Corea del Norte tiene derecho a existir bajo el Cielo

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Corea del Norte tiene derecho a existir bajo el Cielo Por Carlos García Tobón

Sobre el autor Carlos García Tobón, arquitecto y urbanista de la Universidad Nacional de Colombia. Especialista en temas internacionales asiáticos con un Magíster en Análisis de Problemas Políticos, Económicos e Internacionales Contemporáneos en el Instituto de Altos Estudios para el Desarrollo. También es fotógrafo. Ha sido profesor de las principales universidades colombianas. Actualmente su cátedra en la Universidad Javeriana está dedicada a “China en el escenario global”, “La civilización china”, “El mundo islámico” y “Historia de Asia”.

Resumen Corea del Norte fue el primer escenario de la guerra fría, hoy es un país paria y su último reducto. En el siglo XX hubo cuatro naciones divididas por la guerra: Corea, Alemania, Vietnam y Yemen. Sólo en la primera nación persisten dos estados. Los analistas políticos occidentales, los historiadores y los medios de comunicación siguen respondiendo a la lógica perversa de la guerra fría más que a un análisis geopolítico que de respuesta a las causas reales de su accionar y a la única posibilidad de que sobreviva como nación. La guerra de 1953 no concluyó con un tratado de paz sino un armisticio, que permite a EEUU la ventaja de mantener bases militares, armamento nuclear y marines en Corea del Sur. Ese pulso ciego entre David y Goliath ha llevado a Corea del Norte a desarrollar armas nucleares, que son la consecuencia y no la causa de la crisis actual. Tampoco las oculta ante el mundo y el régimen está seguro que su futuro se define frente a EEUU y no ante sus súbditos asiáticos: Japón y Corea del Sur. El futuro del régimen dinástico juche es responsabilidad exclusiva de los norcoreanos. En este mundo de los monopolios de la destrucción masiva, Corea del Norte e Irán no pueden tener lo que Israel sí posee. Hay que desideologizar el problema y admitir con serenidad que Corea del Norte tiene derecho a existir. Firmar una paz definitiva es condición básica para acabar con las armas nucleares en la península, y la tan ajena unificación será una meta accesible.

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Corea del Norte tiene derecho a existir bajo el Cielo Por Carlos García Tobón

Bruce Cumings es uno de los grandes expertos norteamericanos en Oriente y escribió un libro llamado “El lugar de Corea en el Sol: una historia moderna”, que se ha convertido en texto de lectura obligatoria para entender este conflicto. El título de mi ponencia toma prestada la referencia al Sol para sostener el derecho a la existencia de esta nación y el fin de la guerra fría para poder hacerlo.

1. Un ayer olvidado y una visión maniquea Un lector occidental interesado en el curso del mundo encontrará enormes dificultades para entender lo que está pasando en el Extremo Oriente, y de manera especial con Corea del Norte. En el mejor de los casos los especialistas internacionales y los medios de comunicación masiva lo explicarán como un país que se quedó retrasado del reloj de la historia, que tiene a un “autócrata demente y senil” y es una amenaza para la “humanidad”. Occidente siempre se abroga el derecho inmanente a ser el representante único de lo humano, los derechos del hombre y la democracia. Analizaré los precedentes históricos para entender cómo, en los últimos dos años las fuertes tensiones vividas con las pruebas nucleares norcoreanas, el naufragio de la corbeta Cheonan, y los bombazos sobre la isla surcoreana de Yeonpyeong han sido conducidas para producir un repudio unánime a Corea del Norte por parte de Occidente y una cortina de humo sobre las explicaciones reales de los sucesos en conflicto. Las conclusiones de este lector “en formación” serán que Corea del Norte es un “Estado fallido” o paria, categoría que suelen utilizar los especialistas avezados para denominar lo que no entra en el paradigma realista occidental.

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Como no es posible confiar en un megalómano como Kim Jong Il, no son viables las negociaciones y solo las amenazas, el aislamiento y las sanciones serán la propuesta del bloque Occidental liderado por Estados Unidos y de sus instituciones como la ONU. Es además una amenaza porque invierte la mayor parte de su presupuesto en lo militar, cuando su pueblo se muere de hambre. Y el desarrollo y manipulación de armas nucleares tienen en jaque el equilibrio geopolítico de la región y lo convierte en una amenaza para la humanidad. Este conflicto actualmente vigente en las páginas de los medios occidentales tiene una cola un poco más larga que la guerra fría y unos responsables un tanto más culpables y violentos que el régimen de Pyongyang. Este análisis pretende desarrollar esos elementos, aunque dando saltos históricos y ubicando los hechos estructurantes que definen realmente el conflicto, por fuera de las bengalas que los especialistas internacionales disparan, e intentar descifrar las distorsionadas percepciones de los medios sobre la realidad de las Coreas. Corea del Norte es un país con una posición geopolítica excepcional: limita con los dos países más grandes y fuertes de Asia y en el otro lado tiene a su consanguíneo Sur, que le fue escindido. Étnicamente homogéneo después de 1400 años de cruces y con una lengua común, este territorio ha sido corredor de tránsito y estancia entre los isleños japoneses y la histórica China. Pero el siglo XX no le deparó el tránsito a la modernidad y el progreso como reza la receta dominante, sino la invasión, el colonialismo y el fraccionamiento por agentes extranjeros, vinculados a su destino.

2. El presente de un ayer ya centenario. Los antecedentes históricos de este conflicto no se remontan a la Guerra de Corea de 1950-53, si no que se hunden en la invasión de Japón a Manchuria (China) en 1931. Aunque parezca extraño y hasta lejano, la resistencia a la ocupación japonesa la desarrollaron militantes coreanos en el territorio señalado, bajo la estructura del Partido Comunista Chino (PCCh) y la dirección de Kim Il Sung. Estos guerrilleros enfrentaron a

