SOBRE CIERTOS SISTEMAS DE ECUACIONES LINEALES Y SUS DETERMINANTES

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tÍMs¡imiMái¿iíiLliíúfáL.

08, solurá publi, a juicio las cueadecisión,

ifactoria-

SOBRE

gero que espécim-

CIERTOS

SISTEMAS

DE

ECUACIONES

LINEALES Y SUS DETERMINANTES

en hojas señalarse idioa que

1. — La resolución de un sistema de ecuaciones lineales con igual número de incógnitas es bien conocida. Sin embargo es interesante estudiar algunos tipos particulares que se presentan frecuentemente en las aplicaciones de física y de ingeniería, en los cuales se pueden dar condiciones simples para asegurar la solubilidad, determinar los signos de las soluciones y calcular éstas por aproximaciones sucesivas. Cuando un sistema tiene una sola solución lo llamaremos determinado, teniendo en cuenta, si es homogéneo, la solución nula. En cualquier otro caso diremos que no es determinado, pudiendo ser indeterminado o incompatible. Vamos a dar en primer término algunos criterios para reconocer si es determinado un sistema de la forma

3 la cual itamente las, dáne compa-

Jág 129

»

J^aaXi = bi

{i,l = 1,2, . ..,m) ,

t

142

[1]

cuyos coeficientes verifican las desigualdades »

148

»

155

o,í 4: O, |a»|s2]|a«l

»

161

»

162

»

182

»

184

[2] (i=f=¿)-

[3]

Como la propiedad no depende de los términos 6,- podemos limitarnos a considerar el sistema J^aaXi = O.

[4]

Designemos con (Çi, Ç2, . . . , Ç^) una de las soluciones y supongamos I i-I £ I ÇA I (j = 1 , 2 , . . . , m ) . [5] 129

-:'-r~Trr^y'-t'!'',;;"\ vj."' .'•'

,/l.

~;-'Vi-r";'-''-T-

-•^w^'^rr^rrr^nn

— 130 — De a^h ^h = — 2 ] «Aj ?y se deduce I a,H ?ft ! ^ 2 ; I aw ?; I ¿ U * I X 1 «W 1

(i + h).

[6]

2. — Si en [3] estó excluida la igualdad el sistema es determinado. Basta probar que [4] sólo admite la solución nula. Si hubiera otra, seria Ç^ =1= O y. de [6] resultaría | a^^ | ^^ S | a^y |, en tanto que por hipótesis debe ser | a^^ ] > S | a^j[. El resultado puede enunciarse a£Í:

Un determinante cuyas jilas

satisfacen L· condición

«.í I > 2] I aa I

(i + i),

[7]

es distinto de cero Q-). Veremos más adelante (§8) que en el caso particular de elementos reales y a^^ > O el determinante es positivo, lo que generaliza un teorema de LUCIEN LÉVY según el cual un determinante con a.-i < O ,

a,y > O ,

I ttii I > 2 ] aa

{j if: i)

i

es positivo o negativo según que sea m par o impar C). 3. — Diremos que el sistema es simple cuando no contiene como parte propia otro sistema con tantas ecuaciones como incógnitas. Para que el sistema, supuesto simple, sea determinado, es sufidente que alguna de sus ecuaciones satisfaga la condición [7]. Basta probar que [4] sólo admite la solución nula. Si hubiera otra, sería | a^^^ | ^^ S | a^y | por la^ razones adelantadas en el § 2. Luego, por [3], ^hh 1 I ay I. Pero esta igualdad sólo es compatible con ^hh^h

— 21 "V ^J

(-^ * ^^

Q) Reemplazando o^ por o,¡ — S e igualando el determinante a cero, se tiene una ecuación en S que desempeña un importante papel en diversas teorías. El teorema permite acotar sus raíces, pues éstas deberán verificar algunas de las Ü 4= í), de donde desigualdades |OÍ, •81 „ ! >

•V2x

yf2^

n

2

Raramente la demostración de esta fórmula se encuentra en los tratados elementales de cálculo por la razón que de las muchas demostraciones que se poseen las unas, con resultados aun más completos, se vinculan con teorías analíticas más elevadas, otras más elementales exigen sin embargo algunos cálculos y algunos conocimientos sobre series (^). Nos proponemos ofrecer algunas consideraciones del todo elementales que llevan, si no a esta misma fórmula, a otras prácticamente equivalentes, dando a continuación alguna interesante aplicación de las mismas ('). Se sabe que, para cualquier k fijo, que en lo sucesivo supondremos positivo. lím

n + 1 Y+i'

= e.

