6 Las siete trompetas

Contenido ......--­ En cada número ­ - -- - -- - - -- ­ it Lt 3° En perspectiva J Vlalimu Polanco Editorial Israel Leno Desde mis lecturas Pablo...
4 downloads 4 Views 16MB Size
Contenido ......--­ En cada número ­ - -- - -- - - -- ­

it Lt



En perspectiva J Vlalimu Polanco

Editorial Israel Leno

Desde mis lecturas Pablo Perla

Artículos - - - - - - - - - - - - ­

6

Las siete trompetas de Apocalipsis: Aspectos relacionados con su interpretación ~gel~. Rodnguez

12

El historicismo y las siete trompetas Jon Pouhen

18

La primera y segunda trompeta: Una interpretaci ón Ronald Rojas

22

La tercera trompeta AlelO AgUllOI Gómez

2it

Las trompetas sexta y séptima Reunar Veme

-

Profetas

Patriarcas y profetas

yreyes

Consejos sobre la obra de la Escuela Sabática

El Deseado de todas las gentes

Mente, carácter y personalidad tomo I

Mente, carácter y personalidad tomo II

Mensajes para los jóvenes

Hijas de Dios

Fe y obras

Eventos de los últimos días

Los hechos de los apóstoles

La educación

-

Todos con el texto corregido y actualizado, y letra más legible Conducción del niño

Servicio cristiano

G

APIA ",ocillciún Pll hliclldnr-.l IlItl'ranwricanll

21)0 5 N ' tl7 \ t l)or.d Flun J ;¡.I t 2 EE.lI l!.

lel. I JO." J 5W

@Iadpa

TTUli ll"

oo.n ¡¡IX (J 1I51 5lJ:! :N9lJ

;aupa .tlrg \

"WIV j¡¡dp¡¡.lIrg

-

L

AS 51fT[

TROMPETAS DE ApOCALIPSIS,

--

-----

¿QU E SIGNIFICAN?

Mientras preparaba esta edición de MINISIffiIOrealicé una bús­ quedaexhaustiva en los archivos de las publicaciones denomi­ nacionales mas importantes. Me sorprendió mucho descubrir que se ha esafto poco sobre este tema. La única revista, hasta donde in­ vesti~ué, que ha publicado una serie de artículos sobre las siete trompetas fue la Rewiew and Herald, que entre julio y a~osto de 1935 sacó ala luzseis artículos escritos por T. M. French.

Así que pensé que si queríamos un número de MINISTBlIO ADV nsrA que analizara las siete trompetas, tendríamos que buscar artículos inéditos. Nuestro desafío era conse~uir ~ente que ofreciera una ex­ plicación bien fundamentada sobre el tema en cuestión. Hicimos contactos con más de una docena profesores de Teolo~ía, tanto de Norteamérica como de Interamérica. Estas fueron al~unas de las respuestas que recibimos:No puedo;no ten~o tiempo; de eso no sé. Por suerte, hubo un srupo de valientes que aceptaron el desafío: Ronald Rojas, estudiante dodoral en la LJniversidad Andrews, Rei­ mar Vetne, profesor de Nuevo Testamento del Seminario Teoló~ico de la Universidad de Montemorelos yAlejo A~uilar, profesor de Teo­ logía de la Universidad de Novojoa. Ellos compartieron con noso­ tros sus investi~aciones sobre la primera y segunda, tercera ysexta y séptima trompeta. No hubo espacio para abordar dos trompetas muy singulares: la cuarta y la quinta. Quizá usted pueda animarse y enviamos su inter­ pretación sobre estas trompetas a fin de que sea publicada en un futuro número de MINI~TERlO ADVENTISTA.

