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SOBRE EL ORIGEN DEL "APARATO DE INFLUENCIA" EN LA ESQUIZOFRENIA (,) Por Víctor Tausk: Las siguientes consideraciones están basadas sobre un solo ejem...
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SOBRE EL ORIGEN DEL "APARATO DE INFLUENCIA" EN LA ESQUIZOFRENIA (,) Por Víctor Tausk:

Las siguientes consideraciones están basadas sobre un solo ejemplo del "aparato de influencia" del cual se queja un determinado tipo de paciente esquizofrénico. Aunque en este caso particular la estructura de la máquina difiere materialmente -si no me equivoco- de toda otra variedad de aparatos de este género, es de esperar que el presente ejemplo ha de facilitar, no obstarite, la comprensión psicoanalítica de la génesis y el propósito de este instrumento

ilusorio.

Mi ejemplo es una variante -y muy rarade] típico aparato de influencia. Se puede objetar, naturalmente, que es temerario sacar conclusiones generales del estudio de un único caso, y que las generalizaciones para ser consideradas como científicamente válidas, debieran basarse en un volumen mayor de material. Sólo encuentro para mí un justificativo, y es, que simplemente no he encontrado ningún atto caso que aportara material para el apoyo de mis conclusiones, y que la mejor literatura psiquiátrica que conozco no contiene descripciones detalladas de casos individuales del fenómeno del aparato de influencia. Existen solamente descripciones generales del aparato cuyos rasgos regulares y funciones son dados únicamente como ilustraciones clínicas superficiales. La psiquiatría clínica parte solamente de la descripción de cuadros clínicos complejos y no se interesa en el síntoma especial, detallado, único, de la vida anímica. La psiquiatría no ha investigado suficientemente hasta ahora, el origen, el significado y el propósito de los síntomas, porque, no empleando el método psicoanalítico, tales problemas no se han planteado aún. Sin ernbar(1) El presente trabajo es de importancia primordial en el estudio psicoanalítico de las psicosis. Publicado en 1919, conserva aún toda su validez científica, lo que hace imprescindible su traducción y publicación para los lectores de esta revista. iN. de la R.)

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go, es permisible, por principio, derivar conclusiones generales de tipos no comunes. Son las variantes y las formas complejas las que estimulan a menudo la investigación de tipos generales. La uniformidad de casos típicos pueden tener el efecto de una barrera impenetrable,

mientras que, por otra

parte, una desviación del tipo puede ser como una ventana ~n la pared a través de la cual se obtenga una clara visión. Una variante señala un cambio en el fenómeno original y una forma compleja compele la suposición de que un fenómeno dado puede ser de diverso origen. Es solamente cuando ocurre una inesperada desviación de lo habitual cuando se encuentra motivo para investigar la uniformidad que caracterizó o pareció caracterizar -previamente el fenómeno. Las investigaciones de factores causantes extraordinarios, han estimulado a menudo la investigación de los factores causantes generales. Deseo solamente que la variante que he tomado como base de mis conclusiones, cuyo origen y significado creo haber comprendido bien sea un ejemplo feliz. z. El aparato de influencia de los esquizofrénicos es una máquina de naturaleza mística. Los pacientes pueden dar solamente vagas indicaciones sobre su construcción. Consiste en cajas, manubrios, palancas, ruedas, botones (de luz, de timbre, etc.), alambres, baterías y cosas por el estilo. Los pacientes ilustrados tratan de descubrir la construcción de los aparatos por medio de sus conocimientos técnicos, y parece que con la progresiva divulgación de las ciencias técnicas, todas las fuerzas conocidas en tecnología son utilizadas para explicar el funcionamiento de estas máquinas. Todos los descubrimientos de la humanidad, sin embargo, no son suficientes para explicar los poderes maravillosos de este aparato, por 'el cual los pacientes se sienten perseguidos. Los principales efectos que produce el aparato de influencia son los siguientes: 1) Hace ver cuadros a los pacientes. La máquina es generalmente una linterna mágica o cinematográfica. Los cuadros son vistos en un solo plano, en paredes o en los vidrios de las v-entanas, y a diferencia de las típicas alucinaciones visuales no son tridimensionales. z) Produce y extrae pensamientos y sentimientos por medio de ondas

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o rayos o fuerzas misteriosas para las cuales el paciente no puede encontrar ninguna base en sus conocimientos

de física. En tales casos, el aparato es

frecuentemente denominado "aparato de sugestión". Su construcción es inexplicable, pero su función consiste en la transmisión o extracción de pensamientos y sentimientos por uno o varios perseguidores. 3) Produce acciones motoras en el cuerpo, erecciones y poluciones seminales. Estas últimas sirven en general como medio para extraer al enfermo su potencia viril y debilitarlo.

Esto se cumple también por medio de su-

gestión o por corrientes de aire, electricidad, magnetismo o rayos X. 4) Crea sensaciones que en parte no se pueden describir, porque son completamente extrañas al mismo paciente, y en parte son sentidas como corrientes eléctricas, magnéticas, o corrientes de aire. S) Es también la causa de otros sucesos en el cuerpo de los pacientes, tales como erupciones cutáneas, abscesos y otros procesos patológicos. El aparato sirve para la persecución del paciente y está manejado por enemigos. Por lo que conozco son exclusivamente enemigos de sexo masculino los que usan el aparato y los perseguidos son predominantemente médicos por los cuales el paciente ha sido tratado. La manipulación del aparato se efectúa también de manera oscura, teniendo raramente los pacientes una idea clara de su manejo. Los botones son apretados, las palancas puestas en movimiento, las manijas, giradas. La conexión con el paciente se establece frecuentemente por medio de alambres invisibles llevados a su cama, en cuyo caso el enfermo está influído por la máquina solamente cuando está en la cama.

Sin embargo, es digno de atención que un número de pacientes se lamenta de todas estas dolencias sin atribuirlas a la influencia de una máquina. Muchos pacientes .c:onsideran que la causa de estas sensaciones ajenas u hostiles de cambios físicos o psíquicos es simplemente una influencia mental externa, sugestión o poder telepático, emanado de los enemigos. Mi propia observación y la de otros autores no deja lugar a dudas de que esas quejas sin relación con el aparato preceden al síntoma del aparato de influencia, .y que éste es un. fenómeno patológico subsiguiente. Su apariencia, como lo afirman muchos autores clínicos, sirve al propósito de una explicación de los cambios patológicos que son sentidos como ajenos y penosos y dominan la vida emocional y las sensaciones del paciente. De acuerdo con esta opinión, el aparato de influencia es una creación de la necesidad de causalidad inmanente en el hombre. La misma necesidad

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explica también la razón de los perseguidores que actúan .no por medio de un aparato sino simplemente por sugestión o por telepatía. La clí~ica explica el síntoma como análogo a la persecución en la paranoia que inventa el paciente con el objeto de justificar sus delirios de grandeza, y lo llama "paranoia somática". Sin embargo, hay un grupo de pacientes que renuncia por completo a la satisfacción de la necesidad de causalidad y se queja simplemente de cam.bias emocionalesy apariciones extrañas en la personalidad, física y psíquica, sin atribuir la causa a una fuerza extraña u hostil. Se puede escuchar especialmente de algunos enfermos que sus visiones no les son de ningún modo impuestas pero que, con gran asombro de ellos simplemente las ven. Ocurren también otras sensaciones de cambio sobre las cuales no hay evidencia de un originador sobre todo, por ejemplo, la queja de pérdida o cambio de pensamientos o sentimientos sin que los enfermos piensen que son "extraídos" de ellos o "impuestos" a ellos. Hay quejas de naturaleza similar de cambio de sensaciones en la piel, rostro y extremidades. Este grupo' de pacientes no se queja de influencias originadas por una fuerza hostil, extraña, sino de sentir extrañamiento interior. Se vuelven extraños para ellos mismos, ellos mismos no se comprenden más; sus miembros, su rostro, su expresión facial, sus pensamientos y sentimientos se les han vuelto extraños. Estos síntomas son, fuera de duda, parte de un temprano estadio de demencia precoz, aunque a veces pueden también ser observados en estadios avanzados. En algunos casos, se puede afirmar con seguridad, y en otros con mucha probabilidad, que las sensaciones de persecución se originan en las sensaciones de cambio y de extrañamiento. Estas sensaciones de persecución son atribuidas a una interferencia personal extraña, "sugestión" o "influencia telepática". En otros casos, se observa que la idea de persecución e influencia desemboca en la construcción de un aparato de influencia. Se puede suponer, por lo tanto, que el aparato de influencia representa el estadio terminal en la evolución del síntoma que comienza con simple sensación de cambio. Yo no creo que toda esta cadena en el desarrollo del síntoma haya podido ser observada conjuntamente, hasta ahora, en un solo enfermo. Pero he visto con seguridad la conexión entre dos estadios por lo menos -de lo cual presentaré más adelante un ejemplo-, y no titubeo en mantener que en circunstancias favorables puede ser posible observar la serie completa de los estadios evolutivos en un solo paciente. Entretanto, estoy en la posi-

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ción del observador de los plasmodios que nota en los glóbulos de la sangre vanas formas patológicas como estadios de desarrollo en un ciclo continuo de evolución, aunque nunca sea capaz de observar más de un solo estadio en algún corpúsculo de la sangre. El reconocimiento de estos distintos síntomas como estadios de un proceso de desarrollo único se vuelve difícil no solamente por observación errónea y por la poca disposición del enfermo para comunicarse sino también por otros factores. Los pacientes ocultan ciertos estadios tras síntomas secundarios o correlativos, cada paciente de acuerdo con su disposición mórbida, los cambios de sentimientos son encubiertos por una psicosis o neurosis simultánea o consecutivamente producida, pertenecientes a otros grupos clínicos tales como depresión, manía, paranoia, neurosis obsesiva, histeria de ansiedad, o amencia; y estos cuadros clínicos avanzando hacia el primer plano, ocultan al observador los más sutiles elementos en el desarrollo de las alucinaciones de referencia. Es, además, muy probable, que no todos los enfermos llevan a la conciencia cada estadio de desarrollo, y que un estadio u otro sigue su curso en el inconsciente y deja una brecha en la psique consciente. Por fin, dependiendo de la rapidez del proceso patológico y de la disposición individual, algunos de los estadios pueden perderse del todo. Las ideas de referencia en esquizofrenia se desarrollan igualmente con o sin aparato de influencia. Solamente en un caso, en la División Neuropsiquiátrica de Belgrado, pude observar corrientes eléctricas sin aparato de influencia al cual aquéllas se atribuyen habitualmente -con ausencia en realidad- de cualquier poder hostil. Se trata de un albañil de 34 años llamado José H. que vivió una parte de su vida en asilos de alienados. Se siente atravesado por corrientes eléctricas, que penetran a la tierra a través de sus piernas: estas corrientes las produce él dentro de sí mismo, declarando con orgullo que ése es su poder. Rehusa revelar cómo y con qué propósitos hace eso. Cuando por primera vez descubrió esas corrientes dentro de sí mismo, confesó que estaba algo sorprendido pero pronto llegó a la conclusión de que esta manifestación tenía un significado especial, de que las corrientes sirven a un misterioso fin, respecto a lo cual rehusó toda información. Citaré ahora otro ejemplo, un caso singular de paranoia somática que tendrá, como lo veremos más adelante, un significado propio para la comnrohación del oroceso de desarrollo Que he supuesto. El mismo ejemplo ha

