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Proceeding of the LAVECCS Congreso Latinoamericano de Emergencia y Cuidados Intensivos Ju1. 28-30, 2011 – Santiago de Chile, Chile

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Alojamiento y problemas relacionados en reptiles: quemaduras, problemas digestivos y respiratorios MVZ, MC ENRIQUE YARTO JARAMILLO INSTITUTO MEXICANO DE FAUNA SILVESTRE Y ANIMALES DE COMPAÑÍA (IMFAC, S.C) COMITÉ DE ANIMALES EXÓTICOS Y DE ZOOLÓGICO-LAVECCS [email protected] / [email protected]

4to. Congreso LAVECCS-Santiago, Chile. Julio 2011

Introducción Como veterinarios que atendemos reptiles, debemos estar familiarizados con los conceptos de la termodinamia, y por ello la importancia de la provisión de la temperatura y humedad, además de una ventilación apropiada para cada especie, logrando así cubrir el concepto de la zona de temperatura óptima preferida (POTZ, por sus siglas en inglés). El POTZ no es un fenómeno que se logre solo con el aporte del calor como antes se pensó, ya que una roca o almohadilla que funcionen para calentar un punto dentro del vivario, no son suficientes. Hemos visto al paso de los años, que un manejo más completo de la termodinamia incluye entonces un manejo termostático de control medioambiental más avanzado. Por ello es importante conocer que existen al menos 3 formas para que un objeto (en este caso vivario y animal dentro) pueda calentarse: conducción, convección y calor por radiación. • Conducción: es la transferencia de calor entre dos objetos que se tocan entre sí, o bien dentro de un mismo objeto. El ejemplo claro de este concepto en herpetología son las “rocas calientes”, donde el calor llega a los animales vía la conducción, una vez que estos se posan sobre el objeto productor de calor.

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• Radiación del calor, la cual se explica por el flujo de energía térmica por ondas electromagnéticas. En este caso no es necesario que los animales estén en contacto con objetos que producen calor, ni que la materia toque el objeto que será calentado. El ejemplo en este caso es la exposición del reptil al sol (o a las lámparas emisoras de radiaciones) para la captación de la radiación electromagnética.

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• Convección, la cual involucra el movimiento de materia (gases o líquidos), lo que permite la transferencia del calor al animal. El calor se transmite por el movimiento de la materia.

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Otra consideración vital cuando manejamos reptiles en cautiverio, es la provisión de la humedad, ya que la humedad elevada o el aire húmedo mantienen mejor y por más tiempo el calor que el aire seco. Por otra parte, la ventilación es de suma importancia también en los vivarios que alojan reptiles, ya que el aire estancado y sin flujo, especialmente en ambientes calientes y húmedos, provoca la acumulación de patógenos (bacterias y hongos), causantes de muchas de las enfermedades más importantes en este grupo animal. Además, los programas de medicina preventiva, con especial énfasis en la cuarentena, son parte de un conocimiento completo sobre el alojamiento de los reptiles cautivos, y su implementación logra con mayor éxito la mantención de este grupo animal.

Problemas de salud asociados con el alojamiento inadecuado en los reptiles Quemaduras Las quemaduras se encuentran entre las principales lesiones en los reptiles, aunque no se saben cuáles son las causas exactas tanto conductuales como de sensibilidad o falta de ella, que hacen a este grupo animal particularmente sensible a este tipo de daños. Sabemos que es común que los reptiles sufran quemaduras, y también es cierto que no muestran signos hasta varios días después de sufrir este insulto, lo cual es importante porque todos los tipos de quemaduras pueden tener consecuencias terribles si no se tratan de forma apropiada. Las rocas u objetos calientes (calor por conducción), se cuentan entre las causas principales que ocasionan quemaduras, porque estos objetos no tienen una distribución uniforme del calor, y por el contrario presentan puntos más calientes que otros, además de ser potencialmente peligrosas por los cortocircuitos.

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Las lesiones térmicas o quemaduras en reptiles pueden clasificarse ya sea por la severidad de la lesión o bien por el área corporal afectada. Lo mismo que en lo mamíferos, la clasificación antigua de las quemaduras de acuerdo a la severidad es primero, segundo y tercer grado.

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Clasificación de las quemaduras en reptiles

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Otros problemas asociados con lesiones térmicas en reptiles son también frecuentes con las lámparas de radiación, en este caso por el contacto directo, prolongado y/o estrecho del reptil con el objeto (esto se evita con la protección adecuada y la colocación estratégica de la lámpara dentro del terrario).