(*) Véase, por ej., PIKCHBKLE : Gli elementi della teoria deUe funzioni analitiche, Cap. XVIII (Bologna — ZanicheUi, 1932), donde la fórmula se vincula a laa funciones eulerianas; GOUBSAT: Cours d'Analyse, T. I, donde la fórmula se obtiene por una transformación de integrales; CESABO, Corso d'analisi algébrica (Torino — Bocea, 1894), donde se utilizan algunos simples cálculos con la serie logarítmica. Un cálculo muy parecido se encuentra también en H. C. PLUMMER: ProbabiUty and freguency, London, Macmñlan,. 1940. Ver también B. LEVI: Anàlisi algébrica e infinitesimale, Cap. XIII (Bologna, Zanichelli, 1937). ('') Tampoco pretendemos que, por su naturaleza elemental, las mismas o análogas consideraciones no se encuentren ya en la bibliografía que no está en nuestro conocimiento, ni creemos, por la misma razón, merezca el argumento una búsqueda bibliográfica más detenida.

' ^ • . ,

— 149 — Con mayor precisión notamos que

n+ 1

1 n

. gn + k

_

2fc

6fc« J _1 - ( - . . . DK'-

1

6 (n, + ^^'

~ 2(n + ky

Evidentemente, al menos para grando* valores de n, esta serie tiene el signo del primer término no nulo y ví^^rece en valor absoluto al crecer n; por lo tanto: , . , , ,^

l±l-\

•'

al

Para valores bastante grandes de n la ^ví^'^**"" \ n j ' crecer n, tiende monótonamente a e, decreci(^'^ sí fc 2; y , j / creciendo 1

SI k < -^ .

Consideremos ahora la razón

(n +

1) !

(n + 1) n+l+k

. n! ' íin+*

^ /



\"+*

[1]

^« + 1 /

por lo dicho será > e-'

para

< e-

A; < jfc a

En otros términos: Para

k < —• ,

(w + 1) ! (w + l)"+H-fc

n" . ( . *

luego, por recurrència, (n + iV) !

Para

7/ I

fes—,

(n + 1) !

n! , < e-' ; luego (n + l)n + H-Í! ^n+*

(u Cj¿ n*'—*. 71"+*

Al tender n a oo los segundos miembros de [3'] y [3"] tienden respectivamente a O y oo. 1 n + -i3. — Para A; = — sabemos solamente que n ! e" : n 2 tiende ¿t

a un límite que podría ser finito o 0. La fórmula de STIKLING enimciada al principio dice que este límite es -^ 2 x y es claro que tal valor no puede obtenerse por consideraciones tan elementales como las anteriores. Pero, una vez que sabemos que el límite existe, podremos determinarlo teniendo en cuenta la fórmula de WALLIS, siendo las dos afirmaciones del todo equivalentes (O- Esta fórmula dice en efecto que 24n+l„J4 lím n - * . - ( 2 n ) ! H 2 n + 1)

[4]

Pongamos por brevedad n\ e"

Ç (n) , í = lím Ç (n);

sustituyendo en [4] n! = Ç (n) e - n n n + è , ( 2 n ) ! = ip (2 n) e-2n (271)2»+ \ ^ se tiene X = lím

i^-^h además estos dos ángulos tienen misma bisectriz. Resulta que si si sobre los segmentos MN y LP se describen arcos capaces de los dichos ángulos bastará unir los puntos medios de los arcos que completan las respectivas circunferencias; la recta obtenida cortará ulteriormente la circunferencia sobre MN en el correspondiente vértice del polígono y la circunferencia sobre LS en el punto común a las prolongaciones de los lados por L y P. Sin embargo es necesario agregar las observaciones siguientes: i» Al desplazarse los puntos LMNP sobre los lados respectivos puede ocurrir que, en sentido estricto, los ángulos considerados se transformen en sus suplementarios; por esta razón dijimos de cortar las circunferencias y no los arcos. 2° Sobre cada uno de los segmentos MN, LP pueden trazarse dos arcos capaces de los ángulos respectivos; combinándolos dos a dos se obtendrían 4 casos; pero es fácil ver que dos de estas combinaciones no resueleven el problema porque, elegido el arco sobre MN, habrá siempre que elegir el arco sobre LP en modo que los sentidos MN y LP determinen sobre las curvas cerradas formadas por ellos y los arcos respectivos