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sido ya citado por Freud en otro lugar. La señorita Emma A. se sentía influída por su amado de manera singular; sostenía que sus ojos no estaban ya bien colocados en su cabeza sino que estaban completamente torcidos y fuera de su lugar, y esto lo atribuía al hecho de que su amado era una persona mala, solapada, que torcía ojos. Un día en la iglesia sintió súbitamente una sacudida, como si la hubiesen transformado, lo cual tenía su causa en el hecho de que su amado fingía ser otro y que a ella la había arruinado ya y la había vuelto tan mala como él. Esta enferma no se siente simplemente perseguida e influí da por un enemigo; su caso es el de ser influida por identificación con el perseguidor. Si tomamos en consideración la opinión sostenida por Freud y por mí que en el mecanismo de la elección de objeto la identificación precede a la carga de objeto, o sea a la elección 'de objeto por proyección, podemos contemplar el caso de la señorita Emma A., como representando el estadio en el desarrollo de la alucinación de referencia, que precede a la proyección de la sensación de influencia hacia un distante perseguidor del mundo exterior. La identificación es aparentemente una tentativa de proyectar las sensaciones de cambio, en el mundo exterior. Constituye el puente. entre las sensaciones de un cambio de la personalidad sin causa externa y la atribución de estos cambios al poder de una persona exterior, una especie de intermediario entre la sensación de un propio extrañamiento y la alucinación de referencia. Esto confirma especialmente bien, y apoya más el concepto psicoanalítico del desarrollo del síntoma, hasta su cristalización en el aparato de influencia.· Estamos interesados aquí en el descubrimiento o más bien en el invento de un objeto hostil; pero para el proceso intelectual no tiene importancia si los objetos observados .son hostiles o favorables, y el psicoanalista, por lo menos, no hará seguramente objeción a la igualación de amor y odio en esta instancia. Entre los casos ilustrativos que se pueden presentar de las formas variadas o estadios de la alucinación de referencia, se puede mencionar el de Staudenmay er cuya autobiografía fué hace algunos años presentada ante la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Staudenmayer -declarado paranoico, si no me equivoco, y de todos modos yo mismo lo considero como tal- fué quien describió sus sensaciones durante sus movimientos intestinales desde el comienzo hasta su terminación, y atribuía cada movimiento peristáltico proviniendo, según sus conocimientos, de la actividad de demonios propios, ubicados según sostenía en el

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intestino y depositados con el funcionamiento de cada movimiento separado. Podemos ahora resumir y describir esquemáticamente el fenómeno que en algunos casos aparece como producido por el aparato de influencia y que en otros casos ocurre sin él: 1) Simples sensaciones de cambio, primero sin sensación de extrañamiento, luego con ella, sin mención de un originador. (Cambios en las funciones psíquicas y físicas y en partes de su propio cuerpo.) En muchos casos estos estadios de la enfermedad ocurren probablemente a muy temprana edad, antes de la pubertad. Desde que en esta edad no se pueden obtener informes exactos de sus propios estados, y desde que, además, los cambios patológicos no son raramente compensados por peculiaridades infantiles del carácter (tales, como maldad, agresividad, fantasías ocultas, masturbación, aislamiento, estupidez, etc.}, esta etapa transcurre en la mayoría de los casos desconocida para los educadores, y a los enfermos no les es mencionada o lo es con nombre falso. Es solamente en la pubertad, período en que se requiere del individuo una adaptación especial al ambiente, cuando está obligado a abandonar todas las torpes expresiones de su anormalidad, que la enfermedad viene a la superficie; es en este momento, también, cuando se estimula un desarrollo mayor de .los síntomas. 2) Sensaciones de cambio interior en forma de sensaciones anormales, con mención de un originador -el enfermo mismo(caso ]oseph H.). 3) Sensaciones de cambio interior con mención de un originador, que aunque existiendo dentro del paciente, no es sin embargo el paciente mismo (caso Staudenmayer), 4) Sensaciones; de cambio interior con proyección alucinatoria del suceso interior al mundo exterior, sin mención de un originador; al principio no se presentan sensaciones de extrañamiento pero luego aparecen (viendo cuadros). 5) Sensaciones de cambio interior con mención de un originador rior como resultado de identificación (caso Emma A). 6) Sensaciones de cambio exterior acompañadas de proyección

extedel su-

ceso interior al mundo exterior con mención de un originador producido por el mecanismo paranoide (causando la aparición de cuadros, influyendo por sugestión, hipnotismo, electricidad, produciendo o extrayendo pensamientos y sentimientos, realizando movimientos corporales, debilitando la potencia, produciendo erección, poluciones seminales, etc.).

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7) Sensaciones de cambio interior atribuídas al trabajo del, aparato de influencia manipulado por enemigos', Al principio, los enemigos le son generalmente desconocidos al paciente y no los puede discernir; luego es capaz de discernidos, conoce quienes son, y ensancha su círculo según el modelo de su conspiración paranoide. Asimismo, el paciente es completamente incapaz de explicar al principio la construcción del aparato de influencia, pero gradualmente se familiariza con él. Destacaremos primero la relación entre ideas de influencia y aparato de influencia, y procederemos a un examen de este último sin referirnos a sns efectos. No es necesario discutir la linterna mágica que produce cuadros e imágenes, porque su estructura armoniza perfectamente con la función que se le atribuye, y porque no revela error alguno de juicio fuera del hecho de su inexistencia. Esta superestructura racional es absolutamente impenetrable. Necesitaremos usar estructuras construídas menos sólidamente, cuyas paredes descubran aberturas a través de las cuales sea posible mirar el interior para obtener, al menos, u~ principio de comprensión. a) El aparato de influencia común tiene una construcción muy oscura, porciones extensas de él son completamente inimaginables. En los casos en que el paciente cree entender bien la construcción del aparato es obvio que esta sensación es análoga a la del que sueña que tiene la sensación de comprender pero le falta la comprensión en sí. Esta característica puede ser descubierta toda vez que se pida al paciente una exacta descripción del aparato. b) Este apara~o es, si no me equivoco, siempre una máquina; X' muy complicada. El psicoanalista no puede dudar ni por un momento que esta máquina debe ser un símbolo; es una opinión recientemente subrayada por Freud en una de sus conferencias, en la que afirmó que la complicada máquina aparecida en sueños representa siempre los genitales. Habiendo estudiado analíticamente durante un largo período sueños de máquinas, puedo confirmar completamente las aseveraciones de Freud; y puedo agregar, además, que las máquinas representan siempre los genitales del soñante y que los sueños tienen un carácter masturbatorio. Sobre estos sueños puedo afirmar lo siguiente: ellos tienen el carácter de sueños de

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ruga, del tipo descrito en un trabajo sobre delirium alcohólico

e).

En ese

trabajo se señala que siempre que un deseo de masturbar, o más bien una disposición para la polución tiene salida por la fantasía del sueño que es favorable para la descarga, pronto se le substituye otra' fantasía por medio de la cual se produce momentáneamente un nuevo estado de inhibición y la eyaculación del semen se hace difícil, si no imposible. El sueño reacciona contra el deseo rechazado de descarga, con una alteración sucesiva de símbolos. El sueño de máquina posee un mecanismo análogo, excepto que la introducción de las partes componentes de la máquina no es acompañada de la simultánea desaparición de los otros componentes a los cuales se les substituyen; los nuevos componentes son simplemente agregados a los antiguos. Es así como se origina la máquina en extremo compleja. Con el objeto de fortificar la inhibición, el símbolo se ha hecho complejo, en lugar de ser desplazado por- otro; pero el resultado es el mismo. Cada complejidad llama la atención del soñante, excita su interés intelectual, debilita recíprocamente su interés libidinoso, y efectúa de esa manera la inhibición del instinto. En los sueños de máquina el soñante se despierta, con mucha frecuencia, con su mano en sus genitales, después de haber soñado que manipulaba la máquina. Se puede, sin embargo presumir que el aparato de influencia es la representación de los genitales del paciente proyectados al mundo exterior, análogo en su origen a la máquina de los sueños. La frecuente queja de los esquizofrénicos de que el aparato causa erección, extrae semen, y debilita la potencia no hace más que confirmar esta opinión. De todos modos, la analogía del síntoma con la producción de un sueño, tanto como la .asequibilidad del síntoma para la interpretación psicoanalítica del sueño es un paso más allá de las racionalizaciones y de las exigencias de conexiones causales, sustentadas por la interpretación clínica común del aparato de influencia en esquizofrenia. Puedo ahora presentar mi ejemplo, que no solamente robustecerá nuesrra hipótesis, sino que la ampliará materialmente. La paciente es la señorita Natalija A. de 31 años, en otros tiempos estudiante de filosofía. Ha sido completamente sorda durante muchos afios, -dc(1) TAUSK, VÍCTOR: Zur Psychologie des alkohol Bescbajtigungsdelir, "Interno Leitsehrift für arzil. Psychoanalyse", Heft 4 III Iahrz. 1915. Ver!. Hug-o HeIler J. Ca. Wien.

