Enero-Marzo • Año

XXXVII

• 2014/1 N.O 170

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La agenda de Dios

“Buscad primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura”. Mt. 6, 33

No siempre por escrito, pero todos tenemos una agenda para cada día. Trabajamos y luchamos por sacarla adelante con la ilusión de llegar al final de la jornada satisfechos de haber logrado hacer lo programado. Dios, que tiene también su agenda diaria, llama a la puerta de nuestra libertad pidiéndonos que dejemos a un lado nuestra agenda personal y le ayudemos a sacar adelante la suya. A estas alturas de la vida todos sabemos que no nos hacen nada de gracia los cambios de agenda. Pero todos también tenemos experiencia que, echando una mano a Dios a sacar adelante su agenda, la nuestra –no por arte de magia, sino por arte de gracia– queda cumplida muy por encima de nuestras expectativas. Linus

Familia Mariannhill E n e ro - M a rz o

A ñ o XX XV I I - 2 0 1 4 /1 N .O 1 7 0 ÍNDICE Editor: Misioneros de Mariannhill C/ Arturo Soria, 249, Bajo A-B. 28033 MADRID (España) Tel. y Fax: 91 359 07 40 Dirección: P. Lino Herrero Prieto CMM E-mail: [email protected] Maquetación: Carmen Borrego Muñoz E-mail: [email protected] Impresión: Imprenta Kadmos Oficinas: C/ Compañía, 5. 37002 SALAMANCA Talleres: C/ Río Ubierna, naves 5-6. Pol. Ind. El Tormes. 37003 SALAMANCA Depósito Legal: S. 188-1984 Licencia eclesiástica: Obispado de Salamanca El Boletín “Familia Mariannhill” se envía gratis a los bienhechores y amigos de Mariannhill y de su labor misionera. Y se sostiene con los donativos de sus lectores. Se autoriza la reproducción de artículos de “Familia Mariannhill”, citando su procedencia y enviando dos ejemplares a su Redacción. PORTADA: ARNOLD SCHMITT CMM

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La agenda de Dios El camino de la fe Centro Misionero de Mariannhill en Bosa/Bogotá (Colombia) P. Engelmar: Madera de santo (2) Causa del P. Engelmar: Favores y testimonios Candelaria 2014 El carisma misionero del Abad Francisco (42) Una ilusión, hecha sorprendente realidad Dios: horizonte de sentido Memoria agradecida En presencia de Dios La formación de los futuros misioneros Mariannhill Ven a formar parte de nuestra Familia Nuestra página vocacional (n.º 58) A la vuelta de la esquina

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Separata: Oracional de la Familia Mariannhill (Fascículo N.o 38) FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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EL C AMINO

DE LA FE

La fe en Dios El objeto de nuestra fe cristiana no son primariamente verdades reveladas, hechos salvíficos o cosas sagradas. Nuestra fe se dirige a Dios, comunidad de tres personas –Padre, Hijo y Espíritu Santo–, que nos ha amado. El amor de Dios y su benevolencia hacia nosotros es la razón última que nos lleva a creer en Dios. La fe, por lo tanto, es la relación de amor y amistad, que se establece entre Dios y cada uno de nosotros. La permanente fidelidad de Dios a su alianza de amor hacia nosotros suscita en nosotros una respuesta de amor hacia Él, cuya autenticidad se ha de verificar por la coherencia de nuestra vida.

Quien cree, acepta la verdad

Los hombres necesitamos un punto de referencia que oriente nuestra existencia; necesitamos una sabiduría que dé sentido a nuestro vivir y nuestro morir; necesitamos un criterio orientador, que ilumine nuestros sufrimientos y alegrías, trabajos y esperanzas. Los creyentes cristianos encontramos ese punto de referencia orientador, esa sabiduría cabal, ese criterio iluminador en Cristo, que dijo de sí: “Yo soy la verdad” [Jn. 14, 6]. Vivir en la verdad de Cristo produce seguridad y aporta estabilidad existencial. Es como saber que la casa de la propia vida está levantada sobre cimientos de roca y, si vienen tormentas, aunque zozobre, aguantará segura y firme. Optar por Cristo como verdad existencial es escoger el camino que conduce a la vida [cfr. Dt. 30: 15-20]. Los que siguen este camino son como árboles plantados junto a corrientes de agua [cfr. Sal. 1].

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Quien cree, celebra la salvación

La fe en Dios, que es relación de amistad con Él, se verifica como auténtica en la medida en que el creyente vive unido a Dios, participando de su vida mediante los sacramentos. Ha sido Dios, quien por iniciativa suya, ha querido hacer partícipe de su vida al hombre. Por pura gracia de Dios la vida misma de Dios corre por las venas del alma del creyente. A éste le toca mantener, restaurar, fortificar, alimentar esta vida, recibiendo y celebrando los sacramentos de la salvación. FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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El creyente cristiano sabe que en la medida en que, como sarmiento, permanezca unido a Cristo, Vid verdadera, podrá producir frutos de vida [cfr. Jn. 15]. Unidos a Cristo, los creyentes podemos producir frutos, tales como: amor, alegría, paz, paciencia, castidad, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí. Separados de Cristo, otros son los frutos que producimos, bien distintos y contrarios a los primeros [cfr. Gal. 5: 19-23].

Quien cree, guarda el mandamiento

La autenticidad de la fe en Dios encuentra en la guarda de sus mandamientos por parte del creyente otra prueba de verificación. Si la fe es una relación de amistad entre Dios y el creyente, juzgamos que los mandamientos de Dios, que son para nuestro bien y para nuestra salvación, son una prueba del amor que Dios nos tiene. Dios nos manda lo que nos manda, porque nos quiere. Los consideramos hermosos, sabios, justos y rectos, porque son portadores del mucho amor que Dios nos tiene. En consecuencia, la razón última que nos debe mover e impulsar a la hora de vivirlos y de llevarlos a la práctica es nuestra respuesta de amor hacia Él. Cumplimos con lo que Dios nos manda, porque le amamos. Por ello cuando no cumplimos con lo que Dios nos pide, nuestro dolor no se apoya en el hecho de haber quebrantado sin más un mandamiento, sino en que nuestra desobediencia es una prueba de nuestra falta de amor a Dios.

Quien cree, ora sin desfallecer

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El creyente, en cuanto amigo de Dios, mira por mantenerse en permanente comunicación con Él, haciéndole partícipe de las cosas de su vida. Cuando Dios ocupa en la vida del creyente el puesto que sólo a Él le pertenece, brota espontánea la oración. Hasta que no dejemos a Dios ser Dios en la propia vida, no sentiremos la necesidad de orar. Cuando Dios venga a ser para los creyentes como el aire, sin el cual nos es imposible vivir, entonces nos sobrarán motivos para orar: adorándole y alabándole por ser Él quien es; dándole gracias por lo que por nosotros hace y por lo que nos da; pidiéndole perdón y ayuda desde nuestra pobreza. El creyente sabe que primero ha de buscar el reino y la justicia de Dios, confiando que luego todo se le dará por añadidura. De ahí que el creyente no pueda ir a la oración para que Dios haga su voluntad, sino para aprender a hacer la voluntad misma de Dios. FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

Con estas convicciones de fondo el creyente cristiano no se preocupa de lo que va a decir a Dios ni de lo que le va a hablar, pues, al igual que el sol broncea con sólo exponerse a él, Dios le hace bueno con sólo estar ante Él en su presencia.

Quien cree, sirve con amor

Al lavar los pies de los suyos, Jesús les hizo saber que su misión era servir, dejándoles así el ejemplo para que no dejaran de lavarse los pies unos a otros. Atardecer tenso y solemne en el que Jesús ama a los suyos hasta el extremo, anticipando el gran servicio que iba a realizar al día siguiente, cuando en la feliz marea de su Sangre preciosa, hombres y mujeres de toda raza, lengua, pueblo y nación, iban a poder blanquear sus túnicas. Antes de volver al Padre, Jesús pedirá a los suyos que no dejen de servir por doquier el vino nuevo de la salvación. Los creyentes son enviados a servir. El mayor de los servicios que se puede prestar al ser humano es hablarle de Cristo, invitándole a aceptarle en la propia vida como salvador de la misma. Y mientras hacen esto, no dejan de ir lavando los pies de los hombres a los que predican este Evangelio, atendiendo sus necesidades primarias y fundamentales.

Quien cree, evangeliza con ardor

Dios nos ha invitado a la mesa de la fe. No es de recibo que, amparándonos en mil excusas, le dejemos plantado con la mesa puesta. Si secundando la invitación, nos hemos sentado a la mesa de la fe, es de esperar que valoremos, estimemos y apreciemos el alimento, del que tan abundantemente podemos disponer. No tendría sentido, pues, estar sentado a la mesa de la fe y no comer. Por otro lado, debajo de la mesa de la fe hay muchos hombres y mujeres que, cual perrillos, ansían poder alimentarse con alguna migaja que cae de dicha mesa. Los que estamos sentados a ella nos vemos urgidos a hacer sitio junto a nosotros a los que están debajo. Cuantos más sean los que se sienten a esta mesa singular, tanto más fresco y reciente será el pan de nuestra fe. Se espera de nosotros, pues, que compartamos el pan de la fe con todos aquellos que tienen hambre de él. Es el mejor servicio que les podemos prestar y la mejor caridad que les podemos hacer. FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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Las estaciones

del camino

de la fe

Primera estación: María A Joaquín y Ana les nació una niña preciosa, que llamaron María. Con el paso del tiempo esa niña vino a ser la Madre de Jesús, el mismo Hijo de Dios, y Madre también de todos los que seguimos a Jesús y formamos su Iglesia. No te olvides de tu Madre, la Virgen María. En tu vida de fe, María no es un lujo superfluo ni un adorno superficial. María, como toda madre, es una necesidad. Si le das la mano, te animará a hacer lo que dice Jesús y te llevará hasta Él.

