del coro; en él se exponen los hechos que anteceden al inicio del drama (puede faltar). - Párodo. Es el canto de entrada del coro en verso anapéstico (v v -). Si el coro sale, la segunda entrada se denomina epipárodo. - Estásimo. Es el canto del coro cuando está situado en la orquestra. Su función es separar los diversos episodios, guardando relación con ellos. Suele tener composición antistrófica (estrofa y antístrofa, que pueden repetirse). - Episodio. Es la parte dialogada en la que intervienen los actores, y donde suele desarrollarse la acción. - Éxodo. Es la última parte de la tragedia, que acaba con la salida del coro. Tema IV. Literatura. Pág. 9

Además, dentro de los episodios y del éxodo, podemos encontrar "resis" (narración) de un mensajero, diálogos líricos, monodias de un actor, etc. También cabe recordar que cuando cada personaje pronuncia un verso cada vez en un diálogo, estamos ante una "esticomitia", y si se reparte un verso entre los actores, estamos ante una "antilabé". B) Lengua, estilo y métrica. La base de la lengua de la tragedia es el ático, que se mezcla con elementos lingüísticos de otros dialectos y géneros: jónicos, épicos y dóricos, cuyos elementos pueden deberse a la lengua de la lírica coral con la que las partes líricas de la tragedia están muy relacionadas. De todas formas no hay que olvidar que la lengua de la tragedia es una lengua artística, artificial, no hablada. Métricamente, cada parte de la tragedia posee formas de versificación propias. Así las partes dialogadas y narradas (recitadas) están en trímetros yámbicos (v - v -), pero también hay troqueos (v - v) y anapestos (v v -). La tragedia adapta poco a poco los ritmos y selecciona lo que le conviene más a su espíritu. Así la métrica de las partes cantadas (sobre todo las corales) suele ser muy elaborada, adaptándose a una situación determinada de la narrativa. Por eso, además de anapestos, hay docmios (v - - v -), gliconios, ferecracios, jónicos, etc., con muchísimas combinaciones. C) Representación y organización. La tragedia adquirió su forma definitiva en el transcurso de las fiestas dionisíacas. Éstas podían ser rurales y urbanas, pero destacaban las Grandes Dionisias, celebradas entre marzo y abril; en ellas el arconte seleccionaba tres autores que debían componer tres tragedias y un drama satírico. Después los coregos (ciudadanos acaudalados que debían correr con los gastos de las representaciones) recibían las tragedias que se debían representar. Los actores eran siempre hombres. Al principio los actores representaban la obra en una tarima de madera; después se pasó a actuar en una colina para que el público se situara en las faldas. En el siglo IV a.C. se construyeron ya teatros fijos de piedra. Los decorados evolucionaron poco a poco y para producir diversos efectos se recurría a máquinas, plataformas, grúas, tribunas, escaleras, etc. Los actores usaban máscaras. Éstos (dos, con Esquilo, y tres desde Sófocles) actuaban en el escenario, denominado σκηvή, y el coro, delante de ellos, en un lugar semicircular llamado "orquestra". D) Desarrollo y autores. La tragedia griega más antigua que poseemos es de Esquilo, pero antes de él hubo diez predecesores conocidos: Tespis, que introdujo al primer actor, y, según parece, inventó la máscara, y otros (Quérilo, Prátinas, Frínico, etc.). Sin embargo, de quien conservamos tragedias completas es de Esquilo, Sófocles y Eurípides. 1.) Esquilo (425-455). Se le atribuyen noventa tragedias, pero sólo conservamos siete. Sus obras están agrupadas en trilogías unidas por la materia que tratan. Los conceptos dominantes de su obra son: la culpa, Hybris (Soberbia), Ate (Venganza) y la Justicia ("tragedia de justicia divina"), pero siempre pone delante la acción humana. Sus personajes son dioses o grandes héroes. Otros aspectos importantes son la representación de las pasiones más nobles, el lenguaje elevado y la magnificencia del espectáculo.

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Sus obras conservadas son: Los Persas, Prometeo encadenado, Las Suplicantes, Los Siete contra Tebas, y la trilogía "La Orestíada" (que incluye las obras: Agamenón, Las Coéforas y Las Euménides. 2.) Sófocles (496-405). Se le atribuyen 130 tragedias aproximadamente, y obtuvo 24 victorias; pero se conservan sólo siete. Ha sido durante muchos años el trágico griego preferido, pero también el menos comprendido. Sófocles pone al hombre como centro de todo, cree en la importancia del hombre y en su grandeza, y a ese ideal humano obedecen sus héroes. Su teatro es un teatro de deberes que contrastan, de la soledad del héroe. Con Sófocles comienza un proceso de humanización que culminará con Eurípides. Su obra constituye el más claro exponente del sufrimiento humano, tanto físico como moral, y, sin embargo, no hay un teatro que admire tanto al hombre y ame más la vida como el de Sófocles. Se le atribuyen las innovaciones dentro del género, como la renuncia a las trilogías y la preferencia por obras sobre personajes individuales, la introducción de los tres actores, elevación del número de coreutas (componentes del coro) de doce a quince. El mismo Sófocles distinguía tres etapas en su evolución artística: una primera en que seguía a Esquilo, una segunda en la que pasaría a su propia concepción del dolor, y una tercera en que procuraría sobre todo profundizar en el ἧθoς o carácter de sus personajes. Sus obras conservadas son: Edipo Rey, Edipo en Colono, Electra, Antígona, Ayante (o Áyax), Filoctetes y Las Traquinias. 3.) Eurípides (486-406). Al contrario que sus dos grandes predecesores, no participó en la vida política de la polis ateniense, aunque la política aparece en sus obras más que en los otros dos trágicos. Escribió noventa y dos piezas, y es el trágico más afortunado en cuanto al número de obras conservadas: diecisiete más El Cíclope, único drama satírico conservado, y Reso, obra de dudosa autenticidad. Abierto a todas las influencias que coinciden más o menos con las de los primeros sofistas, su teatro es un reflejo de ideas y problemas nuevos, su tragedia nace con anticipación a su tiempo, y por eso está orientada hacia el futuro. En sus obras se exponen problemas muy próximos a la realidad. Sus héroes son presa de todas las debilidades humanas, obedeciendo unos a sus pasiones, otros a su interés personal, pero siendo, tal vez por eso, más próximos a nosotros. Así se le ha llamado "el trágico de las pasiones". También se ha dicho de él que es el filósofo de la escena, donde discute regímenes políticos, la ambición, la guerra y otros problemas de su tiempo: La educación, la virtud, los mitos, los dioses, etc. Sus aportaciones al género dramático son: Desarrollo de la acción, efectos forzados, aumento de los personajes, liberación de la música, etc. Todas estas innovaciones representan otras tantas direcciones por donde ha avanzado el teatro clásico: teatro de actualidad, pacifista y/o nacionalista, de análisis, grandioso o burgués, de intriga, melodrama y misterio religioso. Eurípides ha sido el más apasionantemente debatido de los tres autores. Sus obras son: Alcestis, Medea, Los Heráclidas, Hipólito, Andrómaca, Hécuba, Las Suplicantes, Electra, Heracles loco, Las Troyanas, Ifigenia entre los Tauros, Ión, Helena, Las Fenicias, Orestes, Las Bacantes, e Ifigenia en Áulide. Además el drama satírico El Cíclope y la dudosa Reso. E) El Drama Satírico. A la representación de las tres tragedias se unía la de un drama satírico, que debe su nombre a un coro de sátiros que formaban el séquito de Dioniso. Es una obra burlesca en conexión con las fiestas dionisíacas y las leyendas heroicas y servía para descargar la tensión acumulada por las tres tragedias. Por tanto, los mismos autores trágicos eran los que componían estos dramas. Sólo nos queda El Cíclope de Eurípides y parte de Los Rastreadores de Sófocles, y otros fragmentos. Tema IV. Literatura. Pág. 11

