TALLER DE DIAGNOSTICO Y MANEJO DE ENFERMEDADES DE SOJA

TALLER DE DIAGNOSTICO Y MANEJO DE ENFERMEDADES DE SOJA Objetivo General Capacitar a técnicos de instituciones oficiales y privadas en el diagnóstico ...
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TALLER DE DIAGNOSTICO Y MANEJO DE ENFERMEDADES DE SOJA

Objetivo General Capacitar a técnicos de instituciones oficiales y privadas en el diagnóstico y manejo de enfermedades de soja.

Contenido - Diagnóstico de enfermedades de soja en laboratorio y campo. - Manejo de enfermedades de soja.

INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGIA AGROPECUARIA ESTACION EXPERIMENTAL AGROPECUARIA PERGAMINO «Ing. Agr. Walter Kugler» SECRETARIA DE AGRICULTURA, GANADERIA, PESCA Y ALIMENTOS República Argentina

AGRADECIMIENTO Se agradece el armado y compaginación al Grupo Comunicaciones de la Estación Experimental Agropecuaria Pergamino.

INDICE

Importancia del cultivo de la soja en la Argentina

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Importancia de las enfermedades de la soja

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Enfermedades de la soja

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Enfermedades de final de ciclo

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Roya de la soja

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Podredumbres de tallo y raíz de la soja

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Manejo de las enfermedades

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Panorama fitopatológico del cultivo de la soja en la campaña 2006-2007

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Mancha Ojo de rana. Informe regional

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Estrategias de manejo de enfermedades del cultivo de soja

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Errores en el manejo de enfermedades de soja: aplicaciones de fungicidas en estados muy avanzados del cultivo

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IMPORTANCIA DEL CULTIVO DE LA SOJA EN LA ARGENTINA El cultivo de soja en la Argentina tuvo una expansión acelerada a partir de la década del 70, incrementándose desde casi 170.000 hectáreas sembradas en el ciclo 1972/73 hasta la actual superficie de 16.6 millones de hectáreas, que representa más del 60% de la superficie sembrada con cultivos oleaginosos.

provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires con un 91% del total, mientras que el resto se localiza en las provincias del noroeste, Tucumán, Santiago del Estero y Chaco; y en las del noreste, Misiones, Corrientes y Entre Ríos. La Argentina es el cuarto país productor de soja en el mundo, luego de Estados Unidos, Brasil y China, y es el primer país exportador de aceite de soja y el segundo exportador de harinas de soja.

La soja es el cultivo extensivo de mayor importancia para la Argentina. La mayor superficie de siembra se concentra en las

IMPORTANCIA DE LAS ENFERMEDADES DE LA SOJA EN LA ARGENTINA Los factores que limitan la productividad de la soja estan relacionados, entre otros, con el manejo de suelo y cultivo, condiciones de ambiente desfavorables y con factores bióticos, como las malezas, plagas y enfermedades.

El desarrollo de las enfermedades de soja en la Argentina se ve favorecido, entre otras causas, por las condiciones ambientales, el aumento de la superficie sembrada, el monocultivo, el empleo de germoplasma de escasa variabilidad, y el uso de nuevas técnicas de manejo del cultivo.

A nivel mundial se calcula que las pérdidas de rendimiento ocasionadas por las enfermedades oscilan entre el 10 y el 15%. En la Argentina los daños causados, anualmente, por las enfermedades de soja alcanzan del 8 al 10% del total de la producción.

El panorama sanitario de la soja en la Argentina ha cambiado, pasando de ser un cultivo practicamente libre de enfermedades a la situación actual, donde se consideran a las mismas como responsables de severas reducciones en el rendimiento y la calidad, con el consecuente impacto negativo en la producción y rentabilidad del cultivo.

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ENFERMEDADES DE LA SOJA ENFERMEDADES DE FINAL DE CICLO DE LA SOJA Lucreecia Couretot y Antonio Ivancovich INTA Pergamino

Mancha Marrón de la Hoja

Las enfermedades de final de ciclo de la soja involucran a aquellas que se presentan en los estadíos reproductivos intermedios-avanzados ocasionando defoliación prematura y madurez anticipada del cultivo. Debido a la uniformidad de la distribución de la enfermedad dentro del lote no siempre son fácilmente percibidas. La anticipación de la madurez normal del cultivo ocasiona pérdidas de rendimiento por el desarrollo incompleto de los granos.

Agente causal: Septoria glycines Hemmi Síntomas y signos: Aunque es típicamente una enfermedad foliar, puede ocasionalmente afectar tallos, vainas y semillas. Se puede manifestar durante todo el ciclo del cultivo, pero se generaliza en los primeros estadíos vegetativos (V2 y V3), y en los estadíos reproductivos intermedios o avanzados (a partir de R5-6) (Fehr et.al. 1971).

En la Argentina el complejo de enfermedades de final de ciclo está representado por la «mancha marrón de la hoja» (Septoria glycines), el «tizón de la hoja» (Cercospora kikuchii) y la «mancha púrpura» (Cercospora sojina). La prevalencia de alguna de ellas durante un ciclo de cultivo depende de las condiciones de manejo del cultivo y las características climáticas de ese período.

Los síntomas se observan en formas de manchas de color marrón, irregulares, inicialmente pequeñas (1-2 mm), que luego se unen cubriendo grandes áreas de la hoja. La característica principal para la identificación de esta enfermedad y diferenciación de otras similares, es la presencia de halos amarillentos que rodean a las manchas y contrastan con el resto de los tejidos verdes normales (Hartman et. al. 2000).

Manejo de las enfermedades de final de ciclo

Cuando los síntomas se manifiestan en estados vegetativos tempranos causan defoliación de las hojas basales y se identifican con mayor facilidad, debido al marcado contraste con las plantas sanas, Estos ataques tempranos generalmente se detienen cuando desaparecen las condiciones ambientales que los favorecieron y las plantas se recuperan formando nuevas hojas.

Entre las medidas recomendadas para el control de estas enfermedades se pueden mencionar: la rotación de cultivos, el manejo adecuado de los rastrojos, el uso de semillas libres del patógeno, la siembra de variedades resistentes, y el uso de fungicidas foliares aplicados a partir de la floración del cultivo.

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Tizón de la hoja y Mancha púrpura de la semilla

Cuando los síntomas se manifiestan en estados reproductivos no son fáciles de distinguir y se confunden con otras enfermedades foliares, como por ejemplo con los tizones bacterianos. Del mismo modo que en los ataques tempranos también se produce defoliación, pero la planta no tiene capacidad de regenerar nuevas hojas y por lo tanto ocasionan pérdidas de rendimiento que dependen de la severidad y del momento de la infección. En ataques de alta severidad se puede anticipar la madurez del cultivo de 2 a 4 semanas.

Aunque esta enfermedad es más conocida por los daños causados en las semillas, también puede presentarse sobre los tallos, las hojas y las vainas, constituyéndose en una de las componentes del complejo de final de ciclo. Los primeros síntomas se observan a partir de los estados reproductivos iniciales, provocando posteriormente una defoliación prematura y la consecuente pérdida de rendimiento, por el incompleto desarrollo de los granos.

El signo de la enfermedad está representado por las estructuras del hongo (picnidios), que emergen de los tejidos afectados (tallos y hojas) como puntuaciones de color oscuro.

Agente causal: Cercospora kikuchii (T. Matsu & Tomoyasu) Gardner

Síntomas Condiciones predisponentes

Las hojas superiores presentan coloraciones púrpura-rojizas en el haz de las mismas, y lesiones angulares o irregulares que a menudo coalescen formando áreas necróticas, en ambas caras de las hojas. También se observan coloraciones púrpurarojizas en los tallos, y necrosis en las nervaduras y en los peciolos, que permanecen adheridos al tallo durante un tiempo inusualmente prolongado. Las infecciones más severas pueden afectar las vainas y las semillas.

La fuente inicial de inóculo es el rastrojo infectado de años anteriores. El desarrollo de la enfermedad se ve favorecido por temperaturas medias diarias superiores a 21ºC y alta humedad ambiente, que provocan la esporulación del hongo.

El mayor espaciamiento entre surcos favorece el salpicado y la dispersión del hongo, desde los rastrojos infectados en el suelo hacia las hojas inferiores de las plantas.

Como consecuencia del ataque de la enfermedad, se produce una defoliación que comienza desde las hojas superiores, a diferencia de lo que ocurre en los procesos de senescencia natural donde la defoliación ocurre desde las hojas inferiores.

Las precipitaciones frecuentes ayudan a la dispersión del hongo desde las hojas inferiores hacia las superiores, incrementando la incidencia y severidad de los síntomas.

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Condiciones predisponentes

centro claro y borde oscuro, sobre las cuales se forman conidios libres de color pardo oscuro.

El inóculo puede provenir de las semillas y de los tejidos infectados, que permanecen en el reastrojo. El desarrolllo de la enfermedad se ve favorecido por temperaturas de 28-30ºC y prolongados períodos de humedad.

Condiciones predisponentes El hongo sobrevive en forma de micelio sobre las semillas infectadas. Alta temperatura y humedad conducen a la formación de conidios, que son transportados por el aire y por el salpicado de las gotas de lluvia a corta distancia. Bajo condiciones favorables para el patógeno se pueden producir varias infecciones secundarias durante el ciclo del cultivo.

MANCHA OJO DE RANA De las tres enfermedades involucradas en el complejo de final de ciclo, la «mancha ojo de rana» es la que requiere mayor temperatura y humedad, lo que explica su mayor desarrollo en las áreas sojeras más cálidas.

Es importante considerar que Cercospora sojina es un patógeno con alto potencial de variabilidad genética, pudiéndose diferenciar varias razas fisiológicas, razón por la cual, las variedades resistentes a algunas razas determinadas podrían ser afectadas por otras nuevas razas.

Agente causal: Cercospora sojina Hara Síntomas y signos Los síntomas típicos de esta enfermedad, que dan nombre a la misma, son lesiones circulares a angulares, con

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MILDIU

La semilla infectada puede originar plántulas sistemicamente invadidas por el hongo observándose una coloración verde clara en la base de las hojas unifoliadas.

