LAS MUJERES DE LA CAJA SE PÚBLICO POR PRIMERA VEZ EN MUESTRA N9, REVISTA DE DRAMATURGOS PERUANOS. POSTERIORMENTE CON MOTIVO DE SU ESTRENO EN EL CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA Y SU TEMPORADA EN EL CENTRO CULTURAL RICARDO PALMA, SE REEDITÓ EN FORMATO LIBRO BAJO EL AUSPICIO DEL FONDO EDITORIAL DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS. UNA VERSIÓN DE LA OBRA TAMBIÉN SE ENCUENTRA EN LA WEB PRINCIPAL DE LA REVISTA MUESTRA (WWW.TEATROPERUANO.COM). 







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LAS MUJERES DE LA CAJA 





Por Cecilia Podestá











PERSONAJES Negro: Mujer aparentemente joven, acabada. Está embarazada. Blanco: Mujer joven. Ambas visten como sus nombres.

Ilustraciones a cargo de Rosario Velasco Aranda ([email protected])



































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Fondo negro, piso rojo. Se escuchan latidos. Blanco se observa en espejos rotos agrupados en un extremo, explorándose lentamente. La otra mujer se sitúa detrás de un cofre grande y del mismo color de su vestido, lavándose el rostro en una vasija, dejando escuchar la caída del agua. En un momento determinado las dos cruzan miradas y empiezan a tocarse el rostro. Los latidos se cortan y se escucha la caída de vidrios rotos. Temen pero tratan de ignorarlo. 







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BLANCO









(Viéndose en cada uno de los espejos rotos sobre el suelo y tocándolos. Coge uno y se observa en él)











¿Imaginas nuestro verdadero rostro? Lo tiene ella y lo quiero para mí, para nosotras, debe estar atravesado de arrugas, quizá es feo… daría lo que sea por verlo fuera de este espejo… la belleza es espantosa, ilusoria. Míranos, somos viejas y bellas, tan hermosas como para no saber que tan cerca estamos de morir, podemos hacerlo en un minuto o en otra eternidad… ella fuera de aquí lo decide todo, por nosotras, por este lugar… se llevó a las demás una a una… ellas también se miraban en los espejos, ¿Recuerdas cuando todo estaba rodeado de espejos? Ahora sólo queda esto















(Señala un trozo de espejo, lo levanta y lo devuelve a su lugar violentamente) ¡Y ellas no están! no tuvieron tiempo de cansarse de su belleza, se las llevó a tiempo, el agua las absorbió antes de que la odiasen. NEGRO (Colérica e intolerante, se levanta tocando su vientre. Está embarazada. Es joven pero está acabada y maltratada, sus movimientos son lentos y pesados) ¡Basta! Deja de mirarte. Tarde o temprano te resignaras a que no envejeceremos. (Se toca el cuerpo con tristeza, la voz le tiembla, nerviosa dice) Repítelo niña: nosotras no envejecemos. Mira, tócate, toca la piel, ¿Es suave verdad? (Tono completamente triste, perdido) Así vendrá la muerte por nosotras, la muerte que maldigo, no lo entiendes, increíblemente no entiendes de muerte, de este lugar o a la mujer de fuera (Mira todo el escenario) Este lugar es…



























BLANCO ¡Ya no es nada! Su magia esta extinta, esta vacío de lo que fue… 

NEGRO 





(Rabiosa)

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¿Y cómo era? ¿Cómo lo recuerdas?

















BLANCO





Era hermoso. 













NEGRO 



¡Cuando lo escribió! BLANCO ¿Por qué puede hacer todo esto? ¿Por qué puede crearnos y abandonarnos encerradas esperando a que el agua nos absorba? ¡Esperar, esperar con temor! NEGRO Temes a lo que no sabes y a lo que no puedes entender. Aún siendo yo la más vieja llevamos aquí el mismo tiempo, largo, pero el mismo y no has terminado de comprender que ella es una mujer en nosotras, ella somos tu y yo juntas, desde aquí, desde esta caja, allá fuera sólo tiene lo que hay aquí. BLANCO Siempre lo he sabido pero nunca he podido entenderlo completamente. Tú y yo somos muy distintas. Sabes que la odio, no he podido encontrar en ella nada que sea mío, ni siquiera he podido hallar en mi algo que sea enteramente mío… sino sólo inconformidad. NEGRO Piensa, busca lo que te trajo aquí, búscala a ella, eres tú, nosotras, date cuenta no sólo de eso, sino que debes buscar lo que te falta. Aún no sabes que haces aquí, todas lo sabíamos, sabíamos cada una nuestro lugar en esta caja, pero tú no. Pareces una niña asustada por haber visto a las demás irse. Entiende que eso es lo que tiene que pasar inevitablemente,



























somos mujeres dentro de una caja imaginaria, suyas y de nadie mas ¡Estamos aquí para desaparecer alguna vez! Es parte de lo que somos. BLANCO 





No quiero entenderlo. 

