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POLITICA

Arias Cañete ‘vende’ la recuperación a mayor gloria de Rajoy

Vuelve el ‘España va bien’

“España lidera ahora la caída del desempleo en la UE” o la EPA es “muy positiva” porque marca un cambio de tendencia son algunas de las frases de Miguel Arias Cañete en el arranque de la campaña electoral. El optimismo desbordante del candidato del PP a las europeas responde a la necesidad de convencer al electorado de que los duros años de ajuste han quedado atrás y, lejos de lo que pudiera parecer, el partido en el Gobierno está cumpliendo el programa de 2011. Dice el ya exministro de Agricultura que la creación de empleo es “nuestro eje fundamental” y recurre al argumento de la herencia recibida para ahuyentar el fantasma socialista. Para acabar de convencer a los votantes, Rajoy ha confiado la tarea a un amigo personal, el hasta ahora mejor valorado del Gobierno y menos contaminado por las polémicas, si bien sus intereses empresariales se han cruzado en su camino al 25-M. La creación de empleo es el eje central de la campaña de Miguel Arias

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Por Virginia Miranda

ras pasarle el testigo a la que ha sido su secretaria general, Isabel García Tejerina, confirmando el cambio mínimo que Mariano Rajoy quería darle a su Gobierno, acaba de abandonar la cartera de Agricultura siendo el ministro más valorado por los españoles y habiendo asistido a las polémicas de compañeros como Ignacio Wert o Jorge Fernández Díaz desde la barrera, sin sufrir el desgaste de leyes impopulares y llamando la atención con recomendaciones alimentarias –comer yogures caducados– o de ahorro

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energético –ducharse con agua fría–. A él no le gusta que le llamen el ministro de las ocurrencias, pero son las que han endulzado un Gobierno que, desde el principio de la legislatura, viene aplicando la mano dura –reforma laboral, proyecto de reforma de la ley de seguridad ciudadana…– sobre una ciudadanía al límite de su resistencia. Así las cosas, Miguel Arias Cañete era la cara más amable de lo que los conservadores han dado en llamar año cero, el del final de la crisis y el principio de la recuperación que Mariano Rajoy y su equipo económico quieren ‘vender’ durante toda la campaña para evitar un descalabro electoral que desenca-

dene futuros fracasos en las citas con las urnas del próximo año. Pero no se trata solo de generar simpatías. El candidato del PP a las elecciones del 25 de mayo es un político de larga trayectoria en la formación, que ha tocado todos los palos dentro de la Administración y que, en la oposición, ejerció de secretario ejecutivo de Economía del presidente popular. Ambos son buenos amigos, como casi todos los que se sientan en el Consejo de Ministros. Pero él tiene una ventaja añadida; es uno de los pocos supervivientes del aznarismo que se amoldó como un guante al partido de Rajoy sin romper con el primer presidente que le designó ministro.

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F. MORENO

Cañete, que anima a “volver a mirar el futuro con optimismo”.

Meses atrás, cuando aún no había anunciado su decisión de no concurrir como cabeza de lista a las europeas, Jaime Mayor Oreja seguía figurando en las quinielas por representar el sentir de las bases decepcionadas con la política antiterrorista o la respuesta del Ejecutivo al desafío independentista catalán. Miguel Arias no responde a su perfil, pero no provoca rechazo entre la militancia. Es más, cuenta con la bendición del propio José María Aznar que, tan crítico como es con el Gobierno, la semana pasada aprovechaba un acto público de su mujer para manifestarle a los periodistas su pesar por no haber sido invitado a participar en la