Es una enfermedades difundida ampliamente a nivel mundial. Se la registra por primera vez en Kashmir en 1908 (2) y en EE.UU. en 1923. Las pérdidas reportadas a nivel mundial no superan el 8% (1,4).

Organismo causal Peronospora manshurica (Naoumoff) Sydow ex Gaum.

En nuestro país se la menciona por primera vez en 1974 (3) en la provincia del Chaco, estando en la actualidad ampliamente difundida, sin causar daños de importancia (2).

Sinónimo: Peronospora sojae Lehman y Wolf. Las hifas de este hongo son intercelulares y cenocíticas. Los conidióforos son delgados, de color gris a violeta pálido y emergen en forma simple o en grupos desde los estomas en el envés de las hojas, estando ramificados dicotómicamente. Las ramitas terminales o esterigmas son puntiagudas y los esporangios son subhialinos, elípticos a subglobosos de 19 a 24 u, careciendo de papilas axilares.

Síntomas Los primeros síntomas aparecen en el haz de las hojas como pequeñas manchas puntiformes verde pálidas a amarillentas. En el envés de las hojas y en correspondencia con dichas manchas aparece una eflorescencia grisácea, que le da aspecto aterciopelado, constituida por las fructificaciones del hongo (esporangióforos y esporangios). Estas manchas pueden estar aisladas o hacerse confluentes y al envejecer tomar una coloración castaño oscura. Cuando la enfermedad se muestra en forma intensa se produce una defoliación prematura(1,2).

Caracteristicas epidemiológicas El hongo causal de esta enfermedad sobrevive como oospora(fructificación sexual que actua como forma de resistencia) en hojas y semillas infectadas, que constituyen el inóculo primario y al sembrarse originan plántulas enfermas desde las cuales se inician infecciones secundarias.

El hongo puede también afectar vainas y semillas, quedando éstas con un color blanco opaco y perdiendo su brillo natural, producto de una costra producida por el hongo. Las semillas suelen ser más pequeñas y livianas que las normales.

Esta enfermedad se ve favorecida por temperaturas de 20 a 22 ºC y alta humedad relativa.

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Manejo de la enfermedad

Síntomas

• Uso de cultivares resistentes. • Rotaciones de cultivos. • Tratamiento de las semillas con fungicidas.

Es una enfermedad que se manifiesta principalmente en hojas, pero puede encontrársela en pecíolos, tallos, vainas y semillas. Las lesiones en hojas son redondas a irregulares, marrón rojizas, variando desde pequeños puntos a manchas necróticas de 1,5 cm. de diámetro. Es común observar un halo amarillento alrededor de la misma. Las lesiones suelen presentarse zonadas, de lo cual deriva el nombre común de mancha anillada o del blanco de tiro.

Bibliografía Dunleavy, J.M. 1984, Prevalence of soybean downy mildew in Iowa. Plant Disease 68: 778-779. Mitidieri, I.Z. de, 1980, Antecedentes y observaciones del mildiu de la soja Peronospora manshurica (Naoumoff) Sydow ex Gaum. IDIA, Nº 393-394: 16-20.

Los tallos y pecíolos infectados a menudo presentan una coloración marrón oscura de tamaño variable. Las manchas en vainas son generalmente circulares y algo deprimidas con centros oscuros y bordes marrones. Cuando el índice de infección es alto en vainas, el hongo penetra en las semillas produciendo lesiones marrón oscuras.

Passennheim, E.M., 1975. Enfermedades de la soja . IDIA, Suplemento Nº 31: 175-180. Phillips, D.V. 1989. Downy Mildew. Pag.1719 in: Compendium of soybean diseases, 3rd edition. Sinclair, J.B. and Backman, P.S., eds., American Phytophatological Society, St. Paul, MN, 106 pp.

Es muy común encontrar al hongo afectando la raiz principal y secundarias, las cuales presentan una coloración marron rojiza a violácea.

MANCHA ANILLADA Esta enfermedad, también conocida como mancha del blanco de tiro, fue citada por primera vez en EE.UU. en 1945 (3) y desde entonces se encuentra en la mayor parte de las áreas sojeras de ese país. Su distribución ha sido favorecida en aquellos países donde la producción de esta oleaginosa ha tenido un gran incremento en la última década, tal es el caso de Brasil, Cambodia, Canadá, China, Japón y Argentina.

Organismo causal Corynespora cassiicola (Berk. y Curt.) Wei. Sinónimos:Cercospora melonis Cooke Cercospora vignicola Kawamura Helminthosporium vignae L. Olive Helminthosporium vignicola (Kawamura) L. Olive

En nuestro país la presencia de este patógeno en semilla fue determinada en las regiones del NOA y NEA en 1989.(1)

Los conidios son lisos, de color marrón, muy variables en su forma, cilíndricos o ensachados en la base y algo ahusado en sus extremos. Se forman solitarias o en cadenas de dos a seis con 3 a 20

Se lo menciona afectando un amplio rango de hospedantes, incluyendo algunas especies de importancia económica.

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pseudotabiques y miden de 39 a 370 u x 7 a 22 u(135ux8u).El micelio es blanco y floculescente o comprimido en un principio para luego tornarse gris oscuro. El hongo produce clamidosporas a medida que el cultivo envejece.

• Utilización de cultivares resistentes.

Características epidemiológicas

Bibliografía

Es un hongo que sobrevive en los residuos de cultivo, semillas y en el suelo. Además puede colonizar diversos restos vegetales en el suelo.

Díaz, C. y Díaz Botta, E. B. de. 1989. Patógenos fúngicos de semilla de soja provenientes de cultivos del Noroeste y Noreste Argentino. Página 87 en: Programs and Abstracts World Soybean Research Conference IV. 107 pp.

• Tratamiento de semillas con fungicidas (2). • Tratamientos foliares con fungicidas.

La infección en las hojas progresa desde los primeros foliolos cuando la humedad relativa supera el 80%. Las infecciones de raíces y tallos se presentan al estado de plántulas, con temperaturas de suelo de alrededor de 15-18ºC. A 20ºC los síntomas son menos graves y las plántulas producen raíces casi normales. Períodos de clima seco inhiben la hongo tanto en hojas como en raices.

Horn, N. L., Lee, F. N., and Carver, R. B. 1975. Effects of fungicides and pathogens on yields of soybeans. Plant Dis. Rep. 59:724728.

Snow, J.P., and Berggren, Jr.,G.T. 1989. Target spot. Pag.27-28 in: Compendium of Soybean Diseases. 3rd. ed. The American Phytopathological Society, St. Paul, Minnesota. 104 pp.

Manejo de la enfermedad • Rotación de cultivos con especies no susceptibles.

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ROYA DE LA SOJA Antonio Ivancovich y Lucrecia Couretot – INTA Pergamino

Importancia de la enfermedad

Síntomas

La roya es una enfermedad de alto potencial destructivo que afecta al cultivo de la soja. Desde su identificación a comienzos del siglo pasado en Asia, la roya ha provocado severos daños en lotes de soja ubicados en varios continentes.

Aunque los síntomas de la roya pueden presentarse en cualquier momento del ciclo del cultivo, se hacen más evidentes en plantas próximas a floración, y progresan desde las hojas inferiores hacia las superiores. Los síntomas se visualizan mayormente en el envés, como lesiones de color amarillo que posteriormente se tornan marrón y marrón-rojizo. Sobre estas lesiones se forman estructuras globosas denominadas urediniosoros, que liberan urediniosporas a través de un poro central. Durante los últimos estados de la enfermedad se forman otras estructuras, de color pardo oscuro, denominadas telios, que contienen teliosporas.

La roya de la soja es causada por dos especies de hongos: Phakopsora pachyrhizi, originaria de Asia, y Phakopsora meibomiae, originaria de Sudamérica. La especie asiática es más virulenta y agresiva que la sudamericana, por lo tanto causa mayores daños económicos.

La especie asiática fue encontrada en Hawai en 1994, y causa considerables pérdidas de rendimiento en varios países asiáticos, hasta 40% en Japón y 80% en Taiwán.

La variación en los síntomas está relacionada a factores como estado de crecimiento de la planta, variedad e inclusive a la raza del patógeno presente. En tal sentido se diferencian dos tipos de lesiones: marrón-rojizas, con grandes áreas necróticas y pocos o ningún urediniosoros; y marrónamarillentas, con pústulas y masas de urediniosporas.

En los EEUU el riesgo de la roya de la soja está siendo investigado desde la década del 70’ por el USDA (Departamento de Agricultura de los EEUU).

Los síntomas de la roya se pueden confundir con los causados por la mancha marrón (Septoria glycines) y la pústula bacteriana (Xanthomonas axonopodis pv. glycines).

En Brasil y Paraguay la forma asiática de la roya de la soja ha sido observada durante los años 2001 y 2002). En ese mismo período fue encontrada en la provincia de Chaco, Argentina (comunicación personal, Ing. de Alvarez, de la Universidad del NE, Corrientes).

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Epidemiología Phakopsora pachyrhizi es un patógeno biotrófico, que no sobrevive en los rastrojos infectados, sino en plantas espontáneas de soja y en numerosos hospedantes alternativos de este hongo.

El agente causal de la roya es un patógeno policíclico (varias generaciones durante el ciclo del cultivo de la soja), con capacidad de producir abundantes urediniosporas bajo condiciones ambientales favorables. Penetra en forma directa a través de la cutícula y la epidermis del hospedante, lo que hace que la infección sea rápida y fácil.

Se han citado 31 especies en 17 géneros de leguminosas que son hospedantes de P. pachyrhizi en la naturaleza, y 24 especies en 19 géneros que son hospedantes de ambas especies de Phakopsora, entre las que se pueden mencionar a las siguientes: kudzu (Pueraria lobata), trébol (Melilotus spp.), lupino (Lupinus hirsutus), poroto (Phaseolus vulgaris), caupi (Vigna unguiculata). También han sido citadas como hospedantes diversas otras especies en los géneros Cajanus, Crotalaria, Dolichos, Lablab, Medicago, Pachyrhizus, Rhynchosia, y Vicia.