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En la actualidad, en los problemas por quemaduras en los reptiles se utiliza otra clasificación que va de acuerdo con la capa más superficial de la piel que está afectada (referida como “grosor”): grosor parcial o grosor total. Sin embargo, para entender mejor tanto la extensión como el grado de la quemadura, se combinan ambas terminologías, obteniéndose la siguiente clasificación: • Quemaduras de primer grado, las cuales son lesiones superficiales de grosor parcial ya que involucran solo la epidermis (capa más superficial de la piel). • Quemaduras de segundo grado, que son lesiones más profundas de grosor parcial con destrucción total de la epidermis y daño parcial de la dermis. • Quemaduras de tercer grado, en las que se observa la destrucción total de la piel, o sea son de grosor total. Se destruyen por completo los tejidos, incluyendo los nervios de la zona (por ello no duelen). Es importante comentar que las quemaduras de tercer grado son 4 veces más serias que las de segundo grado del mismo tamaño. En pocas ocasiones se usa la clasificación de quemaduras de cuarto grado, aunque cuando se refiere este tipo de afección, sabemos que es una lesión térmica de tercer grado que incluye los tejidos subyacentes a la piel como el músculo y el hueso. Por otro lado, las quemaduras pueden ser clasificadas de acuerdo con el origen: térmicas (las que se han mencionado anteriormente), químicas (ácido o álcalis como blanqueadores y productos de desinfección), eléctricas (por mordidas de claves eléctricos o contacto con corrientes eléctricas o por cortocircuitos) y por radiación (terapias de radiación, las cuales han sido comprobadas como factibles en reptiles en experimentación).

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Aunque existen varias causas más de muda incompleta en reptiles (infecciosas, traumáticas o metabólicas), la causa más común es el alojamiento inapropiado.

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La muda incompleta o disecdisis en reptiles (primordialmente en lacértidos y serpientes), se presenta más comúnmente por una humedad relativa baja; esto no solo es un problema para el recambio del integumento per se, sino que en muchas ocasiones la piel retenida provoca anillos de constricción que necrosan los dedos, la cola y oscurecen la visión (en lacértidos). De hecho, se ha publicado que algunas lagartijas pueden manifestar disnea debido a que la piel vieja obstruye los orificios nasales.

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Disecdisis

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Problemas digestivos relacionados con el alojamiento inadecuado en reptiles Anatomía y fisiología gastrointestinal en reptiles Entre las diferencias anatómicas y fisiológicas de los reptiles con otros grupos animales, la mayor diversidad se encuentra en las adaptaciones del tracto gastrointestinal (TGI). El patrón del TGI de este grupo animal es el mismo que en otros órdenes: boca, cavidad oral o bucal, orofaringe, esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso, colon y cloaca como en las aves, anfibios y peces. Particularmente, las adaptaciones digestivas y los hábitos alimenticios de las diferentes especies de reptiles, se ven afectadas en su fisiología por las condiciones inadecuadas de alojamiento. Las funciones principales del estómago de los reptiles son el almacenamiento y la digestión del alimento. La naturaleza de gran distensión del estómago en estos animales les permite almacenar grandes cantidades de alimento. Como en otras especies, la digestión comprende mecanismos enzimáticos y mecánicos. Sin embargo, como en otras especies ectotérmicas la tasa de digestión depende de las condiciones medioambientales del alojamiento como son la temperatura corporal, el estado de hidratación (relacionado con la humedad y la temperatura), el tipo de alimento, la talla de la presa o cantidad de la comida y la salud general del animal (dependiente por completo de las condiciones ambientales). Se sabe que en las serpientes, la tasa de digestión es de solamente el 0.25-0.33 del tiempo requerido cuando las condiciones ambientales (temperatura) no son adecuadas. Los procesos enzimáticos y la producción del ácido clorhídrico en reptiles también dependen de la temperatura de forma directa; el pepsinógeno que es el responsable de la digestión de proteínas, es dependiente de la temperatura ambiental y el pH gástrico.

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Como la secreción del ácido clorhídrico, las enzimas digestivas y el pepsinógeno, son directamente dependientes de la temperatura, las fallas en el alojamiento de reptiles cautivos conducen a disminución de la motilidad del TGI y la digestión en los reptiles, con la subsecuente putrefacción del alimento.

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Cuando los reptiles se mantienen en su POTZ, la producción y acción del pepsinógeno, al igual que la acidez del estómago, se incrementan de manera sorprendente. El pH gástrico óptimo de los reptiles es de 2.0-2.5; el pH de los reptiles que cursan con anorexia es de >3.0.

