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ACTAS DEL

VIII CONGRESO INTERNACIONAL DE LA

ASOCIACIÓN

HISPÁNICA

LITERATURA

DE

MEDIEVAL

SANTANDER

22-26 de septiembre de 1999 PALACIO DE LA MAGDALENA

Universidad Internacional Menéndez Pelayo

Al cuidado de M A R G A R I T A FREIXAS Y SILVIA IRISO

con la colaboración de Laura Fernández

C O N S E J E R Í A DE C U L T U R A DEL G O B I E R N O DE C A N T A B R I A AÑO JUBILAR LEBANIEGO A S O C I A C I Ó N H I S P Á N I C A DE L I T E R A T U R A M E D I E V A L S A N T A N D E R •MM-

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! Asociación Hispánica de Literatura Medieval Depósito legal: SA-734/2000 Carolina Valcárcel Tratamiento de textos Gráficas Delfos 2000, S.L. Carretera de Comellá, 140 08950 Esplugues de Llobregat Impresión

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EL «LIBRO DE LOS P R O V E R B I O S » DE R A M O N L L U L L PEDRO PAYAN SOTOMAYOR Universidad de Cádiz

A EXTRAORDINARIA producción de Ramon Llull abarcó todos los géneros. El conjunto de su obra es asombroso por su volumen, la variedad de los temas tratados y el dominio, cultura y profundidad de pensamiento que revelan. Fue un verdadero enciclopedista y una de las figuras más interesantes y representativas de la Edad Media. El viejo maestro catalán es mucho más que el creador de una lengua literaria y el primer representante de lo que luego se Uamará la mística hispana. Es también uno de los pocos pensadores de nuestro país que han tenido auténtica proyección europea. Con la extraordinaria y casi mítica difusión de su obra, Llull parece consagrar la vieja vocación europea de los países catalanes. Su obra reafirma la condición europea de una cultura. Y su desmesurada figura deja en nosotros siempre una sensación de asombro ante tan legendario parsonaje.

L

Residiendo en R o m a , en 1296, escribe los Proverbios de Ramon {Liber proverbiorum), una singular tentativa literaria que, como explica Sebastián Garcías Palou - c u y a edición manejamos, entre otras-, se ha de entender como una proyección del Árbol de ciencia.' En los Proverbios R a m o n Llull ha sido capaz de concentrar el saber de esta enciclopedia en seis mil formulaciones aforísticas (tres partes, con cien títulos cada una de ellas, a su vez divididos en veinte proverbios) que abordan todos los temas de la citada enciclopedia en un tono sentencioso y definitorio. Nuestra propuesta es el análisis de estos Proverbios. La riqueza conceptual y expresiva de esta nueva manera sincopada de formular las ideas, puede verse en el conjunto de todo el libro, dentro de la obra múltiple y variadísima del escritor y místico catalán.

1. LOS

PROVERBIOS

Ramon Llull escribió obras de carácter enciclopédico, científico, filosófico, teológico y apologético, místico, pedagógico, literario... Pero a estos géneros científico-literarios ' Ramon Llull, Libro de los Proverbios, ed. S. Garcías Palou, Miraguano, Madrid, 1989. Cf. sobre todo la introducción. Véase L. Badia y A. Bormer, Ramón Uuih vida, pensamiento y obra literaria, trad, de J.M. Martos, Sirmio, Barcelona, 1993; E. Colomer, De la Edad Media al Retu¡ámiento, Herder, Barcelona, 1975, capítulos dedicados a Ramon Llull.

