Semana del 15 al 21 de Junio 2015

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Semana del 15 al 21 de Junio 2015

[E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya]

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[Canción 77][E. Libro] [Inicio] [ 1 ][ 2 ][ 3 ][ 4 ][ 5 ][ 6 ][ 7 ][ 8 ][ 9 ] cl cap. 26 párrs. 1-9

su atribulado corazón. Comprendía que Dios odia el pecado, pero no al pecador que lamenta sinceramente su mala conducta y la rechaza. Por ello, con total confianza en la disposición divina a apiadarse del arrepentido, exclamó: “Tú, oh Jehová, [...] estás listo para perdonar” (Salmo 86:5). [ 2 ] [Textos] Cuando nosotros pecamos, seguramente también sentimos el peso aplastante de la conciencia dolida. Es un remordimiento saludable, pues puede movernos a dar los pasos debidos para corregir los errores. Sin embargo, existe el peligro de ahogarse en la culpa. El corazón pudiera condenarnos, obsesionado con la idea de que Jehová no nos perdonará, sin importar lo arrepentidos que estemos. Si nos ‘traga’ la culpa, Satanás tal vez se aproveche y nos incite a darnos por vencidos y a creer que Dios nos considera inútiles e indignos de servirle (2 Corintios 2:5-11). [ 3 ] [Textos] ¿Ve Jehová los asuntos así? De ningún modo. Perdonar es una faceta de su inmenso amor, y él nos asegura en su Palabra que está dispuesto a hacerlo siempre que demostremos arrepentimiento verdadero (Proverbios 28:13). Algo que nos ayudará a no considerar inalcanzable su perdón será examinar por qué lo concede y de qué manera. Razones por las que Jehová está “listo para perdonar” 4. ¿De qué característica de nuestra naturaleza se acuerda Jehová, y cómo influye en su manera de tratarnos?

CAPÍTULO 26

Un Dios “listo para perdonar” 1-3. a) ¿Qué aplastante carga soportó el salmista David, y cómo halló consuelo para su atribulado corazón? b) ¿Qué peso podemos sentir cuando hemos pecado, pero qué nos asegura Jehová? [ 1 ] [Textos] “MIS propios errores han pasado sobre mi cabeza; como una carga pesada son demasiado pesados para mí. Me he entumecido y he quedado aplastado hasta grado extremo”, escribió el salmista David (Salmo 38:4, 8). Aunque sabía lo abrumadora que es una conciencia culpable, halló consuelo para

[ 4 ] [Textos] Jehová tiene plena conciencia de nuestras limitaciones. Como dice Salmo 103:14, “conoce bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo”. En efecto, no olvida que somos criaturas hechas de polvo, con las flaquezas y debilidades que conlleva la imperfección. Por otro lado, la indicación de que conoce “la formación de nosotros” nos recuerda que la Biblia compara a Dios a un ceramista, y a los seres humanos, a vasijas a las que da forma (Jeremías 18:2-6).*Nota El Gran Alfarero regula su manera de tratarnos de acuerdo con la fragilidad de nuestra naturaleza pecaminosa y con la respuesta —positiva o negativa— que damos a su dirección.

Nota: El término hebreo traducido “la formación de nosotros” se usa también para el recipiente de barro que moldea el artesano (Isaías 29:16).

8. En sentido figurado, ¿qué hace Jehová cuando nos perdona los pecados, y qué confianza nos infunde este hecho?

5. ¿Cómo describe Romanos el poderoso dominio del pecado?

[ 8 ] [Textos] David dijo arrepentido: “Por fin te confesé mi pecado, y no encubrí mi error. [...] Y tú mismo perdonaste el error de mis pecados” (Salmo 32:5). El verbo hebreo para ‘perdonar’ significa básicamente “alzar” o “llevar”, y en este versículo, “llevarse la culpa, la iniquidad o la transgresión”. En sentido figurado, Jehová levantó los pecados del salmista y los retiró, lo que sin duda alivió el sentimiento de culpabilidad que lo abrumaba (Salmo 32:3). Nosotros también debemos tener confianza absoluta en el Dios que nos quita los pecados si le imploramos perdón en virtud de la fe en el sacrificio redentor de Jesús (Mateo 20:28).

