Centros de Consulta en temas referidos a envenenamientos por animales

Autor Pablo Rodriguez “Rocker” – www.amigosenkayak.com Ofidios en la Argentina El territorio argentino se encuentra habitado por 130 especies de ofid...
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Autor Pablo Rodriguez “Rocker” – www.amigosenkayak.com

Ofidios en la Argentina El territorio argentino se encuentra habitado por 130 especies de ofidios, de acuerdo a un relevamiento divulgado por el Instituto de Herpetología de la fundación tucumana Miguel Lillo. En nuestro país se encuentran representantes de todas las variedades de ofidios a excepción de serpientes marinas. Las especies con presencia local muestran una gran variedad de colores, como las culebras verdes (Philodryas olfersii o Liophis guentheri) y otras de tonos opacos, castaños o grises, como la falsa yarará (Waglerophis merremii). De acuerdo a la fundación Lillo, la gran mayoría de las variedades son ovíparas (culebras, víboras de coral) y la incubación en esos casos alcanza los 60 días, pero también hay especies vivíparas (culebras, yarará, cascabel, boas curiyú). Con relación a las especies consideradas “de importancia médica”, en la Argentina existen tres variedades: • La yarará, con siete especies pertenecientes al género Bothrops. • La víbora de cascabel, mediante una especie perteneciente al género Crotalus. • Las corales, presentes a través de seis especies inherentes al género Micrurus.

Centros de Consulta en temas referidos a envenenamientos por animales CENTRO NACIONAL DE INTOXICACIONES Hospital Nacional "Prof. Alejandro Posadas". Av. Presidente Illia y Marconi CP1706 – Haedo - Pcia. de Buenos Aires. Tel: (011) 4658-7777 / 4654-6648 / 4469-9300 int.1102 . Línea telefónica de cobro revertido: 0-800-333-0160.

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Email: [email protected] http://www.hospitalposadas.gov.ar/asist/servicios/tox_serp_2.htm INSTITUTO NACIONAL DE PRODUCCIÓN DE BIOLÓGICOS – ANLIS “Dr. Carlos G. Malbrán” - Ministerio de Salud Y Ambiente de la Nación. Av. Vélez Sársfield 563 , CP 1281 – Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Tel : (011) 4301-2888; Fax: (011) 4303-2492. Email: [email protected]

CENTRO DE PATOLOGÍA REGIONAL ARGENTINA Y MEDICINA TROPICAL (CEMPRA-MT). Hospital de Infecciosas F. J. Muñiz – Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Uspallata 2272 Pabellón 30 Sala 9 – CP 1282 –Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Tel: (011) 4305 3161 / 4304 – 2180 int. 231 (conm). Email: [email protected] CENTRO DE ASESORAMIENTO Y ASISTENCIA TOXICOLOGICA Hospital Interzonal de Agudos Especializado en Pediatría "Sor María Ludovica" – Prov. de Buenos Aires. Calle 14, Nro.1631 CP 1900 - La Plata - Pcia. de Buenos Aires. Tel: (0221) 451-5555 (directo) o 453-5901(interno 1312 u opción 2) . Fax: 453-5930. Línea telefónica de cobro revertido: 0-800-222-9911. Email: [email protected]

(espero tener estas direcciones si las necesito)

Recomendaciones: • • • •

Precaución en las orillas de río y cuando se va a buscar leña. No meterse en pastizales. No caminar descalzo ni meter la mano en huecos de árboles. No levantar piedras y precaución al cruzar las pircas.

Que hacer ante la Mordedura de una Serpiente •

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Mantener al accidentado en reposo para retardar lo máximo posible la difusión del veneno por la vía sanguínea. Hay que evitar el pánico: Se debe tranquilizar al herido. Recuerde que la gran mayoría de las personas sobrevive a los ataques de serpientes Suministrar líquidos a voluntad. No dar bebidas alcohólicas. Aflojar los botones de la ropa, cinturones, fajas, relojes pulsera o cualquier elemento que provoque presión. Algunas heridas se hinchan de sobremanera. Si se poseen elementos lavar la zona de la mordedura y colocar algún antiséptico suave.

