Representaciones sociales sobre el colecho en diferentes grupos sociales de dos regiones de Argentina

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Representaciones sociales sobre el “colecho” en diferentes grupos sociales de dos regiones de Argentina Social representations of bed-sharing in different social groups in two Argentine regions María Sylvester *, Alberto Antacle §, Nadia Ávila** , Ana Aymat*, Jesús Bazán¥, Víctor Farías*, Verónica Heredia§, José Montarzino‡ , María Ponce de León ‡‡, Lorena Rotger*, Matías Sánchez***

Resumen Introducción: si bien forma parte de la cultura de cada pueblo cómo, dónde y con quién duermen los niños; la aparición de corrientes contradictorias al respecto, crea incertidumbre entre los profesionales y en la población general. Objetivos: conocer la representación social que tiene la práctica de colecho en la comunidad y en los médicos, y conocer la postura que tienen éstos en su práctica clínica habitual. Metodología: investigación cuantitativa y cualitativa, utilizando observación participante, entrevistas semi-estructuradas y relatos de vida sobre una población de médicos de atención primaria y de madres, padres y/o los adultos a cargo de menores de cinco años. Resultados: el ideario colectivo del colecho es predominantemente negativo, tendiendo los médicos a proscribirlo. Si bien las personas indagadas refieren que el colecho le quita intimidad a la pareja; entre las justificaciones para llevarlo a cabo mencionan la necesidad de descansar a cualquier costo, la facilitación de la lactancia materna, la falta de camas y frazadas, y la sensación de vulnerabilidad de las criaturas. Entre los significados otorgados al colecho se destacan el dar protección y calor, y el demostrar el amor no recibido durante su infancia. Conclusiones: hemos documentado una difundida práctica de colecho en la población estudiada, con diversas motivaciones para implementarlo y diversos problemas asociados a su práctica, entre los que se destaca la repercusión sobre la intimidad de la pareja. Respecto de la población médica, su representación social es predominantemente negativa.

Abstract Introduction: Even though the way, with whom or where do children sleep is a distinctive issue for different cultures, the rise of contradictory currents of opinion, creates uncertainty between the health professionals and the general population. Objectives: to recognize the actual social representation that bed-sharing practice has in the community and in the medical population, and to determine the physicians’ opinion in the context of their common clinical practice. Methodology: a quantitative and qualitative research, using participative observation, semi-structured interviews and life stories of a primary care medical population and parents and/or adults in charge of children under 5 years old. Results: the community beliefs on bed-sharing are mainly negative, and doctors trend to proscribe it. Although interviewed people said that bed-sharing interferes with couple intimacy, reasons to maintain this practice included need to rest “whichever the cost is”, facilitation of breastfeeding, lack of beds and covers and the sense of vulnerability of their children. Considering the meanings given to bed-sharing, “giving protection and heat” and “a demonstration of love, which was not received during the own childhood” were the most remarkable statements. Conclusions: we have documented a spread practice of bed-sharing in studied population, with different motivations to be taken into account and many different problems associated to its use, among which the impact on the couple’s intimacy stands out. Social representation is primarily negative in most members of the medical community. Palabras Claves: colecho, representación social. Key words: bed-sharing, social representation. * Servicio de Salud Comunitaria del Hospital Ramón Carrillo, San Martin de los Andes, Neuquén. § Servicio de Medicina Familiar de OSPeCon Tucumán y Asociación de Prensa de Tucumán. ** Servicio de Medicina Familiar de OSPeCon Tucumán Directora del Área Salud CIC Los Chañaritos, Tucumán. ‡ ¥ Servicio de Medicina Familiar Medicina Familiar OSPeCon Tucuman, Gálvez Medicina Privada; y Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán. Servicio de Medicina Familiar de OSPeCon Tucuman. Argentilemon. ‡ Servicio de Medicina Familiar de OSPeCon Tucuman y Sistema Provincial de Salud. ‡‡ Servicio de Medicina Familiar de OSPeCon Tucuman. Argentilemon. *** Contacto Ana Aymat: [email protected]

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el sueño es una de las funciones más importantes en la vida del niño, ya que en ella invertirá la mayor parte de las horas del día desde que nace. Por otro lado, forma parte de la cultura, las costumbres y las tradiciones de cada pueblo cómo, dónde y con quién duermen los niños. Antiguamente existía la costumbre de que los niños durmieran con su madre1, y aún hoy en la mayoría de las culturas del mundo los bebés duermen con sus padres o con algún hermano mayor. No obstante, en otras poblaciones, sobre todo occidentales, se acostumbra que los bebés duerman separados de sus padres, preferentemente en otra habitación2.

