REFLEXION SOBRE LA IGLESIA JOVEN

REFLEXION SOBRE LA IGLESIA JOVEN Leonardo Jeffs Castro Académico de la Universidad de Valparaíso Advertencias Esta ponencia la realizo a partir de m...
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REFLEXION SOBRE LA IGLESIA JOVEN

Leonardo Jeffs Castro Académico de la Universidad de Valparaíso

Advertencias Esta ponencia la realizo a partir de mis recuerdos de la participación que tuve en los acontecimientos a los cuales voy a hacer referencia, es decir desde la perspectiva de un actor, con todo lo que ello implica. A la Iglesia Joven se le asocia con la toma de la Iglesia Catedral Católica de Santiago de Chile, llevada a cabo el domingo 11 de agosto de 1968, debido a que uno de los dos textos que se difundieron ese día se denominó Manifiesto de la Iglesia Joven. A partir de esa fecha se empieza a hablar del Movimiento Iglesia Joven. Me correspondió participar en la toma de la Catedral. Estuve presente en todas las reuniones posteriores. Al finalizar la Jornada realizada los días 29 y 30 de marzo de 1969 fui elegido miembro del Comité Directivo junto con Pedro Donoso, más tarde remplazado por Hernán Silva, María Antonieta Saá, Hugo Cancino y José María Arrieta. Me correspondió desempeñarme como Presidente del Movimiento hasta mi traslado a Antofagasta, en marzo de 1970. En Antofagasta formé parte del Secretariado Regional del Movimiento y dirigí la revista Frente, convertida en su órgano de expresión desde el N° 7 hasta su último número, correspondiente a los meses de octubre y noviembre de 1971. Estos recuerdos no se hacen con nostalgia sino con futuro, al decir de mi amigo Pedro Prado Moreno. 1 Es decir recuerdos que sirvan para el presente y para los días venideros.

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Ex compañero de trabajo en el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), uno de los organismos del Ministerio de Agricultura que tuvo a su cargo un rol trascendental en el proceso de la Reforma Agraria impulsado por los gobiernos de Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende Gossens. Pedro utilizó esa expresión al hacer recuerdo de dicho proceso, especialmente a la mística que animaba en esos años a los promotores y organizadores de Cooperativas.

Antecedentes Dicha toma es parte de un ciclo que se dio en Chile, en la década de los años 60 del siglo pasado, en el cual hay que considerar: -

La toma de la Casa Central de la Pontificia Universidad Católica de Chile, iniciada el 11 de agosto de 1967 y La toma del Regimiento Tacna del Ejército de Chile, ocurrida el 21 de octubre de 1969.

Además, hay que tener en cuenta, desde la perspectiva eclesial, algunos acontecimientos, que ayudan a comprender el contexto en el que se llevó a cabo la toma como lo fueron: -

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La realización del Concilio Vaticano II (1962-1965). La publicación de las Encíclicas Mater et Magistra (1961) y Pacem in Terris (1963) por el Papa Juan XXIII. La Misión General en la Iglesia de Santiago durante el año 1963. Las acciones emprendidas por el sacerdote y sociólogo colombiano Camilo Torres, que murió combatiendo como guerrillero en el Ejército de Liberación Nacional de su país, en 1966. La publicación de las Encíclicas Populorum Progressio (1967) y Humanae Vitae (1968) por el Papa Paulo VI. La realización del Sínodo de la Iglesia de Santiago a partir de 1967. La próxima celebración de un Congreso Eucarístico Internacional en Bogotá, el cual contaría con la presencia del Papa Paulo VI. La convocatoria a la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que se llevaría a cabo en Medellín, Colombia, a partir de septiembre de 1968.

Desde la perspectiva internacional conviene tener presente que marcaron los años 60 el desarrollo de la Revolución Cubana, la frustrada Primavera de Praga, que pretendió dar un rostro humano al socialismo en Checoeslovaquia, la Revolución de Mayo en Paris en 1968, el advenimiento de gobiernos militares en un número considerable de países de América Latina, algunos formados en la Doctrina de Seguridad Nacional, como el dado en Brasil en 1964 y otros, los menos, basados en ideales de justicia social como el emprendido en Perú, en 1968, encabezado por el general Juan Velasco Alvarado, el surgimiento de movimientos revolucionarios en diferentes países de América Latina, la muerte en Bolivia del médico argentino-cubano Ernesto Guevara de la Serna, más conocido como el Ché y la derrota del gobierno de los Estados Unidos de América por el pueblo vietnamita.

