LA HISTORIA DEL ANTIGUO TESTAMENTO

LA HISTORIA DEL ANTIGUO TESTAMENTO A. B. C. D. E. F. I. LOS COMIENZOS Desde la creación hasta c. 2100 (2000) a.C. Gén. 1—11. La CREACIÓN, Gén. 1—2. ...
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LA HISTORIA DEL ANTIGUO TESTAMENTO

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I. LOS COMIENZOS Desde la creación hasta c. 2100 (2000) a.C. Gén. 1—11. La CREACIÓN, Gén. 1—2. ADÁN y EVA en el huerto y la caída, Gén. 3. CAÍN y ABEL; el linaje de Caín; el linaje de SET (que incluye ENOC), Gén. 4—5. NOÉ y el diluvio, Gén. 6—9. Los descendientes de SEM, Cam, y Jafet, Gén. 10. La torre de Babel y la línea de Sem hasta Abraham, Gén. 11.

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II. LOS PATRIARCAS Desde c. 2100 (2000) hasta c. 1875 (1700) a.C. Gén. 12—45. ABRAHAM y SARA, Gén. 11:27—25:18. ISAAC y REBECA, Gén. 21:1—28:9; 35:27-29. JACOB y ESAÚ, Jacob y sus esposas Lea y Raquel, Gén. 25:19—36:43. Los hijos de Israel (Jacob) y la historia de JOSÉ, Gén. 37—45.

III. LA ESTADÍA EN EGIPTO Desde c. 1875 (1700) hasta c. 1450 (1300) a.C. Gén. 46—50; Éx. 1—2. A. Desde el descenso de los hijos de Israel a Egipto hasta la muerte de José, Gén. 46—50. B. La estadía y esclavitud en Egipto, Éx. 1. C. El nacimiento y la vida temprana de Moisés, Éx. 2.

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IV. EL ÉXODO Y LAS PEREGRINACIONES EN EL DESIERTO Desde c. 1450 (1300) hasta c. 1400 (1250) a.C. Éx. 3 — Deut. 34. Preparativos: llamado de Moisés; MOISÉS y AARÓN ante Faraón; las PLAGAS, Éx. 3—11. La PASCUA, el ÉXODO de Egipto, y el cruce del mar, Éx. 12:1—15:21. El viaje desde Egipto hasta el Mt. Sinaí, Éx. 15:22—18:27. Eventos en el Mt. Sinaí, Éx. 19—40; Lev. 1—27; Núm. 1:1—10:10. Incluyen el pacto hecho y la ley dada, Éx. 19—24; el tabernáculo, Éx. 25—31; 35—40; el pacto quebrantado por la adoración del becerro de oro y el pacto renovado, Éx. 32—34; leyes ceremoniales y de santidad, Lev. 1—27; el censo del pueblo, varias reglas, y preparativos para el viaje a la tierra prometida, Núm. 1:1—10:10. El viaje desde el Mt. Sinaí hasta Cades, Núm. 10:11—12:16. Acontecimientos y leyes en y alrededor de Cades, Núm. 13:1—20:13. Incluyen los 12 espías y la fe de Caleb, la generación rechazada por su falta de fe y el fracasado intento de invadir la tierra prometida, Núm. 13:1—14:45; y las andanzas en el desierto hasta la muerte de esa generación, Núm. 15:1—20:13. El viaje desde Cades hasta las llanuras de Moab y la conquista del territorio al este del Jordán, Núm. 20:14—22:1. (Véase Núm. 32.) Incluye la historia de la serpiente de bronce. Preparativos para entrar en la tierra, Núm. 22:2—36:13. Incluyen el episodio con Balaam, Núm. 22—25 (véase Núm. 31); el segundo censo, Núm. 26; y varios eventos, datos, y reglas, Núm. 27—36. Los discursos de Moisés en las llanuras de Moab antes de la entrada en la tierra prometida, y la muerte de Moisés, Deut. 1—34. -1-

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V. LA CONQUISTA Y LOS JUECES Desde c. 1400 (1250) hasta c. 1050 a.C. Josué, Jueces, Rut, 1 Sam. 1—8. JOSUÉ y la conquista y repartición de la tierra prometida, Jos. 1—24. Los jueces (DÉBORA, GEDEÓN, JEFTÉ, SANSÓN, etc.), Jue. 1—16. Historias que ilustran las condiciones durante el período de los jueces, Jue. 17—21. Historias de Noemí, Rut y Booz durante el período de los jueces, Rut 1—4. Historia de ELÍ y la vida temprana de SAMUEL, 1 Sam. 1—8.

VI. EL REINO UNIDO Desde c. 1050 hasta 931 a.C. 1 Sam. 9—31; 2 Sam. 1—24 (1 Crón. 9:35—29:30); 1 Rey. 1—11 (2 Crón. 1—9). A. SAÚL (c. 1050 - c. 1010), 1 Sam. 9—31; 2 Sam. 1—2; 1 Crón. 9—10. B. DAVID (reinado, c. 1010-970), 2 Sam. 2—24; 1 Rey. 1—2; 1 Crón. 11—29. C. SALOMÓN (970-931), 1 Rey. 1—11; 2 Crón. 1—9. VII. EL REINO DIVIDIDO: ISRAEL Y JUDÁ Desde 931 hasta 722. 1 Rey. 12—22; 2 Rey. 1—17; (2 Crón. 10—28) A. Desde la división del reino (931) hasta el golpe de Jehú (841), 1 R. 12:1 — 2 R. 9:29; 2 Cr. 10:1—22:9. Incluye los reyes Roboam (931-913) y Abiam de Judá; y Jeroboam de Israel (931-910), Asa de Judá (911-870); Nadab, Baasa, Ela, Zimri, y Omri (885-874) de Israel; Josafat de Judá (870-848) y Acab de Israel (874-853); Joram y Ocozías de Judá; Ocozías y Joram de Israel. Profeta ELÍAS durante el reinado de Acab, 1 R. 17—19, 21 y durante el reinado de Ocozías de Israel, 2 R. 1:1—2:17. Profeta ELISEO durante los reinados de Acab y de Joram de Israel, 1 R. 19:19-21; 2 R. 2—9. B. Desde el golpe de Jehú (841) hasta la cumbre bajo Uzías y Jeroboam II (c. 750), 2 R. 9:1—15:7; 2 Cr. 22:10—26:23. Incluye Atalía (reina usurpadora) y Joás (835-796) de Judá; Jehú (841-814) y Joacaz de Israel; Amasías y Uzías (767-740) de Judá; Joás y Jeroboam II (782-753) de Israel. Profeta Eliseo durante los reinados de Jehú, Joacaz y Joás de Israel, 2 R. 13:14-25. Profetas JONÁS (2 R. 14:25), AMÓS y OSEAS durante el reinado de Jeroboam II de Israel. C. Desde la cumbre (c. 750) hasta el fin de Israel del norte (722), 2 R. 15:8—17:41; 2 Cr. 27–28. Incluye Jotam y Acaz de Judá; y Zacarías, Salum, Menahem, Pekaía, Peka y Oseas de Israel. Profetas ISAÍAS y MIQUEAS durante los reinados de Jotam y Acaz de Judá. Caída de Samaria, 722; el reino de Israel desaparece de la historia (1 R. 17). VIII. EL REINO PARCIAL: JUDÁ SOLO Desde 722 hasta 587 a.C. 2 Rey. 18—25; 2 Crón. 29—36. A. Desde el fin de Israel (722) hasta Josías (640), 2 R. 18:1—21:26; 2 Cr. 29:1—33:25. El buen rey Ezequías (716-687); el ministerio de Isaías sigue durante su reinado. Crisis con Senaquerib de Asiria, 701. El malvado rey Manasés, (687-642) y Amón. B. Josías (640) hasta el fin de Judá (587), 2 R. 22:1—25:30; 2 Cr. 34–36. Josías el reformador (640-609); profetas Nahum, JEREMÍAS, Sofonías, y Habacuc durante su reinado. Reforma de Josías, 621. Joacaz, Joacim (609-598), Joaquín, y Sedequías (597587). Sigue el ministerio de Jeremías. Batalla de Carquemis, 605. Daniel y sus tres amigos llevados a Babilonia. Muchos judíos desterrados en 597, incluso el profeta Ezequiel. Caída de Jerusalén, 587, y más judíos llevados en exilio. La profecía de Abdías y el libro de Lamentaciones probablemente un poco después. -2-

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IX. EL EXILIO EN BABILONIA Desde 597 ó 587 hasta 537 a.C. Carrera y ministerio de DANIEL en Babilonia, 605-536. Ministerio de EZEQUIEL en Babilonia, c. 593 - c. 570. Jeremías llevado a Egipto, donde muere, entre c. 585 y c. 580. Fin del exilio predicho en Isaías 40—55. X. LA RESTAURACIÓN Desde 537 hasta c. 400 a.C. Esdras, Nehemías, Ester. Retorno del primer grupo de exiliados bajo Zorobabel en 537, Esd. 1—4. Profecías relacionadas con la comunidad restaurada, Isaías 56—66. Por la predicación de Hageo y Zacarías, el templo de Jerusalén reedificado (520-516), Esd. 5—6. Historia de Ester, probablemente entre c. 480 y c. 470. Las reformas de ESDRAS (458), Esd. 7—10. Muros de Jerusalén reedificados por NEHEMÍAS, gobernador de Judá 444-433 y otra vez después de 432, Neh. 1—13. Malaquías probablemente predica durante la ausencia de Nehemías, c. 432. Ministerio de Joel probablemente c. 400 a.C. XI. PERÍODO ENTRE LOS TESTAMENTOS Desde c. 400 hasta 4 a.C. Continuación de dominación por el imperio persa, 539 - 331. Dominación por los griegos, 331-142. Están bajo el imperio de Alejandro Magno, 331323, y bajo los Tolomeos (dirigentes griegos en Egipto), 323-198. Están bajo los Seléucidas (dirigentes griegos en Siria), 198-167. Antíoco Epífanes llega al trono, 175, y persigue a los judíos. Dan. 7—12 tiene que ver con esta época. Provoca la rebelión de los macabeos, 167. La lucha de Judas Macabeo y sus hermanos, 167-142. Logran la libertad religiosa, 164, y la independencia política, 142. Independencia bajo los Asmoneos, 142-63. (Los asmoneos eran los descendientes de los macabeos.) Dominación por los romanos, 63-4 a.C. (muerte de Herodes el Grande). Los romanos siguen dominando a Judea durante el período del N.T. -3-

Cabe aquí la página 4, con el cuadro de La Historia del Antiguo Testamento

EL MUNDO DEL A.T. El Libro Santo y la Tierra Santa deben estudiarse juntos, porque el uno ilumina al otro. Aunque la Biblia es la revelación sobrenatural de Dios al hombre, esta revelación a menudo fue dada a través de eventos históricos concretos que acontecieron en lugares geográficos específicos. El Dios de la Biblia es el Dios que actúa, que interviene en la historia humana. Dios vino al mundo en el momento propicio que Él ya había preparado. También vino al pueblo que ya había preparado. Este pueblo vivió en la tierra que Dios ya había preparado. Como Baly (p. 4) observa, Palestina fue la tierra escogida para el pueblo escogido. La tierra no fue elegida por Israel, sino por Dios para Israel. Fue la escena de la autorrevelación de Dios a su pueblo por varios siglos. Fue la tierra donde nació, caminó, enseñó, murió, y resucitó nuestro Señor Jesucristo, la revelación suprema de Dios. Por eso, la tierra de Palestina ha sido llamada “El Quinto Evangelio”. La topografía de la tierra, el clima, y otras características geográficas ejercen una profunda influencia sobre las costumbres, el estilo de vida, y aun la manera de pensar de un pueblo. Esto es verdad también en el caso de Israel. La Biblia refleja el ambiente de Palestina en muchas maneras. A menudo hay detalles que los escritores sagrados dan por sobrentendidos, pero que nosotros no podemos captar hoy día sin un estudio de la geografía de Palestina y las otras tierras del mundo bíblico. Entonces nuestro propósito al estudiar las tierras bíblicas es el de ayudarnos en entender e interpretar correctamente la Biblia. LA UBICACIÓN DE LA TIERRA SANTA I. LA MEDIA LUNA FÉRTIL A. Definición El mundo del Antiguo Testamento se comprende principalmente entre cinco mares: el Mar Negro y el Mar Caspio en el norte; el Golfo Pérsico y el Mar Rojo en el sur; y el Mar Mediterráneo en el oeste. Esta zona tiene un área total de unos 2:184.000 Km. cuadrados, y abarca todo o partes de las naciones modernas de Irán, Kuwait, Iraq, Turquía, Siria, Líbano, Israel, Jordania, y Egipto. Pero cuando miramos el antiguo medio oriente más de cerca, encontramos que la parte fértil y habitada forma un semicírculo entre el Golfo Pérsico en el este y el sur de Palestina en el oeste. Esta región se asemeja a una hoz o una media luna, y por eso, ha recibido el nombre de la Media Luna Fértil. Está encerrada por varias cordilleras al norte y un gran desierto al sur. Está regada por varios ríos importantes, especialmente El Tigris y el Éufrates en el este. B. Regiones 1. Mesopotamia. La parte oriental de la Media Luna Fértil se llama Mesopotamia (que literalmente significa “entre ríos”). Abarca la zona entre (y al lado de) los ríos Tigris y Éufrates. Corresponde más o menos a la nación moderna de Iraq, con la parte nororiental de Siria y la parte sudoriental de Turquía. 2. El Levante. La parte occidental de la Media Luna a veces se llama el Levante. Abarca la zona de la costa oriental del Mar Mediterráneo. Incluye las naciones modernas de Siria, Líbano, Israel, y Jordania. C. Naciones y Pueblos Dentro de la Media Luna Fértil 1. Mesopotamia (la llanura entre el Éufrates y el Tigris) a. Sumeria. En los tiempos muy antiguos, la parte meridional fue habitada por los súmeros o sumerios. Antes de c. 2000 a.C. entonces, esta región se llamaba Súmer o Sumeria. Parece que Sinar en la Biblia se refiere a esta región. -5-

b. Acadia. En Mesopotamia central, donde el Tigris y el Éufrates se acercan, vivían los acádicos. Antes de c. 2000 a.C. esta región se llamaba Acadia. Después de c. 1850 a.C., cuando la ciudad de Babilonia llegó a dominar toda esta región, las partes central y sur de Mesopotamia se llaman Babilonia. c. Padan-Aram. La parte al norte de Mesopotamia se llama Padan-Aram. Fue el hogar de los amorreos, los hurritas, y después los arameos. 2. Las tierras altas entre el Tigris y la cordillera de las Montañas Zagros a. Elam. En el sur, cerca del Golfo Pérsico, vivían los elamitas. Su país se llama Elam (o a veces Susiana, según su capital, Susa o Susán). b. Asiria. Más al norte se encontraba el hogar original de los asirios. Asiria llegó a dominar casi todo el medio oriente en el período entre 745 y 626 a.C. 3. El Levante a. Siria se refiere a la región entre los Mtes. Tauro y el Río Éufrates al norte y el fin de las cordilleras del Líbano y del Antilíbano en el sur, y entre el Desierto Arábigo al este y el Mar Mediterráneo al oeste. En los tiempos antiguos, los cananeos habitaban esta zona. Después de c. 1100 a.C., llegó a ser el hogar de los arameos, que se organizaron en varias ciudadesestados. Damasco llegó a ser la que dominó las otras. A menudo en la Biblia el nombre “los sirios” se aplica a los arameos que vivían en la región de Siria. b. Fenicia se refiere a la faja angosta entre la cordillera del Líbano y el Mediterráneo. Corresponde más o menos a la nación moderna de Líbano. En cuanto a su idioma, religión, y cultura, los fenicios eran cananeos. En la Biblia muchas veces se llaman los sidonios porque Sidón fue la ciudad principal de los fenicios antes de c. 1200 a.C. c. Canaán se refiere a la tierra entre el valle del Jordán y el Mediterráneo. Antes de su conquista por los israelitas, fue habitada por los cananeos (y varios otros pueblos). Además de Canaán, la tierra asignada a las doce tribus de Israel incluía parte del altiplano al este del Jordán. A veces se usan los nombres Cisjordania para referirse a la tierra entre el Jordán y el Mediterráneo, y Transjordania para referirse a la tierra entre el Jordán y el Desierto Arábigo. El nombre moderno Palestina se aplica a la tierra en ambos lados del Jordán. Corresponde a las naciones modernas de Israel y Jordania. D. Naciones y Pueblos Alrededor de la Media Luna Fértil 1. Media y Persia. Al este de los Mtes. Zagros, en el altiplano de Irán, vivían los medos y los persas. Persia quedaba más al sur, cerca del Golfo Pérsico. Media quedaba más al norte, cerca del Mar Caspio. 2. Ararat o Armenia estaba al norte. Después del diluvio el arca de Noé quedó en uno de los montes de Ararat. Más tarde, esta zona era el hogar del reino de Urartu, un enemigo de los asirios. 3. El Cáucaso. Más al norte, entre el Mar Caspio y el Negro, queda la zona del Cáucaso. Los cimerios y escitas descendieron a la Media Luna Fértil desde esta región. 4. Anatolia. Al noroeste está el altiplano de Anatolia, en la península entre el Mar Mediterráneo y el Mar Negro. Esta península a veces se llama Asia Menor. Hoy día es ocupada por la nación de Turquía. En la antigüedad, el pueblo llamado los heteos (hititas) vivía en esta región. 5. Egipto queda al sudoeste. Los egipcios vivían a lo largo de las orillas Río Nilo. 6. Arabia. En los desiertos al sur de la Media Luna Fértil vivían varios pueblos nómadas. Entre ellos estaban los amalecitas, los madianitas, los ismaelitas, y los árabes. -6-

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II. LA SITUACIÓN DE LA TIERRA SANTA DENTRO DEL MUNDO BÍBLICO A. Lugar Céntrico Para las personas del hemisferio occidental, la tierra de Palestina puede parecer un rincón lejano. Sin embargo, en la antigüedad, estaba realmente al centro del mundo. Estaba dentro de la Media Luna Fértil, más o menos a medio camino entre el valle del Éufrates y el valle del Nilo. Por eso los israelitas estaban en contacto con todos los acontecimientos políticos, militares, y económicos en el mundo antiguo. B. Puente Entre las Naciones El movimiento en el medio oriente es limitado por los cinco mares, las varias cordilleras de montes, y los grandes desiertos. La presencia de estos obstáculos causa que todas las rutas terrestres entre Asia y África, y entre África y Europa, pasen por la zona de Palestina. Esta tierra forma un puente entre los continentes de África, Asia, y Europa, y muchas personas siempre estaban pasando por este puente. Por eso, Palestina se ha llamado “el punto de balance” en el comercio del mundo antiguo. C. Lugar Estratégico Siendo un puente entre los continentes, varias naciones luchaban para controlar esta zona. Los grandes imperios de Mesopotamia, de Asia Menor, y de Egipto libraron muchas batallas para conquistar esta región. III. EL SIGNIFICADO DE LA UBICACIÓN DE LA TIERRA SANTA A. Resultados Positivos 1. Oportunidad de testificar. Como siempre pasaban comerciantes y ejércitos por la zona de Palestina, el pueblo de Dios tuvo muchos contactos con otros pueblos. Estamos convencidos que Dios lo arregló así a propósito. Quería que su pueblo testificara del verdadero Dios a todos los otros pueblos del mundo, y le dio muchas oportunidades de hacerlo. Quería utilizar el pueblo de Israel para ser una bendición a todas las familias de la tierra (Gén. 12:1-3). 2. Lugar separado. A pesar de estar al centro del mundo antiguo, la tierra ocupada por Israel era un poco separada. La gran mayoría de los ejércitos y comerciantes pasaba por la costa de Palestina. Pero encontramos que los israelitas vivían principalmente en los montes, en la parte central de Palestina. Aunque el mundo pasaba continuamente a su puerta, tenía un lugar donde podía retirarse un poco para su propia protección y para mantener su propia identidad. Encontramos que la tierra de los israelitas era “una tierra apartada para una nación separada” (Turner, p. 9). 3. Buena base para comunicar el evangelio. En los tiempos del A.T., el enfoque de Israel siempre estaba hacia el este. Cuando llegamos a los tiempos del N.T., la mirada ha cambiada hacia el oeste – hacia Grecia y Roma. Pero por su presencia sobre la costa del Mediterráneo, los judíos estaban en una buena posición para compartir el evangelio de Jesucristo a través de todo el mundo conocido. B. Resultados Negativos 1. Peligro de contaminarse. El mismo contacto con otros pueblos que proporcionó a Israel la oportunidad de testificar del Dios verdadero también trajo un gran peligro: el de contaminarse con la idolatría de las naciones. Vemos que muchas veces el pueblo de Dios cayó en este error. 2. Peligro de invasión. A pesar de estar un poco apartado, el pueblo de Dios siempre estaba expuesto al peligro de invasión por los ejércitos de los grandes poderes mundiales. La historia relata cómo el pueblo de Dios varias veces sufrió varias incursiones militares por otros pueblos. Al fin, las tribus del norte cayeron ante Asiria en 722 a.C., y las tribus del sur ante Babilonia varios años más tarde (587 a.C.). -8-

LA TIERRA SANTA I. LÍMITES DE LA TIERRA Aunque Dios prometió a su pueblo todo el territorio entre el Río de Egipto y el Éufrates, los israelitas realmente no llegaron a ocupar una región tan grande. La zona que ocuparon extendió desde la ciudad de Dan en el norte hasta la ciudad de Beerseba en el sur, una distancia de 288 Km. Tenía una anchura mayor de 96 Km. entre el Mar Mediterráneo en el oeste y el altiplano oriental al este del Jordán, con un área de 26.400 Km. cuadrados. Los linderos naturales en el norte fueron las cordilleras paralelas del Líbano (más cerca del mar) y del Antilíbano (más cerca del desierto). La cordillera del Antilíbano termina en el Mt. Hermón. Creen que “la entrada de Hamat” se refiere al valle entre estas dos cordilleras. (En vez de “la entrada de Hamat”, algunos traducen “Lebo-hamat”, una ciudad más al norte en ese valle.) La ciudad de Dan estaba cerca del extremo sur de este valle. En el oeste, el Mar Mediterráneo (Mar Grande o Mar Occidental) forma el límite natural. En el sudoeste, el límite natural es el “Río de Egipto”. Parece que este nombre, traducido a veces el Torrente o Arroyo de Egipto, no se refiere al Nilo, sino al Wadi el Arish. Éste es un arroyo que se llena de agua en la estación lluviosa, y que desagua la península de Sinaí, desembocando en el ángulo sudeste del Mar Mediterráneo unos 80 Km. al sudoeste de Gaza. Marca el límite entre la tierra cultivable al oeste y el desierto de Shur al este. El Desierto de Sinaí forma el límite en el sur, y el Desierto Arábigo en el este. Éste último se extiende al este de toda la zona de Palestina y Siria. II. PUEBLOS VECINOS DE ISRAEL A. Al Norte: los Arameos (los Sirios) Los arameos se establecieron en muchas partes de la Media Luna Fértil en grandes números entre c. 1200 y 1000 a.C. (Labán, el suegro de Jacob, se llama un arameo.) Algunos se asentaron en la región de Siria, al norte y al nordeste del territorio de Israel. Establecieron los reinos de Tob, Gesur, Maaca, Rehob, Soba, y Hamat. El reino arameo más importante fue Damasco, que empezó como una ciudad-estado, pero que más tarde llegó a dominar toda la región de Siria. B. Al Noroeste: los Fenicios Los fenicios vivían en la región entre el Mt. Líbano y el Mar Mediterráneo. Fundaron colonias alrededor del Mediterráneo, entre ellas Cádiz en España y Cartago en el norte de África. La contribución más notable de los fenicios fue la invención del alfabeto entre c. 2000 y 1600 a.C. Cuando los israelitas entraron en la tierra prometida, Sidón era la ciudad dominante de los fenicios. Por eso, a veces en el A.T. el nombre “sidonios” se refiere a los fenicios en general, y no solamente a los habitantes de la ciudad misma de Sidón. Después de 1200, Sidón fue destruida por los “pueblos del mar”. Entonces Tiro llegó a ser predominante. C. Al Sudoeste: los Filisteos Los filisteos eran un grupo entre los llamados “pueblos del mar”. Subieron desde Creta (Caftor; véanse Dt. 2:23; Amós 9:7) para asentarse c. 1200 en la llanura marítima de Canaán entre Egipto y la región de Jope. Allí establecieron su liga de cinco ciudades de Gaza, Asdod, Ascalón, Ecrón, y Gat. Aunque Saúl ganó algunas victorias contra ellos, fue David el que al fin los sujetó. D. Al Sur: Las Tribus Nómadas del Desierto Los amalecitas eran los descendientes de Amalec, hijo de Elifaz y nieto de Esaú. Eran principalmente nómadas que se movían de un lugar a otro dentro de la península de Sinaí y partes de Arabia. Los madianitas eran los descendientes de Madián, hijo de Abraham por Cetura. Eran nómadas que vivían principalmente en la parte NO de Arabia. A veces llegaron a la península de Sinaí, al desierto sirio-arábigo al este de Canaán, y aun hasta la ribera oriental del Jordán. Los madianitas empezaron a usar los camellos en grandes números c. 1100, hecho que aumentó grandemente su rango y su rapidez de movimiento. Jue. 6:1-6 describe cómo los madianitas (con los amalecitas y -9-

los “hijos del oriente”) venían en los tiempos de la cosecha y se llevaban todo durante la época de los jueces. Después de la victoria que Gedeón logró sobre ellos, los israelitas no tuvieron más problemas con los madianitas. Los ismaelitas eran los descendientes de Ismael, hijo de Abraham por Agar, su concubina egipcia. Vivían principalmente en el gran desierto sirio-arábigo, al norte de Arabia y al este de Canaán y Siria. Algunos creen que el nombre ismaelita se usa en la Biblia no tanto como el nombre de un grupo étnico, sino como la designación de cualquier de varios pueblos nómadas que vivían en tiendas y participaron en el comercio por caravanas. E. Al Sudeste: los Edomitas Los edomitas eran los descendientes de Esaú, hermano de Jacob. Se establecieron en el monte de Seir, la cordillera al SE del Mar Muerto. Los edomitas ya estaban presentes durante el siglo XIII porque negaron a los israelitas el permiso de pasar por su territorio rumbo a la tierra prometida (Núm. 20:14-21). F. Al Sudeste: los Moabitas Los moabitas eran descendientes de Lot, el sobrino de Abraham. Vivían en el altiplano oriental al este del Mar Muerto. Su territorio extendía entre el Mar Muerto y el Desierto Arábigo. El reino de los moabitas ya fue establecido en la tierra un poco después de 1300, porque una inscripción del faraón Ramsés II (1290-1224) los menciona. Israel tuvo que rodear el territorio de Moab en su marcha hacia la tierra prometida (Núm. 21:10-20; Dt. 2:9). Por temor de los israelitas, Balac, el rey de Moab, contrató a Balaam para maldecirlos. Después, las hijas de Moab y de los madianitas involucraron a los israelitas en la idolatría y la fornicación, Núm. 25:1-6. En la época de los jueces, Moab dominó a los israelitas al este del Jordán por unos 18 años, hasta que Aod mató a Eglón, rey de Moab (Jue. 3:12-30). G. Al Este: los Amonitas Como los moabitas, los amonitas eran descendientes de Lot, el sobrino de Abraham (Gén. 19:30-38). Vivían en el altiplano oriental, entre el Río Jaboc (la parte que corre hacia el N, antes de girar hacia el O) y el Desierto Arábigo. En el período de los jueces, los amonitas se apoderaron de todo Galaad y aun oprimieron a las tribus de Benjamín y Efraín, al oeste del Jordán, unos 18 años (Jue. 10:7-9). Jehová concedió a Jefté la victoria sobre los amonitas, Jue. 10:17—11:33.

III. REGIONES NATURALES DE LA TIERRA PROMETIDA Para entender la geografía de Palestina, es necesario recordar que hay cinco regiones naturales que forman zonas distintas y bien definidas. Estas cinco divisiones corren de una manera longitudinal (norte al sur) y son casi paralelas. Pasando desde el Mediterráneo hasta el Desierto Arábigo, son: (1) La Llanura marítima; (2) La Sefela; (3) La Cordillera Central; (4) El Valle del Jordán; y (5) El Altiplano Oriental. A. La Llanura Marítima La llanura marítima se extiende unos 275 Km. desde la llamada Escalera de Tiro, un promontorio unos 24 Km. al sur de Tiro, hasta el Arroyo de Egipto, unos 80 Km. al sudoeste de Gaza. Abarca la zona desde la costa del Mediterráneo hasta las colinas de la Sefela. Tiene tres divisiones: la llanura de Aco en el N; la llanura de Sarón en el medio; y la llanura de Filistea en el S. Es muy angosta en el norte, pero al sur alcanza una anchura de unos 40 Km. Es bien regada y muy fértil a causa de los depósitos aluviales traídos desde las regiones más altas por las lluvias y los arroyos. Por eso, fue una zona muy codiciada. Además, fue una región estratégica porque las rutas principales del -10-

comercio internacional pasaban por la llanura marítima. La desventaja de la región es que siempre estaba expuesta a la invasión; se libraron muchas batallas para controlar la llanura. Los cananeos y los filisteos que vivían allí usaban carros herrados, porque tenían lugar para maniobrar en la llanura. Los israelitas no usaban carros hasta los tiempos de Salomón. Por eso (mirando desde la perspectiva humana) los israelitas tardaron en dominar la llanura hasta los tiempos de David y Salomón. B. La Sefela El nombre literalmente significa “tierras bajas”, pero este nombre fue aplicado a la región por los moradores de los montes de la serranía. Es una zona de colinas entre la llanura marítima y la cordillera central. Su elevación varía entre 100 m. y unos 450 m. En el cap. 11 de Josué, parece que el término “Sefela” se usa en un sentido general para indicar una zona de colinas o de las laderas de las montañas. En Jos. 11:2 se aplica a la región de Galilea (“llanos” en RV 1960), y en 11:16 a la región de Israel del norte (“valles” en RV 1960). Las otras 20 veces que el término se usa en el A.T., se refiere a la región entre la llanura de Filistea y la serranía de Judá. Ésta era una zona fértil, que producía muchos olivos, higos, uvas, y granos cereales. Además, fue una zona muy estratégica, porque es atravesada por varios valles que comunican entre la llanura marítima y la cordillera central. Por eso, era muy codiciada como una frontera protectora, y los judíos y los filisteos libraron muchas batallas para controlar la región. La estrategia empleada por Josué y muchos otros generales invasores era de tomar primero las ciudades fortificadas de la Sefela para poder tomar después las ciudades de la serranía, como Jerusalén y Hebrón. C. La Cordillera (Serranía) Central Esta zona forma la “espina dorsal” de Palestina. Dentro del territorio de Israel, se extiende unos 288 Km. entre Dan y Beerseba, y sigue más al sur en la región semiárida del Neguev. La región de la cordillera central era realmente el hogar de los israelitas; casi todas las ciudades importantes de los israelitas y judíos estaban en esta zona. En el N, las montañas de Galilea son como una extensión de la cordillera del Líbano. Toda la región de Galilea es bien regada y relativamente fértil. La desventaja de la zona es que siempre estaba muy expuesta a la dominación por extranjeros. Por eso, llegó a llamarse “Galilea de los gentiles”. La llanura de Esdraelón y el valle de Jezreel forman una zona transversal que divide entre las montañas de Galilea y las de Samaria. Es una región muy fértil, y por eso codiciada. Además, porque ofrece acceso fácil entre la llanura marítima y el valle del Jordán, siempre fue muy estratégica. La ruta internacional más importante entre Damasco y Egipto pasaba por la llanura de Esdraelón. Por eso, se libraron muchas batallas para dominar la región. Después de esta interrupción, las montañas siguen a través de las regiones de Samaria, Judea, y el Neguev al sur de Judea. Samaria es una región relativamente fértil y atractiva. Varios valles ofrecen acceso fácil a la cordillera desde la llanura marítima y también desde el valle del Jordán. Por eso, Samaria siempre estaba más expuesta a la influencia extranjera que la más aislada Judea. Judea ocupaba un altiplano bien definido y compacto, con una altura de entre 600 y 1000 m. Era más árida, más áspera, y más pedregosa que Galilea y Samaria. También estaba más aislada. En el oeste, una línea de valles formaba un foso entre la Sefela y la serranía de Judá. Por el sur, el desierto del Neguev dificultaba el acceso. Por el este, toda la zona entre la vertiente y el Mar Muerto forma el desierto de Jesimón, con desfiladeros angostos y empinados que ascienden a la serranía. Este aislamiento relativo ayudó en la defensa de Judá, y contribuyó a una actitud de conservatismo de parte de los habitantes de la región. D. El Valle del Jordán Forma parte de una gran falla geológica que pasa a través del valle del Líbano, entre las cordilleras del Líbano y el Anti-líbano en Siria. Entra en Palestina al pie del Mt. Hermón y pasa por el valle del Jordán, el Mar Muerto, y la falla del Arabah hasta el Golfo de Akaba, una distancia de unos 420 -11-

Km. De allí, pasa por el Golfo de Akaba, el Mar Rojo, y entra en el África. Dentro del valle del Jordán, la orilla del Mar Muerto es el punto más bajo en toda la superficie del planeta, unos 390 m. debajo del nivel del Mar Mediterráneo. Este valle profundo, entre las montañas altas por los dos lados, forma una barrera entre las tierras al este y al oeste. E. El Altiplano Oriental Al este del Jordán se alza una escarpa (un acantilado) que forma el borde de un altiplano. Éste se extiende desde el pie del Mt. Hermón hasta el Golfo de Akaba y desde el valle del Jordán hasta el gran Desierto Arábigo. Mide unos 45-130 Km. de ancho, y tiene una altura promedio de entre 600 y 850 m., y llega hasta 1765 m. en la cima del Mt. Haurán (Jebel Druze). Se divide en cinco zonas: Basán en el N; Galaad en el medio; y el territorio de Amón, Moab, y de Edom en el S. Hay que notar que el altiplano oriental no fue incluido en la tierra de Canaán que Dios prometió entregar a los hijos de Israel. Sin embargo, dos tribus y media se asentaron en las zonas de Basán y Galaad.

