MES de la FAMILIA octubre de 2012 – 3ª ficha Comisión Nacional de la Pastoral de la Familia y la Vida

LA FAMILIA y la FIESTA En este 3er. encuentro les proponemos identificar algunos aspectos relevantes que tienen especial incidencia en la vida de nuestra familia como ámbito de encuentro y por eso mismo de fiesta. Se trata de acercarnos a la realidad de la propia familia y buscar cómo crecer en fidelidad a la Vocación recibida de Dios de ser: FAMILIA PATRIMONIO de HUMANIDAD. ORACIÓN Padre, tú nos llamas a que nuestra familia sea reflejo de tu Reino, así nos regalas vivir la fiesta de tu amor en nuestro corazón y ser capaces de comprensión y amor desinteresados. Te pedimos para nuestra familia un clima de serenidad y esperanza ante las situaciones conflictivas. Que vivamos contentos con lo que hemos construido, pero, al mismo tiempo, no nos encerremos en nuestra casa y estemos atentos a las necesidades de los que nos rodean para ser signos de encuentro y punto de unión. Te pedimos nos regales tu presencia en este encuentro. A ti que nos llamas a ser familia, que viva la fiesta de encontrarnos. Tú que vives con tu Hijo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

VER ¿QUIÉNES SOMOS LOS URUGUAYOS? Encuesta realizada a hogares por Interconsult entre los días 28 al 30 de Setiembre del 2001, Soc Giorgina Piani

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Toda comunidad necesita pensarse a si misma, auto representarse, imaginarse en términos de sentimientos y referencias comunes que le permitan coexistir en forma ordenada. De hecho la identidad de un país o nación nos habla de la forma en que sus integrantes responden a la pregunta: ¿quiénes somos? La identidad de una sociedad se construye y proyecta con elementos cambiantes que se relacionan con los diferentes momentos históricos por los cuales transitan las estructuras sociales. En este sentido la construcción de la ‘uruguayéz’ ha recorrido diversas etapas, sus orígenes se pueden rastrear en el sentimiento de ‘orientalidad’ conformado casi simultáneamente con la creación del Estado Uruguayo, pasando por el mito del ‘país modelo’ y la ‘Suiza de América’ hasta llegar al agotamiento y crisis del paradigma. Según una Encuesta realizada por INTERCONSULT en exclusividad para El País existen actualmente en el imaginario colectivo de los uruguayos residuos de los elementos que conformaron las diferentes etapas de la identidad nacional en el pasado y que se mezclan y confunden en esta nueva búsqueda de respuestas. Los uruguayos Orientales El 44% de la población apela a la simbología charrúa y gauchesca para definir los referentes del ser uruguayo, elementos que conformaron la primera versión de nacionalidad allá por el último cuarto del siglo XIX. Un 18% de los encuestados piensa que el mate es el elemento que más nos identifica como uruguayos y un 2% se inclina por el tradicional plato gauchesco: el asado. También las características de la personalidad uruguaya se tomaron prestadas, en este caso del imaginario colectivo respecto a los charrúas. Los relatos de la época los presentaban como un pueblo noble, amigable, hospitalario y servicial, aspectos que serían heredados por la nación uruguaya. El 9% de los consultados concuerda en que la principal marca de la uruguayéz es la solidaridad, un 7% piensa que es la amabilidad, un 5% la honestidad, un 2% menciona la ‘garra charrúa’ y un 1% el espíritu indomable de libertad. ‘La Suiza de América’ Por otro lado, en el imaginario social actual de los uruguayos también se pueden rastrear vestigios del segundo modelo de identidad que surge como el paradigma del ‘país modelo’, forjado a principios del siglo XX a la luz del Estado Batllista. El 15% de la población piensa que nos identificamos por nuestra ‘excepcionalidad’, el buen nivel cultural (7%) educativo (6%) y el alto grado de armonía e integración social (2%). ‘El país del bajón’ A estas dos visiones positivas de la identidad uruguaya se contrapone el modelo del ‘país gris’ (15%). Un 3% considera que nuestra principal característica es la impuntualidad, el pesimismo (3%) y el conservadurismo (3%). Un 2% dice que somos tristes, ‘bajoneados’ y otro tanto critica justamente la ausencia de un sentimiento de identificación común. Finalmente un 1% se refiere a la ‘viveza criolla’ y otro tanto al ‘bandalismo’ como particularidades de nuestro pueblo. ‘La celeste y gris’ A través de los diferentes aspectos de la vida social y cultural los uruguayos van imaginando y dibujando su propia identidad. En el área musical nos identificamos principalmente con el Folklore y el Candombe (24 y 23% respectivamente). Por su origen rural el Folklore es más popular en el Interior del País (31%) mientras que el Candombe está más arraigado en el imaginario de los montevideanos (28%). El celeste es sin 2

