PROYECTO. Observatorio de Salud Mental

PROYECTO Observatorio de Salud Mental 1 Proyecto OBSERVATORIO DE SALUD MENTAL CEVECE2 Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica y Control de En...
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PROYECTO Observatorio de Salud Mental

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Proyecto

OBSERVATORIO DE SALUD MENTAL

CEVECE2 Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades

Introducción La disponibilidad de información respaldada en datos válidos y confiables es condición sine qua non para el análisis y evaluación objetiva de la situación de salud, la toma de decisiones basada en evidencia y la programación en salud. La búsqueda de medidas objetivas del estado de salud de la población es una antigua tradición en salud pública, particularmente en epidemiología. La Secretaría de Salud del gobierno del Estado de México, a través del Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades (CEVECE) propone la integración de un “Observatorio de la Salud Mental”, es decir, la conformación de un mecanismo que coadyuve a los servicios de salud, públicos y privados a prevenir, detectar y tratar las enfermedades del tipo, que se estima, afectan hasta el diez por ciento de la población mexiquense. El Observatorio de Salud Mental de la Secretaría de Salud del Estado de México, surge de la necesidad de contar con un sistema de información y análisis en torno a la medición y evaluación de los fenómenos, condiciones y vías de solución de los problemas y retos de la Salud Mental de los mexiquenses, con el propósito es incrementar la capacidad de las organizaciones de salud para la planeación y sustentar la calidad de sus acciones y respuestas. Esta necesidad parte también de la ausencia de otros instrumentos que centralicen la información procedente de la heterogeneidad de realidades asistenciales derivadas de la peculiar organización del sistema de salud mexiquense. Disponer de esta información permitirá realizar análisis de la situación y promover propuestas que faciliten a los tomadores de decisión, a los directivos y al personal de salud en general, su actuar para modificar o consolidar el actual modelo de asistencia de la salud mental, considerando las necesidades de los usuarios y sus familiares, así como los ámbitos de ejecución, comunitario e institucional. El Observatorio se constituirá de un grupo nuclear de trabajo derivado de la Mesa de Salud Mental del Consejo de Salud del Estado de México, que a su vez está conformada por miembros de las diferentes Instituciones de Salud del Sector, además de diversos aliados públicos y privados, que se definen como redes de expertos. Aunado a lo anterior, Se propone integrar una red institucional que partirá de los mil 149 centros de salud que existen en la entidad y que desembocará en los centros psiquiátricos y unidades especializadas.

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Objetivo General Conformar un grupo de inteligencia que organice, concentre y analice información, de manera que se generen evidencias para el análisis de la situación de la salud mental en la Entidad y que contribuya a mejorar la transparencia y el desempeño de los servicios de salud dedicados a la atención de la salud mental, además de determinar la prevalencia de las seis principales afecciones mentales de los mexiquenses (trastorno bipolar, depresión, esquizofrenia, trastornos alimenticios, demencia senil y adicciones) para facilitar la realización de programas, estudios, informes y recomendaciones para la mejora de la calidad asistencial.

Objetivos estratégicos • Desarrollar metodologías y generar evidencias que contribuyan a una mejor toma de decisiones en el sector salud. • Facilitar el uso y el acceso a la información en salud relevante para evaluar el desempeño de los servicios de salud mental. • Impulsar el fortalecimiento institucional y el desarrollo de las capacidades locales para la generación de las evidencias en salud. • Alentar una nueva actitud por el uso de la información en las áreas operativas y directivas. • Planear las respuestas a los nuevos retos y mejorar el desempeño de los sistemas de salud.

Objetivos específicos • Generar revisiones sistematizadas sobre políticas y estudios prospectivos que permitan anticipar y atender los retos que la salud mental le representan a la entidad. • Construir y administrar una infraestructura informática y de difusión que permita monitorear las condiciones de la salud mental de la población y el desempeño de los sistemas de salud dedicados a la atención de la salud mental, así como diseminar ampliamente sus resultados. • Diseñar una gama de indicadores que permitan priorizar las necesidades en materia de salud mental de nuestro estado, y evaluar programas y monitorear el desempeño de los servicios, así como detectar tendencias. • Elaborar informes y recomendaciones sobre los sistemas y servicios de atención a la Salud Mental. • Determinar mediante una encuesta la prevalencia de los seis padecimientos mentales más frecuentes, entre los usuarios de sus servicios de salud de nuestra Entidad: el trastorno bipolar, la depresión, la esquizofrenia, los trastornos alimenticios, la demencia senil y las relacionadas con las adicciones.