E

A través de los años, investigadores de diferentes áreas del conocimiento, se interesaron por el estudio de la conveniencia o no de esta práctica, llevando a cabo numerosos estudios y desarrollando teorías diversas al respecto de esta cuestión. Posturas en contra de colecho Una de las principales objeciones que investigadores como Blair, Scragg y Mitchell hicieron a la práctica del colecho fue su asociación con un aumento del riesgo de la muerte súbita del lactante (SMSL). Este pensamiento fue predominante durante años en numerosos países, sobre todo en el mundo occidental, donde los profesionales de la salud comenzaron a recomendar a los padres que los niños durmieran en camas individuales, indicando incluso algunos profesionales que los niños durmieran en habitaciones diferentes a sus padres3,4,5. En este contexto, vale mencionar el famoso libro de Estvill6 (“Duérmete niño”) que a través de un modelo de la psicología conductista propone un método de adiestramiento para enseñar a dormir solos a los niños.

Posturas a favor del colecho Sin embargo, otros estudios demostraron que si se tenían ciertos recaudos podía evitarse el aumento en el riesgo de aparición del SMSL7. Yendo más allá aún, Lee y col. llegaron a asegurar que el colecho podría actuar como un factor protector para el SMSL, ya que en Japón donde la mayoría de los bebés duermen con sus padres se observaba una menor incidencia de SMSL que en EEUU, donde los niños duermen separados de sus padres8,9. Volumen 6 Número 1 - 2009

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Entre los fervientes defensores del colecho encontramos a McKenna y McCoy, quienes aseguran que el colecho aumenta la prevalencia y duración de la lactancia materna10. Quizás este punto a favor del colecho es lo que hizo cambiar de opinión a muchas entidades de salud del mundo. Por otro lado, Morelli y col.2 demostraron que los niños que pasaban la mayor parte de la noche con sus padres tenían mayor autoestima, autonomía, integración social y salud mental.

Representaciones sociales sobre colecho Frente a esta gran cantidad de posturas y de teorías, hubo personas que se interesaron por conocer lo que pasaba realmente en las diferentes culturas, en la intimidad de cada familia (lo que pensaban los padres y lo que sentían sus hijos). Fue así que un grupo de investigadores estudiaron una población Maya (México) y la compararon con otra de EEUU. Descubrieron que los padres estadounidenses hacen dormir a sus hijos en camas separadas e incluso en habitaciones diferentes, ya que piensan que de esta forma fomentan y promueven la independencia y el desarrollo psicológico de sus hijos. En cambio las madres mayas piensan que hacer dormir al bebé solo es abandonar al niño, y que dormir con el bebé estrecha la relación madre-hijo. Vale aclarar que los padres estadounidenses debían realizar muchos más rituales para lograr que el bebé conciliara el sueño, en cambio los mayas directamente se acostaban a dormir cuando el bebé lo requería2. Javo y col.11 estudiaron un grupo de niños noruegos que no dormía con sus padres y un grupo de niños Sami que sí dormía con sus padres. Estos últimos tenían capacidad para jugar más tiempo alejados de sus padres que los niños noruegos, lo que sugiere que no sería necesario separar de los padres a los niños desde pequeños para lograr la independencia de los mismos. Es así que un hecho cotidiano como el dormir ha despertado muchísimo interés en las diferentes comunidades científicas y en todo el mundo se pueden hallar infinidad de formas en que los niños duermen. Podemos decir que hay padres que prefieren hacer dormir a sus hijos en camas y/o cuartos diferentes a los de ellos; otros que prefieren que sus hijos duerman en la misma cama que ellos porque creen que le dan lo mejor a sus hijos. Y también encontramos otros padres que, aunque quisieran que sus hijos durmieran Archivos de Medicina Familiar y General [13]

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INTRODUCCIÓN

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solos, finalmente terminan durmiendo en la misma cama que sus hijos ya que los pequeños presentan problemas a la hora de dormir. Estas diferentes formas de realizar y “gestionar” un acto tan universal como es dormir, genera en los padres y en los niños sentimientos, emociones y vínculos muy especiales e íntimos, propios de cada familia y cada persona en particular. Es por eso que frente a esta gran cantidad de estudios, investigaciones, creencias culturales y costumbres diferentes, nos propusimos conocer lo que pasaba en la intimidad de las familias de nuestra región de trabajo.

