JUNTOS EN LA PALABRA

JUNTOS EN LA PALABRA (LA CENTRALIDAD DE LA PALABRA DE DIOS PARA LA COMUNIDAD MISIONERA IBEROAMERICANA A TRAVÉS DE UN DISCIPULADO RADICAL) Bertil Ekstr...
16 downloads 0 Views 178KB Size
JUNTOS EN LA PALABRA (LA CENTRALIDAD DE LA PALABRA DE DIOS PARA LA COMUNIDAD MISIONERA IBEROAMERICANA A TRAVÉS DE UN DISCIPULADO RADICAL) Bertil Ekström Introducción:  ¿Donde está la base doctrinal para el movimiento misionero iberoamericano? ¿Cuál es el papel de las Escrituras en nuestra misionología?  ¿Cómo asegurar la libertad de cuestionar y de hacer análisis sin poner en riesgo la autoridad de las Escrituras y el respeto por la Palabra de Dios?  ¿De qué forma colaboramos con la Palabra de Dios? Texto: 1 Timoteo 4:1-16 I. Las Orientaciones de Pablo a Timoteo Las orientaciones de Pablo a Timoteo nos dan importantes sugerencias de cómo contestar estas preguntas. La preocupación de Pablo en la preservación de la sana doctrina, a pesar del crecimiento de la Iglesia y con la llegada de nuevas generaciones de liderazgo. Había, sin embargo, grandes desafíos como:  Apostasía, abandono, de la fe  Obediencia a espíritus engañadores y a enseñanzas diabólicas  La hipocresía de los que hablaban mentiras y que tenían cauterizada su propia consciencia  La exigencia del cumplimiento de un legalismo anti-bíblico  Leyendas profanas y otro mitos semejantes El antídoto, según Pablo es:  Nutrirse con las palabras de la fe y de la buena enseñanza – v. 6  Rechazar las herejías y ejercitarse en la piedad – v. 7  Encargar y enseñar todo lo que es correcto – v. 11  Volverse en un modelo para los fieles – v. 12  Dedicarse a la lectura pública de las Escrituras y a enseñar y a animar a los hermanos – v. 13  No ser negligente con el don dado por el Espíritu Santo – v. 14  Meditar y ser diligente (ser pro-activo en el cuidado, celar, esforzarse) – v. 15  Tener cuidado de la conducta y de la enseñanza – v. 16

II. Los Ataques Externos a la Palabra de Dios a lo largo de la historia de la Iglesia Entre ellos:  El Legalismo  La Seducción de la Sabiduría Humana – concretizada en el Humanismo  El Peligro del Relativismo Cultural y Religioso – por ejemplo en el Existencialismo  El Conflicto entre la Fe y la Ciencia – La Racionalización – típica de la era moderna – la idea de que la Biblia es retrograda y anticuada Estos y otros nos proponen desafíos como:  El Desafío de la Relevancia de la Interpretación y de la Aplicación Bíblica para cada época  El reto de buscar la Coherencia entre el Mensaje Bíblico y la vida diaria en medio a la sociedad III. Los Desafíos Internos que han cuestionado las Escrituras como Autoridad Suprema en la Vida Cristiana y en la Elaboración de una Misionología Iberoamericana    



El peligro de valorar la tradición más que las Escrituras El peligro de dar más crédito a las decisiones de los concilios y asambleas que a la Biblia – no siempre la democracia lleva a la verdad El peligro del fundamentalismo – la lectura que no considera el contexto cultural y histórico – biblio-latría – idolatría del libro en si, usándolo como amuleto, talismán El peligro de ser cético – dudar de todo y no creer que haya verdades absolutas – aplicado a la Biblia lleva a un criticismo insano y pernicioso de todo lo que la Biblia dice El peligro del dogmatismo – conservador o liberal