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Organización El Observatorio de Salud Mental del Estado de México estará estructurado como un centro que operará bajo un marco de trabajo inter-institucional, fundamentado en la conformación de redes de investigadores y expertos estatales en la atención de la salud mental con la finalidad de fortalecer las capacidades locales y jurisdiccionales. Las alianzas entre las instituciones de salud del Sector, los centros académicos y de investigación, organismos no gubernamentales y el Consejo Estatal de Salud representarán el eje rector en el funcionamiento del Observatorio para garantizar la aceptación y la utilización de la plataforma y los productos que genere. La creación de redes supone convocar y reunir a grupos de expertos en salud mental para que se conviertan en los promotores del observatorio y posibiliten el intercambio de experiencias, la armonización y estandarización de criterios que permitan la comparabilidad de estadísticas, la adecuación y/o creación de métodos acordes a las fuentes de información disponibles o viables, y la garantía de acceso a información en salud como un bien público para todos los interesados, Así, mientras los participantes en el observatorio se capacitan y fortalecen sus alianzas a nivel regional para medir y evaluar a fondo su problemáticas; a nivel local, se podrán adaptar y aplicar diversas vías de solución y hacen frente a las condiciones concretas y situaciones específicas de los servicios de salud en las zonas donde trabajan. En primer término se realizará el nombramiento de un grupo de trabajo constituido por miembros de la Mesa de Salud Mental del Consejo de Salud del estado de México y coordinados por el responsable del Observatorio designado por la misma mesa. Mismos que desarrollarán las siguientes tareas: 1. • • • 2.

Elaboración de un cuestionario para la recolectar información sobre: Modelo de Organización de la red de atención a la Salud Mental. Red Asistencial. Docencia, Formación e Investigación. Determinar indicadores que permitan evaluar políticas y servicios de Salud Mental.

Un componente obligatorio en la construcción de un observatorio es el contar con un conjunto de indicadores seleccionados para el diagnóstico, seguimiento y evaluación sistemática de las acciones realizadas. Este proceso implica una serie de etapas en la identificación de información necesaria y en la precisión de criterios conducentes a un óptimo aprovechamiento de la información disponible.

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Para el caso de la Salud Mental, la OMS propuso como necesaria una jerarquización por los expertos sobre la importancia de tener datos sobre un indicador útil para planificar las acciones de salud mental pública y se recomendó la clasificación de los mismos como de importancia baja, media, alta para cada uno de los ítems de los instrumentos propuestos sobre la base de que deben ser significativos, factibles y ejecutables. Teniendo en cuenta esta recomendación se hace necesario poner a consideración de personas claves provenientes de diferentes ámbitos, como la clínica, la salud pública, la planificación y la academia, la primera propuesta de indicadores, bajo el consenso de la necesidad de lograr instrumentos que sean una valiosa herramienta que pueda ser utilizada eficientemente para evaluar y fortalecer los sistemas de salud mental. No obstante, se recomiendan posibles adiciones y revisiones, con los aportes de los participantes y seriamente valoradas con el fin de que al ser incorporadas sean una real ayuda dentro del Sistema de Indicadores acogido para el Observatorio. Los indicadores seleccionados deben ser los más idóneos, para facilitar el desarrollo de los planes de salud mental basados en la información generada en parámetros iníciales claros y orientados a los objetivos. Además deben permitir evaluar la puesta en práctica y progreso de las políticas de reforma de la oferta de servicios comunitarios y de la implicación de los usuarios, familias y otras partes interesadas en la promoción, prevención, atención y rehabilitación en salud mental.

Indicadores Propuestos Con base en la revisión sobre el tema se presentan a consideración los siguientes grupos de indicadores: 1. Población por municipio 2. Hospitales psiquiátricos Número de hospitales, número de camas por hospital Pacientes atendidos (hombres y mujeres) Principales diagnósticos (Esquizofrenia, trastornos del ánimo, trastornos neuróticos, trastornos de personalidad, otros) Pacientes con más de 10 años de estancia Pacientes con estancia de 5 a 10 años Pacientes con estancia de 1 a 4 años Pacientes con estancia menor a 1 año Recursos humanos por hospital (psiquiatras, otros médicos, enfermeras, psicólogos, trabajadores sociales, terapeutas).

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3. Servicios ambulatorios Número de servicios ambulatorios Tiempo de espera para obtener una cita Pacientes atendidos (hombres y mujeres) Principales diagnósticos (Esquizofrenia, trastornos del ánimo, trastornos neuróticos, Recursos humanos por hospital (psiquiatras, otros médicos, enfermeras, psicólogos) Posteriormente al diseño y selección de los indicadores se trabajará en la capacitación de los médicos de las unidades de atención primaria, para que puedan llevar a cabo una encuesta sencilla que les permita la detección de los seis padecimientos mentales más frecuentes, entre los usuarios de sus servicios: el trastorno bipolar, la depresión, la esquizofrenia, los trastornos alimenticios, la demencia senil y las relacionadas con las adicciones. Esta primera medida permitirá la integración de un diagnóstico mucho más específico de los padecimientos mentales entre la población mexiquense.

Panorama Epidemiológico En México las enfermedades mentales representan el 13 por ciento dentro de las discapacidades. De acuerdo con el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente en la población mexicana existen: -

7% de personas con depresión. 1.6% con trastorno bipolar. 1% de personas con esquizofrenia. más del 1% con trastorno obsesivo compulsivo. 7% trastorno de angustia y pánico.

