I. Sobre el desarrollo en las edades infantil y juvenil

I. Sobre el desarrollo en las edades infantil y juvenil Sobre el desarrollo en las edades infantil y juvenil 10 1. La etapa del desarrollo y madur...
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I. Sobre el desarrollo en las edades infantil y juvenil

Sobre el desarrollo en las edades infantil y juvenil

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1. La etapa del desarrollo y maduración deportivos El entrenamiento de jóvenes no es un entrenamiento de adultos reducido; el de niños no es un entrenamiento de jóvenes abreviado. En las etapas de la infancia y la juventud se adquieren y se asientan las capacidades determinantes para el posterior alto rendimiento. El entrenamiento en la edad infantil y juvenil se adecúa a los cambios y a las posibilidades del desarrollo corporal, mental y psíquico de las diferentes etapas vitales. Los retrasos y carencias originados en esta etapa de desarrollo y maduración deportiva no son recuperables en la edad adulta, y de serlo, en muy escasa medida.

Las edades infantil y juvenil son la época del desarrollo y la maduración corporal, mental y psíquica, la época de preparación para la edad adulta. Por ello, consideramos estos importantes años de la vida como el período vital en el que se desarrollan y se asientan los fundamentos corporales y mentales de una persona para su posterior vida adulta. Así, desde la perspectiva de la capacidad de rendimiento deportivo, todo tipo de actividad deportiva debería tener un carácter de fundamento, preparatorio. Debería suministrar los requisitos que exigirá el posterior alto rendimiento de la edad adulta. Debe distinguirse obligatoriamente del entrenamiento de los adultos por su contenido, sus aspiraciones de rendimiento y su organización. No obstante, podemos observar una y otra vez cómo se adoptan en el entrenamiento de niños y jóvenes contenidos y formas del entrenamiento de adultos, sin modificaciones esenciales. Esto sucede sobre todo en el terreno de la preparación física. Numerosos entrenadores, tras concluir su trayectoria activa como jugadores, reproducen simplemente como monitores de deporte de base lo que han entrenado como jugadores activos, aunque adultos, y las formas en que lo han hecho. Con ello, pasan por alto las diferencias fundamentales que existen entre niños y jóvenes, por una parte, y adultos maduros, por otra, respecto de sus condicionamientos corporales, mentales y psíquicos. Aplicar el mismo entrenamiento a jóvenes y a adultos acarrea por lo general dos consecuencias en gran medida negativas para el eventual alto rendimiento que se pueda dar con posterioridad. En primer lugar, una serie de destrezas y capacidades esenciales no se aprenden ni se asientan en modo alguno, o bien lo hacen de forma insuficiente. En segundo lugar, numerosas tareas del entrenamiento de adultos, esto es, de alto rendimiento, constituyen un sobreesfuerzo corporal o mental para un niño o un joven. Las consecuencias son en este caso una inseguridad general del jugador y, por tanto, un obstáculo en todos los procesos de aprendizaje y también en el desarrollo de la personalidad individual.

