LOS MAESTROS CANTORES

EL CANTO LOS MAESTROS CANTORES En los comienzos de la colonización, los primeros sonidos que se escucharon fueron los emitidos por el coro en el prec...
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EL CANTO

LOS MAESTROS CANTORES En los comienzos de la colonización, los primeros sonidos que se escucharon fueron los emitidos por el coro en el precario ámbito de la escuela alemana y luego en el Templo de religión protestante en San Carlos Sur. Juntamente se oyeron los instrumentos personales traídos por los mismos suizos y alemanes, que animaban los bailes con danzas típicas de sus regiones de origen. Después se fueron formando las bandas, pero al mismo tiempo, en las iglesias católicas del Centro y de San Carlos Norte, se escucharon las misas cantadas en latín según el riguroso ritual de la época. Este capítulo, está dedicado entonces, a ese canto desarrollado en el interior de las iglesias. Juan Sebastián Bach, uno de los más grandes compositores, expresaba que la mejor música era aquella que se inspiraba con la intención de alabar a Dios. Y con sus obras religiosas para órgano y coros, desbordó el ámbito de las catedrales con increíbles combinaciones sonoras difícilmente superables. Fue el más grande compositor de música sacra y un organista e improvisador extraordinario. Sin embargo, aún con estas formidables dotes, consideraba que la voz humana estaba por encima de la obra instrumental. Porque la voz cantaba la letra; las palabras, el texto, las oraciones, el rezo que se elevaba hacia el firmamento. Por eso firmaba: Johann Sebastian Bach, Kantor. Bach era “ kapellmeister” o sea maestro de capilla; oficio que significaba ocuparse de todo lo que se tocaba en la capilla o parte trasera superior de las iglesias, donde se encontraba el órgano, los músicos y el cantor o los cantores y el coro, dándosele también , por eso, el nombre de “coro”. . Antiguamente el maestro de capilla debía componer, además, la música que se interpretaba, pero más limitadamente era el organista y cantor. Salvando las distancias cualitativas y temporales , más de ciento cincuenta años después, resurge esta actividad en la iglesia de San Carlos Norte, gracias a la vocación de Fernando Rey, un joven entusiasta que comenzó en el coro y luego fue el maestro de capilla que cantó y tocó el armonio por más de cincuenta años. Luego de unos años, el coro quedó a cargo de Fernando Rey quien daba clases de solfeo y canto a los jóvenes Luis y José Travaglino, ensayando las misas del obispo Cagliero igualmente las misas de Javier Mercadante y los Te Deum de Perossi y Capocci. En los años posteriores, siempre bajo la dirección de Fernando Rey se suman al coro, los hermanos Humberto y Gaitano Simionatto, José Tell, Sinforiano Croatto, Domingo Calegari, Andres Benassi, Eduardo Favre, Enrique Cecotti, Camilo Meynet y Dalmiro Favre La parroquia de San Carlos Norte se distinguía por una costumbre conservada desde la época del Pbro. Mollaret. , quien solía cantar la segunda o Misa Mayor todos los domingos y varias más durante el año. Se realizaban además, las procesiones los días domingos con las imágenes de la Sma. Virgen de Guadalupe, San Pancrasio, San José, Santa Teresita del Niño Jesús, y otras festividades, según la fecha. Los tres últimos días de los ejercicios del mes de María se hacían funciones nocturnas, terminando la víspera del 8 de diciembre, como ya se anticipara, con una solemne procesión de farolitos, alrededor de la plaza, acompañando con banda de música y seguido por los fieles llevando en andas la imagen de la Sma. Virgen de la Asunción.

Al principio el coro era masculino, pero al incorporarse voces femeninas, para salvar las disposiciones reglamentarias, las mujeres cantaban frente al altar mayor, en una capilla adyacente, en forma separada. El primer coro femenino lo componían las señoritas Isabel Favre, Nelsa Favre, Apolonia Rey, Marta Rey, Zulema Bergoen, Dorila Kreig, Dolly Kreig, Asunción Marozzi, Celestina Favre, Asunción Favre, Cecilia Rey, Mafalda Favre, Catalina Favre, Delia Candelar, Olga Rossano, Clara Favre, Teresa Rey, Margarita Rey entre otras. En la capilla superior el coro masculino era apoyado musicalmente, además del armonio ejecutado por Fernando Rey, por otros instrumentistas como ser Pedro José Rey con violin, Esteban Rey con flauta, German Favre, José Benzi y José Calegari con clarinetes. Nadie imaginaría que en ese entonces, en una alejada iglesia de pueblo, rodeada de trigales y calles polvorientas, al entrar en ella una mañana de domingo, escucharía esas maravillosas resonancias orquestales y el canto de voces masculinas, que transportarían sus espíritus a regiones celestiales. Actualmente las misas son cantadas por un coro femenino “a capella” es decir sin acompañamiento de instrumento alguno, porque no lo hay y que está formado por Stella Maris Corsini, Nidia Prost, Vilma Colomba, Alejandra Meynet, y Rosita Spíndola, que interpretan cánticos en castellano, con devoción religiosa Ya no se escuchan aquellas emocionantes y voluminosas sonoridades de un coro mixto con acompañamiento orquestal de antaño, que no solamente elevaba los espíritus sino que atraía a los fieles hacia la iglesia. Las hijas de Fernando Rey, Marta y María Esther, testimonian que su padre murió en l963 a los 88 años de edad y hasta su vejez se dedicó con pasión a lo mismo. Cuentan que en su casa tenía un pequeño armonio que cargaba en su auto e iba a otras localidades cercanas donde lo llamaran, para cantar misas de funerales, llevando a veces a otros cantores. Aunque ese era un oficio remunerado, su atracción por el arte musical estaba por encima de cualquier otro interés. Rina Rey, hija de Pedro José Rey, residente también en San Carlos Norte, conserva el violin que fuera de su padre. El mismo fue comprado en la casa Breyer y Porfirio de Bs.As. hace más de cien años por Andrés Benassi en la suma de cien pesos y que es una copia del modelo Guarnerius.

Orquesta Parroquial de San Carlos Norte De izquierda a derecha.: los cantores Pío Marano y Luis Ottolina, luego Fernando Rey, apoyado en el armonio, José Benzi, José Calegari, y Germán Favre con clarinetes, Pedro José Rey -sentado con el violin-, Sinforiano Croatto , director y cantor con Domingo Calegari. Fotografía tomada en el patio de la casa de Fernando Rey, alejada de la plaza ,donde se aprecia la pequeña ventana del altillo que, en las primeras casonas se construía para vigía de los malones.