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IMPORTANCIA DE LA GEOGRAFÍA EN LA HISTORIA Y PARA LA INTERPRETACIÓN I. INFLUENCIA DE LA GEOGRAFÍA EN LA HISTORIA DE ISRAEL A. La llanura. La llanura fue codiciada por ser más fértil que la serranía. Además, la llanura marítima, con la Llanura de Esdraelón, formó una carretera para el comercio y para los ejércitos invasores. Por eso, la llanura siempre estaba más expuesta a invasión que la serranía. Los filisteos y cananeos de la llanura usaban carros y podían moverse rápidamente en la llanura. Por mucho tiempo, Israel no pudo contra los carros, y por eso no conquistó grandes partes de la llanura. En la serranía, donde sólo se podía usar la infantería, tuvo mucho más éxito. Entonces los israelitas se asentaron principalmente en la serranía. Esto ayudó en proteger a Israel, y especialmente a Judá después de la división del reino, porque muchas veces los conquistadores pasaban por la llanura sin preocuparse mucho por la serranía. B. Regiones pequeñas. Con muchas cordilleras y valles, la tierra estaba dividida en muchas regiones separadas. Esto produjo un regionalismo en la gente. Esto ayudó a Israel en su conquista, porque los habitantes de Canaán estaban organizados en muchas ciudades-estados pequeñas y nunca lograron unirse contra los israelitas. Pero después fue un problema porque había mucha división entre las tribus de Israel. Jue. 4:6; 5:14-18 relata que las tribus de Neftalí, Zabulón, e Isacar, con la ayuda de Efraín, Benjamín y Manasés (Maquir era un clan de Manasés), respondieron al llamado a la batalla contra Sísara, pero no respondieron las tribus de Rubén, Gad y Manasés oriental (las tribus de Galaad), Dan, y Aser. Ni se mencionan a Judá y Simeón como incluidas en el llamado. El gran problema del tiempo de los jueces era que no había ninguna autoridad central que pudiera unir las fuerzas de todas las tribus. Estaban unidas brevemente bajo David y Salomón, pero aun así la unión no fue muy fuerte ni duradera. Véase la ruptura entre Judá e Israel después de la muerte de Salomón, 1 Rey. 12:1-24.) C. La importancia de la Sefela. Como la Sefela era una región estratégica, se libraron muchas batallas para controlar la zona. En Jos. 10, Josué atacó las ciudades que guardaban los pasos que atraviesan la Sefela antes de atacar las ciudades en la serranía de Judá. Siglos después, Senaquerib de Asiria (701 a.C.) y Nabucodonosor de Babilonia (589-587 a.C.) siguieron la misma estrategia. También, había muchas batallas entre los israelitas y los filisteos para controlar esta zona (véase 1 Sam. 17:19). D. La barrera del Jordán. El profundo valle del Jordán, con la selva (espesura o matorral) al fondo, era una barrera que separaba las tribus al este del río (Rubén, Gad, y media tribu de Manasés) de las tribus al oeste. Poco después de la entrada en la tierra, encontramos en Jos. 22 evidencias de separación y mal entendido entre las tribus. Véanse también Jue. 8:14-17; 12:1-6; 21:8-12. El lado oriental del Jordán no fue incluido en la tierra que Dios prometió dar a su pueblo, y estaba expuesto a la influencia extranjera. Los del lado oriental se mezclaron con extranjeros y al fin se perdieron del pueblo de Israel. E. Región del norte más abierta. Las regiones de Neftalí y Efraín (Galilea y Samaria) estaban más expuestas a la influencia extranjera que Judá, que era más aislada en el sur. El norte estaba más abierto entonces a la idolatría de otros pueblos, mientras que Judá era más conservadora. Esto ayuda a entender cómo el reino de Judá duró más de un siglo después de la caída de Samaria (desde 722 hasta 587 a.C.). II. IMPORTANCIA DE LA GEOGRAFÍA PARA LA INTERPRETACIÓN A. El lugar de los acontecimientos. Es importante notar dónde acontecen los hechos y saber algo del significado del lugar. Cuando Amós predicó en Samaria, capital del reino de Israel del norte, estaba fuera de su propio país porque era natural de Judá, el reino del sur. Ezequiel y Daniel -13-

desarrollaron todo su ministerio entre los judíos desterrados en Babilonia, y toda la historia de Job tiene lugar en la tierra de Uz, fuera de los límites de Israel. Para entender la referencia de Jesús en Luc. 4:25-26, es importante reconocer que cuando Elías pasó los años de la sequía con la viuda de Sarepta (1 Rey. 17:8-16) estaba fuera de Israel, en el territorio de los gentiles. B. La dirección del movimiento. Para la recta interpretación de un pasaje, puede ser importante notar la dirección del movimiento y saber lo que esto significa. Cuando Jonás se embarcó para Tarsis (1:3) hay que saber que Tarsis quedaba al oeste, mientras Nínive estaba al este, en la dirección opuesta. C. Costumbres. La geografía incluye el estudio de los pueblos y sus costumbres además de la topografía de la tierra. A veces es importante saber las costumbres para poder entender un pasaje. La conducta de Lot al ofrecer a sus hijas a los hombres de Sodoma (Gén. 19:1 -10) nos parece terrible a nosotros, pero hay que entender que las costumbres del día dictaban que, al recibir un huésped en casa, uno estaba prometiendo proteger la vida y seguridad del huésped, con su propia vida si fuera necesario. D. Clima y estaciones. En 1 Sam. 12:16-18, Dios mandó truenos y lluvia en el período de la cosecha de trigo. Para entender el impacto de este evento sobre el pueblo, hay que recordar que la siega de trigo viene generalmente en mayo, durante la estación seca, cuando casi nunca llueve. E. Referencias geográficas. Muchos pasajes de la Biblia contienen referencias a ciertos datos geográficos que los escritores toman por entendidos. Hay que saber a qué se refiere para entender el significado del pasaje. Desde Dan hasta Beerseba (Jue. 20:1; 1 Sam. 3:20; 2 Sam. 17:11; 2 Rey. 23:8; 1 Crón. 21:2; 2 Crón. 30:5) llegó a ser una manera de referirse a toda la tierra de Israel, desde el extremo norte hasta el extremo sur. La rosa de Sarón (Cantares 2:1) se refiere a la belleza de la flor de una de las regiones más hermosas de toda la tierra. Para entender el significado de la referencia al rocío de Hermón para expresar la bendición de la hermandad (Sal. 133:3), hay que entender la importancia del rocío en regar la tierra. Para entender lo que Dios está diciendo al profeta Jeremías cuando habla de la espesura del Jordán (Jer. 12:5), hay que reconocer que la zona inundada por el Jordán era como selva. Aguas no estables (Jer. 15:18) y un impetuoso arroyo (Amós 5:24) hacen alusión a los arroyos que quedan secos durante la sequía, pero que pueden tener inundaciones grandes y repentinas cuando vienen las lluvias. Jeremías hace referencia al hecho de que no se puede depender de tal arroyo como fuente de agua en la sequía, mientras que Amós se refiere a las inundaciones fuertes cuando las lluvias caen. -14-

LOS IDIOMAS, EL TEXTO, LAS VERSIONES, Y EL CANON DEL A.T. I. IDIOMAS A. Hebreo. Casi todo el A.T. está escrito en hebreo. B. Arameo. Algunos caps. de Esdras y Daniel, y pocos vv. de Jeremías, están en arameo, un lenguaje semejante al hebreo, que llegó a ser el idioma común de los judíos durante el exilio en Babilonia y después (incluso en los tiempos del N.T.).

A.

B.

C.

D.

II. TEXTO Texto masorético. El texto hebreo “oficial” del A.T. que tenemos ahora es el texto MASORÉTICO. Se llama así por los masoretas, una escuela de escribas que fijaron un texto regular durante el siglo VII después de Cristo (aunque algunos señalan que esta tradición textual viene de c. 500 d.C.). Los masoretas ejercían mucho cuidado para evitar errores en copiar el texto que recibieron. También agregaron las vocales al texto. Problemas textuales. Una comparación del texto masorético con los manuscritos (mss.) del Mar Muerto, con varias versiones (traducciones) antiguas del A.T., y con el Pentateuco samaritano demuestra muchas diferencias pequeñas en el texto. Son diferencias que entraron en el texto antes del trabajo de los masoretas. Con todo, estas diferencias no afectan el mensaje del A.T. ni las doctrinas. Fuentes de las diferencias textuales 1. Daños al texto. A veces había daños en el proceso de la transmisión del texto. En algunos casos, algo desapareció (1 Sam. 13:1). En otros casos, los escribas intentaron restaurar lo que les parecía que fue el texto original. 2. Errores involuntarios. A veces los copistas omitieron o duplicaron letras, palabras, o líneas enteras. A veces había confusión entre letras parecidas en el hebreo. 3. Diferentes interpretaciones. El hebreo se escribía al principio sin vocales, sin puntuación, y sin divisiones entre las palabras. A veces hay diferentes maneras de leer el texto, porque al poner diferentes vocales o dividir las palabras de una manera diferente, se da otro sentido. 4. Cambios intencionales. Véase 2 Sam. 9:5-7. Mefi-baal, el nombre original, fue cambiado por Mefi-boset (boset = vergüenza). En algunos lugares, algunos eruditos creen que pequeñas notas explicativas, agregadas por los escribas en el margen y llamadas glosas, después fueron incorporadas en el texto mismo. La crítica textual. Es el trabajo de la disciplina llamada la crítica textual intentar determinar cuál es el texto original cuando hay diferencias textuales.

III. VERSIONES (TRADUCCIONES) ANTIGUAS A. Griego. La SEPTUAGINTA, o la Versión de los Setenta (abreviada LXX) se hizo en Alejandría, Egipto, para los judíos de la dispersión que hablaban griego y no hebreo. Empezaron c. 275 ó 250 a.C. y terminaron c. ¿100? a.C. Era la Biblia de la iglesia primitiva. Parece que se basaba en un texto hebreo algo diferente que el texto masorético. En algunos puntos donde hay variantes, los mss. del Mar Muerto apoyan la LXX. También había varias otras versiones del A.T. en griego hechas entre 100 y 200 d.C. B. Siriaco. Primera traducción a este idioma hecha entre 150 y 200 d.C. Algo más tarde, había otra traducción llamada la Peshitta. C. Arameo. Los targumes eran traducciones, originalmente orales, al arameo. En Palestina, ya antes de los tiempos de Cristo, los rabinos solían traducir al arameo al leer el A.T. porque la gente ya no hablaba más el hebreo. Llegaron a ponerse en forma escrita entre el siglo I y el III d.C. -15-

D. Latín. La antigua versión latina fue traducida de la LXX en el siglo II d.C. Jerónimo tradujo la Vulgata desde el hebreo al latín, c. 405 d.C. E. Valor de las versiones antiguas (véanse las notas en la VP, “Dios Habla Hoy”) 1. Suplir algo que falta. Véase Gén. 4:8, nota 8: Esta frase no aparece en el hebreo, pero sí en varias versiones antiguas. 2. Corregir errores en la transmisión. Véase Gén. 36:39, nota: el nombre Hadad en vez de Hadar. 3. Aclarar el sentido. A veces el texto hebreo es oscuro. Véase Sal. 137:3, nota: según la versión griega; hebreo oscuro. 4. Dar otro sentido o interpretación. Véase Gén. 31:13, “el Dios que se te apareció en Bet-el” según varias versiones en vez del hebreo, “el Dios de Bet-el”. Véase Gén. 49:10, “hasta que venga el dueño del cetro” según varias versiones antiguas en vez del hebreo, “hasta que venga Siloh”. Véase Prov. 23:7. RV sigue el texto hebreo y dice “Cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”, que tiene sentido, pero no parece tener mucha relación con el contexto. VP sigue el griego y traduce, “Que son como un pelo en la garganta”. IV. DIVISIONES DEL CANON HEBREO La palabra canon viene de un vocablo griego que significa un caño usado para medir. Usamos la palabra canon para referirnos a un grupo de libros que comúnmente se reconocen como divinamente inspirados y poseyendo autoridad divina. Estos libros han sido examinados y medidos por el pueblo de Dios, y el pueblo de Dios llegó a la conclusión de que Dios habla con autoridad y con claridad a través de estos libros. A. La LEY. Hebreo: TORAH, enseñanza, instrucción. Griego: PENTATEUCO, cinco libros. Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio. B. Los PROFETAS. Hebreo: Nebi’im. Griego: Profetas. 1. Los profetas anteriores: Josué, Jueces, (1 y 2) Samuel, (1 y 2) Reyes. 2. Los profetas posteriores: Isaías, Jeremías, Ezequiel, y Los Doce (Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, Malaquías). C. Los ESCRITOS. Hebreo: Ketubim. Griego: Hagiógrafos. Salmos; Proverbios; Job; Los Cinco Rollos (Rut, Cantares, Eclesiastés, Lamentaciones, Ester); Daniel; Esdras-Nehemías; (1 y 2) Crónicas. -16-

INTRODUCCIÓN AL PENTATEUCO Llamamos a los primeros cinco libros del A.T. el Pentateuco. El término viene del griego, y significa “cinco libros” (penta+teuchos). Los judíos llaman estos libros “la Ley” (torah) o “la Ley de Moisés”. Parece que los judíos consideraban el Pentateuco como una unidad (“La Ley”) con cinco divisiones en vez de cinco libros separados. La Ley siempre aparece primero en el canon de los judíos, y siempre dieron a la ley primacía en honor y autoridad entre las Escrituras. El canon de los saduceos (y de los samaritanos) sólo incluía la Ley; no aceptaron la inspiración de los Profetas y los Escritos. Notamos que estos libros incluyen muchas leyes y reglas, pero también incluyen muchas historias. Esto subraya el hecho de que “ley” realmente no es una traducción adecuada de la palabra hebrea torah. El término significa “instrucción”, “enseñanza” o “dirección”. Los judíos y los cristianos siempre hemos considerado que en estos libros Dios nos habla para instruirnos y enseñarnos cómo vivir. El bosquejo que sigue se basa en uno del Dr. Andrés Glaze, antes rector del Seminario Internacional Teológico Bautista en Buenos Aires y después profesor en el Seminario Bautista de Nueva Orleans, Louisiana, EE.UU.) I. GÉNESIS: Introducción a la historia de salvación. Presenta la necesidad de formar un pueblo del pacto, y el propósito de tal pueblo. A. Los principios: la creación y la introducción a la historia de salvación, Gén. 1—11 B. Los patriarcas: la preparación y la selección de un pueblo del pacto, Gén. 12—50 II. ÉXODO 1—18: La formación histórica del pueblo del pacto A. La liberación divina, Éx. 1—15 B. La preservación divina hasta el Mt. Sinaí, Éx. 16—18 III. ÉXODO 19—40 Y LEVÍTICO: La formación religiosa y social del pueblo del pacto A. El pacto divino y sus obligaciones, Éx. 19—23 B. La ratificación del pacto, Éx. 24 C. Ordenanzas para guiar la vida cúltica del pueblo del pacto, Éx. 25—40 y todo el Levítico 1. El santuario y el sacerdocio, Éx. 25—40; Lev. 8—10 2. Los sacrificios, Lev. 1—7 3. La pureza legal y la santidad, Lev. 11—26 4. Votos, Lev. 27 IV. NÚMEROS: La historia primitiva del pueblo del pacto A. El censo y la organización del pueblo, Núm. 1:1—10:10 B. El viaje desde el Mt. Sinaí hasta Cades-barnea, Núm. 10:11—12:16 C. Acontecimientos y leyes alrededor de Cades, Núm. 13:1—20:13 D. El viaje desde Cades hasta las Llanuras de Moab, 20:14—22:1 E. Sucesos en las llanuras de Moab, requisitos adicionales cúlticos, y preparativos para entrar en la tierra prometida, Núm. 22:2—36:13 V. DEUTERONOMIO: Una exhortación a la fidelidad al pacto A. Primer discurso: Introducción y repaso histórico, Dt. 1:1—4:43 B. Segundo discurso: El pacto y la ley, Dt. 4:44—26:19 1. El significado del pacto, Dt. 4:44—11:32 2. El código deuteronómico de leyes, Dt. 12—26 -17-

C. Tercer discurso: Las sanciones del pacto (bendiciones y maldiciones), Dt. 27:1—31:29 D. Conclusión: fin de la vida de Moisés, Dt. 31:30—34:12 1. (La comisión de Josué, Dt. 31:1-23) 2. La canción de Moisés, Dt. 31:30—32:47 3. Las bendiciones de Moisés, Dt. 33:1-29 4. La muerte y sepultura de Moisés, Dt. 33:48-52; 34:1-12 LA PATERNIDAD LITERARIA DEL PENTATEUCO I. EVIDENCIAS DE LA ACTIVIDAD LITERARIA DE MOISÉS Tanto el A.T. como el N.T. afirman el papel importante de Moisés la formación del Pentateuco. El Pentateuco mismo afirma que Moisés escribió relatos históricos (Ex. 17:14; Núm. 33:1-2), pasajes legales (Ex. 24:4,7; 34:27-28; Dt. 31:9,24-26), y pasajes poéticos (Dt. 31:22). Varias veces en el Pentateuco se afirma que Dios habló a Moisés para darle las instrucciones de Dios para el pueblo (Lev. 1:1; 4:1; 6:1; 8:1; etc.) Tenemos entonces testimonio explícito de que Moisés escribió algo de todos los tipos de literatura que se encuentran en el Pentateuco: leyes, narraciones históricas, y poesía. Fuera del Pentateuco mismo, muchos pasajes del A.T. hablan de la “ley de Moisés. En el N.T., Luc. 20:37 y Juan 5:45-47 afirman la actividad literaria de Moisés. Por lo menos podemos decir que Moisés fue el hombre responsable por la mayor parte del contenido del Pentateuco. Sin embargo, parece que el Pentateuco pasó por un proceso de revisión después de la muerte de Moisés. Nótese el relato de la muerte de Moisés en Dt. 34 y algunas referencias a eventos después de la muerte de Moisés. Dt. 34:6 y10 hacen inevitable la conclusión de que Dt. 34 se escribió después de la muerte de Moisés. Algunos creen que el Pentateuco pasó por varias ediciones, ampliando y revisando lo que Moisés había escrito. Otros creen que el proceso de revisión involucró nada más que la adición de algunas pequeñas notas explicativas (o glosas) por los copistas y escribas. El propósito de estas notas era actualizar el texto. Así explican todos los pasajes que parecen ser posteriores a Moisés, y atribuyen todo lo demás a Moisés mismo. II. CONCLUSIONES A. Pentateuco “mosaico”. El Pentateuco es, en su esencia, mosaico. El grueso de su contenido viene de, o a través de, Moisés. Sabemos que él escribió por lo menos partes del Pentateuco. Si él mismo no escribió otras partes en su forma actual, estas otras partes reflejan contenido que vino principalmente de Moisés o que fue compilado por Moisés. B. Moisés como el “autor” del Pentateuco. Si queremos indicar la posición expuesta arriba, está bien hablar de Moisés como el “autor” humano del Pentateuco. C. Pentateuco fidedigno. La Biblia en general es fidedigna, y el Pentateuco también es fidedigno. Podemos creer y confiar en la historia que el Pentateuco nos presenta, y podemos confiar en la Biblia cuando nos dice que el Pentateuco es, en su esencia, de Moisés. La historia presentada en la Biblia no es una historia fabricada ni inventada. La forma de algunos relatos y leyes en el Pentateuco puede reflejar las necesidades de generaciones posteriores, pero las historias no fueron inventadas para satisfacer estas necesidades. D. Unidad del Pentateuco. Hay que reconocer también la unidad de todo el Pentateuco. Los judíos siempre consideraban el Pentateuco como una unidad. Debemos tener mucho cuidado con cualquier análisis del Pentateuco que destruya su esencial unidad. Cualquier análisis que lo divide en tantas partes tan pequeñas y aisladas que se pierde esta unidad debe ser considerado muy sospechoso. -18-

I. GÉNESIS A. TÍTULO: En hebreo, Bereshith (“En el principio”), las primeras palabras. En griego, Génesis (“Origen” o “Comienzo”), de la palabra geneseos, traducción griega de la palabra clave hebrea, toledhoth (origen, fuente, o generación) B. CONTENIDO: Relata el comienzo de muchas cosas. En los caps. 1—11, presenta el origen del mundo, del hombre, del pecado, y de la civilización. En los caps. 12—50, presenta el origen del pueblo de Israel. C. ESTRUCTURA LITERARIA: Después de una introducción, hay 10 secciones, encabezadas por el título toledhoth, “el origen de . . .” o “las generaciones de . . .” 1:1—2:3 Introducción (la creación) 2:4—4:26 Las generaciones de los cielos y de la tierra 5:1—6:8 Las generaciones de Adán 6:9—9:29 Las generaciones de Noé 10:1—11:9 Las generaciones de los hijos de Noé 11:10-26 Las generaciones de Sem 11:27—25:11 Las generaciones de Taré 25:12-18 Las generaciones de Ismael 25:19—35:29 Las generaciones de Isaac 36:1—37:1 Las generaciones de Esaú 37:2—50:26 Las generaciones de Jacob D. BOSQUEJO DE GÉNESIS I. Los Principios, 1:1—11:26 A. El principio del universo: la CREACIÓN de los cielos y la tierra, 1:1—2:3 B. El principio del hombre: la creación del hombre, 2:4-25 C. El principio del pecado: la CAÍDA, 3:1-24 D. El principio del conflicto: Caín y Abel, 4:1-16 E. El principio de la cultura: el linaje de Caín, 4:17-24 F. El principio del linaje escogido: los descendientes de Set, 4:25—5:32 G. El principio del juicio: NOÉ y el DILUVIO, 6:1—9:29 H. El nuevo principio de la raza: los descendientes de Noé, 10:1-32 I. El principio de los grupos étnicos: la TORRE DE BABEL, 11:1-9 J. El nuevo principio del linaje escogido: los descendientes de Sem, 11:10-26 II. Los PATRIARCAS (o el Principio del Pueblo de Israel), 11:27—50:26 A. ABRAHAM, 11:27—25:18 1. Las promesas y el pacto de Dios con Abraham, 11:27—15:21 2. El hijo de Abraham, 16:1—22:18 3. La descendencia de Abraham, 22:19—25:18 B. ISAAC y sus hijos JACOB y Esaú, 25:19—36:43 1. Nacimiento de, y conflicto entre, los hijos Jacob y Esaú, 25:19—28:9 2. La huida de Jacob hasta su vuelta a Canaán, 28:10—31:55 3. Encuentro de Jacob con Dios y con Esaú, 32:1—33:17 4. Jacob de nuevo en Canaán, 33:18—35:29 5. La descendencia de Esaú, 36:1-43 C. Los hijos de Jacob, especialmente JOSÉ, 37:1—50:26 1. Historia de Judá y Tamar, 38:1-30 2. Las tribulaciones y el triunfo de José, 37:1-36; 39:1—41:57 3. Reencuentro y reconciliación entre José y sus hermanos, 42:1—45:28 -19-

4. El descenso de Jacob y su familia a Egipto, 46:1—47:26 5. Los últimos años de Jacob y de José, 47:27—50:26 E. PASAJES SIGNIFICATIVOS EN GÉNESIS 1:1 En el principio (compárese con Juan 1:1) 1:27-28 El hombre creado en la imagen de Dios y dado dominio (véanse Sal. 8:4-8; 1 Cor. 15:24-28; Ef. 1:20-22; Heb. 2:5-9) 2:7 El aliento de la vida (véanse Sal. 104:29-30; Eze. 37:9-10; Juan 20:22) 2:24 La intención de Dios para el matrimonio (véase Mat. 19:5) 3:15 El “PROTO-EVANGELIUM” o la primera promesa de redención (véase Gál. 4:4) 12:1-3 El llamamiento de Abraham 15:6 La fe de Abraham (véanse Rom. 4:3; Gál. 3:6; Stgo. 2:23) 22:8,14 Dios proveerá el Cordero (véase Juan 1:29) 22:12 El “sacrificio” de Isaac, el hijo único, un tipo del sacrificio de Cristo 49:10 PROFECÍA MESIÁNICA: el cetro de Judá no quitado hasta que venga “Siloh” 50:20 El Rom. 8:28 del A.T. F. TEMAS Y ENSEÑANZAS IMPORTANTES EN GÉNESIS 1. Dios es eterno, infinito, y absoluto. Dios es antes de la existencia del universo, y es independiente de su creación (contra el panteísmo). Todo lo que Dios hizo es bueno. Véase Gén. 1:1,31. 2. Dios como Creador es el Dueño y Señor absoluto de todo. El hombre es sólo un administrador. Véanse Gén. 1:1; 2:15. 3. Dios es el Señor soberano; el hombre es una criatura finito y limitado. Sin embargo, el hombre tiene valor porque está hecho en la imagen de Dios. Dios ama al hombre y busca tener compañerismo con él. En su gracia y amor, Dios da al hombre un lugar de honor y responsabilidad, pero el hombre ha querido rebelarse y usurpar el lugar de Dios mismo. Véanse Gén. 1:26-28; 3:5. 4. El pecado trae graves y funestas consecuencias. En el ámbito espiritual, separa al hombre de Dios (Gén. 3:8-10). En el ámbito natural, el pecado del hombre ha dañada la perfecta creación de Dios (3:17-19). En el ámbito social, el pecado produce conflicto y separación entre los hombres (4:8-9). 5. A pesar de su pecado, Dios ama al hombre y planifica por su redención. Dios promete mandar un Redentor; Dios provee el Cordero que quita el pecado del mundo. Véanse Gén. 3:15; 22:8,13-14. 6. Dios instituyó el matrimonio para el bien de los seres humanos, para el compañerismo además de la reproducción. Tanto el varón como la mujer tienen valor porque comparten la imagen de Dios. Véanse Gén. 1:27; 2:18-25. 7. Una vida plena viene de caminar con Dios en confianza, obediencia y comunión. Véase Gén. 5:24. 8. Dios es justo, y por eso, tiene que juzgar el pecado. Sin embargo, por su gracia y misericordia, Dios busca la manera de salvar a los hombres en vez de destruirlos. Véase Gén. 6:5-8,11-12,18. 9. Dios llama y obra a través de individuos para llevar adelante su plan de bendecir a todo el mundo. Véase el llamado de Abraham en Gén. 12:1-3. 10. La fe (y no las buenas obras) es la base de la salvación, pero la verdadera fe lleva a uno a hacer buenas obras mientras camina en confianza y obediencia a Dios. Véase toda la historia de Abraham, especialmente Gén. 15:6. -20-

11. Dios usa a personas que no parecen adecuadas a nosotros, pero Dios obra para formar y moldear nuestro carácter hasta que nos conformemos a su imagen. Véase toda la historia de Jacob, especialmente Gén. 32:28. 12. Dios usa el sufrimiento (aun la injusticia) para moldear nuestro carácter y prepararnos para lugares de responsabilidad y servicio. Dios puede sacar bien aun de experiencias malas. Véase toda la historia de José, especialmente Gén. 50:20. NOTA SOBRE LA CREACIÓN A. Génesis y los relatos babilónicos de la creación. Hay algunos paralelos muy cercanos entre el relato bíblico y los relatos babilónicos, que provienen de una fecha varios siglos antes de Moisés. Es bien posible que Abraham y otros antepasados de los israelitas conocían los viejos relatos de los sumerios. No obstante, hay diferencias marcadas entre el relato bíblico y el babilónico. Éste está lleno de politeísmo y de mitología cruda y fantástica, mientras el relato bíblico es sencillo y majestuoso, y señala a un sólo Dios como Creador de todo. Fco (40) dice: “El relato hebreo y el babilónico pueden haber sido derivados de un mismo original, escrito o transmitido por tradición oral. Esto explicaría las diferencias y las semejanzas de los dos relatos. La revelación divina, sin embargo, ha librado al relato hebreo de todo el politeísmo del relato babilónico y ha puesto la narración en el plan eterno de Dios.” B. Génesis y la ciencia. NO es el propósito de Génesis servir como un texto de la ciencia moderna; es un libro teológico y espiritual. Con todo, es notable que en muchos puntos Gén. (y el resto de la Biblia también) concuerda con lo que ahora sabemos por la ciencia. Por ejemplo, en muchos aspectos, el orden de la creación presentado en Gén. 1 (luz, agua, plantas, peces, aves, animales, el hombre) concuerda con las teorías científicas modernas. No es que la Biblia sea anticientífica; más bien, habla a un nivel diferente (y más profundo) que la ciencia. La ciencia trata de cosas que se puede medir y de procesos que se puede observar. Pregunta “¿Cuánto? ¿Cuándo? y ¿Cómo?” (¿Qué método?) La Biblia no trata de estas preguntas, porque no es su propósito. La Biblia contesta las preguntas de Quién hizo la creación (o qué es el origen último de la creación) y para qué propósito lo hizo. Génesis claramente afirma que el universo existe porque Dios, y sólo Dios, lo creó. Dios hizo la creación ex níhilo (sin utilizar materiales preexistentes). Dios hizo la creación según un plan ordenado y con propósito; no existe por suerte. Además, señala que Dios lo hizo con cuidado y que lo hizo bien. Indica que el propósito de Dios era crear un hogar hermoso para una raza de seres vivientes (los hombres) para que pueda andar en comunión con Él. Éstas son afirmaciones de fe que la ciencia nunca puede probar ni refutar, porque quedan fuera del alcance de las ciencias naturales. Si reconocemos la esfera apropiada de la teología y la de la ciencia, no tienen que ser enemigos. C. La fecha y duración de la creación. La Biblia no se preocupa por la fecha del comienzo, pero la mente moderna, sí. La ciencia dice que la tierra tiene millones de años, y que había un lapso muy largo entre el comienzo de la tierra y el comienzo del ser humano. Génesis habla de la creación de todo en seis días y parece apoyar una fecha más reciente para la creación. Puede ser que la ciencia moderna está muy equivocada en sus cálculos. Algunos han sugerido que el diluvio de Noé fue un cataclismo tan grande que logró en pocos meses cambios geológicos que los científicos calculan que llevaron millones de años. D. Creación vs. evolución. La ciencia moderna afirma que el hombre es el producto de un largo proceso de evolución. Génesis afirma que la creación del hombre fue un acto especial de Dios. No estamos aquí por casualidad, sino por la voluntad de Dios. -21-

NOTA SOBRE EL DILUVIO A.

B.

C.

La historicidad del diluvio. Muchos han dicho que los relatos del diluvio son nada más que leyendas. Sin embargo, varios científicos evangélicos han presentado evidencias para apoyar la realidad del diluvio como un hecho histórico. Además, encontramos tradiciones de un gran diluvio entre pueblos esparcidos en todas partes del mundo y de culturas muy diferentes. Muchas tradiciones mencionan un diluvio en que todos los hombres, menos una familia, murieron.) La extensión del diluvio. Unos científicos evangélicos sugieren que antes del diluvio, la atmósfera contenía una gran cantidad de vapor de agua (véase Gén. 2:6), y que la condensación de este vapor, junto con las aguas de las fuentes subterráneas (Gén. 7:11), proporcionaría una cantidad de agua suficiente para cubrir la faz de todo el planeta. Los relatos babilónicos del diluvio. Hay muchos paralelos entre el relato bíblico y los relatos babilónicos, que vienen de la Primera Dinastía de Babilonia, c. 1700 a.C., pero que se basan en mitos sumerios que vienen de c. 2800 a.C. El relato más famoso es la Epopeya de Gilgamés. Hay muchas semejanzas, pero hay diferencias importantes también. Los relatos babilónicos están llenos de politeísmo crudo, y presentan dioses caprichosos en vez de un solo Dios que opera en base de principios justos. Encontramos la misma relación literaria aquí que con los relatos babilónicos de la creación. Los antepasados de los hebreos probablemente conocían estos relatos y trajeron consigo este conocimiento cuando se trasladaron a Canaán. No obstante, las grandes diferencias indican que el relato bíblico no fue tomado directamente de las historias babilónicas.