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los japoneses y su apéndice de coreanos tránsfugas que servían obsecuentemente a la invasión japonesa. La resistencia entonces estaba apalancada en los coreanos que eran mayoritarios en el PCCh y eso explica que el conflicto actual refleje una primera característica de este problema que supervive: el enfrentamiento entre coreanos agenciado por una causa externa. Kim Il Sung sería el héroe de la resistencia coreana, mientras los dirigentes que estarían en el gobierno de Corea del Sur al momento de la partición imperialista, tenían un pasado que no rimaba con la defensa de la patria, sino que estaban signados por el colaboracionismo con el enemigo japonés. Y los pueblos retienen en sus imaginarios estos hechos que les nutre la nacionalidad. Esta raíz lejana del enfrentamiento entre los coreanos es una narrativa que sobrevive aún hoy, en los pueblos enfrentados. Pero menos difícil y elocuente será explicar la segunda raíz estructural de este conflicto, aunque nos remonte más atrás del siglo XX y nos aleje hacia el siglo XIX. El telón de fondo y causa primera y última de la crisis actual es la irrupción de Estados Unidos en la península. El “reino ermitaño” es la denominación con la que muchos historiadores señalan a Corea atrapada en una bisagra, en medio de dos significativas respuestas a la irrupción extranjera en su vecindario asiático. China soportando la guerra del Opio que se inició en 1839 y tras la cual Gran Bretaña logró romper el encerramiento del Reino del Centro a cañonazos. La humillación a China constituyó una lección para el reino ermitaño que durante siglos resistió las invasiones japoneses pero aceptaba recostarse por el oeste en el ambiguo estatuto de territorio tributario de China, con una laxa pero ilusoria independencia. Japón resolvió de distinta manera la lección histórica, después de los cañonazos del estadounidense comodoro Perry decidieron obrar de acuerdo al fukoku Kyohei ("enriqueced el país, fortaleced el ejército"), creando un poderoso ejército con una también poderosa economía y la introducción de las máquinas y armamentos occidentales, con la ilusión de mantener intacto el pensamiento oriental.

3. ¿Y al “reino ermitaño” que le sucedió?

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Los primeros que asomaron su apetito imperialista fueron los franceses enviando misioneros cristianos y posteriormente una fuerza militar. Rechazados los galos por el espíritu nacionalista y la rectitud confuciana que les permitía a los coreanos compensar la ausencia de un fuerte ejército, se replegaron a Indochina. Pero en 1866 los norteamericanos desplegaron sobre Corea su elocuente diplomacia representada en el buque de guerra General Sherman, que incursionó hacia Pyongyang por el río Taedong. Las protestas coreanas fueron desatendidas y el “General Sherman” disparaba contra las multitudes a lo largo del río. El barco, por una equivocación de la providencia encalló, y los coreanos le prendieron fuego y mataron a toda la tripulación 1. Así fue el bautizo de esa larga y tormentosa relación entre Estados Unidos y Corea, que 145 años después apenas se recuerda en la historiografía estadounidense, pero que ocupa un lugar privilegiado en la cultura popular norcoreana de rechazo triunfante a la agresión extranjera. Orgullo que iba a ser castigado cinco años más tarde con la derrota de la resistencia coreana por parte de renovados marines, e inauguraría un imborrable precedente imperial en las relaciones Corea y Estados Unidos.

4. 1950: la nueva guerra en un viejo conflicto Tras la derrota japonesa en 1945, la península de Corea fue ocupada por la URSS y EE.UU. tomando como línea divisoria el paralelo 38º. El estallido de la guerra fría por el enfrentamiento posterior entre los dos antiguos aliados en la II Guerra Mundial tuvo como resultado la partición de este país en dos estados: Corea del Norte, donde en 1948 se estableció una "república popular", aliada de la Unión Soviética y dirigida por Kim Il Sung; y Corea del Sur, donde se conformó un gobierno dirigido por Syngman Rhee, quien estableció una férrea dictadura bajo el paraguas norteamericano.

1

Ver http://spanish.yonhapnews.co.kr/news/2010/06/16/0200000000ASP20100616002700883.HTML. (Consulta: 2010-11-12).

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El triunfo de Mao y los comunistas en China el 1 de octubre de 1949 había modificado el estatus geoestratégico de Asia. Stalin, que aún manifestaba el agotamiento por el enorme tributo que había pagado por la derrota nazi en su territorio, venía de sufrir reveses en Europa como el cisma yugoslavo de Tito, y se sentía advertida del uso de la bomba atómica por parte de EE.UU. en Japón. Manifiestamente no estaba en las mejores condiciones para embarcarse en otro conflicto en Asia, pero tampoco se opuso al cálculo optimista de Kim Il Sung, de que si enfrentaba al Sur, lo barrería y tomaría su control. Pero ambos bandos estaban suficientemente engarzados en su disputa y empezaron la guerra en junio de 1950. Así, el 25 de junio las tropas de Kim Il Sung atravesaron el paralelo 38º y avanzaron arrolladoramente hacia el sur. El régimen surcoreano apenas pudo mantener un pequeño territorio en torno a Pusan. Para sorpresa de Stalin la reacción norteamericana no se hizo esperar, fue inmediata. Washington pidió la convocatoria del Consejo de Seguridad de la ONU y consiguió un mandato para ponerse al frente de un ejército que hiciera frente a la agresión norcoreana. La negativa del delegado soviético a asistir a las reuniones del Consejo de Seguridad de la ONU como protesta por la negativa norteamericana de aceptar a la República Popular China en él, propició el aval a esa resolución. Las llamativas tropas multinacionales de la ONU, que a pesar de contar con soldados de 16 países en la práctica era el ejército norteamericano al mando del general Douglas MacArthur y unos cuantos batallones de algunos países aliados, entre ellos los europeos más otros periféricos como los de Turquía, Filipinas, Australia, Nueva Zelanda, Tailandia, Etiopía, Sudáfrica y Colombia; lograron recuperar el terreno perdido y en octubre tomaron Pyongyang, la capital de Corea del Norte y avanzaron hasta cruzar el río Yalu en la frontera con China. La República Popular China se sintió amenazada, y además tenía una deuda moral con Kim Il Sung quien había comandado la resistencia a la invasión japonesa en Manchuria. Las tropas chinas penetraron en Corea haciendo retroceder al ejército norteamericano y en pocos meses, como en una secuencia fatal todos estaban más o menos en las mismas posiciones del inicio de la guerra, pero con un saldo en muertos, aterrador.

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Ante la imposibilidad de una victoria, MacArthur propuso el bombardeo atómico del norte de China. Tanto el presidente Truman como la mayoría del Congreso reaccionaron inicialmente con prudencia frente a una reacción que podía llevar al enfrentamiento nuclear con la URSS. Ante un desafío cada vez más abierto, Truman destituyó a MacArthur entre las protestas del partido Republicano y lo sustituyó por el general Ridgway, pero a renglón seguido continuó las amenazas del uso de las bombas nucleares. La URSS por su parte manifestó su intención de no intervenir en el conflicto y su deseo de que coexistieran dos sistemas diferentes en la península. El "empate militar" o la imposibilidad de ninguno de los bandos de lograr una victoria definitiva, llevó a la apertura de negociaciones que concluirán en julio de 1953, poco después de la muerte de Stalin, con la firma de un Armisticio en Panmunjong. En él se pactó la nueva línea de demarcación que serpentea alrededor del célebre paralelo 38°. Este armisticio cesó el fuego pero no terminó la guerra ni propició la paz. Corea del Norte no podía firmar un acuerdo de paz admitiendo la presencia de bases militares y 48.000 soldados norteamericanos en Corea del Sur, pues consideraba ese peligro como una anexión de Estados Unidos y una prolongación de la ocupación en Japón. El armisticio fue firmado por El Comando de las Naciones Unidas, el Ejército Popular de Liberación chino y el Ejército Popular de Corea (Corea del Norte). Mas Corea del Sur nunca firmó el armisticio, ni Estados Unidos como tal. Después de casi 60 años ambos estados técnicamente continúan en guerra.