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(Pausa) 



Antes todas reíamos interminablemente guardadas por el agua, pareciendo sirenas rodeadas de espejos en los que siempre nos veíamos hermosas sin que eso nos irritara.



















(Pausa) 





Éramos música y podía sentir a la mujer de fuera en todas nosotras, incluso en mí, pero a diferencia de ustedes yo no sabía lo que era para ella, las demás sí, tu lo sabes, yo no, me siento como su propia intrusa.











NEGRO Eres todo menos su intrusa. (La observa detenidamente) ¿Por qué necesitas recordar como si quisieras tener una fotografía en tus manos? BLANCO Quiero saber, quiero salir, quiero ir mas allá de este lugar, quiero ir mas allá de ella, estoy tan harta de lo que queda, de vivir en medio de un residuo. NEGRO ¡No! Tu no quieres salir, o ir fuera de la caja, tampoco quieres ir mas lejos de lo que ella iría, no podrías, no eres real fuera sólo aquí, fuera sólo seríamos ella, sin cuerpos, sin nada, estaríamos dentro suyo y no de esta caja de la que pretendes estar tan cansada cuando es todo lo que tenemos. BLANCO ¡Me detienes! ¿Lo haces sí o no? ¡Responde! ¿Por qué siempre siento que me detienes? Tratas de evitar algo que es parte de mí, pero es inútil pretender que me lo digas… (Agresiva)

Si no somos reales ¿Qué hacemos aquí? y si no eran reales las otras ¿Cómo pudieron morir?

























NEGRO No murieron ¡Se fueron! 







BLANCO

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¿A dónde?

















NEGRO





Puedes saber tanto como yo. Es mas, lo sabes todo, pero no quieres saber, no quieres pensar, es peligroso pensar, saber, darte cuenta de cosas. 

















BLANCO Es doloroso. Voy a buscar y sólo voy a encontrar recuerdos, voy a encontrarme en ella y la voy a odiar aún más… quiero gritarle que soy infeliz dentro de esta caja que ha hecho para nosotras… ¡Es una pesadilla, una tétrica trampa, una cárcel! NEGRO ¡No! Escribió el lugar más hermoso para nosotras, ¡Pero cambió! y con ella teníamos que hacerlo todas juntas. Se escribió en muchas mujeres, pero las fue perdiendo, es natural… ahora quedamos las dos. BLANCO ¿Por qué se fueron las otras? NEGRO Podría pensar que has estado fuera todo este tiempo sin notar lo ocurre. BLANCO Fue quedando cada vez menos del agua en la que nos guardábamos, fue bajando, bajando y bajando; los espejos fueron quebrándose y el agua los absorbió, al igual que absorbió a las demás… se disolvieron en ella riendo, casi no parecía que morían y cuando pienso en ellas y en la muerte siento un aire tibio entre mis piernas y tengo miedo, después de eso nuevamente no sé nada.



























NEGRO ¡Es que no morían! y ese aire tibio entre tus piernas no existe. Tienes miedo, si, le temes a la mujer de fuera y lo que puedas ser para ella. (Muy nerviosa se toca el rostro) 





Es vieja… la mujer de fuera es vieja. No lo era cuando nos escribió, nos creó sin darse cuenta. Al principio no hace más que magia: dividirse en muchas mujeres... las lleva hermosas a una caja tan llena de agua como de música, las vuelve sirenas y cada sueño en una mujer desaparece cuando se hace de verdad, cada fantasma cuando se hace real, cada recuerdo triste quizá cuando logra olvidarse… ¡No lo sé! no tengo que saber todo, pero cada cosa ¡Escúchame bien! La hizo hermosa aquí dentro, sólo que cambió, ya no es joven, si ella cambia lo hacemos todas juntas.



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(Se toca el vientre) 







Solo espero que no sea tan vieja como para no… BLANCO De ese lugar sólo quedamos tú y yo, los espejos rotos (Los señala) Y el agua de esa vasija que guardamos cuidadosamente sin entender por qué. Si hablas de los fantasmas de la mujer de fuera, yo te digo y escúchalo: ella es uno para nosotras, la guardamos con miedo, con rabia, amargadas, rodeada por… (Mira toda la caja. Ríe. Se dirige a la vasija y juega con el agua) ¿Qué ocurriría si la arrojo? Quizá no podrá absorbernos cuando llegue el momento de irnos a la mujer de fuera y podamos salir de aquí por otro lado, sin depender de su muerte. ¡No quiero ser el pedazo de alguien, yo quiero ser una mujer real fuera de una caja de sueños y de mujeres que no son nada! Blanco va echando el agua poco a poco, corriendo por todo el escenario y riendo. Negro la persigue torpemente cuidando su vientre, llorando y gritando «no» hasta que la vasija cae y se arroja desesperadamente sobre el agua acariciándola y empapándose de ella, recuperándola con su vestido y exprimiéndola nuevamente sobre la vasija. NEGRO Mira lo que has hecho ¡Basta niña! ¡Basta! Me atormentas con tu presencia, desde que tuviste un lugar en esta caja me he sentido amenazada. El agua es todo lo que queda, si la tiras, ¿Qué va a absorbernos luego?





