Don Quijote en el teatro griego actual Alicia Villar Lecumberri Universidad Autónoma de Madrid La presencia de Cervantes en el ámbito griego actual ha sido el tema del que me vengo ocupando,1 en los diferentes congresos y coloquios celebrados por la Asociación de Cervantistas, desde el año 2000 hasta el presente congreso, que estamos celebrando en la Universidad de Münster. Ya en la comunicación: «La presencia de Cervantes en los manuales griegos» expresé mi intención de ir investigando acerca de la presencia literaria y artística en el ámbito de las letras neohelénicas. De ahí que, para este congreso, haya elegido la presencia don Quijote en el teatro griego actual. El tema venía dado por un hecho muy concreto: la adaptación teatral que ha realizado este verano la compañía teatral: «Teatro Municipal» de Kozani, en Grecia. La representación de «El Quijote», ha llenado el aforo de los teatros de Grecia y Chipre, en las cincuenta y seis representaciones, que han sido puestas en escena, de junio a septiembre. La primera representación tuvo lugar el 20 de junio en Kozani, la capital de la Macedonia occidental, la segunda tuvo lugar en el teatro de Herodes Ático, en Atenas, y tras una gira por las principales ciudades griegas se dio fin a la representación el 18 de septiembre, en Lárnaca (Chipre). Por lo tanto, cualquier griego o extranjero, que haya pasado este verano por Grecia, ha podido asistir a una de las representaciones teatrales más aclamadas en los últimos tiempos. Y no es lo de menos, que en un año en el que el turismo está pasando por momentos críticos, hayan sido invitados de honor, en Grecia: Don Quijote —Yorgos Kimulis—, Sancho Panza —Dimitris Piatás—, Dulcinea —Klió-Danai Ozoneu— y otros personajes encarnados por: Yorgos Ziovas, Isidoros Stamulis, Yorgos Yanópulos, Stavrula Spiridonos, Zodorís Prokopíu, Vasilis Pulakos, María Papayannaki, Mijalis Sakulis, Yanis Milonás. Por su parte, la escenografía la firma Pabel Dobriski, el vestuario Yanis Metzikov, la composición de canciones es de Zanos Mikrútsikos, las letras de Agaci Dimitruka, la supervisión del movimiento de Cecil Mikrútsiku, la iluminación corrió a cargo de Panayiotis Manusis. Y todo 1. Alicia Villar Lecumberri, «La presencia de Cervantes en los manuales griegos», en Volver a Cervantes: Actas del IV Congreso Internacional de la Asociación de Cervantistas, Lepanto 1/8 de octubre de 2000, coord. por Antonio Bernat Vistarini, Vol. 1, 2001, ISBN 84-7632-645-9, pags. 75-87. ____, «Doquiera que estamos llorando por España» (El Quijote, II.54) en: Con los pies en la tierra. Don quijote en su marco geográfico e histórico: XII Coloquio Internacional de la Asociación de Cervantistas (XII-CIAC), Argamasilla de Alba, 6-8 mayo de 2005 / coord. por Felipe Blas Pedraza Jiménez y Rafael González Cañal, 2008, ISBN 978-84-8427-571-8, pags. 183-194. ____, «Huellas cervantinas en la poesía neohelénica», en Tus obras los rincones de la tierra descubren: Actas del VI Congreso Internacional de la Asociación de Cervantistas / coord. por Alexia Dotras Bravo, 2008, ISBN 978-84-96408-51-7, pags. 789-797.

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ellos bajo la dirección de: Yanis Karajisaridis, un insigne director teatral griego, que ha adaptado la obra y la ha llevado a escena. Se trata de una obra teatral que ha gozado del esmero no sólo del director sino de todo el elenco de actores y personal encargado de la puesta en escena. La obra fue presentada en una rueda de prensa, a principios de junio de 2009, en cuyo boletín se anunciaba: 2009: «DON QUIJOTE» MIGUEL DE CERVANTES El Teatro Municipal de la Periferia de Kozanis presenta la obra maestra de Cervantes «Don Quijote» en adaptación de Yanis Karajisaridis. Un mes más o menos antes del estreno siguen los ensayos a ritmo intensivo. La compañía, después de las elecciones europeas se trasladará a Kozani para completar su preparación. La representación está incluida en el programa oficial del Festival de Atenas y se presentará en el Teatro de Herodes Ático el domingo 28 de junio. «Habiéndose reconocido como una obra profundamente humanística y al mismo tiempo multidimensional, el «Quijote» constituye una valiosa muestra de la literatura universal y aborda el tema del engaño, bien sea personal o colectivo, pero también de la eterna lucha entre la imaginación y la lógica. Es una obra alegórica, anticonformista, de muchos acercamientos, que nos lleva a la dimensión del humanismo, la virtud, la valentía, la superación, las visiones y las grandes aspiraciones, pero también del fracaso como característica del ser humano, mientras que al mismo tiempo nos enseña que el fracaso constituye un ingrediente básico, un instrumento útil para la construcción del futuro, tanto del individuo como en general de aquello que llamamos mundo que nos rodea. Una obra madura, excelsa, que busca el equilibrio entre lo trágico y lo cómico, entre la emoción y la risa, imprimiendo de una manera fluida la imagen real de su héroe: del eterno soñador don Quijote de la Mancha. Esto es, de un hombre que se mueve al margen de la lógica común, que está dispuesto a llegar allí donde los valientes no osaron jamás, que no se deja vencer incluso cuando el cansancio ha invadido su alma y su cuerpo. La adaptación que presentaremos está basada en una vivencia real del autor: su encarcelamiento en Argel, en 1578. Cervantes, junto con Sancho y diez prisioneros más se fugan de la cárcel donde habían sido cautivados por piratas bereberes. Se encuentran allí en un pueblo costero abandonado esperando un barco que les lleve de regreso a su patria, a España. Durante la espera, Cervantes y su amigo Sancho, con ayuda de los prisioneros le cuentan su historia a Don Quijote. Las andanzas del caballero andante y adalid de los menospreciados se desenvuelven durante una noche e influyen profundamente en cuantos las oyeron y participaron. Cuando amanece y el barco no aparece, el grupo debe tomar decisiones. Cervantes, siguiendo los pasos de don Quijote, irá allí donde no va la mente del ser humano».