Segunda estación: Hombre Dios llama a las puertas de la libertad de María para poder entrar como hombre en el mundo de los hombres. Y en ella Dios se hizo hombre con una carne precaria como la nuestra: en todo como nosotros, menos en lo que nos degrada. Se hizo como tú: débil, limitado, concreto. Y te marcó un ideal de humanidad: que vinieras a ser como Él. No se asusta, pues, de tus limitaciones. También te anima y urge para que des el máximo de tus posibilidades. Dios te toma en serio.

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Tercera estación: Navidad Una pareja de desplazados. Ella a punto de dar a luz. No encuentran sitio donde albergarse. Se refugian en un establo de ganado. Y se produce el milagro: Dios salta desde su trono a nuestro pesebre. Ángeles, pastores y sabios lo contemplan. Quizás te hayas olvidado que esto es Navidad. Otros te dirán que Navidad es… Vamos a ser sinceros: Navidad es Dios llamando a la puerta de tu casa, porque quiere nacer en ti y compartir contigo la cena de la vida. Lo otro es otra cosa.

Cuarta estación: Luz Niño todavía, Jesús fue presentado en el templo como luz de las naciones. Pasados los años, Jesús dirá de sí que es la luz del mundo. Las naciones del mundo necesitan de Jesús Luz, capaz de ahuyentar las tinieblas y caldear el ambiente. Aprovéchate tú también de Jesús, que quiere aportar luz a tu vida y calor a tu existencia. Luego, no escondas la luz recibida ni guardes el calor experimentado. Las naciones del mundo necesitan la luz de su verdad y el calor de su amor. FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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Quinta estación: Vocación Cuando Jesús fue bautizado en el río Jordán se revelaron cosas importantes sobre su identidad: que era el Cordero inocente de Dios, que venía a quitar el pecado del mundo y que era el mismo Hijo de Dios, a quien el Padre amaba mucho. Tú también fuiste bautizado. Aquel día te bañaste en la inocencia del Cordero, quedando perdonado, y el Padre del cielo te adoptó como hijo querido. Dios, que te ha soñado así, espera que su proyecto alcance en ti plenitud de realización.

Sexta estación: Figura En un principio los amigos de Jesús pensaban de Él que era un rabino poderoso en obras y palabras. En lo alto de un monte Jesús permitió a tres de ellos asomarse al pozo de su ser y comprobaron que también era Dios de Dios y Luz de Luz. El día de tu bautismo quedó impresa en ti la figura de Cristo. Quizá con el paso del tiempo se ha ido desfigurando. Nunca es tarde para empezar un proceso de transfiguración personal, que te lleve a quedar de nuevo configurado con Él.

Séptima estación: Eucaristía Genial invención divina: Jesús, escondido detrás del pan y del vino, se ha quedado para siempre con los suyos. Así de ingenioso es su amor. Sus discípulos le tienen ahora cerca y al alcance de la mano como alimento para el camino diario. Quizá eres de los que piensan que la comunión es como un dulce para los días de fiesta o como un premio para los que son buenos. Pero Jesús se te ofrece en comida para que, aunque débil, puedas seguir siendo un buen discípulo suyo.

Octava estación: Resurrección Jesús murió de verdad. Lo enterraron, pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Se apareció a los suyos, quienes han dado testimonio de que Él vive como Señor de la gloria. En esto creemos; esto es lo que anunciamos y de esto vivimos. Esto también va contigo. Tú le perteneces y te aguarda la misma suerte de la que ya goza tu Señor. Tú formas parte de una multitud de hermanos, con los que el Primogénito ha querido compartir su herencia. Alégrate y ten esperanza.

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Novena estación: Espíritu Santo Vuelto Jesús al Padre, sus discípulos –acobardados y tristes– se encerraron. La llegada del Espíritu cambió de raíz la situación. Llenos de alegría y dispuestos a dar la cara, salieron a la plaza pública a ser testigos del Evangelio. Me dices que vives tu fe sin alegría, con los hombros caídos, y que vas escondiendo por la calle tu condición cristiana. Si le dieras una oportunidad al Espíritu, serías más evangélico y, en consecuencia, mejor evangelizador.

Décima estación: Misión Antes de volver al Padre Jesús dejó a los suyos la misión de ir por todo el mundo, predicando el Evangelio y bautizando a todos los que se adhirieran a la fe. Éste es el mejor servicio que la Iglesia puede prestar al hombre de todos los tiempos. Andando el tiempo la misión de la Iglesia también te alcanzó a ti: creíste en el Evangelio y te bautizaste. En tus manos queda ahora que sean otros los que hoy se beneficien de la salvación de Jesús. No es una opción, es una vocación.

Undécima estación: Vida Uno de los amigos de Jesús se llamaba Lázaro. Cuando éste murió, Jesús lloró, hizo duelo por él y consoló a los suyos. Al resucitarle, devolviéndole la vida, quedó de manifiesto que ante Jesús, el Señor, la muerte no tiene la última palabra. Te puede extrañar que los que hoy somos de Jesús nos tomemos en serio la muerte, lloremos y nos consolemos entre nosotros. Pero lo hacemos llenos de esperanza en que Jesús nos resucitará y nos dará una vida nueva: plena y eterna.

Duodécima estación: Corazón Dios es Corazón. Aunque las palabras se queden cortas, no la vamos a encontrar mejor a la hora de definir a Dios. Corazón, no de piedra sino de carne, que pasó por el mundo haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal. También Dios es Corazón para ti. Permite que Dios te lo demuestre, dándole la alegría de dejarte perdonar por Él y dándole la oportunidad de ser bueno contigo. Si te dejas querer por Él, le harás a Dios muy feliz. Y tú descansarás. P. Lino Herrero Prieto CMM Misionero de Mariannhill FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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Terrenos, ya adquiridos, para levantar en ellos el Centro Misionero.

FOTO: ARCHIVO CMM/COLOMBIA

Centro Misionero

de Mariannhill en Bosa/Bogotá [Colombia] Un proyecto ilusionante

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Los lectores de esta revista misionera saben de los comienzos de la presencia de Mariannhill en Colombia; empezando primero en el Vicariato de Trinidad, concretamente en Montañas del Totumo [Paz de Ariporo/Casanare], y más recientemente en una de las grandes barriadas del distrito de Bosa, en la periferia de Bogotá, perteneciente a la Diócesis de Soacha. En dicha barriada se nos ha encomendado una parroquia, donde llevamos trabajando poco más de un año. Allí queremos dar cuerpo a un proyecto ilusionante: levantar un Centro Misionero que sirva para acoger, durante el día, a los ancianos, dar protección y educación a los niños, realizar actividades con los afrocolombianos; todos ellos afectados por el conflicto civil del país. El Centro servirá también como residencia para la comunidad de FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

Mariannhill, que atiende dicha parroquia, así como para la formación de futuros misioneros.

Una situación inquietante

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Maqueta del proyectado Centro Misionero

FOTO: ARCHIVO CMM/COLOMBIA

El distrito de Bosa se encuentra en la periferia de Bogotá y pertenece a la Diócesis de Soacha. Esta ciudad se encuentra, de hecho, unida a la capital colombiana. Bogotá es la ciudad que tiene el nivel más alto de crecimiento demográfico en toda Latinoamérica. Se calcula que unas 200.000 personas llegan a instalarse en la ciudad cada año. Ello se debe a la situación política y de guerra por la que está pasando el país. Los desplazados encuentran en las periferias de Bogotá un lugar donde asentarse y el Gobierno mismo asienta en ellas a muchos desmovilizados. Tanta y tan frecuente es la afluencia de estos grupos, que el mismo Gobierno no tiene ni planes ni fondos para preparar aquellas infraestructuras, que vengan a atender o paliar las necesidades básicas de alojamiento, educación y salud. Esto crea con frecuencia situaciones caóticas, que devienen en caldo de cultivo para toda clase de problemas, siendo la violencia y la corrupción los principales.

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Un poco de historia

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Un Centro Misionero para los niños y adolescentes

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FOTO: ARCHIVO CMM/COLOMBIA

Cuando el Obispo de Soacha, Mons. Daniel Caro Borda, solicitó a los Misioneros de Mariannhill hacerse cargo de una nueva parroquia, que se estaba creando debido al movimiento interno de desplazados y desmovilizados, nos dimos cuenta que, además del trabajo pastoral, habría que hacer una gran labor social con la gente. La primera dificultad técnica a solventar estaba en que la parroquia no tiene un edificio como tal y sí un pequeño terreno, aún por legalizar, donde en su día se podrá construir una pequeña Iglesia. Para realizar cualquier actividad social era necesario contar con un espacio propio, pero los espacios libres y legales en el área son muy escasos, difíciles de conseguir y muy costosos. Ante esta realidad, los Misioneros contactamos con los líderes comunitarios locales y, tras exponerles nuestra intención, ellos mismos nos ayudaron a conseguir dos terrenos adyacentes, que juntos suman unos 600 m2. Ciertamente el tamaño de los terrenos conseguidos no es muy grande, pero es suficiente para realizar las labores sociales pretendidas. En un primer momento la idea era construir dos edificios, uno al lado del otro, destinando uno para la residencia de la comunidad y el otro para el Centro social. Pero estudiando muy seriamente el proyecto, se vio conveniente y necesario construir un solo edificio y combinar en el mismo las dos finalidades. Esto ayudaría a aprovechar mejor el espacio, abaratar costos y asegurar el mantenimiento del futuro Centro, al vivir en el mismo una comunidad de Misioneros.

