Algunos conceptos sobre El Tango

Algunos conceptos sobre “El Tango” No se trata en esta noche alegre y tanguera, de esbozar a profundidad y con muchos detalles todo lo que concierne a...
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Algunos conceptos sobre “El Tango” No se trata en esta noche alegre y tanguera, de esbozar a profundidad y con muchos detalles todo lo que concierne a este género musical; sencillamente, es más bien, una charla ilustrativa y breve sobre los aspectos por los que más se interesa conocer los amantes del tango. Y es que en esta velada benéfica, que se realiza por una noble causa en favor de los niños con cáncer, sus organizadores y actores participantes, lo hacemos con gran cariño y entusiasmo: queremos que ustedes, estimado público que nos acompaña, disfrute de este encuentro tanguero.

Definición “El tango es un pensamiento triste que se baila”. Esta definición de Enrique Santos Discepolo, máximo creador de tangos, es para el escritor argentino Ernesto Sábato, la más entrañable y exacta.

Origen e historia El Tango se gesta en ambas márgenes del Río de la Plata entre 1850 y 1890. A principios del siglo XIX con su aceptación popular a nivel mundial la danza evoluciona hasta su forma actual. Este baile que se originó en el puerto de Buenos Aires y rápidamente se extendió a los barrios del sur, como San Telmo, Monserrat y Pompeya, tuvo su crecimiento paralelo con el de la sociedad argentina, formada por inmigrantes europeos, que aportaron muchos de sus elementos. Similarmente, con pocos años de distancia, el tango pica en Montevideo-República Oriental del Uruguay- y conjuntamente con el candombe, se adueñan del jolgorio de la fiesta en la cuenca rioplatense. Desde sus inicios, hasta la mitad de la segunda década de 1900, el tango sólo era musical y no tenía letra. Muchos autores no sabían 1

escribir. De hecho, con el correr de los años, algunos de los primeros tangos ya transcritos no van firmados por sus autores sino por avispados personajes que sí sabían escribir música y aprovecharon el vacío existente sobre la autoría de determinados tangos celebrados popularmente, para ponerlos a su nombre y ganar con ello unos pesos. A mediados del siglo XIX se bailaban chotis (danza introducida por inmigrantes alemanes dela cuenca del Volga); también se bailaba valses y mazurcas en las piezas de las chinas cuarteleras, que eran vestidas por milongueros, payadores y cantores que traían el repertorio poético y musical del ámbito rural. La presencia de esos milongueros llevo a que se conociese esos sitios como milonga, con lo cual la palabra se asoció a ese tipo de música y al mismo lugar del arrabal donde se bailaba. El Tango ve la luz en el bajo mundo del puerto de Buenos Aires entre cafetines y burdeles orilleros de la mano de conjuntos improvisados. Para darle un lugar geográfico específico podríamos entonces situar su nacimiento en los boliches de la calle Necochea del barrio de La Boca, en donde esta música encontró a sus primeros grandes nombres siendo los más destacados Rosendo Mendizábal, Eduardo Arolas, y AngelVilloldo. Los primeros ritmos sonaban en flauta, violín y guitarra, y ocasionalmente se les agregaba el acordeón o el mandolín y la armónica. Más tarde se sumaría el bandoneón, el cual fue desplazando a la flauta para ocupar el lugar principal en los conjuntos. Los inmigrantes más tarde contribuyeron añadiendo aires de nostalgia a las melodías y de ese modo el tango se fue desarrollando y adquiriendo sus tonos melancólicos. Cuando el tango posteriormente se comenzó filtrar entre las clases media, su danza, tildada de “cabaretera” no era bien vista como

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un baile propio de señoritas, por tanto por ese entonces, en su ascensión social, el tango fue una danza entre hombres. El crecimiento y la difusión de este ritmo y de su danza característica no termino allí y es así, que su alcance cruzó el océano desembarcando en Europa.

Evolución No fue difícil que el osado baile creado en la capital del Plata encontrara un terreno abonado para florecer y convertirse en curiosidad al principio, en moda y furor después. Y una vez en París, el escaparate de Europa, la capital de la moda, la cuna del chic, su extensión al resto del continente primero, a todo el mundo después, fue algo sencillo y rápido. Curiosamente, es entonces, cuando Buenos Aires se mira en París, cuando finalmente el tango entra en sus salones más nobles avalado ahora por el bautismo europeo, el mejor de los pedigríes para una burguesía emergente que luchaba por hacer de su ciudad el París de América. La incursión en mercados extranjeros fue un éxito y motivo además, que la difusión local comenzara un proceso que luego impulsaría un rompimiento de las barrearas de clase, haciendo que la música orillera que era, terminara siendo aceptada en la alta sociedad que siempre miraba a Europa. Es así que el tango paso a convertirse desde una música marginal de burdel a un baile de salón, poniéndose en marcha un proceso evolutivo cualitativamente en donde se consolida la orquesta típica integrada por piano, violín y bandoneón y donde comienzan a resonar los primeros grandes nombres (Gobbi, Bevilaqua, Ponzio, Villoldo; Castriota, Arolas, Maglio, etc.). A todo este periodo se lo denomina “guardia vieja” y el tango hasta aquí era pura melodía y baile, este periodo se extiende hasta los años 20.

