EL SATANISMO COMO EXPRESION DE LA PRECARIEDAD DE LA SOCIEDAD

EL SATANISMO COMO EXPRESION DE LA PRECARIEDAD DE LA SOCIEDAD. En los últimos años, el fenómeno del Satanismo ha reaparecido en formas llamativas. Se ...
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EL SATANISMO COMO EXPRESION DE LA PRECARIEDAD DE LA SOCIEDAD.

En los últimos años, el fenómeno del Satanismo ha reaparecido en formas llamativas. Se ha encontrado en el Satanismo un buen motivo para aumentar lectores y oyentes en los medios de comunicación. Además de algunos medios, también publicistas y propagandistas, cantantes de rock… y toda una pléyade de curiosos personajes, han campeado a la sombra de Satán. El Padre Carlos Arboleda, experto del Observatorio Pastoral en estos temas, explica este fenómeno del Satanismo como una expresión de la precariedad de la sociedad. Pretendemos en este estudio, mostrar una versión más objetiva del fenómeno, tratando de salir de lo simplemente morboso, publicitario y con fines económicos. Pasar de la visión superficial de la llamada “cultura del amor al mal”, para tratar de ir a lo que subyace detrás y que es la esencia y fuente del satanismo. Del satanismo contemporáneo hablaremos solamente de dos aspectos: la posesión diabólica y las sectas satánicas. 1. LA POSESION DIABOLICA La primera, la posesión diabólica, muy en boga en los siglos a caballo entre la edad media y el renacimiento (y especialmente en el siglo XVII), había pasado a lugares muy secundarios en la época de la modernidad, especialmente tras los primeros estudios de la sicología y la siquiatría. En los últimos años del siglo XX, gracias al pentecostalismo protestante primero, y luego al movimiento carismático, en sus formas más extremas y acríticas1, se ha venido creando toda una mentalidad de la acción cotidiana y extraordinaria de Satanás. Así surgieron las fuertes iglesias pentecostales de Africa, América del Norte y Suramérica, expresándose en verdaderas mega-iglesias, de rápido crecimiento y que se han convertido en verdaderas multinacionales. 2

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Es de notar que algunos estudiosos colocan al pentecostalismo como un movimiento de protesta a la anomia social y a la esclerotización de las instituciones religiosas. Cfr, Cartazo Rolim, F, Pentecostais no Brasil. Uma Interpretaçao do Protestantismo Brasileiro, Río de Janeiro, Voces; Bastian, J.P., Breve historia del Protestantismo en América Latina, México, CUPSA, 1986 2 Beltrán Cely, William Mauricio., Fragmentación y recomposición del campo religioso en Bogotá. Un acercamiento a la descripción del pluralismo religioso en la ciudad. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2004. Este autor hace un buen estudio de las megaiglesias en la ciudad de Bogotá con énfasis en los grupos pentecostales. .

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Una de las características del pentecostalismo es la insistencia en buscar explicaciones sobrenaturales a hechos naturales. Así interpreta los problemas de la humanidad como signos del reino de Satanás. Nuestra lucha es contra espíritus de arriba y no contra potestades de este mundo, indican. Medio para luchar contra el mal presente en las personas, es la interpretación de los signos negativos del sujeto como posesión, molestia, infestación por parte de espíritus, y la solución recurrir a exorcismos y oraciones de liberación, para sanarlo. El concepto de “guerra espiritual” es fundamental en la mayoría de los grupos pentecostales. “La "guerra espiritual estratégica" es la aplicación de una serie de «técnicas» orientadas a "atar" a las potestades satánicas, según su jerarquía, para que la evangelización tenga los frutos o resultados esperados.” 3 Prácticamente, para los pentecostales, la guerra se da entre los hombres espirituales y los satanistas, pues éstos son los mediadores de Satanás. Y Satanás es el causante de las depresiones, la angustia, el sufrimiento, la homosexualidad, la guerra, el odio, la rabia, la soledad, la pobreza, etc. Todo tiene una causa sobrenatural y la solución es el exorcismo y la liberación, armas principales de la guerra espiritual. Qué decir de estas posesiones? Un estudio realizado en la Universidad Pontificia Bolivariana por el grupo “Religión y Cultura” sobre 31 personas con supuesta posesión diabólica, llegó a las siguientes conclusiones: •

En los 31 casos evaluados (100%), se encontraron signos y síntomas de tipo orgánico y emocional que justifican intervención médica y/o siquiátrica.