II. Consecuencias para la atención personal

Consecuencias para la atención personal

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1. Aspectos generales de la dirección del equipo y de la atención personal de los jugadores La mejora deportiva mediante entrenamiento en fútbol es también una tarea pedagógica. La infancia y la juventud son fases vitales propias. La infancia implica un mundo de vivencias propio. Las mejoras de rendimiento están condicionadas, sobre todo en las edades infantil y juvenil, por las formas de comunicación entre el entrenador y sus jugadores. La sociedad y sus esquemas de valores han cambiado considerablemente en los últimos años en la dirección del individualismo. La diversión condiciona cada vez más las actividades de los jóvenes durante su tiempo libre. Los niños y los jóvenes tienen una fuerte necesidad de orientarse en relación con las personas (p. ej., el entrenador como modelo). Una actitud autoritaria obstaculiza el desarrollo y el asentamiento de la autonomía personal, la disponibilidad para asumir riesgos y la capacidad de acción creativa. Para relacionarse con cada uno de los jugadores, el entrenador debería conocer y tener en cuenta la forma de educación de los padres y el entorno social, con el fin de evitar conflictos que puedan frenar el rendimiento. El perfeccionamiento de los rendimientos corporales, mentales y psíquicos en las edades infantil y juvenil no se consigue sólo mediante medios de entrenamiento adecuados y herramientas metodológicas. El progreso del rendimiento depende en mayor medida de la receptividad del individuo, del llamado “impulso propio” y de su libre iniciativa. Así, la carencia de motivación inhibe el aprendizaje tanto como los problemas personales aún no superados. La disposición al rendimiento y al aprendizaje se moldea con la ayuda de los más variados estímulos del entorno. En el deporte, estos estímulos se ejercen a través de la esfera privada, la colaboración con los compañeros de equipo y la persona del entrenador. Podemos afirmar con cierto rigor que la parte principal de una mejora de rendimiento tiene su origen en la dirección del equipo y la orientación humana del entrenador. Ello es especialmente aplicable para la edad del desarrollo, pues en niños y jóvenes tratamos aún con personalidades inexpertas, incompletas, que tienen todavía que encontrar su lugar y su posición en el mundo de los adultos. De aquí la importancia decisiva que, para el éxito del entrenamiento infantil y juvenil, tiene la comprensión de problemas básicos de la atención personal y la dirección de acuerdo con la edad. La generación joven de la época actual ha cambiado en los últimos años de forma considerable sus esquemas de valores y su manera de ver la vida. Los hábitos consu-

III. Consecuencias para el entrenamiento

Consecuencias para el entrenamiento

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1. Entrenamiento infantil y juvenil como entrenamiento de base y de profundización 1.1. Aspectos introductorios

El entrenamiento infantil y juvenil configura el fundamento para el posible alto rendimiento deportivo posterior. El objetivo del entrenamiento infantil y juvenil es un desarrollo y asentamiento óptimos de todos los factores motores, cognitivos, psíquicos y sociales que determinan el posterior alto rendimiento. El contenido, la dificultad y la configuración del entrenamiento en las edades infantil y juvenil deben adecuarse a las posibilidades de rendimiento en el estado de desarrollo individual.

En las edades infantil y juvenil se crean las condiciones para el alto rendimiento en la posterior edad adulta (edad del alto rendimiento). El entrenamiento en estos años de desarrollo y asentamiento humano ha de crear los fundamentos de capacidades motoras, cognitivas, psíquicas y sociales de la forma más variada y polifacética posible. Y es necesidad imperiosa, para optimizar el desarrollo y asentamiento de estas capacidades y el desarrollo de la personalidad en su conjunto, hacer frente con decisión al cambio del entorno actual, claramente perjudicial, con unas condiciones de aprendizaje nuevas, modificadas, que favorezcan el desarrollo del niño. Cuanto más profundo y variado sea el asentamiento de todas las fuerzas importantes para el alto rendimiento, tanto mayores serán los rendimientos duraderos obtenibles posteriormente, en la edad del alto rendimiento. Las carencias o déficit en el llamado entrenamiento de base limitan posteriormente el rendimiento y no son recuperables, por lo menos no de forma completa. Así, en nuestros días resulta imprescindible conceder tiempo y margen a la capacidad general de juego y a la adquisición de virtudes sociales y esquemas de valores, fundamentales para jugar con éxito en un equipo de fútbol y también para la vida cotidiana en etapas posteriores. Los grupos de juego más allá de la modalidad deportiva, ya en la edad preescolar, y un rechazo firme, en el entrenamiento infantil y juvenil, de la forma de pensar de nuestra época, orientada hacia el resultado, deberían erigirse como pilares fundamentales de una posible carrera deportiva posterior, dadas las circunstancias de una sociedad industrial que fomenta el individualismo, es hostil al movimiento y da muy pocas oportunidades. Los contenidos, el grado de dificultad de las diferentes tareas de entrenamiento y la configuración del entrenamiento infantil y juvenil en su conjunto deben adecuarse al estado de desarrollo en cada momento, condicionado por la edad. Por ello, el conocimiento de todos los procesos del desarrollo, con sus diferentes rasgos de comportamiento en cada etapa, junto a la capacidad pedagógica de transmitir contenidos y esquemas de valores adecuados a la edad, constituyen el requisito irrenunciable de la configuración de todo entrenamiento responsable y exitoso en las edades infantil y juvenil.