II. ÉXODO A. TÍTULO: En hebreo, “Y estos son los nombres”, las primeras palabras. En griego, “Éxodos”, que significa “salida” o “partida”. B. CONTENIDO: Narraciones relacionadas con el éxodo en los caps. 1—18 (la esclavitud del pueblo hebreo en Egipto, el nacimiento y llamamiento de Moisés, las plagas, la Pascua, la salida de Egipto, el cruce del mar, y el cuidado de Dios en el desierto durante el viaje al Mt. Sinaí). Leyes e instrucciones relacionadas con el pacto entre Jehová e Israel en los caps. 19—40 (los Diez Mandamientos, otras leyes en el “Libro del Pacto”, instrucciones para el tabernáculo y los sacerdotes, y la historia de hacer, quebrantar y renovar el pacto con Dios en el Mt. Sinaí). C. BOSQUEJO DE ÉXODO I. En Egipto: Dios Liberta a Su Pueblo, 1:1—15:21 (Moisés actúa como profeta y agente de liberación) A. El trasfondo de la liberación: la opresión en Egipto, 1:1-22 B. La preparación para la liberación, 2:1—4:31 1.Nacimiento, preservación, y preparación de MOISÉS, 2:1-22 2. El LLAMADO DE MOISÉS frente a la zarza ardiente, y su regreso a Egipto, 2:23—4:31 C.La dificultad de la liberación, 5:1—7:7 1. Primera entrevista desalentadora con Faraón, 5:1-21 2. El llamado de Moisés renovado, 5:22—7:7 D. La lucha por la liberación, 7:8—12:28 1.Las primeras nueve PLAGAS, 7:8—10:29 2.La muerte de los primogénitos anunciada e instrucciones para observar la PASCUA, 11:1—12:28 E. La liberación llevada a cabo, 12:29—15:21 1. La muerte de los primogénitos, 12:29-36 2. El éxodo, o la salida de Egipto, 12:37-42 -22-

3.Instrucciones para el memorial de la PASCUA y la dedicación de los primogénitos de Israel, 12:43—13:16 4.El pueblo guiado por la columna de nube y de fuego, 13:17-22 5.El pueblo perseguido y atrapado frente al mar, 14:1-20 6.La historia del CRUCE DEL MAR y la celebración con cánticos, 14:21—15:21 II. En el Desierto: Dios Preserva a Su Pueblo, 15:22—18:27 (Moisés actúa como pastor, el agente de Dios en guiar, proveer por, y proteger a su pueblo) A. La prueba de agua amarga: Dios provee agua dulce, 15:22-27 B. La prueba de hambre: Dios provee el maná, 16:1-36 C. La prueba de sed: Dios provee agua de la roca, 17:1-7 D. La prueba de guerra: Dios provee la victoria, 17:8-16 E. La prueba de organización deficiente: Dios provee buen consejo, 18:1-27 III. En el Mt. Sinaí: Dios Hace el PACTO con Su Pueblo, 19:1—40:38 (Moisés actúa como mediador del pacto, o sea, como sacerdote) A. El pueblo preparado para recibir el pacto, 19:1-25 B. La demanda moral y ética del pacto: la ley, 20:1—23:33 1. La ley moral: los DIEZ MANDAMIENTOS, 20:1-21 2. La ley civil: el LIBRO DEL PACTO, 20:22—23:33 C. El pacto ratificado, (20:18-21), 24:1-18 D. Las instituciones del pacto: instrucciones para el TABERNÁCULO y el sacerdocio, 25:1— 31:17 E. El pacto quebrantado por la idolatría del pueblo, 31:18—32:35 F. El pacto renovado, 33:1—34:35 G. Las instituciones del pacto: las instrucciones para el tabernáculo y el sacerdocio llevadas a cabo, 35:1—40:38 D. PASAJES SIGNIFICATIVOS EN ÉXODO 3:7-8 Dios presta atención al sufrimiento de los oprimidos 3:14-15 El nombre de Dios: YHWH (Yahveh o Jehová), YO SOY (véase Juan 8:58) 19:3-6 El PACTO entre Dios e Israel (véase 1 Ped. 2:9) 20:1-17 Los DIEZ MANDAMIENTOS 21:24 La ley de “ojo por ojo” (lex talionis) 25:1—31:17 El plan del tabernáculo (véase Heb. 9) 31:18—32:35 La adoración del BECERRO DE ORO 33:18-23 Moisés escondido en la hendidura de la peña 34:6-7 La misericordia de Dios E. TEMAS Y ENSEÑANZAS IMPORTANTES EN ÉXODO 1. Dios se interesa por su pueblo y todas sus necesidades. Véanse Éx. 2:23-25; 3:7-10. Dios se fija aun en los pequeños, débiles y más insignificantes. Escucha el clamor de los oprimidos y los que están sufriendo. Está sensible al sufrimiento humano, y también actúa para ayudar a su pueblo. Dios busca la liberación (redención). La liberación de Israel de la esclavitud en Egipto se usa como ilustración de la liberación que Jesús hace de la esclavitud del hombre al pecado (Juan 8:34-36). 2. La liberación o redención lleva un precio alto. Dios protegió las vidas de los hijos de los israelitas cuando mató a los hijos egipcios. Pero los israelitas tuvieron que sacrificar la vida de un cordero y poner su sangre en la puerta de sus casas. La vida del cordero inocente redime las vidas de los hijos israelitas. El sacrificio del cordero pascual es importante para entender el significado de la muerte de Jesús en el N.T. (compárese Éx. 12:6,46 con Juan 19:14,33-36; 1 Cor. 5:7). -23-

3. Dios interviene en la historia humana para llevar a cabo su propósito redentor. Véanse Éx. 3:8; 14:30-31; 15:1-11. Jehová es el Dios que actúa para redimir a su pueblo. La fe de Israel (y de la iglesia cristiana) se basa en eventos históricos. Dios es soberano sobre las naciones y es Señor de la historia humana. Ni la nación más poderosa del mundo puede derrotar a Dios. 4. Dios es soberano sobre la naturaleza. Las plagas en Egipto, el cruce del mar, y la provisión de Dios en el desierto demuestran eso. Dios puede usar métodos “naturales” y/o “milagrosos” para llevar a cabo su propósito redentor. Véanse Éx. 14:21-29; 15:8,10-12. 5. Dios elige a personas como sus instrumentos en llevar a cabo su propósito. Dios es el verdadero libertador, pero llama y obra a través de Moisés. Véase Éx. 3:8-10. 6. Dios cumple sus promesas. El éxodo cumplió sus promesas a los patriarcas. Véase Éx. 3:15-17. 7. Dios ofrece una relación de pacto a su pueblo; una relación de bendición, pero también una relación que demanda obediencia. Véanse Éx. 19:4-6; 20:2. El concepto del pacto es fundamental para entender el nuevo pacto sellado por la sangre de Jesús (compárese Éx. 24:6 con Mat. 26:27-28; 1 Cor. 11:25). Dios elige a su pueblo por pura GRACIA, pero su elección es a servicio, no sólo a disfrutar un puesto de privilegio. Israel es llamado a ser un reino de sacerdotes (19:6). 8. Dios se preocupa por la justicia social y por proteger a los débiles. Véanse las leyes en Éx. 21—23. 9. Dios ofrece su presencia continua para acompañar a su pueblo peregrino en este mundo. Véanse Éx. 13:21-22; 33:14-17. NOTA EN CUANTO A LA FECHA, EL LUGAR, Y LA MANERA DEL ÉXODO A. La fecha. La Biblia no da ninguna fecha, ni el nombre del faraón, ni muchos datos que podamos relacionar con la historia secular del período. (Los escritores bíblicos no tenían tanto interés en fechas y cronología como nosotros.) No hay datos en las crónicas egipcias que nos ayuden, porque los faraones no solían mencionar sus derrotas. Hay dos teorías principales en cuanto a la fecha del éxodo. (1) C. 1447 a.C. bajo la dinastía XVIII. Varios identifican a Tutmosis (Totmes) III (1482-1450) como el faraón de la opresión, y su hijo Amenotep (Amenofis) II (1450-1426) como el faraón del éxodo. Tutmosis III usó esclavos semíticos en muchos proyectos de edificación, pero parece que no había construcción en el delta entre 1570 y 1310 a.C. El dato más fuerte a favor de esta fecha es la mención en 1 Rey. 6:1 de 480 años entre el éxodo y la edificación del templo de Salomón (c. 967 a.C.; 967 + 480 = 1447). (2) C. 1280 a.C. bajo la dinastía XIX. La edificación de Pitón y Ramesés (Éx. 1:11) en el delta en los tiempos de Seti I (1309-1290 a.C.) y Ramsés II (1290-1224 a.C.) y varias evidencias de la conquista de Canaán parecen apoyar esta fecha. Los que abogan por esta fecha interpretan los 480 años de 1 Rey. 6:1 como una referencia a 12 generaciones entre el éxodo y el templo, tomando 40 años como el número convencional por una generación (12 x 40 = 480). B. El lugar. El texto hebreo no dice que los hebreos cruzaran el Mar Rojo; literalmente dice “mar de cañas”. (Aun la versión en castellano dice Mar Rojo sólo en 15:4; las otras veces, sólo dice “el mar”.) Muchos han señalado que “mar de cañas” puede referirse a otro cuerpo de agua en la región. Por eso, algunos creen que los hebreos cruzaron uno de los Lagos Amargos o aun un golfo del Mar Mediterráneo. Sin embargo, la cosa más importante es que el hecho aconteció, aun si no sabemos la ubicación exacta. No sabemos la ubicación de la tumba de Jesús tampoco, pero eso no niega la verdad de su resurrección. C. La manera de cruzar el mar. Algunos intentan encontrar explicaciones “naturales” para todo y negar todo elemento “milagroso” o “sobrenatural”. El relato bíblico dice que Dios utilizó un viento (14:21) para secar el mar, pero hay otros elementos que no pueden explicarse por fuerzas naturales, especialmente el hecho de que Dios partió las aguas en el momento de la necesidad apremiante de -24-

los hebreos, y después las hizo volver sobre los egipcios. Tenemos que reconocer que Dios es soberano, y que puede usar cualquier tipo de medio o método que quiere, sea “natural” o “sobrenatural”.

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A.

B.

C.

D. 1. 2. 3.

4.

5. 6.

EL PACTO El concepto del pacto es una clave para entender toda la Biblia. Dios entra en un acuerdo con su pueblo para que ellos puedan tener comunión con Él. “Vosotros seréis mi pueblo, y Yo seré vuestro Dios” (Éx. 19:4-6; Jer. 31:33; Apoc. 21:3). Es de notar que la relación que Jesús establece con sus discípulos es también una relación de pacto: el nuevo pacto o nuevo testamento, Mat. 26:28. Antiguo y Nuevo Testamento son una manera de referirse al antiguo pacto de Dios con su pueblo (hecho en el Mt. Sinaí) y el nuevo pacto (hecho en el Mt. Calvario). Jer. 31:31-32 presenta la necesidad de un nuevo pacto, y Jesús afirma en Mat. 26:28 que Él establece el nuevo pacto con su muerte en la cruz. Un tema importante en el libro de Hebreos es la superioridad del nuevo pacto en comparación con el viejo. Palabra. La palabra hebrea b'rith significa vínculo o grillete. Es algo que liga o une a dos personas en un contrato. Hay obligaciones de las dos partes. En Gén. 15:19-21, habla de cortar un pacto. Cortaron varios animales en mitades, y las personas que hacían el pacto pasaron entre las dos mitades. La idea parece ser la de un juramento de cumplir las obligaciones del pacto, bajo pena de muerte (de ser cortado como los animales sacrificados) si uno no cumple. El pacto es entonces un compromiso muy serio. Condicionales e incondicionales. Había algunos pactos incondicionales en que Dios promete hacer varias cosas sin mencionar condiciones. En Gén. 9:8-11 Dios, sin requerir nada de los hombres, promete que nunca más destruirá la vida en la tierra con otro diluvio. Sin embargo, el pacto que Dios hace con el pueblo en el Mt. Sinaí es un pacto condicional. En Éx. 19:5-7, Dios dice: “Si diereis oído a mi voz, y [si] guardareis mi pacto, [entonces] vosotros seréis mi especial tesoro ... me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa”. Dios promete varias bendiciones, pero también demanda varias cosas, especialmente la obediencia. Si el pueblo no obedece al Señor y no permanece fiel a Él, Dios no está obligado a cumplir sus promesas al pueblo. Dos Clases de Pacto en el Mundo Antiguo. Había pactos de paridad entre iguales. Véase por ejemplo el pacto entre Abraham y Abimelec, Gén. 20:28ss. Pero había también pactos de soberanía entre un soberano (rey o señor) y un vasallo (súbdito). Hay obligaciones de las dos partes, pero las dos personas no son iguales. Un rey fuerte ofrecía a uno más débil su protección contra enemigos y los otros beneficios de su reino. El vasallo en cambio prometió: (1) mantener lealtad exclusiva (chesed o fidelidad, amor leal) a su soberano; (2) apoyar al soberano en sus guerras; y (3) obedecer las leyes del soberano. El pacto entre Jehová e Israel es del último tipo. Forma. Los pactos de soberanía en el mundo antiguo tenían una forma regular que tiene muchos paralelos con el pacto entre Jehová e Israel en la Biblia, especialmente en Éxodo y Deuteronomio. Preámbulo. Da los nombres, títulos, y atributos del rey soberano. Véase Éx. 20:2. Prólogo histórico. Recuerda las acciones del soberano a favor del vasallo. Véanse Éx. 19:4; 20:2; Dt. 1—3. Leyes. Da las obligaciones del vasallo; las leyes que tiene que obedecer para seguir gozando de los beneficios que el soberano ofrece. Véanse Éx. 19:5a; 20:3-17 (los Diez Mandamientos); 20:22— 23:13 (el Libro del Pacto); y Dt. 4—26. Instrucciones para guardarlo. Expresa instrucciones en cuanto a guardar una copia del pacto y leerlo anualmente para recordar al vasallo sus deberes. Véanse Éx. 24:4,7; 34:27-32; Dt. 11:29-30; 27:1-26; 31:9-13; Jos. 8:30-35; 24:1-28. Lista de testigos. Llama a los dioses para ser testigos del pacto. Este elemento no aparece en el pacto entre Jehová e Israel como Jehová es el único Dios (para Israel por lo menos). Bendiciones y maldiciones. Da una lista de las bendiciones que el vasallo gozará si guarda el pacto, y de las maldiciones que sufrirá si no lo guarda. En Éx. 23:23-33; Dt. 27:15-26; 28:1-68 Israel es prometido la presencia y dirección de Dios, la tierra de Canaán, y prosperidad siempre que obedece a Jehová. Dt. 28 también advierte a Israel de las maldiciones de no guardar el pacto. -26-

E. La Fecha del Pacto. Varios eruditos liberales dijeron que el pacto no originó en los tiempos de Moisés, sino que fue un invento de una época posterior. Sin embargo, los arqueólogos han encontrado muchos pactos de soberanía de los heteos (hititas) y otros pueblos que vienen del período entre 1500 y 700 a.C. Después de c. 1000 a.C., había un cambio en la forma usada, pero los elementos en el relato bíblico concuerdan con la forma en uso antes de 1000 a.C. y no con la forma más tardía. Este hecho apoya la antigüedad del pacto entre Jehová e Israel. NOTA SOBRE LA LEY I. DOS TIPOS DE LEYES EN EL MUNDO ANTIGUO A. Leyes APODÍCTICAS. Son leyes absolutas, categóricas, como los Diez Mandamientos. Sólo dicen “harás (o no harás) algo” (por ejemplo, no matarás.) No dicen qué pasará si uno no obedece la ley; ni se considera la posibilidad de que alguien desobedezca una ley tan fundamental. No conocemos ningún otro código de leyes apodícticas fuera de los Diez Mandamientos; parece ser algo único. B. Leyes CASUÍSTICAS. Son leyes que tratan de casos específicos, como las leyes en el llamado “Libro del Pacto”, Éx. 21—23. Tienen la forma, “Si pasa tal cosa, entonces hay que hacer esto”. Por ejemplo, si un hombre mata a otro, entonces tiene que pagar con su propia vida. Estas leyes aplican los principios generales de los Diez Mandamientos a situaciones específicas. Había muchos otros códigos de leyes casuísticas en el mundo antiguo, como el código de Hamurabi. II. PARALELOS Y DIFERENCIAS CON OTROS PUEBLOS Encontramos muchos paralelos entre las leyes civiles de Israel y las de otros pueblos. Esto no debe sorprendernos. Pero también hay diferencias importantes entre las leyes de Israel y las de otros pueblos. A. Autoridad Divina Detrás de Toda la Ley. En el Pentateuco, Jehová mismo es el que da todas las leyes. Moisés recibe la ley de Jehová, pero Moisés no es el autor de la ley. Toda la ley de Israel descansa sobre la autoridad de Dios mismo, no de un rey o líder humano (como en el caso de Hamurabi). Cualquier transgresión de la ley de Israel es entonces un pecado contra Dios. B. El Monoteísmo de Israel. La ley de Israel refleja su monoteísmo. Toda la ley es dada por el mismo y único Dios; no hay muchos dioses diferentes como entre otros pueblos. C. Alcance amplio. La ley que Dios dio a Israel toca todas las áreas de la vida: religiosa, ceremonial, moral, civil, etc. Hoy distinguimos entre estos diferentes tipos de leyes, pero los israelitas no hicieron tales divisiones. Toda la ley era de Jehová. En muchas otras naciones, había leyes ceremoniales y leyes civiles, pero sus religiones no se preocupaban por la moralidad. En contraste, el Dios de Israel se interesa por toda la vida y hace demandas éticas y morales, además de los requisitos rituales. D. Equidad. Aunque las leyes de Israel no son totalmente “democráticas”, todavía demuestran más equidad en su trato de todas las personas que los otros antiguos códigos de leyes que conocemos (como el de Hamurabi). La pena por desobedecer la ley es igual para todos, rico o pobre, grande o pequeño, libre o esclavo. E. Respeto Por la Vida Humana. La ley de Israel demuestra un espíritu humanitario y da un valor muy alto a la vida humana. Por ejemplo, se prohibe la brutalidad en el castigo de los culpables. Aunque a veces se demanda la mutilación del culpable, hay límites sobre este tipo de práctica (Éx. 21:24-25), que era mucho más común entre otros pueblos. F. Preocupación Por los Débiles. Hay una preocupación marcada en la ley de Israel por la protección de los esclavos, los forasteros, las viudas, los huérfanos, y los pobres. Este interés “humanitario” o no se encuentra o no recibe tanto énfasis en las leyes de otros pueblos antiguos. Refleja la preocupación de Jehová por los débiles en el mundo (véanse Éx. 22:21; 23:9; Dt. 10:17-20). -27-

III. CÓDIGOS BÍBLICOS DE LEYES A. La ley moral: los Diez Mandamientos, Éx. 20:1-17; Dt. 5:1-21. Estas leyes parecen ser únicas en el mundo antiguo, tanto en su contenido como en su forma absoluta. Con cuatro mandamientos que tocan la relación con Dios y seis que tocan la relación con el prójimo, abarcan toda la vida. B. La ley civil: el Libro del Pacto, Éx. 21:1—23:19, y otras leyes. Estas leyes demuestran la preocupación de Dios de defender a los débiles. Enfatizan el valor de la vida humana. C. Las leyes de santidad y limpieza: Lev. 11— 15; El Código de Santidad, Lev. 17 — 26; y otras leyes. Porque Jehová es santo, su pueblo debe ser santo también (Lev. 19:2). Entonces, Israel debe ser diferente de los otros pueblos en su manera de vivir, puesto aparte para Dios (“santo”). Hoy, podemos ver que muchas de las leyes de limpieza se basan en buenos principios de la higiene. Protegían la salud y el bienestar del pueblo también (véase Éx. 15:25b-26). D. El Código Deuteronómico, Dt. 12— 26. Presenta muchas de las mismas leyes encontradas en Ex., Lev. y Núm., pero en forma de un sermón. Contiene leyes morales, civiles, de santidad, y ceremoniales. E. Leyes ceremoniales (relacionadas con los sacrificios y los cultos). Se encuentran especialmente en el libro de Lev., pero también en algunos lugares de Éx. y Núm. Algunas prácticas de otros pueblos son explícitamente prohibidas para Israel. Pero las formas de sacrificios y de la adoración de Israel eran semejantes a las de otros pueblos antiguos, como demuestran las tablillas de Ugarit (Ras Shamra). IV. LA LEY DEL A.T. Y EL CRISTIANO A. La ley como algo bueno. El A.T. considera la ley como un dulce regalo de Dios, dado para guiar a los hombres en los caminos correctos. (Véanse Sal. 1:2; 19:7-10; 119:14-16,24,35,4748,77,92,103,127, 143,159,162,167,174.) La palabra hebrea torah (“ley”), incluye las ideas de enseñanza, dirección, y revelación. Cuando el hombre del A.T. habla de la “ley”, piensa en lo que significa para nosotros la palabra de Dios. Hoy muchos tienen una actitud negativa hacia la ley por las actitudes torcidas de los fariseos y de los judaizantes en el N.T. Los escritores del N.T. no hablan contra la ley en sí, sino contra el legalismo y las ideas falsas en cuanto al propósito de la ley (véase Rom. 7:7-14,22-23). B. El propósito de la ley. Muchos creen erróneamente que, aunque la salvación en el N.T. es por la gracia de Dios, había que lograrla por guardar la ley en el A.T. La Biblia nunca enseña que uno pueda lograr la salvación por guardar la ley (véanse Rom. 3:20; Gál. 2:15-16; 3:11). Aun el A.T. enseña que todos somos pecadores que necesitamos la gracia de Dios (Sal. 14:1-3; 51:5; 130:3-4; 143:2; Isa. 53:6; 64:6). ¿Cómo se salvaron los hombres en el A.T.? Por la gracia de Dios por medio de la fe (Gén. 15:6; Rom. 4:1-3; Gál. 3:6; Heb. 11:1-31). Dios ya había elegido al pueblo de Israel y ya lo había salvado (a través del éxodo) por su gracia antes de darle la ley (véase Éx. 19:3-6). La ley fue dada a un pueblo ya salvo para instruirle en cómo podía seguir viviendo en comunión con Dios y gozando de sus bendiciones. De la misma manera, Jesús en el N.T. da la ley del reino de Dios (el Sermón del Monte, Mat. 5— 7) a los que ya eran sus discípulos (Mat. 5:1). Uno no es salvo por guardar las enseñanzas de Jesucristo; sus enseñanzas son para guiar e instruir a los que ya confían en Él. No obedecemos a Cristo para lograr la salvación; le obedecemos para expresar nuestro amor y gratitud hacia Él. Así, en el A.T. las personas no ganaron la salvación por su obediencia a la ley. Los que ya confiaban en Dios intentaron obedecerle como expresión de su fe, amor, y gratitud. La ley les enseñaba cómo podían agradar a Dios; también les mostraba sus errores y fallas (Sal. 19:11-13). Aun los que amaban a Dios no siempre alcanzaron obedecer la ley, y por eso, necesitaban de la gracia de Dios (Sal. 119:67,124,176; 130:3-4; 143:2). -28-

C. Jesús y la ley. Jesús no vino para abrogar la ley, sino para cumplirla (Mat. 5:17-18). Reinterpretó la ley para darle un significado más profundo, más “espiritual”. Las normas de Jesús en el Sermón del Monte son mucho más altas y más difíciles de cumplir que la ley del A.T. Pero la interpretación de Jesús no era legalista; no se fijaba en la letra de la ley. Más bien buscaba el propósito, la intención de la ley, la dirección en que apuntaba. Descubierto eso, Jesús llevó la ley más adelante en el mismo sentido. Por ejemplo, en Mat. 5:38-48, el propósito de la lex talionis del A.T. (Éx. 21:23-25) era el de limitar la venganza, no promoverla. Jesús limita aun más la venganza; dice que no debemos tomar nada de venganza. Así Jesús lleva más adelante el propósito de la ley. En su vida perfecta, Jesús cumplió plenamente el propósito de la ley; por eso, Él es el fin de la ley (Rom. 10:4). Cumplimos la intención de la ley cuando amamos y seguimos a Jesús en fe y obediencia (Mat. 22:37-40; Rom. 13:8,10). D. Libertad vs. libertinaje. El N.T. enseña que en Cristo estamos libres de la carga de cumplir toda la ley de una manera legalista (Gál. 5:1), pero insiste que debemos llevar una vida moral (Gál. 5:13; 1 Cor. 8:9; Rom. 6:1-2,15-19; 1 Ped. 2:16). EL TABERNÁCULO Y SU EQUIPO A. El atrio, Éx. 27:9-19; 38:9-20. Era como un patio alrededor del tabernáculo mismo, encerrado por cortinas pero abierto al cielo. Aquí se congregaba el pueblo. 1. El altar del holocausto, Éx. 27:1-8; 38:1-7. Estaba en el atrio, delante del tabernáculo. Aquí se ofrecían los sacrificios diarios (Éx. 29:38-46; Núm. 28:1-8) y otros sacrificios. Antes de acercarse a Dios, había que hacer expiación por los pecados. El altar entonces recuerda al pueblo del pecado y de la necesidad del sacrificio de la vida (la sangre) para limpiar el pecado. 2. La fuente de bronce, Éx. 30:17-21; 38:8. Era un recipiente con agua para el uso de los sacerdotes para lavarse las manos y los pies. Estaba cerca del altar. B. El tabernáculo mismo, Éx. 26:1-37; 36:8-38. Era una tienda dividida en dos partes: el lugar santo y el lugar santísimo. Sólo los sacerdotes podían entrar en el tabernáculo, y sólo el sumo sacerdote podía entrar en el lugar santísimo (y eso solamente una vez al año, en el Día de Expiación). 1. El candelero de oro, Éx. 25:31-40; 27:20-21; 37:17-24; Lev. 24:1-4; Núm. 8:1-4. Quemaba aceite de oliva para dar luz al lugar santo. 2. La mesa para el pan de la presencia (o de la proposición), Éx. 25:23-30; 37:10-16; Lev. 24:5-9. Estaba en el lugar santo. Doce panes se presentaban a Dios cada día de reposo sobre esta mesa. Parece que esta era una manera de reconocer que Dios es el que provee el pan diario. 3. El altar de incienso, Éx. 30:1-10,34-38; 37:25-29. Estaba delante de la cortina que dividía el lugar santo del lugar santísimo. El incienso parece ser un símbolo de las oraciones del pueblo de Dios. 4. El arca del pacto, Éx. 25:10-22; 37:1-9. La única cosa que estaba dentro del lugar santísimo. Las tablas de la ley se depositaron dentro del arca. Encima del arca era el propiciatorio, una tapa de oro, con las figuras de dos querubines arriba. El sumo sacerdote aplicaba la sangre al propiciatorio en el Día de Expiación para hacer expiación por los pecados del pueblo. En inglés, el propiciatorio se llama el “asiento de la misericordia”, porque nos recuerda que sólo podemos acercarnos a Dios por su gracia y misericordia. Se creía que Jehová moraba entre los dos querubines (Núm. 7:89); entonces el arca servía como el trono del Dios invisible. -29-

EL TABERNACULO El tabernáculo proveía un lugar donde Dios podía vivir (morar) entre su pueblo. El término “tabernáculo” a veces se refiere a la tienda misma, que contenía el Lugar Santo y el Lugar Santísimo, cubierta con cortinas bordadas. Pero en otros lugares, el término se refiere al complejo entero, incluyendo el atrio dentro del cual la tienda estaba.

Arca del Pacto Lugar Santísimo

Altar de Incienso

Mesa para el Pan de la Presencia

Lugar Santo

Fuente de Bronce

Candelero de Oro

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Altar del Holocausto

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EL SIGNIFICADO TEOLÓGICO DEL TABERNÁCULO Hay dos bloques grandes de materiales en el libro de Éxodo que tienen que ver con el tabernáculo: los caps. 25—31 (las instrucciones) y los caps. 35—40 (las instrucciones cumplidas). ¿Por qué tantos capítulos dedicados al tabernáculo? Muchos lectores modernos se aburren al leer estos capítulos, con sus detalles y repetición, pero hay que recordar que el tabernáculo tenía mucha importancia para los israelitas. El tabernáculo era la respuesta a una gran preocupación del pueblo: “¿Cómo podemos mantener la relación y el contacto con Jehová? Dios se ha revelado en el Mt. Sinaí, pero ¿qué pasa ahora? Vamos a salir de Sinaí. ¿Está limitado Jehová a la zona del Mt. Sinaí?” (Otros pueblos antiguos creyeron que sus dioses estaban limitados a ciertos lugares.) “¿Tendremos que volver al Mt. Sinaí para adorar a Jehová? ¿Cómo puede Dios estar presente con su pueblo en Canaán, y cómo podemos nosotros mantener la consciencia de su presencia con nosotros?” En respuesta Dios da el tabernáculo a Israel como un símbolo, una señal de su presencia con su pueblo. Era un santuario portátil para un pueblo peregrino. Simboliza que Jehová no se limita a un lugar, sino que está presente con su pueblo en cualquier lugar adonde vaya. Además de ser el un templo portátil, era el palacio del Rey divino, porque (en teoría por lo menos) Jehová era el Rey de Israel (Dt. 33:1-5; Jue. 8:23; 1 Sam. 8:7; véase AG, 57). Jehová moraba en medio de su pueblo (Éx. 25:8; 29:45-46). La nube sobre el tabernáculo era la evidencia visible de la presencia de Dios en el tabernáculo, en medio de su pueblo (Éx. 40:34-38; Lev. 9:15-23). La palabra “tabernáculo” significa una tienda o un lugar de morada temporal, no una casa permanente. Nótese que en la fiesta de tabernáculos el pueblo hacía tabernáculos (cabañas) como albergues temporarios. La idea entonces es que Jehová vive en el cielo, no en el Mt. Sinaí ni en cualquier lugar en la tierra. Pero Dios puede poner su tienda, su morada temporal, con su pueblo santo en cualquier lugar. Así Jehová puede “tabernacular” con su pueblo. Así entonces Juan 1:14 dice que el Verbo se hizo carne y “tabernaculó” (puso su tienda, su morada temporal) entre nosotros. El tabernáculo era el lugar donde el hombre se encontraba con Jehová (Éx. 29:42-43). Así también, en la persona de Jesucristo, el hombre se encuentra con la presencia de Dios. Los rabinos judíos usaban el término shekina para referirse a la gloria de Dios. La palabra viene de la misma raíz (shakan) que el vocablo tabernáculo. La shekina era la gloria de Dios: un fulgor que emanaba de la nube y que indicaba la presencia de Dios (véanse Éx. 25:8; 29:45; Núm. 35:34; Eze. 43:7). Éx. 40:34-38 y Núm. 9:15-23 dicen que la gloria de Dios llenó el tabernáculo. 1 Rey. 8:10-11 y 2 Crón. 5:13-14 dicen que la gloria de Dios llenó el templo de Salomón. La gloria de Dios se trasladó a Babilonia para estar con los exiliados (Eze. 1:10) y después volvió al templo purificado en la tierra restaurada (Eze. 43:1-5). El tabernáculo (y después el templo) era entonces el lugar donde Dios estaba presente y manifestaba su gloria. Este es el trasfondo de lo que Juan dice de Jesús en Juan 1:14: “Y vimos su gloria, la gloria del único hijo de Dios”. Vimos la manifestación de la presencia de Dios en y con Jesús, el Verbo de Dios. (Ésta puede ser una referencia especialmente a la transfiguración de Jesús, cuando su gloria se reveló.) Apoc. 21:2-3 habla de la realización de la meta de Dios en la Nueva Jerusalén: el tabernáculo de Dios está con los hombres, y Él morará con ellos. Indica la presencia directa de Dios con su pueblo, sin barreras. Esto es posible porque la relación de pacto ha sido consumada: “ellos serán su pueblo, y Jehová será su Dios”. Dios sólo puede estar presente con un pueblo santo, redimido, y purificado. En el Apoc. la Nueva Jerusalén se describe como un cubo perfecto – como era el lugar santísimo del tabernáculo (y del templo). Significa que toda la ciudad ha llegado a ser tan santa como el lugar santísimo (véase Eze. 48:35). Toda esto recalca el hecho de que Jehová es un Dios santo y que sólo puede morar con un pueblo santo. Esto explica la necesidad de renovar el pacto en Éx. 34 antes de edificar el tabernáculo en Éx. 35—40. -32-

III. LEVÍTICO A. TÍTULO: En hebreo, “Y llamó”, la primera palabra. En griego, “Levitikon” (“relacionado con los levitas”) B. CONTENIDO: Reglas para sacrificios, leyes de santidad y de limpieza, y reglas ceremoniales. El tema que une todo el libro es LA SANTIDAD. C. BOSQUEJO DE LEVÍTICO I. Leyes Para OFRENDAS Y SACRIFICIOS, 1:1—7:38 A. Los holocaustos, 1:1-17 B. Las ofrendas de cereales, 2:1-16 C. Las ofrendas de paz (reconciliación), 3:1-17 D. Los sacrificios por el pecado, 4:1—5:13 E. Los sacrificios por la culpa, 5:14—6:7 F. Instrucciones generales para ofrendas y sacrificios, 6:8—7:38 II. Los Sacerdotes, 8:1—10:20 A. Consagración de Aarón y sus hijos, 8:1-36 (véase Éx. 29:1-37) B. Los primeros sacrificios públicos de Aarón, 9:1-24 C. El pecado de Nadab y Abiú, 10:1-20 III. Reglas de LIMPIEZA, 11:1—15:33 A. Animales limpios e inmundos, 11:1-47 (véase Dt. 14:3-21) B. Purificación de la mujer después del parto, 12:1-8 C. Leyes acerca de la lepra, 13:1—14:57 D. Instrucciones en cuanto a impurezas físicas, 15:1-33 IV. El DÍA DE EXPIACIÓN, 16:1-34 V. El “CÓDIGO DE SANTIDAD”, 17:1—26:46 A. El santuario único, 17:1-9 B. Prohibición de comer la sangre, 17:10-16 C. Actos de inmoralidad prohibidos, 18:1-30 D. Leyes de santidad y de justicia, 19:1-37 E. Penas por actos de inmoralidad, 20:1-27 F. Santidad de los sacerdotes, 21:1-24 G. Santidad de las ofrendas, 22:1-33 H. Calendario de las fiestas sagradas, 23:1-44 (véase Núm. 28:16—29:40) I. Aceite para las lámparas y el pan de la presencia (proposición), 24:1-9 J. Castigo del blasfemo y la ley que limita la venganza, 24:10-23 K. El año de reposo y el año de jubileo, 25:1-55 (véase Dt. 15:1-6) L. Bendiciones de la obediencia y maldiciones por la desobediencia, 26:1-46 (véanse Dt. 7:1224; 28:1-68) VI. Reglas para la Redención de las Cosas Dedicadas, 27:1-34 D. PASAJES SIGNIFICATIVOS EN LEVÍTICO 11:44-45 Seréis santos porque Yo soy santo (también 19:2; 20:7,26) (Véase 1 Ped. 1:16) 17:11 El pecado expiado por la sangre (sangre derramada = la vida sacrificada) (véase Heb. 9:22) 19:18 Amarás a tu prójimo como a ti mismo (véanse Mat. 19:19; 22:39; Rom. 13:9; Gál. 5:14; Stgo. 2:8) 16:1-34 El DÍA DE EXPIACIÓN (véanse Heb. 9:12-13; 10:4; 13:11-13) 24:19-20 La ley de “ojo por ojo” (lex talionis) 26:11-12 La morada de Dios en medio de su pueblo (véanse Juan 1:14; Apoc. 21:3) -33-

E. TEMAS Y ENSEÑANZAS IMPORTANTES EN LEVÍTICO 1. La santidad. Jehová es un Dios santo, y exige que su pueblo sea santo también. Véanse Lev. 11:44-45; 19:2. “Santo” significa separado o puesto aparte. Dios, por su propia naturaleza, se aparta de todo lo pecaminoso o inmundo. Quiere que nosotros nos separemos del mundo y del pecado y nos consagremos completamente a Él. Ser santo significa ser puesto aparte para el uso exclusivo de Dios. 2. La santidad incluye la justicia social. Además de la moralidad, la pureza, y la rectitud personal, la santidad que Dios busca incluye la justicia en las relaciones con todos los demás. Véanse Lev. 19:9-18,32-37, y especialmente 19:18. Véase también todo el cap. 25. 3. La importancia de la adoración. Tenemos un manual para la adoración en Lev. 1—7, 16, y 23. Las fiestas de los israelitas incluyeron un día de ayuno y arrepentimiento de pecados (el día de expiación, Lev. 16), pero también incluyeron varias fiestas gozosas que celebraron la provisión y el cuidado de Dios (Lev. 23). Los sacrificios incluyen sacrificios expiatorios (Lev. 4:1—6:7), en que la persona confiesa su pecado y pide perdón, pero también incluyen los holocaustos (Lev. 1), que expresan alabanza a Dios, y las ofrendas de paz (Lev. 3), que celebran gozosamente la restauración de la comunión con Dios. 4. El principio de la sustitución. Las instrucciones en cuanto a los sacrificios enfatizan el principio de la sustitución – una víctima inocente da su vida en lugar de la vida del pecador culpable. La sangre derramada del animal sacrificado significa que su vida ha sido dada en sacrificio (véanse Lev. 4:1— 6:7; 17:11,14). Todo esto prepara al pueblo para la venida de Jesús y su sacrificio en la cruz. 5. Dios se preocupa por la salud de su pueblo. Podemos ver ahora que las leyes de limpieza en Lev. 11 al 15 promueven una buena higiene que protege la salud del pueblo.