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bid o a una úlcera del oído, y solamente escribiendo puede hacerse entender. Declara que durante seis años y medio estuvo bajo la influencia de una máquina eléctrica fabricada en Berlín, aunque el uso de esa máquina, estaba prohibido por la policía. Tiene la forma de un cuerpo humano, realmente la forma de la paciente, aunque no en todos sus detalles. Su madre así corno sus amigos y amigas están bajo la influencia de esta máquina o de máquinas' similares. De las últimas no da explicación, describiendo solamente el apárato al que ella está sometida. Está así segura de que hay una máquina masculina, es decir, una forma masculina para hombres, y para mujeres una femenina. El torso tiene la forma de una tapa, pareciendo la tapa de un ataúd y forrada con seda o terciopelo. Con respecto a los miembros conseguí de ella dos informaciones muy significativas para mis conclusiones. En la primera entrevista los describió como partes enteramente naturales del cuerpo. Algunas semanas más tarde los miembros no estaban colocados. en la tapa del ataúd en su forma natural, sino simplemente dibujados en ella en dos dimensiones, en la posición que debieran ocupar en el estado natural del cuerpo. No puede ver la cabeza o dice que no está segura con respecto a ella y no sabe si la máquina sostiene su propia cabeza. Prácticamente no tiene nada que referir con respecto a esa parte del. cuerpo. La paciente no sabe definidamente cómo se maneja esta máquina, ni cómo está conectada con ella, pero cree vagamente que es casi de una manera telepática. El hecho principal con respecto a la máquina es que en cierto modo es manipulada por alguien y que cualquier cosa que le ocurra a la máquina le sucede también a ella. Cuando alguien golpea esta máquina, ella siente el golpe en la parte correspondiente de su propio cuerpo. La úlcera (lupus) ahora presente en su nariz se produjo primeramente en la nariz de la máquina, y algún tiempo después era la paciente la que la sufría. La parte interna de la máquina consiste en baterías eléctricas, que supone representan los órganos internos del cuerpo humano. Los malhechores que manejan la máquina producen una sustancia viscosa en su nariz, olores desagradables, sueños, pensamientos, sentimientos, y la molestan mientras ella está pensando, leyendo o escribiendo. En una etapa anterior, se produjeron en ella sensaciones sexuales a través de manipuleos en los genitales de la máquina; pero ahora la máquina ya no posee genitales aunque ella no puede decir cuándo y cómo desaparecieron. Desde que la máquina perdió sus genitales, la paciente cesó de experimentar sensaciones sexuales.

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Se familiarizó con el aparato, del que había oído hablar previamente, a través de toda clase de sucesos, especialmente a través de conversaciones entre la gente, esto es, a través de alucinaciones auditivas. El hombre que utiliza el aparato para perseguirla, su pretendiente rechazado, un profesor universitario, es movido por los celos. Muy pronto, .después de haber rechazado sus galanteos, ella sintió que él había tratado por medio de sugestión sobre ella y la madre de ella de entablar una amistad entre la cuñada de él, y ellas dos, siendo su propósito evidente usar esta influencia para hacer que la paciente lo aceptara. Cuando, sin embargo, la sugestión fracasó, su pretendiente la sometió a la influencia de la máquina. No solamente ella sino también su madre, sus médicos, sus amistades, todos aquellos que velaban por la felicidad de ella, cayeron bajo la influencia de este diabólico aparato, con el resultado de que los médicos le hicieron un diagnóstico equivocado, alucinándolos el tal aparato en el diagnóstico de otras dolencias que aquellas que la afligían. No pudo entenderse más con sus amistades y parientes, se enemistó con todo el mundo y se sintió obligada a escapar. Fué imposible obtener más detalles de la paciente. En su tercera visita se volvió inaccesible, y sólo afirmaba que el analista estaba también bajo la influencia del aparato, que se había puesto hostil con ella, y que ya no podrían entenderse. Este caso nos da una razón precisa para creer que el aparato de influencia representa un estadio en el desarrollo de un síntoma que puede aparecer también sin alucinación de la máquina y como una alucinación de influencia. La paciente afirma claramente que su perseguidor recurría al aparato solamente cuando fracasaba su tentativa de influírla por sugestión. Cree haber oído hablar previamente del aparato, hecho que no es menos significativo para el psicoanalista. Este vago reconocimiento despertó evidentemente en la paciente antiguas sensaciones familiares que ella había experimentado antes de ser sometida al aparato: esto es análogo al hecho bien conocido de aquellas personas que en estado de apasionamiento tienen la sensación de haber conocido siempre al amado: en realidad están redescubriendo simplemente una antigua imago libidinosa. Oiremos más adelante en qué remoto pasado experimentó por vez primera sensaciones similares a aquéllas causadas por el aparato de influencia. La peculiar construcción de la máquina comprueba en gran parte nuestras aseveraciones, especialmente con respecto al significado de la máquina como una proyección simbólica de sus genitales.

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El aparato representa no sólo los genitales de la paciente, sino, evidentemente, su persona total. En un sentido puramente físico representa una proyección: la proyección del cuerpo de la enferma en el mundo exterior. Por lo menos, los siguientes resultados han sido, sin discusión, obtenidos del relato de la paciente: el aparato se distingue sobre todo por su forma humana, fácilmente reconocible a pesar de muchas características no humanas. En su forma se parece a la enferma misma quien, en la parte correspondiente de su propio cuerpo y de la misma manera siente todos los manipuleos ejecutados en el aparato. Todos los efectos y cambios sufridos en la máquina sientan plaza simultáneamente en el cuerpo de la paciente y viceversa. Así el aparato no tiene genitales desde que la enferma no tiene sensaciones sexuales y el aparato tuvo genitales mientras la enferma era consciente de tales sensaciones. Aplicando a este caso la técnica de la interpretación de los sueños, se puede decir que la inhabilidad de la paciente para suministrar una descripción detallada de la cabeza del aparato, y especialmente su inhabilidad para determinar SI era o no su propia cabeza, prueba concluyentemente que lo era. La persona no reconocida en el sueño es el mismo soñante. En el Sueño de la Clínica (Z) hemos dado un ejemplo en el cual la soñantese caracteriza por no ver la cabeza de la figura del sueño que sin duda representa su propia persona. Un detalle más en la descripción del aparato -a estaba forrada con seda o terciopelo-puede

saber, que la tapa

comprobar esta opinión.

Las

(2) Sueño de la Clínica. Publicado en "Int, Ztschr. f. Psi." Il, 1914, p. 466. La senorita N. sueña: Estoy sentada en -un banco alto en el anfiteatro de cirugía. Abajo están operando a una mujer. Está tendida, pero no puedo ver la cabeza que está vuelta hacia mí, por cuanto parece que los bancos bajos la ocultan. Veo a la mujer, solamente desde el pecho hacia abajo. Veo ambos fémures y un montón de toallas blancas y lienzos. No veo nada más con claridad. El análisis del sueño revela que la soñante se ve en la mujer operada. Algunos días antes de la noche del sueño, la soñante visitó a un médico joven que le hizo requerimientos amorosos. Estaba ella entonces recostada en un canapé. El médico levantó sus faldas y mientras operaba "abajó", el'a percibió arriba el montón de blanca ropa interior. Justamente todo cuanto ella vió de sí misma en esta situación es lo que ve de la mujer' en el sueño, y la cabeza de la mujer permanece invisible para ella de la misma manera como no pudo ver su propia cabeza en la situación real. De acuerdo con Freud, la "mujer sin cabeza", en un sueño representa la madre. La razón básica para esta interpretación no será discutida aquí, pero le daremos una importancia especial en otra parte de este trabajo.

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mujeres describen

frecuentemente

las sensaciones

evo-

cadas por la caricia de su propia piel. El que los intestinos aparezcan con la forma de baterías permite

aquí

por ahora una interpretación

con tales términos

superficial, pero será luego seguida por una más

profunda. Esta interpretación superficial puede compararse con lainformaciónque se da al efecto directa o indirectamente a los escolares de que las vísceras se parecen a una máquina muy complicada. En nuestro caso las tendencias parecen dirigirse hacia una interpretación verbal de este concepto infantil. Se llega a la conclusión

relativa a su ontogenia con la ayuda de la des-

cripción que da la paciente de su aparato de influencia. En un comienzo la paciente informó que los miembros del aparato aparecían en su forma y posición natural. Algunas semanas más tarde, declaró que los miembros estaban dibujados en la tapa. manifestación

de la progresiva

día por consiguiente

deformación

Esta es evidentemente

una

sufrida por el aparato que per-

y al final toda característica

humana y se tornó

un

aparato de influencia típico e ininteligible. En la conciencia de la enferma son primero los genitales, luego los miembros los que se eliminan en este proceso. La paciente, por cierto, es incapaz de informar cómo son suprimidos los genitales. Asegura, sin embargo, que los miembros son suprimidos de la siguiente manera: pierden su forma humana tridimensional y se achatan en un plano bidimensional. No hubiera sido sorprendente si después de un lapso de varias semanas, la paciente declarase que el aparato nunca los poseyó. U na omisión de recordar las etapas del desarrollo del aparato tiene evidentemente el mismo significado que el de olvidar el origen de las imágenes del sueño. No es una conclusión demasiado osada el señalar que la tapa del ataúd del 'cuerpo del aparato es un producto de tales deformaciones sucesivas y que originariamente la paciente misma. La experiencia

psicoanalítica

representó

un ser humano y especialmente

revela los factores causantes

de tales de-

formaciones. Latente en cada deformación de un fenómeno psíquico hay un mecanismo de defensa cuyo propósito es la protección del yo consciente contra la aparición o permanencia de fantasías sin disfraz. La paciente trata evidentemente de no reconocerse en: el aparato de influencia y es así como por propia protección lo despoja de toda forma humana; en una palabra, cuanto menos humana es la apariencia de la alucinación, tanto menos se

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reconoce ella misma en aquélla. Examinaremos este rechazo.

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más adelante el origen de

Cuando el aparato de influencia de la señorita Natalija A. llamó por primera vez mi atención, estaba en una etapa especial de desarrollo; sin embargo tuve la fortuna de observar el aparato en el proceso de evolución correspondiente a los miembros, y también de obtener de la misma enferma observaciones indudables con respecto a los genitales. Supongo que este proceso terminará con la producción del típico aparato de influencia conocido por observaciones clínicas, pero no puedo afirmar que este aparato pasará por todas las etapas de desarrollo hasta su fin. Es muy posible que se detenga en su punto medio, sin proseguir más adelante.