Editor asociado de MINISTERIO ADVENTISTA

-------------------- ---4

-, • AÑO 70

N° 1

Israel Leito

I

• Israel Leito, !xBSidtlll'" de la

Enlt1e

'1.1 ,¡pIIlI(>(1 SOtlr6

[);visiL~i Il1ttil(lmeflCéIIld'

"""e :1111r.ulo a.

mllli,,[,

l

lQ@,adpa r.u

» «¡Tocad Lr()l11pela m SieJIl, IJloc!clI1wc! ayun(), Wl1vocacl il.\ulllhlcu, rcwwl ullJtlc­ blo, santi(¡cacl la 1't'1.IIIicín, JW1Lwl ulos ullciwlOS, con,~/l'?,ud el los ni/los, Clun Cllos e/ue l/lem1Cln, y sCl /ga de su u/(()!Ju dno\'io y de su lecho ,wpciullu /lOviu/ Ell tre la ('n/ru­ da y el (/ IlClr 1'Iorcn los ,au:/(Io/ '5 l11inistms deJe.ho\'{¡, y digCIIL "Perdona,.!ehov¿í, u tu pUeblo, y no cn/rcgucs (/1 oprobio Lu hercclud p U/(l que no 1(/ dO/llinen las /lUÓ O­ nes. ¿Por que hall de decir enl re los pueblos' 'Dónde cSle1511 Dios 'i"» (jocl 2: .L5-1 7) .

en este c\pi­ túlo el pwlt.'ta declara de. manera iJn pe ra,ti\'a q ue h ay que toca r la trompeta (vers [ y 15) ¿Quiénes son los responsables ele lOcarla ' Dios le ordenó a Moisés fabrica r «dos trom­

petas de plata» ( úm. 10 2). Estas trompetas de­

büm ser tocadas de forma exclusiva por los «hijos d e

Amon)); es decir, «los sacerdo tes )) (vers. 8), Com o Lo­

dos sabemos Eleazar, el sace rdote, iba a la guerra «con las

trompetas en sus manos para Locar)) (Núm. 3 1: 6 ; c{. 1 Cró n .

16 : 6 ; 2 Crón. 7 6) Las trompetas c\esempeñabaI~ un papel relevante en la vida del sacerdo Le (2 Crón. 29 : 26), puesto que él era el responsable de dar a la trompeta un Loyue preciso y certero . Como adve.ntisLas creemos en el sacerdocio d e Lodos los creyentes (2 Pedo 2: 9); sin embargo, los pasLures hemos de estar bien conscientes que es nueSLra responsab ilidad Lener la trompeta 'n la mano y tocarl a ante nuestro pueblo. Joe.l menciona claramente a "los sacerdotes y ministros » en el citado pasaje. Nosotros no solo somos responsables de to­ car la trompeLa, sino que LambiE"n hemos de ser los prime­ ros en invoca r el perdón di vinu. Somos centin elas, y es nuestra responsabilidad toca r la Lrompeta y dar el sonido alerta a n uestro pueblo (Eze . 33 : 4). De hecho, en caso de que seamos negligentes en cumplir esta solemne labor, re­ cibiremos un terri ble castigo (Eze . 33 6) ¿Cómo sabemos que estamos dándole un toque certero a la tromp La El profeta Ez quid dcc:lara «A li, pues, hijo de '

D

OS VECCS

hombre, te he pues to por centinela

de la casa de Israel: tú oirás la palabra de

mi boca y los aI110neSl;1r;lS el e mi parl e »

(Eze l3 : n Nuest ra tro mpeta sc halla hien alim­ d a cuando lo que sale de ella son las palabras que Dios ha

puesto en nosotros. Por taI1l0, es nuestro sagradu compromi­

so anunciar al pueblo un I11CI1..'iaje que se base no en fábulas

ni en especulaciones, sino en un «así d ice Je hovéÍ )). ¿Será po­

sible que como pastores no estemos dedic m clo Liempo SUll­

ciente a escuchar la voz de. Dios y luego transmitir ese. men­

saje a nuesLra grey) Pastores de lntcramérica: Nos Loca asumir

col1 valor y den uedo l1ue-stro papel y de e nünelas de Cristo.

La sierva de Dios nos acon sej a: "El ministro ~a nliJi ca d o no dcbe. twe.r enga no en su boca. Debe ser ahierLo como el día , lib re. de toda mancha de mal. Un ministen o y una [Xensa sant ilicados ser:'i n un po­ der para h.Jce r brillar 1,1 luz ele la verdad en esta genera­ ción adversa . Luz. hennanos, necesilamos mas luz. Tocad Lrompeta en SiDn; dad ala rma en el mOnLe sanLo. Reun id a la hueste dd Seilor., con corazones sanl ihcad05, para que escuche.n lo que el Señor Liene que decir a su pue.blo; porqut' él tiene más luz para lodos los C[U f' qu ieran 0 11'» (Ti:.sli rn onios p ClI d los mil1istros, p 410).

