HACIA EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA ( ) VI CONGRESO

HACIA EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA (1821-2021) VI CONGRESO HACIA EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA (1821-2021) VI CONGRESO MARIANO LORE...
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HACIA EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA (1821-2021)

VI CONGRESO

HACIA EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA (1821-2021)

VI CONGRESO

MARIANO LORENZO MELGAR VALDIVIESO LA PRENSA ESCRITA Y LA DIFUSIÓN DE LAS IDEAS DE LIBERTAD

Universidad Nacional Mayor de San Marcos Vicerrectorado de Investigación

Universidad Nacional Mayor de San Marcos Fondo Editorial

ISBN: 978-612-45436-6-1 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional N.º 2016-06602 © Vicerrectorado de Investigación de la UNMSM Av. Germán Amézaga 375, Lima. Edificio Jorge Basadre 2º piso Teléf.: 619-7000 anexos 7449/7345 Correos electrónicos: [email protected] [email protected] © Fondo Editorial de la UNMSM Av. Germán Amézaga 375, Biblioteca Central, 4º piso, Ciudad Universitaria Teléf.: 619-7000 anexo 7529 Correo electrónico: [email protected] La universidad es lo que publica Primera edición Lima, mayo de 2016 Tiraje: 500 ejemplares

Coordinación: Oficina de Servicios de Investigación e Innovación (OCSII) Correo electrónico: [email protected] Diseño, diagramación e impresión: Centro de Producción Editorial e Imprenta de la UNMSM -CEPREDIM Jr. Paruro 119 Lima. Teléf.: 619-7000 anexo 6009 Correo electrónico: [email protected] Impreso en Lima, Perú. Queda prohibida la reproducción total o parcial de la presente edición, bajo cualquier modalidad, sin la autorización expresa del autor.

ÍNDICE Presentación 9 Melgar tiene todavía mucho que decirnos Esther Espinoza Espinoza

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Mariano Melgar: el Poeta Patriota Wilfredo Kapsoli Escudero

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Bicentenario de la independencia política de los criollos del Perú. Comentario analítico y crítico 29 Waldemar Espinoza Soriano Las huancas de Checras. Un modelo arqueológico de la resistencia ideológica andina a la hispana Aldo Noriega Gutiérrez

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La Junta Eclesiástica de Purificación. Arzobispado de Lima, 1821-1822 75 Moshé Abensur Vargas Regiones, tiempo e independencia en los Andes Francisco Quiroz Chueca

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Felipe Álvarez: edecán del libertador, Piura 1824 Raúl Adanaqué Velásquez

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El patriarca de Jamaica Elías Pino Iturrieta

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VI Congreso Hacia el bicentenario de la Independencia

A 200 años de un programa inconcluso. La carta de Jamaica: Promoviendo un nuevo régimen continental Raúl Chanamé Orbe Limitaciones estructurales de la hacienda pública para la difusión de los bancos y el papel moneda a inicios de la República Luis Alberto Ponce Vega La futuridad del teletrabajo y el acceso a la banda ancha (caso Perú) Carlos Eduardo Armas Morales La Primera Infancia: Un despertar educativo hacia el 2021 María Elena Dávila Díaz

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189 217

Retos de la gobernabilidad latinoamericana en el siglo xxi en la nueva era de la información y la comunicación 233 Melanie Sánchez Salas La casulla del Agnus Dei, una casulla republicana en la colección de la Catedral de Lima 243 Emma Patricia Victorio Cánovas De valses y fábulas. Consideraciones en torno a la figura de Mariano Melgar, un poeta político Richard Leonardo Loayza La prensa escrita y la difusión de las ideas de libertad. Influencia del periodismo del Ejército Libertador en la Independencia del Perú Roberto Revoredo Castro

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El estado del patrimonio cultural en la costa norcentral peruana hacia el bicentenario 295 Pieter D. van Dalen Luna 8|

PRESENTACIÓN Con motivo de celebrar el Bicentenario de la Independencia nacional y qué mejor hacerlo desde la Academia, desde la Universidad, con la producción de conocimientos sobre lo que fue y significó para los países de América Latina este gran acontecimiento histórico. En nuestra casa de estudios, en San Marcos, decidimos iniciarlo con Congresos Internacionales en los cuales participarían especialistas invitados de distintos países americanos. Es así como desde el año 2010, y en forma exitosa, venimos realizando estos eventos encontrándonos hoy con la inauguración del VI Congreso, que lleva por nombre Mariano Lorenzo Melgar Valdivieso: la prensa escrita y la difusión de las ideas de libertad. Desde que asumí el Vicerrectorado en el 2011, hemos publicado los libros de Actas de los congresos III, IV y V, en esta oportunidad lo hacemos con las actas o trabajos presentados al VI Congreso. Es de conocimiento público estos libros que contienen temas desarrollados sobre el Bicentenario de la Independencia Nacional, las Actas del III Congreso Internacional denominado “Vicente Morales y Duárez. Las Cortes de Cádiz”. Igualmente, la del IV Congreso “Tacna, Zela y Paillardelle: los patriotas peruanos del sur y la revolución rioplatense”. En el V Congreso se desarrolló la temática sobre el Cusco, “Pumacahua, los hermanos Angulo y los patriotas peruanos del sur”. Con este trabajo persistente, estamos contribuyendo también, al conocimiento de lo que ha significado para los peruanos, este largo proceso de la independencia y de la vida republicana peruana. [9]

VI Congreso Hacia el bicentenario de la Independencia

Este VI Congreso, rinde homenaje a Mariano Melgar. Wilfredo Kapsoli, señala en su artículo incluido en este volumen, que “Precisamente, estamos conmemorando el Bicentenario de la muerte del ilustre poeta arequipeño quien tuvo una corta vida, pero llena de virtudes y sacrificios. Su geografía vital se inicia con el matrimonio de sus abuelos en 1736, luego el matrimonio de sus padres Juan de Dios Melgar y doña Andrea Valdivieso en 1786 de cuya unión nace nuestro homenajeado el 12 de agosto de 1790.”

En este sentido, también vale la pena señalar algunas referencias sobre Mariano Melgar y Valdivieso, nació en Arequipa, su tierra natal, la ciudad blanca, un 8 de diciembre de 1791. Estudió en el Seminario de San Gerónimo en el cual llegó a ejercer la docencia en Latinidad y Retórica. Tuvo interés por la vida religiosa, es así que obtiene una capellanía en el valle de Majes. A los 20 años deja los hábitos religiosos y se decide por la literatura. Su amor por María de los Santos Corrales, más conocida como Silvia lo inspira para dedicarle hermosos yaravíes. Su interés por la política lo atrajo a Lima para estudiar Derecho en la Universidad de San Marcos. De regreso a Arequipa, en 1814, se unió a la rebelión independentista de los hermanos Angulo y de Mateo Pumacahua participando en la batalla de Umachiri el 11 de marzo de 1815. Cayó prisionero y fue fusilado, por la fuerzas del virrey, al día siguiente. En homenaje a este ilustre independentista y al pueblo arequipeño estamos realizando este VI Congreso sobre el Bicentenario de la República. Los congresos Hacia el Bicentenario se vienen celebrando desde el año 2010 en nuestra Universidad. Son, en lo sustancial, encuentros de especialistas en distintos campos del conocimiento, convocados por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para rememorar los hechos que se sucedieron en forma lenta pero inexorable desde que Túpac Amaru II alzó las banderas de la rebelión en Tungasuca. A partir del año 2010, como si fuera también un lento camino hacia la gran victoria, conmemoramos, discutimos, celebramos la gesta de 10 |

VI Congreso Hacia el bicentenario de la Independencia

los pueblos que en todo el Perú se alzaron en rebeldía para sentar las bases del país que hoy somos. A su turno, Waldemar Espinoza, en su ponencia desarrolla los conceptos y categorías que nos facilitan el buen análisis del proceso independentista. Nos dice que: “Primero veamos cuál podría ser la correcta terminología. Hay quienes la han llamado guerra separatista, otras luchas por la emancipación: bien que la denominación guerra de la independencia es la más usada, aparte de que los corifeos de dicha empresa en los cinco primeros lustros del siglo XIX, así la preferían manifestar. De ahí que nosotros más apelemos a este tercer nombre. Emancipación consideramos que es un término más apropiado para cuando los padres de familia acuerdan conceder la mayoría de edad a sus hijos adolescentes con la finalidad de contraer matrimonio o de realizar actos jurídicos que, por su juventud, están imposibilitados de realizar por decisión propia. También es el denominativo que otorgaban los señores a sus esclavos cuando les conferían libertad, manumitiéndolos. Y de manera análoga la potestad que gozan los municipios, regiones y otras entidades para regir determinados intereses peculiares de su vida interior, mediante órganos y normas de gobierno propio, Bicentenario de la Independencia política de los criollos del Perú cuando así lo faculta la autoridad suprema del Estado al que pertenecen. Por lo tanto, no es cabal la palabra Emancipación para los sucesos de 1800 a 1826, porque en el Perú no se cumplieron esas premisas. Hay que tener presente que España nunca quiso dar libertad al Perú. De ahí que Independencia sea el mejor vocablo, pero con la aclaración de que apenas fue política, y jamás económica y social. Por cuya razón, la lucha por la liberación total todavía continúa. Hay que ver que económicamente proseguimos dependientes, primero del imperio británico y más tarde del imperialismo estadounidense. No llevamos, pues, una vida de igual a igual con los países desarrollados y dominantes del hemisferio septentrional, mayormente por culpa de los propios hispanoamericanos.

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Claro, la Independencia no fue un proceso aislado en el Perú, por cuanto formó parte de una red y engranaje más amplio, un movimiento que abrazó a todo el continente americano. En 1776 Estados Unidos de Norte América comenzó la derrota del colonialismo en América. Fecha que –en el ámbito mundial– coincide con el afán de destruir el antiguo régimen feudal-mercantilista para sustituirlo con el nuevo orden industrial-capitalista. Al principio las cosas fueron planteadas así; pero después, al ser ganada la guerra, los grupos de poder siguieron lo mismo que antes. Solo en EEUU se implantó el desarrollo económico y avanzó con velocidad el capitalismo desde un principio. En las ex colonias españolas y portuguesas, en cambio, eso no podía ni iba a suceder. En las colonias francesas hubo un retraso.”. Concluye Waldemar Espinoza.

Igualmente, San Marcos sigue participando en las investigaciones y la difusión sobre la realización del bicentenario que vamos a cumplir y por eso hemos participado con el Ministerio de la Cultura, que también tiene una Comisión sobre el Bicentenario. El doctor Waldemar Espinoza Soriano nos representa en esta comisión. Este trabajo denodado que lo hemos venido realizando lo ha hecho la Comisión Organizadora de este evento por parte de la Universidad con la magister Esther Espinoza, el licenciado Raúl Adanaqué y el licenciado Fabriciano La Torre y los miembros del Vicerrectorado. En esa oportunidad lo hicimos también con la Comisión Especial que tiene el Congreso de la República y la Biblioteca “Mario Vargas Llosa”. Es decir, nuestro trabajo sigue creciendo. Los temas expuestos en este magno evento fueron variados, todos ellos tuvieron como referente el Bicentenario que con pasos agigantados ya se avecina. Ellos fueron: Mariano Melgar en el contexto histórico de la Independencia y su aporte a la Literatura peruana, Movimientos sociales: Conspiraciones, motines, protestas y rebeliones en el Perú. Análisis de casos, Fuentes e historiografía de los movimientos independentistas: escuelas y propuestas, representantes, periodificación (1810-1826). Sociedad y demografía: Estructuras. Coyunturas. 12 |

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Política y Estado: procesos históricos latinoamericanos, nacionales y regionales. Relaciones con el ámbito jurídico nacional e internacional. Límites fronterizos y la creación del Estado. Control social. Gobiernos locales. Cultura: Arte, teatro, literatura, música, periodismo, costumbres, moda, vida cotidiana y gastronomía. La prensa el cine y las artes en la construcción de ciudadanía y memoria histórica. Desarrollo de las ciencias: Difusión y discusión de las ciencias y de las ideas filosóficas. Educación: Básica y Superior. Unidades de Instrucción. Corrientes pedagógicas. Especialización. Estamentos. Currícula. Iglesia: Estructura. Órdenes religiosas. Junta de purificación. Desamortización. Iconografía. Nueva evangelización y su ingreso a la amazonia: y otras más. El interés por investigar es notorio. Lo demuestra el elevado número de ponencias que se expusieron. Se instalaron 13 mesas y en ellas se concentraron variados e interesantes temas. Como se comprenderá, se trata de seguir estudiando todo este largo periodo de nuestra historia patria. Proceso que podríamos señalar como su inicio al levantamiento de Túpac Amaru hasta la capitulación del Real Felipe en el Callao, acto que puso fin a la presencia española en el territorio peruano. Entre esas dos fechas, 1780 y 1826, transcurre casi medio siglo de incesante lucha por la libertad política. Hechos de innegable virtualidad histórica fueron jalonando al proceso de nuestra independencia. Debemos de conocer todos los peruanos cuanto hicieron las generaciones independentistas por el Perú y por la independencia de América, enfrentándose al núcleo organizado y poderoso del imperio español que tuvo en jaque por decenios a los patriotas de América del Sur, pero que estos hermanos americanos supieron luchar con toda entereza y expulsar a los dominadores para luego proclamar su independencia. Las plazas mayores pasaron a ser plazas de armas y, como en algunos otros países, hoy se les llama plaza de la Revolución. | 13

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La situación estratégica del Perú y la presencia con todo su poderío del gobierno imperial español, hizo que se tardará el momento de nuestra independencia. Tuvimos que recibir el apoyo de contingentes armados de las corrientes libertadoras del sur con San Martín y del norte con Bolívar pero también debemos señalar que estos países hermanos nos pasaron la factura, nos hicieron pagar la participación de sus ejércitos en nuestro suelo aprovechando por cierto los grandes ingresos que tuvo el erario nacional en la época del guano y el salitre. No podemos dejar de señalar la independencia de México en 1810, la de Argentina o del Río de la Plata, la de Nueva Granada, la Capitanía General de Chile, nosotros supimos sacar a los españoles y aquí fue el último bastión, el Perú. Naturalmente que estos acontecimientos fueron las fuerzas sociales y políticas más esclarecidas y patriotas las que llevaron estas luchas y triunfaron, pero ni hoy ni nunca podemos dejar de admirar al gran mártir y prócer José Gabriel Condorcanquí Túpac Amaru II que en la plaza del Cusco el 18 de mayo de 1781 fue descuartizado por orden del corregidor Areche, igualmente corrieron la misma pena su esposa Micaela Bastidas, sus tres hijos, toda su familia y sus seguidores que murieron por darnos una patria libre del dominio extranjero. Este glorioso ejemplo deberá servirnos para continuar en la lucha por conquistar una patria verdaderamente libre de los yugos económicos y políticos que aún nos mantiene como país dominado y con una economía aún con carácter colonial controlada por los grandes monopolios y las empresas transnacionales. De los que aquí escriben, con sus variados temas presentamos a: Esther Espinoza Espinoza, Melgar tiene todavía mucho que decirnos. Wilfredo Kapsoli, Mariano Melgar: el Poeta Patriota. Waldemar Espinoza Soriano, Bicentenario de la independencia política de los criollos del Perú. Comentario analítico y crítico. Aldo Noriega Gutiérrez, Las huancas de Checras. Un modelo arqueológico de la resistencia ideológica andina a la hispana. Moshé Abensur Vargas, La Junta Eclesiástica de Purificación. Arzobispado de Lima, 1821-1822. Francisco Quiroz 14 |

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Chueca, Regiones, tiempo e independencia en los Andes. Raúl Adanaqué Velásquez, Felipe Álvarez: edecán del libertador, Piura 1824. Elías Pino Iturrieta, El patriarca de Jamaica. Raúl Chanamé Orbe, A 200 años de un programa inconcluso. La carta de Jamaica: Promoviendo un nuevo régimen continental. Luis Alberto Ponce Vega, Limitaciones estructurales de la hacienda pública para la difusión de los bancos y el papel moneda a inicios de la República. Carlos Eduardo Armas Morales, La futuridad del teletrabajo y el acceso a la banda ancha (caso Perú). María Elena Dávila Díaz, La Primera Infancia: Un despertar educativo hacia el 2021. Melanie Sánchez Salas, Retos de la gobernabilidad latinoamericana en el siglo XXI en la nueva era de la información y la comunicación. Emma Patricia Victorio Cánovas, La casulla del Agnus Dei, una casulla republicana en la colección de la Catedral de Lima. Richard Leonardo Loayza, De valses y fábulas. Consideraciones en torno a la figura de Mariano Melgar, un poeta político. Roberto Revoredo Castro, La prensa escrita y la difusión de las ideas de libertad. Influencia del periodismo del ejército libertador en la Independencia del Perú y Pieter D. van Dalen Luna, El Estado del patrimonio cultural en la costa norcentral peruana hacia el bicentenario. La Universidad Nacional Mayor de San Marcos, a través del Vicerrectorado de Investigación, viene realizando por sexta vez este tipo de eventos en la perspectiva de que se constituya la Comisión Nacional del Bicentenario de la Independencia del Perú. Recuerdo el gran trabajo que realizaron maestros sanmarquinos, como la doctora Ella Dunbar Temple y los doctores Alberto Tauro del Pino, Gustavo Pons Muzzo, Félix Denegri Luna, Estuardo Núñez Hague, Augusto Tamayo Vargas y otros quienes integraron la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, en el año de 1971, que como se sabe llegaron a publicar una multiplicidad

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de estudios e investigaciones reunidas en la monumental Colección del Sesquicentenario, en 86 volúmenes. El Vicerrectorado de Investigación en su empeño por el conocimiento y difusión de los hechos históricos peruanos promueve estos encuentros para que los distintos estudiosos y especialistas nos vayan haciendo conocer sus investigaciones sobre lo que aconteció y viene aconteciendo en este largo proceso histórico de la vida republicana. Muchas gracias. Dr. Bernardino Ramírez Bautista Vicerrector de Investigación

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MELGAR TIENE TODAVÍA MUCHO QUE DECIRNOS Melgar still has much to say Esther Espinoza Espinoza Resumen Los congresos Hacia el Bicentenario se vienen celebrando desde el año 2010 en nuestra Universidad. Son, en lo sustancial, un encuentro de especialistas en distintos campos del conocimiento, convocados por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para rememorar los hechos que se sucedieron en forma lenta pero inexorable desde que Túpac Amaru II alzó las banderas de la rebelión en Tungasuca. A partir del año 2010, como si fuera también un lento camino hacia la segura victoria, conmemoramos, discutimos, celebramos la gesta de los pueblos que en todo el Perú se alzaron en rebeldía para sentar las bases del país que hoy somos. Palabras clave: Independencia, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Túpac Amaru II, Congreso Bicentenario, Mariano Melgar. Abstract Hacia el Bicentenario congresses have been held since 2010 in our university . They are, in essence, a meeting of experts in different fields of knowledge, convened by the Universidad Nacional Mayor de San Marcos to recall the events that took place since Tupac Amaru II raised flags Tungasuca rebellion. From 2010, we commemorate, discuss, celebrate the feat of peoples throughout Peru rose in rebellion to lay the foundations of the country we are today. [17]

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Keywords: Independence, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Congreso Hacia el Bicentenario, Mariano Melgar. Introducción La forma como sabemos hacerlo es esta, con una congregación de investigadores que alzan las banderas del conocimiento. En sentido cronológico, el Bicentenario para el Perú, se cumple el 2021, otros piensan que el 2024, pero la Universidad de San Marcos celebra con este el sexto congreso con la clara intención de conferir a cada victoria e incluso derrota (como pudo parecer el fusilamiento de Melgar) el peso específico que tuvieron en el camino hacia la constitución del Estado peruano. Pablo Macera ha afirmado que el Perú debió tener su Independencia de la mano de Pumacahua y los indígenas y mestizos que respaldaron su rebelión; si hubiera sido así, nuestro gran poeta arequipeño hubiera sobrevivido tal vez a la batalla y hubiera podido disfrutar de la plenitud de la causa independentista. Pero ese no hubiera sido Melgar. Tal vez, conmovida por el regreso victorioso del poeta, Silvia lo hubiera recibido junto con todo el pueblo de Arequipa y hubiese repensado, por qué no, su decisión de rechazar sus amores. Pero ese tampoco hubiera sido Melgar. Mariano Melgar, su obra y su vida, tienen todos los atributos del mito, todos los componentes de la leyenda. Juventud, ideales de libertad, arrojo, patriotismo, amores desdichados, muerte y, por si fuera poco, poesía. A ello debemos agregar una erudición que ya había cobrado fama y popularidad en el pueblo que lo vio nacer. Para los peruanos poco importa comprobar si Silvia ya no lo quería a su regreso a Arequipa, tampoco si fue el futuro esposo de Silvia quien comandó el pelotón de fusilamiento o si fue en los pueblos con rivera al torrentoso río Majes donde descubrió la libertad del yaraví. Todos estos aspectos de la vida de Melgar son tan ciertos para nosotros los peruanos, que en esencia son verdad, esa verdad de la leyenda, que permite que Melgar siga vivo, siga diciéndonos algo, con tanta fuerza y convicción como si acabara de ser fusilado 18 |

Melgar tiene todavía mucho que decirnos

en Umachiri. Y lo que tiene que decirnos y nos sigue interpelando todavía, es que la lucha por la libertad continúa, que los peruanos y especialmente los jóvenes tienen que tomar una decisión ahora, que no hay más tiempo, que mañana es tarde para asumir la responsabilidad de ser ciudadanos, es decir hombres y mujeres que participen en la construcción de un país mejor, libre de injusticia, pobreza, violencia que provenga de la desigualdad o de la intimidación, un país libre de corrupción y de abuso del poder. Sobre ello, Melgar todavía tiene mucho que decirnos. Pero no es precisamente su participación como joven combatiente el mayor legado del arequipeño, la posteridad, nuevamente la leyenda, ha querido coronarlo también y sobre todo como poeta. Y en su obra encontramos con gran claridad la búsqueda de una auténtica expresión lírica peruana, ahí es donde no hubo fusilamientos ni derrotas, en la escritura Melgar no murió, está más vivo que nunca y escribiendo cada día mejor. Deseamos imaginar cómo pudo experimentar esa sensación de libertad en la escritura, antes de que pudiera vivirla en la vida, o me corrijo, si Melgar hizo de su poesía su propia vida, entonces la libertad ya la había conseguido. Porque el poeta, el creador, el artista, lucha de esa manera por sus ideales, con los instrumentos de la palabra, con la claridad de conciencia que tiene la palabra, si no recordemos: Vuelve mi palomita, vuelve a tu dulce nido /no seas, pues, tirana, haz las paces conmigo, ya de llorar cansado me tiene tu cariño

La sensación de libertad que se siente al oír estos versos es incomprensible si no tenemos en cuenta que en su momento esta poesía no era digna de elogios por parte de los eruditos, si no por parte del pueblo, y tan es así esto de cierto que hasta el día de hoy resuenan en todos los confines del país los yaravíes como expresión popular. Nos atrevemos a asegurar que Melgar no buscó la adulación ni la consagración del momento, apuntó más alto, apuntó hacia el futuro, nuestro futuro, para interrogarnos aún hoy, o demandarnos sobre las decisiones que debemos tomar en el presente. | 19

VI Congreso Hacia el bicentenario de la Independencia

Los congresos Hacia el Bicentenario buscan como ven, reunir a especialistas a exponer sus investigaciones, y a situarnos, por decirlo así, en una perspectiva de proyección. Así como los hechos que se sucedieron en Umachiri, siguen hablándonos a nosotros los peruanos sobre el sacrificio de un joven poeta, la única forma de pensar la historia es desde el presente y la universidad como su nombre lo indica, se sitúa además en la universalidad del presente, desde todas las áreas del conocimiento y con una libertad de pensamiento que es la base para el encuentro y la discusión. Los problemas que afronta la humanidad, y el Perú en particular, necesitan de la participación de la inteligencia que se agrupa en los claustros universitarios, todos los saberes deben confluir a resolver esos problemas, no hay otra salida. Ahora vemos cómo el pensamiento mercantilista y tecnológico se arroga la responsabilidad de dirigir los destinos del mundo, la universidad por tanto debe proponer explicaciones y soluciones a los grandes problemas que, en el caso del Perú, parecen agobiarnos. Los congresos Hacia el Bicentenario deben continuar y ampliar cada vez más su radio de convocatoria y servir como catalizadores de una reflexión continua sobre el desarrollo del país. La universidad no puede aspirar a ser de primer nivel en medio de una sociedad fracasada. Aspiramos a que temas como el combustible, la nueva matriz energética, la biodiversidad y los recursos naturales, el desarrollo de las ciencias básicas que contribuyen a un tipo de tecnología sostenible, el pensamiento artístico, el derecho, la educación, es decir todas las áreas deben acudir al congreso a responder una pregunta básica, como va a llegar el Perú al bicentenario, cómo deseamos que sea, cómo debemos lograr que sea. La gran responsabilidad que tiene San Marcos con el país no es solo la de formar investigadores o profesionales sino la de formar ciudadanos responsables. Este VI Congreso Hacia el Bicentenario desea contribuir a lograrlo. 20 |

MARIANO MELGAR: EL POETA PATRIOTA Mariano Melgar: The Patriot Poet Wilfredo Kapsoli Escudero Resumen El proceso de la liberación nacional de la dominación española está marcado por múltiples episodios protagonizados por muchedumbres y personajes emblemáticos como Túpac Amaru, Francisco de Zela y Mariano Melgar, entre otros, sin dejar de lado a las figuras señeras de José de San Martín y Simón Bolívar. Precisamente, estamos conmemorando el Bicentenario de la muerte del ilustre poeta arequipeño quien tuvo una corta vida, pero llena de virtudes y sacrificios. Su geografía vital se inicia con el matrimonio de sus abuelos en 1736, luego el matrimonio de sus padres Juan de Dios Melgar y doña Andrea Valdivieso en 1786 de cuya unión nace nuestro homenajeado el 12 de agosto de 1790. Palabras clave: Independencia, Mariano Melgar, Arequipa, amor a Silvia. Abstract The process of national liberation from Spanish domination is marked by different episodes in which masses and historical characters such as Tupac Amaru, Francisco de Zela and Mariano Melgar among others without ignoring personalities such as José de San Martín and Simón Bolivar. Specifically, [21]

VI Congreso Hacia el bicentenario de la Independencia

we are commemorating the Bicentennial of the death of the illustrious poet Mariano Melgar whose lifespan, although short, was filled with great virtue and sacrifice. His vital biography starts with his grandparents Juan de Dios Melgar and doña Andrea Valdivieso in 1786 who procreated our honored poet on August 12, 1790. Keywords: Independence, Mariano Melgar, Arequipa, love Silvia. Mariano Melgar Desde su niñez se orientó hacia la lectura de los clásicos, de los temas filosóficos e incluso de la física y las matemáticas. Realizó estudios teológicos y de abogacía. Fue cultor del Humanismo. Estuvo enamorado de Silvia, su musa eterna y angelical, a quien le escribió su sublime Carta tan tierno de corazón y de sentimiento apasionado. Recogió y ponderó el valor literario de los Yaravíes que, según Francisco García Calderón, “son deliciosos ensueños con el habla del corazón. El indio, creador de estas tonadas, lo canta acompañado de su quena con una indecible ternura y que tienen en quechua una dulzura y expresión que el castellano no los podría reproducir”. Luego, añade: “El Yaraví debe ser entonado en la soledad. Allí produce todo su efecto del alma agobiada por una desgracia o un amor imposible. Es, en suma, la poesía primitiva de los indígenas”. A los Yaravíes le siguen las Fábulas donde la moral de ellas es lo político, social y pedagógico digno de admiración y elogio (Nosotros preparamos actualmente un estudio específico sobre el tema). Por su parte, Manuel Moscoso Melgar, en sus Noticias Biográficas, nos abunda en datos y honduras de su amor a Silvia pero, sobre todo, nos da conocer, su filiación por la Patria y su entrega a la causa de la Independencia Nacional “Cantó su amor patrio, Hizo algún poema didáctico y retrato poético de la sociedad en que vivía, Fue original en todas las acciones que emprendía. Su poesía fue ardiente y sensible mostrando su pasión por la Patria y su amor reiterado a ambas: Por 22 |

Mariano Melgar: el poeta patriota

Silvia amo a mi Patria con esmero. Y por mi Patria amada a Silvia quiero. Y con tal disposición de ánimo y con su temple impetuoso abrazó la revolución enrolándose en el Ejército Patriota del General José Mateo Pumacahua en 1814”. Al despedirse de su hermana le dijo: “Debo luchar con los españoles, debo batirme con ellos”. En fin “Yo voy a morir y seré uno de los primeros”. Él presentía el funesto desenlace pero no se amilanó ante ello. Así, se encontraron ambos ejércitos en Umachiri saliendo airoso el de los españoles. Mariano Melgar, nuestro mártir patriota y poeta, cayó prisionero de guerra y fue fusilado al día siguiente (12 de marzo de 1815), luego de fumar la mitad de un cigarrillo que pidió expresamente. Su sangre fue mezclada con la de otros fervorosos defensores de la Patria. No cayó en vano. Fructificó y floreció en nuestra Libertad e Independencia. Finalmente, queremos recomendar la lectura del ensayo Mariano Melgar, poeta del amor y de la libertad escrito por Danilo Sánchez, quien nos anuncia doce razones para venerar a nuestro “amante apasionado y patriota legendario”: 1. Fervores, arrebatos y pasiones. Aquí nos ubicamos en el contexto histórico social lleno de turbulencias y asomos de caudillismo militar y la ardiente disputa del poder. 2. Imagen nata del trovador y del héroe. Aquí se establece el encuentro entre amor y los ideales de la justicia y de la libertad como se puede leer en un fragmento de este poema: “Ya llegó el instante fiero, Silvia, de mi despedida, pues, ya anuncia mi partida con estrépito el cañón”. 3. Donde los bienes son males y placeres tumultos. Sabemos ahora que desde niño “conocía todos los secretos de la lectura”. Tradujo a filósofos y oradores de la antigüedad, También anunciaba su sacrificio y entrega la causa nacional.

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VI Congreso Hacia el bicentenario de la Independencia

4. Levantad esos rostros abatidos. Viene a Lima para estudiar Derecho y se impresiona en su encuentro con el mar en el puerto de Mollendo. Aquí asume las ideas independentistas y escribe sus Odas a Baquíjano y Carrillo y a la Libertad. 5. El amor se convierte en queja y lamento. En Arequipa reinicia las búsqueda de su amada Silvia, quien le fue esquiva motivando su queja y lamento: “Bien puede el mundo entero conjurarse contra mi dulce amor y mi ternura, y el odio infame y la tiranía dura de todo su rigor contra mí armarse”. 6. ¿Por qué a verte volví, Silvia querida? Por qué este designio me tocó a mí. Por qué se tuercen los hilos, he sublimado el amor en la vida y moriré por el infinito ideal de la Independencia Nacional. 7. Vuelve que no puedo vivir sin tus cariños. Se hizo campesino de poncho y ojota, amaba la lluvia y a la naturaleza de preferencia al Sol de los Incas.

Los numerales 8, 9,10 y 11 están dedicados simultáneamente a Silvia y a la patria.

12. Arequipa es Melgar y Melgar es Arequipa. Esta fusión y simbiosis en original y nos parece importante resaltarla. El poeta le dedicó un poema especial que termina con la siguiente estrofa: “Oh Arequipa, ciudad de mis ensueños, coloso Misti, guardián de mi ciudad, ansío libertad y amor, amor y libertad, Señor”

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Mariano Melgar: el poeta patriota

ADDENDA: LA MARCHA PATRIÓTICA Ya llegó el dulce momento En que el feliz Arequipa, ya en mi duelo se disipa El despotismo feroz: ya se puede a boca llena gritar: que la Patria viva, que la Libertad reciba, que triunfe nuestra Nación Cayó el monstruo detestable que en nuestra cerviz sentado Trescientos años ha hollado La justicia y la razón y en su lugar se levanta la oliva de la victoria que borrará la memoria de los siglos de opresión. Levantad pues hijos bellos Del Perú siempre oprimido, Incrementar el partido De esta grande redención: Ved que el cielo nos protege Y que salen los efectos Mayores que los proyectos Que el Patriotismo formó. No se encuentre un hombre solo Que no empuñe aguda espada, y arroje a su negra nada al tirano español: Pues las heridas gloriosas Que en el campo se reciban

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VI Congreso Hacia el bicentenario de la Independencia

Harán que sus nombres vivan Muerto el déspota escuadrón. Suene en fin en todas partes Con las voces y los hechos. Que no viven nuestros pechos, Si no logran este honor: Viva, viva eternamente, El Patriotismo Peruano Viva el suelo Americano Viva su Libertador

Llegó el terrible momento En que de tus bellos ojos Ay me retiro: Llegó la hora en que mis glorias Han de darme sin recurso Crueles martirios Ya no podré hacer que lleguen Mis amores y mis quejas A tus oídos Y sucederá a mis gustos De dolorosos recelos Un laberinto Continuamente a la idea Se ofrecerán los rivales De mi cariño, Y gemiré temeroso De que lleguen a quitarme Mi único asilo.

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Mariano Melgar: el poeta patriota

Mil veces por tu distancia Lamentará sin consuelo Mi amor herido Como infeliz avecilla A quien del nido robaron Sus tiernos hijos A Dios mi querida Dueña A Dios, yo muero al impulso De mi conflicto No olvides que entre agonías Se aparta de vuestros ojos Tu amante fino Llego el terrible momento En que pierdo sin remedio Vuestros cariños Llegó la hora en que tus voces Den los últimos consuelos Al pecho mío. Ya expiran los dulces días En que tus tiernos afectos Eran mi alivio De ti me ausento y mis glorias En este instante abandonan Al pecho mío.

(Con la transcripción de este Manifiesto a la Acción y entrega a la causa de la Independencia Peruana y Americana, de Mariano Melgar, concluimos nuestros comentarios sobre el valor literario y pedagógico del poeta y Patriota Inmortal, Mariano Melgar), quien murió heroicamente en la Batalla de Umachiri, el 12 de marzo de 1815.

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Bibliografía Melgar, Mariano 1971 Poesías Completas. Lima, Academia Peruana de la Lengua. Melgar, Mariano 1878 Poesías. Lima, Ed. Nancy. Moscoso, Manuel 1878 Noticias biográficas. En: Poesías de Mariano Melgar. Lima, Ed. Nancy. Núñez, Estuardo 1971 Unos textos autógrafos y desconocidos de Mariano Melgar: el manuscrito de Indiana. En: Poesías de Melgar. Sánchez, Danilo Mariano Melgar, poeta del amor y de la libertad. Lima, Instituto del Libro y de la Lectura.

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BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA POLÍTICA DE LOS CRIOLLOS DEL PERÚ. COMENTARIO ANALÍTICO Y CRÍTICO Bicentennial of the independence of the creole policy of Peru. Analytical review and critic Waldemar Espinoza Soriano Resumen Es imprescindible interrogarnos: ¿qué determinó la Independencia política de los hispanoamericanos? La respuesta es que existieron factores internos y externos. Interiormente emergieron movimientos indígenas, mestizos y criollos. En la situación de estos últimos, criollos fueron los que condujeron la independencia de los EEUU, del imperio del Brasil y de las colonias españolas. Y los criollos no eran otros que los descendientes de los invasores y conquistadores europeos (Washington, Hidalgo, Morelos, San Martín, O’Higgins, Bolívar). Lograda la Independencia son los criollos los que comenzaron a gobernar, excluyendo a los negros, indígenas y cholos, e incluso a los mestizos, pese a que multitudes de ellos colaboraron en la contienda. Es semejante a lo acaecido en la Independencia de Sudáfrica, donde descollaron los descendientes de holandeses y británicos, apartando a los negros. Palabras clave: Independencia, guerra separatista, emancipación, resistencia andina y amazónica, ilustración, proyectos independentistas.

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Abstract It is fundamental to ask ourselves: what caused the political Independence of Spanish America? The answer is that there were internal and external factors. Internally indigenous, mestizos and creoles movements emerged. Creoles led the Independence of USA, Brazil and Spanish colonies. Creoles were the descendents of the European invaders and conquistadors (Washington, Hidalgo, Morelos, San Martín, O’Higgins, Bolivar). Once the Independence was accomplished those who governed the republican state, excluded blacks, natives peoples, cholos and even mestizos, who participated in the struggle for Independence. It is similar to what happened in the process of Independence of South Africa where British and Dutch descendants predominated excluding blacks. Keywords: Independence, separatist war, emancipation, Andean and Amazonian resistance, illustration, independent projects. Introducción Primero veamos cuál podría ser la correcta terminología. Hay quienes la han llamado guerra separatista, otras luchas por la emancipación: bien que la denominación guerra de la independencia es la más usada, aparte de que los corifeos de dicha empresa en los cinco primeros lustros del siglo XIX, así la preferían manifestar. De ahí que nosotros más apelemos a este tercer nombre. Emancipación consideramos que es un término más apropiado para cuando los padres de familia acuerdan conceder la mayoría de edad a sus hijos adolescentes con la finalidad de contraer matrimonio o de realizar actos jurídicos que, por su juventud, están imposibilitados de realizar por decisión propia. También es el denominativo que otorgaban los señores a sus esclavos cuando les conferían libertad, manumitiéndolos. Y de manera análoga la potestad que gozan los municipios, regiones y otras entidades para regir determinados intereses peculiares de su vida interior, mediante órganos y normas de gobierno propio, 30 |

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cuando así lo faculta la autoridad suprema del Estado al que pertenecen. Por lo tanto, no es cabal la palabra Emancipación para los sucesos de 1800 a 1826, porque en el Perú no se cumplieron esas premisas. Hay que tener presente que España nunca quiso dar libertad al Perú. De ahí que Independencia sea el mejor vocablo, pero con la aclaración de que apenas fue política, y jamás económica y social. Por cuya razón, la lucha por la liberación total todavía continúa. Hay que ver que económicamente proseguimos dependientes, primero del imperio británico y más tarde del imperialismo estadounidense. No llevamos, pues, una vida de igual a igual con los países desarrollados y dominantes del hemisferio septentrional, mayormente por culpa de los propios hispanoamericanos. Claro, la Independencia no fue un proceso aislado en el Perú, por cuanto formó parte de una red y engranaje más amplio, un movimiento que abrazó a todo el continente americano. En 1776 Estados Unidos de Norte América comenzó la derrota del colonialismo en América. Fecha que –en el ámbito mundial– coincide con el afán de destruir el antiguo régimen feudal-mercantilista para sustituirlo con el nuevo orden industrial-capitalista. Al principio las cosas fueron planteadas así; pero después, al ser ganada la guerra, los grupos de poder siguieron lo mismo que antes. Solo en EEUU se implantó el desarrollo económico y avanzó con velocidad el capitalismo desde un principio. En las ex colonias españolas y portuguesas, en cambio, eso no podía ni iba a suceder. En las colonias francesas hubo un retraso. Movimientos indígenas serranos En cuanto a los movimientos indígenas de liberación, los hubo en todas las colonias del mundo. En el Perú, concretamente, desde el siglo XVI. Manco Inca Yupanqui fue quien capitaneó el primero (1536), le siguió el movimiento llamado el Taquioncoy (1565) y más tarde el de Jumandi en los Quijos, al oriente de Quito (1579). En el XVII sobre| 31

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salieron los levantamientos de Songo y Challana en la provincia de Larecaja, al norte de La Paz (1623-1624), y otro en los alrededores de la mismísima ciudad de Lima, capital del Virreinato (1666). Está de más decir, que la totalidad de ellos fueron reprimidos sañudamente por los criollos y españoles con propósitos de escarmiento. En el siglo XVIII sobresalieron Juan Santos Atahualpa (1742-1756) y Túpac Amaru (1780). En 1814 el de los hermanos Angulo con la colaboración artificiosa de Pumacahua, aunados a criollos pobres, mestizos e indígenas. Tales movimientos de liberación que acabamos de enumerar, anuncian que los indígenas que propiciaron la invasión y conquista hispana en el siglo, XVI en calidad de colaboracionistas y aliados, se desengañaron muy pronto. De ahí que dieran comienzo a la resistencia armada y social tanto en la selva como en los andes y aún en la costa, bien que muy descoordinados, punto crucial para su desvanecimiento. Protestas en la selva En la selva, denominada Montaña en el Perú, los nativos resistieron la penetración española con más éxito que en la sierra y el litoral, gracias a la dificultad de las vías de comunicación, y también por la organización nómada o seminómada de las etnias; y por no ser la zona tropical atractiva para los españoles debido a la pobreza de recursos mineros, ganaderos y hasta agrícolas. De ahí que la penetración fuese sobre todo sacerdotal. Pero lo evidente es que las tribus manifestaron su repudio desde un principio contra soldados y misioneros españoles y criollos, actitud que demuestran hasta hoy. Hay ejemplos al respecto, así la conmoción de los aguarunas en 1575; la de los quijos en 1579; de los záparos en 1640; de los shipibos en 1641, 1660 y 1704; de los piros en 1686 y 1695; del shuar en 1691; de los panataguas en 1704, de los cashivos en 1705, 1757, 1763 y 1766; la de los setebos en 1765; y de los campas o ashánincas en 1634, 1637, 1724, 1737, 1742-1756 y en 32 |

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1760-1784. Aunque las más destacadas sublevaciones ashánincas en la selva central fueron las comandadas por el curaca Ignacio Torote en 1737 y Juan Santos Atahualpa entre 1742 a 1756. Este creó un Estado libre que duró hasta 1848, fecha en que el espacio de Chanchamayo fue reconquistado por las tropas enviadas por el gobierno republicano de Lima. La subversión de Ignacio Torote fue contra los franciscanos y en defensa de su cultura ancestral. Consideraban que los misioneros los mataban culturalmente todos los días, metiéndoles nuevas ideas a través de los sermones y prédicas doctrinarias, hasta que acabaron por darse cuenta que les despojaban de su libertad e identidad. El militar Benito Troncoso los reprimió con la ayuda de los curacas cunivos, entre los que sobresalía uno apellidado Siabar. Al final fueron derrotados. Las tropas virreinales ocuparon el pueblo de Sonomoro, aunque Torote huyó sin poder ser descubierto jamás. Resistencia andina La resistencia andina, en el siglo XVIII, fue más intensa en el perímetro serrano del centro y sur, porque en estas partes de la cordillera es donde se dejaba sentir con mayor fuerza el dominio español, por configurar la más estratégica para el sistema colonial alimentada por la opulencia minera. De ahí porqué la opugnación andina en la serranía iba a ser la más permanente desde el siglo XVI al XIX. Total, solo en el XVIII se suscitaron 114 rebeliones, todas cruelmente aplastadas. Hay que transparentar que fueron movimientos contra la injusticia contribuyendo a la formación de la conciencia nacional indígena, percepción diferente a la criolla. El movimiento indígena era rural, religioso y revolucionario. A diferencia de los criollos, que aparecían urbanos, modernos y reformistas. Los indígenas, en el XVIII, añoraban a los incas; y la integridad estaba solidarizada contra los ilícitos perpetrados por los terratenientes, estancieros, mineros, obrajeros, | 33

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autoridades y comerciantes españoles en general, fueran chapetones o criollos. Por eso idealizaron a los incas, originando por fin la utopía andina. Entonces abrigaban la ilusión del retorno de los soberanos del Tahuantinsuyo. Por cierto, que es Garcilaso de la Vega el que nutría dicha mentalidad. Así se robusteció el mito de Incarrí –o del Rey Incapor lo que no es nada raro que emanaran un sinnúmero de falsos incas desde la segunda mitad de la décimo sexta centuria, como sucedió con un inca andaluz en Tucumán (1656), más tarde un mestizo con idénticas pretensiones en Oruro (1738-1739) y por último el llamado inca Huayna Cápac en Quillabamba (1749). Con la agravante que la Iglesia amenazaba con la excomunión a los subversivos e insurgentes. Es factible que estos seudo incas hayan tenido noticias de Incarrí, soberano que fue martirizado y decapitado por los hispanos, quienes habrían inhumado su cuerpo en el Cusco y enviado su cabeza a Lima. Pero que ambas porciones permanecían vivas, por lo que si alguien llegaría a unirlas en alguna ocasión resucitaría y volvería para vencer y dar inicio a nuevos tiempos innovadores de la felicidad entre los runas andinos. En tal coyuntura la nobleza indígena, es decir, los verdaderos caciques planteaban reivindicaciones sociales para ellos y de los runas en su integridad. Lo que vale decir, acceso a los estudios incluso superiores, a cargos públicos, al sacerdocio, a puestos militares, abolición de las mitas mineras y repartos forzosos de mercaderías. Precisamente entre esos caciques figuraba don Vicente Morachimo, jefe étnico del valle de Chicama (1720-1732). Asimismo, el lego franciscano Calixto de San José Túpac Inca y los padres Antonio Garro e Isidoro de Cala, personas desacreditadas por el virrey por actuar en defensa de los derechos indígenas. Fray Isidoro de Cala, tomando el nombre del hermano Calixto de San José Túpac Inca, redactó e hizo imprimir casi clandestinamente en España una Representación verdadera y exclamación rendida y lamentable de toda la nación indiana (1756) que -hábil y 34 |

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estratégicamente- hizo llagar al Rey. Ahí denuncia el duro castigo que sufrían los habitantes oriundos de la sierra central como revancha a la rebelión fracasada de la provincia de Huarochirí en 1750. Realmente se trata de una queja dramática. Casi simultáneamente apareció el Planctus indorum de Fray Isidoro de Cala, en que ponía de manifiesto los prejuicios y odios entre las castas (razas y subrazas), una verdadera lucha entre unas y otras. Pero las obras de Fray Calixto y del padre Cala fueron ignoradas por los indígenas del virreinato, porque sus reclamos y acusaciones los llevaban a efecto en forma aislada y lejana, en Madrid. El transcurso verdaderamente revolucionario termina con José Gabriel Túpac Amaru, que cubrió el contorno de Cusco y Puno, Aunque en la primera fase su influencia se expandió hasta Andahuaylas y Moquegua. Bien que, en su segundo período, el aymara, alcanzó hasta el Alto Perú, pero lo cierto es que su ideología se alargó todavía más allá. El pensamiento de Túpac Amaru llegó hasta Buenos Aires y Nueva Granada (hoy Colombia), donde a su nombre lo invocaban como símbolo. Es que Túpac Amaru organizó ejércitos al estilo español. Buscaba la independencia y quería ser proclamado Rey del Perú, Charcas, Chile, Buenos Aires, Quito y Nueva Granada. Incluso se auto tituló José I, Rey del Perú. Pero su rebelión fue asfixiada por haber comenzado como un movimiento muy local (Canas / Canchis), por las rivalidades entre los mismos nobles indígenas (Pumacagua y Choquehuanca contrarios al jefe rebelde), por las contradicciones entre los collasuyos y aymaras con los chinchaysuyos del Cusco. Túpac Amaro –es evidente- no fue estratega, demoró la toma del Cusco dejando que dicha ciudad se colmara de tropas criollas pro hispánicas. Factores culturales externos de la independencia Desde el nacimiento del siglo XVIII la sociedad en España y América estuvo influida por Francia e Inglaterra, lo que iba a producir trans| 35

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formaciones científicas, políticas, artísticas y muchos modos y modales en la vida diaria. Se difundieron los pensamientos de Descartes y Newton. En fin, se divulgó la reflexión moderna a través del Journal de Trevoux: (1701-1762) y el Diccionario del filólogo y matemático Pierre Bayle (1706). Por igual la obra madura del padre Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro, de mediados del siglo borbónico. A lo que hay que adicionar el ascendiente de la Enciclopedia francesa, expresión clásica del raciocinio contemporáneo de la ilustración europea. Finalmente se desarrolló la habilidad del racionalismo ilustrado con Carlos III y IV. Lo que coincidía con la difusión del quehacer revolucionario francés y norteamericano, como manifestaciones suprarradicales de la cerebración e intelecto avanzado de los europeos de fines del xviii e inicios del xix. El jesuita Feijoo merece mención especial. Es el autor del Teatro crítico y cartas eruditas. Sin ser enciclopedista fue maestro de españoles y criollos americanos progresistas de la décimo-octava centuria. Criticó el comportamiento tradicional de España y propugnó tomar contacto con la sabiduría francesa e inglesa. Propagó –entre otros– a Descartes, Bacon, Gassenti y Newton. Postuló la aplicación del racionalismo a la crítica científica. De manera análoga el acercamiento al método experimental para llegar a conocer la verdad y realidad. Era respetuoso de la ortodoxia de Santo Tomás de Aquino, pero a su vez enemigo de las exageraciones aristotélicas y escolásticas-conservadoras del xviii. La ilustración y la enciclopedia En lo que toca a la Ilustración y la Enciclopedia los jesuitas enlazaron el pensamiento moderno con el catolicismo; pero no eran los más sobresalientes corifeos del siglo XVIII. Sus mejores portavoces fueron franceses: Voltaire, Rousseau, Montesquieu, más los enciclopedistas Diderot y Dalanbert. Ellos impulsaron el desarrollo de la nueva concepción del hombre como ser racional, fundamentalmente, pero que 36 |

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esa potencialidad puede ser malograda por la sociedad y la política. El hombre debe esforzarse por ser cada vez más racional, desplegar sus capacidades intelectivas. Para lo cual debe combatir los regímenes irracionales sean políticos, o religiosos, o culturales. El hombre nace con inclinación a la bondad (Rousseau), pero la sociedad lo daña y corrompe. Por eso hay que cambiar a la sociedad. Como se ve, tal idea no era del todo opuesta al cristianismo, ya que –según éste- el humano es imagen de Dios, y Dios es razón y verdad. Pero el catolicismo contrarreformista afirmaba –y sigue atizonando- que el hombre por si solo es incapaz de hacer nada en el mundo, mientras los racionalistas sostenían lo contrario. Lo que significa que la Ilustración daba confianza al hombre en sí mismo, estimulaba la rebeldía frente al Estado tradicional y la Iglesia. La consecuencia política de toda esta concepción del hombre se aprecia con nitidez en los libros de Montesquieu, Voltaire y Rousseau, el primero perteneciente a la nobleza, el segundo un burgués y el tercero salido de la clase popular. O, mejor dicho, de estratos sociales distintos. Voltaire criticó acerbamente a las diferentes instituciones tradicionales, atacó a la Iglesia en defensa de la libertad individual. Montesquieu y Rousseau tienen, pues, más peso en la formación del pensamiento político. Por eso iban a influir en la independencia de Estados Unidos de Norteamérica, en la Revolución Francesa y en los movimientos anticoloniales fraguados por los grupos criollos de Hispanoamérica. La independencia criolla oficialista en el Perú Todos los años –cumplidamente el 28 de julio– celebramos en el Perú un aniversario más de la Independencia de este país. Y cada conmemoración nos encuentra confundidos en medio de crisis políticas, económicas, sociales, etc. Sin embargo, el estudio de la Independencia es el mejor modo de acercarnos para recrearlo y repensarlo lo más | 37

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objetivamente posible. Tal análisis es el que nos permite conocer con más eficiencia el presente. La independencia es el más óptimo punto de partida para mirarnos en el espejo de la historia. Bien que para ello hay que apartarnos de la versión oficial de los acontecimientos que, desgraciadamente, es la más difundida y engañosa. Alaba a los héroes militares, civiles y criollos, ha inventado una multitud de “precursores”; no se cansa en prodigar elogios a la inmensa travesía de los ejércitos a lo largo y ancho de las cordilleras; se solaza narrando la leyenda del origen de la bandera peruana y prepara discursos y escritos pindáricos para memorar la proclama de San Martín en Lima el 28 de julio de 1821, día en el que declaró la “independencia nacional”, y desde luego para exaltar las batallas de Junín y Ayacucho. Inclusive inflan las pasiones de los criollos militares patriotas; y hasta hablan con desenfado de la concurrencia voluntaria multiclasista y plurirracial, o dicho en mejores frases, de la unidad de negros, indígenas, cholos y mestizos con los criollos, cuya mutua complementariedad, “muy hermanada”, cristalizó con la Independencia. La historia oficial relega las acciones e influjos europeos a la condición de simples “influencias” que apenas sirvieron para desencadenar el separatismo. Minusvaloran la participación fulminante de los ejércitos libertadores venidos del Sur y del Norte. Olvidan que los criollos peruanos, al mando del virrey Abascal, combatieron con su dinero y vidas las primeras manifestaciones insurgentes de América. Es, pues, la historia analítica, crítica y objetiva, la que demuestra lo contrario. Los dos proyectos independentistas Lo que se descubre es que hubo dos proyectos principales de independencia. El primero que se inició con el cajamarquino Juan Santos Atahualpa y culminó con el cusqueño José Gabriel Túpac Amaru, y luego con el protagonizado por los hermanos Angulo. Los tres movimientos netamente indígenas y cholos. Tuvieron un programa que naufragó 38 |

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de manera rotunda por la represión colonialista capitaneada por la aristocracia y oligarquía criolla. Pese a ello, no olvidemos que fueron los únicos planes programáticos populares y campesinos, fatalmente ahogados por los criollos, por los mismos que años después firmaron el acta de la Independencia el 15 de julio de 1821. Con la caída de Túpac Amaru y los Angulo se perdió la oportunidad de la integración multiétnica y multinacional bajo el liderazgo de la nobleza indígena y mestiza, con su capital en el Cusco, y con un territorio que debía abarcar desde Caracas y Bogotá hasta Chile, Paraguay y Buenos Aires. El proyecto criollo victorioso El segundo proyecto, el que triunfó finalmente, fue el de los criollos, de los colonos descendientes de los invasores, de los “españoles americanos”, frase con la que gustaban autodenominarse. La realidad así enfocada patentiza que nuestra Independencia política fue la obra –“revolucionaria”– de los herederos de los conquistadores y no de los conquistados. Como una “revolución” manipulada desde arriba, por los aristócratas y oligarcas terratenientes y comerciantes, el hecho explica porqué no hubo quién cuestionara el meollo del sistema colonial. Veamos este segundo esquema desde sus comienzos. Traigamos a la memoria el reformismo del Borbón Carlos III, quien dictó muchas medidas progresistas en la segunda mitad del siglo xviii. Así, 1.° creó dos virreinatos: Nueva Granada y Buenos Aires, y 2.° decretó el libre comercio (2-II-1778), acontecimientos que conllevaron la liquidación concomitante del monopolio mercantil de Cádiz (España) y de Lima (Suramérica)- España quería seguir viviendo de sus colonias, pero explotándolas de manera moderna y dinámica. Ya no solo ansiaba oro y plata, sino que de aquí en adelante le trabajaran directamente enviándole los excedentes peruanos. España deseaba que le comprásemos todos los productos que fabricaban allá, o que revendían adquirién| 39

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dolos en otros países europeos. Así apetecía ponerse a la altura de las potencias del hemisferio norte. El libre comercio dio resultados inmediatos. Permitió las exportaciones tanto de España como de América, pero principalmente de los virreinatos y capitanías del Atlántico. El fisco imperial aumentó considerablemente. Entre 1778-1788 las transacciones hispanoamericanas se multiplicaron por 7. Los beneficios enviados por América a la Península hispánica crecieron de 74’ 500 000 reales a 1 219’ 900 000. Bien que todo aquel auge fue particularmente para México, Buenos Aires, Caracas y costas caribeñas de Nueva Granada. En el Perú, por el contrario, las consecuencias fueron un desastre. Como los criollos de aquí habían estado acostumbrados a los beneficios del monopolio por dos siglos, habituados a esa fuente principal de riqueza, los referidos comerciantes y mercaderes comenzaron a sufrir la gota gorda. Es que su posición disminuía económicamente, ya que no podían competir con los nuevos precios de México y de los jóvenes virreinatos de Nueva Granada y Buenos Aires. De modo que los criollos de Caracas y Buenos Aires progresaban vigorosamente en poder adquisitivo; mientras los criollos de Lima se estancaban, aunque sin empobrecerse del todo. Aquella materialidad librecambista generó diversas percepciones políticas entre los criollos de México, Caracas, Buenos Aires y los del Perú. Es decir, las clases pudientes del virreinato peruano no aspiraban a lo mismo que sus pares del resto de América. Los de México, Caracas, Nueva Granada y Buenos Aires, por su parte, poco a poco descubrieron la conveniencia y necesidad de libertarse políticamente de la metrópoli a fin de asentar su supremacía financiera. En tanto los deprimidos criollos de Lima se dedicaban a evocar con nostalgia el tiempo en que España los tuvo privilegiados con el monopolio. Objetividad anunciadora que la clase dominante criolla peruana había gozado de mucha hegemonía gracias a su vinculación con el 40 |

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monopolio de Cádiz. Motivo por el cual, entre ellos, no existían las bases ideológicas que los impulsara a la liberación. Los criollos de Lima más bien ambicionaban la esperanza de un refuerzo de la situación colonial para restaurar el esplendor perdido por la supresión del monopolio. Como se percibe, en la época de la Independencia había en el Perú un trasfondo económico de crisis. Pero ese lapso crítico no querían solucionarlo con la ruptura del pacto colonial, liberándose, sino más bien consolidando el mencionado compromiso. El fruto fue que los criollos peruanos expresaron sus tendencias políticas contrarrevolucionarias. La aristocracia criolla peruana tenía una actitud contradictoria y ambivalente, como hasta ahora. En lo que respecta a la cuestión social, ya sabemos cual era la situación. Recordemos que no existía la “nación peruana”. Socialmente era el más desvertebrado de América. La clase alta estaba determinada por el grado de blancura de la piel. La idea prevaleciente era que solo los de cutis nacarado debían ser los más acaudalados y ocupar los más eminentes cargos. Preponderaba la mentalidad de que los negros, indígenas y cholos constituían de hecho la clase inferior en pobreza, educación y salud en las zonas tanto urbanas como rurales, por lo que debían ocupar los puestos más ínfimos, o mejor dicho, ser los braceros, los sirvientes, los peones. Las ciudades peruanas constituían un nidal de prejuicios, instrumentados sobre todo por las madres de familia del sector aristocrático. Y entre los mismos sectores dominantes bullían contradicciones entre ellos, tal como el de blancos españoles versus blancos criollos. Los primeros desdeñaban a los segundos; y éstos hacían lo mismo frente a los chapetones o hispanos auténticos. Los criollos, además, hacían todo lo posible para marcar sus diferencias de raza y clase respecto a otras clases y castas inferiores. El poder adquirido por los criollos, pese a todo, seguía siendo boyante, con haciendas, minas, obrajes, | 41

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comercio. Les sobraba dinero hasta para aspirar y comprar títulos de nobleza, para acceder a los privilegios de los grupos más prominentes. Los criollos hablaban mal de España y de los españoles, reputándolos inferiores a los ingleses, pero estaban orgullosos de ser descendientes de los peninsulares. No obstante mirar mal y hasta despectivamente a los chapetones españoles, alardeaban de su sangre y apellidos ibéricos. Lo que constata que se desenvolvían como una categoría social indecisa. Y aparte de todo ello, marginaban y excluían a los indígenas, mestizos, negros, cholos y demás castas. En los años de la Independencia el Perú tenía más de un millón cien mil habitantes, o sea algo más que Chile y Argentina juntos. El 60% eran indígenas; el 30% mestizos y mulatos; el 4% negros. Escasamente el 6% lo conformaban criollos y chapetones, y solo estos últimos podían ser marqueses, condes, vizcondes, caballeros e hidalgos, la integridad configurando la alta aristocracia ejerciendo las funciones públicas, mientras los otros componían la masa plebeya, cuya inmensa cantidad constituía motivo de pesadillas para los de arriba, quienes les temían. Ya en 1811 los opulentos propietarios de Lima estaban aterrorizados, angustiados por el desenfreno del populacho y gente de color de la capital y contornos, mayoritariamente desocupados, ambulantes y mendigos. Es que excedían a los blancos en un 94%, y los consideraban ladrones incontenibles, altivos, insubordinados y sin pensamientos inteligentes. La aristocracia era consciente que los de abajo presionaban, realidad que se hacía cada vez más notorio acorde con las noticias de la revolución anticolonial en otros lugares lejanos de Hispanoamérica. Los criollos no olvidaban cómo los hizo temblar 40 años atrás la rebelión de Túpac Amaru. De puro meditar en ella temían que eclosionara otra insurgencia aún peor. Y reflexionaban así porque estaban convencidos de su calidad de opresores.

