Misa por la Paz y la Justicia Ariel Ramírez - 1981 Producciones Lastra S.L COMENTARIO PRELIMINAR

Ariel Ramírez. Buenos Aires, 15 de septiembre de 2001. Al aceptar la sugerencia de los Editores acerca de suscribir el Comentario preliminar para esta edición, pensé que debía hacer conocer los acontecimientos que, muchos años atrás, dieron origen a la obra que se presentamos. De modo que, a la narración de mis propias experiencias antepuse, seleccionando entre mis recuerdos, una serie de fragmentos de entrevistas publicadas en distintos periódicos del país, en torno a la Misa por la Paz y la Justicia. "Componer Misa por la Paz y la Justicia fue una predestinación. Ocurrió durante una ejecución de Misa Criolla en la capilla Mater Admirabilis, en la calle Arroyo al 900, en Buenos Aires, en el año 1979. Durante el oficio religioso el padre Rafael Braun pidió públicamente a Dios porque yo compusiera otra misa, pero implorando por la paz y la justicia en el mundo. A partir de ese momento asumí el compromiso y busqué el material adecuado con el auxilio del padre Osvaldo Catena y el apoyo del sacerdote José Bevilacqua. En ella traté de reflejar el mensaje de la Iglesia Católica de dos mil años de prédica por la vigencia de estos dos valores del Evangelio y de la humanidad." "Cuando leo los diarios y veo lo que está ocurriendo en el mundo, como hombre me horrorizo. Es el mismo dolor que sentí en mi propio país por lo que hemos vivido. Creo que, como artista, uno debe contribuir a que no se repita, ni aquí ni en ninguna otra parte, y así surgió la idea de musicalizar este mensaje." "Como artista argentino tengo el compromiso de dejar, junto a toda mi obra, un mensaje cristiano a favor de la paz. Y ojalá se interprete profundamente la intención de mi mensaje. No pido paz ni con gritos ni con odio, sino con amor... Quizás pueda ser un granito de arena a favor de la paz y la justicia en el mundo." "Lo que me llevó a escribir esta nueva partitura han sido los hechos vividos en el país en los últimos años. Nunca antes habíamos pasado tantas desventuras." "En la Misa por la Paz y la Justicia deben considerarse dos aspectos importantes. Una, la faz artística y otra la moral, la que nos hace reflexionar con profundidad acerca del significado de las palabras paz y justicia: la paz como único medio de convivencia y a la justicia como vehículo de unión entre los pueblos de todo el mundo." "Sin esa paz y sin esa justicia sería imposbile pintar, componer, escribir y disfrutar de todos los dones que Dios nos ha dado en la vida para compartirlo con nuestros hijos y nuestros amigos."