OBJETIVOS Conocer la representación social (ver cuadro 1) que tiene la práctica del colecho para los miembros de diversos grupos sociales en Tucumán, Argentina. Conocer la representación social que tiene la práctica del colecho en los médicos que trabajan en el Centro Médico de Atención Primaria de Tucumán de la Obra Social del Personal de la Construcción (OsPeCon) y de los Centros de Salud del Servicio de Salud Comunitaria del Hospital Ramón Carrillo de la ciudad de San Martín de los Andes, Neuquén; así como la postura que éstos adoptan durante su práctica clínica. Cuadro 1: definición de representación social según Jodelet. “…una manera de interpretar y de pensar nuestra realidad cotidiana, una forma de conocimiento social y, correlativamente, la actividad mental desplegada por individuos y grupos a fin de fijar su posición en relación con situaciones, acontecimientos, objetos y comunicaciones que les conciernen...” “…son una forma de conocimiento socialmente elaborado y compartido que posee un alcance práctico y concurre a la construcción de una realidad común a un conjunto social...” “…indistintamente designado como un saber de sentido común o natural, esta forma de conocimiento ha de distinguirse del saber científico. Sin embargo, se lo considera objeto de estudio legítimo en razón de su importancia en la vida social y de la luz que arroja sobre los procesos cognitivos y las interacciones sociales…”

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METODOLOGÍA Se realizó un trabajo de investigación desde un abordaje cuantitativo y cualitativo. Desde el paradigma cuantitativo se aplicó el método hipotético deductivo, se trabajó con un diseño de tipo no experimental y transaccional, analizando un tiempo determinado y una situación especial. El nivel de profundidad fue descriptivo y se lo puede caracterizar como un trabajo de campo. Se trató de una investigación micro y macro-sociológica, ya que buscamos ampliar nuestro universo hacia otras regiones diferentes a la nuestra. Desde el paradigma cualitativo nos ubicamos en una posición de tipo constructivista e interpretativa: constructivista porque consideramos a los objetos de conocimientos como construidos y no como registrados pasivamente; e interpretativo en la medida en que el propósito es captar el sentido de la acción de los agentes y la comprensión de las redes presentes de significación. Hemos empleado en este momento investigativo la fenomenología interpretativa y el interaccionismo simbólico, considerando que la primera se encuentra interesada en entender los fenómenos en sus propios términos -y para lograrlo es necesario descubrir y entender los significados, hábitos y prácticas del ser humano-; mientras que el segundo se apoya en la concepción interaccionista del sujeto como constructor de una realidad subjetiva y en su capacidad de orientar sus actos hacia las cosas en función de lo que éstas significan para él. Por eso, a partir de la narrativa personal se recogió la experiencia de la gente tal como ella la procesa y decodifica.

UNIVERSOS Y UNIDADES DE ANÁLISIS Se trabajó con dos universos en forma paralela: médicos y usuarios del sistema de salud de dos regiones de Argentina. Desde el paradigma cuantitativo se trabajó con médicos del Centro de Atención Primaria de la Obra Social del Personal de la Construcción (O.S.Pe.Con, Construir Salud–Tucumán) y con médicos de atención primaria de los Centros de Salud del Servicio de Salud Comunitaria del Hospital Ramón Carrillo de la ciudad de San Martín de los Andes, Neuquén. Volumen 6 Número 1 - 2009

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TIPO DE MUESTRA Desde el paradigma cuantitativo se buscó trabajar con el universo completo; mientras que desde el cualitativo, la selección de la muestra fue intencional -teniendo en cuenta personas que habitaran en el mismo domicilio con niños menores de cinco años- seleccionada a través de método de la “bola de nieve” o “cadena” (los diferentes actores fueron marcando la conveniencia de entrevistar a otros) y “de conveniencia”, a través de la selección de aquellos que pudieran darnos la mayor y mejor información posible.

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Se solicitó el consentimiento informado a cada participante.

TÉCNICA DE RECOLECCIÓN DE DATOS Desde el paradigma cuantitativo se trabajó con dos instrumentos de recolección de datos que fueron: 1) Una encuesta de elaboración propia desarrollada luego del planteamiento del problema y la discusión de las prácticas de interés para los investigadores. Para garantizar que fuera comprensible, fue sometida a pruebas piloto en médicos de atención primaria (pediatras y generalistas) que no trabajaban en las instituciones participantes del estudio y sometida a los cambios sugeridos por quienes participaron de dicha evaluación. Una vez terminado este proceso, fue administrada a los médicos de atención primaria que integraron la población del estudio.

ACCESO AL TERRENO

2) La técnica de diferencial semántico ### -instrumento modificado por Osgood 12,13- para indagar la representación social que tiene la práctica de colecho para los médicos previamente mencionados. Incluye una escala de pares opositores, lo que nos permitió hacer una interpretación sobre el significado que tenía para ellos el colecho. Para dicha construcción, primero se elaboró una lista de adjetivos opuestos o adjetivos “bipolares”, elegidos luego de interrogar a 34 médicos de atención primaria que no trabajaban en las instituciones participantes en la presente investigación. Inicialmente surgieron 44 adjetivos. Se buscaron sus opuestos y se sometió el instrumento a sucesivas pruebas que permitieron depurar aquellos adjetivos que provocaban confusión. Finalmente, el instrumento quedó constituido por 20 pares de adjetivos opuestos. La modalidad de aplicación de ambos instrumentos fue auto-administrada.