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En tortugas terrestres y lacértidos, el colon sirve como un sitio de fermentación posgástrico, acción que también se ve afectada dramáticamente por la baja temperatura corporal y ambiental de estos animales. La tasa de tránsito GI en los reptiles se relaciona con el volumen, tipo y composición de la dieta, la temperatura corporal y ambiental, tipo y longitud del TGI y la salud general del animal. Igual que en el resto de los vertebrados, la vesícula biliar y el páncreas en los reptiles juegan roles importantes en la digestión y el procesamiento de los nutrientes. Las enzimas digestivas exócrinas del páncreas de los reptiles, incluyen compuestos amilolíticos (amilasa), proteolíticos (quimotripsina, tripsina, carboxipeptidasa y elastasa), lipolíticos y quitinasa (en los reptiles que se alimentan con insectos). Además de las enzimas, el páncreas secreta un fluido alcalino para contrarrestar el bajo pH de los jugos gástricos; por otra parte, las enzimas producidas por el páncreas son altamente dependientes de la temperatura y el pH >6.0. Problemas de TGI relacionados con alojamiento en reptiles No infecciosos Cuerpos extraños: en todas las especies de reptiles, la ingestión accidental o directa (pica o geofagia) de materiales extraños se vincula con sustratos no adecuados. Tal es el caso de los reptiles que consumen insectos, y en cuyo albergue el sustrato es de tamaño pequeño y suficiente (piedras) para ser ingerido de forma indirecta al ingerir la presa. En el caso de las tortugas tanto carnívoras como omnívoras, la ingestión de materiales del sustrato como rocas o maderas es común. La regurgitación es un signo clínico que se puede presentar en reptiles que han ingerido objetos extraños, pero también debido a patologías de la cavidad oral, faringe, esófago, estómago e intestino delgado.

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Por otra parte, la gastritis crónica, que suele acompañarse de ulceración severa y formación de granulomas, se relaciona con condiciones de alojamiento inadecuadas, y también con enfermedades bacterianas y neoplasias.

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La gastritis aguda en reptiles obedece a problemas como quemaduras severas, uso de antiinflamatorios, corticosteroides, enfermedades infecciosas y toxinas. Puede manifestarse como anorexia, regurgitación y melena.

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Enfermedades infecciosas Estas patologías son las más frecuentes en reptiles como causas de alteraciones del TGI; de hecho, se sabe que la mayoría de las infecciones de este tipo en este orden animal son producto de las condiciones inadecuadas de alojamiento, aunadas a los procedimientos incorrectos de cuarentena. Una gran variedad de bacterias (Escherichia coli, Proteus, Aeromonas, Citrobacter, Pseudomonas, Yersinia enterocolitica, Salmonella, Vibrio) entre otras) que han sido aislados de los problemas GI de los reptiles, son parte de la flora normal, y bajo condiciones pobres de alojamiento estos organismos oportunistas invaden a los hospedadores. De igual forma, la enteritis en reptiles se asocia con mucha frecuencia con bacterias comensales gramnegativas principalmente, aunque también se han aislado organismos grampositivos y micobacterias atípicas. También se ha comprobado que las infestaciones parasitarias (Cryptosporidium, Trichomonas y Balantidium) en los reptiles son el resultado de condiciones que comprometen el sistema inmunológico, las cuales están relacionadas estrechamente con alteraciones medioambientales. Los protozoarios se presentan en reptiles por diversas causas, entre las que destacan cambios en el pH del TGI. En tanto, las coccidias son patógenos obligados en reptiles, y con frecuencia especieespecíficos. Entre estos tenemos varias especies de Eimeria e Isospora que afectan diferentes familias de reptiles. Cabe mencionar que estos protozoarios se han diseminado debido a las fallas en los métodos de cuarentena y medicina preventiva en colecciones herpetológicas.

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En serpientes la criptosporidiosis se manifiesta con regurgitación crónica, pérdida de peso y gastritis hipertrófica. Debido a que no existe un tratamiento exitoso para esta enfermedad en reptiles, es muy importante considerar las buenas prácticas de alojamiento y medicina preventiva para evitar la intromisión de estos protozoarios en las colecciones herpetológicas.

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La criptosporidiosis ( Cryptosporidium serpentis y C. saurophilum) es una de la enfermedades más importantes en los reptiles, porque a diferencia de los mamíferos, no es un problema autolimitante, por lo que se relaciona con altas mortalidades.

