PAISAJES ACTUALES ABANDONADOS. DIVERSIDAD DE EVIDENCIAS MATERIALES Y NATURALES DE UNA MANCOMUNIDAD DE PASTOS (DESPOBLADOS DE FUENVELLIDA Y VALDEOLMEÑA, GUADALAJARA) Juan Javier García-Abad Alonso [email protected] Víctor Manuel Rodríguez Espinosa [email protected] Departamento de Geografía y Geología. Universidad de Alcalá. Grupo de Investigación “Tecnologías de la Información Geográfica y Análisis Territorial (TIGAT)”. RESUMEN: “Paisajes actuales abandonados. Diversidad de evidencias materiales y naturales de una Mancomunidad de pastos (Despoblados de Fuenvellida y Valdeolmeña, Guadalajara). En labores de campo y de documentación realizados en el tramo del interfluvio TajoTajuña que coincide con el límite Guadalajara-Madrid se detectaron infraestructuras pecuarias antiguas, hoy abandonadas, que se integran en la Mancomunidad de pastos de Almoguera. Se recogen evidencias naturales y culturales de aquel uso ancestral en un pequeño sector de 12 km² que, todavía hoy, pueden observarse directamente (corrales, chozos, pastos frescos, plantas indicadoras, vías y ramales pecuarios). El paisaje actual consiste en la sobreimposición de aprovechamientos sucesivos, con diferente grado de uso/abandono, que se solapan o yuxtaponen, contribuyendo a enriquecer la diversidad paisajística. ABSTRACT: “Current but abandoned landscapes. Diversity of material and natural evidences of a Pasturage Community (Deserted villages of Fuenvellida and Valdeolmeña, Guadalajara)”. In field work and documentation made in a section of the Tajo-Tajuña interfluve (Central Iberian Peninsula) were detected old livestock infrastructures, now abandoned, which are integrated in the Pasturage Community of Almoguera. Are collected natural and cultural evidences (landmarks) of that ancestral use in a small area of 12 km² which, even today, can be directly observed (sheep and goat corrals, shepherd huts, fresh pastures, indicator vascular taxa, droveways and secondary branches). The current landscape is the overlay of successive uses, with varying degrees of use/ abandonment, overlapping or juxtaposed, helping to enrich the diversity of landscapes. 1. INTRODUCCIÓN Desde los años noventa se han realizado diversos estudios geográficos en el pequeño sector del interfluvio Tajo-Tajuña en el tramo donde se inicia el límite provincial Madrid-Guadalajara, en la región natural de La Alcarria (García-Abad, 1995, 1996, 1997, 1998 y 2004; García-Abad y Carmona, 1996). En el marco de estos trabajos se encontraron evidencias materiales de un conjunto de infraestructuras pecuarias antiguas que hoy en día se encuentran abandonadas, parcialmente en ruinas o en proceso de transformación funcional. A la labor de campo efectuada desde entonces, se unió otra de documentación geohistórica y catastral. Ello permitió detectar la existencia de unos