Tras este comunicado de prensa, todos los periódicos griegos, sin excepción dedicaron algún artículo a este evento. Esta labor de promoción de la representación teatral fue definitiva a la hora de hacerse a la idea del proyecto que se traía entre manos una compañía teatral de la periferia de Grecia, que sin ser una de las la capital, consiguió acaparar la atención de todo el público griego y recibió las críticas más entusiastas. Así, durante los primeros veinte días de junio, justo antes de la representación, cada día había al menos un artículo dedicado a este Quijote. Las primeras confesiones de Yorgos Kimulis, el actor que encarnaba a Don Quijote, fueron: «Desgracia-

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damente El Quijote no fue elección mía». Y no fue elección mía porque, «no tengo gran relación con la literatura española. Pero desde el momento en el que empecé a dedicarme a este papel, a estudiar el caso, me di cuenta de qué tesoro se trata y me lo recriminé a mí mismo. Por eso hice el viaje a España». Siguiendo los pasos de Don Quijote el actor visitó las ciudades españolas y los pueblos, buscando a su héroe: «Durante unos 20 días fui a todos los lugares que citan sus comentaristas y así conocí la España de Cervantes y de Don Quijote». Además reunió un buen material de video, con la idea —¿por qué no?— de hacer un documental. «Lo primero que me impresionó en este país es la manera en la que coexisten las tres civilizaciones, porque coexisten, de manera pacífica y con respeto de una con otra. Y me refiero a la occidental, la árabe y la hebrea. Me quedé impresionado de cómo este país se ha desarrollado en una vasta llanura. Y comprendí por qué Cervantes veía el horizonte de manera diferente —no es lo mismo vivir rodeado de montañas». Con un elemento visual que recuerda a Dalikai (China), las muchas canciones de Zanos Mikrútsikos dan un tono festivo a la representación, «Don Quijote» obedece a su mito. Por otra parte es un símbolo. ¿Cómo lo va a interpretar el actor? «Me siento también yo un Quijote. Y así lo interpreto. Los demás le llaman loco. Él con su insistencia demuestra a los demás que ese loco niño anciano todos lo llevamos dentro —simplemente los demás le prohíben la salida». Coetáneo de su héroe «sólo que entonces a los cincuenta y tres eras mucho mayor, por eso también yo con el aspecto quiero dar la impresión que soy mayor», piensa que siempre existen y existirán Don Quijotes... ¿Es decir? «Respeto la ensoñación, el optimismo. Confío en que cambiarán las cosas, que volverán algunos valores a los que hoy en día las personas les dan un carácter anecdótico. Amor a la esperanza conjunta. Las personas son en el fondo optimistas. Porque si no fueran optimistas no continuarían. Simplemente el cinismo y la postura de listillo del hombre actual le prohíben expresar su optimismo y considera que está de moda el... pesimismo». Don Quijote está al lado de Sancho Panza, encarnado por Dimitris Piatás, «el regordete al que le gusta el buen vivir y todas las cosas materiales de la vida y las secundarias. Sancho no simboliza lo prioritario, pero también tiene un valor poético». Con la representación, que se basa en un hecho real, el regreso y el encarcelamiento de Cervantes por los bereberes en Argel, «iniciamos nuestra historia a partir de un intento de fuga junto con otros personajes. Nos lo encontramos en la costa de Argel junto a sus compañeros, esperando un barco que les pase a la costa de enfrente –un barco que no llega nunca. Durante esa espera les cuenta la historia de Don Quijote, en la que participan todos los que se han fugado. Yo interpreto a Cervantes y a Don Quijote, Sancho es un asesino español peligroso. A partir de un determinado momento en el libro desaparece el narrador. Hay una polifonía extrema en esta novela, dicen sus comentaristas. La representación es un juego continuo entre la realidad y la ficción» explica. En otro periódico2 el artículo comienza: «¿Quién es el anciano señor de la barba y mirada enigmática? ¡Busque, busque, no lo encontrará! ¡Yorgos Kimulis se ha transformado en Don Quijote! Un verano más el singular hombre de teatro ha 2. Espresso, TERIANNA PAPPA, 18/6/2009.