Es un superviviente del aznarismo que se amoldó a Rajoy sin romper con el expresidente campaña del candidato. “A mí me hubiese encantado, como ha dicho Miguel Arias, hacer un mitin con él. Porque es un gran amigo, una gran persona, y además de eso lo hará muy bien”, decía, añadiendo que ya era “tarde” para rectificar. Nada más conocer el deseo del expresi-

dente, Esperanza Aguirre se prestaba a organizar un mitin en Madrid. “Pero vamos, rápidamente”, decía, teniendo un día después que recular y reconocer que “yo no organizo la campaña”. Al día siguiente era Arias Cañete el que trataba de mediar. En una entrevista en RNE declaraba que se había ofrecido al “entorno” de Aznar fechas y lugares para protagonizar junto a él “un gran acto electoral” y aún no le había invitado porque la campaña no estaba cerrada, si bien confiaba en que el expresidente eligiera la fecha en la que coincidir con él y “aprender” de lo que tiene que decir de la UE. Incluso el vicesecretario de Estudios y Programas y número dos de la cannº 1062. 5–11 de mayo de 2014

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Una tecnócrata que pasó por la ‘puerta giratoria’ La vallisoletana Isabel García Tejerina tiene un perfil eminentemente técnico. Ingeniera agrónoma especializada en Economía Agraria y licenciada en Derecho, la nueva ministra de Agricultura conoce bien las instituciones europeas: su primera experiencia profesional la tuvo en Bruselas como responsable de Agricultura en la Oficina de la Junta de Castilla y León y después trabajó en la

Fue en el año 2000 y con la llegada de Miguel Arias Cañete a la cartera cuando, desempeñando estas funciones y la de responsable de asuntos comunitarios, empezó a trabajar a las órdenes de su hoy antecesor quien, en tan solo unos meses, la ascendió a secretaria general de Agricultura. El candidato del PP a las europeas, tras confirmar el nombre del que se viene hablando

F. MORENO

García Tejerina, nueva ministra de Agricultura, tiene experiencia europea.

Consejería de Agricultura y Ganadería de este Gobierno autonómico dentro del departamento de Asuntos Agrarios Comunitarios. En 1999, a finales de la primera legislatura de Aznar, entró en Agricultura como asesora ejecutiva del gabinete del ministro, primero a las órdenes de Loyola de Palacio y, después, de Jesús Posada, época en la que también ejerció de responsable de relaciones internacionales.

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desde hace semanas, ha dicho de ella que tiene un profundo conocimiento del sector, que lo hará “muy bien”, que tiene buenos contactos y sabe manejarse en Bruselas y que “ha recorrido toda España para explicar la Política Agrícola Común (PAC)”. Los cargos públicos de García Tejerina tuvieron el paréntesis del Gobierno socialista, años en los que trabajó como directora de Planificación Es-

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tratégica y responsable de los departamentos de I+D+i, Estudios e Investigación de Mercado y Servicio Agronómico de Fertiberia, empresa del Grupo Villar Mir. Estos días se ha recordado precisamente que su presidente, Juan Manuel Villar Mir, fue imputado en el caso Bárcenas por las presuntas donaciones ilegales al PP. También se ha rescatado el informe de Greenpeace de diciembre de 2012 titulado ‘Amnistía a la destrucción’, donde los ecologistas denunciaban que el Tribunal Supremo condenó a la empresa por delitos contra el medio ambiente como responsable de un residuo tóxico y radiactivo en el río Tinto (Huelva) y recuerdan que la secretaria general de Agricultura es la exdirectora de Planificación en Fertiberia. Asegura incluso que el responsable de la menos proteccionista Ley de Costas es el empresario, antiguo jefe de la hoy ministra, arrojando sombras sobre la siempre cuestionada puerta giratoria que los políticos atraviesan indistintamente en uno y otro sentido. Pero los ecologistas quieren hacer borrón y cuenta nueva y dicen que, “a pesar de su pasado en la empresa privada y de su trayectoria política, donde el medio ambiente no ha sido precisamente una prioridad para Tejerina, es preciso esperar a conocer sus primeras decisiones para ver si producirá un giro y el medio ambiente ocupará un lugar relevante en la agenda del Gobierno”.