Desde la perspectiva nacional cabe destacar el gobierno de la Revolución en Libertad, presidido por el militante democratacristiano Eduardo Frei Montalva, que se inició en el año 1964. Dicho gobierno representó la esperanza de diversos sectores de la Democracia Cristiana y del país de lograr cambios significativos en la propiedad de los recursos mineros, especialmente en la gran minería del cobre, la profundización del proceso de Reforma Agraria iniciado en el gobierno de Jorge Alessandri Rodríguez (1958-1964), la organización de los sectores poblacionales y una Reforma Educacional. No obstante que dichos cambios se iniciaron, muy pronto se generaron hechos que provocaron desconcierto y frustración en las filas democratacristianas. La primera señal la generó la matanza de trabajadores en el mineral de cobre de El Salvador el 11 de marzo de 1966. A partir de dicho nefasto acontecimiento se formó el Movimiento 11 de marzo y más tarde por la acción y muerte de Camilo Torres el Movimiento que llevó su nombre.

La toma de la Catedral En la toma participamos un número aproximado de 200 personas, entre los cuales se destacaba la presencia del antiguo líder sindical Clotario Blest Riffo, ex Presidente de la CUT, la Central Única de Trabajadores de Chile, Miguel Angel Solar ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Chile, el médico Patricio Hevia Rivas, el abogado Ricardo Halabí, los profesores María Antonieta Saá y Hugo Cancino Troncoso, el periodista Leonardo Cáceres Castro, el militante de la JOC y poblador de la Población San Gregorio, en la Zona Sur de Santiago Hernán Silva, los pobladores Víctor Arroyo y Luis Medina de la Población Malaquías Concha, de la Comuna de La Granja, el seminarista Germán Cortéz 2,los sacerdotes diocesanos Gonzalo Aguirre Ode (ex Asesor de la Juventud Estudiantil Católica JEC), Paulino García y Francisco Guzmán (de la Parroquia San Luis Beltrán de Barrancas, actualmente Pudahuel) y Diego Palma (Asesor de la Asociación de Universitarios Católicos AUC), el sacerdote obrero jesuita Ignacio Vergara Tagle y los integrantes de la Congregación de los Sagrados Corazones Carlos Lange Velachagua (de la Parroquia San Pedro y San Pablo, ubicada en ese entonces en la Comuna de La Granja) y Andrés Opazo Bernales. Además, tres religiosas, una de las cuales era dominica. 2

Más tarde militante del MIR, asesinado por funcionarios de los órganos represivos durante el gobierno militar.

La gran mayoría eran integrantes de comunidades cristianas, especialmente de Parroquias de sectores populares de las Zonas Poniente y Sur de Santiago, militantes de movimientos de la Acción Católica, como la Asociación de Universitarios Católicos (AUC) y la Juventud Obrera Católica (JOC), salvo los que participábamos en el Movimiento Camilo Torres. Desde la perspectiva política la mayoría de los participantes de la toma teníamos una clara opción, aunque no todos militaban. El espectro se extendía desde la Democracia Cristiana, hasta el Movimiento Camilo Torres, pasando por independientes de Izquierda. Durante el transcurso de la toma que se llevó a cabo durante todo el día domingo 11 de agosto celebramos la Eucaristía presidida por algunos de los 7 presbíteros participantes y, más tarde, se escuchó el Oratorio para el Pueblo compuesto e interpretado por Ángel e Isabel Parra y se produjeron diversos momentos de oración y reflexión comunitaria. Con la toma se colocaron lienzos en las torres del templo siendo el más publicitado y recordado el que se extendía entre las dos torres y que decía Por una Iglesia junto al pueblo y su lucha y se difundieron dos documentos Por una Iglesia Servidora del Pueblo y el Manifiesto de la Iglesia Joven. En dichos documentos se sintetizaba la motivación de la acción emprendida. El primer documento, de 4 páginas, explicitaba las razones de la toma. Allí se planteaba, con argumentos tomados del Nuevo Testamento y de la Encíclica Populorum Progressio que “Denunciamos la estructura de poder de dominio y de riqueza en la que se ejerce a menudo la acción de la Iglesia; la mentalidad y las organizaciones que condicionan y desvirtúan la labor de la Jerarquía Eclesiástica”, luego postulaba, en relación con el Congreso Eucarístico a realizarse en Bogotá al cual iba a asistir el Papa Pablo VI, que “El compromiso real de la Iglesia con la liberación de los oprimidos, no se mide por gestos de la magnitud de un Congreso Eucarístico. Cristo no necesita de multitudes que canten por las calles y aclamen a su Vicario, ni miles de cirios, ni de hermosos altares. Cristo, presente en el pobre, necesita de la acción de los que creen el El, de una acción decidida, valiente y generosa, destinada a cambiar las condiciones de vida de una masa latinoamericana, explotada a veces por los mismos cristianos”. Luego, el documento expresaba: “No deseamos que la Jerarquía hable más, ya lo ha hecho suficientemente. Le pedimos, sí que muestre su preocupación con hechos.” “Le pedimos a la Iglesia que se defina en defensa del oprimido que se arriesgue a perder su situación de privilegio, para animar la liberación de los explotados, a fin de que ésta se realice sin ánimo mezquino y vengativo, sino movida por el espíritu evangélico”.