2.- LA COMEDIA. Su reconocimiento oficial tuvo lugar en Atenas hacia el 486, fecha en la que el arconte concedió por primera vez un coro para esta forma de drama. A partir de entonces sabemos que tanto en las Leneas (fiestas de enero-febrero) como en las Dionisias urbanas (Grandes) de marzo-abril, a la representación de un grupo de tragedias y un drama satírico, seguía la de una comedia. En general, la comedia goza de mucha más libertad que la tragedia y no sigue tanto la tradición. En la comedia el incidente más inesperado es el más divertido. La comedia es, por otro lado, el documento literario más importante de la realidad histórica de su tiempo; ése es el caso de Atenas en el siglo V, con su crítica de las ideas políticas, filosóficas y literarias. Además, la comedia se ocupa preferentemente de la vida cotidiana y de la gente sencilla como son los campesinos, labradores, soldados, comerciantes o esclavos. Al contrario de la tragedia, la comedia resistirá más tiempo, renovándose en la denominada Comedia Nueva (finales del siglo IV), que influirá decisivamente en la comedia latina (Plauto y Terencio). A) Origen de la Comedia. Los orígenes de la comedia nos resultan más oscuros que los de la tragedia. Para Aristóteles el origen está en aquellos que entonaban los cantos fálicos, derivando su procedencia del séquito (κῶμoς) o fiestas populares en honor del dios del vino, Dioniso. Οtros autores sitúan el origen de la comedia en una procesión fálica que cantaba sátiras contra los espectadores y personas públicas. Al principio su representación era improvisada, pero después algún poeta compuso un texto que cantaría el coro. Después se introdujo un actor que con el tiempo tuvo un compañero, con lo que se hizo posible la acción dramática. Así, paulatinamente, se desarrolló la elaboración, la trama y los diferentes temas. B) Estructura de la comedia. Una comedia suele estar compuesta de dos mitades, señaladas por la división que hace la Parábasis del coro durante la cual se suspende la acción. Ésta comienza con una despedida de los actores, y entonces el coro, sin máscaras, se dirige al público directamente, expresando opiniones del mismo autor. Así pues, la primera parte consta de un prólogo (exposición de la materia de la obra al público), párodo o entrada del coro, un proagón (escena preparatoria) y un agón, o debate más o menos violento entre los principales protagonistas de la obra. Usualmente el protagonista de la obra encarna el principio victorioso (Protagonista: "el primero o más importante en el combate"). La segunda parte se compone de una serie de escenas sueltas de tono burlesco sobre diferentes aspectos de la trama. El final suele ser en forma de κῶμoς o procesión festiva con una especie de boda, fiesta o escena de sacrificio, que es acompañada por el éxodo del coro. C) Desarrollo. En la historia de la comedia griega antigua distinguimos dos grandes vertientes: La comedia siciliana y la comedia ática. La comedia siciliana está representada sobre todo por Epicarmo (530-440), que vivió en Siracusa y es el poeta cómico más antiguo. Escribió versiones burlescas de mitos, comedias sociales y conflictos entre personificaciones o seres no humanos; de todas formas, se sabe muy poco de él. ***La Comedia Ática y su división.

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La Comedia Ática es la comedia antigua por excelencia, aunque la división en tres etapas (antigua, media y nueva: ἀρχαία, μέση, vέα) no sea muy clara. Los puntos de separación comúnmente aceptados son: el final de la Guerra del Peloponeso (404) y la batalla de Queronea (338), cuando Grecia cae bajo el poder de Macedonia. 1.) Aristófanes (c. 445-c. 388) y la Comedia Antigua. Además de Aristófanes, otros autores cómicos son Crates, Frínico, Ferécrates, Cratino y Éupolis, pero se sabe muy poco de ellos (sus obras tienen influencia de Epicarmo, comedia social, costumbres, parodia de leyendas, etc.). De Aristófanes conservamos once comedias. Su obra es eminentemente política y tiene como auténtica inspiradora a Atenas. Sus obras se han clasificado en políticas, sociales y de entretenimiento (éstas son de su última época). Sus obras tratan temas cotidianos y de auténtica actualidad (la guerra, la educación, la crítica literaria, las reformas políticas y sociales, etc.), pero todo ello visto desde una óptica satírica y burlesca, en gran parte deformadora de la realidad, pero también conscientemente crítica. Aristófanes sabe adaptar el ático de su tiempo a las más diversas exigencias mediante neologismos, innovaciones, llamativas construcciones sintácticas, bajando a la más cruda vulgaridad o ascendiendo a la más exquisita fineza. Sus obras conservadas son: Los Acarnienses, Los Caballeros, Las Nubes, Las Avispas, La Paz, Las Aves, Lisístrata, Las Tesmoforias, Las Ranas, Las Asambleístas y Pluto. 2.) La Comedia Media. En realidad, las dos últimas obras de Aristófanes pertenecen ya a esta comedia, que se caracteriza por temas como por ejemplo la comida, el sexo, la parodia de doctrinas filosóficas y temas literarios o mitológicos y de la vida misma. Sus autores más destacados son: Alexis, Eubulo y Anaxándrides. Pero de esta comedia se conserva y se sabe muy poco. 3.) Menandro (342-290) y la Comedia Nueva. En esta época los escritores se centran más en el ser humano, la vida se hace más aventurera y predominan los temas de amor, aventuras e intrigas. Es una comedia de costumbres burguesas. Por otra parte, el coro pierde su función dramática y sólo sirve para dividir los diferentes actos de las obras. Los poetas más destacados son Dífilo, Filemón y, sobre todo, Menandro. Éste refleja influencias de los nuevos sistemas filosóficos: epicureísmo y estoicismo. Así, sus comedias abordan el estudio de caracteres y se nos muestra como un descubridor de la vida íntima del hombre. Sus obras se nos han conservado muy fragmentariamente, pero tenemos gran parte de algunas, como El Misántropo y La Samia.

