Tiempo: la excusa perfecta para no leer Jacqueline Cubides.

TIEMPO: LA EXCUSA PERFECTA PARA NO LEER Jacqueline Cubides “…en un mundo donde todo es urgente, quizás en realidad nada lo sea,…” Innerarity, 2009 En el transcurso de las siguientes páginas, se busca llevarlos a un recorrido sobre cómo se originó aquella noción tan arraigada en el mundo sobre la idea general de temporalidad, y como entonces se volvió la excusa perfecta para dejar de hacer muchas cosas que son necesarias para nuestra vida, enfocándome principalmente en el hábito de utilizar algo de nuestro tiempo libre para la lectura, seguido de esto me referiré sobre la influencia que ejerce la educación en los hábitos lectores, tocare el tema sobre como la industria editorial se ve afectada por estos mismos hábitos, y para finalizar les contare brevemente sobre las estrategias del gobierno nacional para promover la lectura. Hoy día las personas no compran libros como antes, la disminución en la lectura se ha ido acentuando y apoderando de la cotidianidad, Según El Tiempo (2013) en Colombia el 30% de las familias no tienen libros y los colombianos leen un promedio de dos libros al año, por lo general cuando se pregunta a los ciudadanos

por

que

no

leen,

estos

responden

que

tienen

muchas

responsabilidades y que por atender las mismas no tienen tiempo para leer, pero ¿de dónde nace esa sensación de temporalidad?, pues bueno, Ballesteros (2009) encontró que está es una idea introducida en el mundo hace varias años, sucedió con la invención del reloj mecánico, creado con el fin de adornar las torres de las iglesias, pero luego se utilizó para racionalizar el tiempo de todo, originando que las personas dejaran de lado su instinto natural y empezaran a controlar su vida por medio del reloj; la hora de levantarse, comenzar a realizar determinada labor, ya no se come cuando se tiene hambre sino en el horario establecido para CORTAVIENTOS

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ello, todo se puede medir a través de las horas, al pasar el tiempo las personas comienzan a exigirse y a exigirle a otros más prontitud para la realización de sus deberes, se desea realizar las labores en menos tiempo del habitual por lo que entramos a vivir en un mundo acelerado donde “nace una sensación de falta de tiempo” (Innerarity, 2009). Ese mundo acelerado se apoya en la tecnología, exigiendo inmediatez, esperando respuestas simultáneas, para ya, “pero en un mundo donde todo es urgente quizás en realidad nada lo sea” (Innerarity). Por esto nos vemos sumergidos en una sensación de falta de tiempo, la cual se convierte en la excusa para dejar de hacer muchas cosas, entre ellas cultivar el hábito lector, y cuando se logra tener un tiempo, las personas prefieren centrarse en sus caprichos materialistas, dejando de lado cosas más importantes para el sostén de la vida, como lo son la educación y/o cultivar la personalidad, incluso en muchas ocasiones, este poco tiempo libre se utiliza para realizar actividades que están de moda pasando por encima de los propios gustos, ya que prefieren tomar el gusto del colectivo común como propios, por temor al rechazo, porque la sociedad equivocadamente nos dice que el que lee es un nerd y tristemente esa misma sociedad nos dice que ser nerd es algo negativo. Por otro lado, los centros de formación académica no forman a los alumnos en hábitos lectores, sino que en los estudiantes se genera la sensación de que leer es obligatorio si se quiere aprobar las materias, las academias al parecer esperan que está formación sea responsabilidad completa de los padres, los cuales aducen a la falta de tiempo para apoyar a los hijos en su educación así que piensan que está responsabilidad le compete por completo al centro de formación donde estudian sus hijos, como podemos deducir esté pensamiento se cruza entre los unos y los otros, afectando a los estudiantes quienes al no recibir la formación adecuada terminan por educarse con factores del ambiente como la música y la televisión, dejando de lado por completo la lectura. En las instituciones de formación se “promueve la formación para la competitividad, la velocidad y el lucro, dejando de lado una formación humanística” (Nussbaum, CORTAVIENTOS