Yo… yo no puedo querer salir de aquí, me quedaré hasta el final, cuando























(Se toca el vientre) Cuando… (Imperativa) 

¡Quédate conmigo! 





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BLANCO







Es que no va a nacer nada, la mujer de fuera nos olvidó.

















NEGRO 





(Desesperada)







Si, se que el tiempo se acaba, pero no pierdo la esperanza, lo que hay dentro de mí tiene que nacer alguna vez, yo lo sé, ¡Ella sueña con esto! 

BLANCO



Dentro de tu barriga no hay más que un sueño que olvidó. Mírate aquí, ella morirá, eres un sueño suyo que sueña porque ella ya no lo hace ¡Lo dejó pasar! ¿No te das cuenta, o es que no lo ves? Dime sino la odias ni siquiera un poco, has estado aquí siempre, esperando por ir fuera con ella cuando lo que hubiera en tu vientre nazca y te hiciera una mamá. NEGRO (Tratando inútilmente de negar lo que escucha) ¡Cállate! BLANCO (La mira, la sujeta) Y en cambio has visto como cada una se va, sabiendo que eras el más importante de todos los sueños juntos, que eras la más importante de todas las mujeres en el agua. ¡Aquí estamos las dos! tu llena de ese sueño inútil y yo sin saber que hago, que es lo que soy de ella, cual es mi lugar en esta caja. NEGRO Si tan sólo hubiera una forma de decírselo, de gritarle que el tiempo pasa y me aterra no ser lo que TENGO que ser, si hubiera una forma de…



























BLANCO ¡Es que no la hay!. La única manera es que ella misma nos lleve, pero se olvidó de que existimos, nos ha dejado de lado, si no nos absorbe el agua, nos matara ella cuando muera o buscaremos la forma de hacerlo entre nosotras mismas, ¿Te imaginas? Morir sin depender de ella, morir antes de que ella lo haga, destruir esta eternidad falsamente idealizada en esta caja que no es más que una mentira, esta caja es… 







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Se escucha el tarareo de una tierna canción de cuna que hace callar a Blanco. Ella escucha, pero niega con la cabeza tapando sus oídos con desesperación. 























NEGRO





¡Escúchalo!



BLANCO ¡No! Lo estás inventando, quieres hacerme escuchar algo que tu barriga canta. ¡No hay canciones de cuna aquí! (Pausa al verse descubierta) La música que escuchábamos antes se calló y no volvió a aparecer. No hay música aquí, ¡No puede haber! NEGRO ¡Claro que la escuchas! (Cogiendo su vientre) Entonces el momento esta cerca, va a nacer, ¿Voy a ser mamá? ¡Va a nacer! BLANCO No te vallas, no me dejes aquí, sola en una caja vacía. NEGRO (Se alista en posición de parto) ¡Voy a ser mama! Es lo único que me importa ahora, voy a ser mamá y dejar la caja, la música lo dice.



























BLANCO (Grita desesperada, cortante) ¡No te vayas! 







La música es interrumpida. Todo es silencio.

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NEGRO











¿Qué está pasando?











BLANCO







La música se fue, se calló de nuevo y siento que no volverá a sonar y tú lo sabes. Era sólo una ilusión… no puedes dejarme sola, somos una ¿verdad? 



(Asustada) No me dejes, quédate conmigo ahora que la música se fue. NEGRO ¡No! no se fue, hemos dejado de escucharla, pero durara poco, ya va a volver. BLANCO ¡Se fue! NEGRO Tiene que volver, tiene que… BLANCO Esa música la hiciste tú porque la necesitabas, en realidad no la he escuchado. NEGRO ¡Es tu culpa!, has hecho que se vaya, has hecho que se vayan todas y hablas de muerte cuando… cuando…



























BLANCO No te detengas, dime lo que he querido escuchar siempre, dime ¿Qué es lo que soy? No tengo nada que darte, si pudiera hasta podría dejar que me mates, ¡Matarme! Te daría a cambio la vida dentro de esta caja, pero no la tengo, la tiene la mujer de fuera, debo esperar su muerte para morir. No tengo nada para darte a cambio, sólo puedo rogarte, dímelo, te lo estoy suplicando. 







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NEGRO 





(Empieza a reír cerca de Blanco, con desprecio)









¡Niña! Yo no sé de ti, ¿Por qué debería? 















