UNIVERSIDADES PÚBLICAS DE LA COMUNIDAD DE MADRID

UNIVERSIDADES PÚBLICAS DE LA COMUNIDAD DE MADRID PRUEBA DE ACCESO A LAS ENSEÑANZAS UNIVERSITARIASOFICIALES DE GRADO Modelo 2015-2016 MATERIA: HISTORIA...
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UNIVERSIDADES PÚBLICAS DE LA COMUNIDAD DE MADRID PRUEBA DE ACCESO A LAS ENSEÑANZAS UNIVERSITARIASOFICIALES DE GRADO Modelo 2015-2016 MATERIA: HISTORIA DE ESPAÑA INSTRUCCIONES Y CRITERIOS GENERALES DE CALIFICACIÓN Después de leer atentamente todas las preguntas, el alumno deberá escoger una de las dos opciones propuestas y responder a las cuestiones de la opción elegida. La prueba consta de tres partes: 1.- Seis cuestiones, debiendo responder a un máximo de cuatro. De manera orientativa se recomienda una extensión de unas 10 líneas por cuestión. 2.- Fuente histórica. Se sugiere una extensión de unas 15 líneas. 3.-Tema o comentario de texto, según la opción elegida. Se recomienda una extensión de unas 50 líneas. En el caso de comentario de texto, siempre a título orientativo, se sugiere distribuirlas de la siguiente manera: 5 líneas para el resumen, 15 líneas para señalar y explicar las ideas fundamentales del texto y 30 para responder a la cuestión específica sobre el contexto histórico del texto. CALIFICACIÓN: Cada cuestión de la parte 1ª se valorará sobre 1 punto, la parte 2ª sobre 1,5 puntos, la parte 3ª sobre 4,5 puntos. TIEMPO: 90 minutos. OPCIÓN A CUESTIONES: 1) Las invasiones bárbaras. El reino visigodo: instituciones y cultura. Desde comienzos del siglo V, van apareciendo distintos pueblos germánicos: Primero los suevos, vándalos y alanos (407) y luego los visigodos (418). A partir del reinado de Leovigildo, el dominio visigodo se extiende a la mayor parte de la Península. Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, los visigodos se establecieron en la Península en el siglo VI, situando su capital en Toledo. La conversión al cristianismo de rey Recaredo (III Concilio de Toledo) y la publicación del Fuero Juzgo hicieron posible la unidad política lograda en tiempos de Leovigildo. La organización política de los visigodos se sustentaba en el derecho germánico. El absolutismo romano y el derecho a heredar el trono no cuajó en su gobierno. La Asamblea de los hombres libres trasfería el poder al rey, que era juez, jefe del ejército, legislador,… Gobernaba junto al Officium Palatinum (formado por nobles llamados “comes” y por “duces” provinciales, comites civitates y gardingos), en el que intervenían dos órganos: el Aula Regia o Consejo del Rey y los Concilios de Toledo. En el plano cultural, destaca San Leandro (s.VI), creador de una escuela en Sevilla para la enseñanza del Trívium (gramática, retórica y dialéctica) y el Quadrivium (aritmética, geometría, música y astronomía). También, las obras de Isidoro de Sevilla (en las Etimologías recogió todo el saber de la antigüedad) y Braulio de Zaragoza, así como la creación de una rica arquitectura (hoy casi desaparecida) y una importante labor artesanal (un ejemplo en orfebrería son las coronas votivas de los reyes). 2) Los reinos cristianos en la baja edad media: la expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo. Pedro III el Grande lanzó a la Corona aragonesa a una política expansiva por el Mediterráneo. Aragón incorporó Sicilia, Córcega y Cerdeña. Esta expansión chocó con los intereses Francia y del Papa. Se inicia aquí la lucha con Francia por la hegemonía en los estados italianos. Con Jaime II, los almogávares (soldados mercenarios de Aragón) recorrieron el Mediterráneo ayudando a diversas campañas aragonesas en la primera mitad del siglo XIV. El coste económico de estas empresas forzó a los reyes de Aragón a pedir ayuda a la nobleza y al clero. El último impulso llegó con Alfonso V el Magnánimo, que anexionó el reino de Nápoles en 1443, en lucha contra los franceses y las potencias italianas. A partir de este momento, Alfonso V estableció su corte en Nápoles y la convirtió en un gran centro humanístico. 