4.- LA HISTORIOGRAFÍA. A) Orígenes. La historiografía se desarrolló a partir de orígenes muy diferentes. Durante bastante tiempo la historia para los griegos era el mito; los elementos del pensamiento histórico que ya se habían dado a nivel de mito fueron de la máxima importancia para el desarrollo posterior. La raíz de la palabra historia es *ϝιδ-, que significa "ver": Historia (*ϝιδτoρια > ἱστoρία) es, por tanto, la averiguación y el relato basado en la propio observación. Sin embargo la averiguación también puede llevarse a cabo mediante las interrogaciones de testimonios. La forma adecuada para dichas recopilaciones y valoraciones es la prosa. Ésta se desarrolló en territorio griego en Jonia: la prosa más antigua está escrita en dialecto jónico. Los primeros historiadores, como Hecateo y Heródoto, elaboraron su prosa histórica mediante las informaciones conseguidas en sus viajes, que realizaron gracias a la colonización y al comercio griegos. Tema IV. Literatura. Pág. 13

Los primeros hombres que describieron los lugares por los que viajaban recibieron el nombre de logógrafos (escritores de relatos). Del primero del que tenemos noticia es el geógrafo Hecateo, que procedía de Mileto. Sus datos geográficos se acumulaban en áridas enumeraciones, pero entre ellas una cantidad de material etnográfico corroboraba el placer del hombre jonio por estas cosas. También escribió unas Genealogías, en las que hacía una crítica del mito que más tarde daría origen a la verdadera investigación histórica. B) Heródoto. Heródoto nació hacia el 485 a.C. en la ciudad doria de Halicarnaso. Sin embargo, siguiendo la tradición logográfica escribió su historia en dialecto jónico. Marchó a Atenas, donde se relacionó con el círculo intelectual de Pericles; después fue a Turios, y allí murió poco después de comenzar la guerra del Peloponeso. En Turios escribió su obra dedicada en gran parte a las guerras médicas; dicha obra esta dividida en nueve libros. En Atenas Heródoto adquirió consciencia de la Historia Universal, que él concibe como un choque entre Asia y Europa. Esta idea le viene motivada por el punto más relevante de su historia contemporánea: Las Guerras Médicas. La composición de su obra es de tipo homérico; hay continuas digresiones, retrocesos, novelas o relatos, etc. La visión de Heródoto, en su conjunto, es bien clara: un pueblo libre, los griegos, ganan a otro pueblo tirano que invade a otros; ese pueblo tirano son los persas. Él es, ciertamente, amigo de Atenas, pero conserva una gran imparcialidad, es capaz de admirar igualmente a otros pueblos griegos e incluso bárbaros. Su pensamiento histórico está influido por el pensamiento tradicional griego. Son la injusticia y el abuso los que acarrean las grandes catástrofes, y los dioses castigan eso. Es, diríamos, una historia teocéntrica más que antropocéntrica. Con todo, a partir de Heródoto, existe ya el concepto de Historia Universal; ya existe un género literario capaz de una composición extensa que puede abarcar hechos complejos que atraviesan varias generaciones y afectan a pueblos diversos. Por esto Heródoto ha sido llamado "el padre de la Historia". C) Tucídides. La obra de Heródoto fue la antecesora necesaria para que Tucídides escribiera la suya. Le sirvió, por una parte, de modelo, y, por otra, de contraste. Porque Tucídides criticará fuertemente la obra de Heródoto e introducirá un modelo histórico nuevo: una historia crítica y antropocéntrica, que intenta explicar los hechos a partir de un punto de vista racional y puramente humano. Intenta describir hechos para obtener de ellos consecuencias e impartir una enseñanza de finalidad práctica. Tucídides nació hacia el 460 a.C. en Atenas. En la guerra del Peloponeso Tucídides fue un estratego, pero en el 424 fue desterrado. No regresó a Atenas hasta el año 404, cuando fue derrotada. Seguramente entonces comenzó a escribir su obra literaria, histórica, sobre los datos que él mismo, durante esos veinte años fuera de Atenas, fue recogiendo. No le dio tiempo a completar su obra, pues muere tras narrar los sucesos del año 411. Vivir fuera de Atenas le hizo capaz de tener un pensamiento más independiente; se dio cuenta de que la victoria no es fácil nunca; hizo un esfuerzo no sólo para la reunión de documentos, testimonios, sino también para la crítica de todo ese material. Falta, así, todo elemento mítico. Su posición se comprende porque Tucídides perteneció al movimiento de la Ilustración ateniense. Antes de su destierro conoció sin duda a filósofos y sofistas que vivían en Atenas. En Tucídides se encuentra una notable influencia de esa primera prosa ateniense, pues escribió en dialecto ático y no en jónico. Como ateniense estaba interesado más en la política que en la historia: si se ocupa de ésta es porque es historia contemporánea y le sirve para obtener lecciones de ciencia política, de cómo se comportan los hombres. Ahora bien, bajo la influencia del nuevo pensamiento racionalista, el concepto de historia varía; ya no serán los dioses sino los hombres los que determinen el curso de la historia con sus aciertos y con sus errores. Tema IV. Literatura. Pág. 14

