InstItutIonalIzatIon of the exception:

Institucionalización de la excepción: El concurso como búsqueda y proceso InstItutIonalIzatIon of the exceptIon: the competItIon as search and proces...
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Institucionalización de la excepción: El concurso como búsqueda y proceso

InstItutIonalIzatIon of the exceptIon: the competItIon as search and process

A través del reciente concurso de la Fundación Guggenheim para un museo en Helsinki, este texto analiza las lógicas de los concursos de arquitectura. Al entenderlos como instancias paradójicas que institucionalizan la búsqueda de proyectos excepcionales, surge la pregunta: ¿dónde queda lo excepcional cuando el concurso ya se transforma en una fábrica? ¿Es la arquitectura contemporánea una industria de la excepción?

Through the recent competition of the Guggenheim Foundation for a new museum in Helsinki, this text analyzes the logics of architecture competitions. Understanding them as paradoxical instances that institutionalize the search for exceptional projects, the question arises: where is the exceptional left when the competition is transformed into a factory? Is contemporary architecture an industry of the exception?

Pa l a br a s cl av e · selección, singularidad, museo, Guggenheim, Helsinki

Ke y words · selection, singularity, museum, Guggenheim, Helsinki

Los concursos de arquitectura son procesos que, dentro de un ambiente regulado, promueven el debate y la diversidad, encontrando también lo más adecuado para los intereses de los promotores. Algunos de los concursos más importantes se presentan en modalidad internacional abierta, incrementando exponencialmente la recepción de propuestas. Dentro de esta práctica, la Fundación Guggenheim se ha distinguido por promover concursos para la creación de una red de museos pidiendo diseños innovadores que funcionen como herramienta publicitaria y de recaudación de recursos. El concurso para Helsinki (2014-2015) marcó una etapa distinta para esta institución ya que por primera vez se abrió a la participación global. Con el uso de la imagen como estrategia mercadotécnica a gran escala, y apoyándose en las redes sociales para su difusión, el concurso recibió 1715 propuestas. Más allá del resultado, el proceso de búsqueda y debate resulta notable para una institución conocida por impulsar la renovación de la arquitectura.

Architecture competitions are processes that, within a regulated environment, promote debate and diversity, while also considering the interests of the promoters. Some of the most important competitions are presented as open and international, exponentially increasing the number of entries received. Within this framework, the Guggenheim Foundation has played a prominent role in the promotion of competitions for the creation of a network of museums, calling for innovative design to function as an advertising and fundraising tool. The competition for the museum in Helsinki (2014-2015) marked a new stage for the institution, being open for the first time to global participation. Using the image as its large-scale marketing strategy and relying on social networks to spread it, the competition received 1715 proposals. Beyond its outcome, the process of searching for and debating over the exceptional is important for an institute that famously encourages the renovation of architecture.

la singularidad del concurso arquitectónico No es inusual que se concurse la provisión de diferentes bienes y servicios, seleccionando mediante proporciones y relaciones de intercambio económico. En el caso de las disciplinas artísticas, sin embargo, la complejidad del sistema resulta de un criterio de selección que contiene aspectos subjetivos. Así, el concurso de arquitectura ha sido «una forma de encontrar la combinación óptima de forma, función y economía, mientras se selecciona al mejor arquitecto» (Hagelquist, 2010:430). No obstante, también es algo más: el establecimiento de una

the singularit y of the architecture competition It is not unusual to contest the provision of goods and services, selecting by proportions and relations of economic exchange. In the case of artistic disciplines however, the complexity of the system lies in that the selection criteria usually depends on subjective aspects. In the same way, the architecture competition has been “a way to find the optimal combination between form, function and economy, while selecting the best architect” (Hagelquist, 2010:430). However it is also something else: the establishment of a normed entity that allows for the selection of singularities