La misma Orquesta Parroquial de San Carlos Norte con la interesante presencia de una persona con barba y cabellos blancos, sentado detrás del armonio. Se trata de don Vicente Rey, el mayor donante que tuvo San Carlos Norte, que dio todo el dinero suficiente para construir la iglesia y casa parroquial del pueblo y mucho más en varias oportunidades y dejó el resto para el arzobispado de Santa Fe.

sonido Noche de Paz- Gruber coro internacional LAS DONACIONES DE DON VICENTE REY El Ingeniero Clemente Converset de Paraná, que proyectó y dirigió la construcción de la iglesia, calculó unos 30.000 pesos, para la obra levantada y techada, sin contar la torre que llega hasta los 37 metros de altura, y sin los pisos y sin los revoques. La arena se pagaba $2. cada carrada y los domingos se leía la lista de los que irían a buscarla con sus carros, hasta Santo Tomé. La mayoría de estos gastos y los que siguieron, fueron solventados por don Vicente Rey y el faltante por donaciones de los parroquianos. De igual forma para la construcción de la casa parroquial. Donó también la suma de $ 3.000 para abonar los honorarios de los Reverendos Padres Misioneros que periódicamente vendrían a predicar a San Carlos Norte como también una de las dos campanas, la llamada “la pequeña saboyarda” encargada a Francia, con un peso de 300 kilos. Se llamaba así porque la “gran saboyarda” está en la basílica de Montmartre en París y pesa 17.500 kilos. En abril de 1903, dejó a la Iglesia sin deudas, al cancelar un pagaré de $ 4,740 que se debía a Rosa M. Favre de Díaz y el 4 de agosto de 1916 donó cien pesos para cambiar el armazón que sostiene la campana pues el anterior estaba en malas condiciones. En agosto de 1923 donó la suma de doscientos pesos para fabricar en Santa Fe, un portón de hierro para reemplazar al viejo de madera, que servía de entrada al jardín frontal.. Don Vicente era soltero, considerado generoso y ferviente católico por el Pbro.Mario Valenti de cuya “Historia de la Parroquia de San Carlos Norte “ hemos extraído los datos mencionados. Este cura historiador califica al Pbro. Mollaret, que era el recaudador de las donaciones y a don Vicente Rey, como: “los campeones en esta batalla, para construir y mantener la casa del Señor y su ministro, a quienes la posteridad deberá estar eternamente agradecida”. Don Vicente Rey llegó a San Carlos Norte por una curiosa decisión personal junto con su hermano, hecho que se describe en el capítulo de “los saboyanos”.

LA MÚSICA EN LA IGLESIA DE SAN CARLOS CENTRO Pero, ¿qué ocurría en esa época, en la iglesia parroquial de San Carlos Centro ? Las procesiones con banda formaban parte del ritual los días festivos. Dentro de la iglesia, para las misas cantadas, desde los primeros tiempos, los cantores oficiaban al igual que en San Carlos Norte. Estas costumbres se corroboran haciendo una lectura de hechos que se mencionan aisladamente en los periódicos de la época y así podemos decir que en agosto de 1901 se fundó el Apostolado de la Oración y en 1905 comenzó a festejarse el Sagrado Corazón de Jesús, con misas cantadas y procesión con banda En 1907 se formó un coro femenino para cantar la novena , que lo componían María Beltramino, Alicia y Josefina Bertelli, Dominga Monetti, Clara Longo, Adela Marinelli, Inés Lasagna, Rogelia Gomez, Herminia y Esmeralda Novero y en el armonio se turnaban María Susanaco o María Monetti. Las misas también eran cantadas en latín. En 1937 el coro de las hijas de María fue dirigido por Tilma Berra , según dato extraído del artículo escrito por la memoriosa Ercilla Alarcón y publicados en el nº 79 del periódico La Voz de San Carlos. La orquesta “Selecta” del maestro Washington Radcliff, incursionó también en el ámbito eclesiástico habiendo ejecutado la misa en la festividad de San Pedro con la colaboración del Pbro. José T. Maxwell y un coro de jóvenes. El 9 de julio de 1944 se tocó la misa sacra del Tedeum escrita por el Pbro. Zaninetti, interviniendo la Sra. Carmen Perrier de Tourn en el armonio, Adolfo Giacomino, Edmundo Duttweiler y José Mario Carossi en violines -este último de Sta.Fe - Ives Sacavino en flauta, Pablo Messina en clarinete, Mario Duffort en Trombón y Angel Dupuy (h) en contrabajo. Al coro lo integraban Valentín Aimaretti, Danilo Oldani, Orlando Terragni, Floresmil Marconi y Pío Marano., según un artículo especial de la revista El Comercio de 1944 El Pbro. Zaninetti fúe un sacerdote apasionado por la composición musical que residía en Santa Fe y dejó muchas obras que aprovecharon los conjuntos religiosos del litoral Con el tiempo al primitivo coro de la iglesia de San Carlos Centro se fueron incorporando voces más jóvenes como la de Juan B. Gautero y más adelante la del conocido bajo-barítono .Celso Risso, aunque este último dedicado con mayor frecuencia al repertorio operístico.. Un especial comentario merece el paso por San Carlos del cantor Pío Marano y muy bien lo relata Juan B. Gautero que lo conoció, en su libro “Mientras pasa la vida”. “Pío Marano, nacido en la región del Friuli en Italia, era el cantor de iglesia por excelencia, que ha dejado recuerdos imborrables en algunos sancarlinos. Su atronadora voz sobresalía del resto del coro haciéndose inconfundible. Como vivía a varios kilómetros al sur, en medio del campo donde tenía sus trigales, llegaba siempre en su volanta que dejaba en las cercanías de la iglesia y que anunciaba su presencia “.. “Nunca se le oyó cantar en ningún otro lugar que no fuera la iglesia. Su desempeño trascendió en todo el ámbito lugareño. Su voz potente de bajo marcó una época en los coros de la iglesia parroquial, pero el paso del tiempo fue tendiendo un manto de olvido sobre su figura “. CONCIERTOS DE NAVIDAD Las costumbres han cambiado y las normas se fueron adaptando. No obstante para los oficios

sagrados los fieles elevan cánticos religiosos adecuados y establecidos para cada ceremonia. Salvo cuando se organizan conciertos, por motivos circunstanciales, como ser los navideños en diciembre cuando coros, cantantes o grupos instrumentales locales o invitados dan preferencia a la música clásica o los tradicionales villancicos, o populares. Como ejemplo, en diciembre del año 2001, en la iglesia de San Carlos Centro la banda actuó junto al coro “Harmonie” dirigidos por el Prof. Daniel Yost interpretando canciones navideñas y la joven soprano, Evelin Lardito y el joven tenor Domingo Cocía, acompañados en órgano por Cristian Yost cantaron arias y dúos acordes con la festividad. Este concierto se repitió el sábado 22 del mismo mes pero en la iglesia de San Carlos Sur, oportunidad en la que se sumó un conjunto invitado de la ciudad de Paraná que interpretó el cuarteto K.298 de Mozart, formado por Rafael Bolcatto en flauta traversa, Alfredo Di Rito violín, Horacio Rocha en cello y en viola Miguel Angel Bolcatto, autor de estas líneas; quienes además acompañaron a los cantantes, soprano, tenor y coro mencionados y la banda todos dirigidos por Daniel Yost y con excelente respuesta del numeroso público que despidió a los músicos calurosamente .