3· Mientras tanto debo dar lugar todavía a una segunda hipótesis sobre la cual sugerencias anteriores pueden haber llamado la atención. Puede tomarse en consideración que no obstante todo lo que se ha dicho anteriormente, el aparato de influencia de la señorita Natalija A. puede ser simplemente una inexplicable excepción a la regla general. La compleja, indescriptible máquina, reconstruída con toda fantasía, descrita e interpretada por otros pacientes, debiera tal vez 'haber sido estudiada y definida antes de ~ue se hubiera intentado una explicación del aparato de influencia de la señoríta N. Por falta de otro material a mano para justificar nuestra hipótesis, excepto la máquina del sueño, comenzaremos con la afirmación de que el aparato de influencia es una proyección

de los genitales de la paciente.

Al presentar esta segunda hipótesis junto con la primera o en reemplazo de ella, me doy cuenta de cuánta indulgencia se le exige al lector. No me sorprendería si un lector severo nos reprochase de ligereza o charlatanería. También yo fuí desagradablemente sorprendido al descubrir que esta segunda hipótesis era probablemente tan válida como la primera, y que en consecuencia las dos se tornaban improbables o sin valor, desde que sus contenidos difieren y cada una conduce a una teoría completamente diferente. Por fortuna otra teoría se insinúa que armoniza inmediatamente con ambas interpretaciones del aparato de influencia. Pero para plantearla tengo que hacer un largo rodeo y podré recién cerca del f!nal de este trabajo redondear esta exposición.

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Debo ahora llamar la atención sobre un síntoma en esquizofrenia que hace algún tiempo denominé pérdida de los límites del yo y que aun hoy denomino así. Este síntoma es la queja de que "todos" conocen los pensamientos del paciente, de que sus pensamientos no están circunvalados en su propia cabeza, sino que están desparramados a través del mundo y que ocurren simultáneamente en la cabeza de todas las personas. El paciente parece no darse ya cuenta de que es una entidad psíquica separada, un yo con límites individuales. Una paciente de dieciséis años de edad en la clínica de Wagner-Jauregg daba rienda suelta a una alegre carcajada cada vez que era interrogada sobre sus pensamientos. En la catamnesis ella declaró que se había reído porque creía que yo estaba bromeando con ella. Pensaba que yo debía estar familiarizado con sus pensamientos, puesto que ocurrían al mismo tiempo en mi cabeza. Estamos familiarizados con esta etapa infantil de pensamiento, en la cual existe una fuerte creencia de que los demás conocen los pensamientos de los niños. Hasta que el niño ha salido airoso de su primera mentira, supone que los padres conocen todo, aun sus más secretos pensamientos. Más tarde, en el caso en que el niño haya sido sorprendido en una mentira, este concepto, reaparece, causado ahora por su sentimiento de culpabilidad. El esfuerzo hacia el derecho de tener secretos de los cuales están excluídos los padres es uno de los factores más poderosos en la formación del yo, especialmente para solidar y realizar su propia voluntad. El estadio de desarrollo observado en el caso que se acaba de citar corresponde a este período en el que el niño no tiene aún el sentimiento del derecho al secreto y en que aun no duda de que los padres y los educadores todo lo saben (3). (3) Esto caería en-el período que precede al éxito de la primera mentira, lo cual ocurre a menudo muy temprano en la infancia. Las mentiras fabricadas en el, primer año de vida no son nada raras, pueden observarse especialmente en niños que se resisten a la regular eliminación de los desperdicios corporales cuando por medio de muecas, gestos y palabras inarticuladas, engañan a la persona a cuyo cuidado están, haciéndoles creer que han tenido una evacuación normal. La educadora que se deja engañar por el niño debe finalmente apelar a la omnisciencia de Dios con el objeto de mantener al niño dentro de los límites de la verdad, cuando éste para obtener placeres prohibidos, comienza a gozar del placer de mentir. Llega bien pronto el momento en que se torna necesario recurrir a la máxima autoridad omnisciente. La introducción del Dios omnisciente en el sistema educacional se vuelve una necesidad, puesto que, de hecho, los niños aprenden a mentir de los padres y personas que los crían, quienes con falsedades y promesas no cumplidas hacen obedecer al niño y le enseñan a disfrazar sus verdaderos propósitos. Para salvaguardar el éxito de la educación, los educadores no pueden sino

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El síntoma "al enfermo le hacen pensamientos", se deduce subsiguientemente de la creencia anterior de que los otros conocen sus pensamientos. Esto debe atribuirse a las impresiones infantiles que se originan en un período más temprano de la vida, en que el niño no conoce nada a través de sus propios esfuerzos, pero obtiene de otros, todos sus conocimientos, como usar sus miembros, su lenguaje, sus pensamientos.

En este período todo es "dado al

niño", todas las alegrías y pesares, y seguramente no es capaz de valorar qué participación tiene él mismo en su ejecución (4). El descubrimiento de que es posible realizar una tarea sin ayuda de otros es saludado por el niño con grandes dosis de sorpresa y excitación. Es probable, por lo tanto, que este síntoma represente una regresión a esta etapa particular de la infancia. Pero este período especial de la infancia presenta un problema: ¿Hasta dónde retrocede la regresión? ¿Qué es lo que causa la formación del yo y sus límites como una reacción hacia el mundo exterior, qué mueve la realización de la individualidad, de uno mismo, como' unidad psíquica distinta? Teóricamente no podemos afirmar que el yo comienza a tomar forma más temprano que en el momento del descubrimiento de objeto. Esto último llega con satisfacción y renunciamiento de impulsos instintivos, y así forma un conocimiento del mundo exterior independiente de los impulsos y deseos infantiles. Es apenas posible que los instintos sexuales tengan una influencia mayor sobre el desarrollo de estos conocimientos que el impulso de ser alimentado. Seguramente, los instintos sexuales tomarán pronto un significado especial que no debe ser menospreciado. Pero por ahora, debiera señalarse que hay un período en que no existen objetos del mundo exterior, es decir, ningún mundo exterior y ningún objeto y por eso no existe el yo, ni la comprensión de que se -tiene un yo. transferir el poder de omnisciencia a Dios, una autoridad que ellos mismos han abandonado. La incomprensible naturaleza de esta deidad impide que sea posible causar en él una decepción. Sin embargo, muchos niños no se someten ni aun a esta autoridad, tientan a Dios, prueban su omnipotencia y omnisciencia y muchos logran desenmascararlo como un fantasma del poder parental destronado, especialmente el paterno. (4) En la discusión de este trabajo en la Sociedad Psicoanalítica de Viena, Freud señaló que el concepto infantil de que otros conocían sus pensamientos tiene sus fuentes en el proceso de aprender a hablar. Porque con el lenguaje el niño recibe al mismo tiempo los pensamientos de los otros, y su opinión de que los otros conocen sus pensamientos parece verdaderamente fundada, así como también la sensación de que los otros le han hecho el lenguaje y con él los pensamientos.

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En este período existen, sin embargo, deseos e impulsos, y se observa una urgencia específica de obtener dominio sobre todo lo que estimule los órganos sensoriales. La etapa de desarrollo que precede a la etapa del descubrimiento de objeto ha sido reconocida como la de identificación. Esto se hizo evidente en el análisis de neuróticos, en quienes la incapacidad para lograr la posesión de objetos de satisfacción, o alcanzar metas de placer, se vió que era debido a su identificación con los objetos. El mismo neurótico representa sencillamente lo que lo atrae en el mundo exterior, no ha encontrado el camino hacia ese mundo, y, por eso, es incapaz de desarrollar un yo adecuado en las relaciones de su vida psíquica (exclusivamente libidinosas). Esta peculiar organización de la libido ha sido denominada narcisistica. La libido en tales casos ha sido dirigida hacia la propia personalidad del neurótico; está fijada a su propio yo y no :1 los objetos del mundo exterior. Observaciones y consideraciones teóricas, especialmente las de Freud, condujeron a la suposición de que este estadio de la libido caracteriza el comienzo de desarrollo psíquico, el período de "falta de objeto", y que, de todos modos, este estadio debe ser considerado como una correlación, si no una causa, de la "falta de objeto". Este estadio de la libido corresponde también al de desarrollo intelectual en el que la persona considera todos los estímulos sensoriales que recibe como endógenos e inmanentes. En esta etapa de desarrollo la psique no percibe aún que existen intervalos de tiempo y espacio entre los objetos de los cuales emanan los estímulos y las respuestas sensoriales. La próxima etapa de desarrollo es entonces la de una proyección del estímulo hacia el mundo exterior y la atribución de este estímulo a objetos distantes, de aquí el estadio de distanciamiento y objetivación del intelecto, y junto con esto la transferencia de libido al descubrimiento, o más bien, a la propia creaciÓn dél mundo exterior. Como salvaguardia de esta realización psíquica, y como una especie de autoridad crítica de objetivación, se desarrolló al mismo tiempo la facultad de distinguir entre objetividad y subjetividad, un conocimiento de realidad que capacita al individuo a re~onocer sus experiencias interiores corno distintas de los estímulos exteriores, en otras palabras, a ver las experiencias internas como internas y no confundirlas con los objetos de respuesta sensorial. Este proceso de desarrollo correlativo es capaz de encontrarse con inhibiciones. Hay inhibiciones del lado intelectual, o como dijimos, del yo cuya arma principal es el intelecto, y hay inhibiciones que surgen de la trans-

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ferencia de la libido en varios estadios de desarrollo, y con resultados

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diver-

sos dependiendo de la relación del yo con la libido. Estos puntos de inhibición son llamados, por Freud, puntos de fijación. En la mayoría de los casos el factor causante de los disturbios del yo, parece apoyarse en lesiones de la libido. Resulta claro así que según la interpretación de Freud la paranoia es una reacción a la homosexualidad reprimida. La prohibición de encontrar un objeto para satisfacer el impulso homosexual, cuyo resultado es una inhibición reconocida

de la transferencia

de la libido

homosexual,

como originada desde el interior y permaneciendo

Esta proyección

debiera

ser

en el interior.

es una medida de defensa del yo contra la libido homosexual

que emerge de la represión con arrebatada fuerza. La inhibición libidinosa lleva a la inhibición intelectual, que puede manifestarse en juicios falsos o en locura.

Un proceso psíquico interno debido a desplazamiento

y proyección

es tomado equivocadamente por externo, y conduce a una "debilidad afectiva del juicio" más o menos marcada, con las reacciones de la psique que esto trae, cuantitativa

y cualitativamente

determinadas

por el proceso mórbido.