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Concurrir de inmediato al centro de sanitario para recibir atención médica Es muy importante identificar a la serpiente atacante, ya sea por sus colores, el diseño de su lomo, el tamaño, el ambiente donde se encontraba, etc. Estos son datos vitales para que el médico asignado determine cuál es el suero antiofídico que corresponde. Si se logra capturar el cadáver de la atacante, este debe ser transportado en una caja. El cuerpo no debe ser manoseado, ya que los dientes de una serpiente muerta todavía poseen veneno. Se debe aplicar un vendaje suave de presión, nunca un torniquete convencional: Los torniquetes demasiado ajustados cortan la afluencia de sangre al miembro atacado y, si se dejan por un par de horas, se puede provocar un daño irreversible, ocasionando un cuadro de gangrena que obligará a una posterior amputación. Si el miembro atacado tiene una coloración azulada y está frío, significa que el vendaje está muy ajustado. Por eso, el vendaje de presión debe realizarse con una venda de tela. Entre el miembro y la tela debe caber – con soltura - un dedo. El miembro afectado debe ser inmovilizado. Si el herido está inconsciente, debe ser recostado de cabeza o boca abajo para evitar el ahogamiento en caso de vomitar. Lo más recomendable es que la determinación del tipo de suero antiofídico y su aplicación sea realizada por un profesional de la salud. Además, se debe estar preparado a que el herido sufra un shock anafiláctico, especie de reacción alérgica que experimentan algunas personas al suero antiofídico

Que NO hacer ante la Mordedura de una Serpiente • • • •

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No aplicar torniquetes o ligaduras. No cauterizar ni quemar la zona afectada. No succionar el sitio de la mordedura No trate la herida: En el área de la mordida no se deben efectuar cortes ni incisiones con navaja. No intente succionar o chupar la herida para extraer el veneno. No hay que aplicar hielo. Los shocks eléctricos sobre la herida son ineficientes. El herido no debe beber alcohol ni ingerir medicinas naturistas. Tampoco aspirinas El único tratamiento efectivo es la administración del antiveneno específico llamado suero antiofídico. El cual debe administrase bajo supervisión médica

Yarará

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Tan temidas como admiradas, las yarará aparecen como las serpientes venenosas más emblemáticas de la Argentina. Las estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación avalan con firmeza tanto renombre: Las yarará provocan más del 97% de los accidentes por ofidios venenosos en el país. Pertenecientes a la variedad Bothrops, estos ofidios se encuentran presentes en la mayor parte del territorio argentino. Así, a los ejemplares del género Bothrops, dependiendo de la provincia o latitud, se los conoce como: • Yarará Grande, Víbora de la Cruz, Crucera, Urutú o Viriogakácuruzú (esto en el caso de la variedad Bothrops Alternatus). • Yarará Chica, Yarará-í, Yarará Overa o Yararaca Pintada (para las Bothrops Neuwiedii). • Yarará Ñata (en el caso de las Bothrops Ammodytoides). • Yararaca, Perezosa o Queimadora (Bothrops Jararaca). • Yararacuzú, Tapete Dourado, Surucucú-apeté (Bothrops Jararacussu). • Caisaca o Lanzadera (Bothrops Moojeni). • Cotiara, Cotiarinha o Mboi-cotía (Bothrops cotiara). Las Bothrops cuentan con características que varían según la región donde se las ubica. Aunque como señas generales se puede postular el color castaño, las manchas de dibujo variado por lo general en marrón oscuro, casi negras, con ribetes de blanco, la cabeza triangular bien definida, y la cola gruesa que de manera abrupta se afina hacia la punta. En este primera acercamiento a las yarará (habrá otros y más específicos), vamos a dar algunas pautas sobre las variedades distribuidas en la mayor parte de la Argentina

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Bothrops Alternatus (también conocida como Yarará Grande, Víbora de la Cruz, Crucera, Urutú o Viriogakácuruzú):

