REPORTE FINAL DEL SERVICIO SOCIAL LEGAL

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA UNIDAD XOCHIMILCO DIVISIÓN DE CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE PRODUCCIÓN AGRÍCOLA Y ANIMAL LICENC...
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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA UNIDAD XOCHIMILCO DIVISIÓN DE CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE PRODUCCIÓN AGRÍCOLA Y ANIMAL LICENCIATURA EN MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA

REPORTE FINAL DEL SERVICIO SOCIAL LEGAL PLAN DE ESTABLECIMIENTO DEL CRIADERO INTENSIVO DE VENADO COLA BLANCA EN EL CENTRO REGIONAL UNIVERSITARIO DE LA PENÍNSULA DE YUCATÁN, MÉXICO, DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA CHAPINGO. Proyecto Genérico: Tecnología de la Producción Agropecuaria

Prestadores de Servicio Social

José Luis Montesinos Resendiz Mat. 95348453

Sol Velarde Ebergenyi Mat. 98353927

Asesores Interno: Raúl Ricalde Velasco Externo: Germán David Mendoza Martínez Ced. Prof. 684359

Lugar de realización: Centro Regional Universitario de la Península de Yucatán de la UACH, Mérida, Yucatán. Fechas de inicio y terminación: 20 de noviembre de 2002 al 20 de mayo de 2003

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ÍNDICE GENERAL 1. 2. 3. 4. 5.

Introducción Objetivo general y objetivos específicos Justificación Delimitación del problema Marco Teórico 5.1. Venado cola blanca 5.2. La Península de Yucatán 5.3. El Venado de Yucatán 5.4. Descripción del área de estudio 6. Metodología y actividades realizadas 6.1. Levantamiento de datos 6.2. Animales 6.3. Colecta y análisis de alimento 6.4. Método estadístico 7. Resultados 7.1. Instalaciones 7.2. Obtención del pie de cría 7.3. Registros e identificación individual 7.4. Calendarios de vacunación y desparasitación 7.5. Manejo reproductivo 7.6. Métodos de contención y captura 7.7. Programa de alimentación 7.7.1. Resultados de laboratorio 7.7.2. Discusión sobre alimentación 8. Aprovechamiento del venado cola blanca por el hombre 9. Conclusiones 10. Literatura citada 11. Anexos

1 4 4 5 6 11 20 22 25 27 27 27 30 30 31 31 34 35 36 39 41 48 52 60 62 65 66 73

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ÍNDICE DE CUADROS

Cuadro 1. Plan de desarrollo del hato a 4 años Cuadro 2. Análisis coproparasitoscópicos Cuadro 3. Perfiles hematológicos de 4 venados en comparación con valores medios reportados para venado cola blanca. Cuadro 4. Calendario de lactancia artificial para cervatillos Cuadro 5. Composición botánica de la dieta del venado cola blanca en dos regiones del país Cuadro 6. Materia Seca de las plantas estudiadas Cuadro 7. Fibra Detergente Neutra Cuadro 8. Fibra Detergente Ácida Cuadro 9. Lignina y Sílice Cuadro 10. Porcentaje de Proteína Cuadro 11. Digestibilidad de la Materia Seca

4 36 37 40 50 52 53 54 55 56 57

ÍNDICE DE GRÁFICAS

Gráfica1. Contenido porcentual de humedad de las plantas seleccionadas Gráfica 2. Contenido porcentual de FDN de las plantas seleccionadas Gráfica 3. Contenido porcentual de FDA de las plantas seleccionadas Gráfica 4. Contenido porcentual de Lignina de las plantas seleccionadas Gráfica 5. Contenido porcentual de Proteína de las plantas seleccionadas Gráfica 6. Porcentaje de Digestibilidad de Materia Seca de las plantas seleccionadas Gráfica 7. Correlación existente entre el porcentaje de Digestibilidad de Materia Seca y el porcentaje de Proteína Gráfica 8. Correlación existente entre el porcentaje de Digestibilidad de Materia Seca y el porcentaje de Lignina Gráfica 9. Correlación existente entre el porcentaje de Proteína y el porcentaje de FDN Gráfica 10. Correlación existente entre el porcentaje de Digestibilidad de Materia Seca y el porcentaje de FDN

53 54 55 56 57 58 58 59 59 60

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ÍNDICE DE FIGURAS Figura 1. Distribución de venado cola blanca por subespecies en la República Mexicana Figura 2. Localización del criadero

ÍNDICE DE FOTOGRAFÍAS

Foto 1. Venado estrellándose contra la red de captura Foto 2. Pesaje de animales Foto 3. Extracción de heces a partir del recto Foto 4. Extracción de sangre a partir de la vena auricular externa media Foto 5. Comederos y bebederos utilizados actualmente Foto 6. Corral principal (1) del criadero Foto 7. Revisión de constantes fisiológicas del animal Foto 8. Los ojos del venado deben vendarse para reducir el estrés Foto 9. Procedimiento para la inmovilización de un venado no anestesiado Foto 10. Árbol Ramón Foto 11. Diversas plantas destinadas para la alimentación Foto 12. Aprovechamiento de venado cola blanca en el sureste

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RESUMEN En el sureste de la República, el venado cola blanca es un recurso importante como fuente de proteína animal de calidad para la población en general, por lo que el papel que juegan los criaderos de venado cola blanca es significativo. El objetivo de este trabajo fue elaborar un plan de manejo para el establecimiento de un criadero intensivo de venado cola blanca en el sureste de la República, con fines de incremento del hato. Para el cumplimiento de este objetivo se realizó un levantamiento de datos generales del criadero y requerimientos para su restauración. Se capturaron a un total de 10 animales, 3 machos y 7 hembras utilizando una red de nylon y con un tranquilizante comercial (combelen

M. R.

). Los animales fueron identificados con un arete

que lleva impreso un número para el llenado de fichas de registro que contienen datos generales como edad, peso y medidas corporales. Se establecieron contactos con otros criaderos para la obtención del pie de cría. Se colectaron heces y se realizaron análisis coproparasitoscópicos que revelaron que la población de endo y ectoparásitos es baja, por lo que se propone un tratamiento con Ivermectina 2 veces al año. Se colectaron muestras sanguíneas para

la realización de análisis hematológicos en donde los

índices encontrados se encuentran dentro de los parámetros normales, por lo que se descarta el establecimiento de un calendario de vacunación, pero se recomienda realizar exámenes para enfermedades específicas. Se propone un plan de desarrollo del hato a 4 años, en donde la población aumente a

24 animales, incluyendo la

renovación del pie de cría y ventas. Se realizaron observaciones para la elección de las plantas que constituirán la dieta de los animales. Se identificaron 11 especies y se realizó su colecta y análisis de Van Soest, así como de Digestibilidad de Materia Seca y Proteína.

Los resultados de estos análisis muestran que la dieta cumple con los

requerimientos de proteína y con una digestibilidad alta. Se concluye que es factible establecer un criadero de venado cola blanca en el sureste, que satisfaga mercados pequeños regionales y que contribuya a la conservación de esta especie en vida silvestre.

Palabras

clave:

venado

cola

blanca,

criadero

intensivo,

plan

de

manejo,

aprovechamiento.

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1. INTRODUCCIÓN La existencia humana, desde sus inicios, está marcada por el rasgo colectivo, y los antropólogos están de acuerdo en que es justamente este rasgo de enfrentarse al ambiente en colectivo lo que ha permitido al humano sobrevivir y tener un éxito tan rotundo sobre el planeta. Cada colectivo humano se enfrenta al ambiente donde se desarrolla de manera peculiar, generando una historia de adaptación al ambiente, y de obtención de los productos que le son útiles para sobrevivir, sea como alimentos, como materias primas para confección de abrigos, para construcción de refugios habitacionales, o como combustibles que le proporcionan calor y que le permiten procesar alimentos hasta dejarlos listos para su consumo. La fauna presente en el ambiente es un elemento determinante en esta historia, en cuanto que el hombre se declara carnívoro y consumidor de productos animales desde el inicio de su historia, y en cuanto que muchos animales son fuente de materias primas para diversos fines. Inicialmente, la obtención de aquellos productos indispensables o útiles para su sobrevivencia está sujeta a las propias bondades u hostilidades del ambiente donde el hombre se desarrolla. Esta es la época del hombre recolector de vegetales y cazador de animales, muy dependiente de los avatares ambientales, pero aún así capaz de difundirse por la superficie del planeta con éxito. Como consecuencia de su capacidad de observación y de detección de relaciones de causa efecto, en algún momento de su historia el hombre se vuelve capaz de modificar el ambiente, o algunos factores o condiciones del ambiente, para obligar a la naturaleza a dar más de un cierto producto. Es interesante el hecho de que las primeras manipulaciones del hombre sobre factores naturales hayan sido sobre las poblaciones animales. Probablemente porque las migraciones de grandes manadas de herbívoros son fácilmente observables, los colectivos humanos comenzaron inicialmente por seguirlas, por mantenerse cerca de ellas, para garantizarse un suministro continuo de proteína en la alimentación, de pieles para abrigo y de huesos para armas de cacería. En este sentido, es muy interesante la teoría de que la difusión del hombre desde su tierra original en África, hasta Europa y el lejano y cercano oriente haya sido producto de este seguimiento a las manadas de herbívoros. Según parece, pues, entre el colectivo humano y la manada de herbívoros que va siguiendo se da un proceso coevolutivo, simbiótico, en el que el hombre brinda cuidados a la manada, atendiendo partos, manteniendo una relación ventajosa de sexos, cosechando a los viejos y a los machos en exceso, construyendo incluso refugios adecuados contra la lluvia o el frío, a cambio de ciertos recursos que va extrayendo de la manada para alimentarse, abrigarse, construir armas e incluso adornos. En esta coevolución, el dominio del colectivo humano sobre la manada va incrementándose, hasta que la manada pierde su libertad de migración, y en general se encuentra perennemente confinada. El hombre lleva el alimento hasta la manada, colectándolo en los terrenos colindantes, o transportándolo desde terrenos cada vez más lejanos. Con la integración de la capacidad de reproducir plantas masivamente, es decir, con la domesticación de especies vegetales, especialmente gramíneas, en distintos colectivos humanos, las posibilidades de confinamiento se elevaron al máximo.

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Por otro lado, está la composición específica de la manada. Sin duda, la especie criada ha dependido históricamente de la disposición de fauna en el ambiente. Pero de todas las especies presentes, solamente unas pocas, tal vez una o dos, tienen el carácter o disposición para ser confinadas y someterse al manejo del hombre, es decir, tienen potencial de domesticación. La gran mayoría de las especies de mamíferos herbívoros no son domesticables, sea porque son de carácter inquieto y requieren de grandes extensiones de tierra para desarrollar carreras y saltos, como el venado, o porque su carácter es demasiado agresivo para permitir la cercanía del humano. El humano desarrolla distintas formas de dominio y extracción sobre especies animales que no son potencialmente domesticables pero que le son útiles porque le sirven de alimento o porque le representan otro recurso. En todas estas formas permanece el antiguo modo de relación que es la cacería o la recolección, según el carácter de la especie. Si es una especie corredora, veloz, se vuelve pieza de cacería, si es una especie lenta con facultades para refugiarse, entonces se le colecta en sus refugios favoritos. En la historia, pues, el colectivo va acumulando información tanto con respecto a los requerimientos alimenticios y sanitarios de las especies domesticables, con respecto a los hábitats y nichos ecológicos favoritos de las especies no domesticables, y con respecto a la utilización de los productos que una especie particular le proporciona, desde las formas de cocinar los productos alimenticios, hasta el procedimiento para curtir su piel, y los mejores usos de las partes duras. En particular respecto a la alimentación, cada colectivo humano crea un cúmulo de significados, un dominio semántico completo, relacionado no solamente con los procedimientos para cocinar productos de esa especie en particular, sino con el aval para su ingestión, propiamente dicha. En otras palabras, toda cultura tiene un código respecto a cuáles especies animales son aprobados para su ingestión y cuáles no son aprobadas. Sin duda, las culturas americanas vivieron esta historia de acumulación de conocimiento, domesticando y criando especies susceptibles, cazando especies veloces, colectando especies lentas, y cada cultura, en cada región en América tenía, en el momento de la conquista su lista de especies favoritas, sus propios cúmulos de información respecto a especies domesticables y no domesticables, requerimientos alimenticios y sanitarios, hábitats y nichos preferidos, y respecto a la utilización de los productos proporcionados por estas especies, y por supuesto, sus propios códigos respecto a los animales útiles y a los no útiles. Dado que en América la densidad de población humana ha sido siempre menor, con una relación mucho mayor de superficie rural contra urbana, la tendencia a la crianza intensiva de mamíferos herbívoros fue mucho menor, con sólo una o dos especies notablemente domesticables. Complementariamente, la domesticación de especies vegetales en América incluyó una diversidad mucho mayor, tanto en especies como en hábitos vegetales, y, a diferencia de la agricultura en África, Europa, y Oriente, la agricultura en milpa siempre estuvo integrada a sistemas vegetacionales de alta biomasa configurada en multiestratos.

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Estas diferencias en la producción y extracción de productos naturales se traducen en diferencias históricas en la explotación de la fauna natural. Mientras que en Europa la mayor parte de la proteína consumida por el colectivo humano proviene de la crianza intensiva de mamíferos herbívoros y aves de corral, y la cacería de especies de mamíferos herbívoros, si bien es fuente de proteína animal, está restringida a sectores muy reducidos de la población y se realiza en cotos especialmente conservados para estos fines, en América buena parte de la proteína consumida proviene de la fauna natural, y de las aves de corral, y la cacería es una actividad común en la población, así como lo es la conservación de los ecosistemas naturales regionales. La historia europea de dominio cada vez mayor del hombre sobre manadas de mamíferos herbívoros y de restricción cada vez mayor de la manada misma en el espacio, da cuenta de la distinción actual de dos polos: los criaderos extensivos, donde al hato se le permite pastorear libremente dentro de un área más o menos extensa, con una diversidad más o menos alta en al vegetación, hasta los criaderos intensivos, donde cada individuo del hato se encuentra restringido a un área mínima de acción, hasta donde le llega una alimentación balanceada al detalle en sus componentes. En el momento de la conquista de América, en las culturas europeas había un código ya bien asentado respecto a lo que sí se puede y lo que no se puede criar extensiva e intensivamente, y de lo que si se puede y no se puede comer. Dado que muchas de las especies comestibles de América no estaban avaladas en ese código como susceptibles de crianza extensiva o como comestibles, la conquista de América significó una imposición violenta de la crianza y explotación de ciertas especies, a costa del desdeño, e incluso la desaparición de especies de mamíferos herbívoros domesticables y no domesticables en América. En la mente europea, en el momento de la conquista, el venado estaba caracterizado como pieza de caza, comestible, cuyo consumo constituía un lujo restringido a ciertos grupos selectos poseedores de cotos de caza. En la mente americana, en ese mismo momento, el venado era una pieza de caza, comestible cuyo consumo era común en la población, y su caza era accesible a los pobladores de una región en tierras comunales. En ambos grupos humanos, pues, el venado era una pieza de caza. La diferencia estaba en la manera de concebir la caza, por supuesto, y en el concepto de área de caza, su posesión, su extensión y su conservación. A través de los quinientos años de historia de América después de la conquista, esta diferencia se ha expresado en un decremento agudo, de las áreas naturales, tanto boscosas como selváticas, de vegetación natural, que constituyen el hábitat del venado, mientras que la práctica de la cacería por la población rural continúa sin cambios. La combinación de estos dos factores ha resultado en que las poblaciones de subespecies de venado presentes en nuestro territorio se han reducido hasta un estatus de peligro de extinción. La carne de venado ha desaparecido virtualmente de la dieta del mexicano, siendo substituida por la carne de res, dentro de lo posible, y actualmente la comercialización de este producto es virtualmente ilegal.

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2. OBJETIVOS. General: Elaborar un plan para el establecimiento de un criadero intensivo de Venado cola blanca (Odocoileus virginianus yucatanensis) en la comisaría de Temozón Norte, del municipio de Mérida del Estado de Yucatán, con fines de incremento del hato. Particulares: − Elaborar un calendario de vacunación y desparasitación para la región o zona en donde se encuentra ubicado el criadero − Establecer un plan de manejo reproductivo para la variedad yucatanensis. − Reportar la composición botánica de la dieta destinada para el criadero, así como fibra, proteína y digestibilidad de materia seca − Elaborar un plan de infraestructura necesaria para el criadero usando los materiales disponibles en la región. − Delimitar el uso de laboratorios con la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) que puedan apoyar el proyecto. − Establecer relaciones con otros criaderos de la región para la obtención de pie de cría y realización de estudios comparativos.

3. JUSTIFICACIÓN A partir de la década de los setenta, y particularmente con la creación de la SEDUE, comenzaron a generarse acciones tendientes a la restauración de poblaciones de fauna, ahora denominada "silvestre". Fauna silvestre es un término que engloba a las poblaciones no reconocidas por la Secretaría de Agricultura y Ganadería (en todas las modalidades que ha tomado desde entonces) de especies no susceptibles de crianza extensiva o intensiva. Dado que la actual SAGARPA reconoce solamente unas 20 especies actualmente, y que todas éstas son especies introducidas de Europa durante la conquista, es evidente que la gran mayoría de las especies nativas de América entran en el grupo de "fauna silvestre". Como han demostrado diversos estudios y planes de restauración poblacional que abordaremos en el marco teórico, el éxito de un plan de restauración poblacional depende con mucho, de la promesa de retribución, en una u otra forma, para la población humana involucrada. Tanto la restauración de poblaciones de venado en nuestro territorio, como el establecimiento de criaderos extensivos e intensivos con fines comerciales, han vivido una serie de etapas, desde la generación de criaderos extensivos que pueden convertirse en cotos de caza después de una serie de trámites, hasta la creación de las Unidades de Manejo Animal para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAs). Treinta años después, si bien el avance en este sentido es notable, sigue siendo muy lento. Hay lagunas en lo referente a la evaluación de la población total por región, tanto silvestre como en cautiverio, en la legislación sobre comercialización de productos del venado, y en el conocimiento respecto a las

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condiciones mínimas y/u óptimas de crianza, que deben ser resultantes de investigaciones sobre la fisiología y etología de las subespecies por región, como serían la superficie de agostadero, instalaciones, alimentación, condiciones sanitarias, enfermedades más frecuentes por región, regímenes mínimos de vacunación. El presente trabajo pretende, pues, llenar algunas de estas lagunas, para dejar asentado, en forma de un plan o programa de manejo en el que se den los procedimientos básicos para el establecimiento de criaderos intensivos de venado en la región sureste del país, particularmente en la Península de Yucatán, con fines de incremento del hato y comercialización de productos del venado.

4. DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA El presente trabajo se realizará en la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), perteneciente al Centro Regional Universitario de la Península de Yucatán (CRUPY) de la Universidad Autónoma Chapingo (UACH), ubicada en la comisaría de Temozón Norte del municipio de Mérida, Yucatán, para elaborar un programa o plan de los procedimientos básicos para el establecimiento de criaderos intensivos venado en ésta región; con fines de incremento del hato y comercialización de productos de venado. El presente trabajo dará inicio en día 20 de noviembre de 2002 y concluirá en 20 de mayo de 2003.

5. MARCO TEÓRICO En los últimos cien años la abundancia y distribución de la flora y fauna silvestre de nuestro país se ha visto afectada de manera significativa debido principalmente al acelerado crecimiento demográfico, el cambio de uso de suelo y su consecuente alteración de hábitats, la contaminación de ecosistemas, el uso irracional de las especies a través de actividades como la caza furtiva, apropiación y comercialización ilegal de las mismas. Sin embargo, hay que resaltar que a pesar de lo anterior, México sigue conservando un lugar importante entre los países poseedores de mega diversidad biológica (Romero y Navarrete, 1996 y Weber, 1996 b). En México se han identificado tres usos tradicionales que se le da a la fauna silvestre: el aprovechamiento controlado (caza), como alimento de subsistencia y la enajenación de ejemplares por o sus productos con fines comerciales o de exhibición. Para tener un abasto constante de alimento y vestido a partir de ejemplares de especies silvestres, el hombre a través del tiempo se ha dedicado a la crianza de animales en cautiverio, este proceso inicio desde hace 9000 años. A pesar de que se corre el riesgo de domesticar ciertas especies de fauna silvestre de interés comercial, la cría en cautiverio es una alternativa de desarrollo para las comunidades y puede ser una posible solución a la problemática alimenticia de la población mundial. Sin embargo, la cría de fauna silvestre en cautiverio, debe estar acorde con un manejo ecológico

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adecuado de los recursos y del ambiente, armonizando de esta manera los objetivos socioeconómicos del desarrollo con el mínimo deterioro de los ecosistemas (Díaz, 1996 b). De acuerdo al tipo de manejo y objetivos que se proporciona a la fauna silvestre en México, la normatividad contempla dos modalidades de criaderos: extensivos e intensivos. Las características de los criaderos extensivos son el manejo de la fauna en condiciones naturales, enriquecimiento permanente del hábitat, reproducción y desarrollo de manera natural, predios con superficie de gran extensión y manejo de fauna nacional. Las principales actividades realizadas en este tipo de criaderos son el monitoreo de la población y mejoramiento del ecosistema. Los objetivos de estos criaderos son el aprovechamiento controlado (caza), la investigación y la exhibición de los animales criados (Díaz, 1996 b), además de reducir los impactos tanto en el hábitat, como en las poblaciones de fauna silvestre (Noriega, 1996). Las características de los criaderos intensivos son que se cuenta con control zootécnico y sanitario de los animales cuando están en confinamiento total y por último que la fauna criada puede ser nacional y exótica. Las actividades principales son la adecuación de dietas y la modificación de los hábitos reproductivos. Los objetivos de estos criaderos son el aprovechamiento comercial de los ejemplares y sus productos, la investigación y la exhibición. El gobierno federal a través de sus diferentes dependencias encargadas de administrar la fauna silvestre, ha promovido y apoyado diferentes programas para la cría en cautiverio de especies cuyo potencial comercial esta comprobado (Díaz, 1996 b). Uno de estos programas se conoce como el Sistema de Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (SUMA) que a continuación se describe: El SUMA es un acrónimo para el Sistema de Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre. Es un nuevo esquema de gestión y administración que busca promover el desarrollo de alternativas de producción compatibles con el cuidado de la biodiversidad y el ambiente a través del uso racional, ordenado y planificado de los recursos naturales, en particular la vida silvestre. El Sistema se integra a partir del establecimiento de las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) y desde su concepto modifica substancialmente los modelos restrictivos tradicionalmente empleados en el país para la gestión de la vida silvestre, para crear oportunidades de aprovechamiento sustentable legales y viables que sean complementarias de otras actividades productivas convencionales como la agricultura, la ganadería, la pesca o la silvicultura. El objetivo del Sistema es favorecer el manejo integral y la conservación de la vida silvestre a través de la creación de incentivos para su incorporación al ámbito económico y productivo, tanto a nivel local como regional y nacional, promoviendo el desarrollo de fuentes alternativas de ingreso para los legítimos propietarios de la tierra y las comunidades rurales con la más amplia participación social (México, SEMARNAT, 2002).

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Las UMA constituyen la unidad básica de operación del SUMA; pueden ser criaderos o predios de fomento de flora y fauna silvestres, así como centros de exhibición, reproducción o investigación, incluyendo cualquier otra forma viable de propagación de ejemplares y generación de servicios, productos y subproductos que puedan ser incorporados a un mercado legal y certificado. Todas las Unidades operan con base en un Plan de Manejo autorizado y registrado que debe de asegurar la viabilidad de cada proyecto y la de los hábitats, las poblaciones o los ejemplares de las especies de interés. Bajo este esquema, parte de los beneficios económicos derivados de la producción son destinados a solventar los gastos de operación de la UMA, parte se reinvierte en programas de conservación, monitoreo e investigación, es decir en la operación del Plan de Manejo, y otra parte se canaliza directamente a obras de beneficio social y económico para los legítimos propietarios de la tierra, quienes finalmente están a cargo del manejo y funcionamiento de la Unidad, bajo la supervisión de las autoridades (México, SEMARNAT, 2002). Las modalidades de la UMA. Cualquier esquema de propagación, manejo o fomento de ejemplares o poblaciones, de generación de servicios, productos y subproductos derivados del aprovechamiento racional de la vida silvestre puede considerarse una UMA. Sin embargo, de manera general se conciben dos modalidades extremas: por un lado, el manejo intensivo incluye criaderos, zoológicos, viveros, jardines botánicos y espectáculos fijos y ambulantes y es aquel manejo zootécnico de ejemplares confinados para la producción de pies de cría, para la reproducción de especies amenazadas, para la exhibición, la educación ambiental y la investigación y en general para la producción o generación de ejemplares, bienes y servicios de la vida silvestre destinadas a satisfacer las demandas del mercado nacional e internacional, de manera compatible con las necesidades de conservación. Por otro lado, las unidades de manejo en vida libre que incluye criaderos intensivos están basadas en el aprovechamiento directo del medio natural (cosecha sustentable); operan mediante técnicas de manejo del hábitat y de monitoreo de poblaciones silvestres de las especies de interés para lograr su uso sostenido. Este esquema promueve la protección del hábitat, por lo que contribuye de manera directa a la conservación de muchas otras especies de flora y fauna asociadas y de los propios ecosistemas. Estas unidades contribuyen directamente a los esfuerzos de conservación y ofrecen muchas ventajas como instrumento de organización de las actividades productivas, tal como queda de manifiesto en el caso del aprovechamiento controlado (caza) que actualmente representa uno de los esquemas alternativos de producción más rentables del país. Sin duda alguna el gran reto en los años venideros será lograr instrumentar un enfoque integral, es decir, el manejo y aprovechamiento sustentable tanto de plantas como de animales en todos los ecosistemas del país en beneficio de los legítimos propietarios de la tierra y en consecuencia de la nación, por tratarse de una función de interés público (México, SEMARNAT, 2002).

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Las funciones de las UMA son: Centros productores de píe de cría. Banco de germoplasma. Para reproducción de especies, su conservación y las de su hábitat. Para labores de educación ambiental e investigación. 12

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Como unidades de producción de ejemplares, productos y subproductos que pueden ser incorporados a los diferentes circuitos del mercado legal para su comercialización y aprovechamiento. Cacería deportiva. Ecoturismo.

Ventajas del establecimiento de una UMA 1. Promueve la conservación, manejo, restauración del hábitat y aprovechamiento de la vida silvestre. 2. A través del esquema de UMA, todas las tierras consideradas como ociosas pueden ser dedicadas a la conservación, generando bienes y servicios ambientales de incalculable valor. 3. Manejo del hábitat de las especies que se encuentren en áreas naturales extensas donde se promueve su conservación y se aprovecha sustentablemente, evitando así la alteración del ecosistema. 4. No limitan las actividades tradicionales de agricultura y ganadería intensivas y promueven la diversificación productiva. 5. Contribuyen al desarrollo económico de las zonas rurales, validando todas aquellas actividades productivas relacionadas con la vida silvestre, bajo un plan de manejo. 6. Las especies, productos y subproductos de flora, fauna y hongos silvestres procedentes de la UMA, se integran a los circuitos de mercado legales y certificados, lo que permite obtener una alternativa de ingresos para sus productores, además que de esta manera se combate frontalmente al tráfico y comercio ilícitos. 7. A través de la aplicación de sus planes de manejo, son generadoras de información técnica y científica confiable, que permite conocer qué y cuánto tenemos y de qué manera puede ser aprovechado plena y responsablemente. 8. Contribuye al conocimiento de la naturaleza y refuerzan la educación ambiental (Canto, 2002). El establecimiento y operación de cualquier Unidad de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (UMA), se basa en cinco elementos fundamentales: I.

Registro

Independientemente del régimen de propiedad de la tierra, cualquier persona física o moral que demuestre su legal posesión o tenencia puede establecer una UMA, para lo cual debe tramitar su registro y autorización de operación ante la SEMARNAT. El registro se otorga en base al cumplimiento de un conjunto simple de requisitos administrativos. Mediante el registro, la Subsecretaría de Gestión para la Protección Ambiental, a través de la Dirección General de Vida Silvestre, compilará datos básicos que servirán para construir un sistema de información de acceso público que permitirá no sólo llevar un control de las actividades de cada Unidad y evaluar su funcionamiento, sino también servirá para promover interacciones ordenadas entre las Unidades del SUMA para generar servicios y para planificar y ejecutar de manera integral y coordinada diversas tareas de conservación más allá de la escala local. La Dirección General de Vida 13

Silvestre asignará un número de registro único a cada Unidad que permitirá distinguirla de las demás, mismo que acompañará su producción a través de la certificación, para brindar certeza y confianza a inversionistas, usuarios y consumidores sobre el origen y legalidad de los productos. II.

Plan de Manejo

El Plan de Manejo es elaborado por el responsable técnico de la UMA de acuerdo a los términos de referencia que al efecto establece la Dirección General de Vida Silvestre, al amparo de la Subsecretaría de Gestión Para la Protección Ambiental de la SEMARNAT, por lo que su autorización está sujeta a dictamen, considerando desde luego que las necesidades de manejo específicas son diferentes en cada Unidad, en función de sus objetivos y de numerosas variables como la infraestructura, el tipo de vegetación y su estado de conservación, la topografía, el clima, el tipo de especies a aprovechar, el tamaño del predio y aspectos sociales, entre otros. El Plan de Manejo debe estructurarse de tal manera que la operación de la Unidad sea integral, es decir, estableciendo un equilibrio dinámico entre sus actividades y objetivos con el desarrollo de otras actividades productivas locales y regionales (agropecuarias, forestales, pesqueras). III.

Aprovechamiento Sustentable

Los resultados del monitoreo o seguimiento, tanto de las poblaciones ejemplares de las especies autorizadas como del hábitat, permiten establecer tasas cuotas de aprovechamiento, así como los períodos de extracción, colecta, o captura determinar las necesidades de manejo para asegurar la conservación aprovechamiento sustentable del recurso.

o o y y

El SUMA, además de permitir, promueve el desarrollo de alternativas productivas a través del aprovechamiento de prácticamente cualquier especie silvestre de México, con la debida consideración de aquellas que por su status de conservación requieran de un manejo orientado a la recuperación. Un ejemplo de lo anterior es la actividad cinegética, es decir, la cacería organizada; el aprovechamiento de la flora no maderable con fines diversos; las mascotas y el turismo fotográfico o de aventura (ecoturismo). El aprovechamiento racional de la vida silvestre en el marco del SUMA se fundamenta en la interpretación de la información derivada de los monitoreos y en la práctica planificada y ordenada de las actividades de producción. Se espera que con el tiempo, el SUMA favorecerá la consolidación de escenarios nuevos de desarrollo económico y de mercado y ofrecerá incentivos para el desarrollo de prácticas productivas compatibles con la conservación para las poblaciones rurales, de manera que el aprovechamiento de la vida silvestre en el contexto del Programa de Conservación de la Vida Silvestre y Diversificación Productiva en el Sector Rural, estimule el crecimiento de mercados legales de ejemplares, bienes y servicios, destinados a cubrir la demanda comercial y de autoconsumo, al tiempo que contribuye al cuidado y manejo de la biodiversidad fuera del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) (México, SEMARNAT, 2002).

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III.

Certificación de la producción

La certificación de la producción de las UMAS es piedra angular del funcionamiento del Sistema, ya que proporciona el marco de certidumbre y confianza necesario para generar inversiones, competir y eventualmente abatir el mercado negro y el de las importaciones. La certificación da confianza al consumidor y sirve de base para la exploración de los mercados internacionales. Los sistemas de marcaje y certificación existentes son muy variados y su aplicación depende del tipo de especies, productos o subproductos de que se trate, por ello, actualmente se trabaja en el desarrollo de los términos de referencia generales para su puesta en operación a través de disposiciones técnicas y administrativas. La certificación facilitará las tareas de las autoridades responsables de la inspección y vigilancia y permitirá a los consumidores conocer el origen y la legalidad de los productos. Cada Unidad contará con un sistema de control e identidad, como parte del Padrón Nacional de Productores Certificados que acompañará su producción. Cabe notar que todas las UMA proporcionarán periódicamente a la SEMARNAT, reportes técnicos de sus actividades de producción y comercialización, los cuales serán sistematizados e incorporados al sistema de información sobre vida silvestre. El método de identificación será elegido por el titular de la UMA, el cual puede ser: anillos, microchips, tatuajes, aretes, entre otros. IV. Vigilancia participativa Es claro que el éxito del Programa para la Conservación de la Vida Silvestre y Diversificación Productiva en el Sector Rural, depende fundamentalmente de la participación de los diversos sectores de la sociedad, por ello, la vigilancia y la denuncia ciudadana son elementos centrales para su operación. La vigilancia participativa consiste en el involucramiento organizado de la sociedad en su conjunto, para apoyar a las autoridades competentes. El esquema operativo de las UMA ofrece la posibilidad de establecer mecanismos eficientes de colaboración y participación cívica, a través de convenios, alianzas y otros instrumentos que favorezcan la compartición de responsabilidades y la educación y reforzar el cumplimiento de la Ley. Actualmente existen ya algunos ejemplos en los estados fronterizos de programas establecidos entre autoridades y productores para la capacitación y entrenamiento orientados a estos propósitos (México, SEMARNAT, 2002). 5.1. VENADO COLA BLANCA El venado cola blanca Odocoileus virginianus es una especie de fauna silvestre que pertenece a la familia de los "cérvidos" Cervidae, la cual incluye entre otras especies del norte de América, al "alce" Alces alces, "elk" o "wapiti" Cervus elaphus, "caribú" Rangifer tarandus, "venado bura" Odocoileus hemionus y "temazate" Mazama americana y Mazama gouazoubira. Taxonómicamente (clasificación dentro del reino animal) el venado cola blanca pertenece al orden de los Artiodáctilos (ungulados) que se caracterizan por poseer pie con casco o pezuña con dedos pares (Villareal, 1999). Es una especie de rumiante silvestre que se encuentra en casi todo México (Nochebuena, et al., 1996).

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En México existen cuatro especies de cérvidos: el "venado cola blanca" Odocoileus virginianus, "venado bura" Odocoileus hemionus y "temazate" Mazama americana y Mazama gouazoubira. El venado cola blanca es la única de éstas cuatro especies de cérvidos que ha tenido la capacidad de poder distribuirse sobre la mayor parte del territorio mexicano, siendo la excepción la península de Baja California. Para el Continente Americano, de donde es originario el género de cérvidos Odocoileus, se reconocen principalmente 38 subespecies de venado cola blanca: 30 subespecies para la parte norte y centro del continente y 8 subespecies para la parte sur del continente. Para México, se estima que existen 14 de las 30 subespecies de venado cola blanca reportados para el norte y centro del Continente Americano, o sea, el 47% de las subespecies que existen desde Canadá hasta Panamá: O. v. acapulcensis (Mich. y Gro.), O.v. carminis (Coah.), O.v. couesi (Son., Chih. Y Dgo.), O.v. mexicanus (Mich., Pue., QRoo, Gro. Y Oax.) O.v. miquihuanensis (Coah.), O.v. nelsoni (Chis.), O.v. oaxacensis (Oax.), O.v. sinaloae (Sin. y Jal.), O.v. texanus (Coah., N.L., Tamps. y Chih.), O.v. thomasi (Camp.), O.v. toltecus (Oax.), O.v. truei (QRoo.), O.v. veraecrucis (Tamps.) y O.v. yucatanensis (Yuc., Camp. Y QRoo) (Villareal, 1999) (ver figura 1).

Figura 1. Distribución de Venado Cola Blanca por subespecies en la República Mexicana (Tomado de Villareal, 1999).

Las subespecies actualmente consideradas como un producto del campo, susceptible de aprovecharse racionalmente y con beneficio económico son las 16

siguientes: texanus y couesi. El resto de las 12 subespecies mexicanas, por su menor tamaño de astas y la falta de categorías especiales en los libros de records, no se consideran como trofeos por los cazadores deportistas nacionales y extranjeros. Por esta razón, no son igualmente protegidas; como sucede con el “texano y coues”, por los ganaderos y tenedores de la tierras. En otras palabras, porque no presentan un beneficio económico directo para el productor (Villareal, 1996 y Murcia, 1989). El venado cola blanca es probablemente el animal de caza más importante en México. Se encuentra ampliamente distribuido en todo el país, tanto en zonas tropicales como en zonas templadas. Sorprende su persistencia soportando la cacería excesiva y la modificación del hábitat, proporcionando deporte y alimento a los cazadores mexicanos después de que otras especies de caza mayor han sido en gran parte o totalmente exterminadas (Starker, 2000). La fauna silvestre, es un recurso que desde la época prehispánica era parte importante de la cultura de todos los pueblos, ya que las familias indígenas desde siempre aprovecharon este recurso para obtener sustento y vestido e incluso la tomaron como parte de sus mitos y rituales (Díaz, 1996). El venado es en el presente un elemento fundamental en la cultura sincrética nacional, basta observar la Danza del Venado y el símbolo de la Academia Veterinaria Mexicana para comprobar el arraigo de tan singular animal. En la cultura Mexica, el venado representó un día en calendario Azteca o Piedra del Sol. Los hallazgos arqueológicos en Tula muestran que el consumo de carne por los pobladores era escaso y se limitaba a guajolotes y a perros. Otra fuente alimentaria de origen animal fue la miel de abeja, la fauna silvestre bien considerada para el consumo era cazada, en especial liebres, conejos y venado. Un grupo Chichimeca que llego a la cuenca de México al inicio del siglo XIII, que se dedicaba a la recolección y a la caza, aprovechó todos los recursos de la región y se tornaron expertos cazadores, especialmente en la caza de venados, que en esa época habían disminuido sus poblaciones. Como producto de caza y como subproductos, el venado podía obtenerse por la población en general. Según testimonios de los conquistadores españoles, Hernán Cortés y Bernal Díaz, el venado se encontraba a la oferta y a la demanda en el mercado de Tlaltelolco. Hernán Cortés escribe “había en el mercado una “calle de caza” donde entre otros animales se vendían venados y las astas de los venados se vendían también, con pelo o sin el, teñidos y de diversos colores” (Téllez, 1996).