Según la OMS de las 10 enfermedades más frecuentes y de alto costo entre la población mundial, al menos cuatro son de tipo mental: la epilepsia, la depresión, el alcoholismo y el trastorno bipolar. La depresión es la cuarta enfermedad discapacitante en la población mundial. Se calcula que para el año 2020 será la segunda. En los países llamados en desarrollo, menos del 5 por ciento de las personas con depresión recibe tratamiento. Depresión. Uno de los principales motivos por los que los trastornos depresivos tienen un impacto tan elevado en la salud pública es el alto grado de discapacidad que generan. La Encuesta Mundial de Salud Mental determinó que, en el caso específico de México, las personas que padecieron algún trastorno de salud mental en el último año perdieron en promedio 27 días productivos si el trastorno fue grave (IC 95%=17.0-36.1) y alrededor de siete si la gravedad

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fue moderada (IC 95%=3.9-10.8). Las personas que cursan con un trastorno de ansiedad o depresivo tienen consistentemente cerca de cuatro veces mayor probabilidad de presentar discapacidad significativa que quienes cursan con algún otro padecimiento físico co-mórbido, como diabetes, enfermedad respiratoria, enfermedad del corazón o artritis. Las personas que padecen depresión tienen un riesgo dos veces mayor de presentar también enfermedad del corazón que las que no tienen depresión. Los trastornos depresivos también han sido vinculados con la ideación suicida, los intentos de suicidio y el suicidio. Más de 40% de las personas con un intento de suicidio padecían algún trastorno de ansiedad, 28% tenía algún trastorno de control de los impulsos, 18.6% tenía algún trastorno depresivo y 16% tenía algún trastorno por uso de sustancias (principalmente alcohol). Violencia. En 2012, 12.6% de jóvenes que reportaron daños por violencia interpersonal recibieron atención por personal de salud; 44.2% no se atendió cuando ocurrió la agresión. Las principales consecuencias a la salud por violencia fueron de tipo mental (7.8%) y físicas (3%). La proporción de mujeres que reportaron consecuencias a su salud mental fue de 11.8%. En hombres esta proporción fue de 5.1%. La población joven en México está expuesta a sufrir daños a la salud física y mental a consecuencia de la violencia, que abarcan desde lesiones leves, permanentes e incluso la muerte. Sin embargo, no existen en nuestro país esfuerzos articulados que permitan llevar cabo acciones de prevención y atención de la violencia en este sector tan importante de la población, que transita de la vulnerabilidad social, el desaliento, la criminalización a la muerte prematura. Trastornos alimenticios. Estudios realizados en la comunidad y en las escuelas sugieren que las conductas alimentarias riesgosas como someterse a dietas, preocuparse por la delgadez o la provocación de vómitos son comunes, particularmente en los adolescentes. Las estimaciones internacionales consideran que su frecuencia oscila entre 0.5% y 3.5% de la población general. A pesar de ser infrecuentes estos trastornos tienen un impacto importante en la salud pública por su interferencia en el funcionamiento cotidiano, su comorbilidad psiquiátrica, las consecuencias sumamente nocivas para la salud física (tales como complicaciones gastrointestinales, endocrinológicas, dermatológicas, cardiovasculares y pulmonares) y su elevado riesgo de mortalidad.

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La Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, una encuesta representativa de la población adulta nacional estima una prevalencia de vida de 2.5% para la bulimia y no encontró casos de anorexia. En la población adolescente escolar se ha estimado 2.8% de mujeres y 0.9% de varones como posibles casos de algún trastorno alimentario aunque no provean diagnósticos. En una revisión de la bibliografía sobre trastornos alimentarios en México se concluye que no se conoce la magnitud del problema por escasez de estudios representativos de la población. Los datos de la Encuesta Mexicana de Salud Mental Adolescente, una encuesta con diseño probabilístico y multi-etápico representativa de adolescentes entre los 12 y 17 años, residentes del Distrito Federal y 16 municipios mexiquenses conurbados, muestran una prevalencia de anorexia, bulimia y el trastorno por atracones se estima en 0.5%, 1.0% y 1.4%, respectivamente. Entre 83 y 100% reportan discapacidad y todos aquellos con anorexia y casi la mitad de aquellos con bulimia y atracones reportan discapacidad grave. Sin embargo, ni una cuarta parte con uno de estos trastornos ha recibido tratamiento a pesar de la discapacidad que generan. Hay mayor prevalencia de trastornos co-mórbidos, conducta suicida y adversidades psicosociales en jóvenes con trastornos alimentarios que en aquellos sin ellos. Acceso a los servicios. Según la OMS cerca de la mitad de los casos de ansiedad o depresión no se diagnosticaron, y sólo la mitad de los que se identificaron recibieron un tratamiento que incluyó una prescripción médica. Según lo encontrado por la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, 28.6% de la población mexicana presentó algún trastorno psiquiátrico alguna vez en la vida. Además, como señala la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, en el reporte “Enfermo en el trabajo: mitos y realidades sobre la salud mental y el ámbito laboral”, las repercusiones que tienen las enfermedades mentales no sólo se dan a nivel individual, pues aspectos como la reducción en el rendimiento de los empleados en las empresas se traducen en ausentismo, bajo rendimiento e incluso abandono laboral, lo que tiene un impacto importante para la sociedad. No obstante la prevalencia y el impacto reportados para las patologías psiquiátricas en nuestro medio, solamente cerca del 2% del presupuesto del sector salud se destina a la salud mental, en contraste con el 10% recomendado por la OMS. Menos del 10% de los pacientes a nivel nacional con algún trastorno mental recibe atención, en parte por el estigma y en parte por otros problemas de desequilibrios estructurales que dificultan el acceso a la atención.