La participación de las unidades de análisis en el presente estudio fue libre y voluntaria. Se indagó hasta encontrar el informante clave o “padrino informal” que nos facilitó el acceso al círculo de personas a entrevistar y se interactuó con ellos en su propio contexto para enriquecer la entrevista con un encuadre adecuado.

Desde el paradigma cualitativo se realizó un abordaje etnográfico, utilizando observación participante y entrevistas semiestructuradas a miembros de las siguientes comunidades: una comunidad originaria de los Valles Calchaquíes en Tafí del Valle (Tucumán) una comunidad urbana que habita en un barrio privado de la ciudad de San Miguel Tucumán, y una comunidad

ESCENARIO Con los médicos se trabajó en sus respectivos lugares de trabajo y en ambos casos fueron entregados a los participantes del estudio, sobres cerrados que contenían la encuesta, el diferencial semántico (ambos con el instructivo para facilitar su uso) y el correspondiente consentimiento informado. Con la comunidad general consideramos oportuno realizar las entrevistas en su propio ámbito, razón por la cual nos dirigimos a sus hogares con el objetivo de lograr una visión holística del fenómeno y una percepción profunda del contexto.

### En lo referente al diferencial semántico, elegimos este instrumento modificado por Osgood porque adherimos a su concepto sobre que “las palabras representan cosas porque producen alguna réplica de la conducta real hacia esas cosas en los organismos humanos, como en un proceso de mediación”. Es así, que este instrumento, mediante una escala de clasificación, mide el significado afectivo o subjetivo que los estímulos provocan en los sujetos, o como dice Omar: “…el diferencial semántico ofrece al sujeto un concepto para ser diferenciado mediante un conjunto de escalas de adjetivos polares…”.

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Desde el paradigma cualitativo el universo correspondió a la comunidad en general. Nuestras unidades de análisis fueron las madres, los padres y/o los adultos a cargo de menores que habitaban en el mismo domicilio con niños menores de cinco años. Se trabajó atendiendo a diferentes grupos con características sociales, geográficas y culturales distintas.

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que habita en un barrio marginal del “Gran” San Miguel de Tucumán. En el sur del país se trabajó con la comunidad Mapuche de Trabun Co (Neuquén) una comunidad urbana que habita un barrio residencial de la ciudad de San Martín de los Andes y una comunidad periurbana de la misma ciudad. Se realizó además un “relato de vida”, con el objetivo de captar las experiencias particulares de las personas, y que nos permitió vislumbrar un mundo de significaciones, trascender lo particular y construir un saber más denso sobre lo social. La entrevista en profundidad y la re-entrevista nos permitió reconstruir los sucesos desde la mirada de los actores. Más allá de las diferentes estrategias para recolectar datos, la preocupación central fue interpretar los datos con el fin de captar las complejidades de los mundos sociales que intentamos comprender.

COMPILACIÓN DE LOS DATOS Desde en paradigma cuantitativo se compilaron los datos a través de matrices y cuadros de base matemática, construidos especialmente a los fines del proceso investigativo. Desde el paradigma cualitativo se trabajó con matrices analíticas y conceptuales, mapas y gráficos de flujo, teniendo siempre como base, la construcción del texto que luego fue analizado.

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lizó por variables, por relaciones de variables y por comparación de las mismas, lo que facilitó la interpretación y las conclusiones del estudio. Se utilizó el programa XLSTAT para el análisis del diferencial semántico. El paradigma cualitativo fue realizado en forma cíclica y comprendió las siguientes etapas: 1) lectura y familiarización de las transcripciones, 2) elaboración de núcleos temáticos, 3) deconstrucción/construcción del texto, 4) organización y contextualización de los resultados parciales, 5) elaboración de categorías.

VALIDACIÓN Como técnicas de validación se aplicaron la triangulación de los investigadores y la triangulación de las técnicas. La convergencia de los datos se realizó entre los obtenidos por ambas metodologías (cuantitativa y cualitativa) lo que dio luz a nuestra investigación, permitiendo elaborar las categorías finales y la conclusión del estudio. Finalmente, los resultados se sometieron al análisis por pares, al análisis por un auditor externo y se utilizó el criterio de confirmabilidad, poniéndolo a disposición de los participantes del trabajo.

RESULTADOS ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN El análisis cuantitativo fue de tipo estadístico y se rea-

Los resultados del análisis cuantitativo se resumen en la tabla 1 y los de análisis cualitativo en la figura 1.

Tabla 1: resultados cuantitativos sobre recomendaciones e intervenciones sobre colecho en el universo de médicos de atención primaria de CEMAP San Miguel de Tucumán y Hospital Ramón Carrillo de San Martín de los Andes.