[ 5 ] [Textos] Jehová comprende el poder del pecado, al que describe en su Palabra como una gran fuerza que nos tiene entre sus garras mortíferas. Ahora bien, ¿hasta qué grado nos domina? El apóstol Pablo indica en su carta a los Romanos que, tal como los soldados están subordinados al comandante, nosotros nos hallamos “bajo [el] pecado” (Romanos 3:9), el cual ‘reina’ sobre la humanidad (Romanos 5:21) y “reside” o “mora” en nuestro interior (Romanos 7:17, 20); además, la “ley” del pecado actúa siempre en nosotros y trata de dirigirnos (Romanos 7:23, 25). ¡Con cuánta fuerza tiene sometida a nuestra naturaleza imperfecta! (Romanos 7:21, 24.) 6, 7. a) ¿Cómo ve Jehová al arrepentido que implora su misericordia? b) ¿Por qué no debe darse por sentada la misericordia divina? [ 6 ] [Textos] Así pues, Jehová sabe que, por mucho que deseemos obedecerle, no lograremos hacerlo a la perfección. En muestra de amor, nos asegura que nos perdonará si imploramos su misericordia con arrepentimiento sincero. Salmo 51:17 dice: “Los sacrificios para Dios son un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y aplastado, oh Dios, no lo despreciarás”. No, nunca rechazará un corazón “quebrantado y aplastado” por la carga de la culpabilidad. [ 7 ] [Textos] ¿Implica lo anterior que podemos dar por sentada su misericordia y poner nuestra naturaleza imperfecta como excusa para obrar mal? De ninguna manera. Jehová no es sentimentalista, y su misericordia tiene límites, de forma que no perdonará en modo alguno a quien se obstina en practicar el pecado, adoptando una actitud impenitente (Hebreos 10:26). Sin embargo, será magnánimo con el arrepentido. Veamos a continuación algunas expresivas imágenes bíblicas de esta maravillosa faceta del amor divino. El alcance del perdón de Jehová

9. ¿Cuánto aleja de nosotros los pecados Jehová? [ 9 ] [Textos] David describió la magnanimidad de Dios con otra imagen muy gráfica: “Como está de lejos el oriente del occidente, así alejó de nosotros nuestras transgresiones” (cursivas nuestras; Salmo 103:12, La Biblia de las Américas). ¿Cuánta separación hay entre ambos puntos cardinales? En cierto sentido, la mayor concebible, ya que nunca pueden encontrarse. Un comentarista indica que esta frase quiere decir “lo más lejos que sea posible o que alcancemos a figurarnos”. Las palabras inspiradas del salmista significan que cuando Jehová nos perdona, aparta los pecados a la mayor distancia imaginable.

[E.M.T] [Inicio] [P.S] [Nº1] [Nº2] [Nº3] Escuela del Ministerio Teocrático

[P.S] Lectura de la Biblia: 2 Samuel 22 a 24 | Puntos Sobresalientes

Respuestas a preguntas bíblicas: 24:1. ¿Por qué fue un pecado tan grave el que David tomara la cuenta del pueblo? Hacer un censo no estaba en sí prohibido por la Ley (Números 1:1-3; 26:1-4). La Biblia no dice qué objetivo tenía David al contar al pueblo. No obstante, 1 Crónicas 21:1 indica que fue Satanás quien lo incitó a hacerlo. En cualquier caso Joab, su jefe del ejército, sabía que la decisión de David de hacer un censo del pueblo era desacertada y trató de disuadirlo.

28

Y a la gente humilde la salvarás; pero tus ojos están contra los altivos, [para] rebajar[los].

29

Pues tú eres mi lámpara, oh Jehová, y es Jehová quien hace brillar mi oscuridad.

30

Pues por ti puedo correr contra una partida merodeadora; por mi Dios puedo trepar un muro.

31

En cuanto al Dios [verdadero], perfecto es su camino; el dicho de Jehová es refinado. Escudo es a todos los que se refugian en él.