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Resultados de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica mostraron que menos de una de cada cinco personas con un trastorno psiquiátrico en los últimos 12 meses recibió algún tipo de servicio para ese problema. Los enormes déficits en materia de atención de problemas de salud mental incluyen a más de 75% de los casos graves y moderados entre adultos, y casi a la mitad de los jóvenes entre 12 y 17 años que padecen algún trastorno depresivo. En el CAUSES 2010, se incluye atención ambulatoria y hospitalización breve para los trastornos mentales prioritarios: trastornos por déficit de atención e hiperactividad, trastornos afectivos y de ansiedad, trastornos psicóticos y del desarrollo como autismo y epilepsia, además de la atención de las adicciones. Desde el 2007, se dio inicio la integración de una red nacional de salud mental conformada por Unidades Especializadas de Atención (UNEMES), organizadas bajo un modelo comunitario, y se pretende que funcionen como el eje que estructure la atención ambulatoria y comunitaria de la salud mental. Uno de los objetivos es establecer equipos multidisciplinarios que ofrezcan una atención integral y que tengan la posibilidad de considerar las necesidades biológicas, psicológicas, sociales y culturales de los usuarios. A pesar de la importante carga de enfermedad que representan los trastornos mentales, los datos de la última Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiatrita señalan que existe una baja utilización de los servicios por parte de la población que presenta este tipo de padecimientos; por ejemplo, solo una de cada cinco personas con algún trastorno afectivo recibieron atención y solo una de cada diez con algún trastorno de ansiedad lo obtuvieron. El tiempo que tardan los pacientes en llegar a la atención es también importante con una latencia que oscila entre 4 y 20 años según el tipo de padecimiento. Cuando se considera la adecuación del tratamiento se observa que solo el 50% de las personas que buscaron atención especializada en salud mental, recibieron un tratamiento adecuado. Aunado a lo anterior, los servicios son proporcionados principalmente en el tercer nivel con poca representación del primer nivel de atención. Adicciones. La Organización de Naciones Unidas (ONU) estima que unos 230 millones de personas, o el 5% de la población adulta a nivel mundial, consumieron alguna droga ilícita por lo menos una vez en 2010, mientras que en México el índice para la población de 12 a 65 años, en el año previo al levantamiento de los datos fue de 1.6%. En el contexto internacional, México es uno de los países con bajo nivel de consumo de drogas, pero que, a su vez, reporta un incremento del problema si se consideran las tendencias epidemiológicas más recientes.

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Los datos de la ENA 2011, muestran que la prevalencia de consumo de cualquier droga alguna vez en la vida a nivel nacional creció significativamente entre 2002 y 2011 al pasar de 5.0% a 7.8%, mientras que el consumo de cualquier droga ilegal incrementó de 4.1% a 7.2%. Por sexo, en los hombres el consumo de cualquier droga pasó de 8.6% a 13% y de drogas ilegales de 8.0% a 12.5%. En las mujeres, la primera aumentó de 2.1% a 3.0% y la segunda de 1.0% a 2.3%. Las drogas de preferencia continúan siendo la mariguana (6.5%) y la cocaína (3.6%). A nivel regional el consumo de cualquier droga creció significativamente en la Occidental (5.5% a 10.3%), Nororiental (5.5% a 10.3%), Norcentral (7.5% a 9.2%) y Centro Sur (4.2% a 7.5%). En cuanto a las drogas ilegales, también se encuentra un incremento estadísticamente significativo en estas regiones, sin embargo el crecimiento fue proporcionalmente mayor en la región Centro Sur, al pasar de 3.5% a 6.8%. De acuerdo con el Informe Mundial de Drogas 2012, el incremento en el número total de consumidores en países en desarrollo como México, tiene varias explicaciones, una de ellas apunta hacia el mayor crecimiento demográfico, especialmente de su población joven y a la rápida tasa de urbanización. Otro elemento que se suma a este panorama, es el cierre de la brecha de consumo entre hombres y mujeres en estas regiones, como consecuencia de la desaparición de las barreras socioculturales y de una mayor igualdad de género.