didatura popular, Esteban González Pons, aseguraba en TVE que contaban con José María Aznar. Sin embargo, el propio interesado ha dudado de entrar en los planes de la dirección general del partido, donde aún está reciente el plantón que les dio días antes de la Convención Nacional celebrada en Valladolid los días 31 de enero y 1 y 2 de febrero, avisando a la secretaria general un día antes de hacerlo público y alegando problemas de agenda. Los mismos que ahora esgrime el presidente de FAES para no participar en la campaña pese a su pública protesta. Ahondando más en la brecha que le separa del partido que él mismo refundó pero que está convencido de no deberle nada. Empresario aficionado a los coches. Para un candidato electoral, la carrera personal y profesional es casi tan importante como la política. Miguel Arias Cañete era, hasta la semana pasada, el ministro más rico del Gobierno con un patrimonio de más de 1,7 millones de euros. Y, en su caso, su nivel de vida está muy por encima de la media. Emparentado con una de las familias ganaderas más importantes de España tras casarse con Micaela Domecq, copropietaria de la explotación de toros de lidia extremeña Jandilla, también ha ejercido como abogado y como empresario, habiendo sido presidente de los consejos de administración de Ducar SL y de Petrologis Canarias SL, empresas dedicadas al almacenamiento y suministro de combustibles a buques, y miembro del consejo de la constructora Bami Newco SA. De todos estos cargos dimitió en diciembre de 2011, tras ser designado ministro, pero conserva un importante paquete de participaciones en Ducar SL –posee el 2,5 por ciento de la compañía– valorado en más de 185.000 euros. Su nivel de vida le permite mantener su hobby favorito: la colección de coches antiguos. En el apartado dedicado a “Vehículos, embarcaciones y aeronaves” de la declaración de bienes y rentas del Congreso de los Diputados no tiene espacio suficiente para registrar todas sus joyas de cuatro ruedas –entre ellas, un Austin Cooper y un Morgan– y necesita completar la relación en un espacio anexo. Su afición le ha llevado a participar en carreras emblemáticas como el Rally de Montecarlo y a correr varias veces las 24 horas de Le Mans.

Aunque pueda generar envidias y recelos por el estrecho margen que separa las esferas pública y privada de los políticos con intereses empresariales, no hay aparentemente nada fuera de lo normal. O así era hasta que el diario El País, tras conocerse por fin que el cabeza de lista del PP a las europeas era Miguel Arias Cañete, publicó que el candidato no comunicó al Congreso de los Diputados durante las dos últimas legislaturas las relaciones de sus empresas con la Administración; Ducar, de hecho, funciona gracias a una concesión administrativa. A pesar de que la oposición le ha pedido explicaciones, se remite a las que dio el pasado verano en sede parlamentaria “para informar de sus vinculaciones con empresas dedicadas a la venta de combustible para buques en el Estrecho de Gibraltar”, donde aseguró que no tiene capacidad de dirección en Ducar y que la compañía petrolífera, en cualquier caso, no se dedica al bunkering sino al almacenaje de combustibles. El PSOE recrudeció su campaña contra Miguel Arias en el Pleno del Congreso del pasado martes; sostuvo que, además de que tiene vínculos particulares en dos empresas beneficiarias de contratos públicos, no se inhibió en decisiones de Gobierno donde pudiera haber habido conflicto de intereses, extremo que negó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

Si “están las cosas bien, no se puede negar”

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ientras el Gobierno trata de poner diques a la campaña de oposición que ha desplegado el PSOE contra Arias Cañete, el ministro ha empezado la suya, llevando por todo el país el mensaje de optimismo con el que el Gobierno espera ganar las europeas, aunque sea por la mínima y con menos diputados que en 2009 como pronostican las encuestas. Como en los tiempos del ‘España va bien’ de José María Aznar, el Ejecutivo se aferra a los datos macroeconómi-

EUROPA PRESS

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Si Miguel Arias es nombrado comisario, el vicesecretario del PP será el jefe de la delegación de su grupo.