— 156 — el mismo sentido de rotación (}). A este respecto una consideración particular merecen los casos de n = 5 y n = 4 en los que 11

j

"•esulta negativo; para dar sentido geométrico a la construcción tendrá que sustituirse este ángulo por su valor absoluto, pero los sentidos de rotación pasarán a sei inversos. 2. — Vamos a resolver ahora el problema desde el punto de vista analítico discutiendo las condiciones de posibilidad en el sentido restringido, es decir, para que pueda encontrarse un polígono tal que los puntos dados sean efectivamente interiores a 4 lados consecutivos en un orden prefijado. Consideraremos el caso del exágono; para cualquier otro valor de n podrá repetirse, salvo sencillas modificaciones, un razonamiento análogo. Suponiendo por el momento conocido el polígono que resuelve el problema introduzcamos un sistema de ejes cartesianos ortogonales auxiliares, que llamamos {x'y'), del siguiente modo: se toma el eje de abscisas congruente con uno de los lados del exágono y como origen se toma el punto (dado) que se supone contenido en dicho lado. El sentido de los ejes se puede elegir de tal modo que los tres puntos restantes dados tengan ordenada positiva y por lo menos dos de ellos abscisa positiva o nula. Denominamos con Pi el punto coincidente con el origen y con Pt, Ps y Pt los restantes de tal modo que 2/2' < yz' < yi'.

[1]

Entonces las ecuaciones de las rectas coincidentes con los lados que pasan respectivamente por los puntos Pi, P2, Pa y Pi son y' = 0 ,

y ' - 2/3' = - V ^ ix' — xz'),

y' — 2/2' = V T ix' — x,'),

y' — y/ = 0.

^^,

0) Puede reconocerse este hecho observando primero que (por lo menos para n > 6, en consecuencia de la observación que sigue) la regla vale cuando los puntos LMNP son internos a los lados respectivos; si luego se hacen desplazar estos puntos, cada uno sobre la recta que le corresponde, se ve que un cambio en el sentido de rotación podría eventualmente ocurrir sólo cuando uno de los puntos atraviesa el vértice del ángulo considerado; pero una compensación se reahza entonces porque el vértice pasa entonces del arco capaz de cierto ángulo al arco que con él completa la circunferencia. -;

— 157 — Los vértices del exágono se obtendrán como puntos do intersección de esas rectas Qi s

V3 X2'

•2/2

^[^ jx,'+ X2')_+yz'— y^' . ^[ï'jxz'-x^') + y,^J^. y^' [3] 2^¡^ ' 2 "• Q3 -

^ITx3' + ys' — yi'

VT

y*

Para que los lados Qi Q2 y Q2 Qs sean iguales bastará {\\\y, i^ ordenada de Qi sea igual a y/ :2 o sea V 3 (xs' — Xa') + y,' + yi' = 2/4',

[4]

con lo que las expresiones [3] se transforman en r

/ V T x / —2/2' Qi

VT

Q _ / V 3 ' ( x 3 ' + x/)_+"-' 2/3 — \ 2V3 Q3-

2/2

[5]

2

V 3 Xa' — y/ 2/4'

L

• ) •

Observamos además que el lado del exágono vale evidi^nltunente y* ^no k = ^^•. sen 60° 2

2/4'

ATS"

[6]

Ahora bien, hasta aquí hemos razonado con un siatt^mn, de ejes coordenados no completamente determinado puesto qut\ «i bien el origen coincide con el punto Pi, su orientación dep(\H(|,\ del exágono que se trata de construir. Para determinar éstii, y por lo tanto resolver el problema, imaginemos otro sistema do ,,jgg ortogonales (x y) tal que su origen coincida con Pi pero su ojo. de abscisas pase por P2, de Pi hacia P2, y el eje de ordenadHa dirigido

— 158 — hacia el lado de Ps. Siempre en la hipótesis de que la solución exista se tendrá evidentemente {X2, X3, 2/3, Vi) > O

2/2=0

X4 ^ O

2/3 < 2/4 •

[7]

Además la recta X3

X

y — yt

Xi

X3

y* —y 3

que pasa por los puntos P3 y í*4, cortará al eje x en un punto de abscisa mayor que x^; se encuentra fácilmente que dicha condición se expresa por Xi (2/4 ^

ys)
/3

xs' < 0.