Los aztecas en el esplendor de Tenochtitlan fueron grandes consumidores de pieles de venado. Las utilizaban para vestido, objetos decorativos, pero en especial, para la elaboración de sus códices, elemento principal para resguardar la memoria 17

histórica del pueblo Mexica. La guerra vió también en la piel del venado una utilidad principal, ya que con ella se manufacturaban escudos para los guerreros. El códice Mendocino consigna que cada año se recibían 530 rodeles (escudos) corrientes y 69 de ricas plumas. En lo relacionado con las pieles, en ese mismo lapso, Tepeacac aportaba como tributo 3650 de venado. Netzahualcoyotl en sus guerras de conquista hacia el oriente (Golfo de México) ganó las provincias de Tochpan y Tizauh cobrándoles tributo, entre muchos objetos y víveres, éstas provincias contribuían con 400 pellejos (pieles) de venado y 100 vivos. Esta aseveración indica con mucha probabilidad que el arte de atrapar vivos a los cérvidos se desarrollo con el objeto de repoblar los cotos de caza de los señores que dominaban la cuenca de México. Así, el concepto de rancho cinegético actual tiene, al menos en el altiplano de México una fuerte raigambre indígena (Téllez, 1996) Otros Nombres: Venado, Venado saltón, Keh, Mazatl y White-tailed deer, Descripción: pequeño, con una cola larga que lleva levantada verticalmente como una bandera blanca cuando el animal corre. El color del cuerpo es café grisáceo en el invierno, café rojizo en el verano y con el vientre blanco; los machos presentan astas temporales (cuernos) ramificadas en forma de una rama basal de la que salen puntas. En ocasiones algunos individuos presentan astas sencillas y sin ramificar (aleznillos). Cada cornamenta tiene generalmente 10 puntas, pero en algunas regiones 8 a 6 es el número normal para los adultos. Las crías nacen de un color café oscuro rojizo con pintas blancas, coloración que conservan hasta alrededor de los tres meses (Starker, 2000). Medidas: cabeza y cuerpo (largo), 1,000 a 1,300 mm; cola, 180 a 270 mm, alzada, 860 mm (Zapata, 2002). Peso de animales vivos: machos 36 a 57 kg; hembras, 27 a 45 kg. Hábitat: La fauna silvestre requiere satisfacer sus necesidades de cobertura, alimento y agua. En general las especies ocupan zonas que satisfacen dichas necesidades, estos sitios reciben el nombre de hábitats. Los requerimientos de hábitats varían entre especies, además, para una misma especie sus requerimientos pueden variar dependiendo de la época del año de sus características fisiológicas (Bello, et al., 1996). El venado cola blanca se encuentra prácticamente en todos los hábitats, siempre que estos le proporcionen suficiente refugio y alimento (Starker, 2000). Comportamiento: El venado cola blanca no es una especie de hábitos gregarios; sin embargo, es común que se formen pequeños grupos de 4 a 6 hembras, de dos o más hembras y sus crías, o bien, que se agrupen dos o más machos adultos o juveniles durante las épocas que no corresponden al empadre. El comportamiento de los machos en grupos de diferentes edades, es común observarlo desde los meses de febrero y marzo, hasta el mes de octubre. Durante la época de apareamiento los machos tienden a mantenerse separados de otros; pero se 18

les observa acompañados de una o dos hembras adultas, las cuales es común que se acompañen además de una o dos crías nacidas en el mes de julio o agosto. Hábito hogareño: El hábito hogareño es definido como el área que ocupa un individuo normalmente para alimentarse, reproducirse, criar su descendencia, descansar y trasladarse (Bello, et al., 1996), es decir, los movimientos diarios que realizan los venados dentro de su hábitat, están influenciados por el tipo de componentes vegetales presentes, su distribución y densidad; es decir, de las posibilidades que el sitio vegetativo ofrece desde el punto de vista de alimento y cobertura; así como por la disponibilidad y localización de las fuentes de agua presentes dentro del hábitat (Villareal, 1999). El conocimiento del hábito hogareño aporta información relacionada con aspectos de la biología del venado como es el uso del hábitat, densidad poblacional, estrategias de crianza y relaciones sociales. En general, el tamaño y forma del hábito hogareño está relacionado con las características del hábitat donde vive el venado, se ha encontrado que se correlaciona inversamente con la densidad y cobertura vegetal (Bello, et al., 1996), así como la escasez de alimento, agua o cobertura vegetal tiende a incrementar el ámbito hogareño dentro de su hábitat (Villareal, 1999). Además es influido por factores ambientales como son la temperatura y precipitación. Los venados en general no son territoriales, aunque pueden defender sitios de descanso, alimentación, además de hembras en estro, en ocasiones realizan migraciones de sitios que presentan recursos limitados a zonas con condiciones más apropiadas para su sobrevivencia (Bello, et al., 1996) Relación macho/hembras: Es importante evitar el entrecruzamiento de individuos emparentados cercanamente y promoviendo el rápido incremento en el número de estas poblaciones, así como el establecer una proporción adecuada entre machos y hembras (1:6) para mantener un germoplasma viable (Romero y Navarrete, 1996). Reproducción: el venado cola blanca es considerado como una especie poliéstrica estacional. Sin embargo, debido a su amplio margen de distribución, la estacionalidad de esta especie es sumamente flexible, estando relacionada por completo a la altitud geográfica. Así, por ejemplo, mientras que en el norte de Canadá el venado cola blanca se reproduce durante un periodo no menor de 70 días de octubre a diciembre, en el Perú esta especie tiende a reproducirse durante casi todo el año, presentando características casi propias de una especie poliéstrica continua. Para que ocurra la reproducción, se requiere de mayores aportes de energía y nutrientes que los normalmente necesitados para el mantenimiento corporal. En los venados, ambos sexos requieren de cumplir con este requisito. La hembra es la que produce el feto y leche para la crianza y el macho requiere de un gasto extra de energía para la producción de astas y depósitos grasos e hipertrofias musculares localizadas (ensanchamiento del cuello), necesarias para la competencia por las hembras. En los climas templados, en donde la estacionalidad es marcada, es lógico, pues, que la reproducción esté ligada a una época del año, de tal forma que la fase de mayor demanda de energía se sincronice con la estación de mayor abundancia y calidad de alimentación (Araiza y Weber, 1996). 19

Los ciclos endócrinos en los venados han sido estudiados ampliamente como un indicador directo de la actividad reproductiva. Se ha encontrado que los cambios morfológicos y de comportamiento en la hembra del venado cola blanca y de otras especies, durante las diferentes etapas del ciclo estral están directamente relacionados a los niveles séricos de gonadotropinas, estrógenos y progesterona. Así mismo, se ha demostrado una relación similar en el macho de varias especies de venados, entre los ciclos de secreción de gonadotropinas, testosterona y otras hormonas androgénicas, y las diferentes etapas de su ciclo reproductivo (Galindo-Leal y Weber, 1998). Una de las hormonas más importantes en la fisiología reproductiva de las especies estacionales es la melatonina. Esta hormona, secretada por la glándula pineal del cerebro, retransmite los mensajes del fotoperíodo influenciando el tiempo de reproducción. La melatonina es secretada durante la noche y la duración de los pulsos de secreción varía en relación con la duración de la noche, constituyendo de esta manera un índice endócrino del fotoperíodo prevalente. Se ha determinado que la administración artificial de melatonina durante los días largos (verano) causa una actividad prematura de las gónadas en ambos sexos del venado cola blanca. De esta forma, la melatonina constituye la hormona “maestra” que controla la actividad del “reloj biológico” de la reproducción en el venado cola blanca (Galindo-Leal y Weber, 1998). Es factible, entonces, considerar ciertos cambios morfológicos y de comportamiento que se presentan durante la época reproductiva, como medidas estacionales de la actividad reproductiva en determinada localidad geográfica. En los machos se presenta caída del terciopelo, muda de las astas, acumulación de depósitos grasos, hipertrofia muscular del cuello y cambios del comportamiento (Galindo-Leal y Weber, 1998), por ejemplo, los machos dominantes de 4.5 años de edad o mayores defienden a la hembra que se encuentra en estro expulsando a cualquier macho que se acerque; mientras que los machos más jóvenes no dominantes buscan hembras en estro (Villareal. 1999). En las hembras se presenta la acumulación de depósitos grasos corporales, hipertrofia vulvar, estro comportamental y otros cambios de comportamiento. La reproducción de las especies está controlada por factores exógenos (clima, alimentación, fotoperíodo) y por ritmos endógenos anuales (hormonal) (Galindo-Leal y Weber, 1998). Gestación y nacimientos: los cervatos o cervatillos nacen después de un periodo de gestación de aproximadamente 200 días, el cual puede fluctuar entre 195 y 212 (Villareal, 1999), sin embargo, en las venadas criadas en cautiverio en la Sierra Madre Occidental, se ha reportado (Galindo-Leal y Weber, 1998) que la gestación dura 198 días en promedio debido a que las venadas se encuentran en excelentes condiciones físicas. Los nacimientos se presentan durante los meses de julio y agosto. Las hembras alcanzan su madurez sexual a la edad de 1.5 años (finales de otoño) y paren un solo cervato durante el siguiente verano (2 años de edad). Cuando su edad fluctúa entre los 3 y 7 años es común que los partos sean gemelares (Villareal, 1999). En venadas criadas en cautiverio en la Sierra Madre Occidental se reportó que en los partos sencillos la duración de la gestación en promedio es de 197.3 días y que en las gestaciones gemelares el promedio es de 200.3 días (Galindo-Leal y Weber, 1998). 20

La relación hembras: machos nacidos, casi siempre es de 1:1. Se reporta que el periodo de lactancia de los cervatos (de la subespecie O .v. texanus) tiene una duración de dos meses (Villareal, 1999) y para la subespecie O. v. couesi de 4 o 5 meses (Galindo-Leal y Weber, 1998); sin embargo, es común que a partir de la segunda o tercera semana de nacidos, los cervatos comiencen a consumir forraje natural. Cabe destacar que éste periodo de lactancia constituye para las hembras el periodo de mayor desgaste energético de su ciclo fisiológico. Se considera que cuando la relación hembras: cervatos alcanza valores superiores a 1:0.5, es decir, de un cervato por cada dos hembras presentes en la población, las condiciones del hábitat natural se consideran buenas desde el punto de vista de calidad alimenticia del hábitat y sanidad de la población en general. Relaciones hembras: cervatos inferiores a 1:0.2, es decir, de un cervato por cada cinco hembras adultas presentes, puede ser indicador de una baja calidad del hábitat (nutrición inadecuada), problemas de sobrepoblación o alta incidencia de depredación. Longevidad: se estima que el venado cola blanca puede llegar a vivir de 15 a 20 años en condiciones controladas, pero en condiciones naturales no ocurre así, ya que la dentadura del venado después del séptimo u octavo año de vida, se encuentra tan desgastada (como resultado de la abrasión que se produce al masticar el follaje natural) que es posible que muera por inanición o bien que la falta de una nutrición adecuada, lo haga presa fácil de los depredadores, parásitos o enfermedades. Estimación de la edad: El conocimiento de la edad de los venados tiene por objeto la elaboración de estadísticas que permitan la toma de decisiones relacionadas con el manejo de la población de venados y su hábitat. La edad de un venado se determina por la forma o composición de las piezas dentales (para venados de 1.5 a 2.5 años de edad) y por el desgaste de los molares del maxilar inferior izquierdo (para el caso de venados de 3.5 años de edad o más). La mayor parte de las determinaciones están basadas en la observación de las diferencias de tamaño que se presentan entre el esmalte del diente y la dentina. A medida que un venado envejece es posible apreciar diferencias muy marcadas, por el desgaste progresivo, entre éstas dos partes en uno o varios de los molares. Requerimientos de hábitat: el hábitat de un animal silvestre debe ser un sitio tal que le permita proveerse de elementos esenciales para su supervivencia, desarrollo y reproducción: alimento suficiente y de calidad, que cumpla sus requerimientos de proteína cruda, fibra, carbohidratos, calcio, fósforo, otros minerales y vitaminas; agua suficiente, de buena calidad y accesible; sobre todo en temperaturas mayores a 30 º C, ya que existe pérdida de agua por evapotranspiración (dicho aspecto es más crítico en las hembras, en las últimas semanas de gestación y principios de lactancia); cobertura vegetal (refugio) indispensable como medio de protección; y espacio vital indispensable para su adecuado desarrollo (corporal y de astas), reproducción y movilidad (Villareal, 1999).

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Alimentación: el venado cola blanca ha sido clasificado dentro del grupo de los rumiantes selectores de los substratos alimenticios porque seleccionan plantas ricas en contenidos celulares de rápida fermentación, fácilmente digeribles y nutritivos, pues no toleran una lenta digestión de fibra ya que presentan un rumen pequeño en relación al tamaño corporal. Los requerimientos de manutención en machos son mayores que los de las hembras por su mayor tamaño, en cambio los requerimientos energéticos de las hembras lactantes son sustancialmente mayores a los de una hembra vacía (Zapata, 2002). El consumo y preferencias del venado por un grupo de especies en particular está directamente asociado a la abundancia relativa de cada especie en el hábitat y a su disponibilidad; sin embargo, las preferencias del venado siempre van a estar orientadas al consumo de las partes vegetales de las plantas más tiernas, menos fibrosas y con mayor porcentaje de DMS (digestibilidad de materia seca); es decir, a las hierbas silvestres que se presenten después de las lluvias (Villareal, 1999). Por ejemplo, se ha reportando que en el Estado de Durango la presencia del venado cola blanca es de 51% para arbustos, 32% árboles y 15% hierbas (Ezcurra, et al., 1980). Por esta razón es importante considerar, que por ser el venado cola blanca una especie animal muy selectiva con respecto a los componentes vegetales que requiere para su dieta, si no se hace un buen manejo de la población de venados, la tendencia natural es la desaparición de las mejores plantas dentro del hábitat y la consecuente degradación de la calidad del mismo desde el punto de vista de crianza y producción del venado (Villareal, 1999). Desarrollo de las astas: Son huesos o prolongaciones óseas (temporales) que se desarrollan a partir del hueso frontal de la cabeza del animal, pero con la particularidad de que no están recubiertas o enfundadas como en el caso de los cuernos. Las astas son mudadas y regeneradas año con año; durante su desarrollo y formación son un hueso vivo blando; una vez terminado su crecimiento, presentan una consistencia muy sólida y son realmente un hueso muerto; están compuestas por calcio, fósforo y otros minerales. Pueden ser utilizadas como un arma para defenderse de sus depredadores, pero en realidad desempeñan una función más importante, en la época de empadre. En ésta época las astas constituyen para los machos dominantes el arma mediante el cual pueden repeler la intromisión de otros machos a los cuales enviste con el objeto de ahuyentarlos; si el intruso no cede, entonces se inicia una pelea, en la cual los contendientes enganchan sus astas y se arremeten uno contra otro para demostrar su fuerza y supremacía. Las astas constituyen un símbolo de la posición o jerarquía, su tamaño y masividad están directamente asociados a su edad y fuerza física (Weber, 1996). El ciclo anual de las astas está influenciado por los niveles de testosterona que a su vez se ven influenciados por el fotoperíodo. Variaciones rítmicas de los niveles hormonales de testosterona, están influenciadas en el hemisferio norte del continente, principalmente, por el número de horas luz por día que se presentan en una determinada estación del año y depende de la latitud geográfica en donde se desarrolle el venado. En el norte del país el ciclo se inicia en el mes de marzo con la caída de las astas del año anterior; el crecimiento de las nuevas astas se inicia en mayo y se 22

intensifica en junio, julio y agosto, terminando en el mes de septiembre. Durante su desarrollo (100 a 120 días) las astas permanecen cubiertas por una membrana delgada forrada de pelo (terciopelo), compuesta por vasos sanguíneos que transportan minerales formando la nueva estructura ósea que al final de su crecimiento constituye las astas normales; una vez que ha terminado el crecimiento y las astas se han endurecido a través de su calcificación, son talladas o pulidas en los meses de septiembre y octubre sobre troncos o ramas de árboles perdiendo su terciopelo original. En la región del ecuador, el número de horas luz por día es constante a lo largo del año por lo que los venados cola blanca no tienen ciclo definido de reproducción y parición ni de crecimiento, muda y endurecimiento de astas, siendo común encontrar machos con o sin astas en diversas estaciones de año (Galindo-Leal y Weber, 1998). Parásitos y enfermedades: El venado cola blanca es susceptible a muchas enfermedades virales, bacterianas y parasitarias, que se presentan según en la región donde se encuentren. La información disponible en México sobre las enfermedades del venado cola blanca es en su mayoría anecdótica y los pocos casos que han sido reportados en la literatura no son muy confiables por carecer de métodos adecuados de diagnóstico. Entre los parásitos que pueden atacar al venado cola blanca se encuentran el gusano barrenador, las larvas de la nariz. Nematodos, helmintos y coccidias. El venado cola blanca es susceptible al ataque de enfermedades virales como la epizoótica hemorrágica, estomatitis vesicular, entre otras. Entre las enfermedades bacterianas se encuentran la leptospirosis, salmonelosis, brucelosis, pasteurelosis, tuberculosis, paratuberculosis, entre otras. El venado también puede ser susceptible como todos los seres vivos a una gran cantidad de ectoparásitos como garrapatas y piojos (Galindo-Leal y Weber, 1998; Roa, 1990 y Villareal, 1999). Sin embargo, se desconoce si los ciervos rojos introducidos a México portan enfermedades y parásitos exóticos que pueden ser potencialmente letales para el venado cola blanca y otros cérvidos como el Parelaphostrongylus tenuis, Elaphostrongylus cervi, Fascioloides magna, el virus de la Lengua Azul y Fiebre Catarral Maligna; además pueden ser nuevos reservorios de enfermedades ya presentes en México, como la Brucelosis y Tuberculosis (Weber, 1996).