Una tarea a realizar En el área de la parroquia viven más de 100.000 personas y el Gobierno sigue construyendo casas sociales muy sencillas para ir instalando en ellas a más desplazados o desmovilizados. La población está compuesta, en su mayor parte, por esta clase de gente. Esta gente no solamente tiene muchos problemas y necesidades sino que, a veces, crean problemas de convivencia en las comunidades donde se alojan o se les instala. Al margen de la labor pastoral que los Misioneros de Mariannhill debemos realizar a través del cauce de la parroquia encomendada, deseamos poder colaborar a fin de mejorar el nivel de vida de la gente con la que vivimos. Pedimos a los líderes locales que nos ayudaran a identificar aquellas áreas más necesitadas de nuestro servicio, y que, dadas nuestras posibilidades de personal y los terrenos con los que ahora contamos, pudiéramos atender. De estas conversaciones salieron identificados tres grupos de personas muy vulnerables y que necesitan urgente atención: los ancianos, los niños y adolescentes, los afrocolombianos.

Un apoyo a los ancianos Entre los desplazados se encuentran muchos ancianos, que han teni-

Un Centro Misionero para las gentes del barrio.

FOTO: ARCHIVO CMM/COLOMBIA

do que dejar sus pueblos. Al no haber en la zona lugares seguros de esparcimiento, estos ancianos se ven obligados a permanecer en sus casas las 24

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horas del día. Muchos de ellos viven aún atemorizados y cualquier extraño o desconocido se lo imaginan como un posible enemigo. Para ellos está pensado el Centro, donde puedan pasar el día y socializar, conviviendo con otros y sintiéndose acogidos y seguros.

Una ayuda para los niños y adolescentes Entre los desplazados hay muchos niños y adolescentes, huérfanos o de familias monoparentales. No siempre reciben la protección adecuada y son dejados en la calle cuando sus guardianes van al trabajo. Estos niños y adolescentes vienen entonces a ser presa de las mafias, que buscan gente para engrosar sus filas, obligándolos a trabajar como sicarios o destinándolos a la prostitución y al chantaje. Como dato de referencia tenemos que, en un centro de salud en la zona, hay registradas 400 mujeres embarazadas y más de la mitad son menores de edad. Para ellos también está pensado el Centro, donde puedan acudir y estar seguros hasta que sus guardianes regresen del trabajo y, mientras tanto, puedan recibir apoyo escolar y un suplemento a su alimentación.

Una esperanza para los afrocolombianos E

l fenómeno del desplazamiento abarca enormes zonas del país y a toda clase de gente, pero se ceba de una manera más dura con los grupos indígenas y con los campesinos. Éstos son en su mayoría afrocolombianos. Además de los problemas que se les presentan como a todo desplazado, ellos se ven arrancados de sus tierras, pero también de su ambiente cultural. En la ciudad se encuentran más aislados y no siempre aceptados. Para ellos también está pensado el Centro, donde se encuentren entre si y puedan proteger, cultivar y vivir sus valores culturales. P. David Fernández Díez CMM Misionero de Mariannhill Calle 57ASur N° 93C-51 Int.5 Casa 4 Conjunto Casa Bella Bosa-Bogotá [Colombia]

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MADERA DE SANTO

[ 2] FOTO: JUAN JOSÉ CEPEDANO FLÓREZ CMM

En el número 168 de esta revista misionera, correspondiente a los meses de Julio-Octubre 2013, comenzamos una nueva serie de publicaciones sobre el Venerable Siervo de Dios, P. Engelmar Hubert Unzeitig CMM, sacerdote misionero de Mariannhill, fallecido en el Campo de Concentración de Dachau en 1945. En esta nueva serie iremos reproduciendo partes de la Informatio, volumen preparado por el Dr. Andrea Ambrosi y Mons. José Luis Gutiérrez, Postulador y Relator respectivamente de la Causa de Beatificación/Canonización del P. Engelmar. Nos mueve a ello la seguridad de que, al leer estos textos, todos vamos a quedar convencidos de la verdad recogida en el título de esta nueva serie de entregas. A saber: el P. Engelmar tenía madera de santo. Continuamos con la publicación del último de los capítulos de la Informatio, que trata sobre la fama de santidad del P. Engelmar [Cfr. VIII: nn. 50-55]. FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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VIII Fama de Santidad a) EN LA VIDA (continuación) [51]… El P. Otfried Kippes, testigo trigésimo noveno, es de la misma opinión: “Estando todavía vivo, yo le consideraba como un sacerdote y religioso extremadamente piadoso y fiel. Como sus mismos compañeros de prisión piensan, el Siervo de Dios merece ser beatificado. Ellos quedaron conmovidos por el hecho de que él se sacrificó para cuidar de los moribundos en los barracones reservados a los afectados por el tifus. Encaminándose hacia allí, su muerte era más que segura”. [Summ., p. 185, 13] El P. Manetius Scharf, séptimo testigo, así se expresó de manera significativa: “La vida del Siervo de Dios estaba llena de virtudes. Especialmente nos conmovían su amabilidad y humanidad”. [Summ., p. 69, 20] Otro testimonio significativo del trabajo del Siervo de Dios en Dachau nos llega del P. Schneider, párroco y compañero de prisión. En su carta del 12 de Enero de 1956 recuerda algunos de los hechos de su compasión heroica, que le valieron al Siervo de Dios el título de santo, ya durante su vida: “Querido señor: le escribo acerca de mi hermano en el campo de concentración, el P. Engelmar, o como nosotros solíamos llamarle, Unzeitig. El P. Engelmar se ofreció voluntario, junto con otros muchos sacerdotes, para cuidar de los enfermos en los barracones infectados por la plaga. En un principio se mantenía a los sacerdotes alejados de allí. Pero cuando las cosas se fueron volviendo cada vez más laxas y los vigilantes estaban más preocupados de sí mismos que de los enfermos y moribundos, así como de los difuntos, los sacerdotes fueron llamados para llevar ayuda a los cuerpos y a las almas. ¡De qué manera en aquellos primeros días llevábamos el Viatico, con frecuencia de manera secreta, a aquellos barracones calamitosos, donde los moribundos podían quedar fortalecidos únicamente por el Viatico, que llevaban los sacerdotes! Puestos de rodillas, no dejaban de suplicar: ‘¡Quiero confesar mis pecados, ya que voy a morir!’ El P. Engelmar, al cuidar así de aquellas almas, quedó también infectado, así como el P. Richard Henkes SAC. El P. Johann Maria Lenz [antiguo jesuita, autor del libro ‘Los cielos hablan’, que ahora se encuentra en el pueblo de Westbahn en Ollerback, Austria] también quedó infectado con el exantema del tifus. Salió vivo y puede escribirle excelentes comentarios al respecto. Le deseo todo lo mejor. Le recomiendo que recoja todo el material al respecto, ya que todos los hermanos consideramos al P. Engelmar como un santo”. [Summ., pp. 390-391, doc 9]

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b) EN MUERTE [52] Si la fama de santidad del Siervo de Dios se extendió ya durante su vida, fue creciendo progresivamente, inmediatamente después de su muerte. Su muerte, que le llegó a una edad muy joven, cuando poco a poco comprobaba cómo iban despareciendo todos sus ideales, empezando con aquél de ser misionero en el extranjero, fue serena y tranquila, característica ésta de una persona particularmente agradable a Dios. La convicción de que era un santo fue precisamente la razón por la que se dieron a sus restos mortales un trato tan especial, como la Hna. Maria Huberta Unzeitig, primero de los testigos, señala: “Algunos hombres, que convivieron con él en la prisión, estaban convencidos de que el Siervo de Dios vivió en fama de santidad, ya que uno de ellos se aseguró de que el cuerpo del P. Engelmar fuera incinerado por separado y no con el resto de los otros cadáveres, y así de esta manera sus cenizas pudieron salir secretamente del campo, lo que era ciertamente peligroso. [Summ., p. 23, 49] Las palabras escritas el 11 de Septiembre de 1945, en el recordatorio de la muerte del Siervo de Dios, son dignas de tenerse en cuenta: “El P. Engelmar Unzeitig, alemán nacido en la región montañosa de los Sudetes, falleció este año en el así llamado campo de concentración de Dachau. Según varios testimonios, murió con fama de santidad. Habiéndose ofrecido voluntario para cuidar de los afligidos por el tifus, él mismo contrajo la enfermedad y murió debido a esta plaga. Su cuerpo fue incinerado. La urna que contiene sus cenizas fue enterrada en el panteón de la CMM en Würzburg. El P. Engelmar, sacerdote y religioso de gran inteligencia, piadoso y alma inquieta, fue prisionero inocente desde 1940 en el campo de concentración de Dachau”. [Summ., p. 385, doc. 5]