Veinticuatro de los sujetos (77.4%) reúnen criterios de investigación según el DSM-IV, para establecer el diagnóstico de Trastorno disociativo de trance.



En estos casos se estableció además otro comorbilidad siquiátrica en 13 casos (54.1%)

diagnóstico

de

De ahí, el grupo presentó las siguientes pistas de futuros trabajos en este campo:

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Campos, Bernardo. La guerra espiritual un desafío a la misiología actual. Red de teólogo(a)s e Investigadore(a)s Sociales del Pentecostalismo en América Latina y El Caribe. (RTISPALC). http://www.geocities.com/atipalc/guerra.html.

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Aumento en el Area Metropolitana de Medellín de los casos de posesión, exorcismo y trance. Aparecen ligados a la situación carente de la sociedad, a las dificultades que presenta al individuo una sociedad golpeada duramente por la recesión, la inseguridad y los problemas de transición de una sociedad premoderna a una moderna.

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Frente a esa situación carente, la presencia de los fenómenos religiosos conocidos como pentecostalismo y renovación carismática, son una respuesta que pretende dar sentido y solución a los problemas de carencia y marginación, haciendo una explicación religiosa de algo que es simplemente natural y explicable por las ciencias.

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La persistencia de una sociedad que culturalmente es todavía metafísica y religiosamente influida por el paradigma cristiano, hace que la figura del mal personificada en demonios, espíritus u otros seres esté presente en forma significativa y permite que el recurso a la posesión sea plausible. Si toda la sociedad, o al menos un sector mayoritario, acepta la posibilidad de posesión ésta se realiza y se convierte en capital simbólico al que se puede recurrir para dar sentido a la vida en sus momentos difíciles.

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En los casos estudiados, se presentó sintomatología psiquiátrica y sicológica, además de influencia sociocultural.

Como muestra, presentamos algunos testimonios de vida: “Fuimos tres hijas y cuatro hombres. Mi papá y mis hermanos trataron de violarnos cuando estábamos más pequeñas. Yo tenía siete años. Mi papá ya murió de tomar aguardiente. Mi mamá está conmigo. Mi papá una vez me iba a tirar al río. Iba a la casa sólo a pegarnos. Me dio un machetazo en la cabeza. El papá nos dio mala vida. Tenía dos fincas y se las bebió. Mi papá tenía unos libros con dibujos con cachos y con cola”. Otra mujer dice: “Siento cosas que no son mías. Quedo inconciente cuando rezo… Me dolía el abdomen pero ya no. Era por lo que tenía y aquí me lo sacaron con la oración. En el momento de la oración, en alguna ocasión, me salieron gusanos del cuello. Sufrí ataques de mujeres homosexuales pero sin suceder nada. A los diecisiete años me