IV. Entrenamiento

Entrenamiento

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1. Entrenamiento Los logros del aprendizaje y las mejoras de rendimiento no sólo dependen de la elección de medios de entrenamiento eficaces. Para el éxito del entrenamiento desempeña también un papel importante la forma en que se utilizan estas directrices y la forma en que éstas sirven de apoyo a los jugadores en su capacidad de rendimiento. Hablamos del trabajo metodológico en el entrenamiento, de la metodología del entrenamiento. La metodología del entrenamiento tiene que ver con la dirección que adopta el entrenador, con la forma en que plantea sus tareas y corrige fallos para lograr su objetivo: mejorar el comportamiento deportivo y social de los jugadores. Los fundamentos metodológicos incluyen por tanto directrices generales, reglas y orientaciones para la actividad educativa práctica del entrenador. Los principios metodológicos que a continuación describimos y explicamos tienen que ver con las tres piedras angulares de un proceso de entrenamiento: a) la elección de los medios de entrenamiento, b) el planteamiento de las tareas en el entrenamiento y c) el trabajo de corrección como parte esencial de la actividad educativa práctica. El entrenamiento logrado, eficaz, comienza ya en el momento de preparar la sesión. En esta preparación se establecen los contenidos de la sesión de entrenamiento, los objetivos de aprendizaje de ésta y los medios de entrenamiento con los que el entrenador espera profundizar en los objetivos de aprendizaje planteados. Formulamos a continuación una serie de reflexiones que una preparación concienzuda del entrenamiento podría tomar como base: 1. ¿Qué directrices técnicas, tácticas o de condición física se han de rectificar a corto plazo en vista de las carencias reconocidas en el último partido? 2. ¿Qué contenidos técnicos, tácticos o físicos se han de trabajar y mejorar sobre la base de una planificación a largo plazo en la edad en cuestión y en el momento actual de la temporada? 3. ¿Qué nivel de rendimiento tiene cada uno de los jugadores? 4. ¿De qué conocimientos tácticos disponen los jugadores? 5. ¿Cuándo tuvo lugar la última competición y cuando tiene lugar la próxima? (¿Qué día de entrenamiento se planifica?) En relación con la organización del entrenamiento, las siguientes preguntas pueden servir de ayuda para planificar su secuencia: 6. ¿Qué condiciones presenta la instalación de que disponemos? 7. ¿Qué materiales y qué cantidad podemos utilizar (p. ej., balones, banderines, etc,)? 8. ¿Qué condiciones climatológicas se esperan? Sobre la base de estas consideraciones el entrenador tiene que elegir las directrices adecuadas y elaborar su programa marco para la sesión de entrenamiento planificada. No obstante, este programa se limita siempre a una construcción mental. Durante una sesión de entrenamiento se pueden presentar un gran numero de acontecimientos y resultados imprevisibles (p. ej. lesión de un jugador, dificultades de aprendizaje inesperadas, o cambios inesperados de las condiciones de entrenamiento), que harían poco aprovechable una planificación llevada al detalle. El entrenador está en todo momento obligado a improvisar y debe adaptarse con rapidez a una evolución imprevista de los hechos y a factores de perturbación durante el entrenamiento.

