INTRODUCCION AL PAIS, ESTADOS UNIDOS: Estados Unidos cree firmemente que ha protagonizado una de las historias de mayor éxito del mundo moderno: una nación constituida por una mezcla dispar de pueblos que tenían poco en común, aparte del deseo de encontrar sus propios caminos hacia la riqueza, y que abrazaron los nobles ideales enunciados en la Constitución y en la Declaración de Independencia, para forjar la nación más poderosa de la Tierra. A pesar de las polémicas relativas a la destrucción de las culturas indígenas, al racismo, al imperialismo y a las dudosas operaciones de la CIA (que son tan sólo algunos aspectos negativos de una larga lista de las injusticias que se le achacan), Estados Unidos dio al mundo el derecho a perseguir la felicidad, la libertad de opinión, la electricidad, los aviones, los frigoríficos, la lanzadera espacial, los ordenadores, el blues, el jazz, el rock and roll y las películas que culminan con el baile de graduación de la escuela superior. En un viaje corto puede resultar difícil desmantelar las ideas preconcebidas, puesto que el culto a la propia mitología y la autopromoción son rasgos típicos de sus habitantes. El país se ha filmado, fotografiado, pintado y escrito tantas veces que el viajero necesita ir penetrando una a una las capas de la representación para evitar que le parezca un plató cinematográfico. La nación puede parecer extraña cuando empiezan a aparecer ante los ojos del visitante novedades tales como las tiendas abiertas las 24 horas del día, tazas enormes de café, telepredicadores, gasolina barata y periódicos arrojados desde una bici al césped del jardín. Pero fiarse de esta primera impresión no tiene mucho sentido, y bastará con mirar durante media hora el programa de Oprah Winfrey para percatarse de que los rituales y tendencias de la vida estadounidense son mucho más complejos, seductores y desconcertantes que los de la más extraña de las culturas. Para visitar Estados Unidos es preferible adoptar una actitud abierta y olvidarse de los estereotipos. De esta manera, el visitante descubrirá, libre de prejuicios, estimulantes metrópolis, numerosos paisajes realmente hermosos, un fuerte sentimiento regionalista, una mitología penetrante, más historia de la que sus habitantes suelen reconocer y, tal vez, los nativos más accesibles del planeta.

INFORMACION PRACTICA: Nombre oficial: Estados Unidos de América Superficie: 9.630.000 km² Población: 290.000.000 hab. Capital: Washington DC (570.000 hab.) Nacionalidades y etnias: 71% caucásicos, 12% latinos, 12% afroamericanos, 4% asiáticos, 0,9% nativos americanos Idioma: inglés (oficial), otros idiomas, sobre todo español Religión: 56% protestantes, 28% católicos, 2% judíos, 1% musulmanes Régimen político: república federal de 50 estados Jefe de Estado: George W. Bush PIB: 10,45 billones de dólares PIB per cápita: 36.300 dólares Crecimiento anual: 4,1% Inflación: 2,2% Principales recursos económicos:: petróleo, electrónica, informática, automóviles, industria aeroespacial, agricultura

Principales socios comerciales: Canadá, Japón, Unión Europea Visados: La mayor parte de los turistas requieren visado. En cualquier caso, los canadienses sólo precisan una prueba de ciudadanía, mientras que un programa recíproco, que permite prescindir de visado, faculta a los ciudadanos de Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Eslovenia, España, Finlandia, Francia, Italia, Países Bajos, Reino Unido, Suecia, Suiza, Japón, Australia y Nueva Zelanda a residir hasta 90 días sin visado si poseen un billete de regreso y demuestran que disponen de una economía desahogada. Esto puede ser verificado por los agentes del Servicio de Inmigración.El govierno constantemente cambia los requerimientos para entrar en el país, por lo que conviene informarse con tiempo de antelación. Condiciones sanitarias: Excelentes, aunque la sanidad no es gratuita, por lo que es preferible adquirir un seguro médico temporal privado, ya que los tratamientos médicos son muy costosos. Hora local: GMT-5 zona del Este, GMT-6 zona del centro, GMT-7 zona montañosa, GMT-8 zona del Pacífico, GMT-10 zona de Hawai y las Aleutianas Electricidad: 110 V Pesos y medidas: sistema británico Turismo: 45 millones al año. CUANDO IR: Los viajeros acuden principalmente a Estados Unidos en verano; coincide con la época vacacional de los estadounidenses. Para evitar las multitudes (en especial en los parques nacionales) es recomendable viajar en otoño o a principios de primavera. Otoño es la estación ideal para visitar Nueva Inglaterra y los Grandes Lagos, porque coincide con un gran despliegue de colores en los bosques. El área situada al este de las Rocosas es cálida y húmeda durante el verano, sobre todo en el Sur. Los desiertos que se extienden entre las Rocosas y Sierra Nevada (que delimitan el extremo oriental de California) son extremadamente cálidos y secos durante el verano, en particular en el Suroeste. La costa meridional de California es agradable durante todo el año, pero si se pretende acudir con asiduidad a la playa es preferible visitarla entre junio y septiembre. FIESTAS Y CELEBRACIONES: A los estadounidenses les encantan los desfiles y la grandiosidad, por lo que las fiestas y celebraciones no escasean. La mitad del país se paraliza durante la Superbowl, la final itinerante del fútbol americano, que se juega en enero. El Mardi Gras (carnaval) de Nueva Orleans, en febrero-marzo, es una fiesta bullanguera interesante para el turista. El Día de San Patricio, a mediados de marzo, se celebra con desfiles y pintas de cerveza irlandesa, y tiene especial relevancia en Nueva York y Chicago. El Derby de Kentucky se celebra en mayo en Louisville. El Día de la Independencia (4 de julio) se conmemora con una buena dosis de banderas ondeantes, patriotismo, fuegos artificiales y bebidas alcohólicas. Los viajeros empedernidos pueden acudir a la Convención Nacional de Polizones de Tren en Britt, Iowa, en agosto. Halloween (31 de octubre) es una fiesta ideal para los más jóvenes, que van engatusando a todo el vecindario vestidos con terroríficos disfraces. En Greenwich Village, West Hollywood y San Francisco, se celebran subversivas paradas de gays. Los estadounidenses van a visitar a la familia para celebrar con un banquete el Día de Acción de Gracias, el último jueves de noviembre.