5. Un balance demoledor Respecto de esta guerra habría que destacar que hoy, bajo el umbral de otro siglo, es casi desconocida para Occidente. Sin pretender ampliar su conocimiento, resulta imperioso recuperar las principales características de esa confrontación para entender el significado actual del conflicto: -La destructividad de las campañas aéreas estadounidenses contra Corea del Norte, que incluyeron ataques arrasadores y masivos con armas biológicas, donde se inauguró el uso masivo de las bombas incendiarias de napalm, material letal inventado solo cuatro años

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antes. En sólo 37 meses destruyeron íntegramente el país, medios de comunicación y de subsistencia, fábricas, ciudades y pueblos y acabó con un tercio de la población norcoreana. De junio hasta fines de octubre de 1950, los B-29 descargaron sobre Corea 3’200.000 litros de napalm2. -Las amenaza constante de emplear armas nucleares. La posibilidad de arrojar la bomba atómica siempre estuvo presente. En noviembre de 1950 Truman amenazó públicamente con ella para contener a los chinos. En mayo de 1953, en vísperas del armisticio, Eisenhower y el Estado Mayor estadounidense seguían barajando esa posibilidad. -La destrucción de gigantescos diques norcoreanos y la casi totalidad de las ciudades en la última etapa de la guerra. Pyongyang quedó destruida en un 75%, Hamhung y Wonsan en un 80%, Chingjin un 65%, Sinanju totalmente, Sariwon en un 95%, Hungnam en un 85%! La guerra de Corea fue considerada una guerra limitada, casi que de enfrentamiento entre grandes ejércitos terrestres, pero fue una guerra aérea total, más parecida a la que se libró contra el Japón durante la Segunda Guerra Mundial y fue llevada a cabo por los mismos militares estadounidenses, como el tristemente célebre General MacArthur. Bruce Cumings, un especialista estadounidenses muy versado en asuntos coreanos nos expone con una rigurosidad que nos deja atónitos las presiones ejercidas por el General McArthur y las respuestas más atrevidas del presidente Truman, sobre cómo destruir nuclearmente a Corea del Norte; un verdadero duelo de asesinos. Para la muestra este botón: En una entrevista publicada luego de su muerte, MacArthur afirmaba tener un plan para ganar la guerra en diez días: "Yo hubiera lanzado unas treinta bombas atómicas (...) concentrando el ataque a lo largo de la frontera con Manchuria". Luego habría llevado 500.000 soldados de China Nacionalista al río Yalu, y "desparramado detrás de nosotros, desde el Mar de Japón hasta el Mar Amarillo, una línea de cobalto 2

Bruce Cumings. El delirio atómico de MacArthur y LeMay. Le Monde Diplomatique, edición Cono Sur, Nro. 66, Dic de 2004. Versión digital: http://www.insumisos.com/diplo/NODE/1707.HTM (Consulta: 201011-17).

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radioactivo (...) cuya duración de vida activa es de entre 60 y 120 años. Durante al menos 60 años no hubiera podido haber ninguna invasión terrestre de Corea del Norte". MacArthur estaba seguro que los rusos no hubieran reaccionado ante esa estrategia extrema: "Mi plan era seguro"3. En víctimas el balance final de la contienda fue enorme: más de 4 millones de muertos, de los que la mitad eran civiles. Casi 40.000 soldados americanos muertos, 400.000 surcoreanos y 2 millones de norcoreanos, la mitad civiles. Cifras aterradoramente elocuentes de que se trató de una guerra total, de arrasamiento, pero ante la cual Corea del Norte con el apoyo chino fue capaz de resistir. Los bombardeos incendiarios contra las ciudades norcoreanas no merecieron el interés que ocasionaron los ataques contra Nagasaki e Hiroshima. El uso perverso del napalm en Norcorea no tuvo la difusión que tuvieron las fotos de los niños vietnamitas desnudos corriendo y ardiendo en llamas que produjeron escalofrío mundial; pero tuvo un mayor y devastador impacto en Norcorea porque tenía más núcleos urbanos e industriales que Vietnam. Los norcoreanos siguen reivindicando patrióticamente el hecho que fueron ellos quienes primero infringieron a los americanos una debacle militar en su historia. Orgullosamente alardean con la declaración del Comandante de las tropas americanas, General William Clark al término de la guerra; "tuve la poco envidiable distinción de ser el primer jefe militar de la historia de Estados Unidos que firmó un armisticio sin victoria4”. Motivo de orgullo para ellos y de enojo para los segundos, que seguirá recorriendo invisiblemente el

3

Bruce Cumings. El delirio atómico de MacArthur y LeMay. Le Monde Diplomatique, edición Cono Sur, Nro. 66, Dic. de 2004. Versión digital: http://www.insumisos.com/diplo/NODE/1707.HTM (Consulta: 201011-17).

4

POCH, Rafael. Crisis coreana: secretos, mentiras, omisiones. La Insignia, versión digital. (Consulta: 13-032011). http://guoji-guanxi.lacoctelera.net/categoria/articulos-rafael-poch

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curso del conflicto. Para los halcones norteamericanos, Corea siempre ha sido un asunto inconcluso, como Cuba; y tras el fin de la guerra fría, una incómoda herida sin cicatrizar. Tampoco se ha esclarecido suficientemente en Occidente que esta estrategia aérea y la amenaza nuclear constante de Washington contra Corea del Norte quedaron grabadas con tanta intensidad en ese pueblo, que en buena parte definieron las opciones políticas y militares de los dirigentes norcoreanos y aún hoy son un factor clave en la elaboración de su actual estrategia en materia de seguridad nacional. En esa guerra de Corea es el norte el que se lleva el mayor mérito nacional: luchó, aguantó y no perdió ante la primera potencia militar del mundo. Los gobernantes surcoreanos no eran más que los "colaboradores" de aquellos extranjeros invasores, que pretendían evitar la unificación de la nación. Los chinos y soviéticos que ayudaron a los del norte apoyaban la reunificación, los estadounidenses la impidieron. Esa es la visión norcoreana.

