VIGILIA ORACIONAL DE

LA INMACULADA

7 de Diciembre

Algunas sugerencias para la celebración ƒ

Esta propuesta la presentamos como un material de apoyo al que poder recurrir para preparar la Vigilia oracional, al margen de que vaya a ser presidida por un presbítero o animada por un grupo de laicos.

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Por consiguiente, es importante que en cada lugar se llegue a una elaboración más rica y más encarnada en la propia realidad.

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La propuesta oracional se desarrolla en cuatro momentos (Introducción, Escucha, Acogida, Entrega) y quiere tener especialmente presente: la figura de María (que centra nuestra atención), el tiempo litúrgico en el que estamos, y el carácter vocacional que refleja el Sí de María.

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Se podría ambientar el lugar de celebración destacando cuatro espacios, bien visibles para los participantes, en cada uno de los cuales colocamos un cartel con una palabra y una pequeña vela.

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Las palabras serían ESCUCHA / ACOGIDA / ENTREGA / En una posición central, y destacada respecto a estas tres palabras, podría ir la cuarta palabra: SÍ (con acento), acompañada de un pequeño cirio (más llamativo que las otras velas) y una cuna vacía.

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También habría que ver si conviene comenzar con poca luz, e ir intensificándola a medida que va avanzando la celebración.

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Habría que decidir si las lecturas del Evangelio se hacen desde el ambón o desde cada uno de los lugares donde están situadas las palabras mencionadas.

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Sugerimos que el Comentario a cada texto evangélico sea leído por dos personas. En cada lugar habrá que considerar si una pareja lee los tres Comentarios o si conviene que haya tres parejas, una para cada Comentario.

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Los gestos o los cantos son puramente orientativos. En función del tipo de personas que forman la Asamblea habrá que pensar en gestos y cantos más clásicos o más juveniles.

1. INTRODUCCIÓN

MONICIÓN INICIAL Bienvenidos a esta vigilia oracional de la Inmaculada. En la víspera de su fiesta, queremos orar con María, nuestra madre; alabar a Dios, que ha hecho cosas grandes en ella; cantar su misericordia, que no cesa “de generación en generación”.

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Pero al mismo tiempo que mostramos nuestro agradecimiento al Señor, queremos también aprender de María su capacidad de escucha, acogida y entrega; esa capacidad que le lleva a decir SÍ al plan de Dios. Ella supo esperar y soñar con caminos de paz, de justicia y de libertad; con ella, podemos avanzar mejor en nuestro camino de Adviento. ƒ

CANTO INICIAL

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ORACIÓN de SALUDO

(nos ponemos en pie)

(nos sentamos, y la recitamos a dos coros, despacio) Dios, Padre y Madre, que nos quieres con locura: Gracias por estar reunidos en tu presencia. En este anochecer, queremos sentirnos en comunión con todos los hombres y mujeres que buscan y se interrogan, que caminan y se cansan, que sufren y padecen, que fracasan y se levantan. Queremos unirnos en este Adviento a todas las personas que confían y esperan, que ponen la mano en el arado y quieren roturar una vida más feliz, una tierra más habitable, un hogar común más libre, un futuro de paz. Dios de Bondad, Tú sabes que en nuestro caminar, muchas veces, avanzamos entre claros y oscuros, nos perdemos y vagamos sin rumbo, ciegos y con el corazón herido. Hoy, Señor, necesitamos sentir tu cercanía en medio de la noche, dejándote encontrar por quienes te buscan. Necesitamos que abras nuestros ojos y cures nuestras heridas;

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queremos reconocerte como el Dios de los pobres que sufren, para percibir que, contigo, es posible la Justicia y la Esperanza, la construcción de un mundo más humano y fraterno. Esta noche oramos acompañados de María. Prepara nuestros corazones, como lo hiciste con ella, y alienta nuestra fe para que, animados por tu Palabra, sigamos preparando los caminos de nuestro Salvador. ¡Gracias, Señor!

2. ESCUCHA ƒ

LECTURA Alguien proclama esta primera parte del Evangelio

Del Evangelio según San Lucas En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David. La virgen se llamaba María. Llegó el ángel hasta ella y le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» María quedó muy conmovida al oír estas palabras, y se preguntaba qué significaría tal saludo. Pero el ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. Será grande, será llamado Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de su antepasado David; gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no terminará jamás.» Palabra del Señor ƒ

GESTO Alguien enciende la vela situada delante de la palabra ESCUCHA ¿Música de fondo muy suave en el momento del gesto y durante el rato de oración silenciosa que viene a continuación?