A estas condiciones, que están referidas a un sistema de ejes cuya determinación depende todavía de la construcción del polígono buscado, nos proponemos darles una forma que dependa preferentemente de los datos del problema y posiblemente invariante, es decir, que no dependa del sistema de ejes elegidos. Desarrollando las expresiones [10] y transformándolas mediante [8] se obtiene [2/4 —"\r3"(2 Xi + x^)\ sen a . eos a + [S 0:2 — V 3 2/4] eos'' a + + {xi + 0:4) sen'' a < O ^j^j W^

{Xí — 2:3) — 2/3] eos a + \\fz yt + X2 — 0:3] sen a < O

Ahora bien, hemos visto que 0° ^ a ^ 60°, luego debe ser tg a > O, y por lo tanto el numerador y denominador de [9] tienen el mismo signo. Si este signo ( ± 1 ) lo designamos con r, — = c < 1. las raíces de esta ecuación se R expresan por

(1

+^c^)d

Xi = -^^

^—

í— à

t'iJ

X2

=

(l--j[à)d. l— à

lá primera solución corresponde a un punto situado en la prolongación de OOi. Esta solución debe corresponder a un mínimo del área de la suma de los casquetes, puesto que a medida que el punto se aleja dicha suma aumenta. La segunda solución en cambio es la que resuelve el problema, pues corresponde a un punto interno al segmento OOi (y externo a las dos esferas) y nos da, efectivamente, un máximo, puesto que la derivada primera se ve fácilmente que pasa de positiva a negativa, o también se puede ver observando, tras un cálculo no muy largo, que S"(x2) < 0. En el caso de i2 = r la ecuación pierde el término cuadrado y tiene la sola solución x = —d, que corresponde todavía a un m^.2 ximo. Para el caso del plano, con las mismas notaciones anteriores, la suma de las longitudes de los arcos de circunferencia vistos desde el punto X vale L{x) = % R —-2 R are sen — + x r • 2 r are sen x

d — X

Para hallar el máximo, escribiremos que la derivada se anula, o sea L'(x) =

ipil «i

mBSMífc

'sm

m

' d si Zi £ d

mi á mi mi y mi cualesquiera.

En el caso de li > d y m2 = mi hay, como hemos visto, todo un segmento de posiciones de equilibrio indiferente; en el caso de li ^ d y mi > mi no hay posición de equilibrio dependiente de Zas condiciones mecánicas, sino solamente que el peso Mi se detiene contra la polea por el obstáculo material de ésta.

— 174 — 2°) Ecuación del movimiento. Para este sistema de un solo grado de libertad en que la variable independiente es el ángulo ot las ecuaciones de Lagrange se reducen a una sola,

d /ar\

dT

d i V dáj

Q

da

[5]

donde, como es sabido, T es la energía cinética del sistema y Q el coeficiente de Saen la expresión fl] del trabajo virtual. Si se supone que el vínculo ii gira con velocidad angular á, la energía cinética del sistema vale, teniendo en cuenta que lí' = íi^ + + (P — 2 dli eos a, mi Zi^ 0?

2 Wi

h' ¿2 2

m2 / d Z j y _

+ TxáT) +

m^ 2

o? l^ d^ sen^ a k^ + d'' —

2dkcosa

Reemplazando en [5] se obtiene r

-, ,

m2 Zi^ d''sen* a

mi li^ -\

L

1 " , «'

d

/

m^lid^ sen'' a

l(x-\

d^+k^—2 dk eos a 2 da \ mj Zi d sen a [6] ^ld^ + li^ — 2dl¡ eos a

d^ + li^ — 2dkcosaj mi h eos a -

que es la ecuación diferencial del movimiento. Considerando esta ecuación en proximidad de las condiciones de equilibrio vamos a distinguir los casos de equilibrio estable e inestable. Pongamos a = «o + s donde «o es el valor correspondiente al equilibrio y e un desplazamiento lo suficientemente pequeño para que sean despreciables los términos en que aparezca elevado al cuadrado así como el producto es' del desplazamiento por la aceleración. Considerando el movimiento a partir de una velocidad inicial nula, podemos además suponer, por lo menos para un intervalo de tiempo suficienter