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dado la vuelta a las cosas mostrándonos una cara teatral diferente. ¡Con facilidad ha conseguido sorprendernos una vez más! El año pasado para las necesidades de Ricardo III, se convirtió en «Robocop» (con... argollas en los pies y chepa al estilo Quasimodo) y este año se dispone a arar Grecia, como Don Quijote». «El maquillador ha hecho su milagro, el responsable de vestuario, Yanis Metzikov ha puesto todo su arte y Kimulis se parece de manera increíble al héroe de Miguel de Cervantes. Puede que no persiga... molinos de viento, pero desde el 20 de junio hará una gira por toda Grecia con el Teatro de la Periferia de Kozani». El dominical del periódico «Elefcerotipía»3 bajo el titular: «Molinos de viento en el Herodes Ático. Yorgos Kimulis y Dimitris Piatás interpretan a los gemelos Don Quijote y Sancho Panza»» la periodista añade: «Se considera el libro más traducido después de la Biblia... Su héroe, don Quijote de la Mancha, que lucha con molinos de viento. Un humanista, un caballero andante soñador, enemigo de la realidad», «Don Quijote» del escritor español Miguel de Cervantes Saavedra es quizás el romance satírico más popular. Don Quijote afirma que: «Mucha lógica es locura y la mayor locura es ver el mundo como es y no como debería ser...». «Lo increíble aquí es la conciencia que tiene el escritor-narrador de lo ridículo de su héroe, cuando el último intenta tercamente ver que todo lo que sueña se haga realidad. Una conciencia que tenemos todos cuando soñamos, pero en ese mismo momento acallamos nuestros sueños, temiendo que al expresarlos seamos demasiado gráficos. Miedo que hace que el hombre contemporáneo esté inmerso en una supuesta realidad y luche para mantenerse a flote entre el cinismo y la indiferencia. El humor del escritor nos libera de ese miedo. La representación «juega» con la realidad y la imaginación. Desde un momento dado en adelante no sabemos qué es real o imaginario de lo que vemos, quién relata los hechos que han vivido otros y quién está viviendo lo que ocurre ahora, ante los ojos de los espectadores». Por lo que se refiere a Sancho, se trata de un hombre que tiene los pies en la tierra: «¡Yo veo lo que veo! No culpes a mis ojos de lo que ven. No son mis ojos los que han creado el mundo. Simplemente lo miran...» Estas son las palabras de Sancho Panza hacia Don Quijote, cuando aquel no entiende y deja a su Dulcinea en manos de malvados criminales. Sancho es un personaje cotidiano, una persona sencilla, pero no una persona simple. Si la libertad de Don Quijote está ligada a la locura, al escudero le relaciona con el miedo, el hambre, el dolor, la vergüenza, la esclavitud, el rechazo y la coacción de su mujer. Ella le pega, no hay cosa peor para un hombre, y sin embargo no es así para Sancho... Es una víctima consciente, manifiesta que los palos los aguanta, así que cuando el cántaro, es decir, su mujer, golpea la piedra, o sea, a él, lo más seguro es que peligre el cántaro más que la piedra... Los ojos de Sancho seguramente no han creado el mundo, pero pueden ver los sueños. Ha abrazado completamente la ensoñación de su amo, hasta tal punto que ha copiado su modo de comportamiento y su manera de hablar, sus gestos, e incluso sus silencios. Su filosofía comienza con el dicho de su abuela: «El mundo se divide en dos, aquellos que tienen y aquellos que no tienen. Tú lo único que tienes que hacer es el reparto». Cervantes quiere mucho a sus héroes, comparte sus vidas. 3. Th~ EFHS MARINOU, Kuriakavtikh Eleuzerotupiva / Eptav Kuriakhv, 14 Iounivou 2009.

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Son dos criaturas que se quieren tanto que al final las lágrimas que vierte Sancho en el lecho mortal de Don Quijote se diría que son las más enternecedoras lágrimas que jamás se hayan vertido en la literatura universal». También en «Elefcerotipía»4 el periodista nos presenta a: «El imaginativo eupátrida de La Mancha en nuevas andanzas». En este artículo se le hace una entrevista al protagonista, quien resume sus palabras en que nuestro héroe es una persona que defiende los sueños. Don Quijote es: «El rechazo a todo aquello que intenta ser asimilado por eso que se llama real. Es el héroe de la divergencia y del ensueño. Es aquel que exige que se respete el que sea diferente. Que se respeten los únicos elementos personales del ser humano: el sueño y la imaginación». «No es un personaje ni cómico ni trágico. Es un héroe felizmente melancólico». «La representación se centra en el juego continuo entre realidad e imaginación. Don Quijote representa la derrota y el fracaso de los demás, no la suya. La insatisfacción de aquellos que no pueden confiar en sus sueños y los abandonan, sacrificándolos en el altar de una supuesta necesidad realista. Apoyo la santidad de Don Quijote, pero no estoy de acuerdo con el hecho de que al final recobra el juicio. Jamás estuvo loco. Su lúdica deambulación es la deambulación de cada persona dentro del mundo. El hombre piensa que delimita el mundo, pero en realidad queda delimitado por él. No es el mundo el juguete del ser humano. El hombre es el juguete del mundo. Por consiguiente, al final, lo que sucede es que no es una lamentable muerte de una mente envejecida, que ha recobrado el juicio, sino la melancólica sonrisa de un niño, que simplemente se cansó de jugar y se retira para dejar paso a otro juego, de modo que continúe la continua repetición del juego humano». A continuación se entrevista a Dimitris Piatás, el actor que encarna al escudero quien asegura que: «Los Sanchos temerosos predominan en el mundo». Para este actor, Sancho: «Es la cara cotidiana de lo sencillo, pero no del hombre simple. Como dice él mismo: «¡Yo veo lo que veo! No acuses a mis ojos por lo que ven. No son mis ojos los que arreglan el mundo. Ellos simplemente lo miran...» Y si la libertad en Don Quijote está ligada a la locura, a su escudero le une el miedo, el hambre, el dolor, la vergüenza, la esclavitud, el rechazo y la coacción de su mujer». «Para Sancho la libertad es esclavitud, el heroísmo ante el miedo. Me conmueve la superación de Sancho, al empezar con un héroe de papel y convertirse en un carácter arquetípico. Las lágrimas que vierte en el lecho mortuorio de Don Quijote son quizás las más enternecedoras que se hayan vertido jamás en la literatura universal». Respecto a nuestra época: «Por supuesto existen Quijotes, ¡qué sería si se perdiera la capacidad de ensoñación! Con todo, los que predominan son los Sancho, pero con una forma diferente y con otras profesiones. Lo que les caracteriza principalmente es que viven más que los Quijotes, pero no sé si esto es una ventaja...» En otra entrevista concedida por Kimulis al periódico «Ta Nea»,5 el editorial anuncia: «Mi objetivo no es convertirme en Da Vinci, sino en Gioconda». «Para mí 4. Artículo de GIWRGOU BIDALH, Eleuqerotumiva, sábado, 13 junio 2009. 5. Artículo de Elena D. Chatziioannu, TA NEA: Miércoles 3 junio 2009