6. ¿Es comunista el régimen de Corea del Norte? La postura Juche. Mi doctrina, mi credo fue "iminwichon", que significa considerar al pueblo como el cielo. Precisamente el principio del Juche que exige tener por dueñas de la revolución y de su construcción a las masas populares y atenerse a sus fuerzas, es mi mas adorado culto político, y la orden principal de la existencia, que me obliga a vivir en bien del pueblo.

7. Kim Il Sung5

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SUNG, Kim Il. MEMORIAS, en el transcurso del siglo. Prólogo. 1ª Edición. Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pyongyang, Corea, 1992.

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¿Quién es Kim Il Sung, "el padre" de Corea del Norte? En realidad es lo más parecido a un emperador tradicional asiático, pues utilizó hasta atributos dinásticos, ya que su hijo le sucedió como “guía” del país, y a éste le va a suceder su nieto. Guerrillero comunista antijaponés que dirigió la resistencia en Manchuria en la década del 30. Y a pesar de ser Corea un conflicto derivado de la guerra fría, nunca fue un títere de los chinos o los rusos. Parece ser que usó inteligentemente a los unos contra los otros para obtener favores. La URSS jugaba el papel contendor de Estados Unidos en el enfrentamiento y se afirmaba que la guerra de Corea fue una imposición de Stalin, pero existen documentos soviéticos desclasificados en los 90 que demuestran lo contrario. Que Kim enredó a Stalin quien era muy reticente a desencadenar la guerra, y que sobrevaloró las expectativas para poder hacerla. Corea del Norte tenía 19 kilómetros de frontera con la URSS y 1416 km con China, vecindad que utilizó en las relaciones entre Moscú y Beijing que atravesaron periodos de cordialidad y de tensión militar, ya que nunca hubo estabilidad entre los dos colosos comunistas lo que les confería un estatus frágil, el cual siempre aprovechó Kim. Moscú tenía una estructura para el movimiento comunista internacional, la Kominterm o Tercera Internacional, y fue Kim el primer líder de un partido comunista en decir, en un manifiesto de 1966 llamado "Declaremos nuestra independencia", que "todos los partidos hermanos son iguales e independientes. Puede haber partidos más grandes y más pequeños, pero no partidos más altos y más bajos (...) No se puede aplicar ninguna disciplina centralizada a las relaciones entre partidos hermanos". Esa blasfemia en una internacional de partidos stalinistas tendría consecuencias. Como Mao en la Revolución Cultural, el estatus de Kim Il Sung era algo cercano al de un Dios. El prefacio de la Constitución norcoreana lo define como, "el sol de la nación y la estrella polar de la reunificación de la patria". Desde esa galaxia, el líder supremo marca una nueva era. El "calendario juche" fue establecido en 1997 con motivo del tercer

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aniversario de su muerte y tiene como punto de inicio el 15 de abril de 1912, fecha del nacimiento de Kim Il Sung, el "Día del Sol"6. Stalin y el "Libro rojo" de Mao convirtieron el marxismo en una especie de Biblia. El fundador de Corea del Norte, Kim il Sung, fue mucho más lejos: no creó una alternativa al marxismo, sino una ideología nacional, el "juche", que pretendía ser superior y diferente del marxismo. A grandes rasgos, Juche significa que el hombre es el dueño de su propio destino y puede transformar la naturaleza que le rodea. Es el socialismo al estilo coreano y tiene bastantes diferencias con el marxismo-leninismo. No se trata de una variante, sino de una idea nueva creada por el Gran Líder Kim Il Sung, anota la versión oficial. Dos ejemplos claros son: la inclusión de elementos tradicionales budistas y espirituales dentro del ideal socialista y el reconocimiento a los intelectuales como parte protagonista de la revolución junto a obreros y campesinos. El símbolo del Partido de los Trabajadores Coreanos (PTC) no es sólo la hoz y el martillo, sino que también incluye el pincel, representando a los intelectuales. En cada país comunista, los retratos de Stalin y Mao, Dimitrov y el Mariscal Tito, Ceaucescu, etc., se colocaban junto a una saga iniciada por Marx, Engels y Lenin. Las fotos o retratos de Kim inundaban las avenidas, colegios, universidades y sitios públicos de Corea del Norte siempre en referencia al "gran líder". "La filosofía de Marx y Engels no se puede comparar con el juche", ni Kim Il Sung puede compararse en lo ideológico con Mao, explica el director del Departamento de filosofía "Juche" de la Universidad Kim Il Sung, Ju Chang Il. "Mao pudo haber creado el "pensamiento Mao Tse Tung", pero aquello era parte del marxismo, mientras que, por sus presupuestos, su contexto histórico y su contenido, el Juche no es una rama del marxismo", continua el profesor, que resume en la siguiente frase; "el marxismo parte de la materia y de

6

http://www.naenara.com.kp/sp/great/constitution.php . (Consulta: 13-03-2011). Todas las citas de información oficial son tomadas de esta página y la de la República Popular Democrática de Corea (RPDC): http://www.korea-dpr.com/

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la consciencia, juche parte de la interacción del hombre y el mundo", por eso, continua, "nuestro socialismo es completamente diferente al de otros socialismos". La versión oficial en Corea del Norte define el Juche como "la idea revolucionaria de Kim Il Sung". La traducción aproximada de la palabra es auto suficiencia". En la práctica, "Juche" significa que en asuntos coreanos, hay que poner primero a Corea en todo. Con ese principio, Kim logró mantener a su país por encima del pleito sino-soviético y salvaguardar su independencia. El sentido amplio de la juche abarca la independencia económica, la autosuficiencia y la defensa propia. El marxismo se abandonó en beneficio de una nueva doctrina nacional. Pero más que a una filosofía o doctrina, el juche se asemeja a un ritual casi religioso. Se basa en raíces confucianistas, en el patriarcalismo agrario tradicional coreano, y en el despotismo estalinista. Esa semireligión ha producido un sistema que no encaja en las clasificaciones convencionales de la ciencia política y los medios académicos. El énfasis en las estrictas jerarquías sociales, la piedad filial y los mecanismos morales más que los legales y racionales le dan el acento confucianista señalado. La gente conoce su rango social de acuerdo a su edad, sexo, estado civil y condición económica y hasta en el lenguaje se expresan las jerarquías que se exhiben exóticas en un igualitarismo comunitario como el norcoreano. Pero será en su concepción del Estado semejante a una familia de la que él era la cabeza, la mayor usurpación que utilizó del confucianismo, ya que el padre es objeto de la piedad filial indiscutida de sus hijos y su esposa. Como padre fundador Kim contaba con la obediencia de sus hijos asimilados al pueblo y de su esposa, relacionada con el PTC. Esta trinidad también ha sido interpretada como la expresión de elementos cristianos que reflejaría su crianza en un hogar de este tipo y de Pyongyang, la ciudad con más influencia del cristianismo en Corea. A la mezcla de confucianismo y cristianismo se añade un tercer elemento, que Feffer nos muestra como “una versión de corporativismo político, que resulta más comprensible mediante metáforas biológicas: Kim Il Sung como el cerebro, el partido como el cuerpo, las venas, y las masas como las células. La sociedad norcoreana es, pues, un todo orgánico en