BLANCO Dímelo por favor. NEGRO ¡Yo sólo se de mí! BLANCO Sé que me odias por lo que soy pero no es mi culpa, si lo dijeras sería distinto. NEGRO ¡Búscalo! Yo… yo sólo se de mí. Mírame, soy un sueño embarazado, un hermoso sueño de embarazo de esta maldita mujer que no se hace madre. (Pausa larga. Música) Cuando de niña le dijeron que le cortarían la barriguita y le pondrían un bebito pequeñito dentro, sólo pensó en eso durante toda su vida. Blanco queda sorprendida y con mucha rabia empieza a golpear el piso, se sienta en él, se contrae, parece sentir un gran dolor producto de golpearse contra el suelo. BLANCO ¡Eres un sueño de niña! Un sueño de toda una vida, has estado con ella más que cualquiera. La conoces, sabes sobre mí. Nos has traicionado, te odio y eres lo más cerca de ella que estoy, yo no la encuentro, no puedo.



























(Descontrolada) Te mataría con mis propias manos o a eso que llevas en el vientre. No, no puedo matarte, aquí no hay muerte sin ella, pero puedo intentarlo ¿verdad? 







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Blanco se retuerce en el suelo, después se aproxima Negro que protege su vientre con las manos y va retrocediendo. Se escucha nuevamente la canción de cuna, que es acompañada de una música pavorosa. Blanco muestra ira, locura; Negro: miedo. Se desafían con la mirada sin perder las emociones iniciales. Blanco coge el vientre de Negro, con rabia. Luchan. La canción de cuna suena aún más fuerte y la adormece, entonces llora desconsoladamente. La música se detiene.









































BLANCO Quiero ser tan real como ella, quiero salir de aquí y ver todas esas cosas del mundo de fuera, tener lo que ella tiene, quizá un hombre entre mis piernas, o un beso, sí, quiero haber besado, quiero haber amado y haber destruido, quiero haber vivido una vida real dentro de un tiempo que pase, dentro de las horas que duran días o meses que después se convierten en años y sabes? los años pasan y van dando vejez, y cuando eso ocurre te llevan con ellos junto con lo que hallas vivido. Quiero pasar con el tiempo, quiero morir alguna vez siendo una vieja, habiendo… (Negro la acaricia con temor) Quiero haber estado rodeada de personas y no de sueños, de personas distintas entre si, no de mujeres que sean parte de una sola, quiero ser cada mujer de esta caja, fuera de esta caja, no quiero haber sido una mujer escrita en su juventud y olvidada entre papeles. NEGRO Pretendes tener todo a lo que no tienes derecho. BLANCO No. Imagina que seres podemos crear aquí dentro para hacerlos eternos, tan inútiles y desgraciados como nosotras. Cada vez que alguien nombra algo, en algún lugar lo crea, cada vez que alguien escribe algo, en algún lugar lo hace real. Ella nos escribió y aquí estamos. (Se arrastra a los espejos y observándose, en trance) No tengas miedo, cierra los ojos y piensa en ellos

(Se pone de pie y recorre el escenario)

























Trata de verlos junto a nosotras. (Se detiene en el cofre, lo acaricia) 

NEGRO 





¡No te atrevas! Vas a crear a tus propias mujeres dentro de esa caja.

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(Observa el cofre con impotencia y asustada)







¿Y para qué? ¡Déjalo! Detente. Todo es inútil ahora.

















BLANCO 





Siento dolor, tal vez ellas puedan hacer alguna vez las cosas que yo deseo, y puedan ir dejando la caja, pero ésta será distinta, no habrá agua que las absorba, serán hermosas o feas, pero lo más importante es que podrán ser viejas, y cuando ya no quede ninguna, podré morirme después de que lo haga la mujer de fuera y quizá así, salir.











NEGRO ¡Te vas arrepentir! ¡Deja ese cofre niña! BLANCO Tienes miedo (Ríe) ¿Tiene que ver con lo que soy? Dímelo ahora antes de cometer un error y crear seres desgraciados. NEGRO ¡No puedo! ¡Entiende! BLANCO Entonces sólo quiero morir NEGRO ¡Cállate! No puedes, se que aún…



BLANCO

























Voy a crear a una mujer que quiera morir al igual que yo. Voy a guardar mi muerte aquí dentro, y va a ser la única mujer dentro de mi propia caja. ¡Un sueño sólo mío! 







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Blanco se va a un extremo arrastrando el cofre, lo aprieta contra sí misma imitando movimientos de parto que dan a entender que está creando una vida dentro de él. Música. Es un momento muy intenso, hasta que termina. Ahora Blanco se muestra cansada. Negro, resignada juega a hacer formas de agua en el suelo.





BLANCO























Sorprendida se acerca arrastrando el cofre. ¿Qué estas haciendo? 

NEGRO 





Buscando las formas, sólo eso, formas… tú quieres morir, has creado a una cosa que también quiere morir dentro de este cofre, ¿Por qué no puedo buscar formas? Formas de…

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BLANCO







Y ¿Qué es lo que estas viendo? 