5.2. LA PENÍNSULA DE YUCATÁN La Península de Yucatán constituye una unidad fisiográfica y biogeográfica cuyo límite natural es una línea que de oriente a occidente, pasa aproximadamente al sur de Cayo y la Laguna del Petén en Belice y Guatemala, siguiendo al norte por los ríos San Pedro y Candelaria hasta rodear por el este la Laguna de Términos. De esta manera, incluye en norte de Belice, gran parte del Petén en Guatemala, una pequeña porción oriental de Tabasco, casi todo Campeche y la totalidad de Yucatán y Quintana Roo (Escalante, 1993). Con respecto a la fisiografía, la península aparece como una gran extensión plana, con relieves suaves que no exceden los 400 metros sobre el nivel del mar y

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constituida principalmente por rocas calizas de origen coralino de edad terciara y cuaternaria. La falta de relieves pronunciados determina que esté desprovista de corrientes superficiales y por lo tanto de suelos aluviales. Existe, sin embargo una extensa red de aguas subterráneas que en ocasiones quedan a la vista por el hundimiento de las bóvedas calizas, formando cuerpos de agua característicos conocidos regionalmente como cenotes. Los suelos son en lo general delgados y jóvenes, considerando la emersión del mar relativamente reciente de la península; sin embargo, existen diversos tipos que se agrupan en dos grandes series según las condiciones de drenaje en que se formaron (Escalante, 1993 y Flores y Espejel, 1994) La primera serie de drenaje eficiente consiste en los suelos tipo rendzina de los lomeríos, las llanuras, las rejotas y las hondonadas secas. En estos suelos se desarrolla la mayor parte de la agricultura peninsular. El grupo de suelos formado bajo condiciones de mal drenaje son de tipo gley; son suelo más profundos que los anteriores y corresponden a las aguadas, las sabanas y en general a zonas inundables; su uso agrícola y pecuario es restringido (Escalante, 1993 y Choc, 2002). El clima de la región es tropical cálido subhúmedo con lluvias en verano según la clasificación climática de Köppen Awoig, modificada por García (1988). La temperatura ambiental máxima varía de 35 a 40° C y la temperatura ambiental promedio es de 27° C. La humedad relativa varía de 65 a 90%, con promedio de 80% y precipitación pluvial anual total de 935 mm. La precipitación está dada principalmente por la circulación de verano, en ésta época la región recibe la mayor cantidad de lluvias que abarcan también parte del otoño. En su primera fase, aunque abundantes, dichas lluvias son calmadas y de larga duración al ser gestadas por los vientos alicios y por el desplazamiento de la Zona Intertropical de Convergencia hacia el norte. En la segunda fase (setiembre-octubre) las lluvias se presentan como chubascos fuertes y/o tormentas eléctricas esporádicas, de corta duración. La precipitación se distribuye de manera regular en el curso del año, pues durante los meses de febrero, marzo y abril se registran 60 días o más sin lluvias. En sentido contrario se registran hasta más de 12 días con lluvias continuas durante junio a octubre. En toda la época seca (noviembre a abril) se presentan los nortes, que aportan aproximadamente el 30% de la lluvia anual; en la época húmeda se registra el 70% de la precipitación hasta con más de 300 mm de lluvia en 24 horas en época de ciclones y con una constante de 208 mm en 20 años para el mes de septiembre, mientras que en marzo y abril el promedio es de 29 y 36 mm respectivamente, en 20 años (Flores y Espejel, 1994).

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Vegetación de la Península de Yucatán El listado más reciente (Sosa, 1988, citado por Escalante, 1993) reporta 1980 especies y variedades vegetales para la Península de Yucatán, considerando únicamente su porción mexicana. En cuanto a los patrones de distribución geográfica de las especies que la conforman, la afinidad florística de la península de Yucatán es mayor en sentido decreciente, con le norte de Centroamérica, el sur de México y las Antillas; los elementos endémicos constituyen un 10% de la flora, en tanto que los antillanos un 5.5%. • • • •

De sur a norte se presentan los siguientes tipos básicos de vegetación: Selva alta perennifolia Selva alta o mediana subperennifolia Selva mediana subcaducifolia Selva baja caducifolia

La selva alta perennifolia está en todo el sur, en tanto que la selva baja caducifolia es propia del noroeste; en el resto de la península hay una mezcla se selvas medianas subperennifolias y subcaducifolias. Esta clasificación alude a la forma o fisonomía de la vegetación, sobre todo a su altura máxima y al porcentaje de especies que pierden sus hojas durante el estío. Para cada uno de estos tipos, existan variantes en cuanto a las especies que las conforman y el cambio de un tipo a otro se da en zonas de transición relativamente amplias, o bien, de forma brusca. Además existen otros tipos de vegetación que ocupan extensiones menores y cuya presencia obedece fundamentalmente al tipo de suelo, al microrrelieve y a la inundación, como son los siguientes: • Sabana • Manglar • Matorral de dunas costeras • Tintal • Carrizal De tal forma, los tipos de vegetación en la península se presentan a manera de franjas con zonas de mezcla y cambio gradual o brusco y con una diversidad enorme de manchones de ciertos tipos inmersos en otros, a manera de un mosaico irregular (Escalante, 1993). Fauna del Estado de Yucatán Algunas especies animales que viven en Yucatán son: La perdiz canela, el pichichi o pijiji, que es un pato, el hocofaisán, también llamado pavoreal, la chachalaca, la codorniz de Yucatán, el pavo de Yucatán o pavo monte. Entre los mamíferos figuran la zarigüeya, el oso hormiguero, el armadillo, la ardilla gris, el puerco espín, el kulú o mapache, el jaguar, el ocelote, el tigrillo, el puma, el leoncillo, venado cola blanca y el temazate, entre otros (Choc, 2002). 25

5.3. EL VENADO DE YUCATAN (Odocoileus virginianus yucatanensis) La fauna silvestre ha sido durante siglos un importante recurso alimenticio para la población de la Península de Yucatán. Su población rural recibe un significativo aporte de proteína animal proveniente de animales silvestres (Ehnis, 1990 y 1991). El venado cola blanca es un recurso ampliamente explotado en el sureste de México, donde se utilizan como objeto de caza deportiva, comercial y de subsistencia, sin embargo la caza y la depredación rara vez permite que un venado pueda llegar a los 20 años (Zapata 2002). Al igual que todos los cola blanca tropicales, es de tamaño pequeño, se caracteriza por el claro y fino entremezclado en sus partes dorsales de colores café madera a café oscuro. Sus astas son relativamente rectas y con ramificación muy simple. Es más pálido y menos leonado que la subespecie tomasi y truei. La superficie dorsal de la cola va de los tonos cafés rosados a los ante. Regresando a las astas, poseen pocos picos, las ramas principales se dirigen hacia abajo y no se presentan fuertemente curveadas (Medina, 1990). En el caso del venado cola blanca, esta especie era conocida como KEH por los mayas y como MAZATL por los nahuatlecas y se le reconocía como símbolo de la despedida, y en agonía, de los años de necesidad; así mismo, representaba también la eterna juventud, ya que cuando sus cuernos estaban flojos los metía entre un horcojón de árbol, los desechaba y le salían otros. Para la cultura maya- quiché, el venado posee la cola corta porque era uno de los animales dañinos para la milpa de Hunahpú e Ixbalanqué, dos hermanos gemelos. Uno de ellos para ahuyentarlo, le tiró la cola y esta se quedó entre sus manos. De igual manera, esta especie era el emblema de Quetzalcóatl guerrero, deidad del lucero de la mañana (el Venus actual) y por eso el gran señor Tohil se presentaba en el Popol Vuh con una piel de venado. Los cazadores celebraban a este animal en el séptimo día de la veintena de Sip, bailando y llevando en las manos un cráneo pintado de azul con una flecha clavada, en un acto de magia para tener suerte en la caza (Romero y Navarrete, 1996, y Acopa, 1996). Los antiguos como los llamaban los actuales Mayas, desarrollaron sistemas integrales de aprovechamiento de los recursos naturales (suelo, flora y fauna), que por una parte estuvieron condicionados a las limitantes propias de los trópicos y por la otra a sus avances tecnológicos. Estos destacaban en la relación hombre- naturaleza lo sobrenatural dando un respeto por todo lo que les rodeaba, entre ellos estaban los dioses que obtenían el dominio de los animales silvestres. Tradicionalmente el campesino maya ha cazado diversas especies con la que incrementa el valor nutricional de su dieta. La agricultura de roza- tumba y quema está íntimamente relacionada desde que el campesino se traslada a su parcela para iniciar la tumba, es posible que se encuentre a algún animal que le abastezca de alimento; como es el venado cola blanca, tepezcuintle, ya que son estos animales los que aprenden a vivir en las áreas agropecuarias y a consumir especies cultivadas que le son apetecibles. Según González (1996) los estudios que se han hecho sobre las tasas de cacería han 26

resultado una herramienta valiosa para comprender como una cultura campesina que en muchos de los casos es indígena; aparentemente puede explotar de una forma sustentable la fauna silvestre de la selva con propósitos de subsistencia. Por ejemplo en el año de 1996 fueron aprovechados 635 venados cola blanca en 5 ejidos forestales de Quintana Roo; sin alterar las densidades medias de población, por lo que el aprovechamiento puede seguir existiendo. Este autor menciona que los ejidos en que la actividad forestal juega un papel importante, sus habitantes, muchos de los productos de subsistencia, como la carne de fauna silvestre entre otros, lo proporciona la selva. Durante la época de abandono o descanso de la milpa, tanto la flora como la fauna nativa de la selva la vuelven a colonizar, reestableciendo su equilibrio y volviendo a enriquecer su fertilidad. Entre las especies de fauna que se favorecen con este sistema agrícola están algunas de mayor importancia nutricional (tanto en el pasado como en la actualidad), entre éstas encontramos al venado cola blanca, jabalí de collar, al tepezcuintle y al pavo de monte (González, 1996). En este mismo contexto, Moreno (1996) menciona que desde tiempo atrás los mayas han vivido del aprovechamiento de la agricultura, la caza y la pesca; cultivaban maíz, frijol, calabaza, chile, algodón y árboles frutales; pero el aprovechamiento de la fauna silvestre también se encontraba presente. Tal es el caso de las aves como el pavo silvestre, la perdiz, el pichón silvestre, la codorniz y el pato silvestre, y mamíferos como el venado, el pecarí. Algunos de estos animales cobran gran importancia en la historia y religión de esta cultura, como el venado, que es un animal que esta rodeado de grandes leyendas y mitos. Aunque cada día cobra mayor interés la investigación etnozoológica en México, el conocimiento y uso tradicional que hacen los campesinos sobre la fauna silvestre, si bien es conocido por los investigadores, se encuentra un tanto olvidado por la normatividad legal de fauna silvestre, caso específico es la cacería de autoconsumo que se práctica cotidianamente como complemento a las dietas alimenticias de los campesinos. En cuanto a la importancia actual o potencial de la fauna silvestre basta decir que en muchas comunidades del país (sobre todo el sureste mexicano) ésta constituye hasta el 70% de la ingesta de proteína animal, amen de los usos religiosos, artesanales, ornamentales y peleteros (Romero y Navarrete, 1996 y Montalvo, 1996). En el sureste existen dos tipos de cazadores: 1) el campesino, que caza para autoconsumo y del cual estamos hablando. Éste está limitado por el elemento económico (precio de cartucho de escopeta/Kg. de carne recibida a cambio). Por esta razón no es costeable disparar a pájaros pequeños, como palomas, chachalacas y loros. El tiempo invertido en la cacería es otro factor limitante. Nadie pasa un mes buscando un jaguar. Esto lleva a que el 90% de los animales aprovechados por campesinos se cazan en la milpa o en los alrededores. La distancia es un tercer factor; nadie camina 10 km para ir a buscar un venado. 27

2) El cazador deportivo, de procedencia urbana que incluye en su lista todas las especies cinegéticas y en donde la racionalidad económica no juega un papel preponderante. Este tipo de cazador puede en el futuro llegar a desempañar un papel importante en la conservación de ecosistemas naturales vía la compra de paquetes cinegéticos que hagan rentable al campesino el manejo de poblaciones silvestres y el cuidado de los ecosistemas (Ehnis, 1990). Es por esto que al brindar, sobre todo los venados, un beneficio de alimento a los pobladores locales, se iniciaron estudios de abundancia y distribución para conocer el potencial que puede ser aprovechado para autoconsumo con el fin de regular la dinámica de cacería de subsistencia, y proponer otras opciones complementarias generadoras de ingresos económicos a las comunidades campesinas como el turismo cinegético y el ecoturismo (Ávila, 1996). Si bien para el manejo de venados en áreas naturales son básicos la organización campesina y una adecuada normatividad, también es importante el conocimiento concreto sobre su comportamiento en esas áreas naturales (Ehnis, 1996 b). 5.4. DESCRIPCIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO El criadero de venados del Centro Regional Universitario Península de Yucatán (CRUPY) se sitúa a los 21º 04’ latitud norte y a los 89º 36’ longitud oeste. Su extensión es de 3330 m2, del predio perteneciente al CRUPY, localizado en terrenos de la ex hacienda de Temozón norte, ubicada a 10 km al norte de la cuidad de Mérida, Yucatán (Figura 2). Los materiales que forman el sustrato geológico del área donde se ubica el CRUPY, corresponden a formaciones no diferenciadas del Cuaternario, comprendiendo rocas pleistocénicas en afloramientos prácticamente ininterrumpidos, formando una franja territorial entre las calizas de las formaciones de Carrillo Puerto y las formaciones del Holoceno que corresponden al cordón litoral arenoso. El terreno se encuentra configurado como una planicie rocosa, sin depresiones ni promontorios abruptos, enclavado Figura 2. Localización del criadero (Novelo y Cob, 1993) en la zona fisiográfica de llanuras rocosas onduladas con hondonadas incipientes, que se caracterizan a la vez, por la presencia de topoformas naturales en forma de bóvedas que alcanzan el nivel freático, conocidos localmente como “cenotes”. 28

El clima dominante es el del subtipo Awo (i’) g, que se distingue por ser el más seco de los climas cálidos subhúmedos, con una temperatura media anual de 26.8º C y una precipitación anual de 984.4 mm. En cuanto a precipitación pluvial, se manifiesta marcadamente la presencia de seis meses de sequía y seis meses de lluvia, rango en el cual figuran como meses de mayor y menor precipitación media: abril y septiembre, con 15.8 y 186.9 mm, respectivamente. La temperatura media de menor a mayor intensidad, corresponde a los meses de enero con 23.4º C y mayo con 29.5º C. Los suelos que predominan en el área son, los litosoles y rendzinas; el primero comparado con el segundo es el que abarca mayor proporción territorial a nivel estatal. Aún cuando es frecuente encontrarlos en asociación, en el área cada uno guarda su peculiar característica. Los suelos litosoles son caracterizados como de bajo desarrollo, muy someros con profundidad menor de 10 cm, presentan alta pedregosidad, regularmente con afloramientos comunes de la laja o roca calcárea; su coloración varía de negro, rojo y café; con texturas variables que van de migajón arenoso con apenas 10% de arcilla, a migajón arcilloso, con el 30%. La susceptibilidad a la erosión varía de moderada a alta, dependiendo de la posición en relieve; con un pH de 7.7 a 7.9. La acumulación de suelo en las partes agrietadas de la roca con un alto contenido de materia orgánica, facilita el desarrollo de una gran diversidad vegetal y consecuentemente la existencia de diversidad productiva de especies comerciales dentro de los procesos hortícolas, frutícolas y especies forrajeras. Los suelos rendzinas son de mayor desarrollo, con profundidades hasta de 30 cm, encontrándose descansando sobre el material calcáreo, con 40% de carbonato de calcio. En el área se encuentran las rendzinas de color café de textura media, ricas en materia orgánica (con aproximadamente el 10%), con una capacidad de intercambio catiónico que alcanza más de 40 mg/100g; son suelos ricos en calcio y magnesio. Su distribución en el área se limita a pequeños lunares en las partes levemente bajas, con diámetros menores de 30 m. La hidrología está fundamentalmente afectada por las características del relieve: el área vista como una extensión plana, sin depresiones ni elevaciones significativas, ha dado lugar a grandes escurrimientos y corrientes subterráneas a partir de la precipitación pluvial, los cuales son la causa de la formación de cenotes y pequeñas lagunas como únicas fuentes hidrológicas, que se originan por efecto de los derrumbes que se suscitan en la capa exterior, favorecidas aún más por el escaso nivel freático que está alrededor de 6.5 msnm. La vegetación circundante representa las asociaciones secundarias de selva baja caducifolia en disturbio recurrente, compuesto en su mayoría por elementos de los géneros Bursera, Lisiloma, Psidium y Acacia, asociados con diversas especies de cactáceas (Novelo y Cob, 1993).

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6. METODOLOGÍA La metodología fue dividida en cuatro etapas: Trabajo de campo, trabajo de laboratorio, análisis de resultados (datos) y levantamiento bibliográfico. 6.1. Levantamiento de datos Se levantaron todos los datos generales del criadero en base a observación y encuesta como fueron: número de ejemplares, relación machos: hembras, hembras: cervatos, tamaño del criadero, infraestructura existente, cerco perimetral y vegetación existente. En base a lo anterior se elaboró un plan de la infraestructura necesaria (material, mallas, corrales, comederos, bebederos, manga de manejo, sala de crianza, bodega). 6.2. Animales Se propuso el método de identificación más conveniente para el criadero y se elaboraron los registros tanto reproductivos como de información individual general (reseña física [medidas del cuerpo y de las astas, cicatrices, malformaciones], peso, edad, procedencia, control de parásitos, enfermedades y muestreos serológicos). Después de la revisión bibliográfica acerca de métodos de sujeción química y física, se capturaron a los animales con una red de 10 x 4m para después aplicar el químico elegido. La elección tuvo como fundamento la comparación de distintos productos para la sujeción de animales como fueron Xilacina-Ketamina y tranquilizantes como el Propionil Promazina; las desventajas con el uso de la combinación XilacinaKetamina fueron su alto costo y el hecho de que dado que son anestésicos generales y deprimen tanto el sistema nervioso como el cardiovascular, por seguridad se recomienda contar con sus antagonistas, los cuales son de difícil acceso en México. Por estas razones se tomo la decisión de utilizar el tranquilizante con el nombre comercial de ¨combelen M.R. ¨ que contiene Propionil Promazina y es altamente recomendada para su uso en animales de zoológico y además su costo es relativamente bajo. La captura e identificación de animales se realizó en dos días. Un día anterior se hicieron los siguientes preparativos: Se compraron 30 jeringas para la inyección del tranquilizante , 7 tubos vacuteiner para la obtención de sangre, 20 bolsas de plástico para almacenar y transportar las heces, 1 gradilla para colocar los tubos, 1 hielera para el transporte de las muestras al laboratorio, 1 estetoscopio y 1 termómetro para la toma de constantes fisiológicas; 1 cinta métrica para las medidas corporales, 1 báscula para el pesaje de los animales, 1 aretadora y 15 aretes de plástico de color naranja para la identificación de los animales; 1 cicatrizante para la herida del arete y otras que pudiera tener el animal y una red de hilo de cáñamo de aproximadamente 5 metro de largo por 2 metros de ancho para la captura.