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ORACIÓN EN SILENCIO, CON AYUDA DE UN BREVE COMENTARIO

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Dos personas hacen una lectura cálida, pausada y dialogada de un texto breve, que ayude a que la Palabra proclamada resuene y se encarne en nuestros corazones. Aquí sólo ofrecemos algunas ideas que habría que formular. ‰

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Es impresionante contemplar la escena: Dios se hace presente y cercano a María, una mujer sencilla, de pueblo, sin méritos especiales que llamen la atención... La grandeza de Dios visita la pequeñez humana, una visita que se convierte en encuentro de amor. Y Dios le habla a María; lo hace con cariño, le habla al corazón, diciéndole que no tenga miedo y que se ponga contenta, porque algo grande va a acontecer... Es realmente llamativo... Instantes de silencio

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Esta noche, María merece nuestra felicitación, y Dios nuestro agradecimiento, por todo lo que entonces aconteció. No nos cansemos de dar gracias por todo ello, esta noche... y todos los días. Sin embargo, aquel encuentro ya pasó. Lo grande de esta noche, lo llamativo, lo impresionante es que el mismo Dios que un día visitó a María, hoy, ahora mismo, quiere actualizar aquel encuentro con cada uno de nosotros. Instantes de silencio

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¡Esto sí que es un auténtico milagro! Las palabras del ángel a María, esta noche están siendo dichas para ti y para mí. Aunque parezca mentira, Dios se ha fijado en cada una de nosotras y nosotros, a pesar de nuestra pequeñez y nuestras miserias, y se ha empeñado en hablarnos al corazón desde el cariño... Instantes de silencio

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Esta noche Dios nos llama a no tener miedo, a dejarnos contagiar por su alegría, a estar abiertos a lo que nos pueda proponer, porque va a ser algo grande... Esta noche es propicia para dar gracias por todas las ocasiones en las que Dios nos ha visitado con anterioridad; pero también para pedir perdón por aquellas en las que nos encontró con el corazón cerrado o distraído. Instantes de silencio

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Y ahora, pidamos la fuerza del Espíritu para que esta noche Dios nos encuentre con el corazón abierto a la escucha de su Palabra. Hoy Dios nos habla desde la experiencia de María, pero también desde la experiencia de los pobres, de la gente que sufre, de quienes aún no conocen de verdad a Dios, ni se han sentido visitados por Él... El Adviento nos recuerda que este mundo sigue necesitado de salvación y de Esperanza auténtica, y la ESCUCHA es la primera condición para luego po-

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Dejamos unos instantes de silencio... ƒ

RESPUESTA COMUNITARIA

Lector: María Inmaculada, llena de gracia, estamos aquí para alabar a Dios que ha hecho en ti maravillas. Todos: (cantando... esta respuesta u otra similar... (En Dios pongo mi esperanza y confío en su Palabra) Unidos a todos los pueblos, cantamos al Dios que nos salva. Lector: Santa María, pobre y humilde, enséñanos a vivir con sencillez y a vaciarnos de nosotros mismos, para llenarnos de Dios. Todos: Unidos a todos los pueblos, cantamos al Dios que nos salva. Lector: Santa María, fiel y obediente, escuchaste la Palabra de Dios y la guardaste, supiste confiar y ponerte en sus manos; ayúdanos a escuchar, creer y confiar. Todos: Unidos a todos los pueblos, cantamos al Dios que nos salva. Lector: Santa María, Madre de misericordia, haznos sensibles al dolor de quienes sufren, solidarios con cuantos nos necesiten; ayúdanos a cambiar nuestro duro corazón por un corazón como el tuyo. Todos: Unidos a todos los pueblos, cantamos al Dios que nos salva. Lector: María, mujer de silencio y escucha, modelo de contemplación, enséñanos a orar, a meditar, a guardar la Palabra de Dios hasta que dé fruto. Todos:

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Unidos a todos los pueblos, cantamos al Dios que nos salva.

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AVE MARÍA (Nos ponemos en pie y recitamos juntos, despacio, el Ave Maria) Dios te salve, María... (nos sentamos)

3. ACOGIDA Alguien proclama esta segunda parte del Evangelio Del Evangelio según San Lucas María entonces dijo al ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo soy virgen?» Contestó el ángel: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel está esperando un hijo en su vejez, y aunque no podía tener familia, se encuentra ya en el sexto mes del embarazo; porque para Dios, nada es imposible.» Dijo María: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho.» Después la dejó el ángel. Palabra del Señor ƒ

GESTO Alguien enciende la vela situada delante de la palabra ACOGIDA ¿Música de fondo muy suave en el momento del gesto y durante el rato de oración silenciosa que viene a continuación?