NEGRO (Llora calmadamente) No logro ver nada; a pesar de querer ver cada cosa, quizá su rostro, su cuerpo y hasta su vientre, pero nada, soy ciega cuando intento verla, ya no puedo saber todo. BLANCO Y ¿Por qué estas llorando? NEGRO Mi hijo no va a nacer nunca, antes vamos a morirnos aquí. La odio, dejó pasar su vida, se entregó a ese tiempo que tú quieres, y olvidó que su sueño más grande era ser una mamá. Se perdió en el tiempo y yo sigo aquí esperando… trato de no verlo pero estoy tan cansada como tú, cansada de esperarla, de creer que esta caja aún es hermosa y no es mas que una prisión. Ahora quiero morir contigo. BLANCO Quieres parir. Le temes a la muerte porque sabes que esta cerca, sabes que ella envejece. Te atrapas dentro de una fe en un sueño que no puedes cumplir. La muerte esta cerca ¿verdad? NEGRO En el cofre niña



























BLANCO Aquí esta mi muerte, no la tuya. 

NEGRO 





(Con tristeza)

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Aleja eso caja de mí 





(Susurrando)

















Que va a quitarme lo que sueño 







BLANCO 







¿Qué dijiste? 

NEGRO



Nada que quieras escuchar. Hacen un largo silencio. Blanco camina por el escenario hasta que se dirige a los espejos rotos y se observa en ellos. Empieza el sonido de un goteo lento. Ellas no lo escuchan. BLANCO ¿La conoces mucho? NEGRO (Camina hacia Blanco y recuesta su cabeza entre las piernas) Desde que era una niña y descubrió que podría hacer con su cuerpo otro más pequeñito, sueña con él hasta ahora. BLANCO ¿Cómo es ella? ¿Cómo se llama? NEGRO Cuando era niña quiso llamarse Mara, cuando creció busco otro nombre para ella: Isara, pero no se llama ni Mara o Isara. 



























BLANCO Mara… y ¿Cómo es que se llama? 

NEGRO 





(Se aproxima hacia ella, la toca)

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No lo sé, podría saber, pero al igual que tu, hay cosas que he preferido desconocer. Tampoco he querido imaginarme su rostro sino hasta ahora, o el color de su piel, no he querido saber cuanto pueden mirar sus ojos, ni las historias de sus cicatrices… algunos de sus secretos ya no me importan.

























(Pausa)







Sé que le gusta caminar sola, se pierde en un mundo de caminos sin zapatos imaginando que llueve sobre ella. Le… le gusta la lluvia, sé que le gusta la luna blanca y deforme... le habla por horas sabiendo que no hay nadie ahí 











(La toca, brusca) … y también sé que acaricia la idea de morir. Se besan. BLANCO ¿Qué más sabes de ella? NEGRO Cuando era niña creía en dios, después dejó de creer. Ahora se queda horas en las iglesias buscando lo que perdió, de cuando creía en un dios que la protegería; lo busca, pero no lo encuentra. BLANCO (Muy curiosa) ¿Le gusta el agua? NEGRO ¿Por qué lo dices? 



BLANCO 























Todo era de agua. NEGRO 

De niña soñaba con ser una ola de mar gigante, pero cuando creció la misma ola con la que soñaba la perseguía para matarla mientras dormía. Cada vez que cierra los ojos la observa y corre desesperada pero nunca la alcanza y ella sigue corriendo. 





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Pausa. 







BLANCO 







(Ansiosa, pregunta) 

¿Ha hecho el amor? ¿Se ha enamorado? Dime ¿La han besado?



NEGRO Ha hecho el amor muchas veces, pero nunca se ha llenado el vientre y, claro, se ha enamorado, ha amado hasta casi tocar la locura, la han besado mil veces, pero nunca ha dejado de sentirse sola excepto por los sueños. Los sonidos del goteo del agua se cortan. BLANCO Quiero escuchar todo sobre ella NEGRO ¡Sólo tienes que mirar! BLANCO (Coge un espejo y se observa en él con obsesión. Lo devuelve a su sitio con violencia) ¡No la encuentro! Siento ira, tal vez es por eso que no he podido saber sobre mí o el lugar ocupo en esta caja. Tengo rabia y deseos de morir, de ser una mujer real. No quiero ser parte del mundo que en algún momento de su vida escribió y olvidó, sin saber que quedábamos aquí esperándola. 







NEGRO





















Podemos esperarla sólo buscando la naturaleza de este lugar. Yo soy un sueño que tiene que cumplirse y tu… cuando descubras eso que eres, tendrás que… tendrás que seguirlo y dejarme. 

BLANCO 





Me siento sola aún estando contigo, no te dejaría.

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NEGRO











(Resignada)









Cuando te vayas, todo se va contigo. 