Más adelante el documento planteaba: “No podemos honrar a Cristo en la Eucaristía si no tendemos la mano al hermano que sufre la miseria. Un congreso donde brilla la pompa, el poder y la riqueza no expresa la verdad de la Eucaristía.” “No queremos que nuestra Eucaristía sea como el banquete del rico de la parábola de cuya mesa el pobre Lázaro recogía las migajas que caían. Hoy existe el mismo abismo entre el pobre y el rico. No podemos vivir tranquilos mientras ese abismo permanezca, pues estaremos excluyendo al pobre de nuestra mesa eucarística.” A continuación el documento puntualizaba que: “Nos dirigimos a nuestro Pastor. Deseamos que él escuche nuestra voz de cristianos, le pedimos que él haga presente nuestra inquietud en la reunión de obispos en Bogotá. Le pedimos que lleve al Papa nuestro deseo de ver una Iglesia audaz y creadora que participe en las angustias y exprese las esperanzas de una muchedumbre que sufre. Una Iglesia que predique a Cristo Redentor, ayudando al pueblo a redimirse de la explotación, comprometiéndose con los oprimidos en su lucha de liberación del desórden establecido, colaborando para buscar nuevos caminos”. Basado en los planteamientos expresados el documento postula la necesidad de cambios al interior de la Iglesia. En materia de cambios proponía: -

“Una estructura evangélica”. “Una Iglesia pobre”. “Una Iglesia libre”. “Una Iglesia servidora” y “Una Iglesia abierta al hombre”.

El documento en sus Conclusiones decía, entre otras reflexiones: “Es la estructura institucional de la Iglesia la que denunciamos. Ella impide el verdadero compromiso de la Iglesia con el pueblo y con su lucha”. “Al postular por una Iglesia de estructura evangélica, somos conscientes del compromiso que ello nos acarrea. Es un desafío para nosotros mismos, pues sabemos que no basta con que cambie la Institución Eclesiástica ni la organización de la sociedad. Si nuestro propio corazón no se convierte, el Evangelio que predicamos será un juicio que se volverá contra nosotros.”

Durante la toma hubo adhesiones y discusiones con los que se acercaron a la reja que comunicaba uno de los patios de la Catedral con la Parroquia de El Sagrario, como también en la Plaza de Armas al término de la toma.

Los días posteriores Se pudo constatar el impacto que produjo la toma, tanto en los participamos en la toma como en el país como fuera de él, tanto a nivel eclesial como de la sociedad. En efecto, la prensa de la época fue un fiel reflejo de dicho impacto 3. A nivel eclesial el Cardenal Arzobispo de Santiago Raúl Silva Henríquez suspendió a Divinis a los 7 sacerdotes. Se realizaron numerosas reuniones, algunas tuvieron el carácter de Jornadas, entre las cuales cabe mencionar la realizada en septiembre de 1968 y la efectuada en marzo de 1969, las que fueron facilitando la estructuración del Movimiento y diseñando las futuras acciones. En las primeras actuaciones actuaron como voceros del Movimiento Patricio Hevia y Ricardo Halabí.

La estructuración del Movimiento El Movimiento se estructuró en base a Comunidades las que se juntaban en una Asamblea, que recibió el nombre de Jornada. Además, se estableció una Coordinación que pasó a denominarse Comité Directivo y un Consejo Consultivo, integrado por los representantes de las Comunidades. Cada Comunidad se reunía periódicamente, en las casas, para reflexionar sobre la realidad y las propias experiencias, leer y meditar sobre algún texto bíblico y si era posible realizar la Eucaristía, presidida por algún sacerdote integrante del Movimiento o amigo. En la Asamblea se debatía la línea a seguir y se elegían los integrantes del Comité Directivo.

