CARTA

ABIERTA

DEL OB1SPO DE PASTO AL ILMO.

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A.B~ERTA.

E'ARTA

DEL OBISPO DE PASTO AL

ILMO.

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DR D.

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BERNARDO HERRERA RESTREPO DMO. ARZOBISPO DE B0GOT A

PRIMADO

l.

DE COLOMBIA

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IMPRENTA

DE

LA DlOCES'S

d~l OBISpO DE fl\STO al 1l1l$lrísimo ~Ç>¢lor

do]\

BE~Nl\~DO

Arzobispo

tfE~R.ER.l\

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~enrendí$ir'f\o

señor

R.ESTR.EpO Dign{sim~

de Bogotá pril)'lado de Colombia.

Pasta, marzo 30 dB 1914 Ilmo. y Rvàmo. señor Dr, D. ~ernardo Herrera iL, Dignisin¡G ArzobispoPrimado-~ogotá Ilmo. f\üñor y amadísimo hermano: Prometimos en nuestraúttima carta dar a V. S.

l. noticias detalladas de nuestro viaje a Puerto Af::Iís. Hoy cumplimos con mucho gusto esta pro~ mesa porque estamos ciertos de que será muy grato a V. S. I. conocer 108 adelantos de la Misión del Caqnetá y Putumayo, visto el grande interés con que V. S. L ha trabajado en favor de esta santa obra.

Empezaremos por decir a V. S. l. qne nuestro ,viaje a esus reg'iones fue improvisado, pucs s610 íbamos con el objeto de reconocer una mina de

nÜÍI'Inolque seencuentl'a en esa direcciónados draa

df'Bsta ciudady ver l'i era fácil su explotación para la obra de nuestra Catedral; pero en vista del buen camino quP llevamos y de que, Hcgúnnos informaron, estábamos a corta distancia de .Mocoa, l'esolvimos seguir, det-iE'oHosde conocer esa poblaciólI de antiquísimo origen pero en lamentable atraso hasta que los Misioneros se osta.blecieroIl allí. Tuvimos conocimiento en este trayecto de que Puerto Asís s610 distaba de allí dos díaH, uno por tielTíl y otro en tanon, "j' resolvimoB eOlTeSpondel' a la invitación que nos hizo el H. P. Pl'efeeto Apo~tÔlico. AdernlÍs nos animó el convencimiento df~ qlw era un deber nuéstro, aprovechalldo esta oCHsiólJ, manifestar con nuestro viaje, a los RR. PP. Misioneros nuestro reconocilniento como Pn~Iado y como colOlnbiano por los sel'\'ieios (11Je fi COSÜI, de grande::; satrificios, pero tambirn (~Olltan magníficos resultados, estaban haei(~lHl() a la Iglt'Hia y a nuestra Patria; y el considerar que era una. obligación Ilupstra manifeHtar personalmellte nuestro agradecimento a los abnegados HH. Maristas y u. las UR. Madres Fra.lIciseanilR, ql\Ü~IWR secundan tan eficazmente los t.rabajos de aqnéllos en la educaei6n de )08 lliflos; Debíalllm; Ül'llbipIl el abrazo d(~fdicitaci6n a queridos coplpaÜiotaH nU~l;tros quienes, COllel arma al brazo, esMll de día y de noche n~lando por 1m; illter(\'ie~ do nlll'Htra Patria; e igualmente dar l1Iwstra bendición y aura,zo cariñoso a los colonos que se encnentl'illl hoy allí entreg-adoH al tl'¡l.bajo, .Yquimles, admllás de contribuí!' COllesto It la civilizaeión, est.¡lll prontos a compartir las fatigas de ulla campaÏla en

caso necesario, en defensa de nuestros derechos. Todas estas reflexiones, repetimos, nos determinaron a hacer este viaje, en el cual hemos podido apreciar el ímprobo trabajo de los MisioIleros y edificul'nos con sus ejemplos oe ablJegación y de celo.