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el que la división y el desacuerdo son impensables”7. También relaciona el eslogan coreano de “todos los corazones laten como uno solo” recordando un corporativismo anterior, el modelo imperial japonés y su eslogan, que estuvo en vigor durante la guerra de “cien millones de personas, una sola mente”. En este sistema, “desafiar a Kim Il Sung significaba desafiar al Padre (algo impensable desde el punto de vista confuciano), atacar al cuerpo de la sociedad (como lo haría un cáncer) o blasfemar sobre la Trinidad (como un hereje). En consecuencia, Corea del Norte ha presenciado menos disensión interna que cualquier otra sociedad comunista, producto de la sincretización cultural y la homogenización “jucheana”. El profesor Ju Chang Il, niega que juche sea "como una religión". "Es diferente, porque la religión no tiene fundamento científico, mientras que nuestros principios han sido probados científicamente", dice autorizadamente. Hwang Jang Yop, un desertor famoso que fue secretario del Comité Central del Partido Coreano de los Trabajadores y colaborador de su hijo, que se pasó a Corea del Sur en 1997, dice que Corea del Norte no es un país comunista porque abandonó el marxismo cuando adoptó el juche como ideología oficial. Y explica como en 1992, una frase que mencionaba el juche como una "creativa aplicación del marxismo-leninismo" fue omitida de la Constitución, como cualquier otra referencia al marxismo; y solo menciona un par de veces las palabras revolución y socialismo. Kim Il Sung es entonces no solo "el padre" de Corea del Norte sino el padre del Juche, país que aún hoy sigue atrapado internamente en la ecuación descrita, pero que es fundamental entender para intentar acercarse al conjunto de su problemática.

8. Seis décadas de Guerra Fría. Tras el armisticio, el enfrentamiento continuó por múltiples medios. Los regímenes del Norte y del Sur se espían, libran escaramuzas en la frontera, las aguas jurisdiccionales 7

FEFFER, John. Corea del Norte, Corea del Sur. La política estadounidense en una época de crisis. Pag. 44. RBA, 1ª edición, Barcelona, 2004

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fueron una imposición norteamericana, por lo cual siguen en disputa; y libran una guerra diplomática y mediática que obviamente ganan los sureños. Ambos tienen ejércitos descomunales y pertrechos desmesurados, el del Norte con un pie de fuerza gigantesco, el del Sur mejor equipado tecnológicamente, por lo cual, gasta más dinero porcentualmente. Ninguno cede en rebajar sus topes, pero mantienen un teléfono rojo abierto. Millones de familias siguen divididas sin poder visitarse, algunas del Norte lo hacen, los del Sur solo pueden llegar hasta una montaña límite, pero no pueden en general, intercambiar contactos ni correspondencia. La falta de información entre los bandos hace que se nutran estereotipos exagerados en contra del otro. Cada país construye ideologías que tienen un común denominador: creerse los representantes únicos y dignos de la coreaneidad: el Norte es independiente al contrario del Sur lacayo; y el Sur es libre y próspero al contrario que el Norte aislado y pobre 8 . La demonización del Norte corría paralela al servilismo del Sur. A pesar de la autosuficiencia de la doctrina Juche, el régimen de los Kim ha continuado con su política de apoyarse económicamente en sus tradicionales aliados para sostener su proyecto político de nación independiente y sus dos grandes protectores, vecinos y potencias mundiales; cambiaron de rumbo diametralmente con la caída de la URSS en 1991 y su disolución; y China con su política de apertura y reforma en los 80s. La relativa orfandad política en que se iba sumiendo el Norte se fue agigantando con el enclaustramiento económico. Los problemas crecían pero Corea del Norte resistía. El año 2000 y el nuevo siglo auguraban que el sol podría derretir el hielo entre las partes. Por vez primera los mandatarios de ambos países se reunían después de la fractura cincuenta años atrás y lo hicieron en el aeropuerto de Pyongyang. Durante tres días Kim Jong Il presidente de Norcorea e hijo de Il Sum se reunió con Kim Dae Jung, figura de la oposición en el Sur, que llegó a la presidencia en 1997 después de haber sido perseguido durante décadas por el régimen autoritario y policíaco de su país. Esta iniciativa estimuló la

8

Feffer. Op cit. Pag. 55

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imaginación y propedéutica de los surcoreanos, de la misma forma que lo hizo la visita de Nixon a China en 1972. Las relaciones entre Corea del Norte y Corea del Sur siguieron mejorando durante ese año 2000, lo que propició la visita de la entonces secretaria de Estado norteamericana Madeleine Albright a Pyongyang, en octubre. Sin embargo, desde el inicio de la administración Bush, esta tendencia favorable se interrumpió de forma abrupta. Cuando Kim Dae Jung visitó Washington en marzo de 2001, Bush lo evitó con brusquedad, y el gobierno estadounidense empezó a incluir a Corea del Norte en sus cada vez más agresivas declaraciones9. Johnson explica el cambio abrupto de Washington así “…en septiembre de 2002, cuando la administración Bush decidió incluir en su Estrategia de Seguridad Nacional el derecho a librar “guerras preventivas”, su retorica bélica adquirió visos de notificación para el líder norcoreano Kim Jong Il. En vista de que Estados Unidos empezó a movilizar un poderoso ejército de invasión hacia la frontera de Irak, Corea del Norte se preparó para defenderse de la única manera que, consideró, los norteamericanos entenderían. Se retiró del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, expulsó a los inspectores internacionales y volvió a poner en marcha su viejo reactor nuclear”10. Finalizando el 2002, fue elegido presidente de Corea del Sur Roh Moo Hyun quien en su campaña había prometido proseguir la apertura hacia Corea del Norte y modificar las relaciones militares entre su país y Estados Unidos; pero este logró intimidar a la opinión pública surcoreana que ya había exorcizado los temores que suscitaba el norte, amenazando con evacuar sus tropas y dejando el Sur desprotegido; lo que estimularía la agresión o guerra por parte de Corea del Norte. Pero ningún país de la región -China, Japón, Corea y Rusia- desea o cree necesaria otra guerra en la península para solucionar el sempiterno conflicto. 9