poblados de origen medieval que se despoblaron en fecha indeterminada (despoblados) y de una Mancomunidad de pastos surgida a partir de ellos que data del S. XVI. La funcionalidad pecuaria efectiva de la misma tuvo su apogeo en siglos pasados, pero fue perdiendo intensidad sobre todo a lo largo del S. XX. Actualmente, la gestión de este complejo mancomunado está centralizada en el Ayuntamiento de Almoguera (Guadalajara). La denominada Mancomunidad de Almoguera fue revitalizada administrativamente mediante un Edicto de la Diputación de Guadalajara (1989), en el que se añadía el aprovechamiento cinegético a los tradicionalmente pecuarios. Sin embargo, aquellas actividades originarias han caído en desuso, por un proceso de abandono paulatino de la actividad ganadera que ahora es ya casi nula. Frente a ello, el espacio agrícola que poco a poco fue restando terreno al ganadero mantiene todavía su vitalidad, y, en los terrenos donde la potencialidad agrológica está severamente limitada hoy, domina ampliamente el uso cinegético y, en menor medida, el forestal. En esta comunicación se hace una presentación geográfica del conjunto de tales evidencias, se efectúa una clasificación y tipología preliminar de las mismas en dos tipos fundamentales: naturales y materiales (culturales). 2. MATERIALES Y MÉTODO La presentación geográfica del sector del interfluvio Tajo-Tajuña donde se encuentra el área de estudio, así como de los elementos paisajísticos fue ampliamente efectuada en García-Abad (1995, 1996, 1997 y 1998) y García-Abad y Carmona (1996). De otro lado, el contexto histórico de la Mancomunidad de Almoguera se dio a conocer en García-Abad (1998). En la Figura 1 se muestran los seis municipios que la forman y tienen parte en ella (Albares, Almoguera, Brea de Tajo, Driebes, Mazuecos y Pozo de Almoguera), así como los siete despoblados (Anos, Aradóñiga, Conchuela, Fuentespino, Fuenvellida, Santiago de Vilillas y Valdeolmeña) que estrictamente componen “La Común” (así llamada en el lugar), por ser sus aprovechamientos repartidos en distintas partes entre aquéllos. En el contexto de los trabajos referidos al principio, en 2011 se prosiguieron los estudios iniciados en un pequeño sector del territorio de la Mancomunidad que, consistente en 12 cuadrículas UTM de 1×1 km (ED50), sirviera como muestra representativa en una primera fase de análisis. Ocupan áreas de las antiguas entidades territoriales de Fuenvellida (al Sur) y Valdeolmeña (al Norte). Se usaron cuadrículas UTM para rastrear el territorio, de manera análoga al método que ya habíamos aplicado en estudios florísticos de la zona (García-Abad, 2004). Así, el exhaustivo y detallado rastreo del territorio que supone tal método serviría como garantía para encontrar un mayor número de evidencias de antiguos usos del suelo y relacionarlas, al mismo tiempo, con la flora y tipos de vegetación. Por tanto, se plantearon dos objetivos diferentes, pero vinculados: a) proseguir con los estudios corológicos ya iniciados; y b) inventariar evidencias materiales y naturales que revelasen aquel importante y antiguo uso pecuario, junto con otras paisajísticas sobre usos posteriores y/o actuales. De este modo, el trabajo tiene, además del fitogeográfico, un carácter también geohistórico, pues emplea enfoques propios de la Arqueología del Paisaje. El rastreo sistemático de campo se efectuó entre abril de 2011 y marzo de 2012, siendo 24 las salidas efectuadas. Las evidencias paisajísticas inventariadas de usos pasados y actuales consistieron en aquellas directamente perceptibles y fácilmente interpretables (fuentes primarias).

Figura 1. Mancomunidad de Almoguera en el Interfluvio Tajo-Tajuña y localización del área de estudio (Cuadrículas U.T.M. de 1×1 km, en el extremo Oeste)

Fuente: Elaboración propia, a partir de la Cartografía del CNIG y Sánchez del Val (1928)

Paralelamente a esta labor, se inventariaron también las plantas vasculares e información geoecológica. Durante tales rastreos se emplearon los mapas históricos, los más recientes y las ortofotografías digitales que nos proporciona el Centro Nacional de Información Geográfica-CNIG (fuentes secundarias) con objeto de apoyar las tareas de interpretación. 3. RESULTADOS Los datos recabados conjuntamente con ambos tipos de fuentes nos permiten dar a conocer hasta el momento los siguientes resultados. 3.1. Evidencias de la cubierta biofísica Se elaboró un Mapa de Vegetación actual según el método cartográfico y sistema de leyenda aplicado por Panareda et al. (2004) en el Montseny, pero adaptado a los tipos de vegetación alcarreños. Posee hasta siete niveles jerárquicos, de menor a mayor detalle. La gestión cartográfico-estadística de todo este conjunto de datos se efectuó mediante el uso del software ArcGIS (Versión 10). La discriminación general de las unidades cartográficas se efectuó a partir de las ortofotografías del CNIG más recientes, mientras que la discriminación detallada de tipos de vegetación y otras categorías se efectuó mediante constatación e interpretación directa en campo. Este mapa pone de manifiesto las cubiertas biofísicas actualmente presentes en el área de estudio que, junto con las comprobaciones efectuadas en campo, permiten interpretar a grandes rasgos los usos actuales del territorio (Figura 2). La documentación histórica, unida al propio hecho de la creación de la Mancomunidad por abandono de los poblados constatado al menos a mediados del S. XVI (Sánchez del Val, 1928; Murillo y Ballesteros, 1985), permiten establecer como hipótesis que durante algunos siglos casi todo el territorio de los 12 km² tendría muy probablemente una cubierta de pastizales, matorrales, monte bajo y bosques, con uso ganadero predominante y forestal-