Podemos entonces decir que: en el caso de una defectuosa transforma-

ción de la libido el yo se descubre encarando la tarea de dominar un mundo loco, y en consecuencia se conduce insanamente (5). En la neuropsicosis que aparece generalmente a edad avanzada con una historia de previa salud psíquica relativa, pero casi total, no es difícil observar que la enfermedad

del yo es causada por la enfermedad

de la libido.

En estas psicosis, que se insinúan en la primera infancia, en vez de una sucesión temporal en la enfermedad de la libido y del yo podemos suponer en parte una inhibición correlativa del desarrollo.

Uno de los grupos de impul-

sos instintivos no ~e. desarrolla normalmente, y esto corre parejas con una detención de las funciones del otro grupo de impulsos y con un desarrollo simultáneo de reacciones secundarias, que deben mirarse como tentativas de autocuración y de adaptación a los disturbios funcionales por medio de compensaciones y supercompensaciones. Además, ocurren regresiones de parte de las funciones que se desarrollaron normalmente pero que, siempre que en cierto momento de la vida haya una marcada discordancia entre las porciones normales de la psique y las enfermas abandonan su nivel normal, (5) Los casos en que la inhibición concierne principalmente al intelecto deben ser atribuí-

dos a demencia.

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regresan, con el propósito de adaptación,

a los niveles bajos de las funciones

dañadas. Durante este regreso pueden surgir varias formaciones

sintomáticas

temporarias o permanentes de diferentes tipos clínicos; y de ellas se desarrollan todas las formaciones psicóticas mezcladas. La existencia de estos procesos parciales y su gran variedad con respecto a niveles de regresión requieren ser cuidadosamente observados en un momento dado. Al considerar

inhibiciones

de impulsos instintivos debemos tener cons-

tantemente en cuenta que todos los impulsos inhibidos son capaces de ser transformados o descargados como ansiedad, que "en cierto sentido teórico se puede decir que los síntomas se forman un desarrollo

sólo con el objeto de eludir

de ansiedad de otro modo inevitable".

(Freud.)

4, Sabemos

por Freud

que la proyeccion

de la libido

homosexual

en

paranoia debe mirarse como una medida de defensa del yo contra un impulso sexual inoportuno

y socialmente

reprensible

ciente. ¿Es posible mirar la proyección

que presiona desde el incons-

del propio cuerpo en el caso de la seño-

rita Natalija como una situación análoga? Naturalmente, la proyección tendría que secundar

la defensa de aque-

lla libido que corresponde al propio cuerpo de la paciente y que se ha vuelto o demasiado extensa o demasiado inoportuna en sus exigencias para que la paciente pueda tolerarla corno propia. Es también necesario afirmar que esta proyección pertenece solamente a la libido del cuerpo y no a la libido del yo psíquico, y además que la libido del yo psíquico (6) ha faci(6) La proyección de la posición de la libido del yo psíquico produce los síntomas de simple paranoia, cuyo mecanismo fué descubierto por Freud. En lo que sigue no consideraremos el hecho de que la libido del yo es necesariamente homosexual en sus impulsos, esto es, atraída por el sexo cuyo yo representa. Describiremos brevemente sólo un mecanismo, que parece no armonizar con la 'libido objetal y que está probado por la sintomatología de nuestra

paciente, la señorita Natalija. La paciente refiere que: Después de haber rechazado a su pretendiente, ella sintió que él le había sugerido que estrecharan amistad ella y su madre con la cuñada de él, así la paciente sería más dócil a una futura propuesta de su parte. Lo que aquí aparece como sugerencia de parte del pretendiente, no es más, que la proyección de la inclinación inconsciente de la enFerrna a acentar la nropuesta de casamiento. Rechazó la propuesta no sin conflictos internos

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litado la defensa contra la libido corporal porque estaba, por decirlo así; avergonzada de ella. El que un mecanismo de proyección haya sido elegido para el propósito de defensa -un mecanismo que corresponde al primitivo funcionamiento de la psiquis en el proceso de descubrimiento de objetos- nos da la razón para creer que estamos tratando aquí con una posición de la libido que es contemporánea de los comienzos de descubrimiento de objeto intelectual y que se logra o bien por regresión o por la persistencia de un fenómeno vestigial (Freud), que ha sido durante años y hasta el acceso de la enfermedad eficazmente compensado o encubierto. En regresiones, sin embargo, es siempre un esfuerzo para lograr la primitiva posición libidinosa desinhibida. En paranoia, las regresiones alcanzan una etapa cuando la y vaciló entre aceptar o rechazar a su pretendiente. Realizó de hecho el rechazo, mientras que proyectó su inclinación a aceptar la propuesta, en el objeto de sus deseos contradictorios los hizo aparecer como el efecto sensorial de una influencia por parte del objeto, o en otras palabras, como su síntoma. La enferma fué ambivalente con su festejante, y proyectó un lado de su conflicto, el libidinoso positivo, mientras que al actuar manifestaba el lado negativo, el rechazo, porque este proceder estaba de conformidad con su yo. La e'ección, que en este caso tiene por resultado una proyección puede ser en otros lo contrario. Llamo aquí simplemente la atención sobre el mecanismo de proyección parcial de tendencias ambiüalentes, Una contribución especial al tema del mecanismo de proyección, que me hizo también conocer este principio, fué hecha por la doctora Helene Deutsch en su discusión de este trabajo en la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Una paciente esquizofrénica tenía la sensación de que sus amigos dejaban el trabajo cuando ella comenzaba a trabajar y de que ellos se sentaban siempre que ella se ponía de pie; en resumen, que los demás realizaban siempre lo contrario de lo que ella hacía. La paciente sentía esto; no podía verlo porque era ciega. Helene Deutsch vió el síntoma como una proyección de una de las dos tendencias presentes en cada una de las actividades de su paciente, siempre simultáneamente en conflicto las tendencias de la enferma a hacer y las tendencias a no hacer. Esta interpretación fué confirmada por casos presentados por otros ponentes. En esta ocasión Freud propuso la formulación de que es la ambivalencia lo Que hace posible el mecanismo de proyección. Una vez expresada, esta tesis aparece evidente de por sí. Tiene su corolario en otra contención de Freud, a saber, que la ambivalencia produce represión. Esto tiene como natural consecuencia la formulación mencionada, desde que solamente lo que es reprimido es proyectado, en cuanto existen todavía los límites entre lo inconsciente y lo consciente. El problema total proporciona especial justificación al término de B'euler esquizofrenia, y al mismo tiempo corrobora los puntos de vista discutidos' en pág. 549 de "The Psychoanalytic Quarterly", vol. 11, 1933; y pág. 27, "Internationale Zeitschrift Fur Arztliche Psychoanalyse V. ].ahrgang" 1919. Nota al pie. El presente trabajo muestra cómo -si bien inconscienremenre.; he estado demostrando la formulación de Freud.

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elección de objeto homosexual no ha llegado aún bajo la prohibición

del

yo y hay libido homosexual libre que solamente más tarde está sujeta a la represión del mandato de los reclamos culturales del yo. La libido dirigida hacia la persona misma, cuyo yo trata de salir, proyectando naturalmente su propio cuerpo, es característica de un período en que aun estaba libre de conflictos por las exigencias de otros objetos de amor. Este período debe coincidir con la etapa de desarrollo de la psique

en que el descubrimiento de objeto ocurre aún dentro del propio cuerpo del individuo, y cuando este último ve aún su cuerpo como mundo exterior. Estoy intencionalmente diferenciando entre elección de objeto y descubrimiento de objeto. Por el primero entiendo solamente las cargas libidinosas; por el último el conocimiento intelectual de esta carga. Un objeto es descubierto por el intelecto, y elegido por la libido. Estos procesos pueden ocurrir simultáneamente o en secuencia; para mis propósitos deben considerarse como distintos. Entonces se puede demostrar que la proyección del propio cuerpo proviene de aquella etapa del desarrollo en la cual el propio cuerpo es la materia del descubrimiento de objeto. Este debe ser el momento en que el niño va descubriendo su cuerpo, parte por parte, como mundo exterior, y anda todavía a tientas sobre sus manos y sobre sus pies como si fuesen objetos extraños. Es en este momento cuando todo lo que le "ocurre" emana de su propio cuerpo; su psique es el objeto de estímulos, surgiendo de aquél pero que actúan sobre él como si fuesen producidos por objetos exteriores. Estas disjerta membra son más tarde reunidas y sistematizadas en una unidad total, bajo la supervisión de una unidad psíquica que recibe todas las sensaciones -de placer y dolor de estas partes separadas reunidas en un yo. Este proceso se realiza por medio de la identificación con su propio cuerpo. El yo, así descubierto, es cargado con la libido aprovechable; de acuerdo con la naturaleza psíquica del yo, se desarrolla narcisismo; y, de acuerdo con la función de los órganos del individuo como fuentes de placer,

resulta el autoerotismo. Pero si las teorías psicoanalíticas anteriormente

aplicadas son correctas,.

este descubrimiento de objeto dentro de los propios órganos, que solamente por proyección pueden ser mirados como partes del mundo exterior, debe ser precedido por una etapa de identificación, con una posición de la libido

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narcisística (7), y es necesario suponer dos etapas sucesivasde identificación y proyección. La proyección que participó en el descubrimiento de objeto dentro de los propios órganos sería, pues, la segunda fase de la precedente .etapa, aunque la parte que depende de la identificación postulada tiene aún que ser descubierta. Estoy, pues, suponiendo la existencia de estas dos fases sucesivas de identificación y proyección en descubrimiento de objeto y elección de objeto dentro del propio cuerpo. No voy en contra de los conceptos psicoanalíticos al afirmar que el individuo viene a la vida como una unidad orgánica en la cual libido y yo aun no están separados, y toda la libido disponible está relacionada con esa unidad orgánica, que no merece más que la célula el nombre de "yo" (v. g. una organización psíquica de propia protección). En esta situación el individuo es igualmente un ser individual y sexual, realizando simultáneamente el yo y las funciones reproductivas, como la célula que cumple por la sola nutrición (o sea una función análoga a la función del yo) al mismo tiempo sus funciones sexuales, nutriéndose hasta el momento en que se divide en dos. Esta etapa del niño recién nacido es biológica hasta el momento de la concepción, pero debe ser mirada como psicológica desde el momento en que -en una etapa indeterminada de la vida del feto- ocurre cierto desarrollo cerebral. Desde el punto de vista de la libido, podemos decir que el niño recién nacido es un ser sexual. Estoy de acuerdo con la afirmación de Freud de que la primera renunciación dé! individuo es renunciar a la protección del cuerpo de la madre impuesta a la libido y acompañada por aquell~ expresión de ansiedad: el grito del recién nacido. Sin embargo, una vez pasado este primer trauma y si no surge algún disgusto que ponga al niño en choque consigo mismo y con su ambiente, está ya en completa posesión de su libido y no conoce nada del mundo exterior, ni aún de esa parte del mundo que pronto descubrirá dentro de sí rmsrno.