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La captura comenzó a las 8:30 am y la dinámica consistió en arrear a los animales directo a la entrada de uno de los corrales para que se enredaran con la red dentro de este corral (Foto1); una vez que se enredaban, se inmovilizaban manualmente y se les aplicaba el tranquilizante ya sea en la pierna o tabla del cuello por vía intramuscular en una dosis a razón de 2ml para animales machos grandes (aproximadamente 50kg de peso vivo), 1.7ml para animales medianos (aproximadamente 30kg de peso vivo) y 1.5 o 1.3ml para animales pequeños de menos de 30kg de peso vivo. Después de la aplicación del tranquilizante y aun inmovilizados se les vendaron los ojos con un paliacate y se les amarraron las cuatro patas a la altura del abdomen para pesarlos (Foto 2).

Foto 1. Venado estrellándose en la red de captura

Foto 2. Pesaje de los animales

Posteriormente se obtuvo una muestra de sangre de 2 machos y 2 hembras ya fuera de la vena yugular como de la auricular externa media (Foto 4); se obtuvieron heces (10gr) directamente del recto 8 animales (Foto 3), las medidas especificadas en la ficha, así como el calculo de la edad y las hembras se aretaron e introdujeron al corral 6 y los machos se aretaron e introdujeron al corral 5 (ver anexo 1), a excepción del macho que ya se encontraba aislado. El primer día de la captura se atrapo un total de 5 animales, pero un macho se atrapó y se le realizaron todos los muestreos así como la identificación, sin embargo se escapo y no se introdujo al corral hasta el día siguiente. Este mismo día otro macho sufrió un cuadro intenso de estrés e intento escapar; sufrió una caída y después un infarto que le provocó la muerte; La carne de este animal fue aprovechada. El segundo día se atrapó y muestreo el resto de los animales. En el corral 6 quedo un macho aislado, en el 7 quedaron 7 hembras, en el corral 5 quedo un macho y el macho restante quedo libre en los demás corrales. Los análisis que se realizaron a los animales del criadero del CRUPY fueron: muestreos al azar para la realización de exámenes coproparasitoscópicos en base a lo establecido por Olivares, et al., (2001) mediante la técnica de flotación centrífuga y McMaster; y citometrías o biometrías hemáticas conforme a lo establecido por Ruiz (1996) y Carpenter (1975).

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La obtención de ambas muestras se realizó el día de la captura de los animales, después de que estos fueron tranquilizados con ¨combelen M.R. ¨ La extracción de las muestras de heces se realizó directamente del recto, aproximadamente 10g y se colocaron en bolsas de plástico pequeñas y se cerraron (Foto 3).

Foto 3. Extracción de heces a partir del recto.

Para la extracción de las muestras de sangre se utilizaron tubos vacuteiner con anticoagulante EDTA con capacidad de 5 ml; obteniendo 3 ml en promedio a partir de la vena auricular externa media de cada animal muestreado (Foto 4). Después de extraída la sangre esta se homogeneizó lentamente con el anticoagulante. Ambas muestras (heces y sangre) se guardaron en una hielera a una temperatura de 4º C con tapa y se trasladaron al Laboratorio de Diagnóstico de la Universidad Autónoma de Yucatán para su análisis. Se realizaron colectas e identificación de ectoparásitos.

Foto 4. Extracción de sangre a partir de la vena auricular externa media.

6.3. Colecta y análisis de alimento La selección de las plantas destinadas a la alimentación de los animales es resultado de dos criterios: primero, disponibilidad de la planta en cantidad suficiente como para incluirse en la dieta; y la segunda, observaciones de campo directas de la preferencia de consumo de esa planta por los animales. Una vez establecida la lista de plantas se realizó la colecta de cada una por medio de trazo de vectores, colectando solamente las partes de la planta que son consumidas por el venado (tallo y hoja). Se realizó la determinación de Materia Seca con la técnica de la A. O. A. C. (1975). Las muestras se trasladaron al laboratorio de Ensayos Metabólicos de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco para determinar la Digestibilidad in vitro (Tilley y Terry, 1963); Fibra Detergente Neutra y Fibra Ácido 32

Detergente de las plantas, de acuerdo con la técnica de Van Soest (1963 a y b), así mismo se determinó Proteína por cromatografía de Nitrógeno. El inóculo (líquido ruminal) utilizado para los análisis de Digestibilidad in vitro fue obtenido de una cabra por medio de la técnica de sondeo ruminal. La dieta de la cabra consistió en alfalfa acicalada, silo de maíz y concentrado. 6.4. Método estadístico Se usaron métodos estadísticos para el análisis de alimento como promedios, medias y coeficientes de correlación.

7. RESULTADOS Y DISCUSIÓN PLAN DE MANEJO La dinámica poblacional y los patrones de uso de hábitat del venado cola blanca (Odocoileus virginianus) son los factores básicos para su manejo y conservación, a través de normas técnicas basadas en un conocimiento adecuado de su ecología y biología, en particular sus parámetros poblacionales. El planteamiento para el manejo del venado cola blanca en estado silvestre, ya sea con fines de aprovechamiento o conservación requiere, por una lado tener conocimientos sobre aspectos de dinámica poblacional, ciclo biológico, alimentación, interacciones con otras especies y uso de hábitat; por otra parte, se necesita conocer los factores ambientales que determinan la estructura del hábitat, tanto los abióticos como los bióticos; además, analizar las condiciones del lugar para evaluar las posibilidades para sostener un mayor o menor número de venados, así como los factores actuales que limitan a la población (González, et al., 1996). Así, es necesario que se incluya dentro de programas de conservación a campesinos, ejidatarios y pequeños propietarios, para que vean a través de hechos concretos que la fauna silvestre puede ser un recurso productivo que debe ser manejado adecuadamente para obtener una producción sostenida a largo plazo (Ezcurra, et al., 1980). A pesar de que el venado cola blanca es un animal de temperamento nervioso y un instinto salvaje, este recurso faunístico puede ser criado en explotaciones comerciales extensivas (Rancho Cinegético), o semiintensivas (Granjas productoras de pie de cría o repoblación) (Nochebuena, et al., 1996). Esta práctica productiva conservacionista en nuestro país esta poco extendida y es poco entendida, por lo que es necesario difundir las experiencias de explotaciones que han logrado en condiciones rústicas niveles aceptables de producción, reproducción y sistemas de crianza alternativos para la producción de proteína de origen animal a partir del uso y manejo racional de este recurso natural.

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7.1.INSTALACIONES Los hábitos sociales y alimenticios, la talla y el temperamento de las diferentes especies han hecho que algunas sean favorecidas sobre otras para ser explotadas domésticamente (Sosa y Navarro, 1996). A pesar de que el manejo del venado cola blanca es difícil, es una especie que vale la pena intentar criar en cautiverio, con fines de consumo como una fuente importante de proteína animal, entre otras razones por la gran aceptación de la carne en el mercado. Lo anterior, da pie a que se realicen modificaciones en el manejo para su crianza, en base a las características de esta especie. Para mantener venados en cautiverio se requiere de instalaciones adecuadas que eviten la salida de los venados, pero que proporcionen un medio ambiente seguro y agradable para los mismos; eviten la entrada de depredadores; faciliten las actividades de manejo de los animales con un mínimo de perturbación, y sean accesibles y de fácil mantenimiento a las personas que harán uso de las mismas. Generalmente, también se busca que su construcción y mantenimiento sean económicos. Un buen diseño de instalaciones para cautiverio permitirá reducir al mínimo las lesiones y traumatismos que son una de las causas más importante de muerte en criaderos (Galindo-Leal y Weber, 1998). Carrillo (1987), Ocampo y Cid (1992) y Remolina (1996) recomiendan las siguientes instalaciones: corrales (entre estos uno de manejo), bebederos, comederos y sombreaderos. El último autor enfatiza la utilización de materiales disponibles en la región para su construcción. El venado cola blanca es capaz de brincar alturas de hasta 2.10 m, por lo que es absolutamente necesario cercar el corral principal cuando menos con una altura 3 m. Actualmente, el criadero del CRUPY cuenta con barda perimetral de 1. 60 m de mampostería y una malla ciclónica de 1. 60 m; lo cual da una altura total de 3. 20 m. De esta manera se disminuyen los problemas pérdidas por escape o por la intromisión de depredadores. La superficie vital recomendada en una densidad máxima es de 25 m 2 por venado (Carrillo, 1987, Weber et al., 1994). Fowler (1986) recomienda 150 m2 y 40 m más por cada animal extra. En cuanto a las dimensiones de los corrales, Carrillo (1987) recomienda corrales pequeños de 5 m x 20 m para alojar 4 ciervos o corrales individuales de 9 m x 9 m. Verme y Ullrey (1974) recomiendan un corral de 9 m x 18 m para seis ciervos (27m2), mismo que se aumenta en 18 x 18 en época de empadre (54m2). Cervera et al (1998) utilizó corrales individuales de 10.5, 12.6, 26 y 45 m2 para confinar hembras gestantes de la variedad yucatanensis sin dificultad aparente. Remolina (1996) recomienda para la misma variedad un corral para cinco venados de 20 m x 20 m o corrales individuales de 2.5 m x 1 m para estadías temporales. El criadero cuenta con un área de 3330m2 y está dividido en 7 corrales de diferentes dimensiones (ver anexo 1); pero en realidad solo dos de estos siete, se encuentran habilitados con puertas, bardas y mallas en buen estado. Se propone que 34

como medida más inmediata se utilicen los corrales 6 y 7 para el manejo de las próximas crías y que el macho que se encuentra en el corral 6 se cambie al corral 5. Los dos machos restantes pueden ya sea intercambiarse en otros criaderos por otras dos hembras próximas a la pubertad, o pueden venderse para consumo y con el dinero obtenido comprar dos cervatillos hembras. Afortunadamente el criadero dispone de abundante agua, sin embargo no se cuenta con una instalación hidráulica adecuada que facilite el suministro de agua hacia todos los corrales.

Los venados no requieren de gran infraestructura en cuanto a bebederos y comederos (Foto 5). Se propone que los bebederos sean hechos a base de tinacos de plástico de 200 litros cortados horizontalmente y colocados a la altura del piso. Estos bebederos podrán llenarse desde afuera del corral para facilitar el manejo y se limpiaran una vez por semana. Los corrales 6 y 7 (anexo 1)contarán con dos bebederos; el corral 5 con 1 bebedero y en el corral principal (1) Foto 5. Bebederos y comederos utilizados actualmente

(Foto 6) se colocarán 2 bebederos. Solamente los corrales 6 y 7 contarán con comederos hechos a base de tambos de 200 litros cortados

verticalmente. Dado que los corrales 6 y 7 no cuentan con suficiente sombra natural y por lo tanto tampoco de un buen resguardo físico para las crías, sería conveniente aprovechar la estructura existente y colocarle techo de lámina, con el objetivo de evitar cualquier enfermedad respiratoria desencadenada por las condiciones climáticas que prevalezcan (por ejemplo en la época de lluvias). Estas recomendaciones están basadas en nuestra experiencia en el criadero del CRUPY, buscando economía, eficiencia, facilidad y seguridad en el manejo.

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7.2. OBTENCIÓN DEL PIE DE CRÍA Para asegurar la conservación de la variabilidad genética a nivel de subespecies, se plantea que el pié de cría del criadero debe conformarse con animales que procedan de la misma región en donde se encuentra el criadero, o que sus características genéticas sean lo más similares a la subespecie de la región, que en este caso es O. v. yucatanensis. Actualmente el criadero cuenta con 4 hembras y 3 machos. Basados en la información obtenida por el responsable del criadero, 6 de los 7 venados del CRUPY han nacido en el criadero y sus padres fueron obtenidos de la región. Un venado macho fue una donación, ya que sus dueños anteriores ya no lo querían como mascota, pero también pertenece a la subespecie de la región. En el caso del criadero del CRUPY, la captura de animales silvestres como método de obtención de pié de cría o aumento de la población no resulta factible ya que esta institución no cuenta con los medios necesarios para la misma. Por ello es importante considerar otras fuentes de obtención de pié de cría, como es el decomiso de venados mascota, o su adquisición por medio de la compra en otros criaderos. Dado que en el criadero se cuenta actualmente con solo 4 hembras, y considerando que la relación reproductiva ideal machos: hembras es de 1: 6 y que además uno de los machos es hermano de las hembras y otro macho es hijo de las hembras (por lo que no se consideran aptos para la reproducción en el criadero); se recomienda el intercambio de los 2 machos por 2 hembras cercanas a la pubertad (1 año) o en su defecto la venta de éstos machos, y con el dinero obtenido la compra de dos cervatillos hembras en otro criadero.

Cuadro 1. Plan de desarrollo del hato a 4 años 2003 Jun 2003 Celo Jun Celo Junio Celo crías 2003- 2004 20042005 2006 2004 crías 2005 crías 4 h. 2 4h adulta celo s 1 m. 2h choco compradas 1m choco

4

2005- Junio Celo Jun 2006 2006- 2007 crías 2007 crías

4h originales

4

4 originales

4

2

2

9 hembras

2h compradas

2

2 compradas

2

2

2

1 macho

2 crías 2004 2 (50%)

2

2

9 crías hembras 5 crías machos

1 m choco

1 m (nueva adquisición #2)

7.3.

Total animales 2007

3 crías 3 2005 (50%) 1m (#2)

REGISTROS E IDENTIFICACIÓN INDIVIDUAL

Una de las funciones más importantes de los criaderos que mantienen poblaciones de fauna en cautiverio debe ser la investigación. Para poder realizar la investigación se necesita registrar información útil sobre aspectos biológicos de los 36

individuos en cautiverio. El registro de ésta información se basa en un buen método de identificación individual. La carencia de métodos adecuados de identificación y registro sistemático de información biológica individual ha sido un error grave, no solo de criaderos de fauna, sino también de la mayoría de los parques zoológicos en México (Galindo-Leal y Weber, 1998). Una carencia de información individual confiable en la reproducción puede hacer muy difícil el registro adecuado de genealogías, lo cual es muy importante para tratar de evitar la consanguinidad. Los métodos de identificación de animales se dividen en temporales y permanentes. En el criadero del CRUPY, el método de identificación que se escogió fue la colocación de aretes numerados en las orejas. Los aretes que se usaron son los que comúnmente se utilizan para la identificación de ungulados domésticos por lo que tienen la desventaja de que no son muy grandes y si la distancia es considerable el número de arete no se aprecia con claridad. Sin embargo, dado que el área del criadero no es muy grande, la observación de los animales no es un problema. Este sistema de identificación permite un buen registro de datos para el desarrollo de genealogías, reportes técnicos y manejo en general del hato. Si se piensa en un método de identificación permanente es recomendable tatuar a los animales en ambas orejas con el mismo número de arete. Es conveniente realizar reseñas físicas en los registros individuales de los animales. De esta manera los venados con características físicas específicas como forma de las astas, malformaciones o cicatrices pueden ser identificados en caso de perder el arete. En el criadero del CRUPY se diseño un formato individual para los registros de los venados. Contienen la información general del animal como sexo, número de arete, edad, forma de obtención, peso, medidas corporales, temperamento y fotografía de cada uno de los animales (ver anexo 2). Con la finalidad de llevar un registro genealógico se deben anotar los empadres, partos, destetes. Cada registro individual debe contener las relaciones de parentesco de ese individuo con el resto de la población para evitar, en lo posible, los cruzamientos consanguíneos (anexo 2). Finalmente, los registros individuales deben mantenerse actualizados con toda la información de manejo: peso, control de parásitos, enfermedades y muestreo serológicos, así como de aquellos datos biológicos relevantes como desprendimiento de terciopelo de las astas, muda de astas, apareamientos; con el fin de que esta información este siempre disponible y actualizada como una base general de información de la población (Galindo- Leal y Weber, 1998) (anexo 2). 7.4.

CALENDARIOS DE VACUNACIÓN Y DESPARASITACIÓN

Para hacer más eficaz el aprovechamiento racional del venado cola blanca, es necesario que se realicen investigaciones que den a conocer aspectos básicos como: 37

fisiología, etología, alimentación, reproducción y enfermedades de la especie entre otros. Dentro de las condiciones patológicas más comunes, se encuentran las parasitósis, sin embargo los parásitos del venado en los que se incluyen: protozoarios, helmintos y artrópodos, solo los helmintos y artrópodos producen enfermedades significativas (Rivera, et al., 1991). El venado cola blanca es susceptible a muchas enfermedades virales, bacterianas y parasitarias, pero al tener venados en cautiverio, se promueve el desarrollo de factores predisponentes a enfermedades. Por esta razón son necesarios diversos análisis para la detección de parásitos y enfermedades adecuados a la situación ecológica, económica y epidemiológica de ésta región. # animal 1 2 3 4 5 6 7 8

Cuadro 2. Análisis coproparasitoscópicos Flotación centrífuga McMaster Strongyloidea + 100 h/gh Strongyloidea + 50 h/gh Strongyloidea + Negativo Strongyloidea + Negativo Strongyloidea + Negativo Negativo Negativo Strongyloidea + Negativo Negativo Negativo

En un estudio realizado por Domínguez et al., (1993), acerca de los parásitos gastrointestinales en bovinos del estado de Yucatán, los parásitos identificados fueron Eimeria sp, Toxocara, sp Strongyloides sp, Bunostomum sp, Oesophagostomum sp, Mammomonogamus sp, Trichostrongylus sp, Ostertagia sp, Cooperia sp, Haemonchus sp, Trichuris sp y el céstodo Monieziea sp; pero el orden más frecuente fue el de Strongylus sp. Los resultados indican que la población de endoparásitos es baja ya que de 8 animales muestreados 2 resultaron negativos, 6 positivos a nematodos (Strongyloidea); sin embargo, en el conteo con la técnica de McMaster, la mayoría (n = 4) resultaron negativos. Estos resultados concuerdan con los encontrados por Domínguez et al., (1993) ya que él menciona que las condiciones de la Península son ideales para el desarrollo y prevalencia de este parásito; de la misma manera concuerdan con los encontrados por Ek et al., (1996) ya que mencionan que este orden (Strongyloidea) es el segundo más frecuente encontrado en los venados de Yucatán. Sin embargo el orden más común que ellos encontraron fue coccidia; que en nuestros resultados no aparece. Esto puede explicarse porque la temporada en que se realizó nuestro estudio, fue de febrero-marzo (con temperaturas de 35 -40 º C), pero una humedad relativa no tan alta (65%) como la del estudio anteriormente mencionado (80%), aunado a que en el criadero estudiado, la vegetación no es tan densa como para promover su desarrollo. En otro estudio realizado en el Norte de la República por Rivera et al. (1991) se encontraron los siguientes parásitos: Haemonchus contortus, Trichostrongylus axei y Metastrongylus

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spp.; en nuestro estudio no se encontraron ninguno de estos parásitos, pero la situación climática es distinta y por lo tanto las condiciones y prevalencia de parásitos también. Por otro lado, se ha mencionado (Rivera, et al., 1991) que los venados son más resistentes a los nematodos que los rumiantes domésticos, tal vez por su hábito no gregario y porque no se encuentran sometidos a un hacinamiento como los rumiantes domésticos. Pero si en este trabajo se propone en alguna medida el confinamiento, entonces es muy recomendable repetir este tipo de análisis en la época de lluvias para obtener resultados más confiables. Por estas razones se recomienda la elección de Ivermectina como desparasitante ideal, ya que es de fácil aplicación, inyectable, amplio espectro de acción (controla la mayoría de las infestaciones por nemátodos) y baja toxicidad ya que este fármaco paraliza o inmoviliza a los parásitos, bloqueando la transmisión postsináptica de los impulsos nerviosos. Su uso en el tratamiento de algunas parasitósis en animales silvestres ha sido muy útil por se prácticamente el único desparasitante en animales de gran seguridad, de amplio espectro e inyectable (Weber, 1992). Esta droga permite el control de la mayoría de las parasitósis clínicas del venado cola blanca. Así mismo, permite un adecuado control de ectoparásitos (aunque la población de estos es muy baja en los venados del CRUPY). Además puede prevenirse la Miasis (Azcárate, 1996), aunque no existen reportes para venados en este estado. Se propone que el tratamiento se aplique antes de que comience la época de celo (octubre) y a las crías cuando éstas sean destetadas. Se recomienda que se repitan los análisis coproparasitoscópicos mínimo cada tres años. Cuadro3. Perfiles hematológicos de 4 venados en comparación con valores medios citados por Wallmo (Citado por Murcia, 1981) para venado bura y cola blanca Valores medios # arete 1 2 3 7 macho hembra hembra macho sexo del animal SERIE ERITROCITICA 14´000,000 106mm3 13´950,000 15´400,000 16´500,000 Eritrocitos 106mm3 106mm3 106mm3 4.6- 14.2 106mm3 Hematocrito Hemoglobina V.G.M. C.M.H.G.