He mos cledicado eSLe núm ero de MI Nls rERIO A OVEI'mSl A al estudio d e las trompetas d e Apocalipsis. Como v remos la iglesia no tiene una posición d ell nitiva al respecto. En lo c¡ue sí tod os estamos de acuerdo es que tenemos C¡UL' tocar la trompeLa d e salvació n a los oídos dclmundo. En ('SO no hay di coLO m ía entre n osotros . MaraIlata MAR-ABR· M NISlEPIO AlJV[Nn~

5

ARTíCULO

:H~ BIImts 00 fa A..~ Gff!O'B!.

I

Ángel M. Rodríguez, el.,:ireclar del hst fiN. (jp iMlStlgar•• EJ1vie Sl l opln' n ~ este anrcul~ a: mlnlStario@lacjp.'! or

te mpetas SI

cali



15

ionados con su interpret,ación

Ángel M. Rodríguez A EcaON DE L\S ~1E1T: mOMI'ElAS

...__.r

de Apoca­ Ji psis 8-11 es una de las secuencias pro G'­ tic3S más d ifíc iles de interp reta r. El len­ guaje y [as m tMora son cClmpleJos, y u aplieaci n a detemlinados acomecimien­ tos históricos ha generado una vmiedad de puntos de vi La. ESLa ince rtidumbre interpretativa p odría generar corrfusión

en los miembros de la iglc.sia y en los Inte resados en en­ contrar en esta profecía apocaU pLica una im rprelación clara y definitiva. En la act uali dad no existe una inte rpretación concluyente al re pecto. Quizás la pregunta que debemos abor­ dares: ¿Qué se puede hace r para evitar translórmar CSLa diver­ sidad de opin iones en una confrontación teológica inLerna 7 Permítan me suge ri r dos cosas. En primer luga r, de hemos pedir al Señor que fortalezca nuestra volunLad de trab,~ ar Juntos , con un espí ritu de ..amor y humildad cnstianos a lin 6

l.

• AÑO 70 - N° 2

__

de edificar la iglesia En segundo lugar, debem os ponemos dc acuerdo sohre L'l1ll1O abordar eSLa profecía apocaliptica: es decir, cu,\1 seria la herm néutica con ecta Principios básicos

[ o tengo nada nuevo q ue ofrecer, pero voy a subrayar la I1C esiclad de penna necer lírm mente comprometidos con nuestros inn egociable prinCIpios de interprelación a poc3liptica . numeraré algunos de ellos en el contexto elel 6 tudio de las trompetas. l . En la interpretació n de las LrompeLas, 105 te6 1ogos ad ­ ve ntistas h an empleado casi siempre el método hist ori­ cista de intc rpre Lacion proféLi a, p ues dicho méwdo se basa en las n.l ismas Es Tiluras . 1 ángel Í11 térprelf pro­ porcionó este método a los visionarios apocali pticos y ha demostrado ser u n enfoque va lido pa ra int erp retar la pro fecía apocalíp ti ca , puesto que fue el método usa­