¿Cuáles son entonces las bases no negociables del Evangelio y de las Escrituras? IV. La Centralidad de la Palabra de Dios El Pacto de Lausana dice lo siguiente: 2. AUTORIDAD Y PODER DE LA BIBLIA Afirmamos la divina inspiración, fidelidad y autoridad de las Sagradas Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento, sin error en todo lo que aseveran, y que son la única norma infalible de fe y conducta. Afirmamos también el poder de la Palabra de Dios para cumplir Su propósito de salvación. El mensaje de la Biblia se dirige a toda la humanidad, puesto que la revelación de Dios en Cristo y en las Escrituras es inalterable. Por medio de ella el Espíritu Santo sigue hablando hoy. El ilumina la mente del pueblo de Dios en cada cultura, para percibir la verdad nuevamente con sus propios ojos, y así muestra a toda la iglesia más de la multiforme sabiduría de Dios.

El Compromiso de la Ciudad del Cabo 6. Amamos la Palabra de Dios A) La Persona que la Biblia revela. B) La historia que la Biblia cuenta. C) La verdad que la Biblia enseña. D) La vida que la Biblia requiere. Confesamos que decimos fácilmente que amamos la Biblia, sin amar la vida que ella enseña: la vida de esforzada obediencia práctica a Dios a través de Cristo. Sin embargo, "no hay nada que con mayor elocuencia respalde al evangelio que una vida transformada, ni nada que lo desacredite tanto como una vida inconsistente con aquél. Se nos ha ordenado comportarnos de una manera digna del evangelio de Cristo, y aun 'adornarlo' resaltando su belleza por medio de vidas santas".[21] Por lo tanto, por el bien del evangelio de Cristo, nos comprometemos nuevamente a demostrar nuestro amor por la Palabra de Dios creyéndola y obedeciéndola. No existe misión bíblica sin una vida bíblica.

Misiones parte de la centralidad de las Escrituras Hacemos misiones porque es un orden divino. No lo hacemos por el hecho que nos presionaran a hacerlo, o porque nosotros deseamos ser tan buenos como los demás. Ni tampoco por creer que somos los salvadores del mundo y que tenemos las iglesias más pujantes y vigorosas del planeta. No, es por el mandamiento dado por nuestro Señor Jesucristo. ¡Id, y haced discípulos de todas las naciones! Hay, sin duda motivaciones humanitarias y racionales, pero basamos nuestro movimiento misionero en la autoridad de las Escrituras, creyendo que el mandato dado a la iglesia que hallamos en la Biblia sigue siendo actual e imperativo. La principal tarea misionera es hacer discípulos. “Haced discípulos, yendo, bautizando y enseñando a obedecer”. Hacemos discípulos porque nosotros somos discípulos de Cristo y queremos obedecerle a él. Creo que hemos sido buenos en ir y bautizar, pero el enseñar a guardar y obedecer ha sido nuestro reto más grande. Junto en la Palabra significa para mí reunirse alrededor de la Palabra, compartir, reflexionar y poner en práctica. En otras palabras, ser un discípulo, vivir de acuerdo con los principios de la Palabra de Dios. Llevar en serio la Palabra es obedecer. Nuestro problema como líderes no es la falta de conocimiento de la Palabra pero la falta de ponerla en práctica.