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José Manuel Falcón

Carlos Domenzain

Profesor, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, México

Profesor, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, México

entidad normada que permite encontrar singularidades dentro de las relaciones establecidas como «la máxima correlación entre inclusión y pertenencia» (Phelps, 2013:52). Los concursos de arquitectura han servido como laboratorios abiertos de ideas, motores de la innovación –formal, funcional, programática, urbana o tecnológica– que han ampliado la visión y fomentado el aprendizaje. Históricamente, la singularidad en la arquitectura ha encontrado en los concursos un medio para desarrollarse. Obras icónicas como la Ópera de Sídney, el Centro Pompidou, el Parc de la Villette, el Guggenheim Bilbao y el One World Trade Center son producto de concursos que propusieron una nueva estética y una renovación tipológica (fig.  1 ).1 Para el promotor de concursos el proceso resulta ventajoso, ya que en una sociedad liberal que percibe el servicio del arquitecto como un commodity, se incrementan sus posibilidades de éxito al multiplicar las opciones ofrecidas a un jurado que evaluará no sólo en referencia a las peticiones del programa, sino en base a sus habilidades y experiencias2. Y si bien el concurso tiene su origen en un compromiso con la calidad, también tiene beneficios para el arquitecto: le permite medir sus fuerzas y habilidades en condiciones de igualdad3, y le entrega la posibilidad de ganar y proseguir con la ejecución de la obra, obteniendo no sólo prestigio y retribución económica sino también la difusión de su trabajo. A lo largo de la historia, el concurso arquitectónico ha servido para romper esquemas mediante nuevas soluciones, estilos o talentos (Andersson, 2010). A pesar de ser imperfecto, el concurso es una utopía democrática, tradición, debate, certificación y un campo de experimentación, propiciando «un proceso de investigación para la creación de nuevo conocimiento (...), para crear nuevas formas en el futuro» (Helal, 2015:233). La respuesta al por qué de la participación de los arquitectos en los concursos y su promoción es la noción de «illusio» (Bourdieu, 1995) –mantenerse en el juego de un grupo social selectivo– y las diversas posibilidades que la autonomía les ofrece (Andersson, 2010).

among established relations, as “the maximum correlation between inclusion and belonging” (Phelps, 2013:52). Architecture competitions have served as testing grounds, motors of innovation –formal, functional, programmatic, urban or technological– that have opened the minds and stimulated the learning. Historically, the idea of singularity in architecture has found in competitions the ideal setting to develop. Sydney Opera House, the Pompidou Centre, Parc de la Villette, the Guggenheim Museum, Bilbao and One World Trade Centre are all examples of iconic projects, and products of competitions that proposed new aesthetics and typological renovations (fig.  1 ).1 In a liberal society where the service provided by the architect is seen as a commodity, the competition process benefits the promoter. His or her chances of success increase by multiplying the proposals presented to the jury, which will evaluate the options not only according to programmatic requirements, but also based on their abilities and experience.2 And although competitions are founded on a commitment to quality, they also benefit the architect, allowing the assessment of his or her strengths and creative abilities on a platform of equality,3 and also the chance to be selected and execute the project, gaining not only prestige and economic reward but also the promotion of his or her work. Throughout history the architecture competition has served to break established patterns through new solutions, styles and talents (Andersson, 2010). Despite its imperfections, the competition is a democratic utopia, a tradition, a debate, a declaration, and a field of experimentation. It encourages “a process of investigation for the creation of new knowledge (…), for the creation of new forms in the future” (Helal, 2015:233). The notion of “illusio” (Bourdieu, 1995:447) can answer the question of why competitions are promoted and why architects decide to participate in them –staying within the game of a selective social group– and the diverse possibilities offered by autonomy (Andersson, 2010). Museums are among the typologies most frequently called upon for competitions. Given its condition as a symbolic, public

1  A la par de los éxitos también hay fracasos rotundos. Véase el Concurso para la Sociedad de las Naciones de Ginebra (1926) con la célebre propuesta rechazada de Le Corbusier. 2  El concepto de expertise se relaciona con el de experto y experiencia (experientia). Un jurado integra la habilidad de haber probado, intentado o arriesgado un algo consiguiendo notoriedad y justificando su importancia. 3  Como comenta Farshid Moussavi: «Se podría decir que los concursos son para la arquitectura actual lo que el deporte competitivo es para el entrenamiento rutinario de fitness». (Chupin, et al., 2015:11).

1 As well as sucesses there are also dismal failures. See the competition for the Society of the Nations in Geneva (1926) with Le Corbusier’s famous unsucessful proposal. 2 The concept of expertise relates to that of the expert and the experience (experientia). A jury integrates the ability of having tried, attempted or risked something, attaining notority and justifying their importance. 3 As Farshid Moussavi states: “It can be said that the competition is to contemporary architecture what competitive sport is to the routine training of fitness”. (Chupin, et al., 2015:11).