DINERO Y PRECIOS: Moneda Dólar estadounidense Comida · Presupuesto bajo: de 3 a 10 dólares · Presupuesto medio: de 10 a 15 dólares · Presupuesto alto: a partir de 15 dólares Alojamiento · Presupuesto bajo: de 12 a 60 dólares · Presupuesto medio: de 60 a 100 dólares · Presupuesto alto: a partir de 100 dólares Acampando o alojándose en albergues, tomando autobuses y comprando la comida en supermercados es posible explorar el país por unos 50 dólares diarios. Durmiendo en moteles y comiendo en cafeterías modestas se superará la barrera de los 100 dólares, mientras que si se alquila un coche, el presupuesto diario se dispara a 150 dólares. Si lo que se desea es visitar Estados Unidos a lo grande, no hay problemas, pues éste es el mundo del crédito y el consumismo, para el cual no hay cifras límite. Si se opta por llevar los cheques de viaje, se evitarán molestias y gastos si éstos son en dólares. Los restaurantes, hoteles y muchos comercios aceptan cheques de viaje en dólares como si fueran dinero en metálico. Las tarjetas de crédito más frecuentes se aceptan en casi todas partes; es más, sin uno de estos cómodos chismes de plástico será difícil realizar ciertas transacciones (como alquilar un coche o reservar billetes por teléfono). Dependiendo del grado de sofisticación del banco del visitante, le será posible acceder a su cuenta bancaria utilizando los cajeros automáticos estadounidenses. En los restaurantes y en hoteles de cierta categoría se suele dejar propina, un 15%. En los fastfood y en los self-services no es necesario. Los taxistas, camareros y peluqueros confían en gratificaciones de este tipo. Los impuestos sobre las ventas varían de un estado a otro, pero suelen ser del 5 al 8%, aunque algunos estados no aplican gravámenes de este tipo. Para los alojamientos más selectos a veces se debe contar con una tasa por cama, que puede ser de hasta el 15%. Es aconsejable verificar si los precios anunciados para el alojamiento incluyen todos los impuestos pertinentes. QUE VER: Nueva York Conocida como la Capital del Mundo, Nueva York es una masa humana densamente comprimida (7.000.000 de personas en 800 km²), y hablando únicamente de Manhattan, sólo una zona de la metrópoli. Esta forma de vivir convierte al neoyorquino en un tipo especial de persona y el hiperactivo ajetreo de la ciudad es lo que, en realidad, parece atraer a los turistas. En una urbe que forma parte del subconsciente colectivo es bastante difícil concretar unos pocos centros de interés. Por su valor iconográfico es preciso no perderse la Estatua de la Libertad, el Empire State Building, Central Park o Times Square. El Metropolitan Museum of Art es uno de los museos más relevantes del mundo, y el Museo de Arte Moderno le va a la zaga. Librerías, restaurantes, teatros, compras, gente... en realidad no importa qué se hace o dónde se

va en Nueva York, porque la propia ciudad constituye una experiencia regocijante y sorprendente. El bullicio habitual de Nueva York quedó bruscamente truncado el 11 de septiembre de 2001, cuando el ataque terrorista perpetrado con dos aviones secuestrados arrasó las torres gemelas del World Trade Center. Miles de personas murieron en el peor ataque terrorista de la historia de Estados Unidos. La ciudad sigue en estado de shock. Mientras tanto, esta espectacular ciudad tiene mucho trabajo por delante para tratar de reconstruir su barrio de negocios y su confianza. San Francisco Incluso a la gente a quien no le atrae excesivamente Estados Unidos le encanta San Francisco. En comparación con el aspecto metálico de Nueva York y el ambiente casi de plástico de Los Ángeles, San Francisco parece dedicar al visitante una especie de delicada caída de párpados, una atmósfera de amable elegancia que convive con las innovaciones más extravagantes. Es un lugar que engendra alternativas: es el hogar de la generación beat, del Flower Power, de las protestas estudiantiles y del orgullo gay. Se trata de una de las ciudades más atractivas del país, y sus calles empinadas ofrecen varias vistas muy hermosas de la bahía de San Francisco y sus famosos puentes. Una ciudad que es un mosaico constituido por los coloristas azulejos del barrio latino de Mission, el ambiente gay de Castro, el bullicio de Chinatown, SoMa y sus clubs, el hippy Haight-Ashbury y el italiano North Beach. Fisherman's Wharf es el epicentro del turismo kitsch (resulta fácil comprobarlo en el museo "Believe It or Not" de Ripley), así como la puerta de entrada a Alcatraz, mientras que Union Square es el barrio en el que se concentran las tiendas más elegantes. Los Ángeles Los Ángeles es una metrópoli de dimensiones monstruosas, una maraña de autopistas y suburbios caóticos en la que quien no posee automóvil se le considera fuera de lugar. Aquí se manufactura el sueño americano, por lo que el viajero que no acuda preparado para abrazarlo encontrará que Los Ángeles es sucia, irritante o temible. Pero si lo que se quiere es pisar las huellas de las estrellas y respirar su aire consagrado, éste es el sitio idóneo. Allí la gastronomía está en manos de las cadenas de restaurantes, y algunas personas insignificantes erigen santuarios dedicados a sí mismas. Es una fiesta de hitos asociados a la fama: circular por Sunset Strip, pasear por Rodeo Drive o por Hollywood Boulevard, ver y ser visto en Melrose y Venice Beach, observar las muchachas de Malibú o curiosear por las verjas de Beverly Hills. Nadie puede igualar sus parques temáticos: Disneylandia, la madre de todos ellos, y Universal Studios, un circuito ideado para causar escalofríos. Cuando el brillo de Los Ángeles comience a ser excesivo, no está mal echar un vistazo a la casi-realidad de Little Tokyo y El Pueblo de Los Ángeles o pasear por los Jardines Huntington de Pasadena. Por contra, se deben evitar zonas de riesgo como Earst Los Ángeles, Los Ángeles Downtown y Southcentral Miami Turistas gordos con bermudas, confabulaciones cubanas y un exceso de tonos rosados... Bien, Miami no es nada de esto. La ciudad, que se está redefiniendo (en particular South Beach ) se ha declarado a sí misma "el lugar más fabuloso del país". Para confirmarlo, se menciona el recientemente restaurado Distrito Déco, un ambiente de barrio agradable y una atmósfera cultural y artística algo descafeinada que pretende ser una alternativa soleada a Nueva York. Y, desde luego, está Miami Beach, una franja de arena blanca bañada por un agua límpida. El corazón de estas nuevas costumbres es Ocean Drive, flanqueado al Este por la playa más de moda de la ciudad y al Oeste por una retahíla de terrazas de cafeterías. Aquí vivía el fallecido Gianni Versace, y sus acólitos contináan acudiendo para lucir sus prendas. Miami posee asimismo la piscina Veneciana, considerada la más bonita del mundo, uno de los mejores

