Esta II Bienal Hispanoamericana ADN CANARIO EN LA BIENAL DEL CARIBE (LA HABANA, 1954) del domingo

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EL DÍA, domingo, 24 de enero de 2016

p1 ¿FUEIMOVARD el nombre de un territorio de la realeza guanche, situado en los actuales términos de Arico, Fasnia y Güímar? 6/7

del domingo revista semanal de EL DÍA

Palacio de Bellas Artes de La Habana en 1954.

ADN CANARIO EN LA BIENAL DEL CARIBE (LA HABANA, 1954) 

Texto: Jaime García García (doctor en Geografía e Historia) y Jaime Alberto García González (graduado ADE y máster MBA)

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sta II Bienal Hispanoamericana de Arte venía a recalcar la importancia de una muestra artística que discurrió entre mayo y septiembre de 1954 en el Palacio de Bellas Artes de La Habana, el cual acogió más 600 obras representantes del mundo iberoamericano en sus diferentes facetas (arquitectura y urbanismo, escultura, grabado, cerámica, dibujo y pintura), con una importante dotación económica en dólares y pesetas para los galardonados. Es preciso resaltar la participación canaria, que envió una muestra de obras de los considerados mejores representantes de la plástica isleña. La prensa cubana (Diario de La Marina), la nacional (ABC) o la canaria (El Día, La Falange o Diario de Las Palmas, entre otros) se hicieron eco

de este acontecimiento, que había tenido un precedente en Madrid (1951) y proseguiría en Barcelona (1955), y pretendía extenderse hacia otros países próximos: República Dominicana, Venezuela o Colombia. Franco, Fulgencio Batista y Leónidas Trujillo (máximos exponentes del autoritarismo político en España, Cuba y República Dominicana, respectivamente) representaron la cara amable de la política del arte, que pretendía dotar a este último de un medio de acercamiento social, aunque su carencia de verosimilitud era palpable. Poder y arte, en una simbiosis acomodaticia, utilizaron igualmente la figura de Martí como parte del acontecimiento, dentro de un contexto político y económico de equilibrio inestable, ya que, mientras la mayoría de la población vivía en condiciones de

miseria, las estadísticas colocaban a Cuba en cuarta posición respecto al PNB per cápita en Iberoamérica, lo cual venía a reflejar las abismales diferencias entre pobres y ricos. Esta Bienal sirvió de base para otra muestra, basada en una selección de 300 obras (pinturas y esculturas), en Ciudad Trujillo (República Dominicana), bajos los auspicios de la embajada española, encarnada en la persona del marqués de Merry del Val. Este evento había sido convenido tras la visita y entrevista con Franco en Madrid del expresidente Leónidas Trujillo (1891-1961), contando con el visto bueno del general Batista, sin olvidar que los marqueses de Villaverde –hija y yerno de Franco– sirvieron de vínculo en su visita a La Habana. La visita de Leónidas Trujillo a España y su estancia en varias ciudades –Madrid, Vigo y Barcelona entre otras–, auspiciada por el ministro de Asuntos Exteriores español de entonces, Martín Artajo, no sólo tendría un marcado acento político y econó-

mico, sino igualmente de intento de influencia en el ámbito cultural hispanoamericano. Ambos jefes de Estado sellaron este marco de buenas relaciones con la firma de acuerdos bilaterales. La prensa, nacional y canaria, recogió en sus páginas la ascendencia canaria del dirigente dominicano, al igual que la participación de la colonia canaria en Cuba en diversos actos de exaltación al evento. El abuelo del ilustre visitante fue el canario José Trujillo y Monagas, que desempeñó altos cargos en los cuerpos de Policía y de Sanidad Militar durante la administración española de la isla; su padre era el diputado dominicano José Trujillo Valdez, según datos suministrados por el Archivo de Acialcazar de la República Dominicana. La distribución de los galardones Los medios de comunicación recogieron en sus páginas la larga lista de premiados, y aunque no apareció el nombre de ninguno de los represen-

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tantes canarios sus obras fueron muy ponderadas por su aportación a los movimientos de vanguardia y a los diversos estilos y propuestas artísticas. Los artistas españoles galardonados tuvieron la oportunidad de recoger su recompensa económica –el dólar se cambiaba por entonces a 38,95 pesetas– en un acto celebrado el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid, el 30 de enero de 1955. A grandes rasgos, la distribución de galardones, en sus primeros puestos fue la siguiente: a) En la Sección de Arquitectura y Urbanismo: Gran Premio de la Bienal Hispanoamericana de Arte (100.000 pesetas), para el arquitecto cubano Alfonso Rodríguez Pichardo, por su proyecto del Palacio de Bellas Artes y Museo Nacional; y premio de 50.000 pesetas del Ministerio de Educación Nacional de España al arquitecto español Ramón Vázquez Molezún, por su proyecto del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid. b) En la Sección de Escultura: Gran Premio de Escultura de la Bienal (100.000 pesetas), al escultor español José Clará; y premio de 3.000 dólares al escultor cubano Teodoro Ramos Blanco. c) En la Sección de Grabado: Gran Premio de Grabado de la Bienal (25.000 pesetas), al artista cubano Carmelo González; y premio de 1.500 dólares al grabador español Julio Prieto Nespereira. d) En la Sección de Arte Cerámica: Gran Premio de la Bienal (25.000 pesetas), al ceramista español José Llorens

 Óscar Domínguez. “Revolver”. Colección particular. Madrid

 Manolo Millares. “Pictografía” (1954) Colección particular. Las Palmas

Artigas; y premio de 1.000 dólares al ceramista español Antonio Cumella Serret. e) En la Sección de Dibujo: Gran Premio de la Bienal (25.000 pesetas), al artista español Carlos Pascual de Lara; y premio de 1.500 dólares al creador español Francisco Domingo. g) En la Sección de Pintura al Agua y al Pastel: Gran Premio de la Bienal (25.000 pesetas) al artista español Manuel Humbert; y premio de 1.500 dólares al autor inglés residente en Cuba Glyn Jones. h) En la Sección de Pintura: Gran Premio de la Bienal (100.000 pesetas), al pintor español Godofredo Ortega

