EL ANGULO DEL ARCO IRIS II

SFR 23/03/2010 Nº 11 Te refractas y te reflejas… ya se quien eres. EL ANGULO DEL ARCO IRIS II Joan Puget 1 En el artículo anterior del arco iris...
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SFR 23/03/2010

Nº 11

Te refractas y te reflejas… ya se quien eres.

EL ANGULO DEL ARCO IRIS II Joan Puget

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En el artículo anterior del arco iris, hablábamos de que el Rombo respiraba y se comportaba como un pulmón. Ahora, no estaría de más, que siguiendo en esa línea de imágenes sencillas, pensáramos que el espacio extraestelar que habíamos mencionado, se asemejaba a la pleura pulmonar. La pleura del pulmón es un espacio virtual que enmarca por dentro y por fuera al tejido pulmonar. Lo abraza, lo protege, lo rodea completamente y lo amortigua en sus impactos con lo que está más allá o más acá. Pondremos una imagen para poder ver claramente la estructura de la pleura.

Corte transversal del pulmón y la pleura Como observamos, la pleura limita por dentro y por fuera la movilidad del pulmón. Imaginemos que el pulmón se quisiera expandir hasta las costillas… la pleura le limitaría la expansión máxima. Ahora imaginemos que el pulmón se quisiera contraer hasta el mediastino. En este caso, la pleura también lo impediría. Observamos que la pleura está en el límite de la máxima contracción y de la máxima expansión.

La pleura y los pulmones

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La pleura es una cavidad virtual. Es decir, normalmente dentro de ella, aparentemente, no hay nada. Pero existe. Ocupa muy poco espacio, tiene muy poco grosor. De hecho, a veces se puede irritar o puede almacenar líquido que proviene de los pulmones cuando estos enferman. En ese caso, la pleura se dilata demasiado y aparece dolor. Sin querer, surgen los símiles con el espacio extraestelar, ya que este espacio hecho de materia fluida o de energía, es necesario para el movimiento del Rombo, para su respiración . Pero hay un dato que siempre me ha faltado cuando teorizábamos acerca de la respiración del Rombo. En el esquema que se proponía de respiración, sólo existía la dilatación vertical, pero para una respiración normal, hace falta una dilatación horizontal. El Rombo se podía dilatar hacia arriba o abajo, pero no hacia los lados, porque allí teníamos una barrera infranqueable. El límite del 22. El Rombo, se podía dilatar o contraer en su eje menor, pero no en el mayor. La diagonal menor era móvil, pero la mayor era fija. ¿Por qué? Ese dato inmóvil, aceptado como verdad absoluta y sin dar demasiada respuesta a los interrogantes planteados, estuvo allí, fijo durante mucho tiempo, hasta que supimos que el Rombo podía dilatarse desde los 22 cm hasta el límite de 22.2222222 cm. Era una dilatación de la diagonal mayor, una especie de respiración, pero de alarma, de advertencia, de peligro. Así y todo, ese dato, esa respiración, aunque fuera peligrosa, me hizo entrar aire en los pulmones y poder respirar.

Valores permitidos de la menor y la dilatación de alarma de la mayor Vamos a desarrollar un poco mejor este concepto. Para ello, estudiaremos el ángulo agudo izquierdo. Trabajaremos sólo con una parte de la figura, en concreto con el triángulo superior izquierdo. Para volver a los valores reales del Rombo, solo tenemos que multiplicar por 2 las cifras. Ya sabemos que a la trigonometría le gustan los triángulos.