zoológicos del planeta y una cantidad considerable de ancianos cubanos expatriados que juegan al dominó en el parque Máximo Gómez. Contrastando de forma contundente con la hedonista despreocupación del resto de Miami, el memorial del holocausto es uno de los monumentos más impresionantes que existen. Se recomienda evitar la visita nocturna a barrios marginales como Liberty City o Downtown. Nueva Orleans El viajero que se pone nervioso en Nueva York detestará Nueva Orleans. Pero hay quien considera que ese toque canalla de peligro que flota en el aire es lo que hace que esta ciudad sureña sea tan atractiva. Es un cóctel húmedo a base de zydeco (un estilo musical característico del sur de Luisiana, nacido de la fusión del blues, del rhythm and blues y del folclore cajún de origen francés), vudú, gumbo (un guisado local) y ambiente decimonónico que va invadiendo el espíritu del visitante, creciendo en su interior... Lo mejor es relajarse y disfrutar. Mucha gente conoce Nueva Orleans por sus fiestas, particularmente por la indulgencia que se respira en Mardi Gras, o en la algarabía de fin de año de Bourbon Street. Pero si no se buscan multitudes ni efluvios etílicos, no vale la pena desesperar. Los aficionados a la arquitectura histórica disfrutarán con el concurrido Barrio Francés y el grandioso Garden District, mientras que quienes ansíen llevarse a casa alguna antigüedad han de recorrer las tiendas de Royal Street. Nueva Orleans tiene tendencia a sumergir a sus visitantes en una especie de ensimismamiento vampírico, gótico; en este sentido puede resultar sugerente visitar los recargados cementerios de la ciudad, o derramar una lagrimita por el cantante Jeff Buckley, que murió a los 30 años, y luego olvidarlo todo con un poco de cangrejo de río, buen jazz y un julepe de menta. El Capitolio Tres años después de que Thomas Jefferson y Alexander Hamilton decidieran que Washington DC debía albergar la capital de la nación, en 1790, comenzó la construcción del Capitolio que ahora embellece la colina este del Potomac. Al finalizar aquel siglo, los hombres de acción y los legisladores comenzaron a instalarse en el mismo. Los británicos estuvieron a punto de destruirlo por completo en 1814, y desmoralizaron tanto a los estadounidenses que casi provocaron el abandono de todo el experimento del DC. Sin embargo, unos cuantos hombres se emplearon de 1817 a 1819 en su reconstrucción. Las alas de la Casa y el Senado se añadieron en 1857, la cúpula en 1863; con la construcción de la fachada este en la década de 1950, este emblemático edificio resultaba el doble de grande que en su configuración original. El Capitolio, que sin duda es el símbolo de Washington DC, es asimismo el epicentro de la ciudad, pues las mayores avenidas confluyen en un punto imaginario situado bajo la cúpula. La Casa Blanca Los presidentes de Estados Unidos se han acomodado en la Casa Blanca desde 1800, lo cual significa que el número 1600 de la avenida Pennsylvania es la dirección más famosa de la nación. Se trata de una mansión neoclásica más acogedora de lo que parece, que sobrevivió a los incendios provocados por los británicos en 1815, a la campaña de redecoración de Jacqueline Kennedy en la década de 1960 y a Ronald Reagan en la década de 1980. Los presidentes han ido personalizando la morada a medida que iban pasando: Jefferson añadió los cuartos de baño, F.D. Roosevelt instaló una piscina, Truman hizo construir un porche en el segundo piso, Bush incorporó un terreno para lanzar herraduras y Clinton dispuso una pista para correr y una bañera de siete plazas. Algunos residentes nunca dejaron la casa; se dice que Eleanor Roosevelt y Harry Truman vieron el fantasma de Abraham Lincoln en su antiguo estudio. Cada día se organizan visitas a ocho de las salas, pero los jardines únicamente se abren el lunes de Pascua para el tradicional Easter Egg Roll, una festividad en la que los niños se colocan en hileras y hacen rodar por la pendiente sus huevos de pascua pintados de todos los colores.

Memorial de los Veteranos de Vietnam El memorial más visitado de Washington DC es el de los Veteranos de Vietnam, una austera y robusta estructura diseñada por Maya Ying Lin, cuyo proyecto fue seleccionado después de organizarse un concurso nacional cuando no era más que una estudiante de arquitectura de 21 años en la universidad de Yale. En los dos muros de mármol negro pulido que convergen en forma de V se inscribieron los nombres de 58.202 soldados muertos o desaparecidos a raíz de la guerra de Vietnam. Ordenados cronológicamente según la fecha del fallecimiento, la lista alfabética se puede consultar no lejos de allí. Si se solicita, hay voluntarios que pueden ayudar a localizar los nombres en El Muro. Los recuerdos más emocionantes son las notas, medallas y testimonios que dejaron los supervivientes, familiares y amigos desde que se completó el memorial en 1982. Quienes se oponían al diseño insistieron en que debía añadirse una escultura más tradicional en las inmediaciones; finalmente, se construyó un memorial a las mujeres que sirvieron en la guerra. Independence Hall El Independence Hall de Filadelfia es uno de los mejores ejemplos de arquitectura georgiana con influencias cuáqueras. Se construyó entre 1732 y 1765 como sede del Pennsylvania State House, el cuartel general de los colonos, y en aquella época se hallaba en las afueras de la ciudad. El Segundo Congreso Continental tuvo aquí su sede entre 1775 y 1783. La Sala de la Asamblea es el lugar en el que los delegados de las 13 colonias aprobaron la Declaración de Independencia (4 de julio de 1776), donde se aceptó el diseño de la bandera estadounidense (1777), donde se redactaron los artículos de la Confederación (1781) y donde se celebró la Convención Constitucional que generó la Constitución (1787). El cuerpo del difunto presidente Abraham Lincoln se expuso aquí el 22 de abril de 1865. La Casa de Paul Revere La Casa de Paul Revere, un pequeño construido con tablones de madera en 1680, merece una visita, y no sólo por tratarse de la casa más antigua de Boston. El herrero Revere fue uno de los tres mensajeros a caballo que se adelantaron para avisar a los rebeldes americanos, el 18 de abril de 1775, de la marcha nocturna de los británicos hasta Concord y Lexington que desencadenó la guerra de la Independencia. Revere vivió en ella durante el período revolucionario, criando a una docena de hijos cuando no se encontraba fuera cabalgando para defender sus ideales. La Estatua de la Libertad La creación de la Estatua de la Libertad, el símbolo de la ciudad de Nueva York -y por añadidura de Estados Unidos-, debe mucho a la iniciativa de dos republicanos parisinos. En 1865, el activista político Edouard René Lefebvre de Laboulaye y el escultor Frédéric-Auguste Bartholdi acudieron a una cena y cuando se fueron de la misma ya salieron con la idea de levantar un monumento que homenajeara la concepción estadounidense de la libertad política, y de la que luego harían donación a la tierra de las oportunidades. Veintiún años más tarde, el 28 de octubre de 1886, la Libertad alumbrando al mundo, de 45 m de altura, para la que se tomó como modelo al Coloso de Rodas, se presentó en el puerto de Nueva York ante el presidente Grover Cleveland. Hasta la corona de la estatua hay 354 escalones, el equivalente a un edificio de 22 plantas. Para efectuar la escalada es mejor acudir temprano para evitar las multitudes. Times Square Apodada la Gran Vía Blanca, a causa de sus luces brillantes, Times Square entró en decadencia durante la década de 1960, cuando los grandes cines añadieron tres X a sus películas y la zona se convirtió en la guarida de individuos peligrosos. Actualmente, en Times Square se respira