Programa de Salud Mental Introducción. Los padecimientos mentales constituyen una de las principales causas de pérdida de años de vida saludable en nuestro país. Se estima que por lo menos una quinta parte de la población mexicana sufrirá en el curso de su vida de algún trastorno mental: cuatro millones de adultos presentarán depresión; medio millón sufrirán esquizofrenia; medio millón padecerá epilepsia, y la demencia la padecerán diez por ciento de los mayores de 65 años. En unos años la demanda de servicios de salud mental en México constituirá una de las principales presiones para el sistema de salud. Objetivo. Elevar el promedio de años de vida saludable de los mexiquenses, previniendo, promoviendo y atendiendo la salud mental en los diferentes niveles a la vez que se difunde la normatividad establecida. Indicador. Contar con 745 equipos profesionales, psiquiatras, psicólogos TS y enfermera (OMS) proporción establecida de acuerdo con la población de la entidad.

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Problemática No existe un Programa Estatal de Salud Mental en la entidad. Algunas instituciones realizan acciones propias enfocadas a su personal. Existe el Comité de Salud Mental, coordinado por el DIFEM lo conforman 14 instituciones del sector salud, privado y organizaciones de la sociedad civil. No todas las instituciones cuentan con áreas o personal para la salud mental. Actualmente sólo existe 1 psiquiatra por cada 20,000 habitantes. Estrategias • Reactivar el Comité Estatal de Salud Mental. • Elaborar el Programa Estatal de Salud Mental con la participación de todas las instituciones que trabajan salud mental. • Continuar en todos los niveles de salud las acciones para crear una cultura en salud mental. • Capacitar personal y difundir la normatividad. • Promover y efectuar los eventos nacionales y estatales como el Día Mundial de la Salud • Mental, el Día del Alzheimer, la Semana Estatal de Salud Mental, etc.

Normatividad • Norma Oficial Mexicana NOM-025-SSA2-1994, para la prestación de servicios de salud en unidades de atención integral hospitalaria médico-psiquiátrica. • Norma Oficial Mexicana NOM-028-SSA2-2009, Para la prevención, tratamiento y control de las adicciones. • Norma Oficial Mexicana NOM-190-SSA1-1999, Prestación de servicios de salud. Criterios para la atención médica de la violencia familiar. • Norma Oficial Mexicana NOM-046-SSA2-2005 Violencia familiar, sexual y contra las mujeres, criterios para la prevención y atención. • Norma Oficial Mexicana NOM-173-SSA1-1998, Para la atención integral a personas con discapacidad. • Derechos Humanos y de Respeto a la Dignidad de los Usuarios de los Servicios de Salud Mental. Reglamento Interior de la Secretaría de Salud, publicado en el D.O.F. 19-I-2004. Artículo 35.-Corresponde al Secretariado Técnico del Consejo Nacional de Salud Mental: I. II. III.

Proponer al superior jerárquico el contenido de la política y estrategias nacionales en materia de atención a los problemas de salud mental; Elaborar y participar en la instrumentación de los programas específicos de prevención, atención y rehabilitación de los trastornos mentales; Llevar a cabo la planeación, supervisión y evaluación de los servicios de salud mental, mediante el establecimiento y desarrollo de modelos de organización y operación de servicios en los diferentes niveles de atención;

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IV. V.

Derogada Promover actividades de información, orientación y sensibilización que coadyuven a la prevención de problemas de salud mental, en coordinación con las instituciones y organismos especializados en la materia; VI. Impulsar, en forma conjunta con las dependencias y órganos competentes, el establecimiento de redes asistenciales y de apoyo comunitario, para la rehabilitación y reinserción social del usuario de los usuarios de los servicios de salud mental; VII. Fijar criterios, promover y coordinar investigaciones y desarrollo tecnológico en relación con la salud mental en coordinación con las demás unidades administrativas competentes; VIII. Promover y asesorar el desarrollo de investigaciones científicas y programas de enseñanza en materia de salud, en coordinación con las unidades administrativas competentes, con la finalidad de impulsar la formación, capacitación y actualización de personal de salud en general y especializado; IX. Participar en la elaboración de propuestas para la actualización y desarrollo de disposiciones jurídicas en materia de salud mental; X. Propiciar la celebración de convenios y acuerdos de coordinación con los gobiernos de las entidades federativas y municipios, para impulsar su apoyo y participación en el desarrollo de las acciones en materia de salud mental; XI. Participar en la definición, instrumentación, supervisión y evaluación de las estrategias y contenidos técnicos de los materiales de comunicación social en el ámbito de su competencia, así como de los materiales didácticos y metodologías que se utilizan para la capacitación, actualización y desarrollo humano del personal que opera los programas a su cargo, en coordinación con las unidades administrativas competentes; XII. Promover mecanismos para fomentar la participación de la sociedad civil y, en lo general de la comunidad, así como de los sectores públicos y privados en las acciones en materia de salud mental; XIII. Coadyuvar en la operación del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica en relación con la información de morbilidad y mortalidad vinculada con la materia de competencia; XIV. Participar, en el ámbito de su competencia, en la definición y desarrollo del Sistema de Protección Social en Salud, en coordinación con las unidades administrativas competentes; XV. Colaborar en la definición de los requerimientos para la acreditación de unidades prestadoras de servicios de salud mental inscritos en el Sistema de Protección Social en Salud; XVI. Proponer los lineamientos y procedimientos técnicos para la organización, programación y presupuestación relacionados con los programas a su cargo; XVII. Promover la certificación de las unidades de atención a la salud mental de los sectores público, privado y social del país; XVIII. Establecer las especificaciones técnicas del equipo e insumos que se utilizan en los programas a su cargo; XIX. Proponer o definir, según sea el caso, los mecanismos que permitan el control en el suministro