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Tenemos el ángulo izquierdo A. Como comentamos en el anterior artículo, su valor máximo permitido era 42.2736890 (42º 16’), lo que nos da un valor para la diagonal menor de 9.99999999. Hasta aquí todo muy bien y muy tranquilo, pero…¿Qué sucede si pasamos del 19.9999999999? Mecanismo de alarma del 22.22 El mecanismo de alarma del 22.22 es un sistema de protección, de aviso, que informa de la existencia de una situación de peligro, que necesita ser corregida antes de que se convierta en destructiva. Este sistema de aviso, aparece cuando se pasa por encima del 19.9999999999…o si se llega al 20. En realidad, lo que está pasando es que hemos atravesado la frontera del Rombo y nos hemos ido más allá de lo manifestado, del orden, de sus leyes y entramos en un territorio desconocido. ¿Qué hay allí? ¿Qué puede suceder? ¿Qué energías se encuentran en esa situación? ¿Hay peligro? La primera vez que vimos el fenómeno de alarma o pitido fue unos años antes de descubrir completamente el mecanismo del 22.22. Estábamos en aquel momento, estudiando el Rombo tridimensional, en concreto, las cifras de la diagonal menor y las de de un lado del Rombo. En el centro, había una columna que nos ayudaba en el cálculo matemático. Es en esta columna, donde apareció la sorpresa. En la medida en que, en la columna de la izquierda, nos acercábamos al 20, en la columna central nos aproximábamos más a una fracción periódica. Al llegar en concreto al 20, el cociente se transformaba en una fracción periódica pura. Ya no existía la movilidad de los decimales cambiantes, oscilantes, sino que se llegaba a una vibración sostenida, sin oscilaciones, sin variaciones, a una especie de frontera matemática que disparaba una señal, un pitido sostenido y peligroso. Esta frecuencia continua, era capaz de provocar una oscilación a todo el Rombo y poner en peligro su estructura. En esta especie de intuición matemático-filosófica, llegamos a la conclusión de que la cifra 20 era muy peligrosa por la vibración que producía. Era preciso detenerse e ir hacia atrás. Llegar al 20 era un signo de alarma.

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Reproducimos a continuación el trozo de la tabla donde se observa este fenómeno. Comprendo que fuera de contexto, dice poca cosa, pero creo que debo recordar el hallazgo.

TABLA DE VALORES PARA 22 INTERIOR

L

h ² = ( L / √ 3) ²

DIAGONAL MENOR

19.01 19.02 19.88 19.89 19.90 19.91 19.92 19.93 19.94 19.95 19.96 19.97 19.98 19.99 19´999 19´9999 19´99999 19´999999 19 ´9999999 19´99999999 20.00

E = √ h²+484 LADO EXTERIOR

120.460 120.586 131.738 131.870 132.003 132.136 132.268 132.401 132.534 132.667 132.800 132.933 133.066 133.200 133.320 133.332 133´3332 133´33332 133´333332 133´3333332 133´3333333333333

24.585 24.588 24.814 24.816 24.819 24.822 24.824 24.827 24.830 24.832 24.835 24.838 24.840 24.843 24.845 24.846 24.846 24.846 24.846 24.846 24.846

La aparición del 20 lleva a 133.3333333333333333333333333333333 La presencia de esta frecuencia continua que empezaba a asomar en el 19.999999999 y que aparecía completamente al llegar al número 20 y el valor destructivo con la que se la asoció, nos hizo comprender que había una razón geométrica y matemática para el límite del 19.99. Lo que no sabíamos entonces es que en la medida en que el valor de la diagonal menor supera los valores permitidos, se inicia al mismo tiempo una expansión de la misma naturaleza en la diagonal mayor. Cuanto más se pasa de los valores verticales permitidos, más dilatación horizontal se produce.

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La dilatación empieza en el 22 hasta llegar a un máximo de 22.22.Cuanto más cerca se está de esta cifra, en más peligro se halla el sistema.

El mecanismo de alarma del 22.22

Cuando se llega al límite máximo del 22.22, sucede algo espectacular. En este punto, entra el primer Rayo para destruir y al mismo tiempo crear. Crea formas anómalas, tanto físicas como mentales, y como consecuencia aparece el caos, el desorden, la destrucción y la muerte.