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Los museos son una de las tipologías más concursadas, pues dada su condición de espacio público y simbólico es poco probable que sea encargado directamente a un arquitecto sin un proceso de búsqueda que otorgue mayor certeza a la decisión. En 1943, cuando la Fundación Guggenheim escogió a Frank Lloyd Wright para diseñar su sede en Nueva York, previamente había analizado una amplia lista de arquitectos4. Ya para su segunda sede en Europa, en Bilbao, se realizó un concurso restringido donde Frank Gehry se impuso sobre Coop Himmelb(l)au y Arata Isozaki. Con el tiempo, se habló del milagroso «efecto Bilbao», y con ello se generaron múltiples concursos internacionales hasta llegar a un punto de agotamiento, pues el éxito requería condiciones específicas para reproducirse (Falcón, 2012:135). En la última década se ha hablado de una crisis de los museos debido al costo de los proyectos y las turbulencias económicas mundiales. Aún así, el museo puede reinventarse: «Paradójicamente, cada crisis ha terminado por reafirmar el poder del museo como institución de referencia y de síntesis, capaz de evolucionar y ofrecer modelos alternativos, especialmente adecuada para señalar, caracterizar y transmitir los valores y los signos de los tiempos» (Montaner, 2003:8). A pesar de este clima, la Fundación Guggenheim celebró entre el 2014 y el 2015 el concurso abierto con mayor número de participaciones de la historia. Asimismo, esta institución comprobó que la difusión mediática de las miles de imágenes de las participaciones generó una gran expectativa, debate y crítica incluso antes de conseguir los recursos económicos y colocar la primera piedra.

entre lo normado y lo excepcional La palabra concurso, del latín concursus, significa «reunión de gente» o «competencia», mientras que la palabra «competir» indica «buscar juntos». La competencia, en este caso, consiste en «elegir al mejor de los que corren juntos». Por esto, desde que el Consejo de Atenas convocó a diferentes diseñadores para proponer un memorial en la Acrópolis (448 a. C.), los concursos han sido parte inherente del desarrollo de la disciplina arquitectónica. Es célebre por ejemplo la competencia ganada por Brunelleschi para resolver el Duomo de la catedral de Florencia a mediados del siglo x v, tal como los concursos académicos –Grand Prix– dentro de la Escuela de Bellas Artes de París. Algunos autores relacionan el origen de los concursos con los ideales de la Revolución francesa, ya que tan sólo en el año 1794 se presentaron 480 proyectos a 25 concursos. Quatremère de Quincy incluyó la palabra ‘concurso’ en su Encyclopédie Méthodique. En su definición relacionó de forma directa el concurso con el procedimiento de crítica y juicio para «proteger a los artistas de la humillación del orgullo ignorante de sus protectores» (Quatremère, 1788:38).

4  László Moholy-Nagy fue contactado para hacer una lista de los arquitectos más idóneos. Además de proponerse a sí mismo incluyó a Le Corbusier, Walter Gropius, Richard Neutra, Marcel Breuer, Mart Stam, William Lascaze, Werner Moser, Paul Nelson, William Humby, George Keck y Alvar Aalto.

FI G 1  Centro Georges-Pompidou, París. Renzo Piano + Richard Rogers, 1977. Fuente / Source: Centre Beaubourg © Creative Commons

space it is unlikely that its execution be commissioned directly to an architect without undergoing a search to confirm the decision. In 1943 when the Guggenheim Foundation selected Frank Lloyd Wright to design its museum in New York, it had gone through a long list of architects4. For its second museum in Europe, specifically in Bilbao, a closed competition was called, where Frank Gehry was selected over Coop Himmelb(l)au and Arata Isozaki. In time, people referred to the miraculous “Bilbao effect”, and with this many international competitions were held until a point of exhaustion, showing that the success required specific conditions for its reproduction (Falcón, 2012:135). This last decade a museum crisis has been recognized, due to the cost of the projects and the global economic turmoil. Even so, museums could reinvent themselves: “Paradoxically, each crisis has ended up reaffirming the power of the museum as an institution of reference and selection, capable of evolving and offering alternative models, especially appropriate to signal, characterize and transmit the values and the signs of the times” (Montaner, 2003:8). In spite of this climate, the Guggenheim Foundation celebrated between 2014 and 2015 the open competition with the largest number of participants in history. Similarly the institution corroborated that the media based promotion of the thousands of images of the proposals generated great expectation, debate and criticism even before obtaining the financial resources and laying the first stone on the site.

between the normed and the exceptional The word competition, or concourse, from the Latin, concursus, means “the reunion of people” or “competition”, while the word “to compete” signifies “to search together”. The competition in this case consists of “choosing the best of those who run together”. Because of this, ever since the Council of Athens called

4 László Moholy-Nagy was asked to make a list of the most suitable architects. As well as himself he included Le Corbusier, Walter Gropius, Richard Neutra, Marcel Breuer, Mart Stam, William Lascaze, Werner Moser, Paul Nelson, William Humby, George Keck and Alvar Aalto.