recolector secundario, siendo el espacio agrícola de bastante a extremadamente minoritario (entorno próximo del despoblado de Fuenvellida, pequeños sectores de vega en el fondo de valle –sobre todo en forma de huertas- y alguna roturación esporádica en fondos endorreicos del páramo donde la pedregosidad y rocosidad son menores). Figura 2. Mapa de Cubiertas Biofísicas Actuales

Equidistancia de curvas de nivel: 20 m Curva superior: 800 m Curva inferior: 660 m Adaptación del Mapa de Vegetación original a partir de todas las categorías del nivel jerárquico l, dos del nivel 2 y una operación con otra categoría de nivel 3, de modo que pueda ser expresado en clave de cubiertas biofísicas generales y usos del suelo. Designación de la zona (U.T.M., ED50): 30T. Cuadrícula de 10×10 km: 30TVK85

Fuente: Cartografía y Ortofotografías más recientes (CNIG) y Trabajo de Campo (Abril de 2011 a Marzo de 2012). Elaboración propia

En consecuencia, en este mapa puede comprobarse de manera general cómo las áreas del uso ganadero ancestral (tapiz vegetal espontáneo/seminatural: herbazales, pastizales, matorrales y bosques/monte bajo) se encuentran actualmente muy disminuidas por el paulatino aprovechamiento agrícola que fue ganando espacios en los últimos siglos. De este modo, si a esa categoría se le restan los herbazales arvenses de campos no labrados (incluibles como de uso agrícola actual), el espacio ganadero no efectivo, pero vestigio del antiguo comunitario, ocupa ya menos de la mitad de la

superficie (41%). Estos espacios se circunscriben sobre todo a laderas, terrenos con pendientes acusadas y pedregosos, donde actualmente los usos forestal-repoblador y cinegético suplantan los antiguos supeditados al pecuario preeminente. En las últimas décadas, otras actividades han restado también terreno a los antiguamente dedicados a la ganadería: un vivero, repoblaciones forestales y pistas asociadas, así como actividades extractivas y un vertedero (5,7% del territorio actual, que en la época de apogeo pecuario, sería casi nulo). En total se puede decir que, entre los últimos cambios de usos del suelo y los que se vienen produciendo en los últimos siglos, la superficie supeditada al antiguo uso pecuario se ha podido reducir probablemente en más del 50%. 3.2. Evidencias naturales Entre los objetos de la Geografía Física, destacan tres como elementos/factores que propician la implantación ganadera, estando íntimamente relacionados entre sí: a) la estratificación litológica y tipo de relieve a que da lugar (García-Abad, 1995, 1998); b) la red de manantiales o rezumes hídricos que propicia esa configuración litogeomorfológica (García-Abad, 1995); y c) la posibilidad de que el pequeño excedente hídrico que genera en algunos focos reducidos pueda abastecer durante bastantes meses la implantación de algunos pastos frescos, aparte de los pastizales secos de temporada. Relacionado con todo lo anterior y vinculado también al trasiego habitual de ganado (ovejas y, en menor medida, cabras), se han podido detectar algunas evidencias, aunque a veces fragmentarias, que bien son permanentes, o bien suponen simples huellas de ese pasado predominantemente pecuario. Se han recopilado en la Tabla 1, presentándose la localización de algunas de ellas en la Figura 3. Consisten en: a) Algunos taxones vasculares especialmente indicadores de actividad pecuaria (Buendía, 2000). En realidad son bastantes las plantas favorecidas por el trasiego y el pastoreo ovi-caprino y que comparten su consustancial modo de dispersión con la antropozoócora. Se trata de plantas que presentan una distribución y/o abundancia más amplias de las que serían naturales. Suelen ser características de las clases fitosociológicas Festuco-Brometea, Poetea bulbosae y Molinio-Arrhenatheretea (Rivas-Martínez et al., 2002). Entre otros, pueden señalarse los siguientes taxones (se indica el número de cuadrículas U.T.M. donde se encontraron): Agrostis stolonifera (2), Astragalus spp. (10), Bituminaria bituminosa (7), Brachypodium spp. (12), Convolvulus lineatus (10), Cynodon dactylon (10), Dactylis glomerata (10), Elytrigia spp. (9), Galium verum (9), Hedysarum boveanum subsp. europaeum (8), Hyssopus officinalis (1), Melica ciliata subsp. magnolii (8), Mentha spp. (9), Phleum pratense subsp. serotinum (6), Plantago spp. (12), Poa spp. (11), Rumex spp. (12), Sanguisorba minor subsp. balearica (1), Taraxacum obovatum (6), Tragopogon spp. (12), Trifolium spp. (6), Trigonella gladiata (2), Vicia spp. (10), etc. De entre ellos, hemos seleccionado como más llamativos seis por su conocida vinculación con los reposaderos de ganado (Retama sphaerocarpa), por su habitual dispersión favorecida por el ganado (Astragalus incanus), por su carácter subhalo-nitrófilo que aprovecha el tránsito del ganado para extenderse por las faldas de las laderas (Artemisia herbaalba), por su protagonismo principal en los pastos frescos por rezumes subálveos (Brachypodium phoenicoides) y, finalmente, por la singularidad de su rareza en el área de estudio en estas cuasi “praderas” mediterráneas (Festuca pratensis y Nepeta tuberosa). El papel de las vías pecuarias como activo en la distribución de esta última planta en el área de estudio ha sido recientemente puesto de manifiesto por Martínez y Nogales (2011).