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"La inicié en 1975. Recién escribí los primeros compases en 1977 y, luego de cuatro meses de ensayos, la hemos grabado en treinta días de minuciosa tarea, buscando los efectos más adecuados para cada parte. Trabajamos en los estudios ION de Buenos Aires, a partir del 19 de octubre de 1981, para sello Microfón." Palabras pronunciadas en Benito Juárez, 26 de noviembre de 1981 en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, de Benito Juárez (Provincia de Buenos Aires), en ocasión de la primera audición de la grabación. "La obra está dividida en dos partes, una para cada cara del disco. La primera finaliza con la Homilía, y la segunda con el Salmo 150. Esta obra, que comencé a elaborar hace cinco años, es un viejo anhelo personal, ya que fue mi intención al componerla, el contribuir como artista argentino a un mensaje cristiano por la paz. Fueron muchos los motivos que me impulsaron a trabajar en esta Misa, y cualquiera de ustedes puede comprobarlo diariamente al leer las páginas de los diarios... El mundo necesita paz y todos nosotros, en nuestras profesiones estamos obligados a trabajar por ella. he contado para la realización de esta obra -que nos ha llevado hasta ahora 240 horas de trabajo en estudios para su grabación y elaboración- con la participación de artistas notables de nuestro país. Y voy a mencionar primeramente a Zamba Quipildor, a quien he escuchado atentamente durante estos años de trabajo en común, estudiando y apreciando todas las posibilidades de una voz tan privilegiada como la que Dios le ha dado. Zamba, que proviene del norte de nuestro país, de Salta de Jujuy, donde la gente canta en tono de baguala, es un representante excepcional de ese estilo. Participa también un coro provinciano, del Club Regatas de Mendoza, dirigido por Damián Sánchez -ex integrante de Los Trovadores- que es quien ha realizado los arreglos corales. Se trata de un coro juvenil, con edad promedio de veinte a veintiún años. También Oscar Cardozo Ocampo orquestador y director de la grabación, músico talentoso y técnico invalorable, sin cuyo asesoramiento hubiera sido imposible realizar este difícil trabajo. En cuanto a Alfredo Alcón, consideré que era la persona mejor dotada del país, para leer el mensaje por la paz de su Santidad Juan Pablo II, como así también para recrear los textos bíblicos de Jeremías, los Salmos y el Apocalypsis. He tenido además, el asesoramiento del padre José Bevilacquea -quien ahora está aquí, con nosotros-, en Buenos Aires y he tenido la suerte de que todos los textos creados para esta obra, hayan sido aprobados por Monseñor Marengo, Obispo de Azul. Por último, he dejado para el final al padre Osvaldo Catena, con quien me une una amistad que nació en Santa Fe, cuando él estudiaba el seminario y yo el magisterio en la Escuela Normal. Unidos por el amor común por la música, hemos mantenido esa amistad a través de los años, y gracias a él, que proporcionó infinidad de textos bíblicos para que yo pudiera seleccionar, al mismo tiempo que escribió y desarrolló la temática de la Misa por la Paz y la Justicia, hoy es uno de los días más felices de mi vida, porque he concluido un obra que me llena de orgullo, porque creo que con ella este grupo de colaboradores puede dejar no sólo para nuestro país, sino también para el mundo, un mensaje de paz y de justicia, de acuerdo al sentimiento que tenemos todos los argentinos."

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El Día. La Plata, 8 de diciembre de 1981. Una vez publicado el disco, mucho tiempo transcurriría aún hasta la edición de la partitura. Así fue como se encadenaron los hechos. El 30 de noviembre de 1981 la empresa presentó la versión discográfica en Buenos Aires y a continuación en algunas ciudades del país. El primer concierto en el que participé en Buenos Aires, fue el día 7 de abril de 1982 en el cine-teatro Maxi Concert. Hicimos una segunda presentación en la ciudad de Córdoba, el 5 de julio de 1986. A partir de allí...se hizo el silencio. El mensaje de la Misa por la Paz y la Justicia no tuvo eco en mi país de entonces. Años más tarde, ante mi sorpresa, el sonido de sus melodías se escuchaban en el exterior. Una de las instituciones corales más relevantes de Estados Unidos, la New York Choral Society ejecutaba "Misa Criolla" a partir de 1972, bajo la conducción de su anterior director musical, Robert DeCormier; estaban informados acerca de la música de nuestra región y la admiraban. En ese afán de conocimiento, una joven pareja, integrada por uno de los hijos de DeCormier, decidieron viajar a Sudamérica y comenzaron visitando Chile, donde les advirtieron del peligro que corrían por las persecuciones del régimen militar y, por fortuna, en horas estaban cruzando los Andes con rumbo a Mendoza. Quiso el destino que el día 15 de diciembre de 1981, cuando se estaba llevando a cabo en el Club Mendoza de Regatas la presentación del disco de la Misa por la Paz y la Justicia, esos jóvenes norteamericanos estuvieran entre el público. Conmovidos por los hechos vividos y por la emoción que esa música les había producido, volvieron a su país, con el disco en su maleta, y la decisión de hacerlo conocer a su padre y al Coro, del que formaban parte. En 1985 luego de un concierto en el Avery Fischer Hall del Lincoln Center, en el que ejecutamos Misa Criolla, un grupo de coreutas de la New York Choral Society, ante mi sorpresa, me pidió el material para preparar la nueva misa por la Paz, que ya muchos de ellos cantaban sus melodías, aprendidas de oído. Por supuesto que iniciamos nuestro contacto. Imposible narrar la emoción cuando asistí en 1988 a la sala de ensayo del Carnegie Hall, y fui recibido con el afecto más caluroso que jamás me hubiera imaginado, por alrededor de ciento ochenta coreutas que integraban la New York Choral Society, quienes bajo la dirección de John Daly Goodwin, ensayaban con fervor Misa por la Paz y la Justicia. Ese agitar de partituras, aplaudiendo con los brazos en alto es una imagen que me acompañará por siempre. Las posteriores ejecuciones públicas de esta obra, también tuvieron lugar fuera de la Argentina: en Francia, julio de 1995 en Puy-en-Velay, dirigida por Laure Dioudonnat (versión a la que asistí como invitado) y en Holanda, en el Concertgebouw de Amsterdam, en noviembre de 1997 y en diciembre de 2000. Estos últimos conciertos fueron gestionados por el Dr. Marinus Pool, cuya labor en favor de la difusión de la Misa por la Paz y la Justicia, me obliga a manifestar este público agradecimiento. Producciones Lastra S.L C/ Estrella Polar 12, 5º Izq. 28007 - Madrid - Spain ● Tel: +34 91 521 77 23 ● E-mail: [email protected]