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FI G 2  Centre Pompidou-Metz. Shigeru Ban + Jean de Gastines, 2010. Imagen de / Picture by: Jean-Pierre Dalbéra. Fuente / Source: Le centre Pompidou Metz © Creative Commons

A lo largo del siglo x x, el concurso se utilizó como «un instrumento para legitimar la promoción del progreso» (Hagelqvist, 2010:442). De este modo, el concurso ha representado «la fuerza de innovación más importante para el intercambio arquitectónico» (Andersson, 2010:35), ya que su proliferación expresa la necesidad de establecer un medio democrático para este intercambio, indicando la posibilidad de alcanzar un triunfo imparcial y justo. Por esto, las aspiraciones democráticas del concurso se basan en el establecimiento de un corpus normativo que garantice la individualidad de las propuestas participantes. Adicionalmente, el concurso se distingue como un proceso productor de excepcionalidades. En un contexto más amplio, ‘excepción’ se refiere a aquello que permanece inconexo, a una ruptura con el deseo de lograr una teoría universal que ayude a integrar una diversidad compleja (Hlibchuk, 2008). La necesidad de buscar y encontrar excepcionalidades hace del concurso un cuerpo que funciona dentro de un estado de excepción: dada su condición, necesita un entorno y un proceso que le permita adecuarse a las circunstancias. Farshid Moussavi –quien ha participado en más de 218 concursos– afirma que perder tiene más que ver con lo impredecible del proceso que con el desempeño profesional (Chupin, et al., 2015). Este carácter impredecible es parte de la condición del concurso: su instauración implica la convivencia paradójica de la voluntad subjetiva y su expresión externa como factor objetivo. En otras palabras, el concurso es una entidad que se desarrolla en el espacio de excepción, pero que se encuentra regida por leyes y normas específicas: «esta determinación asegura que la excepción y la norma se encuentran atadas de manera inexpugnable» (Hlibchuk, 2008:16). Bajo este panorama, en el extremo opuesto a los arquitectos que se ciñen estrictamente al pliego de peticiones temiendo ser descalificados, se encuentran los que desde el inicio pretenden romper las reglas establecidas en las bases, tratando de sorprender al jurado y tomando su participación

different designers to propose a memorial on the Acropolis (448 bc), contests have been an inherent part of the development of the architectural discipline. Well-known is, for instance, the competition won by Brunelleschi to solve the problem of the Duomo of the Cathedral of Florence in mid 15th Century, and also the academic competitions –Grand Prix– within the École des Beaux-Arts of Paris. Some authors relate the origin of the competition with the ideals derived from the French Revolution, since only in the year 1794, 480 projects were presented in 25 competitions. Quatremère de Quincy included the word ‘competition’ in his Encyclopédie Méthodique. In his definition he related the direct form of the competition with the process of criticism and judgement, to “protect the artists from the humiliation of the ignorant pride of their patrons” (Quatremère, 1788:38). Throughout the 20th Century the competition was used as “an instrument to legitimize the promotion of progress” (Hagelqvist, 2010:442). In this way, the competition has represented “the most important force of innovation for architectural exchange” (Andersson, 2010:35), since its proliferation expresses the need to establish a democratic ground for this exchange, indicating the possibility of reaching an impartial and fair triumph. For this reason the democratic aspirations of the competition are based on the establishment of a normative corpus where the individuality of participating proposals is guaranteed. In addition, the competition is distinguished as a process that produces exceptions. In a wider context ‘exception’ refers to that which remains disconnected, to a breaking away from a desire to reach a universal theory that would help to integrate a complex diversity (Hlibchuk, 2008). The need to search and find the exceptional makes the competition a body which functions within a state of exception: given this condition, it requires an environment and a process that allows it to adapt to different circumstances. Farshid Moussavi –who has participated in over 218 competitions– claims that being unsuccessful in a competition has more to do with the unpredictable nature of the process than the professional performance (Chupin, et al., 2015). This unpredictable nature is one of the conditions of the competition: its adoption implies the paradoxical coexistence of the subjective endeavour and its external expression as an objective factor. In other words the competition is an entity that develops within a space of exception, but that finds itself constrained by laws and specified norms: “this determination ensures that the exception and the norm find themselves linked in an impenetrable way” (Hlibchuk, 2008:16). In this context, opposite to architects that in fear of disqualification keep to the demands of the brief, there are those that since the beginning look to break the established rules, trying to surprise the jury, taking their participation as an opportunity to experiment ideas. This condition is enhanced when dealing with museum competitions.

