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Algunas viñas chilenas comienzan a trepar la cordillera de los Andes, buscando diferenciarse en los mercados, reflejando notas más extremas, conquistando nuevas alturas cualitativas. EDUARDO BRETHAU ER R.

Tocando el cielo

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VITIS Magazine l SEPTIEMBRE/OCTUBRE 2011

UP IN THE MOUNTAINS

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Some Chilean wineries are climbing high up the Andes, striving to produce the most remarkable notes, excel in world markets, and reach the pinnacle of quality.

ACE YA ALGUNOS AÑOS, en una visita al Maule, le pregunté a un viñatero por qué la mayoría de los viñedos se emplazaba en la depresión intermedia, entre cordilleras, a un lado y otro de la carretera Panamericana que cruza nuestro país de norte a sur. Le pregunté por qué no trepaban por los faldeos cordilleranos, por qué no buscaban climas un poco más extremos, por qué no experimentaban con viñedos de altura. La respuesta fue escueta. “Porque arriba hiela”, dijo. Le pregunté si tenía a mano algunos estudios. “Dicen que hiela”, volvió a decir. Lo cierto es que la política del no atrevimiento caracterizó la vitivinicultura chilena por demasiado tiempo. El clima benigno y los suelos fértiles de la franja central hacían sencillas las cosas. Los vinos eran buenos, reconocidos por su fruta dulce y textura graciosa, entonces, ¿para qué a salir a buscar notas más irreverentes? ¿Para qué ir contra la generosa naturaleza? ¿Para qué extremar las cosas? Sin embargo, hoy encontramos algunas respuestas. “Los viñedos de altura exigen más trabajo”, sentencia Francois Massoc, enólogo de Calyptra. “Por ignorancia –me incluyo– y poca capacidad de atrevimiento”, explica Felipe Uribe, enólogo de William Fevre Chile. “Porque nuestra idiosincrasia es siempre ir a lo probado, donde los otros ya lo están haciendo bien”, dice Marcelo Retamal, enólogo de De Martino.

A FEW YEARS AGO, while visiting Maule wineries, I asked a winegrower why most vineyards grew in the central valley, between mountain ranges, on both sides of the Pan-American highway that runs all along our country. I asked him why wouldn’t they plant on the foothills, why wouldn’t they look for climates, say, a little more extreme, or why wouldn’t they give it a try to high-altitude vineyards. “Because it freezes up there,” he answered curtly. I asked him if he had any studies at hand. “Everybody knows it freezes up there,” he replied. Truth be told, lack of guts was a signature trait of Chilean winegrowing for too long. The benign climate and the fertile soils of the central valleys made things easy. Wines were good and renowned for their sweet fruit and charming texture, so, why bother to find more outspoken notes? Why going against the generous Mother Nature? “Why going to such extremes?” We do now have some answers to those questions. “High-altitude vineyards need a lot more work on them,” Francois Massoc, winemaker at Calyptra, claims. “Out of ignorance –including myself– and lack of audacity,” Felipe Uribe, winemaker at William Fevre Chile, explains. “Because by nature we’d rather go for something others are doing well, something that is foolproof,” says Marcelo Retamal, winemaker at De Martino. This ‘playing safe’ approach is evidenced by the boom valleys like Casablanca and San Antonio-Leyda have experienced. By the mid 1980s, you’d have been called a nutcase if you had suggested to plant closer to the ocean. Such madness is nowadays responsible for thousands of hectares and dozens of wineries that have bet heavily in those valleys. Definitely, winegrowers started to look for “colder” weather next to the ocean, rather than in the Andes. For example, Viña Errázuriz went after colder temperatures in the west, into what today is the promising Aconcagua Costa appellation. Their highest vineyards are located in Aconcagua –Max VII, 780 m.a.s.l.– and Viñedo Chadwick, 480 m.a.s.l. in Puente Alto, the very cradle of