•Actas del VIII Congreso Internacional de la AHLM (1999}, Santander, MM-

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tenemos que añadir el de los Proverbios (algunos de los cuales han sido incluidos entre las obras rimadas en algún catálogo sistemático de las obras lulianas). Sin embargo, creemos que les corresponde un lugar propio: el de los proverbios. Porque los proverbios de Ramon Llull no son rimados, a excepción de los Proverbis d'ensenyament, los Proverbis de la flor maternal y de los Proverbis de la flor cristinal, que pertenecen al Arbre exempliftcal del Arbre de sciència. Pero éstos constituyen una parte m u y pequeña del conjunto de los proverbios que compuso. En realidad, por razón de la configuración o estructura de sus páginas o por la forma de su redacción, constituyen un genero literario-científico distinto de los expresados más arriba. Y no por la materia de que tratan, sino por su forma literaria. Llull fue un ejemplo vivo de un apasionado por la unidad. Por eso utilizó una diversidad de medios para conseguirlo en el orden religioso, que es el que le preocupaba. Multiplica las formas literarias, pero todas miran hacia un mismo fin. N o nos puede sorprender que cultive el proverbio, porque en este campo compone fórmulas más o menos largas, dentro de la brevedad, que son enunciados de tesis filosóficas, teológicas, morales o resúmenes de artículos escritos en otras obras suyas, sobre todo en el Arbre de sciència. La definición luliana de proverbio es m u y vaga. N o puede extrañarnos que esto suceda en un escrito del siglo XIII o del XIV, cuando ahora mismo - a la distancia de siete siglos- literariamente hablando, resulta muy difícil deslindar, objetivamente, la diferencia que existe entre el aforismo, la sentencia, la máxima, el adagio, el refrán, el axioma o el apotegma. Tienen en común que son proposiciones breves. En el libro de los Mil proverbis, señala, otra vez, la brevedad, como la nota propia del proverbio.' De esto parece deducirse que, para Ramon Llull, el proverbio es la fórmula mediante la cual se enseña, en pocas palabras, lo que, en otras obras o tratados, se expone de manera más amplia. En virtud de esto, los Proverbios de Ramon vendrían a constituir un verdadero catecismo enciclopédico o libro brevílocuo de la doctrina luliana. El propio autor dirá en la introducción: ¡Oh Dios!, con tu ayuda empiezan los Proverbios de Ramon. Siendo el proverbio una proposición breve que, encierra en sí misma, mucho de sentencia, por esto, mediante y siguiendo la doctrina de la Tabla general, queremos expresar y poner al alcance un alto saber y elevada contemplación; y deseamos tejer muchos proverbios, con el fin de que, por medio de ellos, podamos difundir doctrina en gran medida.^ ' Ed.Obres de Ramon Llull, XIV, Mallorca, 1927,?- 3^7' Cuando Llull compuso los Proverbios de Ramon, ya había escrito la Taula general {Tabula generalis), comenzada en el puerto de Túnez, a mediados de septiembre de 1293 y acabada en Nápoles, en la octava de la Epifanía siguiente (Ed. Salzinger,V, Maguntiae, 1729, p. 76). Por ese motivo pudo citarla en aquella obra. La compuso inspirado en el deseo de reducir o simplificar. Es, en efecto, una reducción del Ars inventiva verítatis, que había terminado en Montpellier en 1289, y del Ars amativa boni (acabada en la vigilia de San Lorenzo de 1290, sin que se sepa dónde), dos obras fundamentales dentro de la producción científica del beato mallorquín. La novedad que se introduce en la Taula general es, precisamente, la Tabla, sistematización del Arte combinatoria.

EL «LIBRO

DE LOS PROVERBIOS»

DE RAMON

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Este libro es muy útil para conocer y amar a Dios en sí mismo y en su prójimo. Muestra la naturaleza de las sustancias y sus accidentes; y, también enseña a conocer las virtudes morales y los vicios: una materia que es útil para la predicación, si, a raíz de ella, se aducen proverbios. Asimismo, lo es para la disputa. Este libro está compuesto de proverbios; y, siendo así que el proverbio es, de por sí mismo, apto para que, fácilmente, uno se ejercite en él, entendiéndolo, recordándolo y queriéndolo. Este libro se halla dividido en tres partes; la primera se halla integrada por los proverbios de los Cien Nombres de Dios," acerca de los cuales hemos escrito un libro,' y, mediante ellos, damos a conocer la naturaleza de Dios y de sus obras, y sacamos conclusiones morales. La segunda parte abarca los proverbios naturales, que descubren al hombre, el ser de las criaturas. La tercera parte comprende los proverbios morales, que versan sobre las virtudes y los vicios. Dividimos cada una de estas partes en cien títulos, y cada título, en veinte proverbios.