the museum as a renovating t ypology The museum occupies a privileged place within the contemporary city. It concerns a media project, which may be

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FI G 3  Panorámica del Museum Guggenheim de Bilbao, España. / Panoramic view of the Guggenheim Museum Bilbao, Spain. Imagen de / Picture by: Mario Roberto Durán Ortiz. © Creative Commons

FI G 4  1715 propuestas para el concurso del Museo Guggenheim Helsinki / 1715 proposals for the Guggenheim Helsinki Design Competition. Fuente / Source: Guggenheim Helsinki Design Competition, http://designguggenheimhelsinki.org/stageonegallery/view/

como una oportunidad para probar ideas. Esta condición se ve potenciada cuando se trata de concursos para museos.

Dentro de la ciudad contemporánea el museo ocupa un lugar privilegiado. Se trata de un proyecto mediático, deseado y gozado –o sufrido– por los ciudadanos y turistas. Su instalación es una tendencia vigente desde la segunda mitad del siglo x x que impacta la ciudad contemporánea. Para determinadas instituciones la arquitectura ocupa un lugar primordial: Pompidou, Getty, Tate, Louvre, Whitney, MoMA y Guggenheim son verdaderas marcas culturales que han apostado por edificios de alto impacto urbano. Cuando construyen un nuevo museo esperan que asuma el rol de hito, ojalá capaz de originar un nuevo centro de peregrinación artística.5 Por estas condiciones el museo es un campo fértil para la innovación expresiva de la arquitectura. Tras un periodo de bonanza desde la década de los ochenta se afirmó que un museo con una arquitectura excepcional podía acrecentar el atractivo de una ciudad, regenerar tejidos urbanos y acaparar la mirada internacional, configurando como destinos turísticos sitios anteriormente anónimos. Un caso célebre es el «efecto Bilbao», fenómeno mediante el cual las ciudades descubrieron al museo como una oportunidad de marketing urbano. Esto provocó un movimiento expansivo en el que a Gehry se le pidió repetir la fórmula y en el que se crearon objetos singulares después de concursos internacionales como, por ejemplo, el Kunsthaus de Graz de Peter Cook o el maxxi en Roma de Zaha Hadid. A su vez, marcas culturales como el Louvre y el Pompidou abrieron sedes en ciudades estratégicas –el Louvre Lens, diseño de sana a y el Pompidou en Metz, obra de Shigeru Ban– y, finalmente otros, como el Whitney, renovaron sus contenedores en busca de mantener su competitividad (fig.  2 ).

desired and enjoyed or suffered by citizens and tourists. Its creation has been an on going trend since the middle of the 20th Century that impacts on the contemporary city. For certain institutions, architecture plays a fundamental role: Pompidou, Getty, Tate, Louvre, Whitney, MoMA and Guggenheim are true cultural brands that have opted for buildings with high urban impact. A new museum is expected to take on the role of an icon, hopefully becoming a new center of artistic pilgrimage.5 Due to these conditions the museum is a fertile ground for the expressive innovation of architecture. After a period of abundance since the 80s, it was affirmed that a museum with exceptional architecture could increase the attraction of a city, regenerate the urban fabric and seize international attention, establishing previously anonymous places as tourist destinations. A famous case is the “Bilbao effect”, a phenomenon through which cities saw the museum as a marketing opportunity. This provoked an expansive movement in which Gehry was asked to repeat the formula, and in which singular objects came out of international competitions, for example the Kunsthaus in Graz by Peter Cook or ma xxi in Rome by Zaha Hadid. At the same time cultural brands such as Louvre and Pompidou opened branches in strategic places –the Louvre Lens designed by sana a and the Pompidou in Metz designed by Shigeru Ban– and finally others like the Whitney renovated their buildings to maintain their competitiveness (fig.  2 ). Therefore a large part of the international recognition enjoyed by the architecture of museums is due to institutions like the Guggenheim Foundation. In spite of continuous criticism, since 1943 they have promoted over 20 ‘signature architecture’ projects: New York, Venice, Salzburg, Vienna, Bilbao, SoHo Manhattan, Las Vegas, Berlin, Tokyo, Rio de Janeiro, Guadalajara, Singapore, Taichung and Abu Dhabi have been selected for the installation of branches (fig.  3 ). Because of this long trajectory, designing a new Guggenheim has been the aspiration of architects that see it as a path to fame or