Es esta etapa de identidad la que precede a la primera proyección con (7) Freud ha indicado ya en su trabajo sobre la biografía de Schreber, que la libido en esquizofrenia está situada en una etapa aun anterior al autoerotismo. Yo llego a la misma conclusión por diferente camino, y me tomo la libertad de presentar este hecho como nn1"h~ ele h exactitud de las aseveraciones de Freud,

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el propósito de descubrimiento

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de objeto, dentro del propio cuerpo. Esta

etapa no se efectúa por causa de aquella actividad psíquica que puede llamarse identificación, pero está presente desde el comienzo. N o obstante el resultado es el mismo que en la identidad activamente establecida, absoluta satisfacción de sí mismo, sin vida exterior, y sin objetos. Llamamos a este estadio el del narcisismo innato. En esta condición la libido es dirigida al exterior; primero carga el propio cuerpo del sujeto por vía indirecta de proyección, y vuelve por vía de propio descubrimiento del yo. Mientras tanto, el yo ha sufrido un cambio decisivo bajo la influencia de estas primeras alteraciones psíquicas, que puede llamarse experiencia, y ahora se carga nuevamente de libido. Llamaremos a esto narcisismo adquirido. Este último encuentra una cantidad considerable de narcisismo innato, ya presente, y a quien se le sobrepone. La condición de narcisismo innato permanece durante todo el tiempo normalmente adherida a los órganos y a sus funciones, y está en constante conflicto con las distintas etapas posteriores de desarrollo del yo, las cuales, con la ayuda de la ansiedad y del juicio, ocurren bajo la protección de todas las facultades que gradualmente se adquirieron en el ínterin.

La lucha continúa, al principio, principalmente

en la esfera de las funciones excretoras y en las fuentes autoeróticas de placer, desde que éstas son las esferas que dan origen a las mayores dificultades en las relaciones del individuo con el medio. No obstante, debemos comprender definitivamente que durante toda la vida el yo se desarrolla con constantes cambios en la posesión de la libido narcisista, que el hombre en su lucha por la existencia es constantemente compelido a encontrarse de nuevo y reconocerse a sí mismo, y que la adquisición de narcisismo es inmanente en la cultura y es concebible solamente en las bases de un narcisismo ingénito intacto que sirve como fuente de nutrición y regeneración. Esta constante lucha alrededor de sí mismo, ocurre en diversos grados relacionada con varios impulsos instintivos, concierne a la homo y a la heterosexualidad y a cada componente de libido en diferentes grados yen tiempos distintos, y provoca diversas reacciones, compensaciones, superestructuras y eliminaciones. Estas formaciones psíquicas secundarias entran entonces nuevamente en combinación y producen insolubles relaciones dinámicas, cualitativas, relativas y modales resultando una gran variedad de caracteres, tipos y síntomas patológicos. El desarrollo tanto del yo como de la libidoen cuanto concierne ya aisladamente o bien en su mutua relación puede

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ser fijado o puede dar lugar a metas de regresión en tantos puntos como existan factores de parentesco y de desarrollo primario, secundario, terciario, etc. El problema total se complica más aún por elementos de tiempo y de espacio haciéndose así inaccesible. Supongamos que la proyección del propio cuerpo sea una repetición patológica de aquella etapa psíquica en que el individuo se esforzaba en descubrir su propio cuerpo por medio de proyección. N o sería demasiado decir que así como la proyección en el desarrollo normal primario tuvo éxito, porque la posición de la libido narcisística innata debió ser rechazada bajo el ataque de estímulos exteriores, así también la proyección patológica ocurre porque se ha desarrollado una acumulación de la libido narcisística análoga al narcisismo primario, aunque en este caso anacrónica, regresiva o fijada, pero parecida a él en carácter en cuanto que aisla al individuo del mundo exterior. De aquí que la proyección del propio cuerpo pueda ser mirada como una defensa contra una posición de la libido correspondiente a la terminación de la existencia fetal y al comienzo del desarrollo extrauterino. Freud no ha vacilado en declarar, en sus conferencias que los problemas psicológicos deben ser investigados retrocediendo hasta la vida intrauterina. Estas consideraciones deben ser tomadas como punto de partida para la explicación de varios síntomas esquizofrénicos. ¿No es posible que la catalepsia, flexibilidad cérea, corresponda a una etapa en que el hombre siente sus propios órganos como ajenos, como no perteneciendo a él mismo, y como dominados por una fuerza exterior? Un ejemplo similar es el síntoma de que los propios miembros son movidos por otro. Este síntoma reproduce particularmente bien la situación en la cual el propio cuerpo se vuelve extraño y, por así decir, parte de un mundo exterior dominado por fuerzas externas: ¿No podría, el estupor catató~co, que es un completo rechazo del mundo exterior, representar el retorno al útero materno? ¿No podrían ser estos graves síntomas catatónicos el último refugio de una psique que ha abandonado hasta las funciones más primitivas del yo y se ha refugiado in toto, en la etapa fetal y de lactancia, porque no puede usar, en el estado actual de su libido, ni aún las funciones más simples del yo, aquellas que mantienen la relación con el mundo exterior? El síntoma catatónico, la inmovilidad negativista del esquizofrénico, no es más que una renuncia del mundo exterior expresadaen "lenguaje orgánico". Los "reflejos de la lactan-

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cia", en la etapa final de la parálisis general, no indican también sión al período de lactancia? (8).

tal regre-

La correlación psíquica de flexibilidad cérea y de aquella etapa en que el hombre se ve como una parte del mundo exterior y carece de conciencia de su propia volición y de los límites de su propio yo, es el sentimiento de que cada uno conoce y posee los pensamientos del paciente. En el período repetido aquí patológicamente no hay por supuesto pensamientos, porque hasta los pensamientos son sometidos como se ha señalado antes a los mismos procesos de ser mirados, al principio, como provenientes del mundo exterior antes de ser considerados entre las funciones del yo. Los pensamientos deben ser primero asimilados en la conciencia de la unidad del yo, antes de que puedan ser una función automática del yo, y esto no puede ocurrir antes de que el intelecto haya evolucionado

hacia la etapa de percep-

ciones de la memoria. Freud nos ha enseñado que esto también, es un proceso posterior, y que es precedido por la etapa de alucinaciones de cuadros de la memoria, es decir, una etapa en que las percepciones aparecen realmente en el mundo exterior y no son miradas como ocurrencias internas. Además, esta etapa de percepciones alucinatorias, que representan una especie de objetivación, descubrimiento de objeto y elección de objeto, corresponde

(8) Algunos pacientes se dan realmente cuenta período embrional, esto último sin embargo como paciente me dijo: "Siento que me voy poniendo Ahora tengo 4 años de edad. Después, volveré a vientre de mi madre."

de esta regresion a la lactancia y al una amenaza de nueva enfermedad. Un constantemente más joven y pequeño. mis pañales y luego me meteré en el

La doctora Helene Deutsch, durante la discusión de este trabajo, relató el caso de una mujer esquizofrénica, de 31 años de edad, que se mojaba y ensuciaba en la cama afirmando como justificativo que "ellos hacían' de ell un «bebé»". En la misma oportunidad Freud, refiriéndose especialmente al aparato de influencia de Miss Natalija, y a la relación mutua entre sexualidad y .muerte, llamó la atención sobre el significado del modo de enterrar las momias egipcias. Colocar a la momia en una caja parecida al cuerpo humano sugiere la idea del retomo a la "madre tierra", retomar en la muerte al cuerpo de la madre. La referencia de Freud muestra que, como compensación a la amargura de la muerte, el hombre presupone la felicidad de la existencia en el útero. La fantasía de retomo al útero, es, entonces, atávica, una fantasía preformada y como tal debe agregarse a la "fantasía primaria" postulada por Freud como cuarta fantasía. Esta fantasía aparece sintomáticarnente en la esquizofrenia como la realidad patológica de regresiva desintegridad de la psique. La momia retoma al cuerpo materno por muerte física y el esquizofrénico por muerte psíquica (rnutterleibspbantasie -expresión, si no me equivoco- usada por primera vez por Gustav Grüner).

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también al primer período de la vida. La regresión, por supuesto no ocurre del mismo modo en todos los momentos y relaciones psíquicas. La capacidad de pensamiento en forma de percepciones de la memoria está intacta aún, la libido está degradada ya al período de lactancia y establece ahora una relación con la facultad de pensar que encuentra. Se ha perdido la conciencia de personalidad, y esta pérdida se demuestra en la inhabilidad del paciente para localizar su inventario psíquico intacto. El paciente que declara que sus pensamientos y sentimientos están en las mentes de todo el mundo, declara simplemente, en palabras y conceptos derivados de la reserva de memoria de una etapa posterior de desarrollo, que su libido se encuentra en el período en que aun es idéntica al mundo exterior, en que aun no tiene establecidos los límites del yo contra el mundo exterior, y el enfermo está ahora obligado, por esto, a renunciar a las normales relaciones intelectuales de objeto hasta donde ellas dependen de la regresiva posición de la libido. Estos sentimientos y este modo de expresión dependen de la habilidad psíquica para operar con las percepciones de la memoria. Esta facultad, además, puede sufrir una regresión (9). En este caso el paciente alucina. La libido ha regresado detrás de la etapa de identificación, el intelecto no conoce ya cómo establecer una relación con el mundo exterior, aun por medio de identificación. La psique se aproxima más y más al seno materno. Además, los "cuadros vistos en planos", ¿no podrían representar una etapa de desarrollo del sentido visual aún anterior a la etapa alucinatoria? Los psicólogos afirman que el hombre ve primeramente el plano en las dos dimensiones, antes de percibir 10 tridimensional.

5· He señalado que el descubrimiento' y la elección narcisística de sí mismo se repiten c~n cada nueva adquisición del yo, con el siguiente efecto, que, bajo la guía de conciencia y juicio, cada nueva adquisición es o bien (9) Para una discusión más amplia sobre este asunto, ver FREUD: Metapsychologische Erganzung zur 'Traumlebre, "Int, Ztschr, f. Psa.", IV, 1916-1917(Traducido en Obras completas, IV, 137, 152). Este trabajo apareció mientras el presente estudio estaba en pruebas. Me place poder remitir a los muchos puntos en que concuerdan mis argumentos y los de Freud, de los cuales no tuve conocimiento cuando realicé mi trabajo.

