El negro exotismo sueco

B e l l v e r ● CUADERNO CULTURAL DE DIARIO DE MALLORCA ● ● [email protected] ● ● JUEVES, 11 DE MARZO DE 2010 NÚMERO 557 ●...
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CUADERNO

CULTURAL DE

DIARIO

DE

MALLORCA





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JUEVES, 11

DE MARZO DE

2010 NÚMERO 557



El negro exotismo sueco MIGUEL FERRARY NARRATIVA

La segunda novela de Asa Larsson vuelve a retratar el peculiar ambiente del norte de Suecia, donde un crimen destapa un maremágnum de envidias,

Se apellida Larsson, escribe novela negra y es de origen sueco. Sin embargo, poco o nada tiene que ver con el hiperconocido y explotado Stieg Larsson. Su nombre es Asa, es mujer y se acaba de publicar su segunda novela en España: Sangre derramada (Seix Barral). Pese al parecido en el apellido, sus propuestas de novela negra no pueden ser más diferentes. Su segundo título publicado en España (son cinco en Suecia) confirma las buenas sensaciones que se atisbaron en Aurora boreal, que salió al mercado español en 2009. Ambos libros tienen elementos comunes, ya que están ambientados en Kiruna (la provincia más al norte de Suecia), su estructura narrativa es parecida, la presencia de la religión luterana es muy importante y se mantienen algunos personajes, en especial la atormentada abogada Rebecka Martinsson y la policía Anna-Maria Mella. El asesinato de Mildred, una pastora luterana feminista y polémica, provoca un pequeño terremoto en la población de Jukkasjärvi. Aparece brutalmente golpeada y ahorcada con una cadena de hierro en la iglesia donde trabajaba. La investigación, al frente de la cual está Anna-Maria Mella, y la llegada fortuita de Martisson agita a los vecinos de la víctima. Poco a poco se va descubriendo una red de envidias y de sordos enfrentamientos que se entrelazan de forma trágica alrededor de la polémica figura de Mildred. Asa Larsson demuestra en Sangre derramada un mayor manejo del género, ya que confirma y mejora las expectativas creadas con su primera novela. La autora cuenta con unos mimbres parecidos a su estreno, aunque trenza con mayor eficacia una historia desasosegante, donde la investigación es sólo un cauce para dibujar el retrato de unos personajes atormentados bajo fachadas respetables, que hacen de la hipocresía la base de sus vidas. Esta novela, como en la anterior, resulta además una experiencia tremendamente exótica para el

rencores y traumas escondidos

lector español. El retrato de la forma de vida en el ámbito rural sueco, las inteligentes descripciones del paisaje, el clima extremo y los entresijos de la Iglesia Luterana Sueca aportan elementos que son una novedad para muchos lectores y, como en mi caso, ofrecen un acercamiento excepcional a un país del que se conoce menos de lo que parece. Asa Larsson juega con el paisaje y la naturaleza como un protagonista más de la novela. Además, le otorga un papel fundamental para crear sensaciones que acompañan a la narración e, incluso, como vehículo de las percepciones de los propios personajes. De esa forma, esta escritora sale del tópico que acompaña a la novela negra. Crea su propio mundo, con unas claves propias que ganan en solidez en este segundo título, con una trama bien trenzada y con historias secundarias que enriquecen el tronco principal. La autora aprovecha con eficacia los ‘flash backs’ como medio para descubrir diferentes aspectos de los personajes. Así, los recuerdos

EL ASESINATO DE MILDRED, UNA PASTORA LUTERANA FEMINISTA Y POLÉMICA, PROVOCA UN PEQUEÑO TERREMOTO EN EL PUEBLO se intercalan en las distintas escenas y se convierten en el motor de una historia donde las apariencias esconden realidades mezquinas. A diferencia del primer libro, la abogada Rebecka Martinsson no lleva el peso de la historia ni ejerce como investigadora privada, aunque su presencia es determinante por reventar la falsa quietud que se había instalado tras el asesinato de la pastora luterana. Eso sí, su propio drama personal es la historia común que irá uniendo esta serie de libros de Asa Larsson. En cambio, emerge y gana peso el interesante y prometedor personaje de la policía Anna-Maria Mella, que recuerda un poco a Marge Gunderson, la jefa de policía de la película Fargo, y que lleva el peso de la investigación. Sangre derramada Seix Barral, 384 páginas, 18'50 €

ASA LARSSON. FOTO: HANS OLOF-UTSI

Sang vessada Columna, 368 páginas, 18'50 €

2. De buena tinta: Coradino Vega. Por las solapas. 3. Biografía: Knut Hamsun. 4. Centenario: Tolstoi y ‘Anna Karénina’. 6. Memòries: Benet i Jornet. Nins i joves: Philip Pullman. 7. Art: ‘Expressionistes alemanys’. Cómic: Jodorowsky y Boucq. 8. Plagueta de notes. Passeig de ronda. Coordinación: Francesc M. Rotger

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Diario de Mallorca

De buena tinta

Jueves, 11 de marzo de 2010

Po r l a s solapas

La crítica del lector

TINO PERTIERRA

L’essència més crítica

La literatura es así El hijo del futbolista (Caballo de Troya) saca al terreno de juego un nombre que hay que apuntar en la tablilla de promesas a las que seguir la pista: Coradino Vega. Salta al campo con el atrevimiento de quien tiene una historia de primera división entre las manos y la desarrolla hasta sus últimas consecuencias. Sin regates en falso, sin filigranas de cara al graderío, sin palomitas con las que adornarse para reclamar ovaciones de traca. La suya es una propuesta directa, que busca el área sin contemplaciones en jugada noble y temperamental. Si la literatura fuera fútbol, esta novela sería fútbol inglés con costuras de «western»: un pueblo «inglés» nacido a la sombra de las minas de Riotinto. Dominación, fronteras, exploraciones. Incluso hay un «fuerte», el cuartel de la Guardia Civil. Y un campo de batalla: el de fútbol. Hay una edad temprana que necesita encontrar respuestas allí donde crecen las mentiras, hay hijos que descubren las grietas del padre, hay derrumbes singulares y plurales allí donde todo parece de oro. Y Vega, que mira a sus personajes a los ojos y nunca recurre a marrullerías con ellos, dibuja al carboncillo las siluetas del fracaso y la nostalgia, del dolor como excusa y también como síntoma de tanta renuncia, de la muerte del paisaje y las elecciones subterráneas que ponen en fuera de juego a quienes no supieron leer a tiempo el partido. Una novela de sueños expulsados y almas lesionadas, de arbitrajes corruptos y silencios que son un clamor, de humillaciones que adornan la vitrina de los poderosos: el trofeo de la rendición. Una obra que se atreve a hablar en los días que corren de misericordia, de los labios sellados como expresión del colaboracionismo, de amores de agua y lágrimas de fango. En 133 escuetas páginas, Vega ha escrito una novela que se lee rápido y se recuerda despacio, ideal para repetir las mejores jugadas en la memoria a cámara lenta: esas escenas donde se exprime el aburrimiento de alguien que sueña con horizontes lejanos (de nuevo el western), esos diálogos ceñidos al personaje para hacerlo creíble y elocuente, esos secundarios de lujo que aportan el contrapunto necesario para que la narración avance, crezca, explosione. Una obra, en fin, que suda la camiseta para darlo todo sobre el campo sin altanería ni discursitos perdonavidas. Parafraseando el topicazo futbolero, la literatura es así. O debería serlo. Coradino Vega: El hijo del futbolista Caballo de Troya, 144 páginas, 12’90 €

El teatre de dos autors il·lustrats

Henry Miller: Sexus / Plexus / Nexus Edhasa (3 vols.), 1.728 pàgines, 87 €

L'erotisme i la reflexió del món són una de les principals característiques de la narració de Henry Miller. Amb un to autobiogràfic, Henry Miller deixa palesa en tota la seva trilogia de Sexus, Plexus i Nexus una perspectiva que arriba a l'essència més crítica del poble nordamericà. El personatge del protagHENRY MILLER nista té un somni: la seva amant Mona. Tots els personatges es repeteixen al llarg de la trilogia i acaben formant part del lector. Maria Coloma Mairata

Bellver obsequia las aportaciones a La crítica del lector con un libro de regalo. Los lectores que vean publicadas sus reseñas en esta sección pueden pasar por DIARIO de MALLORCA y recoger el bono necesario para conseguir el libro gratis en Jaume de Montsó (P. Joan XXIII, 1B, Palma). Envía tu comentario a [email protected]. Máximo 60 palabras. No es necesario que el libro comentado sea novedad.