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En el mismo sentido, agradezco a Warner / Chappell Music Argentina que finalmente tomó a su cargo la presente edición, reconociendo que, al facilitar su acceso a todo el mundo, se ha solidarizado con el mensaje de la obra. El presbítero Osvaldo Catena, a cuya memoria dedico la edición, pronunció el día del estreno de nuestra Misa, hace veinte años, las siguientes palabras, de dolorosa actualidad: "Sin la justicia, la paz es solamente un orden, y toda Misa es siempre una oración por estos dos bienes humanos". "En estos días de tensión y confusión mundial, en que la violencia es el común denominador en todos los actos de los hombres de toda la tierra, la palabra de Dios -esa palabra que tanto fue tergiversada y vendida como una postal de una comodaticia fe- nos devuelve un poco la esperanza, nos rescata de la incredulidad y nos hace pensar que no todo está perdido, que aún superviven miles, millones de hombres y mujeres que creen en la paz, el amor entre los pueblos y la amistad." ACERCA DE MISA POR LA PAZ Y LA JUSTICIA

Nota de Pola Suárez Urtubey para la edición discográfica A dieciocho años de la creación de su Misa Criolla, Ariel Ramírez compone su segunda obra con destino a la más importante función religiosa del mundo cristiano. Confiesa el autor que acontecimientos que conmueven diariamente al mundo actual lo han movido a crear esta Misa por la Paz y la Justicia, producto de una larga meditación. Para ello ha recurrido a los textos y oraciones que en el Misal Romano figuran como destinados a la liturgia con la cual la Iglesia pide por la paz y la justicia. De ahí su nombre. Ya se sabe que existen dos tipos de misas, lo cual condiciona la estructura musical de las mismas. La ordinaria o común es aquella que contiene partes que permanecen prácticamente inamovibles dentro de la liturgia. Ellas son: Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus-Benedictus y Agnus Dei. Pero hay partes que se agregan y cambian según los tiempos del calendario litúrgico, las fiestas de santos y otras ceremonias y esas secciones componen el "propio" de la misa. Misa por la Paz y la Justicia, al tener un destino determinado pertenecería a este último. Por tanto, en lugar de los cinco números musicales de la liturgia común, lleva diez partes, las cuales se intercalan entre aquéllas. Esas partes son: 1) Introducción, 1a) Señor, ten piedad de nosotros (Kyrie); 2) Gloria a Dios; Producciones Lastra S.L C/ Estrella Polar 12, 5º Izq. 28007 - Madrid - Spain ● Tel: +34 91 521 77 23 ● E-mail: [email protected]

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3) Salmo responsorial; 4) Aleluia; 5) Homilía; 6) Creo en Dios; 7) Santo es el Señor (Sanctus); 8) Cordero de Dios (Agnus Dei); 9) Comunión; 10) Salmo 150. Para su Misa, Ramírez recurre a un solista vocal, un recitante, coro mixto y conjunto formado por instrumentos varios, que van desde modernos electrófonos hasta los más sencillos y difundidos del mundo folklórico y aborigen americano. Así se incluyen quenas, charangos, tres sikus de distintos registros; tres guitarras (criolla, de doce cuerdas y eléctrica); bajo eléctrico, teclados eléctricos, clave y variada percusión.