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¿Cómo mantenerse firmes y salvos en tal situación? En primer lugar, refugiándose en los brazos de la madre patria, o sea, España. Creían que ella, pese a todos sus defectos les aseguraba protección. La aristocracia criolla sabía muy bien que tenía rabo de paja. Claro, como siempre ocurre, había excepciones, criollos que simpatizaban con la Independencia, pero eran pocos y con puntos de vista contradictorios, como Sánchez Carrión, Torre Tagle y José de la Riva Agüero, por ejemplo, el tercero autor de Las doce dudas (Buenos Aires 1818). Y coetáneamente a ellos, muchos comerciantes y mercaderes de la intendencia de Trujillo, cardinalmente los del litoral, aunque ninguno de ellos con las condiciones de líderes carismáticos para convocar masas ni dirigir ejércitos liberadores. Lo obvio es que la elite criolla, casi en su mayoría, anhelaba las cosas al revés, razón por la cual brindaron todo su apoyo al virrey Fernando de Abascal. Los potentados e influyentes criollos agrupados en el Tribunal del Consulado de Lima, poderoso consorcio de mercaderes y comerciantes, le costearon sus campañas represivas en Quito, Chile y Alto Perú con la meta de derrocar a los independentistas de esas latitudes. El enérgico virrey Abascal fue implacable porque le financiaban los acaudalados criollos –y algunos españoles– del Perú, especialmente de Lima. Al fin y al cabo, por tales considerandos, en el ámbito peruano fue imposible que surgiera un prohombre o prócer de polendas para comandar la independencia, como si sucedió en Argentina (San Martín), en Chile (O’Higgins) y en Venezuela y la Gran Colombia (Bolívar). La intervención foránea Eso determinó la necesidad de que los países ya independizados: Argentina, Chile y la Gran Colombia interviniesen en el Perú. Se dieron cuenta de la necesidad impostergable de derribar al poder criollo colonial peruana, ya que la presencia vigorosa de éste ponía en peligro la libertad del resto de América. La intervención se pudo efectivizar | 43

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sucesivamente con la llegada de escuadras y expediciones armadas. Primero arribó José de San Martín (1820), y poco después Simón Bolívar (1823). Tal era la situación del Perú, y en especial de su capital cuando se produjo el desembarco del general José de San Martín en la bahía de Paracas. De ahí que cuando el virrey La Serna optó por refugiarse en el Callao y luego en la Sierra Central, muchos aristócratas y oligarcas criollos le siguieron. Es que no confiaban en el liberalismo de San Martín, no se sentían seguros ni en sus casonas, les asustaba una posible gran revuelta del pueblo –o del populacho como preferían llamarlos-. Pero los criollos que quedaron en Lima dando vivas a la libertad, tampoco se encontraban tranquilos. No les agradaba ver a su alrededor a esa multitud de indígenas, cholos, mestizos y negros que festejaban la aparición de San Martín y se enrolaban en sus tropas. De ahí que, para salvar sus intereses, los de la elite criolla convocaran a un Cabildo Abierto el 15 de julio de 1821. Allí acordaron pedir protección al general San Martín, propuesta que fue admitida por los socios del Tribunal del Consulado. Juntos solicitaron a San Martín para que los salvaguardara. No cabe duda, tenían miedo a los esclavos, a la plebe, y más todavía a los indígenas armados que rodeaban a la ciudad, los cuales a su vez obedecían a San Martín, y a quienes los criollos los acusaban de salvajes e indisciplinados. Trepidaban de pavor al solo pensar que entrasen en Lima en tumulto tan pronto la evacuaran en su totalidad las tropas realistas. San Martín contestó tal como lo deseaban los criollos. ¡No permitiría que los indígenas, cholos y negros trasgredieran sus órdenes! Estaban bajo su mando y no iba a consentir que hiciesen nada que él no autorizara previamente. Les aseguró que no habría insurrección de esclavos ni conductas tumultuarias de ningún plebeyo. Lo que por fin sosegó rápidamente a los criollos de la oligarquía terrateniente y mercantil. Les devolvió la confianza dice Basil Hall, inglés testigo presencial de 44 |

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los acontecimientos citados. Aquí desvelamos el porqué cuando San Martín ingresó a Lima, no toleró la compañía de los batallones de indígenas, negros y cholos. De modo que éstos no participaron ni vieron los ceremoniales de la proclamación de la Independencia el 28 de julio de 1821, salvo los que vivían dentro de las murallas de la ciudad. Después arribó Bolívar, cuya penetración al Perú fue el resultado de toda una maniobra político-militar, pues con anterioridad fue enviado Antonio José de Sucre para prepararle el terreno propicio para ser llamado y solicitarle con vehemencia su venida salvadora. Cabalmente ante la magnitud de la intervención grancolombiana, los criollos peruanos que no habían aspirado a la Independencia sino más bien gastado su dinero en sofocarla, por conveniencia acabaron de manera definitiva pasándose al lado de los patriotas. Como se nota, configuraba una realidad muy singular la de esos criollos de mentalidad colonialista, feudal, mercantil y pro hispana, que terminaron haciéndose “patriotas” para defender sus bienes, logrerías e inclinaciones familiares y de clase. Lo que estoy manifestando se apuntala en documentos veraces, uno de ellos las Relaciones de Basil Hall, contemporáneo que vio, oyó y vivió estas realidades descritas en su libro publicado en 1824 en Edimburgo con el título de Extracts from a journal writen on the coast of Chili, Perú and México, in the years 1820, 1821, 1822. Tal como lo examinamos aquí, la elite criolla peruana no pretendía la Independencia, excepto algunos de la capital y otros de la zona costeña del norte del país, aguijoneados por un trasfondo económico. De ahí que la Independencia les fuera obligada a aceptarla. En la práctica la libertad les fue impuesta por otros, lo que vale decir, por los ejércitos internacionales capitaneados primero por San Martín y pronto por Simón Bolívar. Los terratenientes y comerciantes criollos, sin haberlo imaginado ni buscado, no tuvieron más opción que aceptar la Independencia. La admitieron para que los indígenas, negros, | 45

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mestizos, mulatos y demás castas no pudiesen anticipárseles proclamándose independientes. Los criollos acudieron a la Independencia por miedo a las muchedumbres y no por adhesión a la libertad. Por eso no aceptaron el ideal de igualdad social y económica que suponía la acción de indígenas y castas. Se hicieron patriotas e independientes para apagar el volcán que tenían a sus píes, para contener a las clases oprimidas. Así es como impidieron que los esclavos rompieran el fuego libertario, así también acallaron a los que querían liberación económica y social. O dicho en otras palabras: los de abajo debían continuar en su mismo sitio, viviendo como siempre habían vivido en las centurias coloniales, sin alterar el orden y seguridad del Estado. Analizadas, así las cosas, la contienda por la Independencia tuvo un carácter contrarrevolucionario. Fue solamente para los criollos, que resultaron dirigiendo la guerra y al país sin haberlo pensado ni querido. Mientras los pertenecientes al “populacho” prosiguieron como tributarios, o esclavos, o yanaconas, o castas, sin experimentar ningún cambio estructural en comparación a lo ocurrido en el transcurso virreinal. La naturaleza del nuevo Estado Como Lima era desde el siglo XVI una suerte de España en el Perú, es decir, el centro del poder colonial aristocrático y oligárquico, el general San Martín comprendió que la monarquía sería su mejor forma de gobierno; y no solo San Martín sino otros peruanos sapientes. Muchísimos, pues, se apartaron de las ideologías republicanas, aunque finalmente ganó en la polémica el bando republicano. Pero éste –como tenía que suceder- no pudo apartarse de la fascinación por lo extranjero. De ahí que, a la nueva patria, al ponerle los ornamentos de la república liberal y democrática, también la ataviaran con una multitud de piezas y prendas imitando a Estados Unidos de Norte América y a Francia. Todos cayeron y coincidieron en aquella dócil 46 |

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aptitud imitadora: ideólogos, legisladores, codificadores, artistas, poetas, completamente alienados o despersonalizados. Rechazaron, por lo tanto, a quienes creían en la conveniencia de una monarquía constitucional. Venció la república de los liberales (Sánchez Carrión, Pérez de Tudela, Luna Pizarro). Así es como el Perú republicano nació cual una ficción. Cosa que se agravó cuando mataron la ilusión del grupo dirigido por el general José de la Riva Agüero, que combatía a los liberales y protagonizó el motín de Balconcillo (enero de 1823), el mismo que pronto se opuso inútilmente a Bolívar. Riva Agüero –por falta de carácter y estrategia militar- perdió la oportunidad de hacer del Perú un país liberado por criollos peruanos, erigiéndolo en monarquía constitucional. Consecuentemente, quedaron desplazados los que estimaban implantar el equilibrio de poderes. Los liberales, sin quererlo, alentaron el desequilibrio político y estatal que perdura hasta hoy desde las batallas de Junín y Ayacucho, dos victorias criollas obtenidas en mérito a los pelotones de indígenas, negros y cholos peruanos, más la presencia de miles de extranjeros. La estrategia bolivariana impuso el aporte económico y humano de todas las clases y castas de las intendencias de Trujillo (La Libertad), Huaylas (Ancash) y Tarma, sin exceptuar los tesoros y bienes de las iglesias. Tanto sacrificio para que la esclavitud, los tributos, el sistema de mitas (“trabajos de república”) y la presencia de señores de latifundios con su infaltable multitud de siervos llamados yanaconas, prosiguieran igual sin considerar cambios de ningún tipo. Las investigaciones regionales la patentizan. Los denominados “patriotas criollos” creyeron que la victoria conformaba para ellos la fuente de todos los poderes y derechos públicos. Los indígenas y la plebe, por su lado, en la práctica quedaron excluidos desde un comienzo, dando origen a partir de entonces a una República profundamente fracturada como corolario de la iniquidad y marginación económica, política, étnica y social, que es el fruto de | 47

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la aplicación de modelos que benefician a unos pocos y repelen a la mayoría de habitantes. Los comerciantes y mercaderes, por su parte, sin el más diminuto vislumbre de producción, aprovecharon el libre comercio gracias a la presencia de barcos mercantes ingleses y de otras nacionalidades, surtos en el Callao, para solamente comprar objetos fabricados en el extranjero, a cambio de oro y plata, con el fin de revenderlos dentro del país, todos con miras a transformarse en tan señores como los viejos terratenientes coloniales. Los hábitos feudales y mercantilistas, por lo tanto, continuaron. La flamante república peruana La economía peruana quedó contactada a la mundial con nuevos términos de dependencia, donde los hacendados y mineros criollos peruanos, ya independizados políticamente de España, siguieron actuando como en la colonia, subordinados al capitalismo mundial hegemonizado por Inglaterra. Como escribe Pablo Macera, el Perú – seguidamente de la batalla de Ayacucho- se hizo más feudal y colonia que antes. Lo que está demostrando que la contienda encendida de 1820 a1824 fue una guerra civil en la que se enfrentaron liberales y conservadores, entre los que anhelaban el libre comercio y los que ansiaban seguir perteneciendo a España. Muchos criollos se adhirieron a los patriotas cuando éstos ya tenían asegurado el triunfo. Lo que trasluce que la República que sobrevino después de Junín y Ayacucho resultó peor que el coloniaje. No logró la grandeza ni felicidad de la mayoría de los peruanos; establecieron un gobierno despótico donde al pueblo y al campesinado indígena lo dejaron sin voz ni voto. He ahí porqué se rebelaron los cajabambinos, patasinos e iquichanos reclamando al Rey. Esos labriegos hubieran preferido que en Junín y Ayacucho perdieran los patriotas, porque el proyecto de los jerarcas terratenientes consistía en dejar al Perú tal como estaba. Éstos más bien anularon las leyes protectoras de los indígenas. La inde48 |

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pendencia impuso a las muchedumbres subalternas patrones de vida, consumo y producción artificiales que nada o casi nada tenían que ver con su medio ambiente. Fue un aislamiento brutal en el ámbito rural, que los empujó más allá de la periferia. Solamente Lima, por ser la capital, vivía la ilusión de la modernidad importadora y explotadora, aquí hasta llegaron a creer que el Perú era un país hecho y derecho. Sucedió que inmediatamente de Junín y Ayacucho la clase social limeña conquistó para sí todo el poder, de manera que principiaron a gobernar al Perú quienes habían estado contra la independencia. La clase social conservadora rápidamente se hizo experta en la manipulación política, salvando incólume su preponderancia ante todo opositor que pudiese emerger. Una clase poderosa que desde un principio demostró que no podía pensar en nada bueno para formular planes o proyectos de largo plazo. Los generales victoriosos se creían con derecho a ser presidentes por el solo hecho de ser tales. Todos, hasta los liberales resultaron proclives a ceder el liderazgo a los caudillos militares, a seguir a personas y no a ideales. Los que asumieron responsabilidades públicas, no sabían o no conocían lo que significaba esto, ni el papel histórico que estaban jugando. Todo lo cual podemos compendiar en la truculenta frase que acuñó el poeta satírico Juan de la Riva: “Cuando de España las trabas en Ayacucho rompimos, / / nada otra cosa hicimos que cambiar mocos por babas” Entre 1821 – 1824 quedaron atrás los virreyes y surgió la república del Perú, políticamente liberada. Pero en cuanto a lo económico sin ninguna soberanía, ya que el dominio y control económico, detentado hasta entonces por España, fue reemplazado por la voracidad del capital inglés, cuyo predominio duró la integridad del siglo XIX. Así el Perú dejó de ser colonia de España para convertirse en semicolonia de Inglaterra. No hubo, pues, afirmación de plena Independencia, ni tampoco el apuntalamiento de una auténtica nación.

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Emergencia del subdesarrollo Por eso brotó una figura tremenda y horrible, algo que no iban a experimentar las ex colonias inglesas. En EEUU, Canadá, Nueva Zelanda, El Cabo y Australia, los descendientes de los colonizadores al independizarse, o emanciparse, concluyeron formando Estados desarrollados. Estados Unidos incluso superó a su Madre Patria. Eso no sucedió con los hispanoamericanos. Entre nosotros, después de alcanzada la Independencia política, proseguimos tan subdesarrollados como antes. ¿Por qué? Por una sola causa: la clase dominante se negó a cambiar su mentalidad feudal-mercantil traída por sus antepasados los conquistadores en el siglo XVI. Simón Bolívar comprendió la problemática económica, por lo que llegó a la convicción de que la independencia solamente podría ser completa con una transformación social revolucionaria. Por eso planteó sustituir las estructuras feudales con otros de corte y modelo liberal, burgués y capitalista. De ahí que, para evitar la nueva dependencia a favor de Europa y Estados Unidos, combatió a la nobleza criolla y desarticuló a las comunidades campesinas, ambas de estructura precapitalista. Se opuso a los nacionalismos y planificó llevar a cabo la Gran Confederación de los Andes para ponerse a la misma altura de EEUU, México, Brasil y Argentina. Pero el pensamiento bolivariano fue derrumbado, porque detrás de él no accionaba una clase social que hubiese hecho suya tal ideario. Le ganaron los terratenientes feudales-mercantiles. Todos devastaron y desolaron a Bolívar, echando por tierra sus ideales geopolíticos. La clase criolla dominante del Perú, en los años de la llamada guerra de la Independencia, escogió para nuestro país el modelo liberal-burgués, calcándolo de las revoluciones norteamericana y francesa. Como fue un diseño impuesto sin estudios previos de la realidad peruana, resultó un rotundo fracaso. La teoría no se adecuó a la práctica. Los teorizantes propagaban la igualdad para todos, pero en el devenir co50 |

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tidiano prosiguió con fuerza el sistema de castas, lo que vale decir el racismo solapado y horripilante contra indígenas, negros, cholos, sambos, mestizos, etc. La independencia frente al indígena Los primeros decretos sanmartinianos fueron similares a los de la Corte de Cádiz. En el papel, que lo aguanta todo, buscaban la incorporación del runa andino a las filas patrióticas, les llamaron “hermanos naturales” y los calificaron de “peruanos”. Abolieron la palabra indio, los tributos y servicios personales. Les otorgaron libertad para cuanto hubiesen podido sembrar, cosechar y vender, incluso tabaco, para lo cual fue extinguido el estanco, aunque persistieron las alcabalas. Por último, declararon el libre tráfico y hasta les facultaron para disponer de sus tierras comunales distribuyéndolas entre ellos mismos, o vendiéndolas a extraños. Sin embargo, pocos indígenas pudieron conocer y experimentar las promesas y expectativas. Existía la disyuntiva que de mantener vigente el tributo era defender a la monarquía, mientras que provocar su abolición significaba estar a favor de la independencia. Solo en lo concerniente a Cajamarca hemos exhumado documentos de 1821 que permiten aclarar las reacciones que produjeron entre ellos dichos acaecimientos. Para lo restante del territorio no existen, lo que anuncia que los decretos sanmartinianos no funcionaron, se quedaron sin generar buenas perspectivas ni siquiera entre los que implementaban dichas leyes. No se han descubierto en los archivos del Norte instrumentos que acrediten que los indígenas hubiesen elevado memoriales de agradecimiento. Es natural, por consiguiente, que San Martín mostrara su decepción por el poco entusiasmo y apoyo recibido de los habitantes. Chocó con dificultades para reunir los fondos para intensificar la lucha. Pedía hombres, alimentos, uniformes y dinero a los comerciantes, hacenda| 51

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dos y al pueblo. Las gentes solucionaban sus conflictos en los Juzgados, pues perseguían la negociación política local. No funcionaba un ejército regular, armado y organizado. Las milicias criollas y de pardos (negros) sumaban poco. No se sentía o advertía el ethos profesional militar; eran improvisados, tan igual a los que reprimían en las rebeliones populares e indígenas. Las milicias integradas por hacendados, estaban únicamente para intimidar al pueblo y al campesinado; les agradaba disfrutar del fuero castrense no obstante tener conciencia de carecer de vigor para amenazar a la burocracia, a los terratenientes y peor al orden colonial. Los virreyes si habían tenido esa reciedumbre y empuje. Los campesinos indígenas no mostraban entusiasmo por la guerra. Percibían que continuaba la cobranza de alcabalas, tributos, diezmos y primicias. Ya hubiese sido por órdenes de San Martín o de Bolívar, el ganado de las comunidades era incautado para encaminarlo a otros potreros con la finalidad de alimentar a un creciente número de soldados. Las rentas derivadas de los diezmos y primicias las gastaban en los montoneros o guerrilleros de la sierra central. Las tierras estaban pensionadas con cupos, cual un arrendamiento. Y veían que tanto los jefes realistas como patriotas cobraban estas mismas pensiones, incluso en plazos de pocos días de diferencia. En corto tiempo se multiplicaban los pagos en función de la presencia de las tropas. Los cupos abarcaban a las chacras y a la producción ganadera. Los comisionados recorrían los pueblos para hacer cumplir dichos decretos; y varios de tales encargados eximían de estos impuestos a sus allegados. Lo restante era saqueado, dejándolos en la miseria. Por último, la propia institución del cacicazgo o curacazgo fue extinguida en 1825. Se conoce que había producción clandestina de pólvora a cargo de indígenas y mestizos. Pero como los poblados no tenían cómo defender sus bienes, sus habitantes no hallaban medio para escapar de los cupos y gabelas, ni de las injusticias gravadas ya por realistas o ya 52 |

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por patriotas. Es que cada uno de los ejércitos enfrentados necesitaba cada día más recursos disponibles. Por eso los indígenas remontaban a las alturas a esconder sus vituallas. Es que sentían mucho disgusto ante el despojo de sus únicas reses. Les molestaba que les extrajeran hombres, ganado y productos agrícolas. De ahí que, si alguien tenía armas, se enfrentara a los comisionados. Así sucedió en Chavinillo (Canta) donde 150 indígenas se encararon a los guerrilleros de Félix Aldao, y también contra las partidas de realistas. El resultado era que a veces los saqueaban ambos ejércitos. Lo que indica que los indígenas estaban al margen de los propósitos de patriotas y realistas. En consecuencia, se resistían al alistamiento militar. Causa por la cual los comandos del ejército aparecían de noche en los pueblos y comunidades para capturar y apresar a los hombres con el objetivo de meterlos en la tropa. Los acuartelaban durante semanas y meses, amarrados con sogas a las espaldas de mulos y burros. Así los llevaban lejos para que no desertasen. Finalmente los agregaban a un batallón. Las deserciones de soldados indígenas era el pan de cada día. Y como no podían fusilar a todos los desertores indefinidamente, realistas y patriotas, cada cual, por su lado, preferían cortar una o las dos orejas a los prófugos. Por eso pululaban los desorejados por completo; y sin embargo el número de huidos seguía aumentando. Sabemos, por igual, que los realistas optaron más bien por celebrar festividades, para atrapar con facilidad a los habitantes congregados y confiscar sus alimentos que portaban para esas fiestas. Pero también aplicaban otras promesas para aumentar las tropas del Rey, tal como repartos de tierras al concluir la contienda. Tanto realistas como patriotas practicaban los citados métodos, por eso el recluta no diferenciaba la conducta del uno y del otro, los veían proceder de manera similar. De ahí que acabaran, en no pocas ocasiones, afiliándose al bando que podía causarle más estragos, figura entonces muy difundida. | 53

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Los esclavos, los siervos o yanaconas de los obrajes, haciendas y estancias no veían progreso en el trato humano. Los de la hacienda de San Antonio Abad de Porcón, en Cajamarca, protestaron impulsados por la propaganda de igualdad ante la ley, pero fueron disuadidos. Los de Parinacochas hicieron un movimiento para pasarse al bando del Rey. En Ambo y Panao se enfrentaron al patriota Carreño. Once comunidades de Cerro de Pasco amenazaron con levantarse contra el suministro de comidas. Hasta Ninavilca, el gran guerrillero de Huarochirí, en algún momento de su vida, quiso cambiar el giro de la guerra. Pese a ello el movimiento guerrillero fue notable en la sierra central, únicamente en la sierra central. Primero las formó Álvarez de Arenales, oficial que les dio armamento y pertrechos, y nombró autoridades políticas. Dejó 900 efectivos de esta naturaleza. Bien que lo más importante es que dichos guerrilleros hicieron denuedos para contener a los generales españoles, dispersándolos con su estrategia. Gracias a este accionar fue posible el surgimiento de líderes indígenas que gozaban de la aceptación entre los de su clase y raza. Además, las masas de guerrilleros sobresalían por su sobriedad -pues comían y libaban poco-, conformando buenos cuerpos de combate, aunque sin ninguna ocupación duradera. Bolívar imprimió otro dinamismo. Ordenó la leva de todo “hombre útil para las armas”. Disposición que afectó en lo medular a las provincias del departamento de Trujillo (más tarde La Libertad), cuyos distritos se vieron -por esta razón- despoblados de varones jóvenes y adultos, y también de equinos, mulares, vacunos, ovejunos y productos agrícolas y textiles. Y lo mismo llevaba a cabo el virrey en el Sur. Por lo tanto, es conveniente concretar que a los escuadrones venidos de los países vecinos fue obligatorio abastecerles con alimentos, bebidas, alojamiento, vestuario, armamento y pagarles lo más puntualmente posible sus honorarios. Ningún oficial ni soldado de la tropa trabajó gratis, lo que compelió al Perú -a más de imponer cupos 54 |

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en dinero, ganado y cosechas- a embargar los tesoros de las iglesias y endeudarse con los Estados colaboradores y alguna potencia europea. Descalabro racista y clasista En un país racista y discriminador, la nueva República liberal, burguesa y mercantilista resultó una corporación o establecimiento de privilegio para los criollos blancos o españoles americanos como les gustaba auto designarse. En tanto que los otros continuaban igual que en la colonia, no dejándolos participar en las decisiones de gobierno. Es ostensible que el “nuevo” régimen redactaba y daba a conocer leyes, resoluciones y decretos favorables a los indígenas, pero nadie los acataba ni cumplía. En mejores palabras, los criollos ya liberales o conservadores, solo pensaban en edificar un Estado republicano para ellos. En ningún momento se percibe que hubiesen incubado en sus mentes el pensamiento de la construcción de una sola nación y patria de peruanos. Por eso excluyeron a indígenas, mestizos, negros y castas, excepto para extraerles tributos y hacerlos trabajar en medio de una inicua explotación tan similar a lo ocurrido en la temporada colonial. El racismo se prolongó. La independencia desapareció a los curacas indígenas, pero en su reemplazo surgieron los caciques-criollos-políticos, que muy pronto se convirtieron en una plaga para generar inestabilidad institucional. El nuevo Estado no garantizó seguridad y permanencia, bien que no se cansaba de pregonar y escribir sobre promesas y proyectos ilusorios. Era incapaz de proteger a los campesinos indígenas contra las extorsiones de los hacendados o gamonales. Estos se hicieron expertos en someter al campesinado, a ese campesinado al que lo conceptuaban como una amenaza al poder político del sector dominante, y hasta como una vergüenza para el país, motivo por el cual consolidaron su menosprecio hacia la totalidad de los productos espirituales y materiales que tipificaba a la sociedad andina. | 55

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Fue uno de los más tremendos errores de la clase dominante de las décadas aurorales de la etapa republicana, porque era y es imposible realizar el futuro del Perú desunidos de ellos. Hay que considerar que conformaban el 94% de la población, frente al escaso 6% de criollos jactanciosos y pedantes. Ahí está el germen del porqué el Perú republicano del siglo XIX y aun del XX iba a tener una vida inquieta y desorientada, incompetente para solucionar los problemas de la dependencia, del subdesarrollo, injusticia, racismo y corrupción en general. Son cosas que explican, por igual, el porqué ciertos historiadores, como José de la Riva Agüero y Osma, por ejemplo, hubiesen llegado a asentir que el Perú se liberó del poder español antes de tiempo. Debió esperar y hacerlo por lo menos 80 o tal vez 100 años más tarde, entre 1904 a 1920, décadas en la que recién la clase dominante criolla, quizás habría estado preparada para asumir los roles de efectivos planificadores y de excelentes administradores. Pero como eso no ocurrió, el costo político de la Independencia fue un desastre. Así, uno de los precios más trágicos de la prematura Independencia fue la pérdida de la mitad de su territorio. Otra tragedia fue que la Independencia no condujo a los peruanos a la libertad sino al caudillaje y libertinaje militar, absurdo e inconveniente. Hubo un lapso en la década de 1830 que el Perú llegó a tener nueve presidentes simultáneamente, entre civiles y militares, unos y otros dilapidando las arcas fiscales como nunca lo habían hecho los virreyes. Tal materialidad explica por qué la independencia no cumplió objetivos de desarrollo con justicia y democracia para todos. El nuevo Estado fue colocado al servicio de una sola clase social, la del sector aristocrático y feudal-mercantilista de ascendencia hispana. De manera que quienes más resultaron perdiendo fueron los campesinos indígenas y las clases populares. Basta con mencionar que en 1844 las comunidades habían disminuido en un 40%.

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LAS HUANCAS DE CHECRAS. UN MODELO ARQUEOLÓGICO DE LA RESISTENCIA IDEOLÓGICA ANDINA A LA HISPANA The Huancas of Checras. An archaeological model Andean ideological resistance to Spanish Aldo Noriega Gutiérrez Resumen La huanca es un elemento pétreo de la simbología prehispánica andina. Está compuesto generalmente por una piedra parada del tamaño de una persona. Se le atribuye ser la representación de personajes locales, héroes civilizadores y divinidades, entre otros. Se le reverenciaba, ofreciéndoles sacrificios desde épocas prehispánicas hasta la época colonial y republicana. Diversas publicaciones históricas han contribuido al conocimiento sobre la presencia real de las huancas en la región de Checras. Mencionan la existencia de este elemento simbólico andino, asociado a declaraciones de testigos de procesos de idolatrías en la época de dominación hispana. En la parte arqueológica, la documentación es tenue en la región. Solo pocos informes reportan su hallazgo en contexto de excavación y en exploraciones. Es nuestra intención en esta presentación documentar arqueológicamente la presencia y hallazgo de huancas en la región de Checras y asociarlo a su rol como elemento de resistencia ideológica andina a la hispana. Palabras clave: huanca, Piedra, Sacrificios, Maray, Checras.

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Abstract The Huanca is a stone symbol of the pre-Hispanic Andes. It is generally composed of a standing stone that is the size of a person. It may represent local characters, heroes, and divinities among others. It was revered by offering sacrifices of various kinds beginning in pre-Hispanic times, into the colonial and republican periods, and through to the present day. Many historic studies have contributed to the knowledge about the presence of Huancas in the region of Checras. Mention of the existence of this symbolic Andean element is found in the statements of witnesses during the Inquisition under Spanish rule. Archaeologically, documentation is tenuous in the region. Only a few reports document this feature in the context of excavation and explorations. It is our purpose in this presentation to document archaeologically the presence of Huancas in the region of Checras and discuss their role as an element of ideological resistance to the Spanish. Keywords: Huanca Stone Sacrifices, Maray, Checras. La huanca El término huanca es descrito por el famoso extirpador de idolatrías, el padre José de Arriaga. Menciona como huanca a una piedra larga que los moradores de la región suelen poner parada en los campos de cultivo. Esta piedra es la representación simbólica del señor de aquellos campos que tiene a su cargo y como tal lo reverencian. “Chichic o huanca llaman a una piedra larga que suelen poner empinada en sus chácaras y la llaman también Chicrayoc que es el señor de la chacra, porque piensan que aquella chácara fue de aquella dacha y que tiene a cargo su aumento y como tal la reverencian y especialmente en tiempo de sementeras les ofrecen sacrificios” (Arriaga 1968: 204, citado por Pérez Piñan, 2010). Pierre Duviols define con mayor amplitud y variables el término huanca. Señala que es una piedra oblonga y empinada cuyo tamaño 60 |

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variaba, y podía ser lisa o labrada. Las huancas están colocadas en los lugares ilustrados por los hechos de los antepasados que representan y están ligadas a la fecundidad. Si se encuentran en chacras entonces será “chacrayoc”, cerca de un puquio, cerca de una acequia, a la entrada del pueblo cuando se trata de “marcayoc”, es decir, fundador y protector. La huanca coexistía con el mallqui del héroe, existiendo una relación viva entre ambos; no es solo la imagen y réplica del héroe fundador en el mundo intermedio, su faz principal está vuelta hacia el lado por donde sale el sol en el mundo de arriba. La petrificación es perennación, sacralización. La huanca es aposento de los espíritus de los muertos o de los dioses. (Duviols: 1973: 163-164) Teniendo en cuenta ambas definiciones sobre la naturaleza de la huanca, podríamos señalar solo con la intención de complementar aún más la definición y presentar más variables de la complejidad del rol de la huanca, que se trataría de un elemento pétreo de la simbología prehispánica andina. Está compuesto generalmente por una piedra (monolito) parada del tamaño de una persona. Se le atribuye ser la representación de personajes locales del campo y urbanos, héroes civilizadores, divinidades tutelares e incluso servir como intermediarios con los dioses andinos de mayor nivel entre otras denominaciones. Fue reverenciada, se le ofrecía sacrificios y permaneció en las mentalidades del poblador andino desde épocas prehispánicas hasta la actualidad. Cada huanca tiene un origen, un personaje, una historia. Son tuteladas por una divinidad o tutelares de pueblos o grupos particulares. La huanca es el sustento ideológico, la divinidad protectora y pertenece al mundo del mito. Cada huanca tiene un rango religioso y se somete a la designación local. Fueron “echadas” y quemadas con la dominación española. Aun así, con la represión del conquistador desde las campañas de extirpación de idolatrías, por siglos, surgen vencedoras en las mentalidades del poblador andino a la llegada de la independencia.

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Ámbito geográfico del área de estudio El área de estudio comprende la margen izquierda del valle del río Checras. En los linderos territoriales de Maray, donde se halla el sitio arqueológico de Tupish y el sitio histórico colonial de Maray viejo. También en la localidad de San Pedro de Tongos, donde se halla los sitios arqueológicos de Cutacayan y Quichunque. Políticamente tanto las localidades como los sitios arqueológicos se hallan en el distrito de Checras, provincia de Huaura en la región Lima. Las principales montañas asociadas al área de estudio comprenden la de Quichunque a 4780 msnm, Jaracoto a 4600 msnm y Huagra a 4847 msnm ubicada esta última en la cordillera entre las localidades de Maray y Puñun. Información etnohistórica La información que recogen los documentos coloniales, en especial los procesos de extirpación de idolatrías, es considerablemente abundante respecto al tema de interés. Trabajos publicados como el de Guillermo Cock y Mary Eillen Doyle en 1979, Clorinda Medina en 1989 y documentos coloniales el siglo XVII del Archivo Arzobispal de Lima (AAL), referidos a causas criminales de idolatrías en Checras, ofrecen abundante información de la veneración a las huancas en especial en el antiguo pueblo de Maray. Un documento de valor es: “La Causa Criminal acerca de la Idolatría en que cooperaron algunos Indios del pueblo de Santiago de Maray repartimiento de Checras. Corregimiento de Chancay en el Año de 1677”. El documento que describimos menciona que durante las fiestas del glorioso Santiago Apóstol, en el pueblo de Santiago de Maray, sucedió que un español de nombre Joseph de Yjar, estando paseando por los contornos del pueblo de Maray, vio a dos cuadras una piedra del alto de la estatura de un hombre, que los indios llaman guanca, la cual era de color negro, cuadrada muy pareja, y por la parte que miraba al Pueblo, tenía un agujero profundo, y al pie de ella estaba una 62 |

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olla enterrada a la mitad, y toda la piedra se encontraba rociada con sangre, y en ella pegados muchos pelos negros de cuy, asimismo toda la piedra se encontraba untada con sebo de llama. Los españoles mandaron llamar a todo el pueblo para mostrarles la huanca al tiempo que dieron un sermón para después echarla y quemarla. El testimonio continúa con hechos que suceden en Canín un pueblo próximo al sur de Maray. Menciona que después de haber quemado la huanca en Maray, los españoles son informados que en un paraje próximo a San Agustín de Canín, habían muchos indios e indias puesto de rodillas, al llegar al lugar encuentran muchas huancas, describiéndolas como piedras paradas puestas en círculo como formando una plazoleta. (AAL Expediente # 15 Leg. V, Fol. 1. Fecha o número ilegible) En la causa criminal de idolatría seguida por el Licenciado Juan de Esquivel y Aguilar (1677), visita el pueblo de Santiago de Maray, repartimiento de Checras corregimiento de Chancay. En aquella visita eclesiástica obtiene la declaración del indio de Maray Juan Gutiérrez del ayllu de Allauca, donde afirma que, “adoraban al ídolo Punchau Girka, que es una Guanca de la estatura de un hombre, de color negro y tenía cabeza de forma de hombre y ofrecían sacrificios al ídolo cada año, al tiempo de bajaban a sembrar maíz” (AAL. Leg. V, 15, ff 2r) citado por (Cock y Eileen: 1979:59). Este testimonio del culto a la huanca ofrece un variable más de su función, estando asociada a calendarios agrícolas, relacionada a actividades religiosas llevadas a cabo antes de la siembra del maíz, una planta sagrada hasta la actualidad en Maray. También a la denominación dual de la huanca como Punchau (Sol) y Girka (Montaña). El sol fue una divinidad mayor en el mundo andino y el astro de mayor connotación en la tierra. Su mención asociada a una montaña podría reflejar la interacción entre ambos como divinidades del mundo celestial y terrenal. Otro testimonio que da el mismo testigo es la versión mítica de la huanca: “La guanca Guacrayaru, decía los pecados cometidos al sol y | 63

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se las explicaba y que el perdonaba por intercesión de las montañas (cerros) a quienes invocaba el dicho ídolo Guacrayaru” (ff.34v) citado por (Cock y Doyle: 1979:60). Se vuelve recurrente la relación entre dos divinidades mayores del mundo andino como es el astro sol y el cerro o montaña sagrada. En este testimonio la huanca Guacrayaru es el elemento simbólico en el cual convergen ambas divinidades y funciona como oráculo entre el mundo terrenal y el mundo de los dioses andinos. Sobre el nombre de la huanca Guacrayaru, es importante señalar la existencia del cerro Huacra (Guacra) en la región cordillerana entre los pueblos de Puñun y Maray (Carta nacional 22j-Oyon) y el término Yaru o Yaro, proviene del nombre de migrantes de la región del Chinchaycocha, pobladores advenedizos que se asentaron en la región de Checras y Huaura en el intermedio tardío (1000-1450 d.C.) La investigadora de la región de Checras, Clorinda Medina Susano, también revisa documentos del Archivo Arzobispal de Lima y publica otra sección de la declaración del indio Juan Gutiérrez, natural de Maray en 1677. Este brinda más detalles de las ofrendas que daban a la huanca Guacrayaru y la zona donde la adoraban. Señala que en el paraje de nombre Llaullacayan adoraban a la huanca Guacrayaru, piedra del alto de una vara, resplandeciente como cristal que miraba al sol naciente. Le ofrecían dos sacrificios al año; uno cuando aparecían las siete cabrillas, (Las Pléyades) para que librase las sementeras de los hielos, otro en el mes de noviembre, cuando araban las chacras de maíz. El sacrificio consistía en coca, chicha y sebo de llama, quemándolos sobre una piedra llana, para que los comiera la huanca y en recompensa diera muy buenas cosechas. Continua el testimonio donde menciona su origen, “Guacrayaru había sido un hombre y sacerdote antes de haber sido convertido en piedra por el Inti. Antes de ser convertido en piedra llamó a Rupajirca, que era hombre valiente, para que cuidase al pueblo. Este llegó en compañía de su hermano Punchajirca y su hermana Chuchopuquio. Los dos hermanos se convirtieron en Piedra, y la hermana en Puquio” (Clorinda Medina: 1989: 85). 64 |

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Un aspecto importante por considerar es el tema de los sacrificios que ofrecían a la huanca, siendo estos similares a los que le ofrecían a los Mallquis o momias de la región para los periodos tardíos. Es la misma relación de la huanca y el mallqui (momia) que señala Duviols en 1973. Me he permitido mencionar y comentar, una pequeña sección de la variada información histórica que contienen publicaciones y archivos del antiguo asentamiento colonial de Maray. Esta información es importante para entender la real importancia de la huanca dentro de la ideología religiosa andina y justificar su presencia registrada en contextos arqueológicos en Checras. Antecedentes arqueológicos de hallazgos de huancas próximos a Checras En investigaciones arqueológicas llevadas a cabo por el arqueólogo Joseph Bernabé en la vecina provincia de Oyón, en la localidad de Andajes, en el sitio arqueológico de Antashuay, encontró una huanca asociado a una plaza cercada. Se menciona: “El extremo norte de la plaza presentaba un grave colapso del muro de contención que forma el relleno constructivo. En la limpieza de los escombros se halló una piedra labrada de forma oblonga de 1,20 m de alto por 30 cm de diámetro. Por sus características formales la piedra no era parte integrante a la mampostería del muro de contención, tratándose de una piedra en forma de ídolo o huanca. La ubicación exacta de la huanca estuvo en la parte central de la plaza” (Bernabe: 2014) Debe mencionarse que en la cuenca alta del Huaura no hay reportes de haberse encontrado huancas en contextos de excavación a excepción de los trabajos de Joseph Bernabé y el autor que describiré más adelante. Sin embargo, en la cuenca baja del Huaura, en reconocimientos de campo se ha encontrado una buena cantidad de sitios

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de diversas épocas con la presencia de huancas echadas y fuera de su contexto original. Investigaciones arqueológicas y hallazgos de huancas En el año 2010 se llevó a cabo el proyecto de investigación arqueológica Maray. El proyecto contempló excavaciones arqueológicas exploratorias en los sitios de Tupish y Maray viejo. Ambos sitios ubicados en la localidad de Maray. En Tupish un sitio arqueológico con ocupaciones culturales que van desde el Formativo hasta la época Inca, al excavarse la unidad 4, ubicada al interior de la estructura 12, de forma cuadrangular, se encontró un relleno de piedras y tierra producto del colapso de los muros de la edificación. Las excavaciones dejaron al descubierto un piso empedrado, asociado a una laja de piedra a manera de pedestal que sobresalía del piso. Asimismo, se encontró una piedra de 1.30 m de largo y forma semirrectangular que no formaba parte de los componentes arquitectónicos de la estructura 12 ni del sitio arqueológico. Al realizar labores de arqueología experimental entre la piedra y la laja sobrepuesta en el piso, estas dos encajaron correctamente, determinando que se trataba de la huanca que alguna vez estuvo puesta en la estructura 12. Lo más interesante de este encaje fue que la piedra a la que denominamos huanca, proyectaba la sombra en eje este-oeste (salida y puesta del sol) y se orientaba a la entrada principal de la estructura 12, con visual al valle de Checras, donde aparece el sol de la mañana (Noriega: 2010). Los materiales arqueológicos encontrados asociados a la huanca, refieren a cerámica local del Intermedio Tardío (Cultura Cayash) y cerámica foránea (Chancay e Inca). Lo que sostiene que la ocupación de la edificación donde se encontró la huanca provendría al menos en su etapa final del Horizonte Tardío o época Inca. Al no hallarse material colonial en las excavaciones supone el abandono del sitio con la lle-

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gada hispana y a nivel de hipótesis del traslado vía reducciones de la población de Tupish, al actual sitio colonial de Maray Viejo. Las investigaciones en Maray Viejo, un sitio con ocupación colonial, no encontraron huancas en contextos de excavación, pero sí reconocieron la presencia de una de ellas puesta en la plaza del sitio de manera ex profesa en el siglo pasado. Esta se ubica al oeste de la iglesia, se trata de una piedra inclinada de forma oblonga erosionada, con una altura de 1.64 m. Esta huanca guarda mucha similitud morfológica con la hallada en contexto de excavación en Antashuay, (Andajes) siendo incluso de mayor altura. También guarda correspondencia con las descripciones históricas de las huancas de Maray mencionadas en esta ponencia. Antes del inicio del trabajo de investigación arqueológica se llevó a cabo, por iniciativa de la comunidad campesina de Maray, un ritual de pago y ofrenda a la huanca. Este ritual consistió en palabras de respeto a la huanca, como una entidad religiosa andina viva. Asimismo, se asoció este ritual con palabras a los dioses naturales andinos como la mamapacha (Tierra) y los Apus (Montañas). Habiéndose perdido por el paso del tiempo, al menos en Maray, el recuerdo del Inti (Sol), como divinidad mayor, mencionada por la etnohistoria. La ofrenda consistió para la huanca en la excavación de un pequeño hoyo cercano a la misma donde se depositó cigarros encendidos, hojas de coca y el vertimiento de caña al hoyo. Un último aspecto por mencionar sobre la huanca de Maray es su ubicación espacial que le daba preferencia visual al Apu mayor de la región, nos referimos a la montaña de Quichunque. En esta montaña, en su cima, ubicamos un sitio arqueológico inca de carácter monumental y ceremonial. Otro sitio investigado fue Cutacayan, ubicado en los linderos territoriales de San Pedro de Tongos. Este sitio se ubica a 4,430 msnm en | 67

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una saliente de la ladera media del cerro Jaracoto. El sitio posee una forma ovalada con dos murallas o cercos que lo rodean. Al interior se hallan edificaciones de piedra de forma circular, rectangular y ovalada. Una característica fundamental es la presencia de grandes espacios abiertos cercados. El reconocimiento arqueológico superficial, muestra una serie de atributos en sus diseños arquitectónicos que no son de origen local, presentando a Cutacayan como un sitio Inca en la región de Checras. Al suroeste del sitio a 20 m. se ubicaron una fila de 18 huancas entre paradas y echadas de diverso tamaño. La de mayor altura (echada) alcanzaba los 1.95 m y la de mayor altura (parada) llegaba hasta los 1.80 m. Es posible que las huancas de mayor altura fueran las originales para el fin simbólico. Complementa la información arqueológica la orientación de la fila de huancas que es de sur a norte, alcanzando una longitud de 16 m. (Noriega: 2012). Las huancas de Cutacayan ofrecen una combinación de elementos de relación simbólica con el medio geográfico o según la denominación de algunos investigadores con el espacio sacralizado. Las huancas se pusieron ex profesamente para asociarlas a la salida del sol, proyectando diversas orientaciones de sombras que seguro en fechas de equinoccios y festivas tuvieron importante significado. Otra asociación que presentan las huancas, con su medio, es la visual a las principales montañas sagradas de la región como el nevado del Yerupajá y el Silua Grande en la cordillera de Huayhuash. El Quichunque en Checras, el Yaruhuayno en Oyón y la cordillera de Raura. Una última asociación de las huancas de Cutacayan es con su cielo nocturno. Pudiéndose apreciar todo el marco celestial conformado por estrellas, galaxias y constelaciones que se pueden observar a simple vista.

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Un último sitio a mencionar que presentaba una gran huanca es el Quichunque. En este lugar, hasta hace poco tiempo, se encontraba una gran monolito parado que sobresalía por los muros de la plaza en donde se hallaba.

Comentarios finales La ponencia señala un elemento de la simbología andina que tuvo un rol importante durante la dominación hispana. La huanca fue un elemento ideológico del poblador andino que conservó su herencia religiosa y lo transmitió de generación en generación. A pesar de la represión sometida por el conquistador, la huanca fue parte de la resistencia, perduró en el tiempo, formó parte de la cosmovisión andina y a pesar de echada y quemada, sobrevivió a la llegada de la independencia. Bibliografía Bernabe, Joseph 2014 “Antashuay-Poac Guaranga. Apuntes sobre la Influencia Inca en el Valle de Huaura”. Proyecto Qhapaq Ñam, Ministerio de Cultura. Qhapaq Ñam - Artículos. Web. Duviols, Pierre 1973 “Huari y Llacuaz. Agricultores y pastores. Un dualismo prehispánico de oposición y complementariedad”. En: Revista del Museo Nacional, Lima. Tomo XXXIX, Instituto Nacional de Cultura, pp. 153-192. Guillermo, Cock y Mary Eileen Doyle 1979 “Del Culto Solar a la Clandestinidad de Inti y Punchao”. En: Historia y Cultura. Revista del Museo Nacional de Historia N.º 12, pp. 51-74 Instituto Nacional de Cultura. Lima

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Medina, Clorinda 1989 Checras. CONCYTEC. Lima Noriega, Aldo 2010 “Informe final del Proyecto de Investigación y Delimitación Arqueológica Maray” presentado al Ministerio de Cultura. Lima. 2012 “Informe final del Proyecto de Investigación y Delimitación Arqueológica San Pedro de Tongos” Presentado al Ministerio de Cultura. Lima Peréz Piñan, Edgar 2010 “Religiosidad indígena en Barranca. Siglos XVII-XVIII”. En: Guara. Revista del Museo de Arqueología de la UNJFSC. N.º 5, pp. 16-20. Huacho.

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Gráfico 1. Ubicación del área de estudio.

Foto 1. Huanca hallada en excavación arqueológica en Tupish.

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VI Congreso Hacia el bicentenario de la Independencia Foto 2. Huanca asociada a la plaza de Maray viejo, cercano a la iglesia colonial.

Foto 3. Huancas de Cutacayan

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Foto 4. Huancas de Cutacayan, asociadas a la salida del sol.

Foto 5. Huanca de Maray Viejo, puesta con visual al Apu mayor de Checras, el cerro Quichunque.

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Foto 6. Panorámica del sitio arqueológico de Cutacayan con sus huancas.

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LA JUNTA ECLESIÁSTICA DE PURIFICACIÓN. ARZOBISPADO DE LIMA, 1821-1822 The ecclesiastical board of purification. Archbishop of Lima, 1821-1822 Moshé Abensur Vargas Resumen Esta ponencia se concentra en el estudio de una institución creada por el General José de San Martín y Matorras con el apoyo de las autoridades eclesiásticas del Arzobispado de Lima en el periodo del Protectorado (1821-1822). Dicha institución fue conocida con el nombre de la “Junta Eclesiástica de Purificación” (JEP). Ella tenía la función de investigar a través de un proceso judicial a los sacerdotes del arzobispado limeño para identificar su conducta y opinión política frente a la Independencia del Perú. Por ello, dicha junta debía garantizar que los sacerdotes eran leales al nuevo sistema político para así reforzar la autoridad y seguridad del nuevo Estado. Palabras clave: Protectorado, Iglesia, independencia, clero secular y regular, junta. Abstract This paper focuses on an institution created by General José de San Martín y Matorras with the support of ecclesiastical authorities such as the Archbishop of Lima during the period of the Protectorate (1821-1822). Such institution was well known with the name “Ecclesiastical Junta of Purification”. This in[75]

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stitution was in charge of investigating priests from the archbishopric of Lima in order to identify their conduct and position regarding the independence of Peru. Such Junta should guarantee that priests be loyal to the new political system and reinforce authority and security in the new Republican State. Keywords: Protectorate, Church, Independence, Secular and Regular Clergy, Board. Introducción: Balance historiográfico de la Junta Eclesiástica de Purificación El siguiente artículo se construye en base a los avances de investigación para mi tesis de licenciatura que lleva el mismo título: La Junta Eclesiástica de Purificación, Arzobispado de Lima, 1821-1822. Se divide en seis puntos: primero, se elabora un balance historiográfico para identificar el estado de la cuestión; segundo, se construye el contexto histórico que llevó a su creación; tercero, su busca los antecedentes de la junta en los países donde estuvo el General San Martín; cuarto, se reconstruye e identifica su fundación, sus funciones y su desarrollo institucional; quinto, se refleja la presión por parte del nuevo Gobierno para que la junta aceleré sus investigaciones y busque otros medios para corroborar los expedientes; sexto y a modo de conclusión se plasma unas ideas preliminares sobre los sacerdotes purificados. En la historiografía peruana, existen algunos aportes sobre la Junta Eclesiástica de Purificación, aunque, solo un trabajo estudia directamente el tema. Mariam Aranda y Rafael Pajares1, iniciaron un estudio de dicha institución con importantes aportes, sin embargo, gran parte de su artículo se centró en realizar un balance de la actitud del clero frente a la crisis imperial y ante la Independencia del Perú, además 1

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Miriam Aranda y Rafael Pajares. «Por la santa y justa causa de la Independencia: La junta eclesiástica de purificación y su labor durante el Protectorado (1821-1822)» en Actas del V Congreso: Hacia el Bicentenario de la Independencia (1821-2021). Lima: Fondo Editorial UNMSM, 2015, 165-184.

La Junta Eclesiástica de Purificación. Arzobispado de Lima, 1821-1822

de la relación entre el Protectorado y la Iglesia, terminando con un análisis muy ligero de la junta, y presentando algunas imprecisiones2. Las demás obras solo mencionan en uno o dos párrafos a la junta. Jorge Basadre3 fue el primero en mencionarla al elaborar dentro de su obra una breve bibliografía de Francisco de Luna Pizarro. En 1962, Rubén Vargas Ugarte4 menciona el primer periodo de la Junta Eclesiástica de Purificación, donde el arzobispo de Lima Bartolomé María de las Heras coordina con el Protectorado la creación de la junta, poco antes de ser expulsado. En 1971, se publicaron casi todas las fuentes de las correspondencias y expedientes de la Junta Eclesiástica de Purificación. Armando Nieto5 realizó la compilación, edición y prólogo del tomo XX de la Colección Documental del Sesquicentenario de la Independencia del Perú que tuvo dos volúmenes. En el prólogo, Nieto explica brevemente en qué consistió y quiénes formaron parte de la junta. Dichos documentos son de la segunda fase, después de la expulsión del arzobispo. En posteriores trabajos el jesuita trató el tema tangencialmente. En 1972, María Consuelo Spark6, en su tesis doctoral -no publicada- menciona a la Junta Eclesiástica de Purificación, pero no es nada novedosa pues se basa en lo escrito por Vargas Ugarte. Asimismo, José 2

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Ellos afirman: “En cuando a los calificados, cabe mencionar que los españoles estuvieron excluidos de este proceso…” (Arana & Pajares, 2015: 176). La documentación comprueba que no fue así, varios sacerdotes españoles fueron investigados como el Lic. Luis del Castillo, sacristán mayor de la Catedral de Lima; Fray Dr. José Leandro Conde (OFM); Lic. José Pascua del partido de Huánuco; Dr. Lorenzo Robledo; entre otros. Basadre, Jorge. Historia de la República del Perú (1822-1933). Lima: Producciones Cantabria, tomo I, 2014, ps. 41. Vargas Ugarte, Rubén, S.J. Historia de la Iglesia en el Perú (1800-1900). España: Imprenta de Aldecoa, tomo V, 1962, ps.372. Nieto Vélez, Armando, S.J. (Compilación, edición y prólogo), CDIP, tomo XX, La Iglesia: La acción del clero, Lima, Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, 1971, 2 vols. Spark, María Consuelo. The role of the clergy during the stryggle for Independence in Peru (Tesis doctoral). EE.UU: University of Pittsburgh, 1972, ps. 252.

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Agustín de la Puente7, en un capítulo sobre la Iglesia en la Independencia peruana, solo la menciona brevemente. Pilar García Jordán8 en un sólo párrafo trata sobre la junta y se basa en un artículo de Armando Nieto. Asimismo, Juan Carlos Huaraj9, menciona a la junta brevemente para evidenciar la participación de algunos de los profesores del Convictorio de San Carlos –tanto como parte de la junta como de los investigados– en los juicios purificadores. En el 2011, Cristóbal Aljovín y David Velásquez10 utilizan a la junta como ejemplo para evidenciar cómo el nuevo Estado peruano asumió un patronato de facto, concluyendo que los resultados de las investigaciones de dicha institución fueron modestos. Ese mismo año, Fernando Armas Asín11 siguiendo las ideas de Basadre, abarca el tema de la junta analizando a Francisco de Luna Pizarro. Afirmó que por su relación con San Martín y su contribución por la independencia, fue nombrado miembro de la junta. En la “Cronología de la historia de la Iglesia en el Perú” de Armando Nieto y José Antonio Benito12, se muestran datos nuevos sobre la junta, como su creación el 28 de agosto por el Protector San Martín, Puente Candamo. José Agustín de la, La Independencia del Perú. Lima: Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2013, ps.372. 8 Garcia Jordan, Pilar. Iglesia y poder en el Perú contemporáneo, 1821-1919. Cusco: Centro de Estudios Regionales Andinos “Bartolomé de Las Casas”, 1992, p. 393 9 Huaraj, Juan Carlos. El Convictorio de San Carlos de Lima. Currículo y pensamiento educativo, 1771-1836 (Tesis de licenciatura). Lima: UNMSM, 2007, p.163. 10 Aljovín de Losada, Cristóbal; Velásquez, David, «La cuestión de la lealtad frente a la independencia. Las Autoridades religiosas: Perú 1808-1825», en Peer Schmidt, Sebastian Dorsch, Hedwig Herold-Schmidt (compiladores), Religiosidad y Clero en América Latina – Religiosity and Clergy in Latin America (1767-1850). La Época de las Revoluciones Atlánticas – The Age of the Atlantic Revolutions. Hungria: Böhlau Verlag Köln Weimar Wien, 2011, pp. 211-241. 11 Armas Asín, Fernando. «Perú», en Josep-Ignasi Saranyana (Dir.), Carmen-José Alejos Grau (Coord.), Teología en América Latina, V II/2: De las guerras de independencia hasta finales del siglo XIX (1810-1899). Madrid: Iberoamericana; Frankfurt am Main: Vervuert, 2008, pp. 279-293. 12 Nieto Vélez, Armando, S.J.; Benito, José Antonio. Cronología de la Historia de la Iglesia en el Perú. 7

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nombrando inicialmente como su presidente a Toribio Rodríguez de Mendoza. Otros investigadores especialistas en el tema de la Iglesia en la Independencia no mencionan a la junta en sus trabajos, como es el caso de John Lynch,13 Jeffry Klaiber (S.J),14 y el P. Ernesto Rojas.15 El balance historiográfico realizado evidencia que un trabajo que reconstruya la historia de la junta y la analice es necesario, y por ende estaría justificado. Más aun, comprendiendo la importancia que tuvo la Junta Eclesiástica de Purificación en un contexto de guerra civil donde era necesario garantizar el apoyo de la sociedad, y en este caso del clero, a la causa patriota. Además, la junta es un caso muy concreto para analizarla. Se trata de una nueva relación entre la Iglesia y el Protectorado, teniendo en cuenta que dicha relación se desarrolló en el antiguo marco legal del Regio Patronato y donde las ideas galicanas contribuían a un mayor control del gobierno hacia la Iglesia, a pesar de que la última resaltaba constantemente su autonomía. Contexto histórico de la Junta Eclesiástica de Purificación Las primeras décadas del siglo XIX serían para el poderoso virreinato peruano las últimas de su existencia. La crisis imperial, producto de la invasión napoleónica y la «eclosión juntera», generarían en Hispanoamérica el inicio de las luchas por el poder entre el fidelismo y la 13 Lynch, John. Dios en el Nuevo Mundo. Una historia religiosa de América Latina. Traducción: Alejandra Chaparro. Barcelona: Crítica, 2012, ps.540. 14 Klaiber, Jeffry, S.J. «La Iglesia ante la emancipación en el Perú», en Enrique Dussel (Dir.), Historia general de la Iglesia en América Latina. Salamanca: Síguema-CEHILA, Tomo VIII, 1987. 15 Rojas Ingunza, Ernesto. «La iglesia y el realismo eclesiástico en la independencia del Perú. Aposte a la comprensión de un proceso», en Margarita Guerra Martiniere, Rafael Sánchez-Concha Barrios (Eds.), Homenaje a José Antonio del Busto Duthurburu. Lima: PUCP, pp. 1091-1116.

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autonomía. Desde entonces, la Ciudad de los Reyes sería la sede donde se organizaría la contra-revolución en casi toda América, aunque también sería fuente de intrigas y conspiraciones de independentistas peruanos que fueron desarticuladas por el poder virreinal, en especial, por el virrey José Fernando de Abascal. Sin embargo, con el regreso del rey cautivo, Fernando VII, se reemplazó al poderoso Abascal por el brigadier Joaquín de la Pezuela y Sánchez, con quien se perdería definitivamente la Capitanía General de Chile en 1818, y por lo cual se generaría el golpe de “Estado” en el famoso motín de Aznapuquio, que puso en el poder virreinal al general José de la Serna. El gobierno de Pezuela se caracterizó por tratar de dejar en el olvido la época liberal, y por buscar regresar y reforzar el absolutismo. Ello se reflejó en el cierre del Colegio Real de San Carlos, bajo la excusa de una decadencia económica, pero su fin era cortar con las ideas de la Ilustración que se difundían en ese centro de estudios. Asimismo, afianzó su autoridad despótica y piadosa con el Reglamento de policía publicado a inicios de 1818. En el Reglamento asoció el buen gobierno de la capital con la sumisión absoluta a la religión que protegía el monarca. En su primer artículo se ordenaba a la población a inclinarse cuando pasaba por las calles el Santísimo Sacramento, también prohibía las blasfemias, los bailes deshonestos, los cantos lascivos, las palabras indecentes y obscenas, el travestismo. (Peralta, 2007: 279-280). De esta forma, las enseñanzas cristianas llegadas al ámbito más conservador, se intentó imponer sobre la población. Se encuentra una relación en la carga de moralidad del Reglamento, con la forma como el arzobispo Bartolomé María de las Heras manifestaba su preocupación por las costumbres del clero y de la sociedad dentro de la Catedral. En una de sus visitas a la Catedral, le deja al Cabildo Eclesiástico una

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lista de malos hábitos que se deban en la Catedral que debían ser corregidos. También se desarrolla dentro de la retórica absolutista la difusión entre la población del miedo a las revoluciones políticas. Para ello, la Iglesia a través del sermón en las iglesias fue el canal más frecuente. “En general, la propaganda del régimen de Pezuela vinculó la retórica fidelista con la defensa de los derechos de posesión de Fernando VII y la salvaguarda de la religión católica que amenazaba el estallido de la revolución en América” (Peralta, 2007: 282). En 1820 se da el trienio constitucional en España a raíz del pronunciamiento militar del teniente coronel Rafael de Riego. El 10 de marzo el Rey Fernando VII publicó un manifiesto acatando la Constitución de Cádiz, que dos días después fue jurada en Madrid. En este periodo, se promulgan leyes anticlericales, entre ellas la supresión de las órdenes monacales y conventos. Posiblemente, ello le resto mucho del apoyo de parte de la Iglesia a mantener la fidelidad a España, y una mayor apertura hacia los patriotas, que se iban mostrando respetuosos con la religión católica. Por testimonio del mismo virrey Pezuela, en las distintas proclamaciones de la monarquía constitucional solo se vio indiferencia en la población de Lima. El 29 de enero de 1821 se da el golpe militar contra Pezuela por la Junta de Generales realistas quienes confiaron el cargo al general José de la Serna. Este virrey intentó reflejar ante la sociedad a través de la prensa una imagen de virrey liberal, sin embargo, fue perdiendo legitimidad, como afirma Peralta. La situación política-militar y la cercanía del Ejército patriota condujo al virrey La Serna a tomar la decisión de abandonar estratégicamente Lima. En junio de 1821 el virrey le propone al arzobispo Las Heras retirarse a la sierra con las fuerzas realistas, en vista de la inminente entrada de San Martín en Lima. El 4 de julio el arzobispo le contesta | 81

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que no puede abandonar a su rebaño. Es en este momento donde la manifestación de la cultura política de la Iglesia como fiel y obediente al rey y su vicesoberano se rompe, y prima un factor pastoral más que político. En este nuevo contexto se desarrolló el plan de liberación del Perú, ideado por el General José de San Martín y apoyado por el Gobierno chileno. Con ese fin, se creó la Expedición Libertadora que el 7 de setiembre de 1820 desembarcaría en la costa peruana de Paracas, desde donde avanzó hacia Lima. Sabiendo de la utilización de la religión por parte de la monarquía para mantener su poder en América, San Martín al parecer decide seguir el mismo camino. El 12 de febrero 1821 el general San Martín declara que reasume el derecho de Patronato Regio. Después de ocupar Lima, el 28 de julio de 1821 el general José de San Martín proclama la independencia del Perú en las plazas: Mayor, La Merced, Santa Ana y la Inquisición. El 29 de julio el arzobispo Bartolomé María de las Heras celebra en la catedral el Te Deum y la misa de acción de gracias. La oración patriótica la da fray Jorge Bastante, O.F.M. Después se juró la independencia en las sedes de las corporaciones, colegios y gremios, incluyendo la Iglesia. El 30 de julio juran la independencia los miembros del Seminario de Santo Toribio, y el 3 de agosto, se instauraría el Gobierno independiente del Protectorado. Sin embargo, así como la Iglesia de Lima acoge la Independencia, el 4 de agosto el obispo de Maynas, Hipólito Sánchez Rangel, O.F.M., se declara contrario a la misma y declara la excomunión contra los “insurgentes”. Aunque, terminó abandonando su diócesis. Ello evidencia que las posturas de las Iglesia locales dependían de sus propios miembros. El Protector al poco tiempo de iniciado su gobierno y siguiendo el ejemplo del Director Supremo de Chile, Bernardo O’Higgins, quien 82 |

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instauró los Tribunales de Vindicación, ordenó la creación de una junta de calificación política16, pero en el caso de Lima, exclusivamente para sacerdotes. San Martín, sabía la importancia política, económica y espiritual de la Iglesia para una sociedad que era profundamente católica. Por ende, comprendía su relevancia para el proceso de la Independencia del Perú, por no decir de América. Por ello, ordenó al Arzobispo de Lima la creación de la llamada Junta Eclesiástica de Purificación17. Antecedentes de la Junta Eclesiástica de Purificación Como se ha dicho, la idea de la junta se origina en Chile. En el país vecino, dicha institución fue producto de un proceso de creación de algunas instituciones previas, y es justamente en el periodo de la Patria Vieja donde se encuentra su inicio. La historiadora Lucrecia Enríquez18 afirma que en 1814 el obispo de Santiago elaboró una Lista de los Religiosos que han influido en la Revolución, y de los que se han manifestado adictos al sistema. En dicha lista, se evidencia la gran influencia de las órdenes religiosas en la Independencia de Chile antes de su reconquista por parte del coronel Mariano Osorio. En 1815, con el arribo de Casimiro Marcó del Pont, el nuevo gobernador realista de Chile, se estableció los Tribunales de Vindicación. Todos los patriotas y todos sus colaboradores tenían que presentarse ante esos tribunales. Ellos debían pagar una multa, y si sus cargos eran mayores, es decir, eran profundamente patriotas, se los desterraba. 16 La calificación política se entiende como un proceso de evaluación por lo que los investigados tienen que presentar las evidencias del caso y ser evaluados según unos parámetros establecidos. 17 La palabra purificación está relacionada a la de vindicación, la cual según la RAE viene del verbo vindicar que significa “defender a quien se halla injuriado, calumniado o injustamente notado”. Por ende, es un término de la cultura política de la época que se refería al proceso llevado por un individuo con el fin de vindicar su nombre. 18 Enríquez, Lucrecia, «El clero y la independencia de Chile», en Josep-Ignasi Saranyana y Juan Bosco Amores (eds.), Política y religión en la independencia de la América Hispana. Madrid: BAC-Universidad de Navarra, 2011, pp. 187-218.

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Por lo dicho, fueron los realistas quienes iniciaron la práctica de dicha junta. Con la victoria patriota en 1817, Bernardo O’Higgins, director supremo de Chile, también instauró los Tribunales de Vindicación para los que quisieran ser considerados patriotas. Ante este nuevo tribunal se tenía que justificar la conducta política en los años anteriores. En el caso de los eclesiásticos, se estableció un tribunal especial para calificar su conducta política. Es así que San Martín conoció de dicha institución, y de su importancia para el reconocimiento de actores patriota, por lo que instalaría una similar en la capital limeña, pero con el nombre de “Junta Eclesiástica de Purificación”. En el caso las Provincia Unidas, ahora Argentina, la historiadora Valentina Ayrolo19 afirma que no se llegó a ese extremo, aunque sí se radicalizó la postura del gobierno entre 1812 y 1815 frente a la Iglesia local. En Córdoba, muchos sacerdotes se vieron obligados a pedir certificados que corroboren su adhesión a la causa patriota para que puedan circular por el territorio y seguir con sus funciones. La Junta Eclesiástica de Purificación: Funciones y desarrollo institucional La Junta Eclesiástica de Purificación fue creada con la función de investigar a través de un proceso de calificación a todos los sacerdotes, tanto seculares como regulares, del Arzobispado de Lima para identificar su actuación, conducta y opinión política frente a la Independencia del Perú durante el gobierno virreinal y el Protectorado. Por ello, dicha junta debía garantizar que los sacerdotes eran leales al nuevo sistema político para así reforzar la autoridad y seguridad del nuevo Estado. 19 Ayrolo, Valentina. Funcionarios de Dios y de la república: clero y política en la experiencia de las autonomías provinciales. Argentina: Editorial Biblos, 2007, p. 254.

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La tarea encargada a dicha institución fue muy grande debido a la gran cantidad de sacerdotes que existían en el Arzobispado de Lima para la época, el clero secular en el Arzobispado de Lima contaba con 660 individuos (Vargas, 1962: 3) y el clero regular con 538 (Leguía y Martínez, 1972: 636) que daban un total de 1198 sacerdotes. El Protectorado tendría un primer periodo de coordinaciones desde agosto de 1821 con el Arzobispo Bartolomé de las Heras para la creación de la Junta Eclesiástica de Purificación. El prelado de 80 años, nombró a Francisco de Luna Pizarro y a Cecilio Tagle como miembros de dicha junta, pero estas coordinaciones se verían interrumpidas por el conflicto de la “Casa de ejercicios”, que concluyó con la renuncia del Arzobispo y su expulsión por el Protectorado. Esta parte es importante, por lo que se relatarán los hechos. El 22 de agosto el ministro Monteagudo le dirige un oficio al arzobispo Las Heras denunciando abusos que se cometen en las casas de ejercicio en relación a la seguridad de la Independencia y del nuevo gobierno. El prelado le responde pidiendo le precise hechos y nombres. El 27 de agosto el ministro García del Río acusa al arzobispo de desacato. El 1 de setiembre por las desavenencias con los ministros García del Río y Monteagudo, el arzobispo Las Heras renuncia al cargo. El 4 de setiembre el ministro García del Río comunica a Las Heras que éste deberá viajar a Chancay en el plazo de 48 horas donde se le proporcionará un transporte para la Península. A las horas, se le informa al arzobispo que el plazo de su salida se ha recortado, ordenándole que abandone la ciudad a las primeras horas del día siguiente. El 5 de setiembre el arzobispo le escribe una carta a San Martín despidiéndose y le deja valiosos obsequios como señal de afecto y estimación. El 26 de octubre encarga el gobierno de la arquidiócesis al Deán Francisco Xavier de Echagüe. Su barco zarpa de Chancay el 12 de noviembre con rumbo a la Península, aunque con una parada en Río de Janeiro. (Nieto & Benito, 2014: 192-193) | 85

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A pesar de la expulsión del Arzobispo, las coordinaciones para la instalación de la Junta podrían evidenciar que el inicio de las relaciones entre el Protectorado y la cabeza de la Iglesia de Lima (el Arzobispo) fue de colaboración, puesto que de las Heras había aceptado investigar a los sacerdotes de su jurisdicción, y más aún por el hecho de que no abandonó Lima, recibió a San Martín en la capital, firmó el Acta de la Independencia, celebró el primer te deum, y en su carta de renuncia, muestra sentimientos de afecto hacia el Libertador. Una segunda etapa se inició entre finales de setiembre y comienzos de octubre de 1821 que duraría un par de meses más que el Gobierno del Protectorado, es decir, hasta diciembre 1822. En esta segunda etapa asume las coordinaciones con el Estado el Gobernador Eclesiástico Francisco Javier Echagüe, quien era el Deán del Cabildo Metropolitano, prebendado de tendencia galicana, como gran parte del clero de la época debido a la cultura política religiosa influenciada por el Regio Patronato. La Junta Eclesiástica de Purificación fue conformada por un secretario, un fiscal, tres vocales, siendo estos últimos los jueces de la misma. Su presidente fue el prebendado racionero de la Catedral, José Antonio Hurtado, aunque durante los primeros meses de la junta fue el clérigo ilustrado y prebendado lectoral Toribio Rodríguez de Mendoza, quien tuvo que renunciar a la misma para enfocarse en la preparación del primer Congreso Constituyente del Perú. La junta tendría una función de gran importancia en el ámbito civil para los planes de liberación del Perú y para del nuevo gobierno independiente, puesto que, el Protectorado consideraba fundamental para la seguridad del naciente Estado saber si el clero, tanto regular como secular, eran adictos al nuevo sistema y por ende patriotas. Conocer la filiación política independentista del clero, le permitía contar con el aparato eclesiástico para la promoción, propaganda y legitimización del bando patriota frente a la sociedad. 86 |

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Asimismo, tuvo una función importante para el ámbito religioso, puesto que para la época, la Iglesia y Estado estaban íntimamente unidos, y habiendo heredado el Protectorado, de facto, las prerrogativas del antiguo Patronato indiano, las decisiones sobre la continuidad de sacerdotes en sus parroquias, anexos, capellanías, prebendas y cargos administrativos recaía en el poder civil. Ello llevaba a que el clero habiendo sido patriota, realista o neutral antes del ingreso de la Expedición Libertadora a Lima, se vean en la necesidad de evidenciar su verdadero o seudo-patriotismo. A principios de noviembre de 1821 un decreto enviado por el Gobernador Eclesiástico, Francisco Xavier de Echagüe, a pedido del Protectorado, a todos los párrocos y vicarios del Arzobispado de Lima, ordenó que se informe y se presenten en la capital todos los sacerdotes de dicha jurisdicción para ser calificados políticamente por la Junta Eclesiástica de Purificación, teniendo el plazo de dos meses. De no poder asistir a la capital, ellos tenían que enviar a un apoderado. Una vez que los sacerdotes realizaban el petitorio para que se lleve a cabo su purificación política ante la junta, se daba inicio al proceso. Para ello, en dicho petitorio presentaban de tres a cinco testigos. Seguidamente, el secretario Felipe Cuéllar mandaba oficios a los testigos presentados para que brinden su alegato en persona o a través de una carta. Ellos argumentaban cual había sido el comportamiento político de dicho sacerdote, citando sus opiniones, acciones, ideas y conversaciones a favor o en contra de la Independencia del Perú. Cuéllar tomaba la declaración o recibía las cartas y se las enviaba al fiscal eclesiástico Juan José Muñoz, quien tras analizar el expediente elaboraba un breve informe con su dictamen sobre la tendencia política del sacerdote investigado. Luego, presentaba la documentación y su opinión a los tres vocales: José Antonio Hurtado, Carlos Orbea y Bartolomé de Orduña y al secretario Cuéllar. Ellos le daban el visto al expediente producido y a lo expuesto por el fiscal, con lo que daban | 87

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por concluida la investigación y pedían que se haga un informe para el Protector, que primeramente era dirigido al Gobernador Eclesiástico. Finalmente, la Junta Eclesiástica de Purificación en conformidad con el expediente y al dictamen fiscal, otorgaba su veredicto, juzgando como patriota si fuera el caso. Ellos redactaban el informe final que era enviado al Gobernador Eclesiástico Echagüe para que lo derive al Gobierno del Protectorado. El Gobernador Echagüe hacía una copia de la documentación para su archivo. Una vez informado el Gobierno sobre la calificación del sacerdote, se expedía el pasaporte correspondiente para que el sacerdote pueda circular libremente por el territorio liberado y volver a sus funciones. Presiones del Protectorado a la Junta En distintos momentos de la junta el Gobierno del Protectorado, presionó a la misma para que agilicen sus investigaciones con el supuesto fin de que los sacerdotes de las zonas alejadas puedan regresar a atender a sus feligreses, pero en el fondo la necesidad de celeridad en el proceso era producto de la urgencia del Estado por identificar a qué sacerdotes les podían autorizar regresar a sus parroquias, curatos o anexos, para así, contar con su apoyo en incrementar la propaganda patriótica, confirmar a los patriotas o convencer a los realistas o dubitativos. Asimismo, ser el brazo político del nuevo gobierno en las localidades más alejadas y contribuir en la edificación del nuevo Estado. Muchos de los sacerdotes purificados que evidenciaron su decidido patriotismo fueron premiados con mejores puestos o ubicaciones en su carrera eclesiástica. A principios de diciembre de 1821, el Protectorado ordenó contrastar la información con investigaciones secretas, lo cual generó en un intercambio constantes de cartas entre el Gobernador eclesiástico y 88 |

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la junta un debate sobre la moralidad de ese proceder, los recursos económicos que se necesitarían, y la mayor cantidad de personal. Al parecer, la orden nunca se ejecutó. Los sacerdotes purificados por la Junta Los sacerdotes purificados, fueron en su gran mayoría criollos, solo unos cuantos españoles formaron parte de este proceso, como el famoso presbítero Matías Maestro. Debido a la constante desconfianza del Gobierno, en especial del Ministro de Guerra Bernardo Monteagudo, el 11 de diciembre ordenó la remoción de los párrocos españoles, así hayan sido purificados. Por ello, el clero peninsular terminó movilizándose a la zona peruana de dominio realista o regresando a España. Algunos sacerdotes chilenos también fueron calificados por la junta, ellos se encontraban en la capital por distintos motivos: fueron enviados, desde Chile, como prisioneros patriotas a la cárcel de Casamatas; acompañaron al Ejército Libertador; o por negocios personales. Los expedientes de la Junta Eclesiástica de Purificación evidencian que la mayoría de sacerdotes investigados eran patriotas, sin duda es necesario analizar más allá del discurso, contrastar sus actividades en el periodo colonial, sus ubicaciones en el nuevo sistema, y reconstruir sus redes de influencia. Por motivo de espacio y tiempo de la ponencia se omitirán los casos específicos de sacerdotes purificados. De estos documentos se pueden inferir que la Iglesia en Lima fue patriota, pero es importante tener en cuenta un enfoque correcto sobre la Iglesia. La Iglesia al ser parte de la sociedad virreinal y parte relevante de la Monarquía española, compartía los mismos elementos culturales y políticos. Por lo que también se vio envuelta en los vaivenes de la cultura política peruana. Ernesto Rojas al tratar sobre la Iglesia en el periodo de las Revoluciones hispanoamericanas afirma que: “…preguntarse | 89

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si la Iglesia fue realista o patriota carece de sentido. Ella como tal no fue –ni podía serlo- ni lo uno ni lo otro. En cuanto constituida por hombres, la Iglesia es parte de la historia de los hombres, y en ella teje su propia historia” (Rojas, 2012:1092). Es decir, la Iglesia no es una institución inerte, sino que cobra vida y es parte de la historia en las contingencias humanas de sus propios miembros, no se quedaba inactiva como una institución estática ante los hechos políticos. Entender a la Iglesia en dicho periodo, “implica pensar a la Iglesia en el mundo y en la historia, sujeta a cambios como todas las demás realidades humanas, inmersa en los avatares ideológicos, cultural, económicos y políticos de su tiempo” (Di Stefano, 2004: 17). En estas décadas, de convulsión política, económica y social por el proceso de Independencia, la Iglesia, en sus distintos niveles: seminaristas, clero secular, clero regular, prebendados, obispos y arzobispos se vio envuelta en la dinámica de la cultura política peruana, entre el liberalismo y el fidelismo. Según el listado de los sacerdotes investigados por la junta publicada en el correspondiente libro sobre la Iglesia de la Colección Documental de la Independencia del Perú, por motivo del Sesquicentenario20, fueron 170 sacerdotes. Sin embargo, revisando cada uno de los expedientes se ha identificado que otros sacerdotes, en un número considerable, también habían sido investigados. Recordemos que para la época el arzobispado contaba con 1198 sacerdotes de ambos cleros, es decir que solo aproximadamente un sexto de los sacerdotes cuenta con expedientes, sin embargo, no se puede concluir que los otros no fueron investigados.