Pons, en la retaguardia Miguel Arias Cañete no ha querido confirmar que su candidatura al Parlamento Europeo es un mero trámite para optar al puesto de comisario, pero es un secreto a voces que ese es su deseo y las elecciones del 25 de mayo son condición más que recomendable ahora que el presidente de la CE saldrá de estos comicios. De acabar ocurriendo, si el hasta ahora ministro de Agricultura da el salto al Ejecutivo comunitario, su número dos se convertirá en jefe de la delegación española del PP en Bruselas. El vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, tendrá por fin el reconocimiento que esperaba. Diputado nacional tras las elecciones de 2008, en las que Mariano Rajoy dejó atrás el aznarismo ratificando su expulsión tres meses después en el Congreso de Valencia, fue elegido vicesecretario de

Comunicación en aquél mismo cónclave y, aunque no había logrado la portavocía en el Congreso de los Diputados para la que había llegado a sonar –ocupó el mismo cargo en el grupo popular de las Cortes Valencianas–, fue nombrado vicesecretario de Comunicación y portavoz del PP. Fue la voz de la oposición desde Génova, 13 y el partido ganó las siguientes generales, saltando inmediatamente a las quinielas de ministrables para las que creía había llegado su hora después de su larga experiencia de portavoz. Sin embargo, no hubo sitio para él en el gabinete de ministros; llegó a decirse que el caso Nóos, en el que acabó declarando como testigo a cuenta de los Juegos Europeos que nunca llegaron a celebrarse y por los que la Generalitat Valenciana pagó cerca de 400.000 euros al ins-

tituto de Iñaki Urdangarin, echó el freno a su carrera política. Hasta en el PP bajó un escalón cuando, en el Congreso de 2012, fue nombrado responsable de una vicesecretaría de nueva creación y objetivo difuso. Sin embargo, con el tiempo ha ido recuperando terreno y se ha acercado a María Dolores de Cospedal, con quien se decía no tenía la sintonía de quien fue mano derecha de la secretaria general. Ahora, convertido en un número dos que suena a uno, comparte protagonismo con Arias Cañete en los mítines. Con su conocida afición a dar titulares con tintes poéticos, diciendo cosas como que “vamos a contar la campaña no por vallas, sino por manos que vamos a estrechar y diálogos que vamos a mantener”. O que “si decides no decidir, recuerda que otros decidirán por ti”.

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AL TRASLUZ Por Enric Sopena*

Aznar, dolido. Le habría “encantado”estar en las europeas

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odo es posible en el PP. La estrella de las europeas fue, para la derecha, Miguel Arias Cañete, que es una especie de mezcla peligrosa entre la política y los negocios. ¿Es pues un chorizo este terrateniente llamado Cañete? Sólo hay algunos indicios al respecto, aunque sí hay además algunos asuntos no del todo transparentes, como el que apunta, entre otros, al Gobierno de las Canarias. Puede ocurrir que el candidato Cañete se haya precipitado a la hora de lanzarse a la piscina y no haya caído en la cuenta de que la piscina estaba sin una gota de agua. Lamentablemente para él, se estrelló en la piscina totalmente seca. El líder popular, en la carrera hacia la victoria, se olvidó de la crudeza, a veces excesiva y a veces, en cambio, demasiado buenista, que acompañan con frecuencia a unas elecciones. Ha empezado el baile y Cañete no deja de decir curiosas estupideces. Ha tratado de quitarle importancia a una petrolera en la cual, según afirma, tiene sólo acciones porque está fuera de la gestiones de la empresa desde 2011. Es decir, tras ser elegido ministro de Agricultura. El primer gran error de Cañete se produjo hace unos días cuando salió en un mitin de campaña proclamando que España iba a liderar el descenso en el número de los parados de los distintos países europeos. Lo dijo tras conocer los resultados sobre el paro en España que señalaban, a primera vista, una baja de parados que fue divulgada urbi et orbe desde la Moncloa y desde Génova 13 [Madrid]. Felices como estaban todos ellos, llevados por la obsesión de Mariano Ra-