Primer Rayo: Da la vida cuando crea. Da la muerte cuando mata

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Es una situación crítica, pero ha llegado. Y ha tenido lugar porque el ser humano, llega al límite de las consecuencias de una manera involuntaria o voluntaria. La violencia, la guerra, el hambre, la muerte, el asesinato, estas características que conforman la parte negativa de la naturaleza humana, se dan siempre porque se ha llegado al 22.22. En este momento el caos se apodera de los humanos, de la civilización, de las formas de vida y lo nuevo, lo que estava por desarrollarse, las estructuras más frágiles e incipientes mueren. Este 22.222222, explica lo que ha sucedido, hasta donde se ha llegado y da pues, una salida de continuidad para poder expresar la trayectoria de la criatura o del universo desde su aparición hasta su extinción.

Si crece la diagonal menor, crece la mayor.

Vemos pues la relación directa que existe entre la diagonal menor y la mayor. Si la menor sobrepasa unos límites por arriba, se dispara la mayor. No puede crecer una sin la otra. Lo sabemos desde hace tiempo. Por otro lado, si el Rombo crece en las dos diagonales y mantiene sus ángulos, la figura no se deforma, no cambia y todo parece igual. ¿Por qué entonces la catástrofe? Supongo que se debe producir alguna agresión, se debe traspasar alguna frontera y es posible que se toquen energías que no pueden ser manipuladas sino dentro de un sistema con mecanismos de protección. Imaginemos un Rombo virtual con sus cuatro fronteras: Ideación Divina arriba, el vértice obtuso inferior abajo, y los puntos de 1ª y 7ª D tocando la entrada de Yin y Yang. Ahora sobre este Rombo modélico, imaginemos un Rombo transgresor que se ha expandido y sale fuera de sus límites de control. Parece que como mínimo, existen cuatro zonas en las que se produce una agresión muy fuerte.

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Parece que el nuevo rombo, más alto y ancho que el original, entre en Ideación Divina. Sabemos que este camino está cerrado, que no se puede acceder a esta zona. Pero lo que ignoramos es qué sucede cuando se presiona sobre este centro. En el ángulo obtuso inferior, sucede algo parecido. Este ángulo es el que marca el inicio del camino de retrospección, el cual es básico para que el Rombo pueda ser evaluado y posteriormente corregido. A ambos lados, salimos fuera del dominio del Yin y del Yang, de estas dos energías que hacen de enlace y ordenación del cosmos. Además desde la 7ª D, parece que facilitemos la entrada indiscriminada del 1º Rayo en una estructura que está fuera de Idea, de control y de orden. Es posible que estas cuatro agresiones, sean suficientes para promover la entrada de la energía creadora en un espacio totalmente desorganizado. Esto equivale a creación de caos y destrucción. Estas razones y seguro que muchas otras más, hacen que sobrepasar el 19.99 genere una situación de peligro. Ahora miremos el problema opuesto: Conocemos la dilatación patológica de la diagonal menor. A partir de aquí y por analogía, aparece el siguiente pensamiento lógico: ¿Existe un límite o una frontera por debajo del 18 o del 22 que pueda generar problemas? Parece ser que sí, y si se pasara por debajo de estas cifras, (que no se da), se daría una situación de colapso, de bradicardia. De acuerdo, están llegando conceptos nuevos y con ellos, como siempre, nuevos interrogantes. Siempre es lo mismo. Aparece una luz y al mismo tiempo una oscuridad. Con todos estos recientes datos integrados, debemos hacer algo parecido a lo que hacían los antiguos geógrafos. Conviene dibujar nuevas fronteras. Hemos de hacer un nuevo mapa para saber donde estamos.