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COMENTARIO

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María, inicialmente, quedó totalmente sorprendida. ¿Quién era ella para dar a luz al Salvador de este mundo? ¿Cómo podía hacerse realidad aquello de quedar embarazada por la acción del Espíritu?. Sin embargo, María se fió; lo puso todo en manos de Dios y creyó de verdad que para Él nada es imposible. ¡Gracias, María! ¡Porque te fiaste de Dios, fue posible el nacimiento de nuestro Salvador!

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Instantes de silencio ‰

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Lo trágico de nuestro mundo es que muchas personas viven como si Jesús no hubiera nacido. De nada les sirve que Jesús haya nacido físicamente hace dos mil años, si aún no ha nacido en sus vidas y en sus corazones. Ese es el motivo por el que hoy Dios sigue empeñado en convertir cada día en una nueva Navidad; esa es la razón por la que Dios sigue llamando a personas como María. Personas, como tú y como yo, mujeres y varones, dispuestos a dejarse fecundar por Dios, por la fuerza de su Espíritu, para dar a luz a Cristo en medio de nuestro mundo... Pero... ¿encontrará Dios en nosotros una acogida y una disponibilidad como la de María? Instantes de silencio

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Hoy nuestro mundo sigue necesitando testigos de la fe; personas que, como María, respondan con generosidad a la llamada de Dios. Seguimos necesitando laicas y laicos de buena calidad cristiana; pero también necesitamos con urgencia sacerdotes, religiosas, religiosos... todas esas vocaciones específicas que entre todos tenemos que cultivar y potenciar. ¿Cuál es la llamada que Dios te ha hecho? ¿Cómo estás respondiendo? ¿Te preocupas de apoyar las distintas vocaciones de quienes te rodean? No tengas miedo y atrévete a decirle a Dios, una vez más: ¡Aquí me tienes para lo que quieras! ¡Cuenta conmigo! Y si Dios te pide generosidad en tu respuesta, no mires tu pequeñez y tu fragilidad. Haz como María: confía y recuerda que para Dios nada es imposible. Instantes de silencio

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RESPUESTA COMUNITARIA Lector: Gracias, María, por tu apertura a la llamada de Dios. Gracias, porque supiste aceptar dócil y generosamente el Plan de Dios en tu vida. Enséñanos a decir con alegría: Sí, Amén, ¡Señor, cuenta conmigo para lo que quieras! Todos:

(cantando... esta respuesta u otra similar) Madre de todos los hombres, enséñanos a decir “Amén”.

Lector: Gracias, Señor, por la Iglesia en la que hemos nacido a la fe. Sigue purificándola para que, como María, sea santa e inmaculada. Todos:

(cantando... esta respuesta u otra similar) Madre de todos los hombres, enséñanos a decir “Amén”.

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Lector: Pedimos por los pobres, por los que sufren y lloran, por todas las personas que necesitan nuestro apoyo, nuestra lucha por la justicia, nuestro SÍ generoso. Todos:

(cantando... esta respuesta u otra similar) Madre de todos los hombres, enséñanos a decir “Amén”.

Lector: También necesitan nuestro Sí las víctimas de la violencia y de la injusticia; las mujeres marginadas y maltratadas, todas las personas que luchan por alcanzar su dignidad y sus derechos. Que no les defraudemos. Todos:

(cantando... esta respuesta u otra similar) Madre de todos los hombres, enséñanos a decir “Amén”.

Lector: Contigo, María, seguimos orando por todas las personas –niños, jóvenes y adultos– que necesitan seguir creciendo en la fe y en el amor. También pedimos por nosotras y nosotros. Que no nos dejemos seducir por los engaños del mundo y vivamos en fidelidad al Evangelio. Todos:

(cantando... esta respuesta u otra similar) Madre de todos los hombres, enséñanos a decir “Amén”.