EL “ BEL CANTO “ Y LAS MARIPOSAS

Quería subtitular este capítulo: “La música, la guerra y la paz” pero en definitiva decidí que todo ello vaya sucediendo a lo largo del relato. Aclarado esto, comenzaré repitiendo algo ya sabido: que la colonización agrícola en nuestro país se inicia después de la batalla de Caseros. Mucho se había bregado para lograr esa iniciación de la agricultura en nuestros despoblados campos. Pero había resistencia por parte del gobierno del Gral. Juan Manuel de Rosas interesado en favorecer la ganadería. Este es un tema mucho más profundo, complejo y extensamente tratado por los historiadores, cosa que aquí soslayo, para dar preferencia a lo musical. Urquiza, Presidente de la Confederación Argentina, autoriza el reclutamiento organizado de inmigrantes. Caída la tiranía, muchos unitarios exiliados perseguidos regresan u opinan desde el exterior. Hay crisis en Europa por crecimiento poblacional y falta de tierra para dar trabajo a todos. El minifundio ahoga a los agricultores. Exceso de capitales ociosos concentrados en países como Inglaterra y Francia que mirando hacia América, con tierra virgen y despoblada, sedienta de inversiones, fomentan la nueva colonización. Esto dicho así, es solo una semblanza para dar una idea del momento que se vivía. Historiadores de peso han profundizado extensamente en este tema del capital y la colonización agrícola en América. Domingo Faustino Sarmiento opinaba que ésta debía hacerse con agricultores traídos del norte europeo porque eran laboriosos, ordenados, y emprendedores poniendo, como ejemplo, los resultados obtenidos en los EE.UU. Juan Bautista Alberdi, aunque sin compartir todas las ideas de Sarmiento, al respecto pensaba lo mismo.: “ Gobernar es poblar” fue la frase que lo identificó al tratarse de inmigración y grabada hasta en los textos escolares.. La agencia intermediaria suiza, Beck y Herzog creada por don Carlos Beck con esa

finalidad, con asiento en Basilea, había comenzado el reclutamiento aplicando un criterio similar y así los primeros contratos para poblar las colonias de Esperanza, San Carlos y San Jerónimo Norte en la Pcia. de Santa Fe y San José en la de Entre Ríos, se hicieron con labriegos de familias numerosas suizo-alemanas.. Esto fue al principio; pero la gran corriente inmigratoria posterior determinó que los italianos los superaran en número, con colonos labriegos primero y los espontáneos, para todo trabajo y oficio, después. Los italianos, también laboriosos, pero no tan ordenados, trajeron con el tiempo, una cualidad propia de la península: su afición a la música, a las bandas y al “bel canto” y así todo nuevo pueblo que nacía en la pampa, tenía su iglesia, su escuela y con el tiempo su teatro o salón de actos, rodeados por extensos campos cultivados, poco antes tierra virgen, que en las pacíficas siestas de verano eran cubiertas por el revoloteo de innumerables mariposas. “Señora Mariposa” o “Madame Buterfly” es el título de la más conocida y conmovedora ópera de Giácomo Puccini, que contiene famosas “arias” y el difundido coral “ a bocca chiusa” (todo un murmullo que se entona con la boca cerrada). LA MUSICA En el mismo año que nacía la colonia San Carlos, 1858, nacía Puccini en Italia.. Compositores como Verdi, Rossini, Mascagni, Leoncavallo, Bellini, Donizetti y otros, nos dejaron obras que vivirán para siempre y que ponen la música italiana en un alto pedestal. “Madame Buterfly” ópera que transcurre en el Japón, narra la triste historia de una joven de 15 años, llamada Cho-Cho -San y del teniente de navío Pinkerton de la marina norteamericana, de un buque de guerra que estaba anclado en el puerto de una ciudad japonesa . Como era costumbre “legalizada” en Japón, el teniente Pinkerton, a través de un comisionista “alquila” una geisha para “casarse” por el tiempo que dure su estadía. Pinkerton y Cho-Cho-San, a quien llama “mariposa”, se instalan en una casita con un florido jardín, pero al corto tiempo, es tal el enamoramiento de la joven, que reniega de su religión budista para abrazar la religión y las costumbres de su “marido”. Cuando el buque va a partir el teniente promete volver, pero pese a sus promesas pasan tres años sin noticias, que angustian a la joven “esposa”, ocupada en criar a su rubio hijo fruto de su “matrimonio”. Por último Pinkerton regresa, pero del brazo de su nueva y legal esposa norteamericana y enterándose de la existencia de su hijo , propone llevárselo y criarlo. La inconsolable madre pensando en su hijo y en su amado, acepta y con dolor lo entrega, poniéndole una banderita norteamericana en su mano; luego se retira y a solas se clava la espada “samurai” del honor, que perteneciera a su padre. ¿Habrán pensado Puccini o el libretista que ese gesto de la banderita de los EE.UU. en un niño oriental de ojos rasgados, dejaba todo un mensaje para generaciones futuras ? El personaje de Cho-Cho-San es difícil de interpretar por cualquier soprano que se precie, ya que debe expresar sus distintos estados emocionales. Desde una dulce niña enamorada, al de una joven madre esperanzada y finalmente el de una mujer desesperada que concluye en suicidio. La famosa ópera de Puccini , no solamente da posibilidades a los cantantes de lucir sus cualidades vocales. Hay una velada visión que deja esta obra, ajena a las intenciones artísticas

de Puccini. La visión de un buque de guerra anclado en un puerto del lejano oriente hace más de un siglo. El argumento que se basa en hechos reales o posibles, deja ver, sin quererlo, una expansión planificada hace más tiempo de lo que podemos imaginar y que se está llevando acabo con visitas pacíficas o con invasiones bélicas extremadamente cruentas según sea necesario, en una lucha por el dominio mundial. LA GUERRA El libreto de “Madame Buterfly” , estrenada en la Scala de Milán en 1904, menciona que el puerto donde estaba anclado el buque de Pinkerton era el de la ciudad japonesa de Nagasaki y Giácomo Puccini que murió en 1924 imaginó su ópera con un sentido trágico, pero jamás se le ocurrió pensar que esa misma ciudad, dos décadas después de su muerte, exactamente el 9 de agosto de 1945 sería arrasada por una de las dos bombas atómicas que arrojara un avión de guerra de los EE.UU. piloteado por descendientes de Pinkerton y que con una sola explosión matara todas las geishas de Nagasaki y todas las mariposas que revoloteaban en el aire.