Un museo al lado del parque

Rocambolesca i divertida primera novel·la

Steve Toltz: Una part del tot La Campana, 768 pàgines, 28 €

Què passa quan es canvia pana per gomina?

KIRMEN URIBE

Kirmen Uribe: Bilbao-New York-Bilbao Seix Barral, 208 páginas, 19 € Edicions 62, 189 páginas, 19 €

¿Quieres leerlo? Acércate a la librería Literanta (C/ Can Fortuny, 4A, Palma) y podrás adquirir el libro con tratamiento preferencial de cliente y te invitamos a un café

En un món on els límits entre esquerra i dreta es desdibuixen i els ideals d’ahir ja només són l’acudit d’avui, el progre desconcertat busca el seu lloc entre el despatx fengshui i la filosofia okupa. Amb la seva ploma incisiva i humor corrosiu, Forn ens submergeix en el marasme ideològic d’uns progres del pensament establert. Iu Forn: Diari d’un progre desconcertat Ara Llibres, 192 pàgines, 16 €

CORADINO VEGA

Los más vendidos en:

Vicenç Albertí i Vidal: El Baró Institut Menorquí d’Estudis, 100 pàgines, 15 €

La història de dos germans molt diferents, que es prenen la llei a la seva manera, i un fill que no sap ben bé què pensar de tot plegat. Aquesta és la novel·la de tota una vida, amb un reguitzell de personatges extravagants, però que se centra en un pare i un fill que tenen unes perspectivas tan singulars del món que els converteixen tant en enemics com en aliats.

Recomendado de la semana

El Museo de Bellas Artes de Bilbao (bastante anterior al Guggenheim y emplazado al lado de un parque) es el escenario donde arranca este debut novelístico, de gran éxito, del poeta en euskera Kirmen Uribe. En el curso de un viaje en avión, el mismo Uribe, en primera persona, desgrana los recuerdos familiares de su pueblo de Ondárroa y la historia reciente del País Vasco.

Una altra peça de Vicenç Albertí i Vidal (1776-1859), que l’Institut Menorquí d’Estudis recupera per al públic en general, coincidint amb el 150 aniversari de la mort d’aquest escriptor. En aquest cas, tradueix i adapta una comèdia d’un altre il·lustrat, Leandro Fernández de Moratín, si bé aquí “l’escena és a Maó” i el llenguatge, el dialectal del moment. L’edició és a càrrec de Pilar Carrasco Pons.

Embat

Joan XXIII, 5E - 07002 Palma - 971 713 350 (*) Semana del 1 al 7 de febrer de 2010

FICCIÓN EN CASTELLANO:

NO FICCIÓN EN CASTELLANO:

FICCIÓ EN CATALÀ:

NO FICCIÓ EN CATALÀ:

1. Arnaldur Indridason: La voz. RBA 2. Fred Vargas: Un lugar incierto.. Siruela 3. Philip Roth: La humillación. Mondadori 4. Jetta Carleton: Cuatro hermanas. Asteroide 5. David Monteagudo: Fin. Acantilado 6. José Saramago: Caín. Alfaguara 7. Lev Tolstoi: Anna Karénina. Alba 8. James Salter: Quemar los días. Salamandra 9. M. Asensi: Venganza en Sevilla. Planeta 10. Roberto Bolaño: El Tercer Reich. Anagrama

1. E. Punset: Inocencia radical. Aguilar 2. Ángel Gabilondo: Contigo. Aguilar 3. L. Rojas M.: Superar la adversidad. Espasa 4. G. Szpiro: La vida secreta de los... Almuzara 5. A. Finkielkraut: La derrota del... Anagrama 6. Walter Riso: ¿Amar o depender? Planeta 7. AAVV: Cómo hablar para que sus hijos...Medici 8. L. Abadía: La hora de los sensatos. Espasa 9. R. Kapuscinski: Cristo con un fusil...Anagrama 10. J. Cercas: Anatomía de un... Mondadori

1. Llucia Ramis: Egosurfing. Destino 2. M.P. Janer: Cartes que sempre... Planeta 3. H. Müller: L’home és un gran faisà... Bromera 4. Asa Larsson: Sang vessada. Columna 5. Sebastià Perelló: Percaceries. L. Muntaner 6. M. Comes: Viatge al centre de la... Columna 7. Xavier Bosch: Se sabrà tot. Proa 8. Jordi Puntí: Maletes perdudes. Empúries 9. Antoni Marí: Han vingut uns amics. Tusquets 10. T. Soler: L’última carta de... Columna

1. John Carlin: El factor humà. La Campana 2. C. Moner: Emili Darder Cànaves. Miquel Font 3. V. Pérez: Sargantanes de les Illes...Documenta 4. Al Gore: La nostra opció. F. Bernat Metge 5. Ferran Aguiló: Vuits i nous... IEB 6. Carme Thio: Entre pares i fills. Barcanova 7. Àlex Rovira: La bona crisi. Pòrtic 8. G. Morro: La marina medieval... Documenta 9. Plutarc: Contra el fet de menjar carn. L. Muntaner 10. J. Domènech: Elogi de l’educació... Graó

Jueves, 11 de marzo de 2010

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Los ayudantes del verdugo JOSÉ LUIS GARCÍA MARTÍN BIOGRAFÍA En 1939, Knut Hamsun tenía ochenta años. Su decidido apoyo a los nazis, incluso después de que invadieran su país, Noruega, solo podía deberse a ciertos desarreglos mentales propios de la edad, pensaron sus numerosos admiradores en todo el mundo. Cuando se le juzgó tras la guerra, trató de buscársele, como a Pound, el subterfugio de la enajenación mental. Pero él, que se defendió a sí mismo sin arrepentirse de nada, hizo todo lo posible para que no se aceptara esa piadosa mentira. Tras la minuciosa reconstrucción de su biografía llevada a cabo por Ingar Sletten Kolloen se comprende la negativa de Hamsun a abjurar de sus ideas nazis: formaban parte del núcleo mismo de su personalidad. En 1888 -faltaba un año para que naciera Hitler- le escribe a un amigo que él «cree en el que nace señor, el déspota natural, el líder, el que no se elige pero que se erige a sí mismo en caudillo sobre las hordas de la tierra. Creo y confío en una cosa, el regreso del gran terrorista, en el César». Una década después, viajando por Rusia, anota: «Uno obedece a un hombre que sabe mandar, recordemos con qué entusiasmo se obedeció a Napoleón. Es agradable obedecer y los rusos todavía saben hacerlo». Cuando comienza la guerra del 14, no duda un momento de qué lado ponerse: «Estoy completamente seguro de que Alemania un día vencerá a Inglaterra. Se trata de algo evidente, es una necesidad natural». No consideraba que la guerra fuera algo antinatural, lo antinatural era el pacifismo. Un país necesita tantos fusiles como arados. Desde la llegada de los nazis al poder, Hamsun se convirtió en su principal propagandista en el resto del mundo. Magda y Joseph Goebbels recibieron al matrimonio Hamsun en su palacete de Hermann-Göring-Strasse el 19 de mayo de 1943. Estuvieron reunidos casi dos horas. En un momento de la conversación, aparecieron los seis hijos del matrimonio a saludar ceremoniosamente al escritor. Marie Hamsun aludió a que en los países nórdicos parecía estar descendiendo el interés por la obra de su marido. «¡Qué vergüenza!», dijo Goebbels, y en aquel mismo instante tomó la decisión de hacer una edición especial de sus obras completas con una tirada de cien mil ejemplares. Hamsun regresó conmovido por la entrevista y no sabía cómo agradecerla. Por fin, se le ocurrió la manera. Años atrás, Selma Lagerlöf le había sugerido que subastara la medalla del premio Nobel para así ayudar a Finlandia, atacada por los rusos. A él le pareció absurda la idea. Ahora encontraba un destino mejor para esa medalla. El 17 de junio se la envió a Goebbels con una nota en la que decía: «Nobel fundó su premio para la creación literaria de los últimos años basada en el idealismo. No conozco a nadie que de forma tan incansable, año tras año, haya escrito y hablado de forma tan idealista sobre Europa y la humanidad como lo ha hecho usted, señor ministro del Reich. Le pido disculpas por enviarle mi medalla puesto que es algo inútil para usted, pero no tengo otra cosa que enviarle». Unos días después, el mismo mes, se entrevistaba con Adolf Hitler. Al contrario de