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Todo esto, me parece impresionante, y además son datos que surgieron sólo de la observación del ángulo agudo y su relación con el arco iris. Este querido ángulo, ha dado su exquisito jugo, y de momento es suficiente para calmar algo la sed. Seguiremos en otra ocasión, sin duda, porque a todo explorador le gusta saber que hay más allá de las fronteras indómitas. No para traspasarlas, sino para verlo con prismáticos. ¡Hay que ver lo que da la curiosidad! Con esto, pondría de momento punto final al ángulo agudo, pero ... ah!, ya casi no me acordaba…teníamos al olvidado ángulo obtuso, aquel que no dio nada en su día. Yo le quisiera prestar un poco más de atención, porque quizás tenga algo que comentar. Ha pasado ya algún tiempo y tengo la sensación que quiere decir unas palabras, aunque sean solo de presentación. Sino recuerdo mal, estaba yo al principio de la búsqueda de los fenómenos luminosos, obsesionado con el fenómeno de la reflexión total y el ángulo superior. Si, ha pasado algún tiempo, pero aún me acuerdo de el.

El olvidado fenómeno de la reflexión total

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LA REFLEXION TOTAL Parecía que el ángulo agudo era el que mandaba, el que llevaba la batuta en la orquesta del Rombo. No tengo, la verdad, ningún inconveniente en que eso sea así, pero el pobre ángulo obtuso (que bastante pena tiene con ser obtuso) daba siempre la impresión de ser un segundón, alguien que no cuenta para nada. Pensaba que, ya que había tenido la idea inicial de centrarme en él, era posible que tuviera algo que decir, algo que explicar, no lo mismo que su hermano, pero quizás otra cosa diferente. El fenónemo vinculado con el ángulo obtuso que en aquel entonces, me había llamado mucho la atención era la reflexión total, así que volví a la carga. Repasemos el concepto: Se supone que la luz, al pesar de un medio denso a uno sutil, sufre una refracción y cambia de dirección. Si el rayo de luz que va a la superficie, va variando en su inclinación, llega a un punto, en que no se refracta y se refleja totalmente. Es el ángulo límite o ángulo de la reflexión total.

El rayo de luz se refleja totalmente a partir de un ángulo determinado

A partir de un ángulo determinado, se produce reflexión total

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Este fenómeno se produce para ángulos de incidencia crítico que se determina por la siguiente fórmula:

mayores que un valor

Por ejemplo, el índice de refracción del aire es n = 1,00 y el del agua, n = 1,33. Si la luz intenta pasar del agua al aire, sólo podrá hacerlo si su ángulo de incidencia es inferior al ángulo crítico. En este caso concreto, n2/n1 = 1,000/1,330 = 0,7518 con lo que θc es 48º45’.

Refracción aire

1.000

Seno áng. reflexión total = _____________ = ______ = 0.7518 796 Refracción agua

1.330

Que se corresponde a un ángulo de 48.753458, es decir 48º 45’

El ángulo crítico de la reflexión total y el Rombo

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Si contemplamos la figura anterior, veremos que al haber dos ángulos de estos valores, obtenemos 48º45’ x 2 = 97º 30’. Tenemos entonces el fenónemo de la reflexión total cuando el ángulo obtuso del Rombo es mayor de 97º 30’ o cuando el agudo del Rombo es menor de 82º 30’. Rombo Máximo Rombo Rojo Reflexión total Rombo Violeta Rombo Mínimo

42º 16’ x 2 42º 02’ x 2 41º 15’ x 2 40º 17’ x 2 39º 17 ‘x 2

84º 32 ‘ 84º 04 ‘ 82º 30’ 80º 34’ 78º 34’

Si dividimos entre dos el 82º 30’ obtenemos, un ángulo agudo muy interesante, de 41º15‘que colocamos en la tabla para su comparación. Es decir que cuando el ángulo del arco iris es > 41º 15’ no hay reflexión total. Cuando es < 41º15’ hay reflexión total. A grandes rasgos, si miramos la tabla, veremos que para el ángulo del rojo no hay reflexión total y para el ángulo del violeta si. Y para el ángulo del verde? Pues está en la mitad, quizá pase o quizá no, o es posible que haya una parte del verde que pase y otra que no. Parece haber un punto crítico aquí también.