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joy, según la cual ya se observa el final del túnel, ¡adiós crisis, adiós!, los peperos ansían volcarse radiantes por toda España, subrayando que el PP vencerá ciertamente, y pronto, a la crisis. Pero no ha sido así. Cañete ha metido la pata nada más saltar al terreno de juego. Se ha creído que él, y sus otros compañeros con destino a Bruselas, serían los campeones de la Liga de la Unión Europea. Y, mientras tanto, Aznar ha logrado, como mínimo, recordar a la opinión pública que él sí hubiera acudido a los mítines de las próximas elecciones del 25-M. Aguirre, entusiasmada por recuperar la amistad del matrimonio Aznar-Botella, vuelve al redil. Aguirre elogió a Aznar “por haber aglutinado bajo las siglas del PP a políticos de todo el espectro liberal conservador”. ¿Y qué se hizo, Sr. Aznar, de su manía de viajar al centro? Murió la manía y murió asimismo, y para siempre, el centrismo popular, si es que lo hubo. Aznar no tuvo estos días pelos en la lengua. Regañó a sus antiguos compañeros populares por no haberle invitado a participar en la campaña: “Me hubiera encantado”. Los amigos suyos del partido Vox pretendían que asistiera con ellos a un mitin. De momento, no se ha atrevido Aznar a dar ese salto. Sin embargo, no lo ha rechazado. El cisma se ha abierto y veremos qué ocurre tras el resultado de las elecciones europeas. PP y PSOE se juegan, y no poco, el futuro de sus partidos. Los demás vienen a lo mismo. Y serán probablemente muchos. Habrá movida en todo caso. Para bien o para mal. Según se mire. l *Director de El Plural.com

cos para convencer de una recuperación que no llega a las familias. Tras conocerse los últimos datos de la EPA, que registra un descenso del paro en 2.300 personas pero una destrucción de 184.600 empleos durante el primer trimestre del año, el candidato declaraba en RNE que es “muy positiva” porque marca un cambio de tendencia. Pero el suyo sí que es un mensaje en positivo. Si “están las cosas bien, no se puede negar”, decía en un acto celebrado en Castellón hace dos fines de semana. En positivo hasta que toca hablar del PSOE; es entonces cuando cambia de registro para referirse a la ‘herencia recibida’. Se lo recordará en el debate electoral que protagonice con Elena Valenciano, propuesto por la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión y en el que, al cierre de esta edición, aceptó participar. Confianza en el futuro, indicadores que apuntan que se está creciendo, exportaciones en el punto más alto de su historia… El PP ‘vende’ ilusión en una campaña donde, además de combatir el tradicional enemigo de las elecciones europeas, la abstención, ha de recuperar la confianza del electorado en una economía que, desde el inicio de la legislatura, no ha hecho más que darle malas noticias a las clases asalariadas y a las más desfavorecidas. “España lidera ahora la caída del desempleo en la UE”, dijo Miguel Arias en Barcelona durante la presentación del programa electoral para los comicios del 25 de mayo. La frase, que ignora las cifras sobre destrucción de puestos de trabajo –jubilados, personas que abandonan la búsqueda activa de empleo o emigrantes en busca de una oportunidad laboral–, indica la importancia que está teniendo el paro en la campaña. También el desafío separatista catalán. “Necesitamos una España fuerte y unida para que se escuche nuestra voz en Europa”, declaraba en la Ciudad Condal. Los ejes sobre los que gira el discurso electoral tienen una doble lectura de carácter doméstico y el candidato posee la impronta de Mariano Rajoy. El 25-M se jugará en Europa, pero el partido no termina ahí. Si el PP logra salvar los muebles, sabrá que lo peor ya ha pasado. De no ser así, los nubarrones de la crisis seguirán amenazando a la formación popular de cara a los comicios de 2015.l