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Ver a modo de ejemplo los diarios El Mercurio de Santiago, la Tercera de la Hora, La Nación, El Siglo y Última Hora, los semanarios Ercilla y Punto Final y la revista Mensaje.

El Comité Directivo, elegido el Jornada realizada el 29 y 30 de marzo de 1969 estuvo conformado por el Presidente, el Vicepresidente, la Secretaria General, el Encargado del Departamento de Estudios y el Encargado del Departamento de Comunicaciones. Luego se incorporó el Departamento Sindical. El Departo de Estudios a cargo de Hugo Cancino tuvo como Secretaria a Carmen Gloria Quiroz. El Departamento de Comunicaciones inicialmente estuvo a cargo de José María Arrieta, e integrado, además, por Nelson Soto y Senén Conejeros. A partir del N° 4 de Reconstrucción, correspondiente al mes de julio de 1969, conformaron el Equipo de Trabajo del Departamento Norma Díaz, Verónica Saavedra, Antonio Ríos, Sergio Jerez y Senén Conejeros. El Departamento Sindical a cargo de don Clotario Blest, e integrado, además, por Hernán Silva y Francisco Aguayo. Las realizaciones Dentro de las acciones más significativas del Movimiento cabe recordar: -

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La declaración de protesta por la visita de la Reina Isabel II del Reino Unido a Chile, en noviembre de 1968. La declaración de protesta por la masacre de pobladores de Pampa Irigoin en Puerto Montt, ocurrida en marzo de 1969. El acto de protesta por la forma como se elegían los obispos el día de la ordenación episcopal del Presbítero Ismael Errázuriz como Obispo Auxiliar de Santiago, el 4 de abril de 1969 en la Parroquia del Sagrado corazón de El Bosque. El apoyo a la huelga de hambre de las mujeres de los trabajadores de la empresa Saba. El encuentro en la Parroquia Universitaria de Saniago con el Arzobispo Helder Cámara, el 17 de abril de 1969. La declaración crítica por la compra de una mansión en Providencia para la residencia del Nuncio Apostólico, el 19 de junio de 1969. Las Reflexiones de Navidad (Santiago 25 de diciembre de 1969).

El Secretariado Regional de Antofagasta Dicho Secretariado se creó a en 1970. Una de sus tareas más significativas fue hacerse cargo a partir del N° 7 de la revista Frente, creada por un grupo de cristianos de diversas

posiciones políticas en 1970. Conformó su Consejo de Redacción Gonzalo Haya Prats, Manuel Mass F., Elena María Munizaga Iribarren, Hugo Cancino Troncoso y el autor de este trabajo. En sus reuniones se manifestó la preocupación por varias situaciones que vivió la ciudad, Argentina y Bolivia. Las preocupaciones se manifestaron en propiciar el compromiso de los cristianos en la construcción del socialismo, en estimular el diálogo cristiano marxista y en rendir homenaje a Néstor Paz Zamora, cristiano revolucionario boliviano, muerto en la guerrilla de Teoponte, y tres Declaraciones: -

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La Declaración por el golpe de Estado en Bolivia que derrocó al gobierno dirigido por el general Juan José Torres, emitida el 24 de agosto de 1971. En dicha declaración se condenó el golpe encabezado por el coronel Hugo Banzer; se lamentó la presencia del Arzobispo de La Paz en la toma de posesión del nuevo Jefe del Estado; se identifica con todos los que lucharon, resaltando la figura del sacerdote y sociólogo Mauricio Lefebvre, quien murió cuando auxiliaba a un estudiante. Termina, diciendo “Ponemos la esperanza en que la sangre de Mauricio Lefebvre, como la de Camilo Torres, despierte la conciencia dormida de muchos cristianos y suscite en todos la generosidad de la lucha por un mundo más justo.”(Frente N° 10, septiembre de 1971, página 2). La Declaración por la visita a Antofagasta del Jefe de Estado de Argentina general Alejandro Agustín Lanusse. En dicha declaración el Secretariado Regional se alegra de los acuerdos alcanzados en materia de integración por los gobiernos de Argentina y Chile, plantea la necesidad de la integración de los pueblos de Nuestra América y se manifiesta que “Cada pueblo debe luchar por cambiar las estructuras económicas y sociales que impiden una igualdad de oportunidades a todos los ciudadanos”. Por consiguiente, se da a conocer que el Secretariado Regional del Movimiento Iglesia Joven acordó: “1. Respaldar ampliamente la política internacional del Gobierno que preside Salvador Allende. “2. Respetar el encuentro de ambos mandatarios en nuestra ciudad, y hacer voto por el éxito de las conversaciones. “3. Manifestar su disconformidad con la línea política del régimen militar imperante en la República Argentina, que está lejos de definirse por los cambios radicales en la estructura capitalista. “4. Solidarizar con el movimiento Sacerdotes para el Tercer Mundo, de Argentina que junto a trabajadores y estudiantes ha sufrido la represión en su lucha por forjar una nación libre de la explotación y la miseria en la hermana República”. (Frente N° 11, Antofagasta, octubre-noviembre de 1971, página 11).