V. Praxis

Praxis

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1. Las diferentes formas de entrenamiento y posibilidades de variación Los diferentes partidillos y formas de juego y ejercicio descritos en la parte práctica que viene a continuación tienen distintos grados de importancia para el entrenamiento infantil y juvenil. Mientras que los partidillos deberían estar, como forma de entrenamiento idónea, en el punto central del trabajo de fundamentos, los ejercicios constituyen sólo una ayuda para aprovechar de forma razonable los tiempos de recuperación “sin juego” y configurar así un entrenamiento más ameno. Las formas de ejercicio y de juego que presentamos aquí como anexo a los partidillos y a sus posibilidades de variación figuran como ejemplo de otras muchas tareas similares. Todos los ejercicios se asocian a una idea de competición. Estas tareas de competición piden al jugador una mayor capacidad de concentración en la realización del ejercicio. De esta forma no sólo aceleramos y profundizamos el proceso del aprendizaje; también mejora o se mantiene más fácilmente la disciplina del entrenamiento. Todas las formas de ejercicio se ejecutan desde la tarea más fácil a la más difícil. Además, cada tarea aislada se puede plantear en versiones más fáciles y más difíciles. Este cambio (diferenciación) del grado de dificultad resulta necesario porque no todos los jugadores presentan el mismo nivel de rendimiento ni la misma capacidad de aprendizaje, y se les debe por tanto encomendar tareas adecuadas a sus capacidades individuales. Los partidillos se facilitan o se dificultan en primer lugar mediante el cambio de la relación numérica de los jugadores (3–1+2 ó 3–3). El tamaño del terreno de juego, el número y tamaño de las porterías y el ritmo de juego ofrecen otras posibilidades para adaptar la tarea de entrenamiento al nivel de rendimiento de los jugadores. El grado de dificultad de las formas de juego puede igualmente modificarse a través de la relación numérica de los jugadores. Asimismo, los contrarios (defensas), su número y la configuración de su tarea (pasivos, parcialmente activos o activos) desempeñan un papel esencial a la hora de facilitar o de dificultar una tarea. En este sentido denominamos “pasivo” a un contrario cuya única tarea consiste en despertar o reforzar en el jugador en ejercicio la impresión de un posible contrario, sin intentar la disputa del balón. De esta forma facilitamos al jugador la comprensión e intuición de un determinado comportamiento táctico con balón. Un contrario pasivo supone una preparación con vistas a una confrontación consciente, planificada (táctica), con un contrario activo en un momento posterior. Ejemplo: “juego de la pared 2–1” (fig. 12). El defensor pasivo se limita a permanecer de pie y a dejarse superar (sin resistencia). Al defensor “parcialmente activo” se le encomienda una determinada tarea defensiva, a la cual debe atenerse mientras se realiza el ejercicio. El entrenador debe enseñar al defensor esta tarea parcialmente activa mediante una demostración, de la misma forma que ha enseñado al otro jugador su tarea. Así pues, el comportamiento defensivo de un contrario parcialmente activo está fijado de antemano. Esto debe ayudar al jugador que lleva el balón a entender con mayor rapidez, y a aprender más fácilmente, un determinado comportamiento de juego contra uno o varios defensores dependiendo del comportamiento de éstos.

VI. Partidillos

Partidillos

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1. Minipartidos Los minipartidos son partidos mínimos de uno contra uno. Se incluyen entre los partidillos por ser especialmente apropiados –aunque no de forma exclusiva– para los futbolistas más jóvenes. El enfrentamiento con un contrario es una fuente inagotable de motivación para jugar al fútbol, sobre todo en la edad escolar, etapa en la que la visión espacial de conjunto aún no se encuentra suficientemente asentada. El hecho de correr con el balón en los pies y disparar contra un objetivo encaja perfectamente con la mentalidad y el comportamiento de juego de los primeros años de fútbol.

Figura 17. Elevar los ojos desde el balón hacia el contrario.

Los minipartidos habitúan al trato con el balón. Ayudan a comprender el objetivo del fútbol, que consiste en llevar el balón a la portería del contrario. Los niños experimentan el encanto del fútbol y acumulan sus primeras experiencias de juego propias. Cada jugador se hace cargo del balón con una frecuencia grande y de múltiples maneras. Las reglas de juego dirigen desde un primer momento sus formas de trato con el balón hacia un juego de movimiento. Las primeras y sencillas experiencias en el trato con el balón permiten ver rápidamente la importancia de las diferentes habilidades técnicas, y por tanto, de las formas de entrenamiento intencionales.