20 Nieto Vélez, Armando, S.J. (Compilación, edición y prólogo). La Iglesia: La acción del clero. Lima: Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, CDIP, tomo XX, 1971, 2 vols.

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Bibliografía Archivo AAL- Serie Emancipación – Curas Patriotas. ALL- Serie Emancipación – Junta Eclesiástica de Purificación. Fuentes primarias 1971

Colección Documental de la Independencia del Perú (CDIP). Tomo XX. Nieto Vélez, Armando, S.J. (Compilación, edición y prólogo). La Iglesia: La acción del clero. Lima: Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, 2 volúmenes.

Fuentes secundarias Aljovín De Losada, Cristóbal Y Velasquez, David 2011 “La cuestión de la lealtad frente a la independencia. Las Autoridades religiosas: Perú 1808-1825”, En: Peer Schmidt, Sebastian Dorsch, Hedwig Herold-Schmidt (compiladores), Religiosidad y clero en América Latina – Religiosity and clergy in Latin America (1767-1850). La Época de las Revoluciones Atlánticas – The Age of the Atlantic Revolutions, 211-241. Böhlau Verlag Köln Weimar Wien. Hungría. Ayrolo, Valentina 2007 Funcionarios de Dios y de la república: clero y política en la experiencia de las autonomías provinciales. Editorial Biblos. Argentina. Basadre Grohmann, Jorge 2014 Historia de la República del Perú (1822-1933). Tomo I. Producciones Cantabria. Lima. Di Stefano, Roberto | 91

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2004 El púlpito y la plaza: Clero, sociedad y política de la monarquía católica a la república rosista. Siglo XXI Editores. Buenos Aires. Enríquez, Lucrecia. 2011 “El clero y la independencia de Chile”, En: Josep-Ignasi Saranyana y Juan Bosco Amores (Eds.), Política y Religión en la independencia de la América Hispana, 187-218. BAC - Universidad de Navarra. Madrid. García Jordan, Pilar 1992 Iglesia y poder en el Perú contemporáneo, 1821-1919. Centro de Estudios Regionales Andinos “Bartolomé de Las Casas”. Cusco. Klaiber, Jeffrey 1996 Iglesia en el Perú: su historia social desde la Independencia. PUCP. Lima (Tercera edición). Leguía y Martínez, Germán 1972 Historia de la emancipación del Perú: El Protectorado. Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú. Lima. (Cuarto tomo). Lynch, John 2012 Dios en el Nuevo Mundo. Una historia religiosa de América Latina. Alejandra Chaparro (Trad.) Crítica. Barcelona. Martínez, Ascensión (Edit.) 2014 La independencia inconcebible. España y la «pérdida» del Perú (1820-1824). Fondo Editorial PUCP-IRA. Lima. Nieto Vélez, Armando 1980 “La Iglesia Católica en el Perú”, En: Juan Mejía Baca, Historia del Perú. Tomo XI. Editorial Juan Mejía Baca. Lima. 1978 «Sobre la acción del clero de Lima en la Independencia», en Francisco Miró Quesada, Franklin Pease, David Sobrevilla (Eds.) Historia, problema y promesa. Lima: PUCP, Vol. I, 425-436. 92 |

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Rojas Ingunza, Ernesto 2012 “La iglesia y el realismo eclesiástico en la independencia del Perú. Aposte a la comprensión de un proceso”, En: Margarita Guerra Martiniere, Rafael Sánchez-Concha Barrios (Eds.), Homenaje a José Antonio del Busto Duthurburu, 1091-1116. PUCP. Lima. Serrano, Sol 2008 ¿Qué hacer con Dios en la República? Política y secularización en Chile (1845-1885). FCE. Chile. Spark, María Consuelo 1972 The role of the clergy during the struggle for Independence in Peru (Tesis doctoral). University of Pittsburgh. EE.UU. Vargas Ugarte, Rubén 1962 Historia de la Iglesia en el Perú (1800-1900). (Tomo V). Imprenta de Aldecoa. España.

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REGIONES, TIEMPO E INDEPENDENCIA EN LOS ANDES Regions, timing and independence in the Andes Francisco Quiroz Chueca Resumen Los estudios sobre la Independencia se incrementan conforme se acerca el bicentenario de la independencia criolla del Perú (2021-2024). Nuevos trabajos reformulan aspectos ya conocidos e incursionan en otros poco o nada estudiados. Este ensayo plantea una nueva forma de enfocar el estudio al tener en cuenta dos dimensiones que poco han sido consideradas hasta ahora pero que tienen una gran relevancia para entender mejor todo el proceso: el factor geográfico (regiones) y el temporal (secuencia) de los hechos. Gracias a esta innovación, se puede apreciar mejor la participación de sectores étnico-culturales y tendencias regionalistas a través del tiempo y así evaluar mejor el proceso separatista en su conjunto. Palabras clave: Perú independencia, Regiones, Periodificación e Independencia, Rebeliones anticoloniales, Guerrillas en la Independencia Abstract Studies on Independence increases as we approach the bicentennial of the Creole independence of Peru (2021-2024). New studies reformulate already known historical facts and incorpórate new aspects of the process. This paper proposes a new way of approaching the study by taking into account two di[95]

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mensions that barely have been considered so far but have a great importance to better understand the whole process: the geographical factor (regions) and temporal (sequence) of the historical facts. Thanks to this innovation, we can better appreciate the participation of ethnic and cultural sectors as well as the regionalist trends over time and thus better assess the separatist process as a whole. Keywords: Peru Independence, Regions, Peridization and Independence, anticolonial rebelions, Guerrillas during Independence Introducción El tiempo y la geografía tienen una gran importancia en la historia. Esta verdad universal cobra mayor relevancia cuando debemos estudiar hechos que van cambiando de manera muy significativa en lapsos muy cortos y en espacios muy específicos. Esto es precisamente lo que sucede en la Independencia de los Andes y en este ensayo pienso mostrar la importancia de tener en cuenta estas dos dimensiones al momento de estudiar las acciones y las actitudes tanto del separatismo como del continuismo colonial. La idea central es establecer en qué momento y en qué lugar se tienen mejores o peores condiciones según sean los proyectos separatistas o colonialistas. Factores centrales Partamos de unas constataciones que nos permitirán enfocar mejor el problema. Primeramente, la separación no era ni fue en ningún momento algo ineludible o de cumplimiento imperioso. Es decir, el resultado no tenía por qué ser necesariamente la separación y esto se entiende mejor si consideramos que la separación fue una combinación de condiciones internas y externas, tanto económicas como políticas, tanto étnico-culturales como sociales, tanto ideológicas y mentales como culturales. La confluencia de estas condiciones es la 96 |

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que, digamos, determina el resultado en un momento y en un lugar dados1. Así, es fundamental conocer las opciones vigentes a lo largo del territorio y del tiempo en los Andes, pero también considerar los acontecimientos europeos que “envuelven” los hechos americanos. Siendo lo más importante lo interno, es sabido que la invasión napoleónica, las Cortes de Cádiz, la Constitución de 1812 y la nueva coyuntura liberal de 1820 (el Trienio Liberal) conforman el contexto en el que Iberoamérica se separa de las sus metrópolis (España y Portugal). En segundo lugar, una nueva constatación es que no se observa un solo proceso separatista, con un inicio, objetivos, fines y resultados. En especial, no fue un proceso acumulativo en fuerzas sociales y étnico-culturales, en regiones, etc. a través del tiempo. Lejos se debe estar de considerar los hechos como un solo torrente de acontecimientos conducentes a un fin, digamos, preestablecido de antemano e ineludible. Muchos esfuerzos intelectuales desplegamos buscando un líder o un grupo pequeño de líderes que nos expliquen las cosas en un mar de acontecimientos que aparentemente carecen de coherencia. Preferimos considerarlos como parte de un solo plan previamente concebido por un líder al que la gente empezó a seguir de manera cada vez más sistemática y que se coronará con el éxito luego de esfuerzos heroicos que eran de esperar según las premisas nacionales que los guiaban. De ahí la tendencia a ver las rebeliones del siglo XVIII como de indígenas y las del siglo XIX como criollas y mestizas. De ahí tam1

No se trata de partir de una premisa de que la independencia fue concedida u obtenida, sino de establecer la medida en que los factores internos y externos actúan para darnos los resultados que tenemos. La famosa discusión del sesquicentenario cumplió su papel de cuestionar la versión conservadora nacionalista y ayudó muchísimo a la búsqueda de alternativas (Bonilla & Spalding, 1972). El resultado han sido investigaciones muy importantes sobre la Independencia (O’Phelan, 1985). Sin embargo, creo que seguimos buscando resolver el problema de una manera dicotómica (concebida versus obtenida). Últimamente, se han reeditado los textos fundamentales del debate (Contreras & Glave, 2015) con miras a superar la discusión de cara al, ahora, bicentenario.

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bién la tendencia a tratar de responder clara y contundentemente si tal o cual rebelión fue o no fue separatista. Es necesario tener en cuenta la experiencia rebelde previa pero esto no implica necesariamente la existencia de conexiones entre rebeliones. Antes bien, las “lecciones” sacadas de una rebelión pueden haber sido totalmente contrarias a lo que se podría llamar influencias. Las rebeliones, motines, tumultos y conspiraciones previas fueron antecedentes pero no necesariamente movimientos precursores. Es decir, no por ocurrir antes se puede considerar que su función fue preparar el terreno para manifestaciones posteriores, ahora sí las “verdaderas” (Quiroz, 2012: 221-221, 243-244, 326-327, 346-348; Quiroz, 2015). En tercer lugar, una nueva constatación se refiere a la independencia tanto como una lucha separatista de España como una guerra interna. Si toda guerra externa tiene algo de guerra civil, con mayor razón cuando se trata de una guerra separatista pues los intereses diferenciados afloran todo el tiempo y en una medida que puede incluso hacer pensar que lo externo sirve de pretexto (o contexto) de enfrentamientos internos. En la independencia se manifiestan diversas tendencias que obedecen a intereses sociales, económicos, regionales, étnico-culturales, religiosos, ideológicos y políticos que hacen pensar más bien no en un movimiento separatista, sino en muchas manifestaciones entre separatistas y sociales, regionalistas y económicas, etc. que de manera simultánea se presentan complicando la situación y la comprensión del hecho histórico. De ahí también la necesidad de considerar la participación de grupos étnicos y culturales (indígenas, criollos, mestizos, negros, castas, etc.) pero también tener en cuenta que se trata de personas y grupos con posiciones sociales y económicas determinadas: campesinos, propietarios, trabajadores libres y esclavos. 98 |

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Creo importante, finalmente, señalar que existe un “agotamiento social” que se produce luego de un tiempo de gran actividad rebelde que ha sido derrotado. Inclusive, se podría hablar de un estado de profunda frustración cuando las cosas no salen bien luego de largos esfuerzos y, sobre todo, represalias especialmente crueles como las producidas en los Andes luego de varias rebeliones. Lo mismo puede decirse cuando los pueblos y regiones vecinas experimentan las represiones pues la insurgencia de unos pone en alerta a las fuerzas represivas así como la represión de unos desata temores en potenciales insurgentes. Por esto no debe extrañar que áreas anteriormente aguerridas queden en prolongados “silencios sociales” mientras otras áreas no afectadas por estos fenómenos se manifiesten de manera abierta (Quiroz, 2009). En consecuencia, este ensayo sostiene que los hechos de la independencia se entienden mejor si consideramos la participación de sectores sociales y étnicoculturales tanto en el tiempo como en el espacio. A continuación se exponen estos factores. Los Andes como escenario rebelde Todas las partes del virreinato son importantes pero debemos constatar que el centro neurálgico se encontraba en el llamado sur andino. La sierra central y sur del actual Perú, la actual Bolivia y el norte argentino constituyen históricamente la parte más importante (demográfica, económica, social y culturalmente hablando) de los Andes o del Perú de entonces. No la costa con su capital aristocrática, su escasa población y su limitada producción dirigida a la exportación, sino la sierra con su abundante producción agropecuaria, minera, obrajera, sus redes comerciales, su alta densidad demográfica. Parafraseando un dicho muy difundido, Lima entonces no era el Perú. Por consiguiente, cualquier manifestación social que se produjera en ese ámbito geográfico tendría desde ya una importancia mayor que manifestaciones en otros lugares. La separación efectiva debía darse | 99

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en ese espacio y no en otro. Ese espacio será llamado el sur andino en este ensayo. Así sucedió en diversas experiencias concretas a lo largo de las décadas previas a la separación política efectiva. Lima o el Callao podían declararse libres de España pero esto no pasaría de ser una declaración pues carecían de sustento propio y bastaba el cierre del puerto o de los caminos que los unen con la sierra para cortar su abastecimiento y condenar al fracaso cualquier intento separatista. No fue lo mismo un levantamiento o rebelión en, digamos, Tacna que en Tarija. La repercusión de un levantamiento en Tarma podría ser de nivel local, pero una rebelión en el Cusco de inmediato se hacía sentir en un área geográfica muy extensa. En realidad, las dos grandes rebeliones del sur andino (1780 y 1814) tuvieron repercusiones en toda la América del Sur. La insurgencia en Buenos Aires o Chile demostró ser especialmente frágil. Esas zonas periféricas no podían considerarse libres mientras que el centro del poder (el sur andino) estuviese bajo el mando español. De ahí las acciones fallidas de Buenos Aires por controlar el Alto Perú e incentivar la rebeldía en el virreinato peruano y, también, la necesidad que Buenos Aires y Chile tenían de incentivar la independencia del Perú. En buena medida, lo mismo puede decirse de la zona norte de Sudamérica. Por lo menos la parte sur del virreinato de Nueva Granada estaba expuesta a represalias procedentes del Perú. Ya dentro del virreinato peruano, no por casualidad la independencia de los Andes se sella en la sierra, donde las fuerzas del virrey estaban concentradas y no en Lima, donde la proclamación de la independencia en 1821 no cambió la situación del país de manera significativa. En realidad, las fuerzas del virrey pudieron permanecer de manera indeterminada en la sierra sur si el ejército bolivariano no subía a buscarlas. Con esto se entiende mejor el lugar secundario que tuvieran algunas manifestaciones en el contexto de las luchas que condujeron a la sepa100 |

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ración del país de España. No es que hayan carecido de importancia, pero sin duda su carácter “marginal” con respecto a la zona señalada como el centro neurálgico del virreinato hace que no resultaran en gran daño al sistema colonial (si acaso ese fue su objetivo). Así, la gran rebelión de Huánuco de 1812 no logra conmover tanto las bases de la dominación colonial como sí lo hicieron las rebeliones en el sur andino de 1780 y 1814. Tempestad en los Andes De otro lado, la cronología interesa para comprender la actuación de diversas manifestaciones sociales y/o separatistas. Este enfoque nos permite rechazar cualquier afirmación acerca de una supuesta acumulación de fuerzas a partir de las rebeliones anteriores con respecto a un supuesto objetivo final que sería la separación política. En el virreinato hubo decenas de manifestaciones de todas las dimensiones pero esto no quiere decir que la tendencia fue de crecimiento. La mayor parte de las manifestaciones hasta la gran rebelión de 1780 tuvo un carácter local y de reivindicación concreta en contra de lo que se consideraba abusos de autoridades o en contra del establecimiento (o el incremento) de cargas fiscales. Las manifestaciones de protesta se presentan de manera aislada en todo el territorio del virreinato. Desde mediados del siglo XVIII, sin embargo, responden a modificaciones del “pacto colonial” de co-gobierno entre los Habsburgo y los propietarios criollos (incluyendo a los curacas) hechas por las reformas que los Borbones implantan en sus dominios y con el recrudecimiento de las relaciones sociales en el país. Las medidas van afectando a sectores sociales y étnicoculturales de manera diferenciada pero sistemática y esto se traduce en un incremento de las manifestaciones y en la profundidad de las reclamaciones que las motivaban.

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El “pacto colonial” permite a la Corona española y a los propietarios coloniales disfrutar de un largo período de dos siglos sin rebeliones a pesar de la intensa explotación de la población indígena mayoritaria en los Andes. El “pacto” es consagrado por el virrey Francisco de Toledo en la década de 1570. Toledo impone las condiciones favorables a los propietarios indianos tanto en lo que respecta a la minería potosina y huancavelicana como a lo que concierne a la mano de obra. Las minas serán explotadas por particulares con la garantía de la mano de obra indígena bajo el sistema de mita y complementada con diversas otras formas laborales “libres” (mingados). Lo mismo es válido para las demás actividades económicas pues las haciendas, estancias, obrajes y ciudades tendrán dotaciones de mitayos que garantizan el funcionamiento de las empresas. Al igual que las minas, estas áreas tienen con mingados “libres” que acuden gracias a endeudamientos sistemáticos. Adicionalmente, las empresas rurales cuentan con yanaconas o trabajadores fijos gracias al uso que hacen de tierras de haciendas y ganado en las estancias. Esta mano de obra estaba “reducida” en pueblos en los que son controlados y administrados por sus curacas, corregidores y curas doctrineros. El “pacto” consiste precisamente en el control que los curacas ejercen y que los hace funcionarios coloniales imprescindibles de acuerdo al orden establecido por diversos gobernantes pero consagrado por el virrey Toledo. Los curacas cobran el tributo y ordenan los turnos de mita, organizan la salida de miembros de la colectividad (pueblos o reducciones) hacia los obrajes, estancias, haciendas y ciudades para trabajos eventuales. A cambio, los curacas reciben honores de poder político en sus localidades y facilidades para también usar el trabajo de los miembros de su comunidad para su propio provecho. Este orden tendrá una vigencia de dos siglos. En este lapso no hay rebeliones a pesar del altísimo nivel al que llega la explotación de la población indígena y mestiza. Es evidente que esta larga vigencia se 102 |

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debe a la conveniencia de su ejercicio para los propietarios y demás personas poderosas en la colonial. Explica, además, la imagen tan positiva que el virrey Toledo tendrá en la historiografía conservadora oficial peruana pese a haber sido parte de la desestructuración de la sociedad andina a través de la compulsión. En este tiempo, además, se incrementa el poder de los propietarios gracias a la “regularización” de la propiedad de las tierras usurpadas gracias a las composiciones de tierras, así como a los repartos de los corregidores, al acceso que tienen a cargos coloniales por compra (audiencias, cabildos, corregimientos, cajas reales, etc.), al ejercicio del contrabando y la evasión sistemática de impuestos, además de otros fraudes a la Corona. Los propietarios no tenían motivos de queja mayor, aunque nunca faltaron las propuestas de “mejoras” (arbitrismo) (Burkholder & Chandler, 1984). La situación cambia a partir de las reformas borbónicas que empiezan poniendo mayores controles en la corrupción, el contrabando, las evasiones pero sobre todo el cercenamiento del virreinato en 1740 (virreinato de Nueva Granada) y 1776 (virreinato del Río de la Plata) en territorio peruano. Los Andes centrales (1742-1760) Aunque por motivos no directamente relacionados con las reformas principales, las primeras rebeliones importantes se dan en la década de 1730 en el Alto Perú, pero quiero destacar la de la selva central. Iniciada en 1742 y dirigida por Juan Santos Atahualpa, esta rebelión será crucial para entender el comportamiento del centro del país en las coyunturas venideras. La zona rebelde está al margen del espacio geográfico señalado arriba como el centro del país, aunque sus repercusiones abarcarán la zona indicada. Este carácter de “periférico” hace del movimiento de los campas un hecho especialmente prolongado y difícil de resolver para ambas partes. Ni los rebeldes pudieron | 103

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controlar por mucho tiempo la sierra central ni las fuerzas virreinales pudieron derrotar definitivamente a los rebeldes. Hacia inicios de la década de 1760, puede decirse que la rebelión está siendo derrotada por no haber podido cumplir sus objetivos. Pese a esto, la rebelión tuvo repercusiones importantes. En el transcurso de la rebelión y en conexión con ella se produjeron dos hechos importantes en Lima y Huarochirí. En 1750 las autoridades virreinales desbarataron un intento de levantamiento de parte de la población indígena de Lima (olleros huarochiranos residentes en el barrio de Cocharcas). La conspiración descubierta se trasladó a Huarochirí donde una pequeña rebelión se llegó a producir, aunque fue aplastada por las fuerzas enviadas desde Lima. Una de las consecuencias de esta situación rebelde es que todo el centro del país ha de quedar vigilado de manera especial. En efecto, las autoridades imponen un mejor control sobre los curacas de la zona y establecen redes militares entre la sierra central (Tarma) y el Callao para vigilar el espacio vital de acceso a la ciudad capital (quebradas cisandinas desde Yauyos hasta Pativilca). No debe extrañar que todo el centro del país desde Huánuco y Tarma hasta Huamanga, y la sierra y costa de Lima guardase “silencio” durante décadas mientras que en la sierra sur era escenario de levantamientos mayores. Salvo el relativamente pequeño levantamiento de 1783 en Huarochirí, el centro del país permanecerá quieto hasta la llegada de la expedición libertaria de San Martín en 1820. Tampoco debe extrañar que la población de la sierra central haya tenido tal protagonismo en la contienda final: no se había visto afectada por las convulsiones sociales y étnicoculturales de 1780 y 1814 (Quiroz, 2009). El norte El norte del país es un caso especial. Con una población menos densa que el sur andino y más mestiza que indígena, el norte tienen menor 104 |

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incidencia los problemas que atañen al sur andino. Las manifestaciones en Huaylas y Huánuco muestran, de todas maneras, que esta parte del país no estuvo totalmente quieta, pero más hacia el norte sí podemos constatar que prevalece un orden social impuesto por los propietarios y las autoridades coloniales. Es probable que la orientación económica (comercio interregional) haya contribuido a la articulación social en la cúspide de la pirámide social y, por el contrario, a la dispersión en la base. Es probable también que las relaciones sociales no hayan llegado a extremos por ser de pequeñas y medianas dimensiones las actividades mineras y obrajeras que por lo regular en otras zonas provocaban situaciones de protesta. Las reformas borbónicas tuvieron aquí un efecto contrario al incentivar la producción de azúcar, algodón y, sobre todo, tabaco y quina. No debe extrañar, por tanto, que el norte se haya mantenido al margen de las grandes rebeliones y que a la llegada de la expedición libertaria de San Martín en 1820, más bien, se haya manifestado a favor de la separación bajo la dirección de la ciudad de Trujillo. Que no fue totalmente fácil, se evidencia con las manifestaciones a favor de la continuidad colonial en la sierra norte en 1821 (Otuzco, Cajabamba) (Aldana, 1999). El sur andino (1780) En el sur andino la situación es muy diferente. La década de 1770 es un hito central para conocer las actitudes de diversos sectores étnicoculturales y sociales. Es el tiempo de las mayores reformas en lo económico (comercio, aduanas, impuestos) que afectan a todos los componentes de la sociedad. El rompimiento del “pacto colonial” es un hecho que no podía soslayarse y lo más probable es que todos los sectores sociales hayan planteado salidas a una situación que ya se veía como insostenible. Sin embargo, no se llega al rompimiento. La rebelión que se veía venir termina siendo extremadamente violenta en algunos de sus compo| 105

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nentes. Si los mandos políticos de la rebelión del sur andino de 1780 pensaron en una separación con el apoyo de amplios sectores propietarios y populares, la rebelión resultante fue mucho más compleja de lo esperado. En realidad, se trató de varias rebeliones simultáneas, donde los comerciantes, los propietarios rurales y los campesinos tuvieron sus propias motivaciones y actuaciones. El desborde de masas campesinas indígenas no estaba previsto por los dirigentes criollos y mestizos propietarios y comerciantes, quienes detienen la lucha de manera abrupta y esto conduce al fracaso de la rebelión en el sur. Es conocido que Túpac Amaru no actúa solo. A su lado están personajes ya identificados como miembros de sectores medios y altos de los grupos propietarios y comerciantes criollos y mestizos (y hasta peninsulares) pero los hechos de la rebelión hicieron imposible conocerlos a todos. Las condiciones de la década de 1770 muestran que los sectores propietarios están muy interesados en un rompimiento con una metrópoli como España que se ha convertido en una intermediaria demasiado onerosa y demasiado intervencionista que rompe el largo tiempo de dominio y control de parte de los propietarios que evadían impuestos, practicaban el contrabando, se apropiaban de buena parte de la renta colonial en desmedro de la Corona y, de otro lado, usufructuaban los recursos y el trabajo de la población casi sin restricciones. Si el comercio en los Andes manejaba manufacturas importadas inglesas que entraban de contrabando por el Río de la Plata, los comerciantes de esa ruta (incluyendo al comerciante curaca Túpac Amaru y a sus compañeros de actividad) debieron entender que el rompimiento político no necesariamente debía romper los lazos mercantiles con Inglaterra. La frustrada rebelión de abril de 1780 en el Cusco muestra que los comerciantes no estaban solos en la búsqueda de alternativas. La rebelión de grandes y medianos propietarios de haciendas, obrajes y con intereses en minas y el comercio regional dirigida por Farfán de 106 |

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los Godos es detenida en su fase conspirativa. Este intento es clave pues muestra la disposición a rebelarse de esos sectores sociales y, además, la necesidad que esos sectores tenían de aliarse con los curacas para el intento. Los curacas son fundamentales para “levantar” a la población nativa y el abastecimiento de un ejército indispensable para enfrentarse a las fuerzas virreinales. En este caso, el “elegido” era Bernardo Tambohuacso, poderoso curaca de Písac en el rico valle sagrado de los Incas. La delación que interrumpió el levantamiento no impidió que se conocieran los planes claramente rebeldes en contra del régimen de sus participantes (Angles, 1975). Frustrado el intento, surge en la otra parte del Cusco la liderada por Túpac Amaru y que se extiende rápidamente por buena parte del sur andino. Los curacas rebeldes fueron capaces de levantar a una población campesina indígena y mestiza que de inmediato sale de su control pues tenía sus propias reivindicaciones. Luego de la masacre en Sangarará a escasos días de iniciado el movimiento, los propietarios criollos y mestizos se repliegan, mientras los líderes tratan de evitar mayores masacres en otros lugares y, en particular, en el Cusco hacia donde se dirige la población enardecida. Ahí se divide la dirigencia. Mientras algunos como Micaela Bastidas busca tomar la antigua capital del Tahuantinsuyu como acción que debería extender el movimiento, Túpac Amaru busca evitar la toma del Cusco donde probablemente residiesen sus aliados propietarios y comerciantes. Perdió tiempo pues al irse al sur permitió que los españoles se organizaran tanto en el Cusco como en Lima, de donde llegaron las fuerzas para defender el Cusco mientras las tropas de los curacas contrarios a Túpac Amaru se encargaron de derrotarlo. Los hechos no permiten conocer quiénes participaban de las ideas y planes rebeldes pues Túpac Amaru no habló en el feroz interrogatorio al que fue sometido. Las autoridades coloniales no buscaban que el curaca capturado confesase que era rebelde pues era más que evidente | 107

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y suficiente para aplicarle el castigo correspondiente a los delitos de lesa majestad. La inhumana tortura buscaba que Túpac Amaru señalase a los criollos que estaban de su lado. La Corona necesitaba saber con quién podía confiar y con quién no. Inclusive el propio obispo Manuel Peralta Moscoso estuvo bajo sospecha. Túpac Amaru probó ser muy leal a los suyos pero hizo un mal favor a los historiadores posteriores. Sin mayores disputas entre curacas como en el caso del Cusco, el Alto Perú presencia una lucha mucho más violenta. La Paz, Oruro y diversas poblaciones menores serán sitiadas y ahí se producen masacres que han llevado a reconocer una guerra de razas o castas. Costó mucho más esfuerzos y recursos aplastar las manifestaciones en el Alto Perú, cosa que se logra recién en 1783 (Walker, 2015). Las represiones fueron especialmente sangrientas. Un aspecto importante es que se reestructura el poder de buena parte del sur andino al restar y hasta eliminar el poder de los curacas para dárselo a autoridades sin base tradicional como los alcaldes de pueblos de indios (varayoc). No debe extrañar que a partir de ahí, en muchas partes del sur andino hayan sido los sacerdotes de doctrina quienes adquirieron el ascendente sobre su feligresía indígena. En rebeliones posteriores no serán los curacas los únicos capaces de movilizar a la población indígena pues esta labor será cumplida también por curas cuando sus propios intereses lo exigen (Cahill, 1984; Quiroz, 2006). Pero esto todavía habría de esperar. En efecto, tendrá que esperarse a una nueva coyuntura para tener nuevas manifestaciones rebeldes y eventualmente separatistas. El sur andino se sumerge en un largo “silencio” debido a las represiones a la población indígena y mestiza y al temor que los propietarios tendrán precisamente de esa población que había probado ser poco o nada controlable.

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Además, los acontecimientos revolucionarios en Francia y Haití constituyeron un “mal” ejemplo para Hispanoamérica y, en particular para el Perú. La libertad, la igualdad y la solidaridad no son recibidos de igual manera por los sectores altos y bajos de la sociedad. La época del terror es un factor que repele más que acerca… Resurgimiento andino Luego de más de 25 años de “silencio”, los Andes vuelven a convulsionarse con los eventos de la península tras la invasión napoleónica de 1808. Veamos los hechos en su vínculo entre la geografía y la temporalidad. A partir de la invasión de la Francia napoleónica a la península ibérica, surgen juntas de gobierno en ciudades como La Paz, Quito, Buenos Aires, Caracas y Santiago. No en el virreinato del Perú, todavía convulsionado por la rebelión de Túpac Amaru y Túpac Catari. El Perú prefiere esperar. Lejos de ser el virreinato de Fernando de Abascal (1806-1816) un régimen contrario a los intereses de las elites peruanas, creo que con Abascal la elite limeña y de otras ciudades del país tenía el régimen político fuerte que requería para garantizar la paz interna y externa en medio de una Sudamérica convulsionada por la insurrección. Con la caída de la monarquía en España, el virrey Abascal asumió la continuidad absolutista en el Perú. Los donativos realizados por las elites peruanas (en especial la limeña) por unos tres millones de pesos se dirigieron preferentemente a la defensa del virreinato (Flores Galindo, 1984). Abascal seguía siendo el representante de la metrópoli y su misión era preservar el Perú para España, no para los peruanos. Pero la política de Abascal había restaurado el Perú tal como fuera antes de las reformas borbónicas, sin las áreas norteñas (hoy Colombia) que nunca | 109

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estuvieron enlazadas de manera efectiva a la economía peruana ni las áreas sureñas (hoy Argentina). Si a esto se le agrega la inclusión en 1802 de Jaén y Maynas, el Perú volvía a ser el Gran Perú que las élites querían. En estas condiciones de seguridad y de recuperación de territorios, las élites peruanas (especialmente la élite comercial de Lima) bien podían esperar que su lealtad fuera recompensada con generosidad. Esto es, frente a las amenazas a la armonía social, económica, política y cultural del país, el mantenimiento del régimen colonial aparecía como la única garantía verdadera del orden establecido y, eventualmente, asegurar el retorno a la situación anterior a la puesta en marcha de las reformas. Así, gracias a su fidelidad, los criollos propietarios peruanos podían esperar, por ejemplo, un trato especial en el manejo comercial (monopolios de distribución en Sudamérica y permisos de comercio con otros países), en el pago de impuestos (eliminación de la alcabala y las aduanas interiores) y en los cargos administrativos y políticos coloniales. Podían esperar cierta autonomía o co-gobierno en el marco del colonialismo español (Hamnett, 2000; Mazzeo, 2012). No debe extrañar, entonces, que las élites criollas hayan jugado la carta española hasta el final. Inclusive, hasta luego del final en las fortalezas del Callao y en el Alto Perú después de la capitulación de Ayacucho. La disidencia criolla se redujo a tentativas que no pasaron de declaraciones doctrinarias en periódicos o conspiraciones sin mayor posibilidad de éxito, como la de Anchoris (Lima, 1810). Cualquier manifestación mayor requería la participación de la población indígena campesina y esto estaba fuera de los planes de las élites. Dos levantamientos se realizan en Tacna (1811 y 1812) y uno en Huánuco. En ambos casos se producen en zonas periféricas con respecto al “verdadero” Perú, el sur andino. Los intentos en Tacna, además, tuvieron un claro auspicio de los rebeldes del Río de la Plata que buscaban vencer a las fuerzas virreinales dirigidas por las élites criollas 110 |

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del sur andino para garantizar su propia autonomía. La rebelión de Huánuco fue mucho más genuinamente un levantamiento popular que, no obstante, no pudo salir del enclaustramiento regional y fue vencido por las fuerzas criollas del virreinato. La rebelión del Cusco iniciada en 1814 sí tuvo importancia. Lejos de ser un movimiento regional, se trata de una rebelión que abarca todo el sur andino. Aunque temerosos de las consecuencias sociales, los propietarios criollos y mestizos del Cusco que deciden iniciar acciones en contra del colonialismo, se vieron en la necesidad de recurrir a la población indígena para hacer frente a las fuerzas virreinales. Cádiz y las élites peruanas La transformación de la monarquía española en un régimen constitucional hizo variar por completo las bases de la organización de la sociedad al eliminar la separación entre las dos “repúblicas”: la República de Indios y la República de Españoles. Además y por otro lado, el régimen constitucional garantizaba libertades e igualdades para los criollos con respecto a los españoles peninsulares y esto resultaba la obtención de reivindicaciones largamente acariciadas por ellos. Sin embargo, las leyes de las Cortes de Cádiz y en especial la Constitución de 1812 no entusiasmaron a las élites peruanas. Les convinieron la autorización comercial con otros países, la igualdad de derechos entre americanos y peninsulares (15 de octubre de 1810), la libertad para las actividades agropecuaria e industrial, la igualdad de derechos para ocupar cargos, sin distinción de clases, categorías o castas (16 de diciembre de 1811). En cambio, las cortes dieron medidas que poco los satisfacían y, hasta, podían desfavorecerlos: prohibición de maltrato a los indios (5 de enero de 1811), libertad de comercio en azogue (26 de enero de 1811), libertad de imprenta (18 de abril de 1811), abolición de la mita y el reparto de tierras entre los indios (9 de noviembre de

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1812). De todas maneras, las medidas tendrán apoyo entre los propietarios provincianos y las élites intermedias de la capital. De otro lado, las cortes y la constitución crearon expectativas en diversas partes y diversos sectores sociales y étnico-culturales de Hispanoamérica que los criollos hubiesen preferido evitar pues los obligaba a batallar contra nuevas fuerzas. Se politizan los sectores medios y altos de la sociedad; en especial, gracias a los cambios en los gobiernos locales (ayuntamientos) y a las discusiones doctrinarias en los nuevos periódicos surgidos con la libertad de imprenta se politizan los sectores disidentes intelectuales, profesionales liberales y, hasta, aristócratas de alguna manera independientes de la élite de poder (Peralta, 2002). La última gran rebelión pan-andina Es precisamente la aplicación de la Constitución de 1812 la que provoca la gran rebelión del surandino de 1814-1816. Tal como sucede en la anterior rebelión pan-andina de 1780, esta conocida como de los hermanos Angulo y Mateo Pumacahua es en realidad la confluencia de varias tendencias (inclusive, tendencias encontradas entre sí). Sectores no elitistas de intelectuales, profesionales, funcionarios y propietarios criollos y mestizos del Cusco exigen la puesta en vigencia de la constitución pero también se aprecian actitudes regionalistas que ven en Lima a la “metrópoli visible o presente”. La jerarquía eclesiástica tenía diferentes motivos para participar pero es muy probable que los sacerdotes de base hayan tenido en mente la reforma del real patronato que favorecía a las altas esferas de criollos (Quiroz, 2006). De otro lado, los curacas o jefes étnicos buscan preservar sus privilegios ante la eliminación de la separación en dos repúblicas. En tal sentido, la participación activa de Mateo Pumacahua, curaca de Chinchero es reaccionaria antes que proactive. Los indios del común (campesinos, mitayos, yanaconas, pequeños comerciantes, etc.) persiguen 112 |

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la implantación de los derechos que les da el reformismo gaditano (eliminación de las mitas), pero con la conservación de su derecho tradicional a las tierras a pesar del liberalismo de las reformas y la Constitución. Esto es importante recalcar pues las interpretaciones que se centran en el papel jugado por los criollos dejan de lado el hecho de que los indígenas tuvieron también sus propias reivindicaciones. En efecto, lejos de haber sido arrastrados por sus jefes étnicos, políticos y eclesiásticos, los indios del común tuvieron una participación conciente en la lucha. En realidad, la rebelión es múltiple como lo fueran otras manifestaciones antes y después. Los criollos se manifiestan a través del cabildo secular o constitucional, el cabildo eclesiástico, la diputación provincial, la Universidad San Antonio Abad, los abogados constitucionalistas encabezados por el abogado Rafael Ramírez de Arellano y el clero patriota (dirigido por el obispo José Pérez Armendáriz). Se cuenta con la participación de rioplatenses en el exilio, como Manuel Hurtado de Mendoza, y hasta el sacerdote español Francisco Carrascón y Solá, deán de la catedral. La rebelión estalla en agosto de 1814 en la ciudad pero necesitaba del apoyo de la población indígena. Los propietarios temen las manifestaciones indígenas autónomas y hacen todo lo posible por evitar la participación indígena. Esto también explica el retraso del Perú en manifestarse en tiempos de la crisis española. Ya señalé que era imposible vencer a un ejército como el colonial español solo con las fuerzas criollas y mestizas. Había que buscar a un curaca aliado de confianza. A regañadientes, los hermanos José, Vicente, Mariano y Juan Angulo y otros líderes criollos y mestizos del movimiento deben recurrir a quien tenía la autoridad sobre una vasta población indígena que se necesitaba para poder hacer frente a las fuerzas leales a España: Mateo Pumacahua. Ha llamado la atención el viraje ideológico y político de un personaje que en 1780 fuera el puntal en la represión de la insurgencia del sur andino y que por esta labor recibe prebendas especiales | 113

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del régimen colonial. De hecho, en 1814 Pumacahua está en la cúspide de la sociedad colonial como presidente interino de la audiencia del Cusco. A él le toca recibir y hacer publicar la Constitución de la monarquía española y él se niega a hacerlo y hasta encabeza la represión en contra de quienes exigen su difusión y puesta en práctica. En estas condiciones, es muy difícil pensar en una “toma de consciencia” que signifique un giro tan grave en su pensamiento y su actuación. Más bien, tendríamos que pensar en una retribución especial. A cambio de su colaboración, Pumacahua recibió nuevos favores políticos y esperaba recibir otros más importantes en el caso que triunfara el movimiento (¿tal vez la corona de una monarquía constitucional independiente?) (Quiroz, 2013). Pumacahua era para ese tiempo un funcionario colonial de muchísima experiencia en el manejo político, cosa que no fue tomada en cuenta por los líderes del movimiento o, en todo caso, pensaron que podrían manejarlo. En efecto, a Pumacahua se le encomienda la mission menos complicada desde el punto de vista étnico-social: la expedición a Arequipa (mientras que la cusqueña, altoperuana y huamanguina quedaba reservada a líderes criollos y mestizos). En efecto, los rebeldes dividen sus fuerzas en tres expediciones: la principal expedición enrumba al Alto Perú al mando del cura Ildefonso Muñecas. Sin embargo, luego de algunos éxitos en La Paz, es derrotada por las fuerzas criollas leales a España. La segunda expedición se dirige a Huamanga y Huancavelica bajo el mando de Manuel Hurtado de Mendoza y Gabriel Béjar. Los rebeldes son detenidos en Huamanguilla y Huanta (zona de haciendas) y pronto esta expedición es vencida por los batallones de veteranos españoles Talavera y Concordia financiados por los grandes comerciantes de Lima. A pesar de esto, la rebeldía contra españoles y hacendados persistió en los pueblos indígenas de la región hasta el año 1816 (Sala i Vila, 1996: 231).

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Una vez retomada La Paz, Huamanga, Huancavelica, Andahuaylas y Abancay, las fuerzas realistas pudieron concentrar sus energías y recursos en contra de la tercera expedición, la dirigida a Arequipa al mando de Pumacahua y el jefe de la rebelión José Angulo. Arequipa tuvo también un grupo constitucionalista entre los criollos liberales y, ante la proximidad de los rebeldes cusqueños, se unieron al movimiento. De la misma manera, los pueblos de las zonas altas se sumaron al movimiento (Condesuyos, Chuquibamba, Viraco, Andahua, etc.). Los pueblos continuaron las acciones incluso después de la derrota en Umachiri el 10 de marzo de 1815 (Sala i Vila, 1996: 234-235). La batalla final fue por el Cusco, último reducto de los insurgentes. En el Cusco fueron detenidos y ejecutados los líderes sobrevivientes José, Vicente y Mariano Angulo, Gabriel Béjar, Pedro Tudela, Mateo González y José Agustín Becerra, además de muchos participantes de base. Esta una nueva experiencia de pacto entre indígenas, mestizos, criollos (e incluso algunos peninsulares) muestra las dificultades de este tipo de colaboraciones en manifestaciones sociales y separatistas. Lejos de consensos, los participantes manifiestan una considerable escisión en sus propósitos y expectativas. En especial, las rupturas se dieron entre los campesinos indígenas y los propietarios criollos ya que pronto afloraron diferencias irreconciliables en torno a las perspectivas sobre la propiedad de la tierra y la siempre presente distribución de la carga fiscal (tributos) que, al final de cuentas, harán fracasar al movimiento en su conjunto. Desde ya, en la zona rebelde siguió cobrándose el tributo (Calca, Tinta, Paucartambo y Quispicanchis), pero no en Huancavelica, Aimaraes ni Andahuaylas que escapaban del control directo de los líderes criollos cusqueños del movimiento. Nùria Sala i Vila (1996) documenta la participación indígena espontánea y organizada incluso luego de la derrota en Umachiri y el Cusco en 1815. Establece una mayor radicalización del movimiento hasta | 115

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avanzado el año 1816 en diferentes lugares del sur andino. Se trata de la continuación más radical en sus exigencias y acciones, pero fragmentado en los partidos de Abancay, Andahuaylas, Quispicanchis, Chumbivilcas, Tinta, Huancaé, Lampa, Azángaro, Apolobamba, Larecaja, Pacajes y Omasuyos a través de pequeños grupos de montoneros. Importante es el hecho de prevalecer las autoridades políticas (y no curacales) de las comunidades. Los hechos fueron extremadamente violentos. Estas acciones fueron reprimidas a sangre y fuego por las tropas realistas compuestas por criollos y mestizos, y hasta indígenas mismos, y distaron de ser solo prolongaciones de las manifestaciones de la rebelión de los criollos cusqueños de 1814-1815 (pp. 239-245). La independencia política Derrotada la última rebelión, los Andes ingresan a un nuevo momento de represiones especialmente crueles, un tiempo de temores por el desborde popular en todos los puntos de la rebelión y un tiempo de repliegue social. Como había ocurrido luego de la rebelión panandina de 1780, nuevamente los Andes entran a un “silencio” muy marcado, debido a un “agotamiento” social luego del fracaso de rebeliones y la cruenta represión virreinal que incluyó prisiones, expatriaciones, ajusticiamientos, prohibiciones culturales y de identidad étnica (Montoya, 2002; Quiroz, 2009). El hasta hacía poco aguerrido sur andino guarda ahora “silencio”. La parte más rica y poblada del país se sume en la pasividad, temerosa por el nuevo desborde popular mientras predomina la opción lealista de los propietarios criollos y mestizos en todo el país desde al menos Huamanga y Huancavelica hasta los confines sureños. Pero ha cambiado la situación en el centro (sierra y costa centrales) mientras el norte tampoco había sido tocado por la violencia de manera directa y en la magnitud de lo ocurrido en el sur andino. Aquí estaba precisamente la potencialidad de manifestaciones separatistas y sociales. Esto 116 |

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es precisamente lo que ocurre a partir de 1820 cuando desembarcan las fuerzas del general San Martín en Pisco. Es el centro y el norte del país el escenario de las batallas y decisiones que condujeron a la separación política. En efecto, el sur andino, la zona más rica y poblada del país es tomada por las fuerzas realistas del virrey La Serna al dejar en julio de 1821 la capital a las fuerzas de San Martín. En realidad, el virrey podía quedarse en el Cusco cuanto quisiese aprovechando los recursos humanos y materiales del sur andino, mientras que las fuerzas sanmartinianas quedaban en la costa controlando el mar pero con recursos restringidos de esta zona. Entonces, es posible afirmar que la Independencia efectiva se produjo a destiempo y fuera de lugar. Se da en la zona de menor movilización social y separatista en medio de un país que no salía de la impresión provocada por la última gran rebelión andina. Se da en un tiempo en que los diversos sectores sociales y étnico-culturales se hallaban desmovilizados. En estas circunstancias, los sectores medios propietarios criollos y mestizos asumen la iniciativa política y militar. Obligados a manifestarse, estos sectores difíciles de caracterizar con claridad serán los encargados de llevar adelante el proceso de separación en un país casi completamente desmovilizado y temeroso de cambios radicales en caso los campesinos indígenas volviesen a manifestarse de manera autónoma y sin control. El norte que no había experimentado grandes sublevaciones se separa casi de inmediato con la llegada de la expedición sanmartiniana y es la zona financiera más importante de las fuerzas separatistas. Además, claro, aporta contingentes peruanos a la lucha que parecía ser protagonizada por “extranjeros”. Sin embargo, es el centro del país el que entra en una guerra sin cuartel. La sierra y la costa centrales serán escenario de manifestaciones espontáneas de la población. Atrás quedaban las represalias que provocaron las rebeliones del siglo XVIII en el centro y, más bien, ahora las poblaciones encuentran una coyuntura | 117

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favorable para manifestar sus diferencias sociales que incluye el apoyo de las tendencias separatistas. Las fuerzas que traía San Martín fueron insuficientes para vencer por sí solas a los españoles en el Perú. Esta debilidad, sumada a la indecisión política, los resquemores y las desconfianzas, los enfrentamientos sucesivos de los llamados criollos en el Protectorado, se compensan con creces por la aparición de fuerzas dispersas y pequeñas pero que sumadas constituyen un ejército considerable: las montoneras que controlan la costa, las quebradas de la cordillera cisandina y la sierra central y que estaban convencidas de que su acción conduciría necesariamente a mejoras en las condiciones de vida en un futuro cercano (Vergara, 1973). Las partidas de montoneras (espontáneas) fueron transformadas en fuerzas más o menos regulares (guerrillas) por los jefes sanmartinianos. La forma concreta en que se da el conflicto armado da a las partidas de guerrillas una importancia crucial: una guerra larga, casi sin batallas entre los ejércitos, llena de enredadas disputas entre los líderes políticos y militares, etc. El principal peso de los enfrentamientos recae en los miembros de las guerrillas (de ambas tendencias), quienes tienen que realizar ataques de limitada importancia, siempre vigilados por los mandos superiores del ejército regular, cortan las comunicaciones, espían al enemigo, incentivan la deserción entre las filas contrarias, precedan a las tropas regulares, cubren las retiradas, etc. Se entiende mejor el papel de las guerrillas al observar que actúan casi exclusivamente en la zona central del país. Es decir, entre la locación del ejército “patriota” y el “realista”. El centro terminaba siendo el espacio que separaba ambos ejércitos y ahí debían actuar las partidas de guerrillas a fin de evitar que el rival lograse mejorar sus posiciones. En otras palabras, a la población levantada en armas por sus motivos sociales y coloniales (a favor o en contra), se la limita en su accionar a partir de la conversión de sus destacamentos (pequeños pero nu118 |

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merosos en su conjunto) en guerrillas ordenadas y limitadas en su accionar. Estas tropas eran, precisamente, la población del centro del país manifestándose en un tiempo en que el centro se transforma en el principal escenario de la guerra. El ejército libertador de San Martín no salió al encuentro de las fuerzas realistas y, por consiguiente, la guerra se prolongó mucho más mientras el virrey mandaba en la parte más rica del país sin ser molestado. Más bien, la situación se complica en las filas separatistas. A la salida de San Martín, los diversos sectores criollos en Lima asumen la conducción de la guerra pero sin resultados positivos y, más bien, se produce un entrampamiento que condujo a la llegada de Simón Bolívar y las tropas neogranadinas. La ventaja de Bolívar y Sucre fue que condujeron la guerra en la sierra y ahí es que vencieron a las fuerzas realistas. De esta manera, la independencia se da teniendo como escenario diferentes lugares a través del tiempo. Las regiones del país protagonistas de luchas intensas pasan después de derrotas y represiones a ser zonas en “silencio” tardando mucho tiempo en recuperarse. En estas circunstancias resultaba imposible que se diese un levantamiento en todo el territorio andino. Las más importantes, sin embargo, abarcaron el centro de los Andes y, por eso, remecieron los cimientos del dominio colonial (1780 y 1814). Sin embargo, la independencia se da en el lugar y en el momento menos indicados. Para 1820 los Andes estaban en “silencio” después de la derrota de la rebelión de 1814-1816, las represiones en contra de cualquier intento subversivo disuaden a quienes mantenían la convicción de la separación como una alternativa. De otro lado, los propietarios están conmovidos por la nueva manifestación de violencia desatada en el país y prefieren mantenerse bajo el dominio colonial, máxime ahora que el lugar que ocupa el Perú en el imperio español les es favorable y todo hacía pensar que podría incluso mejorar como | 119

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recompensa por la lealtad para con una Corona que en 1821-1826 ya había perdido el resto de sus dominios. Bibliografía Aldana, Susana 1999 Poderes en una región de frontera. Comercio y familia en el norte (Piura, 1700-1830). Lima: Panaca. Angles, Víctor 1975 El cacique Tambohuacso. Historia de un proyectado levantamiento contra la dominación española. Lima: Industrial Gráfica. Anna, Timothy E. 2003 La caída del gobierno español en el Perú. El dilema de la independencia. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. Bonilla, Heraclio 2001 La metáfora y realidad de la independencia del Perú. Lima: IEP Bonilla, Heraclio y Karen Spalding 1972 La independencia en el Perú. Lima: IEP. Burkholder, Marc A. y D. S. Chandler 1984 De la impotencia a la autoridad. México: FCE. Cahill, David (1984). Curas and social conflict in the doctrinas of Cuzco. 1780-1814. Journal of Latin American Studies (Cambridge) vol. 16 n. 2. Contreras, Carlos y Luis Miguel Glave (Eds.) 2015 La independencia del Perú. ¿Concedida, conseguida, concebida? Lima: IEP. Flores Galindo, Alberto 1984 Aristocracia y plebe. Lima, 1760-1830. Lima: Mosca Azul Editores.

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1987 Independencia y revolución. 1780-1840. Lima: INC. 2 tomos. Hamnett, Brian 2000 La política contrarrevolucionaria del virrey Abascal: Perú, 18061816. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. Lynch, John 1976 Las revoluciones hispanoamericanas, 1808-1826. Barcelona: Ariel. Mazzeo, Cristina 2012 Gremios mercantiles en las guerras de independencia. Perú y México en la transición de la colonia a la república, 1740-1840. Lima: Banco Central de Reserva del Perú, Instituto de Estudios Peruanos. Montoya, Gustavo 2002 La independencia del Perú y el fantasma de la revolución. Lima: IFEA, IEP. O’phelan, Scarlett 1985 El mito de la independencia concedida. Los programas políticos del siglo XVIII y del temprano XIX en el Perú y Alto Perú, Histórica (Lima) n. IX. Peralta Ruiz, Víctor 2002 En defensa de la autoridad. Política y cultura bajo el gobierno del virrey Abascal, Perú, 1806-1816. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Puente Candamo, José Agustín de la 2012 La independencia del Perú. Lima: Fondo Editorial del Congreso del Perú. Quiroz Chueca, Francisco 2009 Criollos limeños: entre el fidelismo y la separación (pp. 217233). En Juan Luis Orrego Penagos, Cristóbal Aljovín de Losada y José Ignacio López Soria (Eds.). Las independencias | 121

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desde la perspectiva de los actores sociales. Lima: OEI, UNMSM, PUCP. 2012 De la patria a la nación. Historiografía peruana de Garcilaso a la era del guano. Lima: Asamblea Nacional de Rectores. 2013 Las rebeliones del Cusco en 1814-1815 (pp. 63-90). En Hacia el Bicentenario de la Independencia. Actas del III Congreso Internacional: Vicente Morales y Duárez. Las Cortes de Cádiz. Lima: UNMSM. 2015 Las rebeliones “precursoras” y la historiografía (pp. 17-36). En Hacia el Bicentenario de la Independencia. V Congreso Internacional: Cusco, Pumacahua, los hermanos Angulo y los patriotas peruanos del sur. Lima: Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Sala I Vila, Nuria 1996 Y se armó el tole tole. Tributo indígena y movimientos sociales en el virreinato del Perú, 1784-1814. Lima: IER José María Arguedas. Vergara Arias, Gustavo 1973 Montoneras y guerrillas en la etapa de la emancipación del Perú. 1820-1825. Lima: Imprenta Salesiana. Walker, Charles 2015 La rebelión de Túpac Amaru. Lima: IEP

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FELIPE ÁLVAREZ: EDECÁN DEL LIBERTADOR, PIURA 18241 Felipe Alvarez: Liberator’s edecan. Piura, 1824 Raúl Adanaqué Velásquez Resumen Invitado por el Congreso Nacional, Simón Bolívar llegó a Perú el 1 de septiembre de 1823, en la nave Chimborazo. Aunque, fue investido con el mando supremo, él solamente acepta el comando militar. Cuando llegó a Lima, se encontró con una situación de anarquía que buscó rápidamente solucionar y resolver de esta manera la situación política y militar en el país. Para ello, tuvo un considerable número de asistentes como Antonio José de Sucre y varios representantes militares en diferentes regiones del país, algunos fueron enviados por Bolívar y otros fueron patriotas elegidos en la misma zona. El papel político y militar de los edecanes en el proceso de la independencia del Perú no se ha investigado ni incorporado en la historiografía de la independencia. Este trabajo se centra en uno de los edecanes, que representó a Simón Bolívar en la región de Piura, Felipe Álvarez. Álvarez llegó al Perú acompañando a Simón Bolívar, y permaneció hasta el 28 de febrero de 1824, fecha de su testamento, elaborado momentos antes de su muerte, y preparado por Manuel Rebolledo que era el notario público. Palabras clave: Piura, Independencia, edecán, Simón Bolívar, historiografía. 1

Unas primeras líneas fueron publicadas en la Revista Época. Actualidad Gráfica del Norte. 1992, Año XXVI, Nº. 251, mayo de 1992, página 27. Revista Piurana Impresa en Lima, con el título: “Felipe Álvarez, edecán del libertador”.

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Abstract Invited by the National Congress, Simon Bolivar arrived in Peru at September 1, 1823, on Chimborazo ship. Although, he was invested with the supreme command, he accepted the military command only. When he came to Lima, found a situation of anarchy that quickly sought to fix and to resolve in this manner the political and military situation in the country. For this, he had a considerable number of attendees as Antonio Jose de Sucre and several military representatives in different regions of the country, some were sent by Bolivar and other patriots elected in the same area. The political and military role of the aide-de-camps in the process of Peruvian independence has not been investigated nor incorporated into the independence historiography. This work focuses on one of those aide, who represented Simon Bolivar in the region of Piura, Felipe Alvarez. Alvarez arrived in Peru accompanying Simon Bolivar, and remained in Peru until February 28, 1824, date of his testament, elaborated moments before his death, and prepared by Manuel Rebolledo that was the public notary. Keywords: Piura, Independence, Adjutant, Simón Bolívar, Historiography. Introducción En medio de la convulsionada época independentista (1821-1824) donde cada sector social actuaba de acuerdo a sus intereses, el libertador Simón Bolívar llegó al Perú con un bien organizado ejército. Tuvo a su disposición una envidiable logística que hizo posible hacer cumplir sus órdenes en todos los rincones del Perú, donde se encontraban sus representantes militares. Su brazo derecho fue Antonio José de Sucre y bajo sus órdenes todo se cumplió. Algunos de sus representantes en lo político y militar fueron los edecanes. Las consecuencias de la independencia del Perú fueron manifiestas de diferentes maneras y actitudes de los sectores comprometidos, tanto hacendados, militares, religiosos, esclavos, campesinos, artesanos y otros 124 |

Felipe álvarez, edecán del libertador, piura 1824

enfrentados por la defensa de sus propios intereses. Consecuencias que terminaron en anarquía hasta el auge del comercio guanero y, según los historiadores, este periodo es denominado primer militarismo. En el caso de la costa norte y, en el específico de Piura, después de la independencia, podemos verificar una clara diferenciación de los momentos en los cuales la clase terrateniente propietaria de haciendas estuvo ávida por usurpar a las diferentes comunidades sus mejores tierras como en los casos de Morropón o Catacaos. Por otra parte, las comunidades campesinas aprovechaban los bandos dados por Simón Bolívar o Andrés de Santa Cruz, con los cuales denunciaban ante la justicia el despotismo y abuso de los terratenientes, reivindicando el derecho a sus tierras usurpadas. Lo que podemos apreciar es que los criollos estaban haciendo cálculos y actuando apresuradamente para asegurar su estabilidad política y social en la región. El edecán Felipe Álvarez fue natural de Barquisimeto, provincia de Caracas, Venezuela. Hijo legítimo de José Álvarez, contador de rentas y de Rosalía Salas. Asimismo, fue edecán de Simón Bolívar y como tal se hizo llamar en su testamento. El edecán se había desempeñado como asistente del Libertador en la campaña del norte. Jugó un papel importante en la batalla de Ibarra del 17 de julio de 1823, la única dirigida por Simón Bolívar en el actual territorio de Ecuador. En aquella oportunidad, y días previos al enfrentamiento militar, el Libertador había dispuesto que todas las tropas, parque, cargas y otros que seguían en camino de Mojanda y hacienda de Cochasqui, hicieran lo imposible por llegar al Cuartel General donde se finiquitaban los aprestos para el día 17 en que se desarrollaron las acciones bélicas2. 2

http://www.druzhba.eu/batalla_ibarra_varela_jara.pdf . Revisado el día 8 de octubre del 2014.

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Felipe Álvarez, estando en cama, dice en su testamento: “de la enfermedad que Dios nuestro señor ha sido servido darme, pero en todo mi acuerdo, juicio, memoria y entendimiento natural, y libre voluntad, creyendo como firme, y verdaderamente creo en el misterio de la santísima trinidad, padre, hijo y espíritu santo tres personas distintas, y un solo Dios verdadero, y en todos los demás misterios que tiene… declaro y hago mi testamento”.

Así, decía haber vivido como fiel cristiano de acuerdo a las enseñanzas de la Iglesia católica. Por eso, recurre implorando a la virgen María, los santos apóstoles San Pedro y San Pablo y, a los demás “santos y santas de la corte del cielo”, a todos ellos, especialmente a los de su devoción, para que Jesucristo perdone sus culpas y pecados. Cuando muera, su “alma salga de esta vida la lleve a gozar de su divina presencia para donde fue criada”. Todo este discurso era obligatorio y estar prevenido para “cuando llegue este caso temiéndome de la muerte que es cosa cierta a toda criatura viviente y su hora dudosa”, por eso era imprescindible ordenar su testamento de la forma que a continuación explicaremos. Primeramente, se encomienda a Dios El edecán encomendó su alma a Dios “padre que la crió, y a Dios hijo que la redimió, y a Dios espíritu santo que la alumbró con su gracia”. Pidió que su cuerpo vaya a la tierra de donde fue formado y, amortajado con el uniforme que fue de su uso. El cuerpo debía ser despedido con un entierro menor en la iglesia matriz de la ciudad de Piura. Para la conservación de los santos lugares de Jerusalén y Tierra Santa, redención de los cautivos cristianos en manos de moros, dispuso, por única vez, dar a las mandas forzosas medio real a cada una, apartando a todos los que por derecho y acción podían reclamar de sus bienes. 126 |

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Deudor Declaró ser deudor a José Palacios, mayordomo del libertador Simón Bolívar, ciento cuarenta pesos que le había dado a guardar. Dinero que pidió sea devuelto a su verdadero dueño. Acreedor En cambio José María Romero, comisario ordenador del ejército de Colombia, le era deudor de ochenta y dos pesos según se podía corroborar y constar en el documento que obraba en su poder. Libertad de esclavo En el testamento señala que era dueño de un mulato, su esclavo, nombrado Francisco. Dispuso que sea libre después de los días de su vida, como muestra de agradecimiento por haberlo atendido con fidelidad y buenos servicios. Bienes acumulados a. Primeramente, dejaba por sus bienes cuatrocientos sesenta pesos en dinero y cuarenta y cuatro onzas de oro. b. Asimismo, dejaba siete mulas de silla y una de carga, cuatro caballos, dos baúles con ropa de su uso. En relación a su ropa, disponía que se reparta entre sus dos asistentes: Tomás y Francisco Álvarez por ser así su voluntad. Reparto de sus bienes a. Ordenó que de las ocho mulas y cuatro caballos que dejaba declarados se den dos, la una de color pardo con la mejor silla y, la otra chiquita del mismo color (que se la obsequió el comandante Celedonio Medina, edecán del libertador Simón | 127

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Bolívar) se entregue a Josefa Suárez. La mula negra debió ser entregada a su asistente Tomás Álvarez. Otra mula parda y grande se le entregue al otro asistente, Francisco Álvarez. Al mismo tiempo, el caballo cano y grande se le entregue, cuanto antes, al comandante Celedonio Medina. Lo que quedare se contaba como sus bienes. b. Los ochenta y dos pesos, que le adeudaba el comisario José María Romero, sean cobrados por la referida Josefa Suárez y los tenga para sí por ser su voluntad. c. Usando de la facultad concedida por Real Cédula del 20 de enero de 1792, dispuso que sus bienes sean libres de inventarios judiciales. Por eso, su albacea testamentario solamente, haría una descripción de ellos para lo que pueda convenirle y facilitarle el cumplimiento del testamento. Nombramiento del albacea testamentario Luego de disponer sus pequeños bienes y para cumplir y pagar los gastos del testamento nombró por su albacea testamentario a José Ignacio Checa, coronel del ejército e intendente de la provincia de Piura, a quien le confiere amplios poderes para que luego de sus días entre en la administración de sus bienes y, si fuera necesario, le prorrogaba por ser así su voluntad. Herederos universales Después de cumplido y pagado todo lo expresado y lo que quedare de sus bienes, como remanente, es decir, muebles, raíces, derechos y acciones presentes como futuras, instituyó como sus únicos herederos universales a los expresados Tomás y Francisco Álvarez y a Josefa Suárez para que los gocen con la bendición de Dios y la del mismo testador en atención a no tener heredero forzoso ascendiente ni descendiente.

