VIGILIA DE PENTECOSTES 2014

VIGILIA DE PENTECOSTES 2014 1 Celebración vocacional para la comunidad cristiana ACOGIDA AMBIENTACIÓN INTRODUCTORIA (Leída entre cinco personas, si...
33 downloads 3 Views 707KB Size
VIGILIA DE PENTECOSTES

2014

1

Celebración vocacional para la comunidad cristiana ACOGIDA AMBIENTACIÓN INTRODUCTORIA (Leída entre cinco personas, si la asamblea es numerosa)



La palabra “vigilia” viene del verbo "velar", "estar despierto". Una vigilia es un tiempo de vela, una tarde o noche de oración, de espera, de preparación ante un acontecimiento. La tarde-noche, como la madrugada, tienen un atractivo especial que introducen y facilitan la oración. Jesús mismo pasaba las noches en oración, o se levantaba al amanecer.



La Iglesia celebra tres vigilias fundamentales: La de Pascua, la de Navidad y la de Pentecostés. Además se va extendiendo en muchos lugares la costumbre de celebrar la Vigilia de la Inmaculada.



Lo fundamental de la Vigilia es la escucha de la Palabra de Dios, la meditación personal y la oración compartida durante un tiempo prolongado y en ambiente de recogimiento y silencio. De esta manera el pueblo cristiano se prepara para celebrar los acontecimientos más singulares de nuestra salvación. En la oración nos abrimos para acoger la palabra y la acción de Dios, y para disponernos a secundar lo que Él nos pide.



La vigilia de Pentecostés es la culminación del tiempo pascual. Jesús resucitado nos entrega su Espíritu y la Iglesia naciente inicia una nueva etapa continuando la obra emprendida por su Señor.



Pentecostés no es una fiesta aislada. La Pascua dura cincuenta días. Pentecostés es tiempo de plenitud, de tomar conciencia de lo que somos por la fuerza del Espíritu. En este tiempo, María tiene también un sitio. Ella estaba allí, reunida con los Apóstoles asistiendo al nacimiento de la Iglesia. Ella sigue presente entre nosotros a lo largo de su desarrollo histórico.

CANTO DE ENTRADA: EL ESPIRITU DEL SEÑOR (Kairoi) EL SEÑOR OS DARÁ SU ESPÍRITU SANTO, YA NO TEMÁIS, ABRID EL CORAZÓN. DERRAMARÁ TODO SU AMOR. (bis) Él transformará hoy vuestra vida, os dará la fuerza para amar. No perdáis vuestra esperanza, Él os salvará.

Fortalecerá todo cansancio si al orar dejáis que os dé su paz, brotará vuestra alabanza, Él os hablará.

Él transformará todas las penas, como a hijos os acogerá. Abrid vuestros corazones a la libertad. ESTRIBILLO.

Os inundará de un nuevo gozo por el don de la fraternidad. Abrid vuestros corazones a la libertad. ESTRIBILLO.

SALUDO DEL CELEBRANTE El Espíritu Santo que es viento impetuoso que nos trae la Vida, nos envuelve en la Luz y fecunda y renueva nuestros corazones venga en este día y siempre sobre toda la tierra. Él esté con todos vosotros.

ORACIÓN: SECUENCIA AL ESPÍRITU SANTO (Todos escuchan la Secuencia mientras se muestra su proyección en una pantalla situada en el lugar oportuno. Pueden seguirla todos con el texto de la misma. La proyección se encuentra en http://www.youtube.com/watch?v=xViuIAMPPX4)

Ven Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre, Don, en tus dones espléndido. Luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo. Ven, Dulce Huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,

2

tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, Divina Luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, si no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo. Lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén. Aleluya

LITURGIA DE LA PALABRA (Entre cuatro lectores distintos van haciendo la lectura de la Palabra. Cada uno lee un texto… Tras la lectura, se enciende una lámpara de aceite preparada ante el icono del Espíritu Santo)

Primer lector "Dijo Jesús a Nicodemo: «En verdad te digo: El que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu» (Jn 3, 5-6). Momentos de silencio. Encendido de lámpara Segundo lector Estando en la última cena, dijo Jesús a sus discípulos: «Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho» (Jn 14, 25-26). Momentos de silencio. Encendido de lámpara

3

Tercer lector «Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa donde se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se postraron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse» (Hech 2, 1-4). Momentos de silencio. Encendido de lámpara Cuarto lector «Hermanos: A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común. Porque a uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro fe, en el mismo Espíritu; a otros carismas de curaciones, en el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, profecía, a otro, discernimiento de espíritus; a otro diversidad de lenguas; a otro don de interpretarlas. Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad» (1Cor 12, 7-11). Momentos de silencio. Encendido de lámpara