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la imagen de la ilusión en el «Quijote» es la manera de pensar que los otros creen que tiene. Una cosa es soñar y otra engañarse. Simplemente, entonces y ahora, la mayoría de la gente considera que los sueños son un engaño. Personalmente, si de algo estoy orgulloso es de que jamás me convertí en lo que querían los demás. Puede sonar egoísta, presuntuoso. No lo es, si pensamos que el objetivo del ser humano es convertirse en lo que es y no en lo que quieren los demás. Este es el papel que interpreto. Ante la imposibilidad de acceder a él, lo consideran loco, autocatastrófico, ido, olvidando aquello de que Don Quijote de la Mancha intenta hacer realidad su sueño. Y no hay nada más sagrado, un lugar más personal que el de los sueños de una persona. Ahí no puede entrometerse nadie». «Talento» viene del talento, la moneda antigua, esto es lo que paga y pagará uno al poner su alma en venta —cuando la mayoría lo que ponen tiene valor crematístico. Y yo, como dice el cantautor Leonard Cohen, durante 37 años ininterrumpidamente pago mi impuesto a la torre del teatro. Soy del parecer de que el objetivo de un actor no es llegar a ser un perfecto Da Vinci, sino ser la Gioconda. Pero pobre del actor que no haya pasado un doloroso aprendizaje al lado de un Da Vinci». Dimitris Piatás concedió otra entrevista al periódico «Elefceros Typos»6 en la que asegura que Sancho: «Es la persona de la puerta de al lado. Es lo opuesto al héroe. Lucha por la supervivencia y no con mucho ánimo, porque es un vago, su mujer le hace la vida imposible, como se la hacía su padre cuando era pequeño. Sancho Panza no es de las personas que pasarían a la historia, sino que seguirá su curso paralelamente. Con todo, la historia la escriben siempre los héroes y los vencedores, pero no podría escribirse si no existiera la masa. Una guerra o una revolución no la hace un líder, sino muchísimos ciudadanos».

Programa de la representación Muestra fidedigna del esmero con el que esta compañía ha preparado esta representación lo constituye el programa que el público podía adquirir en cada representación. Y señal de que la obra ha sido un éxito es que al final de la representación la gente lo adquiría. Es un programa muy voluminoso que abarca diversos aspectos, tanto de la obra del ínclito autor y de su vida, como aspectos concretos de la representación en sí. Comienza el programa con el interrogante: ¿Molinos de viento o gigantes? Todos estamos de acuerdo y la respuesta es fácil. Son molinos de viento. Pero don Quijote disiente. ¿Quién tiene razón? ¿Nosotros o él? Si la novela de Cervantes se hubiera perdido en el remolino del tiempo, entonces ya no nos ocuparíamos de este interrogante. Pero no sucede eso. Don Quijote no sólo no ha sido olvidado, Sino que su esbelta figura continúa girando entre nosotros —y cada día sigue haciéndonos la misma pregunta: ¿Molinos de viento o gigantes? 6. Sábado, Elefceros Typos, 13.06.09

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A continuación se abre un capítulo en el que se habla del papel que desempeñan Don Quijote y Sancho Panza. Lo más interesante es el planteamiento de que El Quijote supone la inversión de la Odisea. Y es que Don Quijote emprende el camino y Sancho le sigue. Salen a enfrentarse al mundo, descubriéndolo, intercambiando experiencias y conocimientos. De Ítaca parten y van hacia los lestrigones. Odiseo deambula buscando el regreso, el nostos. Para el Quijote y Sancho el nostos son las andanzas. Patria no es el lugar natal, sino el mundo exterior. Patria es lo desconocido y no lo familiar. Además, Don Quijote y Sancho no chocan, ni se complementan, simplemente les une justamente el punto en el que el mal y el bien se identifican. El deseo de don Quijote y la realidad de Sancho Panza, la realidad de Sancho Panza y el deseo de Don Quijote. A Sancho Panza le interesa el buen final de las empresas, porque en eso tiene puesta la esperanza de la mejora de su economía. Don Quijote, a pesar de que se ha comportado mal con él, al final le llama hijo. Su unión es la definición definitiva de la familiaridad de lo diferente. Por su parte, Sancho afirma: «Acabo de darme cuenta de que hasta en el mismo Infierno existe buena gente». Sancho cambia, al observar por las ranuras el mundo de don Quijote. Por el contrario, aquel impone su aura en el mundo. Pasa por él mundo sin cambiar, siempre ajeno. Pero ¿cómo es el mundo de grande? Alonso Quijana no ha viajado lejos. Lo mismo le ocurre a su vecino Sancho Panza. El otro mundo de don Alonso es el mundo de la imaginación, el mundo que surge de las novelas de caballería. Un mundo no siempre comprensible y obvio. Cuando las puertas se abran, hacia allí irá. Para Sancho el mundo simplemente es cuestión de extensión, para don Quijote, de búsqueda.

Cómo trasladar una novela al teatro ¿Hasta qué punto puede ser conveniente? ¿Hasta qué punto algo creativo trasladar una obra literaria —y especialmente una novela— al teatro? Y especialmente cuando la obra literaria ha sido muy leída y está plasmada en la conciencia del público. Para una adaptación existen dos vías: La primera es la sinopsis de la novela. Esta vía ya no es viable, pues una sinopsis, por mucho que se acerque a la obra, traslada la novela a la escena con un tipo de discapacidad. La segunda es una obra teatral inspirada en la novela. Sin embargo, la adaptación que no ocupa pasó por dos fases: La primera se basa en la frase con la que Cervantes termina el segundo tomo: «Para mí solo nació don Quijote, y yo para él; él supo obrar y yo escribir; solos los dos somos el uno para el otro». Don Quijote y Cervantes son dos formas de la misma entidad. Las dos vidas, la real de Cervantes y la ficticia de don Quijote, entablan el diálogo desde un principio y siguen dialogando a través de los siglos. Así que la primera fase es la mezcla del creador con su creación. La segunda fase presuponía una investigación de la vida del escritor. Buscando el momento más conveniente para llevarlo a escena junto con su don Quijote. La primera elección fue la batalla de Lepanto. Pero enseguida desistimos porque esta era una solución muy «histórica», que delimitaba la búsqueda filosófica intemporal. La segunda elección fue presentar el Quijote siguiendo diversos avatares de la vida de Cervan-

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tes, empezando desde su juventud y avanzando hacia el final de su vida. El héroe y el creador en su lecho final, juntos... Y esta elección tampoco la dimos por buena dado que parecía una cronológica. Y así llegamos a la tercera solución: Se eligió un hecho real y relativamente desconocido de su vida. Una de las fugas de Cervantes, la de Argel, cuando estaba cautivo.