Debe recomendarse Debe desaconsejarse No se debe hacer nada Desconoce A favor del Colecho En contra del Colecho No interviene porque no le interesa No interviene porque desconoce Otras

San Miguel de Tucumán n=22 Frecuencia % IC95% absoluta 0% 0 (32 a 76) 54% 12 (21 a 63) 41% 9 (0,5 a 23) 5% 1 (1 a 23) 4,5% 1 (32 a 76) 55% 12 (1 a 29) 9% 2 (1 a 23) 4,5% 1 (11 a 50) 27% 6

San Martín de los Andes n=10 Frecuencia % IC95% absoluta 0% 0 (44 a 97) 80% 8 (2 a 56) 20% 2 0% 0 0% 0 (19 a 81) 50% 5 0% 0 0% 0 (19 a 81) 50% 5

Las figuras 1 y 2 resumen las connotaciones sociales asociadas a colecho de los profesionales de ambas instituciones analizadas. [16] Archivos de Medicina Familiar y General

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Gráfico Diferencial Semántico

Tucumán SMA

Independencia Incomodidad Peligroso Hacinamiento Necesidad Intranquilidad Frío Desprecio No Estimulante Sobreprotección Desatención Pobreza No Recomendable Inadecuado Mal Hábito Quita Intimidad Estresante Irresponsable Desinformación Displacentero

Categorías

Dependencia Comodidad Seguro No Hacinamiento Elección Tranquilidad Calor Amor, Cariño Estimulante Protección Cuidado Riqueza Recomendable Adecuado Buen Hábito Intimidad de la Pareja Relajante Responsable Información Placentero 1

1,5

2

2,5

3

3,5

4

5

4,5

Valores

Figura 1b)

S. MARTÍN DE LOS ANDES

–C n ro – ció Sobreprotec

nc ble – epende D

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d– on s able – Intranquilida

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EL DESCANSO A CUALQUIER COSTO En algunos grupos, generalmente de nivel socioe-

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En los distintos grupos socioculturales que el colecho sería una práctica habitual, justificada con diversos motivos que pueden agruparse en diferentes subcategorías:



Intimidad

LOS MOTIVOS PARA CO-LECHAR



n

Desde el paradigma cualitativo surgieron varias categorías de análisis:

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conómico mediano a alto (Barrios Residenciales o Barrios Privados) existe toda una problemática alrededor de “la hora de dormir”. Es así que una función natural como es el sueño parece tornarse caótica, volviéndose el colecho un costo obligado para poder dormir. El enfoque estaría situado en el “tener que descansar” porque al día siguiente hay que afrontar otra jornada laboral, aunque el precio para ello sea que los chicos duerman en la cama matrimonial. Archivos de Medicina Familiar y General [17]

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Figura 1: connotaciones sociales asociadas al “colecho” graficadas con el programa XLSTAT a través de la técnica del “diferencial semántico” (figura 1a) y a través de la técnica del “mapa conceptual” (figura 1b) de acuerdo a las opiniones del los médicos de Cemap (Tucumán) y Hospital Ramón Carrillo, San Martín de los Antes (SMA).

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“…el bebé lloraba y al final yo me iba a dormir con él…” “…no importa la forma, vos querés que se duerma…;…un poco de comodidad nuestra…” (Entrevistas 3 y 4 de un Barrio Privado de San Martín de los Andes). ¡SEMEJANTE FRÍO! Las condiciones climáticas adversas -padecidas por el grupo de investigadores durante las observaciones de campo- sumadas a condiciones de viviendas poco preparadas para dicha situación parecen obligar a los padres a dormir con sus hijos como un modo de protección y de darles calor. La palabra “frío” se repite mucho en las diferentes entrevistas e incluso en el relato de vida aparece el antagonismo frío/calor. Permitiéndonos tomarlo como metáfora, los investigadores también pensamos al frío como un marcador de distancia física y emocional, representando el calor el acercamiento y el contacto. Es así, que el acercarse para dormir juntos permite un punto de contacto que demostraría mucho más que la mera protección del frío. Mostraría también el cariño y el contacto físico que muchas veces no puede darse por distintos motivos. “…los protege porque hace frío…” (Entrevista 8 de un Barrio periurbano en el Gran San Miguel del Tucumán). “…somos muy humildes…;…mucho espacio no teníamos…;…darles el calor que necesitaban…;…los cuido…;…cuando son bebes siempre duermen conmigo…;…mejor para ellos, para darles calor…” (Entrevista 6 de una comunidad de los Valles Calchaquíes). AL PIE DE LA VACA La mayoría de los entrevistados refieren que dormir con sus hijos es un facilitador para la lactancia materna. Es más, en muchos casos se pone como límite al colecho cuando el niño deja de ser amamantado. “…los querés cuidar…;…hasta los seis meses que los podes amamantar…” (Entrevista 3 de una comunidad mapuche de San Martín de los Andes). ¿SERÁ SOLO “LA POBREZA”? Aparece en barrios marginales y en algunas comunidades rurales que el colecho sería obligado por la situación de carencia. Sin embargo, al profundizar la indagación y al proponer la situación hipotética de tener la posibilidad de contar con otras comodidades [18] Archivos de Medicina Familiar y General