c) POST MORTEM [53] La fama de santidad del Siervo de Dios, existente ya durante su vida y en su muerte, experimentó un crecimiento significativo post mortem. Tan pronto como el Siervo de Dios dejó esta tierra para ir al Reino de los cielos, aquellos que tuvieron la fortuna de haberle conocido, unánimemente concuerdan que había llevado una vida santa y que el ejercicio de las virtudes había sido superior a lo que humanamente es posible. Entre las numerosas razones aducidas, citan también el hecho de que había llevado una vida de recogimiento y meditación en la presencia de Dios; que había dedicado su vida a ayudar a los más necesitados; y que se había preocupado en intentar hacer la voluntad de Dios en cada situación; intenso deseo éste que mantuvo durante toda su vida. Su firme FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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resolución de actuar siempre a la luz de la verdad y de la justicia para la gloria de Dios también fue grandemente ponderada. Uno puede comprobar lo firmemente establecida que está su fama por el número de fieles que visitan su sepultura, como señala la Hna. Maria Huberta Unzeitig, primero de los testigos: “Así mismo yo creo que su fama de santidad se mantiene hasta hoy, ya que cada vez que visito la sepultura del Siervo de Dios, siempre me encuentro allí con candelas encendidas. Espero que las voces de aquellos que desean su beatificación crezcan cada vez más en número, dado que, a través del proceso de beatificación, el P. Engelmar ha venido a ser conocido para más gente”. [Summ., p. 23, 50] El P. Josef Albinger, segundo de los testigos, declara que el número de las personas que esperan la beatificación del Siervo de Dios va en aumento con el paso del tiempo: “Las voces de aquellos que desean la beatificación del Siervo de Dios no dejan de crecer en número y su fama de santidad se mantiene hasta hoy. De hecho, está creciendo ciertamente desde que, mientras tanto, su causa de beatificación ha sido incoada”. [Summ., p. 32, 30] La Hna. Adelhilde Unzeitig, quinto de los testigos y hermana menor del Siervo de Dios, afirma que la fama de santidad de su hermano no sólo se ha mantenido hasta nuestros días sino que está también creciendo, en la medida en que el número de los que desean su beatificación no deja de crecer: “Ahora que la causa de beatificación ha comenzado, parece que su fama de santidad no sólo se mantiene sino que también crece, así como el número de las voces de los que desean su beatificación”. [Summ., p. 56, 40] Similar es el juicio del Rvdo. P. Martin Arnold Schiffer, décimo segundo de los testigos: “La fama de santidad del Siervo de Dios se ha mantenido hasta hoy. Las voces de aquellos quienes, como yo, creen que es legítimo pedir su intercesión como la de alguien que es honrado en el cielo, están viniendo a ser más numerosas”. [Summ., p. 91, 18] El P. Hermann Scheipers, tercero de los testigos, señala que todos los que hablan con él, le dicen estar convencidos de la santidad del P. Engelmar: “Todos aquellos con los que he hablado acerca del Siervo de Dios [aquellos que vivieron con él en el campo de concentración y aquellos otros que han leído algo acerca de él] no albergan duda alguna de que el Siervo de Dios goza de fama de santidad. El número de aquellos que le veneran y desean su beatificación está creciendo”. [Summ., p. 39, 23] El P. Gebhard Lehle, testigo número sexto, es de la misma opinión: “Yo creo que hoy la fama de santidad se mantiene, incluso, va en aumento y cada vez hay más y más voces que desean su beatificación, especialmente desde que ha comenzado su proceso de beatificación”. [Summ., p. 61, 20]

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(Continuará) FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

Causa del P. Engelmar: Favores y testimonios La alegría de una madre Hace tres semanas que mi hija de veintiún años se trasladó a Florida. Allí se fue sin empleo alguno. Ayer le citaron para que fuera a una entrevista de trabajo, hoy a las 11.00 de la mañana. Ayer noche, antes de acostarme, le recé una oración al P. Engelmar para que mi hija pudiera conseguir el trabajo. Esta misma mañana a las 11.00 en punto volví a rezar al P. Engelmar en nombre de mi hija. A las 11.30 mi hija me llamó para decirme que había conseguido el empleo. No entiendo por qué el P. Engelmar no ha sido ya declarado santo. Muchas gracias, P. Engelmar; grade es ciertamente tu poder intercesor. J. K. La esperanza de una enferma Me sentía tan mal que acabé ingresada en el hospital durante cuatro días. De vuelta ya en casa, ahora me siento mucho mejor. He rezado dos novenas al P. Engelmar y estoy segura que me ha atendido. Me encuentro mucho mejor y en vías de recuperación. L. G. El reconocimiento de una enferma El P. Engelmar ha sido un intercesor milagroso para mí. Aunque he hecho novenas a otros santos, pidiendo una mejora en mi salud, he rezado a la par al P. Engelmar y siento que ha venido en mi ayuda. He prometido notificar a su Causa su intercesión y la respuesta que ha dado a mi oración. M. L. C. El agradecimiento de una devota Quisiera agradecer las oraciones de los Misioneros de Mariannhill y la intercesión del P. Engelmar, gracias a las cuales mi hijo ha conseguido su primer empleo profesional, después de haber estado sin trabajo durante más de dos años y medio. Le estoy muy agradecida a la intercesión del P. Engelmar y de la Santísima Virgen María. J. A. S. Devotos y propagandistas del P. Engelmar Hago llegar esta donación para la Causa del P. Engelmar. Mi marido y yo le hemos rezado una novena a fin de poder vender nuestro vehículo. Terminada la novena, el vehículo se vendió. Le habíamos prometido hacer público nuestro agradecimiento y trabajar para darle a conocer. A tal fin hemos conseguido estampas con una pequeña biografía del P. Engelmar, que vamos dejando en los templos, capillas, hospitales, consultas médicas, etc. Muchas gracias, P. Engelmar. C. M. El P. Engelmar ayuda a encontrar pareja Ya hace tiempo que debería haber enviado este testimonio. He rezado la novena al P. Engelmar muchas veces. Primero hice la novena para que mi hija pudiera encontrar un buen marido. Y se casó con un joven católico maravilloso. Hace poco más de un año volví a rezar la novena pidiendo para que mis dos hijos pudieran encontrar dos chicas católicas como pareja. Uno de ellos se casó en Abril y el otro lo hará el próximo mes de Agosto. Ambas chicas son bueFAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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nas católicas. Este año también hemos sido bendecidos con el nacimiento de nuestro primer nieto. Prometí al P. Engelmar que daría a conocer su poder intercesor conmigo. El hijo que se casó en Abril empezó a buscar una casa en una pequeña ciudad. No se encontraba nada que fuera adecuado a sus necesidades y deseos. Comencé a rezar al P. Engelmar, haciéndole la novena, y en el espacio de una semana encontró la casa soñada. Muchas gracias, P. Engelmar. C. M. En busca de trabajo Hago llegar este testimonio y donación en señal de agradecimiento por los favores recibidos por la intercesión del P. Engelmar, San Gerardo y San José. Mi hija encontró un empleo maravilloso, después de decidir quedarse en casa para criar a sus hijos. Ahora trabaja en una residencia de la Tercera Edad, ayudando a los ancianos e impedidos. Gracias sean dadas a Dios. Ahora estoy rezando para que mi hijo y su hija menor puedan encontrar aquellos empleos adecuados, a fin de sacar adelante sus familias. M. J. M.

PRECES

ORACIÓN

Dios, Padre Bueno, te pedimos: Que el amor del P. Engelmar hacia Ti nos anime a hacer más religiosa nuestra vida; Que su celo misionero mantenga vivo en nosotros el afán apostólico; Que su entrega a los demás, en especial a los más necesitados, nos sirva de ejemplo; Que su paciencia en la adversidad nos conforte en la hora de la prueba; Que el sacrificio de su juventud estimule a los jóvenes a responder con generosidad a la vocación.

Oh Dios, tú quisiste que el P. Engelmar fuera misionero en un campo de concentración. Lleno de amor por Ti y por los prisioneros con los que convivía, se entregó de manera especial al servicio de los enfermos y de los moribundos. Haz que sigamos su ejemplo de caridad; ayúdanos en nuestras necesidades por la intercesión de tu siervo Engelmar y concédenos ver glorificado su nombre en medio de tu Iglesia. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

De conformidad con los decretos del Papa Urbano VIII, declaramos que con la publicación de estos favores y testimonios en nada se pretende prevenir el juicio de la Autoridad Eclesiástica. Aquellas personas que crean haber recibido alguna gracia o favor por la intercesión del Venerable Siervo de Dios, P. Engelmar H. Unzeitig CMM, se ruega lo comuniquen a la dirección de esta revista. Todas las personas interesadas en recibir la vida, la novena o la estampa del Venerable Siervo de Dios, P. Engelmar H. Unzeitig CMM, lo pueden solicitar con toda confianza a la dirección de esta revista. Se agradecen los donativos que, para sufragar los gastos de la Causa de Beatificación del P. Engelmar, nos podáis hacer llegar, ya por giro, cheque o por transferencia bancaria. Indicad con claridad que la finalidad del donativo es la Causa del P. Engelmar.

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Candelaria 2014

FOTO: DAVID FERNÁNDEZ DÍEZ CMM

SOLEMNIDAD

de la

PRESENTACIÓN DEL SEÑOR EN EL TEMPLO y

MARÍA, MADRE DE MARIANNHILL [2 de febrero]

Esta fiesta litúrgica encierra, de manera condensada, el patrimonio carismático de Mariannhill. No en vano ha venido a ser la solemnidad principal de nuestra Congregación.