lo que había ocurrido con su admirador y admirado Goebbels, no pretendía que fuera un encuentro meramente protocolario. Lo que Hamsun pretendía era que Hitler destituyera al comisionado del Reich en Noruega, al jefe de las fuerzas de ocupación. No le gustaba su manera de actuar, le parecía que no favorecía la causa alemana. El relato del encuentro entre el anciano escritor y el hombre que todavía, aunque ya había comenzado su declive, se creía el dueño del mundo constituye uno de los capítulos más fascinantes de esta dilatada biografía. Hamsun tiene ochenta y tres años, no habla alemán, está sordo, arrastra las secuelas de un infarto cerebral que ha sufrido catorce meses antes, padece de Parkinson y su mano derecha se agita constantemente. Hitler espera salir del paso con unas pocas palabras amables. «Me siento muy vinculado a usted. En cierto modo, mi vida y la suya se parecen mucho», comienza. Pero el escritor no quiere andarse por las ramas. Le dice que la asociación de compañías navieras noruegas ha solicitado al comisionado del

ARRIBA, KNUT HAMSUN, ESCRITOR NORUEGO COLABORADOR DEL NAZISMO. A LA IZQUIERDA KNUT HAMSUN SALUDADO POR JOSEF TERBOVEN, EL BRUTAL "REICHSKOMMISSAR" RESPONSABLE DE NORUEGA

HAMSUN ENVIÓ A GOEBBELS SU MEDALLA DEL PREMIO NOBEL DE LITERATURA POR “ESCRIBIR Y HABLAR DE FORMA TAN IDEALISTA SOBRE EUROPA Y LA HUMANIDAD” Reich que les deje las manos libres en lo referente al tráfico marítimo y que el comisionado se ha burlado de los noruegos diciendo que si quieren navegar lo hagan por el interior de los fiordos. Hitler, sorprendido, se refiere a las necesidades de la guerra y luego comienza uno de sus habituales monólogos sobre el arte y la genialidad. Knut Hamsun le interrumpe: «Los métodos del comisionado del Reich no encajan con nosotros, los métodos prusianos que utiliza son insoportables, y además están las ejecuciones. ¡Ya no aguantamos más". El traductor, aterrado, atenúa lo que puede las palabras de Hamsun. Hitler, que no tiene la costumbre de escuchar a sus invitados, trata de volver una y otra vez a su monólogo, pero el anciano escritor no se deja impresionar e interrumpe con una pregunta directa: «¿Cuándo piensan hacer regresar a un hombre tan nefasto para

Noruega como Terboven?». Hitler, ante la terquedad del escritor, no tiene más remedio que dejar sus divagaciones y tratar de cerrar el tema: «El comisionado del Reich es un hombre preparado para la guerra, está destinado allí exclusivamente a tareas políticas en tiempos de guerra. Más tarde volverá a Essen, en donde es jefe político de Zona». Y en ese momento, por una de sus habituales reacciones imprevisibles, el anciano que se había mantenido firme ante el hombre que todavía tenía media Europa en sus manos se puso a llorar. Entre lágrimas, dijo: «No es que nosotros estemos en contra de la ocupación, seguramente la necesitaremos durante mucho tiempo, pero ese hombre destruye para nosotros más de lo que Hitler construye». En 2002, Ingar Sletten Kolloen encontró el archivo privado de Knut Hamsun, que el escritor afirmaba haber destruido, pero que en realidad había escondido en el desván de la finca en que vivió los últimos

años. Ese hallazgo le ha permitido reconstruir, con todos sus claroscuros una vida tan poco edificante como fascinante. En 1886 -aún le quedaban casi setenta años por vivir--, le escribe a un amigo: «¡Menuda existencia la mía! Y la educación que he tenido? nunca me han ayudado a poner orden en este caos mental. Uno comete locuras, actos no premeditados que lamenta con toda su alma después, pero ya es tarde. He tenido que educarme a mí mismo paso a paso durante toda mi existencia. Yo he trepado por la vida, no he caminado. Así que en semejantes circunstancias uno tiene mucho que lamentar, pero aquí voy con la cabeza llena de ideas, intentando ver dónde debo corregir mis errores, aspirando a cumplir con mis compromisos». Cuando a su última mujer, le preguntaron si no era maravilloso vivir con tan gran escritor, ella respondió que no siempre, que a menudo era horrible. Cerramos el libro y admiramos un poco menos al gran escritor, que no siempre fue grande, pero sabemos un poco más de nosotros mismos. Ingar Sletten Kolloen: Knut Hamsun. Soñador y conquistador Nórdica, 600 páginas, 22’50 €

Pedagogia i Psicologia Pge. Papa Joan XXIII, 5-E • Geranis Centre Tel. 971 71 33 50 • Fax 971 21 36 41• 07002 Palma de Mallorca • emba t@a tla s-ia p.es

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Jueves, 11 de marzo de 2010

La colisión que quebrará tu vida LITERATURA Se celebra el primer centenario de la muerte de Lev N. Tolstói, y la editorial Alba publica una nueva traducción de ‘Anna Karénina’, una de sus dos novelas más reconocidas junto a la no menos memorable ‘Guerra y paz’ NADAL SUAU Anna Karénina: he aquí un monumento, una cumbre, uno de los cuarenta libros que no pueden obviarse, la cristalización de lo que el canon señala como incuestionable. Y sin embargo, ¿cuántos han atravesado esta novela de la primera a la última página? Con respecto a Anna Karénina, es difícil decir nada original. O, para ser más precisos, puede que no debamos decir nada original: la mera divulgación de lo que han escrito sobre ella Nabokov o Valverde o Mann o Leopoldo Alas o George Steiner sería ya un trabajo valioso y difícil. La obra, por tanto, es un núcleo de fuerza cuyo campo de radiación nos sobrecoge tanto o más que ella misma. Así, debo advertir que aquí voy a ofrecer mi propia lectura del libro, pero no he conseguido decir nada nuevo. Inevitablemente, todas mis intuiciones sobre Anna Karénina cuentan con alguien que las ha vertido antes; sólo habría podido evitar esta situación dejando caer alguna arbitrariedad innecesaria y lastimosa. Por lo mismo, puede ser un consuelo observar que cualquier opinión sobre el libro ha sido también rebatida con anterioridad. Lev N. Tolstói, como Balzac o Cervantes, es uno de esos genios que son más que la suma de sus recursos técnicos; y sus novelas son más que un balance objetivo de sus aciertos o errores. Si un inspector podría encontrar en el estilo del ruso un centenar de torpezas, basta ser un lector mediano para advertir —o padecer— las irregularidades de sus grandes narraciones, los pasajes tediosos que albergan, la ingenuidad de algunas disquisiciones. ¿Y? El genio, por fortuna, se mide en otro terreno. Por encima de la técnica (hay un pasaje muy interesante sobre este concepto en la novela que nos ocupa), el verdadero talento logra que sus criaturas cobren vida. La técnica de nuestro autor es superlativa, entendámonos. Pero eso sería irrelevante si no fuera porque nadie puede olvidar a los personajes de Tolstói, cuya Guerra y Paz me parece, sencillamente y casi sin duda alguna, la mayor novela de la historia de la literatura. Por alguna razón, el autor logra siempre que sus personajes respiren, y esa respiración le ofrece una nueva y espléndida profundidad a nuestra propia vida. Nabokov, en su portentoso estudio sobre Anna Karénina, atribuye este éxito al manejo tolsóiano del tiempo: “La prosa de Tolstói lleva el compás de nuestro pulso, los personajes parecen moverse con el mismo andar de la gente que pasa bajo nuestra ventana mientras estamos leyendo el libro”. Yo añadiría que estamos ante un narrador cuya voz es moral, pero nunca moralista, y que jamás manipula a sus individuos para convertirlos en simple recurso dialéctico, simbólico, ideológico… o egocéntrico (viruela que ha acabado con el talento de más escritores que todas las demás juntas). Las 1.002 páginas de Anna Karénina no me parecen todas redondas ni absolutas; no pueden serlo. Son, en casi todo momento, excelentes, atravesadas por un detallismo y una fuerza visual excepcionales. Pero, con cierta frecuencia, la novela se atasca en aburridos parlamentos sobre el campo o la industria, lo mismo que pierde vida cuando algún personaje se siente obligado a exhibir un discurso filosófico esforzado pero finalmente de segunda división. No se preocupe, lector: Tolstói no llega a soltarnos de la mano en ningún momento, y de pronto nos ofrece la Séptima de las Ocho partes que componen el libro, 115 páginas tan absolutamente magistrales que sólo podemos estallar en llanto (más, o menos, metafórico). Cuando acabé con este capítulo, tuve que dar unas zancadas por el pasillo, asomarme a la ventana, hablarme en voz alta. Una extraña inquietud se había apoderado de