Su exposición busca la objetividad del relato: Tucídides raramente expresa sus opiniones personales, prefiere que hablen los hechos. Hace hablar, en discusiones con frecuencia enfrentadas, a los representantes de las diferentes posiciones que deciden antes de un momento importante. De esta forma se iluminan los diferentes puntos de vista. El resultado final de los hechos decidirán en definitiva quién tenía razón; indirectamente representará un juicio histórico. La historia de Tucídides es al tiempo racional y dramática, pero la intención fundamental es rebuscar las razones de los éxitos y de los fracasos: explicar lo que cabe hacer o no en unas circunstancias semejantes. La posición de Tucídides es pragmática; se abstiene de opinar sobre los puntos de vista de la moral, la justicia o la religión tradicional. Es el fundador de la historia científica. No quedan ni restos míticos ni tan sólo posiciones religiosas que expliquen fácilmente los sucesos. Se ha criticado que su racionalismo es excesivo y, sobre todo, que se basa demasiado en la psicología humana, y muy poco en los hechos sociales, económicos, etc. Pero eso no es del todo cierto, ya que él no los ignora, aunque, llevado de su deseo de simplificación en la búsqueda de las causas, a veces no trate todos los factores con la misma exhaustividad. D) Jenofonte. Nació en Atenas en el año 430. Fue discípulo de Sócrates. Más tarde participó en una expedición mercenaria a las órdenes de Ciro el Joven para derrocar al hermano de éste, rey de Persia, con el apoyo de Esparta. Por eso Jenofonte se hizo filo-espartano y fue desterrado de Atenas. Murió alrededor del año 350. Escribió muchas obras de contenido diverso, pero destacan las históricas. Un lugar relevante entre sus obras lo ocupa la Anábasis, que relata la expedición antes mencionada. En ella Jenofonte nos habla de sus propias experiencias con gran cantidad de pormenores geográficos y etnográficos y un gran espíritu militar de conjunto. Consta de siete libros. La obra principal de Jenofonte es las Helénicas, que narra en siete libros la historia griega desde el 411 al 362. La obra comienza con los sucesos del año 411, tratando de enlazar así con el final de la obra de Tucídides. Siguiendo esta intencionada conexión, se mantiene al principio el principio analístico en el reparto de la materia, y la narración se hace de la manera más impersonal posible. Hay que reconocer que sabe poner en primer plano a los personajes más importantes y traza con eficacia su retrato. También se muestra como precursor de la historiografía helenística en la descripción eficaz de escenas aisladas. Pero Jenofonte expone una serie de causas quedándose en la superficie de las cosas, mientras que Tucídides profundiza en su etiología. Tiene abundantes discursos y luce su destreza en la caracterización de los oradores, sin utilizar a éstos, como Tucídides, para aclarar las razones profundas de los hechos. Otras obras de contenido muy diverso son: Agesilao, El estado de los Lacedemonios, Los ingresos, La Ciropedia, Hipárquico, Sobre la equitación, Cinegético, Económico, Memorables, La Apología de Sócrates, El banquete, y Hierón. Podemos decir, para finalizar, que Jenofonte tuvo muchos lectores en la Antigüedad por la sencillez de su lenguaje y la claridad de sus pensamientos. Tuvo un notable y polifacético talento, pero un talento sin las chispas propias de los genios.

5.- LA ORATORIA. La oratoria es el arte de hablar en público. La afición de los griegos a la oratoria, enriquecida por las especulaciones filosóficas, encuentra el marco adecuado en las nuevas formas socio-políticas que, tras las tiranías, se organizaron como regímenes democráticos. Uno de los fundamentos básicos de la democracia es la παρρησία, es decir, el derecho de todo ciudadano a exponer libremente su opinión en las asambleas, tribunales y otras actividades sociales.

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Todos los tratadistas antiguos estaban de acuerdo en que la primera aparición de la retórica como arte se dio en la ciudad siciliana de Siracusa, de donde pasó a Atenas en el 427, por obra de Gorgias. Independientemente de este hecho, la vida política y social había desarrollado en Atenas una tradición de elocuencia. Había también una elocuencia sólo hablada y en gran parte improvisada. Después, con el doble estímulo de una tradición cultural y una preceptiva de origen siciliano, se organiza la oratoria como arte, y por eso de carácter literario, y por escrito tras su anterior etapa oral. En la época de Pericles y especialmente durante la guerra del Peloponeso (431-404), confluyen en Atenas una gran cantidad de personajes procedentes de todo el mundo helénico. Los Sofistas fueron el núcleo fundamental de este grupo de hombres que llevaron a término una verdadera revolución cultural. Había una serie de elementos comunes a todos ellos: a) Cuestionaban toda herencia cultural de los siglos anteriores: b) No se ocupaban de los temas habituales de la filosofía; fueron esencialmente educadores y pretendían conocer todos los métodos para promover la educación integral del individuo. Es a partir de la Sofística cuando la Gramática entra en el mundo de la educación; tenía como finalidad la corrección y propiedad en el uso de la lengua. En los discursos de Gorgias se encuentran ya los principales elementos que después aparecerán en tantos y tantos discursos fúnebres y laudatorios, comenzando de este modo a constituirse un corpus de tópicos o lugares comunes. Al convertirse la oratoria en un producto artístico, toda la prosa quedó impregnada de elementos retóricos; incluso la poesía y, sobre todo, el teatro se vieron influidos. En Atenas había muchas ocasiones para el desarrollo de la oratoria, sobre todo de la oratoria política. En un régimen democrático, en el que cada ciudadano tenía libertad de palabra e igualdad de derechos, la función de la elocuencia resultaba decisiva, especialmente cuando el pueblo ateniense, muy sensible al encanto de la palabra, había sido educado por las recitaciones de los aedos, las lecturas públicas, las discusiones sofísticas y las representaciones teatrales. Aristóteles clasificó la oratoria en tres géneros: a) Oratoria política o deliberativa. b) Oratoria judicial o forense. c) Oratoria de aparato, epidíctica o demostrativa. Demóstenes, Lisias e Isócrates fueron, respectivamente, los representantes más destacados en los tres tipos de oratoria. A) Oratoria judicial: Lisias. Los discursos forenses eran escritos por profesionales para que los pronunciaran los propios interesados. A estos profesionales se les denominó logógrafos. El primero en iniciar esta actividad fue Antifonte de Ramnunte (ateniense); parece que fue él el que dio el esquema que sirvió de base a los posteriores discursos forenses. Las partes del discurso son las siguientes: a) Proemio o introducción (exordium); incluye la "captatio benevolentiae". b) Narración de las circunstancias y exposición de los hechos (narratio). c) Exposición del tema (constitutio causae). d) Presentación de los argumentos (confirmatio). e) Refutación de los argumentos del adversario (refutatio). f) Ampliación y digresión (amplificatio). g) Peroración o discurso conclusivo (peroratio). La oratoria forense alcanza su cima con Lisias. Era meteco, oriundo de Siracusa, nacido en el seno de una familia muy rica. Recibió en Atenas una educación muy cuidada. Era partidario de los sectores democráticos y a los 55 años, para mantenerse, tuvo que dedicarse a la actividad de logógrafo. Se conservan una treintena de discursos de los 233 que escribió (el número XII, Contra Eratóstenes, lo pronunció personalmente).