NOTA SOBRE LOS SACRIFICIOS A. Sacrificios expiatorios y no expiatorios. Al pensar en los sacrificios, generalmente pensamos en los sacrificios expiatorios (o propiciatorios), que tenían como propósito lograr el perdón del pecado. No obstante, no todos los sacrificios tenían éste como su propósito central. Algunos eran para expresar consagración, alabanza, o gratitud hacia Dios, o para gozar de comunión con Él. B. Sacrificios cruentos y no cruentos. No todos los sacrificios y ofrendas eran cruentos (involucrando la sangre de animales). Había también sacrificios vegetales o incruentos. Esta última clase incluía ofrendas de harina, grano, e incienso, y las libaciones (ofrendas de vino). C. Sacrificios humanos no permitidos. Aunque eran comunes entre otros pueblos y practicados a veces en Israel, la ley prohibía los sacrificios humanos, Lev. 18:21; 20:1-5. Véanse también las referencias a la redención con dinero de los primogénitos de los hombres en Éx. 13:14-15; 34:1920; Núm. 18:15. D. Animales perfectos. Los animales sacrificados tenían que ser sin mancha o defecto, Lev. 22:1725. E. Imposición de manos. Antes de matar un animal para ser sacrificado, la persona que lo ofrecía ponía su mano sobre la cabeza de la víctima. Especialmente en el caso de los sacrificios expiatorios, esta costumbre parece indicar el principio de la sustitución. La víctima inocente toma el lugar del pecador y muere en su lugar, pero antes los pecados de la persona son transferidos a la víctima por la imposición de manos. Pero es de notar que la imposición de manos se practicaba también con los holocaustos y las ofrendas de paz, que no tenían como su propósito central la expiación del pecado. La costumbre parece entonces indicar también el principio de la identificación o representación. Cuando la persona pone sus manos sobre la cabeza del animal, así indica, “Me identifico con este animal; me representa a mí”. -34-

F. Sin levadura. Las ofrendas cereales siempre se acompañaban con sal (Lev. 2:13), pero nunca con levadura o miel (Lev. 2:11-12). La única excepción era el caso de presentar las primicias, que no fueron quemadas sobre el altar. Parece que la levadura era considerada un símbolo del pecado o la maldad. LEYES DE LIMPIEZA Y SANTIDAD (Véase Éx. 15:25b-26) A. Lo que se puede comer y no comer, Éx. 22:31; Lev. 17:15-16: no comer animales muertos por las fieras o encontrados muertos. Lev. 11:1-47; 20:22-26; y Dt. 14:3-21 dan las distinciones entre animales limpios e inmundos. Estas reglas evitan peligros por animales que tienen parásitos o llevan enfermedades (véase MBI 175-176). B. No comer la sangre, Lev. 17:10-14; 19:26; Dt. 12:15-16,23-25; 15:23. La sangre, símbolo de la vida, es sagrada a Dios, el Autor de la vida. Véase MBI 178. C. Purificación de la impureza a causa de flujos del cuerpo, Lev. 12:1-8; 15:1-33; Dt. 12:15-16,2325; 15:23. Un flujo de sangre hace a la mujer inmunda ceremonialmente; por eso, debe purificarse después del parto (Lev. 12:1-8) y después de menstruación (Lev. 15:19-30). Una emisión de semen hace al hombre inmundo ceremonialmente, Lev. 15:1-18; Dt. 23:10-11. Por eso, la pareja queda inmunda después de tener relaciones sexuales, Lev. 15:18, no porque el sexo sea pecaminoso, sino por el contacto con el semen. Según MBI, 176, estas reglas procuraban: (1) separar el sexo de la adoración de Jehová (los cananeos practicaban el sexo en sus cultos); y (2) mantener buena higiene. D. Reglas acerca de enfermedades en la piel y hongos en la ropa y en las casas, Lev. 13:1—14:57. Incluyen mucho más que lo que llamaríamos la lepra hoy. Véanse también Núm. 5:1-4; Dt. 24:8-9. El propósito es evitar el contagio. E. Regulaciones de relaciones sexuales, Lev. 18:1-30; 20:10-21; Dt. 22:30. Prohibición de relaciones incestuosas, Lev. 18:1-18; Dt. 22:30. Penas por entrar en tales relaciones, Lev. 20:10-21. “Descubrir la desnudez de” parece significar “tener relaciones sexuales con”. Otras prácticas abominables, como adulterio, homosexualidad y relaciones sexuales con animales, prohibidas, Lev. 18:19-30; 20:22-27. Los cananeos practicaban tales cosas; Israel no debe hacerlo. Véase Éx. 22:19. F. Reglas para purificación después del contacto con un cadáver, Núm. 19:1-22; Dt. 21:22-23. Hay que usar agua y las cenizas de una vaca alazana. Hay buenas razones higiénicas por limitar contactos con los cadáveres. -35-

Caben aquí los cuadros de los sacrificios y de las fiestas y días especiales como páginas 36 y 37

IV. NÚMEROS A. TÍTULO Y CONTENIDO: El título en hebreo es “En el desierto”, las primeras palabras; en griego, Arithmoi (“Números”) por los censos y otros datos numéricos. Después de presentar varias estadísticas, relata la historia de las andanzas del pueblo de Israel en el desierto, desde su salida del Mt. Sinaí hasta su llegada al umbral de la tierra prometida en las llanuras de Moab unos 38 años después. B. BOSQUEJO DE NÚMEROS I. En el Mt. Sinaí: Organización y Preparativos para la Marcha, 1:1—10:10 A. La enumeración y organización del pueblo, 1:1—2:34 B. El significado, la enumeración y la organización de los levitas, 3:1—4:49 C. Reglas para mantener la santidad y pureza del pueblo, 5:1—6:27 (Sobre los nazareos, 6:1-21; la bendición sacerdotal, 6:22-27) D. Ritos celebrados antes de la salida del Mt. Sinaí, 7:1—9:14 (Dedicación del tabernáculo, 7:1-88; Consagración de los levitas, 8:5-26; La Pascua, 9:1-14) E. Provisión para la dirección del pueblo en el viaje, 9:15—10:10 (véase Éx. 40:34-38) II. El Viaje desde Sinaí hasta Cades-barnea, 10:11—12:16 A. La salida del Mt. Sinaí, 10:11-36 B. El fuego en Tabera, 11:1-3 C. La provisión de las codornices, 11:4-35 D. La murmuración de Aarón y María contra Moisés, 12:1-16 III. Acontecimientos y Leyes en y alrededor de Cades, 13:1—20:13 A. La rebelión del pueblo: Rechazo de la tierra prometida, 13:1—14:45 1. La MISIÓN DE LOS 12 ESPÍAS y su informe, 13:1-33 (véase Dt. 1:19-33) 2. La generación rechazada por su falta de fe, 14:1-38 (véase Dt. 1:34-40) 3. El intento fracasado de invadir la tierra, 14:39-45 (véase Dt. 1:41-46) B. Confirmación de la promesa de la tierra y de la necesidad de la obediencia (varias leyes), 15:1-41 C. La rebelión de los líderes y levitas: Rechazo del debido orden espiritual, 16:1—17:13 1. La REBELIÓN DE CORÉ y de Datán y Abiram, 16:1-35 2. La autoridad de Aarón: Los incensarios y el altar, la intercesión eficaz de Aarón, y el FLORECIMIENTO DE LA VARA DE AARÓN, 16:36—17:13 D. La confirmación del debido orden espiritual, 18:1—19:22 1. El papel debido de los sacerdotes y levitas, 18:1-32 2. Reglas para la purificación de los inmundos, 19:1-22 E. La REBELIÓN DE MOISÉS Y AARÓN: Rechazo de la palabra de Dios, 20:1-13 IV. El Viaje desde Cades hasta las Llanuras de Moab, 20:14—22:1 A. El desvío alrededor de Edom, 20:14-21 B. La muerte de Aarón en el Mt. Hor, 20:22-29 C. La campaña contra Arad, 21:1-3 D. Las serpientes ardientes y la SERPIENTE DE BRONCE, 21:4-9 E. El desvío alrededor de Moab, 21:10-20 F. La conquista de los reinos de Sehón y Og al este del Jordán, 21:21-35 (véanse Dt. 2:26-37 y 3:1-11), y la llegada a los campos de Moab, 22:1 V. Acontecimientos y Leyes en los Campos de Moab, 22:2—36:13 A. El episodio con BALAAM, 22:2—24:25 (véase 31:8,15-16) B. La apostasía del pueblo con Baal-peor, 25:1-18 (véase 31:1-54) -38-

C. Preparativos para entrar en la tierra prometida, 26:1—27:23 (El segundo censo, 26:1-65; La herencia de las hijas de Zelofehad 27:1-11 (véase 36:1-13); y Josué designado como sucesor de Moisés, 27:12-23) D. Leyes sobre ofrendas y votos, 28:1—30:16 (véanse Éx. 29:28-46; Lev. 23:1-44) E. Eventos antes de entrar en la tierra prometida, 31:1—33:49 (Venganza de Israel contra Madián, 31:1-54; Establecimiento de dos tribus y media al este del Jordán, 32:1-42; Resumen de las jornadas de Israel desde Egipto hasta el Jordán, 33:1-49 F. Leyes acerca de la tierra, 33:50—36:13 (Límites ideales de la tierra prometida, 33:50—34:29; Ciudades de los levitas 35:1-8 (véase Dt. 19:1-13); Ciudades de refugio, 35:9-34; y Ley del casamiento de las herederas, 36:1-13) C. PASAJES SIGNIFICATIVOS EN NÚMEROS 6:24-26 La bendición sacerdotal 13:30 La FE DE CALEB vs. la falta de fe de los otros espías (13:31-33; 14:8-9) 14:21-35 La generación rechazada (véanse Sal. 95:10-11; Heb. 4:1-5) 20:7-12 Agua de la peña y el pecado de Moisés 21:9 La SERPIENTE DE BRONCE (véase Juan 3:14) 22:21-35 Balaam y el asna que habla (véanse 31:15-16; 2 Ped. 2:15; Judas 11; Apoc. 2:14) 24:17 PROFECÍA MESIÁNICA (por Balaam) de la ESTRELLA de Jacob) 27:17 Primer uso de “ovejas sin pastor” (véanse Mat. 6:34; 9:36) 32:23 Vuestro pecado os alcanzará (no se puede ocultar el pecado ni escapar sus consecuencias) D. TEMAS Y ENSEÑANZAS IMPORTANTES EN NÚMEROS 1. La realidad de la guerra espiritual. Los censos en Núm. 1 y 26 tienen el propósito de averiguar cuántos hombres están disponibles para la guerra, porque el pueblo va a tener que pelear para tomar posesión de la tierra prometida. Cada hombre tiene el deber de participar en el ejército. La única excepción es la tribu de Leví, porque los levitas están a cargo del tabernáculo y el culto. Pero ellos hacen su contribución a las guerras porque la presencia de Dios con el ejército es esencial para la victoria. Hoy, todo cristiano debe reconocer que está involucrado en una lucha espiritual. Cada miembro del pueblo de Dios debe hacer su contribución en esta lucha. 2. El valor del orden. Dios tiene un plan ordenado que incluye varios aspectos de la vida de su pueblo. Cada tribu tiene un líder reconocido, y es asignado un lugar para acampar y lugar en el orden de marcha. Véase Núm. 2. Dios también establece el orden espiritual, dando líderes escogidos al pueblo que ellos deben respetar y seguir (Núm. 16 al 17). Dios todavía quiere que todo se haga decentemente y con orden (1 Cor. 14:40). 3. Dios quiere ocupar el centro de nuestras vidas. En la organización del campamento en Núm. 2, el tabernáculo, la morada de Dios, estaba en el pleno centro. Esto concuerda con la costumbre de los ejércitos antiguos de tener la tienda del rey y general en el centro del campamento. Dios quiere que nosotros le entronicemos en el centro de nuestras vidas. De allí puede dirigir todos los aspectos de nuestras vidas. 4. La provisión, dirección, y protección de Dios. Durante la marcha del pueblo a través del desierto, Dios está continuamente con su pueblo para guiar y dirigirlos con la columna de nube y de fuego (Núm. 9:15-23). En cada situación de necesidad, siempre provee por las necesidades del pueblo (Núm. 11:4-32; 20:1-13; 21:1-9). Dios quiere que constantemente busquemos su dirección, aun en los asuntos cotidianos. Todavía está dispuesto a proveer por todas nuestras necesidades si buscamos a Él y su dirección. 5. La falta de fe del pueblo. A pesar de la provisión continua de Dios, el pueblo siempre responde con una gran falta de fe. Esta falta se muestra en una gran falta de agradecimiento hacia Dios y en murmuración (Núm. 11:1-6; 20:3-6; 21:5). Al fin, se manifiesta en rebelión abierta. El pueblo rechaza la buena tierra que Dios ha prometida porque no confía en las promesas de Dios de -39-

acompañarles y darles la victoria (Núm. 13 al 14). También el pueblo se rebela contra el debido orden espiritual y los líderes puestos por Dios en Núm. 16. En este sentido, sirve para advertirnos a nosotros contra caer en sus errores. 6. La disciplina de Dios. Aunque Jehová es un Dios misericordioso, no sufre la rebelión continua y prolongada. Su justicia demanda que el pecado sea juzgado. Toda la generación que rechazó la tierra prometida queda rechazada por Dios (Núm. 14:20-38). No debemos jugar con la misericordia de Dios. La obra de Dios sigue adelante, pero podemos perder nuestra oportunidad de participar en las bendiciones de Dios si no obedecemos en fe y sumisión. 7. La responsabilidad de los líderes. Aun los grandes líderes no son exentos de la disciplina de Dios. Cuando Moisés demuestra públicamente una falta de fe en la palabra de Dios y una actitud rebelde, él también pierde la oportunidad de entrar en la tierra prometida (Núm. 20:1 -13). Los líderes tienen una responsabilidad mayor de cuidar siempre su ejemplo y su influencia. 8. La soberanía de Dios. A pesar de problemas y oposición que pueden causar demoras, Dios va a lograr su propósito al fin. Jehová quiere que Israel esté en Canaán, y al fin los va a introducir en la tierra prometida, aunque sea 40 años después de la primera oportunidad. Además, la historia de Balaam en Núm. 22 al 24 revela que nadie puede derrotar el propósito divino de bendecir a Israel. Aun cuando Balaam intenta maldecir al pueblo, Dios lo convierte en bendición. Mientras el pueblo obedece a Dios, no hay ningún esfuerzo humano (o satánico) que valga contra ellos. Véase especialmente 23:23. V. DEUTERONOMIO A. TÍTULO Y CONTENIDO: El título en hebreo es “Estas son las palabras”, las primeras palabras; en griego, Deuteronomio (“Segunda ley”), por una traducción errónea de Dt. 17:18 (se refiere a hacer una copia de la ley, no a dar la ley otra vez). Más que una mera repetición de la ley, el libro presenta una recapitulación y aplicación de la ley en tres discursos de Moisés, pronunciados en las llanuras de Moab antes de la entrada del pueblo en la tierra prometida. El libro tiene la forma de un pacto antiguo, y su tema es una interpretación del PACTO entre Dios e Israel. Guardar la ley de Dios se interpreta como la demostración del amor y la fidelidad del pueblo al pacto con Dios. B. BOSQUEJO DE DEUTERONOMIO I. Introducción al Libro, 1:1-5 II. Primer Discurso, 1:6—4:43 (de carácter histórico y exhortatorio) A. Prólogo histórico que recuerda al pueblo del cuidado de Dios, 1:6—3:29 B. Llamado a la obediencia, 4:1-40, y las ciudades de refugio, 4:41-43 III. Segundo Discurso, 4:44—26:19 (de carácter legislativo y exhortatorio) A. Prólogo, 4:44-49 B. Los DIEZ MANDAMIENTOS, 5:1-21 (véase Éx. 20:1-17) C. El temor del pueblo en Sinaí y Moisés como mediador del pacto, 5:22-33 (véase Éx. 20:1826) D. El deber de obedecer e instruir a los hijos en la ley, 6:1-25 E. Advertencia contra la idolatría y las bendiciones de la obediencia, 7:1-26 F. Advertencia contra olvidar la bondad de Dios, 8:1-20 G. El pueblo rebelde llamado a la fidelidad y la humildad, 9:1—10:11 H. Exhortación de obedecer la ley de Dios, 10:12—11:32 -40-

I. El “Código Deuteronómico” de leyes, 12:1—26:19 El santuario único, 12:1-28 (véase Lev. 17:1-9); Advertencias contra la idolatría, 12:29— 14:2; Animales limpios e inmundos, 14:3-21 (véase Lev. 11:1-47); La ley del diezmo, 14:22-29 (véanse Núm. 18:21,24; Dt. 26:1-19); Leyes humanitarias para proteger a los esclavos y los pobres, 15:1-18 (véase Éx. 21:1-11); Consagración de los primogénitos, 15:19-23 (véase Éx. 13:1,11-13); Las fiestas anuales, 16:1-17 (véanse Éx. 23:14-17; 34:1824); Administración de la justicia, 16:18—17:13; Instrucciones acerca de un rey, 17:14-20; La porción de los levitas, 18:1-8 (véase Núm. 18:1-32); Amonestación contra las costumbres paganas, 18:9-14; Promesa de un PROFETA COMO MOISÉS, 18:15-22; Varias leyes, 19:1—22:12; Leyes sobre la castidad, 22:13-30; Varias leyes, 23:1—25:19; Primicias y diezmos, 26:1-19 (véanse Núm. 18:21,24; Dt. 14:22-29). IV. Tercer Discurso, 27:1—31:29 (de carácter profético; predice bendiciones por la obediencia y maldiciones por la desobediencia) A. Orden de escribir la ley en piedras sobre el Mt. Ebal, 27:1-10 B. MALDICIONES por la desobediencia, 27:11-26; 28:15-68 (véase Lev. 26:14-46) y BENDICIONES por la obediencia, 28:1-14 (véanse Lev. 26:3-13; Dt. 7:12-24) C. El pacto renovado en los campos de Moab, 29:1-29 D. Condiciones para la restauración del pueblo, 30:1-20 E. Conclusión del discurso y comisión de Josué, 31:1-8 F. Epílogo: Instalación de Josué; instrucciones para la renovación del pacto cada siete años y para guardar el libro de la ley en el arca del pacto, 31:9-29 V. Apéndices, 31:30—34:12 A. El cántico de Moisés, 31:30—32:47 B. El vistazo por Moisés de la tierra prometida, 32:48-52 C. La bendición de las tribus por Moisés, 33:1-29 D. La MUERTE y sepultura DE MOISÉS, 34:1-12 C. PASAJES SIGNIFICATIVOS EN DEUTERONOMIO 4:24 Jehová es fuego consumidor, Dios celoso (véase Heb. 12:29) 4:29 Hallarás a Jehová si lo buscares de todo tu corazón (véase Jer. 29:13) 5:1-22 Los DIEZ MANDAMIENTOS 6:4-5 Amarás a Jehová tu (único) Dios con todo tu corazón (el PRIMER MANDAMIENTO; véanse Mat. 22:37-38; Luc. 10:27; véanse Dt. 4:35; Mar. 12:29,32) 6:6-9 La palabra de Dios en el corazón (véanse 11:18-20; 30:11-14; Rom. 10:6-8) 6:13 Servir solamente a Jehová (véase la respuesta de Jesús a Satanás en la ocasión de su tentación, Mat. 4:10; Luc. 4:8; véanse Dt. 4:35; Mar 12:32) 6:16 No tentar a Jehová (véase la respuesta de Jesús en Mat. 4:7; Luc. 4:12) 7:6 Un pueblo santo y escogido (véanse 14:2; 26:18; Tito 2:14) 8:3 No solo de pan vivirá el hombre (véase la respuesta de Jesús en Mat. 4:4; Luc. 4:4; compárense Dt. 8:11-18; Prov. 30:8b-9a) 10:12-13 Lo que Dios requiere: amor que se demuestra en obediencia (véanse Juan 15:10; 1 Juan 5:3) 11:26-32 La necesidad de elegir el camino bendito de la obediencia o el maldito de la desobediencia (véase también Dt. 30:15-20) 18:15 Promesa de un profeta como Moisés (véase Juan 1:17-18,21) 26:5-10 El “Credo” de Israel (compárese 6:20-24) 29:18 Que no haya en medio de vosotros raíz de amargura (véase Heb. 12:15) 32:35 “Mía es la venganza” dice Jehová (véanse Rom. 12:19; Heb. 10:30) 33:27 El eterno Dios es tu refugio, Y acá abajo los brazos eternos -41-

D. TEMAS Y ENSEÑANZAS IMPORTANTES EN DEUTERONOMIO 1. El gran amor y la gracia de Dios se demuestran en hechos. Dios ha elegido a su pueblo por su gracia y por su fidelidad al pacto que hizo con los patriarcas, no por ningún mérito de ellos, Dt. 4:19b-20,37; 7:7-11; 9:4-7; 10:14-15. Ha demostrado su amor y su cuidado fiel a través de actos concretos de salvar, guiar, proteger y proveer por su pueblo, Dt. 2:7; 6:20-25; 8:2-10; 26:5-10. Cómo Moisés animó a los israelitas a mirar atrás en la historia para recordar las bendiciones de Dios, nosotros deberíamos recordar las experiencias en nuestras vidas en que Dios ha demostrado su amor y su cuidado de nosotros. Reconocer y recordar la bondad y la misericordia de Dios en el pasado debe motivarnos a la gratitud hacia Dios en el presente y la esperanza en Él para el futuro. 2. El amor de Dios debe provocar en nosotros una respuesta de amor que se demuestra en obediencia. El primer y más fundamental mandamiento es la necesidad de amar a Jehová con todo el ser, Dt. 6:4-5, y de adorarle como el único Dios, Dt. 6:12-15. Si amamos a Dios, le obedeceremos, no como un deber impuesto, sino como una expresión de nuestro amor hacia Él, Dt. 10:12-13 (véanse Juan 15:10; 1 Juan 5:3). Sus mandamientos no son una carga, sino que son para nuestro propio bien, Dt. 4:5-8; 6:17-19; 30:11-20. 3. La obediencia a Dios trae bendiciones en todas las áreas de la vida; la desobediencia trae la maldición de Dios. Para las bendiciones, véanse Dt. 7:12-16; 11:13-17; 28:1-14 (y Lev. 26:312). Para las maldiciones, véanse Dt. 4:23-31; 28:15-68 (y Lev. 26:14-46). 4. Debemos cuidar contra el poder seductor de las riquezas. Aunque Dios promete bendecir a su pueblo obediente con la prosperidad, debemos reconocer el peligro de convertir a los bienes materiales en un dios falso. Véanse Dt. 6:10-12; 8:3,11-14,17-18. 5. Cada generación es responsable de enseñar la palabra de Dios a sus hijos. La primera escuela es el hogar, y los primeros maestros son los padres (y abuelos). Véase Dt. 6:6 -9. 6. Tenemos que tomar una decisión personal de comprometernos con Dios. Véanse Dt. 11:2632; 30:15-20. Después de haber escuchado la palabra de Dios, viene el momento de decisión cuando cada uno debe decidir cómo va a responder. “Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a Él; porque Él es vida para ti” (30:19). Ahora, el pueblo tiene dos posibilidades; hay que elegir. ¿Cuál opción elegirá? ¿Y cuál elegiremos nosotros? 7. Moisés nos da un ejemplo de un fiel siervo de Dios. Véase Dt. 34:10-12. Moisés era un hombre, con sus debilidades y fallas, como todo hombre. Sin embargo, se entregó a Dios, y Dios lo utilizó grandemente. Dios quiere utilizarnos a nosotros también si le permitimos. 8. El verdadero profeta proclama fielmente la palabra de Dios. La función básica de un profeta es recibir y anunciar al pueblo la palabra de Dios, Dt. 18:18. El profeta es en primer lugar un predicador que discierne y proclama al pueblo toda la palabra de Dios. (Véanse Éx. 4:12,15-16; 7:1-2. El profeta de Dios es la “boca” o portavoz de Dios para anunciar y proclamar su palabra, Éx. 5:16.) A veces Dios confirma la palabra de sus profetas revelándoles cosas que van a pasar en el futuro. Entonces, si un profeta hace predicciones, deben cumplirse; véase Dt. 18:15-22. Pero no es suficiente que se cumpla lo que el profeta diga. Dt. 13:1-5 prevé la situación de un profeta que hace predicciones que se cumplen, pero que es un profeta falso porque anima al pueblo a servir a otros dioses. Si profetiza en el nombre de otro dios (18:20), o anima al pueblo a seguir otros dioses, no puede ser un verdadero profeta de Dios a pesar de que sus predicciones se cumplen. Entonces, predecir el futuro no es la función primaria ni la señal suficiente de un verdadero profeta de Dios. Es más bien la confirmación de la veracidad de la predicación de uno que vive en comunión íntima con Dios, que recibe su palabra y fielmente la anuncia al pueblo. -42-

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LAS PROMESAS DE DEUTERONOMIO Hoy día escuchamos mucho en cuanto a que Dios da sanidad, éxito, y prosperidad material. Hay algunos pasajes en Dt. que parecen enseñar eso. No obstante, hay algunas otras consideraciones para tomar en cuenta también. 1. Jeremías, aunque fue un siervo y profeta fiel de Dios, fue rechazado y sufrió mucho en su vida, principalmente a causa de su fidelidad en anunciar la palabra de Dios. 2. El libro de Job nos advierte contra la ecuación simplista que hicieron los tres “amigos”, o sea, la idea de que un individuo bueno siempre goza de buena salud, éxito, y riquezas materiales. Job sufrió terriblemente, pero su sufrimiento no fue como castigo por ningún pecado terrible. Era un hombre bueno y fiel a Dios; sin embargo, sufrió la pérdida de bienes y salud. 3. En Isa. 40—55, especialmente los caps. 52—53, se profetiza la venida del Siervo del Señor que será completamente fiel al Señor, pero que sufrirá mucho por otros. Vemos el cumplimiento de esta profecía en Jesús de Nazaret. Creemos que Jesús es el Hombre perfecto, sin pecado (Heb. 4:15). Sin embargo, Él sufrió cruel castigo, murió cuando todavía era joven, y al morir no poseía nada más que sus vestidos. 4. En general, los cristianos de la iglesia primitiva no eran hombres ricos materialmente. Pedro dice, “No tengo plata ni oro” en Hech. 3:6. Los cristianos de Antioquía mandaron ayuda material para socorrer a los necesitados hermanos cristianos de Judea en Hech. 11:27-30. Pablo dice en 2 Cor. 8:1-2 que los hermanos de Macedonia vivían en profunda pobreza. 5. Hay varios pasajes de la Biblia que advierten contra el poder seductor de las riquezas. En Dt. mismo, tenemos 6:10-12; 8:11-14,17-18. En la literatura de sabiduría, tenemos Prov. 30:8b-9. (Véanse también Sal. 62:10b; Ecles. 2:18-26; 4:4-8; 5:10,12.) En las enseñanzas de Jesús, hay pasajes como Mat. 6:19-21 (Luc. 12:32-34); Mat. 6:24 (Luc. 16:13); Mat. 6:25-34 (Luc. 12:22-31); Mat. 19:21-22 (Mar. 10:17-23; Luc. 18:18-23); Mat. 19:23-26 (Mar. 10:24-27; Luc. 18:24-27); Luc. 12:13-21; 16:19-26. En las cartas de Pablo, véanse Ef. 5:5 y 1 Tim. 6:6-11,17-19. Véase también Apoc. 3:17. ¿Qué haremos entonces con los pasajes de Dt. que prometen la prosperidad material, la salud, y el éxito? ¿Acaso la Biblia se contradice a sí misma? 1. Las leyes de Dt. (y de todo el Pentateuco) revelan principios generales verdaderos que, cuando se ponen en práctica, generalmente tienden a producir salud, estabilidad, bienestar, y prosperidad. El guardar las leyes de limpieza evita muchas enfermedades (Éx. 15:26); la observancia de las leyes de reposo para la tierra ayuda a mantener el suelo fértil y productivo tras el tiempo; observar las leyes de reposo para las personas guarda la salud física y emocional; guardar las justas leyes civiles ayuda a formar una sociedad de confianza mutua, donde no hay fraude ni engaño ni opresión; observar las leyes de libertar a los esclavos, devolver los terrenos, y proteger a los débiles evita los problemas de la profunda pobreza y la opresión de los pobres por los ricos. 2. Las promesas de Dt. son para el PUEBLO ENTERO de Dios, no para cada individuo por separado. Cuando todo el pueblo observa las leyes de Dios, el resultado es una sociedad estable, fuerte, y próspera. Sin embargo, si la sociedad en general no observa estas leyes, varios individuos sufrirán las consecuencias de la avaricia, la opresión, y el engaño de otros, aunque ellos mismos sean personas íntegras y fieles a Dios. La Biblia siempre ve al hombre en comunidad; lo que pasa en la comunidad afecta a los individuos que componen la comunidad. Véase Dt. 29:18-19, especialmente en la VP. Un varón rebelde llega a ser una raíz que produce hiel y ajenjo, que hace amarga la vida de muchos otros también. Véase también Jue. 7, donde el pecado de un individuo, Acán, causó la derrota de todo el pueblo. Debemos entonces interpretar estos pasajes a la luz del énfasis bíblico sobre toda la comunidad, y no en el contexto individualista que nosotros tenemos hoy día. -43-

3. Como principios generales, entonces, las promesas son válidas, pero debemos tener mucho cuidado de no aplicar siempre las promesas a cada individuo de una manera rígida y mecánica.