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La Declaración con ocasión de la visita al país y específicamente a Antofagasta del Comandante Fidel Castro, divulgada el 11 de noviembre de 1971. En dicha Declaración se manifestaba: “1. su regocijo por esta trascendental visita que de una manera muy especial honra y enorgullece a nuestra Provincia. “2. su solidaridad con el pueblo cubano que sin dejarse doblegar por las trabas impuestas por el enemigo, sigue buscando sus propios caminos para la construcción de una sociedad distinta, de la fraternidad real y del Hombre Nuevo. “3. el reconocimiento del histórico significado de las relaciones establecidas por nuestro gobierno con el gobierno cubano como un primer paso para la ruptura del cerco impuesto por el imperialismo. “4. su deseo de interpretar vastos sectores cristianos que en diversos puntos del continente explotado, muchas veces acallados por la represión, lamentando el pésimo testimonio que dieron muchos católicos en los sucesos de 1959, reconocen hoy, en la Revolución Cubana, un símbolo y un estímulo para su lucha por la liberación del pueblo.”

El término del Movimiento En la Asamblea realizada a fines de 1970, se empezó a constatar que muchos de los militantes del Movimiento fueron decidiéndose a tomar opciones políticas partidistas que los fueron comprometiendo en términos que les fue imposible continuar participando, de tal manera que ya a fines de 1971, el Movimiento dejó de funcionar.

Características del Movimiento Entre las características del Movimiento me parece conveniente destacar que: -

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Fue un Movimiento de Iglesia dirigido por laicos en medio de otros dirigidos por sacerdotes en América Latina, como el Grupo Sacerdotal de Golconda en Colombia, el Movimiento Sacerdotal de la Oficina Nacional de Informaciones Sociales ONIS en Perú y el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo en Argentina. Buscó realizar acciones que produjesen impacto en la opinión pública. Surgió en forma simultanea con el Movimiento Iglesia del Pueblo de Valparaíso. Se vinculó con otros movimientos de la Iglesia Católica y con algunas Iglesias Evangélicas. Se relacionó con organizaciones sociales y partidos políticos.

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Adhirió al socialismo, con una posición independiente del que se experimentaba en la Unión Soviética, sintiéndose interpretado por la Revolución Cubana y los testimonios de Camilo Torres y el Ché. Generó entre sus miembros un grado tal de compromiso revolucionario, que en algunos de los que fueron sus militantes los condujo a la muerte como sucedió con Germán Cortéz, Félix de la Jara Goyeneche,Hilda Elena Meikle y Rolando Rodríguez, durante el gobierno tiránico del general Pinochet.

Los errores Entre los errores que se cometieron en la vida del Movimiento creo conveniente mencionar desde mi perspectiva: -

La no valoración de la religiosidad popular; La ausencia del tema indígena; La ausencia del tema del género, y La ausencia del tema de la diversidad.

Los problemas Entre los problemas que se presentaron al Movimiento considero que los más importantes fueron: -

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Las medidas disciplinarias emprendidas por el Cardenal Arzobispo de Santiago Raúl Silva Henríquez contra los sacerdotes participantes en la toma. La incomprensión de varios obispos sobre los motivos que nos llevaron a manifestarnos en términos críticos sobre la forma como se eligen los obispos en la Iglesia Católica; El intento de instrumentalización que hicieron algunos sectores políticos del Movimiento, como pretendió hacerlo un sector de democratacristianos que más tarde conformaría el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU). La incapacidad de trabajar juntos, después del triunfo de la Unidad Popular, con Cristianos para el Socialismo.