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rechazada, o cargada con libido y atribuída al yo. Llamaremos a este narcisismo, narcisismo psíquico, y lo contrastaremos con el narcisismo orgánico que garantiza en el inconsciente la unidad y funcionamiento

del organismo.

No hay nada nuevo en llamar la atención sobre la gran dependencia de la salud física, y aún de la vida misma, a lo que se llama amor a la vida, o en la advertencia de que uno puede realmente morir de "angustia" y que, como menciona Ostwald en su libro Great men. (Grandes hombres), profesores universitarios jubilados mueren poco después de haber cumplido sus tareas, aunque hayan gozado previamente de buena salud. No mueren por avanzada edad, pero sí porque han perdido el amor a la vida cuando ya no pueden cumplir con las tareas que han amado. Freud habla de un famoso músico que sucumbió a su enfermedad porque había interrumpido su trabajo creador. Debemos afirmar que la libido fluye a través del cuerpo entero, tal vez como una sustancia (puntos de vista de Freud), y que la integridad del organismo se realiza por un tono de la libido, la oscilación del cual corresponde a la oscilación del narcisismo psíquico y a la libido de objeto (lO). De este tono depende la resistencia a la enfermedad y a la muerte.

El

amor a la vida ha salvado a muchos hombres desahuciados por los médicos por incurables. Siempre que ocurra un estancamiento de narcisismo orgánico en un ór(10) La enfermedad, cuyo mecanismo consiste en la desintegración del narcisismo psíquico, en la renunciación de amor al yo psíquico: es la melancolía. Ella es en cultura pura, el paradigma de la dependencia de lo orgánico al narcisismo psíquico. La separación de libido del yo psíquico, es decir, el rechazo y conde nación de la misan d'étre de la persona psíquica, la tendencia a la propia destrucción física. Aquí ocurre una separación consecutiva de la libido de aquellos órganos que garantizan el funcionamiento y el valor de la individualidad física, u~:i separación por medio de la cual la función de los órganos es dañada o desahuciada. De aquí la pérdida de apetito, constipación, cese de la menstruación, pérdida de potencia, todo como resultado de mecanismos inconscientes. Este fracaso de funciones proviene de la destrucción de las respectivas posiciones orgánicas de la libido que son esencialmente vegetativas, es decir, inconscientes; así es como se diferencian estrictamente de lo consciente, una deliberada tendencia suicida expresada en el rechazo de alimentación oen actividades hostiles a la vida. La melancolía es la psicosis de persecución sin proyección; su estructura es debida a un mecanismo específico de identificación (más material sobre este punto en mi trabajo Diagnosticbe Erorterungen auf Grund der Zustandsbilder der sogen. "Kriegspsychosen Wiener medo Wochenschrift", NI;> 37 y 38, 1916. Mientras este trabajo estaba en pruebas, apareció el estudio de Freud T'rauer und Melancbolie, Heft 6, ]ahrgang IV, 1916-17 International Zeitschrift, traducido en Obras completas, 15'2'173, al que me refiero en esta relación).

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gano dado elegido como sitio de predilección (11), podría ocurrir una conciencia de relaciones de órgano y de funciones orgánicas que en la vida normal están relegadas a un papel inconsciente y vegetativo. Análogamente, objetos cargados de narcisismo psíquico y objetos de amor surgen a la consciencia cuando la carga ha alcanzado un grado suficiente de fuerza. Este estancamiento de la libido dirige su atención al órgano y proporciona a la consciencia la transformación del órgano o de sus funciones, es decir, la sensación de cambio. Este es el mecanismo descrito por Freud como hipocondría. Este estancamiento de libido es seguido por alejamiento del yo del órgano o de sus funciones patológicamente sobrecargadas de libido, es decir, de extrañamiento (12). (11) Esto

involucra los principios freudianos de la erogencidad de los órganos, esto es,

de las zonas erógenas, (12) El doctor Otto Pórzl sugirió en cierta ocasion -no recuerdo si fué en conexron con una tesis propia o como apéndice a teorías de otros- que la inmovilidad catatónica es una expresión de la incapacidad del paciente para ordenar sus impulsos motores desintegrados por la separación de su volición en elementos agónicos y antagónicos, de suerte que una acción determinada puede nuevamente ejecutarse. En el cuento de Meyrinck, Der Fluch der Krote (El maleficio del sapo), el ciempiés es incapaz de mover un miembro en el momento en que concentra su atención en la actividad de alguna de sus cien patas. La concepción de Pótzl armoniza con la teoría psicoanalítica en que la libido narcisística regresiva sufre una división patológica en la carga de las funciones individuales de la psique y de los órganos, de suerte que las porciones agónicas y antagónicas del antitético par de fuerzas, dirigidas inteucionalmen:e, son traídas al alcance de la atención por la perturbación del equilibrio entre sus respectiuas cantidades de libido y son privadas de funcionamiento automático. Este sería un caso especial de hipocondría y extrañamiento relacionado a los antitéticos pares de fuerzas con sus respectivas consecuencias específicas. La opinión de Pótzl no contradice la afirmación de que el mundo exterior puede ser eliminado como consecuencia de la libido narcisística regresiva, sino permite realmente la aplicación de la teoría de la hipocondría para otros puntos especiales en la formación psicofísica del hombre. El concepto de Pótzl sugiere aún la hipótesis de que hubo en la vida del hombre un período no del todo definidarnente determinable, es verdad, y tal vez solo potencial y en el cual la actividad del par de fuerzas antagónico todavía no era automática y debió ser descubierta y aprendida por la persona misma como si fuese por una del exterior. Este período puede muy bien estar presente en la onrogenia sólo como un "engrama" de etapas filogenéticas que comprende el origen de los ahora complejos órganos motores desde las formas más simples. La regresión en esquizofrenia sería entonces atribuíble a aquellos "engramas" de la era más antigua de la especie, y la teoría demandaría que aquellos restos filogenéticos de función retuviesen su capacidad de reactivación. No debemos retroceder ante esta hipótesis. Nos provee una posibilidad más amplia en la investigación de problemas en esquizofrenia: es posible que esta rara enfermedad consista precisamente en esto, que los vestigios

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Esto debe ser considerado como una medida de defensa contra la ansiedad asociada con hipocondría. La sensación de extrañamiento es una defensa contra la carga libidinosa, no importa si concierne a objetos del mundo exterior, al propio cuerpo o a sus partes. Por supuesto, el extrañamiento no anula la inconsciente posición de la libido. El extrañamiento no es una destrucción, sino simplemente una negación de la carga patológica, es una instancia de las tácticas de avestruz del yo, que puede muy fácilmente ser reducida ad absurdum, y suplantada por otras medidas o por medidas de defensa más efectivas. Cuando, en paranoia, la sensación de extrañamiento no proporciona ya protección, el impulso libidinoso para con el objeto homosexual es proyectado hacia este último y aparece por un cambio de dirección como agresión hacia el objeto amante (el mismo paciente) en la forma de persecución. Los extraños son ahora enemigos. La enemistad es una nueva y más enérgica tentativa de protección contra la libido inconsciente rechazada. La libido narcisística de los órganos, en la esquizofrenia, sufre una transformación similar. El órgano extrañado, en nuestro caso, el cuerpo entero, aparece como un enemigo exterior, como una máquina empleada para dañar al enfermo. Nos sentimos, entonces, compelidos a distinguir tres etapas principales en la historia de la "máquina de influencia": 1) La sensación de cambio interno producida por estancamiento de libido dentro de un órgano dado (hipocondría). 2) La sensacién de extrañamiento producida por rechazo del yo hacia el órgano enfermo, por medio del cual el órgano y sus funciones patológicamente alterados son por así decir. negados y eliminados como algo ajeno a la totalidad o a parte de los órganos sanos y a las funciones aceptados por el yo. filogenéticos de función conserven en algunos individuos una capacidad extraordinaria para ser reactivados. El psicoanálisis tiene que dar paso a este concepto desde que en muchos casos ha descubierto ya las raíces de los síntomas en la historia de las especies. De esto, tal vez sea posible por vía ontogénica proceder a la explicación de las misteriosas "corrientes eléctricas" de 'que se quejan los pacientes. Esta parestesia puede haber sido alguna vez una sensación que acompañó a la primera función de los nervios y de los músculos. Es tal vez una reminiscencia de la sensación del cuerpo del recién nacido que entra al aire extraño del mundo exterior, o a las primeras prendas de vestir que lo reemplazan, fuera de la protección confortable del vientre de la madre. La primera cama en que se acuesta, es tal vez la que viene a la consciencia del paciente cuando se siente, mientras está acostado, electrizado por alambres invisibles.

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3) La sensación de persecución (paranoia somática), que surge del cambio patológico proyectado hacia el mundo exterior. a) por atribuir el cambio a un poder hostil exterior; b) por la construcción de la máquina de influencia como la suma de parte o de la totalidad de los órganos patológicamente alterados (el cuerpo entero) proyectado al exterior. Es posible que entre estos órganos sean los genitales los que tengan la prioridad en esta proyección. L:J.suposición de un estancamiento de libido' dentro de órganos determinados en el sentido fisiológico de la palabra debiera ser muy seriamente considerada. En la base de esta suposición las hinchazones pasajeras de los órganos, observadas a menudo en esquizofrenia, sin inflamación y sin edema actual, pueden ser interpretadas como equivalentes de erección, producidas como erección del pene y del clítoris por una inundación de secreción, resultado de una carga libidinosa de los órganos (13). 6. No debe sorprender que el aparato hostil sea manejado por personas que para un observador objetivo no pueden aparecer sino como objetos de amor, pretendientes, amantes, médicos. Todas estas personas sirven a la sensualidad, al cuerpo y reclaman para sí mismas una transferencia de libido. Esto es lo que ocurre realmente en situaciones normales. Pero la libido (13) Hace algunos años Fauser, en Stuttgart presentó un informe en el cual decía que en los pacientes afectados de d'emencia precoz, se podría comprobar por medio del método dialítico de Alberhalden una inundación de "secreciones sexuales" en la sangre. Este informe de ser cierto, sería'un sólido sostén desde el punto de vista organológico a nuestra hipótesis

de interpretación psicológica. Nuevos e importantes descubrimientos con respecto a¡ esto deben esperarse de los experimentos de Steinach. Cuando el presente trabajo estuvo terminado apareció en el "MünchenerMediz. Wochenschrift", N9 6, en 1918 bajo el título Umstimmungen der Homosexualitar durcb Austausch der Pubertdtsdriisen ("Transformaciones de la homosexualidad por cambio de las glándulas de la pubertad"), un artículo muy interesante .y significativo de Steinach y Lichtenstern que confirmó una parte de estas suposiciones. Después de la terminación de este trabajo apareció también en el "Internationale Zeitschrift f. arztl. Psa. Heft", 5, vol. IV, 1917, un artículo de S. Ferenzi: Von Krankbeits-und Patboneurosen ("Enfermedad' o Pathoneurosis", en Nuevas aportaciones a la teoría y técnica del Psicoanálisis, pp. 78-89, Londres, 1926) en el cual la suposición de la carga libidinosa de' los órganos del individuo en el sentido descripto parece ser aplicad'a con éxito notable.