Tabla 1. Listado de evidencias de significado pecuario por cuadrículas U.T.M. (Despoblados de Fuenvellida y Valdeolmeña, Guadalajara) Naturales 8459 8559 8458 8558 8457 8557 8456 8556 8455 8555 8454 8554 CUTM Núm. Artemisia herba-alba Asso 1 1 1 1 4 (1) Astragalus incanus L. subsp. incanus 1 1 1 1 1 1 1 1 1 9 (1) Brachypodium phoenicoides (L.) Roem. & Schult. 1 1 1 1 2 2 2 1 1 2 1 1 12 (1) Cabecera vallezuelo (propicia pastos) sí sí sí 3 3 Chopos de sombra/descanso sí sí 2 (1) Fenalares, rezumes, pastos frescos sí sí sí sí sí sí sí sí 8 (1) Festuca pratensis Huds. 1 1 (1) Manantial uso ganadero 1 1 1 2 1 5 6 Nepeta tuberosa L. 1 1 1 1 1 1 1 1 1 9 (1) Paso de Ganado (huellas palpables) sí 1 1 Reposaderos de ganado (Retamares) sí sí sí sí sí sí 6 6 Retama sphaerocarpa (L.) Boiss. 1 1 1 1 1 1 2 1 1 1 1 1 12 (1) Culturales 8459 8559 8458 8558 8457 8557 8456 8556 8455 8555 8454 8554 CUTM Núm. Abrevaderos 2 1 2 Complejos pastoriles (indefinido) 2 1 2 Corral circular complementario 1 2 1 3 4 Corral exento 2 1 1 3 4 Corral con casetas 1 1 2 2 Corral con chozo 4 1 2 2 1 2 1 7 13 Corrales rupestres 1 2 2 3 Cuadras enmarañadas (vestigios) 1 1 1 Emplazamiento Despoblado (Fuenvellida) 1 1 1 Fuentes acondicionadas 1 1 1 Ramales pecuarios secundarios sí sí sí 3 1 Vía pecuaria principal sí sí sí sí sí sí 6 1 TOTAL/Media por CUTM/EVIDENCIAS 5 8 12 11 9 5 7 9 14 10 6 7 x=8,6 58 En el cruce filas/columnas de cada una de las 12 cuadrículas se pone la abundancia relativa, cuando se trata de taxones vegetales (según Nuet y Panareda, 1991-93: 1-localizado, 2-frecuente, 3-abundante), bien el número de evidencias, o bien la simple presencia (“sí”). CUTM: Nº de cuadrículas en que aparece cada evidencia. Núm. de evidencias que aparecen en el área de estudio (entre paréntesis se pone la simple unidad, cuando la evidencia no la hemos considerado contable). TOTAL EVIDENCIAS: Suma del número de evidencias (contables + no contables).