Ricardo Baettig, Viña Errázuriz. VITIS Magazine l SEPTIEMBRE/OCTUBRE 2011 l 5

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Ribera del Lago Esta idea de jugar siempre sobre seguro está muy bien representado por el boom que han experimentado los valles de Casablanca y San Antonio-Leyda. A mediados de los 80, la sola idea de plantar más cerca del mar era una locura. Hoy la locura se ha materializado en miles de hectáreas y la presencia de un sinnúmero de viñas que han disparado sus balas blancas hacia esos valles. Definitivamente el “frío” comenzó a buscarse en el océano antes que en los Andes. Viña Errázuriz, por ejemplo, optó por salir a buscar el “frío” hacia el oeste, en lo que es hoy la promisoria denominación Aconcagua Costa. Sus plantaciones más altas se encuentran en Aconcagua –Max VII a 780 metros– y Viñedo Chadwick, Rafael Tirado, Ribera del Lago. ubicado a 480 metros, en Puente Alto, donde se mece la cuna de los clásicos Cabernet sauvignon chilenos. “Nuestros viñedos Max V están a 530 metros, pero la temperatura es más moderada por la cercanía del río Aconcagua, no realmente por la altura. En el caso de Max VII, los viñedos están al interior del valle, y con una exposición noreste. La altura, en este caso, no significa menor temperatura, sino mayor exposición, y es por eso que plantamos cepas de clima cálido como Tempranillo, Mourvèdre y Grenache”, explica Ricardo Baettig, enólogo de Errázuriz. La altitud, por lo tanto, no necesariamente es sinónimo de una condición más fresca. Son múltiples las variables que entran en juego, como la topografía, exposición del viñedo y tipo de suelo. Viñedo Chadwick recibe directamente la fría brisa que baja desde los Andes y se cuela a través del Cajón del Maipo. Está en el plano, sobre una terraza aluvial, pero sin duda es el más cordillerano de los viñedos de Errázuriz. “Es el más elegante, intenso, vibrante y fino de todos nuestros Cabernet sauvignon”, afirma Baettig. 6

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the signature Chilean Cabernet Sauvignons. “Our Max V vineyards are at 530 m.a.s.l., but here temperature is milder because of the influence of river Aconcagua, rather than because of altitude. Conversely, Max VII vineyards are located into the valley, with a northeast exposure. In this case, altitude is not synonymous with lower temperatures, but increased sun exposure. This is why we chose warmerclimate cultivars, like Tempranillo, Mourvèdre, and Grenache,” Ricardo Baettig, Errázuriz winemaker explains. Consequently, altitude does not necessarily equal cooler temperatures. A number of variables are involved, including topography, exposure, and type of soil. The cold winds from Andes blow directly into Viñedo Chadwick thru the Maipo gorge. This vineyard is located on an alluvial terrace but it is definitely the most mountainous of Errázuriz’s plantations. “It is the most elegant, intense, vibrant and the finest of all our Cabernet Sauvignons,” Baettig claims.

SOUTHERN WINDS True, it freezes on the Maulean foothills, but a little more effort had to be put into finding the right spot, like Rafael Tirado did. His family-run project on the shores of Colbún Lake started timidly in 1994, while he was still the winemaker at wineries like Terranoble, Veramonte, and VIA Wines. The breathtaking landscape and those lots shaping semi-circular, triangular, and maze-like patterns are nothing short of startling. In no time, their brand Laberinto (maze) and their Sauvignon Blancs and Cabernet Sauvignon/Merlot blend positioned Ribera del Lago at the top. The typicity of their fruit and their depth and fresh character delivered a new organoleptic dimension among Maulean wines and

AIRES SUREÑOS En la precordillera maulina hiela, es cierto, pero había que buscar un poco más, tal cual lo hizo Rafael Tirado. Su proyecto familiar, encumbrado a orillas del lago Colbún, comenzó a echar raíces en 1994, tímidamente, mientras ejercía de enólogo en diferentes compañías como Terranoble, Veramonte y VIA Wines. El paisaje idílico, y esos cuarteles que forman semicírculos, triángulos y laberintos, encierran un cúmulo de sorpresas. Con su marca Laberinto, y sus Sauvignon blanc y mezcla tinta compuesta de Cabernet sauvignon y Merlot, rápidamente posicionó a Ribera del Lago en lo más alto. La tipicidad de su fruta y, sobre todo, su profundidad y frescura, no sólo entregaron una nueva dimensión organoléptica a la oferta del Maule, sino que demostraron que en Chile sí se pueden hacer vinos con una asombrosa capacidad de guarda. La influencia de la montaña es clave. En Colbún se respira un clima seco. No irrumpe la neblina ni la botritis. Sus cielos son abiertos y con una luminosidad muy alta. Las parras, que se mantienen muy activas hasta la vendimia, se han adaptado perfectamente a los lomajes coluviales de maicillo y arcilla y, en la quebrada, donde está plantado el Sauvignon blanc, a un limo muy negro, frío y profundo. “Creo mucho más en la precordillera que en la costa. El frío en las noches es muy importante porque concentra más los vinos y desarro-