lugar a dudas el color que más nos representa como uruguayos (48%): ‘cual retazo de los cielos’ estampado en la camiseta de la gran pasión popular. Pero un 12% señala el gris como mejor indicador de nuestra idiosincrasia y estado de ánimo actual.

Para compartir en grupo La integración al grupo familiar tiene muchas modalidades y cada uno de sus miembros hace su camino, de ahí que las valoraciones, muy probablemente, sean diversas. Este compartir en grupo puede ser una oportunidad para crecer en el diálogo que puede continuar en la vida cotidiana. Es importante mirarse, escucharse sin interrumpir a quien habla y no emitir juicios sobre lo que se escucha porque es cómo la otra persona está viviendo su integración y vínculos familiares.

Nos podemos preguntar: + ¿Hubo sorpresas en los resultados de la encuesta? + ¿Tiene algún reflejo en la vida cotidiana de nuestra familia? + ¿En qué respuesta valoramos diversamente y por qué? + ¿Qué sentimientos me generan? + ¿Qué opinión de los encuestados me impactó especialmente y por qué?

JUZGAR1 Según nos revela la Palabra de Dios, Él hace fiesta y ofrece su fiesta a la humanidad. Es muy bonita la imagen sobre cómo Dios crea al mundo: “(Así habla la divina Sabiduría:) cuando disponía el fundamento de la tierra, yo estaba con él como artífice y era su delicia cada día: jugaba delante de él en cada instante, jugaba sobre el globo terrestre, poniendo mi delicia entre los hijos del hombre” (Prov. 8,29-31). “Él (el Verbo) estaba, al principio, junto a Dios: todo estaba hecho por medio de Él y sin Él nada estaba hecho de todo lo que existe” (Jn 1,2-3). Jesús nos dice: “el Padre también actúa ahora y también yo actúo” (Jn 5,17). La Historia, como Reino de Dios, es comparada a una gran fiesta de bodas que se inicia ya en este mundo como un germen y que culminará en la eternidad. “El Reino de los cielos es semejante a un rey, que hace una fiesta de bodas para su hijo” (Mt 22,2). “Bienaventurados los invitados al banquete de las bodas del cordero” (Ap 19,9). Las principales características de la fiesta que vivimos como personas se encuentran en sintonía con el proyecto de Dios. La fiesta es una experiencia comunitaria: no se

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Síntesis de las Conclusiones del VII Encuentro mundial de las Familias – Cardenal Antonelli - Milán 2012