*

*. -)I

Xos es lllU,}' satisfactorio pOtll'l' informar a V. S. L que los adelantos alcanzados en la. categuización ;y educación de los indios SOll yerdaderamente sorprendentes. Deslle Santiago hasta Puerto Asís est-iin .ya reducidas todas las tribus indígenas a la Yida ei,ilizada; además, de que ho.y no se encuentra un solo idólatra Pli pl tl~l'1"itorioque recorrimos, el progreso CIl la instruccilÍn primaria nada deja qne des(~ar. Educa la ~fisi()n Gf.Hvarones Y' 642 niñas indíg·r,nas y de 1.j0 ¡í 200 blancos, hijos de colonoR ; es decir, a excepeión de éstos, boy se elevan al cielo de entre aquellas selvas. 1306 voceeitus inocentes cantmHl0 las alabanzas del Dios para ellos antes descolloddo, y más de 8000 '"0ces de 1m; que forman las tribus, para Haludal' con el Himno Nacional n. RU Patria, antes ignorada. Aunque llO fuera más, bastal'Ía esto Holamente para despertar nuestro ~onoeimiento hacia aquellos que, nballdonando patria. y familia, y con mayor interés que el nuéstl'O, ll(~nl1l pl progreso y la ci\'ilización hasta aquella~ incult.as montañas.

Las escuelas de varones y niñas de Santiago, Sihundoy, San Andrés y Puerto Àsís están baJo la dirección de 10s'HH. Maristas y de las RR. Madr(~sFranciscanas, respectivam~nte. (1) Los adelantoE-alcanzados son admirables: una gran parte de 108 alumnos hablan.ra el castellano, sa ben leer y contestan bien a las preguntas qUfl se les hacen. Lo~ discursos en prosa y en verso con que se nos dio la bienvenida, y un juguete cómico con que se llosobsequi6 en Sibundoy, nos admiraron por la des~nvoltura y propiedad con que cada uno de 108 indiecitos desempeñ6 su papel. Grandes han sido los adelantos que ha alcanzado la hor1iicultura en una y otra escuela, vistos los cultivos que tuvimos ocasión de vi~itar y que están a inmediaciones de cada uno de los e8tablecimientos de enseñanza. Es imposible que pueda formar idea clara de tales progresos quien no conozca personalmente aqudlos centros de educación, y ele lo que han tenido que trabajar sus Directores para alcanzar eatós resultados. Los padres de los niños, por una parte, se resisten tenazmente a permitir que sus hijos COll( urm n a las escuelas, entre otras preocupaciones, por temor de que pierdan BUS costumbres 0, como dicen ellos, se MglLn blancos; y los hijos porque, habituados como ,Î\'eu en esa edad a la oc iosidad, repugnan todo trabajo y especialment-e el que exigl:~mayor atención. Para vencer estas dificnlt,ades, los Directores han tenido que impo(1:

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nerse el trabajo de ir de choza en choza, buscarlos en los escondites, acariciarlos, colmarlos de regalos y muchas veces Ilevarlos alzados, y al llegar a la casa, darles dulce y sal de que gustan mucho, y es uno de sus mejores atractivos. Uno de nuestros mayores goces file el ver cómo han adelantado en la piedad .. Cerca de 100 indiecitos, de uno y otro sexo, comulgaron en la misa q ne, por los RR. PP. MiHioneroH y por el progreso de sus apostólicos trabajos, celebramos en uno de esos días. Fue también grande lluestra emoción al yer acercarse a la Mesa del Altar a la Congl'eg'ación Eucarística presidida por el valeroso Subteniente de Artillería, Sr. Gal'cíalsaza, Congregación formada por los colonos establecidos en Puerto Asís, a la que se unió considerable número de indios p;randes J' niños. No queremos dejar pasar inadvertido un detalle que, adeuHl.s de habernos sido muy conmovedor, da idea de la educación religiosa y, pudiéramos decir, de la cultura que han alcanzado 108 indios. Seguíamos a caballo a los niños que en rigurosa formación salieron a nuestro encuentro; de repente se adela~ta un mozo, como de veinte años, se interpone en las filas, y nos dirige el siguiente discurso: "Yo y todos los indios siendo hijos de Dios, teniendo mocha alegría viendo vos que representa 11 Dios, nostro Padre, a.quí visitándonos vos grande taita Obispo, antes no conociendo, queriéndolo mocho, siendo todos moy alegres contentos."·