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violaron tres de los vecinos pero me lo callé por temor. Tuve violaciones y relaciones muy repetitivas. Llegué al aborto por una relación… estaba sola, sin trabajo, no tenía a nadie. Tuve cuatro hermanos todos de uniones distintas. Tuve intentos de suicidio”. Un exguerrillero cuenta: “Fui guerrillo. Maté a un indígena. Ahora el indio vudú me posee. Mi papá era muy grosero y nos trataba mal. Consumí marihuana desde los ocho años hasta los treinta y tres.” En ninguno de los 31 casos se presentó posesión diabólica, según los criterios teológicos oficiales de la Iglesia católica.4 Es de anotar que la Iglesia católica no niega, y está dentro de su doctrina histórica, la posibilidad de la posesión diabólica. Desde el Concilio de Braga en el año 561, pasando por el IV Concilio Lateranense, Inocencio III, hasta llegar al último “Manual de exorcismos”, se ha venido recordando la existencia del diablo como criatura que estorba el plan de Dios5. Así mismo, desde los tiempos apostólicos se señala como una de las señales de la divinidad de la iglesia, la expulsión de demonios6. El último manual de exorcismos trae toda esta doctrina sobre la existencia del diablo y la forma de hacer los exorcismos.7 Pero la Iglesia con toda prudencia, coloca ciertas cautelas como las siguientes: -

La persona debe pasar primero por peritazgos médicos, siquiátricos y religiosos. Este último para descubrir los signos que la teología coloca para juzgar a una persona como poseída y que son: glosolalia, criptognosis, sansonismo y adversión vehemente a las cosas sagradas8.

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El exorcista siempre debe ser sacerdote, autorizado por su obispo y de buenas cualidades síquicas y religiosas.

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Arboleda Mora, Carlos. (dir), Trastorno de trance y posesión vs posesión diabólica en el Area Metropolitana de Medellín, en Revista Cuestiones Teológicas, Vol 28, 2- 2001. N.70, pp. 87-105. 5 Arboleda Mora, Carlos. El pensamiento actual de la iglesia sobre el exorcismo, en Cuestiones Teológicas, Vol 28, 2- 2001. N.70, pp. 19-24. 6 Ibidem., p. 21. 7 Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos. De exorcismis et supplicationibus quibusdam, Roma, Typis Vaticanis, 1999. 8 Ibidem., p. 23.

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Se debe seguir el ritual oficial y celebrar el exorcismo en forma privada y sin presencia de medios de comunicación, en ambiente de oración y con asistencia de pocas personas.

Normalmente, se ve que los exorcismos practicados en forma indiscriminada, no cumplen con los requisitos ni médicos ni pastorales. En conclusión, podemos afirmar que, sin negar la posibilidad de la posesión, los casos estudiados hasta ahora, sólo muestran personas con problemas sociales, sicológicos o siquiátricos interpretados, culturalmente, como posesión. En la gran mayoría de los casos son sujetos con Trastorno disociativo de trance o posesión. En términos más sociales, se puede decir que una sociedad enferma produce personas enfermas. Una sociedad con graves problemas de conflicto, pobreza, violencia intrafamiliar, drogadicción, inseguridad vital… necesariamente produce en los individuos mecanismos mentales de defensa. Parece que disociar la mente es una forma de escapar a la locura total en este país. Los grupos pentecostales, al hacer una interpretación cultural-religiosa de estos casos, hacen que la persona no asista al médico o siquiatra, sino que recurran al exorcismo. Es de notar que el exorcismo realizado tiene un efecto de placebo. Así las personas aparentemente descansan y se curan, pero a los ocho o quince días tienen que volver al exorcista, generando una dependencia del rito y del ejecutor del exorcismo. 2. SECTAS SATANICAS. El segundo tema que se enfoca es el del satanismo activo o “sectas satánicas”. Este es un fenómeno moderno que, de alguna manera, tiene sus fundamentos filosóficos en Nietzsche, y Aleister Crowley. El primero con sus conceptos acerca del superhombre, la autonomía y autogobierno del sujeto, su rechazo o relectura de la moral tradicional de las iglesias, leídos en clave de absoluta autonomía, rechazo de toda institución, individualismo y cierto resentimiento frente a la sociedad actual. El segundo, Crowley, como el mago que escribió El Libro de la Ley (The Book of Law), en 1904, el cual anunciaba además una nueva era y una nueva religión en la que él mismo sería el profeta. En su doctrina cada hombre y cada mujer es una estrella cuyo fin supremo debe ser el traspasar el abismo. Se consagraba a las drogas, a las orgías sagradas y a veces firmaba La Bestia, pretendiendo ser el Diablo. En el año 1966, Anton Zsandor La Vey establece la iglesia de Satán. Su finalidad no es exactamente adorar al diablo, pues no cree en su existencia, sino adorar lo que Satán significa: el placer, el cuerpo, la