JONHSON, Chalmers. Las amenazas del imperio. Militarismo, secretismo y el fin de la república. Crítica, Barcelona, 2005, pag. 104 10

Ibid, pag. 104

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El sucesor de Roh Moo Huyn se comprometió a continuar sus políticas y siete años después, en 2007 efectuó una segunda cumbre, efectuada en Pyongyang. Un gesto del presidente surcoreano fue que traspasó a pie la línea divisoria entre ambos países. En esa segunda cumbre hubo consenso sobre conversaciones para lograr un acuerdo de paz, establecimientos de una zona desmilitarizada en el mar Amarillo y el tema nuclear. El triunfo de la oposición en las elecciones de 2007 que llevaron a la presidencia a Lee Myong-bak dio un brusco viraje a la derecha, que en las relaciones con Corea del Norte, significó un retroceso a las etapas de mayor confrontación. La pervivencia del régimen norcoreano ha hecho que esta "frontera de la guerra fría" haya sido la única que ha pervivido hasta el siglo XXI, pero el costo ha sido demasiado alto para un pueblo hermético, cercado y sometido a la presión de una potencia como la norteamericana y de una “dinastía” propia, pero absolutista. Han sufrido hambrunas y millares de muertos, restricciones y esfuerzos de sobrevivencia heroicos, quizá descomunales la mayoría de las veces, mientras Occidente se juega a combinar la caída del gobierno por aislamiento, las amenazas de guerra, las sanciones comerciales hasta el descrédito sicoanalítico del dirigente y la desinformación constante. Por eso los acontecimientos de los dos últimos años han calentado al máximo el pulso ya clásico de esta guerra fría, y han servido en bandeja de plata a la prensa mundial, la condena unánime y el discurso guerrerista contra Corea del Norte. Analicemos estos tres puntos candentes, pues como fueron presentados inicialmente en caliente, parecía inexorable la reanudación de la guerra.

9. Apocalipsis I: la detonación nuclear El 9 de octubre de 2006, Corea del Norte hizo su primera prueba nuclear bajo tierra en la provincia del noreste Hamgyong. Oficialmente Corea del Norte informó a China de una potencia de 4 kilotones, muy por debajo de las potencias utilizadas en otros primeros test por otros países. Gran nueva molestia, ¡el país delincuente del “eje del mal” nos amenaza con bombas atómicas!

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La segunda prueba nuclear subterránea de la República Popular Democrática de Corea la realizó el 25 de Mayo de 2009 y significó que ese país se convirtió en el noveno miembro no invitado del “Club nuclear mundial”. Su gobierno ha dicho que “la República Popular Democrática de Corea tiene derecho soberano al desarrollo de su defensa. El doble rasero de los EE.UU. es evidente en toda su política internacional. Mientras ese país almacena miles de ojivas nucleares, realizando pruebas dentro y fuera de su territorio, y siendo la única nación que las ha usado contra otros pueblos, acusa a la RPD de Corea de ‘provocadora’ y ‘peligrosa’ nación que actúa contra la opinión pública internacional”. Las acusaciones de su amenaza por parte de Estados Unidos y Occidente no se han hecho esperar, aunque hay algunos detalles interesantes por incongruentes. La realización de ensayos nucleares fueron anunciados públicamente por el régimen del Norte y EE.UU. contestó con amenazas que no cumplió. ¿Realmente se puede creer que ese pequeño país con una población de solo 24 millones de personas, en su mayoría pobres y en buena parte desnutridas, es una amenaza mundial por poseer un arma nuclear? De todos los misterios que suscita Corea del Norte el menos recóndito es su obsesión por tener armas nucleares, es casi una necesidad de supervivencia; mejor, una obligación. El asunto nuclear no es la causa del conflicto, es la consecuencia de una política norteamericana de aislamiento, contención, amenazas de guerra preventiva y consideración del país como parte de los llamados “eje del mal”. La pregunta es qué pretende el gobierno de Pyongyang con esos recurrentes alardes armamentísticos. No hay que ser un gran experto para resolver la pregunta: obviamente Corea del Norte ha aprendido de la política de Bush y de la invasión a Iraq y es que, no desarrollar armas de destrucción masiva no garantiza que no lo invadan. Es más, ha entendido que su mejor seguro ante una agresión en la forma de “guerra preventiva” una vez que te han catalogado como miembro del “eje del mal”, es disponer de armas nucleares y misiles de largo alcance apuntado hacia EEUU y Japón, y cuanto más fuerte lo digas, mejor. Pretende hablarle al oído al sordo que no quiere oír, por eso lo hace en su mismo

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lenguaje, el de las armas. Pero la otra lección clara que se puede leer en este conflicto es que Corea del Norte no quiere dialogar con Corea del Sur ni con Japón preferencialmente, sabe que es hablando con Don Quijote y no con Rocinante, como se dirimirá el conflicto. Bruce Cumings, escribió tres días después de que se realizase la prueba nuclear: "Corea del Norte no está cometiendo un suicidio atacando a Corea del Sur o a Japón con bombas nucleares. Sabe que perdería. Su orientación fundamental es ponerse a cubierto para su defensa"

10. Apocalipsis II: la fragata Cheonan El supuesto hundimiento por parte de Corea del Norte de la fragata de guerra Cheonan el 26 de marzo de 2010. Este era un barco antisubmarinos surcoreano, que participaba en los “juegos de guerra” recurrentes que realizaban conjuntamente este país con Estados Unidos, cuando se hundió en las aguas en disputa cerca de la isla Baengnyeong. El presidente surcoreano Lee Myung Bak, afirma que un submarino norcoreano fue responsable del hundimiento del Cheonan y la muerte de 46 marineros, que tomará medidas "firmes" contra Corea del Norte para que admita su implicación "a través de una fuerte cooperación internacional". Versión oficial muy poco fiable por el largo espacio de tiempo usado, después de dos meses de investigación oficial de la causa del hundimiento, el presidente Lee culpó públicamente a Corea del Norte sólo un día antes de las elecciones locales, que el partido gobernante perdió según los pronósticos. En la realidad, el gobierno de Lee recibió una paliza en las urnas. A pesar del supuesto fallo de la investigación, ni Corea del Sur ni EE.UU. han podido hacer nada contra Corea del Norte ¿Pero qué pasó con las pruebas que demuestran la responsabilidad norcoreana? Corea del Norte ha negado tajantemente cualquier participación en el hundimiento. De hecho, hay buenos motivos para creer que el Cheonan se hundió porque chocó contra un arrecife; es lo que su capitán informó cuando envió un mensaje por radio a los guardacostas surcoreanos pidiendo ayuda.