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2008 en Acosta, Neira, 2010)” es así como los jóvenes de hoy han comenzado a perder la identidad para transformarse en aquello que está de moda, que al parecer le gusta a la gente de su generación, y que en muchas ocasiones es impuesto por la música y la televisión. Esta forma de educación, ha cerrado las puertas a los actos críticos y reflexivos, donde se practicaban valores como la tolerancia o la confianza, los jóvenes aprenden a dirigir sus actos hacia aquello que parece beneficiarlos más a sí mismos, dejando de lado costumbres muy enriquecedoras como lo es la lectura, a pesar de que, según un estudio realizado por la CERLALC (2012a) al preguntar si la lectura es importante por lo general la respuesta será sí, sosteniendo que la lectura ayuda a las personas a estar actualizadas culturalmente y adquirir nuevos conocimientos, sin embargo el porcentaje de las personas que no acostumbran a leer abarca en aproximación la mitad de la población. Aunado a todo esto, la producción y la industria del libro, se han visto afectadas por la falta de personas interesadas en leer y comprar libros, por esto se ha comenzado a disminuir la cantidad de ejemplares que son editados y publicados y en ocasiones cuando un libro tiene una buena acogida por el público, se vuelve complicado para las personas adquirir el impreso ya que se agota con mayor facilidad que antes, según datos de CERLALC (2012b) conjuntamente el libro en formato electrónico interfiere en cuanto a la oferta editorial, se puede observar como en el 2010 la producción comparada con los formatos electrónicos estaba en el 91.4%, en 2011 fue de 85.4% y para el 2012 cayó a 83.1% (CERLALC, 2013) fenómeno que puede ser producido en parte por la poca lectura de la población. Por otro lado, nos encontramos con un informe del 2012 preparado por el Ministerio de Cultura sobre el programa Leer es mi cuento en el cual se denota la preocupación del gobierno Colombiano por impulsar la lectura, sobre todo,

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después de los desastrosos resultados de la prueba Pisa del 2006, en la cual, Colombia ocupo el lugar 51 entre 56 países, como meta el gobierno nacional espera aumentar la lectura de los colombianos a 3,2 libros leídos por habitantes al año y para lograrlo, ha incrementado la oferta de libros, modificado el sistema de compras, mejorado la infraestructura de las bibliotecas públicas, creado la serie Leer es mi cuento de la cual se ha entregado un gran número de ejemplares a las familias, ha trabajado por la formación de Bibliotecarios con la ayuda de la Biblioteca Nacional de Colombia, y del SENA, el gobierno igualmente ha fortalecida la infraestructura tecnológica y ha realizado dotaciones importantes para el programa Computadores para educar. Después de este recorrido me atrevo a decir que tristemente nuestro tiempo libre es consumido según Pena (2010) por malos hábitos que nos hacen naufragar en la sensación de que las horas del día no son suficientes, estos malos hábitos logran separarnos de las metas que realmente nos gustaría alcanzar, el internet, la televisión, el teléfono, las redes sociales, prefiramos sentarnos a beber o sencillamente deambular por las calles sin destino fijo con nuestros amigos, hemos vuelto estos factores en cosas tan importantes, que no medimos el tiempo que nos implica llevarlos a cabo, la diversión es por ejemplo ir el viernes en la noche como todos los viernes a beber un poco, en vez de realmente sentarnos y organizar nuestras prioridades y así lograr alcanzar las cosas que nos hemos propuesto y para lo que seguramente deberíamos emplear mucho tiempo en la lectura como factor influyente para la consecución de nuestros ideales. Considero que debemos dejar de lado las escusas y aprovechar mejor nuestras vidas, no es nada fácil trabajar y estudiar, y peor si se le suma el hecho de que muchos son padres y madres incluso solteros que deben responder por un hogar, ser cabezas de familia, pero a pesar de todo esto se encuentra la excusa y el momento para beber, y malgastar el dinero en cosas completamente terrenales y banales, pienso que la lectura mejora nuestras vidas, nuestros hábitos y nos CORTAVIENTOS

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hace mejores personas y ciudadanos que finalmente es lo que necesita nuestro país, y que seguramente es lo que muchos de nosotros esperamos que suceda no solo en Colombia sino en el mundo entero.

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BIBLIOGRAFIA Ballesteros, J. (2006). Repensar la paz. Madrid: Ediciones Internacionales Universitarias S.A. Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe. (2012a). Comportamiento lector y hábitos de lectura: Una comparación de resultados en algunos países de América Latina. Bogotá: La institución Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe. (2012b). El Espacio Iberoamericano del Libro. Bogotá: Producción y circulación estudios. Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe. (2013). Producción y Circulación del Libro. El Libro en Cifras. Boletín estadístico del Libro en Iberoamérica. 3, 9. El Tiempo. (2013, julio 17). En el país se leen 1.9 libros al año, según el informe más

reciente

del

DANE.

El

tiempo.

Recuperado

de:

http://eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12935140 Innerarity, D. (2009). El futuro y sus enemigos, Una defensa de la esperanza política. Barcelona: Paidos. Nussbaum. M. (2008). Not for profit. Why democracy needs the humanities. New Jersey: Princeton University. Citado en: acosta, W. Neira, F. (2010). Ética y ciudadanía: de la reflexión a la acción. Bogotá: Universidad de La Salle. Ministerio de cultura. (2012). Leer es mi cuento: La lectura y escritura como política

pública.

Bogotá:

CORTAVIENTOS

La

institución.

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http://fundacionexe.org.co/wp-content/uploads/2011/09/Lectura-yescritura_Leer-es-un-cuento.pdf Pena, A. (2010). 7 Ladrones del tiempo y 7 técnicas para combatirlos. [Versión DX].

Recuperado

de:

http://thinkwasabi.com/wp-

content/downloads/LadronesTiempo.pdf

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