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Anulación de otros documentos Por éste último documento legal que es materia de la investigación, anuló todos los testamentos, codicilos, poderes para testar y otras últimas disposiciones que antes había hecho y otorgado por escrito o de palabra. Documentos decididamente anulados para que no sirvan o hagan fe en juicio ni fuera del mismo, salvo este legal documento que serviría para ejecutar su última voluntad. Siguiendo el procedimiento, el escribano Manuel Rebolledo dio fe de conocerlo y de estar en todo su entendimiento natural satisfaciendo con las preguntas y repreguntas de rigor que le fueron formuladas. Contestó a todas las preguntas y no firmó su testamento por el accidente, la agonía, que padecía. A su ruego firmó uno de los testigos Nazario García, Juan Bautista Otero y José Ildefonso Palacios. Ceremonia de entierro Luego de la confirmación de la legalidad del testamento y ya concluida su redacción, el testador fue “insultado gravemente” hasta el instante de seguir con la agonía de la muerte contando con la presencia de los testigos y del sacerdote fray Domingo Confides, de la Orden de San Francisco, que lo auxilió hasta el mismo instante que entregó su alma a Dios. Fue su voluntad ser sepultado con su uniforme riguroso de edecán y media bota. La ceremonia debió ser muy austera debido a los pocos bienes que describe en su testamento y los deja como herencia entre sus allegados. Palabras finales ¿Cuántos edecanes acompañaron a Simón Bolívar en nuestro país?, esta pregunta debería ser resuelta en posteriores investigaciones. El | 129

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mismo Felipe Álvarez nombra en su testamento al comandante Celedonio Medina, también como edecán. ¿Qué papel político y militar desempeñaron los edecanes en las distintas provincias y cómo se desarrolló su relación con las autoridades locales y familias poderosas? Esta temática seguirá generando preguntas que la investigación rigurosa absolverá. Por último, probablemente los dos asistentes, Tomás y Francisco, hayan sido sus antiguos esclavos y que en agradecimiento hayan mantenido el apellido Álvarez. En el caso de Josefa Suárez, debió ser una dama piurana que debió acompañarlo y asistirlo en su estadía por las tierras norteñas. Referencias bibliográficas Fuentes de archivo Archivo Departamental de Piura (ADPi.) (Archivo Regional de Piura). Escribano Manuel Rebolledo. 1824. Protocolo Número 8, folios 24-26. Fuentes bibliográficas Adanaqué Velásquez, Raúl 1992 “Felipe Álvarez: edecán del libertador” Revista Época. Piura, 1992, Año XXVI, N.º 251:27. Varela Ibarra, Amilcar 2012 Batalla de Ibarra. Ibarra-Ecuador. Chaquiñanes, agrupación cultural – FUNDEC, Fundación para el Desarrollo Educativo y Cultural.

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EL PATRIARCA DE JAMAICA Jamaica’s patriarch Elías Pino Iturrieta Resumen La Carta de Jamaica [Carta de Jamaica] es uno de los documentos más famosos de la Independencia de América Latina. Ella fue introducida desde el siglo XIX como la producción más importante de la época fundacional de nuestras repúblicas, pero a su vez, ha sido sometida a una exposición canónica, que no ha permitido captar la esencia de su contenido y subestimarla. Generaciones de historiadores y políticos posteriores a la guerra de la independencia fueron los responsables de convertirla en un monumento en torno al cual sólo se les permitió enfoques reverentes. Estos enfoques han impedido su correcta comprensión. Ahora, después de doscientos años, tal vez, podremos revelar sin restricciones sus ideas y expresiones. Palabras clave: Carta de Jamaica, Independencia, Simón Bolívar, República. Abstract One of the most famous documents of Latin America’s Independence is the Carta de Jamaica [letter from Jamaica]. It was introduced since the nineteenth century as the most important production of the foundational period of our republics, but as well, it has been subjected to a canonical exposure, which has not allowed capture the essence of its content and underestimate it. Generations of historians and politicians Post-war of independence were responsible [131]

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for convert it in one monument around which were only allowed reverential approaches. These approaches have been prevented his right understanding. Now, after two hundred years, perhaps, we will be able reveal without restrictions their ideas and words. Keywords: Carta de Jamaica, Independence, Simón Bolívar, Republic. Introducción Como el texto no solo se detuvo en los asuntos venezolanos, sino también en hechos e ideas relativas al resto de las sociedades que entonces hacían la Independencia, las compilaciones de su lectura, o más bien la manera superficial o acartonada de llevarla a cabo, no ha sido solo una característica nacional. Otros estudiosos y otros políticos de las repúblicas nacientes cayeron en el mismo curioso y supuestamente respetuoso análisis, para permitir que se escaparan muchos contenidos esenciales en beneficio de acercamientos superfluos. ¿Una compartida miopía antigua? ¿Una incompetencia digna de atención? No, desde luego. El culto del héroe fabricó una sola figura marmórea, en cuyo pedestal han depositado las sociedades de buena parte de la América del Sur sus aspiraciones. Cada colectividad desde su oratorio, se empeñó en la exhibición de un titán distinguido por un cúmulo de excelencias que se convirtieron en brújula del porvenir. Ese afán ha buscado la manera de presentar a un superdotado sin fisuras, orientado desde su incorporación en la vida pública en la búsqueda de la democracia social y de la felicidad de las masas. Pero no se trata ahora de pelear con los sacristanes de un conjuntos de confesiones republicanas, aunque ninguna ocasión es mala para demostrar el daño que le han hecho a un hombre extraordinario transformado en deplorable santón; sino solo de afirmar cómo han insistido en una abrumadora versión del pensamiento de ese héroe en la cual apenas caben aquellas presen-

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taciones dedicadas a venderlos como individuo de una sola pieza en cuya sensibilidad no cupieron las contradicciones ni los errores. Si ya está decretado, por ejemplo, que Bolívar fue un pensador ilustrado, un promotor de la integración continental y un político dedicado de preferencia a la defensa de los humildes, a la protección de los indígenas y a la liberación de los esclavos, son bienvenidos los análisis que apunten otra cosa. De allí la prevalencia de los estudios y comentarios que apuntalen una postura que quiere ser indiscutible. Lo demás resulta incómodo. No estamos, pues, ante posiciones provocadas por la superficialidad de quienes han sido y son sus portavoces, sino ante su empeño de que predomine una única luz sobre el personaje y sobre su tiempo. ¿Qué sucede cuando se demuestra cómo no fue siempre el titán, sino algo distinto y aún enfrentado a las lecciones de una sola cara que han copado la atención de millones de destinatarios a través del tiempo? Se está frente a un estorbo, ante un incordio que se debe evitar, en el mejor o más apacible de los casos. De allí que sean aceptadas las apologías y las repeticiones de las versiones fundacionales en la averiguación de las ejecutorias de quien deja de ser un protagonista de la historia para volverse maestro infalible y profeta preciso; y arrinconadas las otras. No dejan de ser subversivas, la verdad sea dicha. Tal es el punto que ha complicado la lectura de la Carta de Jamaica, sobre cuyos folios se intentará ahora una interpretación que pretende ajustarse a los que de veras contuvo y a las circunstancias que la rodearon. Del abismo a la vida Estamos justo frente a un documento capaz de presentar a su autor como un hombre que se equivocó y que se dispuso a remendar el capote antes de que se volviera una hilacha. Topamos aquí con un político pura sangre mientras dejamos de lado al ídolo hierático, mo| 133

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tivo suficiente para regocijarnos en el detalle que no hemos hecho mal como sociedad al tomarlo como paradigma. Vemos también así unos capítulos de su trayectoria, distinto de muchos posteriores pero a veces parecidos como gota de agua, razón harto válida para entender con mayor claridad los tumbos de las sociedades de las que formamos parte en la ocasión del tumbo que hoy nos corresponde. Por allí deben ir los tiros de la escopeta de los historiadores profesionales a estas alturas de la historia y de la evolución de la disciplina a la que nos debemos, ¿No es así? Detengámonos un poco en esto de los vaivenes y los zurcidos, a ver si tiene sentido. Entre 1812 y 1814, el Libertador ha escrito dos documentos de trascendencia y ha desarrollado conductas destinadas a destruir el experimento republicano que iniciaron los aristócratas de Caracas a partir de 1810. Los documentos son, como se sabe, el llamado Manifiesto de Cartagena (1812) y la Proclama de Guerra a Muerte (1813). Las conductas serán las que muestre a quien las quiera ver, cuando asuma la dictadura personal después de la culminación de una exitosa campaña militar iniciada en la Nueva Granada. En culminación de los papeles irrumpe contra la legalidad establecida por el Congreso 1811, debido a que terminó, de acuerdo con su parecer, en la creación de “repúblicas aéreas” que debían tocar tierra antes de perderse en un firmamento inaccesible. En el segundo propone una manera inclemente de aterrizar, mediante un holocausto de españoles y canarios que debía ofrecer consistencia a la revolución. Los papeles son el fundamento de una dictadura que fracasa estrepitosamente ante el fuelle de los ejércitos dirigidos sin contemplaciones por Monteverde y Boves con evidente apoyo popular, pero también por el malestar que surge entre comandos de insurgentes que no comparten la idea de un régimen tutelado por un solo controlador de la autoridad. El flamante Libertador justifica su mandato en las depredaciones de los realistas, que requieren inmediata contención, en la 134 |

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necesidad de evitar ramificaciones del mando en una situación de extrema urgencia, en la inoperancia del sistema federal creado por la Constitución fundacional y en el principio de la voluntad general, que toma de las ideas de la Revolución Francesa. Pero la voluntad general no manifiesta su apoyo, es la aguja perdida en un pajar de expresiones populares partidarias de la monarquía y de enconos de sus subalternos del ejército. Bolívar se ha manifestado de palabra y obra contra la fábrica de los hombres de su linaje, los mantuanos, y deben de poner pies en polvorosa fuga. En breve levanta la cabeza en la Nueva Granada, pero por poco tiempo. Pese a una cadena de victorias en el campo de batalla, topa con la antipatía de las elites militares y civiles de Cartagena. Solicita su apoyo para la toma de la fortaleza, pero los convidados no se quieren ver bajo su obediencia. Insiste en estériles conversaciones, ante las cuales no le queda otro camino que la renuncia de la comandancia después de leer pasquines críticos contra su gestión y aún sobre su papel de advenedizo. “Yo no tengo un duro, ya he vendido la poca plata que traje”, escribe cuando inicia. el destino incierto del Caribe inglés. Quizá le pese más el hecho de haber sido tratado como un meteco sin credenciales, él, un noble descendiente de los primeros pobladores de Venezuela. Quizá por eso se empeñe en un renacimiento cercano a familiares fuentes. Jamaica puede ser lugar hospitalario para volver a la vida, si se arrepiente de dislates anteriores y se presenta con compañía honorable. Un par de lápidas Dos memorias del pasado próximo son muy inconvenientes para el futuro escrito de la Carta. Le agobia, primero, un peso mayor que la falta de recursos económicos referida ante las noticias que han circulado en las posesiones extranjeras del vecindario sobre la matanza de españoles presos y enfermos en la fortaleza de La Guaira, que era, a la | 135

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vez, puesto castrense y rústico hospital. En febrero de 1814 ordenó la matanza de todos los peninsulares detenidos, sin ninguna distinción. La disposición condujo a un resultado espeluznante: ochocientos enemigos decapitados en el lapso de dos días, sobre cuyo sacrificio circularon detalles capaces de provocar consternación en las colonias británicas. Dispuso su Secretario de Estado explicara a los vecinos los motivos del holocausto, seguro como quizá estuviera de que sería mal visto por quienes supiesen de su ocurrencia. El Secretario se apresuró a enviar el texto a Trinidad y a Jamaica, para tratar de que allá se tragaran una pastilla demasiado gruesa. Pero también debe pensar en el alejamiento de sus raíces de blanco criollo, de su distancia de la cúspide mantuana y de la desgracia que ha sucedido a los de su estirpe, no en balde lo han conducido a un profundo agujero. Si en Venezuela ha ocurrido una revolución, es la que ha colocado a los canarios en el centro del poder bajo el auspicio del capitán Domingo Monteverde, quien se rodea de los más zafios “blancos de orilla” para humillar en sus antesalas a los blancos principales. Si alguien ha perdido influencia y poderío, es el antiguo barón de la tierra que en los años de la llamada “patria boba” ha padecido la agresión de la cuchilla de Boves. Si la Independencia significaba un trastorno, se observaba en el espectáculo impensable de las “castas” y los “colores” barriendo los espacios estamentales de la antigüedad. Una tragedia, ciertamente, el principio de una desaparición que lo tocaba de cerca y que él también había promovido cuando se puso a escribir de “repúblicas aéreas” en Cartagena, quizá sin imaginar que también sufriría las consecuencias de un aparatoso aterrizaje. Cuando parte hacia el Caribe, el Libertador es lo más parecido a un cadáver político. Fue la figura primordial de la Independencia, pero la Independencia sigue sin existir. Concentró mucho poder en su persona, pero se le ha escurrido de las manos como arena. Conserva la 136 |

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fama de sus primeras hazañas militares y la que le ha concedido el vigor de una pluma capaz de contar ya con abundantes lectores, pero no ha creado una reputación que lo invite a ufanarse. Al contrario, debe retocarla en breve para evitar el camino del cementerio al que parece condenada la causa republicana debido a los fracasos venezolanos y al retorno triunfal de Fernando VII a Madrid. ¿Va a permitir que lo derrote una realidad de la cual es responsable en buena parte? ¿Puede y quiere salir del agujero? Las letras de Jamaica son un prodigio en materia de sobrevivencia, la primera gran exhibición de las cualidades políticas que lo distinguirán en adelante y que nadie podía imaginar en su equipaje mientras vive en la desolación. Significan una rectificación de los pasos andados, pero también la expresión de un pensamiento que no dejará de acompañarlo cuando tome el poder. Aquí Bolívar no es el profeta distinguido y alabado por la historiografía patriotera, sino el atinado traductor de su circunstancia, y de las circunstancias de su clase social, mirando hacia el futuro. Son mucho los aspectos de interés que ofrece la Carta de Jamaica, desde luego, susceptibles de una revisión gracias a la cual se obtengan nuevos conocimientos, pero la proclamación de la necesidad de elevar a los blancos criollos a la cabeza de la revolución es de importancia primordial. Marca un punto de trascendencia en el ideario del héroe e invita a mirar con mayor atención la diversidad del pensamiento que expresó a lo largo de su carrera, aspecto que permitirá un entendimiento verosímil de lo que fue de veras el autor como líder de un proyecto que tendría que dejarle muchas cosas al futuro. De allí que, después de esbozar los comentarios que se han hecho, quizá capaces de promover una discusión profesional del documento y lecturas diversas sobre la Independencia en general y sobre una etapa de uno de sus artífices primordiales, convenga detenerse ahora en ese aspecto concreto. Vamos a eso, por lo tanto.

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“Nuestro contrato social” Pero, ¿a cuál fuente puede acudir un derrotado sin plata y con mala prensa? ¿Cómo puede mover el corazón de los ingleses, un órgano que necesita para respirar? Bolívar se convierte ahora en campeón de la tradición, es decir, de una historia en la cual había encontrado sustento el poderío de los mantuanos. Para el propósito tiene el recuerdo de una lectura reciente, la Historia de la revolución de la Nueva España escrita por fray Servando Teresa de Mier, un dominicano mexicano, como saben aquí todos, procedente de familia de abolengo. A ella acude para hablar de “nuestro contrato social”, como plataforma de legitimación de un nuevo señorío en América capaz de atraer el favor de los benefactores europeos que se necesitaban para derrotar a España. El emperador Carlos V, propone el Libertador, en Jamaica, inspirado en fray Servando, suscribió un contrato con los conquistadores españoles y con sus hijos para la administración de las posesiones de ultramar. El tal contrato daba a los descendientes del tronco peninsular una especie de control feudal del territorio, que fue aceptado por la Corona y por la sociedad a través del tiempo. Sin embargo, el pacto ahora ha sido traicionado por el monarca de turno al ceder los derechos territoriales a Napoleón, sin consulta de los interesados y faltando a un compromiso original e ineludible. La situación legitima la insurgencia de los interesados, de los perjudicados, de los que pierden sus prerrogativas históricas debido a una traición. En consecuencia, se levantan en armas para reclamar una especie de fuero sacrosanto. Estamos ante el argumento esencial que expone en Kingston, muy distante de las propuestas radicales del pasado y orientado a colocar en primer plano el rol de los blancos criollos. Pero también estamos ante una papeleta difícil de tragar, después de lo que ha escrito sobre la república incierta de sus antecesores y de las reacciones enfáticas que desarrolló contra ella. Seguramente la apreciación de tal apuro lo lleva a escribir un trabajo especial sobre 138 |

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el papel de la aristocracia, redactado mientras se ocupa de la famosa Carta con el propósito de darle argumentos a su cabriola. Se trata, como se sabe, del texto titulado Señor Redactor de la Gaceta Real de Jamaica, que escribe al unísono para apuntalar el boceto asomado en el documento principal. Allí pondera in extenso las cualidades de los propietarios tradicionales, a quienes presenta como benefactores de la sociedad y como protectores de las esclavitudes. Figuras paternales, criaturas alejadas de la codicia y de la maldad, debido a la descarada traición de Carlos IV son los llamados a la reforma de la sociedad partiendo de los derechos de administración que han tenido desde el período de la conquista. Se ha ahorrado en esta presentación las citas textuales por que el auditorio, familiarizado con el tema y los vocablos del documento que nos convoca en su bicentenario, permite esa libertad. No obstante, por la entidad del giro que ahora propone el autor y por las ideas que se tienen sobre cómo trató después el tema de la servidumbre en Hispanoamérica, conviene una repetición fiel de los que escribió entonces. Afirma el Libertador, Señor Redactor de la Gaceta Real de Jamaica, para la conveniente lectura de los ingleses: “El colono español no oprime a su doméstico con trabajos excesivos, lo trata como a un compañero, lo educa en los principios de la moral y de humanidad que prescribe la religión de Jesús. Como su dulzura es ilimitada, la ejerce en toda su extensión con aquella benevolencia que inspira una comunicación familiar. Él no está aguijoneado por los estímulos de la avaricia ni por los de la necesidad, que producen la ferocidad de carácter y la rigidez de principios, tan contrarios a la humanidad. El americano del sur vive a sus anchas en su país nativo; satisface sus necesidades y pasiones a poca costa. Montes de oro y de plata le proporcionan riquezas fáciles con que obtiene los objetos de Europa”. Por consiguiente, agrega: “El esclavo en la América vegeta abandonado en las haciendas, gozando por decirlo así, de su inacción, de la | 139

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hacienda de su señor y de una gran parte de los bienes de la libertad, y como la religión lo ha persuadido que es un deber sagrado servir, ha nacido y existido en esta dependencia doméstica, se considera en su estado natural como un miembro de la familia de su amo, a quien ama y respeta”. Otras cosas dirá y sentirá ante Petión en Haití, pero para los historiadores es fundamental la precisión temporal cuando se investigan los asuntos el pasado. Es evidente que un asunto tan digno de atención cuando se busca la creación de sociedades distintas y modernas, como es el de la abolición de la esclavitud, no está ahora ni siquiera en los rincones del programa, o en la letra pequeña del contrato. Todo lo contrario. Estamos ante un contenido esencial de los papeles de Jamaica, habitualmente escamoteado por los investigadores y los políticos que leen los documentos del héroe como si fueran evangelios. ¿Una visión hispanoamericana? De allí otro error, u otra curiosa imprecisión, que sobresale de la mayoría de las lecturas de la Carta hechas hasta ahora. En un fragmento muy trajinado del documento, Bolívar dice que “Nosotros somos un pequeño género humano”. Se ha desprendido de la afirmación la idea de que se está ante un documento que, por primera vez hasta entonces, hace reflexiones incumbentes a toda la sociedad que formaba el mundo colonial, es decir, a todos los hombres que emprendían los procesos de liberación frente a España. Pero, si se sigue la lógica del expositor, o se miran con fidelidad sus afirmaciones, topamos con una aseveración cuyo propósito no es panorámico, como se ha afirmado alegremente. El “pequeño género humano” que le preocupa solo está integrado por un elenco selecto de individuos, no en balde es un patriarca quien mueve la pluma ante los destinatarios británicos. Volvamos de nuevo a las referencias textuales. Primera: “Nosotros somos un pequeño género humano; poseemos un mundo aparte, cerca140 |

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do por dilatados mares, nuevo en casi todas las artes y ciencias aunque en cierto modo viejo en los usos de la sociedad civil”. Segunda: “ ... no somos indios ni europeos, sino una especie media entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles: en suma, siendo nosotros americanos por nacimiento y nuestros derechos los de Europa, tenemos que disputar estos a los del país y que mantenemos en él contra la invasión de los invasores, así nos hallamos en el caso más extraordinario y complicado”. La primera referencia se dirige a un conglomerado inmenso, pero en la segunda, que la complementa, lo que parecía general se vuelve parcial. El “pequeño género humano” no está formado por los indios, sino por otro tipo de personas que pudieran ser quienes integran el resto de la sociedad (los negros, los blancos principales y de orilla, los mestizos), si no los unificara el autor en el hecho de poseer derechos semejantes a los de los europeos. Como no han ejercido en América tales derechos los negros y los mestizos, o lo han ejercido de manera restringida, pudiera uno suponer que se refiere a los blancos, o a un cierto tipo de blancos, pues no todos disfrutaban a plenitud en la colonia los derechos provenientes de la legislación metropolitana. El texto utiliza los vocablos “especie media” para calificar a los americanos distintos de los indios. Tales vocablos pudieran referirse a los mestizos, pero no es así. Califican a las personas que, sin ser españoles peninsulares, han luchado contra el elemento autóctono por la posesión de la tierra. Hablan entonces, sin admitirlo expresamente, de los blancos criollos. Son ellos el “pequeño género humano”. Si se empeñan las cavilaciones sobre el fragmento, para detenerlas bastaría buscarle concordancia con la publicidad de las virtudes de la aristocracia que ventiló a sus anchas, en el hecho de que convirtiera a los blancos antiguos y a sus descendientes en titulares de un insólito “contrato social” que los obligaba a proclamar la Independencia. La identificación del “pequeño género humano” con las criaturas de su | 141

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estirpe, hace redondo el planteamiento de patriarca con el cual se presenta a buscar el auxilio de una potencia liberal que quiere evitar, en la medida de lo posible, la aventura de una sangría excesiva. Invitación Los detalles que se han planteado no son simples detalles. Se orientan a la confirmación del objetivo esencial de la Carta de Jamaica: la propuesta de un modo republicano de gobierno bajo el control del mantuanaje y con el soporte de un imperio liberal. Es la mejor carta que tiene el Libertador en el chamuscado mazo. Es la mejor credencial que puede mostrar después de un período de terrible combustión, no en balde coloca en primer plano la identidad y la probanza de un estamento de bomberos que ha hecho bien su trabajo durante trescientos años. En realidad es la única carnada que tiene para pescar en el mar de los ingleses. Resulta curioso que la mayoría de los investigadores del documento no hayan puesto los ojos en un asunto tan protuberante, es decir, tan fácil de captar y susceptible de aclarar aspectos esenciales del pensamiento de un líder trascendental en su tiempo y en la posterioridad. Tal vez ahora, cuando han pasado doscientos años, pueda desaparecer la miopía. Tal vez ahora captemos lo que se puede observar sin la ayuda del microscopio. Pero hay que leer otra vez y desde una perspectiva de actualidad la Carta de Jamaica. Es lo menos que merecen un documento célebre y sus destinatarios del futuro. No se fíen de los estudiosos habituales, ni de quien ha escrito la ponencia que ya termina. Para eso pueden servir los bicentenarios.

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A 200 AÑOS DE UN PROGRAMA INCONCLUSO LA CARTA DE JAMAICA: PROMOVIENDO UN NUEVO RÉGIMEN CONTINENTAL After 200 years of an unfinished program The letter of Jamaica: Promoting a new continental regime Raúl Chanamé Orbe “La unidad es la variedad y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo” Newton

Resumen Simón Bolívar es una figura única y conocida en todo el mundo, entre otras cosas, porque fue un predicador apasionado de una amplia gama de ideas que han demostrado su coherencia intelectual y de organización, además de su agudeza como un estadista. Para comprender adecuadamente el pensamiento de Bolívar es necesario el análisis de tres documentos clave: El Manifiesto de Cartagena; La Carta de Jamaica y El Discurso de Angostura. Bolívar se mostró preocupado por el futuro de América en medio de la realidad mundial de su tiempo. Bolívar como un buen racionalista planteó un diagnóstico que va de lo concreto (territorio, población, los bosques, la fauna, las materias primas) a abstracciones como las ideas filosóficas, políticas y legales (identidad nacional, de régimen político, el orden constitucional y la unidad continental). Palabras clave: Carta de Jamaica, Simón Bolívar, América, Estadista, Inglaterra. [143]

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Abstract Simon Bolivar is a unique figure and known throughout the world, among other things, because he was a passionate preacher of a wide range of ideas that have demonstrated their intellectual coherence and organization, and its sharpness as a statesman. To properly understand the thinking of Bolivar is necessary to analyze three key documents: El manifesto de Cartagena; La Carta de Jamaica and El Discurso de Angostura. Bolivar was shown concerned about the American future amid the global reality of his time. Bolivar as a good rationalist raised a diagnosis that goes from the concrete (territory, population, forests, fauna, raw materials) to abstractions as the philosophical, political and legal ideas (national identity, political regime, constitutional order and continental unity). Keywords: Carta de Jamaica, Simon Bolivar, America, Statesman, England.

La causa americana agoniza en 1815. Siendo derrotada la I y la II República venezolana, una vez más Simón Bolívar había sido vencido. La situación era desesperante: El general Pablo Morillo1, contraatacó desde el 25 de marzo con más de 13 mil hombres leales a Fernando VII, la Santa Alianza2 se había consolidado en Europa; ante esta realidad, Inglaterra con pragmatismo busca un acuerdo con esta alianza conservadora, la evasión de Napoleón de la isla de Elba amenazaba esta hegemonía3. 1

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El marino español Pablo Morillo fue un experimentado estratega de varias campañas en Europa, y comandante del cuerpo expedicionario que restableció la autoridad virreinal de España sobre Venezuela y Nueva Granada. Según Luis Alberto Sánchez: “Morillo desembarca en Venezuela en abril de 1815, mientras Bolívar se halla en Jamaica oteando el porvenir y preparando su próxima campaña”. Historia General de América. T. II, Lima, Ed. EMI S.A, p. 596. Pacto internacional impulsado por el zar Alejandro I de Rusia, tras la derrota de Napoleón Bonaparte, que adhirió originalmente a Austria y Prusia, posteriormente se sumarán la mayoría de monarquías cristianas de Europa. Fue dirigida por Clemente Metternich (1773-1859) con el propósito de mantener la hegemonía de Europa. Napoleón Bonaparte (1769-1821): En 1814 el emperador Napoleón fue depuesto y confinado en la isla de Elba; no obstante, en un acto audaz evadió a sus custodios el 1 de marzo

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La Carta de Jamaica: promoviendo un nuevo régimen continental

Bolívar llega fugado y solitario a Kingston, en Jamaica4, permanecerá 7 meses, tiempo suficiente para persistir y meditar de manera continental el porvenir de América ante los nuevos desafíos mundiales. Cuando llegó en mayo de 1815 a Jamaica, solo tenía 32 años, pero la agudeza del estadista, reta a Inglaterra a cumplir con sus tradiciones liberales para así abrir nuevos mercados por imperativos económicos y geopolíticos. Bolívar era un predicador febril: proclamas, discursos, cartas y manifiestos lo acreditan; su abundancia no es dispersa, sino orgánica y coherente, por ello comprender el pensamiento bolivariano exige el estudio de tres documentos fundamentales: 1. El Manifiesto de Cartagena (1812); 2. La Carta de Jamaica (1815) y 3. El Discurso de Angostura (1819). Hay tres preguntas permanentes ¿Para qué nos independizamos? ¿Después de alcanzada la soberanía, a qué aspiramos? y ¿Cómo nos insertamos potentes en el mundo? Para ello desde la filosofía política busca responder: 1. Cuál es el régimen ideal no para un país, sino para un subcontinente (República o Monarquía), 2. Independiente del régimen político, como preservamos la unidad continental (Congreso Anfictiónico); y 3. Garantizada la gobernabilidad, como nos insertamos en el protagonismos mundial.

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de 1815 y regresó a Francia donde estableció el reinado de los Cien Días hasta su derrota definitiva en la Batalla de Waterloo (1815), siendo confinado con severo resguardo en Santa Elena donde murió. Territorio insular de las Grandes Antillas en el mar Caribe. Fue descubierto por Cristóbal Colón en 1494, fue territorio español hasta 1660 en que los ingleses tras breve conflicto se apoderaron de sus tierras y bosques; los ingleses instalaron ingenios azucareros que colonizó con miles de esclavos, produciendo gran prosperidad económica en Kingston a inicios del siglo XIX.

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La Carta redactada en Kingston, es un análisis de una nueva realidad; i) Ha sido derrotado el proyecto napoleónico, ii) España, a pesar de la restauración fernandina, es un Imperio en decadencia; iii) Europa se subordina militarmente (no económicamente) a Inglaterra; iv) Sudamérica posee una tendencia irrefrenable, a pesar de sus ocasionales reveses, a la soberanía política y económica; y v) Inglaterra es cauta y hasta indiferente con la causa independista sudamericana, a pesar que le brindara: mercados, materias primas y estabilidad internacional. Por ello, la misiva lleva un epígrafe directo: “Carta a un caballero inglés que se interesaba por los asuntos de América”5. Bolívar, como buen racionalista, plantea un diagnóstico que va desde lo concreto (territorio, demografía, bosques, faunas, materias primas) hasta las abstracciones filosóficas, políticas y jurídicas (identidad nacional, régimen político, orden constitucional y unidad continental) Basándose en el análisis descriptivo de Alejandro de Humboldt (datos de 18046), establece que Sudamérica es un territorio más grande que Europa, a diferencia de esta, con amplias zonas inexploradas; con 16 millones de habitantes, donde existen puertos y ciudades pujantes (La Habana, México, Bogotá, Lima, Santiago, Buenos Aires, entre otras), cuya necesidad de comercio es una de las razones de la independencia; se pregunta si España con sus manifiestas limitaciones “¿Podrá esta nación hacer el comercio exclusivo de la mitad del mundo, sin manufacturas, sin producción territoriales, sin artes, sin ciencias, sin política?”7 5

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Bolívar conoce a Inglaterra directamente desde 1810, cuando fue comisionado por el Congreso de su país a comprar armamento, fue recibido por el marqués Wellesley, entonces Ministro de Negocios extranjeros. Nunca subestimó la importancia política e intelectual de los ingleses irlandeses. Entre sus hombres de confianza siempre hubieron talentosos súbditos de la Corona: su médico Moore, sus edecanes O’Leary, Fergunson o Wilson, y en su estado mayor el memorialista Guillermo Miller, por quien Bolívar sintiera admiración intelectual y militar. Según la cronología del libro de Alejandro de Humboldt (1989): Cartas Americanas (Compilación, prólogo, notas y cronología de Charles Minguet), Biblioteca Ayacucho, Caracas. En ese año “Humboldt se encuentra con Simón Bolívar en los salones parisinos”, p. 276. O’Leary (1883): Memorias del general O’Leary, T. I, Imprenta El Monitor, Caracas, p.295.

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Sobre la raza- o lo que hoy llamamos la identidad- El Libertador señaló: “…no somos indios ni europeos, sino una especie media entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles: en suma, siendo nosotros americanos por nacimiento y nuestros derechos los de Europa, tenemos que disputar éstos a los del país…” (O’Leary 1883: 298), y se plantea la paradoja de España pre-moderna secuestrada por la Francia moderna, los americanos tenemos que luchar contra los invasores de nuestros propios usurpadores “…así nos encontramos ante el caso más extraordinario y complicado” (O’Leary 1883: 298). Reivindica con orgullo y respeto a Moctezuma y Atahualpa –así como a los principales reyes o caciques nativos asesinados con alevosía– y establece una comparación con el trato recibido por los reyes cautivos Carlos IV y Fernando VII por Francia Napoleónica; mientras los primeros sufrieron maltrato, vilipendio y tormento, estos últimos (incluyendo a Napoleón Bonaparte en Isla de Elba) fueron tratados con dignidad por sus investiduras. Bolívar expresa respeto por nuestro pasado y censura por el trato recibido por los naturales, pues los castellanos ni con los vencidos tuvieron grandeza. Bolívar manifiesta que es imprevisible la evolución política, no obstante, ensaya las probabilidades de las regiones principales del subcontinente: México por su envergadura y riqueza debe ser una vanguardia8; Panamá y Guatemala una asociación básica por su ubicación; 8

“En 1828 y 1829, el general Bolívar encargó, a pedido mío, a Lloyd y Falmarc, un nivel exacto del istmo, entre Panamá y la desembocadura del río Changres. Después han sido tomadas otras medidas por ingenieros franceses muy instruidos y muy experimentados. Se adelantaron muchos proyectos de canales y ferrocarriles con represas y túneles, pero siempre en la dirección del meridiano, entre Portobello y Panamá, o todavía más al oeste, entre Chagrés y Cruces. Se descuidaron completamente en las orillas de ambos mares lo puntos más importantes del este y del sudeste. Mientras que esta parte no sea estudiada geográficamente por determinaciones exactas de latitud y de longitud cronométricas, que por otra parte, son fáciles de conseguir; mientras que, además no haya sido descrita hypsométricamente, según medidas barométricas, considero mal fundada y completamente prematural la opinión hasta hoy bajo todas las formas, que no es posible establecer en el istmo un canal oceánico (me refiero a un canal que tendría menos expresas que el canal Celedonio), y que no se llegará jamás a atravesarlo indistintamente durante todas las estaciones, con los mismos navíos que vienen de Chile y de la California, de Nueva

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Nueva Granada y Venezuela deben complementarse en la unidad que se llame Colombia y cuya capital se titule Las Casas, en homenaje al gran humanista; Buenos Aires debe superar sus disidencias internas, pues está amenazada desde el exterior, debe preservar en primer lugar su unidad; en medio del caos de su tiempo Bolívar avizora que Chile adelantará la estabilidad institucional: “Si alguna permanece largo tiempo en América, me inclino a pensar que será la chilena”( O’Leary 1883: 306) Percibe al Perú y analiza que a pesar de sus rebeliones nativas, nuestros país es la retaguardia de la Contrarrevolución: “El Perú, por el contrario, encierra dos elementos enemigos de todo régimen justo y liberal: oro y esclavos. El primero lo corrompe todo: el segundo esta corrompido por el mismo”. El Perú no es una solución inmediata, todavía es un problema continental en 18159. Sobre el régimen político ideal se muestra cauto y didáctico, la experiencia se abrió desde 1811, con la independencia de Venezuela para probar las carencias de la República y los límites de la Monarquía. Es necesario unirnos, respetando una pluralidad de regímenes políticos (unitarios, federales, republicanos o monárquicos), para garantizar la unidad regional. Mira los dos grandes modelos liberales: Inglaterra (Monarquía Constitucional) y EE.UU (República Presidencial) y concluye: “Una gran monarquía no será fácil consolidar: una gran república imposible” (O’Leary 1883: 307). Allí le surge la idea de un modelo inédito o híbrido: “Su gobierno podrá imitar al inglés con

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York y de Liverpool”. “… sería fácil establecer, durante algunos meses, sobre los dos mares, dos estaciones barométricas fijas y correspondientes, y comparar a menudo los instrumentos portátiles empleado en el nivelamiento preliminar, bien sea entre ellos, bien sea con los de las estaciones fijas”. “… Este asunto tiene tal importancia para el comercio mundial que no es posible obstinarse en mantenerlo en el estrecho círculo donde se lo ha encerrado hasta ahora”. Tomado de Alejandro de Humboldt. Op. cit., 247-248. Diez años después cambiará su punto de vista sobre el Perú: “Yo no veía a esta nación cundo empecé la carrera pública, ahora os la presento íntegra, gloriosa, libre y pacífica”. Bolívar: Carta a La Plata el 25 de noviembre de 1825. Tomado de Hipólito Unanue: “Obras Científicas y Literarias” (1975), T.I, Lima, p.VIII.

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una diferencia de que en lugar de un rey, habrá un poder ejecutivo electivo, cuando más vitalicio, y jamás hereditario si se quiere republicano” (O’Leary 1883: 306). En la Carta aparece el soñador de la unidad continental: “Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo” (O’Leary 1883: 307). Una década antes (1815) avizora la Cumbre de Panamá (1826)10: ¡Qué bello sería que el istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Para El Libertador la tarea inmediata es la independencia total, esta es la condición indispensable, es la premisa básica; la unidad continental debía ser el objetivo estratégico11, esta debía ser la conclusión lógica: aquel Estado-Continente debía ser nuestra contribución al pensamiento político, la revisión de las tesis de Montesquieu, la reinvención de las ideas de Polibio en América. Por ello, diseña el Congreso Anfictiónico de Panamá (1826), no solo como una unidad hemisférica, sino como base de la paz mundial: “Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, reinos o imperios, a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres partes del mundo” (O’Leary 1883: 307.). Este utopista, 10 Años después (1858) Carlos Marx escribirá un artículo criticado e inexacto: “En el año 1826, cuando su poder comenzaba a declinar, logró un Congreso de Panamá, con el objeto aparente de probar un nuevo código democrático internacional. Llegaron plenipotenciarios de Colombia, Brasil, La Plata, Bolivia, México, Guatemala, etc. La intención real de Bolívar era unificar América del Sur en una República Federal, cuyo dictador quería ser el mismo”. En Aricó (2010) “Marx y América Latina”, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, pp. 247-248. 11 Tras la Batalla de Ayacucho (1824), “Bolívar prevé que en toda américa no habría más de cinco estados con gravitación internacional: EE.UU (que poseía poco más de 1/3 de lo que hoy día ocupa y no había llegado al Océano Pacífico); México (que tenía territorialmente el doble de lo que es actualmente). Centroamérica (reunida como federación que debía integrarse desde Panamá hasta Guatemala), la Federación de los Andes (compuesta por los tres Estados Bolivarianos), Brasil (gobernado por la monarquía de lo Braganza), estos debían establecer pactos de buena vecindad en algunos casos, e integrados en otros, que fortalezcan, la estabilidad hemisférica ante cualquier amenaza extra continental.

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estaba concibiendo la Sociedad de las Naciones (1919) o lo que hoy es la Organización de las Naciones Unidas (1945). Esta carta no la hace un gobernante, un potentado, un filósofo o un general tras una batalla victoriosa; no, la redacta un militar que ha sido derrotado hasta el escarnio, que no posee ni siquiera un pedazo de territorio liberado, la hace un desterrado, confinado a la pobreza extrema –léase sus cartas pidiendo ayuda para su sustento–, aislado políticamente, tan débil militarmente, que incluso se le intentó asesinar en Kingston12. El ciclo revolucionario que empezó en 1810 en Sudamérica ha cesado un lustro después, Buenos Aires y Asunción resisten con esfuerzo la arremetida contrarrevolucionaria. Allí la importancia fundamental de la Carta de Jamaica para emplazar sin atenuante a Inglaterra –la primera potencia militar y financiera de 1815– y buscar llamar su atención sobre América (a la cual un visionario como Napoleón le prestó atención con la Constitución de Bayona de 1808), resaltando su importancia económica y geográfica; esta invitación a un pacto internacional entre el primer imperio del mundo y un mundo emergente, no le hace renunciar a su visión histórica : 1) No estamos derrotados, la victoria se ha postergado, el imperativo es la unidad para luchar sin tregua contra la restauración fernandina, 2) El respeto de la unidad continental, sobre la diversidad de los regímenes políticos a constituir, 3) La unidad regional nos permitirá acceder a acuerdos con los otros continentes y países y 4) Finalmente: la guerra, la unidad y el comercio recíproco no tiene otro fin que alcanzar la paz mundial, anunciada por Immanuel Kant en se célebre texto “Historia general de la naturaleza y teoría del cielo” (1755), como un imperativo categórico de la humanidad, que Bolívar hace suyo.

12 “En Kingston escapó difícilmente Bolívar de ser asesinado; y la circunstancia casual de haber cambiado de habitación con otra persona, fue la causal de haber cambiado de habitación con otra persona, fue la causa de que el puñal asesino se clavase en el corazón de uno de sus fieles compañeros en lugar de Bolívar” Miller, John (1975): “Memorias del general Miller”, Lima, Editorial Arica S.A, T. II, p.228.

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A doscientos años de escrita la Carta de Jamaica, queda pendiente en el subcontinente sus principales premisas de integración y paz.

Bibliografía Arico, José 2010 Marx y América Latina, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires. Humboldt, Alejandro de 1989 Cartas Americanas (Compilación, prólogo, notas y cronología de Charles Minguet), Biblioteca Ayacucho, Caracas. Miller, John 1975 Memorias del general Miller, T. II, Lima, Editorial Arica S.A. O’leary, Daniel. 1883 Memorias del general O’Leary, T.I, Imprenta El Monitor, Caracas. Sánchez, Luis Alberto 1987 Historia general de América. T II, Lima, Ed. EMI S.A. Unanue, Hipólito 1975 Obras Científicas y Literarias, T.I, Lima, p. VIII. Bolívar: Carta a La Plata el 25 de noviembre de 1825.

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LIMITACIONES ESTRUCTURALES DE LA HACIENDA PÚBLICA PARA LA DIFUSIÓN DE LOS BANCOS Y EL PAPEL MONEDA A INICIOS DE LA REPÚBLICA Structural limitations of public treasury to spreading of banks and early days of the republic

Luis Alberto Ponce Vega Resumen La presente ponencia intenta reconstruir la estructura económica que implementó el imperio español para los reinos y territorios que lo constituyeron, durante los Habsburgo y la Casa Borbón; destacando la configuración que adopta el sistema monetario; se identifican, igualmente, las características de la hacienda pública y se releva el rol de las transferencias realizadas entre los distritos fiscales que se establecen en las colonias americanas. Se reconstruye, asimismo, el sistema de intercambio comercial entre la metrópoli y las colonias de América y entre las colonias, destacando el rol jugado por el Consulado de Comercio de Lima. Estos rasgos estructurales y sus tendencias, son comparados con la evolución de la hacienda pública inglesa. Usando el enfoque de la nueva historia fiscal y el concepto de “Estado Fiscal” se identifican las innovaciones institucionales que transforman la hacienda pública inglesa durante el “largo siglo XVIII” (1689-1815), que culmina con la organización moderna que adopta su economía en el siglo XIX; es decir, en una economía basada en el sistema de recaudación de impuestos indirectos a cargo del gobierno, en el uso de la titulación y restructuración de la deuda pública (sin incurrir en la cesación de pagos) y luego en la emisión de bonos; así como en la [153]

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vigencia del papel moneda (basado en el patrón oro) y en un banco central a cargo de las finanzas del gobierno. Las innovaciones realizadas en la hacienda pública inglesa actúan como un “benchmarking” para mejor comparar el tipo de prácticas hacendarias vigentes en las últimas décadas del virreinato y las cuatro primeras décadas de la República. El contexto contradictorio, tradicional-liberal, en el que se desenvuelven los agentes que asumen la conducción de la hacienda pública del nuevo Estado peruano, explican la ausencia de innovaciones en materia de hacienda pública; es decir, de propuestas para poner al día los organismos y las prácticas hacendarias heredadas de la monarquía absoluta española. En este entorno, la entidad que organiza los aspectos fiscales y financieros del Estado republicano será el Tribunal del Consulado, gremio mercantil de origen medieval, que interviene en los temas de la hacienda pública desde la colonia y que se proyecta con fuerza en el siglo XIX, logrando impedir la adopción de los organismos e instituciones que conforman la hacienda pública moderna, según el modelo inglés. Palabras clave: Estado fiscal, hacienda pública, innovaciones, modernidad, impuestos indirectos, derechos de aduanas, recaudación privada, deuda pública, pensamiento tradicional, Consulado de Comercio de Lima, Tribunal del Consulado. Abstract In this paper, we try to rebuild the economic structure that the Habsburgs and the house of Bourbon implemented during the Spanish empire for their kingdoms and territories. It focuses on the monetary system configuration and characteristics of public finances and it expose the role of transfers made between taxing districts established in the American colonies. Also, the system of trade between the metropolis and the American colonies and among the colonies is reconstructed, highlighting the role played by the Consulate of Commerce of Lima. These structural features and its trends are compared with the evolution of the British public finances. It is used the approach of the new fiscal history and the concept of “Fiscal State” institutional innovations that 154 |

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transformed the British public finances during the “long eighteenth century” (1689-1815), and that culminating in the modern organization that adopts its economy in the nineteenth century; that is, in an economy based on the system of collection of indirect taxes by the government in the use of the degree and restructuring of public debt (without incurring the default) and then the bond issue; as well as the effect of paper money (based on the gold standard) and a central bank in charge of government finances. The innovations in the English public finance act as a “benchmarking” to better compare the type of current Mexican tax practice in the last decades of the viceroyalty and the first four decades of the Republic. The context in which the agents who conducted the public finances of the new Peruvian government was contradictory (traditional-liberal), and explains the absence of innovations in public finances; that is, proposals to update agencies and public finance practices inherited from the Spanish absolute monarchy. In this scenario, the entity that organizes the fiscal and financial aspects of the Republican State was the Court of the Consulate, merchant guild of medieval origin, which had interference in matters of public finances since the colony and continued strength in the century XIX, and achieved prevent the adoption of the organizations and institutions that would form the modern public finances, according to the English model. Keywords: state tax, public finances, innovation, modernity, indirect taxes, customs duties, private collection, public debt, traditional thinking, Consulate of Commerce of Lima, Court of the Consulate. Introducción La estructura de la hacienda pública, a inicios de la República, fue un subproducto de la implementación del imperio español en América. Ésta comprendió un sistema de comercio controlado entre la metrópoli y las colonias, con marcos institucionales que permitieron diversos grados de poder de mercado. Gracias a la abundante producción de plata de Potosí y Zacatecas se implementó, igualmente, un sistema monetario común en los dos grandes virreinatos en América, que giró | 155

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en torno al peso de plata o peso de ocho reales o “real de a ocho”, así como una hacienda pública de carácter medieval que perdura, con cambios menores, hasta las guerras de la independencia. Esta compleja estructura pudo consolidarse gracias al Consulado de Comercio de Lima, que jugó un rol clave en las últimas décadas del virreinato y las primeras de la República. La etapa colonial examinada debe ubicarse entre mediados del siglo XVII y las guerras de la independencia, período en el cual el imperio español entra en decadencia crónica que la aleja del predominio europeo y mundial, a pesar de los ingentes recursos de oro y plata que recibe de sus virreinatos de América. En el mismo período, Inglaterra inicia su raudo ascenso, que le permite ubicarse entre las grandes potencias europeas, gracias a las innovaciones fiscales y financieras que implementa en su hacienda pública, entre mediados del siglo XVII y mediados del siglo XVIII, que le permiten aumentar el ingreso público y financiar los enormes gastos militares por el predominio europeo. El creciente dominio naval que adquiere Inglaterra durante el siglo XVIII, puso en jaque a las reformas de libre comercio de la Casa Borbón en América, al permitirle capturar los navíos que remitían plata a España, al fomentar el contrabando en las colonias americanas y al bloquear los principales puertos de contacto con América, como Cádiz en 1797, obligándola a utilizar los buques neutrales para el transporte de la carga comercial. Estas medidas reducen el intercambio comercial entre España y sus colonias y aumentan el comercio intra-colonial y entre estas y los países avanzados de Europa (Fisher, 1997: 199). Conforme avanza el siglo XVIII, fue evidente que España no podía mantener más la integridad del comercio con las Américas o reordenar la hacienda pública española, menos aún en las colonias, cuyo atraso saltaba a la vista al compararla con las instituciones de la hacienda pública inglesa. Dio la impresión, entonces, que el imperio español en América sobrevivía más por la fuerza de la costumbre y la 156 |

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inercia, y por los celos mutuos entre los poderes europeos, que por cualquier fuerza interna (Humphreys, 1976:397-8). La experiencia inglesa A inicios de la República la situación económica no era buena. Las exportaciones per cápita y la recaudación fiscal per cápita de la primera década del siglo XIX (1800-10), solo pudieron lograrse nuevamente después de medio siglo, durante el apogeo del guano y sólo efímeramente, puesto que la República sólo pudo superar estos niveles en 1900 (Quiroz, 1993). En la frugalidad que vivía la hacienda pública, fue fácil lograr consenso para enviar plenipotenciarios a Inglaterra; vista como un nuevo Perú, como si su mercado de capitales fuera el equivalente de una nueva Potosí o una cornucopia de ingentes riquezas, de la cual obtener préstamos de fácil acceso. Para sorpresa de los enviados, el ingreso al mercado de capitales de Londres no fue difícil, de manera que los nuevos gobiernos de la independencia pudieron colocar dos emisiones de bonos en 1822 y 1825 (Marichal, 2014: capítulo1). Por lo tanto, cabe preguntarse, ¿qué transformación había ocurrido en Inglaterra, desde mediados del siglo XVII, que le permitió contar con un importante mercado de capitales, tan receptivo a los requerimientos de los gobiernos de las nuevas repúblicas sudamericanas? ¿Qué transformación había ocurrido en la esfera financiera inglesa para que sus operadores y participantes, percibidos como gente desconfiada, recelosa y sin corazón, adquirieran prontamente los bonos de las jóvenes repúblicas? Las evaluaciones de la historiografía nacional, realizadas por Drinot (2004), Carlos Contreras (2003), Cristina Mazzeo (2010) y Luis Ponce (2010), muestran los temas que capturaron el interés de los especialistas, resaltando la ausencia de evaluaciones de la hacienda pública, de fines del Virreinato e inicios de la República, comparándola explícitamente con la evolución de las instituciones, instrumentos y | 157

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entes de la hacienda pública inglesa. En la literatura revisada, Bonilla y Spalding (1972), señalan el tránsito de la dependencia formal española a una dependencia informal británica, sin referirse a los cambios de la estructura hacendaria de la República o a las innovaciones de la hacienda pública inglesa, que le permiten, entre la paz de Utrecht y el Congreso de Viena, colocarse a la cabeza de Europa. Logro sorprendente, si se considera que Inglaterra no disponía de oro ni plata, ni especies exóticas, ni estaba entre los países europeos con la mayor población o los mayores recursos productivos. La primera interpretación de esta sorprendente metamorfosis fue realizada por Peter G.M. Dickson (1967), quien sostuvo que el éxito del Estado inglés durante el siglo XVIII se explica por la revolución financiera implementada a partir de la deuda nacional inglesa; de considerable tamaño en relación a su producto bruto interno, cuya expansión y consolidación fue posible por la iniciativa y liderazgo del Parlamento, así como por la participación activa de los inversionistas privados que adquirieron los papeles de la deuda, y, por último, por el pago puntual de la deuda, posible por la recaudación creciente de los impuestos indirectos. Gracias al elevado financiamiento que obtuvo en el mercado financiero, el Estado inglés pudo sufragar las costosas guerras del siglo XVIII, con las cuales consolida su prestigio y supremacía. Según Dickson, el inicio de esta ola de innovaciones financieras coincide con la Revolución Gloriosa, de 1688, cuando William III recibe la Corona de Inglaterra; aportando las prácticas financieras que hicieron famosa a su nativa Holanda. En base a esta interpretación, North y Weingast (1989:805) sostienen que la nueva estructura constitucional implementada a partir de la Revolución Gloriosa, tuvo consecuencias económicas inmediatas. Si a principios del siglo XVII, las necesidades fiscales de la corona inglesa habían generado la expropiación arbitraria de la riqueza, el acuerdo constitucional establecido con la Revolución Gloriosa requería que toda extracción de ingresos y modificación de los acuerdos preexistentes debía contar con la aprobación previa del 158 |

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Parlamento. Este acuerdo también aseguró, igualmente, la independencia de los tribunales de derecho común, permitiendo que los jueces tuvieran la capacidad para mantener los contratos y asegurar los derechos de propiedad. Gracias a estos cambios, el gobierno llegó a ser solvente, logrando un nivel sin precedente de fondos. En sólo nueve años (1688-97), el endeudamiento público se incrementó en más de un orden de magnitud, aumentando sustancialmente la percepción del compromiso del gobierno para cumplir con sus acuerdos. Según North y Weingast (1989:830), “los cambios institucionales de la Revolución Gloriosa permitieron el impulso hacia la hegemonía británica y el dominio del mundo”. En tal sentido, ambos autores plantean que la implantación de un marco constitucional que limite la capacidad del gobierno para alterar las relaciones comerciales de las partes contratantes, era una condición necesaria para la creación de economías modernas (North y Weingast, 1989:801). Agregan, asimismo, que las consecuencias económicas de la nueva estructura constitucional fueron inmediatas, porque después de la Revolución Gloriosa no sólo el gobierno se convirtió en económicamente solvente, teniendo acceso a un nivel sin precedente de fondos. En sólo nueve años (1688-97), el endeudamiento público se incrementó notablemente, reflejando un aumento sustancial en el compromiso percibido por el gobierno para cumplir con sus acuerdos. (North y Weingast, 1989: 805). Por estas razones, estos autores sostienen que los cambios institucionales de la Revolución Gloriosa sostuvieron el impulso hacia la hegemonía británica y el dominio del mundo. Reforma Fiscal El concepto de revolución financiera propuesto por Dickson se difundió rápidamente, logrando contar con la simpatía del premio Nobel de historia económica, Douglass North (North y Weingast, 1989). Sin embargo, la investigación desarrollada a partir de la obra de Dickson, descubrió que las innovaciones financieras se sostienen y florecen | 159

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gracias a la reforma fiscal implementada, previamente, a partir de la guerra civil inglesa (1642 -1648); es decir, antes de la revolución gloriosa. En su libro, The Sinews of Power, de 1989, considerado como un hito de la historiografía especializada, John Brewer sostiene un argumento diferente al de Dickson, cuando afirma que el endeudamiento logrado por el Estado inglés sólo cubrió de 30 a 40 % del costo de la guerra en el ‘largo siglo XVIII’ (1688 a 1815) y que, más bien, el éxito del Estado inglés se debía buscar en el notable aumento de su capacidad para recaudar impuestos. A partir de entonces, los académicos empezaron a aceptar el término “Estado fiscal militar”, para referirse al Estado inglés. Patrick K. O’Brien (2002) también emplea el concepto de Estado fiscal, puntualizando que sus cimientos se erigieron a mediados del siglo diecisiete y, al igual que John Brewer, también relativiza la importancia de la Revolución Gloriosa en la asombrosa transformación del Estado inglés. Los programas de investigación puestos en marcha a partir del libro de John Brewer (1989) permitieron confirmar que la revolución financiera no habría sido posible sin la profunda reforma impositiva previa, impulsada a partir de la guerra civil inglesa. Un fruto no planeado de estos programas de investigación fue la nueva historia fiscal, en cuya difusión cumplieron un rol relevante Richard Bonney y asociados (1995, 1999) y Christopher Storrs y asociados (2009). Elaborando sobre la base de los planteamientos de un redescubierto Schumpeter (1918), los investigadores ubicaron una movilización coercitiva de recursos en muchas partes de Europa, durante los siglos XVI y XVII, que darían paso al “Estado fiscal.” Los estudios de la “nueva historia fiscal,” publicados por Richard Bonney y asociados, entre 1995 y 1999, sustentaron una original propuesta: estudiar a los sistemas fiscales en su más amplio contexto, incluyendo los aspectos constitucionales, políticos, sociales y económicos (Storrs, 2009).1 1

Estos estudios, en particular los de Boney, se remontan a la tesis de José Schumpeter, quien planteó en 1918 que los primeros países modernos transitaron, previamente, del

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Construcción del sistema inglés y la gran transformación En resumen, Inglaterra había venido construyendo su sistema hacendario desde la Guerra Civil Inglesa, cuando el Parlamento se empodera y establecen los impuestos indirectos como la fuente de ingresos más prometedora del fisco; estableciendo una impresionante organización estatal para recaudar los impuestos al consumo. Poco después, durante las tres guerras con Holanda, el Tesoro Público inicia la emisión de las Ordenes del Tesoro, instrumentos de crédito que pagaban intereses y que eran redimibles en sus fechas de vencimiento en el Exchequer (Ministerio de Hacienda), cuya suscripción estuvo restringida a financistas y comerciantes acaudalados. Estos documentos tuvieron éxito al remplazar, aunque muy lentamente, a los “tally sticks” (palos o tablas de madera partidos longitudinalmente por la mitad, con muescas que indicaban la cantidad adeudada), que eran empleados como dinero para pagar impuestos (Bolton, 2013). Poco después de la Revolución Gloriosa, se funda el Banco de Inglaterra, en 1694, mediante una cédula real que le permite emitir billetes bancarios en los alrededores de Londres, a cambio de otorgar un préstamo de largo plazo al gobierno por un millón doscientas mil libras esterlinas, estableciendo, de esta manera, la deuda nacional inglesa. El Banco funcionó como un banco privado, dedicado a manejar las cuentas del gobierno, otorgándole prestamos de corto plazo, intermediando las tarjas de madera y los documentos emitidos por el Exchequer, una actividad equivalente al actual manejo de sobregiros del gobierno en el mercado secundario de valores. Tomó depósitos y emitió billetes bancarios para financiar el comercio, aumentando el efecto de las monedas acuñadas en circulación. Administró, igualmente, los “Exchequer bills,” órdenes de pago del Ministerio de Hacienda y los bonos del Exchequer emitidos en 1696. Poco después, en 1711, se establece la South Sea Company que, de acuerdo a su Real Cédula, debía dedicarse al comercio con las colonias españolas de sud América y al comercio de “estado-dominio” al “estado fiscal.”

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esclavos. En la práctica, sin embargo, su tarea principal fue gestionar la creciente deuda pública del gobierno (Kindleberger, 1984). Entonces, hacia la década de 1820, cuando se empiezan a colocar los bonos de las repúblicas de América Latina, el gobierno inglés había consolidado un complejo sistema, que incluía al Exchequer (Ministerio de Hacienda) y al cuerpo de recaudadores de impuestos y de aduanas, que proveen al gobierno con crecientes ingresos públicos para pagar la deuda pública contraída. De otro lado, el Parlamento estaría encargado de garantizar el pago a los prestatarios del gobierno, en las fechas prometidas, mientras que el Banco de Inglaterra y la Compañía del Mar del Sur, se encargarán de colocar la deuda del Estado inglés entre el público, mediante operaciones de titulación y reestructuración de la deuda pública, sin incurrir en cesación de pagos (Quinn, 2008: 3). Contexto mundial Recién a inicios del siglo XIX, durante las guerras napoleónicas, los países europeos reconocen la superioridad de la hacienda pública inglesa y tratan de adaptar sus elementos más visibles, sin percatarse que eran elementos de un sistema socio-político integral, la monarquía constitucional, en el cual el Parlamento y los entes estatales de recaudación de impuestos jugaban el rol central. La adaptación europea fue larga y dolorosa, porque las monarquías absolutas, como la española, trataron de aferrarse lo más posible a sus viejos sistemas hacendarios, a sus regímenes fiscales tradicionales, a sus estándares monetarios y a sus instituciones financieras y no cedieron fácilmente a sus parlamentos atribuciones fiscales, de la deuda pública o la supervisión del pago puntual de los empréstitos soberanos, (Neal y Weidenmeir, 2003:484). En tal sentido, las reformas emprendidas por la Casa de Borbón constituían un tímido intento de adecuarse a las grandes transformaciones que sufría Europa, como parte de un proceso más 162 |

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amplio de cambios en la distribución del poder. No fue de extrañar que el atraso de las prácticas hacendarias españolas concluyeran en bancarrotas, estableciendo un récord: después de las seis bancarrotas declaradas entre los siglos XVI y XVIII, en el siglo XIX, España declaró siete repudios más de la deuda. De esta manera, desde 1800, España tomó el relevo de Francia en el liderazgo de las bancarrotas (Yun y Comin, 2011:18). ¿De qué magnitud de cambios estamos hablando? Según la obra clásica de Karl Polanyi, la Gran Transformación,2 fue durante los siglos XVIII y XIX que se modificaron las bases mismas de la civilización europea. Fue en esos siglos que se establecieron sus cuatro entidades básicas; es decir, el sistema de equilibrio de poderes, que permitió cien años de paz, desde las guerras napoleónicas hasta la primera guerra mundial; el patrón oro internacional y el mercado auto-regulado, que organizan el comercio internacional del siglo XIX y el desarrollo industrial y, finalmente, el Estado liberal, que se impone sobre el estado absolutista, como el modelo ideal a seguir. Más específicamente, al tratar sobre el establecimiento de la primera entidad básica mencionada, se debe señalar que entre 1814 y 1815, el vizconde de Castlereagh y el príncipe de Metternich configuraran el sistema de equilibrio de poderes en el Congreso de Viena, restaurando monarquías, donde poco antes habían existido repúblicas o imperios, a la vez, que recomponen las fronteras y el mapa político europeo, incluyendo a España y su imperio. Al establecer las bases del primer sistema internacional; no necesariamente justo o limpio, pero aceptable y visto como legitimo por las principales partes, es que se va a proporcionar un siglo de paz a las naciones (Kissinger, 1957). Por lo tanto, el mundo que van a encontrar los peruanos que arriban a Londres a solicitar el primer empréstito de la República, va a ser más sorprendente y nuevo que el que en su momento encontraron los primeros europeos que arribaron a América. 2 Publicada originalmente en 1944.