proved that Chile offers the ideal conditions for wines with excellent aging potential. The influence of the mountains is pivotal. Colbún is blessed by a dry climate. There’s no room for fog or botrytis. The skies are open, with ample luminosity. The vines –that remain very active until the harvest– have adapted wonderfully to the gravel and clay colluvial hillsides and to the very black, cold and deep silt of the ravine where the Sauvignon Blanc grows. “I have a lot more faith on the Andean foothills than on the coastal areas. The cold at night is critical because it makes wines more concentrated and fosters a wider range of aromas. In Colbún, temperature oscillation ranges from 10º to 28°C in summer,” the winemaker explains. Calyptra is another winery located at the foothills of the Andes, at Coya, in the Cachapoal, some 950 m.a.s.l. It is undoubtedly the highest winery in the Central Valley. According to their winemaker, Francois Massoc, topography, exposure and soil are key when choosing grape varieties and shaping the personality of wine. For instance, their praised Sauvignon Blanc has a northeast exposure and grows in highly clayish colluvial soils. It then gets full morning sun and shaded exposure

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Viña Calyptra

lla una paleta más amplia de aromas. En Colbún tenemos una amplitud térmica durante el verano que va desde los 10 a 28°C”, sostiene el enólogo. Calyptra es otra viña que se encuentra en plena precordillera, arriba de los 950 metros en Coya, en pleno Valle de Cachapoal. Sin duda es la bodega más alta del Valle Central. Según su enólogo Francois Massoc, Viña Calyptra. Francois Massoc, las variables topográficas, las distintas exposiciones y suelos, son factores fundamentales a la hora de establecer los cepajes y van marcando las personalidades de sus vinos. El Sauvignon blanc, por ejemplo, que tantos elogios ha despertado en la crítica, mira hacia el noreste sobre un suelo de origen coluvial con un alto porcentaje de arcilla. El sol, por lo tanto, lo saluda durante la mañana y durante el día lo vigila sólo de reojo, hasta perderse detrás de los cerros. Debido a la topografía del lugar, las horas de sol son menores, alargando la temporada de maduración y permitiendo que las cepas mantengan todo su nervio y frescor. Sin embargo, es el Cabernet sauvignon el cepaje que mejor explica las distintas facetas del viñedo. A grueso modo, encontramos tres terroir muy distintos entre sí: el primero mira hacia el este-oeste y las plantas están sobre un coluvión de tomo y lomo. Sus vinos tienen mucha fruta negra, frescor y taninos un tanto nerviosos; el segundo está plantado norte-sur sobre un suelo de origen aluvial. Sus vinos son más maduros, con mucho equilibrio y redondez, aunque les falta un poco de chispa; y el tercero, con exposición norte-este, es una mezcla de ambos, emplazado sobre un aluvión con una capa de 50 centímetros de coluviones. Zahir, uno de los grandes Cabernet sauvignon de Chile, nace de la mezcla de esas parcelas, vinificadas y criadas en forma sepa-

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until sunset. Given the local topography, the duration of sun exposure is shorter, which stretches maturation and allows cultivars to keep all their freshness and punch. It is Cabernet Sauvignon, however, the variety that best conveys the various aspects of the vineyard. Without going into any depths, three different terroirs may be identified: The first one has an east-west orientation and vines grow in a colluvial terrace by definition. Its wines offer heaps of black fruit, freshness, and rather nervous tannins; the second one, with a north-south orientation, corresponds to alluvial soils. Its wines are more mature, boast balance and roundness, but lack some liveliness; the third terroir has a northeast orientation and alluvial-colluvial soils. Zahir, one of the great Chilean Cabernet Sauvignons, comes from grapes harvested in those lots, vinified and aged separately. “I have all the lots in different barrels. I only blend them for bottling,” Massoc explains.