1. Mariannhill encuentra en esta fiesta el núcleo de su espiritualidad Una pequeña exclamación del anciano Simeón fue la chispa de inspiración que llevó a Mariannhill a reconocer en esta fiesta el núcleo de su espiritualidad. La exclamación en cuestión dice: Luz para alumbrar a las naciones. [Lc. 2, 32] ¿Quién es esa luz? Jesús es la luz destinada a alumbrar a las naciones. Pero Jesús alumbra a las naciones desde los brazos de María, quien, habiéndolo recibido, nos lo presentó y nos lo entregó. Ha sido María, quien ha levantado ante nuestros ojos la Luz de Jesús, para seguidamente ponerla en nuestras manos y en nuestro corazón. Y este modo de proceder de María se ha convertido en norma fundamental de actuación para los que hemos recibido la Luz de su Hijo. Como si de una carrera de relevos se tratara, María nos ha pasado el testigo de la Luz, para que nosotros, a su vez, lo pasemos a otros. Sobre nosotros pesa la gozosa tarea de seguir presentando y entregando la Luz de Jesús a las naciones. Si nos parece que esta formulación es demasiado pretenciosa, lo podemos decir de manera más sencilla. Estamos llamados a ayudar a María, para que Ella pueda seguir presentado y entregando la Luz de Jesús a todas las naciones.

2. Mariannhill reafirma en esta fiesta su vocación misionera Las lecturas de la liturgia de esta fiesta nos hablan de la entrada de Dios en su templo para encontrarse con todos los que acudían a aquel lugar sagrado, buscando salvación y sentido para sus existencias. En la primera lectura [Ml. 3, 1-4], el profeta Malaquías, lleno de entusiasmo, anuncia dicha entrada; con el salmo responsorial [Sal. 23, 7.8.9.10] pedimos a las puertas que se alcen a fin de facilitar la entrada de Dios; en el evangelio [Lc. 2, 22-40] se nos narra lo que pasó cuando Jesús niño, acompañado de sus padres, entró en el templo de Jerusalén; en la segunda lectura [Hb. 2, 14-18], el autor de la carta a los Hebreos nos habla de la entrada de Jesús en el mundo de los hombres, recordándonos que Jesús entró en nuestro mundo no a su modo, sino acomodándose al nuestro. Y así, al parecerse en todo a nosotros, menos en el pecado que nos degrada, Jesús se ha convertido en puente y pontífice [constructor de puentes] entre Dios, que quiere que todos los hombres se salven, y los hombres, que anhelan ser salvados. Esta misión de Jesús y el modo como la llevó a cabo han de ser para nosotros un estímulo eficaz para hacer más firme nuestra vocación misionera. En cuanto misioneros estamos llamados a ser puentes y construir puentes entre Dios y los hombres, entre los hombres entre sí. Estamos llamados a facilitar y nunca estorbar el encuentro salvífico entre Dios, que ha dado el gran salto de su eternidad a nuestro tiempo para salvar al hombre, y el hombre, que desea llegar a ser de la misma familia de Dios y ser recibido en la casa del Corazón de Dios.

3. Mariannhill renueva en esta fiesta su vocación religiosa En el evangelio de esta fiesta se hace mención de que sólo dos personas reconocieron la entrada del Esperado de los tiempos en el templo de Jerusalén. Son los ancianos Simeón y Ana, representantes de los israelitas fieles de todos los tiempos, que ya al final de sus vidas vieron cumplidas sus esperanzas. Parece que sólo ellos supieron reconocer en aquel niño a Dios mismo, entrando en su templo. Mientras la mayoría de los devotos, que entonces estaban en el templo, iban y venían a sus cosas, que no a las de Dios, como

si a nadie interesara la entrada en el templo de Aquél, de quien el templo recibe todo su sentido. El recuerdo de estos hechos nos ha de servir para renovar nuestra vocación a la vida religiosa. En su día Dios llamó a la puerta de nuestras vidas, pidiéndonos poder entrar en ellas. Fue voluntad e iniciativa de Dios querer entrar en nuestras existencias y fue respuesta de nuestra libertad el abrirle la puerta y dejarle entrar. No tendría sentido que luego, con el paso del tiempo, Dios se sintiera como un extraño en nuestra casa o que nosotros nos fuéramos de ella, dejándole a Dios allí plantado y solo. Bien sabemos todos lo que se esconde o puede esconderse detrás de estas imágenes. Aceptemos que la posibilidad de vivir a nuestras cosas y no a las de Dios no es nada hipotética, siendo, en cambio, bien real. Hagamos fuerte la determinación primera, que en su día tomamos, de querer llevar una vida religiosa, en la que Dios y sus cosas cuenten de manera determinante, ocupando el puesto y sitio que sólo a Dios le corresponde. María, al ofrecer a Jesús, no se alejó de la ofrenda que hacía, sino que se identificó con ella; es decir, se ofreció a sí misma. El ejemplo de María, la buena Madre de Mariannhill, nos anima a meternos de lleno en esta dinámica de la ofrenda, ofreciéndonos también nosotros mismos a Dios. Si luego somos fieles a la ofrenda realizada, evitando la rapiña en el holocausto, podremos esperar ser un día presentados ante Dios en el templo del cielo.

P. Lino Herrero Prieto CMM Superior Provincial

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misionero

El carisma del Abad Francisco Publicamos en este número de Familia Mariannhill la segunda entrega del octavo estudio sobre el carisma misionero del Abad Francisco, que lleva por título: “El Abad Francisco y la promoción vocacional”, elaborado por el P. Johannes Sigrist CMM. En este estudio el autor pone de relieve el gancho vocacional del Abad Francisco, sin el cual no hubiera podido sacar adelante todas sus empresas misioneras. Como ha ocurrido con los estudios anteriores ya publicados, la longitud del presente estudio nos irá obligando a ir espaciando su publicación en varias entregas. VIII. EL ABAD FRANCISCO Y LA PROMOCIÓN VOCACIONAL (2)

Primera Parte: Evolución cuantitativa del personal 1. LOS TRAPENSES (continuación) Los números exactos a tener en cuenta en los años que van de 1887

a 1890 son: En 1887, entran 34 y salen 16; en 1888, entran 43 y salen 18; en 1889, son 59 los que entran y 17 los que salen; en 1890, entran 47, FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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FOTO: ARCHIVO CMM

Grupo de novicios del monasterio de Mariannhill pero salen 23. En el año 1892 el número de entradas llegó a 52, quedándose los abandonos en 16. A partir de ese año la tendencia es a la baja; de hecho, en 1893, sólo entraron 5 postulantes. Este corte en el flujo de candidatos se explica, sin duda alguna, como consecuencia inmediata de la suspensión canónica del Abad Francisco, que tuvo lugar el año anterior. Sin embargo, pronto y con sorprendente rapidez, se recuperó la tendencia alcista de los años anteriores. Los años que siguen son años de vacas gordas en lo que a la afluencia de candidatos y postulantes se refiere. Las estadísticas así lo demuestran: En 1895, entran 31 y salen 10; en 1896, 26 son los que entran y 16 los que salen; en 1897, llegan a entrar hasta 37 postulantes y 14 son los abandonos; en 1898, entran 22 y salen 9; en 1899, entran 31, pero salen 21; en el año 1900, 16 son los que entran y sólo 3 los que salen; en

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1901, llegan a entrar 18, aunque salen 13; en el año 1902, entran 32, pero los abandonos alcanzan la cifra de 19. El flujo de candidatos al Monasterio de Mariannhill fue ciertamente muy fuerte desde el año 1883 hasta entrado ya el siglo XX. Sin embargo, llama poderosamente la atención el hecho de que cada año salía un buen número de monjes. Verdad es que se trataba, en la mayoría de los casos, de abandonos con anterioridad a la profesión simple. Con todo, la familia trapense del Monasterio creció notablemente, dado que el balance salía positivo, pues el número de las entradas siempre fue mayor que el de las salidas. Todo ello resulta evidente, si nos fijamos en las cifras absolutas: En 1885, el Monasterio de Mariannhill tenía 90 monjes, siendo 22 los religiosos de coro y 68 los hermanos conversos. En 1887 la comunidad

FOTO: ARCHIVO CMM

Grupo de monjes hermanos del monasterio de Mariannhill trapense de Mariannhill tenía 150 monjes. En 1889 los monjes alcanzaban la cifra de 182. El Calendario de Mariannhill de año 1893 informaba que el Monasterio tenía 271 monjes, siendo 66 religiosos de coro y 205 los hermanos conversos. El Calendario del año siguiente registra un ligero descenso: los monjes eran 260, 60 religiosos de coro y 200 hermanos conversos. Comentando este descenso, escribe el Abad Francisco: “Por una parte, preferimos que todos los que han venido por la misión perseveren; por otra parte, no podemos hacer ningún reproche a los que quieran volver a casa antes de terminar el noviciado, pues dicen encontrar demasiado dura esta vida de sacrificio y de penitencia continuos”.1 En el año 1898 la comunidad monástica de Mariannhill volvió a tener 285 monjes y, al año siguiente, el número alcanzó la cifra récord de 323.