Santiago, primera poblaci6n indígena, disttt de est-a ciudad nueve leguas y media y está a 2900 metros sobre el nivel del mar. El viaje a aquel lugal" no se hacía antes en menos de tres díus, por la parte más alta de la montaña, fi, pie o a espalda de los indios, con peligro de la vida, tanto por los preci~cios que había que pasar, como por lo fuerte del páramo que está a 4000 metros sobre el nivel del mar, y en el cual, según nos informaron, no era raro el que muriesen algunos pasajeros por la intensidad del frío en las épocas de invierno. Hoy se va en ocho horas por buen camino de herradura de cuatro metros de ancho, por ln, parte menos elevada de la cordillera y con relativa comodidad para los transeúntes, pues debido a lOB esfuerzos de los Misioneros, se encuentran a su vera chozas donde puede proporcionarse el viajero, leche, hue,'os, dulce, etc. etc., y pasto para las bestias. Al Oriente de Santiago se encuentra San Andrés, poblaciÔIl indígena también, distante de aquélla media legua, y separadas por el río QuinCh08, sobre el cual se está levantando por cuenta de la Misión un magnífico puente de cal y canto. Siguiendo en dirección a Mocoa,y a tres leguas de Santiago, está Sibundoy. El camino es plano, bien construído y se recorre en dos hora5. A una legua de Sibundoy han fundado los Misioneros una colonia que le dieron el nombre de San Franeisco. Muy agradecidos hemos quedado por las manifestaeionüs de cariño· que recibimos de sus hahitantí'H. Como a un kilómetro de San

Fra.ncisco pasamos el río Putuma;yo que recibe trel" grandes afluentes :l que, recorriendo de 9 á lO legnas del lwrmoso valle de SibundoJ', se precipi:' ta por entre III cordillera del Patasco.)' hast,a el valle montañoso que lleva su nombre. La. parte lUás haja, elel '~alle está a 2200 metros sobre el uiveI del mar. A doce legl1aH(~ibun(loy se encuentra Mocoa; eHt,as dos poblaciones se comunicaban antip:uamente por una trocha transit'tdaa pie o aespalrla de los indios cou riesgo de la vida. AI ver algunos de los precipicios, lus alturas, las profundidades, los ríos torl'entosos y otras mil dificultades que era necesario yencer antes de const.ruírse el actual camino, quedamos horripilados. Se nos inforin6 que se gastaban antes cinco días para llegar a Mocoa. El camino que hoy existe y que une las dos poblaciones es, u, nuestro juicio, la obra más notable qlle en su clase ha llevado a cabo la Misión. De San Francisco se asciende a una cordillera que PHhi a 2640 metros 80br~ el uiveI del mar y se des•. ciende por camino firme de tres a cuatro metros de ancho) COll un desnivel de 10 á 13 por ciento ('Il las primeras pendientes, y de media legua más o menos cada una. Continúa después por el costnrlo de la. cordIllera" fi, la derecha del río Mocoa, hasta llegar a la población de este nombre, la ellal está a 800 metros sobre el nivel del mar. En to(lo este trayecto, con pocas excepciones, el camino está const,ruído en la peña cortada casi a tajo, cn términos que ha,)' partes en que los riscos

se ven sobre la cabeza del vIaJero. Es notahilísimo el t.rabajo a este respecto, de las dOB leguas y media que llaman" Las Vueltas de la Tortuga." Al terminar dichas "Vueltas encontramos In. riquísima mina de mármol de más de dOB legua~ de extensión, y de toda clase de colores y matices. :Kos llam6 la atención las grandes dimensiones de los bloques de tres fi cua,t~netr08 de longitud por dos a tres de ~rofundid8.d. Dijimos antes que este camino era a nu~tr() juicio la parte más notable del trabajo de la Misi6n; pues no obstante las dificultades que tuvieron que vencer para volar u{luella roca. granítica en una extensi6n de tres leguas y media, hallamos uu camino resistente y bien trazado, de ascensos y descensos regularizados, y de amplitud suficiente para el caso de encuentros de cargas en los puntos peligrosos. Exœptuamos el zig-zag de uno y otro lado del l'fa La TOI'fuga, que sin grande costo y tiempo, según fuimos informados, no habría podido evitarSe. Podemos asegurar que este camino es, en su clase, el mejor dl' la llepública, y nos creemos con autoridad para afirmarlo porque, como sahe V. S.l., la hemos recorrido en el ejercido de nuestro ministerio, desde el interior de Sa.ntander hasta los límites con el Ecuador, y desde los llanos de San Martín, pasando por las mOlltañaH del Duda., el Gua.Yabero y el Papamene, y (leRpués por el Quindía hasta el puerto de Ruenaventura, y desde éste, por Barbacoas, hasta eBta cinrlad. (*) (*) E!\ta mitlIl\1l opiniólI