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ORACIÓN A DOS COROS (Nos ponemos en pie y recitamos juntos, despacio, esta oración)

Señor Dios nuestro, hoy, queremos decirte con María: AQUÍ ESTOY, SEÑOR, PARA HACER TU VOLUNTAD Frente a un mundo roto por tantas clases de violencia, por tantas formas de injusticia, por tanta soledad y desarraigo, queremos decirte: AQUÍ ESTOY, SEÑOR, PARA HACER TU VOLUNTAD Frente a un mundo herido por tantos ídolos opresores, por tantos títeres manipulados, por tantas expresiones del mal, por tanto rechazo de Dios, queremos decirte: AQUÍ ESTOY, SEÑOR, PARA HACER TU VOLUNTAD (y cantamos...) Cuando la noche se acerque, y se oscurezca la fe Madre de todos los hombres, enséñanos a decir “Amén”. Cuando el dolor nos oprima y la ilusión ya no brille. Madre de todos los hombres, enséñanos a decir “Amén”. (nos sentamos)

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4. ENTREGA Del Evangelio según San Lucas En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: “¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”. Palabra del Señor. ƒ

GESTO Alguien enciende la vela situada delante de la palabra ENTREGA ¿Música de fondo muy suave en el momento del gesto y durante el rato de oración silenciosa que viene a continuación?

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COMENTARIO ‰ ‰

María no se quedó ensimismada, ni se creyó la reina del mundo, por la visita de Dios o por su respuesta generosa. El ángel le había hablado de su parienta Isabel, alguien que la necesitaba en su ancianidad; y allá se fue, “aprisa”, nos dice el Evangelio, a la montaña. María había entendido bien que decir Sí a Dios, conlleva decir Sí a los hermanos que nos necesitan. Instantes de silencio

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Fue un encuentro gozoso que confirmó lo anunciado por el ángel: en la lógica de Dios, somos dichosos cuando nos atrevemos a creer en Él y poner nuestra vida en sus manos. En la lógica de Dios – esa lógica que sólo entienden las personas de corazón sencillo – somos dichosos cuando convertimos nuestra vida en entrega y servicio a los hermanos; y esa es nuestra dicha, porque sabemos – al igual que María – que “cuando Dios promete, siempre cumple”. Instantes de silencio

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GESTO Alguien enciende la vela situada delante de la palabra SÍ.

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RESPUESTA COMUNITARIA (Recitamos despacio, esta oración, a dos coros) Gracias, María, porque supiste vivir con valentía el desafío de la fe. Gracias por tu fortaleza en el dolor y en el misterio. Gracias por la fecundidad de tu amor. Gracias, porque colaboraste con Dios para que el don de la fe fuera posible en cada uno de nosotros. Enséñanos a acoger con ternura las paradojas del Señor, que sólo se revela en lo escondido y en lo pequeño. Ayúdanos a ser fecundos en el sencillo amor de cada día. Hoy queremos unirnos más a ti, y seguirte en esa búsqueda arriesgada, que tú convertiste en encuentro con Dios y con los hermanos. Esta noche, queremos hacer nuestras tus palabras, María, y brindárselas a Dios. Aquellas con las que expresaste tu agradecimiento al Dios de la vida y de los pobres; aquellas palabras en las que mostraste con seguridad que, con el Dios de la Justicia y la Misericordia, este mundo ya había empezado a cambiar. María, sigue siendo para todos Madre y compañera de camino en nuestro vivir de cada día.

(Nos ponemos en pie, y cantamos o recitamos)

Mi alma glorifica al Señor, mi Dios.... (si se canta) ƒ

MAGNIFICAT

(si se recita) Lc 1, 46-55.

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su sierva.

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Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia como lo había prometido a nuestros padres a favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre.

(Alguien motiva la oración de los hermanos y recitamos juntos el Padre nuestro...)

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PADRE NUESTRO

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ORACIÓN DE DESPEDIDA Santa María, ejemplo de caridad, te pusiste al servicio de todos, viviste para los demás, enséñanos a servir, enséñanos a amar. María, mujer de esperanza, Virgen del Adviento, que adelantaste, con tu respuesta, la llegada del Mesías, que sepamos tener nuestras lámparas encendidas. Gracias, Señor, por esta Vigilia oracional con María. Tu Palabra sigue estimulando nuestra fe. El testimonio de María nos sigue orientando hacia Ti y nos impulsa a la entrega generosa. Haznos testigos de tu Esperanza gozosa.

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Te lo pedimos a Ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. ƒ

CANTO DE DESPEDIDA (elegir un canto apropiado, en función de las circunstancias)

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BEGOÑAKO ANDRA MARI...

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SANTA MARÍA DE LA ESPERANZA, MANTEN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA. (bis)

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