una agitación contagiosa. La combinación de colores, los paneles que emiten vibrantes anuncios y las grandes pantallas de televisión son reclamo suficiente. Cerca de un millón de personas se reúne aquí cada año el 31 de diciembre para contemplar una bola que despide luz y que baja del tejado del número 1 de Times Square a medianoche, un acontecimiento que sólo dura 90 segundos. Mount Vernon La fascinante Mount Vernon, el hogar de George Washington en Virginia durante muchos años, es, después de la Casa Blanca, la más popular entre todas las casas históricas. La hacienda se ha restaurado meticulosamente, lo cual permite comprender cómo debía ser la vida de las plantaciones de finales del siglo XVIII. Aunque los campos están inmaculados y la casa es majestuosa, no todo es ostentación. Hay varias muestras acerca del trabajo en las granjas y distintas exposiciones sobre la vida cotidiana. Washington murió aquí en una cama con dosel, el 14 de diciembre de 1799. Él y su esposa Marta están enterrados en la parte sur de esta mansión de 19 habitaciones. Monticello En Estados Unidos todo el mundo conoce Monticello, el hogar de Thomas Jefferson en Virginia, probablemente porque se encuentra en el reverso de las monedas de cinco centavos. La casa debe mucho a la personalidad de su creador, Jefferson, que supervisó todas las etapas de su desarrollo a lo largo de un período de 40 años e incorporó al proyecto muchas de sus fascinantes (y excéntricas) ideas. Las habitaciones privadas del presidente estaban dispuestas de modo que pudiera salir de su cama hacia la derecha si quería escribir y hacia la izquierda si quería vestirse. Entre las demás características inusuales destaca un espejo cóncavo en el vestíbulo que da la bienvenida a los visitantes con su propia imagen invertida, escaleras ocultas y angostas (Jefferson consideraba que las escaleras normales representaban un enorme derroche de espacio), los polígrafos de dos plumas usados para duplicar la correspondencia y una brújula de interior conectada con una veleta en el tejado. Jefferson falleció en esta casa en 1826, y está enterrado en la parcela en la que se encontraba su roble favorito. Jamestown Jamestown, en Virginia, fue fundada en mayo de 1607 cuando 104 personas desembarcaron de las naves Discovery, Godspeed y Susan Constant, que se hallaban fondeadas fuera de la península, entre los ríos James y York. Fue el primer asentamiento inglés permanente en el continente, pero quedó condenado al fracaso a causa del hambre, las enfermedades y los ataques de los indígenas. En 1619, la primera asamblea representativa celebrada en Jamestown le otorgó el papel de capital de Virginia, desde entonces hasta 1699. Después de que la sede del gobierno se incendiara cuatro veces, los colonos acabaron por reconocer que habían elegido un enclave poco adecuado y se trasladaron al interior, hasta la actual Williamsburg. El asentamiento original de Jamestown es hoy en día una colección de ruinas, hitos históricos, centros para los visitantes y yacimientos. OTRAS RUTAS: Carretera 395 En el lugar en el que las Sierras se hunden en la vegetación del valle de Owens, en el este de California, los camioneros, los cazadores y los turistas circulan por la carretera 395. Aunque se extiende a lo largo de varios miles de kilómetros desde los márgenes septentrionales de la cuenca de Los Ángeles hasta la frontera canadiense, el tramo más interesante recorre unos 400 km entre Lone Pine, a la sombra de los 4.350 m del monte Whitney, y Carson City, en Nevada.

Se pueden rememorar escenas de Gunga Din y La conquista del Oeste, filmadas en ambos casos en las colinas de Alabama, al oeste de Lone Pine, ciudad en la que cada mes de octubre se celebra un festival de cine. El Emplazamiento Histórico Nacional de Manzanar, a media hora en coche al norte de Lone Pine, está constituido por los restos de uno de los infames campos de reubicación en los que los ciudadanos estadounidenses descendientes de japoneses fueron encarcelados durante la II Guerra Mundial. Algo más lejos se encuentra el Museo del Este de California, con muestras dispares de historia natural, cestería de los indios paiute y antiguas botellas de leche y magnesia. En Carson City, al este del lago Tahoe, en la frontera con Nevada, es posible arriesgar el dinero en uno de los numerosos casinos de la población. Flagstaff Si el paisaje provinciano de Arizona termina resultando monótono, es aconsejable dirigirse a Flagstaff, un verdadero oasis cultural. El centro histórico, en origen un apeadero de tren, constituye un auténtico alivio en una región plagada de moteles y cafeterías para camioneros. En este barrio se alternan las tabernas antiguas con los cafés vegetarianos, y siempre es posible escuchar la música de las bandas locales de jazz. Y si el viajero se va acostumbrando a la novedad de encontrarse en un emplazamiento sin turistas, puede visitar el observatorio Lowell, donde en 1930 se descubrió el planeta Plutón, o pasear a través de los 200 acres de la arboleda local. Flagstaff es una base estupenda para efectuar excursiones hacia la mayor atracción del Suroeste, el Gran Cañón, a menos de dos horas de coche. A menos de una se pueden explorar los antiguos pueblos indios de los anasazi y los sinagua. También se puede ir a ver el cráter de más de una milla de anchura que ocasionó un meteorito, disfrutar de la bicicleta y esquiar en algunas de las montañas más inmaculadas del estado, y en la meca New Age de Sedona se puede poner un poco de orden en los chakras (centros síquicos del yoga). Memorial de Caballo Loco Ascendiendo por las colinas ubicadas en el ángulo suroccidental de Dakota del Sur se halla la imponente imagen de Caballo Loco, el famoso jefe sioux que derrotó al general George Custer en la batalla de Little Bighorn. La escultura, labrada en la ladera de la montaña, deja pequeño al monte Rushmore, al tiempo que constituye un insólito giro revisionista en los homenajes de los hombres blancos. El memorial, que comenzó a construirse en 1948, todavía no está concluido. Hay un museo en el lugar, situado justo al norte de la ciudad de Custer. Wrigley Field El Wrigley Field, edificado en Chicago en 1914, es el tercer estadio de béisbol más antiguo de la nación, así como una extraña instalación deportiva. Conocido como el campo amistoso, esta caja de cerillas es uno de los sitios más agradables para pasar el día consumiendo perritos calientes y cerveza, y para apreciar lo que significa resistirse a los cambios de la modernidad. El equipo local, los Chicago Cubs, no ha ganado nada significativo desde 1908, pero su hinchada es la más leal. El barrio que rodea Wrigley también rehuye los cambios y los tejados de las casas cercanas se transforman en gradas adicionales cuando se celebra un partido, mientras que todos los bares situados en un radio de tres millas a la redonda sirven como lugar de culto secundario. Wrigley Field es el único diamante del béisbol que queda en Estados Unidos, donde el conteo de las carreras del bateador y los números de los lanzadores se cambian a mano, y donde introducir nuevas modas, como la iluminación eléctrica, es suficiente motivo para provocar