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Virreinato y República: la herencia colonial La revisión de la experiencia inglesa proporciona un marco para evaluar a la hacienda pública peruana, permitiendo visualizar las severas restricciones que enfrentaron los agentes económicos; cuando se fragmenta el espacio comercial común y se disgrega el sistema monetario (marcando el fin del sistema monetario común), a la vez que se interrumpen las transferencias fiscales internas, dirigidas a Lima, y se concluye con las externas, dirigidas principalmente a Buenos Aires, Chile y Panamá, con los efectos consiguientes. Sin embargo, el Consulado de Comercio de Lima logra sobrevivir a esta fragmentación masiva, logrando imponer, con mano severa, las viejas prácticas del monopolio comercial y del manejo de la hacienda pública. El Sistema Monetario El Estado virreinal que hereda la República peruana fue parte de una organización política superior, el imperio español, que establece un sistema monetario común, basado en el peso de plata o “real de a ocho”. Gracias a los depósitos de plata de Potosí en el Alto Perú y de Guanajuato y Zacateca en México, a fines del siglo XVIII, la dinastía de los Habsburgo convierte al peso en la moneda más solicitada en los cinco continentes, convirtiéndose en la primera moneda de circulación internacional (Ruiz Trapero, 2005). Igualmente, según García (2006:243), el real de a ocho circuló en el mercado interior de las colonias en América,3 funcionando como una unión monetaria (Irigoin, 2006). Esta unión fue afectada, irremediablemente, a partir de la década de 1780, cuando se agudiza la tensión financiera y política causada por las guerras napoleónicas, cuando se abren las puertas al contrabando 3

Cuando se considera todo el período comprendido entre 1500 y 1750, de México y Perú provino más del 80% de la producción mundial de plata que osciló, en las mismas fechas, entre las 40.000 y las 70.000 toneladas. (García, 2006: 244)

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y se dificulta el comercio y la acuñación y distribución de los vitales pesos de plata; cuando estallan las revueltas que conducen a la independencia de la América española. A partir de entonces, la unión monetaria se fragmenta y cada república debe resolver su problema monetario. En México se continuó con la producción de pesos de buena calidad, pero no ocurrió lo mismo en Colombia y Bolivia; mientras que en Argentina se introdujo el papel moneda, junto con la acuñación de monedas de plata. En última instancia, la coexistencia de diversas monedas y billetes de papel en la antigua área común colonial, tuvo efectos económicos y sociales adversos al fomentar conflictos regionales y desorden político durante la construcción de las repúblicas (Irigoin, 2006).4 Sistema Fiscal Durante el siglo XVIII y XIX, el Imperio Borbón no operó como un estado-nación unificado y “moderno”, sino como un conglomerado de unidades territoriales relativamente independientes, en el cual el sistema fiscal vinculó a los gobernantes con los súbditos. (Grafe e Irigoin, 2012: 614) La recaudación estuvo fragmentada desde el punto de vista jurisdiccional, en un gran número de autoridades de recaudación de impuestos, a cargo de 35 “cajas”. Sin embargo, en la década de 1780 el número de distritos con tesorería se duplicó, pasando de 35 a 72 cajas. Sin embargo, no todas las cajas operaron de manera similar. Para uno de cada cuatro de los 72 distritos con tesorería, la principal fuente de sus ingresos fueron los fondos transferidos desde otras cajas, conformando una enorme red de transferencias intra-coloniales. (Grafe e Irigoin, 2012: 618) 4

En la misma España, la era del peso de plata concluye en 1864 y en 1869, cuando es remplazada por el escudo y la peseta, respectivamente. De la misma manera, su evolución monetaria la aleja de los metales preciosos, cuando adopta la primera forma de papel moneda, los vales reales, en setiembre de 1780, e ingresa al experimento del Banco de San Carlos dos años después; hasta que, finalmente, emite su primer papel moneda con valor expresado en pesetas, el primero de junio de 1874. (Foville, 1898:6)

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Desde el punto de vista del gasto, existió una importante diferencia entre el gasto total per cápita y el gasto neto per cápita; es decir, los dineros recaudados en un área fueron gastados fuera de las áreas de las cajas de origen. Por ejemplo, la mitad del dinero registrado como gasto en México fue invertido en cualquier otro lugar del imperio, menos en México. En el Alto Perú, la recaudación tributaria absoluta per cápita no fue particularmente elevada, pero el imperio desvió la mitad o más de la mitad de los gastos a otros distritos fiscales. En tal sentido, al clasificar las 72 cajas de la década de 1780, de acuerdo con sus gastos, Grafe e Irigoin (2012: 617) encontraron que la mayoría de ellas tuvieron gastos mínimos, en términos per cápita; mientras que un segundo grupo gastó entre tres y cinco pesos per cápita. Sin embargo, el último grupo concentró a los grandes gastadores per cápita, donde figuraba Potosí, Lima y Buenos Aires, sugiriendo que, en general, los centros comerciales del imperio fueron beneficiados con este sistema de transferencias. En el contexto de esta red de cajas interrelacionadas, se ubican los “situados”, recursos monetarios que el Imperio español asignó a unas cuantas áreas estratégicas, a fin de financiar los presidios, tropas, fortificaciones o los buques. Estos fondos fueron aportados por las cajas matrices de los virreinatos del Perú, de Nueva España y posteriormente, de Nueva Granada. A pesar que constituían pagos entre dos distritos de la tesorería colonial, a fines del siglo XVIII, los “situados” fueron administrados por mercaderes, que utilizaron sus redes comerciales para realizar estas transferencias, beneficiándose del uso de los dineros fiscales, como si fueran capitales de corto plazo. (Grafe e Irigoin, 2012: 614) A diferencia de la práctica europea, donde usaron documentos financieros para transferir los fondos de un lugar a otro; en el sistema de “situados”, los comerciantes no siempre transfirieron los fondos en la forma de letras de cambio o dinero. Por el contrario, frecuentemente convirtieron los “situados” en mercaderías que serían

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vendidas posteriormente o pagadas en el punto de destino. (Grafe e Irigoin, 2012: 621) Según Grafe e Irigoin (2012:624), el sistema de redistribución de ingresos intra-regionales adquirió vida propia a fines del siglo XVIII, cuando los “situados” lubricaron el comercio en el Imperio y entre las regiones coloniales, logrando establecer el control de las elites locales sobre los ingresos y gastos. Al actuar conjuntamente con el sistema de los “situados”, la operación de las cajas condujo a una fuerte concentración del gasto en unas pocas regiones, favoreciendo a los grandes puertos comerciales, como Veracruz, Buenos Aires, La Habana y Cartagena de Indias y Montevideo, Lima (Callao) o Santiago (Valparaíso), en un menor grado. Al efectuar una redistribución masiva de los ingresos, los “situados” aumentaron la renta per cápita, en especial, la de los puertos orientados al comercio de ultramar, en un margen considerable, incrementando la demanda de esas grandes aglomeraciones. Igualmente, dada la importancia que adquirió la gestión privada del sistema fiscal, los “situados” cumplieron una función del sector financiero; canalizar (la liquidez) hacia las regiones y sectores de más rápido crecimiento; con lo cual, los comerciantes pudieron financiar el comercio entre los puertos y el interior de las regiones, relajando las restricciones de liquidez para las empresas comerciales. Al utilizar las transferencias para financiar el comercio interregional, las elites regionales se beneficiaron en el proceso. Se estima que tal vez alrededor de un cuarto a un tercio de los ingresos que debían ser transferidos, nunca llegaron a su destino, porque los comerciantes y transportistas utilizaron esta liquidez adicional para sus propios fines, imponiendo también considerables costos de transacción. Finalmente, en la medida en que el sistema fiscal estaba basado, en gran medida, en los impuestos al comercio y al consumo, el sistema intracolonial de transferencia de ingresos permitió ampliar la base fiscal para la recaudación (Grafe e Irigoin, 2012: 624-5). Por lo tanto, cuando las guerras de la independencia y la instauración de las | 167

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Repúblicas en América ponen fin al sistema fiscal del imperio, estas transferencias cesaron automáticamente, favoreciendo a las cajas que remitían los excedentes fiscales y afectando a los sectores privados que habían usado estos recursos. El Consulado de Comercio de Lima La denominación de consulado, típica institución del Antiguo Régimen, se dio a las agrupaciones —de una ciudad o de una nación— de personas relacionadas con las actividades del comercio internacional, bajo jurisdicción privativa como asociaciones o compañías privilegiadas, que se conforman desde la baja edad media desapareciendo a finales del siglo XVIII. La experiencia ganada con el nombramiento de cónsules en el extranjero y con la Universidad de los Prohombres de Ribera, en el reino de Aragón, dio lugar una institución distinta, el consulat de mar, organismo dual que comprendió a la corporación de mercaderes y navieros, para defender sus intereses económicos y a un tribunal, llamado tribunal del consulado, para dirimir disputas mercantiles. Este era un sistema de justicia comercial expeditivo, basado en informes verbales, sin abogados, en el que los precedentes y las costumbres eran importantes, en líneas similares al sistema legal inglés de ley común (Bernal, 2013:255). Cuando el gremio de Sevilla constituye su Consulado o Universidad de mercaderes de Indias, en 1543, estaba listo para organizar con la corona, un monopolio comercial compartido5 (Bernal, 2013:255). Operando desde la Lonja, el consulado de Sevilla extendió su influencia a los dos centros virreinales, a México, en 1592, y a Lima, en 1593, otorgándoles la parte americana del monopolio comercial, en las ferias anuales en Jalapa y Porto Bello. Sin embargo, si bien es cierto que la real cédula que establece 5

Por el modo en el que los consulados se desarrollaron en Castilla, en su acepción original, el término “consulado” designó al tribunal mercantil, mientras que “universidad” fue el vocablo utilizado para referirse a la comunidad o corporación de comerciantes. Ver Souto, (2006:246).

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el Consulado en Lima fue expedida en 1593; éste empezó a funcionar realmente en 1613, bajo el virreinato del marqués de Montesclaros, siendo conocida como “Universidad de la Caridad” y más adelante como “Universidad de los Mercaderes de la ciudad de los Reyes, Reinos y Provincias del Perú, Tierra Firme y Chile” (Sala de Indias, 1841: 34). Sus primeras ordenanzas se confirmaron el 30 de marzo de 1627. (Cruz, 2001: 48) Cuando España pierde el dominio de las vías marítimas en el siglo XVIII, a favor de sus enemigos comerciales, el monopolio sufre una pérdida creciente en el comercio regional debido al contrabando europeo y americano (Woodward, 1999). Las reformas borbónicas El Consulado de Comercio de Lima representó a los grandes comerciantes de la capital virreinal, a la elite comercial que controlaba el capital circulante y que estaba en la mejor posición para adelantar dinero al rey, a fin de obtener la recaudación de impuestos, como el almojarifazgo, la alcabala, la avería y las contribuciones especiales, como la unión de armas y las sisas. Disponía, igualmente, de suficientes recursos para otorgarle préstamos, a elevadas tasas de interés; aunque también podía conceder donaciones graciosas, a fin de obtener privilegios, franquicias mercantiles, acuerdos especiales, reducciones de la carga impositiva o el aplazamiento en los pagos de la deuda tributaria.6 El Consulado de Lima se ocupó, también, del mantenimiento de la armada, el envío de “situados” y el monopolio del mercurio. (Flores, 2012: 296). Recibía, igualmente, “principales”, dinero que algunos particulares depositaban como crédito, por la seguridad que brindaba, así como “capitales a rédito” de la Real Hacienda, que garantizaba con las rentas públicas que administraba. Por medio de prestaciones a la Corona, los comerciantes podían ser favorecidos por 6

La recaudación de la avería permitía cubrir los gastos del Consulado y mantener la Armada del Sur.

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la política comercial.7 De esa manera, el Consulado intermedió entre la elite comercial y el Estado, llevando una detallada contabilidad de cada uno de los comerciantes- prestamistas, fuente última de su poder. (Mazzeo, 2006:5) El trabajo de Margarita Suárez (2009:235), igualmente, demuestra que los mercaderes poderosos acapararon el comercio y los transportes, gracias al amparo de la Corona y del Consulado de Comercio de Lima, que les dio la capacidad para comerciar directamente con la península, controlando el comercio externo y los circuitos internos. Los estudios de Parrón, igualmente, desestiman el enfoque de crisis y declinación de las elites peruanas durante las reformas borbónicas y promueven, más bien, la idea del reacomodamiento de sus redes y mecanismos de poder y con ello, la conservación de sus privilegios. Desde las reformas de 1778, el Consulado de Lima fue uno de los bastiones de la política española durante la guerra de la independencia, aportando fondos contra la emancipación y, a diferencia de lo que sucedió en México, las reformas del Reglamento de Libre Comercio no ocasionaron perjuicios al monopolio comercial, pues conservaron sus redes y sus agentes (Kraselsky, 2010:21). A inicios del siglo XVIII, el Consulado realizó en Lima 18 Juntas para concertar los “asientos” para recaudar la alcabala, las averías del sur y norte, el almojarifazgo y la unión de armas, además de la sisa. Los asientos eran contratos que implicaban tres operaciones distintas: préstamo, transporte y cambio de moneda (plata por oro y, después, vellón por plata). A veces en los asientos se incluían otros contratos, como el suministro a las tropas, el arrendamiento de impuestos o cualquier otra operación monetaria o mercantil (Yun y Comin, 2011: 4) Los desencuentros con el primer virrey Borbón, el marqués de Castelldosrius, surgen en las juntas de 1707 y 1708, porque los comercian7

Los donativos graciosos del Consulado podían ayudar a la concreción de un nuevo impuesto, cuya recaudación cubriría el adelanto.

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tes se niegan a renovar los asientos y a bajar a la feria de Portobelo, alegando que el comercio ilícito francés en las costas peruanas y las mercaderías provenientes de Buenos Aires los habían afectado negativamente; al punto que la venta de mercancías europeas en el virreinato ya no cubría los gastos para organizar la armada que los trasladara a las ferias de Portobelo (Mazzeo, 2011b:5). Según Quiroz (2008:53), desde su arribo a Lima, en 1707, Castelldosrius se había asociado con comerciantes peninsulares de alto rango que realizaban transacciones ilegales con naves francesas en el puerto de Pisco. Francisco Espinosa de los Monteros y un grupo de comerciantes vascos, que disputaban el liderazgo del Consulado, opuestos a lo que percibían como un dañino contrabando, denunciaron a Castelldosrius ante el Consejo de Indias, logrando separarlo de su alto oficio en 1709. Sin embargo, en la parte final del siglo XVIII, entre 1762 y 1765, las juntas del Consulado ya empiezan a recaudar fondos para el regimiento de Comercio, sostener a las milicias y armar embarcaciones para prever el arribo de corsarios al Perú, financiándolos con un impuesto de ½ % a la salida de caudales de plata y un ¼ % la del oro (Mazzeo: 2011:7). En estos años de sorprendentes cambios, la Corona redefine las obligaciones del Consulado de Lima y les encarga financiar la defensa del virreinato del Río de la Plata. Fieles al rey, en 1780 el Consulado de Lima aporta un millón y medio de pesos fuertes para la defensa del Río de la Plata, financiándolo con un aumento del impuesto al oro y la plata (Mazzeo: 2011b:8). Sin embargo, sobre el delicado tema de la apertura de puertos, dispuesta en 1788, el Consulado expresó que esta medida beneficiaría más a las fábricas extranjeras que enviaban sus excedentes a Indias; que la importación anual era demasiado alta y que debía ser reducida a la capacidad de consumo de la población, quejándose de pérdidas enormes en los años 1786 y 1787, “en que fue necesario expenderlos a un precio inferior del que tenían... y que dichas pérdidas se deben estimar en unos diez millones de pesos.” Para volver a mejores tiempos, solicitaban se devolviera a Lima el monopo| 171

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lio del comercio del Pacífico (Mazzeo, 2011a:15). Los virreyes Teodoro de Croix (1784-90) y Gil de Taboada (1790-96), no compartían la tesis de la saturación del mercado, esgrimida por el Consulado. Para el virrey Croix, el comercio había sido limitado por el Consulado para controlar la distribución desde Lima, por lo tanto se debía impedir la entrada de mercancías al virreinato del Perú y al reino de Chile, pero no así a las provincias interiores de Buenos Aires, Santa Cruz de la Sierra, La Paz, Charcas y Potosí (Mazzeo, 2011a:15). En el tema de los barcos neutrales, autorizados por Carlos IV a ingresar en América, en 1796, los principales ganadores fueron el puerto de Veracruz, en detrimento del Consulado de México, y el de Buenos Aires, en el sur del continente americano (Morales, 1987: 28). Cuando parecía perdida la batalla contra los bajos precios, el contrabando, el ‘libre comercio’ y el arribo de las naves neutrales, el Consulado de Lima encontró nuevos aliados en los últimos virreyes de la Casa de Borbón; en especial, en Abascal (1806-1816), al cual: “no tuvo necesidad de presionar para mantener sus privilegios, porque el Consulado fue el mejor aliado en la lucha contra los independentistas.” (Mazzeo, 2011a:11) Guerra y paz En síntesis, entre 1777 y 1814, el Consulado otorgó donativos por más de 2 millones de pesos. Los “principales” tomados a interés, llegaron a 5 millones de pesos; más 1 millón de pesos por los ramos administrados. En 1805, las entregas sumaban 3.363.776 de pesos y en 1815 se habían duplicado a 6.001.280 pesos; cantidad respetable pues la exportación anual de plata amonedada bordeaba los 4.4 millones de pesos. En 1796, el Consulado entregó una donación anual de 25.000 pesos y un donativo de 160.137 pesos a la corona y en 1806, ante la invasión inglesa, dio un préstamo de un millón y medio de pesos y

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una oblación voluntaria de 25.189,5 pesos para la defensa de Buenos Aires (Mazzeo, 2011a:18-19). Para financiar el esfuerzo bélico, en 1805 la Corona impuso el Derecho de Subvención de guerra con 1 ½% sobre la plata y el oro exportado por el Callao. En 1815, se establece el Derecho de Arbitrios con un peso por cada fanega de trigo y quintal de sebo traídos por mar y, en 1817, el Derecho de Reemplazos que impuso 1 % sobre los géneros, frutas y efectos que se transportaran de puerto a puerto, el 2 % sobre la plata y el 1 % sobre el oro. En 1818, se establecen dos impuestos más, al oro y la plata y el derecho de Armamento, de 1 ¼ % sobre el de “corsario”, que cubría el préstamo de 1 millón de pesos de ese año y el derecho de Corsarios, cobrado sobre lo que ya pagaba del derecho de Ordenanza, que en 1818 había aumentado ½ % más. En 1819, también se hizo cargo del cobro de 5 % sobre los predios rústicos y urbanos de Lima, Huancavelica y Trujillo. La recaudación de estos impuestos, al igual que los nuevos impuestos al comercio, quedaron a cargo del Consulado de Lima para cubrir los préstamos entregados a la corona. (Mazzeo, 2011a:19). Gracias a su incansable labor, para 1817 el Tribunal del Consulado había solventado los gastos del ejército del Alto Perú, había enviado varias partidas a Buenos Aires para la guerra contra los “insurgentes” y otras partidas para la recuperación de Quito, en 1812. Otros fondos financiaron la represión de la insurrección de los hermanos Angulo y Mateo Pumacahua, en 1814, en el Cusco y para frenar la expansión de dicha rebelión en Arequipa. Igualmente, proporcionó recursos para armar la fragata de guerra Veloz y el bergantín Pezuela (Mazzeo, 2011a: 19). De esta manera, el Consulado de Lima acabó convertido en el prestamista del gobierno colonial y en su eficaz recaudador para cubrir esos préstamos; con poderes tan amplios, que para financiar los préstamos forzosos, no importaba más qué impuesto iría a cubrirlo; si la subvención, el corsario, la ordenanza, o el patriótico. Cuando se | 173

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presentaba alguna dificultad para entregar alguna suma exigida por el virrey, se retiraban fondos de una partida para cubrirlos con otra. El Consulado podía actuar así porque era, a la vez, el ente que recaudaba y el ente que pagaba, el que llevaba las cuentas de los comerciantes y el que sabía quién debía y quien pagaba, en un momento determinado no existía ningún ente fiscalizador de sus movimientos (Mazzeo, 2011a: 20). Este poder incontestado le permitió convertirse en la entidad más importante de las finanzas públicas y privadas, crucial en una etapa de transición política para mantener su poder y sus privilegios. La independencia Cuando San Martín desembarca en Paracas, en 1820, la Junta del Tribunal del Consulado buscó reunir 500 mil pesos para expulsarlo del virreinato. A pesar de ello, cuando San Martín ingresa a Lima, no tuvo en mente liquidar al Consulado sino, más bien, solicitarles un empréstito de 150.000 pesos (Mazzeo, 2011a: 21).Sin embargo, el 6 de marzo de 1822 se erige la Cámara de Comercio de Lima, en lugar del Consulado, que había sido disuelto por un decreto supremo, firmado por el marqués de Torre Tagle y Bernardo Monteagudo; lo cual no impidió que la Cámara de Comercio continuara levantando préstamos forzosos para el gobierno independiente y aportando los cupos requeridos. Por tal razón, en 1823 se les pidió que presentaran, cada dos meses, una lista de 24 comerciantes para establecer, con los vistas, los precios al por mayor de las mercaderías que llegasen de Europa y de Chile; dándose la coincidencia que los comerciantes estaban entre los que prestaban al gobierno,8 dando lugar a un conflicto de intereses, toda vez que fijarían los nuevos aranceles, que pagarían en su condición de importadores (Mazzeo, 2011a:23).

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Estanislao Lynch y Manuel Arias para los efectos llegados de Europa; Félix Balega para la quincallería; Felipe Reboredo para los efectos llegados de Chile. Ver Mazzeo, (2011: 23)

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En 1825, se restaura el Consulado, aunque sólo con atribuciones de tribunal de primera instancia, ordenándose que la deuda pública quede a cargo de la Caja de Amortización. Sin embargo, en 1826, durante el gobierno de Santa Cruz, se elimina el Consulado por considerarlo una “autoridad anti–constitucional,” disponiéndose que los problemas mercantiles fueran resueltos por los jueces privativos en primera instancia. Cuando todo parecía perdido, una ley de 1829, bajo la presidencia de Gamarra, ordenó la reinstalación del Consulado, con las mismas atribuciones y funciones que gozara en la época colonial, porque se precisaba de una organización confiable en materia hacendaria, capaz de controlar los préstamos otorgados por los comerciantes al Estado. Viendo en profundidad, los representantes del Consulado apuntaron al ente del cual dependía su futuro, a la caja de amortización; recordándoles a los gobernantes que éste no era un mero juzgado para los negocios mercantiles, sino que administraba diversos ramos, requiriendo empleados hábiles y, asimismo: “… contar con todos los papeles de archivo y libros de contaduría y tesorería que se encontraban en custodia en la caja de amortización” (Mazzeo, 2011a: 25). La Caja de Amortización, también denominada Caja de Consolidación, había sido establecida cuatro años antes, en 1825, a cargo de la Junta de Crédito Nacional. Contaba con rentas propias y exclusivas, como los fondos de la dirección nacional de Censos, los terrenos y bienes raíces confiscados, los bienes y rentas de la extinguida Inquisición y los de la venta y composición de los títulos de todas las tierras que pertenecían al Estado, dedicados al pago de la deuda interna y externa. Cuando el Consulado de Comercio se reinstala en 1829, toma a su cargo a la Caja de Amortización, que se denomina Caja de Arbitrios, que recibirá 1 % del impuesto cobrado a todas las mercaderías internadas al país, para cumplir sus funciones 9 (Mazzeo, 2011a:26). En 1829, la Caja de Arbitrios contaba con un capital de 100.000 pesos; Sin embargo, para 1831 ya administraba 200.000 pesos fuertes men9

De haber sido conocido como “derecho consular,” pasó a llamarse “derecho de arbitrio,” cuyos ingresos financiarían los sueldos de los empleados.

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suales. Como los gastos del Departamento de Guerra, según el presupuesto de 1831, ascendían a 2.579.164 pesos, de un total de gastos de 4.973.550 pesos, prácticamente, la mitad del presupuesto público correspondía a gastos militares (Mazzeo, 2011a:23). Financiar estos gastos confería un poder enorme; por lo tanto, conforme aumentó el número de prestamistas, el Consulado se convirtió en una importante fuente de recursos líquidos del Estado. En 1839, cuando ya administraba 600 mil pesos, se estimaba que el número de prestamistas rondaba las 400 personas o más (Mazzeo, 2011a:23). El 20 de marzo de 1834, se establece el ramo de Arbitrios, de cuyos fondos se pagaría a la guardia del Consulado y al batallón de Comercio, se pagaría el vestuario de los soldados y se comprarían los suministros del ejército; pero más importante aún, de este ramo se pagarían los intereses de los préstamos que los comerciantes hacían al Estado (Mazzeo, 2011a:27). De esta manera, el Tribunal del Consulado se convirtió en la instancia intermedia entre el ministerio de Hacienda y la caja de Arbitrios; en un momento en que se establece este tipo de cajas en los departamentos donde los prefectos y subprefectos recaudaban los montos de los empréstitos forzosos solicitados por el gobierno de turno. Pero cada mes, el Consulado debía remitir al Ministro de Hacienda, la relación de los prestamistas a los que se les adeudaba, en pesos e, igualmente, los montos cobrados y los saldos pendientes. En estos años de intenso conflicto y enfrentamientos entre los caudillos, el manejo del crédito permitió que el Tribunal del Consulado pudiera estrechar sus vínculos con el Estado republicano. Fue así que el reglamento de la Caja de Arbitrios, de fines de 1839, ratifica la importancia del Consulado en el manejo de la deuda pública, al señalar que esta entidad, a través del Ramo de Arbitrios, pagaría los réditos de los empréstitos y amortizaría los capitales y descontaría los pagarés de aduana, que retribuían a los particulares por el adelanto de dinero que hacían al Estado. Igualmente, el Ramo de Arbitrios podría atender a la tesorería general de la República, si es que esta entidad llegara a necesitar 176 |

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efectivo, asumiendo así la calidad de prestamista de última instancia. Por esta razón, al menos, sería necesario que la caja contara siempre con efectivo (Mazzeo, 2011a:27-28). El libro de derechos de arbitrios nos da un ejemplo de la modalidad implementada. Nos referimos a un préstamo al gobierno por 20.000 pesos, a nombre de Nicolás Prumeda, de 25 de septiembre de 1843, cuya amortización fue establecida en 36.000 pesos. Es decir, con un 80% adicional sobre el valor entregado. No sorprende, por lo tanto, que los comerciantes encontraran más atractivos estos préstamos, que la misma comercialización (Mazzeo, 2006:76). Gracias a la continuidad y permanencia de los miembros del Tribunal del Consulado que aportan préstamos al Estado, entre 1823 y 1839, se llega a conformar el crédito interno de la República. Lejos de fragmentarse cuando concluye el virreinato y se inicia la República, la elite comercial se mantuvo. Recluida por un tiempo, para después volver a renacer como el ave fénix10 (Mazzeo, 2011b:28). Al implementar un sistema tan personalizado de adelanto de dinero al Estado, contra las exportaciones, el Consulado pudo funcionar a lo largo del siglo XIX, especialmente, durante la época del guano. En esos años, la Caja de Arbitrios cumplió varias funciones; abonó a los acreedores del Estado, la mitad en dinero y la mitad en pagarés, que serían descontados de los impuestos adeudados a la aduana. También pagó los intereses de los préstamos al gobierno y, a su vez, mantuvo una relación de los deudores de la Aduana del Callao, que ésta le remitía, pidiendo prórroga para el pago de dichos impuestos. Igualmente, la Caja se 10

Por ejemplo, en los préstamos otorgados al gobierno entre 1836 y 1839 aparecen los mismos prestamistas de 1823, como Félix Balega, Manuel Portillo, Francisco Quirós, Juan Francisco de Izcue, hijo de Francisco Javier de Izcue el que fuera representante de la Cámara de Comercio en 1823. Todos ellos integraron la junta de electores del Tribunal del Consulado en 1834 y en 1839, además de participar en la Junta de Beneficencia, organismo dirigido también por comerciantes. De las 57 personas que participaron en el préstamo de 1836, 23 fueron electores en varias Juntas de Comercio del Tribunal del Consulado; José María Sotomayor y Juan de Dios Calderón fueron prior y cónsul del Tribunal del Consulado durante el siglo XIX.

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hizo cargo de los intereses que no podían pagarse sobre los préstamos realizados en las provincias. Como puede observarse, en la vía de los hechos, la Caja asumió la función de una tesorería privada sui generis, especializada en atender los requerimientos de liquidez del Estado, que representaba la deuda pública interna del país, la misma que se iría pagando con los recursos del guano. Por lo tanto, la consolidación de la Caja de Arbitrios y del Consulado, como organización intermedia entre los comerciantes-prestamistas y el Estado, así como su renovado sistema medieval de financiamiento al Estado, permitió igualmente, el mantenimiento de los estancos coloniales para respaldar los adelantos al gobierno y el uso de los vales de aduanas para saldar los préstamos recibidos. De esta manera, la esencia de las prácticas financieras que implantó el monopolio comercial organizado a partir de Sevilla y Cádiz durante el imperio, en estrecha relación con el Consulado de Lima, logró proyectar al futuro las instituciones y entidades claves del Estado patrimonial, retardando y deformando el proceso de modernización de la hacienda pública. Inglaterra, el Libre Comercio y el Tribunal del Consulado En fecha tan temprana como 1824, ya se hallaban instaladas en Lima una veintena de casas comerciales inglesas y otras 16 en Arequipa. Su laboriosidad permitió que, entre 1821 y 1830, el comercio internacional se realizara, básicamente, con Inglaterra.11 Su importancia no garantizó, sin embargo, que la política de libre comercio se incorporara en los cinco primeros reglamentos de comercio, adoptados entre 1821 y 1836, que introducían las iniciativas de política de las primeras décadas de la República12 (Bonilla, del Río y Ortiz de Zevallos, 1977:2). 11 El 95% de los productos que enviaba al Perú eran productos textiles, destinando cerca del 40% de las mercancías importadas a los mercados del sur. 12 El Reglamento provisorio de 1821, el de 1826, la “Ley de Prohibiciones” de 1828, que no es propiamente un reglamento de comercio, pero que modifica sustancialmente al de 1826 en los derechos de importación; el de 1833 y el de 1836, de la Confederación

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Al revisar estos documentos, se percibe la influencia del Consulado. Por ejemplo, en el art. 6º del Reglamento de 1821, se indica que todos los efectos introducidos por los puertos del Callao y Huanchaco en buques con pabellón extranjero, pagarán por único derecho de importación 20 %, de los cuales 15% será a favor del Estado, pero el otro 5 % corresponderá a los derechos del Consulado (Bonilla, del Río y Ortiz de Zevallos, 1977:89). Poco después, en pleno periodo de supremacía comercial británica, los comerciantes nativos (sic) logran que el 8 de marzo de 1834 Orbegoso suspenda la vigencia del Reglamento de 1833, al argumentar, al igual que en la etapa final del virreinato, que una brusca reducción de las tarifas aduaneras pudiera aumentar peligrosamente su stock de mercancías. Los comerciantes extranjeros otorgan un préstamo de 40 mil pesos, a condición que la tarifa de derechos incorporada en el Reglamento de Comercio de 6 de noviembre de 1833 fuera puesta en vigencia. Orbegoso cede y restablece el Reglamento de 1833, el 15 de mayo de 1834. Sin embargo, frente a “la escasez del erario y los medios de proporcionarles algunas rentas,” la ley de 9 de agosto de 1834 facultó al Ejecutivo a modificar el artículo 378 del reglamento de 1833, promulgando el decreto ley de 14 de agosto de 1834, que aumenta en 5% los derechos de importación por concepto de arbitrio, sin perjuicio del 1% del Consulado “que se satisfará también en numerario al contado.” Los arbitrios a los que se refiere el decreto ley, eran parte del proyecto que presentó la Junta de Arbitrios, en marzo de 1834, a fin de pagar el último empréstito levantado por el Estado (Dancuart 1905, II: 220, 223). En este contexto, se entiende que los elevados aranceles de aduanas de las primeras décadas, más que un mecanismo de protección económica, eran una fuente de ingresos fiscales para financiar el pago de los préstamos al gobierno. Por lo tanto, en ausencia de nuevas institucioPeruano-Boliviana. A excepción de la Ley de Prohibiciones de 1828, en estos reglamentos se legisla sobre todo lo relacionado con el comercio exterior, puertos mayores y menores, derechos de muelle, depósitos, almacenaje, derechos de importación-exportación y temas similares.

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nes de la hacienda pública, al estilo inglés, las rentas de aduanas, eran esenciales para mantener al ejército y a la burocracia del nuevo Estado. El Banco Auxiliar de Papel Moneda ¿Cómo podemos graficar rápidamente las diferencias más saltantes entre el sistema impuesto en Lima y el modelo inglés? El mejor ejemplo que podemos dar es el del Banco Auxiliar de Papel Moneda, puesto que en el entorno financiero en el cual florece el Tribunal del Consulado, resulta imposible imaginar la implantación de un sistema hacendario como el inglés. En tal sentido, en vez de instituir una entidad similar al Banco de Inglaterra, San Martín y su ministro de Hacienda, Hipólito Unanue, acuerdan instituir un Banco Auxiliar de Papel Moneda, en octubre de 1821, cuando Lima enfrentaba una aguda escasez de numerario. Dicho Banco debía emitir billetes por un monto de cuatro millones y medio de pesos, que era el estimado del déficit monetario anual. Sin embargo, el Banco Auxiliar sólo llegó a emitir 350.000 pesos para financiar la guerra y lo hizo en un período sumamente breve, entre febrero y agosto de 1822, fecha del decreto de extinción del papel moneda. Sin embargo, su derrumbe se produjo dos meses antes, en junio, cuando el papel moneda no fue aceptado ni siquiera para adquirir artículos de primera necesidad, ni fue recibido igualmente por las oficinas públicas, debido a la masiva falsificación de billetes de baja y media denominación. Por tal razón, al mes siguiente, en julio, empezó el debate para suspender la emisión de papel-moneda y tan rápido como el 11-13 de agosto, la Junta extraordinaria encargada de estudiar la extinción del papel-moneda en circulación, aprobó por unanimidad su extinción. (Haro, 2011) Desde una perspectiva de largo plazo, el fracaso del Banco Auxiliar de Papel Moneda tuvo un alto costo para la nación, porque a partir de esta breve experiencia, tanto la elite como el pueblo se opusieron soterradamente a la implantación futura del papel moneda y de un 180 |

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Banco Central, quedando sin alternativas frente al dinero mercancía hasta bien entrado el siglo XIX, cuando el papel moneda retorna bajo la forma de billetes bancarios en la época del guano. Igualmente, cuando la República enfrenta, nuevamente, una guerra externa, tuvo que recurrir a la emisión masiva del billete fiscal (Ponce, 1994). Enfrentarse a billetes sin respaldo condujo a una importante inflación durante la post guerra y a una experiencia traumática, la incineración masiva de los billetes bancarios y fiscales para retornar a la moneda metálica; a la libra peruana de oro y al sol de plata (Camprubi, 1967). Si el sistema de monedas de oro y plata se interrumpe en 1914 y se regresa a la emisión de papel moneda, fue debido a la Primera Guerra Mundial y en medio de encendidas protestas en el Congreso de la República (Ponce, 2014). Conclusión La evolución del sistema monetario, hacendario y comercial del imperio español en América dio lugar a un conjunto de prácticas y entidades propias de las tradiciones medievales, cuya evolución fue muy diferente del modelo inglés, asociado con las entidades y políticas propias de una economía moderna, vigente en la actualidad en todo el mundo; es decir, Cámaras de Comercio, Bancos Centrales, deuda pública y recaudación estatal de los impuestos indirectos. Estas diferencias permiten explicar la paradoja planteada por los elevados aranceles de aduanas de principios de la República, que no buscan proteger a una industria inexistente, sino más bien a los gremios de artesanos y al mecanismo medieval de financiamiento al gobierno y de protección al comerciante-prestamista, que establece y administra el Tribunal del Consulado. Gracias a este sistema, el Consulado pudo mantener viva la tradición cultivada durante siglos por el Consulado de Sevilla, de Cádiz y de Lima, de precios altos y abastecimiento comercial restringido. También, mantuvo viva la tradición de honrar las deudas contraídas con el Estado y de cumplir con el pago de los | 181

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impuestos a cargo del Consulado, que financiaban el pago puntual de los préstamos al Estado y que, en última instancia, constituían la fuente de su poder y privilegios. Su éxito, contribuyó a mantener el Estado patrimonial, impidiendo con éxito la instauración de las entidades de la hacienda pública en las líneas planteadas por el Estado fiscal, como las vigentes en Inglaterra. Desde la perspectiva de largo plazo, el fracaso del Banco Auxiliar de Papel Moneda tuvo un alto costo para la nación, porque a partir de esta breve experiencia, tanto la elite como el pueblo se opusieron a la implantación del papel moneda, incluyendo al Banco Central. Igualmente, cuando la República enfrenta una guerra externa, tuvo que recurrir a la emisión del billete fiscal, que concluye con una importante inflación y luego, con la incineración de los billetes bancarios y fiscales, para volver a la moneda metálica. Bibliografía Álvarez, Carlos 2003 Instituciones y Desarrollo Económico: la Casa de la Contratación y la Carrera de Indias (1503-1790). Documento de Trabajo 03-02. Universidad Carlos III. Madrid. Alonso Diez, Carlos Simón 1996 “El traslado de la casa de la contratación a Cádiz, 1717”. Revista da Facultad de Letras. Historia, N.º 13, pp. 353-364. Porto. Bernal, Antonio Miguel 2013 Las corporaciones mercantiles de Sevilla. Anuario de Estudios Atlánticos. Las Palmas de Gran Canaria, núm. 59, pp. 253-288 Bogart, Dan 2015 The East Indian Monopoly and the Transition from Limited Access in England, 1600-1813. NBER Working Paper N.° 21536. Cambridge. 182 |

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LA FUTURIDAD DEL TELETRABAJO Y EL ACCESO A LA BANDA ANCHA (CASO PERÚ) The future of the telework and the access to the wide band (Peru) Carlos Eduardo Armas Morales Resumen El desarrollo de las tecnologías y en forma especifica, las de información y de las telecomunicaciones (TIT), mas el sistema global concurrente, ha desplegado nuevas formas de realizaciones y actuaciones humanas, dentro de las cuales subyace el teletrabajo, actividad que está teniendo mucha aceptación en diversos países del orbe y por supuesto en Latinoamérica, dado los beneficios del incremento de la productividad y mejoras en las organizaciones públicas y privadas y la sociedad en general. La ponencia trata de evaluar la implantación formal del teletrabajo en el Perú, a partir de la ley de teletrabajo (Junio 2013) y la experiencia de una investigación exploratoria del ponente, el que propone la coincidencia con la ejecución de las políticas y legislación de infraestructura de tecnologías de banda ancha para todo el Perú, de tal manera que se haga posible que todo ciudadano peruano ejercite en democracia su acceso y goce a diversas facilidades básicas, tales como telemedicina, teleeducación, teletrabajo, entre otras; siendo esta última, motivo de nuestra ponencia. Asimismo se reflexiona en general, sobre el impacto del teletrabajo en la futuridad y algunos aspectos socio-jurídicos y aun filosóficos de esta modalidad laboral. [189]

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Palabras clave: Teletrabajo, banda ancha, sociedad de la información, informática, telecomunicaciones Abstract The development of the technologies and in form it specifies, those of information and of the telecommunications (TIT), but the concurrent global system, it has deployed new forms of realizations and human performances, inside which it underlies the telework, activity that this having a lot of acceptance in diverse countries of the orb and of course in Latin America, given the benefits of the increment of the productivity and improvements in the organizations publish and private and the society in general. The report, tries to evaluate the formal installation of the telework in the Peru, starting from the telework law (June 2013) and the experience of the presenter’s exploratory investigation, the one that proposes the coincidence with the execution of the politicians and legislation of infrastructure of technologies of wide band for the whole Peru, in such a way that becomes possible that all Peruvian citizen exercises in democracy his access and enjoyment to diverse basic facilities, such as health and distance, education a distance, telework, among others; being this it finishes reason of our report. Also it is meditated in general, on the impact of the telework in the future and some partner-juridical and even philosophical aspects of this labor modality. Keywords: Telework, wide band, society of the information, computer science, telecommunications

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Introducción El desarrollo de las tecnologías de información y de las telecomunicaciones (en adelante TIT) y la globalización imperante, hacen interactuar a los ciudadanos del mundo como una unidad territorial mundial. Asimismo el orbe terráqueo es actor de un proceso de globalización multicultural, donde el uso intensivo de las TIT contribuye a que los individuos se sientan cada vez más integrados en una unidad planetaria o suponer que se pertenece a una ciudadanía común terráquea, sin límites territoriales, lo que podríamos sugerir que ocupamos un país-planeta tierra cuyo ordenamiento global asimilando a lo que expone Domingo Osle, “… será un ordo iuris totius orbis, un sistema jurídico mundial coherente y necesariamente abierto…”1 Ello ha dado lugar igualmente a la generación de novedosas formas de realizaciones humanas correlativas a diferentes hechos y actuaciones que a manera de ejemplo discurriremos sobre cuatro aspectos básicos, tales como la comunicación (telecomunicaciones), educación (teleducación), medicina (telemedicina) y por supuesto el trabajo (teletrabajo) que entre otras manifestaciones humanas están inmerso en la noción difundida de una Sociedad de la Información y del Conocimiento. Y donde observamos que el último aspecto delinea la temática de nuestra ponencia, a saber: el teletrabajo, ello teniendo en cuenta que el teletrabajo es de aplicación en diversos países del mundo y Latinoamérica (Sánchez 2012: 10-12), y en lo que respecta a este último de aplicación concreta en Colombia1, Argentina, México, Brasil, sin dejar de lado a otros de similar apuesta por el teletrabajo2. En consecuencia no habría razón alguna para que nuestro país asuma la modernidad que representa el teletrabajo dado su correlación con la productividad y la competitividad. 1 2

En Colombia, el Ministerio del Trabajo y el Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones han publicado el Libro Blanco. El ABC del Teletrabajo en Colombia. En España como parte de hispanoamérica ha diseñado y publicado el Libro Blanco de Teletrabajo en España. Fundación MásFamilia más empresas privadas.

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De otro lado, tenemos que reconocer que esta sociedad necesita para su dinámica progresiva, de las condiciones necesarias e indispensables para su desarrollo, y ello es así, desde que en diversas latitudes del mundo han consolidado con mucha racionalidad la implantación de la mejor opción tecnológica; a saber: infraestructura denominada Banda Ancha a través de la fibra óptica, por lo que el Perú no se ha quedado a la zaga, tal como se puede apreciar a través de su Política Nacional sobre la implementación de una red dorsal de banda ancha (D.S. Nº 034-2010-MTC), luego la promulgación de la Ley de Promoción de Banda Ancha y Construcción de la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica (Ley Nº 29904) y su respectivo reglamento (D.S. Nº 0142013-MTC). Asimismo desde el ángulo laboral se ha publicado la Ley del Teletrabajo (Ley Nº. 30036), encontrándose en difusión su reglamento para el debate público. Estos instrumentos legislativos han dado lugar a la puesta en marcha de diversos programas y proyectos técnicos para columbrar con éxito su inserción en la denominada Sociedad de la Información y el Conocimiento, que a la postre anida el desarrollo de múltiples campos de la actividad ciudadana, en forma integral y con igualdad de acceso; apuntando esta ponencia, a partir del desarrollo de esta infraestructura, que posibilita la banda ancha, divulgar algunas reflexiones sobre la implantación y la futuridad del teletrabajo desde algunas perspectivas singulares. Aspectos generales del teletrabajo La definición de teletrabajo es conocida como un concepto que nació en Europa a mediados de los años setenta, aplicado a ciertos trabajadores que tenían su centro de trabajo en sus domicilios y cuyas actividades los realizaban por medios telemáticos, es decir “... consiste en desarrollar trabajos desde el domicilio particular o desde cualquier otro sitio, fuera del centro de trabajo, que no requieran la presencia física del trabajador” (Barriuso 1996: 262). Un concepto muy simple pero aclaratorio a su naturaleza, indica: “que es el trabajo a distancia” 192 |

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(Barrero 2000: 7), sólo que para diferenciarlo de otro similar pero de esencia distinta (trabajo a domicilio), debería agregarse el uso pleno de las TIT. En Norteamérica la palabra teletrabajo es una invención del físico Jack Nills3 utilizada para describir una nueva vertiente aplicada de las TIT al escenario laboral. Es decir, son muchos los conceptos de teletrabajo, nosotros elaboramos como concepto genérico “como la aplicación de las tecnologías teleinformática al entorno empresarial laboral, es decir, la automatización de los procesos empresariales asistidos por estos medios o tecnologías de la información y las telecomunicaciones” (Armas 2007: 70). Y al que agregamos en estos tiempos de e-gobierno igualmente la administración pública. De otro lado, el avance ineludible de las TIT aborda la necesidad de una mejora continua de las organizaciones y el reto de crear un escenario profesional cada vez más atractivo aprovechando las posibilidades que brindan estas tecnologías; que están permitiendo cambiar la concepción del trabajo (teletrabajo) y asimismo romper con la rigidez que imponía el tradicional marco de espacio y tiempo en el desarrollo de la actividad profesional y los logros de expectativa de vida de los ciudadanos. “Tiene un impacto en la disminución de la población, ya que el individuo no tiene que mudarse a las zonas donde hay trabajo para poder tener mejores expectativas de vida. Esto, per se ayuda a mejorar las condiciones medioambientales…evitar el hacinamiento en las ciudades, disminuir el estrés y permitir una mejor distribución de las oportunidades”. (Osio Lubiza : 93-110)

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Es un físico que empleó las palabras “telecomputing” o “telework” para referirse a esta forma de trabajar por los años 1973, según diversas fuentes consultadas. Sin embargo, el sociólogo español Ortiz Chaparro refiere que el término de teletrabajo erróneamente atribuido al informe Nora-Mic, de 1978, fue acuñada en realidad por un español: Luis Arroyo.

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La nueva opción tecnológica, ha provocado la línea singular del teletrabajo, la mutación del trabajador del espacio físico del empleador a su propio espacio, que puede ser su domicilio, telecentro u espacio móvil; la idea es afrontar con éxito un mercado cada vez más voraz, asumidos por clientes exigentes o una ciudadanía más informada de la prestación de servicios públicos, lo cual se agrava por los competidores más agresivos, lo que conlleva a buscar mejoras constantes de los parámetros de productividad, eficiencia y eficacia, que podría traducirse en la viabilidad de la adopción del teletrabajo, y por supuesto, siempre y cuando un análisis exhaustivo diga, que dicha alternativa mejorará la producción de un producto, sea este un bien o servicio. De otro lado, se expresa que la aparición de los avances tecnológicos y el desarrollo de la técnica tiene repercusiones directas en el incremento del bienestar individual…Como también las tiene la dinamicidad de los fenómenos económicos” (Silva 2011: 13-14), que impactan cambios en la sociedad tantos negativos como positivos, en ese sentido para la sociedad: el teletrabajo, en cierta medida contribuye a aminorar el acelerado cambio climático, debido al ahorro en el transporte que realizan los trabajadores, reduciendo los niveles de contaminación producidos por los gases despedidos de los vehículos; la disminución de la energía eléctrica comercial e industrial, entre otros aspectos macro-ambientales. Además, esta modalidad de trabajo ayuda a elevar las ofertas de incorporarse al mercado laboral a los profesionales discapacitados, de tal manera que disminuye el desempleo y propicia formas de inclusión social a sectores que no se tenían en cuenta desde épocas pasadas. Y, desde luego, habiendo un mercado internacional de teletrabajo, este último deberá generar el incremento de divisas para el país constituyendo una forma de ingreso no tradicional. En relación con sus modalidades, constituyen diversos formatos los que se pueden presentar, describimos los más populares según los especialistas, a saber: 194 |

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a) El realizado en centros especiales de trabajo a distancia organizados por el trabajador que puede ser su domicilio o telecentros de administración privada. b) El realizado en forma móvil o itinerante. Es un trabajador a distancia dinámico itinerante con el centro laboral físico. c) El trabajo a distancia off shore o transnacional. En la que la prestación laboral se desarrolla en un país diferente al país sede o del centro de trabajo que pertenece. (El trabajo de operadores telefónicos de la India para atender al mercado americano u otro mercado fuera de EEUU las 24 horas del día. Igualmente son muchos los enfoques que se pueden encontrar en los libros y revistas especializadas, pero se debe tener cuidado el cumplimientos de los requisitos fundamentales que vamos a señalar más adelantes para ser considerado teletrabajo y no ser simplemente trabajo a domicilio como esta normado en diferentes países. Resumimos otros enfoques de algunos tratadistas sobre diversas formas de ejercitar el teletrabajo:

Desde el hogar o domicilio, dependiente con contrato laboral ofrece sus servicios desde su casa. Es la modalidad más genuina puede ser Trabajo en el domicilio todo el tiempo y parte del trabajo en el domicilio y parte de la empresa.



Desde oficina remotas: Corresponde al trabajo realizado en lugares distintos al ámbito empresarial y al mismo hogar familiar. El teletrabajo se realiza en centros de recursos compartidos se denomina telecentros, telecottage, televillage, telecabañas etc.



Desde posiciones móviles o nómadas : Es aquella modalidad donde los individuos desarrollan la mayor parte de sus actividades laborales en distintos lugares. | 195

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En cuanto a su problemática, creemos que el crecimiento del teletrabajo depende de la unidad de los sectores públicos y privados, en relación al primero, en tomar la decisión política oportuna; y en cuanto a los segundos, el compromiso consensuado con el Estado; y desde luego todo ello dependerá de las circunstancias propias de cada país en relación a una cultura de asimilar e integrar la infraestructura que sostengan esas tecnologías. Agregando que existen grandes transnacionales que ya trabajan con esta modalidad en el país, teniendo en cuenta que están “focalizados por estructuras organizativas…y… una regulación especifica” completas y que están marchando bien (Arrieta 2006: 132) Sustenta además este autor en un acápite anterior, que una de las debilidades del teletrabajo es que no puede aplicarse a todas las empresas o instituciones, ya que deben cumplir con estos requisitos:



• “Uso intensivo de las tecnologías de la información para la producción de valor añadido”. Ello es indispensable.



• “Sistema de control de gestión altamente formalizado”, sobre todo que tenga en cuenta el cumplimiento de la legislación.



• “Sistemas de trabajo basados en la dirección por objetivos o en el trabajo por proyectos”, que descarta el control horario.

En la actualidad, la desconfianza y la sujeción de las empresas o instituciones ceñidas a estructuras jerarquizadas, sobre toda las instituciones públicas, hacen difícil la adopción de esta modalidad, ya que los directivos sienten la necesidad de ejercer una supervisión directa sobre el personal e incluso hay cierto grado de inseguridad por causa de la información confidencial de la empresa o institución, sin embargo esto se tiene que superar dada la existencia de modernos sistema de seguridad y almacenamiento.

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El teletrabajo o bien su modalidad, el trabajo móvil, es una nueva forma de laborar que todavía no se ha institucionalizado por completo en la gran mayoría de países, sobre todo en Latinoamérica4, y que le hace falta superar algunas barreras; sin embargo, no cabe duda que será la revolución del futuro (ya presente), porque desde el ángulo de la legalidad, en el caso peruano, ya se dio un avance con la ley, pero no es suficiente si no hay interés de difundirlo para su aplicación a cabalidad (una ley no hace el teletrabajo). Dentro de la aureola del trabajador, básicamente incide en la reducción de la jornada laboral, la variación del lugar del trabajo, la dependencia real directa, la eliminación en algunos casos de desplazamientos físicos y rutinas, puesto que la labor se lleva en el domicilio o en posiciones móviles y bajo condiciones diferentes, que implica una variación del factor del comportamiento humano y social. Alguno expertos analizan que el teletrabajo trae consigo diversos beneficios para los trabajadores, por la comodidad de trabajar en casa o bien estar desplazado en una posición cómoda escogida por éste “... lo que permite una mayor calidad de vida y una elección mas caprichosa del lugar de residencia y Ocio [...] ello repercute en una mayor integración en su grupo familiar o social con lo que se apoya y potencia la relación humana. (Davara 1997: 390) Igualmente existen ventajas para la empresa y la sociedad, según Téllez, alguna de estas ventajas son: “… para la empresa. /Reducción de costos de infraestructura, alquiler, viáticos, electricidad y otros/aumentos de productividad/ 4

En Colombia y Argentina se tienen políticas y acciones concretas para el crecimiento del teletrabajo y desde luego que ya lo han implantado oficialmente por sus respectivos Ministerios, lo interesante es de que en el caso de Colombia se hicieron pactos o contratos con las empresas privadas para su implantación luego de la promulgación de la ley de teletrabajo. En Argentina se han basado en el convenio 177 de la OIT (trabajo a domicilio) más un reglamento del Ejecutivo para implantarlo, en ambos casos el sector público capacita y acredita a los teletrabajadores.

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reducción de ausentismos/Inexistencia de conflictos de convivencia entre el personal/posibilidades de ampliar el horario de trabajo/Mejorar plazo entre tareas. Para la sociedad. /Menor contaminación ambiental por reducción de desplazamiento /mejor congestión de tránsito/Desarrollo para zonas alejadas rurales/Descongestión de las grandes áreas urbanas (a donde los trabajadores se mudan para estar cerca de la empresa/” (Tellez)

De otra forma el teletrabajo implica una realización de trascendencia para el derecho laboral desde el punto de vista del trabajador, ya que significa romper con el tradicional concepto de la dependencia o realización presencial de la labor, así como la subordinación directa e inmediata del trabajador hacia su empleador, la cual se da “pero no en forma directa o inmediata”(Nuñez 1996: 269), apareciendo la figura de la dependencia y supervisión virtual del trabajo, así como también se esfuma la forma rígida del horario laboral, pudiendo programar el teletrabajador en concordancia con los requerimientos del empleador, su jornada laboral a satisfacción y conveniencia . Las normas jurídicas o leyes sobre el teletrabajo deben incluir la voluntariedad, efectividad del resultado, sede o entorno físico laboral y el uso necesario da las TIT, entre otras como se aprecia en la legislación peruana y colombiana. En el Perú existe una normativa reguladora del teletrabajo, la Ley Nº 30036 promulgada el 4 de junio del 2013. Unos comentarios El artículo 1 señala que es una modalidad especial de prestación de servicios, agregando que una de las características es la de el uso de las TIT, extendiendo a instituciones públicas como privadas. Además señala el impulso que se daría al teletrabajo a través de sus políticas públicas para garantizar su desarrollo y explicitando que dentro de

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los noventa días hábiles de entrada en vigencia de la presente ley, el Ministerio de Trabajo y de Promoción del Empleo formulará políticas públicas referidas al teletrabajo para garantizar su desarrollo y su preferente utilización a favor de las poblaciones vulnerables, para lo cual coordinaría con la Autoridad Nacional del Servicio Civil (SERVIR), con la Oficina Nacional de Gobierno Electrónico e Informática (ONGEI), con el Consejo nacional para la Integración de la persona con Discapacidad (CONADIS) y con la Comisión Multisectorial para el Seguimiento y Evaluación del Plan de Desarrollo de la Sociedad de la Información en el Perú (CODESI). El artículo 2 caracteriza al teletrabajo por el desempeño subordinado, sin la presencia física en la empresa, el vínculo laboral a través de las TIT. En relación al empleador, que el control y supervisión igualmente debe realizarse por estos medios. La dependencia tecnológica y la propiedad de los productos y servicios le corresponde al empleador. El artículo 3 se refiere al uso de los medios cuando el empleador proporciona los equipos e instrumentos al teletrabajador, este debe cuidar de estos y si el teletrabajador lo proporciona, el empleador debe reconocer por el empleo; y asimismo si el teletrabajador utiliza cabina pública, debe el empleador pagar los gastos del alquiler de dichas cabinas. Rescatando que la norma se inclina para que el empleador deba proporcionar los elementos necesarios para que el teletrabajador haga su trabajo tan igual que en una relación clásica o presencial. En el artículo 4 se indica que el teletrabajo debe ser voluntario y reversible, es decir que siendo un trabajador convencional, el empleador puede variar la modalidad de la prestación de servicios previo consentimiento del trabajador. Sin embargo, puede solicitar su reversión aunque la norma exprese que el empleador puede denegar en uso de su facultad directriz, empero si el empleador puede reponer a su modalidad convencional o clásica, si se acredita que no se está alcanzando los objetivos de la actividad bajo la modalidad del teletrabajo, salvo que resulte del contrato la realización exclusiva bajo la forma del teletrabajo. | 199

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Asimismo en el artículo 5 de la norma, referido a los derechos y obligaciones laborales, concuerda con lo que declaran todos los analistas de teletrabajo, pues si no perteneciera a la planilla del empleador, estaríamos hablando de una prestación de servicios, contrato de obra etc. que se regulan con leyes civiles y no laborales. Asimismo la norma coincidente con la recomendación de la OIT en el sentido que pueden utilizarse todas las modalidades de contratación establecidas para dicho régimen, y en cualquiera de los casos, el contrato de trabajo debe constar por escrito. Asumiendo la vigencia de la ley, un estudio reciente del ponente, explora la realidad del conocimiento de la modalidad del teletrabajo en el Perú, e incluso en nuestra misma Universidad (UNMSM), entre alumnos de Ingeniería Industrial e Ingeniería Electrónica, una encuesta nos informa que casi dos tercios conoce algo de lo que es el teletrabajo (62%), afirmando que el teletrabajo solo se realizaría en algunas áreas específicas, y en otras no sería posible, porque se necesita necesariamente la supervisión directa. Sin embargo nosotros creemos que en algunos sectores y puestos de trabajo puede haber formas de supervisión a través de las TIT. También refieren los encuestados que les falta profundidad en el tema para opinar con mayor rigor, por lo que nosotros asumimos que es debido a la poca difusión pública del teletrabajo a la sociedad o los ciudadanos por las instituciones obligadas a ello, en el sentido que puedan considerar al teletrabajo como alternativa laboral especial. Se realizó igualmente encuesta a algunos trabajadores de Pymes (Parque Industrial de Villa El Salvador y Complejo Gamarra), precisando que es mayor el número de personas que expresaron que no conocen o no han escuchado sobre el teletrabajo, lo que en cierta medida avaló nuestros resultados con los de la academia (encuestas en la UNMSM) de su escasa difusión.5 5

Informe final de estudio de investigación 2014: El teletrabajo. Instituto de Investigaciones Económicas FCE – UNMSM. Presentado por el docente Carlos Eduardo Armas Morales

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En general, tal como ya lo estábamos percibiendo, decimos que se promulgó y publicó la ley hace más de dos años, careciendo de su difusión de acorde a las circunstancias, mas este desinterés se agrava, cuando hay apenas un proyecto de reglamento (el que debería posibilitar la aplicación, operatividad y eficacia del teletrabajo)6 de tal manera que no se estaría regulando convenientemente (de hecho no hay regulación de teletrabajo), dado que actualmente en el Perú existen teletrabajadores sin beneficios sociales, produciéndose lo que menciona en su tesis Murillo Vega: “si no se toman las medidas necesarias para su adecuada regulación, podríamos estar expuestos a vivir …una nueva forma de explotación telemática” (Murillo 2009: 26). La tecnología digital y el acceso a la banda ancha Diversas concepciones nos traen los vocablos de sociedad digital y economía digital, en relación a esta última podemos concebir como el uso intensivo del internet o de la red de redes para la mayoría de actividades humanas donde se valoran parámetros intangibles que comprenden el conocimiento, la información, la innovación, en fin, la inteligencia y el talento aplicados a la creación, producción y distribución de productos (bienes y servicios) que implican el uso de altas tecnologías de la informática y las telecomunicaciones de alta velocidad y capacidad, lo cual subyace sobre las denominadas infraestructura de banda ancha que harán la diferencia entre los países. Ello involucra en esencia una renovación de la producción y productividad fordista fundada sobre estándares cíclicos y una innovación muy lenta en comparación con la flexibilidad productiva y la acelerada gesta de 6

En una entrevista a la Dra. Adriana Molano en el evento Citrix Synergy 2015 llevado a cabo en Estado Unidos por un corresponsal del diario El Comercio del Perú (jueves 20 mayo 2015) Directora de contenidos en Colombia Digital, en relación a que en el Perú ya hay una Ley de teletrabajo. Esta expresó que haya una ley no significa que va a ser facial, se necesita un proceso de acompañamiento. En Colombia se formó una comisión asesora de teletrabajo que contó con la decisión política del Ministerio de las TIC. El sector privado también participó. En el caso del Perú se necesitaría que dos o tres grandes organismo se sienten a trabajar para sacar adelante el teletrabajo.

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innovación y convergencia entre las disciplinas tecnológicas y científicas actuales, que desde luego rompen los viejos cánones y referentes del desarrollo del siglo XX, que conducen a una nueva impronta de la realidad económica. Igualmente los nuevos tiempos que cercena el siglo XXI, se asienta sobre un mundo sin fronteras y ascendente a una virtualidad de las relaciones humanas entre otras, que nos fuerza a disponer de una actitud atenta hacia un mundo distinto que nos depararán los próximos siglos, y por tanto el hombre del futuro tendrá que adecuarse a la velocidad de los cambios y a transformaciones culturales aceleradas de nueva catadura. Así dentro de estas formas tecnológicas, las TIT han impactado en los sujetos y los objetos (internet de cosas) al ser emulados por una misma esencia tecnológica electrónico-digital o energizada, en el primer caso a través de manifestaciones humanas explicitas (voz, imagen, aliento etc.) que hacen viable la virtualidad humana total o parcial, instantánea o interactiva en el tiempo, y en el segundo caso, como esencias materiales totales (textos electrónicos) o parciales (apunte informático) que hacen posible una dinámica de nuevo enjambre cultural7 que subyace coadyuvantes entre otras a la praxis del teletrabajo y una nueva forma de realizar actividades laborales sin necesidad de desplazamientos, ni tener la presencia carnal de jefes o compañeros de trabajo alrededor de los puestos de trabajo, actividad que tiene diversas nominaciones que ya lo hemos mencionado anteriormente y que nosotros lo denominamos simplemente teletrabajo, que se apunta como una realización actual y futurista de un mundo que avanza sin cortapisas que lo impidan. De otro lado, asimilando el acceso a la banda ancha dentro de los derechos fundamentales de las personas creemos a nuestro parecer, 7

Los sujetos y objetos materiales comparten roles con los sujetos y objetos virtuales, habiendo interacciones reguladas por la ley, tanto en un escenario real como virtual.

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que ello constituye el nuevo bastión de la democracia participativa, en el novedoso escenario que denominamos modernamente espacio o mundo virtual, que a la postre constituyen los baluartes contemporáneos y futuros del ejercicio de la libertad de expresión en los países, dado las condiciones políticas, sociológicas y tecnológicas actuales. De otro lado la implantación de banda ancha contribuye a nuestra manera de ver, a unir poblaciones, a una mejor educación y salud y otros servicios en favor de los más pobres y excluidos del mundo, y con ello, dentro de nuestra línea de investigación, aspirar a tener un empleo (teletrabajo) o fuente de subsistencia, sin menospreciar por cierto a otras actividades loables. En la actualidad se presenta como una importante alternativa para innumerables peruanos que contando con los medios, vale decir aptitudes y herramientas, por diversos motivos no pueden tener acceso a algún puesto de trabajo en su ciudad o en el país, por lo que es un mecanismo para la inclusión social de sectores desfavorecidos y vulnerables (personas con habilidades diferentes, adultos en edad laboral, sectores rurales, cuota de género, etc.). (Ballón 2007)

Desde esta óptica, no debemos dejar de mencionar al Banco Mundial en su Estudio “Información y Comunicación para el desarrollo 2009” rescatado del decreto supremo que dispone las políticas de banda ancha en el Perú, quien señala que la Banda Ancha incrementa la productividad y contribuye al crecimiento económico, siendo que con un 10% de aumento de las conexiones de Banda Ancha, se incrementa el crecimiento económico de un país, en un 1,3%. Igualmente la Declaración de Sao Paulo emitida en el I Foro Iberoamericano para el Impulso de la Banda Ancha organizado por la Asociación Iberoamericana de Centros de Investigación y Empresas de Telecomunicaciones -AHCIET, estos reconocen la importancia de la Banda Ancha como infraestructura esencial para el desarrollo socioeconómico de los países y su enorme potencial para la reducción de las desigualdades económicas, regionales y sociales; y por tanto propone el desarrollo de | 203

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los Programas Nacionales de Banda Ancha como políticas de Estado8. Lo que conlleva a discernir las complejas decisiones que se deben plantear los líderes de los países, sin tener en cuenta su calificación de desarrollado o no, para una mejor opción de su economía y el desarrollo sostenible en los próximos años en el discurrir amplio de lo que denominamos economía digital. El proyecto de la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica (RDNFO) de internet de banda ancha a las zonas más alejadas del Perú es una de las iniciativas muy importantes para la integración de toda la ciudadanía peruana, se cree que para alguna población, es como la llegada de la electricidad, ya que permitirá la democratización y descentralización del acceso a la información y los datos para todos los peruanos. En el Perú este proyecto ya está en ejecución, pues convocado a Licitación Pública, tuvo como ganador al grupo Azteca, el que en un primer tramo debe cubrir 13,500 de kilómetros que unirá 180 capitales de provincia beneficiando a 6,079 localidades y 3.9 millones de habitantes. Asimismo se asimila la construcción de 30,352 km de redes regionales que tiene cobertura para 1518 distritos, y ya se ha empezado entregar el tramo inherente a la puesta en marcha de la Red Dorsal Nacional de Fibra óptica al departamento de Huancavelica9, posteriormente las demás regiones de Apurímac, Ayacucho e Ica. En cuanto las proyecciones futuras, según la fuente privada Cisco (obtenida de la publicación en Dia-1, diario El Comercio el 22 de junio 2015), creé que para el 2019 el 60% de la población estará conectada a internet beneficiando a 19 millones de usuarios. 8 9

Resumido de los considera de el D.S Nro. 034-2010-MTC (PERU) que establece como Política Nacional la implementación de una red dorsal de fibra óptica para facilitar el acceso a Internet de banda ancha El presidente de la República, Ollanta Humala, y el ministro de Transportes y Comunicaciones, José Gallardo Ku, inauguraron el pasado 3 de agosto en Huancavelica la puesta en marcha de la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica, que hará posible que las capitales de las siete provincias de esta región cuenten con internet de banda ancha de alta velocidad y accedan así a servicios como telesalud y teleducación. Para mayor referencia y conformación de los datos indicados, observar y revisar la fuente oficial del portal de FITEL.

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Ahora bien en cuanto al concepto de Banda Ancha, para entender esta necesidad tecnológica se nos ofrece varias definiciones, así de una manera simple y extractando lo que expresan diversos autores, estos considerar a la banda ancha como una red de telecomunicaciones que permita la transmisión de los datos a una velocidad substancialmente superior a la línea telefónica convencional. Por su parte nuestra ley ofrece una definición bastante amplia, al indicar: “…entiéndase por banda ancha a la conectividad de trasmisión de datos principalmente internet, en forma permanente y de alta velocidad que le permite al usuario estar siempre en línea a velocidades apropiadas para la absorción y emisión interactiva de información multimedia, y para el acceso y utilización adecuada de diversos servicios y aplicaciones de voz, datos y contenidos audiovisuales”(art. 4 de la ley 299014); que consideramos muy explicita para entenderlo a partir del uso de los servicios básicos. Pero veamos otras fuentes que explicitan sus relaciones con diversas actividades humanas, tales como los menciona Jordi Suriñach y otros: “La banda ancha en las telecomunicaciones y la electrónica hacen referencia a la señal o circuito que incluye o soporta un relativo amplio rango de frecuencias. Se considera banda ancha cualquier sistema de red de telecomunicaciones que permite la trasmisión de los datos a una velocidad substancialmente superior a las líneas convencionales. La definición puede variar, dado que, por ejemplo, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de los Estados Unidos considera como banda ancha cualquier sistema que supere los 200 kilobytes por segundo (Kbps) de velocidad, pero muchos autores (por ejemplo, Kingsley, 2005)…”

Siguiendo a la misma fuente estos autores tomando como referencia una tabla de Firth y Mello, esta nos presenta los beneficios que se derivan de la banda ancha, consideramos pertinente detallar (Suriñach J.) “Tabla 2. Beneficios y … asociados a la implantación de banda ancha

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Beneficios … EDUCACIÓN Facilidad de contacto profesor-alumno. Riesgo de adicción a Internet. Calidad y cantidad de material al que se tiene acceso. Se trata de un complemento, no de un sustituto, a otros métodos más tradicionales de educación. Posibilidad de educación a los alumnos con problemas de accesibilidad (áreas aisladas, movilidad limitada, …) Existe evidencia que la accesibilidad a la banda ancha ha mejorado el nivel de los estudiantes, comparando con estudiantes de características y escuelas similares, pero sin banda ancha Incrementa la motivación de los estudiantes. SALUD Mejora la información de los pacientes. Aumenta la diseminación de información falsa, posibilidad de pánicos (ejemplo, gripe aviar y medicamento Tamiflú). Aplicaciones médicas online (monitorización remota de pacientes, consultas entre médicos e, incluso, operaciones a distancia). El uso de Internet y la banda ancha hace a los individuos más sedentarios, con el riesgo para la salud que esto comporta. Mejora de la formación de los profesionales. RELACIONES SOCIALES Facilidad de contacto entre personas. Facilidad de acceso a contenidos peligrosos e, incluso, «subversivos». Mejora de la información disponible sobre los asuntos de la comunidad. Banalización de las relaciones sociales. Incremento de la participación política. OCIO Juegos online. Ilegalidad de algunas de estas prácticas (copyright). Facilidad de transmisión de imágenes, sonido y vídeo. Más riesgos para los adictos al juego.

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ECONOMÍA Tele-trabajo Flexibilidad de horarios. Aislamiento de los tele-trabajadores. Ahorros en costes de transporte y contaminación. Dificultad para transmitir la experiencia desde los trabajadores más veteranos a los más jóvenes. Conciliación de la vida laboral y familiar. e-comercio Las empresas pueden competir sin depender de su localización «Spam» Organización Importantes ahorros de costes para las empresas (hasta 155.000 millones de dólares a los Estados Unidos). Estos beneficios son más fácilmente alcanzables para las grandes empresas que para las medias y pequeñas. Mejora de las oportunidades de negocios (79.000 millones de dólares en los Estados Unidos).”