3) Los Reyes Católicos y la organización del Estado: instituciones de gobierno. Los Reyes Católicos fortalecen el poder de la monarquía frente a la nobleza y consolidan las instituciones de gobierno y la hacienda pública. Su monarquía es supranacional, no Imperial. Hay una centralización del poder en Castilla, quedando el resto de las piezas asociadas en los Consejos administrativos y geográficos, todos bajo la supervisión del Consejo Real de Castilla. El monarca gobierna desde la Corte ayudado por los Consejos. 1

Se reorganizó la Hacienda. Por ejemplo, se revisaron las mercedes (concesiones a los nobles), lo que perjudicó a los nobles que apoyaron a Juana "la Beltraneja" e hizo que los reyes rescataran más de la mitad de sus rentas. Se creó la Santa Hermandad, organismo policial y judicial, clave en la restauración del orden en el reino. Como organismos generales encuentran a la Santa Hermandad (mantenimiento del orden), la Inquisición y el Consejo Real. El Consejo de Aragón, el de Navarra, el de Italia,... eran los encargados de armonizar la administración central y la territorial. El poder real también se reforzó en el ámbito local con la generalización de los corregidores que presidían los ayuntamientos y tenían funciones judiciales y policiales. Las Cortes de Castilla reunían a nobleza, clero y oligarquía urbana. Los Reyes aprovechando, poca a poco van convocando sólo a representantes urbanos, a los que se ha ido convirtiendo en una nobleza adepta al sistema. Se controlaron las Órdenes Militares (Santiago, Calatrava, Alcántara) y se reforzó la justicia, con dos Reales Chancillerías (Valladolid y Granada). En la Corona de Aragón, debido a su tradición política "pactista" el poder monárquico tuvo muchas más dificultades en fortalecerse. Los lugartenientes generales fueron reforzados. 4) La monarquía hispánica de Felipe II. La unidad ibérica. La anexión de Portugal significó la creación de un gran imperio (Portugal poseía Brasil y territorios en África y Asia), “donde nunca se ponía el sol”. Los hechos ocurrieron de la siguiente manera: A finales del siglo XVI muere Sebastián I de Portugal sin descendencia. Felipe II era tío del fallecido y descendiente directo de Manuel I de Portugal y reclamó su derecho al trono. La nobleza y la burguesía portuguesa estaban a favor del rey español ya que la unión de los territorios de la Península Ibérica en un sólo reino traería beneficios económicos. Pero el pueblo portugués no veía clara la anexión a España. Felipe II optó por invadir Portugal. Las tropas castellanas entraron en Lisboa capitaneadas por el Duque de Alba y las Cortes portuguesas proclamaron rey a Felipe II, Felipe I de Portugal, que se comprometió a respetar los fueros, costumbres y privilegios del lugar, así como los cargos de los funcionarios y militares. Se creó un Consejo de Portugal y se suprimieron las fronteras y aduanas con Castilla. 5) Los Austrias del siglo XVII. Gobierno de validos y conflictos internos. Los últimos Austrias se desentienden del gobierno a través de validos. Desde finales del reinado de Felipe II la monarquía estaba dando señales de debilidad. Determinadas competencias eran asumidas por el valido: supervisa los consejos, maneja los escritos del gobierno y aconseja al rey. Los validos eran elegidos por el rey, que confiaba parte de sus tareas a sus amigos. El primer valido es el duque de Lerma, nacido de la ineptitud de Felipe III. Perdió la gracia real, en octubre de 1618. Durante los reinados de Carlos II y Felipe IV, el valido fue el conde duque de Olivares. Felipe IV y Olivares intentaron llevar a cabo una política centralista en los reinos periféricos, por