airadas reacciones. Una de las tradiciones de Wrigley es la de ondear una bandera con la letra W o la L en lo alto del marcador al acabar el partido. La bandera blanca con una W azul indica al ganador (winner), mientras que la bandera azul con una L blanca designa al perdedor (looser). Rock and Roll Hall of Fame El automóvil de Janis Joplin fue un Porscheque se exhibe en el Rock and Roll Hall of Fame, en Cleveland, Ohio, junto al vestido de cuero negro de la gira "Comeback Special" de Elvis Presley y las gafas de sol de Ray Charles. ¿Por qué en Cleveland? Porque es la ciudad de Alan Freed, el disk jockey que popularizó el término rock and roll a principios de la década de 1950 (y también a causa de algunos oscuros trapicheos del alcalde). A los aficionados al estilo arquitectónico de Ieoh Ming Pei, les encantará el edificio en forma de tocadiscos. Appomattox Appomattox, en Virginia, fue el lugar en el que el general confederado Robert E. Lee se rindió al comandante de la Unión Ulysses S. Grant, en el acto que marcó el fin de la guerra civil. La rendición tuvo lugar en la sede del tribunal de Appomattox el 9 de abril de 1865. En la actualidad este sitio se integra en un parque histórico nacional, que incluye varios edificios restaurados, distintas excursiones y presentaciones audiovisuales. Preservation Jazz Hall La Sociedad para la preservación del jazz de Nueva Orleans se creó en 1961 para proporcionar a los músicos un hogar y a los aficionados a esta música un establecimiento apropiado de culto. Radicado en un diminuto local que antaño fue una taberna apartada de Bourbon Street, en el Barrio Francés de Nueva Orleans, el Hall reúne a músicos veteranos de jazz dos veces cada noche. El espacio disponible es tan limitado que los clientes habituales se ven obligados a instalarse en la acera, donde se pelean para escuchar y ver a través de una ventana llena de humo que da a las espaldas de los músicos. También hay un grupo itinerante que toca por las calles desde hace 30 años, difundiendo la música del Preservation Jazz Hall. ACTIVIDADES: Sea cual sea el deporte preferido del viajero -y por muy extravagante que pueda parece- siempre hay un lugar para practicarlo y suficientes camaradas para compartir las emociones. Basta con preguntar a las gentes del lugar. Por ejemplo, el surf. Aunque los hawaianos no inventaron este deporte, Oahu es el hogar espiritual de los surfistas, y los legendarios oleajes de invierno de Waimea, Sunset Beach y Banzai Pipeline se encuentran entre los más impresionantes y potentes del mundo. Igualmente, California posee varias zonas idóneas para el surf -Malibú, Rincón, Trestles y Mavericks, por ejemplo-. A lo largo de la costa estadounidense hay un centenar de ellas. Entre los deportes acuáticos destacan la navegación a vela, el windsurf, el piragüismo en el mar y la peligrosa circulación en ruidosos jetskis. En el interior, los estados de las Rocosas (Colorado en particular) acogen los destinos más afamados del país para la práctica del esquí alpino. Junto a enclaves como Aspen, hay otros que, como Vail, Jackson Hole y Big Sky son estaciones menores con un puñado de remontes, precios más baratos y unas pistas tan atractivas como las de sus vecinos elegantes. El lago Tahoe es el destino número uno de Sierra Nevada en lo que al esquí se refiere, pero desde luego, se trata de esquí de verano, sobre el agua. En muchas partes de Estados Unidos se pueden encontrar lugares para practicar el esquí fuera de pista. En los últimos años, el snowboard ha trastornado la cultura nacional del esquí, y muchas de las estaciones incluyen half pipe (una

especie de rampa en forma de U que constituye una subdisciplina del snowboard) y alquilan planchas para practicarlo. También hay grandes oportunidades para el senderismo y descubrir paisajes espectaculares, desde los prados alpinos de High Sierra hasta los boscosos senderos de los Apalaches. Las pistas de senderismo suelen estar cuidadas y señalizadas. La escalada y el montañismo también son actividades muy comunes, en especial en Sierra Nevada y las Rocosas. El Capitán y Half Dome son dos cumbres legendarias de escalada, dos paredes de granito situadas en el Parque Nacional Yosemite. El monte Whitney, en el Parque Nacional Secuoya y Kings Canyon, en California, es el más alto de la parte continental (sin contar Alaska), con 4.350 m de altitud, y ofrece una ruta de montañismo desafiante. A pesar de la omnipotente cultura del automóvil, los entusiastas del ciclismo no tienen por qué desesperarse. Numerosas ciudades presentan grandes facilidades para los ciclistas, y muchas almas vigorosas circulan por todo el país en las pintorescas vías secundarias. Resulta fácil alquilar bicis de calidad y circular por todo el país (y de paso adquirir algunos conocimientos acerca de la vida local). Ir en bicicleta de montaña es un pasatiempo muy difundido en Estados Unidos, particularmente en California (donde la inventaron), y existen infinidad de paisajes que contemplar. Si todavía le quedan energías, el viajero puede montar a caballo en el Central Park de Nueva York, practicar descenso en aguas bravas en el Snake River, en Idaho, o explorar las hermosas Carlsbad Caverns, en Nuevo México. HISTORIA: Los primeros habitantes paleoindígenas llegaron hasta Norteamérica desde Asia a través de lo que hoy conocemos como estrecho de Bering. Durante los siguientes veinte mil años, estos primeros colonos se hallaron esencialmente solos para desarrollar culturas dinámicas y bien diferenciadas. Hoy, sus descendientes incluyen la tribu pueblo en Nuevo México, los apaches en Texas, los navajo en Arizona, Colorado y Utah, los hopi en Arizona, los crow en Montana, los cherokee en Carolina del Norte y los mohawk e iroqueses en el estado de Nueva York. El explorador vikingo Leif Eriksson fue el habitante del continente europeo que puso el pie en América del Norte, unos quinientos años antes de que Colón descubriera accidentalmente indios en La Española (la actual Haití) en 1492. A mediados de la década de 1550, ya había sido recorrida por una procesión de exploradores españoles, portugueses, ingleses y franceses. Las primeras colonias atrajeron a inmigrantes que buscaban enriquecerse rápidamente y regresar a su patria, pero pronto les sucedieron otros cuyo objetivo era colonizar. Los españoles fundaron el primer asentamiento europeo permanente en San Agustín (Florida) en 1565; los franceses se instalaron en Maine en 1602, mientras que Jamestown, en Virginia, se convirtió en la primera avanzadilla inglesa, en 1607. Los primeros africanos desembarcaron un año antes de que lo hicieran los peregrinos puritanos de las islas británicas que escapaban de la persecución religiosa. Estos últimos fundaron una colonia en Plymouth Rock (Massachusetts), en 1620, y firmaron el famoso Pacto del Mayflower, una declaración de autogobierno que repercutiría en la Declaración de Independencia y en la Constitución estadounidense. Los intentos británicos por mantener la autoridad sobre sus trece colonias norteamericanas les condujeron a las guerras contra Francia y contra los indios (1757-1763). Los británicos obtuvieron la victoria, pero a costa de una descomunal deuda de guerra que intentaron solventar imponiendo nuevas tasas al té. El clamor popular que rezaba "ningún impuesto sin representación" unió a las colonias, que arrojaron todo un cargamento de té por la borda durante