cmitió t>1 ..eÍlnr Corou!;1 dOli Guillermo

GllUZ(i.-

De Mocoa a Puerto Umbría hay ocho leguas (~onligeras alt.uras y depresiones hasta Urcllsique ( "pie de fa monta.ña"); como a media legua antes de eR"te lugar, y a la izquierda,

se separa el río

Mocoa en dirección al Caquetá. Continúa el camillO p~r el va,llemonta,ñoso, llevando en esta parte cinco metros de ancho, con cunetas de 70 a 80 centímetros de latitud y profundidad, para evitar por lo plano del caminoel qnepneda inulldarseen 108

fuertes inviernos. Tiene además un desmonte de 20 metros por lado, formando así una hermosísinm calle (le 45 metros de ancho por entre aquella montaña yirgfm y de árboles gigantescos de apretado follaje que miden de 30 ao 40 metros de alto por más de ViO centímetros de diá.metro. Son notables las empl11iladas y encascotados que han construído en laK partes fangosas, de casi un metro de espesor. Además, en las que el terreno es .1elt'znable hay una grande extensión emperlrnda. LOR puentes, desde San Franci~ hasta Puerto IJmbl'ía, con pocas excepciones, se encuentran en mal t~starlo. Vimos algnnos desde Mocoa renova(lOR, pero peligrosos por la forma de su construcción.

El cum ino ha sufrido gran deterioro por falta dp reparacionœ oportunas e indispensables en todos los camin08,:~ontaño80s en los que, como es natural, tielle q"':" jl~r frecuentes derrumbes,

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lez, netuaJ COlUí"al1(f rJpJ T('J'I'itorio del Plltumayo, quien nos man'l~ei\tõ, Que no lo había t'Jl'('ontmo.o ig"tHll entJ"(' lo,. de l''' daae, abajo parecía que fueran cebados, propios ya rara He-var a la carnicería, pues según los (~onocedore8, les calculaban muchas arrobas de carne y de dOR a tres de grasa. Tiene In. Misión dos trapiches americanos de muy buena calidad, de fuerza animal, en que muelen diariamente para proporcionareI dulce necesario a la MisiÔn, a 108 obreros y a 108 colonos, y otro que 8(>rámovido por vapor. Los Misioneros, superando los grandes obAt¡ículo8 que preaentan las fuertes y extensas quiebras del camino desde Barbacoas hast.a Puerto Asís,

para el trasporte de pesO!'; mayores d,~los que pueden conducirse a lomo de mula, intrqdujeroll una máquina de vapor, de fuerza de doce cn,ballos, para mover l]na aserrad ora que produzca la madera necesaria para las edificaciones tanto de la Misión como ,le Ins particulares. Está encargado lll~ la dirección de (-8tH, ColllO de otro8 trabajo!:! mecânicos, un jovpn alemán, Roberto En'rs, notn,ble ingeniero

graduado en su país, qui(mestima en alto gra.do a los MiHiouero8; testigo y admira(lor de éstos por SU celo en vista de 108 grancics esfuerzos cn pro de la civilización, a.unque de religión protel:JtanÜ~,

los venera, hace grandes elogios de ellos, yanimado por BU ejemplo no ha vacilado en secundar sus trabajos, no obstante la8 privaciones e incomodidades que ofr'eœ la, vida en tUluellos lugares incipiellteH, Bucna, lección nos dan los extra.njeros a los que desconocemos el bien q ne se hace eu nuestro favor por o~rof5 extranjeros, que han adoptado

