Solemnidad de San Pedro y. San Pablo

Solemnidad de San Pedro y San Pablo 29 de junio de 2013 Monición Bienvenidos todos a esta Eucaristía, memorial de la pascua de Jesucristo en esta Sol...
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Solemnidad de San Pedro y San Pablo 29 de junio de 2013

Monición Bienvenidos todos a esta Eucaristía, memorial de la pascua de Jesucristo en esta Solemnidad de San Pedro y San Pablo. La Eucaristía hace a la Iglesia y la encamina hacia la santidad y a la afirmación de su unidad. A decir verdad, la Eucaristía favorece el crecimiento espiritual de la Iglesia, que nos impulsa a una comunión de alma con Jesucristo. Y tenemos experiencia que sólo la experiencia del silencio y de la oración nos ofrece el ambiente adecuado para contemplar el Misterio de entrega y de donación de Cristo, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. La fiesta de San Pedro y San Pablo, apóstoles, es una grata memoria de los grandes testigos de Jesucristo y, a la vez, una solemne confesión de fe en la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Con gran alegría comencemos nuestra celebración.

Acto Penitencial El Señor Jesús, que movió los corazones de Pedro y Pablo para que le siguieran hasta la muerte, hoy nos invita siempre a serle fieles, por encima de todo. Usando su misma sinceridad nos reconocemos pecadores. Señor, Tú qué quieres salvarnos, Señor ten piedad Señor, Tú que nos envías a tu Espíritu para que actuemos en paz y con amor, Cristo ten piedad Señor, Tú que vienes al mundo a hacerlo más justo y solidario, Señor ten piedad

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Primera Lectura Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (12,1-11) En aquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de la Iglesia. Hizo decapitar a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto agradaba a los judíos, mandó detener a Pedro. Era la semana de Pascua. Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando su custodia a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno: tenía intención de ejecutarlo en público, pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él. La noche antes de que lo sacara Herodes, estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado a ellos con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel. De repente se presentó el ángel del Señor, y se iluminó la celda. Tocó a Pedro en el hombro, lo despertó y le dijo: Date prisa, levántate. Las cadenas se le cayeron de las manos, y el ángel añadió: «Ponte el cinturón y las sandalias.» Obedeció y el ángel le dijo: Échate la capa y sígueme. Pedro salió detrás, creyendo que lo que hacía el ángel era una visión y no realidad. Atravesaron la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de hierro que daba a la calle, y se abrió solo. Salieron, y al final de la calle se marchó el ángel. Pedro recapacitó y dijo: Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de la expectación de los judíos. Palabra de Dios

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Salmo responsorial (Salmo 33.) R/. El Señor me libró de todas mis ansias

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R.-

Proclamad conmigo la grandeza del Señor ensalcemos juntos su nombre Yo consulté al Señor y me respondió me libró de todas mis ansias. R.-

Contempladlo y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R.-

El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R.-

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Segunda Lectura Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a Timoteo (4,6-8.17-18) Querido hermano: Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida. El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. El me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. ¡A Él la gloria por los siglos de los siglos, Amén! Palabra de Dios

Aclamación al Evangelio “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; y el poder del infierno no la derrotará.”

Evangelio + Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (16, 13-19) En aquel tiempo, llegó Jesús a la región de Cesárea de Felipe y preguntaba a sus discípulos: ¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre? Ellos contestaron: Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas. El les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo. Palabra del Señor.

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Reflexión

“El servicio de Pedro”

Jesús conversa con sus discípulos en la región de Cesárea de Filipo, no lejos de las fuentes del Jordán. El episodio ocupa un lugar destacado en el evangelio de Mateo. Probablemente, quiere que sus lectores no confundan las «iglesias» que van naciendo de Jesús con las «sinagogas» o comunidades judías donde hay toda clase de opiniones sobre él. Lo primero que hay que aclarar es quién está en el centro de la Iglesia. Jesús se lo pregunta directamente a sus discípulos: «Vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Pedro responde en nombre de todos: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». Intuye que Jesús no es sólo el Mesías esperado. Es el «Hijo de Dios vivo». El Dios que es vida, fuente y origen de todo lo que vive. Pedro capta el misterio de Jesús en sus palabras y gestos que ponen salud, perdón y vida nueva en la gente. Jesús le felicita: «Dichoso tú… porque eso sólo te lo ha podido revelar mi Padre del cielo». Ningún ser humano «de carne y hueso» puede despertar esa fe en Jesús. Esas cosas las revela el Padre a los sencillos, no a los sabios y entendidos. Pedro pertenece a esa categoría de seguidores sencillos de Jesús que viven con el corazón abierto al Padre. Esta es la grandeza de Pedro y de todo verdadero creyente. Jesús hace a continuación una promesa solemne: «Tú eres Pedro y sobre testa piedra yo edificaré mi Iglesia». La Iglesia no la construye cualquiera. Es Jesús mismo quien la edifica. Es él quien convoca a sus seguidores y los reúne en torno a su persona. La Iglesia es suya. Nace de él. Pero Jesús no es un insensato que construye sobre arena. Pedro será «roca» en esta Iglesia. No por la solidez y firmeza de su temperamento pues, aunque es honesto y apasionado, también es inconstante y contradictorio. Su fuerza proviene de su fe sencilla en Jesús. Pedro es prototipo de los creyentes e impulsor de la verdadera fe en Jesús. Este es el gran servicio de Pedro y sus sucesores a la Iglesia de Jesús. Pedro no es el «Hijo del Dios vivo», sino «hijo de Jonás». La Iglesia no es suya sino de Jesús. Sólo Jesús ocupa el centro. Sólo él la edifica con su Espíritu. Pero Pedro invita a vivir abiertos a la revelación del Padre, a no olvidar a Jesús y a centrar su Iglesia en la verdadera fe.