la Boston Tea Party. El general Cornwallis, acorralado, se rindió al mandatario americano George Washington cinco años más tarde, en 1781, en Yorktown, Virginia. En el siglo XIX, el lema americano fue "Manifest Destiny", es decir, la supuesta inevitabilidad de la expansión territorial continua hacia el Pacífico. Una combinación de compras de tierras, diplomacia y guerras de conquista brindó a Estados Unidos su configuración actual hacia 1850. La batalla de El Álamo, durante la revolución texana de 1835, abrió el camino a la independencia de Texas respecto de México, y la guerra con México (1846-1848) otorgó al joven país la mayor parte del Suroeste, incluyendo California. La aniquilación sistemática de los búfalos, la presa de caza de los indios de las llanuras; la usurpación de sus tierras y una serie de tratados que no valían ni siquiera el papel en el que se habían escrito, propiciaron el agrupamiento de los indígenas en reservas, desprovistos de sus medios de subsistencia y de la conexión espiritual con su tierra. La inmigración del siglo XIX alteró de forma drástica el paisaje cultural, puesto que a los colonos de ascendencia británica se les unieron centroeuropeos y chinos atraídos hasta California por la fiebre del oro de 1849. El Sur se mantuvo vinculado a una vida agraria que dependía del trabajo de los esclavos afroamericanos. Las tensiones se hallaban en su apogeo cuando el abolicionista Abraham Lincoln fue elegido presidente en 1860. El Sur cedió en principio a los dictados de la Unión, pero al año siguiente estallaba la guerra civil. El Norte acabó dominando en 1865, liberó a los esclavos e introdujo el sufragio para los varones adultos. En cualquier caso, las intenciones de reconstrucción de Lincoln murieron con él. La derrota infligida por los estadounidenses al ejército español en 1898 marcó el acceso de Estados Unidos a la categoría de superpotencia y despertó al país de sus sueños aislacionistas. Cuando al estallar la I Guerra Mundial, los yanquis decidieron no ensuciarse los pies en las trincheras, estaban realizando una maniobra altamente provechosa; finalmente, en 1917 enviaron a cerca de un millón de soldados para poner a raya a los alemanes. Las celebraciones posteriores a la guerra quedaron truncadas por la Prohibición, en 1920. El hundimiento del mercado de valores en 1929 señaló el inicio de la Gran Depresión y a la larga el del New Deal de Roosevelt. Después de que los japoneses atacaran Pearl Harbor, en 1941, Estados Unidos asumió el liderazgo al derrotar a las potencias del Eje. En 1945 las dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki no sólo representaron el fin de la guerra con Japón, sino que dieron el pistoletazo de salida a la era nuclear. El fin de la II Guerra Mundial se encadenó con la guerra fría, un período de prosperidad interior. Una serie de políticos, como el senador Joe McCarthy se aprovecharon del clima existente para atizar las llamas del anticomunismo, mientras que la Unión Soviética y Estados Unidos acumularon armas nucleares y combatieron en guerras a través de sus leales intermediarios, como en Corea, África y el sureste asiático. Las tensiones entre ambas potencias alcanzaron su punto álgido en octubre de 1962 durante la crisis de los Misiles de Cuba. La década de 1960 trajo consigo profundos cambios sociales gracias, sobre todo, al movimiento por los derechos civiles, las protestas por la guerra de Vietnam, el sexo, las drogas y el rock and roll. El movimiento por los derechos civiles adquirió un gran ímpetu en 1955 con ocasión de un boicot a los medios de transporte en Montgomery, Alabama. Como movimiento de protesta no violenta, aspiraba a acabar con la segregación y conseguir el derecho al voto para los negros del Sur, desasistidos legalmente. Alcanzó su clímax en 1963 con el célebre discurso en Washington de Martin Luther King que comenzaba con las palabras "He tenido un sueño", y con la emblemática aprobación del Acta por los Derechos Civiles en 1964 y el Acta por los Derechos de Voto en 1965. Entretanto, la juventud estadounidense empezaba a renegar del conformismo de la década anterior, dejándose crecer el pelo y aficionándose a las drogas. "Sintoniza, excítate, cuélgalo

todo" era el lema de una generación que protestaba contra la guerra de Vietnam. Los asesinatos de líderes políticos -John y Robert Kennedy, Malcolm X y Martin Luther King- deslucieron la fiesta, y las tropas atascadas en Vietnam acabaron con lo que quedaba de aquel espejismo. El alunizaje efectuado por la NASA en 1969 restauró de manera fugaz el orgullo nacional. En 1974 Richard Nixon se convirtió en el primer presidente de la nación que renunció a su cargo a causa de su implicación en el caso Watergate, lo cual situó al patriotismo estadounidense bajo mínimos. Las décadas de 1970 y 1980 fueron un período de avance tecnológico y de declive industrial. La imagen que tenían de sí mismos se ganó tal reprimenda a manos del ayatolá Jomeini que inmediatamente se produjo una violenta reacción conservadora, simbolizada por la elección y por la sucesiva popularidad del actor y presidente Ronald Reagan, que gobernó durante dos mandatos. Estados Unidos se concentró en amedrentar a sus vecinos pobres de América Central y el Caribe, entrometiéndose en los asuntos internos de El Salvador, Nicaragua, Panamá y Granada. En 1991 el colapso del bloque soviético dejó a Estados Unidos como única superpotencia mundial. La guerra del Golfo en 1992 dio a George Bush la oportunidad de liderar una coalición que representaba supuestamente a un nuevo orden mundial en la batalla contra Irak. Los asuntos domésticos, como la reforma sanitaria, la posesión de armas, las drogas, la tensión racial, los derechos de los homosexuales, el balance del presupuesto, el persistente escándalo Whitewater y el caso de Monica Lewinsky (el fornigate) tendieron a eclipsar los asuntos internacionales durante la administración Clinton. A fin de enderezar su economía, en 1993 Estados Unidos firmó un acuerdo de libre comercio con Canadá y México (NAFTA); en 1994, encarnando el papel de defensor de la democracia, invadió Haití; en 1995 envió soldados a Bosnia en misiones de pacificación; en 1996 albergó los Juegos Olímpicos y durante los últimos años de su mandato se benefició de los frutos de una tendencia alcista en el mercado de Wall Street. Las elecciones presidenciales del año 2000 marcaron un hito insólito, pues fueron las que presentaron resultados más ajustados de toda la historia de la nación. El candidato demócrata, Al Gore, obtuvo la mayoría del voto popular, pero perdió la elección cuando se contabilizaron todas las papeletas de los colegios electorales de Florida. George W. Bush quedó por encima de Gore en este estado por tan sólo quinientos sufragios. Las demandas de recuentos, una decisión del Tribunal Supremo de Florida a favor de efectuar recuentos parciales, y un puñado de pleitos generados por republicanos y demócratas condujeron a una crisis que concluyó cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos dictaminó que los recuentos no debían continuar. Después de cinco semanas tumultuosas, George W. Bush fue declarado ganador. Durante los primeros años de presidencia Bush, el país hizo frente a la tensión internacional, con nuevos episodios de violencia en Oriente Medio y la disconformidad prácticamente unánime a escala mundial respecto a la política exterior del país respecto al medioambiente. En cuanto a la política interna, el principal problema era la economía, considerablemente debilitada. El ambiente de terror y rabia que precedió a los ataques terroristas de septiembre de 2001, dieron impulso a la "Guerra del Terror". Tuvo lugar la invasión de Afganistán y el derrocamiento del represivo régimen talibán, a quien se hacía responsable de financiar los ataques contra los Estados Unidos. En marzo de 2003, los Estados Unidos y su "coalición de voluntarios" iniciaron una guerra preventiva contra Iraq. La victoria de dicha campaña y la caída del régimen dictatorial de Saddam Hussein no han ayudado a disminuir las tensiones en Oriente Medio.