El nivel de pérdidas causado por la roya depende del estado fenológico en que comienzan los síntomas, y de la severidad de los mismos. El mayor efecto negativo de la enfermedad sobre el cultivo se relaciona con la madurez anticipada y el rendimiento del mismo. Con altas temperaturas y tiempo seco, la evolución de la enfermedad es más lenta.

Manejo de la enfermedad La germinación de esporas ocurre con un mínimo de 6 h de rocío y temperaturas entre 8 y 36°C, con un óptimo entre 16 y 24°C. La infección ocurre también con un mínimo de 6 h de rocío y temperaturas entre 11 y 28°C, con un óptimo entre 19 y 24°C. Con temperaturas de 22 a 27°C, los urediniosoros maduran 6 a 7 días después de infección. Cada 10-11 días se produce una nueva generación de urediniosporas. Con condiciones favorables, tiempo fresco y húmedo, es posible progresar desde una infección inicial a una de 90% en 3 semanas.

Entre las alternativas de manejo de la roya de la soja se mencionan el uso de cultivares resistentes y el uso de fungicidas de aplicación foliar.

Existen 4 genes de resistencia: Rpp1, Rpp 2 , Rpp 3 y Rpp 4 , que han sido identificados en PI 200692, PI 230970, PI 462312 (Ankur) y PI 459025, respectivamente.

Considerando la importancia de la enfermedad y el desconocimiento de la reacción de los cultivares de soja frente a la misma resulta de utilidad profundizar los conocimientos respecto a este tema para minimizar los posible efectos negativos de la roya en el futuro.

Las urediniosporas, pueden sobrevivir hasta 50 días, y son fácilmente dispersadas por el viento, lo que posibilita que la enfermedad pueda ser diseminada a grandes distancias geográficas.

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Bibliografía relacionada al tema

Hasta tanto no se dispongan de cultivares de buen comportamiento frente a la enfermedad la aplicación de fungicidas foliares apenas se detecten los primeros síntomas se constituye en una herramienta factible de ser utilizada para minimizar los daños causados por la roya. Si las condiciones favorables para la enfermedad persisten durante un tiempo prolongado pueden ser necesarias varias aplicaciones. Entre los funguicidas mencionados para el control de la roya de la soja están los siguientes: Mancozeb, Triazoles (cyproconazole, difenoconazole, epoxiconazole, tebuconazole) y Estrobilurinas (azoxistrobina, pyraclostrobin, y trifloxystrobin).

J.B. Sinclair and G.L. Hartman (eds) 1995. Proceedings of the Soybean Rust Workshop. National Soybean Research Laboratory Publication N° 1, Urbana, Illinois. EEUU. Yang, X.B. 2002. Soybean rust: Epidemiology and Management. IN: Anais do II Congresso Brasileiro de Soja e Mercosoja 2002. Foz do Iguazú. PR. Brasil. Vello, N.A., Brogin, R.L. y Arias, C.A.A. Estrategias de melhoramento para o controle da ferrugem da soja. Anais do II Congresso Brasileiro de Soja e Mercosoja 2002. Foz do Iguazú. PR. Brasil. pp 188196.

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PODREDUMBRES DE TALLO Y RAÍZ DE LA SOJA Silvia Distefano INTA-EEA Marcos Juárez

Podredumbre húmeda del tallo

Podredumbre de raíz y tallo

Todos los órganos de las plantas pueden ser afectados, pero es visible un marchitamiento de las hojas y presencia del hongo en los tallos. Ha sido una enfermedad importante, pero actualmente es casual o esporádica o en condiciones especiales, bajo riego.

Es una enfermedad caracterizada por un marchitamiento que ocurre en todas las etapas del cultivo. Es más fácil su reconocimiento en plantas adultas; en postemergencia puede confundirse con síntomas de otros patógenos. Se hace muy evidente cuando existe amplitud térmica en los suelos, con temperaturas nocturnas bajas y ocurrencia de lluvias. Se observan las plantas enfermas generalmente en los sectores más fértiles del lote o en áreas bajas del relieve, donde se acumula agua. Se presenta en forma de plantas aisladas o en «parches» pequeños a medianos.

Agente causal: Sclerotinia sclerotiorum Síntomas y signos: Las infecciones se observan inicialmente en los racimos florales o en las axilas de las hojas o ramificaciones donde llegan las ascopsoras por salpicaduras de gotas de lluvia y se inicia la infección. Los tejidos se tornan acuosos, se forma un micelio externo blanco con estructuras blancas inicialmente que luego se tornan negras (esclerocios). Estos son grandes y de formas variables; cuando invaden la médula, la reemplazan y los esclerocios son perfectamente cilíndricos tomando el molde del interior del tallo.

Agente causal causal: Phytophthora sojae Síntomas y signos: El tallo principal y las ramificaciones toman una coloración rojiza, violácea o chocolate desde el nivel del suelo hacia arriba. Una característica diferencial es la posición en ángulo recto de las ramificaciones o pecíolos de las plantas enfermas. Las raíces principales y secundarias se necrosan parcialmente y la epidermis se desprende fácilmente.

Condiciones predisponentes: Condiciones predisponentes:

Los esclerocios que están en el suelo y rastrojo germinan con bajas temperaturas (10-21°C) y altos contenidos de agua en el suelo. El desarrollo de la enfermedad se ve favorecido por lluvias y temperaturas «frescas».

Temperaturas del suelo inferiores a 15°C, lluvias persistentes y suelos compactados.

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Podredumbre parda o marrón

Condiciones predisponentes:

Es una enfermedad que puede confundirse con otras que afectan a la soja y podría estar en pleno crecimiento; puede producir pérdidas entre el 13-30%.

Se asocia a condiciones de estrés ambiental, altas temperaturas y déficit hídrico.

Agente causal: Cadophora gregata (Phialophora gregata)

Podredumbre carbonosa Es producida por un hongo habitante del suelo que penetra en la raíces en condiciones de exceso hídrico y se hace evidente en estados reproductivos más avanzados, cuando ocurre déficit hídrico; se observan lesiones rojizas y los tejidos internos adquieren un color ceniza oscuro. Las hojas se secan y permanecen adheridas a la planta por el pecíolo y se extraen fácilmente del suelo por raíces afectadas. Pueden formar rodales de plantas muertas o intercaladas entre plantas sanas.

Síntomas y signos: Tallos cortados longitudinalmente muestran una médula a lo largo del tallo y hasta la primera porción de la raíz de color marrón rojizo. La parte superior de la planta presenta hojas con necrosis internervales pero sin síntomas en los tallos o raíces.

Condiciones predisponentes:

Agente causal: Sclerotium bataticola

La infección ocurre temprano en el crecimiento de las plántulas, pero se hace visible en estados reproductivos tempranos con alta humedad edáfica y un amplio rango de temperaturas, entre 15 y 27°C.

Síntomas y signos: La epidermis se desprende fácilmente y sobre los tejidos leñosos se observan numerosos puntos negros brillantes muy pequeños (esclerocios), que dan el aspecto de partículas de carbón, tan pequeñas como cabezas de alfiler.

Podredumbre y muerte prematura Es una enfermedad emergente, preocupante y se detecta desde R5 en adelante. Cultivos de aparente buena sanidad y de rendimientos normales, comienzan a marchitarse en forma abrupta, apareciendo numerosas plantas enfermas con solo unas pocas de aspecto sano. El lote de producción abruptamente toma aspectos de senescencia anticipada.

Condiciones predisponentes: Estructura de raíces superficiales en suelos compactados, con poca tolerancia a la falta de agua.

Agente causal: Phomopsis longicolla

Marchitamiento y muerte en rodales Síntomas y signos: Ocurre en todos los estados de la planta, pero generalmente se la observa en dos etapas, en plántula y en floración. Se caracteriza por estrangulamiento a nivel de cuello de color rojizo, con podredumbre

Los tejidos internos del tallo están colonizados por micelio, la médula disqueada y el área cercana a la inserción de las hojas o ramificaciones, necrosados.

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Síntomas y Signos:

acuosa por encima y por debajo de la línea del suelo. Las raíces presentan una podredumbre marrón rojiza cuya corteza se desprende fácilmente. Las hifas gruesas y maduras del hongo pueden observarse sobre el hipocótilo. La planta emite raíces adventicias como nuna forma de defensa pero en general mueren. En estados reproductivos se observan grandes manchones circulares de plantas muertas.

Declinación, amarillamiento, hojas con necrosis internervales y muerte de las plantas. Cortes longitudinales de porción inferior del tallo y de raíces muestran tejido húmedo y grisáceo, sin cuerpos fructíferos de hongos.

Condiciones predisponentes: Agente causal causal: Rhizoctonia solani Aparece en etapas reproductivas avanzadas, en suelos con drenaje pobre y compactado, con temperaturas entre 22 y 28°C.

Síntomas y signos: Raíces e hipocótilos se tornan acuosos y rojizos. Hifas oscuras que forman ángulos rectos pueden observarse sobre los tejidos enfermos.

Marchitamiento o Tizón de plantas por Sclerotium

Condiciones predisponentes:

Se observa en ciclos con déficit hídrico; las plantas se marchitan, los tejidos se necrosan y mueren en hileras sobre los surcos. Se extraen fácilmente del suelo.

Monocultivo, secuencias cortas con gramíneas con condiciones de exceso hídrico y altas temperaturas.

Agente causal: Sclerotium rolfsii Síntomas y Signos:

Síndrome de la muerte repentina En la porción basal del tallo se observa un micelio extendido, denso, blanco y ramificado. Sobre éste, en el cauliplano próximo a la línea del suelo, se forman pequeños cuerpos algodonosos perfectamente esféricos de color blancos, que van cambiando de tonalidad a crema, beige, canela hasta alcanzar un castaño o marrón oscuro, bien característico, según la edad de las estructuras de resistencia.