mí, semejante a la que nos embarga cuando descubrimos, en un instante de nuestra vida, que una etapa de plenitud se ha cerrado para siempre. ¿Podrán avanzar la lectura, el mundo, la vida? Sin duda. No obstante, intuimos que no debería ser así, porque ya estamos de regreso, y ese regreso no es alentador. Por utilizar un concepto de la misma Anna, nos dirigíamos durante horas a ese clímax, y a partir de ahora sólo podremos alejarnos. Seis exhaustivas partes, 821 páginas, nos han estado preparando para esa sacudida. Volveremos a ella, no solo en esta reseña. Todo el mundo sabe que Anna Arkádevna Karénina es una de las tres grandes adúlteras decimonónicas, junto a la Emma Bovary de Flaubert y la Ana Ozores de Clarín (que no desmerece de las otras dos, por cierto). Pero la trama de la novela es mucho más rica. Como explica el traductor Víctor Gallego en su “Introduc-

RETRATO DE TOLSTOI

ción”, a lo largo del libro se intercalan las peripecias de tres parejas: Anna y su amante Vronsky, por un lado. Ella es muy hermosa, él un lechuguino no del todo despreciable, pero demasiado mundano. Por otro lado, conocemos a Oblonsky y su esposa Dolly. Oblonsky, hermano de Anna, es un tipo divertido, convencido de su derecho a perseguir jovencitas siempre que no lo comprometan y la familia no sufra; Dolly, en cambio, es una madre abnegada que, subterráneamente, añora o a veces cree añorar una vida más libre. Finalmente, están Levin y Kitty. Ella es la hermana de Dolly, una joven hermosa y buena, pero a mi modo de ver irrelevante; Levin, trasunto indisimulado de Tolstói, es un hombre rural, casi antiintelectual o antirracional, que desea vivir moralmente y entender su papel en el mundo. A ellos habría que añadir una interminable galería de personajes entre los que destaca, lógicamente, el señor Karenin, esposo legítimo de Anna, funcionario de altos vuelos del que no sabemos

si es recto o simplemente cobarde, listo o tonto, generoso o ruin. Y digo que no lo sabemos porque, en un momento u otro, es todo eso sin excepción. De hecho, ésta es —insisto— una de las claves de Anna Karénina: ningún personaje nos resulta completamente simpático, ninguno carece de algún gesto respetable, y en definitiva ninguno de ellos queda limitado a los trazos del figurón. Por ejemplo, jamás he sentido excesiva simpatía por Anna, protagonista de una espiral de amor demencial, obcecada en una interpretación carnal y, bien mirado, bastante plana de la pasión amorosa, egoísta hasta en la muerte. Pero no es menos cierto que es una mujer sincera, ajena a la hipocresía, desgarrada por el dolor, libre frente a los demás (otra cosa es frente a sus pulsiones). ¿Y quién puede negar que la pasión es arrasadora y plana? Si se ha vivido, se reconocen en Anna las angustiosas señales del amor-pasión, ese magma ctónico que Denis de Rougemont repudiaba porque, bajo su influjo, “lo más bajo nos parece lo más verdadero”. Al otro lado, Levin tiene aspectos admirables, y el lector responsable (permítanme el concepto) comparte con él la preocupación moral por el sentido de la vida… Pero basta la presencia de un “picador” adolescente para convertirlo en un desaforado. Anna Karénina es un campo de colisión entre muchos opuestos, que a veces ofrecen una gradación riquísima. Es sabido que la Muerte y, por necesario contraste, la Vida son los grandes temas de la novela; también, la felicidad y el sometimiento, lo real y lo surreal, el carácter y el destino, el materialismo y el idealismo. La familia es o dadora o privadora de libertad. Los personajes tienen un mundo interior que se querría autosuficiente, pero que se altera continuamente al contacto con el exterior: véase a Kitty, enamorada de Vronsky, luego convencida de su misión caritativa en el mundo, luego emocionada con Levin, finalmente entregada al papel de madre. El mundo nos zarandea, parece decir Tolstói, y nosotros tratamos de acomodar nuestro rumbo al oleaje sin virar del todo. Otra de las colisiones que evidencia cada página es la que se produce entre lo femenino y lo masculino. Camille Paglia haría maravillas con Anna, y se aburriría soberanamente con el resto de mujeres que desfilan por estas páginas. La Séptima parte constituye, ella sola, una obra maestra hiperbólica. Cada acción se nos muestra con precisión insuperable, cada gesto cuenta, cada reacción psicológica chispea de verdad. En principio, unir un nacimiento y una muerte en una sola estructura puede ser un tópico y una obviedad. Pero si el autor es Tolstói, y un Tolstói en estado de gracia, el resultado es de una riqueza exultante: frente a la generosidad de un amor, el egoísmo de otro, ambos igualmente verdaderos y genuinos. La Séptima parte es un mar de sangre, y recordar que la técnica del monólogo interior nace aquí, décadas antes del Ulises de Joyce, solo supone empezar a justificar la importancia de estas páginas. Docenas de presagios quedan de pronto confirmados cuando una muerte, un suicidio y una venganza de la vida contra alguien y de ese alguien contra la vida tienen lugar. La estación de trenes más famosa de la historia de la literatura es el escenario de nuestra convulsión lectora, y luego solo queda permitir que la Octava parte corrobore que sí, que la lectura, el mundo, la vida pueden seguir. Más o menos. La edición de Alba es una maravilla. La traducción de Víctor Gallego Ballestero actualiza y rejuvenece el texto, suponiendo, hasta donde yo puedo juzgar, una pieza maestra de su oficio. Lev N. Tolstói: Anna Karénina Traducción de Víctor Gallego Ballestero Alba, 1.002 páginas, 44 €

Jueves, 11 de marzo de 2010

Tolstoi en la última estación LITERATURA Ha pasado casi un siglo desde la muerte del insigne escritor ruso, autor de la mejor novela de amor de la historia de la literatura, ‘Anna Karénina’, que ha reeditado Alba. La película ‘The last station’ recrea los últimos momentos del autor