Muñoz; y Gran Premio cubano a la obra de un pintor (3.000 dólares) al artista español Joaquín Sunyer. Canarias en la Bienal En esta Bienal representaron a nuestras islas con sus obras los artistas José Aguiar, Óscar Domínguez, Juan Guillermo, César Manrique, Manolo Millares y Felo Monzón, de los cuales sólo los dos últimos residían en Canarias en el momento de la celebración de la cita. Eva Fernández, aunque lo intentó, no pudo participar a causa de diversos problemas a la hora del transporte de sus obras. César Manrique (1920-1992) acudió

con su obra Bodegón de la figura románica, fechada en 1953, ya que en el mes de noviembre de dicho año había inaugurado una exposición individual en Arrecife, en los salones del Cabildo Insular de Lanzarote, donde mostró una serie de obras realizadas en la isla durante el anterior verano, entre las cuales había una segunda versión del citado bodegón que envió a La Habana. En la misma defendía no sólo su propia identidad como artista, sino también la raíz geográfica de la misma, en base a su ideario, que sostenía que cualquier lugar de la tierra sin fuerte tradición, sin personalidad y sin suficiente atmósfera poética estaba condenado

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EN PORTADA a morir, en la línea de la continua tradición y experimentación plástica, extendida en una línea de creación multidisciplinar en libertad, como llegó a afirmar en su obra Lanzarote. Arquitectura inédita, publicada en 1974, de la cual se hizo una segunda edición en 1988 por el Cabildo Insular de Lanzarote. A partir de 1954 sus obras van cargándose de sugerencias de la piel volcánica de la isla de Lanzarote, que reforzó en esta Bienal, dado que afirmaba que de los paisajes de su tierra no tomaba la arquitectura, sino el sentido dramático de los mismos y su esencia. José Aguiar (1895-1976) compartía con Vázquez Díaz una amplia sala y sus obras rivalizaban en calidad y estilo, contraponiendo maneras de captar una realidad interna propia de cada creador. Aguiar exponía una fila de frailes trapenses, religiosos que constituían una metáfora de la espiritualidad, a la vez que un documento psicológico; autorretratos espléndidos con predominio de luces. Aireaba dos extensos murales de composición propia de la pintura moderna, con desnudos de ámbitos paradisíacos. Junto a ellos, versiones florales y animales marinos (mariscos), para contemplarlos con éxtasis, por su colorido y esmalte. Motivos florales de los que hablaba en una misiva con fecha 19 de julio de 1953, además de algunos proyectos sobre figuras de hombre (105x85), por si decidía enviarlos a la Bienal de La Habana, como finalmente hizo. Antes no tenía claro si sus obras, por fin, serían admitidas en el evento de referencia (desnudo grande, un florero, un par de naturalezas muertas, un autorretrato y alguna obra más). Era fiel su idea en cuanto a la política del arte cuando afirmaba: “Me he planteado la posibilidad de acabar el cuadro de dos desnudos que tengo empezado; pero no sé. Hoy por hoy la consigna es: observar, hacer febrilmente, con frenesí de ejecución y de concepción, y callar; no darle demasiada importancia a estas peripecias de la política y de la moda” (Santana, 1984: 77). Óscar Domínguez (1906-1957), cuya existencia atravesaba una de sus facetas más negativas, realizó por esta época sus obras más serenas. Acudió con tres: Naturaleza muerta, “Minotauro y la novia y Revólver fantástico, paradigma pleno de simbolismos freudianos que expresaba un estado

 Portada del Catálogo de la II Bienal Hispanoamericana de Arte, La Habana, 1954

BIBLIOGRAFÍA Monografías -AA.VV. (2005). César Manrique. Pintura (1958-1972)). Valencia: Generalitat Valenciana e IVAM, pág. 247. -ABAD, A. (1991). Aguiar, en Biblioteca de Artistas Canarios (nº 4). Santa Cruz de Tenerife: Consejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, pp. 98 y 132. -ALMEIDA CABRERA, O. (2004). Juan Guillermo Rodríguez Báez, en Biblioteca de Artistas Canarios (nº 44). Santa Cruz de Tenerife : Consejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias (SOCAEM), pp. 76, 133 y 141. -MORENO GALVÁN, J. Mª. (1970). Millares. Barcelona: Gustavo Gili. -CASTRO, F. (1978). Óscar Domínguez y el surrealismo. Madrid: Cátedra, pág. 69

de genuina espontaneidad, una especie de tormento inmovilizado en el paisaje. Formaban parte de una etapa esquemática caracterizada por ser la depuración del estilo picasiano y constituir una liberación de su influencia. Eran composiciones con colores armonizados y predominio de símbolos relacionados con obras de triple trazo. En referencia a Manolo Millares (19261972), mostró una opinión crítica nada benévola en sus intervenciones en todos los actos culturales de relieve de su época (recitales de poesía, conferencia y exposiciones, entre otros), propios o ajenos. Envió sus cuadros a esta II Bienal Hispanoamericana con una clara intrusión en la técnica de un nuevo material, la arpillera, que produjo un cambio definitivo en su trabajo y concluía su dispersión anterior, favoreciendo su espíritu indagador. En este evento presentó tres obras pertenecientes, también, a su ciclo de Pictografías: Aborigen de los Guayres (1951), Aborigen de Balos (1953) y Pintura canaria (1953). En ellas presentaba a las arpilleras como metáforas de la piel que envolvía a las momias guanches, y por esta época simplificaba radicalmente su pintura, con vestigios de la inspiración de la cultura aborigen. Juan Guillermo Rodríguez Báez (1916-1968) mostró en sus primeros dibujos y pinturas vistas urbanas tomadas en ligeros apuntes, preparatorios para el cuadro final. Su pintura se fue ordenando, perdiendo lige-

-GARCÍA GARCÍA, J. (2010). La participación canaria en las Bienales Hispanoamericanas de Arte (Madrid, 1951; Barcelona, 1955). Actas del I Congreso de Historia del Periodismo Canario. La Laguna, Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, pp. 524-539. -JIMÉNEZ JAEN, M. (1989). Felo Monzón. Las Palmas de Gran Canaria, Síntesis Canaria, La Caja de Canarias, pp. 38, 57 y 58 -MANRIQUE, C. (1988). Lanzarote, arquitectura inédita”. Lanzarote: Cabildo Insular. -SANTANA, L. (1984). José Aguiar. Las Palmas de Gran Canaria: Edirca S.L. Artículos en publicaciones seriadas (revistas, prensa, ...) - BAQUERO, G. “La inauguración de la II Bienal Hispanoamericana de Arte”,en Diario de la Marina, La Habana, 18 de mayo de 1954, p. 4.