Las plantas afectadas se observan aisladas, o en manchones. En el NOA se pueden registrar lotes con un 100% de infección. Se detectan hojas con necrosis internervales en el tercio superior de la canopia, muy característico, lo que exige la observación de tallos y cortes longitudinales de raíces. Provoca el marchitamiento de plantas, defoliación y escaso número de vainas.

Condiciones predisponentes: Agente causal: Fusarium tucumaniae y F. virguliforme (Argentina). Fusarium brasiliense (Brasil) y F. cuneirostrum en Brasil, Canadá, EE.UU y Japón (Aoki et al., 2005, Colletto et al., 2006).

Alta humedad y temperaturas entre 25 y a 35°C, luego de un período de déficit hídrico provocado por la germinación de los esclerocios o micelio que permanecen en el rastrojo o en el suelo.

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Cancro del tallo

Tizón del tallo y de la vaina

Es una enfermedad que fue muy importante por las pérdidas ocasionadas a mediados de la década del 90. Actualmente se la considera presente en los lotes de producción en forma dispersa, pero se han registrado algunos ataques severos en lotes puntuales en el sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires.

Es una enfermedad que se observa principalmente sobre tallos y vainas a final del ciclo del cultivo. Es endémica y se observa anualmente con distintos niveles de severidad, porque el hongo sobrevive como micelio en el rastrojo o en las semillas. Agente causal: Diaporthe phaseolorum f.sp. sojae. Phomopsis sojae

Agentes causales: Diaporthe phaseolorum f.sp. meridionalis; Diaporthe phaseolorum f.sp. caulivora

Síntomas y Signos: Cuerpos negros (picnidios) ubicados linealmente tanto en tallos como en vainas que han alcanzado la madurez. Es muy frecuente en semillas.

Síntomas y Signos: En los tallos verdes de plantas en estados reproductivos (floración y formación de vainas) se observan pequeños puntos oscuros (marrones o negros) que pueden tomar dos características: rodear el punto de inserción de la ramificación con el tallo principal y formar un cancro localizado, grande, de centro claro y márgenes negros rojizos con puntuaciones negras (picnidios de la fase anamorfa Phomopsis) distribuidas al azar. En general corresponden a la forma meridionalis. Otros cancros son de color marrón claro, muy largos abarcando grandes segmentos del tallo, generalmente desde el tercio medio hacia arriba. Cortes longitudinales en ambos casos muestran la médula disqueada y necrosada.

Condiciones predisponentes: Temperaturas elevadas humedad; períodos lluviosos.

y

alta

CLÍNICA RÁPIDA PARA NECROSIS INTERNERVALES DE LAS HOJAS Ing. Agr. Norma Formento INTA - Paraná La observación de necrosis internervales en lotes de producción exige por parte del técnico asesor:

Condiciones predisponentes: Lluvias frecuentes en etapas tempranas del cultivo, cuando existe rastrojo infectado en la superficie del suelo o semillas infectadas. Los esporos pueden provenir de picinidios de Phomopsis o la infección puede ser iniciada por ascoporas del género Diaporthe.

a. relevar el lote, caminar y observar la distribución y frecuencia de los síntomas. b. registrar si está en manchones o sectores, en plantas aisladas, en bordes más fértiles, lomas, medias lomas o bajos.

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c. extraer las plantas y prestar atención a la resistencia ofrecida por las raíces pudiendo estar las plantas bien ancladas (posible enfermedad en tallos) o de muy fácil extracción dejando raíces en el suelo y el sistema que queda expuesto está incompleto por podredumbre de raíces (enfermedad radicular).

observando especialmente la presencia de lesiones hundidas, tipo cancros. e. contar siempre con un instrumento sencillo cortante tipo cortaplumas o cuchillo con serrucho para efectuar cortes longitudinales del tallo o para extraer la epidermis de raíces (debajo pueden observarse coloraciones anormales marrones, rojizas, levemente anaranjadas o puntuaciones negras).

d. analizar toda la longitud de los tallos

En tallos:

Los posibles resultados de una aproximación al diagnóstico en raíces y tallos de soja pueden ser:

3. cancros definidos en el tallo: Cancro del Tallo (CTS).

En raíces: 4. tallo con médula destruida de color marrón rojizo: Podredumbre Marrón del Tallo (PMT).

1. podredumbre raíces secundarias y coloración gris húmeda de la raíz principal sin síntomas externos en el tallo: Síndrome de la Muerte Repentina (SMR).

5. tallo con eflorescencias blanquecinas que se tornan violetas o lilas y más tarde con cojines de color rojizo hasta un marrón herrumbre: Podredumbre Rojiza del Tallo (PRT).

2. podredumbre de raíces secundarias, aspecto seco, fácil desprendimiento de la epidermis y puntos negros en los tejidos. Esclerocios en el tejido medular hasta 10 – 15 cm de altura y sin síntomas externos en el tallo: Podredumbre Carbonosa (PC).

Otras causas de necrosis internervales son: fitotoxicidad por fungicidas, deficiencias minerales, presencia de una variante del virus del mosaico de la alfalfa, etcs.

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MANEJO DE ENFERMEDADES Antonio Ivancovich – INTA Pergamino

Ecosistema

la arquitectura específica del hospedante, de las prácticas de cultivo adoptadas y de las características del terreno en el que el cultivo se halla implantado (Robinson 1987).

La interacción de los factores bióticos y abióticos en un área geográfica definida configura un ECOSISTEMA, que comprende distintos subsistemas con diferentes niveles jerárquicos.

El desarrollo de la agricultura ha motivado que el hombre modifique en mayor o menor medida algunos aspectos del ecosistema en su propio beneficio. En algunos casos ha sido posible preservar parte de los atributos originales del mismo. En muchos otros, por el contrario, la modificación ha alcanzado tal magnitud que a partir del resultado de esa intervención se han conformado subsistemas caracterizados por uniformidad genética en grandes extensiones, condiciones de microambiente diferentes a la de los sistemas naturales, y baja estabilidad: los AGROECOSISTEMAS.

Patosistema: La interacción entre especies de organismos, involucrando parasitismo dentro de un ecosistema es definida como patosistema.

En un patosistema vegetal el hospedante es una planta, y el parásito es cualquier especie de organismo que obtiene sus nutrientes a partir de la misma e induce un estado patológico (enfermedad). De tal modo, los parásitos pueden ser insectos, ácaros, nematodes, hongos, bacterias, virus, etc.

IMPORTANCIA DE LAS ENFERMEDADES EN EL AGROECOSISTEMA El potencial de la producción agrícola es el resultado de la interacción de una serie de factores bióticos y abióticos que incluyen a las enfermedades de las plantas como una de las más importantes limitantes del rendimiento y calidad de los cultivos. Algunas de estas enfermedades están difundidas en diferentes zonas geográficas debido a que sus agentes causales se han adaptado a un amplio rango de condiciones ambientales. Otras, por el contrario sólo están presentes en áreas con características ambientales particulares.

En los PATOSISTEMAS NATURALES el hombre no participa y el hospedante, el parásito y el ambiente interactúan de modo tal que el sistema se comporta como autónomo, estable. Ello es posible gracias a la acción de mecanismos de autoregulación que tienden a compensar cualquier tipo de desvíos a partir del equilibrio óptimo.

En los PATOSISTEMAS CULTURALES no existe capacidad de autoregulación y por consiguiente son inestables. En estos patosistemas el hospedante ya no es una planta salvaje sino un cultivar genéticamente uniforme y sembrado en alta densidad, y el ambiente es el resultado de

La mayoría de las enfermedades foliares, aunque se presentan con mayor frecuencia, no producen perjuicios de consideración a los cultivos extensivos, cuando se manifiestan antes de floración del

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cultivo, ya que la masa foliar reducida por la enfermedad puede ser generalmente compensada por las plantas afectadas. Por el contrario cuando se presentan luego de floración, generalmente en estadíos reproductivos intermedios (R3-4, escala de Fehr, 1971) constituyen parte importante de las denominadas enfermedades de final de ciclo, causando defoliación prematura del cultivo y por lo tanto pérdidas en rendimiento y calidad de granos.

También es importante considerar que existen patógenos que pueden sobrevivir sobre residuos de cultivos no susceptibles utilizándolos simplemente como sustrato (Fernandez y Fernandes 1990).

Una de las formas de sobrevivencia más comunes de los hongos de suelo son los esclerocios (tejido vegetativo compactado en estado latente). Estas estructuras son de diversas formas, colores y tamaños, dependiendo del ambiente en donde son producidos, y tienen la capacidad de regenerar micelio (cuerpo vegetativo del hongo) que puede infectar por contacto las raíces y base del tallo (Rhizoctonia solani y Verticillium dahliae) o producir estructuras reproductivas que liberan esporas que infectan la parte aérea de las plantas (Sclerotinia sclerotiorum). La ocurrencia de una u otra forma depende de las condiciones ambientales presentes en el momento de reactivación de los esclerocios.

Las enfermedades de tallos y raíces se presentan con menor frecuencia y distribuídas erráticamente en los lotes. No obstante ello, cuando se manifiestan, las pérdidas ocasionadas por las mismas son considerables ya que pueden llegar a causar la muerte de las plantas atacadas.

ESTRATEGIAS DE SUPERVIVENCIA DE LOS PRINCIPALES AGENTES CAUSALES DE ENFERMEDAD El conocimiento del ciclo de vida del patógeno y sus formas de sobrevivencia son de fundamental importancia, ya que cualquier alteración que podamos provocar sobre el mismo puede inhibirlo o restarle eficiencia y por lo tanto favorecer el manejo de las enfermedades que ellos ocasionan.

Las formas de propagación que producen los patógenos determinan la posibilidad de su difusión a lotes más o menos distantes a su lugar de orígen. Así por ejemplo las royas producen esporas capaces de infectar cultivos a grandes distancias, mientras que los hongos de suelo, generalmente, no lo hacen. De este modo, estos últimos pueden ser manejados más eficientemente por medios culturales en lotes determinados ya que su presencia no está influenciada mayormente por fuentes de inóculo provenientes de lotes vecinos.