Finalmente, acotamos que el acceso a la banda ancha es una oportunidad de los pueblos y democracias, en tal sentido, el pueblo peruano no debe estar de espaldas, dado que es eminente en la presente generación y con mayor racionalidad, en el modo de vivir de las próximas generaciones, como una forma común del ejercicio de la libertad de expresión y la dinámica de las relaciones socioeconómicas (donde alzaprimamos el teletrabajo), culturales y políticas de los pueblos, aspectos que no pueden ser ignorados por los Estados y sobre todo los gobiernos que se precien democráticos sin producir la afectación y o degradación de la condición humana, al subsistir la exclusión y la pobreza en el mundo a través de sus expresiones más latentes, tal como puede ser, entre otras: la salud, la educación y el trabajo (teletrabajo),

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puesto que no estarían administrando con equidad y eficacia esta progresividad tecnológica a favor de los pueblos que representan. La futuridad del teletrabajo Destacamos en primer lugar la “virtualización” de las relaciones humanas que nos inducen a considerar en el futuro la desmaterialización de muchas de estas relaciones, puesto que la existencia de los impulsos eléctricos o energéticos representados por la unidad de la información: el bit, se han convertido en un elemento motor traductor del pensamiento e inteligencia humana, al discurrir por estos medios y que han alargado nuestros sentidos, acercándonos a nuestros semejantes en un mínimo de tiempo, sin importar espacios, y reemplazando la presencia física por la presencia virtual, lo que ha dado lugar que telepresencia constituya una réplica de nuestra materialidad en nuestras relaciones personales, sociales, empresariales entre otras expresiones de la cultura y convivencia humana y donde se incluye las relaciones laborales que se alzaprima a través del teletrabajo. Sin embargo, tal como expresa el filósofo argentino Mario Bunge se debe tener mucha prudencia “puesto que las redes electrónicas refuerzan algunos lazos sociales mientras debilita e incluso rompe otros” (Bunge 2009: 119) Asimismo, los términos aldea global, tecnoglobalización, sistema planetario, globalización de la economía, entre otros, esbozan un contexto sin fronteras y de apertura, que están facilitando el tránsito de bienes, personas y pensamientos, que está descongestionando las estructuras rígidas de antaño, que eran islas territoriales sin relaciones inmediatas, como fueron las organizaciones tribales, comunidades medievales y luego ciudades, países y continentes; lo que supone un cambio de las relaciones humanas producto de los redes globales de telecomunicaciones (internet, redes sociales…), lo que nos permite abrir y o sobrepasar las fronteras físicas, obligando a los países a buscar nuevas fórmulas para reordenar la funcionalidad de estas reali208 |

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zaciones humanas tanto en la sociedad actual como en las próximas estancias futuristas. Sopesando nuestro derrotero hacia el teletrabajo, observamos que la morfología del trabajo a distancia o teletrabajo, rompe el tradicional concepto de la dependencia, pues la subordinación ya no es directa e inmediata en el sentido carnal, pero sí directa, inmediata, en el sentido virtual. Igualmente la supervisión y el control asumen el mismo factor fundamentado en la virtualidad, de tal manera que las órdenes y el ejercicio del liderazgo por el empleador, serán obviados por estas tecnologías, en consecuencia las funciones carnales de ver, escuchar, leer, escribir y tocar entre dos personas: jefe y subordinado o entre compañeros de trabajo, no serán diferentes, desde una óptica funcional, de las realizadas cara a cara, puesto que serán reemplazadas con relaciones virtuales con pantallas, consolas u otras similares, instaladas en el centro laboral de la sede y el puesto de trabajo, del trabajador a distancia, sea fijo, móvil o itinerante. El trabajo a distancia concurre cada vez con mayor sofisticación debido a las innovaciones humanas, de tal manera que en una primera instancia se tuvo la telepresencia auditiva y visual temporal con terminales independientes: teléfono, fax etc., que luego evolucionó a la telepresencia bidimensional auditiva, visual, fija o portátil y sobre terminales diversos como las computadoras, laptop, teléfonos personales de tecnología celular, smarthphone o inalámbrica 4G,5G etc. En la actualidad ya estamos asumiendo la denominada telepresencia tridimensional interactiva auditiva, visual e incluso sensorial, donde el trabajador todo el tiempo estará relacionado virtualmente con su jefatura y sus compañeros de trabajo, acercándose cada vez más a un trabajo “realmente” real por la interacción visual y auditiva constante. En tal sentido las empresas futuro (si no lo están haciendo ya las actuales empresas), gozarán de muchas formas de comunicaciones, coordinación, control y supervisión, sin mayor diferencias entre el | 209

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trato presencial o carnal; e inclusive los impactos negativos del teletrabajo bidimensional, tal como el aislamiento o falta de contacto físico y afectivo para compartir metas y objetivos laborales, ya no será un obstáculo por las características mencionadas de la tridimensionalidad laboral. Para finalizar la ponencia nosotros auguramos en cuanto a la futuridad del teletrabajo, las siguientes reflexiones que presentamos: – En el futuro el legislador deberá avizorar las imparables irrupciones del factor tecnológico, que transformará las relaciones laborales empleador-trabajador inherente a supervisión, coordinación, trasmisión y recepción del producto laboral; sin embargo también deberá tener en cuenta que en el futuro las diferencias entre lo presencial y lo telepresencial debido a las TIT serán funcionalmente parecidas, lo que obligará a la uniformidad y homologación de las políticas laborales, considerando además que no se necesitará legislación especial alguna para regular el trabajo a distancia y el trabajo clásico o carnal, dada la sutil diferencia tecnológica que separaría la funcionalidad laboral virtual (telepresencial) con lo carnal (presencial). – El afijo tele, como observamos, anida distancia que integrado al trabajo, afirma el teletrabajo, como una forma diferente de trabajar del clásico trabajo presencial, sin embargo ya se preludian otras modalidades futuribles que no solo constituyen formatos laborales distintos, si no la asunción de sistemas productivos diversos como el trabajo y la producción de índole robótico –amén si estos robots tendrían derechos laborales–; sistema de producción biotecnológica que inaugura sistemas de producción de hechura molecular, al cual debemos agregar el sistema productivo nano-tecnológicos, entre otros formatos futuribles como la producción FAB LAB, todas ellas de intensa aparición en el mundo comercial y económico en las próximas décadas, que engendra210 |

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rán, a no dudarlo, no solo técnicas, sino una filosofía distinta de lo que es el trabajo de nuestros días. – Prosiguiendo la aseveración anterior, el teletrabajo es gestado en el moderno campo de la economía digital y la sociedad de la información, y que asume el mundo global, al que estamos involucrados como homo faber, engarzando la coexistencia común de una realidad material (trabajador carnal) y la virtualidad digital (trabajador virtual), que es el preludio de la concepción del hombre masa material y el hombre masa energía, concurrente con la aparición futurible del hombre-máquina, que nos estaría llevando al ejercicio filosófico y prospectivo de largo aliento que contestamos con las siguientes interrogantes, a saber: del hombre de carne y hueso… ¿Estaremos ya transitando al hombre máquina? ¿Llegó la máquina al hombre? o ¿el hombre llegó a la máquina? O acaso podría ser posible ¿La mutación hombre bio-energético masa al hombre bio-energético espiritual?, dado a que como lo afirman diversos filósofos jusnaturalistas (Castillo 1996: 501-502), “… la naturaleza real del ser humano, espíritu, materia…”, se integran para “… asegurar el desarrollo integral de la vida humana”, cuyo fundamento primigenio es el derecho a vivir, concordante con el primer derecho humano: la vida, en consecuencia prosigue Melquiades Castillo (profesor emérito de la UNMSM), el derecho al trabajo viene a ser el primer emisario de ese derecho vital del futuro”, al que agregamos “que es no solo del futuro, sino del pasado y del presente o en todo los tiempos, y sea la forma o modalidad que la cultura humana le permita al hombre trabajar para vivir.” (Armas. C 2013: 57) Conclusiones 1. Nadie duda de que las innovaciones de la ciencia y la tecnología generan cambios en la sociedad que repercute en la vida cultural, social, económica de las personas y organizaciones, siendo así que la aparición de las TIT y su desarrollo imparable están dando pa| 211

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sos hacia la virtualización de diversas relaciones humanas, en el afán de reemplazar las vetustas realizaciones fundamentadas en desplazamiento físicos y relaciones carnales a otro que se denomina telepresencia, que permite interactuar en formatos de imágenes pero en tiempo real y con la sensibilidad de los sentidos muy semejante a la relación carnal, perfeccionándose la dinámica y eficacia de las realizaciones, entre estas se tiene el teletrabajo. 2. El teletrabajo, trabajo de distancia o trabajo telepresencial aparece como una nueva gesta de realización del trabajo, lo que obedece a una funcionalidad que beneficia a ambas partes de la relación laboral: el teletrabajador y empleador; y desde luego, cuando su implantación provenga de una evaluación que indique la mejora de los procesos productivos y de servicios, tanto en los sectores privados como públicos, los que darán mayores y mejores beneficios para la sociedad. 3. En el Perú desde el 2013 existe una ley pero no está lo suficiente para implantar el teletrabajo de manera formal, ya que se debe tener en cuenta que algunas empresas peruanas emplean a trabajadores utilizando las TIT, de manera que estarían “teletrabajando”, pero en realidad desde al óptica legal no sería teletrabajo, porque están bajo el régimen contractual de locación de servicios, en consecuencia sin el pago correspondiente de sus beneficios laborales. Ello nos indica la necesidad de una regulación urgente de esta materia. 4. A nuestra manera de ver, el mayor impedimento del Perú, es la poca difusión del teletrabajo al empresariado y a la ciudadanía en general, por las instituciones públicas que tiene la función pertinente. Lo que se agrava por la anuencia del empresariado peruano de no tener el interés de aplicarlo, dado que tendría que pagar a sus teletrabajadores los beneficios sociales de ley que actualmente elude, al suscribir con el trabajador a distancia sendos contratos de locación de servicios. 212 |

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5. El teletrabajo es una posibilidad de inclusión social ya que se arguye entre otras motivaciones, de permitir el acceso a esta modalidad laboral a los discapacitados, los que pueden encontrar un medio para su realización personal. Ello también traería beneficio e inclusión socioeconómico a jóvenes y adultos desempleados, que pueden tener una alternativa de empleo con el trabajo a distancia. 6. Se dice que el teletrabajo permite diversas ventajas para las partes. Al teletrabajador porque le permite la flexibilidad horaria, libertad personal, entre otros. Por otra parte, las organizaciones, de acuerdo a diversos autores, tendrían la ventaja de la disminución de costos fijos y variables, dado que aminora el personal de oficina, mobiliario, servicios etc. Se sustenta igualmente desventajas del propio teletrabajo, tal como que el “teletrabajador” estaría escaso del contacto personal, es decir, desarticulado de su entorno social laboral y de los objetivos corporativos; así como carente de ayuda inmediata en sus actividades cotidianas muy común en los centros laborales tradicionales, los que podrían atentar contra la productividad y competitividad; lo cual creemos que ello se debe revertir con los controles y la retroalimentación respectiva. Recomendaciones 1. Reiteramos que el Ministerio de Trabajo tiene una tarea singular para sustentar el crecimiento del teletrabajo en el Perú, puesto que compete como ente público sectorial de trabajo, hacer difusión de las potencialidades del teletrabajo en general, así como promover la capacitación y refrendar bajo un programa acreditado la certificación a todos los ciudadanos que necesiten teletrabajar. La escasa o nula decisión política de la autoridad pública nos hace ver que se está perdiendo una oportunidad de integración al mundo laboral de un sector de peruanos.

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2. Las organizaciones deberán hacer un estudio específico y casuístico de conformidad con sus fortalezas y debilidades empresariales, para decidir si es conveniente o no el teletrabajo, ya sea en parte o toda la organización, es decir, deslindar qué puestos son idóneos para esta opción, así como la cantidad de personal y sobre todo seleccionar al personal que mejor se adapte al Teletrabajo, y luego iniciarse un programa piloto con la finalidad de tomar las medidas necesarias para implementar el teletrabajo, de tal manera que garantice un balance empresarial positivo, es decir que cumpla con la ecuación: Rendimiento (trabajadores presenciales + teletrabajadores) > Rendimientos de trabajadores presenciales . 3. Un plan de teletrabajo, de conformidad con algunos tratadistas, comprende que los posibles teletrabajadores deban tener ciertas características, desde el punto de vista que no todos estarían preparados para optar por el teletrabajo. Esto obedecería a un análisis del perfil del trabajador a un puesto de teletrabajo; por tanto se recomienda la necesidad que los candidatos tengan singulares características para dicho puesto, por lo que la empresa debe de hacer un estudio objetivo para seleccionar a los postulantes. 4. La prestación de servicios a distancia, si bien es cierto ya se realiza en un sector de empresas, sin embargo, desde el punto de vista legal laboral, los servidores no son tratados como trabajadores con derechos a beneficios sociales, por lo que la Inspección Laboral del Ministerio de Trabajo o a quien corresponda de acuerdo al reglamento que se aplique, deberá incluir en forma explícita las diversas faltas y sanciones por atentar contra los derechos de los teletrabajadores por las empresas. 5. Singular importancia nos convoca referir que la aplicación del teletrabajo en la administración pública debe tener por objetivo lograr una mayor eficiencia y eficacia en la prestación de los servicios a los ciudadanos, concordando con los lineamientos del 214 |

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gobierno electrónico, inherente a lograr una mejor gobernanza que hoy día debe ser importante para coadyuvar el desarrollo del país y responder a los nuevos retos de la ciencia y tecnología. Bibliografía Arrieta, R. 2006 “Relación jurídica contractual del teletrabajador en el sector telecomunicaciones en la Metropolitana de Caracas” Tesis de Grado Universidad Católica Andrés Bello-Caracas. Armas, C. 2007 Ciencia, Tecnología y Derecho. Fondo Editorial UNMSM. Lima (Primera edición). 2013 La visión prospectiva de ciencia y tecnología. Fondo Editorial UNMSM. Lima (Primera edición). Barrero, A. 2000 El Teletrabajo. Editorial LIBSA. España. Barriuso, C. 2011 Interacción del Derecho y la Informática”. Editorial Dykinson, Madrid. Bunge, M. 2009 ¿Qué es filosofar científicamente? y otros ensayos. Fondo Editorial Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Castillo, M. 1996 Filosofía del Derecho. Editora FECAT. Lima (tercera edición). Davara, M. 1997 Informática y derecho. Editorial Aranzandi, Navarra, España. Murillo, E. y otros 2009 Implementación del teletrabajo en la realidad del sector público. Universidad de Costa Rica. Facultad de Derecho. | 215

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Nuñez, P. 1996 Derecho Informático. Marsol Perú, Lima . Silva, J. 2011 La expansión del derecho penal. Aspectos de la política criminal en las sociedades post industriales. EDISOFER, Buenos Aires. Fuentes digitales Ballon, Roberto 2014 Fundamentos para la Implementación Jurídica del Teletrabajo en el Mercado Socio-laboral Peruano: 1-11 . Web 15 julio. 2015 Lubiza Osio Havriluk Observatorio El teletrabajo: Una opción en la era laboral, Revista Venezolana Vol. 3 N.º 5, enero-junio, 2010: 93-109 Universidad de Carabobo. ISSN: 18569099. Web, 28 julio. 2014 Martha Sánchez Galvis Documentos de Proyectos a la Medición de Teletrabajo: Evidencia de algunos países de América Latina CEPAL Naciones Unidas –Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) Alianza para la sociedad de la información en América Latina y el Caribe arroba LIS Enero del 2012 Santiago de Chile página 10 al 12) Web, 14 diciembre 2014. 2014 Tellez, Julio; Instituto de Investigaciones Jurídicas de UNAM “Teletrabajo”: 729-739 Web 20 febrero 2014. 2005 Suriñach Jordi; Javier Romani y Monserrat Termas ¿Afecta la banda ancha al crecimiento económico ¿ Evidencias sobre agentes y territorios. Investigaciones regionales 10 paginas 207 a 235 Sección Panorama y Debates. Web, 12 marzo 2005.

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LA PRIMERA INFANCIA: UN DESPERTAR EDUCATIVO HACIA EL 2021 The first infancy: An educational awakening to 2021 María Elena Dávila Díaz Resumen El siglo XXI presenta avances vertiginosos basados en investigaciones que reafirman que el potencial humano que se genera desde el momento de la concepción se desarrolla fundamentalmente en los primeros cinco años de vida. Sin embargo las brechas educativas son profundas. La oficialización de la educación primaria se dio en 1828 mientras que la Educación Inicial recién es oficializada en 1972 y atiende en modalidades de educación escolarizada y no escolarizada con alto grado de inequidad entre ambas. Se priorizó la atención de niños de tres a cinco años y los menores de tres años han sido mínimamente atendidos, no existiendo datos oficiales. Si entendemos que la única forma de romper el círculo de la pobreza es la educación y el mayor potencial de un país es la persona, comprenderemos que la educación de la niñez constituye la mejor vía para el desarrollo y recién en los últimos años ingresa en la agenda de los políticos. La sensibilización de la sociedad civil y la responsabilidad del Estado ante la primera infancia debe movilizar a todos los sectores a cumplir con los acuerdos internacionales, nacionales y recomendaciones que ante la llegada del bicentenario son exigencias que todos debemos responder. Palabras clave: Primera infancia, Educación Inicial, desarrollo, sociedad civil, bicentenario [217]

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Abstract The XXI century presents vertiginous advances based on research that reaffirm that human potential that is generated from the moment of conception develops fundamentally in the first five years of life. However, educational gaps are profound. The officialization of primary education was in 1828 while preschool education is formalized only in 1972 and serves on modalities of school education and unschooled with a high degree of inequality between them. Priority was given to the care of children three to five years, while those under three years have been minimally attended, although there is no official data. If we understand that the only way to break the cycle of poverty is education and that the greatest potential of a country is the person, we will understand that education of children is the best way for development and only in recent years entered to the political agenda. Awareness of civil society and the responsibility of the State in early childhood must mobilize all sectors to comply with international, national agreements and recommendations that in the face of the arrival of the bicentennial are requirements that we all must answer. Keywords: First infancy, Preschool education, Development, Civil society, Bicentennial Introducción El siglo XXI presenta avances vertiginosos basados en investigaciones que reafirman que el potencial humano que se genera desde el momento de la concepción se desarrolla fundamentalmente en los primeros cinco años de vida. Sin embargo las brechas en nuestro país con respecto a la atención educativa de la niñez son profundas. Si visualizamos la historia de la Educación peruana podemos concluir que a nivel oficial durante más de un siglo, los niños en su primera infancia estuvieron invisibles y no tuvieron un lugar en el sistema educativo peruano. 218 |

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Sin embargo, existieron valiosos esfuerzos de mujeres como Juana Alarco de Dammert en 1896 y Elvira García y García en 1902 que promovieron la atención a los niños en sus primeros años de vida. Fueron fundadoras de la Sociedad Auxiliadora de la Infancia, incentivando el apoyo de voluntarias que ofrecieran su apoyo a la niñez fundamentalmente en acciones de atención y cuidado. Es recién en 1931 que gracias al coraje, valentía y esfuerzo de las hermanas Victoria y Emilia Barcia Boniffatti se crea el primer jardín de la infancia público en el Perú. Son esta mujeres educadoras las pioneras de la Educación Inicial en el Perú y su dedicación al trabajo y amor a los niños fueron los mejores gritos silenciosos de la gran labor realizada con la empresa más importante de un país que la constituyen la familia y sus niños. Educación en la primera infancia Como podemos apreciar el Perú celebra su sesquicentenario de la independencia con esfuerzos individuales de educadoras y algunas acciones gubernamentales como la creación de la Inspectoría Nacional de Jardines de la Infancia, cuyo objetivo según las normas era que se educara a los niños con el fin de prepararlos para su futura escolaridad en educación primaria. En 1967, por gestión del ministro de Educación Dr. Carlos Cueto Fernandini, se crea la Supervisión General de Educación Preescolar y en el año 1968 se establece la División de Educación Preescolar como parte de la Dirección de Educación Primaria y Preescolar. Es así como progresivamente en base al interés de distinguidos profesionales del campo educativo y los valiosos resultados en el desarrollo de los niños que asistían a los programas educativos, se va tomando conciencia de la importancia de la educación desde los primeros años de vida. | 219

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En 1972, se crea oficialmente el Nivel de Educación Inicial, mediante la Ley General de Educación Nº 19326, para atender a los niños y niñas desde el nacimiento hasta los cinco años. Sin embargo, no se le dio el carácter de obligatorio. En 1973 se oficializa el primer programa no escolarizado que fue el inicio de lo que hasta hoy conocemos como PRONOEI, es decir programas no escolarizados de Educación Inicial, que desde su creación han sido un importante aporte para la atención educativa de la niñez que habita en zonas urbano marginales y rurales. Estos programas se han venido desarrollando a través de diferentes estrategias que han promovido la atención no solamente a los niños, sino también a la familia. La Educación Inicial tuvo un gran realce y apoyo en la primera década de su oficialización pero el número de niños atendidos era mínimo, razón por la cual estos programas no escolarizados se constituyen en aliados de la niñez que no puede acceder a la modalidad escolarizada. Es necesario resaltar que si bien estos programas colaboran con la atención educativa de la niñez, están a cargo de promotoras educativas comunitarias que son personas de la comunidad capacitadas para realizar esta labor que les brinda una mínima propina mensual. La forma organizativa para la atención de la Educación Inicial ha sido fluctuante y de ser una Dirección general de Educación en 1977 con la asignación de un presupuesto que le permitió una mayor expansión de los servicios educativos, sin embargo en 1995 deja de serlo para pasar a ser parte de la Dirección Nacional de Inicial y Primaria, sin independencia administrativa, ni presupuestal, lo cual causó un deterioro en el avance de la atención educativa, a pesar de los compromisos asumidos en 1990 en la Conferencia Mundial de Educación para todos en Jomptien Tailandia. 220 |

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Como resultado de estos compromisos, el Ministerio de Educación planteó la universalización progresiva de la educación inicial. No obstante, pese a que el acuerdo fue expandir el sistema desde la primera infancia se puso en marcha una estrategia que priorizó la matrícula de las niñas y niños de cinco años de edad, considerándose que progresivamente se extenderían a los de 4, luego los de tres y así sucesivamente. La realidad nos demuestra que esto no ha sido así y los niños menores de tres años tienen un mínimo acceso y aún las pocas instituciones que los atienden y sus docentes también fueron olvidadas durante muchos años a pesar de estar desde el 2003 bajo los lineamientos de la nueva Ley General de Educación Nº 28044 la cual ratifica la atención a la niñez desde el inicio de la vida y señala que el Estado asume también la obligación de atender las necesidades de los niños en nutrición y salud a través de una acción intersectorial. Sin embargo en las disposiciones transitorias se sigue dejando en suspenso la obligatoriedad del nivel, ratificándose así las brechas ya existentes en la atención educativa de los niños, principalmente en sus tres primeros años de vida. Sin embargo, hay algunas pequeñas luces en este despertar educativo que anhelamos y avizoramos lograr. En el 2006, se vuelve a crear la Dirección de Educación Inicial en el Ministerio de Educación, lo cual generó mejores condiciones institucionales para impulsar políticas a favor de la educación inicial en el Perú. Esta medida repercutió en un incremento de los presupuestos sectoriales para este nivel educativo, así como en la gestión de diversas acciones orientadas a mejorar su calidad y cobertura. Sin embargo se observó que muchas acciones enmarcadas en la mejora de la calidad se han mantenido orientadas a las instituciones que atienden en jardín y también a la capacitación de sus maestras, dejando relegadas a las instituciones de Cuna y sus docentes. | 221

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Podemos reafirmar el pensamiento de Pereyra, M (2005) quien señala que el problema no es el conocimiento de las necesidades de la primera infancia, sino la divergencia entre dicho conocimiento y las acciones concretas llevadas a cabo. Estas acciones creemos que pueden ir cambiando en este despertar educativo del que hoy queremos hablar o soñar que ya nos está acompañando. Cueto (2015) manifiesta que se requieren inversiones diferenciadas del Estado, que deberán priorizar a los estudiantes con alto riesgo de obtener bajos niveles de aprendizaje y que provienen de familias de bajos recursos siendo necesario que estas intervenciones empiecen desde una edad muy temprana con certeza antes de los 5 años para que el potencial del desarrollo de los niños y las niñas no se afecte. Hoy esta gran responsabilidad de atención a la primera infancia es compartida principalmente por los ministerios de Educación, de la mujer y poblaciones vulnerables y el de Inclusión social. Si entendemos que la mejor forma de romper el círculo de la pobreza es la educación y el mayor potencial de un país es la persona, comprenderemos que la educación de la niñez constituye la mejor vía para el desarrollo y recién en los últimos años ingresa en la agenda de los políticos. En las últimas elecciones del 2011 por primera vez, la primera infancia estuvo en la agenda de los candidatos y aún cuando la mayoría de ellos hicieron evidente en sus planteamientos el desconocimiento de lo que realmente constituye la búsqueda del desarrollo infantil temprano, al menos el tema estuvo en su agenda. Cuando decimos que los candidatos demostraron no tener claridad sobre el tema, trasladamos también este sentir con relación a la población en general. Es necesario enfatizar que no se trata de buscar 222 |

La Primera Infancia: Un despertar educativo hacia el 2021

escenarios para que cuiden a los niños mientras los padres trabajan, se trata de crear escenarios para que se potencialice el capital más importante de un país: su niñez. Sin embargo aún entendiéndolo así podríamos caer en el error de pensar que buscamos enriquecerlos en la primera infancia para que así estén preparados para sus estudios posteriores y puedan triunfar en la vida. Debemos erradicar de nuestra mente la frase tan enraizada y enfocada a que los niños son el futuro de un país. Los niños son un hoy, presente y pensante de acuerdo a su edad y que nos exigen verlos de una manera diferente. Creemos que el momento actual es una oportunidad que se enmarca en el despertar educativo con respecto a la primera infancia y que se inició en las tres últimas décadas previas al Bicentenario. Aún cuando nuestro actual presidente tuvo la mirada de que Cuna Más era una propuesta para cuidar a los niños y no para desarrollarlos, sin embargo responsables gubernamentales y profesionales de distintos ámbitos están encontrando nuevos rumbos e iniciando un camino que sentimos es el gran despertar educativo con una mirada diferente hacia la primera infancia. Hay que resaltar que este despertar nació desde comunidades organizadas que iniciaron un trabajo ejemplar y valioso en los primeros Wawa Wasi, que fueron un pilar en América Latina y que constituyeron un referente para muchos otros países. En el año 2014 se instaló la Comisión Multisectorial de naturaleza temporal, adscrita al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, con el objeto de proponer los actuales Lineamientos para la Gestión Articulada Intersectorial e Intergubernamental orientada a promover el Desarrollo Infantil Temprano, denominados “Primero la Infancia”, y un Plan de Acciones Integradas para el periodo 2014-2016, en el marco de la política de desarrollo e inclusión social (aprobada con RS Nº 413-2013-PCM). | 223

VI Congreso Hacia el bicentenario de la Independencia

Esta comisión presentó estos Lineamientos, elaborados y consensuados por los sectores de Cultura, Desarrollo e Inclusión Social, Economía y Finanzas, Educación, Energía y Minas, Justicia y Derechos humanos, Mujer y Poblaciones Vulnerables, Salud, Trabajo y Promoción del Empleo, Vivienda, construcción y saneamiento y la participación de representantes de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales y la Red de Municipalidades Urbanas y Rurales del Perú son un marco de política social para la acción que debe comprometernos a todos y colaborar con su cumplimiento no solamente con nuestra participación sino también con nuestra vigilancia permanente sobre las metas nacionales propuestas. Los dos primeros ejes estratégicos que abordan a la primera infancia deben ser conocidos y valorados por toda la sociedad civil, razón por la cual es necesario difundirlos en todo ámbito posible. Esto permitirá también un despertar educativo y responsable de la comunidad, la familia y el gobierno sobre la primera infancia y juntos encaminarnos a que los resultados realmente sean logrados: Los Lineamientos “Primero la Infancia” plantean siete resultados: a. Niñas y niños nacen entre 37 y 41 semanas de gestación y con adecuado peso. b. Niñas y niños a los 12 meses con apego seguro. c. Niñas y niños antes de los 2 años* caminan solos. d. Niñas y niños a los 36 meses con un adecuado estado nutricional (sin desnutrición ni anemia). e. Niñas y niños a los 3 años se comunican verbalmente de forma adecuada. f. Niñas y niños entre 2 a 5 años logran regular sus emociones y comportamientos. 224 |

La Primera Infancia: Un despertar educativo hacia el 2021

g. Niñas y niños entre 2 a 5 años adquieren función simbólica (representan sus vivencias). Los lineamientos además de ello precisan 41 intervenciones efectivas que el país debe promover e implementar para lograr la visión que quiere lograr con los niños y niñas del país. Durante el proceso electoral 2014, se suscribieron 26 Acuerdos de Gobernabilidad Regionales, promovidos por la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza que establecen compromisos de implementación de Políticas Públicas para el desarrollo entre los movimientos políticos, sus candidatos y representantes de la sociedad civil. La atención a la Primera Infancia ha sido planteada en los 26 Acuerdos de Gobernabilidad Regionales. Entre los resultados previstos se encuentran la reducción de la desnutrición crónica y de la anemia, con una mayor incidencia en 24 departamentos; y la mejora de logros de aprendizaje en niñas y niños de 0 a 5 años, también con alta incidencia en 17 departamentos. El objetivo del proceso en su conjunto es movilizar al Estado y a la sociedad civil alrededor de los principales indicadores de desarrollo infantil temprano que prevalecen en el país, identificando tendencias y reafirmando el compromiso asumido por medio del Acuerdo de Lamay (octubre 2013) y los Acuerdos de Gobernabilidad para desarrollar estrategias que contribuyan a mejorar las condiciones de niños y niñas del Perú. Nuestra gran tarea es contribuir y velar que los indicadores del desarrollo infantil temprano se vayan acercando al cumplimiento de las metas, porque así estaremos enfocándonos en disminuir las brechas tan profundas y que aún ni siquiera tienen cifras en el campo educativo para nuestros menores de tres años. Veamos el siguiente cuadro:

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VI Congreso Hacia el bicentenario de la Independencia

Indicadores de Lamay

Perú 2010 2011 2012 2013 2014

2016

Desnutrición crónica en niños y niñas menores de cinco años

23.2

19.5

18.1

17.5

14.6

10.0

Anemia en niños y niñas de 6 a 35 meses

50.3

41.6

44.5

46.4

46.8

20.0

Hogares con acceso a agua y saneamiento

67.4

68.0

70.9

71.2

72.5

85.0

Asistencia de niños y niñas de 3 a 5 años a Educación Básica Regular

80.0

80.5

80.5

84.4

85.2

85.0

Fuente : INEI , ENDES, ENAHO 2010-2014

El color indica la tendencia positiva o negativa entre los años 2013 y 2014 La sensibilización de la sociedad civil y la responsabilidad ante la primera infancia debe movilizar a todos los sectores a cumplir con los acuerdos internacionales, nacionales y recomendaciones que ante la llegada del bicentenario son exigencias que todos debemos responder. A continuación presentamos algunas recomendaciones que se plantearon al finalizar el II Congreso Internacional de Educación Inicial realizado en el mes de agosto del 2015 en la Pontificia Universidad Católica del Perú y que unidos a estos indicadores sobre desarrollo infantil temprano son los grandes horizontes que debemos visionar alcanzar para cumplir con el alto compromiso que ya se está asumiendo con nuestra niñez desde la teoría y que debe evidenciarse realmente en la praxis con un manejo adecuado de los recursos que felizmente se van incrementando y que deben reflejarse no solamente en la acción que se brinda sino fundamentalmente en la calidad. 226 |

La Primera Infancia: Un despertar educativo hacia el 2021

Recomendaciones • La Educación Infantil Temprana debe ser declarada una prioridad real del Estado y atendida en toda su amplitud, especialmente en el Primer Ciclo (0 a 3 años), lo que requiere la construcción de un Plan Estratégico del nivel a fin de establecer la líneas prioritarias de acción acordes con las características contextuales en las que se realiza la acción educativa con los niños, la familia y la comunidad en zonas urbanas y rurales y las metas anuales de progreso. • La concepción de la calidad, dentro de un enfoque holístico y sistémico en las evaluaciones educativas, debe tener en cuenta su carácter dinámico y multifactorial, la necesidad de pertinencia cultural, su referencia a la sociedad que se pretende construir y a las aspiraciones de la población. Por ello es necesario un proceso participativo y consensuado de construcción del concepto de calidad educativa en el nivel, sus determinantes y formas de evaluar, acordes con la realidad del contexto y las características infantiles. • Para todo ello, es urgente la planificación y una mayor atención a la calidad de la formación de docentes de la especialidad; al fortalecimiento de las capacidades del personal de operadores en las diferentes instancias de la gestión; a la capacitación y certificación técnica del personal de apoyo y las promotoras, a fin de que todo este contingente humano que se requiere sea suficiente y esté preparado para atender las demandas anuales del crecimiento poblacional y tenga la calidad necesaria, provista por universidades e institutos debidamente certificados y acreditados. • Es necesario mantener la diversidad de enfoques, métodos y modelos organizativos en los servicios y programas de atención y educación de la infancia para un país diverso, con una realidad ecológica, cultural y socioeconómica compleja y una infancia que reclama ser atendida en su lengua materna, a fin de facilitar sus procesos de integración, aprendizaje y desarrollo. | 227

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• Continuar con los esfuerzos para obtener una data estadística verídica, confiable y oportuna, que sirva para la toma de decisiones pertinentes, viables y eficaces, en beneficio de los niños. • Fortalecer y consolidar los programas de acompañamiento familiar que se han iniciado y los servicios itinerantes con el apoyo de la comunidad, para la atención de niños y niñas de zonas aisladas y excluidas de los derechos de la infancia y para el apoyo pertinente a los padres y la familia. • Continuar, mantener y consolidar el gran logro de los lineamientos intersectoriales para la primera infancia, así como las acciones integradas para el control de la salud, y la movilización regional para la disminución de la desnutrición y sobretodo de la anemia infantil, que inciden directamente en el desarrollo y aprendizaje infantil. • Continuar y consolidar la Educación Intercultural Bilingüe, mantener los esfuerzos en los próximos gobiernos, teniendo en cuenta la necesidad de cerrar brechas de atención educativa en el acceso y en la calidad y para desarrollar en los niños pequeños su identidad personal y cultural, a fin de que se sientan parte de un pueblo, una región y un país, con el uso de la lengua materna en los programas de menores de tres años. • Profundizar el trabajo con los padres de familia, con una visión flexible frente a los cambios y las diferencias en los últimos tiempos, teniendo en cuenta la importancia del apego seguro que proporcionan las familias protectoras, afectuosas y fuertes, que brindan el soporte emocional, libre de riesgos y de violencia. • Reinstalar la Dirección de Tutoría y Orientación de los estudiantes a fin de garantizar una formación en valores familiares, respeto a la mujer y disminución de los embarazos adolescentes, y de la violencia que repercuten en las relaciones intrafamiliares, en el 228 |

La Primera Infancia: Un despertar educativo hacia el 2021

cuidado y atención de los más pequeños y en el desarrollo y aprendizaje infantil. • Promover la producción y difusión de programas de información y orientación por diversos medios a madres y padres especialmente en los sectores menos informados. Como apreciamos los desafíos son grandes oportunidades que se nos presentan para responder al silencio que durante años han ocultado la presencia de la niñez en la sociedad, creándose así brechas tan grandes y profundas que van cuestionándonos indiscutiblemente sobre este actuar del Estado que debe sentir ante los avances y aportes de las neurociencias, la inmensa responsabilidad que le compete en la atención integral y educación de las nuevas generaciones. No podemos esperar más, las palabras están escritas y ahora corresponde nuestro actuar que debe reflejarse en compromiso y participación como parte de una sociedad que comparte este despertar con respecto a la mirada de la primera infancia y que nos interpela hacia una exigencia permanente al cumplimiento del rol que le corresponde al Estado en la atención a la niñez. Por otra parte, cada uno de nosotros somos parte de una familia y un modelo de referencia para los niños, por ello es importante que asumamos en todo momento esta gran responsabilidad. Al ver las noticias del día a día y la realidad que todos compartimos no podemos dejar de sentirnos responsables de lo que acontece y que nos interpela a exigirnos con mayor énfasis en la formación integral del ser humano desde el inicio de la vida, considerando que como decía Rogers (1961) la educación no es otra cosa que el proceso de ayudar a que el ser humano se convierta en persona. El rol educativo de los padres y maestros se consolida en la medida que se asuma con conocimiento y actitud favorable este rol, de lo

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VI Congreso Hacia el bicentenario de la Independencia

contrario la atención de la niñez en la etapa más importante del desarrollo humano queda en manos de quienes siendo por excelencia sus primeros educadores terminan siendo los distorsionadores del proceso formativo. Haciendo una síntesis del tema podemos concluir que en camino al bicentenario nos encontramos con un despertar educativo con respecto a la primera infancia que nos lleva a concluir que estamos en un escenario que nos permite visualizar lo siguiente: De un siglo y medio de independencia con ausencia e invisibilidad del niño en el sistema educativo peruano, desde 1972 la educación inicial está legitimada y ratificada con la actual ley de educación 28044 De una desvalorización y minimización del niño como persona, hoy se reconceptualiza la mirada del niño como un ser pleno de potencialidades desde el inicio de su vida. De esfuerzos aislados por brindar una formación integral al niño, hacia una unidad convergente en que diferentes sectores gubernamentales se orientan hacia la concertación intersectorial en beneficio de la infancia. De mínimos recursos de inversión educativa en la primera infancia, a una inversión prioritaria desde distintos actores que apuestan por acortar la brecha educativa. De una acción privilegiada del adulto sobre la niñez a una actuación privilegiada en bien del interés superior del niño. El camino es aún muy largo y difícil de acortar pero la esperanza está presente en este despertar educativo hacia el 2021, en el que ojalá encontremos a nuestra primera infancia situada en el lugar privilegiado que le corresponde y con un país que opta por la niñez como el valor más preciado en la sociedad.

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La Primera Infancia: Un despertar educativo hacia el 2021

Referencias bibliográficas 2013 Compromiso Intersectorial para promover el Desarrollo Infantil Temprano - Lamay 2013 Cueto, S. 2015 Características socioeconómicas y rendimiento de los estudiantes. GRADE Análisis y propuestas. Contribución al debate sobre políticas públicas. Abril 2015 N.º 28. Ley General de Educación 19326. Lima, 1972 Ley General de Educación 28044. Lima, 2003 Pereira, M. 2005 Intervenciones en primera infancia. Centro de Publicaciones Educativas y material didáctico, Buenos Aires. Rogers, C. 1961 El proceso de convertirse en persona. Paidós, Buenos Aires.

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RETOS DE LA GOBERNABILIDAD LATINOAMERICANA EN EL SIGLO XXI EN LA NUEVA ERA DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN Challenges in the Latin American Gobernace in Twenty first century in the new era of information and communication

Melanie Sánchez Salas Resumen El contexto de esta conferencia se enmarca en el proceso independentista de América Latina, el cual nos proporciona una retrospectiva hacia el pasado para conocer y entender los diferentes nacimientos que hemos tenido como naciones. Es necesario también usar esta retrospectiva para comenzar a discutir sobre los retos que se presentan actualmente en aras de lograr países realmente independientes y desarrollados. Palabras clave: Marketing gubernamental, Administración pública, cibernauta, TIC. Abstract This conference is related with the Latin American’s Independence Process, which provides us a retrospective into the past to know and understand some different births as nations. It is necessary, also to use this retroperspective to begin a discussion about the challenges that appeared nowadays in order to aim really independent and developed countries. [233]

VI Congreso Hacia el bicentenario de la Independencia

Keywords: government marketing, Public administration, cibernauta, TIC El mundo digital, un cambio de paradigma Durante la historia de la humanidad han ocurrido cambios trascendentales, esos cambios han ido de la mano de cinco revoluciones tecnológicas acaecidas en el mundo, dando de un devenir de paradigmas que se hicieron patentes bajo las siguientes denominaciones y tiempo. La primera fue la revolución industrial en 1751; la segunda la era de los trenes y ferrocarriles en 1829; la tercera la era del acero, la electricidad y la ingeniería pesada en 1875; la cuarta la era del petróleo, el automóvil y la producción en masa en 1908; y la última que es la era de la informática y las telecomunicaciones que tiene como inicio 1971 con la creación del primer microprocesador (Pérez, 2004). Es en la era de la informática y las telecomunicaciones en donde aparece la Web a mediados de los años noventa, con la cual sobrevino la era de la conexión en red. A partir de ese momento, el escenario que se ha venido expandiendo y que arropa la primera década del siglo XXI es que lo tecnológico trasvasa todo el quehacer humano, y de manera particular, el ámbito comunicativo, con repercusión significativa en el quehacer político, sobre todo en lo atinente a la gestión pública de los espacios locales ya que el internet brinda las oportunidades para interactuar con los ciudadanos como son: amplio acceso, comunicación abierta o foros electrónicos. Estas oportunidades son útiles no solo para pequeños grupos de interés, sino también para el ejercicio de la ciudadanía, confiriendo a los habitantes de las comunidades el real poder de la actividad y la participación política. Al abrirse la participación del ciudadano en el marco de las nuevas lógicas de la sociedad de la información y de la comunicación, aparece lo que Domínguez (2009) denomina los “ciberactivistas” que son ciudadanos interesados en participar activamente en política y que se valen de las diversas herramientas que las nuevas tecnologías digitales les ofrecen. 234 |

Retos de la gobernabilidad latinoamericana en el siglo xxi en la nueva era...

Es en el contexto de la era de la conexión en red –por ende bajo la impronta de los avances inimaginados de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC)– cuando se catapulta una nueva tendencia del marketing que se gestiona mediante el uso predominante de internet y de las redes sociales como Twitter, Facebook y Youtube. A esta reciente orientación de la administración del Marketing se le califica con el código 2.0. El código 2.0 es un término desarrollado por Tim O’Really, para denominar a la segunda generación de internet que viene dada por una evolución en la Web que anteriormente contemplaba solo el código 1.0 que implicaba la navegación pasiva sin posibilidades de interacción por parte de los usuarios. En el 2004 es cuando se desarrolla por completo el código 2.0 en el que el usuario tiene la oportunidad de participar activamente opinando y creando nuevos contenidos. La administración pública en la sociedad de la información, una ventana para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos La Administración Pública se ha caracterizado por un sistema burocrático poco transparente con profundas asimetrías de información. El cambio tecnológico proporciona nuevos instrumentos para gestionar la información y mejorar la comunicación con los ciudadanos, dos elementos básicos en la prestación de servicios públicos. El uso de las TIC en la Administración Pública ha dado origen a un concepto llamado gobierno electrónico el cual integra al ciudadano mediante el uso de esas nuevas herramientas comunicativas, lo que le permite ser partícipe activo dentro de la gestión que realiza o piensa realizar el gobierno de su localidad. Muchos ejemplos de este tipo de interacción se han evidenciado alrededor del mundo. Es el caso de Inglaterra con su portal interactivo www.fixmystreet.com, donde cada ciudadano reporta un reclamo o una idea de manera georeferenciada y organizada por temáticas. Otro | 235

VI Congreso Hacia el bicentenario de la Independencia

ejemplo, pero a nivel latinoamericano, es el trabajo realizado por la página www.reporteunproblema.com, la cual permite a los ciudadanos informar sobre problemas identificados en sus Municipios. Se registran problemas en la vía pública, problemas de higiene, de alumbrado urbano, entre otros. Los ejemplos anteriores son algunos de los muchos que se extienden a lo largo de la geografía universal, con lo cual se denota que la sistematización y el uso de las redes pueden hacer que trámites tradicionalmente complicados y engorrosos, se hagan sencillos, eficientes y le faciliten la gestión al ciberciudadano elevando con ello su calidad de vida. La administración pública y marketing gubernamental 2.0 Tradicionalmente las herramientas del marketing han sido utilizadas en su mayoría por el sector privado, por lo cual no es de extrañar que los primeros en utilizar las bondades de las redes sociales para obtener nuevas oportunidades de negocio y alcanzar nuevos clientes hayan sido las empresas privadas, no siendo así el caso de la administración pública. El sector público ha estado a la zaga en el uso de las estrategias del marketing, sin embargo lo pertinaz y profundo del cambio en todas las esferas de actuación social, delinean el perfil de un ciudadano que reclama mayores espacios de participación y demanda mejores servicios. Por lo tanto las instituciones públicas incididas por presupuestos cada vez más deficitarios y en la búsqueda de mantener o incrementar el poder sobre sus mercados naturales que son los electores, se han visto obligadas a prestar más y mejores servicios, aumentado su calidad y disminuyendo sus costos de gestión. Siendo las aristas señaladas componentes fundamentales del entorno en el cual se están dando las interacciones entre los responsables, emer236 |

Retos de la gobernabilidad latinoamericana en el siglo xxi en la nueva era...

ge el marketing gubernamental para identificar y definir desde los ciudadanos los objetivos del aparato administrativo del estado, mediante una orientación desde las comunidades y con responsabilidad social. Esto conlleva necesariamente a realizar investigación de mercados, definición y segmentación de los consumidores meta, así como definir objetivos alcanzables para producir y ofertar políticas públicas, para innovar y desarrollar nuevos servicios, y para reconocer nuevos canales para comunicar y distribuir mejor los servicios públicos. Siguiendo a Kotler (2007), es innegable que el marketing resulte ser la mejor plataforma de planificación para un organismo público que quiere satisfacer las necesidades de los ciudadanos y proveer un auténtico valor. Ahora bien, el código 2.0 le agrega a las herramientas del marketing gubernamental, la innovación de la comunicación en tiempo real y le permite tanto al gobierno como al gobernado la oportunidad de interacción que puede ayudar a la co-creación, al conocimiento colectivo y a la confianza generalizada. Naguanagua 2.0 La contextualización de lo referido conllevó a que en el año 2012 mi colega Darío Nasiff y mi persona realizáramos un estudio1 para analizar hasta qué punto la utilización del marketing 2.0 mejora o no la eficiencia y la eficacia de las políticas públicas y en qué medida se ve reflejado en un mejoramiento de la calidad de vida percibida por los ciudadanos, es decir, como un indicador de redituabilidad de la inversión social. El estudio fue en Valencia, Edo. Carabobo –una de las ciudades más importantes de Venezuela– tomando como muestra la alcaldía del Municipio de Naguanagua. 1

El marketing 2.0 en el diseño y administración de políticas públicas y su efecto en la calidad de vida percibida por los ciudadanos contribuyentes del impuesto inmobiliario. Caso de estudio: Alcaldía del Municipio Naguanagua, Estado Carabobo periodo: 2011-2012. Autores: Melanie Sánchez y Darío Nasiff.

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VI Congreso Hacia el bicentenario de la Independencia

Para seguir con la visión de ciudad digital que Castells (1998) tipifica como aquellas que “… organizan su existencia virtual en la red como sistema de información para los ciudadanos…” y “… que construyen el sistema de ciudad virtual participativo” (p. s/n). El alcalde del municipio abrió en el 2009 una cuenta oficial en Twitter y en Facebook. De igual manera lo hizo la alcaldía, que adicionalmente posee una página web. Los resultados obtenidos demostraron que el uso del marketing 2.0 les permitió: • Reducir sus costos de transacción. • Utilizar de una manera más productiva los recursos disponibles. • Dar una respuesta oportuna a las necesidades de los ciudadanos incrementando la cobertura y calidad de sus servicios. • Facilidad para obtener la información necesaria para desarrollar las fases de identificación del problema, soluciones, diseño, promoción e implementación de las políticas públicas que, como lo menciona Kelly (2006), no hay mejor evaluador que el ciudadano y el contribuyente. El acceso a la información acerca de los programas públicos es fundamental en el proceso democrático porque aumenta la transparencia, confiabilidad y credibilidad, lo que se traduce en una mejora en la gobernabilidad. Por su parte los ciudadanos: • Se encontraban satisfechos con la respuesta de la Alcaldía a sus denuncias, reclamos y sugerencias y percibían que su calidad de vida había mejorado principalmente porque su opinión sí era incluida dentro de las políticas de la Alcaldía. Aunque los resultados fueron en su mayoría favorables parte de las recomendaciones propuestas fueron: 238 |

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• Mantener durante todas las fases de la política pública la comunicación con la comunidad especialmente en la fase de evaluación que permite detectar fallas o errores que podía haber cometido la Alcaldía. • Crear un departamento exclusivo para la administración de las herramientas de comunicación digital para garantizar la institucionalización de su uso para evitar que los beneficios alcanzados desaparezcan aún cuando exista un cambio de gobierno. • Y finalmente fomentar campañas de concientización en la población para crear cultura sobre el uso de las herramientas de comunicación digital. Hoy por hoy la Alcaldía sigue incorporando los medios de comunicación digital dentro de su gestión pero no se han logrado cambios significativos con el fin de potenciar mucho más su uso, esto debido a la situación delicada de inestabilidad política y económica por la que está atravesando el país en estos momentos. Fortalezas y debilidades de las nuevas formas de gobierno a nivel latinoamericano Actualmente la población de América Latina y el Caribe supera los 600 millones de habitantes (CEPAL, 2015) y alrededor de 330 millones utilizan internet, lo que representa un 43% de penetración en Centroamérica y 56% en Suramérica según el estudio realizado sobre Digital, Social and Mobile de We are social (2015). Tomando en cuenta este mismo estudio en referencia a las redes sociales, aproximadamente 270 millones poseen una cuenta en las redes sociales top. En Perú específicamente, existen 16 millones de usuarios en internet, de los cuales 85% utiliza Facebook (GFK, 2015).

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Bajo este escenario y tomando en cuenta el estudio realizado en el Municipio de Naguanagua se demuestra la potencialidad que puede llegar a tener el marketing 2.0 dentro de la administración pública. Sin embargo, actualmente el problema radica, como lo señala la organización Gobernautas (2015) en que no hay muchos funcionarios públicos con capacidades de administración y analítica de datos, y en la poca apertura que tienen los gobernantes tradicionales con respecto a ellas, ya que representan una traba para aferrarse a las jerarquías tradicionales haciendo uso personalista y arbitrario del poder. Se han logrado avances significativos en algunas ciudades latinoamericanas como Sao Paulo, Brasil, Puebla, México, San Luis, Argentina, entre otras incorporadas dentro del ranking de ciudades digitales de América Latina que en repetidas ocasiones ha realizado Convergencia Research y Motorola (Motorola, 2010). Sin embargo, queda mucho por hacer en nuestro extenso territorio. Estamos viviendo un momento en que para lograr un impacto positivo significativo en nuestra calidad de vida, los gobiernos tienen que asumir la responsabilidad de la incorporación de estas nuevas tecnologías, invirtiendo a favor de condicionar el aparato del Estado no sólo para promocionar sus gestiones a través de dichos portales, sino para aprovechar la data que pueden llegar a brindar para crear una nueva cultura ciudadana. Una cultura de participación como la evidenciada acá en Perú hace algunos meses con la derogación de la “Ley Pulpín” que fue un claro ejemplo del ejercicio de la ciudadanía a través de la organización y coordinación de los diferentes actores sociales -especialmente de los estudiantes- a través de las redes sociales. De esta forma, cada vez son más los ejemplos de este tipo de organización espontánea de la ciudadanía en pro de hacerse partícipe en las decisiones de sus gobiernos.

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Continuar con el proceso independentista significa incorporar nuevas formas de gobierno, nuevas formas de gobierno que permitan gerenciar eficientemente los recursos del estado con el propósito de cumplir con el fin por el cual fueron creados. Referencias bibliográficas Banco Interamericano de Desarrollo 2015 Gobernauta - Perfil de los gobernantes latinoamericanos en redes sociales. Recuperado el 13 de septiembre de 2015, de Gobernauta - Perfil de los gobernantes latinoamericanos en redes sociales: http://gobernauta.org/ Castells, M. 1998 Espacios públicos en la sociedad informacional. Urbanitats. CEPAL 2015 Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Recuperado el 14 de septiembre de 2015, de Comisión Económica para América Latina y el Caribe: http://www.cepal.org/es Domínguez, D. 2009 Democracia 2.0: La política se introduce en las redes sociales. Pensar la Publicidad Vol. III, 32-48. GFK 2015 GFK. Recuperado el 23 de septiembre de 2015, de GFK: http://www.gfk.com/pe Kelly, J. 2006 Políticas públicas en América Latina: Teoría y práctica. Caracas: Ediciones IESA. Kotler, P. 2007 Marketing en el sector público: todas las claves para su mejora. Madrid: Pearson Educación S.A. | 241

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Motorola 2010 Ciudades Digitales. Obtenido de Ciudades Digitales: http:// business.motorolasolutions.com/americalatina/rankingciudadesdigitales/index.html Pérez, C. 2004 Revoluciones tecnológicas y paradigmas tecnoeconómicos. México: Siglo XXI. social, W. a. (Enero de 2015). We are social. Recuperado el 21 de septiembre de 2015, de We are social: http://wearesocial.net/

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LA CASULLA DEL AGNUS DEI, UNA CASULLA REPUBLICANA EN LA COLECCIÓN DE LA CATEDRAL DE LIMA The Agnus Dei chasuble, a republican chasuble in the in the collection of the Cathedral of Lima Emma Patricia Victorio Cánovas Resumen Los ornamentos litúrgicos de la Catedral de Lima fueron confeccionados para las celebraciones oficiales del culto, y ofrecen información documental, social e iconográfica de primer orden. Aunque la colección no es extensa, destaca por su singularidad, calidad técnica y sus cualidades estéticas, manifestadas tanto en la selección de los materiales con los que fueron confeccionadas las prendas, como en la riqueza de los temas decorativos que presentan, a la vez que reflejan las prácticas cristianas desarrolladas durante el período virreinal y los primeros años de la vida republicana. El artículo aborda de manera concreta el análisis técnico, plástico e iconográfico de una casulla de la Catedral de Lima, denominada del Agnus Dei, cuyas particularidades permiten identificarla como una obra de inicios de la vida republicana. Palabras clave: Ornamentos litúrgicos, casulla, iconografía, arte sacro, arte republicano, arte textil, bordado, siglo XIX.

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VI Congreso Hacia el bicentenario de la Independencia

Abstract The liturgical vestments of the Cathedral of Lima were manufactured for the official celebrations of worship, and offer documentary, social and iconographical information of first order. Although the collection is not extensive, stands out for its singularity, technical grade and aesthetic qualities, expressed both in the selection of the materials with which were made the garments, as in the wealth of the decorative themes that show and reflect the Christian practices developed during the viceroyalty and the first years of the republican life. The article discusses specifically the technical, plastic and iconographic analysis of a chasuble from the Cathedral of Lima, called the Agnus Dei, whose special features allow to identify it as a masterpiece of beginnings of the republican life. Keywords: Liturgical vestments, chasuble, iconography, sacred art, republican art, textile art, embroidery, nineteenth century

Introducción

La forma de los ornamentos litúrgicos, en especial de las casullas, así como la distribución de los motivos que ostentan se han mantenido casi inalteradas a lo largo del tiempo, debido tanto a las disposiciones de la Iglesia referidas al decoro y al ornato, como a las prescripciones que determinaban su forma y función. En tal sentido, se podría pensar que el control ejercido por la Iglesia en el Virreinato del Perú impidió el desarrollo de nuevos modelos, pero no sucedió así, y se puede afirmar que los hábiles artífices de la aguja —en otras palabras: los bordadores locales— crearon nuevas propuestas con características propias, sin escapar de la estricta normativa eclesiástica. La casulla Sin lugar a dudas, la casulla es el vestido más importante de la liturgia católica por su función, simbolismo y estética (Plazaola, 1965: 480). 244 |

Agnus Dei, una casulla republicana en la colección de la Catedral de Lima

El sacerdote lleva la casulla sobre los demás ornamentos sagrados para la celebración del sacrificio de la misa. No tiene costura a los lados y presenta una abertura central para pasar la cabeza, de tal modo que queda una mitad sobre la espalda y la otra sobre el pecho. Fue considerada desde la Edad Media como símbolo de la caridad que reúne todas las demás virtudes, y también representa el yugo del Señor. Su origen se remonta a la antigua paenula (o pénula) romana de uso común en el siglo III, y estaba confeccionada de un tejido grueso y compacto, para brindar protección de la lluvia. Durante mucho tiempo conservó una forma muy amplia, semicircular y cosida adelante, con una abertura para sacar la cabeza. Su aspecto era el de un cono que llegaba hasta los pies, cubriendo todo el cuerpo, parecía una pequeña casa. Esta forma dificultaba el movimiento de los brazos. Como vestimenta litúrgica, se comenzó a usar en occidente desde la segunda mitad del siglo IV, hacia los siglos X y XI se recortó en la parte delantera y a partir del siglo XIII se dio inicio a los cambios más importantes a consecuencia, especialmente, de las innovaciones introducidas en la celebración. Las modificaciones se prolongaron hasta el XVI debido a la difusión del empleo de telas recamadas. Así la casulla se recortó y abrió en los lados quedando a manera de un ancho escapulario, cuyas partes, cada vez más rígidas y planas, colgaban sobre la espalda y el pecho. El modelo más recortado fue el español, conocido comúnmente con el nombre de guitarra, por sus contornos redondeados. Las telas y los bordados Los ornamentos litúrgicos fueron confeccionados con las más finas telas, generalmente de seda y oro, que llegaron al virreinato del Perú desde Sevilla provenientes de los principales centros textiles de Europa –Italia, Francia y España– y también de Asia, mediante el Galeón de Manila. En este territorio fueron confeccionados y cubiertos de | 245

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bordados por una serie de artífices de la aguja, quienes realizaron su labor para satisfacer las necesidades de la Iglesia. Como menciona Ágreda, refiriéndose a los ornamentos de la Catedral de San Salvador de Zaragoza: Todas estas cuestiones justificarían por sí mismas el interés que reviste el estudio y conservación de los ornamentos, pero aún hay otra razón de índole cultural que afianza esta necesidad. Estas piezas son el exponente de un ceremonial y de unos usos litúrgicos en su mayor parte desaparecidos, lo que las convierte en un privilegiado testimonio de la historia social y religiosa (Ágreda, 1998: 385).

Durante el período virreinal el bordado fue una actividad practicada en los talleres artesanales del gremio de bordadores, que llegó a su máxima expresión en las tareas dedicadas al adorno de las diversas prendas litúrgicas. Se puede inferir la importancia que ostentaba dicha actividad en el pasado, pues “pinturas virreinales muestran con frecuencia a talleres de bordadores con hombres a quienes se ve bordando casullas” (Gjurinovic, 1999: 714). Por otro lado, también fue una actividad cotidiana que practicaron las mujeres, quienes aprendían a bordar desde muy temprana edad, para confeccionar sus ajuares, muchas de ellas ingresaron a los conventos y se dedicaron a embellecer las piezas para el altar y la indumentaria de sacerdotes e imágenes en los talleres conventuales. La grandeza de Dios, reflejada en los ornamentos litúrgicos y en los elementos que rodean el culto, encontró en el arte del bordado el medio apropiado para manifestarse. Los bordados incrementaron la suntuosidad y el esplendor de la indumentaria litúrgica y permitieron una variedad de posibilidades, algunas más complicadas que otras; además, los hilos de oro fino y plata podían emplearse solos o combinados con hilos de seda de colores. Hay que recordar que cuando se bordaba con estos hilos, las puntadas no atravesaban la tela de soporte para formar los motivos, en realidad el hilo de metal se extendía 246 |

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y se fijaba por medio de pequeñas puntadas realizadas con hilos de seda. Otra técnica que destaca, y que sobrevive hasta la actualidad, es aquella que se conoce como el bordado de realce, se trata de un tipo de bordado de relieve en la que los hilos de metal se enrollan sobre un soporte rígido, de cartulina o pergamino, con la forma deseada y luego se fija a la tela con puntadas alrededor. Las técnicas de bordado descritas, de procedencia europea, llegaron a los virreinatos de México y Perú donde los artesanos no fueron receptores pasivos pues agregaron lentejuelas, para dar realce a las prendas, e incorporaron motivos locales como pájaros y flores de colores vivos, desarrollando un estilo propio desde mediados del siglo XVII, que luego retornó a España. Se puede afirmar que la confección de ornamentos litúrgicos bordados fue constante a lo largo del período virreinal. El estudio de las piezas de los siglos XVI, XVII y XVIII permite conocer el marco referencial a partir del cual se evidencia la originalidad y creatividad de los artistas locales del bordado. Las prendas más tempranas en la colección de la Catedral de Lima corresponden al siglo XVI, son de procedencia europea, y han sido identificadas por los motivos iconográficos que ostentan como: la Casulla de los Apóstoles, que se caracteriza por presentar la columna de imaginería, y la Casulla de las palmeras, confeccionada en lamé de plata con motivos vegetales ejecutados mediante bordado de realce con hilos dorados y plateados; del mismo periodo es el Conjunto de ornamentos de Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo. La vestimenta litúrgica del siglo XVII se caracteriza por la presencia de abundantes bordados de flores y elementos vegetales de contenido simbólico. Los detalles se han multiplicado, la repetición de motivos, la variedad de texturas, las diversas técnicas de bordado con hilos entorchados de oro y plata que se combinan de manera armoniosa, y el gusto por la simetría imprimen un efecto armonioso y equilibrado a | 247

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cada una de las prendas. Respecto a la indumentaria litúrgica del siglo XVIII, ésta se subdivide en dos grupos con características diferenciadas. El primer grupo conserva la influencia de los modelos europeos y destaca la presencia de motivos decorativos de gran tamaño, que muchas veces cubren la totalidad de la superficie de las prendas, y están inspirados en aquellos que muestran las telas de procedencia francesa que abundaron en el periodo. Otras veces, cuando fueron empleadas las telas decoradas, los grandes motivos estructurales se enriquecieron mediante la aplicación de lentejuelas, cuentas, gemas de cristal de diversos colores, y cordoncillos para remarcar los contornos. No sucedió lo mismo en el caso español, en este siglo “el bordado se vio desplazado por la utilización exclusiva en la confección de ornamentos de tejidos labrados de gran belleza y refinamiento” (Ágreda, 1998: 387). El segundo grupo posee características propias y representa una nueva propuesta que responde a las exigencias de la Catedral de Lima, capital del Virreinato, en estas prendas, predomina el bordado sobrepuesto de realce, y de alto relieve pronunciado, ejecutado con hilos de oro y plata de diversas calidades La profusa ornamentación se distribuye según un esquema de carácter dinámico en el que predomina la curva. El repertorio ornamental es de origen vegetal y tiende por lo general a ocultar el tejido que le sirve de soporte. A fines del período virreinal, en medio de la vorágine emancipadora, y debido a las donaciones libres y forzadas que la Iglesia convino sufragar para los bandos en conflicto, y posteriormente por el aceleramiento secularizador de los primeros años de la República (Armas, 2006: 24-25), se justificó el empleo de materiales más sencillos en la confección de los ornamentos litúrgicos. Si bien se continuó la práctica de las técnicas de bordado con hilos finos, de oro y plata, la aplicación de gemas de colores disminuyó y en muchos casos fue reemplazada por elementos de menor costo, seleccionados cuidadosamente con la intención de no alterar el atractivo de las prendas.

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La casulla del Agnus Dei Dimensiones: 95 x 65 cm. Es una casulla en forma de guitarra. La sección de la espalda insinúa en la parte superior una concavidad a la altura de los brazos y se ensancha hacia la parte inferior (imagen 1), mientras que la sección delantera presenta escotaduras marcadas en la mitad superior, y la parte inferior se expande y adquiere forma redondeada (imagen 2). La casulla ha sido confeccionada en raso blanco en técnica de pasado, está decorada con bordado sobrepuesto de realce en toda la superficie. El bordado de realce está ejecutado en soporte rígido de cartón, con hilos entorchados de oro y plata, y los detalles están delineados con cordoncillo, tanto de plata como de oro. El repertorio de motivos ornamentales que cubre la superficie es de origen vegetal, con excepción de los dos principales que son simbólicos y se encuentran en el tercio superior. La casulla carece de las clavi1 características y la ornamentación está organizada de manera simétrica a partir de un eje vertical. En sentido horizontal se configuran dos espacios bien definidos, separados por un motivo que se despliega hacia los extremos. El contorno de la casulla es recorrido por motivos de origen vegetal, el borde está rematado por un galón delgado, dorado. Complementan los bordados, aplicaciones de cabujones dorados, gemas de cristal incoloro, papel metálico de color rojo, espigas plateadas y lentejuelas doradas y plateadas. Descripción formal En la mitad inferior de ambas caras de la casulla, señalando el eje de la composición, una flor de cardo cerrada se eleva sobre su cáliz que 1

El término clavi define las dos bandas paralelas que recorren la casulla, en forma longitudinal por el frente y la espalda, y definen la columna central que tradicionalmente ha sido el área ornamentada.