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En Lisias se reconoce fácilmente la precisión y sutileza de su interpretación jurídica, la oportuna selección y valoración de testimonios, la habilidad dialéctica de su argumentación, la capacidad de centrar el punto jurídico de la causa y presentarlo con absoluta claridad. Lo que es más admirable en él es la extraordinaria facultad de crear un personaje y de darle sentimientos, palabras, gestos, etc., todo perfectamente de acuerdo con la condición real de su cliente, es decir, la etopeya. Como lo exige su finalidad, la elocuencia de Lisias se basa en los hechos; se expresa con sencillez, sin adornos: pureza de la lengua ática, sencillez de la frase, claridad de conceptos y exposición de los hechos, período pulido y conciso y estilo llano. Es un narrador nato. Tiene la cualidad natural de crear un cuadro, de colocar en él los personajes con luz y expresión apropiadas, con su personalidad y con un mínimo de medios necesarios, pero sin faltar ninguno. Las narraciones de Lisias, además de la comedia y el drama en general, constituyen un enriquecimiento de la personalidad y una experiencia humana de gran interés psicológico y de gran valor artístico. B) Oratoria política: Demóstenes. El máximo representante de este género, y también el mayor orador de la antigüedad, fue Demóstenes (384-322 a.C.). A los 18 años aprendió de Iseo, orador y discípulo de Isócrates, los preceptos de elocuencia judicial para obligar a sus tutores a devolverle su patrimonio. Pero tuvo que ganarse la vida como logógrafo. A los 30 años publicó su primer discurso político. Por esta época, Filipo II de Macedonia, en su incontenible expansión, trataba de someter a todos los griegos. Demóstenes militó en las filas de los que querían preservar las tradicionales libertades políticas de las poleis griegas. Desde el año 351, y durante una década, Demóstenes fue el alma de la oposición a Filipo. En estos años escribió cuatro violentas arengas, conocidas por el nombre de Filípicas; con ellas consiguió que los atenienses concertaran alianzas con los tebanos para enfrentarse a Filipo, pero en la batalla de Queronea (Beocia) del 338 fueron aplastados por los ejércitos macedonios. Por sus méritos con la patria se propuso conceder a Demóstenes una corona de oro; su rival político, también temible orador, Esquines, se opuso y en el proceso que se celebró años después (330) y que es bien conocido gracias al magistral discurso Sobre la corona, se le ofreció a Demóstenes la oportunidad de dar un repaso a toda su carrera política. Tras la muerte de Alejandro Magno (323) revolucionó al pueblo contra los macedonios. Demóstenes, derrotado y condenado a muerte, prefirió suicidarse con veneno antes que caer en manos de los macedonios. Los antiguos y modernos lo han considerado como el orador más importante; ninguno le aventajó en la fuerza de su πάθoς, la violencia de su invectiva y la vehemencia encendida de la expresión en la que vibran sus sentimientos. Demóstenes conquista y arrebata al oyente no por la seducción de la palabra como tal, sino por atraerlo, mediante la persuasión, a la esfera de sus convicciones y sentimientos, y lo que sobre todo explica su fascinación es la presencia de ideas generales, de principios universales que otorgan a su argumentación un profundo poder de elevación y penetración en las consciencias. Pero esta elevación moral y ética de su discurso no está al margen de la realidad, de los intereses concretos y de los motivos actuales. El estilo de Demóstenes sintoniza muy bien con lo que dice, lo cual no implica que no exista elaboración ni estudio previo; al contrario, a pesar de la impresión de sinceridad y de espontaneidad que deja en el oyente, revela un atento estudio y un gran cuidado. Es un estilo vigoroso y severo, que recuerda a Tucídides en la tensión que delatan sus períodos sostenidos y vibrantes. Pero si todos están de acuerdo en la excelencia del orador, como hombre político ha sido motivo de discrepancias. Unos lo han visto como un hombre fuera de su tiempo, anclado en el pasado, otros lo consideran un político ingenuo. Pero no han tenido en cuenta la realidad histórica que condicionaba la actitud del orador. En el momento en que Atenas desaparece de la historia, Demóstenes entrega al futuro un testimonio de grandeza moral, de coherencia y dignidad que, independientemente de otros aspectos, atrae al menos el respeto, si no la admiración, de todos.