Algunos hongos denominados «habitantes del suelo» (ej. Fusarium spp.) permanecen en los residuos de cultivos durante muchos años, sobreviviendo en el suelo aún cuando no se siembren cultivos susceptibles. En cambio otros definidos como patógenos «invasores de suelo» (ej. Colletotrichum spp .) no sobreviven un período de más de dos años sin un hospedante susceptible (Palti, 1981).

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CONTROL VERSUS MANEJO

En nuestro país, el uso de fungicidas en cereales y oleaginosos está fundamentalmente restringido a su aplicación como curasemillas. El empleo de fungicidas foliares es solo puntual debido a su alto costo relativo en relación a los niveles de rendimientos predominantes.

El concepto de «CONTROL DE ENFERMEDADES» involucra la aplicación de medidas tendientes a ERRADICAR al organismo causal de una enfermedad, siendo por lo tanto sólo aplicable a un número limitado de situaciones. En los últimos años este concepto ha sido reemplazado por el de « MANEJO DE ENFERMEDADES » que implica un proceso ENFERMEDADES» contínuo de eventos consistente en la selección y uso de técnicas orientadas a reducir las enfermedades a un nivel tolerable (Apple 1977).

El Manejo de las Enfermedades de los cultivos como una estrategia de Manejo del Agroecosistema El enfoque de «alta productividad» adoptado en el manejo de cultivos en la Pampa Húmeda durante la década del 70 y primera parte de la del 80 aceleró el proceso de degradación de los suelos con la consiguiente pérdida de eficiencia productiva. Esta filosofía productivista involucró el uso de pesticidas con el fin de «controlar» malezas, plagas y agentes fitopatógenos en lugar de «manejarlos» para reducir sus daños a niveles compatibles con los objetivos de la empresa agropecuaria. Esta modalidad de producción no sólo no fue eficiente en la reducción de pérdidas sino que incidió negativamente sobre los enemigos naturales, antagonistas específicos, uso de los niveles de resistencia genética disponible; aumentando además los desechos de agroquímicos en el perfil de los suelos y en las aguas.

El manejo de enfermedades trata de regular a los organismos fitopatógenos y no de erradicarlos, y su concepto está estrechamente ligado al de «umbral de daño económico», definido como la menor densidad de población del patógeno que causa daño económico.

En los países altamente desarrollados los métodos de manejo de enfermedades utilizados en las últimas décadas se basaron casi exclusivamente en el uso de productos químicos con la finalidad de mejorar la calidad de los productos finales obtenidos. Más recientemente, por cuestiones económicas y de protección del ambiente se están estudiando e incorporando otras formas de manejo, como el manejo cultural.

La filosofía de la «SOSTENIBILIDAD» en la agricultura moderna implica la implementación de acciones en tres aspectos: el tecnológico, el económico y el socio-cultural (Coscia 1991). El manejo de enfermedades comprende una serie de estrategias tendientes a eficientizar la protección de los cultivos en esos tres grandes sectores: en el tecnológico, con la adopción de metodologías efectivas; en el económico, adaptándose al marco de

El manejo cultural es una alternativa que además de ser económica, es usada como una estrategia para preservar el agroecosistema, y su aplicación implica aprender a convivir con las enfermedades (Nat. Acad. of Sc. 1972).

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EFECTO DE LAS PRÁCTICAS CULTURALES SOBRE EL DESARROLLO DE LAS ENFERMEDADES

rentabilidad empresaria y en el socio-cultural con un menor nivel de contaminación por agroquímicos y la preservación de los recursos naturales.

Desde el punto de vista del desarrollo de la enfermedad el manejo de enfermedades se logra de diferentes modos: reduciendo o demorando la enfermedad al comienzo de la estación del cultivo o reduciendo la velocidad de desarrollo de la enfermedad durante el período de crecimiento del cultivo (Zadoks 1979).

La tendencia bajista ocurrida en los precios de los cereales y algunas oleaginosas a partir de mediados del 80, el alza relativa del precio de los combustibles empleados en agricultura y una creciente concientización ambientalista han determinado un profundo cambio en el modelo de produccion agrícola. Es así que es cada vez más frecuente y difundido el empleo de sistemas de labranza con mínima o nula remoción del suelo y la recomendación de tratamientos con pesticidas se formula en base a un diagnóstico integral de la problemática del cultivo ya no en función del lote de producción sino considerándolo como elemento del agroecosistema.

Uno de los principales factores a tomar en cuenta en la lucha contra las enfermedades de los cultivos es el conocimiento de la función del inóculo y de su multiplicación en la difusión de las enfermedades.

Las prácticas culturales contribuyen al manejo de enfermedades bloqueando el ciclo de vida de los patógenos en uno o varios estadíos afectando su sobrevivencia, previniendo la introducción de inóculo (material infectivo del patógeno) y eliminando hospedantes susceptibles a determinados patógenos (Palti 1981).

Las indudables ventajas de este nuevo enfoque de producción presentan como contrapartida algunas limitaciones en lo referente a la ocurrencia y grado de desarrollo de algunas enfermedades. Los sistemas de cultivo que involucran la persistencia de restos vegetales sobre la superficie del suelo por un período más o menos prolongado pueden constituirse en ambientes altamente favorables al desarrollo de algunos fitopatógenos.

La textura, profundidad, composición, y reacción del suelo determinan la forma de crecimiento de las raíces de las plantas y por lo tanto su estado sanitario. Las labores culturales pueden modificar esas características de los suelos, alterando de ese modo el estado sanitario de las plantas que crecen en los mismos.

Los cambios ya observados en la aparición de enfermedades poco difundidas en determinadas áreas y/o en el incremento en los niveles de incidencia y severidad de enfermedades en algunos cultivos podrían aumentar considerablemente su importancia relativa como limitantes de la producción en un futuro mediato.

Las prácticas culturales tienen diferente efecto sobre las enfermedades de los cultivos. La rotación de cultivos y los sistemas

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de labranza pueden influir sobre la cantidad de inóculo primario proveniente de años anteriores y sobre la velocidad de incremento del inóculo; mientras que algunos factores nutricionales influyen sobre aspectos como duración del período de susceptibilidad y período latente.

producción (combustibles y maquinarias) (Schreiber 1987). La incorporación de nuevas técnicas de labranza conservacionista implica un manejo de cultivo diferente y por lo tanto un cambio en el manejo de las enfermedades al modificarse el agroecosistema.

Las prácticas culturales con potencial para el manejo de las enfermedades están estrechamente relacionadas con el medio de dispersión del inóculo, por ej. viento, lluvia, vectores, partículas de suelo, etc.

El efecto de este tipo de labranzas es variable pudiendo incrementar, disminuir, o no tener ningún efecto sobre las enfermedades de las plantas (Crawford 1984, Rothrock et al. 1985, Botta y Annone 1990, Ivancovich 1997, Ivancovich y Annone 1998, Ivancovich et al 1994, Ivancovich et al 1999).

Las prácticas culturales factibles de emplear en un programa de manejo de enfermedades son numerosas y variadas. Entre las más importantes están: labranzas, rotación y secuencia de cultivos, control de malezas, elección de fecha de siembra, profundidad de siembra, elección de cultivares, regulación de pH del suelo, densidad de siembra, eliminación de hospedantes alternativos, riego y fertilidad. El efecto predisponente o limitante de cada una de estas prácticas varía de acuerdo al tipo de patógeno y cultivo considerado.

Un sistema de labranza llamado «ecofallow» (ecobarbecho) usado en la zona semiárida de EEUU que combina labranza reducida y rotación de trigo invernal-sorgo granífero demostró reducir la «podredumbre del tallo» en sorgo granífero (Fusarium moniliforme) de 39% a 11% luego de 3 años de aplicación (Doupnik y Boosalis 1980).

La reducción de inóculo con labranzas se basa en su inactivación por incorporación a capas profundas del suelo, o exposición al calor y sequía en la superficie del suelo (Webster 1976).

Los restos de cultivo dejados en la superficie o parcialmente enterrados pueden permitir la sobrevivencia de los patógenos durante períodos adversos hasta que un nuevo cultivo sea implantado, pero también pueden favorecer las condiciones para la actividad de otros organismos que actúan en el control biológico de los mismos (Cook 1977; Sumner et al. 1981).

La labranza del suelo ha cambiado en los últimos años, donde la labranza convencional que incorporaba rastrojos a 1520cm de profundidad va siendo sustituída por la labranza conservacionista, con rastrojos en superficie que, entre otros beneficios, conserva la humedad del suelo, reduce la erosión y reduce costos de

El efecto del manejo cultural está relacionado al tiempo de implantación del mismo, donde la acción sobre las enfermedades a corto plazo puede ser diferente que a largo plazo (Ivancovich 1986). En tal sentido, Wacha et al. (1979) reportan que la población del hongo Trichoderma spp . parásito de algunos

LABRANZAS

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importantes patógenos, se incrementó con labranza reducida.

4- la eliminación de cultivos susceptibles en la secuencia reduce sustancialmente la población de los patógenos de suelo.

ROTACION Y SECUENCIA DE CULTIVOS La oportunidad de mejorar el estado sanitario de los cultivos usando una adecuada secuencia de cultivos depende fundamentalmente de:

El monocultivo de especies susceptibles puede incrementar la población de determinados patógenos de suelo. Bajo el punto de vista de enfermedades se considera monocultivo la siembra en un mismo lote de la misma especie o especies relacionadas incluidas en el mismo rango de hospedantes de patógenos, en forma sucesiva durante varios años.

- El tipo de residuos y patógenos dejados por el cultivo predecesor. - El potencial de sobrevivencia de los patógenos en presencia de hospedantes susceptibles o no.

La rotación de cultivos es el método más antiguo para favorecer el control biológico y es aún hoy el medio no químico más efectivo para limitar las poblaciones de patógenos en el suelo. Su eficacia depende de la secuencia de cultivos como así también de la duración del período entre cultivos (Palti 1981).

- El uso de cultivares resistentes en la secuencia de cultivos. - La posibilidad de sembrar cultivos en períodos no adecuados para los patógenos.