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Por otra parte, las nematodiasis son comunes en los reptiles y se consideran parasíticas. Como en la mayoría de los casos de parásitos en este grupo animal, las pobres condiciones

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de alojamiento y cuarentena y la mezcla de especies en los vivarios, son las responsables primarias de estas infestaciones. En algunas especies de reptiles, las nematodiasis intestinales son responsables de diarreas severas, mismas que provocan incluso prolapso rectal como se ha documentado en lacértidos. Con respecto a los hongos, se han reportado varios géneros productores de enfermedades gastrointestinales en reptiles, entre los que destacan: Paecilomyces lilacinus, Geotrichum sp., Rhizopus spp, Aspergillus sp. Estas enfermedades siempre se relacionan con problemas de alojamiento y estado inmunológico del animal, entre otros. Las causas virales de problemas del TGI de los reptiles, destacan la importancia de un alojamiento adecuado o inadecuado, ya que este tipo de infecciones son comunes en colecciones que mezclan diferentes especies de este grupo animal. La enfermedad por cuerpos de inclusión (IBD, por sus siglas en inglés) en los boidos (boas y pitones), es causada aparentemente por un retrovirus, el cual al parecer es trasmitido por un ácaro de las serpientes (Ophyonissus natricis), mismo que se encuentra presente en el medioambiente de los reptiles cuando las condiciones de higiene, desinfección y medicina preventiva (cuarentena), no son las óptimas. Esta enfermedad afecta principalmente los sistemas GI (regurgitación crónica) y nervioso. La infección por adenovirus en dragones barbados (Pogona vitticeps) causa problemas vinculados con el TGI (anorexia, pérdida de peso, diarrea), y otros como opistótonos y paresia de miembros. Entre los factores predisponentes se señalan las pobres condiciones de alojamiento (los juveniles son más susceptibles que los adultos) como la cuarentena y la falla en la monitorización de enfermedades.

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La estomatitis infecciosa con frecuencia no es una enfermedad primaria, sino una manifestación de problemas de alojamiento inadecuado (bajas temperaturas, hacinamiento y nutrición pobre) o bien enfermedades dentales.

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Por otro lado, la estomatitis infecciosa (es un signo clínico y no un diagnóstico) es relativamente común en reptiles, en especial en tortugas (donde se ha vinculado con causas virales), lacértidos y serpientes donde las condiciones de alojamiento son subóptimas, y las paredes del vivario no son del material adecuado (mallas de alambre o cristales que conducen a traumatismo del morro), permitiendo la infección bacteriana secundaria.

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Problemas respiratorios relacionados con el alojamiento en reptiles Las enfermedades del tracto respiratorio en los reptiles son frecuentes y multifactoriales. Esto es un hecho cuando este tipo de animales se encuentran en condiciones medioambientales subóptimas (humedad y temperatura inadecuadas), provocando inmunosupresión y con ello la presentación de infecciones. Lo mismo ocurre cuando los programas de cuarentena no son efectivos, y se permite entonces la introducción y el establecimiento de agentes infecciosos entre los que destacan los virales, las bacterias, los hongos y los parásitos. Una gran cantidad de los pacientes reptiles se presentan con problemas respiratorios crónicos tanto del tracto respiratorio superior como inferior, aunque otros en situaciones de urgencia manifiestan signos agudos como insuficiencia respiratoria. También puede ser que los problemas respiratorios se presenten de forma secundaria, por ejemplo debido a una estomatitis infecciosa. Con mucha frecuencia y para que funcione cualquiera de los tratamientos que el médico decida para contrarrestar los problemas respiratorios en los reptiles, se deben realizar modificaciones importantes en el alojamiento (humedad y temperatura). De la misma manera, la prevención de muchas de estas enfermedades respiratorias se logra adecuando las condiciones medioambientales, la nutrición y los programas de cuarentena (la cual es de al menos 90 días). Anatomía y fisiología respiratorias de reptiles La anatomía y fisiología respiratorias de los reptiles varían de forma considerable, comparando este grupo animal con los mamíferos y las aves, e incluso entre familias y especies de reptiles. Los reptiles no poseen diafragma (a excepción de los cocodrilos), por lo que los músculos intercostales, pectorales y abdominales son los encargados de los cambios en la presión intrapulmonar.

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En reptiles, tanto las causas infecciosas como las no infecciosas se relacionan con la presentación de problemas respiratorios asociados con el alojamiento, aunque como se ha mencionado estas alteraciones son multifactoriales.

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En contraste con los mamíferos, la fisiología respiratoria de los reptiles es controlada por la hipoxia y la hipercapnia, así como por la temperatura ambiental.