En lo que se refiere al estilo de composición, Ramírez se mantiene dentro de lo que es habitual en él. Vale decir, libre utilización de materiales del folklore argentino, así como de elementos que provienen de culturas aborígenes que están hoy en franco estadio de transculturación. Esa libertad con que el autor trata dichos materiales lo ubica claramente dentro de lo que técnicamente llamamos "proyección del folklore". Bagualas, con sus escalas de tres o eventualmente cuatro sonidos; cuecas, zambas, bailecitos, estilos y chacareras, especies todas ellas vocales o coreográficas del mundo folklórico, alternan con ritmos y aun fórmulas melódicas de los Toba. Las melodías reciben una armonización libre; a veces son utilizadas como líneas vocales monódicas y otras en la tradicional escritura polifónica, a menudo en el estilo del coral. Puede recurrir al procedimiento "a cappella", es decir, coro sin acompañamiento instrumental, o bien estar ligado a este último. Más libre aún resulta el tratamiento que hace Ramírez de las fuentes sonoras, al incluir algunas tan alejadas de la órbita propiamente folklórica, como puede serlo el clave o los electrófonos. Detalle de las partes de la Misa 1 - Introducción.1a) Señor, ten piedad de nosotros. Es el Kyrie eleison precedido de una introducción. Se trata del lamento de hombres y mujeres que lloran por la muerte de sus hijos, en alusión a los textos del profeta Jeremías (capítulo 31, versículo 15) y de San Mateo (2.18) por la matanza de los Santos Inocentes bajo las órdenes de Herodes. Aquí utiliza el autor un canto de lamentaciones, salpicado por elementos que proceden de la baguala. 2 - Gloria a Dios. Es la segunda de las cinco partes del ordinario de la misa. Fue denominado asimismo "himno angélico" por haber sido cantado por los ángeles para Producciones Lastra S.L C/ Estrella Polar 12, 5º Izq. 28007 - Madrid - Spain ● Tel: +34 91 521 77 23 ● E-mail: [email protected]

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anunciar el nacimiento de Jesús. "Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad", dice San Lucas (2.14). En ese mensaje, la gloria de Dios va unida a la paz de los hombres, como supremo regalo que contiene en sí todas sus bendiciones. Dado el carácter y contenido del texto, el Gloria ha estado siempre musicalizado por medio de melodías vivaces y animadas. Ramírez comienza el de Misa por la Paz y la Justicia, con una cueca norteña , en movimiento vivaz y con recurrencia a escalas pentáfonas. El charango provee al conjunto de un ritmo verdaderamente exaltado. Sigue luego una parte de enorme originalidad y belleza creada por el autor dentro del carácter del triste jujeño. Para el final retoma el tema inicial, que cierra esta canción en forma brillante. 3 - Salmo responsorial. En esta sección se recurre a palabras tomadas de los Salmos 84 y 71, donde se describe al Mesías como el príncipe de la paz, en cuyo reino serán acogidos los pobres y desamparados. En sus días florecerá la justicia y la abundancia de paz hasta que deje de existir la luna. La justicia marchará delante de El y dirigirá sus pasos. Musicalmente, el autor recurre a variados procedimientos. Se alternan las voces del narrador y del cantante solista, alternancia que en el curso de la obra sólo volverá a darse en el Salmo 150 con que finaliza la Misa. Desde el punto de vista coral, hay pasajes monódicos y otros de polifonía plena, con partes "a cappella" y otra acompañadas instrumentalmente. 4 - Aleluia. Es una aclamación de alegría, con la cual tradicionalmente se inician y terminan muchos salmos festivos atribuidos a David. Este canto de alegría y triunfo es una de las partes más ricas y elaborado del "propio" de la Misa. En la obra de Ariel Ramírez, mientras el coro entona, en un ritmo toba, la alabanza al Señor contenida en el Aleluia, el solista proclama la bienaventuranza del Sermón de la Montaña, donde Jesús glorifica a los constructores de la paz "Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios" (San Mateo, 5.9). En cuanto a las melodías se afirman en un esquema propio, asimismo, de los Toba. 5 - Homilía. La Homilía (enseñanza) es la explicación de la palabra de Dios al pueblo, basada en un pasaje de la Sagrada Escritura. En el caso de esta Misa, se escuchan las palabras del Papa Juan Pablo II, tomadas de su primer mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, realizada en enero de 1979. El Santo Padre convoca aquí a todos los hombres, en especial a los cristianos, para la causa de la paz y afirma el triunfo definitivo de esta causa. El texto está a cargo del narrador mientras la música, un tema de zamba, acompaña discreta y secundariamente. La palabra papal pronunciada por el narrador es acompañada por el coro, que por momentos vocaliza y en otros pasajes, breves, introduce invocaciones que imploran de Dios la gracia de la paz. 6 - Creo en Dios. El Yo creo, primera palabra del símbolo de los Apóstoles, es a su vez la profesión de fe de los cristianos. Fe en Dios como Padre y Creador de todas las cosas y Producciones Lastra S.L C/ Estrella Polar 12, 5º Izq. 28007 - Madrid - Spain ● Tel: +34 91 521 77 23 ● E-mail: [email protected]