do por Jesús , los apósloles y 10$ intér­ pret.es a lo h rgo de la historia cristia­ na. Aunq uE: e n estE: artículu yo no voy a propor-cionar llKla lzt evielcncizt neeesalia pztrzt apoyztr los clemCl1tos más signillcalivos del m{lodo histo­ ricista de imerp retaci ón,l sí creo que los siguientes son inelispenszt­ hles zt Cm de obtener una interpre­ tación adecuada ele las trumpetas: a. La pro fec ía apocalíptica abarca LOdo el curso de la hisLUria des­ de elliempo del prufeta hztsta el mismo fin de la hi storia (ver Da mel 7) Cun el fin de se r fie­ les a eSla metoclo lugfa, es ne­ ee~lIio aplicarlo al ciclo visionari o apocaliplico de las siete trom petas. Al examinar eSla profecía elesde nuestro momento histó rico, debernos darnos cuen­ ta de que algunos elemen tos ele b proleeízt ya se. han cumplido ITlientras que otros están en el proceso de cumplim ien Lo o pmnlo se cumplirán b. l cu mpli miento de la profecía apoca.li ptica ocurre en el curso de la histllrizt en su conjunto. [n consecuencia, nu puede y nu de he ser interpretado en el senti do del prcterismo o dellúturislllo, ni ap licado a bs abstraccio­ nes conceptuales desconectacbs ele acol1teci micl1LUS hist líl-icos concretos (idealismo). c. La recapitulación es fundamental en las pro fe cías apo­ cal ípticas (Dan 2; 7; 8; 11) Las trompe tas recztp irulan la historia descle. ulJa perspectiva pa rLicular y en cjc rLa medida, son ztnalogJs a otros séptup les ciclos proft~ lJ­ cos que se encuentran en Apocalips is. 2 Cada paralelo analizzt el penodo hi stórico desde ángulos difere ntes y, sin emba rgo , complementztrios. 2. La naturaleza apocalípLica ele b visión apunta a un cum­ plimiento en un ztconteci miento o proceso histórtcO con­ creto. En Olras palabras, los cumplimientos múlLiples de b s trompetas deben se r excluidos de la discusión. ; EsLO ha SIdo conSIderado por nosolros y pUl' el esc ri LO r bíbltco

como unzt cztrztcttTística fundamental de la profccízt apo­ calípticzt rOl' ejemplo, Daniel le dice al rey de Babilul1i~1: «Tú eres aquella cabeza de uro» (2: 38): de mZll1era simi­ 1m, en el capítulo tl el angel Cabriel identifica al carnero y al macho cabrío eumo «los reyes ele Iv[cdia y Persizt» y al «rey de Grecia» respectivamente (8: 20,21). -" L;lS trDlllpetztS no son los últimos juicios escatológicus ele Dios sobre los pecadores impenitentes, sino juicios que OCUlTen en el curso de la historia. Por lo lanLO, debemus distinguir claramente enLre el propósit o de las lrom[Jetas y el de las siele plagas (Apoe. 16) Las pbgas se produc i­ rán en un momenLO histórico específico justo antcs ele la segunda venida 4. La mcnClón ele los períodos de tit'mpo dentro de bs Lrol11­ pctzts elcben ser cuidadosamente c.sludiztdus zt (in de deter­ minar si se trata de pcríoelos proféticos o algo más. Si la MAR-ABR· :,';,

refe rencia es a perí odos profélicos, d ebemos WHar de encontrar eJ cumplimienlo histó rico ap licando el ptinc i­ pio de d ía por arlo a dichos períodos.

5. Debemos estudi ar cllldadosameme los antccec!cnl c5 hí­ blicos clellengua je y las metáforas usadas para d esc lihir caela trompeta antes de inlentar idenuu c:ar su cul1lplimie n­ LO hisló ri co. Este elCmCJ11 0 meLod ológico se basa en el p ri ncipIo hemlenéulico de que la Esc litura se inlCrpreLa a sí misma. 11 apltcación excl uye e l uso d e nueSlra ima­ ginación para dete rminar su si gn ificado idem ificar su cumplimienLn. Utilizar eSlll s principi os !l O garanti za la unanimidad ele imcrp retación, pero eSLablecerá algunos parámelros im por­ lanLes a la hora ele propone r un significado a las trompelas. Au nque las elilercncias de o pinióll llO pucdcn dcsC In Rtica, Mientras es la m ewdologla r anicL1lar no se me­ noscabe, la igle ia el be permitir la d ivc rsida 1 de interp re­ taciones ," Reconocer esto d ebe descarLar Las inl rpr ' lac io­ nes dobmáLicas y las discusiones acalo mdas que fácilmen­ te podrían sac rificar la humildad y el amor o· Lianas, Cada il1lerpretación pro p~l es l a debc debalirse en lérm inos de la validez del análisis del texlO bíblico y su p res unlo cum plimiento hislórico,