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absoluta libertad (hacer lo que quieras es la máxima ley). Este se considera el gran padre del satanismo. Luego aparecen multitud de grupos como la Iglesia de Seth, I Bambini di Satana… y se da una oleada de crecimiento del satanismo en el mundo, aprovechada por unos para predicar la invasión de Satanás y fomentar la cruzada antisatanista, y por otros para lucrarse del negocio del mal. Para comprender mejor este satanismo activo lo clasificaremos en tres categorías, aunque los sociólogos presentan diversas tipologías9: -

Satanismo de adolescentes. Satanismo ácido. Satanismo racionalista.

El satanismo de adolescentes es propio de personas pre o adolescentes, que forman grupos satánicos, aunque no conocen nada de satanismo. Lo hacen llevados por curiosidad y movidos por una búsqueda de identidad y de autoafirmación frente a los adultos. Generalmente lo hacen en búsqueda de afectividad y de socialización. Sus costumbres son reunirse los viernes por la noche, tomar licor, escuchar música rock, y con algún iniciado en el Satanismo, van profundizando el conocimiento de la filosofía del movimiento. A veces, si hay un adulto en el grupo es quien los inicia en actos inmorales, adulto generalmente con dificultades sicológicas o éticas. El satanismo ácido reúne a personas que ya realizan actos más graves como consumo de drogas, realización de actos sexuales y orgías, y posiblemente actos delictivos. Generalmente son jóvenes, en alguna manera desviantes, que escogen ese comportamiento como manera de agregarse y de expresar poder ante sus coetáneos o ante el grupo social. Generalmente no conocen la teoría del movimiento satanista, sino que utilizan el nombre para crear temor o miedo entre las demás personas. El satanismo racionalista es propio de personas cultivadas intelectualmente, que generalmente han leído obras de Nietzsche y Crowley. Su satanismo es fruto de una opción personal y de una filosofía de vida. Son personas comunes y corrientes, no realizan necesariamente rituales y no entran en conflicto con el grupo social en que se mueven. Simplemente no están de acuerdo con los

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Introvigne, Máximo en Studi scientifici resentí sul satanismo, Genova, Quadrivium, 1989, habla de ocho tipos de satanismo: tradicionales, salvajes, sicóticos, sexo-orgiásticos, anticristianos, baphometistas, carismáticos y racionalistas.