CANTO: Ilumíname, Señor Ilumíname, Señor, con tu Espíritu. Transfórmame, Señor, con tu Espíritu. Ilumíname, Señor, con tu Espíritu. Ilumíname y transfórmame, Señor. Y DÉJAME SENTIR EL FUEGO DE TU AMOR, AQUÍ EN MI CORAZÓN, SEÑOR (bis) Resucítame, Señor, con tu Espíritu, conviérteme, Señor, con tu Espíritu. Resucítame, Señor, con tu Espíritu. Resucítame y conviérteme, Señor. ESTRIBILLO.

Fortaléceme, Señor, con tu Espíritu, consuélame, Señor, con tu Espíritu. Fortaléceme, Señor, con tu Espíritu, fortaléceme y consuélame, Señor. ESTRIBILLO.

4

HOMILÍA BREVE (Ofrecemos estas reflexiones que pueden servir para una sencilla homilía del celebrante. No se trata de decirlo todo, sino de sugerir algunas de las cosas que aquí se evocan… Siguen la «metodología homilética» que pedía el Papa Francisco en «Evangelii Gaudium»)



UNA IMAGEN. Todos hemos visto en alguna ocasión la escena de un automóvil averiado: dentro está el conductor y detrás una o dos personas empujando fatigosamente el vehículo, intentando inútilmente darle la velocidad necesaria para que arranque. Se detienen, se secan el sudor, vuelven a empujar... Y de repente, se oye un ruido y el motor se pone en marcha, el automóvil avanza y los que lo empujaban se yerguen con un suspiro de alivio. Es una imagen de lo que ocurre con la vocación. Cuesta descubrirla. Y, cuando se abraza, se camina a fuerza de impulsos, con fatiga, sin grandes progresos. Y pensar que tenemos a disposición un motor potentísimo («¡el poder de lo alto!») que espera sólo que se le ponga en marcha. La fiesta de Pentecostés debería ayudarnos a descubrir este motor y cómo ponerlo en movimiento.



UNA HISTORIA QUE NOS INTERROGA. El relato de Hechos de los Apóstoles comienza diciendo: «Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar». De estas palabras deducimos que Pentecostés preexistía... a Pentecostés. En otras palabras: había ya una fiesta de Pentecostés en el judaísmo y fue durante tal fiesta que descendió el Espíritu Santo. Si el Espíritu Santo viene sobre la Iglesia precisamente el día en que en Israel se celebraba la fiesta de la ley y de la alianza es para indicar que el Espíritu Santo es la ley nueva, la ley espiritual que sella la nueva y eterna alianza. Una ley escrita ya no sobre tablas de piedra, sino en tablas de carne, que son los corazones de los hombres. Estas consideraciones suscitan de inmediato un interrogante:  ¿Quién mueve mi vida? ¿Es el Señor,… o son mis intereses personales,… o mis miedos,… o la presión que sobre mí ejercen los demás…?  ¿Vivo mi vida cristiana desde temor y la costumbre, o la vivo por convicción íntima y por atracción de deseo?  ¿Siento a Dios como Padre bueno que me ama y me llama a una vida plena o lo concibo como patrón que me vigila y maltrata?



UNA EMOCIÓN. Hay cosas que solamente se pueden explicar con parábolas. El Espíritu Santo es inasible. No podemos confinarlo en nuestros estrechos conceptos mentales ni reducirlo a sentimientos. Pero podemos evocarlo. Esta parábola sugiere lo que despierta la presencia del Espíritu en nosotros: Es fuerza para vivir y una razón para vivir. Se cuenta que cierta mañana llegó a las puertas de una ciudad un mercader árabe y allí se encontró con un pordiosero medio muerto de hambre. Sintió pena por él y le socorrió dándole dos monedas de cobre. Horas más tarde, los dos hombres volvieron a encontrarse en el mercado.  ¿Qué has hecho con las dos monedas que te di? preguntó el mercader.

5

 Con una de ellas me he comprado pan para tener de qué vivir; con la otra me he comprado una rosa para tener por qué vivir. El Espíritu Santo es aquella fuerza que nos hace vivir en plenitud y nos da motivos para vivir. Y eso, exactamente eso, es la vocación. Mi vocación.