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puede hacer fiesta solos. Hay fiesta si estamos juntos con otros, en familia, en la comunidad parroquial, en la comunidad civil, en el grupo de amigos... La fiesta se repite periódicamente: el domingo de cada semana, los aniversario y cumpleaños, las celebraciones civiles. Está ubicada dentro de una tradición, como en una corriente de vida que viene de lejos y va lejos, haciendo memoria del pasado y alimentando la esperanza del futuro. Da un sentido de seguridad e infunde nuevas energías para afrontar la precariedad, la fatiga y el sufrimiento de nuestra vida diaria. La fiesta tiene una nota característica: la gratuidad; tiene valor por sí misma. Nos alegra la vida, la familia, la comunidad, el trabajo… Se admira la verdad y lo bello. Se agradece por los dones que recibimos de Dios y de los demás, especialmente de las generaciones pasadas. Para nosotros cristianos, la fiesta por excelencia es el domingo, anticipo de la fiesta eterna. Es el día del Señor resucitado y de la comunidad cristiana que lo celebra en la Eucaristía. Él nos reúne para darnos su Palabra y entregarse con el mismo amor con que ha muerto por nosotros. Nos comunica su Espíritu, para unirnos a Él y entre nosotros. Nos envía en misión a llevar su amor a todos. Refuerza, en particular, la alianza nupcial de los esposos. La participación en la Eucaristía, dice Benedicto XVI, da “forma eucarística a toda la vida” (Sacramentum Caritatis, 72); o sea, le da la forma de agradecimiento, por haber sido amados, y del don de sí hasta el sacrificio, para corresponder al amor. Cuando es posible, es bueno que la familia vaya a la Misa toda junta. El buen ejemplo dado por el padre de familia, según las investigaciones estadísticas, indican que hay una fuerte incidencia positiva sobre la futura participación dominical de los hijos, una vez que llegan a la madurez. Nos ayuda a recibir todas las cosas como dones y posibilidad de bien, a ver a Dios en todas las cosas. Ser cristianos sin la Eucaristía es como querer ser cristianos sin Jesucristo. . A la Misa festiva se necesita unir el descanso y la dedicación a nuestros familiares. La mesa festiva, como un rito de la familia, estar juntos disfrutando. Es también deseable que el día de fiesta sea enriquecido por otras experiencias humanas y espiritualmente significativas como juegos, actividades formativas, obras caritativas, visitas a los parientes y amigos, paseos, contacto con la naturaleza, actividades culturales. La celebración del domingo, da sentido y belleza también a la vida diaria. Así la familia llega a ser lugar de gozo cotidiano, de buen humor, de disfrute, de atención y dedicación recíproca, de riqueza relacional y afectiva. El lugar de trabajo llega a ser ambiente de amistad, de actividad plena de sentido y desarrollo con satisfacción, alguna vez incluso de momentos festivos entre colegas, para celebrar cumpleaños, aniversarios de matrimonio, nacimiento de los hijos, avances en la carrera. La cultura individualista, utilitarista, consumista y relativista ha empobrecido las relaciones humanas y ha comprometido la confianza entre las personas; ha provocado la crisis de la economía, del trabajo y de la familia. El redescubrimiento del hombre como 4

sujeto esencialmente relacional y el cuidado de la buena calidad de las relaciones, llevarán a la superación de la crisis del trabajo y de la familia. La crisis hace emerger el malestar latente de hace tiempo y abre perspectivas nuevas.

Para compartir en grupo: Teniendo en cuenta el primer momento del VER y a la luz de estos planteos sobre la fiesta como experiencia de relaciones humanas y cristianas: + ¿Cómo se iluminan las diversas situaciones planteadas? + ¿Qué cuestionamientos nos hacen? + ¿Qué caminos de crecimiento, como experiencia de relaciones humanas y cristianas, podemos asumir?

ACTUAR -

Cada matrimonio busca acordar algunos compromisos concretos en los que ve más necesario crecer como Familia Patrimonio de humanidad, llamada a vivir la fiesta.

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Puede haber un segundo momento en que los matrimonios que lo deseen comparten con el grupo. A partir de lo compartido se pueden elegir algunas intenciones por las que rezar, concluyendo rezando todos juntos:

ORACIÓN FINAL Padre de nuestro Señor Jesucristo, y Padre nuestro, te adoramos Fuente de toda comunión; protege a nuestras familias con tu bendición para que sean lugar de comunión entre los esposos y de vida plena donada recíprocamente entre padres e hijos. Te contemplamos, Artífice de toda perfección y de toda belleza; concede a toda familia un trabajo justo y digno, para que podamos tener el sustento necesario y disfrutar el privilegio de ser tus colaboradores en la edificación del mundo. Te glorificamos, Motivo de la alegría y de la fiesta; abre también a nuestras familias los caminos de la dicha y el descanso para gustar desde ahora aquel gozo perfecto que nos has donado en Cristo resucitado. Así nuestros días, laboriosos y fraternos, serán una ventana abierta hacia tu misterio de amor y de luz que Cristo tu Hijo nos ha revelado y el Espíritu Vivificante nos ha anticipado. Y viviremos alegres de ser tu familia, en camino hacia Ti, Dios bendito por los siglos. Amén. (Oración del VII Encuentro Mundial de las familias – Milán 2012)

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