40 % 13.65 gr % 3

28.5 N 34.1 %

5,900 /mm3 Leucocitos 44 (2, 596) Neutrófilos 00 Neutrófilos en banda 46 (2,714) Linfocitos 2 (118) Monocitos 8 (472) Eosinófilos 00 Basófilos

35 % 12.65 gr % 3

42 % 15.16 gr % 3

47 % 16.56 gr %

9.8- 20.5 gr/100ml

3

25.1 N 27.2 N 36.1% 36.0 % SERIE LEUCOCITICA 4,800/mm3 5,900/mm3 42 (2,016) 34 (2,006) 0 0 0 0

9,800/mm3 68 (6,664) 0 0

3.0- 5.8 103/mm3 -

50 (2,400) 2 (96) 6 (288) 0 0

16 (1,568) 0 0 16 (2,568) 0 0

23.0- 60% 1.4- 15.8 % 0-8.3% 0.2- 0.8 %

56 (3,304) 0 0 10 (590) 0 0

28.4 N 35.2 %

Los análisis de sangre son usados como indicadores del estado fisiológico o nutricional de venados en relación a su medio ambiente. Los resultados se relacionan por ejemplo con la malnutrición, preñez, heridas, deshidratación, infecciones, infecciones renales y del hígado. Los resultados de este tipo de estudios y sus 39

variaciones pueden estar asociados con métodos, técnicas y equipo de laboratorio, tamaño de la muestra, edad subespecie, sexo, estación del año, estado nutricional y enfermedades (Murcia, 1989). En lo que respecta a los perfiles hematológicos, el número de animales muestreados fueron 4 y tanto en la serie leucocítica como en la eritrocítica, los resultados obtenidos están dentro del rango normal para venado cola blanca, excepto el venado número 7, por lo que no se sospecha el padecimiento de alguna enfermedad, aunado a que los animales presentan un pelaje brilloso, libre de ectoparásitos, sin ninguna herida que pueda causar infecciones; por lo tanto se recomienda no vacunar, pero sí monitorear por lo menos una vez al año estos perfiles para detectar cualquier cambio. En el caso del venado 7, el aumento observado en el número de leucocitos puede explicarse como una respuesta hacia alguna infección leve, pero no de gravedad, ya que en este caso el número de Neutrófilos se vería aumentado; por esta razón este venado se considera dentro del rango normal. Así mismo se recomienda que se realicen análisis serológicos específicos para la detección de brucelosis, leptospirosis y rinotraqueitis infecciosa, así como pruebas de tuberculosis. Todo venado recién obtenido se deberá mantener en “cuarentena”, dentro de un corral individual que permita su desenvolvimiento normal y que permita su observación por un periodo no menor de treinta días, tiempo en el cual se efectuará un minucioso examen físico y observación periódica con el objeto de detectar posibles signos de enfermedad. Cuando un animal nuevo ingrese debe desparasitarse y en algunos casos pueden tomarse muestras de sangre y heces para análisis clínicos. Las instalaciones de cuarentena deben ser desinfectadas después de desalojar al animal, esparciendo cal sobre la tierra del corral. En caso de que se detecte un crecimiento excesivo de las pezuñas en animales adultos deben recortarse si se considera necesario. 7.5.

MANEJO REPRODUCTIVO

El tiempo en que los venados tiran las astas va en función de la edad que va de 1 a 4 meses después de la fecha pico de estros (diciembre). En los venados tropicales o subtropicales como el periodo de apareamiento es más largo, los machos permanecen con astas pulidas más tiempo y en promedio se les caen 5 meses después de que empiezan los meses picos de apareamiento (Araiza y Weber, 1996). Debido a que entre los machos adultos existen peleas para ocupar territorio y posesión de hembras en celo, como medida preventiva se deben capturar a los ejemplares que han limpiado la cornamenta para el corte de astas (Rogel, 1982 y Carrillo, 1987). En caso de que los machos se encuentren permanentemente separados entre sí y que en la época de celo solo tengan contacto con su grupo de hembras, el corte de las astas se considera como un manejo innecesario, ya que la competencia entre machos es nula; sin embargo se corre el riesgo de que algunas hembras puedan resultar lastimadas.

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Sin embargo, debido a que en la actualidad y en los próximos tres años, solo se planea tener un macho, esta medida debe considerarse más adelante. Los estudios sobre reproducción en ciervos son cada vez más manipulados por el hombre. La sincronización de estros, la inseminación artificial y la transferencia de embriones son ya importantes técnicas en las investigaciones actuales en los miembros de la familia Cervidae. Bajo ciertas circunstancias la manipulación genética por medio de estas técnicas o por el cruzamiento de razas geográficas diferentes, pueden incrementar la frecuencia de aparición de algunos trastornos de la gestación y parto, como las distocias. Así mismo la tendencia de algunos ganaderos de mejorar la calidad genética de sus trofeos cola blanca, introduciendo subespecies exóticas en sus propiedades, propicia la contaminación genética de la subespecie nativa, por entrecruzamiento (Galindo- Leal y Weber, 1992). Por esta razón se plantea que el manejo reproductivo de los venados machos sea dirigido, es decir, que se seleccionarán los machos con características físicas adecuadas a la subespecie O. v. yucatanensis. Todas las hembras se consideran aptas para la reproducción. Pero hay que tener cuidado de no cruzar hembras de muy bajo peso, o hembras muy pequeñas con machos muy grandes. Cuando llegue la época reproductiva (Noviembre – Febrero) se encerrará en un corral el macho con 4 hembras hasta el final de la misma. En años posteriores y de acuerdo al incremento del pié de cría se formarán grupos en relación de 1 macho por cada 6 hembras, y al final de la época reproductiva se separarán las hembras de los machos. Se recomienda que durante la gestación las hembras no sean sometidas a ningún tipo de manejo físico que provoque tensión, sobre todo durante el primer y último tercio de la gestación para evitar abortos o reabsorciones embrionarias. Generalmente el parto en venados cola blanca cautivos no requiere de asistencia humana. Los cervatillos deben ser recuperados 24 a 48 horas después del parto para que tengan oportunidad de consumir el calostro, posteriormente deberán ser criados artificialmente hasta el destete, ya que se ha comprobado (Galindo- Leal y Weber, 1998) que cuando se permite que la madre críe a los cervatillo, estos son, sin excepción, intratables y casi silvestres una vez que son destetados. Se propone que la crianza de los cervatillos se realice a base de leche entera en polvo (Nido de Nestle) como se indica en el cuadro siguiente: Cuadro 4. Calendario de lactancia artificial para cervatillos Tiempo de alimentación (horario) Cantidad (ml)* 1-3 6 a.m. 10 a.m. 2 p.m. 6 p.m. 10 p.m. 60 4-10 6 a.m. 10 a.m. 2 p.m. 6 p.m. 10 p.m. 120 11-17 6 a.m. 10 a.m. 2 p.m. 6 p.m. 10 p.m. 180 18-35 6 a.m. 10 a.m. 6 p.m. 10 p.m. 240 43-56 7 a.m. 7 p.m. 300 57-84 1 p.m. 300 85 destete * La cantidad en ml de leche está indicada por cada periodo de alimentación Fuente: Galindo- Leal y Weber, 1998 Edad (días)

de

leche

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El calendario de lactancia debe respetarse rigurosamente sin cambios bruscos en los horarios de alimentación. 7.6.

MÉTODOS DE CONTENCIÓN Y CAPTURA

Toda fauna en cautiverio debe ser, alguna vez, manipulada para captura, contención y/o anestesia. Más aún, si los animales están destinados para la investigación científica, su manejo puede ser rutinario. La habilidad de llevar a cabo procedimientos manipulativos con seguridad, tanto para el manejador como para el animal, es importante para el desarrollo de muchos proyectos de investigación e incluso puede determinar el éxito o el fracaso del criadero (Galindo- Leal y Weber, 1998). En general, los procedimientos de contención son los eventos más traumáticos para un animal silvestre, pero sobre todo los métodos físicos son altamente estresantes, lo que ha propiciado la mayor utilización de la contención química. Las técnicas de contención química tienen muchas ventajas, particularmente desde el punto de vista del bienestar animal y en comparación con la contención física, la química minimiza el grado de estrés y traumatismos, ambos responsables de accidentes y muertes ocurridas durante procedimientos de captura. Idealmente la contención química provee una inmovilización controlable y reversible. Además ofrece un rango bastante aceptable de seguridad al personal operario. Adicionalmente la utilización de la contención química es una técnica humanitaria, sobre todo tratándose de especies altamente excitables (Campos, 2000). El venado cola blanca es uno de los animales más nerviosos que existen, por ello, su contención física sólo se recomienda en muy raras ocasiones. Deben evitarse manipulaciones físicas si se carece de instalaciones adecuadas (mangas, embudos, chutes y obscuros). Los animales mansos pueden ser manejados sin el uso de anestesia (Galindo- Leal y Weber, 1998). CAPTURA MEDIANTE RED DE CAÍDA O TIPO CARPA Este sistema de captura consiste en la instalación de una red en forma de “carpa”, la cual se sostiene en la parte central y los extremos por tubos de aluminio o acero. Para darle la resistencia requerida, la red esta tejida en hilo de nylon de 3mm (1/8 pulgada) de diámetro, formando una malla de cuadros de 12.7cm x 12.7 cm (5 pulgadas x 5 pulgadas). Las dimensiones de la red son variables dependiendo del área de cobertura que se requiera. El tubo central que sostiene levantada la red antes de la operación de captura, está equipado con un mecanismo donde se fija el contrapeso que hará caer la red por gravedad, al momento que sea accionado el “disparador” manual, de cable, eléctrico o de control remoto mediante radio. La entrada de los animales se logra mediante “cebado” utilizando maíz. El cebado se debe realizar antes de instalar la red en sitios previamente seleccionados, tomando como base la observación de animales. Después del cebado los sitios deben 42

observarse desde lejos, con el objeto de identificar y registrar el tipo y numero de animales que están entrando a la red. En el sitio donde se registre en mayor numero de animales que se desea capturar, se instalará la red y se continuará el cebado de la misma hasta el momento en que se decida operarla. Una vez capturados, los animales se sacan de la red y se colocan en cajones o contenedores. CAPTURA MEDIANTE RED TRANSVERSAL Consiste en la colocación de una red transversal de 150 m de longitud y 2.5m de altura (las dimensiones pueden variar según necesidad), que se coloca longitudinalmente sobre alguno de los caminos donde se desea realizar la captura. La operación de captura se realiza arreando a los venados hacia la red, los cuales al chocar contra la misma, la tumban por la inercia que llevan y quedan atrapados al enredarse. La red de nylon en forma de malla se ancla en los extremos con postes de aluminio o acero y se sostiene en posición vertical a lo largo del camino seleccionado para la captura, con el auxilio de bastones en forma de “v” invertida, los cuales se colocan espaciados uniformemente a lo largo de toda la sección. CAPTURA MEDIANTE RED DE CAÑÓN Consiste en el lanzamiento (con ayuda de un rifle especial) disparada desde un helicóptero. La red es rectangular y de 5m². Está tejida de nylon en forma de malla de cuadros. En sus extremos cuenta con cuatro plomadas de acero que sirven para que se extienda y pueda ser dirigida hacia el animal al ser disparada del cono en la punta del rifle. El rifle también se puede disparar desde vehículos o torteas fija. Un aspecto importante a considerar es la posibilidad de provocar la muerte de algunos animales, como resultado de la inducción del síndrome de la enfermedad degenerativa muscular denominada “miopatía de captura”, la cual se presenta como resultado del estado de tensión general que se le provoca al animal, por el violento esfuerzo muscular al que se somete (tratando de escapar) durante la persecución que se hace para su captura. Este esfuerzo puede ocasionarle al animal que es perseguido calambres y tensión muscular, que en casos extremos le pueden provocar la muerte instantánea (miopatía hiperaguda) o posterior (miopatía aguda) (Villareal, 1999). CONTENCIÓN QUÍMICA Se conoce como contención química al uso de productos químicos generalmente anestésicos y tranquilizantes, para lograr la inmovilización temporal de un animal. Una gran parte de las investigaciones directas con cualquier venado de difícil manejo, tendrán que realizarse bajo este tipo de contención. Cuando se carece de instalaciones suficientes para lograr una manipulación física adecuada de los animales, el maneo de los venados estará basado en el uso de drogas tranquilizantes y anestésicas. 43

Métodos para la aplicación de drogas y fármacos En general, la mayoría de los fármacos que se usan en venados cola blanca en cautiverio se aplican por el método de inyección intramuscular remota. Solo los animales excesivamente mansos pueden, en ocasiones, inyectarse manualmente por dos personas (Galindo- Leal y Weber, 1998). Existen muchos tipos y diseños de dispositivos para la administración de fármacos, pero no hay uno que sea el mejor, se elegirán de acuerdo a cada situación; por ejemplo, las pistolas se consideran de corto alcance y de poco uso práctico en el campo, en cambio los rifles, en general son considerados de largo alcance y poco prácticos cuando hay que aplicar fármacos a un animal en un rango corto, como cuando está en una jaula (Campos, 2000). Los cuatro sistemas de inyección intramuscular remota son el equipo Cap-Chur con el rifle de CO2 de mediano alcance de Palmer (Palmer Chemical and Equipment Co. Inc. Douglasville, Georgia, EUA) (Galindo- Leal y Weber, 1998), la pistola de dardos “Teleinject” con cámara de aire que emplea 3.5 libras de presión (Cervera, 1998; Hurtado, 1998 y Murcia, 1989), la cerbatana con dardos de aire comprimido y el “Jabstick” o jeringa- bastón (Galindo- Leal y Weber, 1998). Equipo Cap-Chur de Palmer Se usa para la aplicación de drogas y fármacos en animales que se encuentran a distancias entre los 20 y 50 metros. Es especialmente útil con aquellos venados de temperamento nervioso que no permiten un acercamiento menor de 10 m como para poder utilizar la cerbatana. La zona de impacto del dardo debe ser la parte externa superior de las piernas posteriores (músculo, glúteo, bíceps femoral, semi membranoso y semi tendinoso). Debido a que este equipo puede ser traumatizante (Campos, 2000 y Murcia, 1989), tanto la zona de impacto del dardo, como la aguja del mismo, deben tratarse con un antiséptico local (e.g. Furacin) para prevenir infecciones. Es útil conocer la fuerza que queda en los tanques de CO2 del rifle para evitar traumatismos excesivos por el impacto. No se debe disparar a animales que se encuentran muy cerca (entre los 20 y 30 m) con tanques nuevos, que impulsan los dardos con demasiada potencia para estas distancias. Cerbatana y dardos presurizados Este equipo es especialmente útil con aquellos venados que permiten el acercamiento de entre 5 y 10m. los dardos se elaboran con jeringas desechables y 3 y 5ml; las cuales generalmente satisfacen las necesidades de aplicación de anestésicos. Sin embargo, a veces es necesario utilizar jeringas-dardo de 10 ml para la aplicación de dosis mayores o de otra clase de soluciones. Debido a su peso, los dardos de 10ml son mucho más difíciles de lanzar con precisión que los de 5ml. Las zonas de impacto de los dardos aplicados con la cerbatana pueden ser las piernas posteriores o la zona conocida como “tabla del cuello”. 44

Jeringa- Bastón (Jabstick) Se limita a la aplicación de drogas y soluciones en aquellos animales que permiten un acercamiento mínimo de 1.5m de distancia o menos. Es especialmente útil para la aplicación de anestésicos y tranquilizantes en venados confinados en pequeños corrales, parideros o en la enfermería. La inyección con la jeringa- Bastón debe aplicarse fuerte y rápidamente, empujando el bastón que sujeta la jeringa con fuerza, para que la inyección sea profunda y rápida. El bastón puede ser de aluminio o plástico sólidos de no más de 1m de largo y se recomienda usar agujas de grueso calibre. Drogas anestésicas y tranquilizantes La inmovilización farmacológica del venado cola blanca es frecuentemente difícil por problemas colaterales, tales como excitación, depresión respiratoria parálisis diafragmática, cambios de temperatura, timpanismo y regurgitación (Parás, 1991). En la actualidad existen muchas opciones de drogas y sus posibles combinaciones para el manejo de los venados. El uso de Clorhidrato de Ketamina (KHCL) y clorhidrato de Xilacina (XHCL) en combinación, es quizá la mejor opción disponible en México para la anestesia de rumiantes silvestres. La Ketamina (Imalgen, Ketavet y Ketaset) es un potente anestésico disociativo y la Xilacina (Rompún) es un sedante alfa-adrenérgico con efectos miorelajantes. Su uso combinado ha sido ampliamente estudiado en muchos rumiantes silvestres con resultados satisfactorios (Murcia, 1989 y Campos, 2000). La variación individual en la respuesta de las dosis recomendadas de estas drogas es enorme y depende de muchos factores como son: el temperamento del animal, estado fisiológico (gestación, lactancia en las hembras, y celo en los machos), método de aplicación y posibles fallas del método. Esta respuesta individual al uso de los fármacos es muy difícil de predecir y por lo tanto, la mejor herramienta para solucionar las eventualidades que sin duda se presentarán es la experiencia del manejador. La mayoría de las veces es necesario estimar la edad y peso del animal, para dosificar la cantidad de anestésico necesario en la inmovilización. Los machos tienden a presentar un aumento constante de peso hasta los 5 años, mientras que las hembras tienden a estabilizar su aumento de peso alrededor de los 3 años. En general, los animales de temperamento manso requieren de dosis menores de la mezcla que los animales de difícil manejo. Debido en parte a estas dosis mayores y a que los animales menos manejables son por lo regular los que sufren de mayor estrés antes, durante y después de la captura, los riesgos en la utilización de la contención química se incrementan con este tipo de individuos. De esta manera, para lograr una inmovilización adecuada debe tenerse en cuenta tanto el peso como el temperamento, sabiendo que animales de difícil manejo, a mayor peso, mayor será el tiempo de inducción.