Figura 3. Mapa de Evidencias Naturales y Culturales del antiguo uso pecuario

Designación de la zona (U.T.M., ED50): 30T. Cuadrícula de 10×10 km: 30TVK85 Fuente: Trabajo de Campo (Abril de 2011 a Marzo de 2012). Elaboración propia

b) Elementos/factores físicos. La configuración topográfica, fuertemente controlada por la estratigrafía y litología, consiste en una altiplanicie tabular miocena (páramo) que está encajada por la red fluvial cuaternaria. De este modo, las cabeceras de los vallezuelos constituyen elementos del paisaje en donde principalmente alumbran agua los manantiales generados por los acuitardos arcillosos y margosos infrayacentes a las calizas del páramo (de comportamiento poroso, Acuífero nº 15 de la Depresión del Tajo). Pese a su modestísimo caudal, permite un aporte añadido a la precipitación pluvial que ha sido bien aprovechado por pastores y hortelanos. c) Formaciones vegetales. Los fenalares presididos por la botea (Brachypodium phoenicoides) suponen un “aperitivo” para el ganado como pasto fresco generado por aquel aporte hídrico especial. Localizados cerca de estos (Figura 2), se encuentran retamares (Retama sphaerocarpa) como formación favorecida por los pastores para

el reposo y sesteo de los rebaños, además de para el eventual suplemento nutricional, tal y como refiere el conocido aforismo popular: “debajo de una retama se cría un cordero”, que parece responder al especial papel enriquecedor del suelo de esta gran leguminosa al fijar el nitrógeno. Por último, la ontina (Artemisia herba-alba) es una planta poco habitual en este sector de La Alcarria, pues precisa de una mayor termicidad (sobre todo invernal) y terrenos más yesosos que los presentes en el área de estudio, por eso su presencia incluso como formación vegetal (ontinar) llama bastante la atención, por lo que suponemos que la actividad ganadera ha podido ser un factor catalizador de su implantación. d) Otras evidencias naturales. Se encontraron tres focos con unos pocos chopos plantados (Populus x canadensis) cerca de abrevaderos y pastos frescos que parecen obedecer a un uso de sombra, restauración y reposo de pastores. Por último, se detectó un área alargada, paralela a una senda, en donde la denudación del suelo por paso de ganado ha hecho aflorar la roca madre, estando las matas próximas también alteradas en su talla y ramaje. 3.3. Evidencias culturales Pero, las evidencias más tangibles y destacadas son, sin duda, los equipamientos, vías de comunicación y construcciones pastoriles, que constituyen elementos del patrimonio cultural local y comarcal (Tabla 1 y Figura 3): a) Los habitáculos para ganado, perros y pastores que todavía pueden observarse son bastantes (casi treinta), si se tiene en cuenta la pequeña extensión del área analizada. En todos los casos están abandonados, aunque algunos muestran huellas de reutilización de hace pocos años, y son bastantes los que ya presentan estado de ruina (desmoronamiento de tabiques y muretes). Consisten en chozos de pastor con corrales adosados. Los primeros (en torno a 3 m de diámetro) responden a un mismo tipo de construcción de bóveda en saledizo con orificio abierto que hace las veces de chimenea (el hogar se situaba en el centro geométrico). El chozo se situaba en una esquina, o bien en un lateral del corral, tienen mampostería de cantos calizos (también brechas calcáreas y margas calcáreas) con argamasa de cal/yeso o sin argamasa y pocas veces son revestidas sus paredes. Los corrales están adosados al chozo y tienen casi siempre forma rectangular (los recintos completos oscilan entre 37 y 12 m de lado mayor, y 30 y 7 m de lado menor, siendo la media de 21,8×13,9 m), sin techumbre, con muretes bajos (1,5 m, como mucho) con el mismo tipo de roca y casi siempre sin argamasa. Poseen normalmente dos particiones (apartaderos) para separar a los corderos y a las ovejas recién paridas del resto del rebaño. Son varios los casos en que el chozo ya ha desaparecido, o aparecen casetas de posterior construcción por reutilización. No faltan también corrales exentos o circulares complementarios (de 25-30 m de diámetro) próximos a los chozos y, en definitiva, otros complejos pastoriles, cuya estructura difícilmente puede ya distinguirse de manera directa, y cuadras ocultas por la maraña y matorral espinoso. Además, hay complejos rupestres que aprovechan la pared del escarpe de páramo para acondicionar habitáculos cavernícolas rodeados de los muretes de los corrales. Resulta especialmente indicativo de la referida suplantación del uso pecuario por el agrícola el observar cómo algunos de los chozos y corrales quedan aislados dentro de las propias tierras de labor. Otras veces se localizan en áreas de tapiz vegetal espontáneo/seminatural muy reducidas y fragmentadas por las roturaciones. El mapa de la Figura 3 es sobradamente revelador al respecto.

