2. AGRICULTURA PRE Y SEMI-INDUSTRIAL

2. AGRICULTURA PRE Y SEMI-INDUSTRIAL Casi todos los agricultores pre-industriales y colectores de alimentos consiguen una gran cantidad de energía res...
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2. AGRICULTURA PRE Y SEMI-INDUSTRIAL Casi todos los agricultores pre-industriales y colectores de alimentos consiguen una gran cantidad de energía restituida o devuelta a partir del ttabajo que tealizan. EI Indice energético (E^), que expresa la relacción entre la cantidad de energía consumida en la producción de alimentos, y la energía contenida en estos, es mucho más elevado en cualquier sistema industrial de agricultura, debido a que la utilización de materias primas energéticas fosiles es nulo o muy escaso en la agricultura pre o semi-industrial. Esta compazación queda reflejada clazamente en la Figuta 1 que condensa datos a paztit de los Balances Energéticos. Una escala muy similaz existe paza outputs de proteínas obtenidas, por unidad de input de energía. La Figura 1 no debe set intetpretada demasiado literalmente. No se ha hecho ninguna corrección de las variaciones del suelo o del clima; y los inputs para todos los sistemas en la parte superior de la escala (valotes de E^ supetiores a 5)^se calculan a partir de hotas de ttabajo humano y animal con conversiones de hotas a energía consumida, que solo pueden ser aproximadas. A pesaz de todo esto, la situación que refleja a grandes rasgos, es bastante real. Los cazadores-recolectores y los agricultores de subsistencia conocen perfectamente las técnicas tradicionales del aprovechamiento y recolección de alimentos: acualquier forma de Agricultura representa un esfuerzo para alterar un ecosistema dado, de manera que aumenta el flujo de energía pata el hombre...^20. En resumen, éstos suministran las materias primas energéticas disponibles para el hombre. Sin embargo, no hacen esto sin riesgos ni faltas. La mayoría de los agricultores de subsistencia poseen unos conocimientos extremadamente sofisticados de sus propios ecosistemas, identificando muchos cientos de especies y subespecies botánicas y cosechando alternativamente unas y ouas con el fin de explotar intrincadas interdependen17

cias. Ottos reconocen hasta 30 tipos distintos de suelos de sus territorios, y emplean este conocimiento al máximo posible.21 Incluso Goutou estima que debido a sus actividades, en el año 1953, un 40% y un 30% de las selvas de Filipinas e Indonesia, tespectivamente han sido reemplazadas por la famosa sabana hetbacea que ha convertido una gran parte del Suroeste Asiático en un desierto verde. A1 mismo tiempo, aunque las dietas son frecuentemente adecuadas y variadas, por lo genetal existe poca protección contta los petíodos de hambre y escasez, de forma que las enfermedades catenciales especialmente en los niños, son bastante frecuentes. Mientras que la producción industrial de alimentos no puede escapar de críticas semejantes, la mayoría de los pte-industrialistas no han logrado claramente la perfecta felicidad y armonía ambiental que algunos les atribuyen.

Energía y trabajo . Los elevados índices energéticos tienen también importantes consecuencias sociale^. Quizás la mayot sea el que a lo largo del año nadie tiene que trabajar duramente para conseguir alimento. Se dispone de un amplio espacio pata el ocio y frecuentemente también para una rica vida cultutal, lo que ha conducido a sugerir a muchos que los cazadores-recolectores, así como los agticultores pre-industriales, debido ptincipalmente al ajuste de sus necesidades con los recursos disponibles, Ilevaban una existencia de auténtica opulencia, una especie de edad de oro del bienestar^3. Estas escasa^ necesidades de trabajo, resultan quizás sorprendentes, peto son una consecuencia dírecta de los elevados índices energéticos. Un caso hipotético nos sitve pata aclatat este concepto. Supongamos un agricultot que tiene tres «equivalentes adultosm ayudantes, cada uno de los cuales necesita 10 MJ (2.400 kcal.) de energía nutritiva al día. EI total consumido por el grupo es de 40 MJ/día. Si el índice energético, posee aproximadamente el valor notmal de 25, el agricultor requiere consumir solo 1.6 MJ/día de trabajo físico, es decir; dos horas de ttabajo diatio -esto equivale a la cuarta parte de las hotas de ttabajo desempeñadas diariamente por un hombre-. En efecto, muchos agricultotes pte-industriales consiguen rendimientos de este otden, dedicando solo el 15-25 % de su jornada diaria a las tareas y trabajos relacionadas con la alimentación. Por ejemplo, en el caso 18