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Oración de los fieles Hoy celebramos la solemnidad de San Pedro primera piedra y San Pablo apóstol de los gentiles. Hoy miramos a la cabeza de la Iglesia y a su universalidad. Presentamos a Dios nuestras súplicas por la Iglesia. Repetimos: R.- ATIENDE A TU IGLESIA, SEÑOR - Por el Papa Francisco, para que como a Pedro su predecesor siempre esté inspirado por la acción del Espíritu, para el bien de la Iglesia. (OREMOS) - Por los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas; para que fieles a su vocación lleven íntegro el mensaje de Cristo a todo el Pueblo de Dios. (OREMOS) - Por los que dedican su vida a la expansión del Evangelio en tierras de misión, para que vean en San Pablo un ejemplo a seguir. (OREMOS) - Por los que se encuentran lejos de su tierra para que la universalidad de la Iglesia haga más confortable ese desarraigo. (OREMOS) - Por los padres de familia, para que guíen con la fuerza del Espíritu la iglesia doméstica que es su hogar. (OREMOS) - Por los pobres, los que se encuentran solos, los ancianos, los enfermos para que todos los demás los atendamos con cariño pues son la Iglesia más identificada con Dios. (OREMOS) - Por todos los que nos hemos reunido en torno a la mesa, para que descubramos que ese misterio nos une con todos los que en el mundo y en todas las épocas se reúnen alrededor del Pan y el Vino. (OREMOS) Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Oración Padre, estas son las necesidades de tu Iglesia, atiéndelas con generosidad y no dejes de socorrer a todo aquel que se acerque a Ti por medio de Ella. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

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Ofrendas Con esta bandeja de piedras queremos simbolizar la fuerza y el poder de Dios. Sin El no sería posible el seguir avanzando en un mundo que rechaza su Palabra. Con estas llaves queremos simbolizar la vida y la sencillez de Pedro. Con estos libros sagrados (cartas de San Pablo) queremos traer hasta el altar la elocuencia y la inteligencia de un hombre que supo ser creativo y cercano desde la Palabra de Dios. Con el pan y el vino, para que sean Eucaristía, damos gracias a Dios porque –en Jueves Santo- se quedó para siempre con nosotros en el altar. Que nuestro alimento sea la comunión.

Oración para después de la comunión Gracias, Señor, por quedarte en mí y junto a cada uno de nosotros hecho alimento, para ayudarnos a recorrer el camino. Gracias por las llamadas que continuamente nos haces a seguirte, a testimoniar con nuestra vida el Evangelio, a ser cepas que den buenos y abundantes frutos. Gracias por insistir en las llamadas, pese a que nuestras respuestas casi siempre son negativas, tibias, faltas de coraje y decisión. No te canses Señor. Ayúdanos con la fuerza de esta comunión a dejarnos transformar, a dejarnos podar y entrecavar, para que seamos cepas renovadas, que cada cosecha dan mejores frutos.

Despedida Vivamos con intensidad esta Eucaristía, pidiéndole al Espíritu Santo que nos de la fortaleza y la constancia para seguir a Jesucristo, a imitación de San Pedro y San Pablo, columnas de la Iglesia… Saboreemos la vida y tengamos un encuentro personal con Cristo y gran amor a la Iglesia Una, Santa, Católica, Apostólica. Miremos a la Virgen María que nos ayude a decir si al proyecto salvífico de Dios desde una fe auténtica y generosa. Podéis ir en paz. V- Demos gracias a Dios

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Oración Año de la Fe ¡Oh alto y glorioso Dios!, ilumina las tinieblas de mi corazón, dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, para que cumpla tu santo y veraz mandamiento. Amén. Oración de S. Francisco de Asís ante el Cristo de San Damián.

Fraternidad Franciscana de la Cruz San Miguel de Serrezuela y Cabezas del Villar en Ávila Torrelodones en Madrid

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