BLANCO Sólo dilo… NEGRO (Niega con la cabeza) ¡Cuando te vayas te lo llevarás todo! BLANCO ¡Cuando tú te vayas me dejarás sola! Negro se dirige a la posición en la que se hallaba al comienzo y se lava el rostro en el agua restante de la vasija, Blanco se dirige hacia los espejos, canta. Permanecen así unos instantes hasta que se escucha la canción de cuna. Negro empieza a gritar de dolor cogiéndose el vientre, abre las piernas. BLANCO ¡Está pariendo! ¡Voy a quedarme sola! ¡Voy a quedarme sola! ¡Esto no esta pasando! ¡No puedo quedarme sola! NEGRO ¡Siempre fui este momento! Ha llegado. 





BLANCO 





















¡No puedes dejarme aquí! Blanco observa a Negro en medio de los dolores del parto, corre desesperada por el escenario, después la rodea, la observa. Se detiene como si recordara algo y camina lentamente hacia su cofre, se sienta en él y decide abrirlo. 







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NEGRO

















¡No lo toques! ¡No la abras, por favor! 







Los gritos continúan hasta que la música se detiene y con ella los gritos de Negro. Blanco va abriendo lentamente el cofre, observa a la otra mujer gritar sin emitir sonidos, enmudecida. Todo es silencio. 











BLANCO Es lo único que puedo hacer, ¿No lo ves? No quiero quedarme sola en esta caja, pronto lo que resta del agua te absorberá e iras a formar parte de ella y de un vientre real y embarazado como un sueño que se cumple Y ¿yo? ¿Qué hago yo aquí sin saber de mí? Encerrada, temiéndole todo el tiempo a esta caja maldita (Señala el escenario) Es lo único que puedo hacer (Desesperada) Termina de parir, ¿Por qué gritas como una muda? ¡Grita! El dolor te esta desgarrando, puedo verlo. Blanco coge con ambas manos las rodillas de Negro y trata de ayudarla, deja el cofre al centro de sus piernas. Desespera al verla gritar sin emitir sonidos. BLANCO ¿Qué es lo que tratas de hacer? ¡Basta! ¡Grita! Coge su cofre y retrocede, se sienta observando al público y empieza a abrirlo lentamente. Negro gesticula desesperada pero es inútil, esta enmudecida. Cuando Blanco finalmente abre el cofre observa su rostro en un espejo que se encuentra en el interior de la tapa. Queda pasmada. 







BLANCO





















¡No! ¡No! ¡No! (Nerviosa) Yo estoy aquí... busqué a la mujer que llevaba mi muerte y me encontré a mí. 







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Negro ya puede escucharse, lo que descubre en una respiración. Ya no siente dolor. Su respiración es violenta pero poco a poco se torna en calma. Se dirige de forma lenta a blanco que se halla sentada cerca del cofre. La rodea.































NEGRO 





Deseabas, desebas saber lo que eras… yo estaba saliendo de aquí, pero… ¿Qué esta pasando con la mujer de fuera? Sentí a mi hijo moverse destruyéndome las entrañas, queriendo salir, nacer. ¡Lo has arruinado! Ya no iba a ser sólo un sueño.







BLANCO (Aún con el cofre entreabierto y en tono muy lento) Soy un sueño de muerte. NEGRO Eres su mujer dentro de una caja que lleva su muerte… al lado de un sueño de vida, es injusto… ¿Qué es lo que has hecho? Me has quitado a mi hijo, ya no sirvo para nada, ¿Querías saber lo que eras? Eres su muerte ¡niña idiota!, ¡su muerte! BLANCO De todas las mujeres que alguna vez han estado aquí jamás imaginé que hubiera una que fuera la muerte. La imaginaba como algo externo, algo que traería el tiempo y con lo que nos iríamos, que vendría de fuera, no que convivía con nosotras todo el tiempo, no que podía ser una mujer, o que esa mujer era yo. Pensaba que la única muerte aquí era mi propia mujer dentro de mi cofre… mi mujer de la caja. NEGRO Todas lo sabíamos y te temíamos… sabíamos que eras el fin de cada cosa y había que detenerte todo el tiempo. Eras una amenaza constante y algo que no entendíamos, eras para nosotras poco más que una niña, feliz siempre dentro la caja, jugando a ser una maldita sirena, viéndose 



























hermosa, siendo tan contradictoria a lo que eras, ¡a lo que eres! Una muerte niña, eso es lo que eras y no lo comprendíamos, incluso hasta ahora me es imposible entenderte, y antes… eras una tortura… ¡Jugabas con la locura! Preferíamos no ver, escapar, pero acaso ¿había alguna manera de salir de la caja por lo menos un instante para no verlo? Mira me decían los otros sueños, 







(Se escuchan otras voces junto negro. En coro dicen)

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Si ellas juegan no saldremos,



















NEGRO









Mira me decían 













VOCES Su muerte y su locura juegan juntas… NEGRO Temimos siempre hasta que por fin se disolvió. La locura fue una de las primeras mujeres en salir porque fuera desapareció. (Pausa) Reías con sus pesadillas. Creíamos que un día ya no existiríamos más, que llevarían a la mujer de fuera a morir mientras estuviésemos dormidas. Aún si nunca lo supiste, buscaste siempre a las mujeres que junto a ti podrían llevar a la mujer de fuera a morir. (Desesperada) La soledad se disolvió en el agua cuando yo me hacia mas fuerte, y es que soy un sueño hermoso para ella, le hago compañía siempre, mientras mas sueña mas lejos esta de sentirse sola y… BLANCO (Empujando el cofre violentamente) Era feliz en esta caja, ¿como puedo ser su muerte si antes no he querido morir? No hasta que todo cambió. NEGRO Y VOCES Te detuvimos. 