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C) Oratoria de aparato: Isócrates. Este tipo de oratoria está peor representado que los dos anteriores, aunque es muy popular y conocido en el siglo V por su vinculación a la grandes solemnidades públicas. Su mayor cultivador fue Isócrates (436-338). Fue discípulo de importantes sofistas, como Protágoras, Pródico y, especialmente, Gorgias. Como tantos otros, ejerció la logografía durante la primera década del siglo IV. Creó una famosísima escuela de retórica donde surgió toda una pléyade de grandes personalidades, no sólo literarias, sino también políticas. La actividad de Isócrates debe ser contemplada en la doble faceta de ensayista político y de maestro y teórico de retórica, aspectos que no son independientes, sino complementarios. Su interés por la política comienza con el Panegírico (380), discurso ficticio para ser recitado en los juegos olímpicos. En él se muestra partidario de que Esparta y Atenas, dominadoras de Grecia y fiadoras del equilibrio político, dirijan una gran confederación contra el enemigo común, el imperio persa. En el 357 escribió el Areopagítico, donde retoma el tema del panhelenismo, de la hegemonía de Atenas y de la lucha contra los persas. Ahora bien, como las condiciones externas e internas de Atenas imposibilitaban la empresa, se volvió entonces hacia Macedonia, el rey de la cual, Filipo, había consolidado su imperio y estaba iniciando una fulgurante expansión a costa de todos los griegos. Isócrates vio en él al caudillo soñado durante tanto tiempo. Testimonio de esto es el Panatenaico (339), publicado muy poco antes de su muerte, y que constituye algo así como su testamento político. Pero la unión de los griegos no fue conseguida más que por la fuerza de las armas, y no libremente aceptada como pretendía Isócrates, después de la batalla de Queronea. Si en el campo político es notable su tarea de patriota inspirado en los nobles ideales que engrandecieron a Atenas como madre de la libertad y la cultura, la verdadera importancia de Isócrates radica en haber creado un tipo de enseñanza que sirvió de base para la cultura humanística. En efecto, fue el padre de una "paideia" más realista y accesible que la de Platón, y más literaria que la de Aristóteles, y que constituyó el núcleo de la enseñanza retórica, considerada por él la base de la alta cultura, en el mundo helenístico, romano y posterior. El programa teórico de su enseñanza se expone en Contra los sofistas (390), manifiesto de su escuela en contra de sus rivales, de los que se distinguía porque colocaba la elocuencia al servicio de nobles ideales cívicos y políticos, frente a la indiferencia ética y el relativismo sofístico de sus contrarios. Isócrates fue, quizás, el pensador político más influyente del siglo IV, pero sobre todo fue un gran artista de la prosa griega a la que llevó al más alto grado de perfección, siguiendo la tradición de su maestro Gorgias, y la dotó de una estructura con ritmo propio, mezcla de poesía y prosa. Se trata de una prosa artística de largos períodos rítmicos y cadenciosos, casi sin hiatos internos y con asonancias o rimas; es una prosa auténticamente musical y poética. Considerando la evolución posterior de la retórica, tanto griega como latina, se apreciará en su justa medida la enorme importancia de Isócrates en este campo.

6.- LA FILOSOFÍA. La filosofía surgió sobre todo como una forma de dar una respuesta a los hechos de la naturaleza que el mito no explicaba convincentemente, y, por tanto, se oponía a éste. Así los primeros filósofos lo son de la naturaleza, e intentaban explicar el origen del mundo y las fuerzas que lo rigen. Este tipo de filosofía surgió en Jonia y luego se extendió hacia el resto de Grecia, sobre todo la Magna Grecia y Sicilia. Entre los primeros filósofos (llamados Presocráticos)destacan Tales, Anaxímenes, Anaximandro, Anaxágoras, Jenófanes, Empédocles, Pitágoras, Parménides, Heráclito y Demócrito (padre de la filosofía atomista). Todos ellos ocupan sobre todo el siglo VI y parte del V. Pero es sobre todo, ya en el siglo V, con los sofistas, cuando el interés filosófico se centrará especialmente en el hombre y su comportamiento, así como en las normas que lo rigen. Se hizo así

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una diferenciación entre las leyes de la naturaleza (φύσις y las leyes del hombre (νόμος). Entre los sofistas destacan: Gorgias, Protágoras, Hipias, etc. En este contexto surge la figura de Sócrates, que se pasó su vida preguntando a sus conciudadanos qué es cada cosa, con un método que hacía que el preguntado contestara cosas que él creía no saber. El estudio de Sócrates se centra sobre todo en el comportamiento humano, e incluyó decisivamente en la filosofía posterior. Platón (que vivió ya a finales del siglo V y primera mitad del IV) fue discípulo de Sócrates y escribió multitud de obras (diálogos) que tienen como interlocutor al propio maestro. Entre otras muchas cosas, las doctrinas más características de Platón son las relativas a la Teoría de las Ideas, entes inmateriales y puros que están por encima de nosotros y de las que participamos imperfectamente. Fundó una escuela filosófica: La Academia. Aristóteles (que vivió ya en pleno siglo IV) fue en principio discípulo de Platón, pero sus ideas son bastante diferentes a las de éste. Aristóteles es más realista en sus doctrinas, aunque como Platón también intenta mejorar el estado del hombre. También se dedicó a estudiar diferentes ciencias como la lingüística, filología, botánica, zoología, política, y un largo etcétera. También fundó una escuela: El Liceo. Con la crisis de la polis surgieron nuevos sistemas filosóficos más centrados en el hombre y no tanto en el Estado, con diferente influencia de los filósofos anteriores. Así tenemos el Estoicismo, que se centra sobre todo en la falta de sentimientos negativos en el hombre; el Epicureísmo, que se preocupa en la obtención del placer que no produzca dolor; y el Cinismo, que rechaza todo aquello que no sea estrictamente necesario para el hombre.

7.- LA LITERATURA EN LA ÉPOCA HELENÍSTICA. A) La Poesía Helenística. a) Características. Tras un paréntesis de casi dos siglos (los de la gran creación teatral y prosística), encontramos al iniciarse el siglo III un nuevo tipo de lírica muy diferente al anterior, la poesía helenística. Ésta, que prácticamente ha dejado de ser cantado, busca nuevos temas y crea un nuevo estilo que gusta por el detalle con un lenguaje preciosista y erudito, menos fresco y más elaborado. Entre los autores, todos ellos de la primera mitad del s. III, destacan: b) Calímaco. Realizó una poesía muy culta y elaborada, con temas muy diferentes, y en diferentes dialectos, pero siempre observados desde una perspectiva de aspectos concretos y particulares. Entre sus obras destacan Aitía (Orígenes), Yambos, Himnos y Epigramas. c) Teócrito. Creó un nuevo género poético, la poesía bucólica, en la que aparecen pastores cantando temas amorosos, pero también escribió mimos, en los que aparecen temas de la vida cotidiana. Por ello ejerció mucha influencia en autores posteriores. En su estilo sigue las directrices de Calímaco: poesía preciosista (y en diferentes dialectos) y, en ocasiones, llena de humor. d) Apolonio de Rodas. Aunque escribió un largo poema épico (El viaje de los Argonautas), en su lenguaje y estilo sigue los cánones estéticos dominantes, con un tratamiento de los antiguos temas que busca nuevos aspectos. Pese a todo fue considerado rival de Calímaco. e) El epigrama. Se revitalizó en época helenística, y consiste en pequeñas creaciones poéticas que tratan temas muy diversos, y algunos de ellos son auténticas joyas literarias. Entre los autores de epigramas destacan Calímaco, Meleagro, Asclepíades, Leónidas, etc., y varias poetisas: Erina, Nosis, Mero y Ánite. Los epigramas están recogidos, a partir de la recopilación hecha por Meleagro (la "Guirnalda"), en la llamada Antología Palatina, dividida en quince libros, cada uno con un tema diferente. B) La Prosa Helenística y posterior. En la prosa helenística encontramos dos corrientes dominantes: El influjo de la tradición literaria y la búsqueda de nuevas formas de expresión. Tema IV. Literatura. Pág. 19