Indice de Energía (f,) Er

70

_ Energía extraída Energfa aportada

^

E,

PIE DE LAS EXPLOTACIONES ^ O EN MUEILES

- Guisantes RU - AZUCAR DE REMOLACHA, RU• (a pie de f3brical

]Subsistencia, cultivo de mandioca

60 50

0^5

40

-Campesinos chinos, años 30 0^4

30

03

20

Cultivos tropicales, subsistencia límites normales 02

- PAN BLANCO RU (en tahonal• ^ Toda la agricultura, RU 1952

- Leche RU ZToda la agricultura, RU 1968

ZTodo el abastecimiento de alimentos, RU, 1968

^^t•t :^_

- Gallinas en batería (huevosl RU

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10

0•1

- Carne de pollo, RU

Cultivos tropicales, alguna fertilización y maquinaria - Limites normales 0^05

5

- Remolacha azucarera, RU

a

- Flotas pesqueras, RU

0^04

- Trigo RU 0^03

3

^ Mafz, USA Cebada RU 1Maíz RU

2 ^

0^02

_ Patatas RU

esquerías de crustáceos, Australia

Huerto-Jardín familiar, RU ^Arroz, USA

t ^

O^Ot

1

- Pesquerías, Adri9tico Otras pesquerías por debajo de 0.004

• Indica: A pie de f8brica o comercio.

Fig. 1.- Indiccs de encrgía para la producción de alimcntos.

19

de los iKung, bosquimanos del desierto de1 Kalahari (Balance Energético 49), 2/ 3 de la población total invierten 2-5 días pot semana en recoget alimentos, en tanto que los días restantes no trabajan en absoluto. Considerando la población total, y una semana de siete días como base, solo el 23% de la «semana de trabajoA se dedica a la recolección de alimentos. Dadas las extremas condiciones ambientales, esto patece algo asombroso;. como más adelante veremos, resulta «solo^ unas tres veces inferior que el sistema alimentario del Reino Uni-

do. Una amplia exposición de este importante tema de la ptoductividad del trabajo se contempla en la Tabla 2, donde los outputs energéticos de los alimentos comestibles se compatan con las horas de ttabajo humano dedicadas al cultivo de plantas alimenticias. Hay que señalar que el trabajo indirecto (pot ejemplo, para conseguit ttactorés, fettilizantes, compras de piensos y otros inputs extetnos a la explotación), no se incluye aquí; tampoco se incluye ningún ptoceso de los alimentos después de cos^chados ni de su distribución. Los outputs son por lo tanto «a pie de explotaciónb o, en el caso de sociedades pre-industriales, el consumo doméstico. Queda clato, que con outputs de 11-40 MJ/hombre/hora, la mayoría de los agricultores pre-industriales ven cubiertas suficientemente sus necesidades. La semi-industrialización, donde se utiliza alguna maquinaria y fertilizantes, aumenta la productividad de manera considerable, hasta aproximadamente 20-50 MJ/hombte/hora; peto la industrialización total tiene efectos diferentes. Refiriéndonos solamente a los cultivos, la productividad se dispara hasta alcanzar unos 3000-4000 MJ/hombte/hora, lo que demuestra clatamente (aunque es algo evidente que no necesita ninguna derimostración) las capacidades de la industrialización para ahorrar trabajo. Sin embatgo, esta enorme ganancia se pietde, principalmente y en gtan patte, pot dós razones. Gran parte de los cultivos van ditigidos al consumo animal, que los convietten, con una eficacia biológica relativamente baja. Como consecuencia, la productividad del total de las explotaciones del Reino Unido desciende a 50-170 MJ/hombre/hora, situándose dentto de los 1'unites de esta escala según varie la importancia concedida a la Ganadería o a la Agricultura (ver Balances Energéticos 1-16). Cuando se toma en cuenta el trabajo inditecto o«exterior a la explotaciónn, estas cifras deberán multiplicarse aproximadamente pot 2/3 (vet Apéndice 1D Tabla A9). La se20

TABLA 2. OUTPUTS ENERGETTCOS DE LA PRODUCCION DE ALIMENTOS POR HOMBRE/HORA DE 7RABAJO AGRICOLA. Sisternas agrícola

Output (MJ/hombrehora)

Balances (número)

Cultivos pre-industriales Bosquimanos de iKung, cazadores-recolectotes Arroz de subsistencia, trópicos Maíz de subsistencia, Mijo, Batata, ttópicos Campesinos agricultores, China

4,5 11-19

49 53-57

25-30 40

53-60 64

Cultivos semi-industriales Arroz, crópicos Maíz, trópicos

40 23-48

72 67-70

Cultivos plenamente industrializados Arroz, USA Cereales, RU Maíz, USA

2800 3040 3800

74 19 (ref. 14)

Cultivos plenamente industrializados y animales Ovino, vacuno, cerda y pollos, explotaciones lecheras, RU Explotaciones de cereales RU (pequeño outpuc animal)