2. T E M A S D E L O S

PROVERBIOS

El pensamiento de Ramon Llull constituye una grandiosa metafísica descendente, cuya vinculación a la corriente del platonismo cristiano, que por la doble vía de Porfirio y Agustín, Proelo y el Pseudo-Dionisio Areopagita fecunda toda la Edad Media latina, ha sido repetidamente puesta de relieve. El movimiento de este pensamiento va más bien de arriba a abajo, que no de abajo a arriba. Arriba está Dios con sus razones y sus dignidades, por las que todo ha sido hecho. Abajo, el univeso creado por Dios a semejanza y participación de sus propias dignidades. La relación entre ambos mundos antitéticos es de lo más íntima que caber puede en un sistema que afirma la esencial diferencia entre Dios y la creación, ya que las dignidades divinas - a la vez principia essendi et cognoscendiidentificadas en la unidad del Ser infinito y participadas diversamente por el finito, se refieren a Dios en relación con el mundo, y pueden, por tanto, predicarse proporciondmente del mundo y de Dios. Pocos sistemas medievales se han acercado tanto como el de Llull al ideal platónico y hegeliano de una lógica que sea a la vez ontologia. Dios es la pieCada uno de esos cien nombres da título a sendos capítulos o artículos de que consta la primera parte del libro de los Proverbios de Ramon, de tal manera que su autor los titula así: Proverbis qui son deis «C» Noms de Déu (Ed. cit. pp.1-2.) El tema de los cien nombres de Dios-asunto muy luliano- obedece a propósitos apologéticos de Ramon Llull, suscitados, según se verá en la nota siguiente, por una enseñanza atribuida al Corán. Así se explica que, en la obrita Els cent noms de Déu, sea frecuente encontrar proverbios que están muy relacionados con los de la primera parte de los Proverbios de Ramon, como algunos capítulos íntegros de aquélla quedan incluidos en el Arbre de sciència (R. d'Alós, Poesies de Ramon Llull, Els Nostres Classics, Barcelona, 1928, p. 138), como proverbios del Rams de ¡'Arbre exemplifical. ' El libro luliano de Els cent noms de Déu es anterior a los Proverbios de Ramon. Mientras, efectivamente, éstos fueron escritos en 1296, aquel opúsculo fue compuesto alrededor de 1285 (J. Avinyó, Les obres auténtiques de Ramon Llull, Barcelona, 1935, p. 90 y S. Galmés, Dinamisme de Ramon Llull, Mallorca, 1935, p. 27). Pero Fr.E.V/. Platzecq, OFM, lo sitúa en el año 1289 {Raimund Lull, II, Roma, 1965, p.19, n.52). Ramon Llull no afirma que en el Corán se exprese que los nombres de Dios sean noventa y nueve y que quién conozca el centésimo sabrá todas las cosas, sino que declara que lo divulgan los musulmanes.

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dra sillar del edificio luliano. Realidad primera y originaria, Dios es para Llull la medida suprema del ser y del conocer, principio, medio y fin de toda su filosofía, que atraviesa todo el contenido de los diferentes capítulos de los Proverbios. Ramon Llull está en los antípodas del teórico puro, cuyo ideal es una filosofía autónoma y, para decirlo en frase de Husserl,' sin presupuestos. Más que un pensador es un propagandista y un hombre de acción. Por algo se ha definido a sí mismo como «juglar de verdadero amor y verdadero valor»,' y «procurador de los infieles».' Lo que él busca es «la manera como Dios sea más amado»," o, expresado en fórmula paralela, «la ordenación del mundo»,' es decir, la reducción de las criaturas al conocimiento y amor de su Creador. En concreto, ello supone la conversión de los infieles a la fe y la vuelta de los cristianos a la pureza del Evangelio. Si existe en un grado extremo un pensamiento comprometido y esencialmente subordinado es el de Llull, íntegramente ordenado a esta finalidad religiosa y apostólica. Para ello sus fuentes han sido muchas y diversas: Antiguo Testamento (Génesis, Isaías, Ezequiel, Salmos...), Nuevo Testamento (Mateo, Juan, Lucas, Pablo, Hechos...), Aristóteles, San Agustín, Santo Tomás... En toda la obra luliana y, por supuesto, en los Proverbios, campea la idea de unidad, unidad humana que es semejanza de la unidad divina. C o m o Dios es uno así han de ser uno los seres humanos que creen en un mismo Dios. Y como en la unidad de Dios no hay contrariedad, sino concordancia de sus diversos atributos esenciales, así los hombres y pueblos diversos han de ser «concordantes en una misma creencia». Evidentemente, para Llull esta unidad no es alcanzable sino por el camino de la conversión. He aquí, en definitiva, la finalidad del arte luliano: se trata de un método para «convertir hombres», no para «convertir proposiciones», aunque en la mente de Llull el medio más adecuado para alcanzar la conversión de los hombres es justamente la destreza en convertir proposiciones. La meta de ambos esfuerzos es la misma: aquel ideal de comunidad universal que Llull propugna en el Blanquerna, y que, en frase de Carreras Artau es ya el concepto puro, la idea platónica de la Cristiandad, a saber, que «en todo el mundo no haya más que un lenguaje, una creencia, una fe, consecuentemente, un papa».'"