THE CLASSIC COLD The highlands of the Maipo Valley (called Maipo Alto) have traditionally been considered one of the coldest growing spots in Chile. The huge mountains and the winds that funnel through the canyon and ravines give life to wines that exude a fresh and elegant personality. Haras de Pirque is one such example. The horseshoe-shaped vineyard sits amid the mountains, playing with different elevations and exposures while harboring a wide range of varieties that go from Sauvignon Blanc to Carmenère. Andrés Aparicio, assistant to winemaker Cecilia Guzmán,

rada. “Tengo todos los lotes en distintas barricas y sólo hago la mezcla final un mes antes de la embotellación”, explica Massoc.

explains that the highest vineyards sit above 750 meters and include Carmenère, Syrah, Cabernet Franc and Cabernet Sauvignon. Interestingly, the vegetative cycle runs at different speeds on the valley and on the hillsides, a feature that becomes particularly evident in spring. While on the more exposed hillsides new shoots are already 20 cm in length, the plants on the flatland are barely opening their buds. And although at harvest time ripeness becomes more homogeneous, the actual harvest date can take place with up 10 days difference. “The Cabernet that grows higher up develops more red fruit, whereas the lower vineyards produce more spicy notes, eucalyptol or mint. The same is true for Carmenère. For example, in 2010 the absolutely best grapes in the vineyard came from a lot on the hillside. Without doubt, this is a cooler zone within Maipo Alto. Even the climate conditions differ from those in the traditional terraces of Pirque. Spring frosts give us a hard time, but at the end of the growing season the results are just incredible,” Mr Aparicio says. Slowly but surely, a new category is emerging, that of

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Legado Reserva Cabernet Sauvignon Decanter, October 2010.

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Legado Reserva Syrah December 2010.

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Legado Reserva Chardonnay 30 top wines to buy now, February 2011.

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Tradicionalmente el llamado Maipo Alto ha sido considerado uno de los lugares más fríos de Chile. La altura que alcanza el macizo andino, y las brisas que sobrevuelan sus cajones y quebradas, moldean vinos con una fresca y elegante personalidad. Haras de Pirque es uno de los ejemplos más característicos de esta condición. Su viñedo en forma de herradura, rodeado de formaciones montañosas, juega con distintas alturas y exposiciones, cobijando un amplio espectro de cepajes, desde Sauvignon blanc hasta Carmenère. Andrés Aparicio, quien asiste a la enóloga Cecilia Guzmán, explica que los viñedos más altos se empinan en los 750 metros y corresponden a Carmenère, Syrah, Cabernet franc y Cabernet sauvignon. Entre el plano y las laderas los ciclos vegetativos corren a distintas velocidades. Las diferencias son notables en primavera. Mientras en el cerro, en los sectores más expuestos, los brotes ya alcanzan los 20 centímetros, en las zonas más planas recién están abriendo las yemas. Aunque en vendimia las madureces tienden a igualarse, los tiempos de cosecha pueden alcanzar hasta 10 días de diferencia.

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EL CLÁSICO FRÍO

Legado Reserva Syrah, Top 100 at a glance, December 2010.

Viña William Fevre

Felipe Uribe, Viña William Fevre.

“El Cabernet de la parte alta tiene mucha más fruta roja. En el del bajo resaltan las notas especiadas, el eucaliptol o la menta. Lo mismo ocurre con el Carmenère. En 2010, por ejemplo, cosechamos de la ladera el mejor lote de todo el campo. Sin duda estamos en una zona más fresca dentro del Maipo Alto. Incluso es una condición totalmente distinta a las tradicionales terrazas de Pirque. En primavera la pasamos mal con las heladas, es verdad, pero a final de temporada los resultados son increíbles”, señala Aparicio. Y ya no sólo se habla de Maipo Alto, sino de Muy Alto Maipo. Las nuevas plantaciones de William Fevre Chile inauguraron un nuevo camino, más empinado, más pedregoso, pero sin duda mucho más emocionante. La viña cuenta con tres campos en producción: San Luis de Pirque, a 650 metros; Las Majadas, a 720 metros; y San Juan de Pirque, a 950 metros. Además con 20 hectáreas de Cabernet sauvignon y Malbec plantadas en pleno Cajón del Maipo, a más de 1.000 metros. De acuerdo a Felipe Uribe, su enólogo jefe, los vinos de altura tienen una fineza única. El tanino es tremendamente redondo y comprensivo en boca. Además el desarrollo fisiológico de la planta es mucho más pausado. Las curvas de azúcar y madurez fenólica van de 10