reza y espontaneidad y, según algunos críticos, sus colores eran muy vivos y parisinos, y en su manera de compartimentar el espacio había a menudo ecos del constructivismo cerebral de Torres García, por lo que esta Bienal acogió una pintura vanguardista y costumbrista, en la que primaba el paisaje. La obra de Felo Monzón (1910-1989) implicó cierta polémica la ruptura sistemática y continua del arte tradicional y por el inconformismo social del pintor (militante socialista desde 1929). Concurrió a la Bienal con dos obras: Peces núm. I y Peces ortogonales, obras que constituían una síntesis desde el punto de vista temático y artístico, donde la rigurosa composición geométrica fundía sus componentes en un solo plano. Sus peces ortogonales representaban figuras ancladas en la rigidez geométrica, como si la gradual desaparición de toda figuración fuera lenta y los ritmos intentaran contener las figuras, con cromatismo y ritmos geométricos. Como colofón, José Martí (1853-1895), cuyo centenario sirvió de impulso al acontecimiento de esta Bienal, fue un personaje considerado por algunos autores como el ser más completo que ha dado la historia de Cuba, apoyado en su ascendencia canaria por parte materna: Leonor Pérez Cabrera, nacida en Santa Cruz de Tenerife el 18 de diciembre de 1828 y que fallecería en La Habana el 19 de junio de 1907. Martí siempre destacó la contribución

- CABAÑAS BRAVO, M. Leopoldo Panero y las Bienales Hispanoamericanas de Arte, en Revista de Estudios astorganos, 2012, (3), 31, 183-208. - CAMPOY, A. M. “Declaraciones del general Batista para ABC”, en ABC (Edición Andalucía), 9 de julio de 1954, pág. 1. - GARCÍA GONZÁLEZ, J. A. “Martí en la génesis de una revolución (Cuba, 50 años después)”. La Prensa, Revista semanal de El Día, Editorial Leoncio Rodríguez, Grupo de Comunicación El Día, 26 de diciembre de 2009, pp. 1-5. Sin autoría - “La II Bienal Hispanoamericana de Arte en La Habana”, ABC, Madrid, 31 de julio de 1953. - “Obra de César Manrique en la II Bienal Hispanoamericana de Arte en La Habana”, Falange, Las Palmas de Gran Canaria, 10 de abril de 1954, pág. 2.

de los canarios en el desarrollo económico y social de la isla, como argumentó en su artículo Los isleños en Cuba (1892). Conclusiones Cuba era el claro ejemplo de una sociedad de prosperidad limitada, donde el bienestar de sus habitantes se hallaba ligado a la exportación del azúcar, cuyas ganancias no se revertían en la isla sino que iban a parar a manos de los norteamericanos. El arte de la política en esta Bienal fue un espacio que jugó con intereses que derivaron hacia un fin último: el poder y su conservación. La política del arte intentó hacer creer en el cultivo de la mente, el recreo de los sentidos o el aumento de la sensibilidad, en un entorno de apariencias y quimeras. Batista tomó el ejemplo de Franco en la Bienal de Madrid; Leónidas Trujillo se sumó al evento por sus buenas relaciones con ambos personajes. Un acontecimiento de esta naturaleza no podía dejar de lado a los artistas isleños, donde las obras de César Manrique y Óscar Domínguez abanderaron la expedición canaria, integrada en la delegación española. Las obras de arte emigraron a la par que las ideas. Por otra parte, los cubanos forjaron en torno a la figura de Martí un ideal nacional, un héroe al que rendir culto en base a su doctrina y por su ideología revolucionaria, que les impulsaba hacia la libertad y la independencia.

- “Premios de la II Bienal de La Habana”, El Día, Santa Cruz de Tenerife, 29 de mayo de 1954, p. 1. - “El Generalísimo Trujillo, descendiente de canarios”, Falange, Las Palmas de Gran Canaria, 4 de junio de 1954, p. 1 - Los Marqueses de Villaverde en La Habana”, El Día, Santa Cruz de Tenerife y Falange y Diario de Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria, 23 y 24 de junio de 1954, p. 1 - “Clausurada en un acto solemne en el Palacio de Bellas Artes la II Bienal Hispanoamericana”. Diario de la Marina, La Habana, 11 de septiembre 1954, p. 1. - “Inauguración en Ciudad Trujillo de una muestra de la II Bienal Hispanoamericana”, El Día, Santa Cruz de Tenerife, 6 de noviembre de 1954, p. 5.

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INVESTIGACIÓN EN PORTADA

TURISMO

Juan Mari Arzak (Óleo sobre lienzo de 100 cmx100 cm)  Nació en 1942 en San Sebastián y a los 10 años se mar-

chó a estudiar a El Escorial (Madrid). A los 19 años empezó sus estudios en la Escuela de Hostelería de la casa de Campo de Madrid, tras lo cual hizo varias prácticas en el extranjero (restaurante Sandersens, en París, Girarder, en Suiza, etc.) para volver al restaurante de su familia en 1966 y empezar a hacerse cargo del mismo. En 1974 le otorgan el Premio Nacional de Gastronomía al mejor cocinero, el primero de una larga serie de reconocimientos, entre los que se hallan también el Premio al Mejor Restau-

rante (desde 1985 en varias ocasiones), o el Gran Premio del Arte de la Cocina como mejor cocinero de Europa, otorgado por la Academia Europea de Gastronomía. En 1976 asistió a la primera mesa redonda de gastronomía, organizada por la entonces recién nacida revista Club Gourmets, la cual, en 1983 y en 1984, lo reconoció como mejor cocinero de España y mejor restaurante de España, respectivamente. La intervención en dicha mesa de Paul Bocuse, por entonces uno de los cocineros más importantes del mundo, llevó un par de meses a Juan Mari Arzak

(junto a su buen amigo Pedro Subijana, chef del Akelarre) al restaurante de Lyon que regentaba el afamado chef para profundizar en la ‘nouvelle cuisine’ francesa. De ahí la base del movimiento de la Nueva Cocina Vasca, de la cual Juan Mari Arzak se convirtió en uno de los principales representantes, junto a Subijana, y que se desarrolló en la década siguiente, universalizando la cocina de su tierra e innovándola sin perder la raíz. Actualmente está reconocido como uno de los más importantes y premiados cocineros del mundo.