Estamos frente a un nuevo sistema de colonización La globalización es un nuevo plan de conquista a nivel mundial, en el cual el régimen económico-financiero, es el arma principal. Así como se produjo el exterminio de la mayoría de los pueblos originarios en la conquista de América, ¿ será necesario lo mismo para la conquista de Oriente ?. Los poetas y los músicos extreman sus mensajes de sonidos para calmar los espíritus y pedir la paz al hombre que, parece, se encamina hacia su autodestrucción.

LA PAZ En San Carlos felizmente en estos primeros ciento cincuenta años de su existencia, solo se gozó de paz y sosiego, salvo algunos accidentales incidentes violentos . Respiremos hondo, tengamos esperanzas y continuemos cantando. El “bell canto” de los italianos siempre estuvo presente, a cargo de interpretaciones efectuadas en numerosos actos musicales aislados, aunque los registros de los mismos nos han llegado, únicamente, con las noticias de los periódicos. La puesta en escena de óperas completas era y lo sigue siendo, una posibilidad reservada para las grandes ciudades. No es posible detallar todos los momentos felices del canto en diversas circunstancias. Pero se puede señalar algunos ejemplos. Tal como lo publica la revista El Comercio sobre la festividad del 20 de septiembre conmemorando la entrada a Roma de las tropas italianas en pos de la unificación de Italia, a desarrollarse en la Escuela Silvio Pellico. Como el objetivo de dicha escuela era la enseñanza del idioma y la cultura italiana a los hijos y descendientes de los inmigrantes, el programa estaba redactado íntegramente en ese idioma que en síntesis era: Parte Prima Imno Nazionale Argentino. Imno di Mameli.

Marcia Reale Italiana. Al piano il signore I. Lirusso. Discorso Conmemorativo Torna a Sorrento, cantata dal giovane Ricardo Perazzi. Una Imprudenza. Monólogo per la signorina Gherardina Passaponti. El dúo del balcon. Romanza dell’Opera Il Trovatore, cantata dalla sig..Adele Acerbo Romualdo Passaponti, Pio Marano, Luigi Ottolina, Giusepe Dallorto.

En la segunda parte un programa similar, culminando con un cuadro vivo sobre el escenario representando la “Italia Unita”. El mismo periódico menciona la enseñanza de la vocalización además del piano y otros instrumentos, lecciones que se daban en conservatorios, destacando que, por ejemplo, la señorita Marina Lirusso en una audición académica “nos hizo oír la romanza “Mattinato di Maggio” de Denza cantada con gusto y sentimiento y evidenció sensibles progresos en el “bell canto” lo que dice de una mejor escuela. San Carlos que siempre tuvo sus puertas abiertas a todas las manifestaciones artísticas y musicales no podía perderse en este rubro la visita de conocidos cantantes. LA ULTIMA OPERA EN EL CINETEATRO RIVADAVIA En la biblioteca Centro Rivadavia donde originalmente estaba el bar, ahora hay libros hasta el techo. Atravieso un enjambre de alumnos de la primaria que buscan material para cumplir con la tarea pedida por la maestra. Ante mis ruegos puedo acceder, por las puertas clausuradas, a la antigua sala del que fuera el más conocido cine y teatro de San Carlos Centro. Quedo azorado por ese silencio de los años que flota en la sala vacía y abandonada. Sin las butacas de cine, o de conciertos de antaño o de los bailes de los sábados de épocas pasadas. Ese enorme edificio, construido a principios del siglo veinte por dos albañiles franceses, los hermanos Angel Dupuy y Alfonso Damevin. Pasada esa primera imagen por mi mente, pienso en aquella ópera que se cantara en este escenario, sin telones, ni trajes, ni orquesta. Una ópera de concierto como se le dice cuando los cantantes se instalan fijos al lado del piano. Como Opera, la última y fue Rigoletto de Verdi, el 29 de septiembre de 1989, con músicos de Santa Fe y San Carlos. EL REPARTO El papel del bufón y jorobado Rigoletto lo interpretó el barítono Carlos Romagnoli; su amo, el mujeriego Duque de Mantua, el tenor Miguel Angel Martinelli, Gilda, la hermosa hija de Rigoletto, deseada por el Duque, la soprano Ana Cancelieri, su ayudanta Giovanna, por Alejandra Morisel. El mesonero y malvado Sparafucile, cantado por el bajo-barítono de San Carlos Centro, Celso Risso. Magdalena, su intrigante hermana, por Jane Streiger. Al piano la profesora Amalia Creus de Bonet, con la dirección general de Guillermo Bonet Muller, que en ese entonces dirigía también la sinfónica de Santa Fe. EL ARGUMENTO Para leer el texto completo de este tema ver la carpeta nº9 “La última ópera en el cineteatro Rivadavia”

sonido Verdi. Rigoletto- La donna é móbile Tenor: Luciano Pavarotti fragmento María Rosa Rizzo Brindis de la Traviata de Verdi (Ambas piezas en la carpeta de ejemplos musicales)

LOS CONSERVATORIOS

LA MUJER Y LA MÚSICA Entre las primeras mujeres inmigrantes de la colonia, la música solo se expresaba a través del canto, en el ámbito hogareño, con canciones populares traídas de su país natal. Las manos encallecidas por el rudo trabajo no dejaban margen para otra actividad. La música coral religiosa estaba reservada para los hombres que formaban el coro. Cuando visitó San Carlos el escritor italiano Edmundo De Amicis quedó azorado por la gesta heroica de la mujer que acompañaba al colono labriego. Cuando regresó a Italia escribió sus impresiones de viaje diciendo: “Casi todos deseaban volver al país natal antes de morir, al menos una vez, una vez sola para volver a ver al padre, la madre, el pueblo, aquel ángulo del cementerio, aquellos valles, las montañas, y no puede definirse la expresión de aquella larga mirada con la cual nos despedían; un adiós mudo, lleno de ternura y de tristeza….Y salían fuera de la puerta para vernos marchar. Aquella pobre labradora italiana, vista desde lejos con un niño en brazos nacido en el Paraná; con otros hijos alrededor nacidos en Italia; delante de aquella pobre cabaña solitaria sobre la cual ondeaba la bandera italiana en medio de las indefinidas pampas de América, representaba para nosotros el amor de patria y la santidad de la familia en la forma más poéticamente dulce, triste y solemne que puede concebir la mente humana.” Hazaña de héroes, que debemos admirar y agradecer los descendientes. Era el desarraigo doloroso no solamente entre las italianas. Ocurriría con las mujeres de cualquier nacionalidad. Solamente el canto maternal, tan valioso, las danzas típicas, y los bailes de su región europea, el

resto de la música estaba vedada para ellas. Vénnera Vecchio, que fuera maestra de la escuela Belgrano de San Carlos Sur, en su inspirado poemario “Cosecharás tu siembra”, escribe: “Juanita acaricia esa cajita valesana y cuando la abre derrama ardientes lágrimas: sólo un puñado de tierra guarda, - tierra del suelo natal para acallar la pena, que la distancia desata ”. La mujer incursiona en público a fines del siglo, cuando el coro “Harmonie” prueba los primeros ensayos incorporando al mismo algunas hijas de los socios y que recién se oficializaría con el coro mixto en 1926, en San Carlos Sur. En 1907 se formó otro coro mixto en la iglesia San Carlos Borromeo que actuaba en las misas cantadas en San Carlos Centro y el coro femenino de la iglesia de San Carlos Norte que cantaba por separado del coro masculino, hasta formarse el coro con voces femeninas años después. La voz y el piano fueron los instrumentos musicales de la mujer. En las bandas nunca tocaron, hasta la década de 1990 cuando se forma la banda y escuela municipal, de San Carlos Centro donde músicos de experiencia enseñan a otras alumnas a tocar instrumentos de banda y son incorporadas a la misma como aprendices.