32

Porque ¿quién es un Dios fuera de Jehová, y quién es una roca fuera de nuestro Dios?

Lecciones para nosotros: 22:2-51. ¡Con cuánta belleza describe esta composición de David a Jehová como el Dios verdadero, aquel que merece nuestra confianza absoluta! 23:15-17. David tenía tanto respeto por la ley de Dios acerca de la vida y la sangre que en esta ocasión se abstuvo de hacer algo que tan solo parecía ser una violación de dicha ley. Esa es la actitud que debemos cultivar para con todos los mandatos divinos. 24:10. La conciencia de David lo llevó al arrepentimiento. ¿Es nuestra conciencia lo suficientemente sensible para responder igual? 24:14. David sabía bien que Jehová es más misericordioso que los seres humanos. ¿Tenemos nosotros tal convicción? 24:17. David sintió pesar de que su pecado acarreara sufrimiento a toda la nación. El pecador arrepentido debe sentir remordimiento por la deshonra que su acción puede haber supuesto para la congregación.

[Nº1] Núm. 1: 2 Samuel 22:21-32 (3 min. o menos) 21

Jehová me recompensa conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me lo paga.

22

Porque he guardado los caminos de Jehová, y no me he apartado inicuamente de mi Dios.

23

Pues todas sus decisiones judiciales están enfrente de mí; y en cuanto a sus estatutos, no me desviaré de ellos.

24

Y resultaré exento de falta para con él, y ciertamente me guardaré de error de parte mía.

25

Y que me lo pague Jehová conforme a mi justicia, conforme a mi limpieza enfrente de sus ojos.

26

Con alguien leal tú actuarás en lealtad; con el poderoso, exento de falta, tratarás de un modo exento de falta;

27

con el que se mantiene limpio te mostrarás limpio, y con el torcido tú actuarás como simple.

[Nº2] Núm. 2: Caín. Tema: La manera como tomemos un consejo dice mucho de nosotros (it-1 pág. 387) (5 min.) CAÍN (Algo Producido). El primer niño nacido en la Tierra de la pareja humana original, Adán y Eva. Después del nacimiento de Caín, Eva dijo: “He producido un hombre con la ayuda de Jehová”. (Gé 4:1.) ¿Significaban estas palabras que Eva pensaba que podía ser la mujer predicha que produciría la descendencia por medio de la que vendría la liberación? (Gé 3:15.) Si ese fue el caso, estaba muy equivocada. Sin embargo, tenía razón para decir que Caín había sido producido “con la ayuda de Jehová” porque Dios no les había retirado la facultad de reproducción y porque, cuando la juzgó, le dijo que „daría a luz hijos‟, aunque con dolores de parto. (Gé 3:16.) Caín se hizo cultivador del suelo, y “al cabo de algún tiempo”, tanto él como Abel, su hermano más joven, le presentaron ofrendas a Jehová, pues sintieron la necesidad de ganarse el favor divino. Sin embargo, Dios “no miraba con ningún favor” la ofrenda de Caín, compuesta de “algunos frutos del suelo”. (Gé 4:2-5; compárese con Nú 16:15; Am 5:22.) Aunque se ha señalado que el registro no especifica que la ofrenda de Caín fuese de los frutos más selectos, mientras que sí dice que la de Abel era de los “primogénitos de su rebaño, aun sus trozos grasos”, el problema no radicaba en la calidad de los productos que Caín ofreció. Más bien, como se registra en Hebreos 11:4, la ofrenda de Caín carecía de la motivación de la fe, que fue lo que hizo aceptable el sacrificio de Abel. El que Dios no viera la ofrenda de Caín con favor pudo haberse debido también a que era incruenta, mientras que la de Abel representaba una vida derramada. No se especifica cómo se hizo la distinción entre la ofrenda aprobada y la que no lo era, pero debió ser evidente tanto para Caín como para Abel. Jehová, que