BLANCO





















(Extiende su brazo intentando tocarla) Nunca supe de mí y no había nada que me desesperara más que eso, pero guardaba para la idea de ser un sueño bello, como tu. 





NEGRO 

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Una muerte que acaricia un poco de la vida que carcome, bah, ¿Qué eres? ¿Cómo puede haber una muerte como tu? ¡No me toques! 



















BLANCO









No quiero… 













NEGRO Aprende algo sobre ti niña, la muerte no quiere más que morir, es seca, es suya, el fin. ¿Recuerdas? Te dije que cuando te fueras te lo llevarías todo… cuando te vayas me llevaras contigo. BLANCO Pero… ¿Por qué seguimos aquí? Guardé en el cofre una muerte que me lleve. Descubrí lo que soy pero sigo aquí. NEGRO (Observando su vientre) No lo sé. Quizá porque aún puedo… BLANCO No, ya no. Ahora sé que nunca vas a ser madre, he sentido su vejez entre tus dolores, la he sentido por primera vez. Su vejez es un dolor muy profundo ¿sabes? te sentí en ella. Eres un sueño perdido e inútil. Pausa larga. Música. La música se detiene. NEGRO (Con odio y resignación) Entonces llévame. 



























Negro se dirige a los espejos, va tocándose. Blanco la mira intentando ser indiferente, camina hasta adoptar la posición inicial de la otra mujer, juega con el agua. Dejan pasar unos instantes hasta que las dos mujeres desde sus posiciones -y a la vez- sienten algo extraño y lo expresan tratando de oír y ver. Giran lentamente hasta que sus miradas se encuentran. 







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BLANCO 



¿Qué es esto? ¿Puedes sentirlo? 









NEGRO

















Si… 









BLANCO



Es tan extraño y a la vez siento que me hace fuerte, que me hace más… NEGRO Yo también siento algo extraño, pero me hace débil y me reduce, me siento vieja. Me pesa el cuerpo. Mira mis manos, se arrugan. (Se toca el rostro, lo va deformando con sus manos, adopta la pose y la voz de una mujer vieja) Soy como ella cierto? No. No quiero verlo. Mírame tú. Este es el rostro que buscabas. Nos traiciona. Es hora, llegó el momento. Negro camina cogiéndose el vientre y busca abrazar a Blanco. Cae al suelo de rodillas y comienzan los dolores nuevamente. Latidos. Están consternadas. Blanco separa sus piernas y la observa con gran desconcierto como adopta la postura de una mujer vieja. Se preparan las dos para un alumbramiento. Llevan el proceso unos instantes hasta que parece haber llegado el momento. NEGRO Juega con nosotras, ella juega, la mujer de fuera juega con nosotras. Blanco es retirada violentamente por un aire fuerte que sale de entre las piernas de la mujer de negro, que espera su bebe entre sus brazos y desespera al no poder escucharlo o verlo. Se coge las piernas que aún están separadas. 



























NEGRO ¡No lo escucho! ¿Qué es lo que ocurre? No llora, ¡No esta aquí! He sentido dolor por él, debería estar aquí ¿Dónde está? ¿Dónde estas? (Observando todo minuciosamente) 





Sentí un viento fuerte y helado, como si su cuerpecito fuera de aire. Si, era… era helado y ventoso. Salió de entre mis piernas ¡Pero eso no es un hijo! ¿Dónde esta mi hijo? Yo lo tenía en el vientre, ahí él era mío, ahora es sólo viento. 

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¿Dónde esta mi hijo? ¿He dado a luz? ¿Por qué sigo en la caja? 















BLANCO 





(Intentando disimular su terror al verla y por lo ocurrido)







¡Salió un viento helado! No tienes hijo y ella juega con nosotras. No has dado a luz… no sabemos lo que pasa dentro de esta caja, pero sé que no has parido nada que se parezca a un niño. NEGRO Pero, entonces… ¿Qué ha salido de mí? (Ambas sienten como un viento pasea entre ellas. Ventilación) Esta aquí, es lo extraño que sentimos. Pasea entre nosotras como un viento dulce y siento que viene por mí. NEGRO ¿He parido un cuerpecito de viento que se pasea entre nosotras? (Pausa) ¡No! BLANCO Me siento tan fuerte… tan viva para morir y dejar la caja. Viene por mí, ¿no lo sientes? NEGRO ¿Por qué tu puedes y yo no? 