INTRODUCCIÓN GENERAL A LOS LIBROS HISTÓRICOS I. LUGAR EN EL CANON Nosotros consideramos todos los libros de Josué, Jueces, Rut, Samuel, Reyes, Crónicas, Esdras, Nehemías, y Ester como libros históricos por su contenido. Pero los judíos llamaron los libros de Josué, Jueces, Samuel y Reyes los profetas anteriores. (Los libros de Rut, Crónicas, Esdras-Nehemías, y Ester se contaron entre los escritos.) ¿Por qué llamaron los libros de Josué, Jueces, Samuel, y Reyes profetas? A. Historias de profetas. Estos libros contienen muchas historias de los profetas de Israel. Josué nunca es llamado un profeta, pero cumple las funciones de uno, porque predica (Jos. 23—24) y hace predicciones (Jos. 6:26; 23:16). Débora se llama una profetisa en Jue. 4:4. Samuel es llamado un profeta varias veces (véase especialmente 1 Sam. 3:20). Gad (1 Sam. 22:5; 2 Sam. 24:11-14) y Natán (2 Sam. 7:2-17; 12:1-25) eran profetas durante la vida de David. Los libros de Reyes mencionan a los profetas Ahías silonita (1 Rey. 11:26-40; 14:1-18); Semaías (1 Rey. 12:21-24), Jehú hijo de Hanani (1 Rey. 16:1-7,12); Micaías (1 Rey. 22:5-28); Elías (1 Rey. 17 — 2 Rey. 2); Eliseo (2 Rey. 2:1—10:28; 13:14-25); Jonás (2 Rey. 14:25); Isaías (2 Rey. 18:13—20:19); y la profetisa Hulda (2 Rey. 22:12-20). Además, se mencionan varios profetas no nombrados en Jue. 6:8-10; 1 Sam. 2:27-36; 1 Rey. 13:1-32; 20:1-43; 2 Rey. 9:1-13. B. Profetas como historiadores. Muchos de los historiadores en Israel se llaman profetas y/o videntes. Los profetas Samuel (1 Crón. 29:29); Natán (1 Crón. 29:29; 2 Crón. 9:29); Gad (1 Crón. 29:29); Ahías (2 Crón. 9:29); Iddo (2 Crón. 9:29; 12:15; 13:22); Semaías (2 Crón. 12:15); Jehú (2 Crón. 20:34); e Isaías (2 Crón. 26:22; 32:32) se mencionan en Crónicas como fuentes de información. C. La voz profética de la historia. Se ha dicho que “La historia habla con voz profética” porque la historia nos revela el carácter y los propósitos de Dios. Los libros de Josué, Jueces, Samuel, y Reyes forman lo que ha sido llamado la historia deuteronómica de Israel, porque interpreta la historia de Israel desde el punto de vista de Deuteronomio. Este libro dice que la obediencia del pueblo trae bendiciones, y la desobediencia trae problemas, derrotas, y opresión. Entonces la historia sirve para ilustrar los sermones de los profetas, porque los grandes profetas, desde Moisés y Samuel hasta los últimos, predicaron la necesidad de obedecer a Jehová. Además, muchos intérpretes creen que había un grupo, llamado la escuela deuteronómica, que escribió estos libros (o por lo menos los editó en su forma final). Creen que los miembros de esta escuela eran profetas influidos profundamente por las enseñanzas del libro de Deuteronomio. Se interesaban en la historia porque encontraron en la historia evidencias de que Dios estaba obrando para llevar adelante su plan y propósito. D. Historia profética e historia sacerdotal. Por todas las razones expuestas arriba, vemos que los libros de Josué, Jueces, Samuel y Reyes forman una historia profética del pueblo de Israel desde su entrada en la tierra prometida hasta el exilio en Babilonia. Eso es, presentan una historia interpretada desde la perspectiva profética. Los libros de Crónicas, Esdras y Nehemías presentan una historia sacerdotal. Además de provenir de un período histórico más tardío y seguir la historia de Judá después del exilio, tienen un enfoque diferente. Dan una historia interpretada desde la perspectiva de los sacerdotes y levitas. Estos libros enfatizan al pueblo como una comunidad de adoradores más que una nación o imperio geopolítico. Enfatizan a David y otros buenos reyes de Juda como líderes espirituales más que reyes seculares. Prestan atención especial al templo, el arca, los sacrificios y todas las actividades de los sacerdotes y levitas. Demuestran más interés en estadísticas, en leyes y en todo relacionado con la adoración de Jehová. Reconociendo estas -43-

diferencias, los rabinos asignaron estos libros a la tercera división del canon, los escritos, en vez de a la división de los profetas. II. NATURALEZA DE LA HISTORIA HEBREA A. CONCEPTO LINEAR de la historia. Los israelitas “descubrieron que los acontecimientos históricos … eran una corriente que se dirigía a un destino determinado” (Fco, 72). Vieron la historia humana como el área donde Jehová se manifiesta, a través de obras maravillosas y comunes, para llevar a cabo su plan y propósito. La historia humana entonces tiene un fin, una meta: la realización de la voluntad de Dios. En esto, los israelitas se distinguen de los otros pueblos del mundo antiguo por tener un concepto linear de la historia (la historia como una línea hacia una meta). Los otros pueblos tenían un concepto circular de la historia – todo es un ciclo que se vuelve a repetir muchas veces; por eso, los acontecimientos no tienen significado. Los otros pueblos basaban su religión en el ciclo repetido de la naturaleza; los hebreos, en las grandes obras de Dios en la historia. B. HISTORIA INTERPRETADA. Fco (72) dice que los hebreos fueron el primer pueblo en el mundo antiguo en poseer un sentido de historia. No sólo compilaron datos históricos (eso sería una crónica, no una verdadera historia). Los profetas de Israel interpretaron los eventos, viendo relaciones de causa y efecto entre el comportamiento del pueblo y las consecuencias. Por eso, la historia bíblica es una historia interpretada. No sólo narra los acontecimientos, sino que intenta demostrar su significado. C. HISTORIA SUBJETIVA. La historia bíblica es interpretada desde el punto de vista de que Jehová está actuando a través de los eventos para llevar a cabo su propósito. La Biblia interpreta que cuando Israel sufrió opresión por los enemigos, era porque Dios estaba castigando al pueblo por su desobediencia, aunque otros pueblos en el mundo antiguo interpretaron que ellos lograron dominar a Israel por el poder de Quemos o Marduc, y muchos historiadores modernos interpretan que todo esto pasó por causas seculares, como armas superiores. La única “prueba” de que la interpretación de los profetas de Israel era correcta es la prueba de la historia misma: la adoración de Jehová sobrevive aun hoy, mientras la adoración de Quemos y Marduc, no. A la luz de esta interpretación entonces, los historiadores israelitas no intentaron solamente informar; querían influir las acciones de los hombres para producir obediencia a Jehová (véase Punto I.C. arriba.) Por eso, la historia bíblica es subjetiva en contraste con la historia moderna, que intenta relatar los eventos de una manera muy objetiva. D. HISTORIA SELECCIONADA. Los historiadores bíblicos seleccionaron los eventos que demuestran su interpretación de la historia, y omiten muchos otros acontecimientos. Dicen muy poco de los grandes eventos en otras naciones, y eso sólo cuando esos eventos tocan al pueblo de Dios. No mencionan muchos eventos políticos y militares dentro de Israel porque no son importantes para el propósito del historiador bíblico, aunque son de mucho interés para los historiadores modernos. Por ejemplo, políticamente Omri era un rey muy importante de Israel, pero la Biblia habla muy poco de él. Habla más de las viudas que ayudaron a Elías y Eliseo, que el mundo no reconoció. E. HISTORIA ESPIRITUAL. El principio de la selección es espiritual. Los eventos son importantes para los historiadores bíblicos si ilustran principios espirituales, no militares, políticos, o económicos. La historia bíblica es la historia de los propósitos divinos, no humanos. F. NO HISTORIA FABRICADA O INVENTADA. Los historiadores seleccionaron los eventos que relatan, pero no los inventaron. Trabajaron cuidadosamente, usando fuentes contemporáneas con los eventos mismos. El hecho de que la historia sea interpretada, subjetiva, y espiritual no niega la veracidad de la historia. Creemos que es una historia verídica y confiable, y esta creencia viene siendo apoyada más y más por la arqueología moderna. -44-

EL LIBRO DE JOSUÉ I. TÍTULO Y CONTENIDO A. Título. El libro toma el nombre de su personaje principal. Josué significa “Jehová es salvación”. (Jesús es la forma neotestamentaria del nombre Josué.) B. Contenido. Relata la conquista de Canaán (caps. 1—12), la repartición de la tierra prometida (caps. 13— 22), y los discursos finales de Josué (caps. 23—24). II. AUTOR Josué es el héroe, o el personaje principal del libro, pero no dice en ningún lugar que él sea el autor del libro. Hay varias evidencias de que Josué no es el autor de la versión final del libro (véase el Punto III.B abajo), aunque bien puede ser que era el autor de un relato de las batallas, y que tal relato era una fuente empleada en la compilación del libro. Es obvio que el autor (o editor final) hizo uso de algunas fuentes. Se cita el Libro de Jaser en 10:13. Pero como quiera que fuera el proceso de compilación y el número de fuentes usadas, hay que recalcar los hechos de la inspiración divina del libro y de su veracidad y autoridad. El autor (o quizá mejor el editor) del libro en su forma final se desconoce. Muchos creen que un miembro de la escuela de los historiadores deuteronómicos puso el libro en su forma actual. III. FECHA A. Evidencias de fuentes contemporáneas con los eventos descritos. Muchos relatos tienen tantos detalles gráficos que deben venir de testigos oculares, quizá de Josué mismo. Jerusalén es todavía una ciudad de los jebuseos en 15:63. Este relato por lo menos debe venir de una fecha antes de la captura de Jerusalén por David, c. 1000 a.C. (véase 2 Sam. 5:7-9). Gezer es todavía una ciudad cananea en 16:10. Este relato por lo menos debe venir de una fecha antes de c. 950 a.C. cuando Salomón recibió la ciudad de Gezer como regalo de bodas del faraón (1 Rey. 9:16). B. Evidencias de composición después de la muerte de Josué. Se relata la muerte de Josué en 24:2930. El relato de la conquista de Hebrón en 15:13-14 parece venir del período después de Josué a la luz de Jue. 1:10,20. C. Fecha de la composición final. Fco (p. 74) dice que el libro se escribió durante la monarquía, aunque muchos dirían antes de la división del reino que aconteció c. 931 a.C., después de la muerte de Salomón. IV. BOSQUEJO DEL LIBRO DE JOSUÉ I. La conquista de Canaán, 1:1—12:24 A. Preparativos para la conquista, 1:1—5:15 1. Comisión de Josué, 1:1-9 2. Preparativos para cruzar el Jordán, 1:10-18 3. Los espías mandados a Jericó, 2:1-24 4. El PASO DEL JORDÁN, 3:1-17 5. El memorial del paso, 4:1—5:1 6. Preparación espiritual para la guerra santa, 5:2-15 B. Las campañas de la conquista, 6:1—12:24 1. La campaña central: JERICÓ, Hai, y la renovación del pacto cerca de Siquem, 6:1—8:35 2. La campaña del sur, 9:1—10:43 3. La campaña del norte, 11:1-15 4. Resumen de las conquistas de Josué, 11:16-23 5. Lista de reyes derrotados, 12:1-24 -45-

II. División de la tierra, 13:1—22:34 A. Tierra en Canaán aun sin conquistar, 13:1-7 B. Tierra distribuida por Moisés al lado oriental del Jordán, 13:8-33 C. La repartición de Canaán, 14:1—19:51 1. Repartición de Canaán por suerte entre las nueve tribus y media occidentales, 14:1-5 2. Territorio de Judá, 14:6—15:63 3. Territorio de las tribus de José (Efraín y Manasés occidental), 16:1—17:18 4. Territorio de las demás siete tribus occidentales, 18:1—19:51 D. Ciudades de refugio y de los levitas, 20:1—21:45 E. Regreso de las tribus orientales y el altar junto al Jordán, 22:1-34 III. Discursos finales y muerte de Josué, 23:1—24:33 A. Primer discurso: exhortación a la obediencia, 23:1-16 B. Segundo discurso: despedida de Josué y la renovación del pacto, 24:1-28 C. Muerte y sepultura de Josué y Eleazar, 24:29-33 V. PASAJES SIGNIFICATIVOS 1:5-9 “No te dejaré, ni te desampararé” (véase Heb. 13:5) 2:9-13 La fe de Rahab (véanse Heb. 11:31; Stgo. 2:25) 6:20 La caída de Jericó (véase Heb. 11:30) 7:1-26 Pecado y castigo de Acán 21:43-45 Dios cumplió sus promesas de entregarle a Israel la tierra prometida 24:14-15 “Yo y mi casa serviremos a Jehová” VI. TEMAS Y ENSEÑANZAS IMPORTANTES EN EL LIBRO DE JOSUÉ A. La seguridad de la presencia de Dios da ánimo para enfrentar las batallas. Dios sabe que la tarea de conquistar la tierra es grande y abrumadora, pero anima a Josué con la promesa de que Él estará continuamente con Josué, Jos. 1:5-9. Cuando tenemos que enfrentar grandes desafíos y problemas en el nombre de Dios, podemos hacerlo con la confianza de que Jehová estará siempre con nosotros. (Compárese Mat. 28:18-20.) B. La verdadera fe produce un compromiso con Dios que se demuestra en acciones. Véase Jos. 2:9-13. La fe de Rahab fue imperfecta y demuestra su interés en salvar su propia vida. Sin embargo, ella llega a la convicción de que Jehová es el verdadero Dios, y al creer esto, actúa en base de esta convicción. Busca una manera de alinearse con Jehová, y por eso, recibe y esconde a los espías. Dios honra esa fe. Actuando sobre la base de su fe, ella no sólo salva su vida (y la de sus familiares), sino que llega a formar parte del pueblo de Dios (Jos. 6:22-25). Además, llega a ser ascendiente del rey David y de Jesucristo (Mat. 1:5-6). Dios hace todo esto a pesar de su trasfondo como una ramera. Así demuestra la doctrina neotestamentaria de que la salvación es por la gracia de Dios que opera a través de la fe, y no por buenas obras (Ef. 2:8-9). Pero también demuestra la doctrina de que la verdadera fe se expresa en buenas obras (Ef. 2:10; Stgo. 2:18-20,25-26). C. El éxito depende de la obediencia a la voluntad de Dios. Josué y el pueblo demuestran su fe por su obediencia a las instrucciones de Dios en cruzar en Jordán (Jos. 3:1-17) y en rodear la ciudad de Jericó (Jos. 6:1-27). Hacen esto a pesar de que las instrucciones de Dios no parecen tener sentido. Dios honra su fe y obediencia con éxito en cada caso, como prometió en Jos. 1:7 -8. No importa cuán altas estén las aguas o cuán fuertes sean los muros, cuando dependemos de Dios y no de nosotros mismos, y cuando obedecemos a Dios, Él pelea por nosotros con su poder sobrenatural y nos da la victoria. -46-

D. La desobediencia trae la derrota. Véase Jos. 7:1-26. En contraste con la gloriosa victoria frente a Jericó, el pueblo sufrió una derrota vergonzosa frente a la pequeña ciudad de Hai. La razón fue la desobediencia (véase especialmente 7:10-13). La desobediencia todavía nos roba del poder de Dios. Mientras toleramos el pecado dentro del pueblo de Dios, tampoco podremos hacer frente a nuestros enemigos. Debemos santificarnos si queremos experimentar el poder de Dios (Jos. 3:5; 7:13). E. Debemos buscar la dirección de Dios en todas las decisiones. Los israelitas fueron engañados por la astucia de los gabaonitas porque no consultaron a Jehová (Jos. 9:1-27; nótese especialmente el v. 14). Nosotros también vamos a errarnos y ser engañados si juzgamos por las apariencias. Es imprescindible que aprendamos a buscar la dirección de Dios en relación con toda decisión que hemos de tomar. F. Dios es Soberano sobre su creación. En Jos. 10:12-14 vemos que una vez más Jehová interviene en el orden creado para ayudar a su pueblo. Aunque hay diferentes interpretaciones en cuanto a cómo Dios actuó, el relato demuestra que Jehová es Señor soberano de la naturaleza. G. La necesidad de una decisión personal de comprometerse con Dios. Como Moisés antes (Dt. 30:15-20), Josué desafía a los israelitas para que tomen una decisión personal de comprometerse con Jehová como su único Dios, Jos. 24:14-15. No sólo les desafía, sino que pone el ejemplo él mismo, declarando claramente que él y su familia están decididos a adorar y seguir a Jehová. Nuestro testimonio puede animar a otros a entregarse también a Dios. H. La fidelidad de Dios en cumplir sus promesas. Véase Jos. 21:43-45. En entregar la tierra de Canaán al pueblo de Israel, Jehová cumplió sus promesas a los patriarcas y a sus descendientes. Aunque tarda a veces según nuestra manera de contar el tiempo, Dios siempre cumple sus promesas. I. Las consecuencias negativas de una obediencia incompleta. Israel no cumplió toda la tarea que Dios le dio de conquistar toda la tierra y de exterminar o echar fuera a todos sus habitantes. Véanse Jos. 13:1-6; 15:63; 16:10; 17:12. Porque no obedecieron completamente los mandatos del Señor, los israelitas fueron oprimidos por varios de estos pueblos. A veces nosotros nos cansamos de pelear contra los pecados y malos hábitos en nuestras vidas en vez de seguir luchando hasta que consagremos toda nuestra vida completamente a Dios, y así perdemos grandes bendiciones que Dios tiene para nosotros. (Véase las enseñanzas del libro de Jueces, letra A.) NOTA SOBRE EL PROBLEMA MORAL DE LA CONQUISTA Varias veces en la conquista de Canaán, la Biblia dice que los israelitas mataron a todos los habitantes de las ciudades que conquistaron – hombres y mujeres, jóvenes, niños y ancianos (véanse Jos. 6:21; 8:24-26; 10:28-39; 11:10-12). Esto es un escándalo para muchos lectores modernos, porque lo ven como una atrocidad cruel, inhumana, e incomprensible para el pueblo de Dios. Tenemos que recordar que esta práctica era algo común en el mundo antiguo; por eso, no debemos juzgar a los israelitas antiguos según las normas e ideas modernas. Fco (75) observa que “No se puede exigir a estos antiguos guerreros que tuviesen este concepto cristiano de amor fraternal y universal que tan pocos de nosotros hemos alcanzado hoy en día”. Pero hay otro problema más profundo. Los israelitas hicieron esto porque estaban convencidos que era la voluntad de Dios. ¿Cómo es que el mismo Dios que es el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, un Dios de amor y gracia, puede mandar la exterminación de una población entera, incluyendo mujeres y niños que nosotros consideramos inocentes? Algunos consideran que Dios nunca realmente mandó tal cosa; que Israel sólo creía que era la voluntad de Dios. Señalan que Israel todavía estaba en una etapa muy primitiva en su entendimiento de Dios, y que quedaba para épocas posteriores la capacidad de recibir la revelación progresiva de que Jehová es un Dios de amor, que ama a todos los pueblos de la tierra. El NCB (Intro a Josué, “El -47-

Problema Moral de las Guerras de Israel”) acepta la realidad de la revelación progresiva, pero dice que no podemos creer que una revelación posterior contradiga abiertamente una revelación anterior. Dice que Dios sí puede revelarse de una manera progresiva, pero tiene que ser una revelación consecuente para tener validez. Si Dios se acomodó al nivel espiritual de Israel para mandar la destrucción de los cananeos y sólo después reveló su amor para todos los pueblos, parece que enfrentamos una contradicción. Si es que Dios realmente no mandó la destrucción de los cananeos, nos enfrentamos con el problema de que la Biblia dice repetidamente que Dios sí la mandó (Éx. 23:23-24; Dt. 7:1-2; 20:1617; Jos. 11:12) cuando no fue así según esta interpretación. Si decimos que los escritores bíblicos se equivocaron en discernir la voluntad de Dios en este punto, ¿cómo podemos estar seguros que tienen razón en otros puntos? La Biblia misma indica dos razones por las cuales Dios mandó la destrucción completa de los cananeos. Una es que estaba usando a Israel para ejecutar su juicio sobre los cananeos. Como Fco (75) dice, eran los verdugos de Dios. Seguramente Dios amaba a los cananeos y los llamaba a dejar sus pecados (véase Gén. 15:16), pero obviamente no respondieron. Al fin, su maldad llegó a su colmo, y Dios tuvo que juzgarlos. Lev. 28:24-28 y Dt. 9:4-5 indican que las abominaciones de los cananeos eran tan terribles que contaminaron la tierra; por eso, tenían que ser eliminados. La segunda razón era para proteger a Israel contra la contaminación por las prácticas de los cananeos. Varias de las costumbres de los cananeos, aunque abominables para Dios, eran atractivas para los israelitas. Dios no quería que estas prácticas contaminaran ni la vida ni el culto del pueblo que Él había elegido para bendecir al mundo entero. Por eso, había que eliminar totalmente a estos pueblos y no tener ningún contacto con ellos (véanse Éx. 23:24,32-33; 34:11-16; Núm. 33:52-56; Dt. 7:1-5; 20:16-18). Por no obedecer en eso, Israel sí participó en los pecados de los cananeos (Dt. 20:18) y recibió el mismo juicio de Dios (Núm. 33:56). La Biblia, en el N.T. como el A.T., enseña que Dios es un Dios de santidad y de justicia, además de un Dios de amor. Nunca debemos olvidar eso.

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EL LIBRO DE JUECES I. TÍTULO Y CONTENIDO A. Título. La palabra shopetim (jueces) se refiere a las personas levantadas por Dios para librar a Israel de sus enemigos y para juzgar (ejecutar el juicio de Dios), pero no para reinar. Véase NCB, Intro. B. Contenido. Describe la desorganización política y el decaimiento espiritual del pueblo de Israel durante el período entre la conquista bajo Josué y el ministerio de Samuel, quien inauguró la monarquía. Los caps. 3—16 presentan las historias de los varios jueces (libertadores) que Dios levantó durante este período en respuesta al clamor del pueblo. II. AUTOR Y COMPOSICIÓN LITERARIA La tradición judía atribuye el libro a Samuel, pero realmente no sabemos quién era el autor, porque el libro en sí es anónimo. Muchos creen que un editor de la escuela de los historiadores deuteronómicos puso el libro en su forma final. (Véase el Punto III. C. abajo.) Como en el caso de Josué, parece que Jueces es el resultado de un proceso de compilación en que un autor (o editor) usó fuentes antiguas para dar la forma final al libro. Muchas de estas fuentes pueden haber sido contemporáneas con los eventos descritos y escritas por testigos oculares. Hay que enfatizar que este proceso de compilación y el uso de fuentes no niega de ninguna manera la inspiración divina, la veracidad, ni la autoridad del libro. III. FECHA A. Fecha de las fuentes. “Todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en Silo” (18:31) implica que la casa de Dios ya no está en Silo cuando el autor escribe. Esto sugiere que este relato se escribió después de la destrucción de Silo (aparentemente por los filisteos), c. 1050 a.C. La mención en 1:21 de que los jebuseos todavía habitaban en Jerusalén indica que este relato viene del período antes de la conquista de Jerusalén por David, c. 1000 a.C. (compárense Jos. 15:63 y Jue. 1:21 con 2 Sam. 5:79). La referencia en 1:29 a que los cananeos todavía habitaban en Gezer significa que este relato viene de una fecha antes de que Salomón se casara con la hija del faraón de Egipto, c. 950 a.C. (compárense Jos. 16:10 y Jue. 1:29 con 1 Rey. 9:16). Parece que podemos asignar varios relatos al período entre 1050 y 1000 a.C., que sería la época de Samuel y Saúl, y hasta los primeros años del reinado de David. (Véase NCB, Intro, “Fecha y Composición”). B. Fecha de la composición del libro. Referencias como 17:6; 18:1; 19:1; 21:25 (“en aquellos días no había rey en Israel”) implican que ya había rey sobre Israel cuando el autor escribe. Esto demanda por lo menos una fecha durante los días de Saúl o David, y quizá después. Fco (78) asigna una fecha en los días del reino unido, probablemente durante el reinado de Salomón (c. 970-931 a.C.) o quizá un poco después. La referencia en 18:30 al “cautiverio” de la tierra ha sido interpretada de varias maneras. AG (82) la aplica a “alguna servidumbre contemporánea”. Quizá se refiere a la opresión por los filisteos a la luz de 18:31 y Sal. 78:60-61, donde la misma palabra “cautiverio” se usa en relación con la destrucción de Silo por los filisteos c. 1050 a.C. Así el libro puede venir de una fecha temprana. Bruce en NCB aplica la referencia de 18:30 al cautiverio de Israel por Asiria, empezando con una deportación de la gente en 732 a.C. Esto demandaría una fecha mucho más tardía para el libro. Algunos han aplicado 18:30 al cautiverio babilónico de Judá, después de 587, pero una fecha tan tardía para el libro parece muy poco probable. C. Fecha de la edición final del libro. Muchos creen que “el libro de la ley” que se descubrió en el templo en 621 a.C. motivó a un grupo de profetas a editar toda la historia de Israel para demostrar el cumplimiento histórico del principio expuesto en Deuteronomio de que la obediencia a Jehová trae bendiciones y la desobediencia trae derrota y opresión. Llaman entonces los libros de Josué, Jueces, Samuel y Reyes la “historia deuteronómica” de Israel. Parece que los profetas de la “escuela” deuteronómica simplemente pusieron estos libros en su forma final. (Véase NCB, Intro.) -49-

IV. BOSQUEJO DEL LIBRO DE JUECES I. Introducción histórica y teológica al período de los jueces, 1:1—3:6 A. Conquistas locales por las tribus y ciudades no tomadas, 1:1-36 B. Reprensión del pueblo por el Ángel de Jehová en Boquim, 2:1-5 C. Muerte de Josué, 2:6-10 (véase Jos. 24:29-31) D. El ciclo repetido del período de los jueces, 2:11-19 1. Apostasía, 2:11-13 2. Opresión por enemigos, 2:14-15 3. Clamor a Jehová (véase 2:18b) 4. Liberación, 2:16 5. Vuelta a la apostasía, 2:17-19 E. Naciones dejadas en la tierra como castigo de Dios por la desobediencia del pueblo, 2:20— 3:6 II. Historias de los jueces, 3:7—16:31 A. Liberación de Cusán-risataim por Otoniel, 3:7-11 B. Liberación de Moab por Aod, 3:12-30 C. La proeza de Samgar contra los filisteos, 3:31 D. Liberación de Jabín, rey de Hazor, por DÉBORA y Barac, 4:1—5:31 E. Liberación de los madianitas por GEDEÓN, 6:1—8:35 F. Reinado de Abimelec en Siquem, 9:1-57 G. Los jueces menores Tola y Jair, 10:1-5 H. Liberación de los amonitas por Jefté, 10:6—12:7 I. Los jueces menores Ibzán, Elón, y Abdón, 12:8-15 J. Liberación de los filisteos por SANSÓN, 13:1—16:31 III. Dos historias que ilustran las condiciones durante la parte temprana del período de los jueces, 17:1—21:25 A. Micaía y su levita que llega a ser sacerdote de la tribu de Dan, 17:1—18:31 1. Las imágenes y el levita de Micaía, 17:1-13 2. El levita llevado en la migración de la tribu de Dan, 18:1-31 B. La atrocidad en Gabaa y sus consecuencias, 19:1—21:24 1. La violación de la concubina del levita en Gabaa, 19:1-30 2. La guerra contra Benjamín, 20:1-25 3. La preservación de la tribu de Benjamín, 21:1-24 C. Conclusión, 21:25 V. PASAJES SIGNIFICATIVOS 2:11-19 El ciclo repetido de Apostasía, Opresión, Clamor a Jehová, Liberación, y Vuelta a la apostasía. Este pasaje es clave para la interpretación del libro, y revela la filosofía deuteronómica del autor de que la obediencia trae bendiciones y la desobediencia trae opresión y sufrimiento. 6:36-40 La señal del vellón de Gedeón 7:1-25 La victoria de Gedeón 11:30-40 El voto necio de Jefté y sus consecuencias 16:20 Sansón no se dio cuenta que Jehová se había apartado de él 17:6; 21:25 No había rey en Israel y cada uno hacía lo que bien le parecía -50-

VI. TEMAS Y ENSEÑANZAS IMPORTANTES EN EL LIBO DE JUECES A. Los problemas que vienen como resultado de la obediencia incompleta a Dios. Los israelitas se establecieron en Canaán, pero no cumplieron la orden de Dios de eliminar a todos los habitantes anteriores de la tierra. Entonces los pueblos que quedaron llegaron a causar muchos problemas – militar, social, económica y espiritualmente – para los israelitas. Véase Jue. 1:21—2:5. A menudo estamos tentados a acomodarnos con el pecado, con malos hábitos y costumbres, etc. porque nos parece que costará demasiado atacar estas fortalezas del pecado. Cuando hacemos eso, cosecharemos las consecuencias de nuestra desobediencia y nuestra falta de compromiso con Dios. B. El peligro de la idolatría. Una y otra vez los israelitas abandonaron a Jehová y adoraron a los dioses de los otros pueblos. Véase Jue. 2:12-13. Aunque no adoramos hoy a estatuas de madera y piedra, todavía el mundo nos intenta seducir con ídolos como el dinero, la fama, el poder, la conveniencia, la aprobación del mundo, etc. Debemos cuidarnos siempre para que demos la prioridad sobre todo lo demás a Dios. C. La disciplina de Dios. Dios usó la opresión por pueblos enemigos para disciplinar a su pueblo desobediente. Así quería despertar a su pueblo para que se diera cuenta de su pecado y su necesidad de arrepentirse y volverse a Dios. Véase Jue. 2:14-15. Cuando parece que todo nos va mal, hay que examinar nuestras vidas para ver si estamos en pecado y estamos sufriendo la disciplina de Dios. D. La necesidad del arrepentimiento. Antes de experimentar la salvación de Dios, el pueblo debió arrepentirse sinceramente, abandonando su pecado y volviéndose a Dios. Confesar y llorar no bastan si no hay una verdadera disposición de comprometerse nuevamente con Dios. Véase Jue. 10:10-16. E. Dios usa a personas imperfectas. En su misericordia, Dios levantó a varias personas que sirvieron como libertadores. Aunque son héroes a causa de su valor y su fe en Dios, la Biblia habla claramente de varias fallas en sus vidas. No debemos usar eso para excusar el pecado en nuestras vidas, pero debe animarnos cuando recordamos que Dios todavía usa a personas consagradas a Él a pesar de su ignorancia, sus debilidades y sus limitaciones. F. La necesidad de la santidad. A pesar de que Dios usa a personas imperfectas, no continuará por mucho tiempo usando y bendiciendo a personas que no toman en serio su compromiso con Dios, jugando con el mundo y con el pecado en vez de apartándose para el uso exclusivo de Dios. La historia de Sansón ilustra este principio. Véase en Jue. 16:20 cómo Jehová abandonó a Sansón por su falta de obediencia y consagración tras un período extendido de tiempo. G. La necesidad de enseñar nuestra fe a la generación venidera. Una y otra vez Dios levantó a buenos líderes, y el pueblo andaba bien durante el ministerio de ellos. Pero al morir esos líderes, el pueblo pronto volvió al pecado. Indica que los padres y líderes no estaban cumpliendo con su responsabilidad de enseñar los mandatos de Dios. Los sacerdotes estaban responsables por enseñar la ley al pueblo (Lev. 10:9-11; Mal. 2:6-7), con la ayuda de los levitas (Dt. 33:8-10; 2 Cr. 17:8-9; 35:3; Neh. 8:9). Los padres tenían la responsabilidad de enseñar a sus propios hijos (véanse Dt. 4:9; 6:6-9; 11:18-19). Hoy, la iglesia y los padres comparten la gran responsabilidad de educar al pueblo en la Palabra de Dios. H. La necesidad de someternos al señorío de Dios, ejercitado a través de líderes espirituales. Había desorden, desorganización social y política, y decadencia moral y espiritual entre los israelitas porque cada uno hacía lo que bien le parecía (véanse Jue. 17:6; 21:25). No querían someterse a la autoridad de líderes espirituales; cada uno quería hacer su propia ley. El problema es que lo que parece bien a los hombres muchas veces no está bien delante de Dios. El hombre moderno tiene una fuerte tendencia de querer hacer su propia voluntad y no reconocer ni someterse a la autoridad de ninguno. Hay que guardar contra esta tendencia y someternos a la autoridad espiritual de líderes que demuestran que realmente caminan con Dios. -51-

NOTA SOBRE LOS PROBLEMAS MORALES DE LOS JUECES Aod mata a traición el rey Eglón (3:18-22). Jael mata a traición a Sísara (4:17-21), violando así todas las leyes de la hospitalidad. El cántico de Débora parece celebrar esta traición de Jael (5:24 -27) y el dolor de la madre de Sísara (5:28-30). Gedeón toma venganza contra sus conciudadanos (8:13-17) además de contra sus enemigos (8:18-21). También participa en prácticas idolátricas (8:24-27). Jefté sacrifica su hija a Dios (11:30-31,34-35,39). Sansón era un hombre sensual e inmoral (14:2-3; 16:1,4) además de ser vengativo (15:7-8; 16:28). ¿Cómo puede Dios usar a tales personas? Tenemos que recordar que los jueces eran hijos de su propia era, y no debemos juzgarlos por las normas que tenemos ahora en el N.T. Pero el libro de Jueces demuestra claramente que aun los “héroes” de esta edad caen muy corto de las demandas de la ley del A.T. Aparentemente, no se enseñaba bien la ley de Dios, porque vemos que Jefté creía que un sacrificio humano agradaría a Dios. Las acciones de Abimelec (9:4-5), los hombres de Dan (18:18-26), y los hombres de Gabaa (19:22-27) demuestran cuán bajas eran las normas morales en aquel entonces. Notemos dos cosas importantes en cuanto a todo esto. Primero, la Biblia nunca alaba a estos hombres y mujeres por estas acciones viles. Sólo se alaban por su fe (Heb. 11:32), su coraje, y su obediencia a Dios. La Biblia habla honestamente de las fallas aun de los grandes héroes de la fe, como Abraham, Jacob, Moisés, y David. Debemos estar agradecidos por esta honestidad, pero nunca debemos entender que la Biblia apruebe todo lo que hicieron estos hombres. En segundo lugar, Dios usa personas imperfectas como sus instrumentos para avanzar su propósito en el mundo. Si no fuera así, no habría ninguna esperanza para nosotros. Pero si Dios puede utilizar a personas imperfectas a pesar de sus fallas, entonces puede emplearnos a nosotros a pesar de nuestra ignorancia y nuestras limitaciones y fallas. (Por otro lado, no debemos usar eso como un pretexto para excusar prácticas en nuestras vidas cuando sabemos bien que son pecaminosas. Aun cuando hacemos la entrega más completa de nosotros mismos que sepamos hacer, quedan bastantes limitaciones en nuestras vidas que Dios tiene que superar.) NOTA SOBRE LA FECHA Y LA CRONOLOGÍA DEL PERÍODO DE LOS JUECES El libro de Jueces describe el período entre la conquista bajo Josué y el comienzo de la monarquía. La suma de todos los períodos mencionados en el libro de Jueces es 410 años. El problema es que esta cifra es demasiado alta. Aun siguiendo una interpretación literal de 1 Rey. 6:1, pasaron 480 años entre el éxodo y el comienzo de la edificación del templo en el cuarto año del reinado de Salomón. En este intervalo, tenemos los siguientes períodos de tiempo: Años Las andanzas en el desierto, Éx. 16:35; Núm. 14:33 ................... ....................40 La conquista bajo Josué, Jos. 11:18, “mucho tiempo” ................. ......................x Suma de los períodos mencionados en el libro de Jueces ........... ..................410 Ministerio de Elí, 1 Sam. 4:18 ...................................................... ....................40 Ministerio de Samuel, 1 Sam. 7:15, “todo el tiempo” ................. ......................y Reinado de Saúl, 1 Sam. 13:1; véase Hech. 13:21 ...................... ...................... z Reinado de David, 1 Rey. 2:11 ..................................................... ....................40 Hasta el cuarto año de Salomón, 1 Rey. 6:1 ................................ ..................... 4 Total de los períodos entre el éxodo y el templo ......................... x + y + z + 534 La cifra de 534 ya excede el total de 480 años de 1 Rey. 6:1, y los períodos desconocidos (x, y, z) podrían sumar a más de 100 años adicionales. La tradición hebrea asignó 40 años a la conquista bajo Josué, aunque si ya tenía 40 años en Núm. 13 cuando fue a reconocer la tierra, tendría como 78-80 años al entrar en Canaán, y su muerte a la edad de 110 (Jos. 24:29; Jue. 2:8) dejaría sólo algunos 30 años para su liderazgo de Israel en las campañas de la conquista. Hech. 13:21 asigna 40 años al reinado de Saúl, pero el texto actual del A.T. no da una cifra. La traducción correcta de 1 Sam. 13:1, según muchos eruditos, sería “Y Saúl reinó ___ y dos años” (véase BJ, nota). Aparentemente un número se perdió en -52-

la transmisión del texto. Lo largo del ministerio de Samuel se desconoce. Aun si consideramos el ministerio de Samuel como totalmente contemporáneo con el de Elí y el reinado de Saúl, podemos llegar fácilmente a una cifra de unos 600 años para intentar meter dentro de un período de 480 años. Por eso, muchos intérpretes creen que debemos tomar, en algunos casos por lo menos, los períodos de opresión y del liderazgo de los distintos jueces como simultáneos, en diferentes partes de la tierra, en vez de como consecutivos. Jue. 10:7 parece indicar que la opresión por los amonitas (18 años en 10:8) y la opresión por los filisteos (40 años en 13:1) coincidían en parte por lo menos. También, muchos llaman la atención al uso frecuente de 40 años, e interpretan que es un número redondo por una generación en vez de una cifra exacta.

INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE RUT I. TÍTULO, CONTENIDO Y FORMA LITERARIA A. Título. El libro toma el nombre de Rut, uno de sus personajes principales. El nombre es moabita, y no se sabe el significado. (Algunos sugieren “amistad”.) B. Contenido. Relata la historia de cómo Rut, una moabita, llega a ser parte del pueblo de Israel y ascendiente del rey David. C. Forma. El libro tiene la forma de una historieta. Reconocer esto no implica de ninguna manera una negación de la historicidad de los eventos relatados en el libro; sólo tiene que ver con la forma en que los eventos se presentan. El libro es una obra maestra de este género, bien relatado con mucho interés humano, suspenso, y un desenlace feliz. II. LUGAR EN EL CANON En nuestra Biblia, se encuentra después del libro de Jueces porque los eventos relatados se sitúan en el período de los jueces. No obstante, en el canon hebreo, el libro de Rut aparece en la tercera sección, en los Escritos. Es uno de los Cinco Rollos (Rut, Ester, Eclesiastés, Cantar de Cantares, y Lamentaciones). Era la costumbre de los judíos leer el libro de Rut en relación con la celebración de Pentecostés, aparentemente porque los eventos relatados acontecieron en la época de la cosecha y Pentecostés celebra la cosecha de granos. III. AUTOR Y FECHA A. Autor: Desconocido. B. Fecha. Algunos ven el propósito del libro como el de dar más información acerca del trasfondo del gran rey David y de demostrar cómo Dios cuida de los que confían en Él. Le asignan entonces una fecha algo después de la muerte de David, posiblemente durante el reinado de Salomón (970-931 a.C.). Muchos eruditos le asigna una fecha después del exilio, c. 400 a.C. o después. Entienden que el propósito del libro es expresar una protesta contra las medidas fuertes de Nehemías y Esdras en prohibir matrimonios con extranjeras (véanse Esd. 9—10; Neh. 13:23-27) y contra una actitud general de prejuicios contra los extranjeros en el período postexílico Algunos sugieren que la historia se escribió originalmente en los tiempos de la monarquía. Más tarde, en el período después del exilio, un editor posterior puso la historia en su forma final porque vio que sirvió el propósito mencionado arriba. -53-

I. II. III. IV.

IV. BOSQUEJO La vuelta a Belén: la lealtad de Rut, 1:1-22 La lucha para ganar la vida: la bondad de Booz, 2:1-23 El reclamo de la ayuda del pariente: la acción atrevida de Rut, 3:1-18 La redención llevada a cabo: la providencia de Dios, 4:1-22

V. TEMAS/ENSEÑANZAS IMPORTANTES A. El amor universal de Dios. Aunque fue necesario proteger a Israel contra la idolatría de otros pueblos, Dios ama a todos los pueblos. Su propósito es de bendecir a todas las naciones a través de Israel (Gén. 12:1-3). Dios quiere la conversión de los otros pueblos, no su destrucción. A pesar de pasajes exclusivos como Dt. 23:3, Dios acepta a Rut porque ella se convierte sinceramente a la adoración de Jehová. No sólo es aceptada por Dios, sino que llega a ser una ascendiente del rey David (y aun de Jesucristo). El libro entonces tiene un mensaje misionero, que podemos ver aun más claramente ahora a la luz del N.T. B. El cuidado providencial de Dios a favor de los mansos y fieles. Dios se interesa por los problemas de los humildes y actúa para cuidar de ellos. C. Dios como el go'el (pariente-redentor) de su pueblo. Lo que Booz hace por Rut y Noemí (actuar como su redentor) es lo que Dios hace por su pueblo. Para ser redentor, uno tenía que ser un pariente cercano. A la luz del N.T., ahora podemos ver cómo Dios se identificó con nosotros en Jesucristo para poder redimirnos del pecado (véase Heb. 2:14-18). VI. PASAJE CLAVE 1:16 No me ruegues que te deje … Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.

INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS DE SAMUEL I. TÍTULO, CONTENIDO, Y LUGAR EN EL CANON A. Título. Estos libros, que eran uno sólo en el canon hebreo, toman su nombre del profeta Samuel (que significa “¿pedido de Dios?”). Samuel es el hombre clave del período descrito en los libros porque ungió tanto a David como a Saúl. B. Contenido. Relatan la transición del desorden del período de los jueces a la cumbre gloriosa alcanzada al fin del reinado de David. Relatan las historias del ministerio de Samuel (1 Sam. 1—7); el reinado de Saúl (1 Sam. 8—15); las relaciones entre Saúl y David (1 Sam. 16—31); y el reinado de David (2 Sam. 1—24). Además de los triunfos de David, relatan su gran pecado, sus problemas familiares y las sublevaciones durante su reinado. C. Lugar en el canon. El libro de Samuel es el tercero de los Profetas Anteriores (después de Josué y Jueces). Nosotros lo clasificamos como un libro de historia, pero hay que recordar que es historia interpretada desde el punto de visto profético. Véase la Introducción a la Historia Profética. II. AUTOR, FECHA Y COMPOSICIÓN LITERARIA A. Autor. Es desconocido. Aunque la tradición judía atribuía el libro a Samuel, es imposible que él fuera el autor. La muerte de Samuel se relata en 1 Sam. 25:1, pero el mismo estilo y propósito siguen a través de todo el resto de la obra (que incluye nuestro libro de 2 Samuel). 2 Sam. 5:5 da un resumen de todo el reinado de David (40 años), y Samuel murió antes del comienzo de su reinado. Además, hay pasajes como 1 Sam. 27:6 que mencionan los reyes de Judá, reflejando un punto de vista después de la división de la nación en los dos reinos de Israel y Judá, que siguió la muerte de Salomón (931 a.C.). -54-

B. Fecha. La fecha de la obra tiene que ser entonces después de la muerte de Salomón, quizá varios años después por la referencia a los reyes (plural) de Judá. NCB sugiere que la primera edición de la obra se escribió algo después de la división del reino, y que después de la destrucción de Jerusalén en 587 a.C. había una revisión o edición final de toda la historia deuteronómica (Josué, Jueces, Samuel, Reyes). C. Composición. La obra es una composición que usa varias fuentes. Samuel probablemente escribió un relato de su propia vida y ministerio. Una historia de los eventos durante la vida errante de David puede haber sido escrita por Gad o Abiatar (1 Sam. 22:5,20-23). Según 1 Cr. 29:29, había relatos de eventos durante la vida de David escritos por los profetas Samuel, Natán, y Gad. Había crónicas oficiales de la corte de David; véanse 1 Cr. 27:24; 2 Sam. 8:16-17. El último pasaje menciona a Josafat y Seraías, quienes mantuvieron archivos. El Libro de Jaser se cita en 2 Sam. 1:18 como fuente de la elegía de David por Saúl y Jonatán. Queremos recalcar que las fuentes usadas son fidedignas. Muchas vienen de testigos oculares de los eventos que relatan, o por lo menos del período contemporáneo de los eventos. A pesar del uso de varias fuentes, la forma final del libro demuestra una unidad de estilo y de propósito que indica el trabajo de un autor o editor de toda la obra.

I.

II.

III.

IV.

V.

III. BOSQUEJO DE LOS LIBROS DE SAMUEL La vida temprana y el ministerio de SAMUEL, 1 Sam. 1:1—7:17 A. Nacimiento de Samuel y su niñez con Elí, 1 Sam. 1:1—3:21 B. La batalla de Afec y sus consecuencias desastrosas, 1 Sam. 4:1—7:2 C. El ministerio de Samuel como juez y profeta, 1 Sam. 7:3-17 El reinado de SAÚL hasta ser desechado, 1 Sam. 8:1—15:35 A. El clamor popular por un rey y la coronación de Saúl, 1 Sam. 8:1—12:25 B. Las guerras de Saúl y su rechazo por Dios, 1 Sam. 13:1—15:35 Relaciones entre Saúl y DAVID, 1 Sam. 16:1—31:13 y 2 Sam. 1:1-27) A. El ungimiento de David y su alza a la prominencia, 1 Sam. 16:1—20:42 B. David como fugitivo dentro de Israel, 1 Sam. 21:1—26:25 C. David entre los filisteos y la muerte de Saúl, 1 Sam. 27:1—31:13; 2 Sam. 1:1-27 El reinado de David hasta su gran pecado, 2 Sam. 2:1—12:31 A. Reinado sobre Judá en Hebrón, 2 Sam. 2:1—4:12 B. El éxito de David como rey de todo Israel, 2 Sam. 5:1—10:19; 12:26-31 C. El gran PECADO DE DAVID, 2 Sam. 11:1—12:25 El reinado turbado de David, 2 Sam. 13:1—24:25 A. El pecado de Amnón y la venganza de Absalón, 2 Sam. 13:1—14:33 B. La rebelión de ABSALÓN, 2 Sam. 15:1—19:43 C. La rebelión de Seba, 2 Sam. 20:1-22 D. La administración de David, 2 Sam. 20:23-26 E. El hambre y la venganza de los gabaonitas contra los descendientes de Saúl, 2 Sam. 21:1-14 F. Apéndices varios, 2 Sam. 21:15—23:39 G. El censo de David y la mortandad, 2 Sam. 24:1-25 [H. El intento de Adonías de usurpar el trono y la sucesión de Salomón, 1 Rey 1:1—2:12]

1 S. 2:1-10 2:30 3:1-14 8:7

IV. PASAJES SIGNIFICATIVOS Cántico de Ana (compárese con el cántico de María en Luc. 1:46-55) “Yo honraré a los que me honran” Llamado de Samuel (Nótese 3:10: Habla, porque tu siervo oye) El pueblo ha rechazado a Dios como su rey -55-

12:23 13:14 15:22 16:7 17:1-54 2 S. 7:12-17 12:7-14 A.

B.

C.

D.

E.

F.

G. H.

I.

El pecado de no orar El varón conforme al corazón de Dios (véase Hech. 13:22) El obedecer es mejor que los sacrificios (Mar. 12:33) El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón DAVID Y GOLIAT; nótese la fe de David en los vv. 37,45-47 El PACTO de Dios con David El juicio de Dios sobre el pecado de David (Nótese 7:7: Tú eres aquel hombre)

V. TEMAS Y ENSEÑANZAS IMPORTANTES EN LOS LIBROS DE SAMUEL Los hijos son un regalo de Dios, entregados a nuestro cuidado por un poco de tiempo. Véase 1 Sam. 1:27-28. Nuestros hijos realmente no son “nuestros”. Como sólo Dios puede dar la vida, los hijos le pertenecen a Dios. Son encomendados a nuestro cuidado para que les preparemos para servir fielmente a Dios. Aunque no todos van a servir en el ministerio profesional, debemos reconocer que Dios tiene el derecho de llamarlos para servirle en la forma que Él quiera. La responsabilidad de los padres de enseñar y disciplinar a sus hijos. El sacerdote Elí no cumplió con esta responsabilidad (1 Sam. 2:12-17,27-36; 3:11-14). Tampoco el juez y profeta Samuel la cumplió (1 Sam. 8:1-4). Ni el rey David la cumplió (véanse 2 Sam. 13—19 y 1 Rey. 1). En cada caso, había graves consecuencias, no sólo para las familias sino también para todo el pueblo de Israel. Estas consecuencias deben amonestarnos a nosotros de no caer en el error de estar tan ocupados sirviendo a Dios que descuidamos a nuestra propia familia. (Véase 1 Tim. 3:4-5.) La importancia de escuchar la voz de Dios. Véase 3:1-10, especialmente el v. 10. Debemos buscar a Dios cada día, dispuestos a escuchar y obedecer lo que Él quiere decirnos a través de su palabra, a través de la oración y a través del consejo de hermanos maduros. La importancia de no buscar respuestas externas a problemas espirituales. El pueblo de Israel clamaba por un rey, cuando su problema de fondo fue que había rechazado el señorío de Dios (véase 1 Sam. 8:4-8). Pensaban que un cambio en la forma del gobierno podría resolver sus problemas cuando realmente necesitaban arrepentirse, volver a Dios y buscar su dirección para encontrar las respuestas a sus problemas. A menudo estamos tentados a hacer cambios en formas, estructuras y organizaciones cuando nuestro problema de fondo es que no estamos obedeciendo a Dios. Tengamos cuidado de los pecados de omisión. Samuel indica en 1 Sam. 12:23 que sería un pecado si él dejara de orar por el pueblo. Pensamos en los pecados como las acciones malos que cometemos, pero Stgo. 4:17 nos dice que también es un pecado omitir de hacer algo bueno. Dios busca a personas que tienen un corazón conforme a su corazón. Véanse 1 Sam. 13:14 y 16:7. Juzgamos por cualidades externas o talentos y capacidades naturales, pero Dios mira al corazón. Ritos religiosos no pueden tomar el lugar de la obediencia a la voluntad de Dios. Véase 1 Sam. 15:22. Debemos demostrar nuestro amor y nuestra adoración a Dios cumpliendo su voluntad. Dios da la victoria a sus siervos fieles a pesar del tamaño y la fuerza del enemigo. Al enfrentar a Goliat, David confía en Jehová, 1 Sam. 17:37,45-47. Por eso, Dios le da la victoria sobre el gigante. Así nos da la victoria a nosotros también cuando confiamos en Él. La importancia de confiar en y esperar a Dios. Saúl empezó bien, pero terminó mal porque actuó precipitadamente; juzgó según las apariencias en vez de confiar plenamente en Dios y esperar su tiempo (véanse 1 Sam. 13:8-14; 14:24-31). En contraste David, aunque fue ungido para ser el próximo rey de Israel y estaba siendo perseguido injustamente por Saúl, no se apresuró y no intentó vengarse ni imponer su voluntad, aun cuando tuvo la oportunidad de matar a Saúl, 1 Sam. 24 y 26. Esperaba el momento en el cual Dios quería llevarlo al trono y la manera que Dios quería utilizar. Que nosotros aprendamos a ejercer una confianza semejante en la justicia de Dios, aun en momentos difíciles. -56-

J. El éxito es el resultado de la presencia de Dios con sus siervos fieles. David goza de éxito en todo lo que hace porque el Espíritu de Dios está con él, 1 Sam. 16:13. La cumbre viene cuando Dios promete establecerle una “casa” (una dinastía) duradera, 2 Sam. 7:12-17. Este pacto de Dios con David llega a ser la base de la esperanza del Mesías, el hijo ideal de David. K. Dios perdona nuestros pecados cuando nos arrepentimos, pero a menudo sufrimos las consecuencias de nuestras acciones. Véase 2 Sam. 12:7-14. Después de su pecado con Betsabé, David se arrepiente y recibe el perdón de Dios. Sin embargo, su mal ejemplo trae consecuencias funestas: muere el hijo concebido en el adulterio (2 Sam. 12:15-23); Amnón viola a Tamar (2 Sam. 13:1-20); Absalón asesina a Amnón (2 Sam. 13:21-39); Absalón se subleva contra David y viola a sus concubinas (2 Sam. 15:1—18:33); Adonías se subleva contra David (1 Rey. 1:5-53). No juguemos con el pecado, pensando que podemos ser perdonados después. El pecado no es una cosa liviana; trae consecuencias que pueden hacer mucho daño en nuestra vida y en las vidas de otros también. NOTA SOBRE SAMUEL Samuel es el hombre clave de este período de transición entre los jueces y la monarquía. Es el último (y el mayor) de los JUECES (1 Sam. 7:6,15-16). Aunque no es un líder militar, desempeña la función judicial. Puede haber participado también en planificar la batalla contra los filisteos en 1 Sam. 7:3-11. Samuel actúa también como SACERDOTE, aunque no era del linaje de Aarón (algunos sugieren que fue adoptado por Elí). Sirve en el tabernáculo (1 Sam. 2:11,18; 3:1,4); hace sacrificios (7:9-10; 13:8-9); y levanta un altar a Jehová en Ramá (7:17). También Samuel actúa como un PROFETA que anuncia la palabra de Dios (1 Sam. 3:1, 19-21; 4:1). Hace predicciones en 3:11-14; 13:14; y 15:28. Además, Samuel es el fundador de las “escuelas de los profetas”, bandas de profetas jóvenes (1 Sam. 19:20). De hecho, se considera que el movimiento profético clásico en Israel tiene su comienzo con Samuel (aunque es verdad que Moisés actuaba también como profeta y que hay varios profetas mencionados en el libro de Jueces y en 1 Sam. 2). Samuel es entonces el primero desde Moisés en combinar las funciones de un líder político, un sacerdote, y un profeta. En este sentido, puede considerarse un tipo de Jesucristo, el perfecto Rey, Sacerdote, y Profeta. EL COMIENZO DE LA MONARQUÍA El clamor popular por un rey. En una asamblea, el pueblo demanda un rey para ser como las otras naciones (1 Sam. 8:5,20). Antes la idea había sido que Israel era una TEOCRACIA, con Jehová por rey (véase Jue. 8:23). Ahora, el pueblo rechaza este ideal y pide un rey humano (1 Sam. 8:7; 10:17-19; 12:11-12). NCB dice que en elegir una monarquía hereditaria en vez del liderazgo de los jueces carismáticos, el pueblo está rechazando el derecho de Dios de elegir los futuros líderes. A pesar de eso, Dios acepta el arreglo y lo permite (1 Sam. 8:7a,9,22; 12:13), instruyendo a Samuel que le dé al pueblo el rey que pide. Aunque no era la intención original de Dios, Él puede obrar con y aun a través de un rey si éste está dispuesto a obedecerle (véanse 1 Sam. 12:14; Dt. 17:15). El plan de Dios es dinámico y puede cambiar cuando las circunstancias cambian. Dios ha obrado con pueblos bajo todo tipo de gobierno que haya (aunque seguramente algunas formas están más cerca de su voluntad que otras). La amonestación de Samuel, 1 Sam. 8:10-18. Samuel le dice claramente al pueblo que un rey tomará sus hijos como conscriptos para su ejército y para sus levas (trabajos forzados) y que impondrá impuestos pesados sobre el pueblo. Todo eso quitará del pueblo libertades personales que ha gozado, y hará profundos cambios en la sociedad. Agravará las diferencias entre las clases socioeconómicas creando una aristocracia, y aumentará la opresión y la injusticia social. Dios no quería que su pueblo fuera como los otros pueblos, porque quería evitar tales problemas dentro de Israel, pero el pueblo insiste. Aun así, en Israel siempre había el concepto de que el rey humano reinaba como el agente de -57-

Dios. Por eso, los poderes del rey eran limitados, no absolutos, y el rey siempre era responsable delante de Dios por su administración. Esto es probablemente parte del significado de 1 Sam. 10:25, donde dice que Samuel recitó las leyes del reino; VP interpreta que estas leyes hablan de los derechos y los deberes del rey. (Véase también Dt. 17:14-20.) La persistencia del pueblo, 1 Sam. 8:19-22. A pesar de las advertencias de Samuel, el pueblo insiste que quiere un rey. ¿Por qué quiere tanto tener un rey? Además del deseo ya mencionado de ser como las otras naciones, había otras razones. (a) La falta de unidad entre las tribus. No había ninguna autoridad reconocida por todas las tribus. Véanse las dificultades en juntar las tribus para la guerra (Jue. 5:15-18) y las guerras entre las tribus (Jue. 12:1-6; 20:18-48). (b) La falta de un ejército unido bajo un líder. Los filisteos dominaban mucho territorio al lado occidental del Jordán; los amonitas amenazaban desde el este y los amalecitas desde el sur. La existencia de Israel estaba en peligro. 1 Sam. 8:20 demuestra la necesidad de un general para salir con un ejército unido. (c) La falta de liderazgo continuo y estable. Jue. 10:18 demuestra la búsqueda ansiosa de un líder en el momento de crisis. No querían seguir esperando hasta que Dios levantara un nuevo líder; querían tener un líder ya reconocido a quien podían acudir en tiempos de crisis. Ya había algunos intentos de establecer una monarquía hereditaria con Gedeón y Abimelec (Jue. 8:22; 9:6) y quizá con algunos de los jueces menores (véanse las referencias en Jue. 10:3-4; 12:13 a los hijos que cabalgaban sobre asnos, animales usados por los nobles). Aunque Samuel se queja amargamente contra el principio de una dinastía, él mismo instaló a sus propios hijos como jueces (1 Sam. 8:1-3). (d) La falta de orden civil. Véanse el robo de la imagen de Micaía en Jue. 18:17-26 y la atrocidad en Gabaa, Jue. 19:22-30. Había la necesidad de una autoridad central para mantener orden. Con todas estas razones que parecen buenas y lógicas para establecer la monarquía, ¿por qué dice Samuel que el pueblo ha pecado en pedir un rey (1 Sam. 12:17)? Es que el pueblo busca una solución política a un problema espiritual. El verdadero problema es la falta de obediencia a Dios. Tener un rey no va a cambiar esto automáticamente. Si el pueblo y su rey obedecen a Dios, van a ser bendecidos, pero si no, el rey será destruido junto con el pueblo (1 Sam. 12:14-15,24-25). Esto es exactamente lo que al fin pasó en el exilio.

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INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS DE REYES I. TÍTULO, CONTENIDO Y LUGAR EN EL CANON Estos libros eran originalmente uno solo. Dan la historia del reinado de Salomón (1 Rey. 1—11). Después, relatan la historia de los reyes de Israel del norte hasta el fin de Samaria, y la historia de los reyes de Judá hasta el exilio babilónico de Judá (1 Rey. 12 — 2 Rey. 25). También contienen las historias de Elías y Eliseo. El título es entonces un resumen de su contenido. En el canon hebreo, Reyes es el último de los Profetas Anteriores. Forma parte de la historia deuteronómica de Israel (véase la Introducción a la Historia Profética). II. COMPOSICIÓN LITERARIA A. Fuentes citadas. La obra es una compilación que usa varias fuentes. Se citan (1) El Libro de los Hechos de Salomón, 1 Rey. 11:41; (2) El Libro de las Crónicas de los Reyes de Judá, 1 Rey. 14:29; 15:7; etc. y (3) El Libro de las Crónicas de los Reyes de Israel, 1 Rey. 14:19; 15:31; etc. Estos últimos dos libros no deben confundirse con nuestros libros de Crónicas, porque éstos se escribieron en una época posterior y tratan sólo de los reyes de Judá. (Véase la Intro a los Libros de Crónicas.) B. Otras posibles fuentes. Aunque no se mencionan en el libro de Reyes, el autor de Crónicas menciona libros históricos escritos por varios profetas: los libros de Natán, Ahías, e Iddo sobre Salomón (2 Cr. 9:29); los de Semaías e Iddo sobre Roboam (2 Cr. 12:15); el de Iddo sobre Abías (2 Cr. 13:22); el de Jehú, hijo de Hanani sobre Josafat (2 Cr. 20:34); el de Isaías sobre Uzías (2 Cr. 26:22) y sobre Ezequías (2 Cr. 32:32). También el Cronista menciona un libro de las palabras de los videntes sobre Manasés (2 Cr. 33:19). Es posible que el compilador de Reyes conocía y usó también estas fuentes. Además, muchos creen que las historias de Elías y de Eliseo vienen de fuentes compiladas y guardadas entre los profetas. C. Veracidad. Aunque el libro se redactó muchos años después de los tiempos de Salomón (véase Fecha abajo), se basa en fuentes contemporáneas de los eventos descritos. Por eso, podemos confiar en la veracidad de los relatos. Otra vez, el uso de fuentes por un redactor final no niega de ninguna manera la inspiración ni la autoridad del libro. III. AUTOR Y FECHA A. Autor. El autor (o redactor final) es desconocido. La tradición judía atribuía el libro a Jeremía s, pero no hay evidencia para apoyar esta posición. B. Fecha. En su forma final por lo menos, el libro tiene que venir del período después de la ascensión de Evil-merodac al trono de Babilonia, que ocurrió en 562/561 a.C. durante el exilio en Babilonia (véase 2 Rey. 25:27-30). Algunos creen que la mayor parte del libro se escribió en relación con la reforma deuteronómica de Josías después de 621, y que la última parte, que describe los reinados de los últimos reyes de Judá (Josías, Joacaz, Joacim, Joaquín, y Sedequías) se escribió durante el exilio. Si es así, quizá Jeremías participó en la compilación de algunos datos o sirvió como fuente de información, pero no tenemos evidencias en cuanto a eso. Como el libro no dice nada de la restauración después del exilio, probablemente llegó a su forma final entre 562 y 540 a.C. IV. BOSQUEJO DE LOS LIBROS DE REYES I. Reinado de SALOMÓN, 1 Rey. 1:1—11:43 A. Sucesión de Salomón, 1 Rey. 1:1—2:12 B. Reinado y grandeza de Salomón, 1 Rey. 2:13—10:29 C. Los pecados de Salomón, 1 Rey. 11:1-43 -59-

II. Reyes de Israel y Judá hasta el golpe de Jehú, 1 Rey. 12:1 — 2 Rey. 8:29 A. DIVISIÓN DEL REINO: JEROBOAM de Israel y ROBOAM de Judá, 1 Rey. 12:1—15:8 B. Reyes hasta OMRI de Israel y ASA de Judá inclusive, 1 Rey. 15:9—16:28 C. ACAB de Israel y JOSAFAT de Judá hasta el golpe de Jehú, 1 Rey. 16:29 — 2 Rey. 8:29 (y 9:14-29). Incluye las historias de ELÍAS y ELISEO. III. Reyes de Israel y Judá hasta la caída de Samaria, 2 Rey. 9:1—17:41 A. El golpe de Jehú y sus resultados; JEHÚ de Israel y JOÁS de Judá, 2 Rey. 9:1—13:9 B. Reyes hasta JEROBOAM II de Israel y UZÍAS de Judá inclusive, 2 Rey. 13:10—15:7 C. Reyes de Israel y Judá hasta la CAÍDA DE SAMARIA, 2 Rey. 15:8—17:41 IV. Los reyes de Judá sólo hasta la CAÍDA DE JERUSALÉN, 2 Rey. 18:1—25:30 A. EZEQUÍAS, MANASÉS, y Amón, 2 Rey. 18:1—21:26 B. JOSÍAS y su reforma, 2 Rey. 22:1—23:30 C. Los últimos días de Judá, 2 Rey. 23:31—25:30 V. PASAJES SIGNIFICATIVOS EN LOS LIBROS DE REYES 1 R. 3:7-14 La oración de Salomón cuando pide la sabiduría (véase Mat. 6:33) 8:22-61 La oración de Salomón en la dedicación del templo 10:1-13 La reina de Sabá visita a Salomón (véase Luc. 11:31) 12.16 La división del reino 18:1-46 ELÍAS CONTRA LOS PROFETAS DE BAAL en el Mt. Carmelo 19:12 UN SILBO APACIBLE Y DELICADO 2 R. 2:1-12 Elías llevado al cielo en el torbellino 6:16-17 Los que están con nosotros son más que el enemigo 7:9 Este es un día de buenas nuevas; debemos compartirlas 17:7-18 El pecado de Israel del norte trae derrota y destierro 23:26-27; 25:8-12 El pecado de Judá trae derrota y destierro VI. TEMAS Y ENSEÑANZAS IMPORTANTES EN LOS LIBROS DE REYES A. Las bendiciones de Dios dependen de la obediencia. Véanse 1 Rey. 2:1-4; 8:22-26; 9:1-9. Tanto David como Salomón entienden que la confirmación del pacto de Dios con David es condicional. La condición es que los hijos de David anden delante de Dios en integridad y obediencia. La condición necesaria para que nosotros veamos el cumplimiento de muchas promesas de Dios es la obediencia. B. Dios se complace en dar buenas cosas a sus hijos cuando no pedimos egoístamente. Dios da a Salomón la oportunidad de pedir lo que quiera. Este no pide algo egoísta, sino la sabiduría que necesita para gobernar bien al pueblo. Dios se complace en concederle lo que pide, más riquezas y honor también. Véanse 1 Rey. 3:7-14; Mat. 6:33; Stgo. 4:2-3. C. El templo no es una casa para Dios, sino un lugar de oración. Véase 1 Rey. 8:27-53. Por todo el esplendor del templo de Salomón, no puede contener a Dios. Jehová es demasiado grande para ser contenido en una casa hecha con manos humanas. El propósito del templo es el de dar a los hombres un lugar donde pueden ir para buscar conscientemente la presencia de Dios, adorarle, y orar a Él. D. Jehová es el Dios de todas las naciones. Véase 1 Rey. 8:41-43. El templo debe ser una casa de oración para todos los pueblos (Isa. 56:7; Mar. 11:17). Todos los pueblos de la tierra deben conocer el nombre de Jehová y adorarle a Él. E. El pecado es muy sutil y seductor. Véase 1 Rey. 11:1-13. Salomón empezó bien, pero terminó mal. Parece que no cayó en el pecado de repente, sino que su corazón se llevó poco a poco. Desobedeció a Dios entrando en matrimonios con mujeres paganas. Después dejó que ellas le influyeran con su idolatría. Terminó promoviendo su idolatría. Esto tuvo graves consecu encias -60-

F.

G.

H.

I.

J.