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(más frazadas, más camas) nos encontramos con respuestas duales. Algunos manifiestan que igual dormirían con sus hijos y otros refieren que preferirían hacerlos dormir aparte. “…duerme por el frío…;…más vigilados…;…es más fácil tenerla cerca, no levantarme, ni sacarla de la cama…” “…comprar una cuna era cosa de lujo…” (Entrevista 1 y 2 de una comunidad mapuche de San Martín de los Andes). LOS FANTASMAS DE LA NOCHE Las expresiones sobre cuidado, protección y seguridad se repiten constantemente en las diferentes entrevistas realizadas. Impresiona como si de noche, al dormir, se perdiera el control de la situación y esta pudiera tornarse peligrosa. Entonces, dada esta circunstancia, pareciera que el tenerlos cerca (en la misma cama) resulta de alguna manera tranquilizador, sobre todo a las mamás que parecen ser quienes más toman la decisión de dormir con los hijos.

“…miedo a que se duerma solo…;…miedo a que se asfixie…;…es muy tremendo, por eso lo hago dormir conmigo…” (Entrevista 9 de un Barrio periurbano en el Gran San Miguel del Tucumán).

EL CONSEJO RECIBIDO: OBEDIENCIA Y DESOBEDIENCIA En esta categoría encontramos que algunos padres refieren no haber recibido consejo alguno. Sin embargo para quienes lo recibieron, lo recuerdan como contundente: “no dormir con los hijos”. Esto se refleja en la encuesta realizada a los médicos de atención primaria, en la que la mayoría manifestó que dicha práctica debe desaconsejarse, y el resto refirió que no se debe hacer nada. Sin embargo y pese a la proscripción, los entrevistados dan cuenta, en gran medida, de la transgresión a dicha norma, manifestando que por diferentes motivos expresados en las categorías anteriores sí duermen con sus hijos. Por otro lado, en un grupo minoritario se observan diferentes estrategias para obedecer la “norma” recomendada como son: dejarlo llorar, aplicar técnicas bibliográficas que versan al respecto, etc. ¿Y quién imparte esta “norma”? En los grupos socioeconómicos más altos, el consejo se recibe a través del Volumen 6 Número 1 - 2009

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“…el pediatra me dijo que no duerma con ellos…;…nunca le pregunte porque…” (Entrevista 2 de Barrios Privados de San Miguel de Tucumán). “…mi mamá decía que era malo dormir con los chicos…;…mi tía me retaba por dormir con los chicos…” (Entrevista 8 de un Barrio periurbano en el Gran San Miguel del Tucumán).

EL EXILIO En esta categoría volvemos a encontrar diferencias entre los grupos. En el nivel socioeconómico más alto se escucha que alguno de ambos padres se va a dormir en otra cama. En cambio, en comunidades periurbanas y rurales el exilio parece estar naturalizado, ya que ante la llegada del hijo el padre es quien se exilia del lecho que queda ocupado por el binomio madre-hijo. “…corrí a mi marido del cuarto…;…el lo tomaba mal, se enojaba cuando lo corría del cuarto…” (Entrevista 2 de Barrios Privados de San Miguel de Tucumán). “…Siempre dormía sólo porque había un bebé en la cama…” (Entrevista 3 de una comunidad Mapuche de San Martín de los Andes).

SACRIFICANDO LA INTIMIDAD: TÁCTICAS Y ESTRATEGIAS PARA SOSTENERLA Todos los grupos sociales manifiestan como se ve alterada la intimidad de la pareja con la llegada del hijo, puntualmente las relaciones sexuales y eventualmente, diálogos de cuestiones de adultos por las cuestiones que sean. Sin embargo, muchos de ellos recurren a diferentes estrategias para poder tener un espacio y un momento que sólo sea compartido por los cónyuges. A diferencia de lo antes expresado se escucha en las comunidades más vulnerables, que los hijos son testigos de la sexualidad de la pareja, ya que la mayoría refiere que mantienen relaciones sexuales en la misVolumen 6 Número 1 - 2009

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ma habitación e incluso en la misma cama, aclarando siempre que toman el resguardo de que los chicos “estén dormidos”, lo que no siempre sucede. “…el padre creía que un hombre en la cama era suficiente…” (Entrevista 1 de un barrio residencial en la ciudad de San Martín de los Andes). “…Uh!... son muy pocas las relaciones sexuales…” (Entrevista 6 de un peri urbano en el Gran San Miguel de Tucumán). “…supongo que a todos les pasa -problemas con la intimidad de pareja-…” (Entrevista 1 de un barrio privado en San Miguel de Tucumán). “…para tener relaciones con el marido tiene que estar segurísima que están dormidos…;…salí, salí no me toqués, porque vos estás por hacer el amor con mi mamá…” (Entrevista 1 de un barrio peri urbano en el Gran San Miguel de Tucumán). “…yo pensaba de que estaban investigando por el tema de que hay tantas violaciones y esas cosas...pensaba que por eso era...” (Entrevista 3 de una comunidad de los Valles Calchaquíes).