B e l l v e r LUIS M. ALONSO En la plenitud de su vida Lev Nikolaievich Tolstoi era un hombre cargado de contradicciones que sufría por culpa de los frecuentes dolores de muelas. Su relación con las mujeres nunca había dejado de ser tormentosa, y con el tiempo se convertiría en un anciano impermeable a los sentimientos familiares cuyos únicos ideales residían en el amor universal. Llegó un momento en que su familia eran los campesinos con los que pasaba horas y horas en los campos de la finca de Yasnaya Polyana. Cuando cumplió 82 años y llevaba más de la mitad de ellos casado, le dijo a su esposa, Sofía Andreyevna, que la castidad y el celibato eran los dos objetivos de una vida cristiana. Ella, enloquecida por la sospecha de que el mujik de largas barbas que tenía por marido, además de despreciarla, la había desheredado, le disparó tres veces en la sien con una pistola de fogueo. El hastío conyugal y la sensación de riesgo le llevaron a tomar la decisión de abandonar la casa donde había nacido para no regresar, y eso fue lo que hizo sigilosamente el 28 de octubre de 1910. Dejó una carta de despedida conciliadora en la que rogaba que no investigasen su paradero. Más tarde, también por carta, le confesaría a su hija Sasha que quería liberarse de la mentira, la hipocresía y la maldad. Aparentemente, León Tolstoi no tenía otro plan que subir a un tren y alquilar una casa campesina en cualquier parte. Así estuvo dando tumbos hasta llegar, enfermo de neumonía, a la pequeña ciudad ferroviaria de Astapovo. Allí el jefe de estación le ofreció el lecho donde murió, el 14 de noviembre de 1910, cuarenta años después de que Anna Karénina, protagonista de la mejor de sus novelas, se arrojase a la vía del tren. «Anna c’est moi», parece decir Tolstoi emulando la identificación de Flaubert con Emma Bovary. Este año se cumple el centenario de la muerte del gran escritor ruso, uno de los grandes novelistas de la literatura universal. Más allá de los encuentros de Anna con Vronsky en los andenes de las estaciones entre Moscú y San Petersburgo y del majestuoso final de Karénina, el tren es un personaje central de las novelas de León Tolstoi. Está en La muerte de Ivan

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Ilich y en la terrible confesión de celos de Sonata a Kreutzer. Cuando el escritor más que huir buscaba el final seguramente pensó una vez más en la carga simbólica del ferrocarril y en ese viaje que preludian las estaciones. Sabemos por lo que nos han contado que la de Yasnaya Polyana estaba llena de gente cuando se supo de la muerte del gran escritor. El tren, que traía de vuelta el cadáver, llegó con retraso y los curiosos, entre ellos los campesinos que tanto le querían, aguardaron pacientemente pese al gélido frío. Emocionados, al paso del féretro, entonaron Recuerdo eterno, el himno que tanto le gustaba a Lev Nicolaevich. Sus Diarios, escritos entre 1895 y 1910, nos permiten conocer el ánimo más íntimo de un hombre que prefirió que lo exaltasen como profeta antes que como escritor. De hecho, eligió llevar la vida de un campesino y convertirse en un precursor de Gandhi antes que seguir el camino trazado para un coloso, como él, de la litera-

ELIGIÓ LLEVAR LA VIDA DE UN CAMPESINO Y CONVERTIRSE EN UN PRECURSOR DE GANDHI ANTES QUE SEGUIR EL CAMINO DE UN COLOSO DE LA LITERATURA tura. El filósofo Martin Heidegger calificó La muerte de Ivan Ilich como el mejor retrato de la condición humana. Nabokov tenía Anna Karénina como la gran novela de amor de todos los tiempos y Chejov escribió que con Tolstoi tenemos suficiente y no necesitamos apenas nada más. Leon Tolstoi dejó patente en los diarios su latir en busca de la perfección, el ardiente deseo de hacer de la tierra un lugar más justo, aun contando que sus últimos días son los de un hombre desesperado, incapaz de conciliar el afán de mejora con las difíciles relaciones familiares. Sólo su hija Alexandra, «Sasha», le entiende. Pero nadie más. Su mujer rastrea enloquecida el paradero de un testamento que supuestamente el escritor ha cambiado para dejarla sin un céntimo. No comprende por qué su marido se ha alejado de ella y, pese a ser un noble, confraterniza de la manera que lo hace con los campesinos. Cansado, llega el día en que decide dar el portazo y convertirse en protagonista de la novela de su vida. Alguien dijo en una ocasión que Tolstoi habría sido un gran personaje de Dostoievski.

Felicidad y desdicha en ‘Anna Karénina’ najes que pasan por sus páginas están provistos de un fulgor literario como No hay mejor disculpa que el año con- pocas veces ha ocurrido. El «año Tolstoi» ofrece también la memorativo de Tolstoi para zambullirse en las páginas de Anna Karénina, que oportunidad de ir al encuentro de los acaba de editar Alba en una completísi- días finales del escritor de Yasnaya ma traducción con prólogo y notas de Polyana con la película The last station, Víctor Gallego. Para quien la historia no nominada a los Oscar de Hollywood por sea nueva, será un placer volver a los papeles que interpretan la magnífica encontrarse con la frase memorable con Helen Mirren y Christopher Plummer, que arranca la novela y de la que tanto basada en la novela que Jay Parini escrise ha hablado y escrito, pese a tratarse bió en 1990 sobre aquella última huida de un texto con tantas frases, o precisa- hasta el final, en Astapovo. Volver a recordar el momento en que mente por eso mismo. «Todas las familias felices se parecen, las desdichadas el insigne escritor llama a su fiel criado lo son cada una a su modo», escribió Dashan para que le ayude a meter un par Tolstoi, abriendo paso con ello a una de camisas en una bolsa, una linterna y novela donde el amor y la infidelidad le un abrigo con el fin de poder soportar el sirven al autor para describir sin reser- terrible frío. O verle dar la vuelta sobre vas el mundo social lleno de hipocresía sus pasos para contemplar por última vez que tanto detesta. Un héroe, Levin, que la casa donde nació, acariciar el césped personifica en cierta medida su búsque- humedecido por el hielo, besarlo y subirda de la felicidad y una heroína con la se al tren que lo llevara de una a otra que es capaz de anticipar su propia parte por los interminables caminos de la muerte cuarenta años después en una madre Rusia, sin un rumbo determinado, lejana estación de tren, aunque en cir- porque los únicos parajes o paisajes que cunstancias diferentes. Anna Karénina le importan ya son los del alma. Y en el i Psicologia alma quiere dejar grabadas las palabras es, sobre todas las demás cosas, comoPedagogia que le ha costado escribir bien dice el traductor, una fábula sobre Pge. Papa Joantanto XXIII, 5-Etrabajo • Geranis Centre Tel. 971Los 71 33 perso50 • Fax 971 21 41•diario 07002 Palma Mallorcavencido. • emba t@a tla s-ia p.es en36su de dehéroe la búsqueda de la felicidad. L. M. A.

HELEN MIRREN Y CHRISTOPHER PLUMMER EN ‘THE LAST STATION’

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Passió de paper del guionista MOISÈS DE PABLO MEMÒRIES Qui això signa va conèixer Benet i Jornet, d’una forma tangencial, fa 20 anys per una representació teatral d’una obra seva que feia a l’escola Sant Jaume de Portbou. Que l’autor de Revolta de bruixes anés al poble empordanès a ser testimoni de la seva obra palesa dues coses: la duresa de la feina creativa, que tantes vegades és picar pedra, i una altra, la seva gran passió pel teatre. Papitu, conegudíssim per ser guionista de telesèries com Poble Nou (1994) Ventdelplà (2005-...), Nissaga de poder (1996-1998) o Amar en tiempos revueltos (2005-..), des de la productora Diagonal TV, referent audiovisual de sèries de qualitat, és un apassionat de la literatura i les lletres. Aquestes memòries giren al voltant de la

amb Vidal i Alcover, sobre si al primer li agradava a o no Bertolt Brecht. Papitu recorda amb sorpresa que Villalonga li va escriure una carta al servei militar (!), i que va iniciar una correspondència llarga, que ell va abandonar per deixadesa. Recorda el professor Joaquim Moles, que amb els deixebles va crear la revista Els marges. Va conèixer Mercè Rodoreda volent fer una sèrie a TVE sobre Mirall trencat, que no es va realitzar. Retrata Rodoreda com una dona intel·ligent, a qui no li agrada massa ell, fins que veu que té un càrrec al circuit català. La va visitar unes quantes vegades, i a la seva mort, sent la casa de la vigatana i empordanesa Maria Àngels Anglada, va tornar-hi, i va descobrir que el jardí creat per ella, era el que retratava a Mirall trencat. Som davant d’un llibre fet també des de les cases dels escriptors, des de les descripcions de les cambres pròpies, que diria Virginia Woolf. A la casa de Villalonga va veure l’altar que l’home d’ànsies aristocràtiques havia emplaçat. De Pedrolo diu «un escriptor prolífic,