2.1. Devoción

a la

Cruz

Entre los temas que podemos considerar más lulianos de entre los tratados en el Libro se encuentra el cristoccntrismo cósmico, que tiene su vertiente más clara y expresiva en la devoción a la Cruz. Ramon Llull era un gran devoto de la Pasión de Cristo, tema

' ' ' '

Libre de contemplació, en Obres essencials, II, Selecta, Barcelona, 1960, p. 256. Libre de meravelles, en Obres essencials, I, Selecta, Barcelona, 1957, p. 361. Desconhort, en Obres essencials, I, p. 1.324. Desconhort, en Obres essencials, I, p. 1324. Blanquerna, en Obres essencials, I, p. 634.

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DE LOS P R O V E R B I O S » DE RAMON

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que desarrolló en varias de sus obras." La literatura luliana sobre la Pasión constituye una sentida, densa y bella página de la literatura pasionista de la época. «Para consuelo del hombre, Dios le recuerda su Pasión» ( X L V I , 3). " «No puede contemplarse cosa más hermosa que la Cruz» ( C C L V I I , 1 7 ) . Éste y otros proverbios, en virtud de su contexto y de su significado, reflejan la personal devoción de R a m o n Llull y la de su época a la Cruz. Porque el tema de la Cruz es auténticamente medieval, c o m o demuestran los himnos de la época, por ejemplo, el conocido «Salve m u n d i salutare: salve, salve, lesu care, cruci tuae me aptare/ vellem vere...», larga composición que suele imprimirse a continuación de las obras de San Bernardo." La devoción del medievo a la Cruz dejó una inconfundible huella en el libro de la Imitación de Cristo, cuyo capítulo X I del libro III versa sobre «Cuán pocos son los que a m a n la C r u z de Cristo» y el X I I trata «Del camino real de la Santa Cruz». Esta devoción a la Cruz arranca de las apariciones de Cristo crucificado que se narran en la Vita beati Raymundi Lulli.'" Tan metido en el alma llevaba el recuerdo de la Cruz que, en el Libre de contemplado en Déu, sin tratar de la Cruz, titula la X X X V I distinción de esta manera: Distinció qui tracta de fe e de raó en l'arbre de la Creu.'^ En ella forma una cruz, en cuyo centro aparece la figura de Cristo crucificado; en la altura del palo vertical, aparecen los artículos relativos al Dios uno y trino; abajo, otros siete sobre los misterios de Cristo; en la extremidad del palo transversal donde fue clavada la mano derecha, seis artículos sobre la razón y en la opuesta, otros seis sobre la fe. «No hay ninguna criatura en la que hallemos tan alto ejemplo que nos induzca al bien, como el de la bondad de Jesucristo» ( L X X X I I I , 5). Este proverbio y los siguientes presentan a Jesucristo c o m o modelo de bondad de amor, de humildad, de paciencia y de perfección. La gran novedad, en efecto, el mérito religioso incomparable de la Edad Media es la inteligencia y el amor, o, por mejor decir, la pasión de la Humanidad de Cristo, que es el modelo que debe imitarse y el guía que hay que seguir." «Si quieres tener esperanza, mira la Cruz» ( L X X X V I I , 2). Aquí considera la Cruz como expresión de la Redención. La devoción a la Pasión de Cristo, ya recomendada por San Anselmo ( 1 0 3 3 - 1 1 0 9 ) , y por San Bernardo ( 1 0 9 1 - 1 1 5 3 ) , creció, en gran manera, gracias a San Francisco de Asís y a los escritos de San Buenaventura, los cuales contribuyeron al desarrollo del amor de los fíeles a Cristo doloroso. «En la misma medida en que el cuerpo de Cristo fue más santo que otro cualquiera, padeció en la Cruz» (CCIII, De la Pasión de Jesucristo).'^ " En la Doctrina pueril, cap. VIII, De passio en el Libre de meravelles, cap. VIII, De la sancta Passió de nostre senyorjesucrist, cap. I, De la Passió, Plat de la Verge -De la passió e lo desconhort que hac nostra Dona de son fili-, etc " De esta forma se citarán los capítulos y los versículos del Libro. ''V. Chevalier, Repertori urn hymnol ogi cum, II, Lovaina, p. 515. Vita beati Raymundi Lulli, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1948, p. 46, nn. 2-4. " Libre de contemplació, en Obres essencials, II, pp. 7 1 2 y ss. '' P. Rousselot y J. Huby, «El cristianismo en la Edad Media», enChristus, Barcelona, 1929, p. 1.001. " Cf. caps. CCI, CCII, CCIV, CCV, CCVI y CCVII.