comprometerlos más con los Habsburgo. Las cortes de Barcelona se niegan y Olivares decide llevar la guerra contra Francia por la frontera catalana. La situación estalla en 1640, día de Córpus -por eso se llama Córpus de Sangre- y es iniciada por segadores -por lo que también se denomina la Guerra de los Segadores- En esta guerra civil los catalanes contaron con apoyo francés. La crisis acabó tras la capitulación de Barcelona (1652). Este levantamiento estuvo acompañado por los de Aragón, Andalucía, Nápoles y Portugal. La sublevación portuguesa, con el apoyo francés, inglés y holandés, saldrá adelante. En 1668 se reconoce la independencia portuguesa, quedando como rey Juan IV. Todo esto llevó a la caída de Olivares. 6) La España del siglo XVIII: cambio dinástico. Los primeros Borbones. La muerte sin descendencia de Carlos II, el último de los Austrias, en 1700, supuso, tras la Guerra de Sucesión, el paso de la dinastía de los Habsburgo –que había reinado en España durante los siglos XVI y XVII- a la de los Borbones. La Guerra de Sucesión enfrentó a los partidarios de Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia y a Carlos de Austria, hijo del emperador. Los tratados de Utrecht (1713) supusieron el fin del imperio español en Europa. En la España del XVIII se produce el impulso ilustrado. Aunque con frecuencia se suele centrar éste en el reinado de Carlos III, lo cierto es que ese empeño reformista viene de antes. Se dan: Reformas hacendísticas, sobre todo en los municipios, administrativas, educativas, especialmente universitarias, urbanísticas y de infraestructuras.

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FUENTE HISTÓRICA: Relacione este mapa con la guerra civil: etapas y evolución de las dos zonas

Se trata de un mapa en el que queda plasmado el desarrollo de la guerra civil. Comienza marcando la zona nacional en octubre de 1937. La guerra comenzó en el verano del 36 con un golpe de Estado que pretendía durar días. El avance nacionalista fue posible gracias a la ayuda de la aviación alemana e italiana que permitió la pronta entrada del Ejército de África a la península. Los legionarios y regulares iniciaron un rápido avance hacia Madrid. La resistencia de Madrid, convirtió la revuelta en una guerra fratricida que duró tres años. Madrid, al grito de “No pasarán” resistió hasta el último momento. Sí que, por precaución, se trasladó el Gobierno a Valencia. Esta resistencia resulta casi heroica si se tienen en cuenta que la mayor parte del ejército se sublevó. Como se aprecia en el mapa, a los nacionales les cuesta casi un año tomar la zona del Ebro y otro más, Cataluña. Los republicanos organizaron la ofensiva de Belchite en Aragón, tremendo fracaso. La República perdía así el suministro de carbón y hierro. Coincide con la crisis dimisión del gobierno de Largo Caballero. El nuevo gobierno presidido por el socialista Negrín, se inclinaba cada vez más hacia las posturas defendidas por el PCE. Se constituyó el Ejército Popular, para acabar con la indisciplina de las milicias y en un intento de resistencia. La Batalla de Teruel y la del Ebro, dan la victoria a Franco, dejando partida en dos la zona de control republicano. El principio del fin fue la ofensiva nacional contra Cataluña. Tras tomar Barcelona, las tropas franquistas llegaron a la frontera francesa en febrero del 39. El gobierno de Negrín, con el apoyo de comunistas y socialistas, proponía la resistencia para que el conflicto español se integrara en la inminente contienda europea. El Pacto de Munich, la retirada de las Brigadas Internacionales, la disminución de la ayuda soviética, la caída de Cataluña,… provocaron el golpe de Casado contra el gobierno de Negrín para intentar negociar con Franco. Franco exigió la rendición incondicional, que se produjo el 1 de Abril de 1939.