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Los tiempos de inducción, es decir, cuando los animales entran en la fase III del plano quirúrgico anestésico, se alcanza 8 o 10 minutos después de la inyección. Los tiempos de recuperación son variables según el temperamento, peso, condición física y estado fisiológico reproductivo (dosis recomendada: 6.5mg/kg de Ketamina y 2.0mg/kg de Xilacina). La detomidina (Domosedan) es un potente sedante y relajante muscular que logra un profundo estado de semi- inconsciencia a dosis mínimas y que, combinado con la acción anestésica disociativa de la Ketamina, es quizás la mejor opción para la inmovilización de los venados menos manejables o de temperamento difícil. Los tiempos de inducción son de entre 8 y 12 minutos después de la inyección. La recuperación total de los animales se alcanza regularmente a los 45 minutos pero hay quienes permanecen hasta 3 horas. No se recomienda su uso único. Antagonistas Alfa2-adrenérgicos: Yohimibina a dosis de 0.1-0.2mg/kg vía IV para revertir la Xilacina y dosis de 152mcg/kg para revertir la medetomidina; Atipamezole a 1mg/8 a 12 mg de Xilacina via IV y a dosis de 2.7 a 6 g por mg de medetomidina empleada IV o IM o SC; Tolazoline de 2 a 4mg/kg IV o IM para revertir Xilacina y la misma dosis para revertir medetomidina (Parás, 1991); la Yohimbina e Idasoxan pueden revertir efectivamente el efecto de la Xilacina y Detomidina, pero no son tan efectivos para medetomidina (Campos, 2000). Tratamiento y atención de los venados sedados El cuidado de los animales que están bajo en efecto de las drogas anestésicas es extremadamente importante porque puede prevenir heridas y reducir pérdidas. Los pasos básicos a seguir son los siguientes: 1. Revisar constantes fisiológicas del animal (frecuencia respiratoria, cardiaca, temperatura y movimientos ruminales) (Foto 7). 2. Poner una venda sobre los ojos y lubricarlos (Foto 8). 3. Colocar al venado en decúbito lateral derecho. 4. Reducir a un mínimo los ruidos y movimientos producidos por los manejadores. 5. Si el periodo de anestesia es prolongados cambiar de posición al animal lentamente de preferencia girarlo ventralmente. 6. Controlar las patas y movimientos convulsivos del venado (Foto 9). 7. Limpiar y tratar las heridas por el dardo. 8. Permitir que los animales se recuperen solos y en un lugar con sombra (GalindoLeal y Weber, 1998). En ocasiones también será necesario contener físicamente algún animal que se encuentre parcialmente drogado por haber recibido una dosis baja, por variación individual de la respuesta al uso de drogas anestésicas o por fallas humanas o del equipo de aplicación de los dardos anestésicos. Cuando esto sea necesario, pueden utilizarse las siguientes indicaciones: 46

1. Los animales parcialmente drogados no deben ser perseguidos por un grupo grande de personas. Esto les provoca un mayor estado de alerta y consecuentemente mayor estrés que puede desembocar en problemas mayores como miopatía postcaptura o arresto respiratorio. 2. Una persona físicamente capaz de contener al animal Foto 7. Revisión de constantes fisiológicas del animal por unos segundos, deberá aproximarse a él hasta ser auxiliado por otra(s), procurando hacerlo despacio y sin mucho ruido. Los venados drogados con anestésicos son especialmente sensibles a los ruidos que produce la persona que se aproxima. Debido a ello, si el animal lo detecta, deberá detenerse completamente y esperar a que el animal se calme para reiniciar la aproximación.

3. la mejor forma de contener a un animal en este estado es sujetarlo por el cuello con una mano y derribarlo inmediatamente con la otra, cogiéndolo por el pliegue que se encuentra entre la pierna y el vientre. Posteriormente al derribo, la persona deberá recargar el peso de su cuerpo sobre el cuello y ancas del animal hasta que lo asistan. Este tipo de derribo deberá realizarse por la espalda del venado cuidándose de las pezuñas delanteras del animal. 4. una vez que el animal logra contenerse, deberá amarrarse de las cuatro patas (“aborregado”) y taparle los ojos con un paño. Se debe procurar hablar lo menos posible y en voz baja (Galindo- Leal y Weber, 1998). La respuesta de los animales al tranquilizante varió según el sexo y edad del animal; en todos los machos se observaron efectos del tranquilizante (animales con la lengua de fuera. Recostados, sin respuesta a estímulos externos como acercamiento de humanos) después de 6 o 7 horas (incluso un macho no se puso de pie hasta el día siguiente); pero las hembras se recuperaron rápidamente (2 horas en promedio después de la aplicación). Lamentablemente no hay reportes de uso de este tranquilizante en venado cola blanca, pero en base a la respuesta obtenida en este estudio, se recomienda su uso en este tipo de animales, además de su relativo bajo costo.

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Foto 8. Los ojos del venado deben vendarse para reducir el estrés.

7.7. PROGRAMA DE ALIMENTACIÓN El venado cola blanca (Odocoileus virginianus) es un herbívoro de la familia Cervidae y del orden Artiodactyla de alimentación mixta que aprovecha diferentes tipos de plantas, en el orden de 56, 34 y 10 % para arbustos, hierbas y pastos, respectivamente. Se reporta un total de hasta 135 especies que consume. Al ser el venado cola blanca un pequeño rumiante, tiene una tasa metabólica alta y demanda más energía por unidad de peso corporal, por lo que tiene que seleccionar los forrajes más suculentos y nutritivos, que permitan altas tasas de digestión y un paso rápido por el tracto digestivo. Para lograr lo anterior, la evolución lo ha llevado a presentar Foto 9. Procedimiento para la en la saliva un inhibidor de taninos (prolina), tener una imovilización de un venado no dentición especializada, un hocico angosto, lengua anestesiado larga y labios prensiles que le ayudan en la selección del alimento, siendo capaz de detectar diferencia en la composición química de las plantas. Conducta alimenticia El venado cola blanca no tolera grandes cantidades de fibra en su dieta, prefiere brotes, hojas, semillas, flores y frutos.

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Cuando se habla de alimentar al venado en cautiverio, es porque se esta incluyendo ingredientes que tengan energía, proteína o aminoácidos, agua, minerales, vitaminas y ácidos grasos esenciales. Requerimientos alimenticios El aparato digestivo del venado cola blanca alcanza las proporciones de adulto a los 3-4 meses, inicialmente consumen 4% de su PV en materia seca (MS) y cuando son adultos el 2%. Un venado cola blanca del trópico de 40 kg consumirá 1,200 g MS (3% de su peso vivo) diarios y 438 kg de MS/año, lo que convertido a unidades animales para agostadero daría 11.25 venados /Ha. Los venados utilizan el agua con eficiencia ya que tienen una tasa baja de intercambio de agua por unidad de peso corporal, no sudan y pierden poca agua vía urinaria y fecal. Requieren entre 1 y 3 lts al día. El venado requiere en su dieta para mantenimiento un 7 % de proteína, para un crecimiento moderado un 9.5 % y para un crecimiento óptimo y capacidad reproductiva entre 14-20 %. La privación de proteína durante la gestación provoca abortos o crías pequeñas. El requerimiento de fibra para el venado cola blanca recomendado esta en el rango del 7 al 10 %. Los minerales más importantes para el desarrollo corporal de los venados son el calcio y fósforo. La relación adecuada de estos minerales es de 1:1 o 2:1, los niveles mínimos son 0.45 % de Calcio (Ca) y 0.35 % de Fósforo (P) (Mendoza, 2003).

Problemas por deficiencia alimenticia. • • • • •

Lento crecimiento juvenil y bajo peso y tamaño adulto. Machos con astas de menor tamaño. Solo una cría por parto Incremento en la mortalidad de crías Mayor susceptibilidad a enfermedades y ataque de depredadores

Conocimiento del consumo Una descripción adecuada del consumo de alimento incluye no sólo la cantidad de alimento consumido sino también el peso corporal e información relacionada al estado nutricional y demanda energética del animal. El alimento debe ofrecerse un 1520 % por arriba del consumo, lo cual implica alimento extra y rechazo. El consumo es afectado por la calidad del alimento, especie animal, estado fisiológico, demanda energética y sexo del animal.

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Funcionamiento del sistema gástrico del venado. Al ser un rumiante, ha desarrollado cuatro compartimentos principales (rumen, retículo, omaso y abomaso). Cuando es recién nacido se comporta como monogástrico, en la medida en que se desarrolla el rumen el funcionamiento de su cuerpo se ajusta al de un rumiante adulto. La verdadera dieta del rumiante no es el forraje que come, sino los productos de la fermentación de este forraje por los microorganismos del rumen (hongos, protozoarios y bacterias) y nutrientes del alimento que logran pasar sin ser degradados por los microorganismos. Con esta ventaja, el venado se convierte en un medio, para transformar en productos de alto valor biológico, una inmensa fuente de energía vegetal, la cual es difícil o imposible de aprovechar por otras especies incluyendo al hombre. Fuentes de alimento Los alimentos se dividen en concentrados y forrajes, pero no existe una clara separación entre éstos. Los concentrados son de alta calidad, bajo contenido de fibra (menos de 18%) y por tanto contienen una alta concentración de energía y/o proteína digestible por unidad de peso y volumen. Por su parte, los forrajes poseen un valor nutritivo en función de su composición, principalmente por la cantidad de fibra que contengan, misma que esta influenciada por el ambiente y manejo en que se producen (Mendoza, 2003). Los venados requieren una dieta alta en minerales en el tiempo en que se desarrolla la cornamenta. En el caso de la Península de Yucatán, la carencia de minerales es crítica y originada por la presencia de suelos calcáreos y de pH básico, lo que induce una deficiencia de minerales como el fósforo y el potasio, necesarios en el metabolismo para la absorción de hueso. Los animales generalmente satisfacen esta necesidad entrando a las milpas, recién quemadas, a consumir la ceniza (González, 1996). El venado cola blanca es un animal de gran adaptabilidad a todo tipo de climas y por lo tanto a diversos tipos de vegetación; por esta razón se encuentra distribuido en toda la República Mexicana. Esta adaptabilidad se expresa en la gran diversidad de plantas que pueden servirle de alimento, por lo cual la dieta del venado varía enormemente en cada región. Entonces, es muy importante que se realicen análisis de composición botánica para cada región de la república en particular; pero esto no es suficiente, porque aunque es de gran ayuda el conocimiento de los tipos de plantas que consume este animal; también es de vital importancia el conocimiento de los nutrientes de cada especie de planta que se clasifique dentro de la dieta del venado cola blanca. Cuando se tienen los datos del contenido nutrimental o nutricional, aunado a qué tanto estos nutrientes se encuentran disponibles para el animal, es decir, en qué proporción puede el animal aprovecharlos; puede hablarse de una riqueza o pobreza de una dieta “regional” y de esta manera poder plantear o descartar una suplementación; y si esta se considera necesaria, establecer de que tipo sería (e.g. mineral, energética, proteínica).

50

A continuación se resume la composición botánica de la dieta de venado cola blanca en dos regiones del país. Cuadro 5. Composición botánica de la dieta del venado cola blanca en dos regiones del país Nuevo León (Murcia, 1989 y Villareal, 1999) Península de Yucatán (Mendoza, 2003) Variedad: texanus Variedad: yucatanensis N. común N. científico N. común N. científico Colima Z. Guinea Zanthoxyllum fagara Panicum maximum Chaparro Prieto Z. Taiwán Acacia rigidula Penisetum purpureum Panalero Ramón Forestiera angustifolia Brosimum alicastrum Varo dulce Eysenhardtia polystachya Huaxin Leucaena leucocephala Huizache Pixoy Acacia farnesiana Guazuma ulmifolia Anacahuita Álamo o copó Cordia boissieri Ficus cotinifolius Brazil Tulipán Condalia hookeri Hibiscus rosasinensis Guajillo Chakah Acacia Berlandieri Bursera simaruba. Uña de Gato Box katsin Acacia greggii Acacia gaumeri Granjeno Sak katsin Celtis pallida Mimosa bahamensis Colubrina D’ziuché Colubrina texensis Pithecellobium dulce Vara dulce Mora Eysenhardtia texana Chlorophora tinctori Capul Bee Schaefferia cuneifolia Pisonia aculeata Guayacán Tsil´tsil´ché Porlieria angustifolia Gymnopodium floribundum Mezquite Japuche Prosopis glandulosa Sideroxylon celastrinum Hierba de pollo Morera Commelina erecta Morus alba Hierba del venado Ciruela Vicia leavenworthii Spondias sp Hierba de la golondrina Chaya Euphorbia prostrata Cnidoscolus chayamansa Cicutilla Tajonal. Viguiera dentata Parthenium sp Malva rastrera Maracuya Pasiflora sp Sida silicaulis nopal Conchita Opuntia engelmanni Clitoria ternatea Tasajillo Camote Opuntia leptocaulis Ipomea batatas Chaparro amargoso Frijol terciopelo Castela erecta Mucuna sp Cerezo rastrero Canavalia Physalis viscosa Canavalia enciformis Draba Alfalfa Draba cuneifolia Medicago sativa

Como puede observarse en el cuadro anterior, la composición botánica de la dieta del venado es muy distinta; ésta varia de región a región, pudiendo observarse similitudes dentro de climas parecidos, como serían Coahuila, Nuevo León, Chihuahua, Durango y Zacatecas, o similitudes entre Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco, Chiapas y Jalisco. Forrajes recomendados para la alimentación en función de disponibilidad Pastos o zacates. De antemano sabemos que el venado consume muy pocas gramíneas, por lo que solo proponemos 1 especie, que se cultive en pequeñas superficies para cortar y proporcionar una fuente de energía a los animales. Zacate Taiwán. (Penisetum purpureum). Fue introducido a la región a principios de la década de los 80`s como un forraje para alimentar ganado de leche. Es fundamentalmente un forraje de corte. Con buenos suelos y agua presenta rápido crecimiento pudiendo realizar hasta 4 cortes al año. No

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soporta suelos bajos con encharcamiento y requiere ser picado para facilitar su consumo por los venados. Árboles, arbustos y hierbas forrajeras. Su cultivo representa un aliado importante en la alimentación de los venados, sobre todo como fuente de proteína, sombra y protección. Muchos de ellos se encuentran como elementos de la vegetación nativa y adaptados a la región. Se proponen los siguientes: 1. Ramón. (Brosimum alicastrum). De la familia Moráceae se le conoce regionalmente como Ox y proporciona abundante forraje verde todo el año, incluyendo ramas tiernas, hojas, frutos y semillas (Foto 10). 2. Huaxin. (Leucaena leucocephala). De la familia Leguminosae es una planta con alto contenido de proteína, que bajo podas periódicas y riego proporciona follaje todo el año. 3. Pixoy (Guazuma ulmifolia). De la familia Sterculiaceae, proporciona hojas y frutos que son consumidos por los venados. 4. Chakah (Bursera simaruba). De la familia Burseráceae, sus tallos se utilizan para cercos vivos y como forraje sus hojas y frutos. 5. Tsil´tsil´ché (Gymnopodium floribundum). De la familia Polygonaceae, el tallo es apreciado para leña y carbón. Las hojas representan un Foto 10. Ramón forraje para el venado y las flores son visitadas por las abejas. 6. Ciruela (Spondias sp). De la familia Anacardeaceae, los tallos se utilizan para cerco vivo y el follaje y los frutos como forraje para diferentes especies animales. 7. Tajonal. (Viguiera dentata). De la familia Compositae, sus hojas son un forraje apreciado por los venados y sus flores son visitadas por las abejas. Si dispone de agua, produce forraje todo el año. 8. Camote (Ipomea batatas). De la familia Convolvulaceae, el follaje y los tubérculos constituyen una fuente de alimento muy apreciado por el venado. 9. Aurora 10. Tzotzcaáb (Ipomea sp.). Herbácea muy apreciada por los venados A diferencia de los zacates, cultivar un árbol forrajero implica colectar a tiempo la semilla, escarificarla (sumergirla en agua caliente y luego en agua fría) para una germinación rápida y homogénea, embolsarla, esperar que desarrolle raíz y tallo para ser transplantada, hacer pequeñas pocetas y sembrarla, aportarle abono y agua cuando está en crecimiento, evitar que no la pastoreen los animales, Foto 11. Diversas plantas destinadas a la alimentación

52

cortar el forraje y llevárselo a los comederos. Pero sobre todo lo anterior, lo más importante a considerar en el cultivo de los árboles forrajeros, para empezar a obtener producto, debe pasar cuando menos año y medio, sin embargo, una vez establecida la plantación, si se maneja adecuadamente está garantizada la producción por mucho tiempo. En la medida en que se logre combinar mayor número de plantas en la ración, se aporta una dieta más nutritiva para el venado, el cual tendrá mayor posibilidad de seleccionar su alimento para una mejor respuesta en la ganancia de peso, sanidad y reproducción y confort (Mendoza, 2003) (Foto 11). 7.7.1. RESULTADOS DE LABORATORIO Cuadro 6. Materia seca de las plantas estudiadas #

Planta

Nombre científico

% Humedad

% MS

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

Tsil tsil che Tzotzca´ab Taiwan Tajonal Camote Ciruela Huaxin Chakah Ramon Pixoy Aurora

Gimnopodium floribundum Ipomea sp. Pennicetum purpureum Viguiera dentata Ipomea batatas Spondias purpurea Leucaena leucocephala Bursera Simaruba Brosimum alicastrum Guazuma Ulmifolia

18.75 61.9047619 63.88888889 52.17391304 56.48148148 59.75609756 44.76744186 40.42553191 43.63636364 16.12903226 31.66666667

81.25 38.0952381 36.1111111 47.826087 43.5185185 40.2439024 55.2325581 59.5744681 56.3636364 83.8709677 68.3333333

%HUMEDAD 70 60

40 30 20 10

HERBÁCEAS

ARBÓREAS

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TS IL IL

TA

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AL N JO TA

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0

C

PORCENTAJE

50

ARBUSTIVAS

ZACATE

Gráfica 1.Contenido porcentual de Humedad de las plantas seleccionadas

53

Cuadro 7. Fibra Detergente Neutra (FDN) PLANTA %Pared % Contenido celular celular Tsil tsil che 48.12955036 51.87044964 Tzotzca´ab 34.72809021 65.27190979 Taiwan 68.4981951 31.50180491 Tajonal 31.13513048 68.86486952 Camote 30.06531187 69.93468814 Ciruela 44.83067635 55.16932365 Huaxin 37.99600343 62.00399657 Chakah 48.30110142 51.69889859 Ramon 42.09157879 57.90842122 Pixoy 45.79346275 54.20653726 Aurora 46.65385068 53.34614932 % FDN