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y distribución oportuna, suficiente y de calidad de los insumos utilizados en los programas a su cargo, en coordinación con las unidades administrativas competentes; XX. Supervisar y evaluar la información generada por los sistemas institucionales de información y de investigación en salud, relacionada con las actividades de los programas a su cargo, en coordinación con las unidades administrativas competentes; XXI. Certificar el desempeño de las localidades, jurisdiccionales sanitarias, entidades federativas, regiones, comunidades o establecimientos, según sea el caso, en relación con los programas del ámbito de su competencia, e XXII. Imponer sanciones y aplicar medidas de seguridad en la esfera de su competencia.

Gestión El panorama de Reforma del Sistema de Salud Mental en el transcurso del tiempo tiende a dar servicios más integrales a través del fomento de intervenciones rehabilitatorias y trabajo comunitario, con el fin de disminuir al máximo hospitalizaciones, reingresos y erradicar de manera definitiva estancias prolongadas de hospitalización. La puesta en marcha de la Reestructuración del Sistema de Servicios de Psiquiatría y Salud Mental en México se debe a la necesidad de crear otros proyectos de proponer nuevos y eficientes modelos de atención en salud mental a lo cual responde la Secretaria de Salud del Gobierno Federal que solicita la colaboración de la Fundación Mexicana para la Rehabilitación de personas con Enfermedad Mental I.A.P (Organismo no Gubernamental) para participar en la propuesta y desarrollo de un Nuevo Modelo de Atención en Salud Mental. Este nuevo modelo contempla la creación de nuevas estructuras de atención y esta basado en el respeto a los derechos de los usuarios, de recibir una atención integral medico-psiquiátrica con calidad y calidez. El modelo ofrece una red de servicios con distintas alternativas de prevención, hospitalización y reintegración social en el área de salud mental. Para la realización de este modelo el Gobierno Federal y los Gobiernos Estatales del país, aplican recursos financieros adicionales. El Consejo Nacional de Salud Mental (CONSAME) fue creado el 19 de enero de 2004 como instrumento de la Secretaría de Salud Federal para impulsar la reforma psiquiátrica iniciada en nuestro país a través del Modelo Miguel Hidalgo de Atención en Salud Mental y para favorecer la salud mental a lo largo de la vida así como para llevar a cabo la planeación, supervisión y evaluación de los servicios de salud mental en todo el país. Promueve la reestructuración de la atención psiquiátrica a través de acciones de promoción, prevención y rehabilitación en el ámbito de la salud mental, por medio de la creación de nuevas estructuras de atención de primer nivel, hospitalización breve y reintegración social, con un énfasis

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en los servicios basados en la comunidad. Impulsa la ejecución de programas específicos de rehabilitación psicosocial en las unidades públicas prestadoras de servicios de salud mental en las entidades federativas; como, talleres de inducción laboral, salidas terapéuticas, centros básicos de abasto y programa invierno sin frío que consiste en dotar insumos como pants, chamarras, calzado, toallas, sábanas, cobijas, ropa interior, calcetines, colchones, almohadas, entre otros. Como misión del CONSAME, busca proporcionar a los usuarios de todo el país, una atención de calidad y con calidez medico-psiquiátrica, a través de acciones de promoción, prevención y rehabilitación en el campo de la salud mental, que redunden en un mejor nivel de vida del usuario y de la familia, así como de su reintegración al medio en el que se desarrolla. Tratando de Impulsar la reforma Psiquiátrica en México, implementando en todas las entidades federativas, las estructuras del Modelo Miguel Hidalgo de atención en Salud Mental En el Estado de México, los servicios dedicados a la atención de la salud mental están integrados a las distintas Instituciones de Salud, cada una con sus políticas y recursos propios y en consecuencia con sus limitaciones, recayendo la mayor carga de la enfermedad en las unidades médicas del Instituto de Salud del Estado de México, que incluyen dos hospitales psiquiátricos. No obstante esta disgregación, se ha intentado establecer una coordinación estatal de los mismos, para el caso de las adicciones existe el Instituto Mexiquense contra las Adicciones (IMCA) y para los demás padecimientos mentales, la Mesa de Trabajo de Salud Mental dependiente del Consejo estatal de Salud. Integrada por representantes y expertos de todas las Instituciones del Sector: ISSEMYM, DIFEM, IMSS-OTE, IMSS-PTE, UAEM, DGPRS, ISSSTE, ISEM y CEMYBS. El IMCA, tiene como propósito difundir e impulsar las acciones realizadas por los sectores público, social y privado relacionadas con la prevención, tratamiento y combate a las adicciones causadas principalmente por el alcoholismo, tabaquismo y la farmacodependencia en el Estado de México. Para ello plantea los siguientes objetivos: • Dirigir y coordinar las actividades orientadas a la prevención y tratamiento de las adicciones en la entidad, así como promover la interrelación sistemática de las acciones que en la materia lleven a cabo la Federación y el Estado. • Planear, programar, dirigir y controlar los recursos humanos, materiales y financieros necesarios para desarrollar las actividades del Instituto. • Planear, diseñar y coordinar los programas orientados a la prevención de las adicciones, así como generar información que permita al Director del Instituto establecer políticas con bases científicas y estadísticas.