TIEMPO DE ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO MONICIÓN (lector) El secreto para experimentar aquello que Juan XXIII llamaba «un nuevo Pentecostés» se llama oración. ¡Es ahí donde se prende la «chispa» que enciende el motor! Jesús ha prometido que el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan (cf. Lc 11, 13). Entonces, ¡hemos de pedir! La liturgia de Pentecostés nos ofrece magníficas expresiones para hacerlo: «Ven, Espíritu Santo... Ven, Padre de los pobres; ven, Dador de los dones; ven, Luz de los corazones. En el esfuerzo, descanso; refugio en las horas de fuego; consuelo en el llanto. ¡Ven Espíritu Santo!». Es lo que vamos a comprobar en este momento orante de nuestra celebración.

ORACIÓN PERSONAL GUIADA El celebrante va proclamando solemnemente cada frase… y deja un silencio, en el que los participantes musitan en voz baja las jaculatorias que se proponen… Hay una invocaciónjaculatoria para cada una de las tres partes que estructuran este momento de oración personal. Se invita a que los participantes hagan su oración con recogimiento, en silencio, manteniendo los ojos cerrados, con las palmas de las manos abiertas en actitud de acogida…

 El Espíritu Santo es una Persona divina en acción. Él es el Dios activo hoy. Le reconoceremos siempre por los efectos de su acción en nosotros… Mientras recordamos algunas de sus acciones podemos invocar todos en voz baja y repitiéndola incesantemente la invocación:

VEN ESPÍRITU, VEN PADRE DE LOS POBRES  El Espíritu nos da vida y un sentido a nuestra vida…  El Espíritu gime en nuestro propio interior por las personas que sufren…  El Espíritu ora dentro de nosotros y nos hace confiar y esperar en Dios…  El Espíritu mora dentro de nosotros. Contamos con su poder y su energía…  El Espíritu derrama amor en nuestro corazón para amar y servir…  El Espíritu nos habita y nos hace templos suyos. No estamos deshabitados…  El Espíritu nos regala su consolación en las pruebas…  El Espíritu nos deja gustar la paz más profunda…  El Espíritu nos defiende de todo lo malo que nos daña y perjudica…  Recibimos el Espíritu en los sacramentos. Todos los sacramentos son un acontecimiento del Espíritu, que hoy vamos a recordar y a agradecer. Mientras

6

los recodamos, invoquemos con suavidad y a media voz la fuerza del Espíritu que nos transmiten los sacramentos de la Iglesia con estas palabras:

VEN, ESPÍRITU DE SANTIDAD, Y SANTIFÍCANOS  En el bautismo hemos sido ungidos y consagrados como hijos amados del Padre por el Espíritu Santo…  En la Confirmación hemos sido ungidos y fortalecidos por el Espíritu Santo para ser testigos en medio del mundo…  En el sacramento de la penitencia se nos son perdonan los pecados por el don del Espíritu Santo…  En la Eucaristía el pan y el vino se transforman en el Cuerpo y Sangre de Cristo pro el Espíritu Santo; que también nos transforma a nosotros…  El Espíritu Santo consagra y unge a los diáconos, presbíteros y obispos por la para ser pastores y servidores del Pueblo de Dios…  El Espíritu Santo concede el don del amor divino a quienes se unen en matrimonio…  El Espíritu Santo consuela y fortalece a los enfermos, ancianos y moribundos cuando reciben la Unción…  Hemos sido creados con el don de una vocación. Dios Padre nos dio la vida al ser concebidos en el seno de nuestra madre. Jesucristo nos llamó a ser sus discípulos y misioneros con el bautismo y la confirmación. El Espíritu Santo nos desvela la vocación particular que Dios ha proyectado para cada uno de nosotros. Él se hace sentir en nuestro interior atrayéndonos la atención con su susurro y despertándonos el deseo de vivir como Jesús vivió.

VEN, ESPÍRITU SANTO, Y MUÉSTRAME CUÁL ES MI VOCACIÓN  Sigue a Jesús, y no mires atrás…  Sigue a Jesús, y no te compares con nadie…  Sigue a Jesús, y no te excuses en tu debilidad…  Sigue a Jesús, yo iré delante de ti…  Sigue a Jesús, yo iré a tu paso, junto a ti…  Sigue a Jesús, toma tu cruz y vente conmigo…  Sigue a Jesús, y conocerás lo que es el Amor… Se dejan a continuación unos minutos breves de silencio contemplativo… para que los participantes puedan continuar recitando sus invocaciones, pero ya en silencio…

7

CANTO: VEN ESPÍRITU SANTO VEN (Luis Alfredo Díaz) VEN, ESPÍRITU SANTO, Y ENVÍA DESDE EL CIELO UN RAYO DE TU LUZ. VEN, PADRE DE LOS POBRES, VEN, DADOR DE LAS GRACIAS. VEN, LUMBRE DE LOS CORAZONES. OH, OH, OH, OH, OH, OH, OH, OH, OH, OH, OH, OH, OH, OH.