El efecto negativo de la rotación con cultivos susceptibles ha sido demostrado en girasol, en el área de Oliveros (Santa Fe), donde la rotación con soja incrementa los niveles de Macrophomina phaseolina en relación a la rotación con trigo-soja (Ivancovich y Bodrero 1984).

La secuencia de cultivos reemplaza al concepto de rotación de cultivos usado tradicionalmente y que implicaba la siembra repetida de un mismo cultivo a intervalos periódicos. La aceptación general de la secuencia de cultivos se debe a que: 1- permite un mejor uso de nutrientes;

Los patógenos «invasores de suelo» (ej. Colletotrichum spp.) no sobreviven sin un hospedante susceptible. Contrariamente, los patógenos «habitantes del suelo» (ej. Fusarium spp .) pueden sobrevivir muchos años sin necesidad de ellos. Por esta razón una adecuada secuencia de cultivos puede limitar el desarrollo de los patógenos «invasores del suelo», además de asegurar un mejor uso de nutrientes, agua, y controlar malezas.

2- mejora la estructura de los suelos cuando se alternan siembras de cultivos de raíces profundas con otros de raíces superficiales; 3- ayuda a la conservación del agua y un uso más eficiente de la misma, especialmente cuando se suceden cultivos con diferentes requerimientos hídricos y/o se alternan períodos sin cultivos (barbechos) para permitir la recarga del suelo;

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La secuencia de cultivos susceptibles a determinados patógenos incrementa la población de los mismos a niveles peligrosos para su producción rentable (Abney 1982, Abney y von Qualen 1984, Dunleavy y Weber 1967, von Qualen 1987, Woods 1974, Curl 1963). Existen patógenos que pueden sobrevivir e incrementarse sobre residuos de cultivos no susceptibles (Fernandez y Fernandes 1990). La importancia de los residuos como fuente de inóculo se manifiesta especialmente con el uso de sistemas de labranza conservacionistas.

interacción insecto-maleza-hospedante, es el de varias especies de áfidos y chicharritas, con el sorgo de Alepo y maíz.

El incremento de las labranzas reducidas requiere altos niveles de herbicidas para el control de malezas razón por la cual es necesario conocer la posible interacción entre herbicidas y patógenos (Wacha y Tiffani 1979, Canaday et al. 1986). Los herbicidas pueden afectar a los patógenos directamente, a las plantas hospedantes, o a la restante microflora del suelo, ya sea estimulándolos o inhibiéndolos en su crecimiento o susceptibilidad.

Williams y Schmitthenner (1962) determinaron que el efecto del cultivo sobre los patógenos se observa en la estación siguiente concluyendo que son los restos de las plantas los que afectan a los mismos más que las plantas creciendo durante el período en consideración.

ELECCION DE FECHA DE SIEMBRA La decisión de la fecha de siembra de un cultivo por parte de los productores agropecuarios está basada, entre otros factores, en la posibilidad de escapar a condiciones climáticas adversas, ya sea durante la siembra, crecimiento del cultivo o cosecha.

CONTROL DE MALEZAS Las malezas constituyen uno de los medios más importantes de difusión y sobrevivencia de patógenos, por lo tanto el manejo de malezas es parte integral del manejo de enfermedades.

La fecha de siembra puede afectar la posterior incidencia de las enfermedades, por lo tanto una elección adecuada de la misma puede ayudar al escape a determinadas enfermedades. La elección de la fecha de siembra está también relacionada directamente al tipo de cultivar a sembrar por lo que el efecto de escape se da por la combinación de ambos (Martínez e Ivancovich 1980).

Los patógenos que sobreviven o se difunden a través de las malezas son, generalmente, aquellos capaces de infectar un amplio rango de hospedantes, como Sclerotinia sclerotiorum. Las malezas tambien cumplen un papel de importancia en la sobrevivencia de patógenos obligados (que necesitan un hospedante vivo). Así, por ejemplo numerosos virus de importancia agronómica pueden ser transmitidos a través de insectos (áfidos, chicharritas, trips, etc.) desde las malezas, portadoras sintomáticas o asintomáticas, a las especies cultivadas a corta o larga distancia de las mismas. Un ejemplo, bastante frecuente de

En soja y otras leguminosas las siembras tempranas, en suelos fríos y húmedos, predisponen al ataque de hongos de suelo causales del «damping off», reduciendo el número de plantas y afectando la distribución uniforme de las mismas en el lote, obligando en muchos

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casos a la resiembra de lotes. El tratamiento de semillas con fungicidas reduce la incidencia de enfermedades transmitidas por las semillas o el suelo. La combinación de dichos tratamientos y prácticas culturales es una herramienta eficaz para el manejo de este tipo de enfermedades.

patógenos que requieren determinados microambientes que se pueden ver favorecidos por el uso de determinados cultivares. Martínez e Ivancovich (1980) reportan la influencia del tipo de cultivar de soja, con diferente canopia foliar, sobre la presencia de Sclerotinia sclerotiorum. Ivancovich et al (1994, 1996) señalan el comportamiento de un grupo de cultivares frente al síndrome de la muerte repentina, causado por Fusarium solani f.sp. glycines.

PROFUNDIDAD DE SIEMBRA La mayor profundidad de siembra aumenta la superficie de tejidos susceptibles (entrenudos basales) y favorece alteraciones fisiológicas o físicas que hacen más susceptibles a los mismos a las infecciones de hongos de suelo, e incrementa la humedad y la probabilidad de infecciones. Cambios en la profundidad de siembra en trigo, de 4 a 2 cm, redujeron la incidencia de podredumbre de raíces en trigo producida por un complejo de hongos de suelo que incluye Bipolaris sorokiniana y Fusarium spp. (Broscious y Frank 1986).

REGULACIÓN DE pH DEL SUELO El rango de pH que limita el crecimiento de las plantas es más amplio que el de los patógenos permitiendo de eso modo manejar las enfermedades por manipulación del pH. Los hongos no son afectados por bajo pH porque se adaptan mejor a la actividad del ión Hidrógeno que las bacterias o actinomicetes por lo tanto sufren menos la competencia o antagonismo bajo condiciones ácidas.

La combinación de siembras profundas y condiciones climáticas adversas (lluvias excesivas y bajas temperaturas) agravan los problemas sanitarios, causados por los hongos de suelo, ya mencionados anteriormente para las siembras tempranas, y con las mismas consecuencias negativas sobre el número de plantas y distribución de las mismas en el cultivo.

El mecanismo del efecto de la acidez del suelo sobre las enfermedades no es completamente entendido. En algunos casos hay un efecto directo de elevado pH reduciendo la germinación de esporas de hongos, en otros la alteración del pH puede afectar el equilibrio de microorganismos del suelo lo que explicaría su efecto sobre el control biológico de hongos de suelo.

Los rangos límites de pH de suelo a los cuales la mayoría de los cultivos pueden crecer son más amplios que los que favorecen a los patógenos, por lo cual la regulación del mismo puede eventualmente utilizarse para manejar enfermedades, así por ejemplo la elevación de pH puede reducir enfermedades producidas por los géneros Fusarium y Verticillium.

ELECCION DE CULTIVARES Como ya se mencionara anteriormente, el tipo de cultivar, en forma conjunta con la fecha de siembra, puede influir sobre la incidencia de determinadas enfermedades, como ocurre en el caso de

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En la manipulación del pH de los suelos debe ser considerada su interacción con el tipo de suelo (arenoso, arcilloso, etc.).

(actualmente casi totalmente erradicados) constituyen un hospedante que no sólo le permite a las roya del tallo del trigo (Puccinia graminis) sobrevivir de un año a otro, sino que constituye un eslabón indispensable para el desarrollo de la faz sexual del patógeno y la formación de nuevas razas. La eliminación de dicho hospedante alternativo ha permitido disminuir la incidencia de la roya en gran parte del mundo.

DENSIDAD DE SIEMBRA Al igual que en la elección de fecha de siembra, la densidad de siembra de un cultivo está determinada primariamente por factores agroeconómicos y su regulación para el eventual manejo de enfermedades es secundario.

RIEGO El efecto de la densidad de plantas sobre las enfermedades está determinado por el microambiente que se crea bajo la cubierta del cultivo, ya sea en la canopia foliar favoreciendo patógenos foliares o en las raíces favoreciendo patógenos de suelo.

El potencial agua del suelo tiene importante efecto sobre la composición microbiana y actividad del suelo y sobre las relaciones entre los patógenos de suelo y sus antagonistas y competidores. Las bacterias son relativamente inactivas a potencial de agua cercano al punto de marchitez de las plantas, mientras que algunos hongos importantes son más virulentos, especialmente especies de Fusarium y Macrophomina phaseolina. Esto explica la alta incidencia de los mismos en suelos secos. El agua es en algunos casos un medio de difusión para estados móviles de patógenos, ej. larvas de nematodos, y zoosporas de los hongos Pythium spp. y Phytophthora spp., por lo que un bajo potencial de agua puede reducir la difusión de los mismos.

Martínez y Senigagliesi (1983) estudiaron el efecto de la densidad de plantas de maíz sobre la incidencia de la podredumbre basal (Fusarium graminearum, Fusarium moniliforme y Sclerotium bataticola), concluyendo que la incidencia (número de plantas enfermas) de la enfermedad se incrementa con una mayor densidad de plantas.

ELIMINACION DE HOSPEDANTES ALTERNATIVOS

El agua de riego y drenaje puede ayudar en muchos casos a la difusión de bacterias, nematodes y hongos de suelo, desde las plantas enfermas hacia las sanas.

Los hospedantes alternativos son aquellos que son requeridos por algunos patógenos para completar su ciclo de vida.

El efecto del riego sobre la incidencia de las enfermedades varía de acuerdo a las características climáticas del área y al tipo de riego empleado, donde en casos extremos en zonas donde se produce abundante

El género Berberis constituye uno de los ejemplos reconocidos de hospedantes alternativos, donde dichos arbustos

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rocío sobre las plantas y se emplea riego por aspersión los patógenos foliares se ven favorecidos.