lee el corazón del hombre (1Sa 16:7; Sl 139:1-6), conocía la actitud incorrecta de Caín, que se manifestó con claridad una vez fue rechazado su sacrificio. Entonces empezó a mostrar abiertamente las “obras de la carne”, entre ellas, „enemistades, contiendas, celos y arrebatos de cólera‟. (Gál 5:19, 20.) Jehová mostró a este hombre resentido que podía ensalzarse si sencillamente se dirigía a hacer lo bueno. Pudo haberse humillado y haber imitado el ejemplo aprobado de su hermano, pero prefirió pasar por alto el consejo divino de lograr dominar el deseo pecaminoso que „estaba agazapado a la entrada‟ deseando con vehemencia someterle. (Gé 4:6, 7; compárese con Snt 1:14, 15.) Este proceder irrespetuoso fue la “senda de Caín”. (Jud 11.) Más tarde, Caín le dijo a su hermano: “Vamos allá al campo”. (Gé 4:8.) (Aunque estas palabras no figuran en el texto masorético, varios manuscritos hebreos tienen en este punto el signo de omisión, y sí se encuentran en el Pentateuco Samaritano, la Versión de los Setenta, la Versión Peshitta siriaca y algunos textos latinos antiguos.) Caín atacó a Abel en el campo y lo mató, de modo que llegó a ser el primer asesino humano. Como tal, se podía decir que “se originó del inicuo”, el “padre” de los homicidas y de la mentira. (1Jn 3:12; Jn 8:44.) La respuesta endurecida de Caín a la pregunta de Jehová de dónde estaba Abel fue otra prueba de su actitud; no fue esta una expresión de arrepentimiento ni remordimiento, sino más bien una réplica mentirosa: “No sé. ¿Soy yo el guardián de mi hermano?”. (Gé 4:9.) La sentencia de destierro del suelo que Dios impuso a Caín significó su expulsión de las cercanías del jardín de Edén, y la maldición que ya existía sobre la tierra se incrementaría en su caso, de tal modo que la tierra no respondería a su cultivo. Caín se lamentó por la severidad de su castigo y expresó su inquietud ante la posibilidad de que se vengase el asesinato de Abel, pero ni aun entonces manifestó arrepentimiento sincero. Jehová “estableció una señal para Caín” con el fin de evitar que lo matasen, aunque no se dice si esta señal o marca estaba de alguna manera sobre su persona. La “señal” probablemente era el mismo decreto solemne de Dios, que los demás conocían y respetaban. (Gé 4:1015; compárese con el vs. 24, donde Lamec se refiere a este decreto.) Caín fue desterrado a “la tierra de la Condición de Fugitivo, al este de Edén”, y se llevó consigo a su esposa, una hija de Adán y Eva de quien no se dice el nombre. (Gé 4:16, 17; compárese con 5:4, también con el ejemplo posterior del matrimonio de Abrahán con su media hermana Sara, Gé 20:12.) Después del nacimiento de su hijo Enoc, Caín “se ocupó en edificar una ciudad”, a la que llamó por el nombre de su hijo. Es posible que tal ciudad solo haya sido un pueblo fortificado, según los conceptos actuales, y no se dice cuándo se terminó. El registro bíblico menciona a parte de los descendientes de Caín, algunos de los cuales se distinguieron por la cría nómada de ganado, tocar instrumentos musicales y el forjado de herramientas de metal, así como por practicar la poligamia y por su

violencia. (Gé 4:17-24.) La línea de Caín terminó con el diluvio global del día de Noé.

[Nº3] Núm. 3: El amor y la obediencia nos hacen felices (igw pág. 22 párrs. 4-6) (5 min.) “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.” (Mateo 22:39) “Así como quieren que los hombres les hagan a ustedes, háganles de igual manera a ellos.” (Lucas 6:31) “¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!” (Lucas 11:28)

[R. Servicio] [Inicio] Reunión de Servicio

Tema del mes: “Recuerda los días de la antigüedad” (Deuteronomio 32:7). Canción 88

12 min. ¿Cuál es tu personaje bíblico favorito? Entrevista y discurso. Empiece entrevistando a dos o tres niños de la congregación. Pregúnteles cuál es su personaje bíblico favorito, qué hizo y cómo pueden imitarlo. Después, explique a los presentes lo buenas que son las fichas de personajes bíblicos que están en

jw.org para enseñar a los niños. (Vaya a ENSEÑANZAS BÍBLICAS › NIÑOS.) Cada ficha contiene dibujos del personaje, algunos datos, el mapa de donde transcurrió su vida, una línea de tiempo que muestra cuándo vivió y tres preguntas con sus respuestas. Las fichas se pueden imprimir y coleccionar. Anime a los padres que las utilicen para enseñar lecciones a sus hijos acerca de “los días de la antigüedad” (Deut. 32:7).

