LA RUTA

A TENER EN CUENTA

LA RUTA DEL SOL EN EQUADOR

[ Por Marta Aznar ]

Ecuador es un país con muchas posibilidades de diversión para la gente joven a la que le gusta ir de mochileo y a quien no le importa abandonar los lujos y las comodidades durante unos días. Se trata de un país desconocido que esconde grandes maravillas. Dentro de sus fronteras encontrarás montaña, selva tropical y playa. Es justamente en la costa bañada por el Pacífico donde se sitúa la Ruta del Sol (www.rutadelsol.com.ec), que te llevará a recorrer el litoral ecuatoriano a lo largo de 300 kilómetros. La carretera de la Ruta del Sol, rudimentaria y poco transitada, tiene a un lado la playa y al otro campos, salinas y bosques húmedos. Durante el viaje, disfruta de las extensas playas casi vírgenes, observa la ceremonia de apareamiento de las ballenas o pon a prueba tu equilibrio sobre una tabla de surf. No pierdas la oportunidad de intercambiar unas palabras con los ecuatorianos costeños, extrovertidos por naturaleza, y de comer pescado y marisco fresquísimos. Al atardecer, extasíate con el bello espectáculo de la puesta de sol, preludio de la noche estrellada. Coge la mochila y... ¡pon rumbo a Ecuador!

EN MARCHA

LA RUTA

Desde el aeropuerto de Madrid-Barajas hay vuelos directos o con escalas (más baratos, pero muy largos) a los dos aeropuertos internacionales de Ecuador. Para hacer la Ruta del Sol, es mejor aterrizar directamente en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo de Guayaquil (www.tagsa.aero) y recorrer los 150 km (una hora y media por autovía) hasta Salinas, punto de inicio de la ruta. Para ello puedes alquilar un coche o tomar cualquiera de los autobuses que salen de la Terminal Terrestre Doctor Jaime Roldós Aguilera (www.terminalguayaquil.com) en dirección a Salinas. Una vez allí, la carretera de la Ruta del Sol es la que bordea la costa. Está indicada. El aeropuerto de Quito (www.quitoairport.com) supone una jornada entera de viaje en bus hasta Guayaquil, para de allí partir hacia Salinas.

A TENER EN CUENTA

Para moverse: ¿carro a autobús? Alquilar un carro, como llaman a los coches, resulta económico si se va en grupo. Si se viaja con un presupuesto ajustado o se quiere vivir de pleno la vida cotidiana ecuatoriana, lo mejor es ir en los coloridos y viejos buses regulares que cubren los trayectos de una localidad a otra y cuestan alrededor de un dólar por cada hora de viaje. A ellos sube gente de todo tipo: desde estudiantes uniformados y campesinos que llevan consigo las gallinas hasta vendedores ambulantes de comida, refrescos, música pirata o remedios caseros para todos los males. ¡Sus discursos no tienen desperdicio!

EN MARCHA

Llévate ropa fresca y transpirable. La temperatura en la costa oscila entre los 22 ºC y los 31 ºC durante todo el año. Sólo existen dos estaciones. La húmeda, de diciembre a mayo, es la de las lluvias y también la más calurosa y bochornosa. La lluvia sorprende y cae con fuerza para luego dejar paso a un sol abrasador. En la época seca (de junio a noviembre) no llueve, pero el cielo suele estar encapotado. La temperatura es moderada. Llévate algunas lecturas ambientadas en Ecuador para entretener las esperas entre bus y bus: • Un viejo que leía historias de amor. Luis Sepúlveda. • Cumandá o un drama entre salvajes. Juan León Mera.

LA RUTA

Presupuesto El vuelo es el mayor gasto del viaje, por eso hay que evitar viajar en Navidades o de julio a septiembre, y hacerlo en temporada baja, especialmente entre enero y abril, que curiosamente es la época de veraneo ecuatoriana. Comer y dormir es barato en comparación con España. Se puede comer bien por entre 5 y 7 dólares y dormir en hoteles y hostales sencillos pero limpios por entre 8 y 15 dólares en habitación doble. Por menos, puedes dormir, pero no tendrás ni agua caliente ni baño propio. Ten en cuenta que los ecuatorianos regatean para casi todo. Para los turistas, basta con hacerlo en los mercados y mercadillos de artesanías. En los taxis hay que pactar el precio antes de subir. Sin embargo, debes saber que en el país existe un doble sistema de precios por el cual los extranjeros pagan más que los autóctonos por algunos servicios como museos, hoteles selectos y taxis; es lo que llaman el impuesto gringo.