EL CORO MIXTO DE SAN CARLOS CENTRO No quedaron registros de quienes fueron las primeras pianistas.. En el semanario El Comercio de agosto de 1911, encontramos una referencia sobre las hermanas Monetti. En la columna de sociales dice: “Esta noche tendrá lugar en el salón del señor Alfonso Damevin el festival patriótico a beneficio del batallón escolar a formarse en la escuela Sarmiento.” Conviene aclarar que el salón de Alfonso Damevin era el cine-teatro Rivadavia, del cual era constructor y propietario. El programa comenzaba con el Himno Nacional a cargo del coro formado por las señoritas: Amalia y Adelina Bertero, Dominga, Herminia y Elvira Monetti, Teresa Ottolina, Ernesto y Leticia Lirusso, Emma Faure, Alicia Jael Lescano, Concepción Cobas, Cristina Serra y los señores Augusto Mariutti, Ariosto Licursi, Luis Ottolina, Pío Marano, José Dell’Orto, Claudio De Feo, Desiderio Bertero, Esteban Bertea, José Lirusso, Romualdo Passaponti e Inocencio Lirusso acompañado al piano por María Luisa Monetti. Luego de una conferencia a cargo de Passaponti y algunas exhibiciones fotográficas de hechos históricos y varias canciones individuales, los mencionados se lucían con el coro de Rigoletto de Verdi acompañados al piano por el Prof. Inocencio Lirusso para terminar musicalmente con la marcha La Bandera de Mayo ejecutada al piano a cuatro manos por Dominga y María Luisa Monetti.

LA PRIMERA RESEÑA HISTÓRICA La destacada docente sancarlina, Alicia Jael Lescano, al cumplirse el 70º aniversario de la fundación de la colonia San Carlos, en el año 1928, puso todo su empeño y con esfuerzo esmerado y propia iniciativa publicó una revista especialmente editada para esa celebración, que tituló “Reseña Histórica de San Carlos” donde logró reunir no solo su opinión sino la de otras destacadas personas del lugar, recogió anécdotas que enriquecieron la historia de la región y aportó un importante número de fotografías, que en resumen la distinguieron en la época como una consumada periodista e iniciada en las letras como escritora, constituyéndose este trabajo en el primer libro de historia de la colonia, pues el de J.J.Gschwind aún no había sido editado, y “Crónicas Sancarlinas” de Passaponti se perdió..

Ella a través de dicha publicación, y refiriéndose a la actividad musical, da a conocer que en ese año existían en el pueblo, tres conservatorios de música, refiriéndose a San Carlos Centro. CONSERVATORIO SANTAFESINO DE SAN CARLOS El Conservatorio Santafesino de la Sta. Delfina Scartacini, donde se graduaron Leonilda Marchino, Elena Weihmuller, Angélica Lizier, Lucía Lescano y Sara Bisignano. El Conservatorio de Inocencio Lirusso, y el Conservatorio Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.

Hispano Argentino de las

También escribe sobre la mujer sancarlina en particular, sin expresar oficios. En una colaboración suya en el número especial de 1933 de El Comercio dice : “Se necesita instruir a la mujer, para instruir al hombre, elevar el carácter de uno para elevar el del otro, ensanchar la libertad mental de la mujer, es asegurar la de todos, porque las naciones no son sino el producto de los hogares, (….) Privarla, sería un retroceso para un país civilizado como el nuestro y no tardaremos en ver en los parlamentos los puestos desempeñados por mujeres “. Alicia Jael Lescano se alistó en el coro de San Carlos Centro donde compartió voces y cantos con Romualdo Passaponti, Pio Marano y el mismo Inocencio Lirusso, tanto en actos cívicos y sociales como en las misas cantadas en la iglesia, como ya se dijo. CONSERVATORIO LIRUSSO De los conservatorios mencionados por la periodista, el de Lirusso fue el primero. Además, contamos con una mayor cantidad de datos que aportara la otra importante revista El Comercio de Alberto Tourn. Este periodista en el 75º aniversario del año 1933 publicó el número especial ya mencionado, del cual se han extraído numerosa información que nutren esta obra, como también del semanario “Adelante” del mismo año, que editara el insigne maestro de la escuela Sarmiento don Saturnino Martínez.. Ambas publicaciones se basaron en el diseño y fotografías de la revista –libro “Reseña histórica de San Carlos”, y entre las tres ediciones forman un compendio histórico que aportan importantes conocimientos del período comprendido entre 1908, -o sea donde termina la historia de J.J.Gschwind- y 1933, año de estas dos publicaciones especiales .