Aprendamos de los publicadores con más experiencia Los publicadores con más experiencia en la predicación son muy valiosos. Algunos llevan muchos años sirviendo a Jehová. Otros quizás se han hecho expertos en la predicación recientemente. Todos se han dado cuenta de que Jesucristo está dirigiendo la congregación en estos últimos días y dando un impulso a la obra de predicación y enseñanza (Mat. 28:19, 20). Como han pasado muchos años predicando, han adquirido “el poder que es más allá de lo normal”, y eso les ayuda a enfrentarse a las pruebas (2 Cor. 4:7). A ellos les encanta enseñar a otros lo que han aprendido y nosotros podemos aprovecharnos de su vasta experiencia (Sal. 71:18). ¿Cómo podemos hacerlo? Mientras predicamos. Para ser mejores predicadores, los nuevos necesitan que los que tienen más experiencia les enseñen. Se puede aprender mucho observando cómo predican los publicadores expertos. (Vea el tercer párrafo bajo el subtítulo “Ayude a los nuevos”, del artículo “Cómo mantener el entusiasmo en la predicación”, publicado en La Atalaya del 15 de febrero de 2015.) ¿Qué beneficios ha obtenido usted de predicar con publicadores con más experiencia? ¿Por qué no invita a alguno de ellos a predicar con usted? Si el publicador está enfermo, podría llevar de vez en cuando a uno de sus estudiantes de la Biblia a su casa para celebrar las clases allí. Tras la sesión de estudio, pregunte al publicador de experiencia cuál es su impresión y pídale que le dé algunos consejos.

18 min. “Aprendamos de los publicadores con más experiencia.” Análisis con el auditorio. Al analizar el párrafo 2, pida a los presentes que comenten cómo les ha ayudado predicar con publicadores con más experiencia.

Pase tiempo con ellos. Esfuércese por conocer a estos publicadores. Invite a uno de ellos a la adoración en familia y entrevístelo. Averigüe cómo aprendió la verdad, cómo lo ha bendecido Jehová, cómo ha cambiado la congregación desde que se hizo Testigo y qué buenas experiencias ha tenido sirviendo a Dios. Si el publicador está enfermo, usted tal vez pueda ir a su casa para celebrar allí la Noche de Adoración en Familia. No exija demasiado de ellos y sea comprensivo. Al igual que nosotros, quienes llevan predicando muchos años tienen diferentes habilidades (Rom. 12:6-8). Puesto que algunos ya son mayores, quizás

no puedan dedicarnos mucho tiempo. Con todo, podemos aprender de su experiencia y servicio fiel a Jehová.

2. a) ¿Qué significa tener una relación con alguien? (Vea la nota.) b) ¿Qué tenemos que hacer para fortalecer nuestra relación con Jehová?

Canción 4 y oración

[ 2 ] [Textos] ¿Tiene usted una buena relación con Jehová? ¿Le gustaría fortalecerla aún más? La Biblia aconseja en Santiago 4:8: “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes”. Notemos que en este texto se habla de dos acciones: nosotros nos acercamos a Dios y luego él se acerca a nosotros.* Si estas acciones se repiten, nuestra amistad con Jehová se estrechará y él se volverá más real para nosotros. Llegaremos a tener la misma confianza que tuvo Jesús, quien dijo: “El que me ha enviado es real, y [...] yo lo conozco” (Juan 7:28, 29). ¿Qué pasos en concreto podemos dar para acercarnos más a Jehová?