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Causas no infecciosas de problemas respiratorios en reptiles Las causas no infecciosas más comunes de problemas respiratorios en reptiles, son los cuerpos extraños que se incrustan en la orofaringe en lacértidos, serpientes y tortugas que son alojadas en un vivario que contiene sustratos inadecuados como porciones de plástico o alambres. Esto puede ocasionar traumatismo en inflamación a los tejidos subyacentes, con obstrucción parcial o total de la tráquea y compromiso respiratorio severo. Enfermedades infecciosas Cualquier tipo de agente infeccioso puede causar problemas respiratorios altos y bajos en reptiles, ya sean virus, bacterias, hongos o parásitos. Estos agentes patógenos pueden causar enfermedades respiratorias primarias y secundarias en los reptiles. Por ello es común que un reptil curse con infecciones mixtas del tracto respiratorio, por ejemplo neumonía bacteriana y fúngica, o viral y bacteriana. Causas virales Los herpesvirus causan enfermedades respiratorias altas y bajas en tortugas de tierra y agua con mucha frecuencia, y aparecen con mayor incidencia en animales bajo condiciones pobres de alojamiento y medicina preventiva. La infección por el paramixovirus de los ofidios (OPMV, por sus siglas en inglés), afecta serpientes vipéridas con mayor frecuencia, aunque las no vipéridas también han sido diagnosticadas con este problema viral. En este caso, se sabe que las medidas preventivas más efectivas se enfocan en un programa de cuarentena eficaz que incluye monitorización de nuevos reptiles y el aislamiento de animales afectados y expuestos. La enfermedad por cuerpos de inclusión (IBD) de los boidos, también puede manifestarse como enfermedad del tracto respiratorio causada por infecciones bacterianas secundarias, definiendo la infección como neumonía intersticial. De nuevo la prevención se enfoca en la cuarentena y el alojamiento apropiados.

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Las bacterias más comúnmente aisladas de problemas del tracto respiratorio en este grupo animal, son: Pseudomonas spp, Klebsiella spp, Proteus spp, Aeromonas spp, Salmonella spp, y Staphylococcus spp.

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Las bacterias en particular las gramnegativas, se aíslan de reptiles con problemas respiratorios agudos y crónicos, y con frecuencia son microorganismos oportunistas (parte de la flora normal) los que atacan cuando el hospedero cursa con problemas de compromiso inmunológico.

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Causas bacterianas

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Aunque son flora normal, cuando se aíslan de un lavado traqueal de un reptil con enfermedad respiratoria, son un indicador causal del problema. Algunas bacterias anaerobias como Fusobacterium spp, Clostridium spp y Bacteroides spp, se han aislado en estos pacientes ectotermos. La micoplasmosis también causa enfermedad del tracto respiratorio en tortugas terrestres cautivas y silvestres. Se acompaña de signos como conjuntivitis y descarga nasal serosa a purulenta. Se vincula con condiciones pobres de alojamiento, y animales con estrés crónico. La prevención incluye aislamiento de animales positivos y la cuarentena de nuevos individuos para la colección. Causas fúngicas Los hongos en reptiles son comunes e incluyen afecciones del tracto respiratorio también, como es el caso de las micosis sistémicas caracterizadas por neumonía (las tortugas parecen ser más susceptibles a este tipo de micosis). Con frecuencia son agentes secundarios, asociados a casos clínicos en lo que imperan las malas condiciones ambientales en los vivarios (temperaturas muy bajas o muy altas, humedad elevada en el encierro y estrés crónico). En quelonios (tortugas) con problemas respiratorios, se aíslan con frecuencia Candida spp, Aspergillus spp, y Penicillium spp. Causas parasitarias Los parásitos pueden causar enfermedades respiratorias primarias en reptiles, y se acompañan con frecuencia de infecciones bacterianas y fúngicas. Los pentastómidos se han diagnosticado en reptiles cautivos y silvestres, especialmente en serpientes. Obstruyen los pasajes aéreos mayores.

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Conclusiones

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Las inadecuadas prácticas de cuarentena también hacen posible la presencia de ascáridos como Kalicephalus spp y Rhabdias fuscovenosa en colecciones de reptiles, los cuales se asocian con infecciones bacterianas secundarias para producir problemas del tracto respiratorio superior.

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Existe un riesgo zoonótico potencial, y de nuevo la cuarentena y la monitorización de reptiles cautivos es la medida preventiva más efectiva.

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Los problemas del TGI, las quemaduras y las enfermedades del tracto respiratorio en reptiles son multifactoriales y en muchos casos crónicos, los cuales requieren para su

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tratamiento y control de una terapia específica agresiva, y siempre acompañada del mejoramiento de las condiciones subóptimas de alojamiento y medicina preventiva.

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La corrección de las condiciones ambientales asegura el adecuado metabolismo de los fármacos y la función correcta del sistema inmunológico.

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