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Muy Alto Maipo (Very High Maipo). William Fevre Chile, for example, established its new plantations on steeper, rockier yet much more exciting ground. The winery has three different vineyards in full production: San Luis de Pirque at 650 meters, Las Majadas at 720 meters and San Juan de Pirque at 950 meters, in addition to the 20 hectares of Cabernet Sauvignon and Malbec planted at the heart of the Maipo Canyon over 1,000 meters above sea level. Chief winemaker Felipe Uribe explains that high-altitude wines feature a very unique type of finesse. Tannins are very round and friendly in the mouth and the plant’s physiological development is much slower. The sugar and phenolic maturation curves go together, permitting to harvest with very low alcohol levels. Soil differences are also important. In the lower area of San Luis, the vineyard grows on alluvium formed by an arm of the Clarillo River. In the summer, the rock and silt soil cracks up, allowing the roots to explore for water and making irrigation chores redundant. On the other hand, in Las Majadas the soil consists of decomposed rock with a small percentage of clay that corresponds to the first terrace of the Maipo River. This is where the character of high-altitude wines makes its appearance: Notes of flowers, red berries and round yet ripe tannins that feature a very fresh and vertical mouth.

Andrés Aparicio y Cecilia Guzmán, Haras de Pirque.

la mano y permiten cosechar con alcoholes muy bajos. También es muy importante la diferencia de suelos. En la parte más plana, en el caso de San Luis, los viñedos están puestos sobre un aluvión formado por un brazo del río Clarillo. Son suelos de piedras y limo, que en verano forman un craquelado que permite que las raíces exploren en busca de agua. Prácticamente no hay que regar. En Las Majadas, en cambio, los suelos son de roca descompuesta con un pequeño porcentaje de arcilla, correspondiente a la primera terraza del río Maipo. Aquí ya comienza a emerger el carácter de los vinos de altura. Notas florales y de berries rojos, taninos redondos, pero firmes, que marcan y proyectan una boca muy fresca y vertical. “Cuando la familia Pino plantó arriba, muchos se agarraban los pelos. Pero el tiempo les dio la razón. Los grandes vinos siempre nacen en zonas extremas, pero extremas de verdad. ¿Cómo es posible catalogar a Leyda o Casablanca como valles fríos con Chardonnay que pueden tener 15° de alcohol? La altura cordillerana es una condición mucho más fría que la mayoría de los valles llamados costeros. Son vinos con un tremendo color y profundidad en boca”, afirma.

OTRA DIMENSIÓN Pero si de altura queremos hablar, tenemos que viajar al norte, específicamente al Valle del Elqui. Allí se encuentran los viñedos más altos de Chile, manchones verdes, llenos de poesía, que se equilibran bajo los cielos más transparentes del mundo. En Huanta, rozando los 2.000 metros de altura, se manejan unos parronales de Pedro Ximénez que Viña Falernia embotella como un vino tranquilo y seco; en el sector de Monte Grande, donde se respiran los versos de la Mistral, se emplaza la preciosa bodega Cavas del Valle, que produce un voluptuoso Syrah y un vino dulce en base de Moscatel de Alejandría. Sin embargo, la cordillera aún depara nuevas sorpresas. En un ambiente místico y sobrecogedor, en el sector de Alcohuaz, se equilibra un viñedo plantado por el viticultor Eduardo Silva. Hoy forma parte de una sociedad que comparten el mismo Silva, el enólogo Marcelo Retamal, Juan Luis Huerta –su enólogo residente– y su mujer Helia, y Viñedos de Alcohuaz. De esas plantaciones, que se paran entre los 1.700 y 2.200 metros de altura, madura el impresionante Syrah que Viña De Martino embotella como Alto Los Toros. En Alcohuaz hay mucha radiación solar. Es por eso que los socios tomaron la decisión de abandonar la espaldera y plantar todo con parrón elquino. Un sistema tradicional de la zona, donde el racimo queda mucho más sombreado y se puede proteger de los embates del sol. Entre octubre y abril el promedio de las temperaturas máximas llega a los 28°C. Sin embargo, el promedio de las bajas temperaturas también es muy marcado. No hay duda: es un clima extremo. En invierno, por ejemplo,