La ficción dentro de la ficción Cervantes y los que se dieron a la fuga con él, en Argel, eran personas reales y su historia, real. Pero en el teatro la realidad se pierde siempre y se convierte en «cuento», en ficción. El teatro está condenado a insinuar la vida real, a reflexionar sobre ella, y finalmente a entablar un diálogo con ella. En nuestros días, cada vez más, los creadores intentan impulsar el teatro, a lo actual, lo vanguardista, lo que ocurre en el día a día. Pero en vano. Lo que ocurre en el ámbito del teatro es obligatoriamente la glosa de la vida real. Jamás la vida en sí. Pero la ficción, que tanto se desprecia, es el instrumento más indeleble y primordial, con el que el hombre ha entendido, entiende y entenderá el mundo. La historia de Cervantes y los once fugitivos es la ficción de la vida real y esta es la que seguimos en escena. Pero al mismo tiempo seguimos fragmentos de la historia del caballero andante. Esta es la segunda ficción, incorporada en la primera, de modo que los límites se pierden y las fronteras se desmoronan. Cervantes y sus compañeros interpretan papeles de la historia de El Quijote. Sólo que ahora, en un espacio en el que la realidad y la fantasía conviven a partes iguales, los límites de los dos teatros se confunden, los papeles ejercen influencia unos en otros y sobre todo domina la arbitrariedad realista de la ficción. Todo ocurre allí, en las ruinas de un pueblo abandonado. Los materiales del teatro se encuentran allí, entre ellos, entre nosotros... Otro de los mensajes de esta representación está centrado en la espera y la expectación en ninguna parte, dado que Cervantes y sus compañeros se encuentran temporalmente en ningún lugar concreto, en un lugar sin nombre, que ya no está habitado —mientras que en su día, los habitantes iban y venían entre sus casas ahora derruidas. Y desde ningún lugar esperan llegar a algún lugar. Y algún lugar tiene nombre, es la patria, la salvación, el regreso, el nostos. Esperan que aparezca un barco. La esperanza es lo único que les queda. Ese lugar no concreto es el lugar en el que las esperanzas aminoran. Entonces sólo puedes medir fuerzas contigo mismo. Entre el sueño y la realidad hay una sutil línea. Y es que existe el sueño de ir más allá. Es decir, la posibilidad de ver la realidad que todavía no existe. Este tipo de sueños siempre ha pertenecido a unos pocos y nunca a muchos. ¿Está loco Don Quijote o simplemente sigue el sendero que ha soñado? O digámoslo de otra manera. Por qué razón nos dedicamos a Don Quijote, si es un loco o por qué razón nos dedicamos a Cervantes si lo único que quería, con su magnífica novela, era satirizar las novelas de caballería de su época. ¿No será que Don Quijote «calladamente» nos recuerda que la sutil línea entre la fantasía y la realidad es lo real, lo existente, pero el sendero difícil de encontrar, por el que deambular en nuestra vida?

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El director de la obra, Yanis Karajisaridis cierra este capítulo del programa de mano, dejando claro que desde hace muchos años esta empresa tenía como único Don Quijote a Yorgos Kimulis y como Sancho a Dimitris Piatás. Mi hazaña no es ni la escritura de la obra, ni la escenografía, ni la ambiciosa producción. Tan sólo es que he conseguido hacer que Don Quijote sea su sueño. De otro modo habría silencio. Cuando se encienden las luces, el sueño se ha cumplido. El juicio acerca del resultado atañe tan sólo a la actualidad.

La música de la representación En cuanto a la parte musical, se interpretan en escena ocho canciones: ¿Quién soy yo? —Don Quijote, El conocimiento vulgar (Dulcinea), Y si el tiempo deja su huella en mí (Don Quijote), Porque me gusta (Sancho, Dulcinea), El sueño (Don Quijote), El caballero de los tristes (Don Quijote, Sancho, Dulcinea, Ventero), La marcha de los acusados (Los rehenes) y Mírame como soy (Dulcinea). Los músicos son: Zumios Papadópulos (flauta, bansuri, clarinete, saxofón soprano & alto, bajo eléctrico, guitarras, ney), Akis Gavalás (batería, percusión), Nikos Papanastasíu (acordeón), Yanis Papasajariakis (guitarras), Zanos Mikrútsikos (piano, clavicémbalo, percusión, piano eléctrico, dulcimer). Además, en la representación se oye música de: Penderecki, Kancheli, Schnittke, Newton Howard, Beltrami, Horner. La canción de Don Quijote (Cuando empieza sus andanzas) Han cambiado los tiempos pero yo paso No me voy a reconciliar con este ocaso A lomos de mi caballo correré por castigo Para enmendar lo injusto y lo torcido. Cual geniecillo y soldado lucharé allí donde el deber me llame a este mundo como Don Quijote vine a cumplir una misión insigne. ¿Quién soy yo? Don Quijote soy y seré y en la vida la justicia es mi ideal cual soldado lucharé y de la tierra arrancaré el mal. A cuantos se apoltronaron en el poder la espalda les he dado, los desprecio, y cada desventurado que encuentro sacar de la desgracia intento. ¿Quién soy yo? Don Quijote soy, la luz mi trayectoria guía, jamás fui yo traidor, de las tinieblas jamás seré seguidor. ¿Quién soy yo? Soy Don Quijote y en la vida la justicia es mi ideal

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cual soldado lucharé y de la tierra arrancaré el mal.