El Conservatorio de Inocencio Lirusso era el más renombrado y había iniciado su actividad en el año 1913 y era dependiente del Conservatorio Santafesino, donde iban a rendir los exámenes finales. Esta modalidad de calificar la enseñanza impartida en los alumnos, por personas ajenas al medio ambiente local, nos da la pauta de un trabajo docente responsable. Por ello se lograba un buen rendimiento en el aprendizaje, sobre todo en el piano que era el instrumento común en la época y en especial de señoritas. Las referencias nos dan a conocer un número de más de 400 alumnos que pasaron por este conservatorio y que además anualmente ofrecía conciertos académicos, hasta que la crisis económica mundial de 1929 hizo mermar sus actividades. . Se sumaban, entre otras, las profesoras de piano Inés Millot de Aguirre y Carmen Perrier de Tourn. La profesora Delfina Scartacini se hizo cargo del conservatorio cuando el Prof. Lirusso se alejó de San Carlos buscando otros horizontes. Oriundo de San Carlos Centro dicho maestro se inició con el Prof. Patricio Legarra, en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe, continuando con el Prof. Gaspar Chiafredo y luego en el Conservatorio Santafesino, perfeccionándose finalmente en la Capital Federal con Constantino Gaito, durante tres años. En 1933 el conservatorio Lirusso había ofrecido más de 25 conciertos y veladas musicales donde pudo demostrar junto a sus alumnos sus propias dotes de intérprete y compositor. Debe aclararse que como el Sr-Lirusso hizo de la música su único medio de vida, debió establecer sucursales de su conservatorio en localidades aledañas y además instalar una casa de música con venta de instrumentos y partituras. Falleció en Las Rosas donde había establecido su residencia, después de haber dedicado 23 años de su vida a la enseñanza musical en San Carlos.” En dicho conservatorio fueron profesores de violin Santiago Madera y Dante Partenio y de instrumentos de vientos algunos músicos de la banda. INSTITUTO PESTALOZZI o COLEGIO WEIHMULLER Este colegio evangélico fundado en 1890, tenía un coro creado y dirigido por el director del establecimiento Roberto Weihmüller. Ademas de ser un internado de enseñanza completa, era el único que ofrecía el aprendizaje de instrumentos a los alumnos. Tuvo varios profesores de música, entre ellos el vasco Juan Bautista Resola hasta su fallecimiento en 1894. Luego el maestro Gentile, formó y dirigió una banda estudiantil en 1908. EN SANTA FE El Conservatorio Santafesino, de carácter privado, fundado en 1900 por el profesor de música suizo, Martin Hardin y luego dirigido desde 1912 por la profesora María Elena Yándolo de Martínez había sido autorizado y oficializados sus Reglamentos y Planes de Estudio por el Superior Gobierno de la Provincia, que a su vez lo patrocinaba. Por su prestigio, rápidamente alcanzado, incorporó a conservatorios de muchas localidades del interior. En San Carlos, tanto los alumnos del conservatorio de la Prof..Scartacini, como los de Lirusso, rendían exámenes en este lugar. Al celebrar el 50º aniversario en 1950, el mismo había otorgado 488 diplomas de profesor superior y 249 de maestro elemental de música; según datos registrados en la Historia de las

Instituciones de la Provincia de la Prof. Amalia Marta Perez Chiara.. . El Dr.Jorge Taverna Irigoyen, Presidente de la Academia Nacional de Bellas Artes, nos hace una interesante referencia sobre la posible vinculación del Conservatorio Santafesino y el de San Carlos Centro. Expresa que en el año 2000 conoció a Guy Forsius, residente en París y nieto de Martin Hardin, que fuera músico viajero y bastante bohemio, fundador del Conservatorio y que de Santa Fe pasó a San Carlos donde se casó con Emma Taverna, hija de Michele Taverna, bisabuelo del informante. De este matrimonio nació Sonia Hardin, quien casó en París con Gustavo Forssius. Al morir prematuramente la esposa sancarlina, Martin Hardin y su hija Sonia se radicaron definitivamente en la capital francesa y el Conservatorio cambió de dirección, manteniéndose la supervisión de San Carlos Centro y otros conservatorios del interior, como ya se mencionara. CONSERVATORIO DE LAS MONJAS

En cuanto al colegio de monjas dirigidos por las Esclavas Concepcionistas del Sagrado Corazón de Jesús, su comienzo data de 1914 por iniciativa de familias sancarlinas calificadas como Novero, Martina, Lirusso, entre otras. Su fundación estaba orientada hacia la educación de las hijas de familias cristianas, preparándolas para una vida religiosa y dedicación dentro del ámbito familiar, enriqueciendo sus conocimientos en todos las ramas de la enseñanza, entre las que se contaba la música. Unas ocho monjas atendían alrededor de 75 alumnas siendo la madre vicaria Ma. Reyes la profesora de piano. Además de la enseñanza primaria se impartía el idioma francés, corte y confección, pintura y su conservatorio de música estaba incorporado al Hispano- Argentino de Santa Fe, que tomaba los exámenes finales y otorgaba el título correspondiente, efectuándose los primeros en diciembre de 1931. SANTA CECILIA Doscientos años después de Cristo, vivía en Roma una mujer dotada de condiciones musicales y una buena voz, llamada Cecilia, y que además había sido atraída por los misterios de la fe cristiana. Se cuenta de ella que entonaba bellos himnos de alabanza a Dios con su voz y con instrumentos musicales. En las cuevas y pasillos subterráneos consolaba a gente perseguida por los romanos, cantando y orando seguramente, en esas catacumbas donde se fundirían los espíritus en un solo sentimiento de vocación religiosa. Cuando los soldados romanos descubren ese accionar “subversivo” la torturan hasta morir. Años después la Iglesia la santifica como “ virgen y mártir” y los músicos la consagran como “patrona”. El día de Santa Cecilia, comenzó a festejarse públicamente en el año 1942 por decreto del Poder Ejecutivo de la Nación que dispuso que el 22 de noviembre, se celebrara en todo el país el día de la música. Las instituciones que pusieron en práctica esta modalidad fueron los conservatorios y particularmente en San Carlos fue el de la profesora Sara Bisignano de Giménez, quien, con motivo de promocionar su establecimiento musical, organizó al año siguiente, el 22 de noviembre de 1943 un concierto en la sala del teatro Rivadavia. Según la columna social de la revista El Comercio de ese año el acto batió los récords de público. El programa estaba compuesto por piezas clásicas y folclóricas. Estos conciertos se sucedieron en años siguientes en los cuales se intercalaban danzas criollas. Había cierta necesidad de atraer alumnas porque en la época era una sana costumbre enviar a las hijas a estudiar música. En muchas casas, el piano vertical en la sala, formaba parte del mobiliario familiar.. En la ciudad de Santa Fe, por ejemplo, a mediados del siglo veinte, eran miles las alumnas de piano.

LA ORQUESTA SELECTA

Entre Santa Fe y San Carlos, hubo siempre un permanente intercambio de músicos. Algunos de San Carlos continuaban sus actividades musicales en Santa Fe. Y las bandas y orquestas de San Carlos, siempre demandaron directores o músicos instrumentistas o cantores de la capital provincial. El 9 de marzo de 1944 la orquesta Selecta, formada y dirigida por don Juan Washington Radcliff, con músicos de la zona, en cantidad y calidad suficiente, como para considerarla una filarmónica; realizó una primera presentación, en el Teatro Rivadavia, a beneficio de los damnificados por el terremoto de San Juan. Según un programa de mano, el concierto vocal – Instrumental – poético a cargo del Conservatorio Mendelssohn dirigido por la Prof. Celia Benitez de Bufano, comenzó con el Himno Nacional y Marcha Fúnebre de Chopin como homenaje a los desaparecidos en el terremoto. Luego de canciones por distintos intérpretes acompañados en piano o guitarra la orquesta cerró con el Vals Triste de Berger y la Marcha Turca de Mozart que formaba parte ya, de su repertorio.