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«Cristo mostrará la Cruz con la que venció al demonio y logró la salvación de los santos» ( C C V I I , 9).

2.2. Su

conversión

Una influencia decisiva en la constitución de la conciencia luliana es el acontedmiento de su conversión. A pesar de su matrimonio con Blanca Picany, componía R a m o n una canción «a una su enamorada», cuando una repetida aparición de Cristo crucificado vino a dar nuevo r u m b o a su existencia.'" ¿Se trataba en verdad de una aparición o de la respuesta de su imaginación a la llamada interna de la gracia? El hecho es que a partir de este instante nos encontramos con un hombre nuevo. La extraordinaria aventura de R a m o n Llull parte de aquí. El retiro del monte Randa, la fiandación de Miramar, sus idas y venidas por Oriente y Occidente, sus peticiones a reyes y papas, sus planes de apostolado y de reforma, d incesante trabajo de escribir sus obras, aprovechando a veces el mismo viaje, en la popa de una nave o en una posada pasajera, toda la actividad frenética y exaltada que llena su existencia procede del fuego interior que ha provocado en Llull el encuentro con Cristo. El propio R a m o n tuvo plena conciencia del lugar central que la conversión ocupa en su vida. Él califica el momento de esa conversión, que ocurrió en concreto hacia los treinta años, de «mediodía de mi edad»" y del «mejor tiempo que el hombre puede tener en su edad mientras vive en este mundo».'" La conversión llevó consigo para Llull no sólo un cambio de vida, sino sobre todo la gestación de la conciencia de su propia vocación. El propio R a m o n la ha concretado en los tres propósitos fundamentales que están en el origen mismo de su pensamiento y de su acción proselitista. El primero es «dar su vida por el amor y el honor de Cristo» en aras de la conversión de los infieles." Es ya el ideal del martirio ejemplar y fecundo, punto de partida de la mística luliana, desde el Libre de contemplació hasta el Libre de amie e amat y el Arbre de filosofia d'amor. El segundo es «escribir un libro, el mejor del mundo, contra los errores de los infieles»." Es la idea del arte general con sus sucesivas variaciones y ramificaciones, desde el Ars compendiosa inveniendi veritatem hasta el Ars magna et ultima, sin excluir el Libro de los proverbios. Finalmente, el tercero es la «fundación de monasterios, en donde religiosos escogidos e idóneos aprendiesen la lengua de los sarracenos y de los otros infieles» con objeto de ser luego enviados a predicar entre ellos las verdades de '' Cf. Vida coetània, 2 oL. 47; Cant de Ramon, en Obres essencials, I, p. 1.301; Desconhort, en Obres essencials, I, p. 1.309, en los que el mismo Ramon alude a la aparición de Cristo. " Libre de contemplació, en Obres essencials, 11, p. 250. "" Libre de contemplació, en Obres essencials, II, p. 245. " Vita B.R.Lluii, 5, OL.4S. Id. 6,0L.48.