5  En el documental The Competition (2013) se observa desde el interior de las oficinas de Nouvel, Hadid, Gehry y Perrault el proceso de trabajo rumbo a la participación para el concurso del Museo Nacional de Arte de Andorra. Resulta notable cómo las oficinas se enfocan en un ejercicio formalista y plástico, dejando en un segundo plano el desarrollo museológico-museográfico.

5 The documentary The Competition (2013) gives an insight into the offices of Nouvel, Hadid, Gehry and Perrault, showing the work leading to the proposals for a competition for the National Museum of Art in Andorra. There is a general interest in a formal, plastic excercise, while the museological and museographical development is left on second plain.

el museo como tipología renovadora

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FI G 5  6 finalistas del concurso del Museo Guggenheim Helsinki / 6 finalist entries, Guggenheim Helsinki Design Competition. Fuente / Source: Guggenheim Helsinki Design Competition, http://designguggenheimhelsinki.org/en/finalists

FI G 6  Art in the City, Moreau Kusunoki Architectes. Ganador del concurso del Museo Guggenheim Helsinki / Winner Guggenheim Helsinki Design Competition. Fuente / Source: Guggenheim Helsinki Design Competition, http://designguggenheimhelsinki.org/en/finalists/winner

Así, gran parte de la fama internacional de la que goza la arquitectura de museos se debe a instituciones como la Fundación Guggenheim. A pesar de las permanentes críticas, desde 1943 han promovido más de 20 proyectos de ‘arquitectura de autor’: Nueva York, Venecia, Salzburgo, Viena, Bilbao, el Soho, Las Vegas, Berlín, Tokio, Río de Janeiro, Guadalajara, Singapur, Taichung y Abu Dabi han sido consideradas para instalar una sede (fig.  3 ). Por esta vasta trayectoria, diseñar un nuevo Guggenheim ha sido el deseo de arquitectos que ven en él un camino a la fama o el proyecto propicio para liberar su ímpetu experimental. El más reciente concurso en Helsinki (2014-2015), donde se presentaron numerosas propuestas utópicas que hacen pensar que sus autores no tenían la intención de ganar, es una muestra evidente. Esta red de museos ha mantenido el modelo de arquitectura-espectáculo contra todas las condiciones desfavorables del panorama disciplinar. En los proyectos Guggenheim, la producción gráfica y de modelos busca seducir al público y conseguir la inyección de recursos. En estos diseños se ha usado la imagen con intenciones mediáticas. En algunos casos resalta la trascendencia del material de representación arquitectónica como una herramienta promocional (Bertrán, 2000). El ejemplo más próximo es el concurso Guggenheim Helsinki, el que registró una participación récord: «Sin una audiencia, no hay prestigio ni reconocimiento. La relación del prestigio como capital simbólico, el sistema de concurso y su audiencia, es recíproca» (Hagelqvist, 2010:435).

as an opportunity for an experimental gesture. In the most recent competition in Helsinki (2014-2015), where many utopian proposals were presented, it is evident that many authors did not intend winning. This network of museums has maintained the model of the architecture-spectacle against all unfavorable conditions in the discipline. In Guggenheim projects the graphic and models production looks to seduce the audience and obtain financial resources. In these designs image has been used with a media orientated intention. In some cases the transcendence of architectural representation is emphasized as a promotional tool (Bertrán, 2000). This is most clearly seen in the competition for the Guggenheim Helsinki that registered a record participation: “Without an audience, there is no prestige or recognition. The relationship between prestige as symbolic capital, the system of the competition and its audience is reciprocal” (Hagelqvist, 2010:435).