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Muchos análisis y posiciones de gobiernos que participaron de la investigación externa ponen en duda las afirmaciones del jefe de estado surcoreano. El primer elemento es que todas las víctimas del Cheonan murieron ahogadas, casi ninguno de los 58 miembros de la tripulación que sobrevivieron sufrió heridas graves, y los instrumentos internos del barco están intactos. Según los análisis de expertos y científicos, si el Cheonan hubiera sido alcanzado por el torpedo de fabricación alemana, toda la tripulación habría volado por los aires, con mas muertos o sufriendo heridas significativas. Una comisión con expertos militares de varios países occidentales firmó la tesis del torpedo, aunque el representante de Suecia, único país neutral, no la suscribió. Otra comisión rusa estimó que había sido una mina y no el torpedo alemán quien había desencadenado el hundimiento. En la propia Corea del Sur, donde hay un periodismo bastante activo, muchos medios ponen en duda la versión oficial. El 12 de noviembre, la televisión surcoreana pasó un documental de 24 minutos que apunta sobre esos puntos oscuros11.

11. Apocalipsis III: el bombardeo a la isla Yeonpyeong El 23 de noviembre de 2010, en la zona desmilitarizada de Corea (ZDC) ocurrió el mayor incidente armado del último medio siglo. En el ataque artillero desde Corea del Norte contra la isla surcoreana de Yeonpyeong dos soldados surcoreanos murieron y más de diez, incluidas personas civiles, resultaron heridos. El ataque provocó el incendio de varias decenas de edificios y la respuesta militar de Corea del Sur que lanzó ochenta proyectiles de artillería contra Corea del Norte. Las tensiones bélicas en la península coreana, reforzada por el diferendo nuclear con Corea del Norte y estimulada por el gobierno surcoreano y el Pentágono que efectúan 11

El video puede ser consultado en: http://www.youtube.com/watch?v=SDITkTEDVNA . Dudas sobre el Cheonan en la TV coreana.

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grandes maniobras aeronavales con tiro real y voluminosas fuerzas ofensivas en el mar Amarillo y el mar de China han conducido no sólo al fracaso de las negociaciones a Seis Bandas, al incidente de Cheonan, y a la exhibición nuclear actual del Norte, que en conjunto, parecen configurar un callejón sin salida.

12. Un laberinto con una única salida Corea es la última frontera de la Guerra Fría y la tensión continuará en la zona, tanto por las demostraciones de poderío nuclear de Kim Jong Il como por las maniobras de Corea del Sur y EE.UU. para lucir músculo militar con su señorío naval y 70000 hombres en “combate”, no solo ante Corea del Norte, sino también ante la cercana China. Bruce Cumings dice que ésta es el lugar que primero conoció la guerra fría, lugar también donde la guerra fría nunca cesó y aun hoy, podemos seguirla en directo por televisión. Lo que primero tiene que cesar es el show mediático occidental contra Corea del Norte. Es posible que, con el apoyo de EEUU, Corea del Sur pudiese conseguir la victoria en una guerra con la del Norte, pero esto le costaría demasiados recursos técnicos, económicos y humanos. Además, existe siempre el riesgo de que Pyongyang emplee su armamento nuclear. La escalada del conflicto entre las dos Coreas sería muy indeseable incluso para EE.UU. que en la situación actual no puede emprender una nueva aventura guerrerista en Asia, sin posibles ventajas materiales. Me extrañaría mucho que estallara realmente una guerra entre las dos Coreas porque no le conviene ni al Norte ni al Sur. Además, tampoco le interesa la guerra ni a EE.UU., ni a China, ni a Japón, ya que un conflicto en esta zona sería letal para sus economías. Al día de hoy, Corea del sur ha suspendido la ayuda alimentaria que prestaba al norte, así como los lazos comerciales que se estaban forjando, y también ha incrementado su campaña propagandística contra el régimen norcoreano. Por su parte, la dirigencia del norte ha apostado por retomar las negociaciones que aborden todos estos puntos problemáticos y que se abran las puertas a una solución definitiva del llamado "conflicto coreano".

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Estados Unidos sigue aventurando con la mala prensa, la expectativa del derrumbe del régimen kimista y las medidas represivas contra Pyongyang. ¿Cuantas veces ha matado la prensa occidental a Kim?, ¿cuántos artículos se han escrito contra él, presentándolo como un acomplejado, bebedor, aficionado a las orgías, histérico e inconsistente? Lo de bebedor puede ser cierto –la mayoría de los norcoreanos de su generación, como los rusos y muchos asiáticos lo son- lo de las orgías no es así, señalan fuentes de su entorno que lo retratan como una "persona hogareña, que no socializa mucho, y trabaja en su casa en pijama". Es verdad que es aficionado al cine y los juegos de video. Y cualquier otra cosa puede decirse de él, menos que sea tonto. En lugar de difundir propaganda antinorcoreana en forma de psicoanálisis a sus líderes, ¿Por qué no se preguntan los medios de comunicación por qué el gobierno estadounidense hace lo que hace? ¿Por qué han tenido una política hostil e infructuosa hacia Corea del Norte por más de 60 años, sin resultados palpables? ¿Por qué no firman un tratado de paz con la República Democrática de Corea para que todo el pueblo coreano pueda trabajar por un desarme real y por su reunificación? El régimen de guerra fría supone zancadillas y recalentamientos recurrentes con escarceos que pueden llegar al límite y tiene un libreto establecido de fondo, en el cual el enemigo ha sido desbaratado de antemano y considerado producto del mal, para lo cual hay también una campaña mediática prefabricada. Estados Unidos reitera la explicación de la conducta norcoreana a partir de la brutalidad y la irracionalidad del régimen enemigo, mas nunca se mira introspectivamente y asume la responsabilidad e irresponsabilidad de la actuación de Estados Unidos en este tinglado. Gavan McCormack, profesor de Historia asiática en la Australian National University nos explica sin maquillaje el tinglado así: "el problema norcoreano nunca podrá ser entendido mientras sea definido únicamente en términos del programa nuclear de Corea del Norte. Ese país era objetivo nuclear mucho antes de que comenzara a moverse hacia la adquisición de armas nucleares. Su referencia a una "disuasión" debe ser tomada en serio". (Japan Focus, 30/8/2005).