P(lr ejempl , ver William Johnsson , «ApocalipLica blhIiGI», en Teolog¡a: Fundamrntos brbhcos de nucsrrafe (0 01 aha r.1 r presentan mO\'lIl11cn­ lOS mundiales que se ii1lo 3rnn en Fran i3 dur parece ar repe ntirse (ll13 e! 16: 9) 0 Es to tam b ién se di sciern en la introducció n él las siete trom petas (8 2-5). En Apocali psis cada conj unto ele siete (si ­ te iglcsias, siete sellos , siete trom petas, iete plagas) es in­ trod ucido por una esce na e n el sa ntuario lApoe. 1: 10- 12 ; 4 -') ; 8 2-5 ; 15: 5-8) que a punta a algún aspecto del sn vi­ ciu israelita. En d caso de las trompetas s ñala al se rvi. io diario . [Jorque el sacerd oLe ofrec[a incienso en favo r de los adoradores (Éxo. 30: 8 ; Luc. 1 8-10) Por tanto, ello su­ giere que la gracia no ha tcrnlinado cuando se lllcan b s trompetas.

La ira de Dios. n la sé.ptima trompeta se hace ref ­ rellcia a la ira de Dios (ll 18), la cual ya fue mencionada Cll el sexto sello (6 : 17) esto indica que la séptima trom ­ pe ta tien su c um p ltmiemo durante el sexto sello y tod, s las d emás , consecuentem ente , se cu mplie ron antes de este tie mpo. Le/S UlaCi0l1l'S de Ius santos. Si las trom petas responden las oraciones de los santos, la pregunta l' ~ , ¿cuale s uraciu­ nes' Aunque hay un vi nculo tc xtual con las oraciones de

MAR-ABR·

------ --------- - ARTíCULO los santos ljue aparecen debajo d 1al tar (6 10) , fíj ese que las trompetas no so lo dan respuesLa a las oraciones de ese grupo de crisUa nos, sino también a «las oraciones de todos los sa ntos» (8: 3)7 De manera que, las trompet::\s deben verse como juicios que s e 'tienden d e de el inicio de la era cristiana h::\sta el fin ,

Las trompetas y las plagas La similitud entre las trompetas y las plagas es incucs­ tion::\ble. Ambas d escriben juicios que caen so brc los mis­ mos elemenLos y en el mis mo orden: las pbgas hieren 1) la tierra, 2) el m::\r, ) los río, 4) el 501,5) a los malvados con oscuridad , 6) al río Éufrates 7) y al ll1undn con un JuiCIO rmal ( im~lgl'n cs de relámpagos, voces , truenos, un terre­ moto y grande granizo) H Deb ido a esto, se puecle concluir erróneamente que am­ bas describen los mismos e entos,9 Por eso es neccsano dife­ renciarlas:

L. El adjetivo «postrems», «últim::\s» (15: 1; 21: 9; gr. (-,( hu· tos) d i.stingu las siete plagas de las siete 1rompetas, ljue también son llamadas plagas (9: 18 , 20). Son las ultimas «porque en cllas se consuma (gr. (dé) la ira de Dios» (J 5: 1). Esto revela que las lromperas son el preludio o el anti­ cipo de las ti/timas siete pla (apsllllhos) solo se ulll= en

I\pocalipsis 2. Atgo que p"recif:ra lener mucho más senudo qu Icknul;Q1r" esla estrella LQn Alil.J, hclerde los Hunos 'lOO dC), idenLtficaciuII populariZ>lda en rlUcsun lill.t­ sia por tias -mil h ,JI publicor su comenlano sobre Apocahpsb \!l1 1865 . 3. L1 exp resIón «le.rcera r em e» , además de estar asoclUcb e n Ap GlhpSI Sl~I11 tm: con el reino d~ Salanás, ramblen nos habla del atcanc páred del jwdo

rcpresel1l.ado flo r la Lercera LrompeLa. 4.