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Texto: Francisco Castellano Cabrera

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a palabra Imobac/Imobach es una antigua voz guanche que se encuentra recogida por primera vez en los acuerdos de las paces del Valle del Bufadero de 1464, para referirse al mencey de Taoro como gran rey, o posiblemente a su condición de noble y heredero principal de la realeza guanche. Posteriormente, aparece recogida con distintas grafías en varios documentos(1), uno de los cuales señala repartimientos de tierras y aguas en terrenos del valle y/o barranco de Tamadaya, en Arico, del que sacamos la hipótesis para ubicar la posible existencia de un territorio Imovard en esta zona concreta de la isla(2), ya que el ilustre escritor e investigador Antonio Rumeu de Armas nos confirma que Imobad no es el nombre de un rey, sino el topónimo de una comarca dependiente del menceyato de Taoro(3). Igualmente, el investigador Francisco P. De Luka nos dice que quizás Imovard estaba situado entre los menceyatos de Abona y Güímar, y que ocuparía un espacio entre ellos, que posiblemente constituyó un territorio autónomo, es decir, un archimenceyato(4,5). Un lugar estratégico para una sociedad que basaba su economía en la ganadería y al que Sabino Berthelot señala como un área ocupada por un grupo importante de población, seguramente refiriéndose también a una jerarquía social, ya que la riqueza del ganado determinaba la división de clases, constituyendo los ganaderos la clase noble. Una banda de terreno que, posiblemente, hasta la época de la conquista de la Isla tenía una importancia vital para el sustento y desarrollo socioeconómico de sus pobladores, un área Imobac. Por tanto, con estos datos, ya podemos establecer una franja de territorio que situamos en los actuales municipios de Arico y Fasnia y las antiguas comarcas de Agache y Chimaje (actualmente El Escobonal). Un espacio desde Las Cañadas al mar que trataremos de analizar para intentar explicar por qué tanta consideración por parte de los primitivos habitantes de Tenerife. Si bien las divisorias entre los menceyatos de Abona y Güímar son confusas, para Luis Diego Cuscoy los límites coinciden con las comarcas naturales(6). Así que, fijando este territorio objeto de estudio como una gran comarca natural, es lógico pensar que

IMOVARD: ¿NOMBRE DE UN TERRITORIO DE LA REALEZA GUANCHE?

este archimenceyato confinara en su parte noreste, barranco más al norte o más al sur, con la vertiente de la ladera de Güímar. En cuanto al límite por el sur, trazaremos la línea que nos marca el cauce del Barranco de Tajo, con la montaña Centinela y la Punta de Abona como referencia en la costa (puntos situados en el Porís de Abona). Una comarca con unos impresionantes barrancos de cumbre a mar que, además de proporcionarles cuevas para viviendas, corrales y cementerios, les abastecían de alimentos y agua en charcos y eres(7). Además, estamos describiendo un territorio –Arico y Fasnia– rico en recursos acuíferos por la gran cantidad de fuentes y nacientes que alberga, que facilitaba, junto con la existencia de rutas de paso, caminos, sendas y la red de veredas la posibilidad de una trashumancia vertical permanente desde su litoral hasta el mismo menceyato de Taoro. Asentamiento y movilidad trashumante de ganado que se podía mantener todo el año gracias a la abundancia de plantas forrajeras y, sobre todo, a la presencia de la vital agua en todas estas rutas de costa a cumbre(8,9). Estos barrancos también les proporcionaban otro sustento importante para la alimentación y actividad socioeconómica de esa época: miel y cera. Había millares de abejares salvajes, de donde sacaban la miel para con-

BIBLIOGRAFIA Le Canarien – Manuscritos, transcripción y traducción/Berta PicoEduardo Aznar-Dolores Corbella/Instituto de Estudios Canarios Historia de Nuestra Señora de Candelaria/Fray Alonso de Espinosa/Goya Ediciones Descripción de las Islas Canarias/L.Torriani/Goya Ediciones Historia de la conquista de las siete Islas de Canaria/Fr. J. de Abreu Galindo/ Goya Ediciones Historia del Pueblo Guanche, Tomo I, II y III/ Juan Bethencourt Alfonso (Edición anotada por Manuel A. Fariña González)/Francisco Lemus Editor Historia natural de Canarias/Sabino Berthelot/Goya Ediciones La Conquista de Tenerife 1494-1496/Antonio Rumeu de Armas/ Instituto de Estudios Canarios

 Una vista del término municipal de Arico, en cuyos dominios pudo situarse Imovard.

sumir y la cera para labrar los renombrados panes de cera(10). La producción era tan importante que ya fray Alonso de Espinosa, estando en la playa de Abona, nos describe que: “También aparecía en estos tiempos, veinte años antes que la Isla se conquistase, gran cantidad de cera blanca en panes, en un puerto cerca de aquí, que por esto le llaman el Puerto de la Cera” (11). Unos barrancos que en esta región desembocan en una costa más plana, rica en moluscos y pescado, con unos puertos-refugio seguros, como la bahía del Porís y la ensenada de Abades (Arico), y con unas montañas en las cercanías que podían ser usadas como atalayas(12). Dichas montañas les servirían, asimismo, para señalizar lugares de referencia, generalmente en la costa, y también como torres vigía para observar a los barcos que se acercaban y avisar de los acontecimientos mediante hogueras y toques de bucio. Afortunadamente, en esta comarca encontramos topónimos y puntos concretos que nos evidencian que el territorio contaba con sitios dedicados a distintas ceremonias: enterramientos, celebraciones sociales, rituales religiosos y festejos. En este sentido, seguramente la Montaña Santa (Fasnia), Magua (Las Ceras) y La Centinela (Porís de Abona), auténticos parajes naturales, pudieron haber tenido un gran