— 175 — mente corto, que también la velocidad é sea pequeña y I' despreciable. Obtenemos entonces la ecuación

\mili +

-"[

mj Zi d- sen* «o (P + li^ — 2 lid (eos «o — esen ao) J

mi eos «o — Wi s sen «o -

vii d sen ao + Wj d e eos «o [7] \ d^ + ii* — 2dli (eos «o — e sen «o)

Por otra parte, debido & las aproximaciones hechas, se puede escribir

1+

1+

2 Zi d sen oto d* + Zi* — 2 k d cos «o

SI-

1 SI2 Zi d sen «o d^ + Zi^ — 2 Zi d cos «o J

2 d Zi sen «o d* + Zi^ — 2 Zi d cos «o d Zi sen «o d^ + Zi* — 2 Zi d cos ao

y reemplazando en [7] y teniendo en cuenta [IJ mi Zi + = —fifI mi sen ao +

rrii Zi d^ sen* ao

:]••• =

d* +Zi* — 2 Z i d c o s «oJ m2 d cos ao

-^íi2 4-d2_2dZiCOsao

,

+ •

mj Zi d* sen* «o

[8]

yl]^

(d*-|-Zi*-2Zidcosao)

El coeficiente de 's es positivo; si se considera la posición de equilibrio con ao en el primer cuadrante el coeficiente de e en el segundo miembro es negativo, luego se trata de una posición de equilibrio estable, ya que la velocidad disminuye al aumentar e. La [8] es en este caso la ecuación diferencial de un movimiento armónico. Por el contrario, si se considera la posición de equilibiio con ao en el tercer cuadrante (caso del vínculo Zi indeformable) el coeficiente de e es positivo. En efecto, dicho coeficiente se puede escribir m2 d cos ao V Zi* + d* — 2 d Zi eos ao -i- mi sen ao 1 4-

+

mj Zi d* sen ao mi (Zi* + d* — 2 d Zi eos ao'

)'")]

176 — además de la íl] se obtiene d íl eos «o li^ + d^ — 2 d k eos ao

W2 k (P sen «0 mi {k^ + d^ — 2 d íi eos «o)'''

y leemplazando en la expresión anterior resulta

[

'•'

nh d cos eos «o rrh

/, , ,. L + rwisen «o 1H

dli eos «o

)]

^ + d^ — 2díiC0S «o \ H d íl eos ao Como eos «o < O el término es negativo íi^ + d^ — 2 d íl eos «o pero menor que la unidad en valor absoluto. Por lo tanto, como también sen «o < O, el coeficiente de e resulta positivo y en consecuencia se trata en todos los casos de una posición de equilibrio inestable. ^¡ lí'+d''-2

dkcosao

Esta solución es del Sr. Ing. PEDRO E . ZADUNAISKT, del Instituto de Matemática

(Rosario); otra menos detallada fué enviada por el Sr. Ing. S. FBBIBEBG, de la Facultad de Ingeniería de Tucumán. N" 39. — Demostrar que cualquiera que sea el número n, el número N = 11 n(n + 2) + 1 no puede terminar en ninguna de las cifras 2, 3, 7, 8. SOLUCIÓN.

— Siendo

11 n(n + 2) + 1 = 10 n{n + 2) + n{n + 2) + 1, la última cifra de N es la misma de n(n + 2) + 1 = n" + 2 n + 1 = (n + I)". Por otra parte es conocido que los cuadrados de números enteros sólo pueden terminar en las cifras O, 1, 4, 5, 6, 9; por tanto está demostrado el enunciado. Con respecto a la última observación, basta notar que la última cifra de un cuadrado es la misma del cuadrado de la última cifra de la base y que terminan con la misma cifra los cuadrados de n y de 10 — n; por lo tanto las últimas cifras de los números cuadrados son las de los cuadrados de O, 1, 2, 3, 4, 5. Han enviado soluciones de este problema los señores ABRAHAM H . BENDBR, alumno de la Facultad de C. Matemáticas de Rosario, e Ing. S. FREIBEBG, de la Facultad de Ingeniería de Tucumán. El Sr. BENDER, después de poner n = 10 d + u, donde u es una cifra, observa que todo se reduce a verificar el enunciado para n = u; basta luego experimentar

— 177 — sobre las 10 cifras; el método se aproxima, pues, a lo expuesto, siendo s e