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TEMA: Transformaciones económicas en el siglo XIX. Proceso de desamortización y cambios agrarios. Las peculiaridades de la incorporación de España a la revolución industrial. Modernización de las infraestructuras: el impacto del ferrocarril. Un esquema previo te ayudará a resumir: Introducción: comparación de España con otros países. Problema de la agricultura: • Escasa tecnificación • Problema de la propiedad: o supresión de mayorazgos o abolición del régimen señorial o desamortizaciones como la de Mendizábal y Madoz.  Inconvenientes: la tierra cambió de manos, pero no fue a pequeños agricultores. Industrialización Escasa debido a: • escasez inversiones nacionales • problemas energéticos y escasez de materias primas • inestabilidad política. Sectores: • Industria textil en Cataluña, con capitales autóctonos y burguesía emprendedora. Protección arancelaria frente a competencia inglesa. • Siderurgia que se va desarrollando en Andalucía, Asturias y Bilbao • Minería: la Ley de Minas de 1868, liberalizó el sector. Yacimientos importantes en Linares y La Carolina, Riotinto (Huelva), Almadén (Ciudad Real) y Reocín (Cantabria). • Transporte: o Se construyeron carreteras y puertos o Importancia del ferrocarril. La Ley General de Ferrocarriles (1855) favoreció su desarrollo pero entró capital extranjero. El ferrocarril: vertebró el mercado español,   permitió movilizar mercancías pesadas  fomentó el comercio  no impulsó la industria nacional al depender del capital y material extranjero. El siglo XIX trajo la industrialización a Gran Bretaña, Francia, Alemania y Bélgica: la agricultura dejó de ser el soporte de la economía y la producción y el comercio crecieron. A España también llegaron algunos de esos cambios aunque su industrialización fue limitada. Hasta finales del XIX, España mantuvo una economía agraria, ineficaz, siendo frecuentes las crisis de subsistencias. En el último tercio del siglo se deja atrás el cereal para pasar al cultivo de frutales y la agricultura de regadío en el litoral mediterráneo. Una de las causas está en que la transformación de la agricultura española fue escasa e insuficiente. El sector agrícola atravesaba por dificultades derivadas de la desigual distribución de la tierra y la falta de tecnificación del sector. Los gobiernos liberales del XIX, especialmente los progresistas, trataron de liquidar las formas de propiedad propias del Antiguo Régimen (señorío, mayorazgo, bienes comunales, manos muertas,…) y consolidar la propiedad privada de la tierra. Así, a partir de 1836, se suprimieron los mayorazgos (fin a la imposibilidad de vender, donar o perder los bienes nobiliarios heredados), se abolió el régimen señorial y comenzaron las desamortizaciones (expropiaciones de las tierras eclesiásticas y municipales para su posterior venta a particulares). Los dos procesos de desamortización más importantes fueron la de Mendizábal (durante la Regencia de María Cristina que afectó a bienes eclesiásticos) y la de Madoz (posterior, de 1855 y afectó a tierras de la Iglesia y a propiedades municipales). Con las desamortizaciones se aprovecharon grandes extensiones de tierra, hasta entonces poco explotadas, pero se desaprovechó la oportunidad de repartir las tierras entre los campesinos que las trabajaban: es decir, no hubo un cambio significativo en la estructura de la propiedad ya que fueron escasos los compradores pequeños y medianos y se generó una nueva oligarquía agraria. En cuanto a la industrialización, el retraso con respecto al entorno europeo es lo que define a la España de la época. Las causas de este retraso son la escasez inversiones nacionales ( que se fueron a la compra de tierras desamortizadas y al ferrocarril), problemas energéticos y de materias primas y la inestabilidad política. El mayor desarrollo se dio en Cataluña, en la industria textil, con capitales autóctonos y una burguesía emprendedora. La protección arancelaria la protegió de la competencia inglesa. La siderurgia despegó más tarde, 4

primero en Andalucía (Málaga), después en Asturias (Mieres y Langreo) y muy pujante, ya a finales de siglo, en torno a Bilbao, sobre todo por el éxito del eje comercial Bilbao-Cardiff : Bilbao exportaba hierro y compraba carbón galés. La minería alcanzó su apogeo en el último cuarto de siglo, por la Ley de Minas de 1868, que liberalizó el sector, aunque lo dejó en manos de compañías extranjeras. Fueron importantes los yacimientos de plomo en Linares y La Carolina, los de cobre en Riotinto (Huelva), los de mercurio en Almadén (Ciudad Real) y los de cinc en Reocín (Cantabria). La mejora del transporte permitió pasar de la economía local a la nacional y hasta en pensar en exportaciones. Se construyeron carreteras (con el modelo radial con centro en Madrid ideado por los ilustrados del XVIII), se construyeron puertos (se empleaba hormigón armado para ampliar diques y muelles),… y llegó el ferrocarril. El primer ferrocarril en la península fue el que recorrió la línea Barcelona-Mataró en 1848. Años después se inauguró el trayecto Madrid-Aranjuez. La configuración de la red imitó el modelo radial de carreteras. La Ley General de Ferrocarriles (1855) otorgaba todo tipo de facilidades a las compañías para atraer a los inversores. Aunque entró capital nacional, los inversores extranjeros arrasaron. El ferrocarril vertebró el mercado español, permitió movilizar mercancías de gran peso y fomentó el comercio, pero no impulsó la industria nacional al depender del capital y material extranjero.