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convencionalismos culturales, religiosos o legales de la sociedad actual. Este sería el auténtico satanismo con motivaciones filosóficas. Ante esta realidad, se presentan dos interpretaciones. Una, antisatánica, que cree que el satanismo es como una mafia que está organizando un complot contra las buenas costumbres, contra la iglesia y contra las religiones. Se crea el rumor-pánico que produce noticias como éstas: el 31 de Octubre se van a robar los niños para matarlos en misas negras; en este barrio van a secuestrar a las mujeres embarazadas para sacarles el niño del vientre; los satanistas van a matar a todos los curas… Dentro de esta visión, todo niño que se extravíe, lo es por obra de los satanistas. Hay así una especie de multinacional del mal que quiere acabar con todo lo cristiano. Al servicio de la conjura contra la cristiandad universal, se pone la música rock, los juegos de fantasía, los mensajes subliminales y hasta empresas como “Procter and Gamble” patrocinarían el complot. En otras palabras, sería el flagelo apocalíptico del Anticristo hecho realidad. De verdad que es una exageración, llevada a cabo dentro de los grupos fundamentalistas cristianos, pues sí hay actos cometidos por grupos satánicos, pero no en la proporción que ellos calculan. En la Fiscalía hay denuncias de este tipo, y se han hallado personas realizando actos delictivos e inmorales pero sin llegar al extremo de ser la gran conspiración contra la cristiandad y la cultura occidentales. Se recuerda que en 1998, Colombia se estremeció por el asesinato de varios niños. Inicialmente la investigación se enfocó hacia la prostitución infantil, el satanismo, el tráfico de órganos y pedofilia. Luego se descubrió que Luis Alfredo Garavito Cubillos era el responsable de 172 crímenes cometidos contra menores en 11 departamentos del país, entre 1992 y 1998. Pero ya los medios de comunicación habían sugerido que todo era obra de grupos satánicos. La otra interpretación lleva a una actitud más crítica y más real. El satanismo no es la obra maestra de la multinacional del mal, sino la expresión de los problemas de la sociedad. La falta de afecto en la familia y la destrucción de la misma, la marginalidad y la exclusión sociales, y el vacío espiritual de una sociedad competitiva, consumista e individualista, son el caldo de cultivo del satanismo. Los adolescentes que crecen sin la presencia de los papás, los jóvenes que no han tenido oportunidades en la vida, y la falta de una genuina experiencia religiosa en un medio voraz, crean las bases para la aparición de la ideología satánica como medio compensador de carencias o expresión de la carencia.

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En los años 1970, se creó, dentro de las ciencias sociales, el término de pánico moral o rumor pánico para explicar cómo algunos problemas sociales son hiperconstruidos para generar miedo. Y se colocan como verdaderos complots contra la sociedad organizada. Así ocurre con el satanismo. Se presenta como una confabulación internacional contra la sociedad. Philip Jenkins, un investigador de los pánicos morales, dice que la situación de pánico y complot es una explicación irracional de una amenaza, y es el resultado de temores no bien analizados que convierten a un grupo particular en objeto de prejuicios y en chivo expiatorio. 10 Los niños en peligro son, por ejemplo, el tema del pánico ante el satanismo. Se habla de sádicos que recorren las calles en Halloween con paquetes llenos de confites envenenados o manzanas con cuchillas de afeitar por dentro. Mary de Young, otra estudiosa del fenómeno, explica que los niños expresan una metáfora del futuro que todos esperamos y por eso tememos por ellos. Toda amenaza contra ellos se considera como un gran peligro. Pero esto se hace, sin caer en cuenta de que quienes de lamentan, pueden ser personas que no cuidan a sus niños, que los dejan solos, que los tratan mal. Al considerar a un grupo como el causante del peligro, se rebaja la ansiedad individual y se escapa de la propia culpabilidad. La amenaza se ve en otros grupos y no en el propio modo de cuidar los niños.11 Hay una construcción social del satanismo en la que tienen mucho que ver los grupos cristianos fundamentalistas, los organismos anticultos y los medios de comunicación. Estos se apoyan en los temores sociales que se crean, perjudicialmente, contra ciertos colectivos que, se cree, van a destruír la sociedad (satanistas, judíos, sidosos, islámicos…). 12 Los estudiosos sociales del satanismo han llegado a los hallazgos en este campo:

siguientes

1. El comportamiento y las actitudes satanistas las toma el sujeto que tiene una predisposición a ellas. Hay unos marcadores 10

Jenkins, Philip, Pedophiles and Priests. Anatomy of a Contemporary Crisis, Oxford University Press, New York - Oxford 1996, p. 170 11 Young, Mary de. Sociological Views on the Controversial Issue of Satanic Ritual Abuse: Three Faces of the Devil. http://users.cybercity.dk/~ccc44406/smwane/de_young.htm. 12 Estudiosos de esta construcción social son: Richardson, J.T. The social construction of satanism: understanding an international social problem. Australian Journal of Social Issues v.32 no.1 Feb 1997: 61-85. Lippert, Randy, “The Construction of Satanism as a Social Problem in Canada”, Canadian Journal of Sociology, 1990, 15: 417-439. James T. Richardson, Joel Best, and David G. Bromley (ed). The Satanism scare. New York, Aldine de Gruyter, 1991. Victor, Jeffrey. Satanic Panic: The Creation of a Contemporary Legend, Illinois, Open Court Publishing Company, 1993