LA EXPERIENCIA PASADA Aparecen experiencias pasadas opuestas. Por un lado, se refleja la experiencia de quienes “colecharon” cuando eran niños, con un recuerdo actual asociado a sentimientos de ternura y cariño. Por otra parte, quienes durante la infancia sintieron la falta de cariño y protección por parte de sus padres, hoy viven el colecho con sus hijos como una forma de brindarles cuidado, afecto, y la cercanía que no sintieron de niños. Esto también se refleja en el relato de vida donde Lucía, la protagonista, cuenta el abandono vivido durante su infancia y la distancia física y emocional de sus cuidadores: “…no hemos tenido a nadie que nos toque el cachete, nada, quizás a un perro se le hace un cariño...”

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pediatra, mientras que en comunidades rurales y periurbanas la norma se transmite de generación en generación a través de familiares, aunque en algunos casos el consejo también proviene del médico.

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EL EXTRAÑO PLACER DE TENERLOS CERCA

cuidarlos mejor”, “para darles cariño”.

La mayoría de las madres entrevistadas viven el colecho como un momento de amor, y una oportunidad para mimarse, abrazarse y demostrarse cariño. Podemos pensar que durante el día quizás no encuentran este minuto especial. Ellas relatan que en general son sus maridos quienes muestran desacuerdo con el colecho, aunque algunas tienen la hipótesis que a ellos también les gusta “amasarlos” en la cama. Sin embargo, algunas mujeres -en general las de mayor nivel socioeconómico- manifiestan que les resulta una práctica incómoda y poco sana.

Respecto de los médicos que participaron de este estudio, podemos concluir que en su mayoría poseen una idea negativa respecto de esta práctica, tal como se puede observar en los mapas conceptuales del diferencial semántico expuestos previamente.

“…siempre los he querido tener cerca conmigo…;…los mimosos un poco mas (dormían mas tiempo en la cama)…;…es muy pegote…;…siempre los hemos hecho dormir con nosotros…; ¡…semejante frío…!” (Entrevista 4 de una comunidad de los Valles Calchaquíes).

IDEARIO COLECTIVO Si bien habría cierto consenso de que el colecho es malo, no pareciera ser visto como una práctica muy peligrosa. Por ejemplo, solo el grupo socioeconómico más alto utiliza expresiones como: “es pésimo”, “trae problemas en la adolescencia”, “quita intimidad a la pareja”. “….ahora no le afecta, quizás en un futuro…;…es pésimo…;…crece inseguro…;…no es sano, para nada…” (Entrevista 4 de Barrios Privados de San Miguel de Tucumán).

¿QUÉ PASA CON LOS MÉDICOS? La mayoría de los médicos de ambas instituciones manifestaron no practicar el colecho en su vida actual como padres, y no haberlo practicado durante su propia niñez como hijos. Al momento de indagarlos sobre si realizarían alguna recomendación frente a una familia que practique colecho, la gran mayoría respondió que sí, justificándose con diversos motivos a saber: para ayudar a lograr la independencia del niño, porque interfiere en la pareja, etc. Sin embargo y aunque en menor proporción, hay médicos que refieren que la práctica del colecho es una decisión de los padres y que se debe respetar su autonomía. En la representación social de los médicos que se grafica en la figura 1, surgen valores opuestos representados con las díadas dependencia/independencia, lo que coincide con la impronta de la cultura occidental que considera al niño un ser dependiente de su madre; por lo que, para promover su autonomía sería necesario separarlo precozmente del lecho materno.