“When the Pinto family decided to plant up there, many just could not believe it. But time proved the family right: Great wines are always born in extreme areas, really extreme ones. Can you really call Leyda or Casablanca cold valleys when their Chardonnays develop 15º of alcohol? The highlands of the Andes have much colder conditions than most of the coastal valleys. The color and mouth structure of these wines are really incredible,” he affirms. A NEW DIMENSION But if we are to talk about high-altitude, the Elqui Valley is the place to be. There we find the highest vineyards in Chile, green patches of poetry that cling to the rock under the world’s most pristine skies. In Huanta, at approximately

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2,000 meters, we find some Pedro Ximénez vineyards that Viña Falernia bottles as a tranquil, dry wine. In Monte Grande, home to Nobel literature laureate Gabriela Mistral, the beautiful Cavas del Valle winery produces voluptuous Syrah and a sweet wine made from Muscat of Alexandria. But the mountains have more hidden treasures. In the mystical and breathtaking area of Alcohuaz lies a vineyard planted by viticulturalist Eduardo Silva. The undertaking is part of a partnership between Mr Silva, winemaker Marcelo Retamal, resident winemaker Juan Luis Huerta and his wife Helia, and Viñedos de Alcohuaz. These plantations that grow between 1,700 and 2,200 meters give Alcohuaz, Valle del Elqui life to the impressive Syrah that Viña De Martino bottles under the label Alto Los Toros. UV radiation in Alcohuaz is very intense, so the partners decided to give up vertical training in favor of the Elqui trellis, a traditional training system that keeps bunches more shaded and protected from the sunrays. The high cayeron más de 20 centímetros de temperature average between October and April nieve en el campo. “Es más difícil is 28ºC, but the low temperature average is also que plantar en la costa. Es otra divery dramatic. An extreme climate indeed. For mensión”, dice Marcelo Retamal. example, last winter the vineyard was covered Las cepas se adaptan al clima y under more than 20 cm or snow. “Planting here se protegen, formando pieles muy is more difficult that near the coast. This is a gruesas que brindan una multiwhole new dimension,” says Marcelo Retamal. plicidad de aromas y colores muy Grape varieties adapt to the climate and profundos. Sin embargo, pese al inprotect themselves by developing thicker skins clemente sol de verano, las uvas se that produce a multiplicity of deep aromas and Helia de Huerta, Marcelo Retamal y Juan Luis Huerta. cosechan con pHs bastante bajos. flavors. But, despite the relentless summer sun, ¿Por qué? Retamal no se lo explica grapes are harvested with fairly low pH readings. aún a cabalidad. Quizás influye la The reason? Mr Retamal does not know exactly. amplitud térmica o las menores horas de luz. “Las montañas están Maybe it is the temperature differential or the fewer muy encajonadas. En marzo, cuando madura la fruta, recién a las 9:50 daylight hours. “The mountains here are almost on top of de la mañana comienza a asomar el sol. Además las diferencias de each other. In March, the time of maturation, the first sun madurez están marcadas por la altitud. Un mismo Grenache plantado rays begin to appear around 9:50 in the morning. Also, we 400 metros más arriba puede cosecharse con un mes de diferencia. Es have found that differences in ripeness are a function of the impresionante”, exclama. altitude: The same Grenache planted 400 meters higher can Retamal dice que estamos ante un terroir para cepajes más rústicos be harvested with one month’s difference, and that is really y resistentes, como Syrah, Petit syrah, Grenache y Touriga Nacional. amazing,” he adds. Mientras el proyecto Alto Los Toros sigue su exitoso camino, Viñedos In his opinion, the varieties produced in this terroir are de Alcohuaz pronto lanzará una mezcla de Syrah, Grenache y Petit more rustic and resistant, like Syrah, Petite Syrah, Grenache syrah, cofermentado en huevos de cemento, y un Carignan, vinificado and Touriga Nacional. While Alto Los Toros continues along en barricas viejas. Toda una rareza frente a lo que nos tiene acostumits successful path, Viñendos de Alcohuaz is set to release a brado el país. blend of Syrah, Grenache and Petite Syrah co-fermented in concrete eggs, and a Carignan vinified in old barrels. A true rarity compared to what the country has got us used to.

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