Conclusiones El Movimiento Iglesia Joven fue un movimiento de Iglesia, que se extendió desde la toma de la Catedral de Santiago de Chile hasta fines de 1971.

Fue un movimiento en el cual los laicos tuvieron un rol relevante y los presbíteros cumplieron el rol de acompañantes del proceso. El Movimiento se basó en las Comunidades de Base. En ese sentido pervivió más allá de su extinción. El Movimiento cumplió un rol profético. Denunció las injusticias de la sociedad capitalista y anunció que en el socialismo sería posible construir una sociedad más justa y más humana. El Movimiento entendió que el ecumenismo se debía dar en la acción conjunta de los cristianos en el servicio al oprimido y a los pueblos oprimidos y que no había problema para trabajar conjuntamente con los no creyentes. El Movimiento creyó en el diálogo cristiano-marxista a través de la praxis. A mi juicio, considero que los planteamientos del Movimiento dados a conocer a partir de 1968 están plenamente vigentes. En esta hora en la cual la Iglesia ha estado seriamente cuestionada cabe aprovechar la oportunidad para reflexionar y tomar decisiones sobre: La necesidad de revitalizar la idea de las Comunidades de Base. La necesidad de que el ejercicio de la labor de los obispos, presbíteros, diáconos y agentes pastorales se de en la perspectiva de un servicio, como lo reflejó en su vida el obispo Enrique Alvear. Es fundamental retomar la idea de la participación de las comunidades en la elección de los Pastores. Es esencial la vuelta a la vida sencilla y austera que reflejó en su existencia Francisco de Asís. Es imprescindible el compromiso total con los oprimidos, la denuncia del sistema capitalista y el anuncio del valor de la vida comunitaria.

Las fuentes Entre las fuentes tanto primarias y secundarias que permiten conocer y comprender el Movimiento, como el contexto eclesial en el que se desarrolló y surgió, fuera de la prensa

periódica considero que es conveniente consultar las provenientes del propio Movimiento como: Comunidad, Informativo de Iglesia Joven, San Gregorio (números 1 y 2 publicados en 1969). Documentos del Movimiento Iglesia Joven (1968-1969). Frente, revista publicada desde el N° 7 (marzo-abril de 1971) hasta el N° 11 (octubrenoviembre de 1971) por el Secretariado Regional del Movimiento en Antofagasta. 4 Hombre Nuevo, boletín (números N° 1 al 4, publicados en 1970). Reconstrucción, boletín (números 1 al 4 publicados en 1969). Además, las provenientes de la Jerarquía Eclesiástica y de la revista Mensaje de la Compañía de Jesús. No puede dejar de hacerse referencia a: Cavallo, Ascanio Memorias del Cardenal Raúl Silva Henríquez, Santiago de Chile, Ed. Copygraph, 1991. En relación con las Fuentes Secundarias, me permito sugerir: Aliaga Rojas, Fernando La Iglesia en Chile. Contexto histórico, Santiago de Chile, edición del autor, 1969, 3ª edición. Amorós, Mario La Iglesia que nace del pueblo. Relevancia histórica del movimiento Cristianos por el Socialismo, en Pinto Vallejos, Julio Cuando hicimos historia. La experiencia de la Unidad Popular, Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2005, páginas Aranda Rojas, Ricardo La www.discipulomisionero.com

Iglesia

Joven.

11

de

Agosto

de

1968,

en

Concha Oviedo, Héctor La Iglesia Joven y la “toma” de la Catedral de Santiago: 11 de agosto de 1968, en Revista de Historia, Universidad de Concepción, Volumen 7 N°7… Fernández, David La Iglesia que resistió a Pinochet, Madrid, IEPALA, 1996. Huerta, María Antonieta y Pacheco Pastene, Luis La Iglesia chilena y los cambios sociopolíticos, Santiago de Chile, Pehuén Editores, 1988.

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Frente nació en Antofagasta en junio de 1970 como una publicación de cristianos de izquierda y fue editada hasta el N° 6. Desde el N° 7 apareció como publicación del Movimiento Iglesia Joven. Durante todo el tiempo su propietaria fue la Cooperativa de Producción Editora “Patria Grande Ltda.”

Ortíz, Oscar La Iglesia Joven, en Punto Final, junio de 1994, página 15. Salinas Campos, Maximiliano Historia del Pueblo de Dios en Chile. La Evolución del Cristianismo desde la Perspectiva de los Pobres, Santiago de Chile, Ediciones Rehue, 1987.

Valparaíso, agosto de 2012.