Para una descnpci6n d 'e!>l,t hierba y de susdeclo

de in[ '"ClUOn , sobo' todo

a nivel det lSlema ller.1 so ccmeat, ver Clullon 1:. Amotd (d. Zondnvon II/us­ Irat,,1 B/vl, l3aú'glVllnds Commmta')' (Zonclc.nmJl : Granel R"Pids, Michigan. 2002), l. 4 , P ,(13. Para ahondar sob", la relación entre la loxlcrclad del "JentO )' la muerte espiritual. vcr la explicad n sobre Apoc.l lipsl.'> R: 1 1 de D:wlu E. Aune en " ¡¡,-ti Biblllal CommtnWJ) I, INw,,,, .'i2b: Re':rli11ian 6- 1G(Dollns, rexas:

Word Book_, Puhhsher, 1998.

¿Está usted

listo para leer este libro?

En esta obra el pastor Randy Roberts nos muestra cómo vivir preparados para encontrarnos con el Salvador ahora y siempre.

ca

APIA T 23

- - .'

I

Reimar Vetne, dCOor Eln TF.!IJIoga e:; rr

Env1r

~IJ oplnlOl1 solJ(a

,l!S(lT de

~ Teslm l6I1to ,.

la Un"

~ ¡la ~tm1(J9it).~ Má'«:C

estE' ar1K:luo ¡¡ lll.rInían curazo. de Jliego, ZGfiro y azuJn: Las cabt:zus de los [CI­ bailas erCLl1 como CClbezas de leones; y de sus bocas salia Ju ego, hUl110 y aZI~rrc, Por (,Lm tres plugas fUe muerta la Lucera parte de los hombres.' por el Juego, el hWJlO y el ~ufrc que salio de sus bUCClS, pues el poder de los cctballos estaba en sus bocas y en ~ IIS colas; porqu e sus colas, emeJantes a serpientes, 1>Ilían cubezas, y con ellas clClli an». La descripción de los jinetes de la seJ'\ta trompeta es muy parecida a las caracterísLicas de las bn(TOSlaS s mejantes a los caballos mencionados en la quinta. P ro hay algunos detalles que sugieren que la lucha s ha inLensiJicado. Los guerreros de la quinta trompela leman diemes de leones (vers. 8); ahora todas las cahezas son como leones (vers 17) Las corazas dc hierro (vcrs. 9) se han convertido ahora en fucgo cncendido (vcrs. 17). Los guerreros de la quinta trompeta utilizalxJ.l1 la cola (ve rs. 10); ahora usan tanto la cola como la boca (\'crs 19). A las emidades de la quinta trompeta se les pcrmilía :;0 10 atormentar y no matar (vers. 5); ahora se les permite malar a la tercera parte de la humanidad (vers 18) 1-1 rudus estos paralelos sugieren que la quinta y la sexta trompetas describen el mismu poder O movimiento, pero e! tiempo ha avanzado y la guerra espirilual se ha intensificado l lllalelial de sus anna, es interesante. le ejército eSla equipado con anllas clellago ele fuego: fuego, humo yazu [re. Si la frase «un ejército del infierno» [uera al un:l vez adccmd:l.

-

--- ----------

--------

- - ARTíCULO

elllonces es aqu í. Esws fu erzas son la 'lite de los s oldados de Satanás. y en cantidades masi­ vas. i el pueblo de Dios ha eJe sobrevivir a eslo, necesi­ tará del sello y la prOlección especial de Dio , que aJortu­ nadam e n te obtien e (ver Apoe 9 4)

Hemos de tener en cuenta que el poder de los fi netes se encuentra en sus «bocas"­

Doukban escribe: «Las ideologías que surgen de la Revoluci.ón Francesa . el m:lr­ xismo , mate riali smo, evolucionismo . y el racionalismo, pemlean nueslras vidas imclecluak,S. Las corrientes seculares y ateas p neLra n incluso las vieJas re­ Ligiosas)) .15 I-Temos de tener en CLlema que el pode r ele los Jine­ tes se encuentra en sus «bocas» . La «boca)) en el Apo­ calipsis es un arma espiri tual tanLO para Dios (Apoe. 1: 1 ; 2: L6; 19: 15 , 2J) como para el enemigo de Dios (Apoc 12: 1c; 13: 5- ; l6 13-]4) Una vez más vtmos que la hatall e entre las fu erzas d el bien y del mal es verbal e ideológica más que física o mililar. V, rs. 20-21 «Lo ' demás hombres, los que no fueron muerios con estus plagas, ni aun a.