V. ¿Cuáles son las Características del Discipulado? Creo que podemos describirlo en los siguientes términos: 1. Seguir al Maestro y Señor Jesucristo en una relación íntima, caminar con Él siempre 2. Aprender con las enseñanzas de Jesús, siendo obediente 3. Imitarle a Él en sus actitudes y acciones, teniendo la mente de Cristo 4. Crecer y madurar en Cristo y juntamente con los demás en el Cuerpo de Cristo – un discipulado colectivo (Efesios 4) 5. Resistir a la mentalidad y a los patrones de este mundo. Resistir al Ego, y a la gracia barata (como descrita por Bonhoeffer) 6. Reproducir – hacer nuevos discípulos de Jesús 7. Terminar bien la vida – mantener la fe (2 Tim 4:6-8) Me gustan los puntos que John Stott incluye en su último libro, su legado y herencia final, quizás el clímax de una vida dedicada al estudio de la Palabra. El Discípulo Radical: Aspectos del Discipulado que con Frecuencia se Descuidan, describe algunas de las características de discipulado cristiano. Vea los títulos de los capítulos: 1. No al Conformismo 2. Semejantes a Cristo 3. Madurez 4. El Cuidado de la Creación 5. Sencillez 6. Equilibrio 7. Dependencia 8. La Muerte Stott concluye diciendo: “Hemos considerado ocho características de los que desean seguir a Jesús, y que juntas forman mi imagen de un discípulo radical. Básico para todo discipulado es nuestra decisión de no solamente llamar a Jesús con títulos refinados pero de seguir sus enseñanzas y obedecer a sus mandamientos. (Stott, A Radical Disciple, 2010:134,135). Para mí, la centralidad de la Palabra de Dios en nuestras vidas y en la Iglesia se demuestra en la medida que damos espacio para la lectura, la meditación, la enseñanza y la aplicación de la Palabra en nuestro quehacer diario. Si hemos visto el uso de las Escrituras de forma parcial y muchas veces como un amuleto sagrado con tapa negra que poco tiene a ver con nuestra vida diaria, también nos hemos equivocado con frecuencia cuanto a que significa ser un discípulo.

Discipulado ha sido entendido  Más como un curso que como un estilo de vida  Más como conocimiento y teoría que como una práctica diaria  Más relacionado con cosas externas que con la vida interior  Más relacionada con la vida interna de la iglesia que con la presencia en la sociedad  Más como logro y conquista personal que como obra de Dios en nuestras vidas  Más como algo individual que colectivo

El resultado ha sido: 1. Una Evangelización sin profundidad – el dicho en África de un Cristianismo con una milla de anchura y una pulgada de profundidad, también es nuestra realidad. 2. Un fuerte Sincretismo, no solamente en la Iglesia Católica Romana y en los movimientos neo-pentecostales pero muchas veces también en iglesias evangélicas tradicionales e históricas. La falta de enseñanza bíblica genera confusión, lectura fraccionada de la Biblia y sacralización de dogmas humanos. 3. Una teología basada en buenas obras, legalismo y tradiciones denominacionales sin la debida reflexión y contextualización. El catálogo de pecados sigue siendo la forma como intentamos mantener los creyentes dentro de ciertos límites y parámetros, no dando la oportunidad para un crecimiento en la Palabra de Dios que resulta en madurez en la fe. 4. Extremos teológicos tanto de sacrificio y pobreza como de prosperidad y riqueza. 5. Pocos líderes maduros que pueden ser ejemplos de discipulado. Ceo que es uno de los más grandes desafíos. La tendencia es de reconocer, y quizás aún esperar, un liderazgo autocrático y auto-suficiente. El líder siervo y humilde es visto como débil y poco atractivo. El ideal de liderazgo es muchas veces relacionado con poder, influencia y prosperidad, de acuerdo con el modelo del coronelismo, del caudillismo que fue implantado en nuestras tierras, y reforzado por ciertos modelos de ministerios supuestamente exitosos. ¿Qué falta? ¡Una búsqueda de modelos en las Escrituras, entender el modelo de Jesús! 6. Corrupción e inmoralidad – también entre el pueblo de Dios es otro síntoma de la falta de poner la Palabra de Dios como norma de conducta ética y moral. 7. Creciente secularización y materialismo en nuestras iglesias, son otros aspectos que me preocupan y que demuestran la falta de discipulado y de caminar en la Palabra.