El ángulo del verde, está a medio camino entre la refracción y la reflexión

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Bien, busquemos el ángulo del color verde. Debo decir que me ha sido imposible encontrar una fuente donde apareciera con total exactitud el dato que estaba buscando, así que realmente, trabajaremos con valores muy aproximados, pero que no tienen la precisión que quisiera, por lo que es posible que existan algunas pequeñas variaciones. En cualquier caso, pienso que el ejercicio es bastante interesante y puede abrir una nueva puerta para acceder a datos de importancia. Colocamos los valores aproximados del verde, que están entre el cyan y el amarillo. Vemos en la tabla que a partir del cyan, se produce reflexión total y que en el amarillo ya no se da este fenómeno. El verde, parece estar en el límite, en el territorio de los dos. Es muy posible que hayan frecuencias del verde que tengan reflexión y otras que no. Es posible que el verde, se muestre también aquí, como en todos los sitios, ambivalente

El ángulo del color verde del arco iris, se asemeja a una frontera entre la refracción y la reflexión (pasa o no pasa). Parece que al verde, siempre le toque ser ambivalente. Miremos el siguiente dibujo y veremos con más claridad lo que intento explicar:

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Si miramos el arco iris de la izquierda, veremos como de el, salen 7 colores. Cada uno, con un ángulo distinto. El violeta sale con un ángulo de 40º17 ‘. Este ángulo pequeño, proporciona un ángulo obtuso bastante grande arriba, que está por encima de 97º30’ y produce reflexión total, El rojo sale con un ángulo agudo de 42º 02’ Proporciona un ángulo obtuso por debajo del valor crítico y no se refleja, sino que se refracta. El color verde, sale con un ángulo muy cercano al ángulo crítico de 41º 15’ y unas frecuencias se refractan y otras se reflejan.

Este fenómeno óptico, tan curioso, nos está indicando que para ciertos valores de colores, o frecuencias, existe la obligatoriedad, de pasar una línea media y reflejarse e ir a parar al punto simétrico del otro lado. Aclaremos un concepto. El fenómeno de la reflexión total, puede ser producido por cualquier color. Sobretodo, depende del ángulo de incidencia, y en menor grado de la misma frecuencia de color, pues cada color tiene una refracción propia. Nosotros, no estudiaremos todos los ángulos posibles, sino que solamente nos centraremos en los ángulos del arco iris. Dentro de esta franja angular que oscila aproximadamente entre 40º-42º, se encuentran 7 frecuencias. Observaremos solamente los ángulos de estas frecuencias, y veremos que no todas las frecuencias del arco iris pueden hacer este salto. Solo lo pueden hacer el violeta, el añil, el cyan y el verde. Unas saltan y otras no. Intentaremos plasmar esta idea en un dibujo. Veremos que las frecuencias altas, son capaces de dar el salto y ocupar por reflexión una zona que estaba ya ocupada por otro color.

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Este dibujo, extremadamente sugerente, invita a pensar en que hay una parte del Rombo en la que coinciden dos frecuencias. Por un lado, las que corresponde a la refracción y por otro lado, las que están proporcionadas por la reflexión total.

La reflexión total de las frecuencias altas

La parte roja se ha puesto en la derecha y la violeta en la izquierda, pero es un dato irrelevante y solo está así por motivos de dibujo y de explicación. Ya sabemos que al Rombo, lo podemos poner derecho, al revés, hacia arriba o hacia abajo. Observamos pues, en esta representación, como las frecuencias altas, se reflejan en el otro lado y las frecuencias bajas, no pueden producir este salto y no se reflejan. Este aspecto de movilidad, de desplazamiento, de salto o reflexión de las frecuencias altas, no es para nosotros, los estudiantes del Rombo, un elemento extraño. Lo hemos repetido innumerables veces e introducido en nuestro cerebro pero sin saber exactamente porque sucedía. Sabemos que las frecuencias altas, saltan al otro lado, y las frecuencias bajas, no pueden hacerlo. Se limitan a esperar. Ahora, podemos por fin “reflexionar”.