BLANCO 























No lo sé. NEGRO 

Toda mi vida fui sólo este momento… que existencia tan desgraciada. 





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Negro es abrazada por el cuerpo de viento. Tocándose expresa felicidad y ternura. 













NEGRO

















(Asume nuevamente la pose y voz de mujer joven) 





Me abraza, busca a su madre… que suavidad…





(Abre los ojos y gira la cabeza violentamente)



¡Pero no es un hijo! BLANCO No, no lo es… ¿Qué sentiste? NEGRO (Asume la postura de mujer vieja) Ternura, belleza, felicidad… y con los ojos cerrados imaginaba un bebe entre mis brazos, el de siempre, y podía sentirlo hasta que quise amamantarlo pero abrí los ojos para ver, y te vi, a ti, me vi en esta caja abrazada por un cuerpo de viento, sabiendo que no es real, ¡Que no soy madre! (Tartamudeando) ¡Nom madre! ¡Noom maadre!. (Pausa larga) La mujer de fuera esta muriendo, vieja como yo. Siempre lo supimos, pero era más fácil evadirlo y no aceptarlo, guardar alguna esperanza. BLANCO Los días, te hablé de los días, ¿Lo recuerdas? 



























NEGRO Querías perderte en el tiempo siendo real, ¿Qué tiene que ver eso con lo que esta pasando ahora? (Pausa) 





Mírame 

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(La señala con rabia) 



Me perdió en su tiempo y en sus días, mírame ¡maldita sea! Ya no soy nada.

























BLANCO 





Ahora la siento. Sé lo que pasa, la he buscado… la encontré. 





NEGRO



No entiendo nada, ahora yo soy la que no entiende. BLANCO Ella esta muriendo y lo que has parido viene a buscarnos a las dos. NEGRO Es mentira, estas mintiendo y no voy a creerte, sé que ahora seguir soñando es inútil, pero no creo lo que dices, me niego, mi sueño no es de muerte. No he parido nada porque nunca hubo nada… viento… mi barriga siempre estuvo llena de aire, sin nada, pero no era un sueño de muerte, la muerte soñada aquí eres tú. BLANCO Dime, necia ¿Qué salió de ti? NEGRO ¡Lo que expulse! Un sueño fermentado, nada, un… BLANCO Un día que no va a pasar nunca. 







NEGRO





















¿Un día? ¿Intentas convencerme de que he parido un día? ¿Cómo se pare el tiempo muerto? ¿Cómo llega un pedazo del tiempo que deseas a esta caja? (Ríe) 

Ridícula ¿Cómo puede haber una muerte como tú? Tan ingenua, tan torpe, tan… 





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BLANCO







Tócame, vas a sentirlo: es un día suyo que se resiste a ser como los demás. Se resiste a pasar y pasar en un ciclo inevitable dentro de una parodia de eternidad. Has parido un día suyo, tan inconforme como nosotras. Está aquí, nos oye y nos va a llevar fuera a morir con ella, dentro de un día que no quiso pasar más.



















 









Pausa. Negro queda callado y pierde la vista en un punto fijo. Lleva las manos entre las piernas y las aprieta con rabia. NEGRO Tenía que nacer de ti, ¿por qué de mí? BLANCO La muerte no pare, no da a luz, es seca. Dejan pasar un instante. Caminan la una a la otra. Se abrazan y “el cuerpo de viento las abraza también” (Ventilación) NEGRO (Toca Blanco para sentir en su cuerpo el final) Nos toca, nos abraza BLANCO No, nos lleva fuera, se acabó todo, ¡se acabó la caja! Seremos absorbidas por el agua. Blanco la besa maternalmente le arregla el cabello, y moja su rostro. La trata con curiosidad por observar a una anciana. 



























BLANCO Morimos con ella dentro de su cuerpo. Seremos reales, reales como la muerte que se arrasa a sí misma. 



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Ambas se abrazan. Negro se resiste haciendo algunos jadeos, hasta que una luz muy potente cae sobre ellas desde el techo (efecto de abrir la caja) se abrazan con mucha fuerza, gritan. Apagón. Se escuchan los sonidos del agua y del viento.

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Fin (

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Cecilia Podestá (Ayacucho, Perú, 1981)

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Dramaturga y poeta. Es estudiante de Literatura Hispanoamericana de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Con su primer libro de poemas Fotografías escritas (Lima: Dedo Crítico, 2002) ganó el I Concurso de Poesía Dedo Crítico. En teatro ha escrito, estrenado y dirigido Las mujeres de la caja (Lima: Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2003) y Placebo, su más reciente obra, que participó en el VII Festival de Teatro Peruano-Norteamericano. Sara Jodfre dirigió La repisa de los juguetes vacíos, su segunda obra teatral.

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