4- el crecimiento de las plantas, alargando o acortando determinados períodos fenológicos (plántula, floración, maduración, senescencia); y

Por otra parte la humedad del suelo influye negativamente sobre la viabilidad de los esclerocios de Macrophomina phaseolina, de tal modo que un aumento en la capacidad de campo de 60 a 90% puede reducir la población de esclerocios hasta en un 96 a 99% (Dhingra 1975).

5- la eficiencia del uso del agua.

En relación a los patógenos los nutrientes afectan: 1- la velocidad de penetración, colonización, y reproducción de los patógenos. 2- la velocidad de crecimiento y la de sus competidores del suelo.

FERTILIDAD Las enfermedades limitan la eficiencia del uso de fertilizantes al reducir el rendimiento y calidad de los cultivos (Huber 1978). Aunque la resistencia a enfermedades es genéticamente controlada está conectada a procesos fisiológicos y bioquímicos y su interrelación con el estado nutricional de la planta o del patógeno (Huber y Arny 1985). El equilibrio de nutrientes puede ser tan importante como el nivel de cualquier nutriente específico (Huber y Arny 1985). Así, por ejemplo el efecto del potasio sobre las enfermedades puede estar afectado por la interacción con pH y otros nutrientes del suelo.

3- la viabilidad de algunos de ellos, por directo efecto tóxico de algunos fertilizantes, como la urea.

El efecto de las formas de nitrógeno es más importante que la cantidad de nitrógeno disponible.

La disminución de la relación Carbono/Nitrógeno (C/N) de 40-80 a 10-20 reduce la viabilidad de los microesclerocios de Macrophomina phaseolina en el suelo. Asimismo, la fuente de carbono puede afectar la viabilidad de algunos patógenos, siendo la sacarosa más inhibitoria que otras fuentes como celulosa o glucosa (Dhingra y Sinclair 1975).

El efecto de los nutrientes sobre los hospedantes y patógenos es variable. En relación a los hospedantes, los nutrientes afectan: 1- el vigor de las plantas modificando el microambiente del cultivo;

Los nutrientes en la planta y el suelo pueden estar relacionados a determinadas enfermedades, Thomison et al. (1984) lo demostraron con la infección de vainas y semillas de soja por Phomopsis, y Ledingham (1970) con la podredumbre de raíces de trigo.

2-las características anatómicas e histológicas, como espesor de cutícula y epidermis, y lignificación de tejidos; 3- las reacciones fisiológicas, como formación de fitoalexinas;

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CONCLUSIONES fitopatógenos y el ambiente cultural determina que su estudio deba ser canalizado a través de una aproximación interdisciplinaria que comprenda la labor de expertos en protección vegetal, edafología, fisiología, manejo de cultivos, meterorología, etc.

1- El manejo de enfermedades de las plantas comprende diversas estrategias de protección. Entre ellas el manejo o control cultural ofrece las ventajas de costo cero en la mayoría de los casos, y mínima influencia colateral negativa sobre el ambiente. Algunas prácticas culturales son factibles de ser usadas en el manejo de enfermedades con la finalidad de reducir el daño económico causado por los agentes fitopatógenos.

6- La detección y caracterización de aquellas prácticas o modalidades de manejo de suelo y cultivo que generen condiciones subóptimas o inhibitorias a los principales agentes fitopatógenos posibilitarán la postulación de modelos de manejo en los que se minimize su efecto sobre la calidad y los rendimientos.

2- La incorporación de técnicas de labranza conservacionistas puede modificar el balance de la población de microorganismos del suelo, entre ellos el de los parásitos facultativos. Por tal razón el manejo o control cultural de enfermedades ofrece la posibilidad de contribuir a la restauración del equilibrio biológico de dichos suelos.

7- Para el diseño de modelos de manejo cultural de enfermedades se deben reconocer previamente las necesidades de los productores y la habilidad y receptividad de los mismos al uso de nuevas tecnologías.

3- La rotación y secuencia de cultivos es una de las herramientas de manejo más efectivas para limitar las poblaciones de organismos fitopatógenos habitantes del suelo.

8- La factibilidad de aplicación de modelos de manejo cultural de enfermedades para los cultivos agrícolas de la Pampa Húmeda dependerá de una serie de factores que incluyen: la expansión de las áreas de producción a zonas actualmente no explotadas, la intensificación de la producción en áreas actualmente explotadas, la probable incorporación de cultivos no tradicionales, el uso de cultivares con amplia variabilidad genética, y la mejora en los conocimientos sobre plagas por parte de los técnicos y productores agrícolas para un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles destinados a minimizar las mismas.

4- La regulación de otros factores culturales como densidad y fecha de siembra, elección de cultivares, reacción de suelo, eliminación de plantas hospedantes, riego y fertilidad, entre otros, puede también contribuir a eficientizar el manejo de enfermedades de los cultivos extensivos de mayor importancia en nuestro país.

5- La diversidad y complejidad de las interacciones entre los agentes

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Panorama fitopatológico del cultivo de soja en la campaña 2006 – 2007 Distéfano, Silvia G.; Gadbán, Laura C. INTA EEA Marcos Juárez. Correo electrónico: [email protected]

Introducción

Patologías detectadas durante la campaña

A nivel mundial las pérdidas de rendimiento causadas por las enfermedades en el cultivo de soja oscilan entre un 10 a un 15% (Wrather et al., 2001). Existen pocos datos sobre la magnitud de las pérdidas en Argentina y la mayor parte de la información se refiere a casos puntuales.

Las abundantes precipitaciones registradas durante la campaña 2006–2007 (Servicio Meteorológico Nacional; 2007), favorecieron la aparición y progreso de numerosas enfermedades1. La roya asiática de la soja (Phakopsora pachyrhizi), mancha marrón (Septoria glycines), tizón de la hoja y mancha púrpura de la semilla (Cercospora kikuchii), mildiú (Peronospora manshurica) y bacteriosis se detectaron en todo el área de producción de soja del país. Limitadas a algunas regiones se encontraron la mancha ojo de rana (Cercospora sojina), mancha anillada (Corynespora casiicola), mancha foliar por Myrothecium (Myrothecium roridum), tizón del tallo y vaina (Phomopsis sojae), antracnosis (Colletotrichum truncatum) y distintas virosis. Entre las enfermedades que afectan raíz y tallo, se destacó nuevamente el síndrome de la muerte repentina observado en siete provincias.

En 1993 se indicaba que las pérdidas ocasionadas por las enfermedades más prevalentes (podredumbre húmeda del tallo, mancha marrón, complejo Diaporthe/ Phomopsis y virus), alcanzaban por año valores de aproximadamente 5%. Sin embargo, en las últimas campañas, por condiciones climáticas específicas, cambio en las prácticas de manejo de cultivo, la falta de rotaciones y el uso de germoplasma de escasa variabilidad, se ha producido un incremento en el número e intensidad de algunas enfermedades, elevando dichas pérdidas a un 10%. Para la campaña 2006/ 2007 estas pérdidas representaron U$S 1000 millones (SAGPyA, 2007).

La roya asiática de la soja se presentó en 13 provincias argentinas: Misiones, Catamarca, Corrientes, Chaco, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, Buenos Aires, Formosa y San Luis. El mayor número de detecciones se realizó en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe (Sinavimo, 2007).

En el presente trabajo se informa sobre las enfermedades detectadas durante la presente campaña, a nivel regional y nacional, con especial énfasis en la roya asiática de la soja. Además, debido a la importancia de esta última patología y de las llamadas enfermedades de fin de ciclo, se resume la información de los resultados de ensayos de control químico llevados a cabo en el marco del Programa Nacional Roya de la Soja.

Mancha marrón apareció en estadíos vegetativos con niveles de incidencia y severidad de alrededor del 10% y progresó con el avance del ciclo del cultivo. Entre los

Los datos presentados de incidencia y severidad de enfermedades son los obtenidos a partir de las muestras analizadas por laboratorios de fitopatología de INTA, Universidades y EEAOC y publicados en los informes semanales enviados al SINAVIMO durante la presente campaña. 1

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estadíos fenológicos R6 (plenitud del llenado de grano) y R7 (inicio de madurez) alcanzó niveles máximos de incidencia y severidad en el norte de Buenos Aires (100% y 95%) y Santa Fe (100% y 75%). En Salta, Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero se registraron niveles máximos de incidencia entre 85 y 95%, mientras que en Entre Ríos llegó a 62%. En estas provincias la severidad fue de 15 a 35%. En Córdoba apareció en diciembre con 10% de incidencia y 15 % de severidad y a mediados de abril alcanzó valores máximos de 75% de incidencia y de 70% de severidad (Sinavimo; 2007).

severidad se registraron durante el mes de marzo en Corrientes y Formosa (60%) mientras que en el resto de las provincias la severidad se mantuvo entre 1 y 25%. En Córdoba, los primeros síntomas se observan a mediados de enero con niveles de incidencia y severidad menores al 1%. A fines de febrero y principios de marzo alcanzó niveles de incidencia de 50% y 60% de severidad (Sinavimo; 2007).

En el mes de febrero, se detectó mancha ojo de rana en Tucumán, Catamarca y Santa Fé con niveles de hasta 25% de incidencia y 5% de severidad. Los máximos niveles de incidencia y severidad fueron de 85 y 15% respectivamente y se registraron en Tucumán durante el mes de abril. En Córdoba, se detectó a mediados de enero con menos de 1% de incidencia y severidad y a mediados de febrero llegó a niveles máximos de 1% de incidencia y 5 a 10% de severidad (Sinavimo, 2007).

Los primeros registros de tizón de la hoja y mancha púrpura de la semilla ocurrieron a mediados de enero en Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. Cuando el cultivo estaba entre los estadíos fenológicos R4 (plenitud de formación de vaina) y R5 (inicio de llenado de grano) se generalizó en toda la región productora de soja. En Santa Fe, Corrientes y Formosa alcanzó una incidencia máxima de 100% y entre 50 y 65% de severidad. En Tucumán, Salta y Santiago del Estero la incidencia máxima varió entre 75 y 90% y la severidad entre 25 y 30%. Con igual severidad y niveles de incidencia de hasta 35% se presentó en Catamarca. En Córdoba se detectó a mediados de enero con niveles menores al 1% de incidencia y severidad. La segunda quincena de marzo llegó a 50% de incidencia y 25% de severidad, máximos niveles registrados durante la campaña (Sinavimo; 2007).