CULTURA: "Dadme a vuestros pobres, a vuestros exhaustos, a vuestras masas hacinadas que suspiran por respirar libremente"; así reza la inscripción de la Estatua de la Libertad. Y el mundo le hizo caso, alimentando el dinamismo de este país con oleadas de inmigrantes procedentes de cualquier rincón del globo. Ésta es una de las características definitorias de la identidad nacional de Estados Unidos, aunque considerar que se trata de un "país de inmigrantes" significa soslayar a los indígenas americanos y a los esclavos africanos. A pesar de la mezcolanza racial, Estados Unidos puede ser sorprendentemente aislacionista y xenófobo. En los últimos 30 años la noción de melting pot (crisol de razas), una amalgama en la que las diferencias individuales entre los inmigrantes se perdían en una uniformidad insípida, se ha visto reemplazada por el modelo cuenco de ensalada, en el que cada una de las piezas sigue manteniendo su aroma contribuyendo al mismo tiempo al conjunto, ya que muchos grupos étnicos estadounidenses no aspiran a integrarse en las normas anglosajonas. La constitución garantiza a los ciudadanos la libertad de culto. Los protestantes se han mantenido como la espina dorsal de la clase media estadounidense, mientras que los inmigrantes irlandeses, italianos y polacos católicos han ido ganando terreno gradualmente. Hay más de 5 millones de judíos, cuyas proezas en el terreno financiero y científico les ha permitido desempeñar un papel mucho más activo que lo que su número podría sugerir. Existe una infinidad de cultos autóctonos, como la iglesia de la cienciología, los testigos de Jehová y los mormones. Las sectas proliferan: Charles Manson, Jim Jones y los militantes davidianos son algunos ejemplos. El inglés de Estados Unidos presenta infinidad de acentos regionales, con grados diversos de inteligibilidad. Los neoyorquinos son conocidos por su contundente acento nasal; los californianos, por su pronunciación lenta y cansina y su rica jerga playera, los sureños por su habla pausada; y los negros de las ciudades, por un argot callejero incomprensible para los forasteros. El español es la segunda lengua más hablada en California, Nuevo México, Texas y Miami. Existen 400.000 hablantes de dialectos indígenas, así como unas 375.000 personas que se comunican hablando yiddish, una lengua empleada por los judíos de ascendencia centroeuropea, mezcla de hebreo y alemán. La cultura estadounidense moderna debe tanto al marketing, a la tecnología aplicada a las comunicaciones y a las técnicas de producción masivas como a los artistas y a las estrellas del mundo del espectáculo. La radio, la televisión, las películas o Internet son sendos terrenos que las compañías estadounidenses han inventado, empaquetado y hecho llegar a tantos consumidores como han podido y de la forma más barata y conveniente. El papel que la religión y la política desempeñaron a la hora de definir la esencia de lo que significaba Estados Unidos hasta finales del siglo XIX, lo han ejercido en el siglo XX el cine y la televisión. Durante la mayor parte de dicha centuria, Hollywood ha reflejado todos los sueños y pesadillas nacionales en el celuloide, plasmando en las películas el subconsciente colectivo. La llegada de la televisión en la década de 1950 alcanzó a Hollywood en pleno corazón, pero ambos medios de comunicación se las han arreglado para coexistir, incluso han colaborando cuando ha hecho falta. La distribución mundial de películas y programas de televisión estadounidenses ha dado a conocer este país en todo el planeta. La industria musical estadounidense es la más poderosa del mundo. La influencia afroamericana en la música del país es innegable. Las canciones de trabajo de los esclavos derivaron en el blues. El jazz emergió en Nueva Orleans a principios del siglo XX, donde músicos autodidactas, que tocaban instrumentos supervivientes de la guerra entre España y Estados Unidos, inventaron

un cóctel fuertemente sincopado de ragtime y blues, improvisado durante las madrugadas en los clubes nocturnos. Hombres de negocios blancos contrataban a los músicos negros para que entretuvieran al público, pero cuando Elvis comenzó a cantar y a contonearse, los chicos blancos se percataron de que también podían mover el esqueleto, adoptaron el rhythm and blues y a partir de ahí comenzaron a escribir la historia del rock and roll. El rap, que es el sonido urbano del país, otorga un énfasis equivalente a su ritmo machacón, al montaje de sonido y a las actitudes que están de moda. La atracción que causa en la clase media blanca estadounidense deja perplejos a los sociólogos. A pesar de que los yanquis temen que la próxima generación crezca virtualmente iletrada, Estados Unidos ha sido capaz de albergar un auténtico bosque literario. La ilustre estirpe de escritores comienza con Walt Whitman, Herman Melville, Nathaniel Hawthorne, Emily Dickinson, Henry James y Edith Wharton, y se adentra en la época moderna con William Faulkner, Ernest Hemingway, Scott Fitzgerald, John Steinbeck, Jack Kerouac, Arthur Miller, Tennessee Williams, Saul Bellow, John Updike y Toni Morisson. Tradicionalmente se considera que la novela autóctona más importante es Las aventuras de Huckleberry Finn, de Mark Twain. Después de la II Guerra Mundial, el crisol del arte internacional se trasladó de París a Nueva York. Una serie de artistas que abandonaban la Europa de posguerra se trajo consigo los restos del surrealismo a la Gran Manzana, inspirando a un grupo de jóvenes pintores estadounidenses entre los que destacan Jackson Pollock y Mark Rothko- la creación del primer estilo pictórico específicamente estadounidense, denominado expresionismo abstracto. La avasalladora influencia de medios de comunicación como la televisión y la publicidad originó el movimiento artístico estadounidense más emblemático, el Pop Art. Pinturas de carácter superficial e intencionadamente banales como las Latas de sopa Cambpell, de Andy Warhol, se han convertido en iconos americanos. Warhol fue uno de los primeros artistas que se convirtió en un símbolo de la cultura popular. Cuando se piensa en las ciudades de Estados Unidos, se asocian con los rascacielos, esas proezas arquitectónicas que constituyen auténticos anuncios de la fuerza y el optimismo estadounidenses. Chicago, con obras maestras como el Manhattan Building y las torres Tribune y Sears, es un museo viviente del desarrollo vertical. Nueva York también se enorgullece de poseer un considerable cupo de joyas, entre las que se distinguen el Flatiron Building, el Empire State Building (donde se encaramó King Kong) y el Chrysler Building, de estilo Art Déco. A pesar de la creciente homogeneización y californización, la América rural conserva su idiosincrasia y sus estilos arquitectónicos vernáculos, como en Nueva Inglaterra (casas construidas con tablas de madera), California (misiones españolas) y Nuevo México (viviendas de adobe). Los deportes estadounidenses evolucionaron independientemente de los del resto del mundo y, en consecuencia, juegos locales como el béisbol, el fútbol americano y el baloncesto dominan el escenario deportivo. El éxito de la Copa del Mundo de 1994, que se celebró en Estados Unidos, motivó un renovado interés por el soccer (el fútbol europeo), pero el hockey sobre hielo sigue siendo el cuarto juego colectivo más popular. La cultura urbana inventó asimismo los deportes de interior: el aeróbic y la gimnasia, el esquí y la escalada indoor, buenos ejemplos de lo que puede suceder cuando unos ingresos excesivos coinciden con un escaso tiempo libre. ENTORNO Y MEDIO AMBIENTE: La parte continental de Estados Unidos se extiende de un lado a otro de América del Norte, y de un océano al otro. Limita con Canadá al Norte y con México al Sur. Alaska sobresale