b) Pasa una Vía Pecuaria principal, consistente en un tramo del Cordel de Ambite que enlaza muy cerca con la Cañada Real Soriana Oriental, ya fuera del área analizada. Este cordel posee tramos que todavía pueden reconocerse, pero otros no y ya sólo quedan señalados en los mapas topográficos (CNIG) y datos catastrales. Además, se ha interpretado que algunos caminos visibles hoy en día podrían constituir originalmente ramales pecuarios secundarios. Las labores agrícolas los van desdibujando o haciendo desaparecer, unas veces; pero en otras ocasiones han sido acondicionados y arreglados para otros usos. c) Otras evidencias culturales. Los abrevaderos y fuentes detectadas, relacionados con los puntos de alumbramiento hídrico del Acuífero nº 15, responden a una actividad ganadera reciente ya languidecida y caída en desuso (a principios de los años noventa todavía constatamos rebaños en el área). Y, finalmente, se puede proponer como emplazamiento probable del antiguo poblado de Fuenvellida el extremo NW de la cuadrícula 30TVK8455, en la parte baja de un cerro ahora ocupado por matorral, herbazales terofíticos y otros ruderales presididos por plantas del género Verbascum, junto al conjunto pastoril formado por manantial, fuente, abrevaderos y chozo con corraliza, en una curva pronunciada del Cordel de Ambite. El mapa de la Figura 3 muestra cómo las localizaciones de las diversas evidencias presentan relaciones espaciales claras: cercanía de corrales/chozos a alumbramientos hídricos, los pastos frescos se hallan no lejos de ellos o bien en vaguadas de los barrancos o borde del cauce del valle principal. Cerca se encuentran reposaderos con retamas, y los otros hitos indicados se hallan también relativamente próximos. Y todo comunicado por el Cordel principal, ramificado con algunos ramales que o bien todavía se pueden observar, o bien se adivinan por fácil deducción. 4. CONCLUSIONES El rastreo de campo permitió hacer un levantamiento de datos geográficos que la sola consulta de cartografía, ortofotografía y otra documentación no hubiera desvelado adecuadamente. Cierto es que este tipo de documentos proporcionan algunas evidencias importantes, pero la discriminación más fidedigna y el mayor alcance del verdadero significado geográfico, así como la cantidad de restos, vestigios, huellas que genera aquel método de trabajo propicia un mejor conocimiento de la realidad y, en consecuencia, bases más sólidas para la interpretación geohistórica. Con el conjunto de observaciones y datos de esta primera fase de análisis, se concluye que el paisaje actual consiste en una suerte de paisajes sobreimpuestos, pues aunque algunas cubiertas biofísicas generales (nivel 1) independientemente de que, con el tiempo, aumenten o se reduzcan puedan ser las mismas, sin embargo sus usos efectivos pueden sustituirse, cambiarse o suplantarse. Además, éstos poseen diferentes grados de intensidad y estados de permanencia o transición, pero ineludiblemente responden a aprovechamientos sucesivos en el tiempo (actuales, subactuales e históricos) que se yuxtaponen o solapan y, en definitiva, se sobreimponen con variadas combinaciones. En los despoblados de Fuenvellida y Valdeolmeña, con situaciones que responden a tales casuísticas, se constata que la resultante es una clara tendencia a la detracción de espacios antes dedicados a la ganadería como uso preponderante. Pero, al día de hoy, se mantienen todavía evidencias sobradamente visibles y reconocibles de esos elementos del pasado en desuso. Y ello permite hablar de “paisajes abandonados actuales” como componentes de un espacio rural en transformación que son expresión de la diversidad geográfica que todavía hoy se puede observar, deducir o interpretar.