Los Guanches-vida y cultura del primitivo habitante de Tenerife-/Luis Diego Cuscoy/Instituto de Estudios Canarios La Cueva de las Mil Momias/A. Tejera, D. Galloway y J. Fco. Delgado/Editorial Herques Religión y Mito de los antiguos Canarios/Antonio Tejera-Marian Montesdeoca/Artemisa Ediciones La Religión de los Guanches/Antonio Tejera Gaspar/Editor: Jose Luis Concepción El Menceyato de Abona/Juan Francisco Delgado/Centro de la Cultura Popular Canaria Costumbres del Pueblo Guanche/ Raúl E. Melo Dail/Editorial Benchomo Aculturación y etnicidad-El proceso de interacción entre guanches y europeos (Siglos XIV-XVI)/Sergio Baucells Mesa/Instituto de Estudios

significado. Así, cerca de la montaña de Fasnia nos encontramos con el Barranco de Herques, al que Viera y Clavijo (1762) describe como uno de los más ricos de la isla desde el punto de vista arqueológico al descubrirse en él más de mil momias. Es ahí donde nos encontramos con una cueva con cuerpos momificados, posiblemente pertenecientes a la nobleza guanche, no sólo del mencey de Güímar, sino también de los demás menceyatos, pues Abreu Galindo nos reseña que “Al rey, donde quiera que moría, lo habían de llevar a su sepultura, donde tenían sus pasados”(13). Transcribiendo a I. Schwidetzky (1963), podemos afirmar que la gran riqueza de ganado del menceyato de Abona y, por ende de esta zona objeto de estudio, debió de haber dado a los pobladores del mismo una categoría social que parece quedar demostrada por la frecuencia con la que se practicaba la momificación (mirlado)(14). Asimismo, Francisco P. De Luka nos comenta que es muy probable que toda esta comarca perteneciera y fuera habitada por individuos ennoblecidos perteneciente a menceyatos distintos al de Güímar(15). Siguiendo con otra montaña y su significado, tenemos que la toponimia identifica al espacio de Magua con un lugar donde se realizaban prácticas religiosas relacionadas con los antiguos ritos de fertilidad, bautismo e iniciación, seguramente concernientes con las harimaguadas o sacerdotisas. La presencia aún en la actualidad de un gran tagoror(16) y de un charco que contiene agua todo el año, nos delata la celebración de un importante acontecimiento social, donde posiblemente las novicias (maguadas) eran presentadas en sociedad después de un rito bautismal(17,18). También otro punto que podemos identificar como lugar de celebración de un ritual es el Llano del Bailadero, al poniente de esta montaña Magua. Los bailaderos (baladeros) suelen encontrarse con más frecuencia en áreas manifiestamente pastoriles y, por consiguiente, en ellos se realizaban ritos pastoriles que tenían por finalidad propiciar a la divinidad para que enviara la lluvia. “Cuando habían menester agua o tenían alguna necesidad, tomaban las ovejas y cabras (…) y allí las tenían balando”(19,20). También, probablemente en la playa de Abona, cerca de La Centinela, la otra montaña referente de este territorio, se celebrase la ceremonia más

Canarios Antonio Rumeu de Armas- Mar y tierra (artículos de prensa 1946-1999) Los enamorados de la Osa Menor-navegación y pesca en la protohistoria de Canarias-/Rafael González Antón-Mª del Carmen del Arco Aguilar/Museo Arqueológico de Tenerife El topónimo genérico Erques y otras voces relativas al pastoralismo canario/Francisco P. De Luka Jorge Grimón: Los Mogotes, Abona y Los Cristianos-/ Leoncio Afonso Topónimos Guanches/Francisco García-Talavera Estudio Demográfico de la Población Guanche de Tenerife/ Conrado Rodríguez-Martín Historia de Arico/ Domingo Martínez de la Peña y González/Iltre. Ayuntamiento de la Villa de Arico Pág. web: Tagoror de Historia y Tradiciones

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importante de la sociedad guanche: las reuniones anuales de cada reino con el objetivo de celebración de Juntas y Cortes generales, en medio de fiestas que duraban nueve días, amenizadas con luchas, carreras, bailes y banquetes (beñesmer/beñesmen) (21), y donde posiblemente adorasen con candelas a una diosa(22). Igualmente, la importancia que tuvo esta zona-territorio objeto de análisis la puede corroborar la presencia en la misma de uno de los primeros cronistas, fray Espinosa, quien nos relata con un “yo lo vide” acontecimientos en la playa de Abona y en los Altos de Arico(23). Lo que puede demostrar, por un lado, la supuesta importancia de este territorio y, por otro, que los guanches en esta parte de la isla siguieron con sus usos y costumbres después de la Conquista. Señalaremos por último que reconstruir con fidelidad el hábitat y costumbres de los primitivos habitantes de la isla es complicado, pues toda aseveración en estos temas de la historia prehispánica de Canarias se ve difuminada por la oscuridad y dudas que existen debido a la escasa e inexacta información que consta y a que los primeros cronistas empezaron a relatar los hechos bastantes años después de que ocurrieran, con la desventaja añadida del desconocimiento de la lengua autóctona. Pero coincido con el investigador Francisco P. De Luka cuando afirma que el territorio que hemos descrito era una zona estratégica antes de la Conquista y que no era de extrañar la propiedad de la misma por parte de la nobleza isleña(24).

