Personal CIAT: un sello de calidad para el mundo

Personal CIAT: un sello de calidad para el mundo Un producto de La diáspora colombiana de personal ex-CIAT: un activo para la investigación y el desar...
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Personal CIAT: un sello de calidad para el mundo Un producto de La diáspora colombiana de personal ex-CIAT: un activo para la investigación y el desarrollo

¿Cómo nace este producto? El Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) viene fortaleciendo su recurso humano desde 1945 a través de pasantías y estímulos económicos para realizarción de estudios de maestría y doctorado en las áreas de investigación y gestión del conocimiento agropecuario. Este Centro ha sido partícipe de la formación de excelentes profesionales que pasaron por sus instalaciones y que ahora están vinculados a importantes organizaciones privadas, instituciones académicas y organismos de investigación de carácter nacional e internacional. Por eso, el Centro buscó conectarse nuevamente con su personal ex-CIAT para crear una red alumni que con sus conocimientos puedan aportar a incrementar la investigación agrícola en Colombia. La idea de la conformación de la red alumni se concretó en el evento del 45° aniversario del CIAT, denominado “La diáspora colombiana de personal ex-CIAT: un activo para la investigación y el desarrollo”. El evento fue una excelente oportunidad para que estos ex-CIAT recordaran su experencia en el Centro y la influencia que tuvo en sus vidas el paso por la institución. Este producto contiene la recopilación de algunos de sus testimonios.

María Victoria Montenegro

Gerente de Proyecto en Purdue Research Foundation, Oficina de Transferencia de Tecnología. Desde temprano en mi carrera profesional conocí al CIAT como Centro de excelencia y siempre fue mi sueño como estudiante ser parte de su historia. El ambiente de camaradería, esa hambre por la ciencia, no la he vuelto a encontrar en mi historia profesional después del CIAT. En Estados Unidos hice parte de Paradigm Genetics y ahí pude ver cómo, con un panorama distinto, desde la ciencia puede nacer una empresa. Era ciencia de alta calidad pero pensando en la industria, se trataba de producir datos para convertirlos en productos. A partir de ahí entré en la aventura de formar mi propia compañía, una compañía dedicada a brindar entrenamiento de seguridad en alimentos a los inmigrantes latinos en los Estados Unidos. Luego trabajé en un laboratorio de ingeniería biomédica con la universidad de Duke y posteriormente me vinculé a la universidad de Purdue como Project manager en la oficina de transferencia de tecnología. Ahora, después de 20 años recuerdo al CIAT como la base que me dio proyección profesional y, a nivel personal, relaciones que han durado toda la vida. El CIAT siempre ha sido una casa, el origen al que todos queremos volver. Me siento orgullosa de pertenecer a esta red que se está formando y ansiosa por poder trabajar y aportar en ella.

Esperanza Torres

Profesora Asociada PHD y Coordinadora del Laboratorio de Agrobiotecnología de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. El CIAT es un buen aliado de las universidades porque ayuda a completar la formación del estudiante. Es un centro internacional que te abre al mundo, donde escuchas diferentes lenguajes y descubres la importancia de aprender otro idioma para ir al exterior a hacer un posgrado. Encontrar en el Centro personas con pasión por la investigación, con perseverancia, con ideas innovadoras es mejor que cualquier libro de biología molecular o recursos genéticos. En los cuatro años que estuve en el CIAT, puedo decir que hice parte de una escuela de formación donde realmente se hacían procesos de investigación, porque uno no se hace investigador de la noche a la mañana, es un proceso. En el CIAT se cree en las capacidades que tiene el estudiante para lograr sus metas, por eso este Centro fue importante en la escogencia de mis estudios posteriores y cuando me fui a hacer mi doctorado, ya tenía dos publicaciones internacionales en transformación genética, eso facilitó mi proceso. Actualmente soy docente y esto ha sido para mí una forma de compartir y alinear los sueños de un estudiante, así como lo hicieron conmigo en el CIAT. Este es un país con vocación agrícola, así que hay un trabajo grande por hacer: estimular en las universidades la educación en este campo.

Natalia Palacios

Especialista en calidad nutricional de maíz en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), México. Este fue mi primer contacto para trabajar en agricultura internacional y realmente me abrió las puertas y las perspectivas para seguir trabajando en beneficio de la agricultura y de la humanidad. En el CIAT encontré una formación totalmente complementaria. Aquí fue donde aprendí a establecer contacto con el campesino, con el agricultor, aprendí la importancia desde la ciencia básica hasta la ciencia aplicada. Además, había algunos vacíos de capacitación en mi formación universitaria que el CIAT suplió. Este Centro fue un complemento para mi formación profesional. También creo que estar por fuera del país, como lo estoy ahora, es una oportunidad, una ventaja competitiva porque quienes estamos en el exterior podemos ser de beneficio tanto para el país de origen, como para el país que nos ha adoptado. Por eso creo en la idea de la red alumni del CIAT. Sería ideal que las personas que pasamos por el CIAT pudieramos participar en capacitación para las nuevas generaciones, bien sea recibiendo estudiantes en nuestras instituciones actuales, dando cursos, desarrollando material didáctico... Para mí una red bien integrada debe tener como objetivos la capacitación, el flujo de información y la complementariedad: que haya trabajo conjunto en beneficio del país.