1

2. LAS HERMANAS ROJAS El Abad Francisco fundó en 1885 la comunidad de las, así llamadas, Hermanas Rojas. La evolución de esta comunidad, en cuanto al número de integrantes se refiere, fue aún mayor que la comunidad del Monasterio. Dos años después de la fundación, las Hermanas eran 65. De este tiempo es aquella famosa frase del Obispo Jolivet del Natal, quien afirmó que el Abad Francisco contaba a las Hermanas como se cuentan los huevos: por docenas. Hacia finales de los años 90 del siglo XIX, las Hermanas se había adelantado a los monjes en cuanto al número se refiere. En las estadísticas de 1899 se lee que la Congregación contaba con 354 Hermanas. Se puede apreciar la satisfacción del Abad Francisco cuando escribe: “En Maria-

Calendario de Mariannhill 1894, p. 73. FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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nnhill se ven faldas rojas por todas partes y ya tenemos que hacer sitio para poder recibir en Marzo el siguiente cargamento. Por eso, hoy mismo, 13 de Enero de 1888, he enviado otra carreta cargada con 11 Hermanas para las misiones Reichenau, Blitzberg e Inghelosi [Oetting]… Por una parte, tengo ahora bastantes Hermanas para las necesidades del momento; pero por otra parte, es bueno tener reservas. Además, si se las puede dejar más tiempo en el noviciado, les ocurre lo que a los quesos guardados para que se curen: ganan en calidad”.2

3. LOS FRANCINOS El Abad Francisco fundó como una tercera orden, a la que dio el nombre de “Francinos”, a fin de poder liberar con el paso del tiempo a los monjes trapenses del trabajo misionero y garantizar la regularidad de la vida monástica. Escribe, al respecto, el Abad Francisco: “En esta asociación se aceptan tanto a sacerdotes como a seglares. Si fueran seglares, se admiten a jóvenes de buena conduc-

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Durante algunos años parecían justificadas las esperanzas puestas en esta empresa. El Calendario de Mariannhill de 1893 habla de 11 Francinos. En 1899 el grupo tiene seis miembros. Luego deja de hablarse de ellos, desapareciendo silenciosamente de la escena. El experimento fracasa, pero da testimonio, quizá incluso aún más que la fundación del Monasterio de Mariannhill y de la Congregación de las Hermanas Rojas, del empuje pionero y del valor del Abad Francisco al abrir nuevos caminos, y al querer hacer participar también a los seglares en el trabajo misionero directo. [Continuará]

Hojita de San José, n. 1 [1888/IV]. Hojita No-me-olvides, Anexo nn. 1-4 [1889/VII] 4 Ibidem. 3

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ta, así como de todas las edades y de las más diversas profesiones. También casados, con permiso escrito y jurado del cónyuge, y viudos.”3 Para aquellos tiempos, esta posibilidad suponía una visión audaz y, por ello, nada común. Según el Abad, los Francinos debían ser “como la caballería ligera, que se encuentra en la avanzadilla, mientras nosotros los Trapenses trabajamos más en el cuartel general o en el interior de la fortaleza”. 4

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FOTO: JUAN CARLOS PÉREZ APARICIO

Una ilusión HECHA SORPRENDENTE REALIDAD ENCUENTRO DE ANTIGUOS ALUMNOS DE MARIANNHILL [Palencia, 28 de Septiembre de 2013]

L

os Antiguos Alumnos del Seminario Misionero de Mariannhill en Palencia [AA M’hill Palencia] celebraron un encuentro en la ciudad de Palencia el sábado 28 del pasado mes de Septiembre 2013. El encuentro tuvo lugar en el mismo edificio que fuera el Seminario Misionero de Mariannhill y que ahora es el Seminario Menor Diocesano de Palencia. Tanto el Obispo Diocesano como el Rector nos dieron todas las facilidades para ello, por lo cual les estamos muy agradecidos. FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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Ciento veinte fueron los que nos dimos cita en aquella mañana otoñal de finales del mes de Septiembre. Nos acompañaron también algunos de los misioneros de Mariannhill: el P. Felipe Voorn CMM, que trabaja actualmente en Kenia, el P. Gerardo Geissler CMM, que reside en Alemania, los PP. Bruno Kempf y Lino Herrero Prieto, que viven en Madrid. Participaron también en el encuentro algunos de los profesores y formadores: D. Agustín Hernández Gil, D. Pablo de Pablos Santamarta, D. Teótimo Alegre Abril y D. Santiago García Casado, que viven todos ellos en la ciudad de Palencia. El encuentro comenzó a las diez de la mañana. Después de más de una hora saludándonos e intentando reconocernos, nos juntamos en el salón de actos para un encuentro más formal, en el que no faltó, junto con el paso de lista y las intervenciones preparadas, la proyección de un montaje de fotos de la vida de aquellos años de seminario. Antes de la Eucaristía pudimos recorrer las instalaciones del edificio, reviviendo los recuerdos que cada rincón del mismo nos evocaba. La celebración de la Eucaristía, en la que entonamos canciones de aquellos años, fue ocasión para rememorar tantos encuentros religiosos que tuvimos en la querida capilla de nuestro seminario. Después tuvimos una comida festiva en uno de los comedores, utilizando el mismo menaje de aquellos años. En la sobremesa, de la manera más espontanea, se creó un clima de tertulia, en el que tuvimos la ocasión de charlar así como de agradecer lo que Mariannhill ha hecho por todos nosotros. El encuentro terminó hacia las 18.00 h. Lo vivido en ese día fue un reencuentro con las raíces de nuestra niñez y adolescencia, después de una media de más de treinta años sin habernos visto y encontrado. Ocasión más que propicia para reconocer, llenos de admiración y agradecimiento, todo lo que hemos recibido de Mariannhill. Algunos ya abuelos y recién jubilados, los más jóvenes en los cuarenta años; con pelo canoso unos, otros sin pelo alguno, pero todos con más arrugas y más experiencia, el encuentro fue una cadena de sorpresas. ¡Cuántos recuerdos al recorrer los pasillos del centro, sus aulas, sus dormitorios, sus salas de juego, los comedores, la capilla…!

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En la entrada del Seminario, antes de comenzar la celebración de la Eucaristía. FOTO: JUAN CARLOS PÉREZ APARICIO

En una de las aulas del Seminario, recordando los viejos tiempos de la adolescencia, allí vivida. FOTO: ALBERTO LEÓN ANTOLÍN

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Sobremesa en el comedor. FOTO: MIGUEL MIGUEL RATERO

El grupo de Ciudad Rodrigo [Salamanca] y de su comarca.

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FOTO: MIGUEL MIGUEL RATERO

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En el encuentro, sobre todo en la celebración de la Eucaristía, recordamos con agradecimiento a los compañeros ya fallecidos y de los cuales tenemos constancia. A saber: Agustín Enrique, Amable Taranilla, Ático Cuadrado Calvo, Benito de Castro, Carlos Grajal Conde, Clemente Villafáfila, Eduardo Matorra Fernández, Francisco Javier Balbás, Isidro Fernández Matanza, Jesús Brezo, José Alberto Mínguez Nieto, Juan Carlos González de Castro, Juan Carlos Pisano, Roberto Martín Garrido, Segundo Margüello. Recordamos también a los profesores fallecidos: D. Severino Ibáñez Romón, D. Julián Nieto Gil, D. Lorenzo Carrascal Román, D. José Calle Vega. Hicimos lo propio con los Misioneros de Mariannhill que trabajaron en dicho centro y que ya llegaron a la casa del Padre: el P. Beltram Nuun CMM [+1973], el P. Alberto Schärf [+1975], el P. Burgardo Zürrlein CMM [+1981], el Hno. Lucas Schmidt CMM [+1984], el Hno. Andrés v. d. Waarden CMM [+1985], el Hno - Obl. Emilio Karrer CMM [+1991], el Hno. Ignacio op de Kelder CMM [+1991], el Hno. Pablo Sutter CMM [+1996], el P. Matías Tutsch CMM [+2002], el Hno. Bernardo Bussmann CMM [+2004], el P. Pablo Reissing CMM [+2006], el P. Lucas A. Mettler CMM [+2007], el P. Antonio Sánchez-Elvira Ramos CMM [+2008], el P. Galo Strittmatter CMM [+2010]. La jornada terminó con un poso de serenidad y agradecimiento, después de la cadena de emociones vividas a lo largo de las horas del encuentro. Nos fuimos despidiendo con el deseo de volver a reunirnos de nuevo. Seguro que ahora muchos más se animarán a registrar sus nombres en la lista de los Antiguos Alumnos de Mariannhill en Palencia y a reforzar su vinculación a la vida y obras de la Familia Misionera de Mariannhill. The Observer

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DIOS

FOTO: MIGUEL M. RATERO

hor izonte de sentido

[TEXTO DE LA HOMILÍA DEL P. LINO HERRERO PRIETO CMM, PRONUNCIADA EN LA EUCARISTÍA CON MOTIVO DEL ENCUENTRO DE ANTIGUOS ALUMNOS DE MARIANNHILL, CELEBRADO EN PALENCIA, EL 28 DE SEPTIEMBRE DE 2013]

Queridos amigos: Hace veintiséis años que salió de este edificio el último grupo de alumnos [Curso 86/87]. Hace cincuenta y dos años que llegó el primer grupo de alumnos [Curso 61/62]. El tiempo pasa con sus pasiones y nosotros vamos pasando con él. Pero no es éste el momento ni el lugar para entretenerse en evocaciones nostálgicas. Estamos en un ámbito religioso, celebrando una acción sagrada, y lo que toca ahora es destacar que, mientras vamos pasando, Dios permanece como garantía de sentido. Permitidme centre esta reflexión en dos palabras, que acabo, precisamente, de mencionar: Dios y sentido. Empiezo por la segunda.