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• Coordinar y controlar el desarrollo y ejecución de los programas que coadyuven al tratamiento de las adicciones, así como de aquellos vinculados a la rehabilitación y reinserción social de las personas afectadas en la entidad. • Generar, proporcionar y utilizar la información generada en el Instituto que permita planear, programar, presupuestar y evaluar las actividades contra las adicciones que se realizan.

Financiamiento La Secretaría de Salud destina para la salud mental el 2% del presupuesto total asignado y, de este porcentaje, el 80% se utiliza para los gastos de los hospitales psiquiátricos. La población que tiene libre acceso a los medicamentos psicotrópicos representa el 85%; quiénes no gozan de esta prestación pagan por una dosis diaria de tratamiento antipsicótico 0.85 dólares, lo que representa el 19% del salario mínimo diario en México. En el caso de los antidepresivos, el costo de la dosis diaria es de 0.17 dólares y representa el 4% del salario mínimo.

Sistemas de información Los sistemas de información que podrá consultar el Observatorio de Salud Mental, son aquellos que concentran información formal generada por los servicios de salud de carácter público, que a continuación se enlistan: • • • •

Boletín Epidemiológico de la DGEPI SIS DGIS (Cubos de información) SEED

Servicios Asistenciales La atención de las enfermedades mentales no está del todo integrada en los programas de atención a la salud en general y es insuficiente el trabajo multidisciplinario. México carece de un programa nacional de salud mental específico para la niñez, lo que obstaculiza la detección y atención tempranas de los trastornos; tampoco existe un programa destinado a los problemas mentales de los adultos mayores. A diferencia de lo que ocurre en otros países, la atención de la salud mental en México descansa en los hospitales psiquiátricos, en consecuencia los costos de atención resultan elevados y la mayoría de los esfuerzos (económicos, normas, etc.) no se destinan a los establecimientos del primer nivel de atención. El desarrollo del componente de salud mental dentro de los hospitales generales es muy

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escaso Lo anterior imposibilita la detección temprana y continua de los trastornos mentales y del comportamiento. El presupuesto asignado a salud mental está por debajo de la media de los países de ingresos mediosaltos que esta alrededor del 3.5 %; además la distribución resulta inadecuada, pues el 80% se asigna al mantenimiento de los hospitales. Los recursos humanos especializados en salud mental (psiquiatras, psicólogos, enfermeros), que trabajan en el sector público, es reducido. Los servicios que existen están concentrados en las grandes urbes, lo cual dificulta el acceso a las poblaciones rurales e indígenas que suelen vivir en regiones distantes a estas ciudades. Existe un escaso contacto entre el sector salud y otros sectores en actividades relacionadas con la salud mental; por ejemplo, sólo 5 % de las escuelas cuentan con un psicólogo y en pocas se desarrollan actividades de promoción de la salud y prevención de trastornos mentales. También son pocos los programas, destinados a que las personas con discapacidad mental, que puedan contar con un trabajo remunerado y con otras prestaciones sociales y legales. Existen dos instancias nacionales que cumplen con diversas funciones: el Consejo Nacional de Salud Mental (CONSAME) y los Servicios de Atención Psiquiátrica (SAP). El CONSAME se encarga de proponer el contenido de la política y las estrategias nacionales en materia de atención, prevención, y rehabilitación de los trastornos mentales. Planea, supervisa y evalúa los servicios de salud mental; participa en la elaboración de propuestas para la actualización y desarrollo de disposiciones jurídicas; impone sanciones y aplica medidas de seguridad en la esfera de su competencia. Este Consejo tiene representación en la mayoría de las entidades federativas. El SAP coordina los programas de prestación de servicios de atención médica especializada en salud mental en las unidades operativas de su adscripción; establece mecanismos de vinculación con las instituciones de seguridad social y del sector salud para la atención de los trastornos mentales; participa en la elaboración de normas oficiales mexicanas así como en la formulación de instrumentos normativos en materia de servicios de atención psiquiátrica. México cuenta con 544 establecimientos ambulatorios de salud mental, de los cuales el 3% está destinado a niño(a)s y adolescentes, que ofrecen atención a 310 usuarios por cada 100,000 habitantes. Existen sólo tres establecimientos de tratamiento diurno disponibles en el país, conocidos como “casas de medio camino”: su labor principal es la rehabilitación psicosocial de personas con discapacidad psíquica. Brindaron atención a 0.25 usuarios por cada 100,000 habitantes, de los cuales 41% eran