geográficamente en el noroeste de Canadá, y Hawai se halla a 4.000 km de distancia de la costa occidental del país, en medio del Pacífico. Existen tres grandes sistemas montañosos: los Apalaches, en el Este, las Montañas Rocosas en el Oeste y Sierra Nevada, en la frontera entre Nevada y California. El país posee abundantes recursos naturales y vastas extensiones de suelos fértiles. La costa atlántica es la zona más poblada, y conserva importantes huellas de su legado europeo. En ella se sitúan las ciudades estadounidenses más antiguas, como Boston, Nueva York, Washington DC y Filadelfia, y allí se desarrollaron los acontecimientos más relevantes de la historia estadounidense. La región central del noreste se caracteriza por los extensos Grandes Lagos (Superior, Michigan, Hurón, Erie y Ontario), que ocupan una superficie mayor que la de muchos países europeos. Los ríos y canales que comunican los lagos con el océano Atlántico han convertido en puertos marítimos algunas ciudades del medio oeste, como Chicago y Detroit. El área central, drenada por los ríos Mississippi, Misuri y Ohio, constituye el granero del país. Hacia el Oeste, en las Grandes Praderas, se encuentran las grandes zonas de pastos de la nación. Es la tierra de los vaqueros. El desierto predomina en el Suroeste, donde el clima y los suelos degradados mantienen la densidad de población bajo mínimos. Una vez rebasada Sierra Nevada aparece la costa oeste, en la que los estadounidenses se establecieron hace tan sólo 150 años, pero que desde entonces ha protagonizado una precipitada carrera hacia el futuro. Gracias a su variadísima topografía, Estados Unidos ofrece ecosistemas extremadamente diversos. La flora más impresionante la constituyen los gigantescos árboles de hoja perenne de la costa oeste, las secuoyas, algunas de las cuales se cree que son los seres vivos más viejos de la Tierra. Los estados del este acogen frondosos bosques de árboles de hoja caduca, como arces, robles y olmos, que ofrecen una auténtica sinfonía de colores en otoño. Los tres parques nacionales más famosos son Yellowstone, en las Rocosas, Yosemite, en Sierra Nevada, y el Gran Cañón, en Arizona. Los mamíferos terrestres de grandes dimensiones, como el oso negro, el pardo (el famoso grizzly), el alce y el ciervo, vagan por los estados noroccidentales. En el Sur se encuentran algunos animales interesantes: el marsupial oposum, el caimán, las serpientes de cascabel y los jabalíes. El clima es templado en la mayor parte de Estados Unidos. En líneas generales, es más cálido cuanto más al Sur, y las estaciones presentan más diferencias entre sí cuanto más al Norte y hacia el interior. Los inviernos en el Noreste y en la parte superior del medio oeste conllevan largas temporadas con temperaturas bajo cero. En la misma época, el buen tiempo permite bañarse en las playas de Florida (que goza de un clima tropical) y en el sur de California. COMO LLEGAR: Muchos visitantes llegan por aire. La fuerte competencia que se da en las rutas más populares propicia la frecuente disponibilidad de vuelos baratos. Los aeropuertos internacionales más destacados son los de Boston, Nueva York, Washington, Miami, Chicago, Dallas-Fort Worth, Houston, Atlanta, Denver, Seattle, San Francisco y Los Ángeles. Hay vuelos de conexión desde estos aeropuertos hacia cientos de ciudades de Estados Unidos. El precio del billete comprende numerosas tasas, aunque el impuesto de salida en los aeropuertos locales puede no estar incluido si el billete se ha adquirido fuera del país. También hay eficientes medios terrestres que comunican Estados Unidos con Canadá y México. COMO DESPLAZARSE: La abundancia de líneas aéreas interiores, la competencia en las rutas más populares y los frecuentes descuentos propician que volar en Estados Unidos constituya una opción relativamente barata, aunque las tarifas pueden ser más elevadas en las rutas menos

frecuentadas. Tratándose de un país que debe tanto a la penetración del tren y que posee una fuerte mitología ferroviaria, viajar en este medio puede resultar poco práctico, y no siempre confortable. El precio de los billetes puede ser muy variable, pero resulta tanto más barato cuanto mayor sea la antelación con que se ha reservado. La compañía Greyhound posee una red de autocares extensa, barata y eficiente. La cultura del automóvil es definitoria de Estados Unidos, por lo que no resulta sorprendente comprobar que casi todo el mundo que tenga edad para conducir posee un coche. Todo aquél que haya visto una road movie sabrá que las carreteras del país no son tan sólo ingeniosas maneras de cubrir grandes distancias, sino que también presentan resonancias míticas. Un viaje en coche por la carretera 66, por ejemplo, no significa tan sólo desplazarse de Chicago a Los Ángeles, sino que es una peregrinación a través de la madre de las carreteras yanquis, vinculada estrechamente a la historia de la expansión hacia el Oeste, las emigraciones de los desheredados durante la Gran Depresión y la música acaramelada de la década de 1950. La omnipresencia del automóvil significa que las opciones de transporte público local son escasas y alejadas entre sí. Hay infinidad de agencias de alquiler de coches, a precios módicos, aunque las más demandadas exigen que el conductor haya cumplido los 25 años. Los driveaways son un fenómeno peculiar del país. Se trata de un sistema de transporte que aúna dos intereses, el de un automóvil que ha de ser entregado a larga distancia y el de un conductor que desea conducirlo. Si el emplazamiento al que debe trasladarse el coche coincide con las intenciones del viajero, a éste se le proporciona un seguro, una fecha de entrega y un juego de llaves. En las zonas rurales, los servicios de autocares locales no suelen estar muy desarrollados, pues todo el mundo prefiere utilizar el automóvil. Los transportes públicos urbanos funcionan mejor y el metro de Nueva York, la línea ferroviaria Eastern Illinois en Chicago y el tranvía de San Francisco forman parte de la experiencia del viajero en Estados Unidos, tanto como viajar en un autobús de dos pisos en Londres. La bicicleta es un medio de locomoción en alza para recorrer áreas reducidas, puesto que las carreteras son buenas, los arcenes son anchos y los coches suelen circular a una velocidad moderada. Caminar es una opción sólo empleada practicar senderismo en los parques nacionales.