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A partir de allí, la refinada melodía pasa a ser acompañada de letra. Es a principio de 1917 cuando por vez primera se estrena un tango con letra en lugar público, este fue “Mi noche triste” versificado por Pascual Contursi, sobre la página musical del pianista Samuel Castriota; el hecho tuvo lugar en el Teatro Esmeralda (hoy Maipo) de Buenos Aires y la vocalización estuvo a cargo de Carlos Gardel, quien con su melódica voz se gana el apodo de “Zorzal criollo”. Este excelente cantante se encarga de difundir la música porteña por el mundo entero llegando a generar adoración entre el público. Su contribución no solo es con su voz, también se dedica a componer y en su haber se encuentras grandes obras del género como son por ejemplo,“Por una cabeza”. Entre los primeros ilustres del canto, junto a Gardel, están: Ignacio Corsini y Agustín Magaldi, mientras que entre las voces femeninas se destacan Tita Merello, Azucena Maizani, Ada Falcón, Rosita Quiroga y Nelly Omar, entre otras. En una evolución progresiva, el tango sigue conquistando el mundo. Del lado de la música, en la década del 30 se destaca la orquesta de Juan D`Arienzo quien le da un ritmo más apurado a las melodías marcando fuertemente los compases, ganándose así el apodo de “El rey del compás”. En la década del 40 el género rioplatense termina de imponerse, y es por esos años que el tango alcanza su época de oro y en donde se apropian de la escena una enorme generación de poetas entre ellos Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi, y los hermanos Homero y Virgilio Expósito; con ellos también aparecen excelentes intérpretes dados por los cantores Casal, Berón, Rivero y Marino a los cuales acompañan las orquestas de Troilo, Pugliese, De Angelis y Francini-Pontier. En los 50 en el barrio de Saavedra aparece otro grande: Roberto Goyeneche “el polaco”, que dueño de una excelente voz, trasciende los límites de la interpretación, siendo a mi juicio,uno de los mejores intérpretes del género, haciendo que el oyente lo sienta como 4

protagonista de la letra que canta. La primera orquesta que lo acompaña es la del afamado Horacio Salgan, pero quizá, sus mejores piezas las hace junto Aníbal Troilo formando con su orquesta una dupla inolvidable. En los años 60 el género ya comienza a decaer en impulso, la última voz en copar la escena de los grandes es la del uruguayo Julio Sosa, mientras que del lado de las letras podemos citar a unos pocos que aportan la calidad acostumbrada, entre ellos podríamos ubicar a Cacho Castaña con dos grandes obras: “café la humedad” y “Garganta con Arena” siendo esta última, dedicada especialmente “al polaco” a quien ya, los avatares de las largas noches le habían enronquecido la voz, pero sin por eso menguar en su excelencia interpretativa. Lo que sigue después es el auge del excelente bandoneonista y compositor Astor Piazolla, el cual da forma a un nuevo tango, siendo este, aún hoy, relegado por algunos que lo desmerecen como tango propiamente dicho. Piazzola desde los 14 años ya se perfilaba como un grande del bandoneón sorprendiendo en sus comienzos al mismísimo Aníbal Troilo. La gloria trajo también y simultáneamente el rechazo. La sempiterna dinámica social se puso nuevamente en marcha, lo antiguo frente a lo nuevo, la censura frente a la apertura, la tradición frente a la renovación. Los detractores del tango surgieron por doquier y fueron incluso ilustres y famosos. El Papa Pío X lo proscribió, el Káiser lo prohibió a sus oficiales y la revista española La Ilustración Europea y Americana hablaba del "…indecoroso y por todos conceptos reprobable „tango‟, grotesco conjunto de ridículas contorsiones y repugnantes actitudes, que mentira parece que puedan ser ejecutadas, ó siquiera presenciadas, por quien estime en algo su personal decencia.". La cita pertenece a esa revista española, pero resulta fácil encontrar otras paralelas en publicaciones inglesas, alemanas o, incluso, francesas. No obstante, para cuando llegó la reacción la suerte estaba ya echada: el tango había triunfado. Hubo vestidos de tango, color tango, 5

tango-thés… el tango fue el baile rey de ese mundo de preguerra que habría de terminar muy pronto con el primer enfrentamiento armado mundial. Después, el tango siguió viviendo, nació con fuerza el tango canción que le tomó el relevo al tango baile, pero con un éxito geográficamente más restringido, el mundo, en una nueva preguerra descubrió y admiró a Carlos Gardel. En todos estos años el tango tiene una brillante historia de auges limitados y declives relativos y una continuada vida a lo largo de la cual se ha desarrollado tanto el baile como la música hasta llegar a un nivel de sofisticación y depuración que dejan a las claras la madurez de esta manifestación que vive ya en las primeros décadas de su segundo siglo de vida. Las últimas composiciones destacables están dadas en “El último café”, cuya letra corresponde a Cátulo Castillo y la música a Atilio Estamponi.Otracomposición que bien vale la pena citar es “Café la Humedad” –un tangazo-escrito en 1968 por Cacho Castaña e interpretado por Rubén Juárez. El Café La Humedad estaba en una de las cuatro esquinas de la avenida Gaona y Boyacá, en el límite de Flores Norte en Buenos Aires (ahora es un mini mercado). Concluyendo, quiero referirles que, hoy por hoy, ya casi no quedan grandes en pie, uno de los pocos es el pianista Mariano Mores, autor de excelentes melodías muy memorables como “Taquito Militar” por ejemplo. Espero hayan disfrutado de estos apuntes, preparados especialmente para esta noche tanguera y benéfica. Buenas noches.

Charla a/c de Alejandro Bautista G. Centro Cultural “La Potrera” el 07/11/2014 Hora 7PM Velada tanguera a beneficio de niños con cáncer

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