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OPCIÓN B CUESTIONES: 1) Pueblos prerromanos. Colonizaciones históricas: fenicios, griegos y cartaginenses. Los celtas llegaron por Pirineos y los fenicios y griegos por el Mediterráneo. Cartagineses por el norte de África. Todos vinieron atraídos por los metales. Fenicios, griegos y cartagineses traen la orfebrería y la cerámica. Los fenicios llegan hacia el 1100 a.C. y colonizaron la franja costera de Huelva a Almería. Sus principales colonias fueron Gades, Sexy (Almuñécar), Abdera (Adra) y Villaricos. Introdujeron el torno alfarero y son responsables de la mejora urbana, del uso de la moneda y del cultivo del olivo. Las colonizaciones griegas y cartaginesas llegarán más tarde. Los cartagineses fundan Ebussus (Ibiza). También navegan por el Atlántico, llegando hasta Gran Bretaña. Mientras, los griegos, que tienen los mismos intereses que los cartagineses, fundan Málaga, hacia el 650 a.C. 2) Evolución política de Al-Ándalus: conquista, emirato y califato de Córdoba. Los musulmanes invadieron toda la Península, salvo el norte por la resistencia de los astures en Covadonga. Penetraron en Francia, pero la derrota cerca de Poitiers, frenó sus ansias en Europa. Tras la invasión musulmana, la Península se convirtió en una provincia del Califato: Al-Andalus. Al frente de este territorio se colocó a un Emir en el que gobernaba en nombre del Califa de Damasco, de la dinastía Omeya. A mediados del siglo VIII, los Abasí se adueñaron del Califato. Un omeya derrotado se refugió en Al-Andalus y se proclamó emir: Abd-al-Rahman I. Con él comienza el emirato independiente, que no dependía políticamente del nuevo Califato, trasladado a Bagdad. Trasladó la capital a Córdoba y se enfrentó a los nobles musulmanes de Al Andalus adeptos a los Abasí y que reconocían al Califa de Bagdad como líder espiritual. Logra la unión de poder político y espiritual Abd-al-Rahman III, el primer Califa de Córdoba. Residía en el alcázar, al lado de la mezquita y mandó construir Madinat al-Zahra, centro del poder político de Al-Andalus. En las últimas décadas del siglo X, el califa Hisham II delegó el poder en su ministro Almanzor, que basó su poder en el Ejército, formado por soldados beréberes e impulsó la conquista del norte cristiano. Tras su muerte, se inició la descomposición política que llevó al fin del Califato en 1031. 3) Los Reyes Católicos. La conquista del reino Nazarí y la incorporación del reino de Navarra. Al comienzo del reinado de los Reyes Católicos la P se dividía en cinco reinos: la corona de Castilla, la corona de Aragón (Aragón, Valencia, Mallorca y el principado de Barcelona), el reino de Navarra, el reino Nazarí de Granada y Portugal. En 1492 culmina la reconquista, iniciada ocho siglos antes, con la caída de Granada. Se termina así la conquista de los territorios tomados por los musulmanes. Además, el reino Nazarí de Granada apoyaba a los piratas Berberiscos que saqueaban barcos castellanos. En las Capitulaciones de santa Fe los reyes católicos se comprometían a respetar la religión y las leyes de los musulmanes granadinos que quisieran quedarse. Aunque fue papel mojado gracias a la Inquisición y a la presión del cardenal Cisneros, confesor de la reina. A principios del s. XVI los musulmanes granadinos fueron obligados a elegir entre la conversión o el exilio. Los moriscos se establecieron en Granada, Valencia y el valle del Ébro hasta que fueron expulsados por Felipe II. Navarra estuvo vinculada a la dinastía francesa. Las tropas del Duque de Alba terminan con la independencia del reino de Navarra, aunque conservó su propio ordenamiento jurídico, sus instituciones y su autonomía. 