Se trata de la especie más común en la provincia de Buenos Aires. Según un informe divulgado por el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Producción de Biológicos, una hembra adulta de esta variedad puede superar 1,60 de longitud. (Foto: Glfajim) La Alternatus puede habitar en zonas frías incluso en sistemas montañosos como Sierra de la Ventana y Tandil. Se la encuentra en el delta del río Paraná y también en la costa del río de la Plata. Esta variedad también se distribuye desde el CentroNorte hasta el Norte del país, llegando hasta La Pampa y el norte de la provincia de Río Negro Bothrops Neuwiedii (también conocida como Yarará Chica, Yarará-í, Yarará Overa o Yararaca Pintada):

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En el caso de esta variedad, la hembra adulta rara vez supera 1,20 de longitud. De acuerdo a la investigación explicitada por los organismos mencionados, la Neuwiedii ostenta un temperamento más agresivo que las yarará “Grande” y “Ñata”. “Actualmente, su sistemática está en revisión y se considera que hay seis especies y un grupo sin determinar, si bien médicamente se las identifica así”, argumenta el informe. Las Neuwiedii son las serpientes más comunes en el Norte (Noroeste y Noreste del país), y posiblemente las responsables de la mayor cantidad de accidentes. Bothrops Ammodytoides (Yarará Ñata):

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Es la especie de serpiente venenosa más austral del mundo. Puede habitar en zonas de temperatura muy bajas. Se la llama Ñata porque posee las placas nasales sobreelevadas, que le brindan un aspecto respingado. (Foto: Arvo Rec) Si bien una hembra adulta raramente supera los 60 centímetros, la mordedura de una Ammodytoides puede producir envenenamientos graves. En la actualidad, se la encuentra desde el Centro-Norte del país hasta la Patagonia.

Bothrops Jararaca (también conocida como Yararaca, Perezosa o Queimadora):

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El informe del Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Producción de Biológicos sostiene que una hembra adulta correspondiente a esta variedad puede medir 1,40 de longitud. (Foto: Techuser) La Jararaca, hasta el momento, sólo dice presente en determinadas zonas de la provincia de Misiones, y su hallazgo resulta muy inferior respecto de otras especies misioneras. Igualmente, esta variedad es muy común en el Sur y Sureste de Brasil, siendo la principal serpiente ponzoñosa involucrada en envenenamientos en ese país. Bothrops Jararacussu (Yararacuzú, Tapete Dourado, Surucucú-apeté):

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En el caso de la Jararacussu, una hembra adulta de esta clase puede alcanzar 1,80 de longitud. Con presencia sólo en las zonas selváticas de Misiones, este ofidio se caracteriza por la alta toxicidad de su veneno. (Foto: Gabriel Horta) Las Jararacussu inoculan una cantidad de veneno superior en comparación con el resto de las Bothrops. Las hembras de la variedad se caracterizan por sus tonalidades negras, mientras que los machos tienden a presentar un color marrón.

Bothrops Moojeni (Caisaca o Lanzadera):

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También con presencia comprobada sólo en Misiones, las Moojeni –a diferencia del resto de las Bothrops– pueden atacar varias veces. (Foto: RAStr) Aptos para dar hasta tres saltos sucesivos, estos ofidios son capaces de estirar todo su cuerpo en cada uno de sus ataques. Las hembras adultas de esta variedad pueden superar 1,60 de longitud. Bothrops Cotiara (También conocidas como Cotiara, Cotiarinha o Mboi-cotía):

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De raro hallazgo en la provincia de Misiones, esta variedad hace varios años que se supone en extinción. Un ejemplar de Cotiara hembra en edad adulta puede medir hasta 1,40 de longitud. (Foto: Solenoglyph) De acuerdo al informe mencionado, sólo se la encontraría en Misiones, Sur de Brasil y Sureste de Paraguay.