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desencadenantes como serían la falta de afecto, la marginalidad y la crisis familiar. No necesariamente éstos sujetos son enfermos mentales, sino que tienen unas carencias que impulsan a pertenecer al grupo satánico. Esta sería la condición de quienes apenas se inician en el satanismo. El adolescente adecuado para estos grupos de satanistas curiosos es el muchacho inteligente, creativo, curioso, de clase media, con baja estima de sí mismo, con relaciones difíciles con padres y compañeros, falto de afecto, crítico de la religión de sus padres. Los síntomas de ingreso al grupo son: obsesión con el rock y los juegos de fantasía, deseo de estar solo, secretismo, uso de signos y pinturas bizarros.13 2. Dentro del satanismo ácido, sí puede haber sicópatas, neuróticos o sicóticos, que encuentran allí el medio para alcanzar sus deseos o calmar sus obsesiones: degradar a la víctima como objeto de satisfacción libidinosa, calmar la perversión a través de ritos o ceremoniales, expresar enfermedades mentales…Algunos de éstos, pueden recurrir a exorcismos en templos católicos o protestantes. 3. También hay sociópatas que tienen incapacidad de relacionarse socialmente, no aceptan los valores comunes socialmente aceptados, no tienen conciencia ética, y necesitan excitación y emoción para responder a sus frustraciones. Como se sienten que han fallado en su vida, necesitan hacer signos de omnipotencia. 4. Por tanto, el problema no es el satanismo, sino lo que hay detrás del satanismo. Qué es lo que impulsa a los jóvenes a pertenecer a un grupo o a realizar actos satánicos? La pregunta no es cuál es el peligro del satanismo, sino que hemos de esta sociedad que los jóvenes tienen que buscar soluciones o respuestas en esos grupos. Una de las notas distintivas de esta sociedad, es la evasión de la propia responsabilidad, y eso es lo que hacemos cuando decimos que la culpa no es de padres, profesores, sacerdotes, pastores, políticos, gobernantes… sino de Satanás. Un estudio bastante sugestivo es el de Kathleen Lowney14 con un grupo de satanistas a quienes directamente entrevistó y conoció durante un año (lo que no ocurre generalmente entre los estudiosos del satanismo). Allí descubrió que su estilo de vida es una crítica a la cultura dominante, a los valores y normas de la 13

Del Re, Michele. Satanismo e New Age. http://www.airesis.net/LeStagionidellaFollia/stagioni%202/del%20re%20satanismo.htm 14 Lowney, Kathleen S. “Teenage Satanism as oppositional youth subculture”, Journal of contemporary Ethnography, Enero 1995, vol. 23- 4, pp. 453-484.