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ostenta pequeños detalles rojos y su pedúnculo da origen a dos pares de ramas. Cada par se dirige hacia uno de los lados, formado por un vástago corto que presenta una flor de la que brota un pequeño tallo que remata en otra flor que mira hacia el centro; también tiene espigas plateadas dirigidas hacia el exterior. La segunda es una hoja de acanto, tiene elementos lanceolados de color rojo en su interior, se desarrolla paralela a la base de la casulla, luego se eleva y curva hasta casi unirse con su par, y forma una figura elíptica horizontal que enmarca la flor de cardo cerrada. De la unión de éstas surge un tallo recto coronado por una rosa, que se eleva hasta casi tocar la punta de la hoja de parra que se encuentra en el centro. Las caras presentan ciertas diferencias, en el centro de ambas se encuentra una hoja de parra invertida, su base se dirige hacia arriba y su nervadura central coincide con el eje de la composición. En la sección de la espalda, la hoja de parra está rematada por una espiga pequeña que se eleva en sentido vertical. De su base surgen dos tallos que se extienden hacia los flancos, dividen el campo horizontalmente en dos espacios, y se bifurcan en dos ramas, la más corta está en posición oblicua entre una hoja alargada y una espiga y remata en una flor de dos pétalos aserrados; la otra se engrosa entre dos hojas alargadas y plegadas y termina en una flor de cardo cerrada que cuelga hacia abajo, cuyo cáliz ostenta pequeños detalles de color rojo. Dos racimos de uvas que brotan de la base de los tallos flanquean la hoja de parra. En la mitad superior, por encima de la hoja de parra, dos palmas atadas en la parte inferior circundan el motivo central, se extienden hasta casi tocar sus puntas en la parte superior, dejan una pequeña abertura en el eje central, a la vez que configuran un espacio circular interior. Sus hojas son lanceoladas, se disponen en pares a ambos lados de la rama. Los tres pares inferiores son ligeramente más largos y se doblan suavemente. 250 |

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Una nube plateada de contornos redondeados se desarrolla en el espacio interior, sobre ella se encuentra el Agnus Dei recostado sobre la cruz que reposa encima del libro del Apocalipsis, del que penden los siete sellos. El cordero inmolado está de perfil hacia la izquierda, la parte superior de la cruz sobresale ligeramente en la misma dirección, su cabeza se apoya en ella y sus patas están recogidas, no lleva el estandarte. Su pelaje está representado por canutillos plateados. El libro tiene la cubierta amarilla mientras que el borde de las hojas es dorado. De su cuerpo nacen once resplandores dorados, de sección angular compuesta, separados por diez rayos plateados en señal de reverberación. A diferencia de la espalda, en la sección delantera la hoja de parra está rematada por un lazo que se eleva en sentido vertical. De su base surgen dos tallos que se extienden hacia los flancos y dividen el campo horizontalmente en dos espacios. Cada uno posee una hoja lanceolada que nace de su costado interior y se dobla hacia adentro, rematando en una flor de cardo cerrada que cuelga hacia abajo. De la base de los tallos brotan dos espigas pequeñas; también dos racimos de uvas que flanquean la hoja de parra. En la mitad superior, arriba de la hoja de parra con el lazo hay una nube plateada de contornos redondeados, sobre ella se desarrolla el motivo central. Se trata del símbolo de los Sagrados Corazones formado por un corazón que lleva una corona de espinas y una cruz, que representa a Cristo; el segundo tiene en su centro una hoja y remata en una flor, relacionado con María. Está rodeado de once resplandores dorados, de sección angular compuesta, separados por doce rayos plateados que establecen un espacio circular en señal de reverberación. El contorno de cada cara es recorrido por una banda de motivos vegetales formada por una rama de pámpanos, hojas de parra y racimos de uvas que se inicia en la parte inferior central, se abre hacia los lados, | 251

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pasa por los hombros y bordea la escotadura del cuello. En la sección de la espalda, los extremos de la banda se unen a una hoja de parra dispuesta en el centro de la escotadura. En la sección delantera, los extremos de la banda no se unen, más bien presentan hojas de parra enfrentadas. De cada una surge un tallo que se curva en dirección contraria y se separa en tres talluelos que terminan en dos espigas y una flor central de tres pétalos; de esta última brota una espiga que se eleva hacia los hombros. El borde de toda la prenda está rematado por un galón delgado en tono dorado. Color El empleo del color en la liturgia cristiana tiene dos objetivos precisos, el primero es ayudar a los fieles a distinguir con la mayor claridad posible, las estaciones litúrgicas del año eclesiástico, las fiestas y la celebración de ciertos ritos y sacramentos; el segundo, es ayudar a relacionar las virtudes sacerdotales y dogmáticas del oficiante con Cristo. Los colores de los diversos ornamentos litúrgicos fueron elegidos en relación con el carácter del día, o de la función sagrada a celebrar. Esta convención estuvo dirigida a la comunidad de fieles, la misma que podía saber de antemano de qué color estaría vestido el ministro que oficiaba la misa. Actualmente son seis colores admitidos por el ritual romano en su liturgia: blanco, rojo, verde, morado, rosado y negro. Los colores azul y amarillo que tanto fueron usados en la Edad Media, están prohibidos actualmente. Sin embargo, el color azul está concedido a España en la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, en su Octava y en las misas votivas de la misma (ERC, V, 1953: 1077).

La casulla del Agnus Dei es blanca. En el cristianismo, el blanco es el color prescrito para “los Misterios Gozosos y Gloriosos del Señor” (Schenone, 1992: 808), se usa en los tiempos de Pascua de Resurrección, Navidad, Jueves Santo y en las fiestas de Nuestro Señor, la Vir252 |

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gen, los ángeles y los santos que no son mártires, misas de confirmación, bautismo y matrimonio; asimismo para la Epifanía, por el esplendor de la estrella que guía a los Magos, y la Purificación, debido a la pureza de María (Réau, 2000: 93), y puede usarse también en ocasiones solemnes. Asimismo, el blanco es el color de la vestimenta del Papa, del alba de los sacerdotes, y de los primeros comulgantes, recién casados y catecúmenos por simbolizar pureza y virginidad (Réau, 2000: 3, 92). Iconografía La iconografía está presente tanto en el espacio de la celebración como en la vestimenta del oficiante y, aunque no desempeña un papel propiamente litúrgico, los carga de un contenido plenamente cristiano. Los ornamentos litúrgicos presentan una iconografía que concentra un mensaje específico en apoyo al sermón y sustentado en la tradición, cuyo significado se refuerza debido a la existencia de pautas precisas en cuanto a los temas, y al uso de colores asociados con el calendario cristiano. Los principales motivos iconográficos presentes en la casulla del Agnus Dei son los siguientes: • Agnus Dei. Se trata del cordero crucífero, según Réau (2000: 3, 100). Se representa recostado sobre la cruz y el libro de los siete sellos del Apocalipsis de San Juan, muestra a Cristo inmolado como el único que puede romper los sellos que cierran el libro (Apocalipsis, 6). Jesucristo es Él, es el cordero pascual, la víctima propiciatoria que ha quitado el pecado del mundo. Asimismo, es importante señalar que al mostrarse apoyado sobre el libro de los siete sellos, como sucede con la imagen analizada, conlleva el sentido de Cordero Apocalíptico, símbolo del Cristo Juez de la segunda Parusía (Réau 2000: 3, 100). | 253

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• Espiga. Es el símbolo eucarístico asociado con el pan, que alude a la carne de Cristo y a Su muerte para dar vida al mundo, es decir, el pan de vida. Mediante la Eucaristía se entra en comunión con Dios. Ferguson indica que la espiga de trigo sugiere la naturaleza humana de Jesucristo, esta interpretación se basa en Juan 12, 24: «De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere lleva mucho fruto» (Ferguson, 1980: 31). La espiga es también símbolo de la vida sacerdotal manifestada en la Eucaristía, fuente de comunión eclesial. • Hoja de acanto. La hoja de acanto es larga y simboliza la planta que crece en tierra virgen. En el cristianismo el acanto silvestre, espinoso, está relacionado con el sufrimiento, sus espinas simbolizan dolor y penitencia, y alude a la inmortalidad del alma y a la virginidad (Quiñones, 2002: 81-83). • Laurel. Está asociado a la inmortalidad, debido a que sus hojas no se marchitan (Ferguson, 1980:33), y también a la victoria interior. Como símbolo de la victoria, las ramas de laurel son constantemente representadas en la iconografía cristiana, en especial formando una corona que rodea al Agnus Dei, al Cordero Divino o a otros motivos iconográficos. • Sagrados Corazones. La congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, y de la Adoración Perpetua del Santísimo Altar, fue fundada en Francia, en la Navidad de 1800, por Pedro Coudrin y Enriqueta Aymer de Chevalerie. El escudo de los Sagrados Corazones reúne el de Jesús herido y sangrando, rodeado por la corona de espinas, ligeramente superpuesto al de María con el puñal atravesado, sangrando y rodeado por una corona de flores. Ambos están rematados por fuego llameante, y sobre ellos una cruz.

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• Vid. Las imágenes de la vid, sus hojas, pámpanos y los racimos de uvas han sido un motivo frecuente en el arte y la arquitectura. Es uno de los símbolos más importantes de la Biblia porque expresa la relación entre Dios y Su pueblo (Ferguson, 1980: 39). Es un emblema de Cristo, según Su palabra: «Yo soy la vid y vosotros los sarmientos. El que permanece en Mí y Yo en él, ese da mucho fruto, porque sin Mí nada podéis hacer» (Juan 15, 5). La planta con el racimo de uvas alude directamente a la Última Cena. Es el símbolo de la Eucaristía que representa el sacrificio, la sangre de Cristo y la fecundidad. El racimo de uvas define el conjunto de uvas que pende de un sarmiento. San Agustín compara a Jesucristo con el racimo de uvas de la Tierra Prometida que fue llevada por los emisarios de Moisés de la tierra de Canaán (Réau, 2000: 3, 161). Lectura iconográfica El discurso de la casulla del Agnus Dei es Cristológico, Eucarístico y alude al amor divino. Está relacionado con el sacrificio y el triunfo de Jesucristo, Él es el cordero que se ha sacrificado para la redención de la humanidad, está sobre la cruz encima del libro del Apocalipsis (5, 1), se muestra como el único capaz de romper sus siete sellos. La corona de laurel está asociada a la victoria (Tervarent, 2002: 197), al triunfo sobre la muerte, y junto con las hojas de acanto señalan la inmortalidad del alma (Quiñones, 2002: 81, 83). La palma, el olivo y el laurel son símbolos de honor y victoria tanto en la iconografía cristiana como en la cívica. Asimismo, las hojas de vid, los racimos de uvas y las espigas -que constituyen las especies eucarísticas- hacen referencia a la institución del sacramento de la Eucaristía. La espiga está relacionada con el pan y simboliza la carne de Cristo (Lucas 22, 19), mientras que las hojas de

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parra, junto con el racimo de uvas, aluden al vino que simboliza la sangre de Cristo (Lucas 22, 20). La presencia de los Sagrados Corazones destaca el amor divino y humano de Jesucristo, así como el amor de María por la humanidad. Complementa el discurso el empleo de blanco en el soporte, que significa pureza, eternidad y perfección y está asociado con la divinidad (Portal, 2005: 21). Es indudable que la casulla descrita se empleara en ocasiones solemnes, especialmente los días dedicados a los “Misterios Gozosos y Gloriosos del Señor: Natividad, Epifanía, Jueves Santo, Pascua, Ascensión, Trinidad, Corpus, etc.” (Schenone, 1992: 808), y que por sus características corresponda a los primeros años de la República. Apreciación plástica La casulla del Agnus Dei presenta una estructura compositiva en la que predominan las líneas curvas que configuran espacios cerrados, a la vez que generan una sensación de dinamismo contenido. El repertorio de formas ornamentales es de origen vegetal y sintetiza los datos principales de los elementos. La organización de la composición es axial, simétrica y equilibrada. El eje está señalado por elementos verticales, los motivos no están constreñidos por la columna y el manejo del espacio genera la sensación de horror vacui ordenado. La banda con motivos vegetales que abraza el contorno de la casulla le imprime cierto dinamismo, que se manifiesta a través del movimiento de las hojas de parra y racimos de uvas que se agitan sutil y rítmicamente hacia afuera y hacia adentro. Se trata de una casulla blanca, confeccionada en raso de seda en la que impera lo ornamental. El efecto que brinda es de elegancia y armonía proporcional. La ornamentación se distribuye con ritmo regu256 |

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lar sobre toda la superficie. El contraste entre los motivos bordados y el fondo lustroso y brillante de seda blanca es armónico. La técnica del bordado, llamado de realce, incrementa el contraste debido a que los motivos —ejecutados con hilo de oro y plata enrollado sobre un soporte rígido— destacan del fondo liso por su relieve y textura. La presencia del color rojo en el interior de las hojas de acanto y en los cálices de las flores de cardo contribuye al efecto de contraste. La importancia de los motivos centrales, en la espalda y el frente, es enfatizada por su ubicación en la parte superior de la casulla. En el plano formal, el aporte creativo de esta casulla radica en la profusa pero bien organizada ornamentación que respeta las reglas de armonía y regularidad, que se distribuye según un esquema de carácter dinámico en el que predomina la curva; se caracteriza por la presencia de un repertorio ornamental inspirado en motivos de origen vegetal que oculta el tejido que le sirve de soporte en una suerte de horror vacui ordenado. La columna es implícita y la distribución de los motivos está dominada por una rigurosa simetría bilateral a partir de un eje central. Los motivos son de grandes proporciones, se expanden hacia los lados y llenan los límites de la superficie, también hay motivos pequeños que llenan lugares vacíos. La composición forma un conjunto unitario, el manejo del espacio es racional y coherente, el tamaño de los motivos está directamente relacionado con su posición en la composición: los más grandes se encuentran en la parte inferior. Finalmente, es necesario recordar que las casullas no fueron objetos estáticos que se observaban planos o colgados dentro de una vitrina, como los encontramos en la actualidad. Por el contrario, eran prendas de uso con las que el ministro se revestía para realizar la celebración o acto litúrgico. Así, una serie de aspectos secundarios pasaban a complementar la casulla, que era modificada por el volumen del cuerpo del oficiante, sus movimientos, sus desplazamientos y gestos. Todos ellos se complementaba especialmente por la incidencia de la | 257

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luz. Los efectos lumínicos jugaron un importante rol en la percepción del espectador, favorecieron la dirección de la atención de los fieles, incidieron en su estado de ánimo propiciando sentimientos positivos, la contemplación y la sensación de un acercamiento real al acto sagrado. Referencias bibliográficas Ágreda Pino, Ana María 1998 “Aportaciones al estudio del patrimonio artístico textil en Aragón. Los ornamentos de la catedral de San Salvador de Zaragoza”. En: Artigrama 13: (383-395). http://www.unizar. es/artigrama/pdf/13/4patrimonio/3.pdf. Versión descargada el 17/04/2010. Armas Asín, Fernando 2006 La invención del patrimonio católico. Modernidad e identidad en el espacio religioso peruano (1820-1950). Lima: Asamblea Nacional de Rectores. Biblia 2006 Formato Word (comprimido) para descargar. http://es.catholic.net/biblia/ Versión descargada el 20/05/2006 Ferguson, George 1980 Signs & Symbols in Christian Art. London: Oxford University Press. Gjurinovic Canevaro, Pedro 1999 “La Textilería del Perú Virreinal”. En: Tejidos Milenarios del Perú. Lima: AFP Integra, pp. 665-729. Mañaricúa, Andrés Eliseo de 1966 “San Juan Eudes”, en: Echevarría, Lamberto de; Bernardino Llorca et al. Año cristiano. T: III, Julio - Septiembre. Madrid: La Editorial Católica, S. A, pp. 406-412. 258 |

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(vínculo: _LVX8286) Imagen 1: Casulla del Agnus Dei. Espalda. Colección de la Catedral de Lima. Fines del siglo XVIII-inicios del siglo XIX.

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(vínculo: _LVX8280) Imagen 2: Casulla del Agnus Dei. Sección delantera Colección de la Catedral de Lima. Fines del siglo XVIII-inicios del siglo XIX.

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DE VALSES Y FÁBULAS. CONSIDERACIONES EN TORNO A LA FIGURA DE MARIANO MELGAR, UN POETA POLÍTICO About waltzes and fables. Considerations about the figure of Mariano Melgar, a political poet

Richard Leonardo Loayza Resumen Este artículo se propone analizar las fábulas de Mariano Melgar en las que se puede observar no solo un diagnóstico sobre el momento histórico en el que se desenvuelve su autor, sino un proyecto ideológico-político que busca contribuir a lograr la Independencia del Perú, un proyecto que evidencia una intervención en la realidad inmediata de su autor, mediante un uso pedagógico de la literatura. Palabras clave: Mariano Melgar, Fábulas, Literatura Peruana del siglo XIX, Proyecto ideológico y político, Independencia del Perú Abstract This article analyzes the fables of Mariano Melgar, which can be seen not only an assessment of the historical moment in which the author develops, but an ideological-political project that seeks to contribute to the independence of Peru, a evidence that an intervention project in the immediate reality of its author, through a pedagogical use of literature. Keywords: Mariano Melgar, Fables, Peruvian literature of the nineteenth [263]

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century, Ideological and political project, Independence of Peru. Una de las ideas persistentes en el imaginario arequipeño sobre Mariano Melgar, es que este poeta intervino en las luchas independentistas motivado por el rechazo amoroso que experimentó de parte de Silvia,1 su adorada musa. Lo que inscribe la figura del vate arequipeño como la de un romántico a ultranza.2 En las líneas que siguen, nos proponemos mostrar que esta suposición es incorrecta, ya que, si bien nuestro poeta le dedicó gran parte de su obra a cantarle a este desencuentro sentimental, lo cierto es que una parte importante de la misma se preocupó por el destino político y social del Perú, actitud que se manifestó, fundamentalmente, en la composición de sus fábulas. Para lograr nuestro objetivo, 1) examinaremos el vals “Melgar”, en el que se evidencia el discurso que privilegia, en la representación que se elabora sobre este poeta, la figura del amante desdeñado y, como un efecto de éste, la del patriota suicida, y 2) analizaremos tres de las fábulas de Mariano Melgar, en las que claramente se observa que las inquietudes de este autor no solo se circunscriben a la cuestión amorosa, sino que trascienden hacia lo social y lo ideológico-político. El vals “Melgar” Tuve la oportunidad de realizar mis estudios secundarios en uno de los colegios más representativos de la ciudad de Arequipa. Me refiero a la Gran Unidad Escolar Mariano Melgar. Esta feliz coyuntura hizo que, desde muy joven, me relacionara con la vida y obra de este gran 1

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La otra idea generalizada es la que presenta a Mariano Melgar como un prócer, el que desde un inicio estuvo convencido de la necesidad de la independencia del Perú, cuando en realidad esta postura se fue gestando gradualmente. Debemos recordar que nuestro poeta estuvo a favor de la Constitución de Cádiz, era parte del reformismo ilustrado, pero luego decide participar en la revolución de Mateo García Pumacahua, hecho que lo muestra como un personaje que anhela la independencia. Se trata, como se ha podido notar, de una toma de conciencia progresiva, no la de una actitud de ruptura radical Por ejemplo, José Carlos Mariátegui nos dice respecto a nuestro autor: “Melgar es un romántico. Lo es no sólo en su arte, sino en su vida” (2007: 266).

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poeta arequipeño. Ahora bien, lo que me llamó la atención de las enseñanzas que me daban mis maestros sobre Melgar, era que siempre se realzaba de su biografía y de su obra el amargo desengaño que experimentó éste por culpa de María Santos Corrales, la inmortal “Silvia”. Desde esta perspectiva, se me explicaba que Mariano Melgar se entregó a la revolución protagonizada por Mateo García Pumacahua, en 1814, como un acto de decepción amorosa. En otras palabras, el gran poeta de Arequipa peleó por la Independencia del Perú como consecuencia del rechazo que experimentó de parte de Silvia. Debe decirse que esta versión de mis maestros no era del todo arbitraria o antojadiza, sino que formaba parte del imaginario colectivo de la ciudad. En dicha versión se erige a Melgar como un héroe revolucionario (se lo llama “El poeta mártir”), pero, como ya dijimos, este estado emerge como resultado de una desavenencia sentimental. Para probar esta afirmación, procedamos a analizar la letra de uno de los valses más representativos de Arequipa. Estoy hablando de “Melgar”, composición musical a cargo de Benigno Ballón Farfán (Arequipa, 1892-1957) y letra posterior de Percy Gibson (Arequipa, 1885-Bielefeld, 1960).3 En este vals, la voz que asume el discurso le corresponde a Mariano Melgar, es decir, que la canción propone, como verdad del mundo representado en ella, que es el propio poeta el que nos está hablando. De esta manera, asistimos a una especie de testimonio personal que explica las razones que llevaron a Melgar a entregarse a la revolución. En el vals, leemos: Blanca ciudad, de eterno cielo azul puro sol, montañas de mi lar 3

La composición data de 1915. No contamos con los datos exactos, pero al parecer este vals fue compuesto por Benigno Ballón Farfán a la edad de 19 años en La Paz, Bolivia, lugar al que había viajado para recuperar su salud. De regreso a Arequipa, el poeta Percy Gibson le agregó las dos primeras estrofas. Después de diez años, en otro momento de inspiración, Ballón Farfán compuso el resto de la canción desde “Sonó el clarín…”.

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donde nací, en donde me crie para amar

El enunciador lírico empieza su relato4 refiriendo el lugar de su origen, Arequipa, la Blanca Ciudad, espacio en el que ha nacido, en el que se ha criado, según sus propias palabras, para amar. Resulta interesante notar que este enunciador define su existencia en función del amor. Más adelante, continua diciéndonos: Aquí dejo mis sueños, aquí dejo mi amor, aquí dejó mis lágrimas, de eterno desconsuelo, porque mi estrella triste fue cruel.

Observemos que si bien el enunciador lírico afirma que nació para amar, lo cierto es que no ha logrado concretar ese objetivo. Por lo que declara, inferimos que ese amor le ha sido esquivo, por eso se aparta de él, dejándolo en su Arequipa, junto con sus sueños, sus lágrimas y su eterno desconsuelo. En el último verso del fragmento seleccionado, el enunciador reconoce que no estaba en su destino conseguir ese amor, por eso su “estrella triste fue cruel”. Ante esta constatación decide alejarse: Silvia adiós, ya perdida la esperanza de tu amor mi fe al partir por mi patria sometida y por ti mi bien, voy adiós, voy adiós, adiós, adiós.

El enunciador Melgar se dirige a la enunciataria Silvia, a la que le confiesa que partirá, porque ha aceptado que ya no tiene esperanza 4

Miguel Ángel Garrido Gallardo nos dice acerca de la fábula: “Formalmente, suele tratarse de una narración breve (a veces se agota en una secuencia formada sólo de un diálogo) escrita en verso o en prosa y cuya extensión no es frecuente que sobrepase la página” (1994:(185).

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en realizar su amor con ella. Asimismo, le dice que también se marcha por la patria sometida. Como puede apreciarse, el vals formula, como verdad discursiva, que Melgar se entrega a la lucha revolucionaria después de darse cuenta que su amor por Silvia no tiene ningún futuro. La figura del amante despechado se sobrepone a la del héroe. Esta última solo aparece una vez que la primera le ha cedido su lugar. El enunciatario lírico expresa: Sonó el clarín, voy hacia allá a defender mi patria mi adorada Silvia, mi amor, sonó el clarín vamos allí, Oh Patria por ti morir quiero yo y todos con honor.

En esta parte del vals, Melgar le reitera a Silvia que va hacia la lucha para defender su patria. El enunciador cambia de enunciatario y ahora se dirige a la Patria misma, a quien le dice que quiere morir por ella. Notemos que la acción heroica de Melgar no se reduce simplemente a luchar por la patria, sino que dicha acción implica morir por esta última. De este modo, el objeto de deseo se ha trastocado. Ya no se trata del amor, sino de la muerte. Esta decisión revela que Melgar no entiende su vida más allá del amor por Silvia, al ser rechazado por ésta solo le queda morir por la patria, su otro gran amor, lo que le devolverá el honor a su vida. Más adelante en el vals leemos: Oh Arequipa, ciudad de mis ensueños, coloso Misti, guardián de mi ciudad, ansió libertad y amor, amor y libertad señor.

En los últimos versos del vals, el enunciador se dirige discursivamente, primero, a su ciudad, y luego, al Misti, el volcán tutelar de Arequipa. El poeta les confiesa a ambos que desea libertad y amor, amor y libertad. Si bien esta última parte del texto pareciera proponer la idea | 267

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de que Melgar es un héroe al desear la libertad de la patria, lo cierto es que se postula que solo asume este deseo luego de ser rechazado por Silvia. Y la libertad, en este contexto, no se refiere solo al hecho político de la Independencia, sino que también puede leerse como anhelo propio (liberación) a su dolorosa situación amorosa. Morir lo liberará de ya no amar más, de ya no sufrir más por este amor no correspondido. Como hemos podido apreciar, el vals “Melgar” acepta como verdad, en el mundo representado por el poema, el hecho de que Mariano Melgar se involucra en la revolución debido al desencuentro sentimental con Silvia. En vista de que ésta no lo ama, al poeta no le queda otro camino que luchar por la Independencia, acción que no se limita solamente a defender la patria, sino a morir por ella. Es en esta muerte en la que encontrará la paz y el honor perdido por no haber logrado su amor. De esta manera, Melgar se convierte en héroe de la patria, empujado por la acción de un desamor. Melgar, fabulista Lamentablemente, la figura de Melgar ha sido opacada por esta leyenda del amante rechazado, lo que ha influenciado de forma notable la recepción de sus textos, que son, en muchos casos, encasillados como una obra que se reduce a declarar lastimeramente su amor no correspondido.5 Creo que si bien nuestro autor le dedicó una gran parte de sus esfuerzos literarios a recordar su amor por Silvia, también es cierto que su obra muestra una profunda preocupación por la patria, tanto por su independencia de España como por la situación de sus diversos integrantes en la malla social. Una importante porción de 5

Un ejemplo de esta recepción que privilegia el aspecto amoroso de la obra de Melgar es el trabajo de Washington Delgado, quien sostiene que la obra de Melgar, “obedece a una pasión verdadera que lo llevó a unirse a la revolución de Pumacahua y a ser fusilado” (1984: 46). Por su parte, Marco Martos afirma que: “Melgar es el poeta del sentimiento amoroso desesperado, el que modifica su vida a raíz de una decepción amorosa” (2011: 44).

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la obra de Melgar en la que se explicita este deseo, lo constituyen las fábulas que escribió. Las fábulas del poeta arequipeño son diez. Las cinco publicadas en la edición de Nancy (1878) y que se titulan “El cantero y el asno”, “Las abejas”, “Las cotorras y el zorro”, “Las aves domésticas”, “El asno cornudo”. A estas se agregan otras que fueron encontradas en diversas épocas: “El ruiseñor y el calesero” (en El Investigador, Lima, 2 de octubre de 1813), “Los gatos”, “El murciélago” (en El Republicano de Arequipa, 16-6-1827, Nº 81), “El Sol” (en La Bolsa de Arequipa, 13 de noviembre de 1891) y “La ballena y el lobo”. Jorge Cornejo Polar (1998 y 2000) las clasifica del siguiente modo: 1) las de contenido político, en el contexto de la época inmediatamente anterior a la declaración de la Independencia de 1821. Ellas son: “Los gatos”, “El murciélago”, “Las abejas”, “El asno cornudo”, “Las aves domésticas” y “Las cotorras y el zorro”. 2) Las de crítica social: “El ruiseñor y el calesero” y “El cantero y el asno”, y 3) las de índole personal. Tenemos aquí a “La ballena y el lobo” y “El sol”. De este corpus me interesa ocuparme especialmente de “Los gatos”, “El cantero y el asno” y “El asno cornudo”. Empecemos por la primera de estas fábulas. Por la brevedad del texto, podemos citarlo en su integridad: Una gata parió varios gatitos, uno blanco, uno negro, otro manchado; luego que ellos quedaron huerfanitos los perseguía un perro endemoniado; y para dar el golpe a su enemigo no había más remedio que juntarse, y que la dulce unión fuese su abrigo. Van pues a reunirse, y al tratarse sobre quién de ellos deba ser cabeza, maullando el blanco dijo: A mí me toca

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por mi blancura, indicio de nobleza. El negro contestó: Calla la boca; el más diestro y valiente mandar debe. Malo, dijo el manchado, si esto dura temo que todo el Diablo se lo lleve. Unión y mande el digno. Esto es locura, gritó el blanco; y el negro le replica. Se dividen por fin en dos partidos; la ira y la turbación se multiplican, se arañan, gritan, y a sus alaridos acude mi buen perro y los destroza. Si a los gatos al fin no parecemos, paisanos ¿esperamos otra cosa? ¿Tendremos libertad? Ya lo veremos… (Melgar 1971: 414-415)

Esta fábula es sumamente interesante, porque, por un lado, se elabora una especie de radiografía social del mundo colonial peruano, el cual se asume como una realidad interétnica y, por lo tanto, heteróclita. Tenemos un gatito blanco, uno negro y otro manchado. Es evidente que Melgar se refiere a los grupos étnico- raciales que habitan el Perú de ese momento. El gato blanco representa al grupo criollo, el gato negro, al grupo indígena, y, por extensión, al grupo afrodescendiente, y el gato manchado, alude al colectivo mestizo. Estamos ante una representación de la heterogeneidad propia de la nación peruana. De otro lado, Melgar, al presentarnos a estos gatitos en pugna, no hace otra cosa que evidenciar el estado de desconfianza que tenían los diferentes integrantes de estos grupos respecto a los otros. Como se sabe, dicho estado frustró cualquier intento de unión, de los diversos estamentos étnico-raciales que poblaban el territorio nacional, en la lucha en contra del poder imperial español (que en la fábula está representado por el enorme perro blanco). Cabe señalar que esta 270 |

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actitud se generó por el exceso de protagonismo que estos colectivos deseaban poseer en las luchas por la Independencia, en especial, el colectivo criollo. Melgar es consciente de este problema y, por esta razón, lo denuncia en su fábula.6 En esta línea de lectura, fijémonos lo interesante que resulta que los tres gatitos sean productos de una misma madre (la gata representaría la nación peruana). Estos gatitos son hermanos y como tales, con los mismos derechos y obligaciones. A pesar del color de su pelaje, de su apariencia, son iguales. Esta postura en Melgar, revela la intención de presentar a los grupos étnico-raciales representados en la fábula como de igual jerarquía, sin distingos de ninguna clase. Relacionado a este último punto, debe señalarse que es trascendental que el enunciador real, el criollo Mariano Melgar, quien es el dueño del discurso, en el texto no afirme que la matriz criolla, blanca, sea superior a las demás ni que esté destinada a imponerse sobre los otros grupos, sino que se la coloca en igualdad de condiciones con la indígena y afrodescendiente. No hay duda de que nos encontramos ante una imagen democrática de la realidad peruana, que es una realidad heterogénea. He aquí una peculiaridad que diferencia a nuestro poeta de otros escritores de la época, que aunque promovían la independencia de América y de los americanos, lo que implicaba un tratamiento de igualdad para todos los nacidos en el continente, no podían dejar

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Para Jorge Cornejo Polar, en esta fábula, “Melgar alude con claridad a los peligros que la ambición de poder puede generar en el bando de quienes luchan por la libertad, a la vez que critica a determinados personajes cuya identidad , desconocida por ahora, es susceptible de ser revelada por una investigación más profunda” (1998: 13). No compartimos esta lectura, porque consideramos que aceptarla implicaría reducir el sentido de la fábula en cuestión. Nos parece que esta se relaciona con el contexto histórico que está viviendo su enunciador real, más que deberse a una problemática de índole personal. Si bien en la poesía de Melgar puede asumirse esta idea, creo que las fábulas de este autor abordan temas que se ocupan sobre diversos aspectos de su realidad histórica.

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de considerar al indígena y al afrodescendiente como sujetos subalternos7 respecto a los criollos.8 Un ejemplo de esta actitud de respeto y reivindicación de parte de Melgar hacia el otro étnico-racial, en este caso, el indígena, lo encontramos en su fábula “El cantero y el asno”. Citemos el texto: Nos dice cierta gente Que es incapaz el indio: Yo voy á contestarle Con este cuentecillo. Bajaba una mañana Un cantero rollizo, Repartiendo y lanzando Latigazos y gritos De cargados borricos. Sobre una infeliz tropa “¡Que demonio de brutos! ¡Que pachorra! me indigno! Los caballos son otros: Tienen viveza y brío; Pero á estos no les mueve Ni el rigor más activo.” Así clamaba el hombre; Más volviendo el hocico El más martagón de ellos, En buena paz le dijo: “ Tras cuernos palos? ¡Vaya! Nos tienes mal comidos, Siempre bajo la carga, 7

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Para Víctor Vich y Virginia Zavala el subalterno puede definirse como: “un sujeto relacional construido por la jerarquía y con una real asimetría en el ejercicio del poder […] No es entonces un sujeto trascendental ni unitario sino más bien uno desplazado que se involucra con cuestiones de raza, género, nacionalidad, etc.” (2004, 101). Actitud que si puede reconocerse en otros escritores del periodo. Por ejemplo es el caso de José Joaquín Olmedo y su “Oda a la victoria de Junín” (1825).

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Y exiges así brío? Y con azote y palo Pretendes conducirnos, Y aun nos culpas de lerdos Estando en tí el motivo? Con comida y sin carga Como se vé el rocino, Aprendiéramos luego Sus corcobos y brincos; Pero miéntras subsista Nuestro infeliz destino, Bestia el que se alentara! Lluevan azotes, lindo; Zorna y cachaza: vamos, Para esto hemos nacido.” Un indio, si pudiera, ¿No diría lo mismo? (Melgar 1971: 419-421)

Como podemos apreciar, en esta fábula Melgar denuncia el estado de postergación al que está sometido el pueblo indígena. Dicho estado se legitima en función al estereotipo con el que se ha suturado su identidad, la de ser individuos incapaces. Lo que intenta Melgar es demostrar que dicha incapacidad no se origina en una cuestión natural o biológica, sino que está motivada por las terribles condiciones de vida con las que fue sojuzgado este sujeto subalternizado. Para desarrollar su posición, Melgar emplea la figura del cantero y el asno. El primero se queja de la inoperancia del segundo, de su falta de voluntad de trabajo. De esta manera, compara al asno con el caballo, el cual es valorado como lo opuesto a este. En este contexto, el asno le responde al cantero que, si se lo tratara igual que al caballo, lo más seguro es que se portaría como tal. Este “cuentecillo”, como el enunciador lírico denomina esta historia al interior de la fábula, le sirve a Melgar para evidenciar el maltrato y la postración al que se le tiene al indio de parte del poder colonial, | 273

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el cual lo considera como un individuo defectuoso, torpe y ocioso. Para Melgar, es injusto pedirle al indígena un comportamiento similar al que supuestamente practica el sujeto blanco. Esto es incorrecto, porque ambos sujetos no son considerados del mismo modo. Estamos ante un intento de demostrar que las suturas sobre las cuales se funda la identidad de los indígenas son falsas, no corresponden a la realidad, sino a estereotipos encaminados para lograr el dominio y control del sector indígena. Hay aquí, qué duda cabe, un deseo de desjerarquizar al otro étnico-racial, el indio.9 Lo que también puede leerse como un acercamiento a este sujeto subalternizado.10 En esta línea de lectura, puede ser entendido el interés manifiesto de Melgar por los yaravíes, actitud que evidencia un ejercicio de comprensión del otro y su cultura, y, a la par, significa también una aceptación de la heterogeneidad cultural del Perú.11 De otro lado, es necesario señalar que estas fábulas tienen no solo un carácter didáctico y pedagógico (propio de esta especie literaria), sino que, a la vez, demuestran una intencionalidad ideológica y política. En otras palabras, esto textos son concebidos con un doble propósito: educar a los individuos que conforman la sociedad y permitir la intervención del escritor sobre su contexto histórico social. Precisamente, Melgar asume que una de las funciones que debe tener el escritor es participar de esta realidad y contribuir a modificarla. Esta posición la 9

Ahora bien, esta actitud respecto al indio no fue del todo homogénea en Melgar. Pueden encontrarse algunos textos suyos en lo que se reconoce al indio como un sujeto sin agencia ni deseos, inmovilizado por el dolor y la opresión. Este es el caso, por ejemplo, de su poema “Ya llegó el dulce momento”. Para revisar un análisis sobre este texto, recomiendo la lectura de “La literatura peruana en el periodo de la crisis y disolución del régimen colonial (1780-1830)” (2002) de Marcel Velázquez Castro. 10 En este aspecto, compartimos la opinión de Jorge Cornejo Polar cuando sostiene que el estudio de fábula es imprescindible si se quiere elaborar una investigación sobre los antecedentes del indigenismo (1998:15). 11 Carlos García-Bedoya explica: “Si la mayor parte de su producción lírica se inscribe en los cánones del neoclasicismo más prístino, sus yaravíes, que incorporan en su organización textual el aporte indígena, son muestra cabal de esa heterogeneidad literaria destinada a dar frutos mayores en la literatura peruana” (2004: 80).

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encontramos enunciada explícitamente en su fábula “El asno cornudo”. Citemos el texto: ¿Me creerán una nueva? Sí; créanla por su vida Un asno desesperado Por su carga y sus fatigas, Llevó al Padre de los Dioses Un memorial que decía: ”Es un dolor, Señor Jove Que solo de mí se diga “El asno, el asno... un buen bruto: Tiene paciencia”; y me aflijan Con carga y palos, por verme Falto de armas ofensivas. Por cierto que con los toros Otro tanto no se haría: ¡Que digo toros! un perro, Aun la más triste hormiguilla Tiene armas; y por solo esto Con respeto se le mira. Solo yo soy el objeto De la crueldad y la risa: Con un par de cuernecillos, Todo se remediaría.” Júpiter se los concede; Pero, Señor, ¡qué averías! Bruto á quien hace un cariño, Fijo se queda sin tripa. Aun él queriendo rascarse, Se rompió media barriga; Y claro está, él nunca lo hizo Por matador y suicida, Sino porque tuvo cuernos Y el manejo no sabía.

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Catástrofe semejante Me hizo decir, no es mentira, Ya que Dios ha dado al pueblo Voto y fuerza la precisa, Que le den los literatos Unas cuantas leccioncitas. (Melgar 1971: 426-427)

Esta fábula resulta importante, porque en ella se alude al papel social del escritor. El pueblo, si bien tiene el “voto y la fuerza”, precisa cierta guía de los “literatos”. Así, Melgar está proponiendo una redefinición del campo de acción de la literatura, y de la función que debe cumplir el escritor en la sociedad. Este no solo debe ocuparse de cuestiones estéticas o de entretenimiento, sino que debe arrogarse un papel efectivo en el desarrollo de los acontecimientos políticos y sociales de su contexto. Con esta propuesta, Melgar, de algún modo, se está adelantando a la actitud que asumirá el escritor después de las guerras de Independencia, en los procesos de consolidación y modernización de las naciones hispanoamericanas. El escritor como una figura política. Como explica Julio Ramos (1989), ante la ausencia de una clase política en América, después de que se fueron los españoles, esta tarea de idear la nación y modernizarla fue puesta en manos de los intelectuales, fundamentalmente, en las de los escritores. El papel que desempeñó la literatura y, en especial, la novela, fue gravitante en este aspecto. La novela se convirtió en el laboratorio (Unzueta 1996) en el que se ensayaban las fórmulas de las nuevas repúblicas americanas. En este sentido, Melgar es un adelantado de su tiempo, porque augura el carácter instrumental que definirá, en gran parte, al escritor hispanoamericano, involucrado directamente con la realidad social y política que lo rodea.

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Conclusión Como hemos podido apreciar del análisis de estas fábulas, Melgar no es solo ese poeta que decide ir a luchar por la Independencia como consecuencia de un rechazo amoroso, sino que es un personaje que se preocupó decididamente por el destino del Perú, tanto político como social. En estos textos puede reconocerse un ánimo docente, pero, a la par, también se encuentra un deseo por intervenir críticamente sobre los problemas que aquejan el contexto nacional. Una prueba tangible de esta preocupación la encontramos en estas fábulas, en las que se revela esa aspiración por alcanzar la independencia e igualdad para los peruanos, aunque pertenezcan a diferentes grupos étnico-raciales. De allí que se impone como una tarea necesaria leer a Melgar más allá de los simples rótulos del poeta amante o el prócer de la patria, y empezar a revalorar su obra desde otros tópicos que le otorguen su cabal sentido social, ideológico y político. La figura y la obra Melgar testifica la evolución misma de toda una generación de peruanos que de manera progresiva se fue convenciendo que lo mejor que le podía pasar a la patria era ser libre de cualquier yugo, pero para conseguir dicho objetivo antes había que aceptar la heterogeneidad de la que estaba hecha la sociedad peruana. Referencias bibliográficas Cornejo Polar, Jorge 1998 “Melgar fabulista”. En: Estudios de literatura peruana, 11-18. Universidad de Lima – Banco Central de Reserva del Perú, Lima. Cornejo Polar, Jorge 2000 “Literatura peruana época colonial”. En: Literatura peruana Siglo XVI a siglo XX. Antonio Cornejo Polar [y] Jorge Cornejo Polar, 11-130. Centro de Estudios Literarios Latinoamericanos “Antonio Cornejo Polar” (CELACP)-Latinoamericana Editores, Lima-Berkeley.

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Delgado, Washington 1984 Historia de la literatura republicana. Segunda edición. Ediciones Ricchay Perú, Lima. García-Bedoya, Carlos 2004 Para una periodización de la literatura peruana. Segunda edición. Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima. Garrido Gallardo, Miguel Ángel 1994 “Géneros literarios”. En: Curso de teoría literaria. Darío Villanueva (coordinador), 165-189. Taurus Universitaria, Madrid. Mariátegui, José Carlos 2007 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. 74ª edición. Biblioteca Amauta. Lima. Martos Carrera, Marco 2011 “Reflexiones sobre la poesía de Mariano Melgar” En: Escritura y pensamiento Año XIV, N.º 29, 2011, 35-53. Lima. Melgar, Mariano 1991 Poesías completas. Edición crítica de Aurelio Miró Quesada, Estuardo Núñez, Antonio Cornejo Polar, Enrique Ballón Aguirre y Raúl Bueno Chávez, Academia Peruana de la Lengua, Lima. Ramos, Julio 1989 Desencuentros de la modernidad. Literatura y política en el siglo XIX. Fondo de Cultura Económica, México. Unzueta, Fernando 1996 La imaginación histórica y el romance nacional en Hispanoamérica. Latinoamericana editores, Lima-Berkeley.

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Velázquez Castro, Marcel 2002 “La literatura peruana en el periodo de la crisis y disolución del régimen colonial (1780-1830)”. En: Ajos y Zafiros, Nº 5, 1539. Lima. Vich, Víctor [y] Zavala, Virginia 2004 Oralidad y poder. Herramientas metodológicas. Editorial Norma, Bogotá.

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LA PRENSA ESCRITA Y LA DIFUSIÓN DE LAS IDEAS DE LIBERTAD. INFLUENCIA DEL PERIODISMO DEL EJÉRCITO LIBERTADOR EN LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ The influence of the journalism’s liberation army in the Peruvian independence Roberto Revoredo Castro Resumen En esta ponencia se da a conocer el estudio analítico del periodismo y la propaganda desarrollada por aquellos hombres de prensa que formaron parte del Ejército Libertador, con el objetivo de comprender su influencia en la sociedad colonial peruana; aportando además substanciales elementos que permitan reconocer su protagonismo en aquella guerra psicológica de concientización y aglutinamiento, que sacudió los pilares ideológicos impuestos a la sociedad colonial peruana y cautelados por el Tribunal de la Inquisición, que culminó con la independencia del Perú. La investigación parte de una recopilación de documentos, periódicos, folletos, cartas y volantes de la época anterior a la independencia hasta su consumación. A fin de componer el diseño metodológico se consideró también las entrevistas a historiadores sanmartinianos peruanos y extranjeros, así como visitas a museos, bibliotecas y otros lugares trascendentes en ciudades peruanas, brasileñas y argentinas donde se desarrollaron acciones propias al tema. Palabras clave: Periodismo, propaganda, independencia, Ejército Libertador, volantes, folletos. [281]

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Abstract This speech provides an analytical study of the journalism and advertisement generated by those journalists that joined and were part of the Liberation Army, with focus to comprehend their influence in the colonial Peruvian society; supporting additional substantial elements that would allowed recognition of their participation during that psychological and sticky war that resulted in the ideology, taxing of colonial Peruvian society and restrictions from the Inquisitional Justice that determined and ended with the Peruvian Independence. The investigation began with a recollection of documents, newspapers, follies, letters and referrals from the period previous to the Independence and up to the perpetration of it. In order to make up the methodological design we also considered the interviews to historians “sanmartinianos” Peruvians and foreign, in addition to visits to museum, libraries and other important Peruvian, Brazilian, and Argentinean cities where activities developed from this specific theme. Keywords: Journalism, Advertisement, Independence, Liberation Army, Follies, Referrals Introducción En el presente artículo se detalla mediante un breve resumen, el contenido del libro denominado Influencia del Periodismo del Ejército Libertador en la Independencia del Perú. Un largo trabajo de investigación en el que se analiza, tanto el trabajo periodístico, como el de propaganda, realizado por aquellos hombres de prensa que formaron parte del Ejército Libertador, el mismo que fue medianamente explorado o poco mencionado por quienes escribieron la historia del Perú, o la historia del periodismo peruano, permitiendo que se desconozca el trabajo de prensa, como de propaganda, realizado por aquellos periodistas militares, quienes se encargaron de poner en práctica a través de folletos, volantes, y periódicos, aquella desconocida y ofensiva guerra psicológica, que fuera utilizada como táctica de guerra por el 282 |

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general José de San Martín, cuyos resultados permitieron la toma de la ciudad de Lima sin hacer uso de las armas, para posteriormente, proclamar la independencia del Perú. Desde antes de emprender viaje al Perú, San Martín estuvo consciente de que con su agotado ejército de cinco mil hombres –disminuido posteriormente a su arribo a Pisco, por la muerte de muchos de sus soldados a causa de las enfermedades– no podría entrar en combate contra el poderoso ejército realista, sin antes haber quebrado el sistema social existente en el país. Por este motivo, era necesario en primer término, concientizar a los peruanos haciéndoles ver que la lucha era por su libertad, por su autonomía; que la tierra era de todos los nacidos en este suelo y no de los españoles. Era necesario llevar a efecto un programa proselitista, una verdadera estrategia publicitaria que fuera menguando los ánimos de los españoles, en cuanto alentaba la de los peruanos. No se trataba por lo tanto, de una guerra común, la idea era darle vuelta al sistema social, político, económico y demás implicancias que de esto emergiera. Para llevar a efecto este estudio se precisó darle un tratamiento diferenciado al de otros temas que tratan sobre las guerras por la independencia del Perú, ya que estos se circunscriben únicamente a los combates convencionales obviando el subrepticio e influyente trabajo de los periodistas del Ejército Libertador. Se dice que precisaba ser diferenciado, porque el ejército al que se enfrentarían, estaba compuesto en su mayoría por peruanos, lo que hubiera sido un fratricidio; es decir no sería una guerra común. Lo que se necesitaba en sí, era darle vuelta al sistema social, político, económico y demás implicancias que de esto emergiera antes de emprender cualquier conflagración bélica. Para ello, era preciso crear en los adversarios un desajuste psicológico; un clima mental de derrota que los debilite; es decir, una serie de sentimientos que, conduciéndolos por las sucesivas etapas del miedo, del pánico, de la | 283

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desorientación, del pesimismo y del desaliento, los lleve a la derrota. Debía generarse asimismo, estrategias con efectos psicosociales que permitieran llegar a un acuerdo con la población civil, lo que se conseguiría mediante la formación de una conciencia popular que prepare el clima, o el ambiente, mucho antes del estallido de la conflagración. Se necesitaba en sí, generar una guerra psicológica. La guerra psicológica o guerra de zapa El general José de San Martín conocía la función ideológica que desarrollan los medios de comunicación a través de sus mensajes, así como la enorme influencia que sus contenidos ejercen en la conciencia social de las personas. Sabía además que por medio de esos canales de expresión se podían difundir, no solo a un individuo o persona, sino, a un público determinado, mensajes proselitistas que tuvieran como objetivo final concientizarlos y aglutinarlos a favor de la causa emancipadora. El Libertador también entendía que no estaba en condiciones de abarcarlo todo, especialmente en el campo de las comunicaciones, ya que él poseía vasta experiencia como estratega y guerrero, más no como periodista; motivo por la cual, era necesaria la participación de personas especializadas para que desarrollen su estratégica guerra psicológica, a la que El Libertador denominaba también como “Guerra de Zapa”; una terminología militar que define “zapa” como; “excavación de galería subterránea o de zanja al descubierto”; y al “trabajo de zapa” como; avanzar resguardados por las galerías o trincheras que abren ellos mismos, o al amparo de las fortificaciones que sitian. Prueba de ello es una de las cartas que el general San Martín le escribe a Godoy Cruz, donde le manifiesta: “Una guerra de zapa; es decir emplear la guerra de la seducción antes de tocar los extremos de una batalla…”. En este caso, esta táctica militar consistía en la emisión 284 |

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de proclamas, panfletos o volantes con noticias y rumores, o con la práctica del espionaje, el engaño y la difusión de falsas informaciones, con el fin de desorientar al enemigo, mellándoles sistemáticamente la paciencia y la moral. Para llevar a efecto esta tarea, se necesitaría un personal que tuviera conocimientos sobre psicología de la comunicación para que se encarguen de la elaboración del diseño del mensaje, de la edición, así como de la circulación de la propaganda subversiva, entre otras publicaciones revolucionarias. Deberían ser personas dotadas no solo de un equilibrio técnico, sino que debían estar complementados por una sola visión, la libertad del Perú. Hombres de prensa que, posteriormente, llegaron a constituirse como los abanderados de las ideas y aspiraciones de libertad, haciendo eclosionar la estrategia ideada por el general San Martín, dando lugar al nacimiento de la emancipación y la soberanía. Los periodistas militares Aquel eficiente equipo periodístico del Ejército Libertador estaba compuesto por el argentino Bernardo de Monteagudo, el colombiano Juan García del Río y Antonio Álvarez Jonte, un argentino, nacido en Madrid –quien falleció producto de una enfermedad luego del desembarco en Pisco– se aunaba a ese grupo desde la ciudad de Lima otro colombiano de nombre Fernando López Aldana, entre otros intelectuales con gran experiencia en publicaciones de boletines, revistas, libros y periódicos, quienes llevaron a efecto el trabajo de redacción de las diversas publicaciones, así como la difusión de la propaganda, que fue destruyendo la muralla erigida por la inquisición y que fue calando en el alma de la población, la misma que ya tenía el corazón inflamado por las llamas de la libertad.

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Prensa portátil, boletines y proclamas El Ejército Libertador llevaba, entre sus pertrechos de guerra, una imprenta portátil, la misma que se convirtió en motor indispensable para la revolución. En ella se imprimían y se divulgaban los triunfos y los avances patriotas, entre otras proclamas que arengaban a la tropa y población, en la lucha por el objetivo común. La primera publicación hecha por nuestros periodistas militares, fue el “Boletín del Ejército Unido Libertador del Perú”, amén de volantes, folletos y otros documentos subversivos frente al trastabillante sistema colonial. Al respecto José Vélez Picasso, en su obra San Martín y el Periodismo Peruano, publicada en 1950 en Lima, manifiesta: “En las publicaciones periódicas de la campaña de San Martín, hay que reconocer al Boletín del Ejército Unido Libertador del Perú, como el inicial representante del periodismo de la patria”.

De este Boletín aparecieron 14 números, el primero el 5 de octubre de 1820, en el cuartel General de Pisco: otros fueron editados en Huaura, Huaral, Supe, Retes y el último aparece con fecha del 2 de junio de 1821, en Barranca. En ellos podemos encontrar un pormenorizado desarrollo de las actividades militares, los primeros pasos del ejército a su llegada al Perú y algunas proclamas iniciales; es decir su documentación permite aclarar dudas, afirmar conceptos y disuadir errores, permitiendo el enriquecimiento de la fuente referencial sobre las virtudes patrióticas y los actos de heroísmo de los integrantes del Ejército Libertador. Las proclamas arengando a los soldados peruanos que servían en el ejército realista eran distribuidas asiduamente, ya que San Martín tenía entendido que debilitando la moral del enemigo, ya sea en forma psicológica o restándole parte de sus soldados mediante la deserción, tendrían asegurado el triunfo, por lo que continuaron enviando proclamas a los soldados del ejército realista, como la siguiente:

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SOLDADOS.- En vano he buscado todos los medios de reducir a razón a los tiranos; las leyes del honor y los deberes hacia la patria me obligan imperiosamente a hacer uso de las armas. Ellas darán en breve la libertad de América ¿Vosotros sufriréis la infamia de que os miren en lo sucesivo, como a unos bárbaros a quienes el rigor ha hecho acallar los sentimientos de la naturaleza? Si ahora empleáis en asesinar vuestros padres, esposa, hijos, parientes o paisanos, ¿cómo podréis vivir con los que a la sombra de la libertad disfruten las riquezas y satisfacciones que van a adquirir con la independencia? ¿hasta cuándo toleraréis el hambre, pobreza y desnudez? El ejército de la patria os acogerá en sus filas. Imitad a vuestros antiguos compañeros que logran ya la dicha de estar incorporados en la lista de los libertadores y pronto serán coronados con los laureles de la victoria. Animaos a vengar los ultrajes, degüello e incendio con que intentan exterminar a vuestras familias y patria; esos enemigos a quienes obedecéis. Mueran primero los que quieren destruir a los americanos y vosotros reunidos a los valientes que manda. El General San Martín1

La respuesta no se hizo esperar y el 2 de diciembre de 1820, el Batallón Numancia, una de las mejores unidades del ejército español en el Perú abandonó las filas del rey con todos sus efectivos y armamentos y se incorporó al Ejército Libertador. El Numancia era un cuerpo selecto formado por gente escogida de Nueva Granada que fue enviado al Perú, con más de 600 plazas y una oficialidad distinguida y brillante. Con el paso del Numancia, los realistas vieron claro que la causa del rey estaba perdida en el Perú. Al notar que el objetivo proselitista le estaba dando excelentes resultados, San Martín optó por incentivar 1

Galván Moreno, C. Bandos y Proclamas del General San Martín. Pág. 197

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aún más este método emitiendo más y más proclamas, animando a los soldados de origen americano a dejar las filas del ejército realista. En realidad, la lucha por la independencia del Perú fue librada en dos campos, el de la guerra de las armas y la guerra de la pluma, librando un papel muy importante el periodismo. Las epopeyas realizadas en combate por los patriotas son conocidas y resaltadas en nuestra historia; sin embargo, lo que poco se destaca es que en el campo periodístico también se libró una tenaz batalla entre las publicaciones del Ejército Libertador y las del periódico gobiernista La Gaceta del Gobierno de Lima, auspiciado por el virrey de la Pezuela, y posteriormente contra otro periódico del gobierno, denominado El Triunfo de la Nación, que estaba bajo la protección del general La Serna. En esos momentos de tensión, el papel del periodismo resultó fundamental para el triunfo de uno o de otro bando. “Ya no bastaba la organización, la disciplina y el apertrechamiento de los ejércitos para decidir la suerte de una campaña, pues, además se requería asegurar la adhesión de los pueblos y aun socavar la moral del adversario. No bastaba tampoco la versátil aplicación de las concepciones clásicas sobre el arte de la guerra, pues, su carácter libertador anulaba la fijación convencional de los frentes y daba a las operaciones una profundidad y una fluidez insólitas. Por eso se dispuso que la acción puramente militar fuese preparada mediante una vasta y oportuna propaganda y que esta sincronizase el desarrollo de movimientos armados o maniobras de combate, para condicionar o afianzar la función confiada a los ejércitos. Los propósitos y los alcances de esa labor intelectual correspondieron a una verdadera guerra psicológica”.2

En esas circunstancias de marcada inclinación de una gran cantidad de personas hacia la causa libertaria, así como el desconcierto de otros 2

Esta cita es parte del prólogo redactado por el Dr. Alberto Tauro del Pino, en el Volumen 1, Periódicos del Tomo XXIII de la Colección Documental de la Independencia del Perú (CDIP).

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tantos, –dentro de los que se contaba a la gran cantidad de peruanos que formaban parte del ejército realista– la propaganda a favor de uno o de otro bando fue imperativa y crucial para ganar adeptos, ya que la población estaba decidida a participar de los acontecimientos, sea de una u otra forma. Fueron momentos históricamente expectantes, porque el pueblo se sentía políticamente apátrida, pues, mientras renegaba del sistema colonial, desconocía como sería su futuro dentro de otra forma de gobierno. En ese sentido la propaganda política fue decisiva. El doctor Alberto Tauro del Pino dice lo siguiente sobre el periodismo del Ejército Libertador: “Su concepción es más moderna que la advertida en los voceros realistas, por que recoge y hace noticia. Es serio y ágil, agudo y versátil, ilustrado y panfletario, según lo exigieran las circunstancias. Y su estructura ideológica es tan coherente como severa, pues, debía cumplir una doble tarea, probar la caducidad y la inaceptabilidad del régimen colonial y coadyuvar a la consolidación del frente civil en la campaña libertadora...”

El periódico del Virrey: El Triunfo de la Nación El Triunfo de la Nación (ETN) era un bisemanario difundido desde Lima, autorizado y auspiciado por el virrey La Serna. La aparición de este periódico –cuyo prospecto inicial sale a la luz el 13 de febrero de 1821 seguidos de 39 números y cuatro suplementos– no fue la de hacer un periodismo propiamente dicho, no; su aparición fue por necesidad de las cruciales circunstancias que atravesaba el sistema colonial y que podía percibirse claramente en el ánimo de los peruanos y criollos, que alentados por los innumerables escritos proveniente de la prensa libertaria del ejército de San Martín reclamaban su independencia. Preocupado por el bombardeo tipográfico de los periodistas de San Martín contra el gobierno peninsular, el virrey dispone que se publique ese periódico, nombrando como su director a Guillermo del Río. | 289

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Las ediciones tendrían como objetivo principal justificar la actuación política y militar del virrey La Serna, y de contrarrestar la permanente ofensiva periodística y publicitaria emitida por los hombres de prensa del Ejército Libertador. El periódico patriota: El Pacificador del Perú Este periódico redactado en cuatro páginas e impreso en la imprenta de José Antonio López, tuvo trece ediciones: el primero y el segundo número, aparecen en Huaura, el 10 y el 20 de abril de 1821, desde el número 3 al 11 sale a la luz en Barranca y los dos últimos números el doce y el trece aparecen en Lima el 25 de agosto y el 1 de setiembre de 1821 respectivamente. Desde la edición de su prospecto inicial -que en ese entonces solía utilizarse para anunciar la aparición de un nuevo periódico- los editores de El Pacificador del Perú, dejaron sentado su respetuoso, pero firme criterio profesional que sería utilizado para combatir las ideas y los principios que cimentaban el decadente sistema político colonial, y así fue; pues si bien sus artículos presentan una solidez en sus contenidos, se nota asimismo que estos fueron escritos de manera pausada y serena, observando en todo momento convicción en la polémica, altura en la exposición y mucha racionalidad en sus ideas que expone. “Jamás usaremos el lenguaje de los que para escribir con vehemencia, suplen con la grosería y los insultos lo que les falta de razón. Nosotros no necesitamos ofender el decoro público para combatir a los enemigos de la justicia: si ellos abusan de la prensa en Lima, si en sus escritos predomina el carácter de la frivolidad, de la intemperancia y de la inverosimilidad, nuestra conducta mostrará la diferencia de la causa que defendemos y nos degradaríamos en envidiar el triunfo que puedan obtener por aquellos medios”3

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El Pacificador del Perú. Prospecto Inicial

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El periódico enfatizó en la caducidad del sistema colonial, una caducidad demostrada con la caída de muchos regímenes opresores de Europa y que se venía propagando de manera sistemática en diferentes partes del mundo, haciendo ver que lo que ha reportado el triunfo liberal en España, es dar pie a la insubordinación de los militares contra la autoridad, tanto en Madrid como en América, específicamente en el Perú. “Para convencerse de esto, basta observar que sus esfuerzos en el nuevo mundo, no es hoy cumplir con los deberes de vasallaje o la libertad que decantan, sino disputarse el poder de adquirir una fortuna que creen más segura cuando la anarquía de la península los pone en el abrigo de toda responsabilidad”.4

El Pacificador del Perú publicó una serie de artículos que llegaban de Colombia, Venezuela, Río de Janeiro y otros lugares de América, donde se mostraba su adhesión y respeto a la noble causa del Ejército Libertador, como el artículo enviado desde Colombia por el general Simón Bolívar al general San Martín. Encontramos además una proclama llegada de Venezuela en la cual Simón Bolívar se dirige a los colombianos manifestándoles que no deben temer al Ejército Libertador porque solo vienen a romper cadenas y no desea empañar sus armas con la muerte, entre otros comentarios alusivos a la Independencia del Perú. El Pacificador del Perú, llegó a constituirse en ese tiempo como el representante del clamor de los peruanos en busca de la libertad. Fue un periódico nacionalista, patriótico, antiesclavista, difusor de los primeros gritos de libertad, democracia e igualdad de derechos para todos, el 10 de abril de 1821, fecha en que sale a luz este periódico no ha sido considerado para ninguna celebración.

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El Pacificador del Perú. N.º 3. Abril 30 de 1821. Pág. 2.

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Sin embargo, el 1 de octubre, de acuerdo a un Decreto Ley del gobierno peruano del año 1953, se celebra el día del periodismo nacional, en conmemoración a la aparición del Diario de Lima, un periódico publicado por el español Jaime Bausate y Meza el año 1790 cuando el Perú formaba parte del gobierno español como una de sus colonias, con un sistema económico, político y social que giraba de acuerdo a las disposiciones dictadas por la corona. Conclusiones 1. Los medios de comunicación fueron y son una herramienta eficaz, que da la posibilidad de acercarse de manera más efectiva a la sociedad para transmitirle no solo información correcta, exacta y contextualizada, sino que además es un camino que permite llegar al subconsciente del público logrando influir en su conducta. De acuerdo a esto se entiende que la participación del personal especializado en periodismo, que formó parte del Ejército Libertador fue categórica en el proceso hacia la Independencia del Perú, pues a través de sus escritos crearon en el adversario un clima de derrota o de fracaso, en cuanto vigorizaban el sentimiento patriótico de los peruanos, buscando aglutinarlos para que se les unan en la lucha por su independencia. 2. Por su parte la prensa oficialista mediante su discurso político, buscaba orientar la opinión pública a favor del gobierno limeño, rechazando enérgicamente las revoluciones que se venían dando, tanto en otras regiones sudamericanas, como dentro del territorio peruano. Es decir, prensa y poder mantuvieron permanente relación pues su contenido ideológico, estaba direccionado a difundir ideas y opiniones establecidas tanto por las autoridades coloniales como por la Iglesia Católica, que fueron las instituciones que dirigían y controlaban el desarrollo de la sociedad colonial en el Perú.

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3. Después de los análisis de las publicaciones emitidas por el Ejército Libertador podemos afirmar que aquellos periodistas militares ofrecieron un discurso ideológico y revolucionario que buscaba un cambio radical del sistema social vigente; desconociendo en todo momento la autoridad virreinal y toda disposición que viniera de la corona española. 4. En ese sentido, sería justo reconocer al periódico El Pacificador del Perú, como el primer periódico patriótico, independiente, antiesclavista, y que pregonaba libertad, agitando aún más el sentimiento de independencia entre la población, avivándoles la esperanza de una gran nación, libre de toda dictadura; es decir, todo lo opuesto a otros periódicos coloniales como el Diario de Lima de Bausate y Meza; un periódico que formaba parte del sistema opresor colonial y que jamás difundió la idea de libertad; el mismo que fuera erróneamente elegido por parlamentarios peruanos, como el representante del periodismo peruano, basándose únicamente en el hecho que fue la primera publicación periodística que se hizo en el Perú. 5. El verdadero reconocimiento de la sociedad peruana, es lo que merecen por justicia estos periodistas del Ejército Libertador -desconocidos aun para muchas personas- que usando la pluma como arma persuasiva, desarticularon las bases del sistema colonial, permitiendo la toma de la ciudad de Lima sin efectuar un solo disparo, dejando el camino libre para que el general José de San Martín, avance sin ningún contratiempo hacia el tabladillo instalado en la Plaza de Armas de Lima y declare la Independencia del Perú.

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Referencias bibliográficas Galván Moreno, C. 1947 Bandos y Proclamas del General San Martín. Editorial Caridad. Buenos Aires. Instituto Nacional Sanmartiniano de Argentina 1971 Boletín del Ejército Unido Libertador del Perú. Buenos Aires. Bonilla, Manuel 1921 Epopeya de la Libertad Peruana. Período setiembre a diciembre de 1820. Tomo I. Imprenta Americana. Lima. Colección Documental de la Independencia del Perú 1974 Periódicos. Tomo XXIII. Volumen 1. Lima. Bulnes, Gonzalo 1978 Historia de la expedición libertadora. Santiago de Chile. Saenz Peña, Luis 1980 Impresos sanmartinianos de la Campaña del Perú. Financiado por el Banco de la Nación de Argentina. Buenos Aires.