A TENER EN CUENTA

Diccionario ecuatoriano Antes de aterrizar en Ecuador conviene que te aprendas algunas palabrejas de utilidad que te facilitarán la comunicación y te integrarán en la sociedad ecuatoriana. Ahorita: después de un rato. Los ecuatorianos no destacan por su puntualidad. Aquisito nomás: está cerca, sin concretar la distancia. Bacán o chévere: maravilloso, divertido. Chuchaqui o chuchaque: resaca. Chupar o tomar: beber alcohol. ¡Chuta!: expresión de asombro. Coger: Se refiere a las relaciones sexuales. En Ecuador los objetos, el taxi y los buses se agarran. Colita: refresco (limonada, naranjada, cocacola, gaseosa...)

EN MARCHA

La moneda Desde el año 2000, la moneda oficial de Ecuador es el dólar, que sustituyó al sucre cuando este sufrió una grave depreciación.

Saber + Ruta del Sol: www.rutadelsol.com.ec Web Oficial de Turismo de Ecuador: www.vivecuador.com Visita Ecuador: www.visitaecuador.com Exploring Ecuador: www.exploringecuador.com Web de Turismo de Guayaquil: www.visitaguayaquil.com Web de Turismo de Quito: www.quito.com.ec

LA RUTA

A TENER EN CUENTA

EN MARCHA

Deportes náuticos en Salinas Empieza la Ruta del Sol (www.rutadelsol.com.ec) en el balneario de Salinas. Se trata de la localidad turística por excelencia del litoral ecuatoriano. Situada en la península de Santa Elena, en un brazo de tierra que se adentra en el mar, Salinas tiene multitud de edificios de apartamentos, hoteles, restaurantes, chiringuitos a pie de playa y modernas discotecas. En Salinas la diversión está servida, sobre todo, para los amantes de los deportes náuticos. Vela, motos acuáticas, pesca deportiva, buceo... ¿Qué te apetece practicar? En Salinas hay múltiples negocios (www.pescatours.com.ec) donde contratar un curso de buceo, un desplazamiento en velero o una moto acuática. También se organizan expediciones a alta mar para practicar la pesca deportiva de profundidad. En menos de una hora en barco puedes llegar a aguas de hasta 3.000 metros de profundidad, donde habitan peces espada, atunes, doradas y hasta marlines, la tercera especie de pez más grande del mundo. Si coincide que se está celebrando un campeonato de pesca deportiva, no te lo pierdas. ¡Alucinarás con el tamaño de los ejemplares pescados! Además, Salinas es un buen lugar para practicar un poco de vóleyplaya con los jóvenes autóctonos. Como en casi todas las playas de esta ruta, las de Salinas son de agua cristalina, pero –¡atención!– se hacen profundas enseguida. Además, debes tener cuidado con el aguaje (las mareas). Hay horas en las que el mar se retira dejando una amplia playa de fina arena, y en otras el

agua llega a tocar el malecón. Los nativos conocen bien el comportamiento del océano, así que entabla conversación con ellos. ¡Descubrirás la magia de la sabiduría heredada de generación en generación!

LA RUTA

A TENER EN CUENTA

EN MARCHA

Edén de ‘surfers’ y ‘hippies A unos 60 kilómetros de Salinas está Montañita (www.montanita.com), conocido en la zona como el pueblo de los hippies. Desde la carretera casi no se ve, pero tienes que pararte en este lugar sí o sí. Como un inmenso decorado de plató de cine, Montañita es un complejo de casas y pequeños hostales de paredes de caña y techos de hojas de palmera. En los porches y balcones cuelgan hamacas de colores y atrapasueños. Suena música reggae y los surfers pasean descalzos por las calles de arena. Son muchos los jóvenes nacionales y extranjeros que pasan allí largas temporadas atraídos por las olas, ideales para hacer surf, y por el ambiente bohemio que se respira. Montañita es, por lo tanto, un lugar ideal para que practiques un poco de surf. Puedes alquilar (www.casasol.com) una tabla a precio módico y contratar un Tour Surf que te llevará a conocer las mejores playas con las mejores olas. Si eres principiante, puedes disponer de un instructor que te explique el secreto de mantener el equilibrio sobre la tabla.