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Para ello, recordaremos las características principales de regencia y domicilio de los tres primeros Rayo. Decíamos:

Primer Rayo:

Rige la 7ª, pero se encuentra bien en la 1ª.

Segundo Rayo: Rige la 6ª, pero se encuentra bien en la 2ª. Tercer Rayo:

Rige la 5ª, pero se encuentra bien en la 3ª.

Regencias y domicilios. Las frecuencias altas se desplazan Ahora, resulta que esta movilidad de los tres o cuatro primeros Rayos, podría estar relacionada con su ángulo dentro del arco iris y la reflexión total. La representación clásica del Rombo, está basada en la refracción, pero este dibujo y el anterior, están basados en la reflexión total, lo que nos aporta datos de la movilidad de los Rayos. Parece deducirse de todo ello que el Rombo de refracción es más de estructura y el Rombo de reflexión es más de función. Muy, pero que muy curioso todo. ¿Verdad? Como siempre después de un paso, viene otro. ¿Qué viene después? Esa es la pregunta obligada de este juego. Casi sin querer, viene a mi mente la siguiente pregunta: ¿Qué sucede con las frecuencias que se refractan, que no se reflejan? ¿Dónde van a parar?

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Las frecuencias bajas buscan lo sutil. Las altas, lo grosero

Lo que es obvio, es que ellas son las que pasan del medio grosero al medio sutil. Y también es cierto que la evolución está muy unida a estos tres colores. Parece como, casi sin querer, el fenómeno de la reflexión total impulsara a las frecuencias bajas a salir del Rombo estudiado y a pasar a otro Rombo, en un medio más sutil. Las frecuencias altas, se quedan en el medio denso y las frecuencias bajas, pasan al medio sutil. Parece esconderse, también en clave, otra ley de la evolución, basada en las leyes de la luz. ¿Qué habrá detrás de todo esto? No lo se de momento. Pero la verdad es que aún estoy impactado por toda esta teoría, por todo este hallazgo. Estoy maravillado por ver que existe un ángulo en la Naturaleza, precisamente, situado en medio del arco iris, que es capaz de separar dimensiones materiales de dimensiones etéreas, de marcar un límite entre la materia y la energía y otorgar a las frecuencias etéreas la capacidad de saltar, caer y fusionarse con las frecuencias más groseras y proporcionar a su vez, a las frecuencias más densas, la capacidad de pasar de un medio denso a otro sutil . No se donde puede llevarnos todo este bloque de nuevas informaciones, pero son muy atrevidas, muy sugerentes. Al fin puedo decir que de algo ha servido estudiar el ángulo obtuso. Hemos descubierto además una nueva función del verde. Es el camino que marca la bifurcación entre la refracción y la reflexión. Y además, es capaz de seguir los dos.

Te refractas y te reflejas… ya se quien eres.

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Como siempre, todo está en clave. Tengo que decir que cuando descubrimos que el Rombo y sus ángulos estaban vinculados al arco iris, tuve un ligero disgusto inicial porque me hubiera encantado que los ángulos de los colores coincidieran exactamente con los valores máximos y mínimos del Rombo. Pero no fue así, y apareció ese vacío que luego fue llenado con el espacio extraestelar. El desencanto se transformó en alegría. Con la reflexión total, me ha pasado algo similar. Me hubiese encantado por muchos motivos que todo el Rombo, estuviera dentro de la reflexión total. Pero no es así. Y hay que aceptarlo. Ahora bien, dentro de este hecho, se ha hallado un nuevo papel del verde y se pueden haber encontrado conceptos relacionados con el acceso a niveles superiores, a desplazamiento de dimensiones y a todo lo que supone pasar de un medio denso a un medio sutil. Hablamos de física espiritual, de óptica espiritual, de enseñanzas de tercer grado. Es curioso lo que se puede ver cuando un rayo de luz entra en un vaso de agua y se desvía. ¿Verdad? Joan Puget [email protected]

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