En las páginas siguientes del programa tenemos la cronología de la vida de Cervantes, de 1547 a 1616, año por año. Después vienen la descripción de la composición de El Quijote, apartado sobre el Quijote de Avellaneda. Llegados a este punto encontramos en un epígrafe: «Algo muy extraño», en el que se apuntan tres observaciones: • Muy pocos son los que han leído la novela de Miguel de Cervantes, Don Quijote, aún habiendo tenido muchas más ediciones que cualquier otra obra, y se haya vendido muchísimo en todos los idiomas del mundo... • El material de la novela es inmenso. Es muy difícil de contar. Por eso ha circulado un gran número de obras abreviadas. Para niños, adolescentes y adultos. Pero también las películas y las representaciones teatrales se vieron obligadas a seleccionar, de entre las innumerables andanzas del caballero andante. • Al final, Cervantes está condenado a estar en los colegios, donde no se lee, y en las universidades, donde simplemente lo estudian, no es nada más que una sombra andante. Y sin embargo su fama sigue indeleble en los siglos y en todo el planeta.

El vasto material y las contradicciones Por otra parte: • El lector, cuando inicie la lectura de la novela, enseguida se dará cuenta de que necesitará volver muchas veces a Don Quijote y de que, al final, no conseguirá entenderlo del todo. • El libro contiene interminables páginas, que no tienen el objetivo de hacer un libro, sino de hacerlo desaparecer. No quieren ser libro, intentan desbaratar la literatura, superarla definitivamente. Porque, naturalmente, Don Quijote no fue escrito para arremeter contra las novelas de caballería, sino contra todos los libros. • El más ilustre caballero andante y su escudero, crearon con el paso del tiempo, un arquetipo que se complementa entre sí. Un arquetipo-calidoscopio, que según cómo lo estudias, ves otra imagen. Pero principalmente conocemos a Don Quijote sólo por breves adaptaciones, regidas por orientaciones míticas. Esto es natural. Las personas siempre simplifican los pensamientos complejos. • La obra está llena de contradicciones. Si contamos los dientes que los dos escupen por la boca o las costillas que les rompen a patadas, ahora deberían estar inválidos.

Una revolución literaria Si pasamos página se nos llama la atención sobre el hecho de que: • Lo que hace Cervantes en el segundo tomo es una revolución en la literatura. ¡Don Quijote se entera de la existencia de alguien que anda fuera y se apropia de su nombre! El tema va todavía más allá. Don Quijote encuentra a Álvaro Tarfe (personaje del apócrifo Quijote) y con magnanimidad y educación se lo quita de encima. Finalmente el Quijote apócrifo resultó beneficioso para la trama del auténtico.

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• En la segunda parte se mezcla más la mitificación con la realidad. Además creó al mismo tiempo literatura y crítica literaria. • No hay estilo en la novela, de ahí que nadie pueda imitarla. ¿Cómo imitar lo que no existe? Por eso El Quijote no pertenece a categorías. Es una novela única sui generis en la historia de la literatura. Si alguien sabe sentir, sabe también contarlo. El estilo tiene atañe a las personas cultas.

Fragmento del prólogo del escritor en la primera parte El lector encontrará en este programa dos fragmentos de los prólogos de la primera y la segunda parte del Quijote, y dos acotaciones: «El escritor, en su prólogo, abre el diálogo con un amigo hipotético, sobre si debe editar las andanzas de su caballero andante. Primero despliega sus dificultades y a continuación su amigo le anima acerca del valor de su historia. Cervantes se convence y contesta...» En el segundo caso: «Aquí el escritor se ocupa especialmente al Quijote apócrifo de Avellaneda, el cual en su prólogo aborda a Cervantes con desprecio. Pero su comentario es sobrio y con el humor que emana de su propia novela. A modo de cierre se dirige al lector con estas palabras...»

La imaginación y la lógica No faltan unas palabras dedicadas a la imaginación y la lógica: «El camino hacia la verdad y a continuación el camino hacia el autorreconocimiento pasan por senderos que no son fáciles de recorrer. La contraposición entre lo que creemos que somos y lo que realmente somos. Entre lo que somos y lo que otros admiten que somos. Entre aquel que se cree que es Don Quijote y la consideración de los demás, que lo abordan como un loco». Al final ¿quién puede decir qué es locura y qué cordura? Carrasco: Si tú estás loco, yo te dejaré que nos vuelvas locos a nosotros. La vida debemos verla como es en realidad. Cervantes: Como es en realidad... ¿Sabes cuántos años ando deambulando en vuestra realidad? ¿Sabes cuántas veces he visto la vida como es en realidad? Cuántas veces, no puedes ni imaginártelo. Dolor, pobreza, hambre y una increíble dureza. He visto a hombres que se humillan tanto que se preguntan por qué nacieron. He visto amigos míos que han muerto en la desesperación. ¿Sabes qué veía en su mirada, en su último momento? Confusión. Una inmensa duda vagaba en sus ojos. ¿Por qué? No creo que se preguntaban por qué morían, sino por qué habían vivido... Cuando la vida en sí es tan absurda, ¿quién puede decir qué es locura y qué cordura? Quizás puede que sea locura abandonar nuestros sueños. Volvernos prácticos, creyendo que podemos ver la «realidad». Tal vez eso es locura. Buscar tesoros allí donde se acumula basura. Quizás la mucha cordura sea locura. Y la mayor locura de todas, ver la vida como es y no como debería ser. (fragmento de la adaptación de la representación)

Lo más memorable en Don Quijote no es que deambula, imaginando un mundo mejor. Esta es una conclusión fácil, acorde con el idealismo de nuestra época.