Rodrigo Sarria

Líder de Desarrollo de Producto en Dow AgroSciences. Llegué al CIAT como estudiante de tesis de la Universidad del Valle, quería trabajar lo que en esa época eran marcadores moleculares, un campo que ya cambió totalmente. En el CIAT tomaron el riesgo conmigo. Luego de hacer mi trabajo de grado, fui encargado del programa de transformación de yuca que en esa época estaba iniciando. Entonces, tuve la fortuna de empezar a aprender. Cuando yo estaba en el CIAT estaba ocurriendo un cambio generacional y en la unidad de biotecnología se vivía cada año cuando veíamos un grupo de gente que, sin ningún egoísmo, era enviada fuera del país a universidades y centros de excelencia. Eran educados para que, a su vez, pudieran educar. En cuatro años que estuve en el CIAT, mi experiencia se enriqueció de manera tremenda porque me llevaron hasta un punto y me dejaron seguir. En el CIAT creyeron en mí y en una cantidad de gente que ha salido antes y después que yo. Ahora estoy deseoso de poder contribuir a la idea de la red alumni, creo que es una oportunidad para que aquellos que estamos lejos de Colombia podamos devolver un poco de lo que aprendimos a través de las experiencias que hemos tenido. Estoy ansioso de volver al CIAT para intercambiar experiencias con compañeros, con universidades y con otras asociaciones que son mucho más grandes ahora.

Camilo López

Profesor Asociado de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Considero que el tiempo que estuve en el CIAT me permitió tener acceso a una de las mejores infraestructuras en el país en cuanto a investigación científica. La infraestructura y el desarrollo científico que existe en el CIAT es algo que le permite a uno una influencia que lo va a acompañar durante toda la experiencia científica, profesional o académica en la vida de uno. Además, en este Centro me permitieron enfrentar la influencia de la ciencia y conocer su perspectiva desde la investigación agrícola, no sola aplicada a problemas del país, sino a la relación con el desarrollo científico en general. Aquí pude trascender, ir más allá de la ciencia misma y ver la influencia que ese conocimiento científico podía generar en otros seres humanos: estudiantes, productores, campesinos… Por eso, como docente, creo que la posibilidad de que los estudiantes vean un centro como el CIAT y conozcan el alto nivel de investigación que ahí se hace, es una motivación para sentir que se pueden hacer cosas grandes y de calidad en Colombia, es un ejemplo real de que se puede hacer investigación aplicada en el área agrícola.

Marcela Rojas Pierce

Profesora Asistente del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad Estatal de North Carolina. El CIAT fue mi primera práctica de investigación, yo vine como estudiante de pregrado, acababa de terminar mis cursos en la Universidad de los Andes. Fue mi primera experiencia de laboratorio haciendo biología molecular y el inicio de mi formación profesional del día a día. En realidad, el CIAT fue el sitio que me lanzó a mis estudios de postgrado y sin este Centro no estaría donde estoy. En todos los sitios a donde he ido, en la Universidad de California en Riverside y ahora en North Carolina, siempre he encontrado gente que ha pasado por el CIAT. Este tipo de conexiones me han servido para establecer relaciones científicas y para encontrar gente que me ha ayudado profesionalmente. El CIAT siempre ha sido parte de mi carrera profesional, por eso les recomiendo a las personas que aspiran a empezar un trabajo de investigación en este Centro, que aprovechen al máximo la capacidad intelectual y tecnológica de la organización, que se dediquen todo el tiempo posible a resolver sus preguntas de investigación porque ese es el modo de conectarse con el resto del mundo.

Pedro Rocha

Coordinador del Área de Biotecnología y Bioseguridad del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), San José de Costa Rica. El consejo clave es: Si usted tiene la posibilidad de estar en el CIAT, aprovéchela al máximo. Averigüe qué ofrece la institución y trate de vincularse con todas aquellas cosas. Uno en este Centro tiene una cantidad enorme de acceso a la información, técnica y no técnica, tiene acceso a experiencias con las personas que han estado trabajando en campo, en laboratorio…

Silvia Restrepo

Directora del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Los Andes. Ser ex-CIAT fue como una marca que perduró en mí. Cuando llegué a Estados Unidos decir que venía del CIAT era una marca de calidad y de respeto. Yo trabajé en la universidad de Cornell durante tres años, una Universidad que estuvo muy unida al nacimiento del CIAT y sus investigadores todavía conocían esa historia, por eso ser ex-CIAT era como un sello de calidad.

Miembro del Consorcio CGIAR

www.ciat.cgiar.org www.cgiar.org

CGIAR es una alianza mundial de investigación agrícola para un futuro sin hambre. Su labor científica la llevan a cabo 15 centros de investigación que integran el Consorcio CGIAR en colaboración con cientos de organizaciones socias.