9 de MARZO de 1944. Qué ocurría mientras tanto en el mundo? El ejército nazi ya había ocupado Francia y estaba ocupando el territorio de Hungría, en el otro frente. Pero faltaban pocas semanas para la famosa invasión de Europa en el terrible día “D”., con tropas aliadas de EE.UU, Canadá e Inglaterra, y poco más de un año para el lanzamiento de las dos bombas atómicas en Japón que marcara la terminación de la segunda guerra mundial. El 25 de mayo la orquesta Selecta y pianistas de conservatorios locales, las profesoras Sra.M.Celia Benitez de Bufano , que dirigía el Conservatorio “Mendelssohn”, Carmen Perrier de Tourn y Emma Riquel ofrecieron en el Teatro Rivadavia un concierto en honor de la fiesta patria, integrado por piezas clásicas tradicionales y folclóricas de origen nacional.. Después del Himno Nacional y el Pericón a toda orquesta, se escuchó a la soprano santafesina Mercedes Martí en canciones populares criollas. En la segunda parte un cuarteto de arcos y flauta interpretó la exigente obra del músico argentino Alberto Ginastera : “Impresiones de la Puna”, con el flautista de Santa Fe , Carmelo Velardo y el cuarteto se completaba con Adolfo Giacomino en violín Prof.Juan Spaggiari en violoncello y Sra. Cecilia Benitez de Bufano en el piano. Luego varios guitarristas ofrecieron aires criollos y nuevamente la orquesta Selecta cerró el concierto con Milonga Pampeana y la Marcha “San Lorenzo”.. La orquesta “Selecta” se había formado con músicos locales, de Esperanza y Santa Fe, y duró poco tiempo, después de ofrecer varias actuaciones en la temporada de 1944, quizás debido a la cantidad de músicos que conformaban prácticamente una filarmónica, resultando difícil coordinar y conciliar los distintos intereses de sus integrantes. Otros datos aislados nos dejan una semblanza de costumbres, como aquella celebración del 1º de agosto de 1944, cuando se cantó el Himno Nacional Argentino y el Himno Suizo, y el coro “Harmonie” dirigido por el violinista Edmundo Duttweiler cantó canciones tirolesas y el vals Los Patinadores, de Waltoifel, el Conde de Luxemburgo de Franz Lehar y el tango Clavel del Aire de Filiberto, más otras piezas donde se destacaron las pianistas anteriormente mencionadas y un trío clásico, y después que la “Selecta” finalizara su actuación con la Marcha Turca de Mozart, se llevó a cabo el baile social, al compás de la orquesta popular del maestro Orlando Benassi, que fue la simiente de la orquesta Astro .

Parados, de izquierda a derecha: A.Dupuy, contrabajo, E.Rey, fagot, A.Giacomino Violín, S.Bolzico, violín, Sra.Benítez de Bufano, piano, Sra. Perrier de Tourn, piano, Srta.I.Belluni, violín, J.Benesowsky, violín, A.Medina Verna, barítono, S.Aprile, clarinete, I.Sacavino, flauta. Sentados: E.Dumortier, viola, M.Duffort, corno, R.Tabernig. cello, Sta. N.Giacomino, piano, J.W.Radcliffe, Director, Srta, E.Uviedo, piano, C.Belluni, oboe, E.Duttweiler, violín, C.Velardo , flauta o flautín. O sea que esta orquesta contaba con 9 instrumentos de cuerda, 6 de vientos, que suman 15 más un pianista posible, de los tres que hay en la foto, totalizando 16 músicos que formaban la filarmónica, en esta ocasión, todos conocidos por su idoneidad, lo que garantizaba un resultado armónico satisfactorio. El último concierto registrado de la Orquesta Selecta, se efectuó el 10 de noviembre en el Teatro Rivadavia, juntamente con el coro “Harmonie”. El programa consistió, después de interpretar el Himno Nacional Argentino, a cargo de la orquesta y el coro, 1º - la obertura Si yo fuera rey de Adams, 2º Danzas Húngaras 1 y 2 en piano a cuatro manos, por las profesoras Carmen Perrier de Tourn y María C.Benítez de Bufano, 3º - La suit gauchesca de Víctor Silva – orquesta, 4º Amarilli de Caccini, aria cantada por el barítono Amilcar Medina Verna de Santa Fe, acompañado en piano por la Sra. De Bufano. 5º Souvenir de Galli, por el flautista Carmelo Velardo de Santa Fe, después sería el 1º flautista de la Orquesta Sinfónica de la Pcia.

músico que dos décadas

6º Valses de la opereta “La casta Susana “ de Gilbert – 7º Aria “Caro mio ben” de Giordano por el barítono mencionado, 8º “Cavatina” de Raff por el violinista del sur, Edmundo Duttweiler, acompañado en piano por su esposa, la Prof. Nydia Giacosa de Duttweiler y 9º el vals “Danubio Azul” a cargo del coro mixto.

sonido Vals Danubio Azul

La trascendencia de los conservatorios, ya sea en la enseñanza particular de instrumentos musicales o el canto y los conciertos anuales, con motivos de fiestas cívicas o académicas, como final de cursos, ha sido sumamente importante y ocupó un lugar preponderante dentro de la cultura musical de San Carlos, demostrando que al incorporar una actividad artística para mejoramiento de la vida social y espiritual de su población fue una actitud significativamente meritoria.

UNA HISTORIA DE AMOR La anciana Bertilde Huens, nieta del legendario fundador de la banda Juventud Unida de San Carlos Sur y ya fallecida en el 2003, en una de las visitas que le hiciera en Santa Fe, sacó de una caja de los recuerdos una fotografía que corresponde a una despedida de soltera. Es la última fiesta en la cual participó, cuando tenía 18 años, antes de la mudanza, cuando disfrutaron bailando, cantando y tocando el piano. Varias de sus amigas -contaba - tocaban el piano; instrumento que hubiese querido aprender “pero el traslado de mi padre, a la cervecería de Santa Fe, donde trabajaba, me lo impidió “. La homenajeada fue Mercedes Debruyne Bella en el centro de la foto con un ramo de flores, obsequio del futuro contrayente, el Dr. Antonio Borrás. Una historia de amor que se concretaría en matrimonio. Y como ésta, muchas otras historias se produjeron felizmente en los tres San Carlos con distintos credos y ritos religiosos. Los casamientos por iglesia suelen acompañarse con música de órgano o violín.: La Marcha Nupcial de Mendelssohn, y Ave María de Schubert, eran las más corrientemente utilizadas, durante la primera mitad del siglo veinte. Actualmente en las cuatro iglesias católicas de San Carlos, que dependen del mismo cura párroco, está establecido para dicha ceremonia un Canto Nupcial religioso.. Disposición que proviene del Concilio Vaticano II, de 1962-1965. Que reserva para las ceremonias sagradas en los Templos, una determinada música religiosa.