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Partidillos sobre directrices tácticas

rio a una presión de tiempo y de espacio, y se le induce a un regate prolongado (oportunidad para recuperar el balón en uno contra uno) o bien a un pase precipitado. 3. Pressing (fig. 80): se trata de una medida táctica para recuperar la posesión del balón lo más rápido posible, que aprovecha numerosas ventajas del marcaje en zona orientado hacia el balón. Se marca estrechamente y se cubre a los jugadores contrarios para interceptar un pase o, al menos, para estorbarlos nada más recibir el pase, intentando así bloquear la disposición ordenada del ataque del contrario. La superioridad numérica en la defensa se sacrifica en favor de un jugador más en el centro del campo, presionando también a los jugadores de la cobertura contraria en posesión del balón, atacados por los delanteros propios que les inducen a cometer errores, sin descuidar la vigilancia de cualquier contrario en el centro del campo. Mientras que la defensa orientada hacia el balón aprovecha también la ganancia de tiempo como éxito mínimo para la mejora de posiciones de los defensores, el equipo que practica el pressing busca fundamentalmente recuperar el balón en una disputa uno contra uno, por ejemplo cuando se acerca el final del partido con un marcador adverso, o bien cuando el equipo contrario es claramente inferior a nivel individual. Aquí salta a la vista la importancia del fuera de juego como herramienta táctica importante para la defensa. El portero tiene que asegurar desde su portería, como “último defensor en el campo”, el espacio de juego a espaldas de sus defensas contra pases largos del contrario. Debe participar en el juego. 4. Los cuatro defensores posteriores en un sistema de juego orientado a la cobertura en zona (p. ej., 4–4–2) actúan juntos en la llamada línea de cuatro, con el objetivo de atacar el balón delante del área propia siempre en superioridad numérica (2–1) (fig. 81). Portero

Figura 81. Desplazamiento de una línea de cuatro orientada hacia el balón. Portero

Figura 82. Doblar al contrario cerca de la portería, en una línea de cuatro, para un ataque rápido del balón en superioridad numérica.

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Partidillos Correcciones: MARCAJE EN ZONA Con superioridad numérica contra el balón, presionar en colaboración estrecha para asegurarse mutuamente.

Argumentación: El hombre que lleva el balón tiene bloqueados los dos caminos para entrar, la jugada individual presenta pocas expectativas de éxito.

ERROR Figura 84. El segundo defensor (29) está demasiado lejos de su hombre de al lado presionado (11), de modo que se puede superar fácilmente a éste en 1–1.

Diálogo sobre la corrección: El entrenador detiene el juego y mantiene a todos en su posición. Entrenador (al defensor de atrás): “Cambia tu posición con el hombre que lleva el balón y dime dónde preferirías, como delantero, tener al segundo defensor: ¿allí donde estabas ahora o cerca del defensor de delante, por detrás de él?” El entrenador muestra la posición alternativa para el defensor de atrás, cerca del defensor que cierra el paso y por atrás de éste. Jugador: “No, ahí detrás, ¡lejos!” Entrenador: “¿Porqué?” Jugador: “Así tengo mucho más sitio para superar al de delante.” Entrenador: “Bien; como defensor, ¿cómo puedes ayudar más eficazmente a tu compañero?” Jugador: “Claro, cerca de él”. Avanza hacia la posición mejor, detrás de su compañero. Entrenador: “Bien; ahora colaboras contra el hombre que lleva el balón, (a éste); ahora intenta superarlos.” Reproducción de la colaboración óptima en defensa; a continuación los jugadores vuelven al punto de partida, los defensores cerca uno del otro, y se reanuda el juego.