4) El imperio de Carlos V. Conflictos internos: Comunidades y Germanías. Tras la muerte de Fernando el Católico, Carlos hereda Castilla, Aragón, Países Bajos, territorios de la Casa de Austria, puntos en el Norte de África, América,... territorios muy dispares. Los nobles se rebelaron por el trato de favor hacia los flamencos. Así se sublevaron las ciudades castellanas, organizadas en una Junta con Toledo a la cabeza. Se pedía al rey que se interesase más por los asuntos del reino. Las tropas reales vencen a los comuneros en Villalar (1521) y sus cabecillas, Bravo, Padilla y Maldonado, son ejecutados. Simultáneamente estalla en Valencia, una sublevación de clases medias urbanas y campesinos contra los nobles. Es un movimiento más antiseñorial que contra la monarquía. Pero las tropas reales también intervienen y restablecen la calma. 5) La España del siglo XVII: el ocaso del imperio español en Europa. Los Austrias españoles del siglo XVII pretendían defender su patrimonio, proteger el catolicismo de las reformas de luteranos y calvinistas y defender ela situación de monopolio en América. Pero la escasez de recursos financieros obligó a restringir el alcance de la política exterior. Las revueltas en América disminuyeron las remesas 6

de plata americana. La crisis demográfica hizo que el ejército mermara. Las levas forzosas daban como resultado soldados sin interés ni preparación. Holandeses, franceses e ingleses atacaron las posesiones ultramarinas de Castilla y Portugal. Portugal, tras su independencia, se convirtió en un enemigo más. En este contexto, durante el reinado de Felipe III se firmó la paz con Inglaterra (1604) y con los Países Bajos rebeldes (1609: Tregua de los Doce Años). Felipe IV aconsejado por su valido, el conde duque de Olivares reanudó la guerra contra los Países Bajos, estrecho lazos con los Habsburgo de Viena. Ello le llevó a involucrarse desde el principio en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) que enfrentó a los católicos Habsburgo con los protestantes alemanes, Dinamarca y Suecia. En 1635 cuando la situación parecía estabilizada a favor de los Habsburgo, Francia entra en la guerra. Los tercios españoles serán derrotados. Con la Paz de Westfalia (1648) en la que los Habsburgo reconocen la derrota, España tiene que aceptar la independencia de los Países bajos y Francia se convierte en la potencia hegemónica europea. Portugal y Cataluña continuaban con sus afanes independentistas. En 1659 Felipe IV firma con Francia la Paz de los Pirineos, cediendo varias plazas de Flandes, el Rosellón y la Cerdaña. Con Portugal se firma la paz en 1668 (Tratado de Lisboa): se reconoce la independencia lusa y, en este contexto, Ceuta que pertenecía a Portugal quedó como plaza española. El acoso de Francia continuó con el nuevo rey francés Luis XIV, produciéndose cuatro guerras en las que España perdió buena parte del Flandes español y la totalidad del Franco Condado. Aunque la ausencia de guerras favoreció la recuperación interna, la situación exterior era precaria. Para 1700 el Imperio español se convirtió en el objetivo del resto de potencias europeas. Con motivo de la Guerra de Sucesión a la Corona de España (1700-1713) el reparto del mismo sería una realidad. 6) La Ilustración en España. La Ilustración es un movimiento francés (Enciclopedia, Diderot,...), pero en España tuvo su repercusión: El inicio coincide con el reinado de Carlos II. En el siglo XVIII los Borbones adoptan el llamado "despotismo ilustrado": “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Con la llegada de Carlos III la Ilustración española alcanzó la madurez: propició la reforma universitaria, creó las Sociedades Económicas de Amigos del País,... El pensamiento ilustrado es reformista, considera la razón como única fuente de conocimiento, los escritores tienen una actitud moralizante y didáctica y se recupera la cultura clásica (Neoclasicismo). Destacaron: Feijoo (“Teatro crítico universal”), Luzan (“Poética”), Jovellanos y Cadalso (“Cartas marruecas”) , junto con Moratín y su célebre El sí de las niñas. En poesía, grandes fabulistas como Tomas de Iriarte y Félix María Samaniego. Los ilustrados eran una minoría culta: nobles, burgueses y clérigos interesados por la activación de la economía, la mejora del sistema educativo y el liberalismo. Solían chocar con la Iglesia por su afán reformista.