Por lo tanto, ¿cuáles son algunos de los desafíos que tenemos en Iberoamérica? 1. Enseñanza bíblica en las Iglesias No en primer lugar manuales, programas o estrategias de discipulado que necesitamos, pero la predicación e instrucción en la Palabra de Dios. Nada substituye la Biblia en el proceso de hacer discípulos. Sí, yo conozco la realidad, también he sido pastor local. Muchos buscan los cultos como diversión Gospel. Les gusta ver a una presentación profesional con buenos músicos y cantantes y escuchar a una predicación que habla a su favor, no en contra. Están dispuestos a pagar por esto y cuanto más las iglesias ofrecen la promesa de una vida buena y de salud, tanto más van a contribuir. La reflexión más profunda en las Escrituras exige demasiado, principalmente si requiere un cambio de estilo de vida. Con todo lo de emoción y competencia de parte de movimientos de milagros y sanidad, es realmente difícil para un pastor latinoamericano insistir en un serio compartir de los principios bíblicos. Pero no podemos desanimar o desistir. 2. Capacitación de líderes en nuestros seminarios. Muchas veces lo que falta en la capacitación teológica es el énfasis en el poder de la Palabra de Dios y en la acción del Espíritu Santo a través de la Palabra. Mi experiencia de más de 30 años en la capacitación de líderes es que muchos estudiantes llegan al seminario sin una buena fundamentación bíblica y no han recibido un discipulado de parte de su pastor o de otro líder en la iglesia. Tenemos que hacerlo en el seminario, pero es un ambiente artificial que muchas veces no conecta con la realidad. La pregunta es cómo hacerlo diferente. 3. Ejemplos vivos de cómo ser un discípulo Creo que el factor más importante en la formación de discípulos son los ejemplos que pueden ser seguidos e imitados. Estos muestran a través de su vida la centralidad de la Palabra de Dios en su quehacer diario. Y esto vale también para la obra misionera. Un buen criterio para evaluar el éxito de las iglesias y del movimiento misionero iberoamericano hoy es ver qué clase de líderes estamos formando. ¿Son siervos o caudillos? ¿Son buenos ejemplos para otros o no? 4. Tener una Mentalidad del Reino La centralidad de la Palabra de Dios y el discipulado radical promueven los valores del Reino de Dios. El número creciente de creyentes tiene que significar una influencia mucho más fuerte e positiva en la sociedad. Si la Iglesia Evangélica está centrada en la Palabra de Dios entonces ella defiende y lucha por la restauración de individuos, familias, comunidades y naciones. Los cristianos necesitan ser paladinos de la paz y de la reconciliación, de libertad a los oprimidos política, económica, social y espiritualmente.

Defiende los derechos humanos, incluyendo libertad religiosa, la igualdad de derechos y oportunidades tanto de mujeres como de hombres, y el cuidado por el medioambiente. Creo que necesitamos regresar a la sinagoga de Nazaret vez tras vez, para escuchar las palabras de Jesús cuando declara su misión. (Lucas 4:18,19).

Conclusión Necesitamos un estudio y una exposición coherente de las Escrituras, usando las herramientas que tenemos. Llevar en cuenta tanto el contexto histórico como la cultura vigente de la época de la escrita. Esto nos ayuda a entender lo que el autor quiso decir y que los primeros lectores entendieran. Esto también nos lleva a una lectura con criterios y nos salva del fundamentalismo y de una aplicación fuera del contexto. Pero, no es suficiente. Hay un elemento a-cultural y a-temporal en la Palabra de Dios que significa que la palabra tiene relevancia y aplicación en todas las épocas y en todas las culturas. Es lo que Andrew Walls llama de ”translatability”, la habilidad, capacidad y poder que el Evangelio tiene de ser traducido a cualquier contexto. Hay principios innegociables que no podemos quitar o dejar de comunicar. La Palabra sigue siendo la norma debajo del cual la cultura y la comunicación contextualizada se someten. No hay relativismo en la Palabra. Necesitamos rescatar la centralidad y de nuevo reconocer la autoridad de las Escrituras. Y esto, no en primer lugar hablando sobre ella pero practicando. ¡La Palabra de Dios es central para nosotros! Sigamos juntos en la Palabra de Dios, como discípulos obedientes a nuestro Maestro y Señor Jesucristo. ¡A Dios toda la gloria!