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sociedad. Como no tienen el poder material de cambiar el sistema social o escolar, su oposición es sólo simbólica y desafiante. Llega a la conclusión de que las explicaciones siquiátricas y hasta folclóricas son inadecuadas. Los adolescentes analizados no eran enfermos mentales ni estaban involucrados en delitos mayores. Las violaciones de la ley eran consumo de alcohol, vandalismo menor (pintar grafittis) y manejar vehículos en estado de embriaguez, lo que muchos otros adolescentes hacen. Y lo que deseaban era cuestionar los valores básicos de su municipio: atleticismo, tipo de cristianismo puritano, y las actitudes de logro, belleza y poder. Puede ser que estemos buscando un chivo expiatorio: demonizamos un grupo para salvarnos de nuestra propia responsabilidad social y personal. “Se construye un grupo de malos a los que se puede acusar de todos los entuertos. La persecución es obligatoria, pues no hay zona gris, toda lectura de la realidad social se hace dicotómica y sin tonos medios: los responsables son las brujas, los herejes, los comunistas, los negros, los judíos, las sectas… La cruzada antisatanista no será otra cosa que la manifestación de esta construcción social de la desviación imaginaria”15. 5. Algo similar ocurre con la música rock, satanizada como rock satánico. El rock es una forma cultural como tantas otras con mensajes que pudiéramos clasificar unos positivos y otros negativos. Es posible que, como dice Fabio Pasqualetti, estudioso del rock actual, cuando la vida es un infierno, eso se puede expresar en la música infernal de los jóvenes. “Desafortunadamente, es necesario reconocer que Occidente ha usado y abusado del nombre de Dios. También en la última guerra (la de Irak), Dios no ha salido indemne y ambos contendientes han querido colocarlo de la propia parte. A todo esto se añade una difusa ignorancia de la historia occidental: muchos jóvenes heredan… graves prejuicios con relación a la iglesia y a la religión cristiana, sin disponer de elementos de juicio. Añadimos la dolorosa constatación que también aquellos que deberían representar la institución eclesial, no siempre lo han hecho

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Victor, Jeffrey S. "The Dangers of Moral Panics. What Skeptics (and Everyone Else) Need to Know". Skeptic 3(1995), n°3, 44-51. Quellet, Bertrand. La croisade contre les satanistes. Estudio aparecido en el dossier Satan, en Théologiques 5/1 (1997) pp.59-88. (Facultad de Teología de la Universidad de Montreal).

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bien…Estas experiencias poco felices alejan los jóvenes de la religión.”16 El mundo que se les ha dado a los jóvenes hace que ellos construyan una música dura que expresa las durezas de la vida. Cuando la vida es un infierno, la filosofía es también infernal. 6. En cuanto a los mensajes subliminales, comenzamos recordando la experiencia, poco científica, realizada en l957 por James Vicary, cuando introdujo mensajes pequeñísimos (Drink Coca-cola)cada cinco segundos en un film. Esta experiencia hizo carrera y hoy hay muchas personas que aseguran la eficacia de dichos mensajes. En este campo hay estudios científicos serios que relativizan el efecto de esos mensajes. Podemos citar los siguientes: Subliminal Perception de Philip M. Merikle del Departamento dei Psicología de la Universidad de Waterloo (USA)17; Subliminal Tapes: How to Get the Message Across de Brady Phelps y Mary Exum del Departamento de psicologia de la Utah State University, Logan, Utah (USA)18; Scientific Consensus and Expert Testimony: Lessons from the Judas Priest Trial de Timothy E. Moore del Departamento de Psicologia del Glendon College, York University – Toronto, Ontario (USA)19. Básicamente, los resultados de estos análisis son: no hay pruebas científicas de la eficacia de estos mensajes, el hecho de existir el mensaje no indica que sea eficaz, no todos los jóvenes se suicidan… Más bien, son personas ya predispuestas las que encuentran allí la razón para suicidarse, como ocurrió en el famoso caso de la demanda contra una canción de Judas Priest en 1990. CONCLUSIONES -

El satanismo se sitúa en la Nueva Era. Hay un reflorecimiento de lo mágico para poder lograr poder, riqueza. Se trata de hacer un superhombre a través de la magia potenciadora. De lograr rápido lo que un orden social no permite alcanzar pues se siente como una sociedad hostil que no da belleza, riqueza y felicidad. Y hay que atacar lo que simboliza lo sagrado de esa sociedad: la religión y sus

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Pasqualetti, Fabio, “Il lato semioscuro dell´heavy: il rock satanico”. http://www.cnos.org/cspg/npg2003/03-08-67.html

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http://www.arts.uwaterloo.ca/~pmerikle/papers/SubliminalPerception. html . http://www.csicop.org/si/9204/subliminal-tapes.html. 19 http://www.csi cop.org/si/9611/judas_priest.html 18

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representantes, el código ético tanto civil como religioso, la inocencia simbolizada en la infancia y la virginidad. -