80 70

50 40 30 20 10

TA IW AN

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PORCENTAJE

60

HERBÁCEAS

ARBÓREAS

ARBUSTIVAS

ZACATE

Gráfica 2. Contenido porcentual de FDN de las plantas seleccionadas

54

Cuadro 8. Fibra Detergente Ácida (FDA) #Muestra %Pared celular – % hemilcelulosaHemilcelulosa Contenido celular Tsil tsil che 41.50379595 58.49620406 Tzotzca´ab 37.93163907 62.06836094 Taiwan 66.78578496 33.21421505 Tajonal 33.38856325 66.61143675 Camote 35.37113087 64.62886914 Ciruela 51.19950233 48.8009768 Huaxin 38.85241222 61.14758778 Chakah 49.65814637 50.34185364 Ramon 42.00778383 57.99221617 Pixoy 42.10277393 57.89722608 Aurora 63.89359105 36.10640896

%FDA

80 70

PORCENTAJE

60 50 40 30 20 10

TA IW AN

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0

HERBÁCEAS

ARBÓREAS

ARBUSTIVAS

ZACATE

Gráfica 3. Contenido porcentual de FDA en las plantas seleccionadas

55

Cuadro 9. Lignina y sílice SÍLICE (%) LIGNINA (%) 1.113421865 30.940473 0.5307528 15.8352834 2.12077167 8.62843409 0.767556101 49.4700562 0.949836227 23.4114933 1.992376322 36.059003 1.405335041 41.9465449 1.021845231 40.7506952 3.331114013 20.4685897 2.911910396 25.1116418 3.491681181 26.9088048

PLANTA Tsil tsil che Tzotzca´ab Taiwan Tajonal Camote Ciruela Huaxin Chakah Ramon Pixoy Aurora

% LIGNINA

55 50

40 35 30 25 20 15 10 5

HERBÁCEAS

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0 PI XO Y

PORCENTAJE

45

ARBÓREAS

ARBUSTIVAS

ZACATE

Gráfica 4. Contenido porcentual de lignina de las plantas seleccionadas

56

Cuadro 10. Porcentaje de Proteína MUESTRA % PROTEÍNA Tsil tsil che 15.41875 Tzotzca´ab 19.803125 Taiwán 12.246875 Tajonal 23.225 Camote 16 Ciruela 9.41875 Huaxin 22.59375 Chakah 12.365625 Ramón 15.91875 Pixoy 14.7375 Aurora 20.803125 % PROTEINA

25

PORCENTAJE

20

15

10

5

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HERBÁCEAS

ARBÓREAS

ARBUSTIVAS

ZACATE

Gráfica 5. Contenido porcentual de proteína de las plantas seleccionadas

57

Cuadro 11. Digestibilidad de Materia Seca PLANTA MUESTRA %DMS Tsil tsil che 1 37.9479564 Tzotzca´ab 2 74.4084885 Taiwan 3 60.5826653 Tajonal 4 78.7288356 Camote 5 78.4042569 Ciruela 6 49.0164333 Huaxin 7 59.5334346 Chakah 8 45.0239263 Ramon 9 71.1402067 Pixoy 10 55.3024699 Aurora 11 44.325077 % DMS

90 80

PORCENTAJE

70 60 50 40 30 20 10

HERBÁCEAS

AN

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0

ARBÓREAS

ARBUSTIVAS

ZACATE

Gráfica 6. Porcentaje de digestibilidad de materia seca de las plantas seleccionadas

58

CORRELACION ENTRE % DMS Y % PROTEINA 90 80

PORCENTAJE

70 60 50

%DMS

40

%PROTEINA

30 20 10

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Correlación: 0.393703719 Gráfica 7. Correlación existente entre el % de digestibilidad de materia seca y el % de proteína Correlación entre %DMS y % Lignina 90 80

60 50

%DMS

40

%LIGNINA

30 20 10

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PORECNTAJE

70

Correlación: -0.15035139 Gráfica 8. Correlación existente entre el % de digestibilidad de materia seca y el % de lignina

59

Correlación entre % Proteína y % FDN 80 70

PORCENTAJE

60 50 % PROTEINA

40

% FDN

30 20 10

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Correlación: -0.5638307

Gráfica 9. Correlación existente entre el % de proteína y el % de FDN Correlación entre %DMS y % FDN 90 80

60 50

%DMS

40

% FDN

30 20 10

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PORCENTAJE

70

Correlación:-0.55147187 Gráfica 10. Correlación existente entre el % de digestibilidad de materia seca y el % de FDN

60

7.7.2. DISCUSIÓN SOBRE ALIMENTACIÓN Como se menciono anteriormente, la composición botánica de la dieta del venado cola blanca varía según la región del país. La información acerca de este tema es muy extensa para el caso de las zonas norte y centro, y muy escasa en el sureste de la república. La poca información existente para el sureste es superficial, es decir, se limita a menciones muy puntuales de las especies que sirven de alimento al venado, sin mencionar el contenido nutricional, su variación a través del año, su relación con el hábito de la planta y otros elementos importantes. Mandujano et al., (1996) describen la dieta del venado cola blanca para la zona de Jalisco y entre las plantas que mencionan como preferidas por el venado se encuentran el Ramón, la ciruela, y el tzotzca´ab. De igual forma, Maldonado (1996) incluye al Ramón como árbol predilecto del venado en época de lluvia para el Estado de Quintana Roo, y además menciona que éste animal tiene una fuerte tendencia a consumir cultivos de guía de camote, cuando estos están presentes. Por su lado, Remolina (1996) realizó un análisis acerca de las especies de flora forrajeadas por el venado cola blanca en Quintana Roo y entre otras, se menciona el Ramón, Chakah, tsil tsil ché, huaxin y tajonal; sin embargo, no se tiene registro de los contenidos porcentuales de proteína, o fibra, ni de la digestibilidad de materia seca de estas plantas en ninguna de las investigaciones. Estos resultados sustentan la inclusión de la mayoría de las plantas que fueron seleccionadas para el presente trabajo y el tipo de análisis que se realizaron. No se recomienda el cultivo de estas plantas dentro del corral, si se las quiere destinar a la alimentación, ya que al aumentar la densidad poblacional, la cantidad de biomasa disponible para consumo disminuye. Con propósitos de sombra y cobertura, se recomiendan especies no preferidas por el venado, tales como el laurel o la seiba y bugambilia, entre otras. Especies preferidas por el venado pueden usarse dentro del corral con este fin, como el ramón y la aurora, que sin duda el venado aprovechara como alimento pero no deben ser la única fuente de alimento. En la gráfica 1 puede observarse que la mayoría de las plantas tienen un alto contenido de humedad. Es importante considerar este factor al momento de decidir el suministro de agua, ya que los animales obtienen la mayor parte de ésta a partir de las plantas. La planta que mostró mayor contenido de materia seca fue el tsil tsil che; esta planta es arbustiva y en extremo leñosa, lo que explica esta condición, sin embargo es ampliamente aceptada por los animales. Respecto al contenido de fibra y lignina, las gráficas 2 y 4 muestran que si dividimos las plantas por hábito, es decir, división en estratos de acuerdo a la forma biológica de las plantas (arbórea, arbustiva y herbácea) y de mayor a menor contenido, se encuentran en primer lugar las arbóreas, después el zacate Taiwán, las arbustivas, y en último lugar las herbáceas. Para el caso de las arbóreas, la corteza ejerce una fuerte influencia en el contenido de fibra de las hojas, aunque no sobre otras variables, como la proteína. El alto contenido de fibra en el zacate Taiwán se explica por el momento y la altura del corte, es decir, cuando se tomaron las muestras, el zacate se encontraba en estado de madurez y la altura del corte fue aproximadamente a 40 cm de 61

la raíz, por lo que el contenido de fibra es mayor. Por el contrario, en el caso de las herbáceas, el contenido de fibra es bajo debido a su escaso desarrollo y temprana edad. El tajonal se muestra excepcional con respecto al contenido de lignina ya que aunque fue muestreado a edad temprana presenta un alto contenido, y además este alto contenido de lignina no parece influir en el porcentaje de digestibilidad de materia seca. La gráfica 5 muestra que no hay diferencias significativas para proteína entre hábitos ni plantas; las que obtuvieron mayor porcentaje fueron el tajonal y el huaxin, y las de menor porcentaje fueron el Taiwán y la ciruela. Con respecto a la digestibilidad de materia seca (gráfica 6), las plantas con mayor porcentaje fueron el tajonal y el camote; pero en general, todas las plantas obtuvieron buenos porcentajes. La correlación entre la DMS y proteína (gráfica 7) resultó de 0.393703719, lo que nos dice en un plano general que la relación que existe es ligeramente positiva, es decir que una planta que es altamente digestible, tendrá un porcentaje de proteína medio. Sin embargo, si se analizan las correlaciones en base a los hábitos (aunque sean muy pocos datos) resulta que para las herbáceas es de o.5669419, para las arbóreas de -0.02491184 y para las arbustivas de 1. Esto nos indica que hay una relación importante entre la proteína y DMS en las herbáceas; que no hay relación para las arbóreas y que hay una relación total para las arbustivas. En la gráfica 8 podemos observar que existe una correlación de -0.15035139, lo que nos dice que existe una muy ligera relación negativa que indica que a mayor porcentaje de lignina se tendrán digestibilidades no muy bajas. Pero si analizamos las correlaciones por hábitos obtenemos que para las herbáceas y las arbóreas la correlación es de -0.50903452 y -0.45051182, relación que es más marcada. Y para las arbustivas es de -1, por lo que en estas plantas la relación es de 100%, es decir, que mientras más contenido de lignina tenga la planta, menor será su digestibilidad. En la gráfica 9 la correlación general es de -0.5638307, es decir, entre más fibra, menos proteína, y esta relación se acentúa para las arbustivas (-1). La correlación entre la DMS y fibra (gráfica 10) es de -0.55147187, o sea entre mas cantidad de fibra contenga la planta, menor será su digestibilidad. Las correlaciones por hábitos son más marcadas sobre todo en las arbustivas (-1). Con estos resultados podemos concluir que la dieta propuesta para el criadero cumple con los requerimientos de fibra y proteína, además de ser una dieta con digestibilidad muy buena. En este caso la suplementación proteínica no es necesaria; pero se recomienda realizar análisis para valorar los minerales y las vitaminas. Sin embargo, si se decide suplementar en épocas criticas como la de secas debe tomarse en cuenta el estudio realizado por Murcia (1989), en donde fue evaluada la aceptación de tres diferentes suplementos comerciales para bovinos (“Becerrina”, “Bovitexo- lechero” y “Pasturina”, mejor conocida como “venadina”). En sus resultados se 62

menciona que tanto la “Becerrina” como el “Bovi- texo- lechero” tuvieron muy buena aceptación, pero la Pasturina fue consumida solo en una parte mínima, ya que este suplemento contenía una gran cantidad de fibra en comparación con los anteriores. 8. APROVECHAMIENTO DEL VENADO COLA BLANCA POR EL HOMBRE Dentro del contexto mundial podemos contar con infinidad de ejemplos que hacen referencia a un manejo y uso racional de los recursos naturales que no solo ha permitido la satisfacción de las necesidades más apremiantes de sus habitantes sino que les han ayudado a obtener divisas por diferentes conceptos. Desde el siglo III de nuestra era, los chinos utilizaban las astas de ciervo y partes de otros animales dentro de su medicina tradicional con fines terapéuticos, después de 1949 al instaurarse la República Federal China se organizaron granjas de venados para la exportación del terciopelo de sus astas (Roa, 1992). Alemania no solo esta manejando su fauna en los cotos de caza sino también tiene granjas diversificadas en la producción de tipo extensivo de ganado (bovino, ovino, porcino, caprino, aves), y fauna silvestre (gamo, ciervo rojo, jabalí) y algunas cuentan también con la explotación de especies acuáticas. Cuentan de la misma manera con un sistema bien organizado de comercialización de los productos y subproductos de fauna silvestre (Roa, 1992). Rusia y Noruega mantienen también criaderos de ciervo rojo y reno que aprovechan íntegramente (piel, carne, astas, huesos) (Roa, 1992). Suiza a pesar de ser un país pequeño exporta cada año carne de venado que es producida en sus criaderos los cuales han tenido un gran éxito (Roa, 1992). A partir de la década de los años setenta Nueva Zelanda estableció criaderos semiintensivos e intensivos de cérvidos, Sudáfrica en la misma época comenzó a practicarla ganadería diversificada con resultados muy alentadores en lo que respecta a la producción de trofeos, pero ellos también han establecido granjas para la producción de carne y pieles, las cuales exportan y obtienen así divisas (Roa, 1992). En el Norte del Canadá y Estados Unidos son grandes productores de pieles para abastecer la industria peletera, pero además en el estado de Texas han empezado la cría de venado cola blanca con miras a la producción de carne (Roa, 1992).

Foto 12. Aprovechamiento de venado cola blanca en el sureste

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Uruguay cuenta con granjas de ciervo rojo de las que están obteniendo carne que están exportando a Europa y Asia (Roa, 1992). Costa Rica y Panamá también cuentan con criaderos de fauna silvestre que están explotando con muy buenos resultados y al mismo tiempo están obteniendo divisas (Roa, 1992). En México la fauna prácticamente no ha tenido mercados amplios, con excepción de algunos años donde hubo una demanda de pieles de lagarto. Sin embargo, en la actualidad no ha dejado de haber mercados locales para los animales silvestres que se siguen aprovechando y consumiendo en toda la región. De ellos, uno de los más importantes es el venado, tanto por la carne como por la piel (Montalvo, 1996). En el sureste, el venado cola blanca presenta su principal importancia como productor de carne (Foto 12). Pero además sigue teniendo importancia en muchas comunidades indígenas como elemento fundamental en fiestas y ceremonias tradicionales (Ehnis, 1996), desarrollando técnicas de caza, utilización de plantas nativas para curtido y preservación de pieles y muy variadas formas de preparar la carne para su consumo. El aprovechamiento tradicional de la fauna silvestre en el medio rural es por muchos conocido; sin embargo esta forma de aprovechamiento llevada a cabo por los campesinos no ha sido valorada más que por las mismas comunidades campesinas, por ser una fuente de alimento para ellos. Los venados (cola blanca y temazate) son los animales silvestres que por su relativa abundancia, tamaño y sabor de la carne son los preferidos por la gente de los ejidos forestales (Avila, 1996 b). Sin embargo este recurso está disminuyendo en la región sin que se aprecie un incremento en su valor económico. Existiendo dos razones principales: que existan especies domésticas que están reemplazando los productos del venado, carne y pieles; y que hay una presión en contra del aprovechamiento del venado, lo que se ve en la normatividad restrictiva (Acopa, 1996). La importancia como productor de carne y también de pieles debe rescatarse. Ello es factible a través del manejo de las poblaciones silvestres tanto en áreas forestales como en áreas ganaderas. Se requiere para ello desde luego la modificación de las normas actuales y de promover la organización en comunidades, ejidos y predios para el control del aprovechamiento (Ehnis, 1996). Lo ideal sería que todo el volumen de carne de venado que se produce, o parte de él se canalizara a mercados selectos en donde además de duplicar su valor necesitaríamos un marco legal que iniciase este modo de producción. Además, es posible incrementar los beneficios si se aprovechan íntegramente cada individuo, por el valor agregado que representan las pieles, pezuñas, colas, cornamentas en forma de subproductos comerciales, originando empleo e ingresos a los ejidos. Esto generaría una reacción de incentivo para los ejidatarios para llevar a cabo la conservación, el fomento uso racional del venado y otras especies faunísticas (Ávila, 1996 b). 64

Debido a que existen limitantes en diversos niveles sobre el manejo de fauna silvestre en el sureste mexicano, como son: aspectos normativos, capacitación, financiamiento etc. Quinto y Ehnis (1991) resaltan la importancia de continuar la búsqueda de alternativas de manejo para las poblaciones silvestres del trópico, ya que la fauna silvestre ha sido y seguirá siendo un elemento importante que enlaza las actividades agropecuarias y forestales. Una de estas alternativas es la creación y fomento de criaderos intensivos en la región, con fines de aprovechamiento de la carne y los subprductos del venado. Desde el punto de vista de trofeo de caza, de momento no parece tener importancia, sin embargo su demanda como trofeo puede generarse a través del registro serio de trofeos por subespecie (Ehnis, 1996). 9. CONCLUSIONES SOBRE LA FACTIBILIDAD DEL CRIADERO EN LA PENÍNSULA DE YUCATÁN Resulta interesante y atractivo el hecho de que fomentando y promoviendo el aprovechamiento de cada una de las 14 subespecies de venado cola blanca, se tendría una gran gama de opciones a través de su manejo, tales como la disponibilidad de un pie de cría puro para programas de repoblación dentro de sus zonas actuales e históricas de distribución, así como para su aprovechamiento dentro de la actividad cinegética y para promover programas de reproducción en otro tipo de unidades de producción controlada, e inclusive para el abasto en el mercado interno e internacional dentro del aspecto alimentario, artesanal; generando fuentes permanentes de empleo; en resumen, debe promoverse la diversificación productiva en el sector rural basado en sólidos fundamentos científicos (Romero y Navarrete, 1996). Hoy en día, la fauna silvestre también debe considerarse como un recurso del cual pueden obtenerse beneficios tanto económicos como alimenticios. En nuestro país aún existen una gran variedad de especies que pueden aprovecharse de una manera real y sostenida para elevar el nivel de vida de las comunidades rurales ya que contarían con una alimentación rica en proteína y muy barata. Es necesario pensar que la cría y producción de fauna silvestre puede ser una alternativa viable para solucionar la problemática alimenticia de la población, además debe verse como una posible solución a la deforestación que actualmente se lleva a cabo con objeto de ampliar la agricultura y ganadería, provocando con ello problemas de erosión, desertificación, desequilibrio hidrológico, entre otros (Díaz, 1996). Los recursos naturales, y entre ellos el venado y la fauna silvestre en general, pueden ser aprovechados de manera sostenida siempre y cuando se dé una real participación social en la implementación y desarrollo de proyectos de aprovechamiento y de manejo sostenido (Acopa, 1996). Actualmente la legislación permite el aprovechamiento de fauna silvestre en actividades económicas, siempre y cuando los particulares garanticen su reproducción en cautiverio (Díaz, 1996). Pero es necesario que para fomentar el

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recurso que representan los venados, por ser este un bien colectivo, es indispensable la organización social para su aprovechamiento controlado (Acopa, 1996). Por lo tanto resulta factible la instalación de un criadero de venado cola blanca no solo en el estado de Yucatán, sino en cualquier zona tropical. En un plano más particular, en el presente trabajo se elaboró: un plan de manejo, un calendario de vacunación y desparasitación, un plan de manejo reproductivo, valoración de la dieta, determinación de la infraestructura necesaria y un proyecto para el incremento del hato.

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