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FUENTE HISTÓRICA: Relacione esta litografía con el reinado de Isabel II: la Regencia de María Cristina

Jura de la Constitución de 1837 por S.M. la Reina Regente Doña María Cristina de Borbón. V. Camarón. Biblioteca Nacional, Madrid. Estamos en un momento histórico de pugna entre monárquicos absolutistas y partidarios de una democracia que dé la soberanía al pueblo. La lámina (no es fotografía, ya que no existía aún) retrata la jura de la Constitución de 1937 por María Cristina, madre de Isabel II. María Cristina de Borbón accedió al trono como regente hasta que su hija Isabel adquiriera la mayoría de edad. Su padre, Fernando VII, al morir sin heredero abolió por la Pragmática Sanción la Ley Sálica, que no permitía a las mujeres acceder al trono. Este fue el detonante de las guerras carlistas entre los partidarios de que subiera al trono Carlos Mª Isidro, hermano del rey (absolutistas en su mayoría) y los isabelinos (liberales). Así que María Cristina tuvo que admitir la presencia de liberales en su gobierno ya que eran los que defendían la legitimidad de su hija. Con Martínez de la Rosa, un liberal moderado, firmó el Estatuto Real de 1834, una constitución más “light” que la de las Cortes de Cádiz. Pero estas reformas raquíticas llevaron a que los liberales más progresistas a levantarse. La "Sargentada de la Granja", de 1836, obligó a la Regente a suspender el Estatuto Real y proclamar la Constitución de 1812. María Cristina tuvo que negociar de nuevo: llamó a los progresistas con Mendizábal a la cabeza, para pactar la reforma de la Constitución de Cádiz, buscando el acuerdo con los moderados. Así surge la Constitución de 1837, cuya jura aparece retratada en la lámina. Esta Carta Magna establece la soberanía nacional (voto censitario masculino), la división de poderes, unas Cortes bicamerales (Congreso y Senado) y limitaba un poco el poder del rey. En ella se recogían derechos individuales y libertad de imprenta. No se prohibían otras religiones. El Estado tuvo que subvencionar al clero desamortizado. 8

María Cristina “tragó” con la nueva Constitución, pero su oposición a la Ley de Ayuntamientos de 1840 (elección alcaldes y concejales) forzó su renuncia. En su ausencia se nombró a un nuevo Regente: el General Espartero (1841-1843). TEXTO: Proclamación del príncipe don Juan Carlos como sucesor en la Jefatura del Estado El VII de los Principios del Movimiento Nacional establece que la forma política del Estado español es (…) la Monarquía tradicional, católica, social y representativa. La Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado de veintiséis de julio de mil novecientos cuarenta y siete (…) modificada (…) por la Ley Orgánica del Estado, de diez de enero de mil novecientos sesenta y siete (…) establece en su artículo sexto un procedimiento directo (…) de proveer a la sucesión en la Jefatura del Estado, confiriendo al Caudillo de España y Generalísimo de los Ejércitos la prerrogativa de proponer a las Cortes la persona que estime deba ser llamada en su día a sucederle, a título de Rey o de Regente (…). Por todo ello, estimo llegado el momento de proponer a las Cortes Españolas como persona llamada en su día a sucederme, a título de Rey, al Príncipe Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, quien, tras haber recibido la adecuada formación para su alta misión y formar parte de los tres Ejércitos, ha dado pruebas fehacientes de su acendrado patriotismo y de su total identificación con los Principios del Movimiento y Leyes Fundamentales del Reino… En su virtud, y de conformidad con la Ley aprobada por las Cortes Españolas, vengo en sancionar: Artículo