BENET I JORNET RELATA QUE VA VEURE A LLORENÇ VILLALONGA BARALLAR-SE AMB VIDAL I ALCOVER SOBRE SI AL PRIMER LI AGRADAVA O NO BERTOLT BRECHT

SOM DAVANT D’UN LLIBRE FET DES DE LES CASES DELS ESCRIPTORS. A LA CASA DE VILLALONGA VA VEURE L’ALTAR QUE L’HOME D’ANSIÈS ARISTOCRÀTIQUES HAVIA EMPLAÇAT

literatura, de les dones i homes escriptors, i savis de les lletres, que ha conegut al llarg del temps. Benet declara, a la pàgina 12: «Sóc depressiu i tinc una mòrbida tendència a la tristesa. Sóc un individu afortunat i em costa acceptar-ho». És un exercici memorialístic d’anys. Des que el professor Pere Artís, li passa la seva primera Història d’Esther. D’Espriu ens diu: «El riure d’Espriu era estrident (...) vocalitzava a la perfecció. Col·locava les paraules per l’ordre que els corresponia amb prudència. Educadíssim, per tant, gairebé glacial», pàg. 20. També explica que solia adular per carta a tothom, i que alguns lletraferits es van creure els elogis, quan, en realitat, no li agradava res dels altres. Mostra com era de tafaner l’escriptor, i fruïa coneixent les intimitats explicades per Jornet. Recrea una història tendre, sobre la coneixença del gran Llorenç Villalonga, que va atendre a estudiants anònims com un gran amfitrió. I a qui va veure després barallar-se

realment ambiciós i realment irregular» (pàg. 80). Un personatge que sempre troba enfadat amb el món. De Moix explica que «a la vida privada era frívol a estones, intel·ligent en tot moment, a dies gandul, però més sovint un treballador incansable», pàg. 88. Benet considera Moix un gran escriptor, amb un màrqueting espectacular. Fuig de les novel·les històriques, però les vivencials li encanten. En el cas de Montserrat Roig, tan estimada pel públic, la relació és llarga, afectiva: hi coneix la tasca creativa. Sobre el teatre, una passió que no ha abandonat mai, creu que aquest és el millor moment de la història del nostre teatre. I explica, murri, que les comèdies que li han tingut més èxit són les que s’hi ha dedicat menys temps: misteris de la creació.

BENET I JORNET ÉS CONEGUT, SOBRETOT, PEL SEU TEATRE I LES SEVES TELENOVEL·LES. FOTO: TORRELLO

Josep Maria Benet i Jornet: Material d’enderroc Edicions 62, 309 pàgines, 22’50 €

Entre aigües tèrboles del Tàmesi i gemmes d’Agrapur MIQUEL RAYÓ NINS I JOVES De Philip Pullman sabem que ha dit: “Com a apassionat creient en la democràcia de la lectura no crec que hagi d’explicar el significat dels meus relats. Jo no estic en el negoci dels “missatges”. Jo estic en el negoci de ‘hi havia una vegada’ ”. Pullman és un productor de ficcions, i és el lector (la lectora) d’aquestes ficcions el/la responsable de fer-ne les interpretacions escaients. La maledicció del Robí és un relat que conté una soterrada violència. Cadascú la interpretarà com vulgui. Sally Lockhart és una heroïna que comença les seves aventures –n’hi ha una sèrie- des de situacions de dramatisme i d’incertesa. Com ha de ser. Els enemics de Sally no tenen escrúpols. La forma, l’estructura, el desenvolupament de La maledicció del Robí ens recorden Dickens, i sobretot Wilkie Collins, dos grans autors victorians, del temps de les grans novel·les angleses per entregues, dels fulletins

decimonònics. Philip Pullman, com tots els autors i autores de llibres per a infants i joves amb llengua anglesa, pot gaudir d’aquests –i d’altres- grans referents literaris. El lector jove de Pullman pot passar sense cap problema a Dickens o a Collins. És més, garantim que, si hi passa, hi trobarà plaer. Al llibre hi ha també molt d’Arthur Conan Doyle i el seu inefable Sherlock Holmes, perquè els ambients que descriu són propis del Londres viscut per tots aquests autors: hi campa la misèria (material i moral), l’abús de poder, la diferència extrema de classes… La senyora Holland, fastigosa i temible, l’estòlid sicari Berry, i altres personatges tenebrosos són els representants del costat del “mal”. Sally no podria res contra ells, sola. Per això Pullman, saviament, crea un aplec de personatges secundaris positius, col·laboradors necessaris de la protagonista: Frederick Garland, Jim, Rosa, Trembler, el capellà Bedwell, l’esquifida Adelaide… Tots plegats conformen el costat del “bé”. Tenen força, empenta, són generosos, valents, creuen en el deure de la col·laboració, i amb la força de la generositat i fins i tot de l’amor… Sally té setze anys: comença a conèixer emocions desconegudes. Munta a cavall i usa pistola, sap comptabilitat i coneix la disci-

plina militar i l’estratègia. És una dona singular. Sap vèncer els seus temors. Si cal endinsant-se en l’infern oníric de l’opi. Compte amb aquest llibre: si es comença a llegir no es deixa. En una aula, la personalitat de Sally i el mode com resol els seus problemes serà objecte de debat. On limitam la justificació de les accions de l’heroïna? No arriba als extrems de Lisbeth Salander, però… La maledicció del Robí té la condició d’un molt bon thriller juvenil. En el Londres humit, boirós i laberíntic que descriu hi ha un corrent ocult de misteri, de brega. Les aigües obscures del Tàmesi en són la metàfora. Dóna vida al submón del comerç de l’opi. Hi ha una gemma de vàlua incalculable que provoca la dissort i que ha estat obtinguda a Agrapur en l’Índia colonial britànica… A La maledicció del Robí hi ha assassins i sectes –les terribles tríades xineses-, hi ha pirates a la mar de la Xina, hi ha els comerciants europeus de l’opi. El llibre ens arriba catorze anys després de ser publicat l’original anglès, però a la fi ens arriba. Benvingut. Philip Pullman: La maledicció del Robí Bromera, 296 pàgines, 12 €