DISCUSIÓN En contraposición, en algunas comunidades rurales, las mamás cuentan que el colecho fue tradicionalmente un hecho natural e incuestionable, pero que durante su proceso de transculturación esta idea se fue desdibujando. “…mientras no haya enfermedad (pueden dormir con los padres)…” (Entrevista 7 de una comunidad de los Valles Calchaquíes). En un punto intermedio se encuentran las personas que viven en comunidades periurbanas, donde si bien manifiestan que “el colecho no está bien”, su práctica cotidiana da cuenta de los muchos motivos por los cuales estaría justificado: “para protegerlos”, “para [20] Archivos de Medicina Familiar y General

SOBRE LAS LIMITACIONES DE LA METODOLOGÍA Si bien hemos definido colecho a la situación en la que un niño menor de cinco años duerme en la misma cama que un adulto la mayoría de las noches, durante por lo menos cuatro horas, lamentablemente nuestra metodología no nos permite discriminar entre las representaciones sociales asociadas al colecho en diferentes edades, que probablemente sean diferentes, quedando para futuras investigaciones dicho interrogante. Tampoco hemos evaluado con este diseño la práctica personal de los médicos encuestados en relación al colecho. Por ejemplo, si a pesar de estar en contra, lo aplican o consienten en su propia familia nuclear, con sus Volumen 6 Número 1 - 2009

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SOBRE LOS RESULTADOS DEL TRABAJO Como se observa en los mapas conceptuales, la práctica del colecho tiene para los médicos de Atención Primaria una representación social predominantemente negativa que está sustentada por las ideas-fuerza: quita intimidad, hacinamiento, no recomendable, inadecuado, mal hábito y pobreza. Sin embargo y con menor fuerza, surgen aspectos positivos como amor/cariño y comodidad. Tras nuestra indagación mediante entrevistas y observación directa, encontramos que la mayoría de los miembros de las comunidades estudiadas practican el colecho. Pudimos observar en todos los grupos que la intimidad de la pareja se ve alterada, creando en los cónyuges la necesidad de desarrollar diversas tácticas y estrategias para vivir la misma. Al escuchar los por qué de la práctica, encontramos la necesidad de conseguir un descanso a cualquier costo y la facilitación de la lactancia materna. También nos enfrentamos a motivos muy movilizadores como son el dar cariño, protección, calor y demostrar el amor no recibido durante una infancia marcada por la distancia física y emocional. Igual de movilizadores son motivos como no tener camas o frazadas, así como la sensación de peligro por la vulnerabilidad a la que están expuestos. Sin embargo, el ideario colectivo es negativo y también se ve reflejado en la práctica de los médicos al proscribir el colecho. Es dable pensar, que esta construcción social respecto del colecho, tendría una lógica influencia de la macrocultura, ya que las comunidades indagadas forman parte de la cultura occidental.

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tica del colecho en nuestras comunidades y NO permiten valorar los riesgos o beneficios de dicha práctica. Por lo tanto, debemos evitar caer en la tentación de proscribirla o recomendarla sólo por los resultados de nuestra investigación, para lo que nos apoyamos en información provenientes de otros trabajos científicos especialmente diseñados para contestar este tipo de pregunta. En este sentido, queremos resumir los de una revisión sistemática de varios estudios de casos y controles publicada por Carpenter y col.14en 2004 con el objetivo de analizar factores de riesgo y/o protectores del síndrome de muerte súbita del lactante. Para estos autores, el antecedente de colecho en el contexto de ausencia de humo de tabaco ambiental se asoció a una tendencia estadísticamente no significativa a un mayor riesgo de muerte súbita (OR 1,56; 0,91 a 2,68) mientras que el antecedente de cohabitación sin colecho tuvo un efecto protector estadísticamente significativo (OR 0,32; 0,19 a 0,55).

CONCLUSIONES La construcción social sobre la práctica del colecho está inmersa en pautas de la cultura occidental. Por lo tanto, es predominantemente negativa. Como médicos de atención primaria no escapamos a esta norma, por lo tanto nuestra representación social también lo es. Sin embargo, tuvimos la posibilidad de estudiar en diferentes grupos sociales y comprender motivaciones muy fuertes que tiene la población para llevar a cabo esta práctica. Recibido el 30/08/08 y aceptado el 15/03/09. Sylvester M, Antacle A, Ávila N, Aymat A, Bazán J, Farías V, Heredia V, Montarzino J, Ponce de León M, Rotger L, Sánchez M. Representaciones sociales sobre el “colecho” en diferentes grupos sociales de dos regiones de Argentina. Archivos de Medicina Familiar y General. Vol. 6 Nro 1. XX-XX. 2009.

Referencias 1

SOBRE LAS LIMITACIONES DE NUESTRO HALLAZGOS

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Es importante destacar que nuestros hallazgos sólo dan cuenta de las representaciones sociales que tiene la prácVolumen 6 Número 1 - 2009

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Morelli G, Rogoff, B, Oppenheim,D y Goldsmith D. (1992). “Cultural variation in infants sleeping arrangements: Questions of inde-

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Investigaciones Originales

hijos, otros familiares, etc. Por otro lado y debido a que no contábamos con recursos suficientes hemos tenido que contentarnos con utilizar una muestra pequeña de encuestas y un único relato de vida, lo que no nos permitió llegar a la saturación del discurso. Esto nos obliga a ser muy cuidadosos respecto de nuestras conclusiones.

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