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Notas: (1) Ymovard, Imobade, Imobad, Imovad, Imobaden, Imobar, … (2) “(…) unas tierras y aguas entre el reino de Guymar y entre el reino de Abona, en un valle que se dice la ta. de Ymovard”. (Serra Rafols, E. (1978), véase Datas de Tenerife nº 514-29 y nº 514 y 569) (3) “Desde luego, Imobad no es el nombre de un régulo (…), sino el topónimo definidor de un distrito o comarca del valle taorino” (Antonio Rumeu de Armas/La Conquista de Tenerife, véase pág. 210/ Instituto de Estudios Canarios). (4) Francisco P. De Luka/ El Topónimo genérico Erques y otras voces relativas al pastoralismo canario. (5) Seguramente en época de la Conquista este territorio Imobac era gobernado por la nobleza del menceyato de Taoro encabezada por su mencey. Los cronistas primigenios (Espinosa, Torriani y Abreu Galindo) coinciden en que los menceyatos de autenticidad probada fueron cuatro: Adeje, Abona, Güimar y Taoro, y todos reconociendo el dominio y superioridad al rey Imobac de Taoro. Los territorios de estos cuatro menceyatos más poderosos tenían la peculiaridad de unirse en Las Cañadas, y Bethencourt Alfonso nos aclara que “no existía la propiedad privada ni tampoco era del rey la tierra, sino de la nobleza o del común” (Ob. Cit. Tomo II, véase pág. 233). Posiblemente el mencey de Taoro y su corte de nobles se trasladaban por este territorio Imobac teniendo en el epicentro a Icor como morada, pues “cuando el rey mudaba morada o hacía jornada (porque de invierno vivía en la costa del mar y en el verano la tierra adentro), iban con él los más ancianos de su casta” (Fray Alonso Espinosa, véase pág. 42, y ver también fray Abreu Galindo, pág.293). (6) Luis D.Cuscoy/Los Guanches- Vida y cultura del primitivo habitante de Tenerife-/Instituto de Estudios Canarios (7) Se pueden encontrar más de cuarenta barrancos en la franja AricoGüimar. Destacando en la zona de Arico-Fasnia los espectaculares barrancos de: Herques/Erques, Tamadaya, Icor, Tajo y el Río de Arico. (8) El ganado, especialmente cabrío, constituyó la principal fuente de alimentación de los guanches. (9) Otra evidencia de zona transitada es la aparición de concheros en todas estas rutas, que nos revela la importancia de este molusco (lapas) en la alimentación de los antiguos pobladores, así como encontrarnos con gran cantidad de grabados, cazoletas, tagorores, fuentes sagradas y cuevas funerarias (10) Bethencourt Alfonso nos dice que “La cantidad de miel de abeja que recolectaban debió revestir verdadera importancia, pues eran tanto los abejares salvajes que a raíz de la conquista constituyeron un arbitrio municipal en la isla” (Historia del Pueblo Guanche-Tomo II, véase pág. 423) (11) Se refiere al actual pueblo de Las Eras [sic] (Fray Alonso de Espinosa/Historia de Nuestra Señora de Candelaria, véase pág. 65). (12) Del mar obtenían considerables recursos: pescado, lapas, pulpos, burgaos, almejas, cangrejos, etc. e igualmente recogían sal en abundancia. En cuanto a su costa, rica en pescados y mariscos, son frecuentes las menciones desde mediados del siglo XV al puerto del Porís y Abrigos de Abona (Abades), en Arico. Definidos como puertos más seguros y donde era más fácil desembarcar y avituallar los barcos que llegaban a la costa, supuestamente fenicios, cartaginenses, griegos, romanos, berberiscos y europeos. Comentan las crónicas de la preconquista de las Islas Canarias que, ante la presencia de un barco en el horizonte,

i amigo y compadre –al ser yo padrino de bautismo de una de sus hijas– Juan José García Hernández, popularmente conocido por “el Calzones”, tiene un rico y vasto anecdotario, parte del cual ya se lo he contado a todos ustedes en artículos anteriores. Hay una que ya les adelanto como primicia, y es que cuando terminaba una actuación del grupo Elfidio le afeaba y recriminaba su conducta diciéndole: “Coño, Juan, con tres cuartas de vino no parece lo más acertado que salgas al escenario a cantar, pues en el solo que hiciste te oí y vi perfectamente cómo titubeaste y te semitonaste, y el público también se dio cuenta”. A lo que respondía “el Calzones”: “Mira, Elfidio, para superar el miedo escénico me tengo que empujar dos o tres vasos de vino, pues ni la Guardia Civil me va a hacer soplar y los últimos puntos que me han quitado fueron de la cabeza, cuando me la abrí al darle una tremenda morrada a un tipo que le tocó el culo a mi mujer”. Elfidio lo hacía para “pincharlo” y hacerlo calentar, porque lo cierto era que “el Calzones” con unos “pelotazos” tomados momentos antes de su actuación lo bordaba, cantaba como los serafines, incluidos querubines y los tres arcángeles, San Rafael, San Gabriel y San Miguel, siendo todos ellos en la escala jerárquica superiores a los simples ángeles, vamos lo que en la milicia podría ser un coronel (ángel) y un general (arcángel). En su etapa como sabandeño se calcula, más bien por lo bajo, que pudo haber prendido fuego a cinco o seis mantas, y su “modus operandi” era siempre el mismo: acercándose de noche a su coche, tirando la manta al suelo, y abriendo la maleta para sacar un trozo de manguera que metía por el agujero del depósito de la gasolina, rociaba abundantemente la manta en cuestión y mechero que te crió, recreando con ello las hogueras de la noche de la víspera de San Juan, aunque estuviéramos en el mes de febrero.