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La sinceritat de l’horror GEORGINA SAS ART Van Gogh tenia raó quan deia que el mètode que havia triat per crear es podia comparar al del caricaturista. Una tècnica que sempre ha estat “expressionista” perquè juga amb la semblança del retratat i la distorsiona per expressar exactament què pensa del seu semblant. El que en el seu moment no agradava al públic de l’art expressionista no era la distorsió de la naturalesa com el fet que el resultat estava molt allunyat de la bellesa. I llavors Edvuard Munch podia haver respost que un crit d’angoixa no pot ser mai bell. El 1906, un grup de pintors alemanys van fundar una societat que volia trencar amb el passat immediat de l’art. Tenien uns sentiments tan profunds i eren tan conscients sobre els sofriment humà que necessitaven la sinceritat més absoluta en les seves obres. Die Brücke (El Pont) pretenia lluitar en contra la hipocresia de la bellesa i l’harmonia i demostrar al públic que la violència, la pobresa o la passió també existien. Ara el CaixaForum de Palma ens duu a Ciutat una exposició centrada en l’expressionisme alemany que ens apunta a través de 80 obres de gairebé 40 artistes diferents aquest art tan franc. Els suports principals amb els que varen fer feina van ser el dibuix i el gravat. Van deixar de banda la pintura, l’escultura o l’aquarel·la ja que una de les seves premisses era la de treballar amb tècniques allunyades del mercat tradicional com ho podien haver fet Rafael, Correggio o Caravaggio tot i que aquest darrer va expressar l’angoixa i la cruesa més desmesurada en les seves pintures. Els expressionistes van trobar el terreny fèrtil a Alemanya però quan el 1933 els nazis van accedir al poder va ser prohibit i els principals autors del moviment van

ment en la que podem veure obres de tots els períodes del moviment, des de la formació del grup Die Brücke (El Pont) fins arribar a l’escola de la Bauhaus i amb obres de Max Beckmann, Georges Grosz, August Macke o Emil Nolde, entre d’altres. És una exposició que cal anar disposat a captar-la amb tota la seva intensitat. A la sortida tens una sensació ambivalent: d’una banda el plaer de contemplar grans obres i de l’altra l’angoixa dels desastres que van marcar la història del segle XX. Henri Nannen, fundador i cap de la revista Stern, va ser un dels periodistes més importants de l’Alemanya en els anys posteriors a la guerra. Sota la seva direcció, Stern es va convertir en una de les revistes de major circulació al seu país. Després de deixar l’equip de gestió amb gairebé 70 anys d’edat HERMANN MAX PECHSTEIN (1881-1955), ‘L'HAMACA’, 1919. KUNSTHALLE EMDEN, COL·LECCIÓ HENRI NANNEN va inaugurar a la seva ciutat natal d’Emden la galeria d’art Kunsthalle on va acollir les obres d’art expressionista alemany que vantguarda per presentar-les el 1937 en haver d’exiliar-se o deixar de crear al ser havia anat recollint durant dècades. l’exposició L’Art Degenerat: els expreacusats de fer un art degenerat. Una paraDes de la seva mort, el 1996, la galeria ssionistes com Nolde, Kirchner i Schmidtdoxa històrica tenint en compte el drama ha estat dirigida per la seva tercera dona Rottluff, Kandinsky, Jawlensky, Marc, humà i la depredació més absoluta que va Eske i ara les obres fan una aturada a MaMacke, Kokoschka i Shiele, artistes significar el nazisme i ho dic pocs dies llorca. No us la perdeu. dadaïstes com Schwitters o Grosz, els de la després de l’aniversari de l’alliberament Bauhaus o els de Neue Sachlichkeit (Nova dels presos d’Auschwitz per les tropes soExpressionistes alemanys de la col·lecció Objectivitat) varen ser assenyalats amb el viètiques, camp d’extermini considerat el de Henri i Eske Nannen dit. símbol del genocidi del poble jueu; el símCaixaForum de Palma L’exposició Expressionistes alemanys de bol de la “Shoah” (l’holocaust del juPlaça Weyler, 3 la col·lecció de Henri i Eske Nannen mostra daisme). Fins a l’11 d’abril un itinerari expositiu traçat cronològicaEls nazis havien confiscat 650 obres d’a-

El manco del Oeste FLORENTINO FLÓREZ CÓMIC Cuando Bouncer alcanza su séptimo volumen, se anuncia el final de la serie. Ha sido una buena excusa para releerla y comprobar que Jodorowsky sigue en buena forma. También Boucq, por supuesto. Pero es que a estas alturas doy por supuesto que todo el mundo conoce la calidad de este peculiar dibujante francés. Es un talento natural, que emplea de forma prodigiosa el espacio y el color, aunque aquí se centra en sus barrocos rayados y el color informático queda en parte en manos de Florent Bossard. Boucq ha desarrollado su propia serie de humor bizarro, Jerónimo Puchero, pero lleva tiempo colaborando con el guionista chileno. Primero en Cara de Luna y ahora en estas aventuras del Oeste. Bouncer parece tener su origen en el amor de Jodorowsky por las novelas de Silver Kane, que atesora con pasión de coleccionista. De hecho, le hace un homenaje explícito, dando el nombre del escritor a uno de los personajes. La serie se sigue con mucha agilidad, pasan tantas

cosas y tan rápido que los álbumes se devoran con facilidad. Pero al revisarlos notamos que esa frescura se consigue con una complicada mezcla de difícil administración. Primero, una brutalidad muy descarnada. Violaciones, tipos con un hacha en la cabeza, mutilaciones, niños como chacales, sangre a raudales... Jodorowsky no se pone límites y sus personajes presumen de una alegre ferocidad. Que además suele ir sazonada con un inapropiado humor. Éste puede ser visual o verbal, como cuando Bouncer se carga a tres asesinos mejicanos, padre, hijo y nieto, a quienes acompaña un mono. El que queda vivo dice, con su último suspiro: “Mi hijo, mi padre, el mono... yo... la vida no vale... nada”. Éste es quizás uno de los aspectos que llaman más la atención en la colección. Se abordan dramas terribles, venganzas san-

guinarias, asuntos de vida o muerte, pero todo se cuenta con un indisimulado cachondeo. Como cada vez que la enamorada china del protagonista habla, con frases tan poéticas como tronchantes. Cuando descubre que la han casado con un eunuco dice: “¡Su flauta no tiene cascabeles!”. A la que su marido replica que “en orfelinato, cortarme lichis”. Aparte de todo eso, encontramos la exagerada visión del mundo que suele ofrecernos Jodorowsky, aquí muy bien servida por el dibujo de Boucq, a quien también le agradan los extremos y una belleza siempre convulsa. El protagonista es hijo de una puta y un indio que busca venganza por la muerte de su tribu. Además es manco y tiene un perro al que le falta una pata, regenta un burdel que cuenta con un camarero enano que se enamora de una india. Los nativos americanos son presentados

como guardianes de la sabiduría, comedores de setas que les abren las puertas de la verdadera percepción y otros delirios niueich, en la parte más débil del relato. La fuerte, como siempre, la ocupan los malos. Lo de Jodorowsky son las bajas pasiones, los pecadores, los asesinos irredentos y Bouncer nos brinda una buena colección de ellos. En fin, una serie muy entretenida con un dibujante excepcional. Historias salvajes que muestran lo peor del ser humano pero también lo mejor, las flores que repentinamente surgen en los más inmundos lodazales. Ese tipo de inesperados milagros que son tan del agrado de Jodorowsky y que siempre nos hacen disfrutar. Jodorowsky y Boucq: Bouncer 7. Corazón desgarrado Norma Editorial, 64 páginas, 16 €

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PLAGUETA DE NOTES (CCCLV)

Egosurfejaré per la prosa de Llucia Ramis BIEL MESQUIDA UNS LLENGUATGES A LLOURE. El títol ja és un neologisme que diu moltes de coses: Egosurfing (editorial Destino): terme que s’aplica a la pràctica consistent a navegar per Internet a la recerca d’informacions sobre un mateix mitjançant la introducció del nom propi al cercador. Aquesta definició podria ser una clau que no obre tots els panys. Aquesta definició podria ser un mot de pas que no et dóna entrada a tots els personatges. Aquesta definició és un miratge que sobrevola aquest joc d’aventures verbals que no s’aturen des d’un bell començament dins la Barcelona d’ara mateix. “Vénc de veure l’al·lot a qui va caure una bossa de les escombraries damunt el cap.” La primera frase ja ens dóna en la seva senzillesa molta d’informació. Vaig pensar: la protagonista és mallorquina, jove i fa temps que viu a Barcelona. Potser era perquè fa devers set anys vaig conèixer Llucia Ramis en un funeral a Santa Brígida de Cala Major, i des de llavors una bona empatia va començar a funcionar entre nosaltres. Sé que em va enviar uns contes en què ja hi havia aquesta facilitat nerviosa i fresca per escriure històries que va demostrar a la seva primera novel·la, Coses que et passen a Barcelona quan tens trenta anys. Com es deia abans, aquella periodista tenia fusta d’escriptora. &&& UNA NOVEL·LA DE NARCISISMES I DE RELACIONS HUMANES AMB LA XARXA AL FONS. Totes les pròtesis electròniques surten a Egosurfing, però crec que només són catalitzadors, trampolins del segle XXI, d’una acció ràpida, vibrant, turmixera, amarada amb les palpitacions d’uns cossos trentanyers dins el parc temàtic ple de paranys de la gran ciutat com les cartes eren la matèria de Les liaisons dangereuses. La protagonista, innominada, i això és essencial dins la història, coneix Teo, el jove ferit per la bossa de fems, amb un e-mail, i durant tota l’obra es comunica, sobretot, amb essaemeesses i e-mails.