Cuando suena el cascabel

La serpiente de cascabel enrosca su presencia en toda la zona centro y norte de la Argentina, con epicentro en Córdoba, norte de la provincia de Santa Fe, Misiones, y parte de la llanura cuyana. Sus medidas: entre 0,60 y 1,5 metros de longitud, y de 7 a 10 centímetros de diámetro. De cuerpo robusto y cola corta, esta variedad cuenta también con la tradicional cabeza triangular que distingue a las especies venenosas. El portal Supervivenciaeas.com.ar detalla los rasgos de la especie: “Presenta colores marrones terrosos más o menos intensos, con una serie de rombos longitudinales sobre la línea media del dorso, formando una línea marrón oscura y otra externa amarilla clara, las cuales hacen resaltar estos rombos del color general”. “Hacia la cola el color amarillo se atenúa haciéndose castaño uniforme en la unión con el crótalo”, precisa la fuente. Más allá de estas particularidades hay que decir que, como otras clases de ofidios, la serpiente de cascabel suele modificar parte de sus tonalidades para así confundirse con el ambiente en el que habita.

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Se trata de una especie netamente americana, capaz de adaptarse a regiones tanto áridas como húmedas –aunque prefieren bosques y pastizales–, y que debe su nombre al característico cascabel que los ejemplares portan en la cola. ¿Cuál es la misión de ese cascabel? Avisar a cualquier distraído –humano o animal– que está a punto de tropezar o pisar a la pobre serpiente. Las serpientes de cascabel son reptiles ciclotímicos. Aunque por lo general reaccionan de manera agresiva ante la primera señal de peligro o desafío, los ejemplares de la especie pueden denotar un comportamiento tranquilo para, imprevistamente, emprender el más certero ataque. Para terminar con esta primera aproximación a la serpiente de cascabel hay que decir que su veneno es sumamente poderoso. El compuesto afecta el sistema nervioso y destruye los glóbulos rojos de la sangre.

“VIBORA DE CORAL”(Nombre vulgar) Nombre cientifico: Micrurus frontales Esta especie de brillantes colores rojos, amarillo y negro, y tamaño no muy grande, ha sido encontrada solo del lado argentino, con su subespecie Micrurus frontalis mesopotamicus, mientras que M. Frontalis altidotris, que vive en Uruguay, si bien probablemente existe en la zona, no está registrada en colecciones. En la colección del Centro Nacional de investigación iológidcas, Buenos Aires, existen ejemplares procedentes de Concordia, Federación, Chajarí, El Cimarrón, Isthilart y Nueva Vizcaya. En la morfología externa, es decir sus placas, escamas, etc., no se distinguen diferencias con muchas culebras inofensivas de la zona. El ojo es más pequeño que en éstas, aunque la forma de la pupila es igual, su cabeza no está diferenciada del resto de su cuerpo. Afortunadamente en la zona no existe ninguna culebra que presente un diseño con las características tan particulares de la especie venenosa, que consiste en serie de tres anillos negros (tríadas), entre los que se intercalan dos amarillos.

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Estas tríadas se encuentran en número de 10 a 19. Son a lo largo del cuerpo. Están separadas unas de otras por un ancho anillo rozo corasino. Todos estos anillos son completos alrededor del cuerpo, es decir que se continúan en el vientre. El tamaño de estas especies en el Uruguay oscila entre 18 y 80 cm. Similares dimensiones atribuimos a M. Frontalis mesopotamicus, excepcionalmente puede alcanzar 130cm.. La biología de esta “coral” es muy interesante por lo que mencionaremos algunos aspectos llamativos. Su comportamiento ante un agresor es característico: siempre trata de huir, pero si se la acosa, esconde la cabeza bajo su cuerpo al mismo tiempo que enrosca y levanta la cola exhibiendo sus colores rojos. Esta actitud atrae la atención del enemigo sobre la cola, protegiendo la cabeza del posible ataque. Se conocen algunas especies de culebras como la “Falsa Yarará de hocico respingado” (Lystrophis dorbignyi) y la “Falsa Coral” (Lystrophis semicinctus), que imitan esta conducta tan singular. Vive en zonas rocosas, arenales y praderas, alimentándose de otros reptiles de pequeña talla. Esta “coral” es ovípara y posee el curioso comportamiento de poner sus huevos (al igual que un número reducido de culebras y saurios) en la hoya de cultivo de hongos de hormigas cultivadoras del género Acromyrmex. No es un ofidio agresivo. En la zona de influencia no se han registrado accidentes por corales, en los últimos 25 años. No obstante, su ponzoña es sumamente tóxica. A pesar de tener boca y colmillos pequeños, la inyección de veneno (en el caso de producirse) es importante por que al morder suele retener a la víctima. Material obtenido de (http://ofidiosargentinos.blogspot.com)