configurando lo excepcional: el concurso para el guggenheim de helsinki Al igual que en las ciudades que han querido replicar el «efecto Bilbao», Helsinki esperaba un proyecto ambicioso en su dimensión cultural, social y económica. El museo pondría a Finlandia en el panorama museístico internacional. Sin embargo, a pesar de que los números presentados mostraban una visión positiva, la ciudadanía criticó la falta de un debate

configuring the exceptional: the competition for the guggenheim in helsinki In the same way as the cities looking to replicate the “Bilbao effect”, Helsinki hoped for a project that was ambitious in its cultural, social and economic dimensions. The museum would put Finland into the international museum scene. However, in spite of the fact that the number of entries received looked promising, the local public criticised the lack of public discussion around a project that would require an important investment from government funds, which eventually led to the cancelation of the project in 2012. A year later a committee was formed, with representatives from the arts, the council, the Guggenheim Foundation and the general public. As a result, a public debate between experts and future users started, alongside pages on social networks in order to expand the discussion and reach a wider public. In 2013 the Guggenheim Foundation proposed an open competition for the museum of Helsinki, which would be located on a site in Eteläsatama. The competition was opened in June 2014 and lasted for one year, becoming the Foundation’s

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público ante un proyecto que requería de una inyección importante de fondos gubernamentales, propiciando su cancelación en 2012. Un año después se reunió un comité formado por representantes del arte, del ayuntamiento, de la Fundación Guggenheim y de la población en general. De esta forma, se inició el debate público entre expertos y futuros usuarios, y se crearon páginas en las principales redes sociales para ampliar la discusión. En el 2013, la Fundación Guggenheim propuso un concurso abierto para el museo de Helsinki, el que estaría situado en una parcela en Eteläsatama. La convocatoria se realizó en junio de 2014 y duró un año, convirtiéndose en el primer concurso abierto de la Fundación. La respuesta internacional fue contundente, convirtiéndose en el más popular de la historia al registrar 1715 propuestas de 77 países (fig.  4 ). La competencia puso a Helsinki en el centro de atención de la arquitectura internacional y, a pesar de ser reconocidos por explotar las imágenes y maquetas como herramientas mediáticas, este concurso utilizaría un despliegue gráfico sin precedentes. Construyendo un sitio web específico para mostrar todas las propuestas, la Fundación dividió el concurso en dos etapas y configuró un jurado de once miembros –Mark Wigley, Jeanne Gang y Juan Herreros, entre otros– para certificar la selección de los participantes. Para la primera etapa se escogieron seis propuestas muy distintas, que tendrían un par de meses más para completar el proyecto y llegar a la segunda fase, sin dar a conocer sus nombres (fig.  5 ). En julio de 2015 el Comité organizador llegó a una resolución: el proyecto seleccionado fue el de Moreau Kusunoki arquitectos. Se trata de un museo diseminado que cuenta con un agrupamiento de pabellones expositivos y plazas organizadas en torno a una calle interior. El museo, compuesto de nueve volúmenes y una torre monumental –lejana en su iconicidad a la volumetría de Bilbao–, estaría recubierto de madera finlandesa con amplias zonas acristaladas. El proyecto es la representación de un cambio de ideales en la Fundación: un alejamiento de la arquitectura del star system y un acercamiento al diseño democrático y participativo. Todo esto concluyó en un proceso certificado y legitimado por un jurado de calidad que apagó algunas de las críticas que se podrían haber presentado (fig.  6 ). Para el visitante de la página del concurso fue posible observar las 1715 propuestas filtrando por etiquetas, hashtags, país o número de registro, además de poder hacer una lista de sus favoritas y compartirlas con otros usuarios en red. En este caso, la difusión de la arquitectura Guggenheim alcanzó el nivel global tanto por el interés de las oficinas –emergentes y de fama internacional– como por el público consumidor de arquitectura. Como destaca Mark Wigley: «Haciendo disponibles en el universo virtual las propuestas participantes, hemos contribuido también a producir un volumen de información de diseño sin precedentes que ahora se encuentra disponible gratuitamente para su estudio y utilización. Por esta razón, mientras que el concurso ya ha terminado, confiamos en que