SENTIDO

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Los años transcurridos y las circunstancias vividas por cada uno de nosotros han hecho que sepamos muy poco unos de otros. Detrás de la alegría del abrazo y del reencuentro, surgen algunas preguntas un tanto inquietantes: ¿Será feliz el que me ha saludado? ¿Cómo le habrá tratado la vida? Aún sabiendo muy poco unos de otros, creo que no nos equivocamos al pensar que en la vida de todos nosotros se ha dado de todo, haciendo que la misma vida, ya de por sí compleja, haya conocido tramos de verdadera complicación. ¿Qué decir, pues? Necesito una imagen para explicarme. Cuando hay una tormenta en alta mar y éste está picado o con fuerte oleaje, ¿dónde ocurre todo esto? En la superficie; pues en el fondo del mar hay calma y tranquilidad. Pues bien, FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

pese a todos los pesares, aunque a veces desnortados, me atrevo a pensar que la brújula del sentido común y del sentido último de la existencia nos ha ayudado a reconducir la barca personal. Verdad es que todo ello no nos ha salido gratis, pues hemos tenido que pagar nuestro precio en forma de lágrimas: de las que se ven y mojan y de esas otras que, aún siendo invisibles y secas, vienen cargadas de sal. Y tengo que volver a echar mano de otra imagen para explicarme bien. La vida humana se puede comparar a un tapiz. Todo tapiz tiene su anverso y su reverso. Ahora sólo vemos el reverso con un revoltijo de hilos y lanas de muchos colores, sin aparente orden ni concierto, muchos nudos y no pocos tijeretazos, que se nos antojan quiméricos. En el anverso está surgiendo la obra de arte, que un día se nos permitirá contemplar. Dios es el artesano que va tejiendo el tapiz de nuestra vida en la trama de la existencia. Y acabamos de mencionar la segunda palabra de esta reflexión: Dios.

DIOS

Dios –y no es ocioso recordarlo– es más que la palabra que lo evoca y que la idea que tenemos sobre Él. Respiramos hoy un aire un tanto contaminado en todo lo relacionado con Dios y la fe. Se nos presenta a Dios como un ser lejanísimo, centrado en sus cosas y muy ocupado en no hacer nada, al que le resbala y le trae sin cuidado lo que los seres humanos vivimos. O bien se nos presenta a Dios como una especie de rival envidioso de la suerte y de la felicidad del ser humano, que parece estar empeñado en cercenar los sueños de superación de éste. Por otro lado el creyente en Dios es presentado como un apocado, que se refugia en las sacristías de la piedad, porque le tiene miedo a la intemperie de la calle; que calma los dolores del más acá con su adicción a la morfina de una esperanza en el más allá; que se entretiene en adorar al que no ve a fin de no ver las necesidades del ser humano y no tener que atenderle en ellas. Respetando las opciones religiosas de cada cual o la ausencia de las mismas, uno tiene la impresión que algunas de las opiniones sobre Dios y la fe vienen marcadas por clichés muy manidos, fruto de una gran pereza intelectual. El Dios cristiano no es así ni la fe en Él tampoco. Nuestro Dios potencia nuestros mejores deseos de superación y es el primer interesado en promocionar al ser humano, a fin de que éste alcance el máximo de sus posibilidades. Nuestro Dios es el mayor garante de nuestra dignidad como seres humanos. Por otra parte, cuando los creyentes en Dios nos arrodillamos ante Él, lejos de rebajarnos, alcanzamos nuestra verdadera talla. Darle cancha a Dios en la propia vida no nos quita nada, antes al contrario, nos aporta sentido de vida, desatando en nosotros un movimiento de solidaridad, que nos urge y lleva a ayudar a los demás. Queridos amigos: Termino ya. Tengo para mí que, a toro pasado de los años transcurridos, podemos reconocer que la formación recibida en este seminario de Mariannhill nos ha aportado a todos aquellas herramientas para poder vivir con sentido, orientado nuestra existencia hacia Dios, puerto final de toda navegación. Así sea. FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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MEMORIA

AGRADECIDA [TEXTO DE LA INTERVENCIÓN DE MIGUEL GONZÁLEZ SOTO EN EL ENCUENTRO DE ANTIGUOS ALUMNOS DE MARIANNHILL, CELEBRADO EN PALENCIA, EL 28 DE SEPTIEMBRE DE 2013]

S

aludamos a todos los presentes: PP. Bruno, Gerardo y Lino, los sacerdotes D. Santiago y D. Teótimo, los profesores D. Pablo y D. Agustín, y a todos los que, como yo, sois antiguos alumnos de Mariannhill en Palencia. Os damos a todos la más cordial y afectuosa bienvenida a este encuentro. Este encuentro ha sido posible, gracias a que algunos antiguos alumnos hemos mantenido el contacto y la amistad de manera continuada a lo largo de muchos años, avivando la llama de la misma mediante pequeños encuentros. El encuentro de hoy es el resultado de esta historia, tejida a lo largo de muchos años; es la cristalización de aquella necesidad afectiva de volver a juntarnos los que en su día vivimos juntos en este colegio-seminario. Y aquí estamos los ciento y pico, que nos hemos reunido en esta mañana de otoño, mirándonos unos a otros, sorprendidos de cómo estamos después de tantos años. Todo ello es, ciertamente, causa de una gran alegría.

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Haciendo un poco de historia acerca del origen de todo este proceso, os puedo decir que éste tiene que ver, en primer lugar, con el eje Palencia y cercanías. Con cierta asiduidad un grupo de antiguos alumnos –el cuarteto palentino, formado por Santino, Rafa, Pedro e Isidoro– FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

FOTO: PEDRO LUIS GUTIÉRREZ BLANCO

Eje Palencia-Vitoria-Salamanca-Madrid, delante de la soberbia Colegiata de Ampudia [Palencia], después de una de las reuniones para preparar el encuentro de AA de Mariannhill en Palencia.

se ha venido reuniendo para celebrar esa historia común de amistad, que perdura en el tiempo. De ese núcleo fue surgiendo, como si de un brote verde se tratara, la posibilidad de un encuentro para todos los antiguos alumnos. Con el paso del tiempo la mera posibilidad se fue convirtiendo en un problema de necesidad. Al eje de Palencia unimos y sumamos el eje de Vitoria, formado por los tres hermanos González Soto, conocidos cariñosamente como el “clan de los Vitines”, presidido por Víctor, patriarca magnánimo y arrollador del mismo. El eje Palencia-Vitoria se congregó con cierta frecuencia en la que, con cierta sorna, llamamos la Retreat House de Pedro en Ampudia. La acogida de Pedro en su casa, donde guarda una selecta bodega de inmejorables caldos, hizo que estos encuentros fueran siempre anhelados. Gracias, Pedro, por esta posibilidad de mostrarnos siempre tu generosidad. Y así fue cómo progresivamente fue creciendo la posibilidad y la necesidad del encuentro, que hoy se ha materializado y que ahora, gratamente asombrados, estamos viviendo. Al eje, ya constituido, se sumó Salamanca, con la presencia de Juan Ramón Garrido Hernández, que desde un principio ha manifestado un interés, casi sobrenatural, por hacer realidad este encuentro. La dimenFAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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sión institucional la puso la incorporación del P. Lino desde Madrid. Y así fue como el eje Palencia-Vitoria-Salamanca-Madrid ha ideado y gestionado toda la estrategia para hacer viable este día de encuentro. Y, llegados a ese punto, lo que procede es mirar hacia adelante. ¿Qué continuidad le podemos dar a lo que hoy estamos viviendo? Varias son las posibilidades, a ser pensadas, ponderadas y valoradas. En el sobre, que se os entregará al final de la comida, podéis manifestar vuestra opinión sobre la continuidad y periodicidad de posibles encuentros como éste. Existe también la posibilidad de crear una red de ayuda en torno a Mariannhill, a fin de canalizar vuestras aportaciones en bien de la actividad misionera de Mariannhill. Otra posibilidad es mantener viva la relación entre nosotros, sirviéndonos de las redes sociales. Y –¿por qué no?– podemos pensar en organizar un viaje a Sudáfrica, a visitar el lugar donde nació Mariannhill, donde sigue trabajando el P. Francisco Jank CMM y está enterrado el P. Lukas A. Mettler CMM. Todas estas posibilidades y sugerencias quedan ahí y se pueden manifestar y gestionar según devengan los intereses. Termino ya. Una cosa parece que ha existido y existe en todos nosotros: un vínculo afectivo hacia Mariannhill y hacia este colegio, donde nos formamos. La respuesta tan masiva a esta convocatoria, después de tantos años sin vernos, es una prueba contundente del reconocimiento agradecido que late en el interior de todos nosotros hacia la labor educativa de Mariannhill en nuestra adolescencia y juventud. Esta constante existencial en los afectos y en los sentimientos se ha mantenido viva, a modo de rescoldo. Sólo ha sido necesario un ligero soplo para avivar la llama. Pasad, pasemos todos, un buen día, para que esta jornada quede grabada en nuestra memoria como un hito referencial, tanto por el pasado vivido, como por el futuro por venir. Esperemos que, al hacer memoria colectiva de tantos afanes, búsquedas y recuerdos, nos sintamos bien y agradecidos por todo. Os invito a que os recreéis en la herencia recibida en este lugar y consideréis, a modo de reconocimiento, a todas las personas que por aquí han vivido y trabajado, algunos de los cuales ya descansan en la eternidad. Con vuestra presencia ya formamos parte del libro de la vida.