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JUSTIFICACIÓN: En Latinoamérica ocurren 150.000 accidentes con envenenamiento y mueren 5.000 personas cada año. Las personas de mayor riesgo son aquellas que habitan en áreas rurales, climas tropicales, bañados, islas o a orillas de bañados o lagunas. Los niños le siguen en frecuencia. La atención de las víctimas de estos accidentes es generalmente deficiente, por cuanto usualmente ocurren en zonas alejadas de los centros urbanos con poca probabilidad de acceso temprano a los sistemas de salud. Casi siempre se arriba al hospital después de tratamientos de medicina alternativa que, generalmente, producen mayor morbilidad y mortalidad con contaminación de las heridas y neutralización tardía del veneno. Los accidentes más frecuentes en nuestro medio lo ocasionan serpientes no venenosas (culebras), en menor medida causados por víboras (serpientes venenosas). Se consideran los accidentes causados por los géneros Bothrops (Yarara), Crotalus (Cascabel) y Micrurus (Coral). DEFINICIÓN: El accidente ofídico se define como la lesión que resulta de la mordedura de una serpiente sea que deje o no consecuencias para la salud. VENENOS: El veneno de las serpientes es una mezcla de proteínas, polipéptidos y sustancias no proteicas como histamina, bradiquinina, serotonina y acetilcolina; que son los causantes del intenso dolor, del edema y la caída de la tensión arterial. Los componentes proteicos tienen enzimas tales como la fosfolipasa2, proteasas, responsables de la actividad anticoagulante y de la formación de fibrinógeno de mala calidad, responsable de la hemorragia. Las neurotoxinas son responsables del bloqueo de la transmisión nerviosa de la placa neuromuscular a nivel pre y postsináptico que ocasiona parálisis fláccida. Las toxinas proteicas son responsables de las lesiones locales: necrosis, hemólisis y hemorragias.

ACCIDENTE BOTHROPICO (VÍBORA YARARÁ): Ocasionado por serpientes del género Bothrops, representado por varias especies: Neuwiedi (Yarará Chica), Alternatus (Yarará de la Cruz o Grande), Amnuditoides (Yarará Ñata).

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Se distribuyen en todo el país desde zonas fronterizas con Brasil, Paraguay y Bolivia hasta la Patagonia inclusive. Más del 97% de los accidentes debidos a ofidios venenosos que se presentan en la Argentina se deben a este género. Acción del veneno: • Necrosante (proteolítica). • Coagulante: producen coagulopatía por consumo. • Hemorrágico: por daño al endotelio vascular. Manifestaciones clínicas locales: Dolor de intensidad variable, edema, equimosis, ampollas de contenido serohemático y la marca de los dientes inoculadores. En ocasiones evoluciona a necrosis. Manifestaciones sistémicas: Trastornos de la coagulación sanguínea hasta la incoagulabilidad, con o sin sangrado a nivel cutáneo o mucosos, o de órganos vitales. Náuseas, vómitos, taquicardia, hipotensión arterial hasta el choque. Compromiso renal y alteraciones hidroelectrolíticas que pueden llegar hasta la Insuficiencia renal aguda.