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Partidillos sobre directrices tácticas

Variación. 2º paso – mismo juego que en el 1er paso, aunque: – se permiten también balones altos. Correcciones: MARCAJE EN ZONA Actuar manteniendo contacto visual con los compañeros más o menos hasta la altura del medio campo, y dejar al contrario que avanza en fuera de juego. MARCAJE EN ZONA Alejar el ataque hacia fuera.

Argumentación: Los atacantes a espaldas de la defensa se sitúan en fuera de juego y no pueden recibir el pase. Ganancia de tiempo y oportunidad para el ataque sobre el balón. Los compañeros pueden avanzar, cortando y bloqueando el pase que vuelve el juego hacia dentro, y atacando al contrario que lleva el balón en superioridad numérica.

MARCAJE EN ZONA Impedir el pase largo de cambio de juego con el defensor alejado.

Superar a los defensas con un cambio de lado rápido no resulta fácil.

MARCAJE EN ZONA Si hay cambio de juego, desplazarse en diagonal hacia la otra portería, no seguir el balón en paralelo.

Es más probable que se llegue a detener al jugador que recibe el pase, o bien el pase o el tiro de éste (recorrido más largo del balón).

er

Variación. 3 paso – mismo juego que en el 2º paso, aunque: – también los atacantes pueden cambiar de campo. Correcciones: MARCAJE EN ZONA El hombre de atrás o de al lado da indicaciones al de delante. MARCAJE EN ZONA En inferioridad numérica, cerrar el camino directo hacia portería y asegurar marcando estrechamente que no se produzca jugada individual; esperar. MARCAJE EN ZONA Presionar al contrario que lleva el balón hacia el centro, en la dirección del hombre de al lado, alejarlo del otro campo.

Argumentación: Hablar unos con otros. Esto permite acciones defensivas más rápidas y seguras; se pueden corregir errores. Los atacantes en superioridad numérica no pueden superar a los defensores sin riesgos.

Se interrumpe el juego de combinación de los atacantes, aquellos que se incorporan no pueden por el momento recibir el pase. Evitamos la superioridad numérica del contrario.

VII. Formas de entrenamiento complementarias

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Formas de entrenamiento complementarias

Figura 86. Al principio, la única motivación de los más jovenes es el balón y el gol.

1. Formas de entrenamiento adaptadas al juego, del 2-1 al 5-5 2 contra 1 en un espacio

Figura 87.

Organización: – tres jugadores cada vez con un balón, en un espacio de juego delimitado de 10 x 15 m (fig. 87). 1ª tarea: MANTENER EL BALÓN Y DESMARCARSE – dos jugadores mantienen el balón en las propias filas, dentro del espacio, contra un defensor; – si hay robo de balón: cambio de tarea de los jugadores involucrados en él; – todo jugador comienza con 6 puntos; a cada nuevo defensor se le retira 1 punto; – ¿quién conserva más puntos?

Consejos para la corrección: ASEGURAR EL BALÓN Recibir y controlar el balón pasado incorporándolo al movimiento. CONDUCCION LIBRE Conducir alejándose del contrario hacia el espacio libre. DESMARCARSE Desmarcarse del espacio cubierto por el contrario hacia el campo visual del compañero que lleva el balón.

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Formas de entrenamiento adaptadas al juego, del 2-1 al 5-5

2ª tarea: PARED Y CESIÓN – como la 1ª tarea, aunque: – en lugar de calificar por puntos, después de tres combinaciones logradas mediante pared o cesión sin pérdida de balón entre ellas, descanso “remunerador” = el defensor “puede” efectuar dos planchas (u otro ejercicio gimnástico). 3ª tarea: ASEGURAR EL BALÓN – como en la primera tarea, aunque: – juego en 1-1, el 2º atacante juega con un único toque de balón como “pared” (1 + 1-1); – el que tenga la posesión del balón cada 15 segundos anota 1 punto (el control lo llevan la “pared” o el entrenador); – cambio de tarea después de 90 s, cada uno juega una vez como “pared”; – ¿quién ha conseguido más puntos después de 3 x 90 s? 4ª tarea: COMBINACIÓN – como en la 1ª tarea, aunque: – las líneas de 10 m marcadas como líneas de fondo; – juego en 2-1 de una línea de fondo hacia la otra y vuelta atrás. – el defensor sólo puede atacar dentro de las líneas de fondo; – los atacantes comienzan con 12 puntos positivos, los defensores con 15; – en cada entrada lograda superando las dos líneas se quita un punto a los defensores; – ¿quién conserva más puntos?