nuestra

patriu,

grandes

ventajas

como

8U,n'1,

para procurarlloH laA

qne no:-:;oIl'eœn aquellas comar-

cas. Conocimos un piano qne dicho señor hizo para el plH:llte colgante que se está cOlll'>tru,yendo pOI' cuenta de la Mil-5ión sobre ell'ío Moeoa, para comunica,r la poblacit'in de pstenombre con los terrenos inmedintos ùeHtinados a los colonos. El-mencionado plano y lo que de {'l se ha construido, ha parecido a lOH qlW f:lon autorilla,les para juzgarlo, magnífico por HU fOl'nia y su firmeza,., Ademá..'i, el llli~lllO ingemel'o hizo IOH planos (1(~la lancha de \'aporqup pidió 'ya la Misi611 a Alemania para la nHvegaeióll

dd PutUlllU,yO i planoH q ne, a nuestro modo de \'er, no sÓlo commltan las dificultades que pueden existir para navegar dicho río desde Puerto Asís

hasta San Pedro, sino la capaeidad suficiente para in navegación desde aqupl a cualquiera de lospuerdd AmílzoIlus. ConociulOH tamhién otro señor alemán, Eduardo Dekiert, prH han, ella HO dejaba (le ser madre; y COlllO buena miraba, SliS elIlpreHa¡;; eoltlo propias, j' ùe aquí aquella mHllifestacion del illterl~S que la anima por l:-\USobras ~. sincera prueba ga IIIos uPantiago; VilllOS allí

también laf-\ illdi('(~itas y~tirlas COll los regalos del Ropero de Lourd(1í-'; \t~stidos coufeccionados por diBtinguida¡.; &:'ñm'ítH dl~ Bogotá, que forman la ARo(~iaeir)n (h~aqw~l nombre, Bendiga Dios Nuestro Señor' esta snnta obra. ¡Cu~'intoR recuerdos hieill10s ele nql1t:'lla illoIyi(lnbl~ ciu(lad donde dejamo~ tántos.y tall hnenoH amigos, ;/ a cuyo bien C'Hpiri tuaI, Pli la 1¡Pt} upña t'Rft'ra de nuestras facultad('~. dl>stilwmo¡.; la mayor parte de llUe¡;¡tra yirla ,-;ar'pr(-'wlsyerva, J produce dos tantos más de jugo que Ia ll'it111i,-tl1 el•••• -tll

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ya siet.e leguas de montaña, las que tuvimos oca,. Hi6n de ver cubiertas de espesa maleza. Y hemos dicho en mala hora, porque al corto -tiempo que habrían gastado los Padres Mi¡;¡ioneros para terminarIa, se habría unido la economía, de los' trabajos, como lo prueban los datos que tenemos a la vista: el camino en referencia ha ,costado al Gobierno, induyendo lGO quintales de dinamita que se gastaron para volar dos ~r media leguas de peña granítica, $ 1-40 oro el metro lineal; .Y el de Florencia sobre el CaquetÛ, sin estas dificultades, cuesta al Gobierno $ 2-80 oro el metro lineal. Otro de lOB artículos de grande importancia y cuya escasez empieza a hacerse sentir en este Departamento, es el ganado. Por datos estadísticos que tenemos a la vista (2) y por los censos levantados, tenía el Departamento en 1905, 2ñ6411 habitantes, y en 1912 ascendieron a. 311431; de manera que en siete años ha aumenta.;. do la poblaci6n 55020 habitantes. Preguntamos: ¿ ha aumentado en la misma proporci6n la ganadería? Conforme a la estarlística mencionada y al luminoso informe que la acompaña, vemos que no; porque aun cuaudo las dehesas actualmente están repletas de ganado, carecen de cebaderos Sllficient~~s; de aquí la necesidad en que están los hacendados de mand~r a las fronteras del Ecuador a Imgordarlo para devolverlo al consumo. Dejamos a la consideración de 108 entendidos la 80(~) A

mÛp.s ¡J"

11/.

A,;¡J1JIblt1/lllúmel'o

Hí de 1Hl:1.

lución de este problema: si con el ganad