CLÍNICA Y CLASIFICACIÓN DEL ACCIDENTE BOTHROPICO: DIAGNÓSTICO: Se basa en el antecedente de la mordedura (de manera excepcional puede faltar) asociado al cuadro clínico compatible y a las alteraciones de los exámenes de laboratorio, principalmente la alteración del tiempo de coagulación (con valores de más de 15 minutos). Es necesario hacer una prueba al ingreso y luego cada 6 horas hasta que se normalice. Debe realizarse dosaje de fibrinógeno, hemograma y recuento de plaquetas para valorar la anemia y plaquetopenia. Análisis de orina para valorar la hematuria. TRATAMIENTO: Primeros Auxilios Se deben llevar a cabo en el área de ocurrencia del accidente y lo más pronto posible. Qué hacer?  Tranquilizar a la víctima.  Dejar sangrar la herida de 1 a 5 minutos.  Exprimir los bordes de la herida en los primeros 30 minutos.

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 Limpiar y desinfectar el área de la herida.  Cubrir con apósito estéril.  Inmovilizar la extremidad en posición neutra o ligeramente por debajo del corazón.  Remitir a un Centro para el tratamiento específico.  Tratamiento antibiótico y antitetánico. Qué no hacer?  Desbridación de la herida.  No colocar torniquetes.  No succionar con la boca la herida.  No realizar cauterización ni choque eléctrico de la herida.  No aplicar hielo local, aumenta la necrosis y conserva el veneno.  No elevar la extremidad, dado que aumenta la circulación y diseminación del veneno.  No aplicar suero antiofídico in situ.  No aplicar sustancias químicas ni extractos de plantas sobre la herida. Tratamiento específico Suero antiofídico, compuesto por inmunoglobulinas obtenidas a partir de plasma de animales normales hiperinmunizados con pequeñas dosis de veneno de serpiente venenosa. La cantidad de suero a prescribir depende de la lesión leve, moderada o grave. La dosis para niños es igual a la de los adultos. La cantidad de suero debe ser diluida en solución salina, y el tiempo de infusión es de 30 minutos a 1 hora. Se deberá repetir la dosis del antiveneno en los siguientes casos: • La evolución del paciente no muestra mejoría del tiempo de coagulación a las 12 hs. • El edema sigue progresando. • Aumenta la necrosis. • La tensión arterial no se estabiliza. • El estado general no mejora. • La hemorragia no desaparece. En el momento de administrar el antiveneno se deberá tener preparado las medidas necesarias para el manejo del shock anafiláctico, dado que se trata de un suero heterólogo. El tiempo máximo para aplicar el suero es de 8 a 12 horas. Tratamiento general: • Restablecer el volumen circulatorio con solución salina o Ringer.

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Vigilar la diuresis sin sonda (normal en adultos 0,5 ml/Kg/hora, en niños 1ml/Kg/hora). Si el volumen de orina es menor al deseado expandir la volemia con soluciones. Si de esta manera no se logra restablecerla, aplicar bolos de furosemida a razón de 1 a 2 mg/Kg. Vigilar la coagulación del modo descripto. Evitar la infección secundaria en el área de la mordedura, protección antitetánica, eventual antibiótico terapia. Evitar la necrosis en el sitio de la mordedura.

ACCIDENTE CROTÁLICO (VÍBORA DE CASCABEL): El género Crotalus pertenece a la familia Crotalidae. En nuestro país se encuentra representado por la especie Durissus, subespecie Terrificus.. Se distribuye en todo el Norte y Centro del país, hasta Córdoba, Norte de Santa Fe y llanura Cuyana. Acción del veneno Tres acciones principales:  Neurotóxica.  Miotóxica  Coagulante. Manifestaciones clínicas locales: Leve eritema acompañado o no de discreto edema a nivel del sitio de hincamiento de los dientes inoculadores. Manifestaciones sistémicas: Predominan los síntomas neurológicos como visión borrosa, diplopía, disminución de la agudeza visual, ptosis palpebral, disartria, vértigos. De la coagulación: hasta la incoagulabilidad. Náuseas, vómitos, sudoración, somnolencia. Puede producirse parálisis respiratoria e insuficiencia renal aguda.