Consejos para la corrección: DISTRIBUCIÓN DEL ESPACIO Aprovechar todo el espacio de juego para combinar. COMBINACIÓN Combinar después de establecer contacto visual mutuo. COMBINACIÓN Pared o cesión sólo en casos de acoso (cercanía) del defensor. ASEGURAR EL BALÓN Mantener el cuerpo entre el balón y el contrario. REGATE Levantar la mirada del balón, dirigiéndola hacia el entorno de juego (compañero y contrario). ASEGURAR EL BALÓN Alejar lentamente el balón del contrario.

COMBINACIÓN Juego de conjunto continuo. COMBINACIÓN Ofrecer, sin balón y en esprint, posibilidades de pase en profundidad. APROVECHAR EL ESPACIO Aprovechar decididamente el espacio libre con una jugada individual.

2 contra 1 sobre una portería Figura 88. Organización: – dos jugadores con un balón a 30 metros de una portería; – 20 m delante de la portería una zona de defensa de 3 m de profundidad en paralelo a la línea de gol; – 1er defensor en la zona, el 2º como portero en la portería (fig. 88).

219 5ª – – –

Ejercicios sobre aspectos técnicos y tácticos

tarea: juego en 1-1 sobre una portería triangular (3 x 2 m); regate y desborde sólo con el quite de la planta del pie; el defensor no interviene activamente hasta que se produce la finta, y lo hace para impedir el tiro a puerta; a) quite de la planta del pie: el contrario entra en la finta (parcialmente activo); b) finta del quite de la planta del pie y salida en la dirección de la carrera: el contrario (parcialmente activo) intenta impedir el quite; c) juego libre en 1-1: el contrario defiende activamente.

6ª tarea: – 4 jugadores juegan alternativamente en 1-1 entre dos porterías: en cada portería se encuentran 2 jugadores con 2 balones cada uno; – un jugador conduce desde su portería contra el rival que le viene de frente, desde la otra portería, para un 1-1 y tiro a puerta inmediato; – después del tiro a puerta el 2º jugador (portero) de esta portería lleva el balón contra el delantero, sobre la portería contraria, mientras que el último defensor permanece como portero en la portería, etc.; – ¿qué jugador consigue al final más goles? (fig. 119).

Figura 119.

Desmarque 1ª tarea: – tres jugadores juegan contra un defensor sobre una portería de banderines de 3 m de ancho, en 3–1; – si hay gol: reanudación del juego desde el otro lado sobre la portería; – si hay pérdida de balón: cambio de tarea del atacante con el defensor; – pérdida de balón: – robo de balón del defensor – toque del balón del defensor – el defensor puede jugar también con la mano – si hay tres goles consecutivos sin pérdida de balón: 1 punto negativo contra el defensor; er – ¿quién recibe primero el 3 punto negativo? 2ª tarea: – cuatro jugadores juegan contra dos defensores alrededor de una portería de banderines de 4 m de ancho, en 4-2; – si hay pérdida de balón: cambio de tarea del atacante (que la provocó) con el defensor que robó el balón; – si hay tres goles consecutivos (pases en profundidad) sin pérdida de balón: un ejercicio gimnástico para ambos defensores. 3ª – – –

tarea: tres jugadores juegan contra dos defensores alrededor de una portería triangular de 3 x 2 m, en 3–2; si hay pérdida de balón: cambio de tarea del jugador que la provoca con el jugador que roba el balón; si hay tres goles consecutivos sin pérdida de balón: un ejercicio gimnástico para ambos defensores.