K.

porque contribuyó a la división del reino. Debemos tener cuidado de no permitir un “pequeño pecado” o “un poco” de desobediencia en nuestras vidas. El pecado endurece nuestro corazón y produce mayor pecado. La importancia del ejemplo. Jeroboam I, primer rey del reino del norte, estableció dos centros de la adoración del becerro de oro (1 Rey. 12:25-33). Aunque le parecía una buena política, estaba en contra de los mandamientos de Dios. Todos los reyes del reino del norte siguieron su mal ejemplo en promover este culto idolátrico. Por eso, todos los reyes del norte son condenados como malos, y Jeroboam siempre es conocido como “Jeroboam, quien hizo pecar a Israel” (1 Rey. 14:15-16; 15:26,34; etc.). Dios obra tanto en maneras grandes y dramáticas como en maneras tan pequeñas que los hombres casi no las perciben. Elías quería que Jehová se manifestara en maneras grandes, poderosas e imponentes para demostrar a todos que Él es el verdadero Dios, como cuando mandó fuego del cielo sobre el Mt. Carmelo (1 Rey. 18:36-39). Pero Dios, en su soberanía, a veces elige trabajar a través de un proceso lento y gradual, usando métodos que no llaman la atención. A veces habla a través de un silbo apacible y delicado en vez de viento, terremoto y fuego (1 Rey. 19:11-12). Si nos damos cuenta o no, Dios siempre mantiene su remanente fiel y lleva adelante su propósito (1 Rey. 19:13-18). El juicio de Dios es seguro sobre los que persisten en la desobediencia. Puede tardar según nosotros contamos el tiempo, pero tarde o temprano, cae el juicio divino. Véanse 1 Rey. 11:1113,26-39, cumplida en 12:12-20; 1 Rey. 14:7-14, cumplida en 15:25-30; 1 Rey. 16:1-4, cumplida en 16:8-13; 1 Rey. 21:16-24, cumplida en 1 Rey. 22:35-38 y 2 Rey. 9:21—10:17; 1 Rey. 14:15-16, cumplida en 2 Rey. 17:1-23 y 18:9-12. En medio de las luchas, debemos recordar que el poder de Dios es mayor que el poder de los enemigos. Véanse 2 Rey. 6:16-17; 1 Juan 4:4; 5:4. Aunque el enemigo es más fuerte que nosotros, nuestro Dios es mucho más fuerte que todas las huestes del enemigo. Hay que compartir las buenas nuevas. Véase 2 Rey. 7:8-10. Los dos leprosos reconocieron que tenían una obligación de compartir con los hambrientos las buenas nuevas que había comida disponible. Tanto más nosotros tenemos una obligación de compartir las buenas nuevas del evangelio con un mundo que necesita amor, perdón y esperanza. Cuando enfrentamos situaciones difíciles, debemos buscar la ayuda de Dios en oración. Cuando el buen rey Ezequías estaba enfrentado con el ejército poderoso de Asiria, fue al templo para clamar a Jehová y pedir su ayuda, 2 Rey. 19:14-37. Dios respondió a su pedido, y rescató a Ezequías y Jerusalén de la mano del rey de Asiria. Todavía es fuerte para rescatarnos cuando clamamos a Él en oración con fe. -61-

CRONOLOGÍA SUGERIDA PARA LOS REYES DE ISRAEL Y JUDÁ DAVID*, c. 1010-970 SALOMÓN, 970-931 REINO DE JUDÁ –ROBOAM, 931-913 –Abiam (Abías), 913-911 ++ASA, 911-870

REINO DE ISRAEL –JEROBOAM *, 931-910 –Nadab, 910-909 –Baasa*, 909-886 –Ela, 886-885; –Zimri* (7 días) – –OMRI*, 885-874

++JOSAFAT, (873) 870-848 –Joram de Judá, (853) 848-841 –Ocozías de Judá, 841 –Atalía (reina usurpadora), 841-835 +JOÁS de Judá, 835-796

– –ACAB, 874-853 –Ocozías de Israel, 853-852 –Joram de Israel, 852-841 –JEHÚ*, 841-814 –Joacaz, 814-798

+Amasías, 796-767 +AZARÍAS (UZÍAS), (792) 767-740

+Jotam, (750) 740-732 – –Acaz, (735) 732-716 ++EZEQUÍAS, (729) 716-687

–Joás de Israel, 798-782 –JEROBOAM II, (793) 782-753 –Zacarías, 753-752; –Salum* (1 m.) –Menahem*, 752-742 –Pekaía, 742-740 –Peka*, (752) 740-732 –Oseas*, 732-722 DESTRUCCIÓN DE SAMARIA, 722

– –MANASÉS, (697) 687-642) –Amón, 642-640 ++JOSÍAS, 640-609 –Joacaz (Salum), 609; –Joacim, 609-598 –Joaquín, 598-597; –Sedequías, 597-587 DESTRUCCIÓN DE JERUSALÉN, 587 Símbolos: –Rey malo; – –Rey malo e idólatra +Rey bueno; ++Rey bueno y reformador *Nueva dinastía Las fechas entre paréntesis indican el comienzo de la corregencia con su padre. En el caso de Peka de Israel, indica que reinó sobre parte de Israel 752-740 antes de llegar a ser rey de todo Israel, 740-732. -62-

LA DIVISIÓN DEL REINO, 931 A.C. I. CAUSAS DE LA DIVISIÓN DEL REINO A. Resentimiento popular. El pueblo resentía el “yugo pesado” de Salomón (sus impuestos pesados y sus levas, o trabajos forzados). Véanse 1 Rey. 12:4; 2 Cr. 10:4 y compárese 1 Sam. 8:10 -18. B. Oposición profética. Los profetas, especialmente Ahías de Silo, se opusieron a la idolatría de Salomón. Véase 1 Rey. 11:1-13,26-40. C. Celos y rivalidad entre las tribus. Desde el principio había rivalidad entre las tribus, pero especialmente entre Efraín (dominante en el norte), y Judá (dominante en el sur). Véanse la guerra entre Israel (las tribus del norte) bajo Is-boset y Judá bajo David (2 Sam. 2:1—3:1); los celos entre las tribus después de la rebelión de Absalón (2 Sam. 19:41-43); y la rebelión de Seba (2 Sam. 20:1-22). Fco (109) dice que la unión de las tribus bajo Saúl y David siempre era una débil federación. D. La necedad de Roboam. En vez de bajar los impuestos, amenazó aumentarlos. Véase 1 Rey. 12:620. E. La astucia de Jeroboam, apoyado por Egipto. Sisac de Egipto dio refugio a Hadad de Edom y a Jeroboam de Israel, 1 Rey. 11:17-22,40. Muchos creen que Sisac también les dio su apoyo contra Salomón en un intento de debilitar a Israel y aumentar el poder y la influencia de Egipto en Asia occidental. Jeroboam se mostró un político astuto que supo aprovecharse del resentimiento del pueblo. II. CONSECUENCIAS DE LA DIVISIÓN Lo que había sido un reino relativamente fuerte pasó a ser dos reinos pequeños y débiles. El imperio de David y Salomón se desvaneció, y se perdieron los ingresos del tributo que las otras naciones habían pagado. Además, Salomón había tenido un monopolio sobre todo el comercio que pasaba por Canaán, porque controlaba todas las rutas entre Mesopotamia y Egipto. Ahora, con la independencia de Edom, Moab, y Amón, había rutas alternativas a las que pasaban por el territorio de Israel. Se perdieron los impuestos aduaneros que Salomón había cobrado. III. COMPARACIÓN DE LOS DOS REINOS A. Israel. Incluía las 10 tribus del norte. Era mayor que Judá, tanto en territorio como en población. Su capital estaba primeramente en Siquem y después en Tirsa. Más tarde el rey Omri construyó la nueva ciudad de Samaria para ser su capital. Israel tuvo nueve dinastías diferentes en unos 200 años (931-722 a.C.), hecho que produjo inestabilidad política. Todos sus reyes eran espiritualmente malos. B. Judá. Incluía la tribu de Judá, más partes de Benjamín, Simeón, y algunos de los levitas. Quedaba al sur y era menor que Israel en territorio y población. Su capital era Jerusalén. Todos sus reyes eran del linaje de David (menos la reina usurpadora, Atalía, que reinó unos siete años). Algunos de sus reyes eran espiritualmente buenos, especialmente los reformadores Asa, Josafat, Ezequías, y Josías. Duró más tiempo que Israel (931-587 a.C.). Además de la estabilidad de una sola dinstía y la influencia de los buenos reyes, Judá quedó más aislado del resto del mundo que Israel. Aunque esto retardó a veces su crecimiento económico, Judá quedaba menos expuesto a la influencia pagana de otras naciones. -63-

NOTA SOBRE LA CRONOLOGÍA DEL REINO DIVIDIDO Si sumamos los años dados por los reinados de los reyes de Judá y comparamos el total con el de los reinados de los reyes de Israel en el mismo período, encontramos que las cifras no concuerdan. Esto causó que algunos eruditos dijeran que la historia del libro de Reyes no era confiable. Sin embargo, hemos descubierto algunos factores que nos ayudan a entender las razones por las discrepancias. Véase MBI, “Desenredando la Cronología de los Reyes”, 269-271. A. Corregencias. Salomón fue ungido rey y reinó como corregente con su padre antes de la muerte de David (1 Rey. 1:28—2:12). Parece que la misma cosa pasó con varios reyes de Judá. La suma de las cifras dadas por los reyes de Judá es más alta que la de las cifras dadas por los reyes de Israel porque a menudo contaban el período de corregencia tanto en el reinado del padre como en el de su hijo. B. Diferentes métodos de contar los años. En un sistema, el año en que un nuevo rey asciende al trono se cuenta dos veces: como el último año del reinado de su padre, y como el primer año del reinado de su hijo. En el otro sistema, no se cuenta el año de ascender al trono como parte del reinado del nuevo rey. Se espera hasta el primer año entero del nuevo rey, que se cuenta como el primer año de su reinado. En algunas épocas, parece que se usaba el primer sistema en Judá y el otro sistema en Israel. C. Coincidencia de algunos reinados. Se cree que esto pasó especialmente durante los últimos años de Israel. Parece que había más de un pretendiente al trono por algunos años, y que sus reinados eran (en parte por lo menos) contemporáneos o coincidentes en diferentes áreas geográficas en vez de ser consecutivos sobre todo Israel. (Véase el reinado de Peka en relación con los de Menahem y Pekaía.) -64-

EL FIN DEL REINO DE ISRAEL DEL NORTE Desmoronamiento de Israel. Jeroboam II (782-753) fue el último rey fuerte de Israel del norte. Después de su muerte en 753 a.C., la nación cayó en un período de inestabilidad política y social y de decaemiento espiritual, justo en el mismo período cuando el poder de Asiria estaba en alza bajo el fuerte rey Tiglat-pileser III (745-726). Por el año 722/721 a.C., Israel del norte desaparece completamente. En unos 30 años, Israel tuvo seis diferentes reyes, de cinco diferentes dinastías. Cuatro de estos reyes fueron asesinados por rivales internos, y uno, Oseas, fue llevado preso por los asirios. Menahem fue el único que no encontró una muerte violenta y que fue seguido por su propio hijo. Aun así algunos creen que Peka fue un pretendiente al trono durante todo el reinado de Menahem (y también durante el de su hijo Pekaía). Peka de Israel (752-732; 740-732 como rey de todo Israel) hace una alianza con Siria (Damasco) para rebelarse contra Asiria, e invade Judá c. 735 para forzar la cooperación de Judá en esta rebelión. (Para más datos sobre la campaña de Peka contra Judá, véanse 2 Rey. 15:37; 16:5-9; 2 Cr. 28:5-15.) No obstante, Tiglat-pileser de Asiria primeramente derrota Siria, destruyendo Damasco en 732, y después Israel. Israel pierde todo Galaad, Galilea y Neftalí, y varias otras ciudades. Además, muchos israelitas se llevan en cautiverio en 732. Peka es asesinado por Oseas en 732, antes de la llegada de Tiglat-pileser contra Samaria, probablemente en un intento de conseguir un trato más suave de parte del rey asirio. Oseas sigue una política pro-Asiria; por eso Asiria le permite reinar sobre un Israel reducido en poder y tamaño. Oseas de Israel (732-722), el último rey de Israel, fue nada más que un títere de Asiria. Después de algunos años de sumisión, Oseas se rebeló y no pagó el tributo anual a Asiria. El rey Salmanasar V prendió a Oseas y puso sitio a la ciudad de Samaria. El sitio duró 724-722 a.C., pero al fin la ciudad cayó. 2 Rey. 17:6 dice que el rey de Asiria tomó Samaria, pero no dice explícitamente cuál rey. En textos encontrados por los arqueólogos, Sargón II reclama la gloria por eso. Sargón fue el sucesor de Salmanasar, quien murió alrededor del tiempo de la caída de Samaria. Samaria fue destruida, los israelitas se llevaron en cautiverio a varios otros lugares en el imperio asirio, e Israel dejó de existir como una nación. Las razones por el fin de Israel, 2 Rey. 17:7-23 (véase 2 Rey. 18:12). Se cayó por el pecado persistente del pueblo. Sus pecados principales fueron la idolatría y la apostasía; dejaron el pacto de Jehová y adoraron a otros dioses. Persistió en estos pecados a pesar de las amonestaciones de los profetas (especialmente Amós y Oseas). Todo esto está de acuerdo con lo que dice el libro de Deut. y lo que los profetas habían predicho. Debería haber sido una señal de advertencia para Judá, pero Judá no le hizo caso. El origen de los samaritanos, 2 Rey. 17:24-41. La gran mayoría de los israelitas fue deportada a otras partes del imperio asirio. En su lugar, el rey de Asiria trajo otros pueblos, exiliados también de su patria, para poblar la tierra. Los asirios usaban esta táctica para evitar rebeliones entre sus súbditos. Destruyendo la identidad nacional del pueblo, intentaban destruir el impulso de rebelarse. Los otros pueblos inmigrantes trajeron consigo sus propias religiones. Aunque un sacerdote israelita les enseñó algo acerca de la adoración de Jehová (17:28), mezclaron esta religión, que era nueva para ellos, con sus religiones tradicionales (17:29,33,41). Estos pueblos extranjeros se amalgamaron entre sí y con los israelitas que quedaron en la tierra por matrimonios mixtos. Así se produjo un pueblo mixto, racial y religiosamente. Después de la caída de Samaria, mucho territorio de Israel fue asignado a otros reinos. Sólo quedaba un pequeño distrito alrededor de la ciudad de Samaria, y éste era nada más que un distrito administrativo dentro del imperio asirio, no una nación independiente. Los asirios llamaron el distrito Samaria. El pueblo mixto que vivía en la región entonces llegó a llamarse los samaritanos. Los judíos despreciaron a los samaritanos porque eran un pueblo mezclado con los paganos. -65-

INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS DE CRÓNICAS I. TÍTULO, CONTENIDO Y PROPÓSITO, Y LUGAR EN EL CANON A. Título. En hebreo significa “los eventos de los días”. Véase 1 Cr. 27:24. B. Contenido y propósito. Después de nueve capítulos de genealogías, 1 Cr. cubre el mismo período que 2 Sam: el reinado de David. 2 Cr. cubre el mismo período que 1 y 2 Reyes: el reinado de Salomón y de los reyes de Judá solo hasta el exilio. No se mencionan los reyes de Israel del norte a menos que tienen un impacto sobre los eventos en Judá. Crónicas (originalmente un libro sólo) agrega algunos datos que no aparecen en Samuel/Reyes, y omite otros datos que aparecen en los otros libros. Su propósito no es solamente dar información adicional. Crónicas presenta una nueva interpretación de los eventos. En este aspecto, algunos dicen que su relación con Samuel-Reyes es semejante a la relación del evangelio de Juan con los evangelios sinópticos (los otros tres). Siendo escrito más de un siglo después de los últimos eventos descritos en Reyes (algunos creen dos siglos después), Crónicas refleja las necesidades y el punto de vista de una generación y una época diferente. Refleja la situación de Israel después del exilio; no más como una nación poderoso, sino como un pueblo pequeño, pero todavía con su fe única y su identidad como el pueblo de Dios. El interés de Crónicas entonces no es tanto en Israel y Judá como naciones políticas, sino en los israelitas como el pueblo de Dios. David se presenta no tanto como un líder político-militar, sino más bien como un líder espiritual. (Crónicas no menciona nada del gran pecado de David y sus consecuencias.) Hay un énfasis marcado en el templo, en los sacerdotes y levitas y en los asuntos relacionados con la adoración. Por eso, muchos clasifican Crónicas como historia interpretada desde -66-

el punto de vista sacerdotal (en contraste con la historia interpretada desde el punto de vista profético en Josué-Reyes). Crónicas revela una teología más desarrollada que Samuel y Reyes, especialmente en cuanto al concepto de Satanás (compárese 1 Cr. 21:1 con 2 Sam. 24:1). C. Lugar en el canon. En el canon hebreo, Crónicas no aparece con Samuel y Reyes en la sección de los Profetas Anteriores. Se encuentra en la última división, los Escritos. Esto refleja el hecho de que su punto de vista es más bien sacerdotal que profético. Como nosotros lo consideramos un libro histórico, aparece en nuestras Biblias después de Reyes porque se refiere al mismo período histórico. Crónicas es el último libro en el canon hebreo. II. COMPOSICIÓN LITERARIA La obra es otra vez una compilación que usa fuentes. A. El libro de Reyes. Parece que el autor (llamado el Cronista) tenía delante de él nuestro libro de Reyes. A veces sigue casi textualmente el libro de Reyes. Otras veces omite cosas que no sirven su propósito, y agrega otros datos que le vienen al caso. Parece que supone que sus lectores ya conocen el libro de Reyes. B. Otras fuentes. Hay referencias a historias compiladas por los profetas en 1 Cr. 29:29; 2 Cr. 9:29; 12:15; 13:22; 20:34; 26:22; 32:32; 33:19. Un libro de los reyes de Israel y Judá (que aparentemente no es nuestro libro de Reyes) se menciona varias veces. Otras fuentes se mencionan en 1 Cr. 5:17; 9:1; 27:24; 2 Cr. 24:27; 27:7; 35:25. El citar las fuentes indica claramente que el autor no inventó su historia, sino que la tomó de fuentes tradicionales y antiguas. III. AUTOR Y FECHA A. Autor. Es desconocido. A menudo se le llama “El Cronista”. La tradición judía atribuía el libro, con Esdras-Nehemías, al escriba Esdras. Todavía algunos eruditos mantienen esta posición. Otros consideran que quizá Esdras tuvo una parte en la compilación de algunos datos, pero que el autor/ redactor era alguien desconocido y posterior a Esdras. Se cree que el autor era levita, porque demuestra mucho interés en los levitas y sacerdotes, el templo, y la ley. B. Fecha. Si Esdras fue el autor, la fecha del libro tendría que ser entre c. 430 y c. 400 a.C. No obstante, Fco y muchos otros asignan al libro una fecha más tarde, hacia 300 a.C. Un factor es que 1 Cr. 3:19-24 menciona la sexta generación después de Zorobabel, quien vivió durante la restauración después del exilio, c. 537-520 a.C. Algunos eruditos creen que esta parte fue una adición posterior, y así mantienen la posición de que Esdras escribió/compiló casi todo el libro. Otros creen que la presencia de algunos términos persas indica una fecha más tardía, pero cabe recordar que Israel estaba bajo el dominio de Persia desde 539 a.C.

I. II. III. IV.

IV. BOSQUEJO DE LOS LIBROS DE CRÓNICAS Genealogías, 1 Cr. 1:1—9:44 Muerte de Saúl y el reinado de David, 1 Cr. 10:1—29:30 (véase 2 Sam. 1—24) Reinado de Salomón, 2 Cr. 1:1—9:31 (véase 1 Rey. 1—11) Los reyes de Judá solo hasta la caída de Jerusalén, 2 Cr. 10:1—36:23 (véase 1 Rey 12 — 2 Rey. 25) A. Hasta el golpe de Jehú, 2 Cr. 10:1—22:9 (1 Rey 12 — 2 Rey 8) B. Hasta la caída de Samaria, 2 Cr. 22:10—28:27 (2 Rey. 9—17) C. Desde Ezequías hasta la caída de Jerusalén, 2 Cr. 29:1—36:23 (2 Rey. 18—25) -67-

1 Cr. 4:9-10 29:10-19 2 Cr. 7:14 16:9 20:15

V. PASAJES SIGNIFICATIVOS Oración de Jabes Oración de David; expresión hermosa de alabanza Si se humillare mi pueblo … oiré desde los cielos … y sanaré su tierra Los ojos de Jehová buscan a los que tienen corazón perfecto para con Él No es vuestra la guerra, sino de Dios

VI. TEMAS Y ENSEÑANZAS IMPORTANTES EN LOS LIBROS DE CRÓNICAS A. La importancia de seguir cuidadosamente las instrucciones de Dios. David fue sincero en su deseo de llevar el arca del pacto a Jerusalén, y Uza fue sincero en su deseo de sostener el arca, pero sufrieron consecuencias graves por no cumplir con las instrucciones de Dios en cuanto al transporte del arca (1 Cr. 13:1-14). Antes de hacer el segundo intento, David consultó y descubrió que sólo los levitas tenían autorización de llevar el arca, y ellos sobre sus hombros, 1 Cr. 15:1-15. La segunda vez, todo salió bien. La sinceridad no es suficiente; hay que buscar las instrucciones de Dios y tener cuidado de cumplirlas. B. El pueblo de Dios es una comunidad que adora a Dios. Una y otra vez Crónicas enfatiza la gozosa adoración de Dios con salmos y cánticos (véanse 1 Cr. 15:16-28; 16:1-42). También hay un énfasis marcado en el arca, el templo, y el rol de los reyes buenos y de los sacerdotes y levitas como líderes en la adoración (véanse 1 Cr. 15:1-15; 22:1-19; 23:1—26:32; 28:1—29:22; 2 Cr. 2:1— 5:14; 6:1—7:22; 20:21-22; 29:3—31:21; 35:1-19). Todo esto subraya la importancia de la adoración. C. Nuestro amor hacia Dios se expresa en un deseo de dar ofrendas y sacrificios a Él, pero una ofrenda que no nos cuesta nada no significa nada. Véase 1 Cr. 21:22-26. Véase también la ofrenda de libre voluntad de David y del todo el pueblo para el templo, 1 Cr. 29:3-9. D. Dios es el Rey soberano y Dueño absoluto de todo; cuando ofrecemos, sólo le devolvemos a Dios lo que ya es suyo. Véase 1 Cr. 29:10-19, una hermosa expresión de alabanza y la base teológica de la mayordomía de los bienes materiales. E. La base del avivamiento: humildad, arrepentimiento y oración. Véase 2 Cr. 7:13-14, donde se anuncia este principio. Véanse también los avivamientos bajo los buenos reyes Asa (2 Cr. 15:1-19) y Josías (2 Cr. 34:19-33). F. Dios busca a los que tienen corazón perfecto para con Él para bendecirlos. Véase 2 Cr. 16:9. Jehová contempla toda la tierra y conoce todos los corazones. ¿Qué encuentra en nosotros? Un corazón enteramente entregado a Él, o un corazón dividido en su lealtad? Dios busca, bendice, y obra poderosamente a través de los que tienen un corazón completamente dedicado a Él. G. Cuando nosotros nos humillamos delante de Dios, clamamos a Él en fe, y obedecemos sus mandatos, Dios se encarga de pelear por nosotros, aun contra enemigos fuertes. Véase la historia de la lucha entre el buen rey Josafat y los moabitas y amonitas en 2 Cr. 20:1-30. Se humilla delante de Dios, v. 3; confiesa su necesidad, pero clama a Dios con fe en su poder, vv. 4,5,12. Entonces recibe la hermosa promesa de los vv. 15 y 17: No temáis, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios; Jehová estará con vosotros. Obedece a Dios en fe, y alaba a Dios aun antes de ver la victoria, vv. 20-22. Dios hace que los enemigos se destruyan mutuamente, vv. 22-24. Josafat y el pueblo sólo tienen que sacar el botín (vv. 25-26) y alabar a Dios en gratitud por la victoria (vv. 2728). Esta experiencia nos puede servir como un modelo cuando enfrentamos problemas y peleas. H. Nuestro Dios manda los juicios no para destruirnos, sino para llamarnos al arrepentimiento y la restauración. 2 Cr. 36:15-21 relata la triste historia de la destrucción de Jerusalén y el exilio en Babilonia. Pero la historia no termina allí, porque 2 Cr. 36:22-23 relata el decreto de Ciro que permite a los exiliados volver a Jerusalén. Cuando Dios nos disciplina, no debemos rebelarnos, sino aceptar su corrección, cambiar nuestro corazón y nuestra vida, y pedir humildemente que Dios nos restaure. -68-

RELACIÓN ENTRE EL CONTENIDO DE SAMUEL, REYES, Y CRÓNICAS Samuel y Reyes ----1 Sam. 1—31 2 Sam. 1—24 1 Rey. 1—11

TEMAS Genealogías Vida de Samuel; Reinado de Saúl; Relación entre Saúl y David (c. 1050 – c. 1010 a.C.) Reinado de David (c. 1010 – c. 970 a.C.) Reinado de Salomón

Crónicas 1 Crón. 1—9 ----1 Crón. 10—29 2 Crón. 1—9

(c. 970 – 931 a.C.) 1 Rey. 12 — 2 Rey. 8 2 Rey. 9—17 2 Rey. 18—25

Reyes desde la división del reino hasta el golpe de Jehú (931 – 841 a.C.)

2 Crón. 10—22

Reyes desde el golpe de Jehú hasta la caída de Samaria (841 – 722 a.C.)

2 Crón. 22—28

Reyes de Judá solo: Ezequías hasta el exilio

2 Crón. 29—36

(Reyes: 722 – 561 a.C.; Crónicas: 722 – 539 a.C.) EL FIN DEL REINO DE JUDÁ Relación de Judá con Asiria. Durante la desintegración de Israel del norte, Judá fue más estable, bajo los reinados de Uzías, Jotam, y Acaz. Pero por la política insensata de Acaz (corregente, 735-732; rey, 732-716 a.C.) de pedir la ayuda de Asiria, Judá llegó a ser un estado vasallo del imperio asirio, situación que siguió por más de un siglo (735-626 a.C.). Aunque Judá retenía su rey y su identidad como una nación, perdió su independencia. Ezequías (corregente 729-716; rey 716-687 a.C.) intentó librarse del yugo de Asiria, pero Judá casí desaparece cuando Senaquerib destruyó todas las ciudades fortificadas del país en 701 a.C.. Jerusalén se salvó sólo por la intervención de Dios (2 Rey. 18:13— 19:37). Manasés, el hijo de Ezequías, permaneció como fiel vasallo de Asiria durante casi todo su largo reinado (corregente 697-687; rey 687-642 a.C.). Los resultados espirituales eran desastrosas, porque había que instalar en el templo de Jerusalén un altar a los dioses asirios. Los cultos idolátricos crecieron y se arraigaron en Judá durante los reinados de Manasés y de su hijo, Amón (642-640 a.C.). Josías (640-609 a.C.) llevó a cabo una reforma espiritual desde c. 627 a.C. (intensificada después del hallazgo del libro de la ley en el templo en 621), volviendo al culto de Jehová, y en esencia declarando su independencia del dominio asirio. Podía hacer eso porque después de la muerte del último rey fuerte de Asiria, Asurbanipal, en 627 a.C., el poder de Asiria decayó. Pero la reforma de Josías vino desmasiado tarde para cambiar el corazón del pueblo de Judá. Tan pronto como Josías murió en 609 a.C., el pueblo volvió a la idolatría. Después de 627 a.C., Asiria se debilitó, y por el año 610 dejó de existir. El nuevo poder dominante en todo el medio oriente fue el imperio caldeo o babilónico (626-539 a.C.). Los últimos años de Judá. Joacim (Eliacim, 609-598 a.C.) fue puesto en el trono de Judá por el Faraón Necao de Egipto. Era un rey malo; Jeremías lo denunció (Jer. 22:13-19) por su opresión del pueblo mientras él vive de lujo, en un palacio construido por el trabajo forzado de sus súbditos. En 605 a.C., Nabucodonosor, príncipe de Babilonia, derrotó a Necao en la batalla de Carquemis. Judá pasó del dominio de Egipto al de Babilonia. Según Dan. 1:1-2 y 2 Cr. 36:6-7, Joacim fue llevado a Babilonia, junto con algunos jóvenes de Judá y varios tesoros del templo, muy pronto después de la batalla de Carquemis. Parece que Joacim se llevó a Babilonia para jurar lealtad a su nuevo amo, y que después de hacer eso, se le permitió volver a Jerusalén para reinar. Los jóvenes, entre ellos Daniel y sus tres amigos, quedaron en Babilonia como rehenes para garantizar la lealtad de Joacim. Por algunos años -69-

Joacim permaneció fiel a Babilonia. Pero c. 601 a.C. Joacim participó en una rebelión contra Babilonia. En 598, Nabucodonosor se dirigió contra Jerusalén. Poco antes de su llegada, Joacim murió, probablemente asesinado por el pueblo, que esperaba recibir un trato más suave de parte de Nabucodonosor por matar al rey rebelde para demostrar que no apoyaba su política de rebelión. Joaquín (Jeconías o Conías, 598-597 a.C.) llegó al trono justo cuando Nabucodonosor llegó para poner sitio a Jerusalén. Después de tres meses, Joaquín se rindió, y fue llevado cautivo, junto con muchos de los judíos, a Babilonia en 597 a.C. (2 Rey. 24:14 menciona 10.000 cautivos incluyendo los príncipes y artesanos; 24:16 menciona 7.000 hombres de guerra y 1.000 artesanos. Jer. 52:28 dice que se llevaron 3.023 hombres de Judá.) Entre los deportados en 597 estaba el sacerdote y profeta Ezequiel. También se llevaron muchos tesoros del templo. Aunque en exilio, parece que los judíos y los babilónicos también consideraron a Joaquín el verdadero rey de Judá. Nabucodonosor lo mantuvo encarcelado durante todo su reinado. Pero cuando Evil-merodac llegó al trono de Babilonia en 562/561 a.C., éste libertó a Joaquín de la cárcel y lo permitió comer en la mesa del rey. Con todo, Joaquín murió en exilio en Babilonia (véanse 2 Rey. 25:27-30; Jer. 52:31-34.) Sedequías (Matanías, 597-587 a.C.) fue puesto en el trono de Judá por Nabucodonosor. Después de algunos años de fidelidad a Babilonia, se rebeló. Vino Nabucodonosor otra vez y puso sitio a la ciudad de Jerusalén por un año y medio (véase 2 Rey. 25:1-4). Antes de la caída de Jerusalén, Sedequías huyó, pero fue prendido cerca de Jericó. Nabucodonosor lo llevó en cadenas a Babilonia, 2 Rey. 25:1-7 (2 Cr. 36:13-17; Jer. 39:1-10; 52:1-11). Nabucodonosor quemó el templo de Jehová, el palacio del rey y mucho de la ciudad de Jerusalén; derribó los muros; se llevó todo de valor que quedaba en el templo; y llevó a más personas en cautiverio a Babilonia (véanse 2 Rey. 25:8-21; 2 Cr. 36:18-21; Jer. 52:12-30). Según Jer. 52:29, el número de los cautivos llevados en 587 es 832. Gedalías (587-¿585? a.C.) fue instalado como gobernador (no rey) sobre los pocos que quedaban en la tierra. Judá quedó como nada más que una provincia del imperio babilónico. Después de un buen comienzo, Gedalías fue asesinado. Los judíos, temiendo las represalias de Nabucodonosor, huyeron a Egipto, llevando por la fuerza a Jeremías consigo (véase Jer. 42:1—43:13). Jer. 52:30 dice que llevaron en exilio a 745 más personas en 582 a.C., quizá como castigo por haber asesinado al gobernador.

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EL EXILIO BABILÓNICO, (597) 587-537 Nuestras únicas fuentes bíblicas de información sobre el período del exilio babilónico son los libros de Ezequiel y Daniel. Ezequiel llevó a cabo su ministerio profético en Babilonia desde 593 hasta c. 570 a.C. Las historias acerca de Daniel en Dan. 1—6 cubren el período entre 605 y 536 a.C. I. CONDICIONES EN EL EXILIO A. Positivo. Los judíos no eran esclavos en Babilonia como eran en Egipto. El cuadro que Ezequiel nos presenta demuestra que los judíos vivían en sus propias comunidades dentro del imperio babilónico. Los ancianos de los judíos tenían la autoridad de gobernar en cuanto a sus asuntos internos. Vemos en el libro de Daniel que algunos judíos llegaron a puestos altos en el gobierno. -71-

Parece que muchos judíos se hicieron comerciantes durante este período, y algunos llegaron a ser muy prósperos. B. Negativo. Con todo, el exilio fue un tiempo difícil para los judíos piadosos y patriotas. Habían perdido su nación, su rey, y su tierra. Fue difícil tener que vivir en un país extranjero con un lenguaje extraño. Además, había dolor por haber perdido su templo y el arca del pacto. Como la adoración de Jehová se restringió al templo de Jerusalén, no podían ofrecer sacrificios a Jehová fuera del templo. Algunos interpretaron su derrota como evidencia de que los dioses de Babilonia habían vencido a Jehová, y por eso abandonaron su fe. Pero parece que otros reafirmaron su fe en Jehová durante este período difícil. A.

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II. RESULTADOS DEL EXILIO Abandono de la idolatría. Los que permanecieron fieles a Jehová se dieron cuenta que el exilio había venido como el castigo de Dios sobre el pueblo por su idolatría. Por eso, decidieron abandonar la idolatría. Por lo menos los judíos que volvieron a Judá después del exilio nunca más se involucraban en la idolatría. Tenían otros problemas espirituales (como el orgullo, legalismo, nacionalismo estrecho, odio hacia los gentiles, etc.), pero dejaron la idolatría. Exaltación de la ley. Los judíos fieles se dieron cuenta que otro gran problema del pueblo había sido su desobediencia de la ley de Dios. Por eso, desde el exilio en adelante, se ponía un énfasis marcado en enseñar, estudiar, y guardar la ley. Especialmente estando sin el templo, y sin la oportunidad de presentar sacrificios, la marca de un judío fiel llegó a ser su obediencia a la ley. La sinagoga. Parece que los judíos organizaron la institución de la sinagoga durante el exilio con el propósito de estudiar y enseñar la ley de Dios. Religión más personal y espiritual. Sin ritos externos, había más énfasis sobre la actitud del corazón del individuo en la adoración. El culto en la sinagoga, con oraciones y la lectura y la explicación de la ley, era más semejante a nuestros cultos cristianos que la ritual complicada del templo. También, como el pueblo había perdido su identidad nacional, había más énfasis sobre la responsabilidad de cada individuo delante de Dios (especialmente a la luz de las enseñanzas de Jeremías 31:29-30 y Ezequiel 18:1-20). Compilación y redacción de literatura. Por la referencia en 2 Rey. 25:27-30 a Evil-merodac, es claro que el libro de Reyes no llegó a su forma final hasta durante el exilio. Muchos creen que toda la historia deuteronómica (Josué, Jueces, Samuel, Reyes) llegó a su forma final durante el exilio, y que quizá siguió el proceso de la redacción del Pentateuco. La dispersión (diáspora). Desde este período en adelante, había muchos judíos esparcidos en casi todo el mundo en vez de estar todos concentrados en la tierra prometida. En todos los lugares donde estaban, los judíos dieron testimonio de su fe en Jehová como el único Dios. LA RESTAURACIÓN DESPUÉS DEL EXILIO

En 539 a.C. Ciro de Persia conquista Babilonia, y permite que todos los pueblos desplazados en el imperio babilónico vuelvan a sus hogares. La historia de la restauración de algunos de los judíos a la tierra prometida se encuentra en Esdras 1—6, que trata (principalmente) del período entre 539 y 516 a.C. Pasan casi 60 años entre Esd. 6:22 (c. 516) y Esd. 7:1 (c. 458 a.C.). Durante este intervalo viene la oposición de la gente de la tierra descrita en Esd. 4:6-23 (aunque es posible que lo relatado en 4:7-23 viene del período entre la llegada de Esdras en 458 y la llegada de Nehemías en 444 a.C.). Además de eso, no sabemos nada de la historia de la comunidad judía en Palestina entre 516 y 458 a.C.. Los eventos descritos en el libro de Ester vienen del período, pero tienen que ver con los judíos en Persia, no en Judá. -72-

INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS DE ESDRAS Y NEHEMÍAS A.