Pero la bohemia Montañita tiene otros alicientes. El tiempo también pasa volando cuando se merodea por los tenderetes de pendientes, pulseras, collares y objetos varios, hechos a mano con conchas, cáscara de coco o tagua (las semillas de una palmera, muy duras y consideradas el marfil vegetal). Puedes comprar auténticas monadas por muy poco dinero. Y, por la noche, te espera el farreo. En las playas y en los chiringuitos de caña se organizan fiestas que se alargan hasta bien entrada la mañana.

LA RUTA

A TENER EN CUENTA

Pescado del bueno El siguiente destino de la Ruta del Sol es Puerto López, un bullicioso puerto pesquero de visita obligatoria. Durante la mañana los pescadores desembarcan en la playa, varan sus barquitas sobre la arena y extienden sus redes mostrando la mercancía del día: corvinas, picudos (pez espada), doradas... Allí mismo limpian y vende el pescado, bajo la atenta mirada de los buitres, los albatros y los rabihorcados. Estas aves sobrevuelan el escenario de tan apetitoso espectáculo hasta que los pescadores se acercan a la orilla y lanzan al mar los restos de pescado. Entonces, como en la película Los pájaros de Alfred Hitchcock, se lanzan al ataque todos a una, aunque sin escrúpulos los unos hacia los otros, para hacerse con el delicioso manjar. Es un espectáculo alucinante, aunque no apto para los ornitofóbicos. En esa improvisada lonja compran la materia prima los propietarios de restaurantes y chiringuitos, así que el pescado va directamente del mar a la cazuela. En Puerto López, como en todos los pueblos pesqueros de la costa ecuatoriana, se come un fresquísimo pescado cocinado a la plancha, apanado, frito, en sopa o en cebiche. El arroz, los patacones o los chifles (plátano frito en rodajas gruesas o finas, respectivamente) y la ensalada acompañan siempre el plato. Y lo mejor de comer pescado en Ecuador es que ¡se sirve sin espinas!

EN MARCHA

LA RUTA

A TENER EN CUENTA

EN MARCHA

Ballenas en Isla de la Plata Con el verano, las ballenas jorobadas (www.ecotec.edu.ec/ballenasjorobadas/index.htm) llegan a Ecuador en su migración desde el polo antártico en busca de aguas más cálidas dónde aparearse. Este evento puede apreciarse desde la mayor parte de las costas ecuatorianas, aunque estos cetáceos tienen predilección por determinadas zonas, entre ellas las aguas que bañan la Isla de la Plata, enfrente de Puerto López. Desde este pueblo pesquero (www.ecua-andino.com) y desde otros cercanos como Puerto Rico (http://labarquita-ec.com) o incluso desde Salinas (www.guayatur.com) puedes contratar una excursión organizada en barco o negociar un buen precio por el desplazamiento con los pescadores locales. La travesía dura entre una hora y una hora y media, y por el camino es posible ver delfines surcando el mar junto a las embarcaciones. Luego tienes que esperar y observar con paciencia en busca de aletas y soplidos entre las olas. Su avistamiento está garantizado en julio y agosto, es más difícil en junio y septiembre, y se realiza desde la distancia, pues hay que interferir lo menos posible en las ceremonias de apareamiento. Aunque, en ocasiones, ballenas curiosas se acercan a los botes a fisgonear. Pero este no es el único atractivo de la Isla de la Plata. Vale la pena alquilar una barca para visitarla a pie incluso cuando no es la época de migración de cetáceos. Esta isla, llena de legendarias historias de piratas y corsarios que los más viejos de Puerto López te contarán

gustosos, pertenece al Parque Natural Machalilla. Es una de las mayores colonias de anidamiento de aves marinas. Albatros, pelícanos, piqueros enmascarados y patirrojos, y gaviotas, entre otras especies de aves marinas, descansan y alimentan allí a sus polluelos sin miedo a la presencia humana. Puedes recorrer a pie gran parte de la isla acompañado de los guardas que hacen de guía y explican las costumbres y características de estos animales. ¡Lleva buen calzado y gorra! El terreno es agreste y no hay ni una sombra. También puedes bucear en las proximidades de la isla, donde existen arrecifes de coral.