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mujeres y no se ofreció atención a niños o adolescentes. El promedio de la estancia fue de 332 días. Se cuenta con 8 establecimientos residenciales comunitarios en los cuales se atendieron a 0.50 persona por cada 100,000 habitantes. El 20% fueron mujeres y 2% niños o adolescentes; para estos últimos, estuvieron reservadas solamente el 7% de las camas. En promedio, los pacientes permanecieron 120 días en estos establecimientos. Existen 46 hospitales psiquiátricos, de los cuales 13 corresponden al sector privado y 63% están integrados con establecimientos de salud mental ambulatorios. Hay 5 camas por cada 100,000 habitantes y únicamente el 3% están reservadas para niños o adolescentes. En los últimos 5 años, la cantidad de camas ha disminuido en un 3%. Estos establecimientos atendieron a 47 usuarios por cada 100.000 habitantes: 50% eran mujeres y 6% niños o adolescentes. Los diagnósticos más frecuentes fueron los trastornos afectivos (27%), la esquizofrenia (24%) y otros padecimientos, tales como trastornos orgánicos o epilepsia (16%). En promedio, los pacientes pasaron 24 días hospitalizados; el 58% permanecieron menos de un año; 4% entre uno y cuatro años, 7%, entre 5 y 10 años y 31% más de 10 años. La mayoría (80%) recibió algún tipo de intervención psicosocial en el último año y 98% de ellos, se hizo disponible por lo menos un medicamento psicotrópico de cada clase terapéutica. En el Estado de México la atención a la Salud Mental se brinda de la siguiente manera: • Centros de atención primaria a la Salud Mental oo Con relación a la oferta de servicios, en la entidad se cuenta con mil 149 unidades de primer nivel de atención pertenecientes al Instituto de Salud del Estado de México, que realizan de manera cotidiana acciones preventivas, detecciones oportunas de usuarios y derivaciones a puntos especializados de tratamiento. Esta gran red es complementada por 31 Centros de Atención Primaria a las Adicciones (CAPA) localizados estratégicamente en la geografía estatal con base en la siguiente distribución por municipio. • Unidades de hospitalización breve o parcial (día) oo ninguna • Unidades de rehabilitación y/o comunidades terapéuticas oo ninguna • Unidades residenciales o de hospitalización prolongada oo Hospital Psiquiátrico Granja la Salud Tlazolteotl oo Hospital Psiquiátrico José Sáyago oo Hospital Psiquiátrico Dr. Adolfo M. Nieto

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Profesionales de la Salud Mental De acuerdo con el INEGI, en 2009 existían 189 531 médicos; de éstos, 77 054 tenían alguna especialidad. Los psiquiatras representan un 2.0% del total de los médicos y el 4.9% de los médicos especialistas. Estos datos son consistentes con el resultado reportado por la OMS en 2011. El número de psiquiatras en México aún está por debajo de la tasa recomendada por la Organización Mundial de la Salud. La distribución por género está cambiando hacia una más equitativa. Los psiquiatras se agrupan en las zonas urbanas del país. El número de psiquiatras y paidopsiquiatras es insuficiente para cubrir las necesidades de salud mental del país. El número de psiquiatras en cifras expresadas por cada 100,000 habitantes en los Estados Unidos es de 13.7; en la Argentina, de 13.2; en el Canadá de 12; en Alemania, 11.8; en el Brasil, 4.8 y en España, 3.6. Considerando diversas fuentes de búsqueda, en México se contabilizó un total de 3,823 psiquiatras para una población total de 115 millones de habitantes. Del número total de psiquiatras, 225 tienen la subespecialidad de paidopsiquiatría. Se obtuvo una tasa de 3.47 psiquiatras por cada 100,000 habitantes y de 0.69 paidopsiquiatras sobre una población de 100,000 habitantes menores de 15 años. El 56% se encuentra en el Distrito Federal. Hay 1.8 psiquiatras varones por cada mujer en esa especialidad. Según datos de la Secretaría de Salud nuestro país tiene 3 psiquiatras por cada 100 mil habitantes y sólo el 0.85 por ciento del presupuesto del gobierno es destinado para atender la salud mental, cuando la organización mundial de la salud recomienda que sea el 10 por ciento. En el Estado de México, los recursos humanos adscritos a los 3 hospitales psiquiátricos existentes son: 36 psiquiatras, 46 médicos generales, 367 enfermeras, 42 psicólogos y 33 trabajadores sociales.

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