Canción 91[Atalaya] [Inicio] [ 1 ][ 2 ][ 3 ][ 4 ][ 5 ][ 6 ][ 7 ][ 8 ][ 9 ][ 10 ][ 11 ][ 12 ][ 13 ][ 14 ][ 15 ][ 16 ][ 17 ][ 18 ][ 19 ][ 20 ][ 21 ][ 22 ][ 23 ][ 24 ][ 25 ]

¿Ve usted a Jehová como un amigo de verdad?

Nota: Tener una relación con alguien significa tener trato con esa persona y algún tipo de sentimiento hacia ella. Para que una relación se mantenga fuerte es necesario que las dos personas pongan de su parte.

“Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes.” (SANT. 4:8) Canción 11 ¿VIO LA RESPUESTA? ¿Con qué intención debemos estudiar la Biblia? ¿Por qué podemos confiar en que Jehová siempre hace lo que es justo? ¿Por qué es bueno que seamos específicos al orar? 1. ¿Por qué debemos cuidar al máximo nuestra amistad con Jehová? [ 1 ] [Textos] ¿ES USTED un testigo de Jehová bautizado? Entonces tiene algo muy valioso: la amistad de Dios. Ahora bien, dicha amistad se podría enfriar debido a las presiones del mundo de Satanás y a nuestra propia imperfección. Por eso, cada uno de nosotros debe cuidar al máximo esa relación.

¿Cómo nos comunicamos con Dios? (Vea el párrafo 3) 3. ¿Cómo nos comunicamos con Jehová? [ 3 ] [Textos] Para que nuestra amistad con Dios sea sólida, debemos comunicarnos regularmente con él. ¿Cómo podemos hacerlo? Pensemos: ¿cómo se mantiene la comunicación con un amigo que vive lejos? Escribiéndole o llamándolo por teléfono. Del mismo modo, para mantener la comunicación con Jehová, tenemos que orar con frecuencia (lea Salmo 142:2). Y si queremos escuchar su respuesta, tenemos que leer la Biblia y meditar en ella a menudo (lea Isaías 30:20, 21). Como veremos a continuación, escuchar a Jehová y hablar con él nos ayuda a verlo

como alguien real y nos convierte en mejores amigos suyos. ESCUCHEMOS A JEHOVÁ: ESTUDIEMOS LA BIBLIA 4, 5. a) ¿Qué debemos hacer para escuchar lo que Jehová nos dice por medio de la Biblia? b) Dé un ejemplo de cómo nos habla Jehová a través de su Palabra. [ 4 ] [Textos] Sabemos que la Biblia contiene el mensaje de Dios para la humanidad. Pero también contiene un mensaje para cada uno de nosotros. ¿Cómo podemos descubrirlo? Cuando leamos y estudiemos la Biblia, fijémonos en nuestra reacción, en cómo nos hacen sentir sus consejos. Pensemos también en maneras de ponerlos en práctica. De este modo escucharemos lo que Jehová quiere decirnos. Él llegará a ser como ese amigo íntimo que siempre está ahí para nosotros, y nos sentiremos más cerca de él (Heb. 4:12; Sant. 1:23-25). [ 5 ] [Textos] Por ejemplo, ¿cómo se siente al meditar en el consejo de Jesús de que dejemos de “acumular [...] tesoros sobre la tierra”? Si ya está poniendo en primer lugar el Reino, este pasaje es una felicitación de parte de Jehová. En cambio, si le parece que debe simplificar su vida para dedicar más tiempo al Reino, este pasaje se convierte en una llamada de atención de Jehová, un recordatorio de que hay algo en lo que usted debe trabajar (Mat. 6:19, 20). 6, 7. a) ¿Cómo contribuye el estudio de la Biblia a que crezca el cariño entre Jehová y nosotros? b) ¿Con qué intención debemos estudiar la Biblia? [ 6 ] [Textos] Estudiar la Biblia nos ayuda a descubrir cómo servir mejor a Jehová. Pero también aumenta nuestro aprecio por su hermosa personalidad y por las muchas cosas buenas que nos da, lo cual resulta en que nos encariñemos aún más con él. Cuando Jehová ve que lo queremos tanto, su cariño por nosotros también crece y la amistad que nos une se hace más profunda (lea 1 Corintios 8:3). [ 7 ] [Textos] Ahora bien, si queremos que Jehová sea nuestro amigo de verdad, es indispensable que estudiemos con la intención correcta. Jesús dijo: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de

aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:3). Es verdad que la Biblia nos enseña muchas cosas nuevas e interesantes, sin embargo, como dijo Jesús, nuestra intención debe ser conocer mejor a Jehová (lea Éxodo 33:13; Sal. 25:4). 8. a) ¿Qué podría preguntarse alguien que lea el relato de 2 Reyes 15:1-5? b) Si conocemos bien a Jehová, ¿qué pensaremos de su forma de actuar? [ 8 ] [Textos] Si conocemos bien a Jehová, no nos preocupará que algunos pasajes de la Biblia sean difíciles de entender. Por ejemplo, 2 Reyes 15:1-5 dice que la nación de Judá estaba adorando a dioses falsos. A pesar de ello, el rey Azarías “continuó haciendo lo que era recto a los ojos de Jehová”. No obstante, Jehová lo castigó con lepra “y este continuó leproso hasta el día de su muerte”. Tal vez alguien se pregunte: “Pero ¿por qué?”. El relato no lo dice. ¿Será que Dios castigó al rey sin razón válida? No tenemos por qué pensar así. Nosotros sabemos que él disciplina a las personas “hasta el grado debido” (Jer. 30:11). Aunque no entendamos por qué castigó a Azarías, podemos confiar en que siempre hace lo correcto. 9. ¿Cómo nos ayuda la Biblia a entender por qué castigó Jehová a Azarías? [ 9 ] [Textos] Sin embargo, en este caso la Biblia da más detalles. Resulta que al rey Azarías también se le llamaba Uzías (2 Rey. 15:7, 32). El relato de 2 Crónicas 26:3-5, 16-21 explica que aunque este rey actuó bien por algún tiempo, “su corazón se hizo altivo” y eso le costó muy caro. Trató de realizar un acto que solo los sacerdotes estaban autorizados a realizar. Cuando 81 sacerdotes intentaron detenerlo, ¿cómo reaccionó? Se había vuelto tan orgulloso que se enfureció con ellos. ¡Con razón lo castigó Jehová! 10. a) ¿Por qué no necesitamos una explicación para cada cosa que hace Jehová? b) ¿Cómo crece nuestra confianza en Dios? [ 10 ] [Textos] Pero supongamos que la Biblia no contara estos detalles, como ocurre en otros casos. ¿Comenzaríamos a dudar de Jehová, o pensaríamos que tenemos suficiente información para confiar en su justicia? (Deut. 32:4.) Cuanto mejor lo conozcamos, más nos convenceremos de que siempre

hace lo correcto y menos explicaciones necesitaremos. Si escuchamos a Jehová estudiando la Biblia y meditando en ella, crecerá la confianza que tenemos en él (Sal. 77:12, 13). Y como resultado, nuestra amistad será aún más íntima. HABLEMOS CON JEHOVÁ: OREMOS 11-13. ¿Cómo sabemos que Jehová escucha las oraciones? (Vea la ilustración del principio.) [ 11 ] [Textos] La oración nos acerca a Jehová. Nos permite alabarlo, darle gracias y pedirle consejo (Sal. 32:8). Eso sí, para que nuestra relación con él sea real, debemos estar convencidos de que nos escucha. [ 12 ] [Textos] Algunos oran simplemente para sentirse mejor. Dicen que si alguien ora sobre un problema y este se soluciona, no es porque Dios lo haya escuchado, sino porque la persona puso en orden sus pensamientos, identificó el problema y logró encontrar la solución. Es cierto que la oración produce esos beneficios, pero ¿cómo podemos saber que de verdad Jehová nos está escuchando? [ 13 ] [Textos] Antes de venir a la Tierra, Jesús vio desde el cielo cómo respondía Jehová las oraciones de sus siervos. Después, ya en la Tierra, usó la oración para comunicarse con su padre y contarle sus sentimientos y pensamientos. En cierta ocasión, incluso pasó toda la noche orando (Luc. 6:12; 22:4046). ¿Habría hecho eso si pensara que Jehová no lo estaba escuchando? ¿Habría enseñado a sus seguidores a orar si eso no fuera más que una simple terapia para sentirse mejor? Claro que no. Jesús estaba convencido de que la oración era un medio real para hablar con su Padre. De hecho, le dijo: “Te doy gracias porque me has oído. [...] [Yo sé] que siempre me oyes”. También nosotros podemos confiar en que Jehová es el “Oidor de la oración” (Juan 11:41, 42; Sal. 65:2). 14, 15. a) ¿Por qué es bueno que seamos específicos al orar? b) ¿Cómo ayudó la oración a una hermana a estrechar su amistad con Jehová? [ 14 ] [Textos] La respuesta de Jehová a nuestras oraciones no siempre es evidente. Pero si somos específicos al hablar con él, será más fácil que veamos cómo responde a lo que le pedimos. Contémosle todo