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DE LOS

PROVERBIOS»

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la fe católica." Es la empresa de los colegios de lenguas orientales, idea no absolutamente original de Llull, pues hay precedentes en las órdenes mendicantes, que Llull logrará realizar, aunque bien brevemente, en M i r a m a r y en la que no dejará de soñar toda su v i d a . " Hasta el fin de su carrera, Llull tuvo la alegria de ver que el Concilio de Vienne ( 1 3 1 1 ) ordenaba a instancia suya la creación de cátedras de hebreo, árabe y caldeo para ñituros misioneros en las universidades de París, O x f o r d , Bolonia y Salamanca, aunque de hecho la cosa se quedase luego en el papel." Ramon Llull, c o m o San Agustín, otro gran converso, es el h o m b r e de la confesión. Su autocomprensión se convierte inmediatamente en autoconfesión ante sí m i s m o y, sobre todo, ante Dios. En los abundantes pasajes autobiográficos del Libre de contemplació, lo m i s m o que en sus dos autorretratos poéticos del Cant de Ramon y el Desconhort, Llull ha reiterado temblorosa y emocionadamente su propia confesión. Es la confesión de un h o m b r e que se comprende pequeño y pecador en la presencia abrumadora de Dios, pero que, al m i s m o tiempo, tiene plena conciencia de haber recibido del mismo Dios una misión que cumplir. He aquí, casi c o m o una definición, el comienzo del Cant de Ramon: Som créât e èsser m'és dat a servir Déu que fos honrat, e som caüt en mant pecat en ira de Déu fui passai. Jesús me vene crucificat, voie que Déus fos per mi amat.'"

2.3. Psicologia

de los

sentidos

Con el capítulo C C L V I I y los siguientes (hasta el C C L X I I ) R a m o n Llull c o m p o n e un tratadito de psicología de los sentidos, con aplicaciones ascéticas sobre su uso. Sobre este mismo tema ya había escrito en Arbre de Sciència.''^ A los sentidos de la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto, se une el afato, que ya dice que «es un sentido desconocido» ( C C L X I I , 1 ) . A u n q u e ya ha dicho en el capítulo L X X X I (p. 16) que «no hay sentido que signifique tanta grandeza c o m o el afato». Pero la convicción de Llull sobre la existencia de un sexto sentido es m u y anterior. En el Libre de contemplació en Déu, escrito más de veinte años antes (1273?), además de la «potència imaginativa» y

'' Id. 7.0L.48. Desconhort, en Obres essencials, I, p. 1.324. '' B. Altaner, «Raimundus Lullus und der sprachkanon des Konzils von Vienne», en Hist. Jahrb, 53, 1933. PP-190-219. "' Cant de Ramon, en Obres essencials, I, p. 1.301. '' de Y Arbre sensual, pp. 596-599.

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de la «potència racional», menciona la «potència afativa»; pero no explica en qué consiste. Lo hizo mucho más tarde (en 1294) en el Liber de ajfatu vel de sexto sensu, que nos ha llegado en catalán y en latín y que fue compuesto para demostrar que, además de los cinco sentidos comúnmente admitidos, hay un sexto sentido que se denomina affatus. En resumen, el afato es, según Ramon Llull, el sentido cuyo fin es manifestar la concepción que se elabora dentro de la sustancia animada y sensada."

2.4. Las

cruzadas

La importancia de la idea de cruzada en los planes misioneros de Llull es m u y grande, aunque experimenta una interesante evolución, cuyos dos polos se encuentran en el Libre de contemplació en Déu y en el Liber define. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que en el conjunto de los planes misionales de Llull la acción militar se subordina siempre a la proclamación de la verdad y que el proyecto luliano de cruzada se concibe en términos tan ideales y utópicos que jamás se habrían podido realizar en este mundo. A u n q u e en Llull la utopía no excluye el realismo. «Llora la fidelidad, porque los infieles poseen el Santo Sepulcro, que es su centro» ( C C L X X X I X , 16). El ideal de la reconquista de los Santos Lugares pulsa, con fuerza, constantemente en las páginas de Ramon Llull. Por cuyo motivo, resulta imposible señalarlas aquí todas y transcribir todos los pasajes relativos a este asunto. M u y vinculado con esta temática está la de la caballería a la que está dedicado d capítulo C C L X X V . El tema del ideal caballeresco - t a n medieval- inspiró a Llull el Libre de l'Orde de Cavalleria.'' Se ha señalado con razón la influencia del espíritu caballeresco de R a m o n Llull en su mismo método intelectual. A este respecto escribe Carreras Artau que «el Doctor Iluminado es el campeón de una nueva caballería intelectual puesto al servicio de la fe católica. Toda la obra luliana no es más que una aventura intelectual inaudita, un incesante batallar a ultranza contra la ideología de Oriente, que avanzaba cada vez más compacta y se infiltraba poco a poco en la cultura occidental».^" En la personalidad de Llull se esconde más de un rasgo del eterno quijotismo del alma hispánica. Mirada en perspectiva histórica su empresa era tan imposible como la lucha del caballero manchego contra los molinos de viento. Sus ideales de universaEdad de la fe, del saber y de la misma sociedad humana son hoy más valiosos y urgentes que nunca y permanecen abiertos a la humanidad de todos los tiempos como una llamada a la acción. Sobre las teorías modernas que admiten un sexto sentido, véase J. Avinyó, Les obres autèntiques de Ramon Llull, pp. 119-120. '' Obres de Ramon Llull, I, pp. 201-247. Cf. Sanchís Guarner, Lo ideal cavallerese, definii per Ramon Llull, Estudios Lulianos, II, 1958, pp. 37-62. L'obra, 1, 60, Fil.cristiana, 1, p. 65.