En cuanto a la Historiografía, destaca sobre todo Polibio (siglo II), que siguiendo las directrices de Tucídides sobre una historia causal y centrada en el hombre, escribe una historia universal, pero se centra especialmente en el auge del dominio de Roma, que en apenas un siglo se convirtió de una aldea en un imperio casi mundial. De todas formas, su obra se conserva de modo muy fragmentario. Entre otros autores destacan también Diodoro de Sicilia y Estrabón. Otro autor, Plutarco, ya del siglo II d.C., trató temas muy diferentes en pequeñas obras, pero destaca sobre todo por su obra "Vidas Paralelas", donde compara personajes históricos griegos con otros romanos. Al mismo tiempo, en el siglo II, se inicia el movimiento de la Segunda Sofística, donde destaca Luciano, que escribió obras de crítica de las costumbres de su época, y que destaca sobre todo por sus diálogos satíricos (De los dioses, De los muertos, De las cortesanas, etc.) y por sus obras fantásticas: "Historia verdadera", donde relata, entre otros hechos, un viaje a la Luna como una sátira de la literatura fantástica contemporánea. Una creación de finales de la época helenística (siglo I a.C.), y que tuvo mucho éxito posteriormente, fue la Novela, que se inició bajo el influjo de las historias fantásticas de viajes, poemas amorosos, Comedia nueva, etc. Apenas conservamos cinco novelas de las muchas escritas, que son: Quéreas y Calírroe (de Caritón), Efesíacas (de Jenofonte de Éfeso), Etiópicas (de Heliodoro), Leucipe y Clitofonte (de Aquiles Tacio) y Dafnis y Cloe (de Longo). Todas ellas tratan de una pareja de enamorados que son separados por la fuerza, pero después de muchas aventuras y vicisitudes vuelven a encontrarse.

8.- LA CIENCIA GRIEGA. A) De Tales a Aristóteles. Los orígenes de la ciencia griega están en relación con los de la filosofía, de la que no se separó hasta después de Aristóteles. Los primeros científicos griegos son también los primeros filósofos: Tales, Anaximandro, etc. El hecho de que la ciencia griega naciese entre los jonios de Asia Menor se explica por los contactos comerciales y culturales que estos griegos mantenían con el Próximo Oriente. Pero entre la ciencia griega y sus precedentes orientales hay una diferencia fundamental: fue la investigación desinteresada de la realidad lo que los griegos jonios inventaron, aunque también atendiesen a aspectos prácticos. Después de la escuela jónica de Mileto (como los estudios de geometría y astronomía de Tales), viene la escuela Pitagórica, que fue la iniciadora del estudio de las matemáticas, cuyo cultivo alcanzó en Grecia mayor brillantez que el de ninguna otra ciencia. Los griegos formularon los principios, crearon la terminología e inventaron la metodología. Los principios de la geometría y de la aritmética están expuestos en los "Elementos de Geometría" de Euclides (autor posterior). En esencia consisten en conceptos de definición, postulado y axioma que permiten formular un teorema y, mediante una serie de teoremas encadenados, explicar y resolver un problema dado. La base de todo ello es una operación intelectual de generalización y abstracción. La influencia de los pitagóricos fue considerable, pero también se produjeron reacciones adversas, como las de Parménides y Heráclito, que al substituir la observación y la experimentación por los razonamientos abstractos apriorísticos impidieron por algún tiempo el desarrollo de la ciencia. Finalmente, citemos a Demócrito, cuya teoría atomista se anticipa a la física moderna. Platón se interesó mucho por la ciencia, sobre todo por las matemáticas, pero su desdén por la observación y la experiencia y su pretensión de hacer ciencia con la sola ayuda del razonamiento contribuyeron a crear una pseudociencia mística que supone un retroceso en la historia de la ciencia griega. Pero, como contrapartida, uno de aquellos científicos que no gustaba nada de explicaciones dialécticas y teorías apriorísticas fue el matemático Eudoxo de Cnido. Por su parte, Aristóteles, con su trabajo y el de sus discípulos, formó una obra enciclopédica. El método científico aristotélico, como el platónico, es apriorístico; salvo en sus Tema IV. Literatura. Pág. 20