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narcisística, toda vez que esté demasiado fuertemente

fijada, debe mirar

al reclamo de transferencia como algo hostil, y al objeto que provoca esta transferencia, como a un enemigo. Es de notarse, sin embargo, que otro grupo de objetos de amor -la madre, el médico actual del paciente, amigos cercanos de la familia- no cuentan entre los perseguidores del paciente pero sí entre los perseguidos, compelidos a compartir su destino de estar sometidos a la máquina de influencia. En contraste con la paranoia, el perseguido y no los perseguidores están sistematizados en conspiración pasiva. De este fenómeno pueden ensayarse las siguientes explicaciones: Lo primero que se nota es que los perseguidores son personas que viven a cierta distancia del paciente, mientras que el perseguido corresponde al círculo más cercano de conocidos e -incluyendo a los médicos que son amigos del padre y por tanto pertenecen a la familiaespecie de familia constantemente

presente.

representan una

Ahora, los miembros de la fa-

milia son aquellos objetos de amor que por su presencia en el comienzo en la vida del paciente están sometidos por identificación a la elección narcisística del objeto. Con esas personas nuestra paciente aplica todavía esta forma de elección de objeto en cuanto los somete a su propio destino, identificándose con ellos. Normalmente, el pedido de transferencia de libido con respecto a miembros de la familia no es sentido sino como requiriendo la salvación de cualquier gran distancia, o como algún sacrificio considerable de narcisismo. Al establecer una identificación con estas personas, la paciente sigue un camino bien trillado, que su narcisismo no cree tan peligroso como para forzarla a rebelarse contra la carga de estos objetos y mirarlos como hostiles. Es diferente con amantes y festejantes. Estos amenazan en grado muy- considerable la posición narcisística con su exigencia de libido de objeto y son, por tanto, rechazados como enemigos. El hecho de que estas personas estén especialmente distantes actúa en la libido como excitador de una sensación de distancia. La transferencia de libido por distancia, es sentida como una exigencia extraordinariamente fuerte para el reconocimiento de una posición de objeto, como una exigencia de propia negación. Esto se refiere también a condiciones normales. Distancias espaciales separando los seres amados amenazan la libido de objeto, inducen también a la gente a volver la libido hacia sí mismo y abandonar al objeto. Tener que amar a distancia es una tarea difícil, ejecutada solamente de mala gana.

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Nuestra paciente, sin embargo, no puede renunciar simplemente a sus objetos de amor en forma normal, porque no ha hecho una carga normal de ellos. Con aquellos que exigen mucho de ella puede reaccionar solamente con el mecanismo paranoico, con aquellos que exigen menos, reacciona solamente con identificación. No puedo explicarme por qué los perseguidores que manipulan el apa'rato de influencia son, según mis observaciones, exclusivamente del sexo masculino. Esto puede deberse a observación defectuosa o al material casual que se me presentó. Nuevas investigaciones deben aclarar este punto. Sin embargo, el que objetos heterosexuales, puedan aparecer como perseguidores en contradicción con la teoría de Freud de la génesis exclusivamente homosexual de la paranoia, puede ser -sin estar en contradicción con Freud- explicado por el hecho de que la máquina de influencia corresponde a una etapa psíquica regresiva en la cual la distinción importante no está entre los sexos, pero sí entre libido narcisística y libido de objeto, y cada objeto que exige transferencia de libido es mirado como hostil, prescindiendo de su sexo.

7· Después de esta larga digresión -que, espero, no será mirada como superflua- podemos retornar a la cuestión de si la máquina de influencia común, clínicamente familiar, puede, en su forma típica, ser una proyección del cuerpo de la paciente, como lo fué en el caso de la señorita Natalija. Pienso que la respuesta no debiera ser difícil de encontrar. Si no deseamos dar por sentado que la máquina ha sido establecida por sucesivas sustituciones, de las partes del cuadro del propio cuerpo (Wie Fuchsaus alopex) e insistimos' que la máquina representa los genitales -de acuerdo ton la experiencia del sueño de máquinapara explicar el típico aparato de influencia, en su forma de máquina, podremos sacar beneficio de las siguientes consideraciones: La regresión de la libido a la primitiva etapa infantil determina la retransformación de la libido genitalmente centralizada, mientras tanto, dentro de la etapa pregenital, en la cual el cuerpo entero es una zona libidinosa: un genital. Tales fantasías se encuentran también en casos de neurosis infantil extremadamente sexual, de carga fuertemente narcisística. Yo mismo he observado tales casos. La fantasía se origina en el complejo intrauterino

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--cuerpo de la madre- y tiene comúnmente el contenido del deseo del hombre de deslizarse completamente dentro de los genitales de los cuales procede, negándose a la conformidad de una satisfacción menor. El individuo total es en este caso un pene. Además, la vía de identificación con el padre --'el pene del padre- está sobredeterminada en la formación de los síntomas del paciente varón. El síntoma se concibe también como regresión a una etapa de difusa libido orgánica narcisística y está en la 'mayoría de los casos asociadacon impotencia genital. El genital es entonces abandonado (14). La misma situación se manifiesta en la falta de genitales en el aparato de influencia de la señorita N. La fantasía intrauterina y la identificación (15) con la madre encuentra probablemente expresión en la tapa del tronco en forma de bóveda que tal vez representa a la madre de la paciente durante el embarazo. Las baterías incluidas son tal vez el niño, que es la paciente misma. El hecho de que el mno sea equiparado con las baterías, esto es, con una máquina, presta un apoyo más a la suposición de que la persona se siente como un genital, y ello es tanto más porque la falta de genitales de la máquina significa lo pregenital, en cierto sentido, una etapa no genital. La construcción del aparato de influencia en forma de máquina representa, por tanto, una proyección del cuerpo entero, ahora totalmente un genital. El hecho de que la máquina en los sueños no es más que una representación de los genitales elevada a primacía de ninguna manera contradice (14) Este abandono de los genitales es sentido por el varón esquizofrénico como una pérdida de' virilidad, que es "sacada" de él, o bien como una transformación directa en mujer, correspondiendo' a la representación de los niños varones, de .que existe solamente una clase de genitales, es decir, los propios, y que los de las mujeres son el resultado de la castración y representan en realidad una pérdida de los genitales. El complejo de castración se combina a menudo con la identificación infantil de semen con orina, resultado del erotismo uretral. He observado un ataque de ansiedad de castración mientras se cateterizaba 11 un esquizofrénico que rehusaba vaciar su vejiga. Sostenía de que yo realizaba el coito con él por medio del catéter y de que yo lo vaciaba de todo su semen. De aquí que su retención de orina aparecía como un rechazo a ceder semen, representando su virilidad'. El jugar con excrementos se explica por el arraigado concepto narcisista de que las heces y la orina son partes del cuerpo. La coprofagia no está inhibida porque piensan que los excrementos no son nada más que el cuerpo del cual proceden. (15) La prueba de esta identificación derivada d'el lenguaje simbólico ha sido ya dada en el sueño de "la mujer sin cabeza", nota al pie, página 501.

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la posibilidad de que es en esquizofrenia un símbolo del cuerpo entero concebido como genital, y por tanto una representación de la época pregenital. La 'paciente no ha perdido el material de representación de su vida pasada. El cuadro de los genitales como representación

de sexualidad ha

sido conservado en el aparato psíquico. Es, por lo tanto, usado como medio de representación, un modo de expresión, un lenguaje en el cual se comunican los fenómenos existentes anteriores a este medio de expresión. Aquí el genital es solamente un símbolo de una sexualidad más antigua que el simbolismo y que ningún otro medio de expresión social. El cuadro, entonces, es en el lenguaje del último período genital nada más que: "Yo soy totalmente sexualidad."

Pero el contenido

es: "Yo soy totalmente un genital."

Este criterio tiene por supuesto que ser traducido

a un lenguaje adaptado

a las condiciones de la libido actual. Es posible que el aparato de influencia común en forma de máquina deba su existencia simplemente al hecho de que sus tempranas etapas no se formaron gradualmente, porque el proceso patológico se aferra precipitadamente a remotas fases de la existencia. Es también posible que las tempranas etapas no fueran notadas por los observadores ni referidas por el paciente, o no reconocidas y valoradas como etapas tempranas. Así es como la ciencia ha perdido la conexión entre el aparato de influencia de la señorita Natalija y la máquina de influencia común. Pero la contradicción entre los dos conceptos: por una parte, que el aparato de influencia en forma de máquina originado a través de sucesivas distorsiones de ese aparato que representa la proyección del cuerpo, y por otra parte, que la forma de máquina del aparato de influencia representa, como la máquina e.n el sueño, una proyección de los genitales, está ahora abolida. La evolución por distorsión del aparato humano en una máquina es una proyección que corresponde al desarrollo del proceso patológico que convierte al yo en un ser sexual difuso, o --expresadd en el lenguaje del período genital- en un genital, una máquina independiente de los propósitos del yo y subordinada a una voluntad ajena (l6). No está ya subordinada a la volun(16) Verdaderamente, las máquinas producidas por el ingenio del hombre y creadas a imagen de éste son proyecciones inconscientes de la estructura de su cuerpo. El ingenio del hombre parece ser incapaz de librarse de sus relaciones con el inconsciente. (Ver HANNS SACHS: El retraso del maquinismo en "Revista de Psicoanálisis", año n, 1944.

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