Los padres no pueden estar con los jóvenes la misma cantidad de tiempo que antes. Aparece un vacío de afecto y compañía que puede ser llenada por el grupo satánico. El problema no es del satanismo, sino de los padres. Es fácil evadir la propia responsabilidad, echando la culpa a grupos satánicos. “Vivimos en una sociedad donde el individuo cada vez se encuentra más aislado. Es frecuente encontrar familias donde los dos progenitores trabajan fuera de casa y donde la familia extensa (abuelos, tíos, primos, etc) están poco presentes. Esta situación favorece que la educación de los hijos recaiga casi exclusivamente en el colegio o en otro tipo de cuidadores que no tienen un excesivo vínculo emocional con el niño. Los padres, cuando están con su hijo, tienden a compensar su ausencia accediendo a todos los deseos del niño, lo cual hace que les cueste mucho poner límites y normas. Esta ausencia de límites puede favorecer la aparición de trastornos de conducta en los jóvenes. Un fenómeno que aumenta en el caso de las familias desestructuradas. Es evidente que la situación es más complicada en estas familias”20

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Los excluidos pueden reaccionar a su situación de diversas formas (rebelión, espiritualismo, conformismo…), pero también con el recurso a las drogas, la anomia y el resentimiento. Así encuentran en el comportamiento satánico el cauce a sus desahogos y la legitimación “filosófica” de su acción. Las patologías de la sociedad se muestran bajo el síndrome de satanismo, pero la solución no está en curar el síndrome, sino la enfermedad que él manifiesta. 21

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Otras personas no encuentran en el discurso religioso, cultural y filosófico tradicional, un sentido adecuado para sus vidas y ejercitan su libertad en el esfuerzo de la completa autonomía moral y doctrinaria. Ante lo poco auténtico y coherente de los mediadores de los grandes relatos, escogen el satanismo racionalista como forma de vida.

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Una pregunta es esencial, cuál es más satánico, el que usa símbolos satánicos y se reúne en grupos llamados satánicos, o el que produce una guerra sin razones, el que masacra diez o quince campesinos, el

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Alda, José A. ¿Por qué aumentan los trastornos mentales en los países occidentales? Forum Libertas.com. Diario digital. 27/07/2004. www.forumlibertas.com 21 Cfr. Robbins, Susan. The social and cultural contexts of satanic ritual abuse allegations. En Institute for Psychological Therapies Journal. Vol 10, 1999.

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que roba el salario de sus obreros, el que se roba los bienes del estado, el que es infiel a su misión? -

Finalmente, parece que se exonera a los grupos satánicos o a los jóvenes de toda responsabilidad. No es esa la realidad. La gran mayoría de quienes ingresan a esos grupos lo hacen con conocimiento, voluntad y libertad, aunque luego pierdan algunas de esas potencialidades. Pero el medio alimenticio, se ha creado con los sistemas socio-económicos que establecidos (desiguales, competitivos, antihumanos, más preocupados por lo institucional que por las respuestas a lo humano, violentos y guerreros), con los modelos de familia en crisis, con grandes relatos (religiosos, culturales, ideológicos…) que no han sido capaces de llenar los vacíos de sentido y de dar testimonio de que lo duro y difícil sí es la forma de construir una vida humana verdadera y auténtica. Pero siempre seguirá una pregunta: la pregunta por el misterio del mal. Misterio que acompaña ontológicamente la existencia humana en el punto de la libertad. El misterio de la libertad va unido al misterio de la iniquidad. Un plano trascendente que se le escapa a las explicaciones racionales. No se puede, sin embargo, renunciar a la libertad aceptando la acción directa de Satanás en el hombre, o invocando el poder omnímodo del diablo sobre los dictados de la voluntad y el conocimiento. Carlos Arboleda Mora, Pbro. Equipo de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso Observatorio Pastoral del CELAM E-mail: [email protected] ; [email protected]

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