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Con el deseo general y vago —que es tan frecuente en nuestros días— de hacer un mundo mejor, más justo y más humano. Lo más memorable en Don Quijote es que deambula afrontando el mundo como debería ser y no como es en realidad. Este es el verdadero logro. Esta es su desmesura. Y por eso, en su inocencia, todos le concedieron la condecoración de la locura.

La imaginación produce inocencia Don Quijote es inocente, no es sospechoso. Siendo un extranjero, estando fuera de las maquinaciones y las intrigas de los hombres, los afronta como se afrontaría a sí mismo. Con sinceridad y sin segundos pensamientos. «Cada persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario». Esta norma del derecho, se impone con gran dificultad —aunque oficialmente admitido— en las sociedades contemporáneas. Don Quijote, alineado de las sospechas que definen nuestro día a día, cabalgando en su imaginación, ve el Mundo de otra manera, como quisiéramos que fuese...

La caballería Don Quijote se topa con el mundo a lomos de su leyenda, como un héroe de tragedia antigua o como caballero del Santo Grial. Y es humano incluso a expensas de su leyenda. • Inicialmente el Quijote ha sido elegido sencillamente sólo como un libro cómico, escrito para provocar la risa. Este punto de vista se mantuvo durante cien años. • A continuación, para muchos, las palabras «Don Quijote» son sinónimas de una manera idealista de concebir la vida. Este nombre, en nuestros días, se refiere a aquel que persigue objetivos inalcanzables, a aquel que no tiene relación con la realidad. • Finalmente, para entender hacia dónde camina el Quijote, deberemos volver a tiempos pasados, allí donde nació el código de la caballería. A lo que con tanto esmero estudió Alonso Quijana, hasta que perdió el juicio y se convirtió en «Don Quijote, el caballero andante de La Mancha».

¿Cuál es el código, cuál es el camino de la caballería? • Es el camino de la virtud. El verdadero caballero protege a los desprotegidos y a los menospreciados. Como dice también Cervantes en boca de su héroe: Un caballero ayuda a los débiles y a los indefensos, tengan razón o no. • Es el camino del honor. El verdadero caballero andante no dudará en encararse con cualquier enemigo, aunque sea invencible. No dudará de ir allí donde los valientes no se atreven. • Es el camino del intento. El verdadero caballero andante no abandona jamás. Nunca se desiste. Sigue en el intento incluso cuando todo parece vano o inviable. Incluso cuando sus brazos son débiles y su cuerpo está agotado, él sigue intentándolo. • Es el camino de la caballería. El verdadero caballero andante consigue agudizar el sentimiento de la caballería en medio de sus andanzas. Y está en situación de enmendar incluso el error que no se enmienda.

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• Es el camino de la soledad. El verdadero caballero andante se disculpa sólo ante sí mismo. Sus acciones son su espejo. Su única preocupación es mejorarse a sí mismo y solamente a través de su mejora personal, el mundo se hace mejor. • Es el camino del sueño. El verdadero caballero andante sueña con lo trascendental. El sueño para él no contiene una ambición o un escalón más en la pirámide social. Por eso el sueño encierra un objetivo que queda definido más allá de las medidas humanas. Que corresponde a lo imposible. Cervantes sin sospecharlo, en su epopeya, describe la inminente decadencia de su vida. No la decadencia de la caballería, sino la otra, la grande, la real: la decadencia que registra de siglo en siglo la Historia. Así don Quijote no da el tiro de gracia a la novela de caballerías, como se acostumbra a decir. Ocurre lo contrario. Prolongó su vida.

La perpetua andanza del caballero andante y el silencio El único paisaje real del Quijote es el silencio, el milagroso silencio que tan frecuentemente se oye en la obra de Cervantes. Podemos denominarla la novela del silencio. Podemos escuchar a hurtadillas susurros prolongados, entre dispersos episodios ensordecedores. Las andanzas en los tres viajes de don Quijote para los profanos parece que no tiene rumbo. Las hazañas se esperan, no se provocan y el silencio «reverbera» siguiendo la trayectoria del caballero andante. La característica principal de la novela del silencio no es sino la lucha continua, la perpetua andanza. Goethe dijo que Cervantes nos da la impresión de que no tiene prisa. Observamos en él una altanería y al mismo tiempo una lentitud en su narración que provoca confusión al lector contemporáneo y una secreta impaciencia. Y así ocurre en realidad, ya que no hay nada que tenga menos prisa que el silencio.

El fracaso como medida de resistencia y como juego Don Quijote expresa un mundo que sin fracaso no tiene futuro «Paciencia y volvamos a barajar las cartas»

Uno aprende esto de Cervantes a diario, con las dificultades y obstáculos. Podría ser su escudo de armas. La vida es como un juego. La manera más tranquila, consecuente y desinteresada de concebir la vida.

La verdadera biografía de Cervantes • Cervantes (y por medio de El Quijote) nos enseñó que: La vida debe ir acompañada del deseo de vivirla, ¡venga lo que venga! Veamos ahora con la descripción de Azorín en qué medida Cervantes era un perdedor, hecho que en la moraleja anterior da un valor de diamante. • Cervantes sufrió indecibles sufrimientos, pero nos legó héroes, cuyo mayor don humano era que buscaron y encontraron satisfacción en las adversidades y en las dificultades y esperanza en las fuerzas invisibles que movían los hilos de la sombría existencia.