first open competition. The international response was substantial, and would become the most popular, reaching a historic record of 1715 entries from 77 countries (fig.  4 ). The competition put Helsinki in the spotlight of international architecture scene and in spite of being remembered for exploiting models and images as tools for promotion, this competition had an unprecedented body of graphic work. A website was created specifically for the exhibit of proposals. The Foundation divided the competition into two stages and assembled a jury of eleven members –including Mark Wigley, Jeanne Gang and Juan Herreros, among others– to certify the selection of the participants. For the first stage six diverse proposals were selected. These would be given two further months to complete their projects and enter the next stage, anonymously (fig.  5 ). In June 2015 the organizing committee came to a decision: the selected proposal was the one by architects Moreau Kusunoki. The design is for a fragmented museum, with a series of exhibition pavilions and public squares organized around an interior street. The museum, composed of nine volumes and a monumental tower –with an iconic shape that is far from Bilbao–, would be lined with Finnish wood with vast glazed areas. The project is the representation of the Foundation’s change of ideals: an estrangement from the ‘star system’ architecture and an approach towards a design that is democratic and participatory. It concluded in a process that was certified and legitimized by an excellent jury that silenced some of the criticisms that could have arisen (fig.  6 ). For the visitor of the competition’s Internet page it was possible to view the 1715 proposals, categorized by labels, hashtags, country or registration number, while also being able to list their favourites and share them with other web users. In this case the communication of Guggenheim architecture reached a global level both from the interest of architecture practices –both emerging and internationally renowned– as well as by the general public. As Mark Wigley states: “By making these competition entries available online, we also have contributed an unprecedented volume of design information that freely available for study and use. For this reason, while the design competition has now ended, we are confident that its contribution to architectural discourse and public imagination has only just begun.” (Wigley, 2015). In this way, the process of the Helsinki competition can be seen as a factory of the exception in conjunction with a dynamic that turns the communication and use of information into a powerful tool of discussion.

conclusion: the exceptional as necessit y Competitions and museums maintain an intimate relationship. Given these buildings importance, there is a need to guarantee maximum quality in the selection. Likewise in some cases promoters and jury have chosen the most daring solutions, leading to the adoption of typological innovation within architecture. Today, there is a need for well-designed, detailed, transparent and ethical competitions, which enable typological evolution within the discipline and for the benefit of the users.

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su contribución al discurso arquitectónico y a la imaginación pública apenas ha comenzado» (Wigley, 2015). De esta manera, en el concurso de Helsinki el proceso se manifiesta como una fábrica de excepcionalidad en conjunción con una dinámica que hace del despliegue mediático y de la utilización de información una herramienta potente de debate.

corolario: lo excepcional como necesidad Concursos y museos mantienen una relación íntima. Dada la importancia de estos edificios se requiere la certeza de obtener la máxima calidad en la selección. Incluso, en algunas ocasiones los promotores y jurados han apostado por las soluciones más arriesgadas, haciendo que la arquitectura incorpore innovaciones tipológicas. Hoy se necesitan concursos bien diseñados, detallados, transparentes y éticos que posibiliten la evolución tipológica, disciplinar y el beneficio de los usuarios. Su versión abierta, pública y anónima es necesaria en esta época y su espíritu innovador debe alejarse de las decisiones absolutas. Sin embargo, el concurso de arquitectura se manifiesta hoy en día como una poderosa herramienta de comunicación. Si bien es convocado principalmente para certificar la selección de una idea, también es utilizado mediáticamente para crear expectación a medida que se acerca la premiación. El concurso del Guggenheim Helsinki representa el estado último al que se ha llevado esta expectativa, dado su éxito para mantener el interés durante un año sin tener una realidad física en la cual apoyarse. ARQ

An open, public, and anonymous version of the competition is necessary at this time, and its innovative spirit must disassociate itself from absolute decisions. Nevertheless, the architecture competition is manifested nowadays as a powerful tool of communication. Although its principal aim is to certify the selection of an idea, it is also used as publicity to generate expectation as the outcome approaches. The competition for the Guggenheim museum in Helsinki represents the last stage that this expectation has come to, due to its success in maintaining itself at the forefront of attention during one year without having any physical reality on which to lean. ARQ

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José Manuel Falcón Mer az Arquitecto, Magíster en Construcción, Tecnológico de Durango, 2000. Doctor en Arquitectura, Universidad Politécnica de Cataluña, 2008. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México. Es autor de artículos y ponencias internacionales, además de ser autor de los libros La Arquitectura del Museo Singular (España, 2011) y Proyectos Arquitectónicos Habitacionales (México, 2012). Actualmente es profesor de Proyectos y de Teoría de la Arquitectura del Instituto Tecnológico de Monterrey.

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Carlos Domenzain Arquitecto, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, 2008. Fue parte de la oficina Estudio 3.14. Ha publicado en la revista Architectural Theory Review (Reino Unido-Australia, 2015) y en la revista Horizontes en el año 2011. Es miembro del cuerpo directivo del ccau (Centro para la Cultura Arquitectónica y Urbana). Actualmente es profesor de Arte y Cultura del Instituto Tecnológico de Monterrey.

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