0-170 800

Huerto-jardín familiares RU, aproximadamente _

4,3

Sistemas alimenticios del RU, aproximadamente

30-35

-15 16

48

gunda pérdida tiene lugar en todos los sectores post-explotación de la cadena de alimentos. Cuando se tiene en cuenta todo el trabajo directo e indirecto a lo largo de la cadena completa de producción de alimentos (Apéndice 1-D) la ptoductividad del Reino Unido llega a set como máximo de 35 MJ/hombre/hora. Esto coincide con el limite superior de los sistemas pte-industtiales, aunque lógicamente existen importantes diferencias climáticas a tener en cuenta. 21

La Tabla 2 muestra también un aspecto optimista para aquellos que ven la salvación ecológica de Occidente a través de una vuelta hacia la autosuficiencia personal en el terreno de la alimentación: la parcela de huerto-jardín familiar del Reino Unido, con su productividad de solo 4,3 MJ/hombre/hora, valor semejante al de los bosquimanos. En realidad esta cifra no resulta correcta para emplearla en la compatación, ya que muchos de los 28 tipos de vetduras cultivados en estos huertos domésticos se seleccionan precisamente por sus elevados precios en el mercado y su apreciable sabor, resultando por tan^^ to de bajos rendimientos, cosa que ocurre igualmente en el caso también muy frecuente de cultivos elegidos pata recogerse en invierno, y que se obtienen sin ninguna protección contra el frío. Si se pusiera el máximo interés en conseguir productos básicos de altos rendimientos, tal como es el caso de la patata, la cifra de productividad podría elevazse considerablemente, objetivo que también se lógraría con una modesta racionalización del uso del trabajo (por ejemplo, el empleo de fumigadores en vez del azadón paza suprimir malas hierbas). Sin embazgo, con un output netó de 70 libras por pazcela de 0.025 has. (precios de 1974) y 350 horas de trabajo por pazcela-año, solo revierten 0.2 libras por hora trabajada.

Energía y tierra La enorme escala de valores de índices energéticos y de productividades energía-trabajo, aproximadamente mil veces superior en ambos casos, está sobrepasada pot la escala de los valores de los flujos energéticos pot unidad de supe^cie. Esta variación puede obsetvarse en la Figura 2, que nos indica los outputs e inputs energéticos por ha/año paza los sistemas de explotaciones agrícolas empleados en todo el mundo: esto es, solamente a pie de explotación; salvo una excepción. Se han excluido los valores exttemos correspondientes a los 1'unites infetior y superior de la escala input. El diagrazna nos ofre ^e varias sugetencias importantes pata el Mundo cuya población continua en aumento sin tener en cuenta los 1'unites previsibles de tierra cultivable y de las materias primas energéticas.

Antes.de discutirlo, deben considerarse tres aspectos. Primero, la unidad de supetEicie es la Ha/año según regla general seguida durante mucho tiempo. Los agrícultores de subsistencia no cosechan sus 22

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23

campos de maneta continua, sino que a veces lo hacen a lo largo de un ciclo de 10-20 años, por lo que no son valores que se puedan tener en cuenta con exactitud ya'que sus rendimientos (e inputs) resultan a la larga unas 10 0,12 veces inferiores a los obtenidos en un año de cosecha téal. Segundo, no se ha realizado ningún ajuste paza las vatiaciones climáticas o del suelo. Tercero, algunos de los outputs de la escala se deben a diferentes tipos de cultivos, por ejemplo, el cultivo 61 con su output particulazmente elevado representa un hecho normal en toda Africa para la mandioca, elemento fundamental de subsis-. tencia, con su alta enetgía pero bajos rendimientos ptoteicos. Sin embazgo, se muestran clazamente gran número y diversidad de tendencias. Tampoco se altetatían éstas de maneta sign^cativa, excepto en algún detalle, si utilizasemos los datos de los balances energéticos, paza trazar un diagrama con ptoteínas en vez de outputs enetgéticos. Comenzando por el extremo inferior izquierdo, varios sistemas de explotación agtatia tienen outputs muy bajos, así como los inputs. Se trata en todos estos casos de cultivadores no establecidos: los cultivos 54-57 se refieren a cosechadotes de azroz que trabajan en ciclos de 7-10 años. El cultivo 52 cortesponde a los neolíticos Tsembaga de Nueva Guinea que cultivan huettos en la selva en ciclos de 17 años. Muchos cazadores-recolectores coiisiguen incluso valores inferiores a estos y están ^fuera de los 1'rmites de la escala^, en la izquierda del diagrama. Por ejemplo, los ^Kung Bosquimanos poseen un output de solo 29 MJ/ha/año lo que significa que para suminist