4ª tarea: – juego en 3-3 sobre cuatro porterías de banderines pequeñas; – cada equipo defiende dos porterías pequeñas, dispuestas una junto a otra a 20 m de distancia, y ataca sobre las dos porterías del contrario situadas enfrente, a 15 m.

VIII. Entrenamiento especial

Entrenamiento especial

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Este capítulo engloba cuatro aspectos que, por diferentes motivos se han deslindado de los ámbitos técnicos y tácticos generales del entrenamiento infantil y juvenil: – Tareas para la ocupación individual con el balón fuera del entrenamiento. – Formas de organización para una configuración amena del entrenamiento. – El entrenamiento del portero como posición con tareas y exigencias particulares. – Pequeños partidos de fútbol para favorecer el gusto por el juego y la disposición a participar. Ocupación de uno mismo con el balón Las competiciones con el balón de fútbol animan el entrenamiento de la sociedad deportiva. Por otra parte, deben animar al joven futbolista a mantener el contacto con el balón en su casa, en su tiempo libre, reviviendo así los hábitos infantiles de la época del fútbol callejero. Entrenamiento en círculo, entrenamiento en circuito El entrenamiento de carácter competitivo y lúdico a la vez, dentro de grupos de jugadores pequeños, además de proporcionar estímulos y motivación en medio de una diversidad de tareas planteadas por los distintos criterios técnicos y tácticos, debe sobre todo favorecer el entrenamiento autónomo y mejorar el comportamiento social dentro de grupos de entrenamiento pequeños. Entrenamiento del portero El entrenamiento intensivo del portero suele resultar, por motivos de tiempo o de organización, demasiado breve. Por la especial importancia del entrenamiento del portero describimos esta sección al margen del contexto general de la técnica y de la táctica. En las formas de entrenamiento descritas incluimos a los jugadores de campo en el entrenamiento del portero, con lo cual esperamos haber mostrado una posibilidad de solución ventajosa para el conocido problema de la ubicación del entrenamiento intencional del portero. Fútbol de motivación Las formas de juego en las cuales se puede, sin desgaste físico excesivo, luchar por el balón y disparar a puerta con frecuencia despiertan el gusto por el juego y la disposición al rendimiento, poniendo así en un primer plano de la actividad lúdica los elementos de motivación que contiene el fútbol.

IX. Planificación del entrenamiento Estructuración del entrenamiento

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Planificación y estructuración del entrenamiento

Sesión de entrenamiento de un equipo de prebenjamines (6–8 años) Tiempo de entrenamiento: 60 minutos Contenidos del entrenamiento: capacidad de juego / capacidades de coordinación Contenido del entrenamiento

Forma de entrenamiento

Calentamiento

Ejercicios en grupo

Demostración de la tarea de juego; organización del campo de juego, distribución de los equipos

Explicación Demostración

Tarea de entrenamiento Minutos 0 al 5 1. Todos los jugadores corren con un balón cada uno al azar en un espacio delimitado; si hay pérdida de balón o choque: dos ejercicios gimnásticos. 2. Misma tarea, se avanza con el balón en la mano (baloncesto). 3. Misma tarea que en los puntos 1 y 2; a la señal: ¿quién se sienta el último? ¿quién es el último en cambiar de espacio? Minutos 6 al 10

Juego Lanzar el balón Atrapar el balón

Partidillo

Minutos 11 al 17 3-1 + 2 sobre dos porterías (ocho equipos de tres jugadores cada uno) - tres jugadores juegan al balonmano contra un defensor en el campo y dos jugadores en la portería; - si hay pérdida de balón o gol: cambio de tareas de los equipos; - la recuperación del balón no se puede disputar hasta que no haya dos jugadores en la portería.

Figuras 153.

Minutos 18 al 21 Experiencias de juego, diálogo sobre el aprendizaje, sugerencias y consejos para el juego; nuevo planteamiento de tarea

Diálogo sobre el aprendizaje Explicaciones