obras de historia natural prescinde de la observación y de la experimentación. Pero sus estudios de zoología asombran todavía por el acierto de sus conclusiones sobre la anatomía y la vida de los animales, obtenidas por la pura observación ocular. Por otra parte, hizo descubrimientos físicos importantes. Lo mismo en las ciencias humanas que en las de la naturaleza (como se ve en su "Poética" y "Retórica") utiliza su metodología característica: observación de la realidad, clasificación y estudio de la misma y elaboración de conclusiones. Su discípulo Teofrasto se distinguió aún más en la observación directa y en la experimentación, y destacan sus obras sobre botánica y geología. Por otra parte, en arquitectura destaca Hipodamo de Mileto, que diseñó las ciudades atendiendo a un plano de calles rectas y manzanas cuadradas: Plano Hipodámico. Mención aparte merece la medicina, cuyo principal representante es Hipócrates de Cos (siglo V), y que, junto con su escuela, representa una auténtica revolución: Consideran la enfermedad como algo natural (no un castigo divino, como la epilepsia), y así el médico investiga su curso, sus posibles remedios, etc., y deja escrita su ciencia sobre el diagnóstico, el pronóstico y la terapéutica (por un régimen, fármacos o cirugía). Por tanto, el médico debía ayudar a la fuerza curativa de la naturaleza y no violentarla. Entre sus obras (o las de sus discípulos), recogidas en el "Corpus Hippocraticum", destacan: "Sobre la enfermedad sagrada" (la epilepsia), "Epidemias", "El juramento" y otras sobre cuestiones concretas. Posteriormente, con Galeno (ya en época romana) la medicina consiguió muchos avances. Hipócrates y Galeno fueron durante mucho tiempo los dos puntales de la medicina árabe y de la occidental. Eran los textos principales de Medicina en las universidades en los siglos XVI y XVII. B) La Ciencia Helenística. Alejandría, fundada en el 332 por Alejandro Magno, se convirtió a la muerte de éste en la ciudad intelectual del mundo helenístico. El primer Ptolomeo fundó en ella un centro de investigación, el Museo, que atrajo a los sabios más ilustres. A partir de entonces se acentúa la separación entre la ciencia y la filosofía, y surgen las diversas ciencias especializadas. Además de las matemáticas y las ciencias de la naturaleza, se cultivan la astronomía, la geografía, la filología y nuevas ciencias conexas con ella, como la gramática, la dialectología y la métrica; se desarrolla la tecnología. Las matemáticas, con los nombres insignes de Euclides, Arquímedes y Apolonio de Perga, cobran nuevo auge. Arquímedes de Siracusa (s. III a.C.) realizó una serie de obras todas originales y modelos de exposición matemática. Calculó el área y el volumen de la esfera, el cilindro y el cono, y la superficie de la parábola y la espiral. Alude a la teoría heliocéntrica del universo anticipada por Aristarco, y habla de intentos de medir el tamaño de la Tierra y dar los tamaños y distancias del Sol y la Luna. Escribió el primer tratado de estática (ej.: principio de la palanca), inventó la hidrostática, y con sus conocimientos matemáticos se adelantó en 2.000 años a sus contemporáneos. El auge de las matemáticas influyó en el desarrollo de la astronomía. En la época helenística hacía tiempo que se daba por supuesta la esfericidad de la tierra; se imaginaba el globo terráqueo sólo en el centro del universo y rodeado de ocho esferas concéntricas. Heráclides Póntico (s. IV) hizo progresar la astronomía al afirmar que la Tierra daba una vuelta sobre su eje cada veinticuatro horas y al descubrir que Mercurio y Venus giraban alrededor del Sol. Aristarco de Samos (ss. III-II) se adelantó a Copérnico. Supuso que la Tierra y los demás planetas describen círculos alrededor del Sol inmóvil, pero su tesis Heliocéntrica tuvo poco éxito, pues a los científicos no les satisfizo, porque no explicaba el movimiento de los astros. El astrónomo más importante de la antigüedad fue Hiparco de Rodas (s. II a.C.), que descubrió la precisión de los equinoccios, calculó el mes lunar medio, midió con más exactitud los tamaños y distancias del Sol y de la Luna y perfeccionó los instrumentos usados en la observación.

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Sin embargo, Hiparco y Ptolomeo (éste ya de época romana) son los responsables de que se abandonase la teoría heliocéntrica para volver al geocentrismo. La época alejandrina conoció también los progresos de la ciencia geométrica. Eratóstenes de Cirene (s. III), director de la Biblioteca del Museo de Alejandría, observando las sombras que la varilla de un reloj de sol variaban en el solsticio de verano en dos ciudades, y conociendo la distancia que las separaba, calculó la circunferencia de la Tierra con asombrosa aproximación (250.000 estadios, mientras que en realidad son 242.000). Además escribió diversas obras sobre astronomía y cronología. En Geografía los conocimientos se adquirieron por varios caminos. Además de los datos conocidos por los fenicios, en el siglo IV Piteas de Marsella costeó Europa hasta Noruega, y las conquistas de Alejandro sirvieron para aumentar los conocimientos geográficos. Estos datos sirvieron a Eratóstenes para trazar un nuevo mapa que no señalaba los límites de África ni de Asia, pero abarcaba desde las Islas Británicas hasta Ceilán. Después de Eratóstenes la geografía matemática se transforma en descriptiva, como nos aparece en la obra de Estrabón (s. I a.C.). Otro elemento importante de la ciencia fue la filología alejandrina, que entronca con Aristóteles. La labor de los filólogos consistió primero en una catalogación de los volúmenes que se iban reuniendo en la Biblioteca. Luego vino la edición de textos basada en los mejores ejemplares disponibles. En torno a estos textos surgieron comentarios. Y finalmente toda esta erudición desembocó en una serie de tratados de Gramática, Métrica y Teoría e Historia literaria. La terminología gramatical que hoy usamos es traducción latina de la griega y la concepción de la lengua como expresión del pensamiento que resurge hoy en nuevas teorías arranca de Aristóteles. La época alejandrina se caracteriza también por el desarrollo de la mecánica y la ingeniería. Los griegos habían realizado desde antiguo obras de mecánica aplicada, pero éstas no gozaban de consideración entre los intelectuales por su menosprecio del trabajo manual. A Ctesibio se le conoce como inventor de una serie de máquinas curiosas (como el órgano hidráulico). Pero la mayor parte no eran sino juguetes para distraer a los poderosos y asombrar a los ignorantes. No se pensaba en fabricar máquinas útiles para el trabajo y la industria. Sin embargo, en la época helenística se realizaron obras públicas importantes, como el puerto y el faro de Alejandría. Los sucesores de Ctesibio fueron sobre todo ingenieros militares, como Filón de Bizancio (s. II), que inventó una especie de fusil de aire comprimido. El más famoso fue Herón (s. II), que construyó algunos autómatas y sobre todo su famosa fuente, que lanzaba un chorro de agua por la fuerza del aire comprimido, y una bola que giraba impulsada por el vapor de agua. C) Conclusión. La gran limitación de la ciencia griega fue su escasa aplicación práctica. Aunque los griegos conocieron y desarrollaron la tecnología para fines utilitarios como la minería y la metalurgia, la química, la relojería y la ingeniería, la existencia de la esclavitud, que para los antiguos era algo natural, impidió un crecimiento técnico en gran escala. Tras la época romana, la ciencia griega fue conocida en Occidente primero a través de los árabes. Después, con el Renacimiento, la ciencia griega volvió a ser conocida y estudiada directamente. Las obras de medicina y biología eran las más apreciadas y fueron objeto de múltiples ediciones y comentarios. Pero pronto la ciencia antigua fue sometida a revisión y los científicos modernos comenzaron a investigar por su cuenta apartándose de teorías establecidas. Sin embargo, mucho de lo anterior siguió siendo válido o fue redescubierto y en todo caso ese mismo espíritu renovador coincidía con el que había impulsado en su tiempo el progreso de la ciencia griega.

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