Sin tu ayuda, nada hay en el hombre, nada que sea inocente. Lava lo que está manchado, riega lo que es árido, cura lo que está enfermo. Doblega lo que es rígido, calienta lo que es frío, dirige lo que está extraviado y... ESTRIBILLO.

Consolador buenísimo, dulce huésped del alma, dulce refrigerio, descanso en el trabajo, en el ardor tranquilidad, consuelo en el llanto. ESTRIBILLO.

Concede a tus fieles que en ti confían tus siete sagrados dones. Dales el mérito de la virtud, dales la puerta de la salvación, dales el eterno gozo.

¡Oh luz santísima!, llena lo más íntimo de los corazones de tus fieles.

Aleluya, Alelu, Aleluya Alelu, Aleluya, Aleluya, Alelu, Alelu, Aleluya.

CONCLUSION PADRENUESTRO Cuando oramos es el Espíritu quien ora en nosotros, el mismo Espíritu que hoy ha sido derramado en nuestros corazones. Dejémonos conducir por Él al decir juntos y con las manos unidas la oración que el Señor Jesús nos enseñó.

RITO DE LA PAZ En el nombre de Cristo y ungidos con la fuerza del Espíritu de santidad y de unión que nos ha sido dado, podemos darnos mutuamente su paz.

ORACIÓN (todos) Espíritu Santo, Amor del Padre, y del Hijo Inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo hacer, para gloria de Dios, bien de las almas

y mi propia Santificación. Espíritu Santo, Dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para interpretar, gracia y eficacia para hablar. Dame acierto al empezar dirección al progresar y perfección al acabar. Amén.

8

BENDICIÓN Y ENVÍO FINAL El Señor Jesucristo, en el día de Pentecostés, iluminó las mentes de sus discípulos derramando sobre ellos el Espíritu Santo. Él os ilumine en vuestro camino para que acojáis vuestra vocación de discípulos y misioneros. R: AMÉN. Que el mismo Espíritu Santo que de manera admirable se posó sobre los apóstoles encienda hoy su fuego en vuestros corazones y os haga misioneros que anuncien con palabras y con obras el amor de Dios en el corazón del mundo. R: AMÉN. Que el Espíritu Santo os haga conscientes de la misión que habéis recibido, os fortalezca en los momentos de peligro, os mantenga disponibles para el servicio, impulse vuestra pertenencia a la Iglesia y avive vuestra esperanza. R: AMÉN. Y la bendición de Dios Todopoderoso, (+) Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre vosotros y os acompañe siempre. R: AMÉN.

CANTO FINAL A MARÍA: YO CANTO AL SEÑOR PORQUE ES GRANDE (Espinosa) Yo canto al Señor porque es grande, me alegro en el Dios que me salva; feliz me dirán las naciones: en mí descansó su mirada. Unidos a todos los pueblos cantamos al Dios que nos salva. El hizo en mí obras grandes, su amor es más fuerte que el tiempo; triunfó sobre el mal de este mundo, derribando a los hombres soberbios.

No quiere el poder de unos pocos, del polvo a los pobres levanta; dio pan a los hombres hambrientos dejando a los ricos sin nada. Libera a todos los hombres cumpliendo la eterna promesa que hizo a favor de su pueblo, los pueblos de toda la tierra.

misioneros claretianos

9

PREPARATIVOS:  El lugar de la celebración debe estar bien acondicionado… no puede faltar una imagen de la Virgen María, que evoque el cenáculo de Pentecostés.  Se han repartido las intervenciones entre los diversos lectores que actuarán. No improvisar para que las lecturas sean bien proclamadas. Ello ayuda a la profundización.

1

 La celebración ofrece una serie de cantos… pero pueden elegirse otros, cuidando de que sean conocidos o estén bien ensayados.

0

 Se ha previsto el lugar para proyectar la secuencia, los medios para proyectar y para escuchar la secuencia.  Hay cuatro lamparillas de aceite, que se irán encendiendo en el momento en que se indique. Hay que hacer una prueba antes de la celebración, para evitar que la lectura de la Palabra quede condicionada por un incidente.  Música de fondo para los momentos de plegaria…  Y todo lo que parezca necesario además de lo indicado, porque en cada lugar deberán adaptarse a las circunstancias y acomodarse adecuadamente.