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I. TÍTULO Y EXTENSIÓN, CONTENIDO, Y LUGAR EN EL CANON Título y extensión. Nuestros libros de Esdras y Nehemías llevan los nombres de sus personajes principales. Sin embargo, parece que los dos libros originalmente formaron uno solo, que llevaba el nombre de Esdras. Esdras-Nehemías y Crónicas. Muchos intérpretes creen que nuestros libros de Crónicas, Esdras y Nehemías originalmente formaban una sola obra histórica. Creen que la obra se dividió porque Crónicas paralela los libros de Samuel y Reyes mientras que Esdras-Nehemías provee información que no tiene paralelo en ningún otro libro. La repetición de 2 Cr. 36:22-23 en Esd. 1:1-3 se interpreta como evidencia de la división de lo que originalmente una sola obra. En el canon hebreo, Crónicas está en último lugar, después de Esdras-Nehemías. Esta repetición sirve entonces para recordar al lector que la historia de Crónicas sigue en Esdras-Nehemías. Contenido. La obra de Crónicas-Esdras-Nehemías cubre desde la creación hasta los tiempos de Esdras y Nehemías. 1 Cr. 1—9 presenta genealogías desde Adán hasta la época algo después de Esdras y Nehemías. 1 Cr. 10 — 2 Cr. 36 relata las historias de David, Salomón, y los reyes de Judá hasta la destrucción de Jerusalén en 587 a.C. Esdras 1—6 relata el primer retorno de los judíos exiliados en Babilonia a Jerusalén y la reedificación del templo. Esdras 7—10 relata las reformas religiosas de Esdras, basadas en la ley. El libro de Nehemías relata la reedificación del muro de Jerusalén, otras reformas llevadas a cabo por Nehemías y Esdras y un gran avivamiento espiritual en la vida del pueblo. Lugar en el canon. Nosotros consideramos Esdras y Nehemías como libros históricos, pero en el canon hebreo, se colocan en la sección de los Escritos.

II. AUTOR Y FECHA A. Fecha. Los libros de Esdras-Nehemías hablan de eventos que ocurrieron entre 539 y algo después de 432 a.C. Muchos creen que los libros se escribieron c. 400 a.C. Si es así, parece que alguien agregó después algunos nombres a las genealogías para llevar las listas más cerca de 300 a.C. Por eso Fco dice que los libros fueron completados entre 350 y 300 a.C. B. Autor. Es obvio que las memorias personales de Esdras y Nehemías componen la mayor parte de estos libros. Sin embargo, la mayoría de los eruditos cree que había un editor posterior que combinó las memorias de ellos con otras fuentes para producir los libros en su forma final (véase el Punto III abajo). La identidad de este editor es desconocida. Los que creen que Crónicas y Esdras-Nehemías originalmente formaban una sola obra creen que el mismo autor la escribió toda. A este autor se le llama el Cronista. Muchos comentaristas consideran que el estilo literario es el mismo en Crónicas y en Esdras-Nehemías, y ven en todos los libros el mismo interés en genealogías, listas, estadísticas, la ley, detalles del templo y de su culto, y los deberes de los sacerdotes y los levitas. La tradición judía ha asociado Crónicas-Esdras-Nehemías con el escriba Esdras, y un erudito moderno, Allbright, también ha identificado a Esdras como el autor de todos estos libros. A la luz de las genealogías y listas que llegan cerca de 300 a.C., muchos otros eruditos creen que el autor fue alguien que vivió algo después de los tiempos de Esdras, pero que probablemente fue un levita o sacerdote. Sin embargo, algunos todavía ven a Esdras como el autor y creen que un escriba posterior agregó a las listas y genealogías solamente los nombres que corresponden al siglo IV a.C. III. FUENTES UTILIZADAS Quien quiera que fue el autor de la obra, parece que utilizó varias fuentes para redactar los libros de Esdras y Nehemías. Entre ellas podemos identificar: -73-

A. Edictos y correspondencia oficial, en el lenguaje arameo. Véanse por ejemplo la carta a Artajerjes y su respuesta, Esd. 4:9-22; la carta a Darío, Esd. 5:7-17; el edicto de Ciro, Esd. 6:3-5; la respuesta de Darío, Esd. 6:6-12; y la carta de Artajerjes a Esdras, Esd. 7:12-26. B. Listas oficiales de los judíos. Véanse por ejemplo la lista de los que volvieron del exilio, Esd. 2:167 y Neh. 7:6-73; la lista de los que estaban involucrados en matrimonios mixtos, Esd. 10:18-44; la lista de los líderes que hicieron el pacto, Neh. 10:1-27; la lista de los líderes en Jerusalén, Neh. 11:436; la lista de sacerdotes y levitas, Neh. 12:1-26; la lista de líderes que participaron en la ceremonia de la dedicación del muro, Neh. 12:32-42. C. Las memorias personales de Esdras. En Esd. 7:27—9:15, Esdras habla en la primera persona. D. Las memorias personales de Nehemías. En Neh. 1:1—7:5; 12:27-43; y 13:4-31, Nehemías habla en la primera persona. IV. BOSQUEJO DE ESDRAS I. EL PRIMER RETORNO DE LOS EXILIADOS Y LA REEDIFICACIÓN DEL TEMPLO , 1:1— 6:22 A. Retorno del primer grupo de los exiliados, 1:1—2:70 B. El altar reedificado y los cimientos del templo echados, 3:1-13 C. La obra detenida por oposición, 4:1-23 D. El templo reedificado por la predicación de Hageo y Zacarías, 4:24—6:22 II. EL RETORNO BAJO ESDRAS Y LAS REFORMAS RELIGIOSAS DE ESDRAS , 7:1—10:44 A. El retorno bajo Esdras, 7:1—8:36 B. Las reformas de Esdras, 9:1—10:44

1:1-4 7:10 8:22 9:5-15

V. PASAJES SIGNIFICATIVOS EN ESDRAS El decreto del rey Ciro de Persia que permite a los judíos volver a Jerusalén Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos. La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan. (La fe de Esdras en el cuidado de Dios es confirmada en 8:31.) La oración de confesión de Esdras. Nótese especialmente el v. 6: Nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza; el v. 9: No nos ha desamparado nuestro Dios; el v. 13: No nos has castigado de acuerdo con nuestras iniquidades; y el v. 15: Oh Jehová, Dios de Israel, Tú eres justo.

VI. TEMAS Y ENSEÑANZAS IMPORTANTES EN EL LIBRO DE ESDRAS A. Dios cumple sus promesas. En 1:1-4, el edicto de Ciro permite que los judíos vuelvan a Jerusalén. Esto viene en cumplimiento de las promesas de Dios de una restauración después del exilio. Véanse Jer. 25:11 y 29:10. B. La importancia prioritaria de la adoración. Al llegar de vuelta a Jerusalén, casi la primera cosa que los exiliados hicieron en 3:1-7 fue levantar el altar de Dios para poder ofrecer sacrificios a Jehová otra vez. Nosotros también debemos “buscar primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mat. 6:33). C. La necesidad de perseverar a pesar de la oposición. Los judíos empezaron bien la obra de reedificar el templo (3:8-13), pero dejaron la obra frente a la oposición de los pueblos que vivían alrededor (4:1-5). El templo estaba abandonado por varios años hasta que los profetas Hageo y Zacarías animaron a los líderes y al pueblo entero a reanudar el trabajo (5:1-2). -74-

D. La palabra de Dios da ánimo. Los profetas Hageo y Zacarías anunciaron la palabra de Dios, y así animaron a los judíos a resumir el trabajo de reedificar el templo. Siguieron animando a los líderes del pueblo hasta que terminaron la obra (6:14-15). E. La necesidad de cumplir la Palabra si queremos enseñar a otros. Véase 7:10. Esdras era un escriba y erudito que se dedicó a estudiar y enseñar la Palabra de Dios a otros. Tuvo éxito en este ministerio porque él mismo se había dedicado también a cumplirla él mismo. Si queremos tener un ministerio fructífero de predicar, enseñar la Biblia y discipular a otros, tenemos que practicar nosotros mismos lo que predicamos. F. La mano poderosa y bondadosa de Dios. Véase 8:22. Esdras confiaba tanto en el poder de Dios como en su bondad para con los que le buscan. Si queremos lograr cosas importantes en el nombre de Dios, hay que tener la misma confianza. G. Restauración espiritual empieza con quebrantamiento que nos mueve a reconocer nuestros pecados. Véase 9:6. Esdras reconoce y confiesa el pecado de su pueblo con humildad y profunda vergüenza. Toda verdadera restauración empieza con un reconocimiento de la santidad de Dios y de nuestra pecaminosidad delante de Él. H. La necesidad de la santidad de parte del pueblo de Dios. Véase 10:3. No es suficiente confesar nuestro pecado; debemos estar dispuestos a abandonar el pecado antes de poder experimentar la restauración espiritual. Aunque la medida de despedir a las mujeres paganas parece dura, fue necesaria para guardar la santidad del pueblo de Dios. Así nosotros, aunque vivimos en el mundo, debemos apartarnos de las prácticas pecaminosas e impuras del mundo. VII. BOSQUEJO DE NEHEMÍAS I. La llegada de NEHEMÍAS Y LA REEDIFICACIÓN DEL MURO DE JERUSALÉN, 1:1— 6:19 A. El trasfondo de Nehemías y su llegada a Jerusalén, 1:1—2:16 B. El comienzo del proyecto de edificar el muro, 2:17—3:32 C. La obra llevada adelante a pesar de varios problemas, 4:1—6:19 II. El gran avivamiento y las reformas de Nehemías, 7:1—13:3 A. Medidas para la seguridad de Jerusalén y lista de los que llegaron a Jerusalén con Zorobabel, 7:1-73a B. El GRAN AVIVAMIENTO BAJO ESDRAS Y NEHEMÍAS, 7:73b—9:37 C. El pacto hecho por el pueblo, 9:38—10:39 D. Medidas de Nehemías para redistribuir la población, 11:1-36 E. Listas de los sacerdotes y levitas, 12:1-26 F. La ceremonia de la dedicación del muro, 12:27-43 G. Las reformas religiosas de Nehemías, 12:44—13:3 III. La reformas de la segunda administración de Nehemías, 13:4-31 A. Tobías expulsado del templo, 13:4-9 B. El sustento de los levitas, 13:10-14 C. Observancia del día de reposo, 13:15-22 D. El problema de los matrimonios mixtos, 13:23-29 E. Resumen final de las reformas de Nehemías, 13:30-31 VIII. PASAJES SIGNIFICATIVOS EN NEHEMÍAS 1:4-11 Oraciones de Nehemías (véanse también 2:4; 4:4,9; 6:9 para otras oraciones de Nehemías en todo tipo de crisis o necesidad) 2:17-20 VENID Y EDIFIQUEMOS … el Dios de los cielos, Él nos prosperará … nos levantaremos y edificaremos. (Véase también la fe de Nehemías en 4:14,20.) -75-

6:3

Yo hago una gran obra, y no puedo ir. (Nehemías rehúsa desviarse de la obra que hay que hacer.) 6:11 ¿Un hombre como yo ha de huir? (Nehemías enfrenta el peligro con valor.) 6:15-16 Por nuestro Dios había sido hecha esta obra. 8:10 EL GOZO DE JEHOVÁ ES VUESTRA FUERZA. 9:6-37 La oración de confesión de los pecados. Nótese especialmente el v. 6: “Tú solo eres Jehová; Tú hiciste los cielos y … la tierra”; el v. 31: “Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso”; y el v. 33: “Pero Tú eres justo”.

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IX. TEMAS Y ENSEÑANZAS IMPORTANTES EN EL LIBRO DE NEHEMÍAS La vida de oración. Véanse Neh. 1:4-11; 2:4; 4:4,9; 6:9 para ejemplos de las oraciones de Nehemías. Oraba en toda circunstancia para buscar la ayuda y dirección de Dios. Sin embargo, era un hombre activo y no sólo un tipo contemplativo. Después de orar, actuó con firmeza. Sirve entonces como un buen ejemplo para nosotros. El buen líder se identifica con el pueblo. Véase 2:17: el mal en que estamos; venid, y edifiquemos. Nehemías no rezonga ni condena al pueblo por los problemas, sino que se identifica con ellos y les anima a buscar juntos soluciones. Así inspira la fe del pueblo y su ánimo a trabajar. La gente todavía quiere seguir a un líder que es uno de ellos y no uno que está por encima de ellos. La necesidad de la fe en Dios. Véanse la fe y confianza de Nehemías en 2:20; 4:14,20. Nehemías no confiaba en su propio poder ni capacidad, sino en Dios. Pero esa fe en la ayuda de Dios le motivó a trabajar, y así pudo inspirar a otros para que trabajaran también. Véase también 6:16, donde Nehemías da a Dios toda la gloria por la obra terminada. La necesidad de la perseverancia. Nehemías y el pueblo emprendieron una gran obra en el nombre de Dios. Tan pronto como empezaron, encontraron todo tipo de problemas: burlas, amenazas, divisiones internas, intimidación, etc. Nehemías enfrentó cada problema de la misma manera: con oración y fe en Dios, y con perseverancia y constancia en el trabajo. Debemos estar preparados para la oposición y los ataques del enemigo cuando intentamos hacer cualquier cosa en el nombre de Dios. Las características de un verdadero avivamiento. El verdadero avivamiento viene en respuesta a la clara proclamación de la palabra de Dios, 8:5-8. Produce hambre de conocer más de la palabra, 8:18. Produce un reconocimiento de nuestros pecados y arrepentimiento, 9:1-3. Produce obediencia a los mandamientos de Dios, 8:14-17. Produce un nuevo compromiso de seguir obedeciendo al Señor, 10:28-29. INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE ESTER

A. B. C. D.

I. TÍTULO, CONTENIDO, PROPÓSITO, Y LUGAR EN EL CANON Título. El libro lleva el nombre de su personaje principal. Ester es su nombre persa, y significa “estrella”. Su nombre hebreo es Hadasa (2:7), que significa “mirto”. Contenido. Relata cómo Ester, una joven judía en Persia, llega a ser el instrumento que Dios usa para salvar y preservar a su pueblo en un tiempo de grave peligro. Propósito. El libro relata la historia de Ester para explicar el origen de la fiesta de Purim, celebrada desde el siglo V a.C. para celebrar la preservación de los judíos de sus enemigos. Véase 9:26-28. Lugar en el canon. Aunque nosotros clasificamos el libro entre los libros históricos, los judíos lo incluían entre la división de los Escritos. En el canon hebreo Ester es uno de los Cinco Rollos (Rut, Ester, Cantar de Cantares, Eclesiastés, Lamentaciones) cada uno de los cuales se leía en una fiesta de los judíos. -76-

II. NATURALEZA LITERARIA El libro de Ester, como el de Rut, tiene la forma literaria de una historieta. Reconocer esto no implica ningún juicio en cuanto a la historicidad del relato. Algunos lo ven como una novela histórica, o sea, una buena historia que se basa en eventos y situaciones reales, aunque el autor quizá ha suplido o embellecido algunos detalles. Otros consideran que el libro es un relato histórico y verídico en todos los detalles. III. AUTOR Y FECHA A. Autor. Es totalmente desconocido. Algunos han interpretado 9:20 para significar que el mismo Mardoqueo mencionado en el libro fue el autor, pero parece que el autor tiene que haber sido alguien que vivió más tarde (véase el Punto B. abajo). Quien quiera que fuera, fue un judío nacionalista que sabía muchos detalles de la vida durante el período persa. B. Fecha. La historia misma se sitúa durante el reinado de Jerjes (Xerxes, 486-465 a.C.), y más específicamente entre el tercer año y el duodécimo año de su reinado (o sea, entre 483/482 y 474/473). Sin embargo, parece que el libro se escribió en un período más tarde porque mira atrás a los días de Asuero (Jerjes; véase 1:1). Fco dice que tiene que haberse escrito por el año 300 a.C., y otros creen más cerca de 400 a.C. IV. ENSEÑANZAS IMPORTANTES A. El cuidado providencial de Dios a favor de su pueblo. Véase 4:14, el v. clave del libro. Dios vela por su pueblo y arregla las circunstancias para preservarlo a pesar de las amenazas de los hombres malvados (“respiro y liberación vendrá). B. La importancia del individuo. Otra vez, véase 4:14. Aunque Dios es soberano, obra a través de individuos elegidos para ser sus instrumentos. C. La soberanía de Dios en la historia humana. El hombre no puede frustrar completamente los propósitos de Dios. No sólo en este incidente, sino en toda la historia humana, el que mira con los ojos de fe puede ver “la mano regidora de Dios”. D. La ley del pecado y la recompensa. Amán es colgado en su propia horca (véanse 7:9-10; 9:24-26). Es una advertencia contra el orgullo en particular, e ilustra cómo el pecado en general lleva la semilla de su propia destrucción (véanse Sal. 9:16; Gál. 6:7-9).

I. II. III. IV.

V. BOSQUEJO La llegada de Ester al puesto de la reina del imperio, 1:1—2:23 El complot de Amán y sus implicaciones para todos los judíos, 3:1—5:14 El triunfo de Ester y Mardoqueo y la destrucción de Amán, 6:1—7:10 El triunfo de los judíos y la destrucción de sus enemigos, 8:1—10:13

VI. PASAJE CLAVE 4:14 ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?

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EL PERÍODO ENTRE LOS TESTAMENTOS Los libros de Esdras y Nehemías relatan la historia de la comunidad judía hasta c. 425 a.C. Muchos creen que la profecía de Joel viene del período c. 400 a.C. Sin embargo, después de c. 400, entramos en un período muy oscuro en cuanto a nuestro conocimiento de la historia de los judíos. Este período oscuro sigue hasta que los seléucidas toman control de Palestina en 198 a.C. I. EL PERÍODO PERSA (539-331 A.C.) Los judíos siguieron bajo el dominio de Persia hasta 331. Los reyes de Persia que figuran en el relato bíblico son Ciro (559-530 a.C.), Darío I (522-486 a.C.), Jerjes (Asuero, 486-465 a.C.), y Artajerjes I (465-424 a.C.). Por fuentes seculares, sabemos que los judíos gozaban de cierto grado de autonomía dentro del imperio persa. Parece que el sumo sacerdote actuaba también como gobernador de Judea. Los judíos podían acuñar sus propias monedas y recoger sus propios impuestos para mantener el templo y el gobierno local (esto además de los impuestos mandados al rey de Persia). Durante este período el arameo tomó el lugar del hebreo como el lenguaje común de los judíos. Este hecho produjo los tárgumes, traducciones primeramente orales y después escritas, del A.T. al arameo. También durante este período ocurrió un cisma completo entre los judíos y los samaritanos. Josefo dice que Sanbalat construyó el templo samaritano en el Mt. Gerizim, después de que su yerno fue expulsado de Jerusalén. Esto hace a muchos pensar que el evento ocurrió en los tiempos de Nehemías o un poco después. (En Neh. 13:28, Nehemías dice que ahuyentó al yerno de Sanbalat, quien era también el nieto del sumo sacerdote judío Eliasib.) Sin embargo, Josefo fecha el evento un poco antes de la conquista de Palestina por Alejandro Magno en 331 a.C. Es posible que Josefo está equivocado en cuanto a la fecha, o es posible que había otro Sanbalat más tarde que el contemporáneo de Nehemías. (Era común en esa época ponerle al nieto el nombre de su abuelo.) Por eso, algunos creen que la ruptura completa entre los judíos y los samaritanos ocurrió entre 425 y 400 a.C., mientras otros fechan el hecho alrededor de 335 a.C. II. EL IMPERIO DE ALEJANDRO MAGNO (331-323 A.C.) Alejandro ascendió al trono de Macedonia en 336 a.C. Conquistó Asia Menor (la Turquía moderna) en 334, Palestina en 333, y Egipto en 332. Todo el imperio persa cayó en sus manos en 331, y los judíos pasaron a estar bajo su dominio. Alejandro siguió su campaña de conquista hacia el este, llegando a la India en 326. Murió en Babilonia en 323 a.C. III. EL PERÍODO TOLOMEO (323-198 A.C.) Al morir Alejandro, su gran imperio se dividió entre cuatro de sus generales. Los más importantes para la historia de Israel son Tolomeo, quien recibió Egipto; y Seleuco, quien tomó Babilonia, el norte de Siria, y Asia Menor. Los dos fundaron dinastías que llevan sus nombres: los Tolomeos en Egipto y los Seléucidas en Siria y Asia Menor. A pesar de su ubicación geográfica en Egipto y en Siria, los dos reinos eran helenistas (griegos) en lenguaje y cultura. Los reyes de ambos reinos querían dominar Palestina, y por eso, había luchas e intrigas constantes entre ellos durante todo este período. (Véase Dan. 11 para referencias a las luchas entre el rey del norte, o sea, el rey seléucida, y el rey del sur, eso es, el rey tolomeo.) Entre 323 y 198 a.C., todo Palestina permaneció bajo el control de los tolomeos. Durante esta época, c. 285 (otros dirían más cerca de 250) a.C., empezaron en Alejandría, Egipto, la traducción del A.T. del hebreo al griego. Había muchos judíos que vivían en Egipto y otros lugares fuera de Palestina que hablaron el griego y dejaron de entender el hebreo. Esta traducción al griego se llama la Septuaginta (LXX) (o la Versión de los Setenta). -78-

IV. EL PERÍODO SELÉUCIDA (198-142 A.C.) Cuando llegamos hacia el fin del período tolomeo y el comienzo del período en que los seléucidas dominaron a los judíos, tenemos más fuentes de información. Los caps. 7—12 de Daniel (especialmente el cap. 11) se refieren (en parte por lo menos) a este período. Los libros apócrifos de los Macabeos y la historia de los judíos escrita por Josefo son buenas fuentes de información sobre la historia de este período. 198 Antíoco III (el Grande) derrota a Tolomeo V (Epífanes). Palestina, que estuvo bajo el control de los tolomeos desde 323, pasa al dominio de los seléucidas (Dan. 11:12-16). Al principio los judíos están gozosos porque Antíoco les da la libertad religiosa y les ayuda a reparar el templo. 192 Antíoco III invade Grecia, pero es derrotado por los romanos en Termópilas (191) y en Magnesia (en Asia Menor, 190). Tiene que pagar tributo pesado a Roma (Dan. 11:18). 187 Antíoco III matado mientras saquea un templo para pagar el tributo a Roma (Dan. 11:19). Le sucede Seleuco IV como rey seléucida, 187-175. 175 Antíoco IV (Epífanes) rey seléucida, 175-163. Intenta unir los varios pueblos de su reino imponiendo la cultura helenista (griega). Depone al legítimo sumo sacerdote judío (Onías III) y pone en su lugar Jasón, quien apoya su política (Dan. 11:21-22). Jasón edifica un gimnasio griego en Jerusalén. 170 Onías III asesinado. Jasón pierde el sumo sacerdocio cuando Menelao le ofrece a Antíoco un soborno mayor. 169 Antíoco IV saquea el templo de Jerusalén. 168 Antíoco invade Egipto, pero los romanos le obligan a retirarse (Dan. 11:25-30). Jasón intenta tomar de Menelao el sumo sacerdocio judío, y surge una lucha entre los seguidores de los dos pretendientes. Antíoco ve esto como rebelión y manda un ejército a Jerusalén. Derriba los muros de la ciudad, mata a muchos judíos, y edifica en Jerusalén una fortaleza (el Acra) con una guarnición de sus soldados. 167 Antíoco prohíbe el ejercicio de la religión judía. No permite los holocaustos diarios a Jehová en el altar del templo. Prohíbe la observancia del día de reposo y de las fiestas judías, y prohíbe la circuncisión de los hijos bajo pena de muerte. Destruye todos los ejemplares de la ley de Moisés que puede encontrar y prohíbe la posesión de la ley bajo pena de muerte. Levanta altares paganos en cada ciudad de Judea y requiere que los ciudadanos ofrezcan sacrificios a Zeus de Olimpia y que coman carne de cerdo. Mata a muchos judíos que rehúsan cumplir sus órdenes. Levanta una imagen de Zeus y un altar a él en el templo de Jerusalén, y ofrece una cerda sobre el altar. Muchos entienden que este acto fue la “abominación de desolación” mencionada en Dan. 7:21,25; 8:9-13; 9:27; 11:31-39; 12:11. 167 Matatías de Modín, un viejo sacerdote, rehúsa ofrecer sacrificio a Zeus y mata al oficial de Antíoco. Grita, “Todos los que tienen celo por la ley y están firmes en el pacto, ¡Salgan en pos de mí!” Huye a las montañas con sus cinco hijos y junta una banda de guerrilleros. Comienza la rebelión de los macabeos. Cuando Matatías muere, su tercer hijo, Judas, asume el liderazgo de la rebelión. Se demuestra un general brillante, ganando una serie de victorias increíbles sobre los ejércitos seléucidas. Gana el apodo “Judas Macabeo” (el Martillo); de allí viene el nombre “los macabeos”. 164 Judas entra en Jerusalén y limpia el templo de Jehová. Quita todo relacionado con el culto de Zeus, levanta un nuevo altar a Jehová e instala sacerdotes fieles a Jehová. El templo se dedica nuevamente a Jehová en diciembre de 164. Este evento se recuerda anualmente en la Fiesta de Dedicación o la fiesta de las luces (hoy día llamada Hánukka). Algunos judíos están satisfechos con restaurar el culto de Jehová, pero Judas sigue luchando contra los seléucidas buscando la independencia política. -79-

160 Judas muere en batalla; su hermano Jonatán sigue la lucha. 152 Jonatán apoya a un pretendiente al trono seléucida, Alejandro Balas. Éste, al llegar al poder, nombra a Jonatán sumo sacerdote de Judea; después lo nombra gobernador también. (Nótese la ironía: la ira de los judíos contra los seléucidas comenzó en 175 cuando Antíoco intervino en los asuntos religiosos judíos nombrando el sumo sacerdote, pero aquí Jonatán acepta el nombramiento por un rey pagano.) 146 Roma destruye la ciudad de Cartago y anexiona su territorio en el norte de África. En el mismo año, Grecia pasa a ser parte del imperio romano también, organizada en las dos provincias de Acaya y Macedonia. Roma tiene un papel más y más importante en los asuntos posteriores de los judíos. 143 Jonatán asesinado a traición por Trifón, un pretendiente al trono seléucida. Su hermano Simón, último de los cinco hijos de Matatías que sobrevive, le sucede como líder judío. 142 Demetrio II, rey seléucida 147-139, exonera a los judíos de pagar impuestos en cambio por el apoyo de Simón contra Trifón. En efecto, Demetrio reconoce la independencia de los judíos. Quizá no tenía la intención de honrar su promesa, pero Simón entra en una alianza con Roma, que le obliga a Demetrio a respetar la independencia de Judea. (Por 141 140 139

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V. PERÍODO DE INDEPENDENCIA BAJO LOS REYES ASMONEOS, 142-63 a.C. esta época, Simón y sus sucesores se llaman los asmoneos o la dinastía asmonea) Simón toma el Acra, la fortaleza seléucida dentro de Jerusalén. Una asamblea popular de los judíos confirma a Simón como sumo sacerdote, comandante del ejército, y étnarca (gobernador). Demetrio tomado preso por los partos. Su hermano Antíoco VII le sucede como rey seléucida 139128. Antíoco intenta retomar Judea en 138, pero es derrotado en Azoto por los dos hijos de Simón, Juan Hircano y Judas. Simón asesinado; su hijo, Juan Hircano le sigue como gobernador y sumo sacerdote judío (134104). Antíoco VII invade Judea y asedia Jerusalén. Al fin, Judea pasa a ser un estado tributario del reino seléucida otra vez, 133-128. Pérgamo en Asia Menor pasa a ser parte del imperio romano; primera provincia romana en Asia. Antíoco VII muere en batalla contra los partos. Su hermano Demetrio II le sucede como rey seléucida otra vez (128-125), pero es demasiado débil para retener control de Judea. Juan Hircano renueva su alianza con Roma, y los judíos logran la independencia otra vez. Hircano lleva a cabo varias campañas de conquista. Toma Idumea (el territorio al sur de Judá dominado por los descendientes de los edomitas). Obliga a los idumeos a aceptar la circuncisión y los incluye formalmente en la nación judía. También conquista la región de Samaria y destruye el templo de los samaritanos en el Mt. Gerizim (hecho que no ayuda para nada las relaciones entre los samaritanos y los judíos). Esta expansión es posible porque Roma no permite la intervención de los seléucidas en Palestina. Durante el reinado de Juan Hircano, se forma el Sanedrín como un senado nacional. También en este período se organizan los partidos de los fariseos y los saduceos. Los fariseos son los descendientes espirituales de los hasidim (los piadosos), que se habían opuesto a la influencia griega en los tiempos de Antíoco Epífanes. Exaltan la ley y se oponen a los asmoneos como sumo sacerdotes. Los saduceos incluyen los principales sacerdotes. Ellos apoyan a los asmoneos y sus tendencias helenizaras (tendencias de comprometerse con la cultura griega). Aristóbulo I, hijo de Juan Hircano, le sucede y toma el título de REY de los judíos (en vez de étnarca). Reina 104-103. Conquista Galilea. -80-

103 Alejandro Janeo, hermanastro de Aristóbulo, se casa con su viuda, Salomé Alejandra. Toma los títulos de rey y sumo sacerdote. Su reinado (103-76) se caracteriza por crueldad, opresión, ambición e interés propio. Se involucra en muchas guerras. Conquista más territorio, pero varias veces casi pierde todo en guerras contra los tolomeos (103), los árabes nabateos (96), y los seléucidas (94-88). También debe enfrentar muchas luchas internas. Una vez crucifica a unos 800 fariseos porque se le opusieron. 76 Salomé Alejandra toma el título de reina (76-67) cuando muere Alejandro Janeo. Instala a su hijo, Hircano II, como sumo sacerdote. 67 Al morir Salomé, su hijo menor Aristóbulo II se levanta contra su hermano, Hircano II, y toma poder como rey y sumo sacerdote (67-63). 66 El general romano Pompeyo conquista Ponto en Asia Menor, Armenia (incluyendo territorio que antes era parte del reino seléucida), y parte de Mesopotamia. El año siguiente, conquista Siria. 65 Hircano II , apoyado por Antípater de Idumea y Aretas, rey de los árabes nabateos, ataca Jerusalén intentando retomar el poder de su hermano Aristóbulo II. Hay una guerra civil que dura 65-63. Tanto Hircano como Aristóbulo apelan a Pompeyo por ayuda. Al fin, Pompeyo decide apoyar a Hircano. 63 Pompeyo toma la ciudad de Jerusalén. Destruye los muros de la ciudad y por curiosidad, entra en el lugar santísimo del templo, un sacrilegio que los judíos nunca olvidan. Mata a muchos judíos, y lleva otros a Roma como esclavos. (Éstos después son libertados y establecen una colonia judía en la ciudad de Roma.) Judea pierde su independencia y pasa a ser parte del imperio romano. Se le quita todo el territorio conquistado en Samaria, Transjordania, Galilea, y la llanura marítima. 63

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VI. PERÍODO ROMANO, 63-4 a.C. (135 d.C.) Al tomar Jerusalén, Pompeyo instala a Hircano II como sumo sacerdote, puesto que ocupa 63-40. Sin embargo, Hircano es débil; está bajo la influencia de Antípater de Idumea, quien realmente ejerce el poder en Judea. Julio César nombra a Antípater de Idumea procurador de Judea (Hircano II retiene los títulos de sumo sacerdote y étnarca). Herodes, el hijo de Antípater, se nombra prefecto militar de Galilea. Julio César visita Jerusalén y hace muchas concesiones a los judíos en cuanto a la práctica de su religión. Casio, el procónsul de Siria, nombra a Herodes prefecto militar de Siria austral. Antípater de Idumea asesinado. Marco Antonio nombra a Herodes y su hermano Fasael como tetrarcas conjuntos de Judea. Herodes se casa con Mariamne, princesa de la dinastía asmonea (su padre era hijo de Aristóbulo II y su madre era hija de Hircano II). Antígono, hijo de Aristóbulo II, ataca Jerusalén con la ayuda de los partos. Toma la ciudad, mutila a Hircano II para que no pueda servir como sacerdote, y toma el título de sumo sacerdote para sí. Antígono ejerce el poder real, 40-37; Herodes tiene que huir a Roma. Allí Octavio y Antonio nombran a Herodes rey de los judíos, pero tiene que volver y luchar contra Antígono para tomar el poder. Herodes toma la ciudad de Jerusalén. Reina como Herodes el Grande, rey de los judíos, 37-4 a.C. Nacimiento de Filón, filósofo judío de Alejandría, Egipto, 30 a.C. – 45 d.C. Escribe varios libros apologéticos para defender la fe judía frente al mundo grecorromano. Sus ideas después citadas por varios líderes y teólogos cristianos. Octavio toma el título César Augusto; reina como emperador de Roma desde 27 a.C. hasta 14 d.C. Cambia la república en el imperio romano. Jesús nace durante el reinado de Augusto. Herodes empieza la reconstrucción del templo de Jerusalén en un intento de complacer a los judíos. -81-

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Muerte de Herodes; el nacimiento de Jesús tiene que haber acontecido antes de esta fecha. Parece que Jesús nació entre 8 y 4 a.C. (El monje que fijó el calendario basado en el nacimiento de Jesucristo calculó mal la fecha.) (Los judíos siguen bajo el dominio de Roma hasta después de la segunda destrucción de Jerusalén por los romanos en 135 d.C. Sin embargo, la historia de este período tiene que ver con el Nuevo Testamento.)

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