LA RUTA

A TENER EN CUENTA

EN MARCHA

Parque Natural de Machalilla Cuenta la leyenda que el Parque Natural de Machalilla recibe su nombre de una pareja de indígenas, Macha y Lilla, que abandonaron la sierra andina ecuatoriana y se asentaron en algún lugar de lo que ahora es la reserva para dedicarse a la pesca. El Parque Machalilla tiene una extensión de 55.095 hectáreas que comprenden el último tramo de litoral de la Ruta del Sol, desde el inicio de la provincia de Manabí (está indicado en la carretera) hasta Puerto Cayo, pueblo pesquero que pone fin a esta ruta. Incluye también las pequeñas islas ubicadas frente a este tramo de costa, entre ellas la Isla de la Plata. Este parque es una de las mayores reservas de ecosistemas terrestres y marinos en peligro de extinción del país. Los amantes de la naturaleza no se lo pueden perder. Desde la misma carretera de la Ruta del Sol puedes recrearte en los acantilados y las playas de arena blanca –la más conocida es la de Los Frailes–, así como en el bosque nebuloso y el semidesierto que conviven uno junto al otro. En el bosque húmedo, fíjate en el enorme algarrobo leguminoso de corteza verde, que es capaz de hacer la fotosíntesis incluso cuando pierde las hojas. También en el ceibo o kapok, cuyo tronco gris con contrafuertes puede medir hasta tres metros de diámetro y de cuyo fruto se extraía una fibra flotante con la que se fabricaban los chalecos salvavidas. En la zona semidesértica, déjate sorprender por las colonias de cactus candelabro, cuyo nombre los describe a la perfección.

Sin embargo, para disfrutar al máximo de los secretos que guarda el Parque Machalilla hay que acceder a su zona más protegida, donde es posible ver venados, monos aulladores, osos hormigueros, iguanas, todo tipo de serpientes y de lagartijas y 200 especies de aves. La entrada está a pocos kilómetros de Puerto López en dirección norte y cuesta entre 12 y 20 dólares en función de lo que se quiera visitar. Los habitantes de la zona han sido formados como guías, así que no pierdas la oportunidad de contratar a uno y conocer de primera mano las peculiaridades de la fauna y la flora que te rodea.

LA RUTA

A TENER EN CUENTA

EN MARCHA

Imprescindible A lo largo de esta ruta no debes dejar de… Admirar las puestas de sol. Sentarse en el malecón o en la arena de una playa cualquiera de la Ruta del Sol al atardecer es una experiencia inolvidable. Cada puesta de sol es única, pues el cielo a veces se torna de colores anaranjados, otras veces rojo fuego, y otras despliega tonalidades que van desde el rosado más pastel hasta el fucsia más intenso. El sol empieza a caer entre las seis y las seis y cuarto de la tarde y desaparece totalmente en el horizonte del océano en cuestión de media hora. Probar el cebiche. Es la comida nacional por excelencia. Consiste en pescado, camarón (gambas), concha (especie de ostra con la carne de color negro), cangrejo, pulpo o langosta, que se maceran en limón y se condimentan con tomate, cebolla y cilantro. Puede estar elaborado con sólo uno de estos ingredientes de pescado o marisco o combinar varios (cebiche mixto). Es un plato refrescante que se toma de desayuno o comida. Algunos oriundos dicen que es un desayuno ideal en un día de chuchaqui (resaca). Comer langosta a precio de ganga. En Ecuador la langosta no es un plato de lujo. Su precio es muy económico si se compara al de España, si bien es cierto que tampoco es un manjar al alcance de los bolsillos de todos los ecuatorianos. Si no hay veda, es posible comer cebiche o ensalada de langosta por entre 5 y 8 dólares, aproximadamente. ¡Aprovecha y date este lujo!

Tomar un coco helado y jugo de frutas. Papaya, mango, piña, maracuyá, naranjilla, sandía, guayaba... ¡Hay mil frutas entre las que escoger! Refréscate con un cóctel o un jugo de frutas recién exprimidas. Sólo debes asegurarte de que están elaborados con agua embotellada. Aunque en la mayoría de lugares ya lo hacen, nunca está de más pedirlo expresamente. Prueba también el coco. En las carreteras y calles hay puestos que los venden recién cogidos de la palmera. Te los servirán con una pequeña incisión en la cáscara donde se introduce una caña por la que sorber el líquido (el agua de coco). ¡Los cocos son enormes y el agua dulce e inacabable!