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certeza en el triunfo de la Vida, mediante la obra redentora de Jesús. Para este momento pletórico de afirmación, Ramírez ha recurrido al malambo, danza popular argentina en compás de 6/8 y movimiento rápido. Es danza campesina destinada exclusivamente a los hombres, con carácter de torneo de habilidad y destreza. Queda a cargo del clave el sustento rítmico que domina durante toda esta sección. 7 - Santo es el Señor. Culmina aquí la acción de gracias. La santidad de Dios resplandece en la tierra por el triunfo del bien y se proyecta en la plenitud del cielo. Para evocar la liturgia celestial descripta por el profeta Isaías ("Santo, santo, santo, Dios de los ejércitos: toda la tierra está llena de su gloria", Isaías, 6.3), el músico recurre a una derivación del bailecito, danza del norte argentino aunque de amplia dispersión en varios países sudamericanos. 8 - Cordero de Dios. Una de las especies líricas más profundamente ligadas a la tradición folklórica argentina es el estilo, que si bien tuvo amplia difusión en varias provincias argentinas, ha quedado marcadamente ligada al folklore pampeano, sobre todo por la popularidad que le otorgó el movimiento tradicionalista que parte del gran poema de José Hernández, "Martín Fierro". Esta especie es evocada por Ramírez para aludir cordero pascual (Jesús), que se entregó en la cruz para quitar del mundo el pecado, que pacifica y construye. Las invocaciones acompañan aquí al rito de partir el Pan que unirá luego a todos los fieles en la comunión. 9 - Comunión. Otra vez la zamba, una de las más bellas especies musicales que acompañan a una poética coreografía tradicional argentina, es el tema elegido para el momento de intimidad con Dios, de gratitud y alegría fraterna. En la opinión del autor, los versos de esta zamba son como un diálogo entre el Señor que invita a la humanidad a su Mesa y la respuesta del hombre que llega, con su hambre y su sed, ante Dios, dispuesto a ser instrumento de la paz divina en el mundo. 10 - Salmo 150. Es el último del Libro de los Salmos. Un Aleluia, una alabanza a Dios en su santuario, por la extensión de su fortaleza y por la grandiosidad de su obra. "Alabadle -dice el Salmo150- al son de bocinas; con salterio y arpa, con adufe y flauta, con cuerdas y órgano, con címbalos y resonantes". Pues bien, el texto que ha sido aquí modificado para adecuarlo a los instrumentos folklóricos utilizados por el autor. "Alabemos con los charangos y los bombos, con las guitarra y con la danza..." La danza está representada por el zapateo, típico en gran número de especies coreográficas argentinas. El ritmo es el de una exultante chacarera, en la que voces e instrumentos se conjugan en el radiante Aleluia. En medio de ella, el narrador pronuncia las palabras del Apocalipsis (capítulo 21, versículos 1-4), que describen la visión del cielo y de la tierra nueva, sin llantos ni muerte. Obra de Dios llevada a su plenitud por gracia de su amor y de los constructores de la paz.

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