los guanches bajaban de las medianías e iban a la playa, a veces para luchar para expulsar al invasor y otras para comerciar. (13) Fray J. De Abreu Galindo (Historia de la Conquista de las siete Islas de Canarias, ver pág. 300) (14) Fray J. De Abreu y Galindo, refiriéndose a los entierros en Gran Canaria nos relata que “A los nobles y hidalgos mirlaban al sol (…) y los metían en cuevas que tenían diputadas para este efecto” (Ob. Cit. véase pág. 162) (15) También los autores del libro “La Cueva de las Mil Momias” en su página 49 nos señalan lo siguiente: “La cueva debió albergar las momias de quienes tuvieron bajo su mandato este territorio del Sur a lo largo de su historia”. En definitiva, era un panteón de los menceyes. (16) Tagoro/Tagoror: Círculo de piedra seca en forma de corral donde se reunía el Concejo o Tagoro (17) Para llevar a cabo el ritual cada reino contaba con charcos o fuentes exclusivamente destinadas al efecto, y defendidas del acceso de animales (J. Bethencourt Alfonso, Ob. Cit., ver Tomo II pág. 267). (18) A esto añadiremos que estos charcos sagrados, al igual que tagorores y cuevas funerarias, estaban generalmente situados en lugares especiales. También señalaremos que los guanches no habitaban en comunidad, sino apartados en chozas y cuevas. (19) Fr. J. de Abreu Galindo, Ob. Cit., véase pág. 294. (20) En este apartado de los bailaderos añadiremos que reunían una gran cantidad de ganado para este menester, por lo tanto tenían que tener cerca un corral (gambuesa *) para guardar tal cantidad de cabras y ovejas. Y precisamente cerca de este llano del bailadero de Magua, en la Galga, nos encontramos con unos corrales de grandes dimensiones en la orografía del terreno. * Gambuesa: Corral de grandes dimensiones para reunir el ganado en las apañadas. (21) “Cuando hacían su agosto y recogían los panes, hacían juntas y fiestas en cada reino […]” (Fray Alonso de Espinosa/Ob. Cit., véase pág.39). (22) Pudiera ser que, al igual que en Candelaria, en los mismos años también se erigiera en la Playa de Abona un eremitorio sincretizado en otra Virgen de las Candelas. (23) “En la playa que dicen de Abona (…) se vían también ordinariamente estas procesiones (…) y esto es tanto verdad, que ahora, en estos tiempos, personas que las han visto se van a dicha playa y hallan velas de cera acabadas de apagar, y algunos las han hallado encendidas y pegadas a los riscos, y me enseñaron el lugar y yo lo vide” (Fray Alonso de Espinosa/Ob. Cit., pág. 65). Igualmente, refiriéndose a la Piedra de los Valientes en las medianías de Arico nos comenta “Una piedra guijarro está en esta isla en el término de Arico (…) la cual vide yo” (Fray Alonso de Espinosa/Ob. Cit., ver pág. 43). (24) De la región de Abona, concretamente en Arico y Fasnia, es de donde nos señala Cuscoy que se tiene la más completa colección de lanzas de pastor y bastones de mando (añepas). Esto parece indicar, por un lado, el gran número de pastores que transitabanfavorecidos por la orografía del terreno, el pasto, el agua, el clima etc., y por otro una jerarquía social representada por las añepas (bastón de mando llevado por los nobles) ** ** Según Luis D. Cuscoy es esta zona donde más bastones de mando se han encontrado.

“El Calzones”, solista y primer pirómano de Los Sabandeños... HUMOR ANTICRISIS

Juan Oliva-Tristán Fernández* Todo esto a él lo desahogaba, le servía de terapia, se relajaba, pasándosele la calentura, y eso sí, cuando había un reparto de dinero al día siguiente ya estaba en la tienda de Félix Rupérez a comprar otra manta, y como compraba tantas hasta Rupérez le hacía una importante rebaja. Lo de quemar las mantas era para mitigar el mal de Elfidio, que hay que distinguirlo del de amores, que era cuando una media novieta –de las tantas que tuvo– le daba calabazas, ya que para estos casos recurría directamente a la morretada al espejo del baño de caballeros del Ateneo, en cuya su parte alta se hacían los bailes, o en los otros, como los bailes en verano en las piscinas de Bajamar o en el Recinto, en donde iba de un desengaño tras otro, y que luego teníamos que volver, cargados como erizos, caminado hasta la Punta, en donde veraneábamos. Recuerdo una noche, cuando nos encontrábamos a la altura de las Barranqueras, que íbamos “el Calzones”, Falo Perera, Manuel Luis Medina, “el Minuto”, Miguel “el Naripa” y este narrador, y como ustedes saben allá abajo de ellas se encuentra la playa del Arenal, y hete aquí que “el Calzón” se sienta en el pequeño murete y entre lágrimas y sollozos se confiesa con el ruinito del “Naripa” (paz descanse) diciéndole: “Napi, a mí las mujeres me ven y huyen, no les gusto ni

las atraigo, así que he decidido lanzarme de este muro al vacío”, contestándole “el Naripa”: “Tú no tienes bemoles para lanzarte”, rematando por último “el Calzones”: “¿Que no? Aguántame el reloj”. Los padres de nuestro magnífico rector Antonio Martinón Cejas vivieron una porrada de años en una casa sita en la plaza del Cristo, frente al Santuario, y eran José María Matinón Tresguerras y Guadalupe Cejas, y tenían una sirvienta de las montañas llamada María, y un 14 de septiembre, día del Cristo lagunero, bien temprano, salió de su casa doña Guadalupe regresando sobre el mediodía a reunirse en su casa con su esposo, y estando ella ya en el zaguán y para ahorrarse subir los dos buenos tramos de escalera, le grita a la sirvienta desde abajo: “María, ¿ya salió el Señor?”, contestánole la “belilla”: “Señora, yo no he oído las campanas”. Una noche, y en su casa del Camino Largo de La Laguna, organizó una media cena el catedrático de Derecho Político José María Hernández-Rubio y Cisneros, suegro de mi buen amigo el abogado Pedro Galván Urzáiz, siendo todos atendidos por su encantadora esposa, Herminia, y en la que hizo acto de presencia la Tuna Universitaria, que años antes había sido invitada a la boda de Fabiola y Balduino. Allí se comió, se bebió, se cantó y en un determinado momento tocan en la puerta principal, la abren y ven a un lugareño fuertote que agarraba al tuno Javier Trujillo Carreño por la espalda y por todo saludo dice: “Miren, ustedes perdonen, pero es que se les ha caído este tuno desde una ventana”. Olivaradas. Era un gay tan enano que en lugar de salir del armario salió de una mesilla de noche. Y una ciudad tan pequeña que en lugar de metro tenía medio. *Pensionista de larga duración

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domingo, 24 de enero de 2016, EL DÍA www.eldia.es/laprensa

Revista semanal de EL DÍA. Segunda época, número 1.016

La gimnasia cerebral “La memoria se acrecienta usando y aprovechándose de ella.” (Juan Luis Vives, 1492-1540)