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• El valor de Cervantes yace en el hecho de que consiguió superar sus decepciones y fracasos personales para darnos héroes que jamás decepcionan, que no esperan nada y que no conocen otra gloria que la locura. Don Quijote está triste, pero al mismo tiempo contento con su tristeza, la cual afronta con valentía. • Cervantes era ya viejo cuando editó el Quijote. Hasta entonces todo el mundo lo había clasificado entre los poetas de segunda clase. Ya nadie esperaba algo importante de él. El aspecto de un libro tan importante, para empezar, alteró a todos los líderes intelectuales de la España de entonces. Después los desanimó y los dejó sin palabras durante un tiempo, luego los encolerizó y finalmente les hizo que se rebelaran dado que ya se habían percatado de que esa importante novela no era producto de su imaginación. Avellaneda –que escribió en 1614 el Quijote apócrifo —dirigiéndose a Cervantes dijo: «Limítese a lo que ha hecho ya y no nos dé más la paliza». Lope de Vega, en sus mejores momentos, escribió de Cervantes: «No es nadie tan imbécil como para cantar a don Quijote». • Aparte de que a Cervantes lo consideraban un literato mediocre en su época y la novela era todavía un género virgen (por las clasificaciones aristotélicas). Así nadie pensaba que estaba ante la representación más compleja del mundo contemporáneo. • Cervantes no tenía plena conciencia de su éxito. Sus compatriotas jamás aceptaron poner en escena aunque fuera una de sus obras. El rechazo era total. • Si bien existían algunos que consideraban a Cervantes como una persona inteligente, había otros que lo contemplaban como el escritor más tortuoso y amargado, el fruto más completo de un fracaso.

El milagro Lo increíble de los milagros no es que son inexplicables, sino simplemente el hecho de que ocurren. Es un milagro que El Quijote lo escribiera un hombre que todo le salió mal en la vida. Y además lo escribió al final, antes de morir...

Sobre el amor, el afecto & Dulcinea Para entender el amor de Don Quijote a Dulcinea, debemos entender primero el código de la caballería. Un caballero andante, sin una amada a quien dedicarle sus hazañas, no es caballero andante. Desde el momento en el que es investido caballero, Don Quijote no podría existir sin su Dulcinea... • Dulcinea para Don Quijote está más allá de cualquier juicio. Lo ideal no se juzga, la perfección no se duda. Dulcinea es el símbolo invencible de la mujer. Y es que, si no tiene ni un defecto ¿cómo se le va a juzgar? • Dulcinea no representa el deseo para don Quijote. No reina el deseo carnal. Vive para ella, actúa para ella, respira para ella, cualquier cosa importante que haga se la dedica a ella. • Dulcinea para don Quijote no es objeto de posesión. El sentido de posesión falta. Su existencia y solo esta no es suficiente. No sueña un hogar con ella. Su cariño hacia ella es fuente de inspiración. Su sentimiento mejora su vida. No espera nada y está dispuesto a darlo todo.

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• Dulcinea para don Quijote es una elección. Y como dice Sancho: «su amo está enamorado sin motivo». Sin motivo y sin condición alguna. A Dulcinea no se le preguntó. Del consentimiento no se habló, sencillamente porque no se le ha pedido nada más que existir. Para muchos de ellos las normas del cariño pertenecen a la esfera de la obsesión. No tienen ninguna relación con la realidad. Es fruto de la imaginación sin límites de don Quijote. Quien toca la bruma de esta imaginación tal vez pueda —como él— ver el rostro de una campesina o de una humilde sirviente de una posada o de una prostituta, con la que la vida no ha sido generosa...

Cervantes-Shakespeare Conforme avanza el programa se habla del paralelismo cronológico entre Cervantes y Shakespeare. Y es que: «Vivieron en la misma época. Cervantes falleció el 23 de abril de 1616 y Shakespeare le «siguió» poco después, pero mucho más joven, a la edad de 52 años. Otras fuentes datan la muerte de Shakespeare unos días antes. Pero hay una versión de que los dos murieron el mismo día». La difusión y la fama de la novela de Cervantes fueron vertiginosas. Se tradujo inmediatamente a casi todas las lenguas europeas. Su fama, como es natural, se extendió también en Inglaterra. Se da por cierto que Shakespeare, poco antes de fallecer, puso en escena uno de los episodios de don Quijote, el de Cardenio. A los que vinieron después les surgió un profundo deseo de que los dos grandes del intelecto europeo se hubieran visto... Que hubieran hablado... Pero eso no ocurrió nunca. La mitología se basa en el siguiente suceso: En aquella época Inglaterra y España estaban preparando un acuerdo de paz con contactos de alto nivel. Consta que, en el primer encuentro que tuvo lugar en Londres, participó Shakespeare. El mito surgió cuando la representación británica visitó Valladolid, ciudad en la que vivía Cervantes.

Lepanto No podía faltar la referencia a la batalla de Lepanto, el 7 de octubre 1971, en la que Cervantes luchó valerosamente y quedó herido. Así que por casualidades de la vida: «Por un duelo se interrumpió una trayectoria literaria. Se dice que fue condenado a perder su brazo derecho. Así marchó apresuradamente a Italia y su vida cambió de rumbo. ¡Fue alistado y en Lepanto perdió su brazo izquierdo!»

Argel Tras los datos históricos del cautiverio de Cervantes en Argel se especifica que este episodio fue el pretexto para la adaptación.

El final • Cuando el caballero andante de la Blanca Luna lo inmoviliza en la playa y le obliga a prometer que no utilizará sus armas durante un año, emprende el camino hacia casa —y sin saberlo— el camino hacia el sano juicio, esto es, el camino de la muerte. Don Quijote no regresaba despreciando a sus vencedores, simplemente

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los dejaba de lado, perdiendo su interés por el mundo y las personas, interés que hasta entonces lo mantenía en vida. • Cervantes sabe que se acerca su fin, pero eso no le molesta cuando nos lo narra: tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan, y con totdo esto llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir. • La familia y el nombre de Cervantes se apagó, su testamento se perdió y sus restos, a finales del siglo XVII se tiraron junto con los escombros del monasterio en el que descansaban. «Adiós y buen corazón». Una inscripción recordaba en aquel lugar la crudeza del olvido.

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