CLÍNICA Y CLASIFICACIÓN DEL ACCIDENTE CROTÁLICO:

DIAGNÓSTICO: Orina para evaluar la mioglobinuria, proteinuria. Perfil de función renal, para averiguar el compromiso funcional. CPK para confirmar la rabdomiolisis. Pruebas de coagulación y recuento de plaquetas hasta lograr su normalización.

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TRATAMIENTO: Primeros Auxilios Se deben llevar a cabo en el área de ocurrencia del accidente y lo más pronto posible. Qué hacer?  Tranquilizar a la víctima.  Dejar sangrar la herida de 1 a 5 minutos.  Exprimir los bordes de la herida en los primeros 30 minutos.  Limpiar y desinfectar el área de la herida.  Cubrir con apósito estéril.  Inmovilizar la extremidad en posición neutra o ligeramente por debajo del corazón.  Remitir a un Centro para el tratamiento específico.  Tratamiento antibiótico y antitetánico. Qué no hacer?  Desbridación de la herida.  No colocar torniquetes.  No succionar con la boca la herida.  No realizar cauterización ni choque eléctrico de la herida.  No aplicar hielo local, aumenta la necrosis y conserva el veneno.  No elevar la extremidad, dado que aumenta la circulación y diseminación del veneno.  No aplicar suero antiofídico in situ.  No aplicar sustancias químicas ni extractos de plantas sobre la herida. Tratamiento específico Medidas de orden general para el adecuado manejo del medio interno y de la función renal. Asepsia de la herida Empleo del antiveneno específico o inespecífico, administrado por vía endovenosa. La dosis dependerá del cuadro clínico. La edad o peso del paciente no son variables que modifiquen la dosis a utilizar. El tiempo máximo útil del suero es de 6 a 8 horas. Deberá preveerse la posibilidad de shock anafiláctico por empleo de sueros heterólogos.

ACCIDENTE ELAPÍDICO MICRÚRICO (SERPIENTE DE CORAL)

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El género Micrurus (Coral) pertenece a la familia Elapidae. En nuestro país se encuentra representado por varias especies que se distribuyen de preferencia en climas cálidos y húmedos, con lluvias frecuentes, aunque se las puede hallar en zonas frías y secas como en la zona de la precordillera. Son poco frecuentes en la Argentina. Acción del veneno: Exclusiva acción neurotóxica. Manifestaciones clínicas locales: Sintomatología de aparición precoz, generalmente dentro de la primer hora. Discretas, escaso dolor o ausente, leve edema, trastornos de la sensibilidad. Manifestaciones sistémicas: Compromiso neuromuscular, motor y sensitivo, progresivo con parálisis de músculos respiratorios, faciales, faringolaríngeos (sofocación, sialorrea, disfagia), oculares (ptosis palpebral, facies miasténica, oftalmoplejía), parálisis respiratoria, colapso periférico y muerte por parálisis cardiorespiratoria. CLÍNICA Y CLASIFICACIÓN DEL ACCIDENTE MICRÚRICO El cuadro clínico siempre deberá ser considerado como GRAVE. TRATAMIENTO: Primeros Auxilios Se deben llevar a cabo en el área de ocurrencia del accidente y lo más pronto posible. Qué hacer?  Tranquilizar a la víctima.  Dejar sangrar la herida de 1 a 5 minutos.  Exprimir los bordes de la herida en los primeros 30 minutos.  Limpiar y desinfectar el área de la herida.  Cubrir con apósito estéril.  Inmovilizar la extremidad en posición neutra o ligeramente por debajo del corazón.  Remitir a un Centro para el tratamiento específico.  Tratamiento antibiótico y antitetánico. Qué no hacer?  Desbridación de la herida.  No colocar torniquetes.  No succionar con la boca la herida.  No realizar cauterización ni choque eléctrico de la herida.  No aplicar hielo local, aumenta la necrosis y conserva el veneno.  No elevar la extremidad, dado que aumenta la circulación y diseminación del veneno.  No aplicar suero antiofídico in situ.  No aplicar sustancias químicas ni extractos de plantas sobre la herida.