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DE LOS PROVERBIOS»

DE RAMON

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2.5. Valor

teológico

del

número

ternario

Para nuestro autor el n ú m e r o tres es el más perfecto. «En ningún n ú m e r o , puede haber relación tan grande, tan necesaria y tan excelente, c o m o en el n ú m e r o ternario» (V, 20). El n ú m e r o tres ha tenido siempre para los cristianos una importancia trascendente c o m o imagen de la Santísima Trinidad. Pero es m u y característico de todo el pensamiento medieval que este valor teológico se apoya en las m i s m a s razones numéricas tradicionales. San Isidoro, por ejemplo, lo presenta c o m o el n ú m e r o más perfecto, p o r q u e contiene la primera s u m a del doble y del impar, al componerse de principio, medio y fm.^' «Cada u n a de las divinas razones es p r i n c i p i o , p o r el Padre, con relación al H i j o ; es medio p o r el H i j o , y es c o l m o y fin p o r el Espíritu Santo» ( V I I I , 1 5 ) . Éste es el motivo p o r el cual, en la T r i n i d a d , según R a m o n Llull, se halla la p e r f e c c i ó n del número tres.

2.6. Otros

temas

Ramon Llull era un enamorado de la vida contemplativa. Tanto es así que escribió el Libre de Blanquerna para dibujar la figura de un Papa que renuncia a la tiara para abrazar la vida eremítica. El capítulo C C L I I de los Proverbios trata «De la vida activa y de la contemplativa», pudiéndose destacar dos de estos proverbios que dicen: «La vida activa es la sirvienta de la contemplativa y ésta de Dios» (2), «No toda vida contemplativa es mejor que toda vida activa»(3). El sentimiento de la naturaleza se le ha metido tan hondo en el alma que incluso en sus obras didácticas - c o m o son los Proverbios- aparece repetidas veces el escenario de un bello prado con una bella fuente que discurre entre árboles. A q u í p o d e m o s ver una posible influencia del espíritu franciscano.'' El término «recreació» es m u y luliano. «Las criaturas son del Hijo, tres veces: por creación, por semejanza y por recreación» (VII, 1 7 ) . Antes de los Proverbios ya había escrito el consabido Arbre de sciència y en él habla incluido un largo capítulo De reereació, donde expone extensamente su teoría. Este término se deriva de la frase de San Pablo en la que expresa que «el que es de Cristo, se ha hecho criatura nueva, y lo viejo pasó, y se ha hecho nuevo» (IlCorintios, V , 1 7 1 ) .

" R. Pring-Mill, El Microcosmos lul-liá, Palma de Mallorca, 1961, p. 103. " Sobre el franciscanismo de Llull véase A. Oliver, El Beato Ramon Llull en sus relaciones con la Escuela franciscana, EL, 9, 1965, pp. 55-70 y 145-165; 1966, pp. 47-55.

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3. C O N C L U S I Ó N

En el breve análisis realizado se ha pretendido poner en evidencia la importancia de los Proverbios dentro de la obra ingente de Ramon Llull, situándolos como pertenecientes al género literario-científico, aunque por su temática puedan clasificarse entre los escritos teológicos, una parte, y otra, entre los filosóficos y morales. Sabemos que Llull multiplica las formas literarias como recursos para su obra. Por ello no nos puede sorprender que cultivara el proverbio, puesto que el mismo le sirve para componer fórmulas, más o menos largas, dentro de su intrínseca e inevitable brevedad, de sus propias tesis teológicas, filosóficas y morales.