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En presencia de Dios

FOTO: MERCHE DE LA FUENTE [NORTE DE CASTILLA 30/IX/13]

Se nos han vuelto humo entre las manos, se nos han vuelto sueño entre los sueños, y han plantado entre grandes y pequeños –irreverentes con los pelos canos–

los recuerdos remotos y cercanos: los momentos, las ansias, los empeños, las dudas, las esperas, los ensueños, las promesas de amigos y de hermanos. Y seguimos soñando en el camino y despertando a golpe de experiencia. Seguimos siendo barro, polvo fino, mágico material de la conciencia. Mantengamos el rumbo y el destino: Dios nos regala siempre su presencia.* Rafael Palmero Fraile * Poema recitado por su autor, al finalizar la celebración eucarística con motivo del Encuentro de Antiguos Alumnos de Mariannhill, celebrado en Palencia, el 28 de Septiembre de 2013. FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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La formación de los futuros

misioneros

Escribe el Abad Francisco Pfanner: “Cuando veo la cantidad de personas que cada día se sientan en la mesa para comer, a veces se apodera de mí la preocupación y me pregunto: ¿Cómo dar de comer y vestir a tanta gente?... Pero, por otro lado, la vista de tantas personas animosas, diligentes y sacrificadas me llena de gozo y consuelo. Ellas son mi riqueza… La gente dice que soy un exagerado a la hora de pedir dinero…; que soy un descarado… Con gusto me dejo llamar atrevido, porque cada necesidad material se la encomiendo a San José. En los últimos diecinueve años los negocios más redondos los he realizado con el carpintero de Nazaret”. El Abad Francisco sudaba frío cuando veía su Monasterio lleno de jóvenes, a los que había que alimentar, vestir, atender y formar. El sudor se le volvía helador cuando, al comprobar las arcas, en ellas no había lo mínimo imprescindible para poder atender todas las necesidades de sus monjes. Pero ello, lejos de llevarle a la desconfianza y a la angustia, le impulsaba a poner en las manos de Dios confiadamente la empresa y a mendigar entre los bienhechores, a fin de sacarla adelante.

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Cada nueva vocación que llama a nuestras puertas y es aceptada, a fin de empezar su proceso formativo entre nosotros, es una fuente de alegría, grávida de esperanza, para todos nosotros. Pero, al mismo tiempo, espolea nuestra imaginación, a fin de conseguir los medios para atender el abanico de necesidades que la formación de cada joven vocación conlleva. FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

FOTO: MIGUEL ÁNGEL MARTÍN GARCÍA

El Frt. Gerónimo Ramos Matimbe CMM es uno de los ocho jóvenes que actualmente se están formando en la Casa de Mariannhill en Salamanca.

Empezarán con el preceptivo postulantado. Cuando hagan los primeros votos, unos irán a estudiar filosofía/teología para ser Sacerdotes de Mariannhill; otros irán a diferentes escuelas profesionales o centros de formación diversa para ser Hermanos de Mariannhill. Todo un proceso formativo que ronda los diez años de duración. Hoy como ayer, las manos de San José son las de todos vosotros, nuestros bienhechores, que nos hacéis llegar vuestras ayudas en forma de Becas de Estudios o Donativos para la Formación. Pero esto funciona en la medida en que nos volvamos exagerados, descarados y atrevidos a la hora de pedir. Mariannhill tiene contraído un negocio permanente con San José. Os invitamos a invertir en él. Tendréis la alegría de ver ya aquí el reparto de dividendos: el aumento de más Hermanos y Padres, misioneros todos ellos de Mariannhill; y también allá, cuando Dios mismo venga a ser vuestra recompensa.

P. Lino Herrero Prieto CMM Superior Provincial FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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Mariannhill Un Carisma Eclesial El carisma Mariannhill, suscitado por el Espíritu Santo en la Iglesia a través del Siervo de Dios, Abad Francisco Pfanner, está constituido por una espiritualidad y por una misión. Nuestra espiritualidad tiene su centro en Cristo Redentor, quien por nuestra consagración religiosa ha venido a ser nuestro único bien (pobreza), nuestro único amor (castidad) y nuestro único Señor (obediencia). Vivimos esta consagración en comunidad. Son notas características de nuestra espiritualidad la oración al Corazón de Cristo por la salvación de todos los hombres; la celebración diaria de la Eucaristía para que la Sangre de Cristo © JOHANNA SEEN CPS siga lavando a la humanidad entera; y la devoción a María, Madre del Redentor y Madre de los redimidos. La fiesta de nuestra Congregación es el 2 de febrero, en que celebramos a María presentando a Jesús en el templo como luz de las naciones. Patrones y protectores de de la Congregación son: Santa Ana, San José, San Benito, San Francisco Javier y Santa Teresa del Niño Jesús.

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Nuestra misión es un servicio a la misión de la Iglesia y consiste en la evangelización de los pueblos que aún no creen en Cristo, promoviendo su liberación integral y la formación de nuevas comunidades locales. También forma parte de la misión de nuestra Congregación la animación misionera del Pueblo de Dios, la promoción y formación de vocaciones misioneras y el desarrollo de cauces para que el Pueblo de Dios colabore en la misión universal de la Iglesia con su oración, sacrificio y limosna. FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

Una Congregación Misionera Mariannhill es una Congregación religiosa y exclusivamente misionera, que nació el 2 de febrero de 1909, al decretar el Papa San Pío X la separación del Monasterio de Mariannhill, en Sudáfrica, de la Orden Trapense. En cuanto Congregación religiosa y misionera, Mariannhill es una comunidad internacional, integrada por sacerdotes y hermanos, que desarrollan su actividad misionera en Sudáfrica, Zimbabwe, Zambia, Mozambique, Kenia, Colombia y Papúa-Nueva Guinea. Los Misioneros de Mariannhill también tienen comunidades en Alemania, Austria, Suiza, Holanda, Italia, Polonia, Canadá, Estados Unidos y España, que se dedican a la animación misionera del Pueblo de Dios y a la formación de jóvenes con vocación misionera.

FOTO: ARNOLD SCHMITT CMM

Los Misioneros de Mariannhill (CMM) colaboran estrechamente con las Hermanas de la Preciosa Sangre (CPS), fundadas por el Abad Francisco.

Una Familia Universal Niños, jóvenes, familias, enfermos nos ayudan en nuestra tarea misionera y forman con nosotros y las hermanas de la Preciosa Sangre la Familia Mariannhill. Como familia no olvidamos a los que nos ayudan y por sus necesidades e intenciones se reza cada día en nuestras comunidades y se ofrece una misa diaria en la Congregación. Como familia no olvidamos a los que nos ayudaron: nuestros bienhechores difuntos. También rezamos por ellos cada día en nuestras comunidades y por su eterno descanso se ofrece una misa diaria en la Congregación. Como familia invitamos cordialmente a otros a formar parte nuestra. FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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Ven

a formar parte de nuestra Familia

FOTO: MATTHEW IN JUN KIM CMM

• Siendo sacerdote o hermano misionero. • Rezando y ofreciendo sacrificios por las misiones y por vocaciones misioneras. • Ayudándonos a contactar con jóvenes que tengan inquietudes misioneras. • Suscribiéndote a la revista “Familia Mariannhill” y dándola a conocer. • Apoyando con tus donativos los proyectos de desarrollo y evangelización que llevan a cabo nuestros misioneros.

• Enviándonos intenciones de misa. • Ofreciendo herencias y legados. • Comprometiéndote a un objetivo concreto: Beca Futuro Misionero (2.000 € al año) Envío de 10 Kg. de ropa a nuestras misiones (50 €) Adquisición de la Biografía de nuestro Fundador (12 €) Adquisición del libro “La Cruz y sus caminos” (10 €)

F O R M A D E AY U D A TRANSF ERENCIA: Deutsc he Ban k [BanCorreos]: Gran Vía, 25-29 · 37001 Sal amanca · CCC: 0019 4167 00 4010001660 / IBAN: ES53 0019 4167 0040 1000 1660 / BIC SWIFT CODE: DEUTESBB GIRO POSTAL: Misioneros de Mariannhill • Arturo Soria, 249, Bajo A-B • 28033 MADRID Nombre y Apellidos Dirección

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Código Postal y Población..................................................................................................................................... Provincia........................................................................................................................................................................

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NUESTRA PÁGINA VOCACIONAL

N.o 58 “Aceptamos nuestro trabajo diario como un encargo recibido de Dios. Aleccionados por nuestra herencia benedictina, lo valoramos como expresión de la dignidad del mismo trabajo”. [Constituciones CMM 208] FOTO:ARNOLD SCHMITT CMM

¿Cuál es el trabajo de un misionero? En la foto está la respuesta. El de-

secho de pantalones de este chaval de Papúa-Nueva Guinea es índice del amplio abanico de necesidades que tiene y, por otro lado, apunta al trabajo que se espera realice un misionero, a fin de dar solución a tales necesidades. El trabajo de un misionero se concretiza en los muchos trabajos que a diario tiene que realizar. Estos trabajos y tareas, a fin de atender las necesidades, tanto primarias como fundamentales, del ser humano, han de ser aceptados como encargos y encomiendas, que vienen de la mano misma de Dios. Al igual que la misión viene de Dios, los trabajos que se han de realizar para cumplirla, también vienen del mismo Dios. Por nuestra misma herencia benedictina los Misioneros de Mariannhill sabemos también que nuestro trabajo, así como el mismo trabajo humano, goza de gran dignidad, pues responde a la voluntad misma de Dios. FAMILIA MARIANNHILL 170 Enero-Marzo 2014|1

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www.cmmmariannhill.org

FOTO: ARNOLD SCHMITT CMM