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Tratamiento específico Utilización del antiveneno específico administrado por vía intravenosa. El tiempo máximo útil para el empleo del antiveneno es de 4 horas.. Deberá preveerse la posibilidad de shock anafiláctico por empleo de sueros heterólogos. Se pueden utilizar fármacos complementarios como la neostigmina. La culebra de la gente

Abundante, y menos temerosa de las personas que otras representantes de su categoría, la culebra listada o de línea roja (Liophis anomalus) es una de las especies con mayor presencia en el territorio argentino. Dueña de un tamaño que rara vez supera los 70 centímetros de longitud, y vestida con escamas de un marrón oliváceo y manchas negras con pintas amarillas, la culebra listada se caracteriza en términos de apariencia por contar con una delgada línea roja que – ubicada sobre el lomo del ejemplar– recorre al ofidio de la cabeza a la cola.

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A cada lado del trazo rojizo pueden ubicarse, también, dos hileras amarillas que completan los rasgos de la variedad. De ojos prominentes y pupila circular, la culebra listada suele pasear por pastizales abiertos y zonas que concentren lagunas o arroyos. En la actualidad, y siempre a partir del mes de octubre, esta culebra goza de buena presencia en las provincias argentinas de Buenos Aires, La Pampa, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones, Chaco, Formosa y Salta. Fuera de las fronteras locales, según publica el portal Serpientes-Snakes, la Liophis anomalus también dice presente en diversas áreas de Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay. ¿De qué se alimenta? Sapos, renacuajos y lagartijas forman parte de la dieta básica de esta especie. De hábitos diurnos, la culebra listada se aparea a partir de octubre y pone entre 6 y 15 huevos blancos durante los meses de diciembre y enero. Carente de veneno y, por ende, inofensiva para el ser humano, la serpiente suele hinchar el cuerpo para simular ferocidad cuando se ve amenazada. Aunque es capaz de arrojar algún que otro mordisco, distintas fuentes aseguran que suele ser bastante dócil en caso de entrar en contacto con las personas. Lindo collar - Falsa Coral Una variedad que en algunos lugares resulta confundida con la “Falsa Coral” es la culebra de Collar Blanco o culebra Cavícola de Collar (Phalotris bilineatus). Con presencia en Buenos Aires, Corrientes, Córdoba, Chaco, Chubut, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, Mendoza, Misiones, Río Negro, Salta, Santiago del Estero, Santa Fe y Tucumán, entre otros territorios, la especie se caracteriza por combinar líneas color ladrillo y negro a lo largo de todo el cuerpo del ofidio.

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Dueña de una extensión que rara vez supera los 70 centímetros, la culebra de Collar Blanco debe su nombre, precisamente, al anillo en esa tonalidad que rodea el cuello de cada ejemplar. En tanto, la cabeza y el vientre del ofidio se exhiben completamente negros. De hábitos semisubterráneos, la culebra de Collar Blanco es de naturaleza ovípara y basa su alimentación en la caza de otros reptiles pequeños, como es el caso de las víboras ciegas. Si bien rara vez son agresivas, especialistas de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba sostienen que “la mordedura de las Phalotris bilineatus puede resultar en un accidente de cuidado, dado que se trata de una especie opistoglifa”. Las serpientes opistoglifas se caracterizan por tener un par de dientes alargados y portadores de una pequeña cantidad de veneno en la parte interior de la mandíbula. Dada esta característica, el ejemplar tiene que tener dentro de la boca a su presa para poder inocular el veneno, por lo que no suele representar un peligro para las personas. Explicado este punto, otra particularidad para destacar de la culebra de Collar Blanco es que, una vez atrapado, el ofidio apela a un mecanismo de defensa completamente inesperado: comienza a despedir un olor desagradable al extremo.

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¿La causa? Un fluido que la variedad genera a través de sus glándulas anales. Y que, combinado con la habilidad del ofidio para fingir estar muerto, culmina por desalentar a cualquier potencial depredador