primero. Al producirse la vacante en la Jefatura del Estado, se instaurará la Corona en la persona del Príncipe Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, que la transmitirá según el orden regular de sucesión…” Francisco Franco. BOE, 23 de julio de 1969. ANÁLISIS DEL TEXTO Y CUESTIONES: 1. Explique razonadamente el tipo de texto y resuma las ideas fundamentales del mismo (Puntuación máxima: 1,5 puntos). Se trata de un fragmento del Boletín Oficial del Estado, publicación estatal para dar publicidad a las decisiones gubernamentales. Entre ellas, la que se relata en el texto. Se trata de una fundamentación legal (mencionando los Principios del Movimiento Nacional, la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado y la Ley Orgánica del Estado) para justificar el que Franco decida quién debe ser su sucesor. El Caudillo pensó en el entonces Príncipe Don Juan Carlos de Borbón, por su “adecuada formación”, “patriotismo” y su identificación con el franquismo. En definitiva, es el texto en el que se publicita la decisión del Generalísimo de que, tras la dictadura, España volviera a ser una monarquía, eso sí, garantizándose una supuesta continuidad ideológica (que después no fue tal). 2. Responda a la siguiente cuestión. (Puntuación máxima: 3 puntos): Elementos de cambio en la etapa final del franquismo. La pregunta es muy extensa. Tienes que resumir. El declive físico de Franco y los escándalos de corrupción en el Gobierno (caso MATESA), hicieron que, a partir de 1970, el gobierno se fuera debilitando. El envejecimiento del dictador suscitó el debate sobre la continuidad de la dictadura. Dentro del Régimen se los “aperturistas” pretendían acercarse paulatinamente al modelo parlamentario y los “inmovilistas” querían mantener el statu quo. Hacía 1973, la oposición al régimen había aumentado. Aparecieron organizaciones terroristas como los GRAPO y ETA (creada en la clandestinidad y partidaria de la lucha armada para conseguir la “liberación de Euskadi”). Franco separó por primera vez la Jefatura del Estado y la del Gobierno y nombrar Presidente a Carrero Blanco, que formó un gabinete con tecnócratas del Opus Dei y franquistas más acérrimos como Arias Navarro, nombrado Ministro de Gobernación y que había destacado por la dura represión. ETA asesina en 1973 a Carrero Blanco, entonces presidente del Gobierno. Franco perdía así a su hombre de confianza. Tras el atentado, el Gobierno quedó en manos de Arias Navarro, que echó a los tecnócratas del poder. La crisis energética de 1973 coincidió con una etapa de incertidumbre política y sumió a España en una dura crisis económica al frenar, además, el turismo y las exportaciones. El clima era de descontento: aumentaron las protestas de los universitarios, los obreros se oponen al régimen por la prohibición de los sindicatos (UGT y CCOO 9

lideraron esta lucha) y un sector de la Iglesia católica evoluciona hacia una concepción del catolicismo más tolerante y democrático. La guinda la puso la Iglesia vasca en 1974: el obispo de Bilbao defendió la personalidad diferente del País Vasco. El gobierno amenazó al obispo con expulsarle y el Vaticano reaccionó con la amenaza de excomulgar a Franco. En 1975, los acontecimientos se precipitaron. Varios miembros de ETA fueron condenados a muerte. Esto provocó una oleada de manifestaciones internacionales contra la dictadura. Las complicaciones internacionales aumentaron cuando el rey marroquí Hassan II, organizó la “marcha verde” que llevó a España a ceder sus territorios en el Sahara a Marruecos y Mauritania. Con la muerte de Franco, tras mes y medio gravemente enfermo, se inicia la Transición.

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