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EL ESTADO DEL PATRIMONIO CULTURAL EN LA COSTA NORCENTRAL PERUANA HACIA EL BICENTENARIO The state of cultural patrimony in the Peruvian central north coast towards

Pieter D. van Dalen Luna Resumen En el presente artículo se analiza el estado situacional del patrimonio cultural en la costa norcentral peruana, describiendo el acelerado proceso de destrucción en que se encuentra, principalmente por factores antrópicos, sin que las instituciones competentes, como el Ministerio de Cultura, logren paralizar este proceso y brindarles resguardo. Sin embargo, en las últimas décadas el Proyecto Arqueológico Caral-Supe (PEACS) viene realizando en el valle de Supe trabajos de investigación y puesta en uso social de importantes sitios arqueológicos del Arcaico Tardío. Palabras clave: patrimonio cultural, costa nor central, arqueología, bicentenario de la independencia, Perú. Abstract In this article the situational status of cultural heritage is discussed in Peru’s north-central coast, describing the accelerated process of destruction which is mainly by anthropogenic factors, unless the competent institutions such as the Ministry of Culture, achieve paralyze this process and provide them shelter. [295]

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However, in recent decades the Caral-Supe Archaeological Project (PEACS) has been doing in the Supe valley, research and commissioning social use of important archaeological sites in the Late Archaic. Keywords: cultural heritage, north central coast, archeology, bicentennial, Peru. Introducción El Perú y el área andina son considerados una de las seis cunas de la civilización en todo el mundo, conjuntamente con Egipto, Mesopotamia, Roma, Mesoamérica y China. Fueron los Andes la cuna y hogar del desarrollo de numerosas formaciones político-sociales, durante un largo proceso cultural que se inicia aproximadamente hacia los 15 mil años antes de Cristo (posiblemente más), hasta la invasión europea y la anexión del imperio del Tawantinsuyu como una colonia del imperio español. Por su parte el área andina estaba formada por varias regiones llamadas áreas de co-tradición. Estas son áreas diferentes, que pueden ser valles o pampas, de diferente configuración geográfica, pero que representan una unidad cultural en la unión e interrelación de las tradiciones culturales en el tiempo y en el espacio. Una de estas áreas de co-tradición de gran importancia es justamente el llamado grupo Norte Chico o Costa Norcentral, conformado por los valles de Paramonga, Pativilca, Supe, Huaura y Huaral o Chancay; que justamente corresponde al área geográfica llamado geopolíticamente Norte Chico, ubicado en la costa Nor central. En esta área se han desarrollado culturas como la Tradición Caral y de Templos en “U” (Arcaico tardío y Formativo), Lima (Intermedio temprano), Teatino y Huaura (Horizonte medio), Chancay (Intermedio Tardío), Chimú (en el extremo norte de esta área) e Inca (Horizonte Tardío). Como prueba de ello tenemos una gran cantidad de monumentos y restos materiales que son prueba del alto nivel tecnológico alcanzado por estas sociedades. Todos estos constituyen el patrimonio cultural 296 |

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prehispánico de la costa norcentral, los cuales en la actualidad presentan numerosos problemas para su conservación, ya sea por la mala política del Estado para evitar su destrucción o por la falta de conciencia de la población local. El patrimonio cultural en el Perú La palabra patrimonio proviene del término latín “Patern” que en el imperio romano significaba herencia, es decir todo lo que un hijo heredaba de un padre o un antepasado. En el transcurso de la historia este término ha tenido varias concepciones hasta la actualidad en el que se considera patrimonio a todos aquellos restos que heredamos por acción de la naturaleza o del proceso histórico. El patrimonio de la nación se clasifica en dos grandes tipos: Patrimonio natural: Son todos aquellos restos que hemos heredado de la naturaleza sin la intervención del hombre, debido al proceso de modelado y erosión que han sufrido durante millones de años y sobre los cuales el Estado peruano ejerce soberanía. Por sus características geomorfológicas, el Perú posee una gran cantidad de restos naturales. Sin embargo, son pocos los lugares que son áreas naturales protegidas (ANP) por el Estado, siendo llamadas Reservas Naturales y Parques Nacionales. Como ejemplos de Patrimonio Natural podemos señalar: • Las lomas de Lachay. • La Cordillera Blanca y sus nevados. • La Meseta de Markahuasi. • El Bosque de Piedras de Huayllay. • La Bella Durmiente de Tingo María. • Los cañones del Colca y Cotahuasi en Arequipa. • El Lago Titicaca. • Los Manglares de Tumbes. | 297

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• El Parque Nacional del Manu. • La Reserva Pacaya – Samiria en Loreto. • Las albuferas de Medio Mundo, entre muchos otros. Patrimonio cultural: Son todos aquellos restos muebles e inmuebles que hemos heredado de nuestros antepasados y que son evidencia del desarrollo social, tecnológico y artístico de personas que poblaron nuestro territorio en épocas pretéritas escribiendo con sus acciones nuestra historia, por lo que el Estado peruano y cada ciudadano peruano estamos en la obligación de protegerlos y resguardarlos. Son bienes que nos ayudan a forjar una identidad como nación y que nos permite saber quienes somos y de donde provenimos a fin de desarrollarnos como sociedad (Instituto Nacional de Cultura; 2011a: 2). Otra definición señala que el Patrimonio Cultural está referido con el: “…. conjunto de obras de arte, de monumentos históricos o literarios que pertenecen a una nación y que son objetos de protección legal por parte del Estado, no solo para efectos de conservación, sino también para su permanencia dentro del país” (La Cotera; 2000: 4). La Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación 28296, promulgada el 22 de julio del 2004, en el artículo II señala que: “Se entiende por bien cultural integrante del Patrimonio Cultural de la Nación toda manifestación del quehacer humano –material o inmaterial–, que por su importancia, valor y significado arqueológico, arquitectónico, histórico, artístico, antropológico, tradicional, religioso, científico, tecnológico o intelectual, y por su relevancia, sea expresamente declarado como tal o sobre el que exista la presunción legal de serlo. Los bienes declarados Patrimonio Cultural de la Nación, independientemente de su condición privada o pública, están protegidos por el Estado y por tanto son de interés social.” A través de nuestra vida independiente el análisis y reconocimiento de nuestro patrimonio cultural ha seguido un sinuoso camino, principalmente por la diversidad cultural y los intereses implicados en el manejo de estos bienes (Macera; 2000).

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Figura 1. Zona arqueológica de Portillo, en el valle medio de Chancay- Huaral. Hoy destruido por el avance de los terrenos agrícolas contiguos de la quebrada Platanal.

Entre los ejemplos de patrimonio Cultural que podemos señalar tenemos: • El Santuario Histórico de Machu Picchu. • El centro ceremonial de Chavín de Huantar. • La Ciudad Sagrada de Caral. • La ciudadela de Chan Chan. • Las Ventanillas de Otuzco, en Cajamarca. • Las Cuevas de Tres Ventanas en la cuenca alta del río Chilca. • El templo de Sacsayhuamán. • El templo de Pachacamac. • Las Huacas del Sol y La Luna. • Las chullpas de Sillustani en Puno. • El sitio de Tantamayo. | 299

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• La llaqta de Huánuco Pampa. • Pisquillo Chico. • El cuarto del rescate de Atahualpa en Cajamarca. • La Catedral de Lima. • La iglesia de San Francisco de Lima. • La iglesia Las Nazarenas. • El Museo de la Santa Inquisición. • La pampa de La Quinua en Ayacucho. • El Castillo del Real Felipe. • El Balcón de Huaura. • El Morro Solar y los reductos. • Una cerámica de la cultura Moche. • Un manto Paracas. • La Biblioteca Nacional. • Un cuadro de la Escuela Cusqueña. • Un cañón del combate del Dos de Mayo, entre muchos otros. El Patrimonio Cultural Peruano se clasifica en dos grandes tipos: Patrimonio Cultural Histórico: es aquel que es estudiado por la ciencia histórica, que se encuentra registrado en documentos. Cabe señalar que la historia empieza con la aparición de la escritura alfabética, es decir en el Perú la historia empieza con la invasión española, siendo sus primeras fuentes las llamadas crónicas: descripciones hechas por los primeros soldados españoles acerca del proceso de conquista, las manifestaciones culturales del Tawantinsuyu y la narración de mitos y leyendas. La historia es la ciencia que reconstruye los hechos históricos basándose en documentación escrita (libros, documentos, actas, partes, etc.).

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Patrimonio Cultural Prehistórico y Arqueológico: es aquel que es estudiado por la ciencia arqueológica, en base a los restos materiales dejados por culturas desaparecidas que no conocieron la escritura alfabética. La arqueología es la ciencia que reconstruye los procesos sociales, políticos y culturales de pueblos ya desaparecidos que no conocieron la escritura y que basan su estudio en los materiales dejados por el hombre en su contexto original, ya sea cerámica, textiles, artefactos líticos, materiales óseos, arquitectura, contextos funerarios, relacionados con la ubicación espacial y la estratigrafía. En el Perú y en los Andes el patrimonio prehistórico y arqueológico data desde antes de los 15 mil años a.C. en que aparecen las primeras formaciones sociales en el estado de bandas, hasta la invasión española, en que se introduce la escritura. Sin embargo, cabe señalar que la arqueología no solo se limita al periodo anterior a la invasión europea, ya que exis-

Figura 2. Arybalo Inca procedente del valle de Chancay- Huaral.

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Figura 3. Tapiz Chancay – Inca, valle de ChancayHuaral.

Figura 4. Muñeca Chancay procedente del valle de Chancay- Huaral.

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te una rama llamada arqueología histórica en la cual se investigan y excavan monumentos coloniales. Se han realizado en el Perú algunos proyectos de excavaciones e investigaciones arqueológicas en iglesias, monasterios y casonas coloniales, con la finalidad de conocer más acerca de problemas no aclarados en base a documentos históricos (Chuhue y van Dalen; 2014). Por otra parte, hace algunos años un equipo de arqueólogos peruanos realizaron excavaciones en fosas comunes de Ayacucho producto de la violencia política de la década de los 80 y comienzos de los 90, con la finalidad de exhumar los restos y conocer las causas y condiciones de su fallecimiento. Esta es la llamada arqueología forense. Otra rama muy desarrollada en los últimos años es la llamada arqueología submarina o acuática, con la finalidad de recuperar restos coloniales que se han perdido en el mar por acción de accidentes o ataques de barcos enemigos. Así, en Europa y Centro América se vienen desarrollando rescate de barcos y galeones hundidos en la época colonial por la acción de piratas y corsarios. De esta manera, con estos ejemplos podemos observar que la ciencia arqueológica no solo se limita a periodos antes de la aparición de la escritura, sino también a periodos propiamente históricos, ya sea por la inexistencia de datos documentales o para corroborar la información de los mismos. Por otra parte, según las características de movilidad de los restos patrimoniales se pueden también clasificar en (van Dalen; 2006): Patrimonio Cultural Mueble: Son aquellos materiales que pueden ser trasladados de un lugar a otro, debido a su tamaño y características propias. Sin embargo, las leyes peruanas e internacionales referidas al patrimonio señalan que estos no pueden ser trasladados ni del asentamiento arqueológico o histórico al que pertenecen, ni de los museos o colecciones en que se encuentran sin la debida autorización de las autoridades pertinentes y sin la asesoría y tratamiento por parte de arqueólogos, conservadores y otros profesionales especialistas. Entre el patrimonio cultural mueble podemos considerar: | 303

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• Vasijas cerámicas: en sus diversas formas y tipos. • Textiles: ya sean sueltos o en conjunto con el individuo. • Materiales óseos humanos y de animales. • Artefactos líticos. • Pinturas en cuadros y lienzos de épocas colonial y republicano. • Adornos y representaciones de santos ubicados en iglesias. • Representaciones en madera, ídolos, retablos. • Colecciones de monedas antiguas. • Documentos históricos. • Libros. • Armas de guerra. • Joyas y trabajo en metales. • Instrumentos musicales. • Todos aquellos materiales culturales que pueden ser fácilmente trasladables. Patrimonio Cultural Inmueble: Son todos aquellos materiales y restos culturales que no pueden ser trasladados de un lugar a otro, por sus dimensiones y características peculiares. Entre estas podemos señalar: • Asentamientos Arqueológicos. • Estructuras Arquitectónicas. • Caminos. • Templos e iglesias coloniales. • Montículos arqueológicos. • Conchales. • Huancas y piedras de gran tamaño. • Museos, casonas y fortalezas militares.

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El patrimonio cultural prehispánico en el Norte Chico Como hemos visto, el largo proceso cultural prehispánico, en los Andes en general y en la costa norcentral en particular, ha dejado como evidencia una gran cantidad de monumentos y materiales culturales, con características propias de la región. Sin embargo, el estado de conservación de la gran mayoría de estos es deplorable, al punto de que se estima que dentro de diez años muchos de estos (casi un 30%) desaparezcan. A continuación, vamos a revisar de manera general la relación del patrimonio cultural inmueble más representativo de la Costa norcentral peruana. 1.- En el valle de Fortaleza o Paramonga: En el valle de Fortaleza existen una gran cantidad de asentamientos prehispánicos, cuya datación va desde el Periodo Arcaico hasta la ocupación inca del valle. • Periodo Arcaico: Cerro Lampay. Maray Colca. Huaricanga Norte. Racapampa. Limonpampa. Cerro Baúl. Monte Grande. Monte Grande. Cerro Blanco Sur. Llama Rumi. Hornillos. Coricoto. Chasquitambo. Mandahuás. Quilca. Tunán. • Periodo Formativo: Hacienda Anta, conformado por un conjunto de estructuras de piedra. • Horizonte Medio: Cementerio de Lampay, que presenta abundante material cerámico en superficie. Cerro Blanco, asentamiento con estructuras a base de piedras y un extenso cementerio. Hacienda Anta. • Intermedio Tardío: Cerro La Horca, el sector ubicado en las faldas del cerro, compuesto por cuatro niveles de plataformas escalonadas. Numerosos cementerios en los rincones del valle. • Horizonte Tardío: Cerro La Horca, extenso asentamiento ubicado sobre un promontorio natural, cerca al mar, en la desembocadura del río al Océano Pacífico; se habría construido | 305

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en este periodo un Templo del Sol. Fortaleza de Paramonga, asentamiento de carácter político- administrativo, edificado íntegramente a base de adobes de regular tamaño, presenta una gran cantidad de recintos interconectados y una muralla defensiva que encierra el asentamiento. • Colonial: Iglesia Paramonga. • República: Casa hacienda Paramonga. En el valle de Pativilca: En el valle de Pativilca podemos identificar los siguientes monumentos: • Periodo Arcaico: Upaca: extenso asentamiento con varios sectores diferenciados, conformados por montículos a base de piedras cantedas y cantos rodados de río. Punta y Suela: extenso asentamiento con diferentes sectores, conformado por numerosos montículos de planta rectangulares e irregulares. Pampa San José, asentamiento con plaza circular hundida y dos montículos piramidales. Carretería: asentamiento que presenta plaza circular hundida con estructuras piramidales ubicado en la margen derecha del río Pativilca. Huayco; asentamiento con varios sectores diferenciados. Potao: asentamiento compuesto por varios montículos en forma de “U”, dispuestos alrededor de un espacio abierto. Vinto Alto: presenta cuatro sectores y está compuesto por montículos piramidales. • Intermedio tardío: Cementerio de Huayto. Cerro Rompequincha: extenso cementerio con abundante material cultural en superficie por acción del huaqueo. Cerro Pacae: cementerio ubicado en la margen izquierda del río Pativilca. • Horizonte Tardío: Muchos de los asentamientos tardíos continuaron siendo ocupados en este periodo. • Colonial: Iglesia Pativilca. • República: Casa Simón Bolivar. 306 |

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En el valle de Supe: En el valle de Supe podemos identificar los siguientes monumentos: • Periodo Arcaico: Caral, ubicado en la margen derecha del valle medio, presenta diferenciación de sectores y es considerada la primera ciudad de América y sede del Estado Prístino del valle de Supe; se constituyó como un centro ceremonial de gran importancia en el área andina. Lurinhuasi, ubicado en la margen izquierda del rio Supe, presenta una distribución semi circular, con 24 estructuras piramidales. Chupacigarro, ubicado a un Km. de distancia de Caral, presenta una gran plaza circular hundida frontal, alrededor del cual se presentan doce construcciones arquitectónicas. Minaya, asentamiento ubicado en la margen izquierda del río Supe, presenta edificios públicos, sectores domésticos y dos plazas circulares, además de geoglifos. El Áspero, ubicado cerca al litoral, pre-

Figura 5: El huaqueo es una actividad ilícita muy difundida en especial en la costa. Vista de un cementerio huaqueado en Chancayllo, extremo norte del valle Chancay – Huaral.

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senta una pirámide y un pozo circular frontal; se halló ídolos de barro crudo y una llamita pequeña trabajada en oro. • Periodo Formativo: Muchos sitios del periodo Arcaico continuaron siendo ocupados en este periodo. • Horizonte Medio: Chimú Cápac, ubicado sobre un promontorio rocoso, frente al actual pueblo de Supe, presenta estructuras a base de piedras canteadas. • Intermedio Tardío: Allpacoto: presenta estructuras a base de adobes y un sector de cementerio con abundante cantidad de fragmentería cerámica. Cementerio en Puerto Supe y en las playas aledañas. Caleta Vidal: extenso cementerio. • Horizonte Tardío: Allpacoto y Caral. • Colonial: Iglesia de Supe Pueblo. • República: Casa hacienda San Nicolás. Numerosas casonas en Supe Puerto y Supe Pueblo. En el valle de Huaura: En el valle de Huaura podemos identificar los siguientes monumentos: • Periodo Arcaico: Paraíso, Bandurria. • Periodo Formativo: Asentamientos en forma de “U”. Chacra Socorro. • Intermedio Temprano: Lima: Cerro Colorado Grande: estructuras arquitectónicas a base de adobitos. • Horizonte Medio: la mayoría de asentamientos tardíos presentan ocupación durante el Horizonte Medio. Vilcashuaura. Cerro Colorado. • Intermedio Tardío: Chancay: Santa Rosalía, cementerio ubicado en el valle medio, margen derecha, presenta abundante material cultural en superficie por acción del huaqueo. Cementerio de Cerro Colorado. Cementerio de Manzanares III. Cementerio de Pampa de las Ánimas. Vilcashuaura; asenta308 |

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miento con diferentes sectores a base de diferentes técnicas constructivas, según el status. Muralla de Mazo. Acaray: asentamiento con estructuras piramidales y muros a base de adobes. Adoratorio de Choque Ispana. Cañas: ubicado en el valle medio. Casa Blanca. Hualmay, asentamiento más extenso del valle. Carquín. • Horizonte Tardío: Rontoy: asentamiento con estructuras a base de tapiales. Acaray. Adoratorio de Choque Ispana. Tambo de Cerro Colorado, conformado por estructuras de gran tamaño que presentan en los muros pintura amarilla (van Dalen; 2011). • Colonial: Iglesia San Bartolomé de Huacho, iglesia de Huaura. • República: Casa hacienda Rontoy, Casa hacienda El Ingenio. En el valle de Chancay-Huaral: En el valle de Chancay-Huaral podemos identificar los siguientes monumentos: • Periodo Arcaico: Río Seco de León, extenso asentamiento ubicado en la playa del mismo nombre, compuesto por casas hechas a base de huesos y pieles de lobos marinos. Asentamientos dispersos en Lachay. Punta Grita Lobo, asentamiento precerámico con estructuras de piedra, correspondiente al Arcaico Tardío. Las Shicras. • Periodo Formativo: San Jacinto, ubicado en Huando se constituye en el asentamiento con planta en “U” más extenso de toda la costa central (Carrión; 1998). Las Salinas, ubicado al Sur del puerto de Chancay. Huando B. Miraflores. Saume. Cuyo. • Intermedio Temprano: Asentamientos Lima: Baños de Boza, extenso asentamiento conformado por una serie de pirámides, que se constituye en el sitio tipo del estilo Baños de Boza o Blanco sobre Rojo. Cerro Trinidad, asentamiento ubicado | 309

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al sur de la ciudad de Chancay, presenta estructuras a base de adobitos, así como una aldea de pescadores en medio de un extenso rectángulo ubicado en el lado sur del cerro. San Cayetano, ubicado en Chancayllo, presenta pirámides edificadas a base de adobitos, los muros llegan a tener dos metros de altura. • Horizonte Medio: Teatino, pirámide truncada en la quebrada de Doña María, que se constituye en el sitio tipo de esta cultura. Cayán. Por lo general todos los asentamientos de la cultura Chancay presentan ocupación Teatino. • Intermedio tardío: Asentamientos Chancay: Pisquillo Chico, extenso asentamiento ubicado en Palpa, que habría cumplido la función de regular las relaciones con la cuenca alta de Canta, con Atavillos y la región de Pasco (Huayllay) y con el valle de Chillón por la ruta de Quilca; presenta una compleja organización espacial y diferenciación de sectores. Lauri o Pampa Libre, es uno de los cementerios más extensos de la Costa Central (Horkheimer; 1965, Cornejo; 1986; 1990; 1992; 1997, van Dalen; 2004a; 2007; 2008) y uno de los que corren más peligro por desaparecer debido al huaqueo y al emplazamiento en la misma zona intangible de una granja. Lumbra, extenso asentamiento que ocupa todo el cauce de la gran quebrada del mismo nombre, con varios sectores y un posible observatorio astronómico, en la actualidad se encuentra al 90 % destruido debido a que la carretera hacia Acos pasa por el medio del mismo sitio y por el avance de la frontera agrícola. Cuyo: extenso asentamiento administrativo ubicado en el valle medio, sobre una gran terraza aluvial, presenta sectores diferenciados, una compleja organización espacial y complejidad arquitectónica. Es uno de los sitios mejor conservados. Pancha La Huaca, extenso cementerio y asentamiento político administrativo hoy desaparecido. Tronconal, extenso 310 |

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Figura 6: Vista de una tumba huaqueada en el sitio de Lauri, valle de ChancayHuaral.

cementerio ubicado en la quebrada del mismo nombre camino a Palpa; presenta a un lado un sector administrativo en regular estado de conservación. Otros asentamientos de gran importancia en el valle medio son: Saume, Portillo, Casa Vieja, Gallinazo, San Miguel, Quisque y Huataya. • Horizonte Tardío: Lauri. Pisquillo chico. Tronconal. Lumbra. Cuyo. Platanal. Quilca. • Colonial: Iglesia San Juan Bautista de Huaral, iglesia de Chancay, iglesia de Santo Domingo de Real Aucallama. • República: Casa hacienda Huando, Palpa, Caqui, entre muchos otros. Normativa legal que protege el patrimonio cultural peruano El Estado peruano tiene la función de proteger el patrimonio cultural peruano y para ello ha creado el Ministerio de Cultura, organismo

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encargado de proteger y controlar el patrimonio. Para ello, el Estado ha dictado una serie de leyes que protegen el patrimonio y sancionan a quienes lo destruyen. Las más importantes son: 1. La Constitución Política del Estado1, en su artículo 21 define: “Los yacimientos y restos arqueológicos, construcciones, monumentos, lugares, documentos bibliográficos y de archivo, objetos artísticos y testimonios de valor histórico, expresamente declarados bienes culturales, y provisionalmente los que se presumen como tales, son patrimonio cultural de la Nación, independientemente de su condición de propiedad privada o pública. Están protegidos por el Estado. La ley garantiza la propiedad de dicho patrimonio. Fomenta conforme a ley, la participación privada en la conservación, restauración, exhibición y difusión del mismo, así como su restitución”. La Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación, Ley 28296 (22 de Julio de 2004), la cual está referida a las definiciones en torno al patrimonio cultural, la protección del mismo y las sanciones a quienes lo destruyan o alteren. Está compuesto por 7 títulos y 53 artículos. Sin embargo, esta ley presenta muchos vacíos legales. Uno de los artículos señala que los encargados de proteger el patrimonio cultural son el Instituto Nacional de Cultura y los gobiernos locales, en estos casos las Municipalidades. Lo más llamativo de esta ley es lo relacionado con los coleccionistas de bienes culturales, propiciando las colecciones privadas. 2. El Código Penal establece las penas para aquellas personas que destruyan el patrimonio cultural, la cual no debe ser menor de 3 ni mayor de 10 años. 3. La Ley Orgánica de Municipalidades establece como una función de los gobiernos locales el proteger el patrimonio cultural de su 1

La Constitución vigente fue promulgada en 1993.

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jurisdicción. En la práctica no es así, hay muchos alcaldes que con fines de elección promueven la invasión de extensas áreas intangibles. Por otra parte, hay también leyes internacionales firmadas entre varios países para proteger el patrimonio cultural. Entre estas podemos mencionar: 1. El Memorando de entendimiento entre Perú y Estados Unidos para restringir el tráfico de bienes culturales hacia ese país, firmado en junio de 1997 y ratificado el 2000. Este documento ha permitido el regreso al Perú de numerosas piezas extraídas de museos peruanos. Para ello el Ministerio de Cultura debe proporcionar al Estado norteamericano una guía con las fotos y registro de los bienes culturales. Sin embargo, aquellas piezas que no se encuentran inscritas en el Ministerio de Cultura y que son recientemente huaqueadas no pueden ser intervenidas ni devueltas. 2. Las convenciones de la UNESCO estipulan también leyes acerca de la protección del patrimonio cultural. Situación actual del patrimonio cultural en la Costa norcentral peruana El patrimonio cultural prehispánico de la Costa norcentral peruana se encuentra en más del 99% en estado de abandono por parte del Estado peruano. Los únicos sitios que se encuentran bajo cuidado y resguardo son aquellos bajo la administración de la Unidad Ejecutora 003 (Zona Arqueológica Caral) del Ministerio de Cultura, bajo la dirección de la Dra. Ruth Shady. Entre estos sitios figuran: Caral, Aspero, Chupacigarro, Vichama, entre otros. Además, la Fortaleza de Paramonga se encuentra bajo la administración del Ministerio de Cultura. Con respecto al patrimonio cultural colonial, en especial las iglesias, estas se encuentran bajo la administración de la Iglesia Católica a tra| 313

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Figura 7. Granjas asentadas sobre la zona arqueológica de Lauri, valle de ChancayHuaral.

vés del Obispado de Huacho. La mayoría de iglesias se encuentran en un aceptable estado de conservación; sin embargo, casi el 95% de estas han sido remodeladas de tal manera que al introducirse materiales modernos han perdido su originalidad y por lo tanto su condición de bienes culturales, modificando sustancialmente su organización y estructura. No se han respetado los principios básicos de conservación en bienes culturales y la normativa vigente. Con respecto a las casonas, casa haciendas y otras construcciones republicanas, estas son propiedad privada y en la mayoría de los casos han sido remodeladas sin respetar la normativa vigente, habiendo sido varias de ellas demolidas en las últimas décadas para desarrollar construcciones modernas. Al igual que en el caso del patrimonio cultural prehispánico, el patrimonio cultural colonial y republicano no se encuentra en su totalidad inventariado por el Ministerio de Cultura y menos protegido por este órgano del Estado.

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La destrucción del patrimonio cultural en la Costa norcentral peruana Los principales factores que destruyen el patrimonio cultural en la Costa norcentral peruana son: El Huaqueo: Es la actividad de extracción ilegal y clandestina de materiales arqueológicos de los sitios arqueológicos con el propósito de extraer bienes culturales (Instituto Nacional de Cultura; 2008a:3-5), destruyendo el contexto original en que fueron dejados. El huaqueo se realiza mediante excavaciones clandestinas sin respetar ninguna norma o metodología de excavación estratigráfica, destruyendo contextos completos evitando que el arqueólogo pueda reconstruir las actividades sociales de dichos materiales. El huaqueo se realiza con la finalidad de extraer objetos valiosos para ser comercializados dentro y fuera del país en el mercado negro de tráfico de bienes culturales. El huaqueo puede ser realizado por personas aficionadas, que realizan esta actividad solo algunos días del año (por lo general los días feriados) y por otras especializadas dedicadas a tiempo completo, constituyéndose en su medio de subsistencia. Así, el huaqueo es el principal factor que contribuye a la destrucción del patrimonio cultural. Esta actividad es propiciada por grandes mafias de coleccionistas de la capital de la República. Esta es una situación que no es propia solo del Perú sino que se da en toda Latinoamérica (Baez; 2008). Avance de la frontera agrícola: En muchas zonas del Perú y en especial en la Costa norcentral, los monumentos arqueológicos son destruidos con la finalidad de la ampliación de las chacras y terrenos agrícolas. Hemos sido testigos de cómo montículos y pirámides completas han sido destruidos con esta finalidad. Los monumentos ubicados en los rincones de los valles y que han posibilitado su conservación debido a su ubicación en zonas desérticas, en la actualidad vienen siendo | 315

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destruidas debido a los proyectos de irrigación para ampliar la zona agrícola. Por otra parte, montículos arqueológicos ubicados dentro de chacras privadas vienen siendo destruidos con el uso de maquinarias pesadas. Las urbanizaciones y asentamientos humanos: Los asentamientos humanos y la expansión de las ciudades son otro factor que permite la destrucción del patrimonio, ya que a pesar de constituirse como zonas intangibles, son ocupadas mediante invasiones. Lamentablemente hasta hace 4 meses, las leyes peruanas señalaban que luego de 48 horas de producidas las invasiones, la policía se ve imposibilitada de actuar en el desalojo, ya que esto solo se podía efectuar por la vía judicial; es por esto que muchas invasiones se producían días feriados como Navidad, 28 de Julio, Año Nuevo, Semana Santa, entre otras fechas importantes, cuando no había atención en el Ministerio de Cultura. En la actualidad COFOPRI viene realizando proyectos para la Formalización de la Propiedad Informal, saneando esta problemática, lo cual sin embargo no incluye a los sitios arqueológicos invadidos. En la ciudad de Lima cientos de monumentos han sido destruidos con el avance de las urbanizaciones, mientras que otros monumentos como el Complejo Maranga, Garagay, Pachacamac, entre otros han visto cercenados un gran porcentaje de sus estructuras por las construcciones contemporáneas. En las provincias de la Costa norcentral vemos la misma situación como en Cerro Colorado, Carquín, Hualmay y Chacra Socorro, en la provincia de Huaura; Huando, Sacachispa, Macatón, en la provincia de Huaral; Cerro Colorado y Chimu Cápac, en Barranca; entre otros. Los fenómenos naturales: Los embates de la naturaleza permiten también la destrucción del patrimonio Cultural. Los terremotos, los deslizamientos, los huaycos, los revalses de ríos, las lluvias torrenciales, los rayos, entre otros, son los más importantes. En las quebradas de los ríos costeños es muy común observar asentamientos ubicados 316 |

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en medio del cauce de quebradas pequeñas que han sido destruidos en la parte central por huaycos o lloqllas que descienden desde las partes altas de la quebrada. Sin embargo, el fenómeno natural que más contribuye a la destrucción del Patrimonio Cultural es el Fenómeno de El Niño, debido a las fuertes lluvias que azotan la región costeña. El intemperismo permite también la erosión eólica y pluvial de los componentes arquitectónicos de los sitios arqueológicos. Los proyectos de interés nacional: Se denominan proyectos de interés nacional, a aquellos que son de gran importancia para el desarrollo del país, como la construcción de carreteras, centrales hidroeléctricas, centros mineros, sistemas eléctricos, gaseoductos como el de Camisea, macro proyectos de irrigación, entre otros. La ejecución de estos proyectos va a afectar en algún sentido monumentos arqueológicos, por lo que el Ministerio de Cultura debe solicitar la ejecución de proyectos de Evaluación arqueológica con planes de Mitigación y el posterior Rescate Arqueológico; es decir excavar y tratar de recuperar la mayor cantidad posible de datos para reconstruir el proceso cultural en esa región, teniendo en cuenta que esta se va a perder para siempre. Uno de estos ejemplos es la ampliación de la autopista Ancón Pativilca, tramo de la carretera Panamericana Norte que ha destruido numerosos sitios arqueológicos como Cerro Colorado, Vispán, Montero, Cejetuto, entre otros en la provincia de Huaura. El robo y asalto de bienes culturales: En los últimos años hemos oído como en numerosas iglesias del interior del país, delincuentes han robado joyas, cuadros, retablos, imágenes de santos, entre otros bienes de importancia cultural. Se conoce también acerca de robos en museos. Hace algunos años se produjo el robo de tres mantos Paracas en el Museo Regional de Ica (bajo la administración del Ministerio de Cultura), valorizados en tres millones de dólares. El Museo de Chancay ha sido en varias ocasiones asaltado, perdiendo objetos de gran valor cultural. Lo mismo ha sucedido en el Museo de Huando. Por lo | 317

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Figura 8. La ampliación de la carretera panamericana Norte ha destruido más el cementerio de Cerro Colorado en Huacho, ya de por sí destruido por las invasiones y el avance de las urbanizaciones.

general estas obras robadas van a parar a manos de traficantes internacionales, que no tienen escrúpulos en privar al Perú de sus bienes culturales, propiedad de todos los peruanos. La ejecución de proyectos de servicios, productivos y extractivos: públicos o privados: Los Gobiernos locales, provinciales y regionales, al igual como las empresas privadas, realizan constantemente obras de diversos tipos: servicios (redes de agua potable, alcantarillado, electrificación, entre otros), productivos (obras de irrigación, canales y acueductos, represas) y extractivos (explotación minera metálica y no metálica, explotación petrolera, etc), los cuales durante su ejecución pueden destruir sitios arqueológicos. Por ello el Ministerio de Cultura solicita como requisito para la ejecución de estas obras el Certificado 318 |

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de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA) y durante la ejecución de obras la realización de proyectos de Monitoreo Arqueológico. Sin embargo, son pocas las instituciones que cumplen con estos requisitos, la mayoría ejecuta las obras directamente sin contar con el CIRA, destruyendo importantes sitios arqueológicos. La instalación de granjas: En las quebradas laterales a los valles y en las pampas que se ubican entre los valles se han instalado granjas de pollos de empresas avícolas que no tienen escrúpulos para emplazarse sobre sitios arqueológicos. Un caso llamativo es Pampa Libre o Lauri en el valle Chancay, donde se han emplazado galpones de granja, ocupando la mitad del área de este extenso asentamiento. La falta de una política del Estado para la conservación y preservación del patrimonio cultural: Todos los factores observados líneas arriba se ven posibilitados por la falta de leyes precisas que sancionen a quienes destruyen y lucran con el patrimonio cultural. A pesar que las leyes tienen una penalidad de mínimo tres años para aquellas personas que destruyan o alteren el patrimonio cultural, hay lugares donde a plena luz del día se extraen materiales de gran valor científico, amparados en la corrupción reinante en la Policía Nacional y las autoridades pertinentes, quienes amparan a los traficantes. La inoperancia del Ministerio de Cultura por proteger el patrimonio cultural La entidad encargada de la protección del patrimonio cultural peruano es el Ministerio de Cultura. Esta institución se formó el año 2010 a partir del Instituto Nacional de Cultura que dependía del Ministerio de Educación. Es el organismo del Poder Ejecutivo responsable de todos los aspectos culturales del país y ejerce competencia exclusiva y excluyente, respecto a otros niveles de gestión en todo el territorio nacional. Fue creado el 21 de julio de 2010 mediante Ley N.º 29565, suscrita por el presidente de la República, Alan García Pérez. Las fun| 319

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ciones principales del ministerio son formular, ejecutar y establecer estrategias de promoción cultural de manera inclusiva y accesible, realizar acciones de conservación y protección del patrimonio cultural, fomentar toda forma de expresiones artísticas, convocar y reconocer el mérito de quienes aporten al desarrollo cultural del país, planificar y gestionar con todos los niveles de gobierno actividades que permitan el desarrollo de los pueblos amazónicos, andinos y afroperuanos, todo ello propiciando el fortalecimiento de la identidad cultural y abriendo espacios de participación de todas las culturas. En los lineamientos de política cultural figura entre siete puntos importantes: impulsar una perspectiva intercultural, promover la ciudadanía, fortalecer la institucionalidad, alentar la creación, defensa y apropiación social del patrimonio, apoyar a las industrias culturales, promover y difundir las artes (Ministerio de Cultura; 2012). Dentro del organigrama de estructura y funciones del Ministerio figuran dos viceministerios: El Viceministerio de Interculturalidad y el Viceministerio de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales. Dentro de este último se encuentra la Dirección General de Patrimonio Cultural, la Dirección General de Industrias Culturales y Artes, Dirección General de defensa del Patrimonio Cultural y la Dirección General de Museos. Como parte de la Dirección General de Patrimonio Cultural se encuentran las Direcciones de Calificación de Intervenciones Arqueológicas, de Certificaciones, de Catastro y saneamiento físico legal, y gestión de monumentos. Estas últimas direcciones son las encargadas de aprobar, supervisar y hacer seguimiento a los proyectos de investigación en sus diferentes modalidades con intervenciones en sitios arqueológicos. Lamentablemente esta gran estructura del Ministerio de Cultura que debería proteger el patrimonio cultural peruano es incapaz de detener la destrucción del patrimonio cultural. Para estas oficinas es más importante hacer seguimiento y sancionar a los arqueólogos que ejecutan proyectos de investigación y se demoran en entregar los informes correspondientes por la complejidad del proceso de investigación 320 |

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Figura 9: Los terrenos agrícolas contiguos al complejo arqueológico de Pisquillo Chico amenazan constantemente a esta importante zona arqueológica Chancay, a pesar que ya destruyó gran parte del sitio.

o denegar las autorizaciones a los profesionales e investigadores que “no son de su agrado”, que trabajar coherentemente por proteger el patrimonio cultural de nuestro país. Es sorprendente la cantidad de profesionales a quienes se les ha abierto procesos administrativos en comparación a los traficantes de bienes culturales, huaqueros o coleccionistas privados, a quienes se les haya denunciado por destruir y traficar con el patrimonio cultural. De igual manera, la participación ciudadana en la protección del patrimonio cultural que es un pilar fundamental en la labor del Ministerio de Cultura (Instituto Nacional de Cultura; 2008b:12-13) no es tomado en cuenta por las oficinas burocráticas de este ministerio, a pesar de contar con un programa voluntario de defensores del patrimonio cultural (Instituto Nacional de Cultura; 2011b). Como ejemplo, es necesario analizar algunos casos en que la inoperancia del Ministerio de Cultura es más que evidente. Paraíso, sitio | 321

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emblemático del Formativo en los valles de Lima era objeto de un proyecto de investigación en los últimos años, sin embargo durante una noche una empresa constructora contigua destruyó montículos arqueológicos integrantes de este sitio. Luego de realizar las investigaciones se determinó que dicha empresa constructora quería lotizar los terrenos y que entre sus socios y personal habían laborado o asesorado algunos funcionarios de dependencias del Ministerio de Cultura. Otros casos emblemáticos son los relacionados con la destrucción de sitios arqueológicos de la cultura Chancay en el valle Chancay como: Lumbra, Lauri, Baños de Boza, Castillo de Pasamayo; donde a pesar que el autor del presente artículo presentó las denuncias correspondientes al Ministerio de Cultura, esta entidad no hizo nada para evitar que los tractores destruyan partes considerables de estos importantes asentamientos.

Figura 10: Las invasiones de asentamientos humanos destruyen numerosos sitios arqueológicos. Centro poblado Santísima Cruz de Sacachispa, Huaral.

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Puruchuco es otro caso referente, donde entre los años 2013 y 2014 se destruyó parte del mismo para la ejecución de una obra vial que incluía la construcción de un túnel debajo del sitio arqueológico con el fin de beneficiar a una empresa chilena que iba a construir un Real Plaza, autorizado y avalado por el Ministerio de Cultura, donde incluso se utilizaron maquinarias pesadas sobre el sitio arqueológico durante el Proyecto de Rescate Arqueológico (Bueno; 2014). Hace algunos meses se conoció el caso de un sitio de la cultura Chanka de San Miguel, el cual fue destruido por la construcción de las redes del gas de Camisea. Lo paradójico es que fue el mismo Ministerio de Cultura a través del Viceministerio de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, el que emitió cuatro resoluciones, cada una contradiciendo a la anterior y dando mayor autorización para la excavación de rescate del sitio arqueológico. Pero un caso que acaba de suceder hace un par de semanas es la invasión del complejo arqueológico de Cerro Colorado en Huacho, donde cerca de tres mil invasores ocuparon el cementerio arqueológico. Tras realizar las denuncias ante el Ministerio de Cultura para que inicie el proceso de desalojo y pudiendo ampararse en la nueva Ley de invasiones de terrenos del estado. Sin embargo, hasta el momento el Ministerio de Cultura no ha hecho las coordinaciones con el Ministerio Público y la Policía Nacional para iniciar el proceso de desalojo, mientras que los delincuentes siguen destruyendo en gran medida el cementerio arqueológico. Y así como estos cinco casos podemos numerar hasta medio millar que son ampliamente conocidos. Una luz en el camino: El Proyecto especial arqueológico CaralSupe (PEACS) y la puesta en uso social del patrimonio cultural Hasta el momento el único proyecto sostenible y a largo plazo que está logrando la recuperación de sitios arqueológicos en la costa norcentral es el Proyecto Especial Arqueológico Caral Supe (PEACS), el cual | 323

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desde hace casi una década se ha convertido en una Unidad Ejecutora (003) del Ministerio de Cultura, dirigido por la gestora del proyecto, la Dra. Ruth Shady Solís, profesora principal del departamento académico de Arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Este proyecto se inició el año 1994 con la participación de la Dra. Shady y un grupo de estudiantes de arqueología y después de 21 años se constituye en uno de los proyectos arqueológicos de mayor importancia a nivel nacional. Hasta el momento el PEACS ha intervenido en sitios del Periodo Arcaico como: Caral, Aspero, Vichama, Era de Pando, Allpacoto, Chupacigarro, Miraya, Lurihuasi, El Molino, Piedra Parada, entre otros. Este proyecto se encuentra realizando labores que conducen a la puesta en uso social de estos importantes sitios arqueológicos, mediante la acción participativa de la sociedad civil, inserta en el proyecto de manera inclusiva mediante la aplicación del “Plan maestro para un desarrollo integral y sostenible de Supe y Barranca” (PEACS; 2005: 2 Tomos). A nivel nacional existen cinco regiones principales donde se vienen desarrollando proyectos de puesta en uso social de sitios arqueológicos. Los proyectos más antiguos fueron realizados en Lima, en la segunda mitad del siglo pasado recuperando sitios como Pachacamac, Huallamarca, Puruchuco y Pucllana. Una segunda área es el Cusco, donde también desde la segunda mitad del siglo pasado se inició un acelerado y desesperado proceso de restauración de sitios arqueológicos para habilitarlos turísticamente e insertarlos en los circuitos turísticos; sin embargo, no se siguieron procedimientos técnicos de conservación: no se consideró la originalidad de los monumentos ni se utilizó materiales reversibles y originales. Una tercera área se comienza a desarrollar en la Costa Norte (La Libertad y Lambayeque) a partir de la década de 1990 con motivo del descubrimiento del señor de Sipán. A la fecha (en los últimos 25 años) se han recuperado sitios de gran importancia como: Huaca de la Luna (Proyecto Huacas de Moche), Túcume, Batan Grande, Complejo arqueológico El Brujo, 324 |

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Sipán, Chotuna Chornancap, entre otros; en los cuales se han aplicado excelentes procesos de conservación y se ha logrado conjugar la importancia sociocultural del monumento con la afluencia turística y el desarrollo económico inclusivo de las poblaciones locales mediante la recuperación y desarrollo de técnicas artesanales de diversos tipos (Trivelli y Hernández; 2009). La cuarta área es justamente el valle de Supe en la Costa norcentral con la ejecución del PEACS. Una quinta región que recién está aplicando esta política de recuperación de sitios es Chachapoyas tomando como base al importante sitio arqueológico de Kuelap. Como se ha visto el PEACS es el único proyecto de gran envergadura que viene recuperando socialmente el patrimonio cultural prehispánico en la Costa norcentral. El año 2004 apareció el Proyecto Arqueológico Norte Chico a cargo de Jonathan Haas, el cual se presentó ante la sociedad regional como un gran megaproyecto con presupuesto del gobierno de los Estados Unidos, el cual iba a desarrollar trabajos de largo plazo con el objetivo de recuperar sitios del periodo Arcaico en los valles de Pativilca y Fortaleza; sin embargo luego de cuatro o cinco años, tras numerosos enfrentamientos con el PEACS, la excavación de pozos de cateos en varios sitios de este periodo y muy pocas publicaciones, se retiraron del escenario cultural hasta hoy. Se han dado otros proyectos fugaces como los de Bandurria (Huacho) y Shicras (Palpa en Huaral), en el primer caso, luego de excavaciones que concluyeron con el descubrimiento de la plaza circular hundida y la aplicación de pésimos trabajos de conservación reconstitutiva, tras cinco años (en los cuales no se desarrolló ningún trabajo con las poblaciones locales) el sitio quedó abandonado y hoy se encuentra en un acelerado proceso de destrucción; en el segundo caso se realizaron trabajos de investigación y conservación que permitieron la recuperación de gran parte del monumento y actualmente paralizado desde el año pasado, aunque aún está habilitado para el turismo. Por otra parte desde hace 15 años el Proyecto Arqueológico Chancay – Huaral | 325

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– Atavillos (PACHA) viene desarrollando trabajos de investigación en las provincias de Huaral y Huaura, con el objetivo de definir las características culturales de las sociedades Chancay y Atavillos, desarrollando paralelamente trabajos de concientización cultural de las poblaciones locales, trabajos desarrollados con el auspicio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Políticas culturales del Estado peruano en el siglo XXI Las políticas culturales son parte de las políticas públicas de un Estado. Pierre Muller define a las políticas públicas como una respuesta que ofrece un Estado, a una situación problemática de la sociedad, a través de planes, programas, proyectos y servicios; por lo que el Estado se debe comprometer en la definición, análisis e investigación, construcción, formulación, control y seguimiento de la puesta en marcha de dichas políticas (Mendoza y Barragán; 2005: 171). En 1968 la Reunión preparatoria para la conferencia sobre los aspectos institucionales, administrativos y financieros de las políticas culturales desarrollado en Venecia, definió las políticas culturales como: “… un conjunto de prácticas sociales, conscientes y deliberadas, de intervención o no intervención, que tienen por objeto satisfacer ciertas necesidades culturales de la población y de la comunidad, mediante el empleo óptimo de todos los recursos materiales y humanos de que dispone una sociedad en un momento determinado” (Cortés; 2006:19). Roncagliolo (1998: 10-11) señala que la aplicación de políticas culturales tienen que necesariamente relacionar a la cultura con tres conceptos fundamentales: derecho humano, democracia y desarrollo. La Unesco ha sido la entidad que ha propiciado la aplicación de políticas culturales en todos los Estados adscritos a esta entidad cultural mundial. Sin embargo, la aplicación de políticas públicas por parte de cada Estado está en relación a sus políticas propias primero, y a los lineamientos dados por la Unesco, después. 326 |

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En el caso peruano, el Estado no apuesta por el desarrollo cultural ni educativo, son más importantes las actividades productivas entreguistas como se está viendo en los últimos años con los graves problemas sociales y ambientales que genera la actividad minera, atentando contra las comunidades circundantes, en el peor escenario liberalista del capitalismo agresivo. Este mismo reflejo es el Ministerio de Cultura, la entidad del Estado que debería impulsar el desarrollo cultural y la protección de nuestro patrimonio. Al contrario, la poca o nula presencia del Estado en la actividad cultural del país no logra que la cultura adquiera su verdadera dimensión, en un país que ha sido la cuna de una de las seis civilizaciones más importantes del mundo. Como señalamos líneas arriba, la situación de la protección del patrimonio cultural en el Perú por parte del Ministerio de Cultura es endeble. Más doloroso es conocer que los presupuestos asignados anualmente por proyectos de inversión pública al Ministerio de Cultura peruano no son gastados al 100%, los cuales finalmente tienen que ser devueltos a las arcas del Estado. Así, el año 2014 del total de S/. 68 792 355.00 asignado solo se gastó el 91.34% del presupuesto asignado por el Estado, el 2013 del total de S/. 87 564 333.00 asignado solo se gastó un 51.09%, el 2012 del total de S/. 46 829 835.00 asignado solo se gastó un 51.95% y finalmente el año 2011 del total de S/. 161 317 524.00 asignado solo se gastó el 84.74% (Fuente: MEF, página de consulta amigable, comunicación personal Mg. Daniel Cáceda Guillén), mientras que miles de sitios arqueológicos se encuentran en estado de abandono y son destruidos. Durante el presente gobierno “nacionalista” del presidente Ollanta Humala Tasso (2011-2016) que está próximo a finalizar en unos meses, el Ministerio de Cultura ha tenido tres etapas: la primera a cargo de la ministra Susana Baca (28 de julio de 2011 - 11 de diciembre de 2011), quien fue a los pocos meses destituida, puesto que la cantante paraba el 80% del tiempo en sus giras internacionales que al cargo de | 327

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sus actividades propias como ministra; la segunda etapa a cargo del ministro Luis Peirano Falconí (11 de diciembre de 2011 – 24 de julio de 2013), sociólogo de profesión, en cuya gestión la política referida a los sitios arqueológicos fue conocido como: “el gobierno de los drones”, ya que se quiso adquirir numerosos drones para reemplazarlos por arqueólogos para el registro aéreo de los sitios arqueológicos; y finalmente la tercera etapa de la ministra Diana Álvarez Calderón (28 de julio de 2013 a noviembre de 2015), administradora de profesión, quien ingresó al Ministerio sin ninguna experiencia sobre patrimonio cultural, sino por su cercanía a la “pareja presidencial”. Ha sido en esta última etapa justamente cuando se dio el Decreto Legislativo 1198, el cual permitía que empresas públicas y privadas puedan administrar hasta por diez años el patrimonio cultural (salvo aquellos declarados patrimonio mundial) de nuestro país; el cual fue finalmente derogado el 23 de octubre de 2015 ante un paro total masivo de 48 horas desarrollado en el departamento del Cusco en contra del decreto. Sin embargo, este decreto fue ampliamente defendido por la ministra de Cultura. De igual manera en esta tercera etapa se aprobó el nuevo Reglamento de Intervenciones Arqueológicas, con el cual ya no solo se puede autorizar a un arqueólogo a intervenir o hacer investigaciones en un sitio arqueológico, sino también a empresas privadas. Estas políticas de “privatización” del patrimonio cultural se vienen proponiendo desde hace casi dos décadas atrás (Alfaro; 2013) y ha sido planteado por algunos especialistas en el tema del patrimonio cultural (Vich; 2006). Para el desarrollo óptimo de políticas culturales en el Perú es necesario sentar las bases democráticas de inclusión social y cultural de todos los sectores de la nación peruana. En este sentido el Estado debe reconocer la conformación pluricultural y plurinacional de nuestro país, aplicando un verdadero descentralismo, es decir terminar con el régimen centralista, unitario y homogéneo de nuestro Estado peruano. Es necesario reformular totalmente las políticas culturales vigentes 328 |

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con la inclusión de todos los miembros y actores culturales, reconociendo y valorando sus lenguas, dialectos, manifestaciones culturales y tradiciones, con la aplicación de una verdadera educación bilingüe y promoviendo la investigación; como se ha realizado en otros países vecinos como Bolivia (Patrone, Fernández y Méndez; 2010, Groux, 2010), Ecuador (Ministerio de Cultura del Ecuador; 2011, Moreira; 1977) y Colombia (Osorio; 2000, Mendoza y Barragán; 2005), donde además las políticas culturales no solo son aplicadas por los ministerios o el gobierno central, sino por los gobiernos locales. Además es necesario hacer cambios estructurales en la organización y funciones del Ministerio de Cultura, cambiando al personal eterno que llevan enquistados en sus sillas casi dos décadas, desde que era Instituto Nacional de Cultura, la mayoría sin capacitación y actualización sobre temas de políticas públicas y culturales, patrimonio cultural, o las nuevas corrientes teóricas metodológicas de las disciplinas afines al estudio del patrimonio cultural. Es sorprendente que los mismos directores y jefes de oficinas administrativas del Ministerio de Cultura, hayan estado en esos mismos cargos u otros afines desde el gobierno de Alejandro Toledo, a pesar del rotundo fracaso que han tenido en temas culturales y de haber llevado al patrimonio cultural nacional a un profundo abismo del que es complicado salir, sobre todo si siguen en esos cargos. Además, muchos funcionarios dejan estacionalmente sus cargos para emigrar a empresas que ejecutan proyectos de rescate y destrucción de sitios arqueológicos, volviendo a sus cargos iniciales en el Ministerio de Cultura después de un tiempo, cumpliendo la función de “juez y parte”, en agravio del patrimonio cultural. Algunas estrategias urgentes para la conservación del patrimonio cultural en la costa norcentral 1 El Estado debe promulgar leyes que sean más efectivas en la protección del Patrimonio Cultural, ya que las actuales son muy be| 329

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nevolentes con aquellos que destruyen y lucran con el tráfico de los bienes culturales. La Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación Nº 28296, es más benevolente con la destrucción del patrimonio cultural que las anteriores normas. 2 Organización y fortalecimiento de los lazos entre el Ministerio de Cultura, las Comunidades y las Municipalidad Distritales y Provinciales; es decir el Estado y la sociedad civil; generando los principios de participación, solidaridad, concertación, cooperación, complementariedad y transparencia, a través de la acción unitaria y conjunta; con el fin de promover y de difundir la importancia de las actividades culturales existentes en la región. 3 Desarrollar una política cultural sectorial integrada, que coordine el proceso de preparación de planes de acción, programas y proyectos que definan la acción a desarrollarse en las localidades, con la participación de los organismos señalados, a través de la acción unitaria y conjunta (Pérez Juez; 2006). 4 Desarrollar la participación, concertación y responsabilidad ciudadana, con el fin de desarrollar planes de manejo; logrando una participación activa de la población en el desarrollo del plan, ya que los programas proponen la participación ciudadana (Nanzer; 1988). 5 Desarrollar programas de educación cultural y artesanal y de su difusión entre la población regional; mediante la elaboración de talleres culturales, conferencias y visitas guiadas; con la finalidad de hacer conocer y comprender a la población, la importancia de los valores culturales que posee su localidad, como un modo de convertirlo en un centro motor de la difusión de los valores culturales en la región mediante el flujo turístico. 6 Proceso de concientización cultural de la población regional. Es el proceso por el cual se va a capacitar y concientizar a la población 330 |

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regional para que conozcan los bienes culturales de su región, se identifiquen con ellos, con su historia y así participen en la protección y conservación del patrimonio cultural. En primer lugar, se deberá realizar el proceso de concientización cultural de los docentes de la especialidad de Ciencias Sociales, ya que ellos son los más indicados, por su preparación y su especialidad, en ser los intermediarios entre los científicos sociales y la población local. Posteriormente, con el apoyo de los docentes se procederá al proceso de concientización de la población escolar, con la finalidad de que los estudiantes sean conscientes del proceso histórico y cultural que se viene desarrollando en el ámbito de su centro educativo y de la importancia de los valores culturales propios de su localidad y su región. Se cree conveniente dar la prioridad a los estudiantes en el sentido de que se pueda crear en ellos una alternativa de trabajo, capacitándolos con la finalidad de convertirlos en promotores culturales en su localidad. Posteriormente, se realizará este trabajo con los padres de familia y toda la población. Durante el proceso de concientización cultural de la población se va a desarrollar propiamente el trabajo con la comunidad, realizándose una interacción. En un primer momento se aplicarán encuestas para medir el grado de concientización cultural que poseen para evaluar las estrategias particulares a utilizar. Como siguiente paso se darán conferencias y charlas sobre temas arqueológicos como la cultura Chancay, arqueología regional, la importancia de preservar el patrimonio cultural y la recuperación de tecnología prehispánica. Posteriormente se realizarán talleres dirigidos a niños, jóvenes y a toda la población (van Dalen; 2004b). 7 Creación de museos regionales, municipales, locales y de sitio, con la finalidad de transmitir a la población local y a los visitantes foráneos las manifestaciones y riquezas culturales propias en la región.

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8 Desarrollar programas conjuntos con la población para conservar, limpiar y resguardar los monumentos culturales de la región. 9 Elaborar una propuesta de circuito turístico dentro de la región del norte Chico, que incluya los atractivos naturales y culturales que posee la región. 10 Instalar en las ciudades y pueblos de la región lugares de información turística, donde la población pueda vender artesanías u otros productos a los visitantes; además de restaurantes y una oficina de información cultural. Conclusiones La costa norcentral peruana presenta un rico y variado patrimonio cultural, producto de un largo proceso cultural en todos los periodos arqueológicos. Lamentablemente los monumentos y bienes culturales prehispánicos se encuentran en un pésimo estado de conservación, debido principalmente a la mala política del Estado por protegerlos, al huaqueo, las urbanizaciones, el avance de las fronteras agrícolas, entre otros factores. Es necesario desarrollar estrategias y planes conjuntos para la conservación y preservación del patrimonio cultural en el Norte Chico, como la concientización cultural de la población, desarrollar políticas concertadas y conjuntas, desarrollo de talleres y elaboración de planes culturales turísticos. Para ello es necesario reevaluar las políticas culturales planteadas desde el organismo estatal encargado de velar por el patrimonio cultural: el Ministerio de Cultura, aplicando previamente severos cambios estructurales.

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Figura 11. Grupo de docentes en una visita guiada al sitio arqueológico de Andoma, Huaral.

Figura 12: Taller de artesanías textil dictado a la población contigua al sitio arqueológico de Macatón, Huaral.

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Figura 13: Concurso de danzas típicas entre los pobladores de Sacachispa, Huaral.

Figura 14: pobladores de Lumbra participantes de un concurso de danzas típicas en la plaza de Armas de Chancay.

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Figura 15. Reciente invasión del cementerio de Cerro Colorado en Huacho. Nótese al fondo las esteras recién colocadas hace algunas semanas.

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Trivelli, Carolina y Hernández Asensio, Raúl 2009 “Apostando por el desarrollo territorial rural con identidad cultural: La puesta en valor del patrimonio prehispánico de la costa norte de Perú” En: El valor del patrimonio cultural. Territorios rurales, experiencias y proyecciones latinoamericanas. Claudia Ranaboldo y Alexander Schejtman, editores. Territorios con Identidad Cultural, RIMISP Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, Instituto de Estudios Peruanos. Lima, pp. 201-236. Van Dalen Luna, Pieter D. 2004a “Arqueología y Etnohistoria de los Periodos Tardíos en la Provincia de Huaral”. En: Revista del Centro de Estudiantes de Arqueología. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, pp. 22-48. 2004b “Los Museos arqueológicos escolares y la concientización cultural de la población escolar”. En: Revista Cultural Kullpi. Investigaciones culturales en la provincia de Huaral y el Norte Chico. Año 1, No 1, Huaral, pp. 56-65. 2006 “Crisis del patrimonio Cultural en el Perú y pérdida de la identidad nacional”. En: Diario Yachay. Vocero nacionalista. Noviembre y diciembre. Lima, 8 pp. 2007 “Análisis de un quipu Tahuantinsuyo procedente de Lauri, valle de Chancay”. En: Revista Cultural Kullpi. Investigaciones culturales en la provincia de Huaral y el Norte Chico. Año 3, N.º 3, Huaral, pp. 217-242. 2008 Los ecosistemas arqueológicos en la cuenca baja del río ChancayHuaral. Su importancia para el desarrollo de las formaciones sociales prehispánicas. Ed. Gutenberg. Lima, 185 pp. 2011 “El Tawantinsuyu en la costa norcentral peruana: valles de Chancay y Huaura” En: Investigaciones Sociales, N.º 27. Institu| 339

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DE LOS AUTORES ABENSUR VARGAS, Moshé Estudiante del último ciclo de Historia de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Asistente de investigación del Centro de Estudios Peruanos de la Universidad Católica San Pablo de Arequipa. [email protected] ADANAQUÉ VELÁSQUEZ, Raúl Licenciado en Historia por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Egresado de la Maestría en Historia Económica de la UNMSM donde se desempeña como docente del Departamento de Historia. Es autor de artículos y ensayos acerca de la vida y obra del Amauta Luis E. Valcárcel, la esclavitud y los cacicazgos del Perú colonial. [email protected] ARMAS MORALES, Carlos Eduardo Docente permanente de la Facultad de Ciencias Económicas. Doctor en Derecho y Ciencia Política por la UNMSM. Magíster en Derecho Civil y Comercial UNMSM. Estudios de Maestría en Impacto Ambientales UNIARA – España. Ingeniero Industrial de la Universidad Nacional de Ingeniería. Como difusor de Ciencia y Tecnología ha publicado dos libros de la especialidad y coautor de libro Derecho Turístico a nivel Latinoamericano. [email protected] CHANAMÉ ORBE, Raúl Docente principal en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Doctor en Ciencia Política, posgrado en Derecho Constitucional en la Universidad de Salamanca y de Derecho Comparado en la Universidad de Zaragoza en España, conferencista del Centro de Altos Estudios Militares (CAEM). Ha publicado Diccionario Jurídico Moderno, Diccionario de Ciencia Política, Teoría del Estado, La República Inconclusa, entre otros. Es comentarista sobre temas latinoamericanos en radio Francia Internacional y Radio Amster-

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dan de Holanda. Es director de la revista Abogados. Ex Decano del Colegio de Abogados de Lima. [email protected] DÁVILA DÍAZ, María Elena Licenciada en Educación Inicial. Egresada de maestría en Educación Especial y Doctorado en Educación. Estudios de Diplomado y Postgrado en temas relacionados a la infancia, administración educativa, Diseño Curricular y Acreditación. Docente investigadora en temas de infancia y formación docente. [email protected] ESPINOZA ESPINOZA, Esther Magíster en Literatura por la UNMSM. Docente de la Escuela Académico Profesional de Literatura y del Posgrado en Lengua y Literatura de la Facultad de Letras de la UNMSM. Donde es candidata al doctorado. Ha publicado diversos trabajos de investigación sobre la crónica y la novela modernistas peruanas. [email protected] ESPINOZA SORIANO, Waldemar Docente Principal de la Escuela de Historia de la UNMSM. Ha sido decano de la Facultad de CCSS. Experto en Etnohistoria Andina. Alumno destacado de Raúl Porras Barrenechea y Luis E. Valcárcel. Ha publicado artículos en revistas y periódicos sobre los incas y su relación con los curacazgos regionales, Simón Bolívar y el significado de la Independencia, entre otros. Ha realizado investigaciones de Archivo en el Perú, Ecuador, Bolivia, Argentina, España y otros países. Pertenece a la Societé des Americanistes de París, al Instituto de Investigaciones Andinas de la Universidad de Berkeley (EEUU), a la Sociedad Geográfica de Lima, al Centro de Altos Estudios Militares del Perú y a otras instituciones académicas. Además, tiene en su haber varios libros publicados en nuestro país, Bolivia y Ecuador. [email protected]

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KAPSOLI ESCUDERO, Wilfredo Bachiller en Educación, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1968. Bachiller en Letras, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1969. Doctor en Historia, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1971. Licenciado en Educación, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1969. Estudios Doctorales en la Facultad de Educación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1968. Cursos de Especialización en la Facultad de Economía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Stager en Antropología-Histórica en la École des Hautes Études en Ciencias Sociales. La Sorbona Paris, 1989. Docente en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1967-1997. Universidad Particular Ricardo Palma, 1969-1980 y 1990 a la fecha 2014. Profesor visitante en la École des Hautes Études en Ciencias Sociales. La Sorbona Paris, 1989-1990. Consultor Académico del Ministerio de Educación. Lima. 1996. Profesor Visitante de la Universidad de Salamanca-España, Loyola College –Estados Unidos y Nanzan de Japón. Noviembre de 1997- 2002 y 2005. Entre sus publicaciones destacan, sobre el movimiento obrero y campesino; Sublevaciones de esclavos; la educación en el Perú y la Asociación Pro-Indígena. [email protected] LEONARDO LOAYZA, Richard Doctor en Literatura Peruana y Latinoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Magíster en Literatura Peruana y Latinoamericana por la misma casa de estudios. Magíster en Estudios Culturales por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Licenciado en Literatura por la Universidad Nacional de San Agustín (Arequipa); bachiller en Derecho por la misma casa de estudios. Graduado del Diploma de Estudios de Género de la PUCP. Fundador y Director del Grupo de Estudios Literarios Latinoamericanos “Antonio Candido” (GELLAC). Es autor del libro La letra, la imagen y el cuerpo. Ensayos sobre literatura, cine y performance (2012). Editor de los libros Poéticas de lo negro. Literatura y otros discursos sobre lo afroperuano en el siglo XX (2013) y Palabra de negro. 9 asedios a la literatura afrolatinoamericana (2015). [email protected]

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NORIEGA GUTIÉRREZ, Aldo Arqueólogo egresado de la UNMSM. Miembro de la sociedad americana de arqueología. Labora en consultorías de Arqueología en Perú. Investigador, desde 1994, de las sociedades prehispánicas y coloniales que habitaron en Checras y Huaura en la sierra norte de Lima. Ha realizado excavaciones arqueológicas en Nazca desde 2004. En la actualidad en el sitio arqueológico de la Tiza. Ha publicado y expuesto sus investigaciones en el Perú y el extranjero. [email protected] PINO ITURRIETA, Elías Escritor e historiador venezolano, miembro de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela. Director del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Católica Andrés Bello. Doctor por el Colegio de México en 1969. Entre sus obras destacan La mentalidad venezolana de la Emancipación (1810-1812); Contra lujuria, castidad: historias de pecado en el siglo xviii venezolano; Ventaneras y castas, diabólicas y honestas; Viajeros extranjeros en la Venezuela del siglo XIX; El Divino Bolívar: ensayos sobre una religión republicana. [email protected] PONCE VEGA, Luis Alberto Licenciado en Economía en la Universidad Católica del Perú y su Master of Arts en Boston University, habiendo realizado sus estudios de doctorado en Políticas Públicas en la Universidad San Martín de Porres. Fue Profesor Visitante de la Maestría de FLACSO, Ecuador y Visiting Scholar en Georgetown University, como Senior Fulbrigth Fellow. Ha sido Director de Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación en el CONCYTEC. Profesor Principal de Economía en la Universidad Villareal. Es autor de capítulos de libros y artículos sobre tecnología, educación e historia económica en el Perú. [email protected] QUIROZ CHUECA, Francisco Historiador, doctor en Historia por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y candidato al doctorado en Historia por la City University of New

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York, magíster en Historia Económica por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y magíster en Historia por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesor principal de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha dado conferencias en diferentes eventos académicos en el Perú y el extranjero. Es autor de libros y artículos en historia económica y social. [email protected] REVOREDO CASTRO, José Roberto Magíster en Investigación de la Comunicación Social, por la UNMSM. Periodista profesional colegiado, docente universitario, escritor y conferencista internacional en temas de comunicación. Ha participado como ponente en diferentes eventos académicos en universidades de Perú, Colombia, Argentina, Paraguay y Brasil, país de su residencia, donde ocupa el cargo de director de prensa de la agencia brasileña de Noticias Impressor Braziliense. Se desempeña además como representante del Instituto Sanmartiniano del Perú, en la ciudad de Porto Alegre, Brasil. Tiene publicados libros de historia, cuentos, literatura infantil y una serie de artículos en diarios, revistas y publicaciones académicas. [email protected] SÁNCHEZ SALAS, Melanie Escuela de Economía, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad de Carabobo, Naguanagua, Edo. Carabobo, Venezuela. [email protected] VAN DALEN LUNA, Pieter Arqueólogo, egresado de la EAP de Arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Docente, egresado de la Universidad Nacional de Educación E.G.V.- La Cantuta. Candidato a doctor en Ciencias Sociales. Maestría en Gestión del Patrimonio Cultural. Docente permanente del departamento de Arqueología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Director del Museo de Arqueología y Antropología de San Marcos. Director del proyecto Arqueológico Chancay – Huaral – Atavillos (PACHA). [email protected]

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VICTORIO CÁNOVAS, Emma Patricia Magister en Arte Peruano y Latinoamericano por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), y candidata a Doctora en Historia del Arte. Becaria de la Red de Macro-Universidades de América Latina y el Caribe en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México – IIE. Docente de la Escuela Académico Profesional de Arte y en la Unidad de Posgrado de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas (UNMSM). Tiene en su haber diversas publicaciones, entre otras, “Reflexiones en torno al estudio del arte del Perú Antiguo”. Revista del Museo Nacional, Lima. 2010. T. L: 47-64. Es autora del libro “Seda y oro para la gloria de Dios. Los ornamentos litúrgicos de la Basílica Catedral de Lima”, publicado en agosto de 2015 por la Comisión Episcopal de Liturgia de la Conferencia Episcopal Peruana y el Museo de Arte Religioso de la Catedral de Lima. Desde fines del 2011 es directora del Fondo Editorial de la UNMSM. [email protected]

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VI Congreso hacia el Bicentenario de la Independencia se terminó de imprimir en mayo de 2016 en los talleres gráficos del Centro de Producción Editorial e Imprenta de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos Jr. Paruro 119, Lima 1. Correo electrónico: [email protected] En su composición, elaborada en el CEPREDIM, se usaron tipos Goudy Old Style de 12:15, 11:14; Minion Pro de 8 y Times New Roman de 11. La edición consta de 500 ejemplares más sobrantes para reposición.