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La mayor parte de los grandes especialistas americanos en Corea del Norte: Selig Harrison, Bruce Cumings, Martin Hart-Landsberg, Leon Sigal o John Feffer, entre otros; comparten y exponen una visión crítica de la política norteamericana hacia ese país porque no reconoce los errores e incoherencias del pasado, cuando los mismos autores no pueden desconocer la excesiva y sanguinaria intervención militar y los zigzagueantes cambios y rodeos en la política que han tenido tanto la administración Bush como la de Obama. Ejemplo de eso es la afirmación de Graham Allison en 2007, director del Centro Belfer para Ciencia y Asuntos Internacionales de la John F. Kennedy School de Harvard, respecto de los timonazos del gobierno norteamericano: "Las cosas han cambiado porque la administración Bush ha regresado al terreno de la realidad, lo que supone un fuerte desmarque de su previa y fallida actitud", dice. El "Coming Collapse of North Korea", la tesis de que el régimen está a punto de desmoronarse, ha acompañado la sicoanalítica crónica sobre norcorea desde que Nicholas Eberstadt estrenara en "The Wall Street Journal" en junio de 1990. Han pasado 21 años y el régimen sigue ahí, pero la tesis sigue vendiendo y ha condicionado muchos años la actitud de fondo de las administraciones americanas y su opinión pública. "Más allá de declaraciones y condenas por el último incidente, al final de cuentas no tenemos muchas opciones", según John Feffer, especialista y quien dirige la oficina Política Exterior en Foco del Instituto de Estudios Políticos en Washington. "La paciencia estratégica de Obama sólo ha hecho que el Norte haga todo para demostrar que está impaciente y que quiere volver a la mesa de negociaciones, con Estados Unidos en particular. Y las sanciones no han logrado mucho, como lo ha demostrado la sofisticación de la nueva planta de enriquecimiento de uranio de Corea del Norte", agregó12. El callejón sin salida parece tenerla, un poco discreta, pero existe. Corea del Norte lo ha dicho en repetidas ocasiones: quiere que se negocie una paz verdadera, que se cierre el 12

John Feffer entrevistado por Jim Lobe de IPS. http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=96966 (Consultado: 2011-03-11)

2010-12-01.

Ver:

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capítulo del armisticio de 1953 y los demás puntos, derivarán en solución. El acervo nuclear lo ha puesto varias veces sobre la mesa de negociación, no es su objetivo en sí. Tener un sitio seguro “bajo el cielo” es una aspiración legítima que desafortunadamente le ha costado demasiados sacrificios al pueblo norcoreano, pero cada vez –cuando resuenan los clarines de la guerra- también propician escenarios factibles para concretar las negociaciones. Estamos en un círculo vicioso, que fácilmente se puede romper, EEUU tiene la palabra en medio de múltiples dificultades. Administrar esa decadencia tan vertiginosa no ha sido tarea fácil para Obama, que aún da muestras de no acoplarse al ritmo de los cambios del mundo; esa es la primera causa real del declive imparable que sufre la hasta hace poco, potencia hegemónica. La multipolaridad que se expresa en el mundo actual ayuda a aupar la salida a la encrucijada coreana. La cuestión de la desnuclearización de la península continúa siendo el centro de todas las discusiones para Washington. Pyongyang se ha declarado dispuesta a reiniciar las negociaciones, pero antepone el problema de la paz. Todo depende de la voluntad de ambos gobiernos pero sobre todo de la postura de Washington, puesto que China está muy interesada en desactivar ese potencial foco de conflicto en su frontera y opta decididamente por la negociación. Corea del Sur cada vez se mueve más de su posición original y a pesar de su gobierno actual, busca distanciarse del abrazo nipón-americano. Las masas surcoreanas apuestan por la solución pacífica y se movilizan permanentemente por ello. Hace falta la participación del pueblo norcoreano, que aunque difícil su situación por los excesivos controles, tampoco son descartables. Hay una nueva mesa en este “gran juego” y las cartas parecen confluir pero no se avanzará si las decisiones siguen en manos de los gobernantes, a este conflicto le hace falta masas, opinión independiente, medios críticos; hace falta una especie de “calle árabe” no solo en el escenario real, la península; sino en el mundo que exija responsabilidad y negociación de la paz para alcanzar la desnuclearización, clave indiscutida de la reunificación del pueblo coreano.

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El lamentable terremoto-tsunami en Japón hace quince días ha puesto la discusión sobre la energía nuclear nuevamente al rojo vivo en todo el mundo. Ojalá se revalúe el tema de las armas nucleares con mayor énfasis y se tomen medidas efectivas para desmontar y destruir las armas de destrucción masiva, poséalas quien las posea. Se ha ampliado la peligrosidad de su tenencia y el rango de riesgos. La energía y las armas nucleares no solo requieren grandes inversiones para su producción y mantenimiento, sino que la naturaleza empieza a pasar la cuenta de cobro por tan irresponsable perspectiva para una humanidad asediada por los poderes nucleares. ¡Corea del Norte tiene derecho a existir bajo el Cielo!

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Bibliografía: -Atlas de Le Monde Diplomatique, 2006 -CUMINGS, Bruce. El lugar de Corea en el sol: una historia moderna. Editorial comunicarte, Colección rojo y negro. 1a edición en español. Córdoba, Argentina. 2004. -FEFFER, John. Corea del Norte, Corea del Sur. La política estadounidense en una época de crisis. RBA, 1ª edición, Barcelona, 2004. -HALBERSTAM, David. La guerra olvidada: historia de la guerra de Corea. Editorial Crítica, 2008. -Historia de Corea, Radio internacional, KBS. Editorial World Printing Co., 1a edición. Seúl, Corea 1995. -Historia de Corea, traducido por Dr. Tae Hyun Yoon. Editorial Supeino Mun Juawon. Wirth the compliments of the international cultural society of Korea. Seul, Corea 1979. -JOHNSON, Chalmers. Las amenazas del imperio. Militarismo, secretismo y el fin de la república. Crítica, Barcelona, 2005. -KEUN, Han Woo, The history of Korea. The Eul–Yoo Publishing company. Seoul, Korea 1970. -LEE, Ki-Baik. A new history of Korea, translated by Edward W. Wagner with Edward J. Schultz. Seul, Korea. 1976. -NIELSEN, Aage Krarup. Corea: la Guerra inacabada. Ediciones y publicaciones Barcelona. Barcelona, España 1ª edición octubre de 1953. -SUNG, Kim Il. MEMORIAS, en el transcurso del siglo. 1ª Edición. Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pyongyang, Corea, 1992. Sitios WEB: -http://www.japanfocus.org/products/details/2675 -http://www.korea-dpr.com/ Página oficial de la República Popular Democrática de Corea (RPDC). -http://japanfocus.org/-Tim-Beal/3459 -http://guoji-guanxi.lacoctelera.net/categoria/articulos-rafael-poch -http://www.japanfocus.org/-Gavan-McCormack/ -http://japanfocus.org/-Bruce-Cumings/2539 -http://www.naenara.com.kp/sp/great/constitution.php -http://www.visitkoryo.com/index.php/conozca-la-rpdc/politica