Por último, cabe reflexionar acerca del valor patrimonial que pudiera adjudicarse a este tipo de paisajes, de los que España posee gran cantidad y variedad. El presentado aquí es un caso de entre muchísimos otros más. Una posible vía de reflexión sería la de evaluar, al menos tentativamente, si algunos de estos casos de diversidad geohistórica y arqueológico-paisajista pudieran convertirse en eventuales recursos turístico y/o didáctico. Y, así, poder tomar decisiones acerca de conservar estas evidencias, o bien dejar que el paso del tiempo las siga borrando. En el caso de los autores de este trabajo, desde nuestra modesta labor docente e investigadora, intentaremos que al menos no caigan del todo en el olvido, pues constituyen importantes resortes como elementos de entendimiento e interpretación geográfica, ambiental, histórica y cultural. 5. BIBLIOGRAFÍA BUENDÍA, F. (2000): Principales especies pascícolas de las zonas templadas. Madrid. Fundación Conde del Valle de Salazar. GARCÍA-ABAD, J.J. (1995): El interfluvio Tajo-Tajuña en el sector de Yebra, Mondéjar y Mancomunidad de Almoguera: un estudio del medio físico. Alcalá de Henares. Universidad de Alcalá. Tesis Doctoral. Libro microfichado. GARCÍA-ABAD, J.J. (1996): “Evapotranspiración y balances hídricos en un área de transición climática de la Cuenca del Tajo. Contribución a la Cartografía Geoecológica para su Planificación Ambiental”, en MARZOL, M.V. et al (ed.), Clima y agua. La gestión de un recurso climático. La Laguna. Tabapress, p. 199-209. GARCÍA-ABAD, J.J. (1997): “Groundwater salinity differences in karst aquifers through Miocene lacustrine sedimentary units (Eastern sector of Madrid Basin, Central Spain)”, en BATLLE-SALES, J. (ed.) International Symposium on Salt-Affected Lagoon Ecosystems. ISSALE-95. Valencia. Universitat de València, p. 441-448. GARCÍA-ABAD, J.J. (1998). “Fitogeografía de la Mancomunidad de Almoguera. Formaciones leñosas climatófilas no gipsícolas”. Estudios Geográficos, n. 230, p. 35-60. GARCÍA-ABAD, J.J. (2004): “Plantas singulares del tramo norte del valle del Tajuña en la Comunidad de Madrid. Localización en C.U.T.M. de 1 x 1 km” en PANAREDA, J.M. et al. (coord.), Estudios en Biogeografía 2004. Terrassa. Editorial Aster, p. 203-214. GARCÍA-ABAD, J.J. y CARMONA, V. (1996): “Estudio geográfico de las temperaturas en la Alcarria suroriental (I): Análisis mesoclimático del periodo 1971-1992”, Cuadernos Geográficos, n. 26, p. 175-194. MARTÍNEZ, J.M. y NOGALES, I. (2011): “Aportaciones a la flora vascular de Tielmes (Madrid). Flora Montiberica, n. 47, p. 3-18. MURILLO, R. y BALLESTEROS, P. (1985): Aproximación histórica a la Alcarria Baja. Guadalajara. Diputación Provincial de Guadalajara. p. 253. NUET, J. y PANAREDA, J.M. (1991-93): Flora de Montserrat. Barcelona. Publicacions de l’Abadia de Montserrat. 3 vols. PANAREDA, J.M.; SALVÀ, M. y NUET, J. (2004): Mapa de vegetació del Parc Natural del Montseny. Barcelona. Diputació de Barcelona. p. 49 + CD. RIVAS-MARTÍNEZ, S.; DÍAZ, T.E.; FERNÁNDEZ-GONZÁLEZ, F.; IZCO, J.; LOIDI, J.; LOUSÂ, M. y PENAS, A. (2002): “Vascular plant communities of Spain and Portugal. Addenda to the syntaxonomical checklist of 2001”. Itinera Geobotanica, n. 15, p. 5-922. SÁNCHEZ DEL VAL, G. (1928): Estudio de los antecedentes, documentación y bases de las Ordenanzas o Reglamento de la Mancomunidad de Almoguera. Valencia, p. 59.