La periodista d’un reality, d’enunciació als d’aquelles Rut, coneix la prota perquè la heroïnes que engronsaren tants troba en una factura dels d’horabaixes de la meva adofems. Després es va separar lescència lectora. “Sóc incapaç d’un novio per mor del Facede veure els nins. En ells només hi book on va veure les fotos veig persones. Persones que pod’ell amb una altra. La revendrien ser na Rut, en Teo, n’Aja: penjar al mateix Facebook madeu. Sent per ells el que sencom és la perdiu de tots els tiria per qualsevol. O sigui: res. tios que ha boixat. Carles, un No tenc sentiments.” Aquestes amant de la prota, té un Macfrases són germanes de les d’una Book i és corresponsal de Cécile que és com un animalet guerra. Amadeu, un vell esjove que només cerca estar a pler criptor amb qui la prota fa amb tot allò que se li presenta, feina, li fa copiar a l’ordid’una sentimentalitat eixuta, nador un diari íntim a més a sense valors clars ni gust per la més dels articles que redacta transcendència, amb la felicitat a mà. La prota a la pàgina 219 com a objectiu horitzontal. fa una declaració de principis Solitària, misàntropa, solipsista, d’una lucidesa freda: “Avui en amb amics invisibles durant la india és estrany no topar-se fantesa. Tota la força i la saviesa amb un narcissista patològic. d’una dona que de nina ja ho era. Hem passat d’una societat inTambé em fa pensar en Andrea dividualista a una societat per aquest deambular i flâner per vanitosa i egòlatra. Supòs que una Barcelona d’ara a anys llum tots anam de protagonistes.” de la Barcelona de postguerra, Na Rut, el primer que va fer, però amb la mateixa mirada afuava ser anar a cercar a Sant LLUCIA RAMIS, A LA SETMANA DEL LLIBRE EN CATALÀ DE PALMA. da d’aquells éssers que no deixen Google la protagonista. I no la FOTO: M. MIEKNIEZUK res per verd, que volen saber, que va trobar. Això, ara mateix, s’interroguen, que pensen, que per a aquests personatges és recorden amb intensitat incancerquen la vida, sofreixen, traeixen, estiuna raresa. Tothom té iPod, mòbil, Watchdescent. men, es devoren, desmoren i intenten somen, USB, MacBook o PC, bluetooth, SkyLa Ramis ha caçat una petita música breviure pels carrers i les places i els bars i lab, webcam; tothom linka, e-maila, espròpia que per a mi constitueix la gran les discos, i les festes, i els dies i els treseemaesseja, skylabeja, webcameja, etc. troballa d’aquest text que va llatí i es balls de la ciutat comtal tan etiquetada La cambra d’ecos, de ressonàncies, de millegeix a tota. M’aturava molt i rellegia com plena de canvis i de noves esralls i de miratges està servida. tots els bocins en què la protagonista se cenografies en contínua transformació. La Ramis, en una feina molt intel·ligent submergeix en si mateixa i poua, caça i i primmirada, fa servir la parafernàlia extreu tot de pensaments, de fetes i fets, &&& xarxera com el que és: un lloc d’impostura, d’aventures i fracassos, d’innocències i d’engany, de fingiment, d’imatgeria percrueltats, de desitjos, d’una tendral duresonal falsa en què els individus no mostren sa i sensibilitat que fa que la sentis al teu DUES PADRINES PER A UN LLIBRE: mai el seu mode de constitució. I això és el costat amb una veu xahrazadiana i embolFRANÇOISE SAGAN I CARMEN LAFORET. que a través d’uns capítols lleugers, enicadora. De la pàgina 252 a la 262 em vaig Ho vaig pensar des del principi quasi sense tretinguts, i d’una rara senzillesa, ens passar la història un parell de vegades témer-me’n. La Cécile de Bonjour mostra la novel·lista. Hi ha molta d’artesapels ulls. La Ramis, una escriptora que sap tristesse i l’Andrea de Nada se m’ania constructiva en aquesta trama que se donar forma als seus nombrosos punts de paregueren com referències de l’escripsosté en la veu de la protagonista que esvista, inventora de salts mortals de ractura de la protagonista que deixa la seva devé el ciment aferrador, aixecador, dels cord, pocavergonya dels llenguatges cataempremta sempre seguit amb notes, comaons de la casa de l’escriptura, d’aqueslanescs d’una mallorquina que van a mentaris, records, llistes, citacions, penta ebullició de cossos que viuen, boixen, se lloure amb total impunitat. Gràcies, nina! saments molt semblants en la seva forma

PASSEIG DE RONDA

Anit vaig tenir un somni CARLES CABRERA ■ Anit vaig somiar que llegia a DIARIO de MALLORCA la notícia que s’encetaven les emissions d’IB2 —per sort, recordo que vaig pensar, no l’han batejada com a IB33. Només anunciaven la programació que oferirien en ‘prime time’. Dilluns, feien Memòria i oblit d’una guerra amb el mateix rigor que a Televisió de Mallorca però amb una dotació econòmica molt més potent; dimarts, reposaven el Taula de cinema del nostre Nadal Suau, produït per Joan Solivellas, amb el film L’home que volia ser rei de John Huston, i a la tertúlia hi havia de convidats Antoni Figuera, Antoni Serra i Josep Carles Romaguera, aquests tres segur!; dime-

cres, minisèries basades en narracions i novel·les d’escriptors illencs, la primera, La mort i la pluja de Guillem Frontera, que s’alternaria amb un Estudi-2 basat en textos de dramaturgs balears, i ja estudiaven la possibilitat d’enregistrar El conyac de Voltaire de Miquel Àngel Vidal; dijous, un Àgora com el que emet TV3 amb Xavier Bosch, presentat ací per Miquel Payeras, i de convidats, un de cada illa, com els agrada i com toca ser, Damià Pons, Joan Francesc López Casasnovas i Isidor Marí, per bé que anunciaven que els anirien alternant, garlant de política, cultura, societat, etc, que a aquests tres els basta poc; divendres, un programa d’entrevistes, presentat per Pere Antoni Pons; dissabte

havien fet una OPA hostil a Emili Manzano que ara hi conduïa un programa de llibres, i els diumenges el nostre Víctor Conejo tancava la setmana amb un magazín d’actualitat musical. Sé que en un breu asseguraven que, a Neus Albis, ja l’havien fitxada i que menaria algun espai, ara no em ve a la memòria quin. ■ Fa poc que sintonitzem tres canals principatins més que, sumats als tres que ja teníem, en totalitzen sis. Diuen que també n’arribarem a veure algun de valencià, i la Televisió d’Andorra. Jo també vull rebre la televisió de Menorca, Eivissa i la del punt més recòndit dels Països Catalans. És ver que —amb tots els respectes— la televisió menorquina o pitiüsa no m’oferiran de

bell antuvi gaire cosa que m’atregui, però és que ens ofereix alguna cosa Telecinco amb el seu gavadal de programes porqueria i Belén Esteban com a quinta essència del que representa la cadena? Edward Sapir manifestava que les llengües constitueixen en elles mateixes maneres de concebre el món, per això, cada cop que mor una llengua, desapareix una manera d’entendre les coses, i jo, per la petita finestra del televisor de casa meva, també configuro el meu propi món. I no hi convido a qualsevol. A Belén Esteban no la hi vull, però sí que dono la benvinguda als senyors i a l’única senyora que, en el paràgraf de més amunt, he assenyalat amb negreta per a major facilitat del llegidor.