Fiesta de despedida de soltera

Sentadas en el césped: L.Bruera, Edith Giraudo, María Garbarini, Otilia Thoman Reutemann, Zulema Negretti, Nelly Stratta, y Valentina Koianovich, Sentadas en fila del medio, sta.Bella, (hija del músico de banda Francisco Bella),Luego Bertilde Huens, Amada Schaufler, sta,Gardiol, Suilvia Perriard, Mercedes Debruyne Bella, (la homenajeada con el ramo de flores), luego Trudi Thoman, Sara Roth, Amelia Garbarini, Emma Debruyne, y Noemí-PochaDebruyne. En la última fila de pie: Orfilia Debruyne, Bertilde Reutemann, Elsa Steber Stettler, Marta Madoery, Amelia del Barco, Luisa Colussi, Gertrudis Thoman, Flora Schaufler, Magdalena Hammerly, Delia Garbarini, Susana Gardiol, Auriora Colussi y sta. Bessone. La Sra. Emérita Terisotto de Bertinat, que vive en Santa Fe, de una vivacidad y lucidez envidiables, al observar dicha fotografía confirmó que varias de ellas tocaban el piano, como ser las tres hermanas Thoman y Elsa Steber. La pareja que constituía este matrimonio, cuenta, con el tiempo se trasladó a Santa Fe donde vivieron hasta su fallecimiento sin dejar descendencia. Ese período de mediados del siglo veinte, donde surgieron tantas mujeres pianistas, como necesidad de contar con música en el hogar y para dar una mejor educación a las hijas de hogares acomodados, quedó atrás. Podría decirse que fue un período “rosa” en el cual la mujer había derivado hacia actividades intelectuales, muy distinto a aquél primer período de la mujer del colono labriego circunscripta a las labores de hogar y del campo... MUJERES AL PODIO DE LA DISTINCIÓN No obstante hubo mujeres, que por su personalidad, traspasaron las reglas establecidas por la sociedad, para roles femeninos y que no solamente se destacaron en la música sino en diversas actividades intelectuales demostrando cualidades sobresalientes, recordándose nombres como la profesora Adela Acervo, directora de la escuela italiana “Silvio Pellico”, durante varias décadas, y que, además, cantaba arias de ópera. La ya nombrada Alicia Jael Lescano Serra, con actitudes creativas, en la docencia y el periodismo y las profesoras de piano anteriormente citadas, la “tía Margarita “ Bertaina de fuerte

personalidad, que superó los límites de la femineidad llevando chicos a misa en su Ford T, o buscando materiales para levantar el Templo San José Obrero y que murió casi centenaria sin honores. La distinguida maestra de la Escuela Sarmiento Noemí Debruyne Favre que demostró ser una inteligente periodista colaboradora de El Comercio, que recibió el galardón de ciudadana ilustre, o bien la longeva y memoriosa Ercilia Alarcón con tantos años dedicados al Museo. Y sin olvidar aquella primera directora de la escuela Belgrano, en 1933, Luciana Froitier, a quien San Carlos Sur le quedó chico. trasladándose a Francia, tierra de sus antepasados, donde, iniciada la segunda guerra mundial, se alistó en la Cruz Roja, por sus conocimientos de varios idiomas, para morir finalmente en el frente de batalla; y podría seguir la lista porque hay más y que injustamente se omiten por ignorancia. Pero hoy, el comportamiento de la mujer ya no es el mismo, por su mayor independencia. El piano ya no es tan necesario porque la electrónica ha inundado de música los hogares. Los espacios se amplían y muchas derivan a las actividades deportivas, intelectuales y sobre todo en la política, que era casi exclusividad masculina, y lo que es más meritorio, sin olvidar sus roles hogareños. EL CINE MUDO En San Carlos Centro dos albañiles franceses, los hermanastros Alfonso Damevín y Angel Dupuy, en sociedad de hecho, trataron de ganar dinero proyectando películas mudas al aire libre en la esquina de Rivadavia y Pte.Perón, esquina noreste, espacio actualmente ocupado por Centro Hogar. El negocio debió resultar lucrativo porque pudieron afrontar la construcción de un amplio salón frente a la plaza en el año 1910 . Ese cine de calle Rivadavia se traslada entonces al nuevo local que por sus amplias comodidades adquiere la categoría de cine-teatro.. En la esquina noroeste, construyen un caserón donde cohabitan las dos familias. Tiempo después construyen cada uno su casa, a continuación sobre calle Rivadavia. La de Dupuy primero y pegada a ésta, la de Damevin.. El caserón de la esquina, ellos mismos, lo convierten en salón, que venden a la familia Alberto que instala allí la agencia Ford, por muchos años, hasta que después de varios cambios de dueños y de modificaciones del edificio, pasa a ser actualmente la Caja Mutual del Club Argentino. No se sabe hasta que fecha mantuvieron ese cine mudo, pero con seguridad en 1920 todavía estaban allí, pasando películas. El local fue vendido al Club Atlético fundador de la biblioteca Centro Rivadavia, actual Institución propietaria. La necesaria e importante tarea de darle sonido a esta historia del cine mudo en San Carlos fue asignada a la pianista Sra. Catalina Teresa Rasetto de Dupuy, esposa de uno de los dueños y madre de Angélica Dupuy de Roth quien nos ha aportado su testimonio y del contrabajista Angel (lito) Dupuy, de la orquesta Ronald Valentino. La pianista Sra. Catalina Rasetto de Dupuy había nacido en San Carlos Centro el 22 de agosto de 1892, y falleció también aquí, en 1969, en el mismo año, y pocos meses antes, que su esposo, después de 60 años de casados sonido Beethoven – Para Elisa-solo de piano.

DE PUEBLO A CIUDAD

Para corroborar lo que antecede, con respecto a la mujer en la política, nada mejor que el ejemplo de la Sra. María del Carmen Mossello de Benzo, quien estando al frente de la Comuna en 1986, gestionó la designación de San Carlos Centro como ciudad, haciendo uso de las facultades que establecía la ley provincial 2756 que contemplaba esa posibilidad a las poblaciones de alrededor de diez mil habitantes. A tal efecto la Cámara de Senadores de la Provincia de Santa Fe, sanciona con fuerza de ley la declaración de ciudad a la localidad de San Carlos Centro, el 25 de septiembre de 1986. Comunicada esta resolución al Poder Ejecutivo, la promulga y la declara ciudad con fecha 9 de octubre. Ella dijo: “ Al dictarse la ley dejamos de ser Comuna para ser Municipio y los que estábamos en el gobierno pasamos a ser una especie de consejo administrador dentro del mismo, hasta que se llamó a elecciones para elegir las nuevas autoridades municipales, en la cual resulté electa como Intendenta” “Esta declaración ha sido un hecho muy auspicioso” (….) “ Se benefició en el mejoramiento de la coparticipación”. “ Hemos crecido muchísimo a partir de entonces, actualmente la ciudad tiene mucha actividad económica , muchos contribuyentes, y gracias a todos los sancarlinos va a seguir siendo una ciudad de paz y trabajo”. La señora Mossello de Benzo, en su gestión, apoyó la formación de la moderna banda del músico Hugo Gaitán, que traía su experiencia de la banda y el repertorio popular de la banda de San Vicente.