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robablemente ya tengas hecha la lista de objetivos para este año que se nos presenta. Entre ellos no suele faltar algún tipo de ejercicio físico. “Apuntarme en el gimnasio (e ir frecuentemente)”, o “empezar a correr todas las mañanas” son algunos de los ejemplos que no faltan en la lista de propósitos de cada año. Pero, ¿qué hay de la “gimnasia cerebral”? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), debido al incremento de la esperanza de vida y a la disminución de la tasa de natalidad, la proporción de personas mayores de 60 años está aumentando más rápidamente que cualquier otro grupo de edad en casi todos los países. De hecho, entre 2000 y 2050, la proporción de los habitantes del planeta mayores de 60 años se duplicará, pasando del 11% al 22%. Hoy en día se espera que la mayoría de las personas lleguen a vivir hasta los setenta años y más, por lo que esos años de vida adicionales pueden ser invertidos en nuevas actividades. Sin embargo, hay un factor que condiciona en gran medida las posibilidades de realizar estas actividades: la salud física y mental. En la actualidad, existe una muy buena concienciación de la población en cuanto a temas de salud y cuidado físico. Sin embargo, el cuidado y salud mental es algo que tradicionalmente se ha dejado en segundo plano, a pesar de que las cifras no hablan a favor de esta tendencia. Riesgo de demencia Como bien es sabido, el riesgo de padecer demencia aumenta con la edad. Se calcula que entre un 25% y un 30% de las personas de 85 años o más padecen cierto grado de deterioro cognitivo. En ausencia de un tratamiento curativo, se hace necesario un abordaje terapéutico multidimensional que incluye lo que se conoce como la estimulación cognitiva. La fundamentación de la estimulación cognitiva se basa en dos conceptos principales: la neuroplasticidad – la capacidad del cerebro para adaptarse a nuevas situaciones y reestablecer un equilibrio tras una lesión– y la reserva cognitiva. A pesar de que existe una cierta



Texto: Atteneri Hernández Torres (neuropsicóloga. Directora de Cognitiva, Unidad de Memoria (Tenerife.)

inconsistencia entre los estudios sobre el deterioro cognitivo en la edad adulta y vejez, la comunidad científica avala que existen pruebas bastante convincentes de que en los países desarrollados tanto los niveles de educación más elevados como los logros profesionales están asociados con una menor incidencia de la demencia, o lo que es lo mismo, aquellas personas con una alta reserva cognitivatienen menos posibilidades de sufrir un

ciplinar, no farmacológico, dirigido a optimizar la cognición, la conducta y la función, no solo a nivel de tratamiento (personas que sufren un deterioro cognitivo o una demencia) sino, a su vez, en el plano preventivo. Estas terapias tratarían, por tanto, de ampliar nuestra reserva cognitiva, nuestro plan de pensiones cognitivo. Recientemente, los coloquialmente llamados “gimnasios cerebrales” han comenzado a aparecer a lo largo de la

deterioro cognitivo.

península y en nuestras islas. Se trata de espacios de trabajo, grupal o individual, dirigidos por profesionales (neuropsicólogos, logopedas, terapeutas ocupacionales…) que buscan tratar, ralentizar, mantener y potenciar todas las funciones cognitivas (memoria, atención, lenguaje….), fomentando la autonomía de los usuarios en las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, y por tanto, mejorando su calidad de vida. En estos gimnasios cerebrales existen diferentes grupos de trabajo homogéneos: por un lado se trabaja con los usuarios la prevención, y por otro con los grupos de deterioro cognitivo leve o demencia. Se trabaja desde una perspectiva clásica, con fichas de papel y lápiz, y material manipulativo en las que se estimulan las diferentes funciones cognitivas, como pueden ser la memoria

La reserva cognitiva, nuestro plan de pensiones Durante toda la vida, nuestro cerebro lleva a cabo un plan de pensiones gracias a nuestra educación, profesión, inteligencia o nivel de estimulación cerebral. Esta reserva cognitiva actúa como factor protector ante una demencia o un deterioro cognitivo. En otras palabras, a mayor ejercicio mental a lo largo de nuestra vida, menor es la posibilidad de sufrir un deterioro cognitivo, o al menos éste se da a una edad más avanzada y a un ritmo de evolución más lento. Basándonos en esta serie de hallazgos, a finales de la década de los 80 y principios de los 90 comienzan a aparecer las llamadas terapias no farmacológicas de las demencias. Se trata de un abordaje científico y multidis-

o el lenguaje; y, además, mediante el uso de nuevas tecnologías, lo que supone en muchos casos un nuevo aprendizaje para los mayores. De esta forma, se consigue ralentizar y mantener el avance de problemas cognitivos, como los problemas de memoria. Se puede prevenir Desde una perspectiva integral, la atención al familiar y a los cuidadores principales de los usuarios con deterioro cognitivo o demencia se hace indispensable. En muchos casos, un psicólogo clínico, mediante la atención individualizada y grupos de apoyo al cuidador, asesora, entrena y apoya a las grandes víctimas de esta enfermedad. El objetivo principal de mi artículo es concienciarles, a ustedes, a la población que se encuentra en la adultez y vejez sobre que los problemas de memoria se pueden prevenir. Los familiares de muchos de mis pacientes con deterioro cognitivo comenzaron diciendo esa famosa frase de “eso es por la edad”, con la que únicamente se están engañando a ellos mismos. Obviamente, al igual que perdemos capacidades físicas y nuestra piel se arruga, el cerebro no responde igual con el paso de los años: estamos más enlentecidos a nivel cognitivo, nos cuesta mantener un poco más que antes la atención o tardamos un poco más que antes en aprender. Eso es el envejecimiento normal, que es muy diferente a los procesos patológicos de pérdida o deterioro cognitivo, posibles preestadios de la demencia. Acude a un profesional ¿Cómo sabemos si se trata de envejecimiento normal o de un deterioro cognitivo? Sencillo, acude a un profesional. Ante la duda, la mejor opción es acudir a un profesional que pueda realizar una exploración neuropsicológica para que determine si se trata de problemas de memoria derivados del envejecimiento normal o si se trata de un proceso de deterioro cognitivo. Es entonces, tras esa valoración, cuando el profesional podrá orientarnos en el tipo de estimulación cognitiva que es necesaria, ya sea a nivel preventivo, para que esos primeros problemas de memoria no vayan a más, o a nivel de tratamiento, para ralentizarlos y estabilizar su evolución. Tras esto, ¿ya has añadido la gimnasia cerebral como nuevo propósito para el 2016?