Mancha anillada se detectó en Santa Fe durante el mes de enero con menos del 1% de incidencia y severidad. En febrero apareció en Tucumán con 5% de incidencia y 2% de severidad. En marzo se detectó en Salta y allí alcanzó los máximos niveles nacionales de incidencia y severidad (85 y 20%) durante el mes de abril (Sinavimo, 2007). En febrero se detectó mancha foliar por Myrothecium en Salta, con 10% de incidencia y 1% de severidad. Durante el mes de abril, alcanzó niveles máximos de 75% de incidencia y 20 % de severidad (Sinavimo, 2007).

La primera detección de mildiú fue durante el mes de enero en Tucumán y Catamarca, con 25 % de incidencia y entre 3 y 5% de severidad. Durante el mes de febrero se detectó en Salta, Santiago del Estero, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires, y alcanzó un nivel máximo de incidencia de 100% con una severidad de 15% en Corrientes. Los máximos niveles de

Durante el mes de febrero se registró la presencia del síndrome de la muerte repentina en Catamarca, Tucumán, Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe. En la primer quincena de marzo se observa en Santiago del Estero. En Córdoba se detectó

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desde la última semana de enero con 3% de incidencia y alcanzó el nivel máximo de 15% durante el mes de marzo (Sinavimo, 2007).

Misiones en marzo de 2002. Durante el 2003 se detectó también en Corrientes, no llegando a afectar las principales regiones sojeras (Rossi, 2003, Ploper, 2004). A partir de la campaña 2004-2005, su presencia se confirmó en todas las provincias productoras del cultivo de soja del país (Frigidi, 2005).

En Buenos Aires se detectaron casos aislados de podredumbre húmeda del tallo (Sclerotinia sclerotiorum) durante el mes de enero. En marzo se observan casos en Tucumán, Santa Fe y Córdoba. En esta última provincia los niveles de incidencia en lote fueron de 1 a 3% (Sinavimo, 2007).

En general, en cada campaña su detección se anticipó en la mayoría de las provincias con respecto a la campaña anterior. Sin embargo, las condiciones climáticas óptimas para el progreso de la enfermedad (temperaturas templadas y seis o más horas de mojado foliar) se generalizaron en el país a partir del mes de marzo, coincidiendo con el registro de la mayor cantidad de denuncias (Frigidi, 2005; Frigidi, 2006; Sinavimo, 2007).

Se registraron casos de cancro del tallo (Complejo Diaporthe/Phomopsis) en Buenos Aires y Córdoba; en Entre Ríos, La Pampa y Córdoba se detectó podredumbre carbonosa (Macrophomina phaseolina) y en Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba se observó podredumbre de raíz y tallo (Phytophthora sojae) (Sinavimo, 2007).

Durante la campaña 2004–2005 causó pérdidas de rendimientos en Entre Ríos y Santa Fe (Frigidi, 2005) y en la campaña 2005 – 2006 se registraron pérdidas en Entre Ríos, Santa Fé y Tucumán (Frigidi, 2006).

Por último, cabe destacar el registro de numerosos casos de daños provocados por residualidad de herbicidas como hoja cucharita, acortamiento de entrenudos, nervaduras paralelas y/o con coloración marrón rojiza, entre otros.

Desde mediados de diciembre se presenta en la provincia de Misiones y esta situación continúa hasta principios del mes de febrero, cuando se detectó en la provincia de Entre Ríos. Hacia fines del mismo mes su presencia se confirmó en Chaco, Corrientes, Formosa, Salta, Tucumán y Santa Fe. Durante los primeros días del mes de marzo, aparecen nuevos focos de la enfermedad en Santiago del Estero, Córdoba y Buenos Aires. En abril se suma la provincia de Catamarca y la última denuncia se registra en el mes de mayo en la provincia de San Luis (Sinavimo, 2007).

Roya de la Soja El progreso de la roya asiática de la soja se analiza en forma detallada ya que constituye un factor de preocupación debido a sus explosivas epidemias y cuantiosos daños provocados en la producción del cultivo en distintos países. La roya asiática fue detectada por primera vez en Argentina en la provincia de

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Cuadro 1. Número de departamentos por provincia en los que se detectó roya de la soja durante la campaña 2006–2007. Febrero Marzo Abril Mayo Diciembre Bs. Aires Catamarca Córdoba Corrientes Chaco Entre Ríos Formosa Misiones Salta San Luis Santa Fe Stgo. Estero Tucumán Total

29 12 3 3 6

2 1 11 1

21 3 6 7 1

1

1 2

3

2 1

2 1

14 4 1 75

2 22

1 2 44

1

Total 50 3 18 5 11 17 2 2 7 1 17 4 5 142

severidad eran £ 1% y el cultivo se encontraba en estadíos fenológicos reproductivos avanzados (R5 a R8). Hacia fines de marzo, las condiciones ambientales (lluvias continuas y temperaturas de alrededor de 20ºC) fueron propicias para el progreso de la enfermedad. A principios de abril, cuando el 75% de la soja de primera había sido cosechado y la de segunda estaba próxima a R6, los niveles de incidencia y severidad llegaron al 100 y 30% respectivamente. Hacia fines de ese mes, la severidad alcanzó niveles cercanos al 90% en lotes experimentales sembrados a fines de diciembre.

El 2% de las detecciones ocurrieron en cultivos que se encontraban en estados reproductivos tempranos (entre R1 y R2). El 10,5 % se registraron entre R3 y R4; el 67% entre R5 y R6 y el 20% en R7. Durante esta campaña se hizo el primer registro de roya en estadíos vegetativos (V9) en la provincia de Entre Ríos (Dpto. Villaguay) representando menos del 1% de las detecciones (Sinavimo, 2007).

La incidencia de la enfermedad progresó rápidamente en los lotes infectados, alcanzando valores de 100% en menos de 30 días en la mayoría de las provincias. En el norte del país, los niveles de severidad fueron menores al 50%, mientras que en Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires se superó ese porcentaje y a mediados de mes de abril se registraron casos puntuales de hasta 90%.

En la campaña 2004-2005 la presencia de roya asiática de la soja se confirmó en 13 departamentos de la provincia de Córdoba (Frigidi, 2005) y en la siguiente solo se detectó en dos departamentos. En la campaña 2006-2007 los departamentos afectados fueron 18: Calamuchita, Colón, General Roca, Ischilín, Juárez Celman, Marcos Juárez, Río Cuarto, Río Primero, Río Seco, Río Segundo, Roque Saenz Peña, San Justo, San Martín, Santa María, Tercero Arriba, Totoral, Tulumba y Unión (Sinavimo, 2007).

En la Provincia de Córdoba, la roya de la soja fue detectada en el Departamento Marcos Juárez el día 9 de marzo, 15 y 28 días antes que en la campaña 2004 – 2005 y 2005 – 2006 respectivamente. Al momento de la detección, los niveles de incidencia y

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provincias de Chaco, Corrientes, Salta, Santa Fe, Tucumán, Buenos Aires, Entre Ríos y Córdoba (cuadro 2).

Control químico de enfermedades de fin de ciclo y roya Hasta el momento, la aplicación de fungicidas foliares es la herramienta más eficiente para el manejo del complejo de enfermedades de fin de ciclo (EFC) y la roya asiática de la soja. Los productos utilizados para tal fin son bencimidazoles, imidazoles, triazoles, estrobilurinas y sus mezclas (CASAFE, 2007).

Los ensayos se sembraron en lotes con antecesor soja, en una fecha óptima y con un cultivar del grupo de madurez más difundido en cada zona. Los tratamientos se realizaron en bloques completos al azar con tres repeticiones incluyendo un testigo sin aplicación y tres momentos de aplicación para los distintos fungicidas:

En el marco del Programa Nacional Roya de la Soja, a partir de la campaña 20052006, el INTA, universidades y la Estación Experimental Obispo Colombres conducen una red de ensayos de fungicidas foliares registrados para roya de la soja en SENASA, coordinada y supervisada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (SAGPyA). El objetivo es validar la tecnología de uso de fungicidas y momentos de aplicación, utilizando una metodología de trabajo uniforme y sitios de evaluación con distintas realidades agroecológicas para la comparación de resultados. Durante la campaña 2006 – 2007, estos ensayos se instalaron en las

-

R3 (comienzo de formación de vainas),

-

Cuando se alcanzaron los umbrales de EFC (20% de la altura de las plantas afectadas con mancha marrón y/ o 25% de área foliar afectada con tizón de la hoja y mancha púrpura de la semilla)

-

Al momento de detección de roya asiática de la soja (RAS)

En todos los sitios se evaluó incidencia y severidad de las enfermedades y diferentes componentes de rendimiento del cultivo.

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Cuadro 2. Resumen de los resultados de la red de ensayos de fungicidas foliares del Programa Nacional Roya de la Soja. Campaña 2006/ 2007. Sitio Buenos Aires (Pergamino) Buenos Aires (Olivera ) Córdoba (Marcos Juarez) Córdoba (Marcos Juarez) Corrientes (Mercedes) Corrientes (Virasoro) Chaco (Saenz Peña) Entre Rios (Paraná) Salta (Horcones) Santa Fe (Humboldt) Tucumán (Monte R Redondo)

M. de aplic. R3 Testigo 20% Mm –R3 Testigo 20% Mm –R3 Testigo Detec. RAS Testigo R3 Testigo R3 Detec. RAS Testigo R3 Detec. RAS Testigo R2 R5 R2 + R5 Testigo Detec. RAS Testigo Detec. RAS y 20% Mm R3 R3 + R5 Testigo R3 + R5 Testigo

RAS M.D. Inc. 27 R7 27 R7

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