lo que nos preocupa. Así Jehová será más real para nosotros y lo sentiremos más cerca. 16, 17. a) ¿Qué debemos hacer para que nuestra amistad con Jehová siga creciendo? b) ¿De qué tratará el siguiente artículo? [ 15 ] [Textos] Una prueba de lo anterior es el caso de Carmen.* A Carmen no le entusiasmaba predicar, aunque no por eso dejaba de hacerlo. Ella reconoce: “No me gustaba predicar. Y cuando digo que no me gustaba es que no me gustaba nada. Sin embargo, al jubilarme, un anciano de la congregación me animó a hacerme precursora y me entregó la solicitud. Decidí hacerle caso, pero a la vez empecé a pedirle a Jehová todos los días que me ayudara a disfrutar de la predicación”. ¿Contestó Jehová sus oraciones? Carmen dice: “Ya llevo tres años de precursora. Como paso más tiempo predicando y aprendiendo de las hermanas, me he hecho más hábil. Ahora no es que me gusta predicar, ¡es que me encanta! Además, Jehová y yo somos más amigos que nunca”. ¿Vio la relación que hay entre las oraciones de Carmen y su amistad con Jehová? HAGAMOS NUESTRA PARTE 16, 17. a) ¿Qué debemos hacer para que nuestra amistad con Jehová siga creciendo? b) ¿De qué tratará el siguiente artículo? [ 16 ] [Textos] Nuestra amistad con Jehová puede ir creciendo a lo largo de toda la vida. No obstante, como hemos analizado, para que él se acerque a nosotros, primero tenemos que hacer nuestra parte y acercarnos a él. Pase lo que pase, nunca dejemos de comunicarnos con nuestro Dios: estudiemos la Biblia y oremos. ¿Qué lograremos si hacemos eso? Que nuestra amistad con él se convierta en una relación inquebrantable. Entonces podremos superar con éxito las dificultades que se presenten en la vida.

Nuestra amistad con Jehová puede ir creciendo a lo largo de toda la vida (Vea los párrafos 16 y 17) [ 17 ] [Textos] Ahora bien, ¿cómo reaccionaremos si ciertos problemas continúan a pesar de nuestras oraciones sinceras? En esos momentos tal vez se tambalee nuestra confianza en Jehová. Quizás comencemos a preguntarnos si nos escucha o si nuestra relación con él es real. ¿Qué podemos hacer para no dejar de confiar en Jehová? ¿Cómo podemos saber que para él seguimos siendo sus amigos? El siguiente artículo responderá estas importantes preguntas.

Textos del Libro Párrafo 1 (Salmo 38:4) Porque mis propios errores han pasado sobre mi cabeza; como una carga pesada son demasiado pesados para mí. (Salmo 38:8) Me he entumecido y he quedado aplastado hasta grado extremo; he rugido por causa del gemido de mi corazón. (Salmo 86:5) Porque tú, oh Jehová, eres bueno y estás listo para perdonar; y la bondad amorosa para con todos los que te invocan es abundante.

Párrafo 2 (2 Corintios 2:5-11) Ahora bien, si alguien ha causado tristeza, ese no me ha entristecido a mí, sino a todos ustedes hasta cierto grado —para no ser demasiado 6 severo en lo que digo—. Esta reprensión dada por la 7 mayoría es suficiente para tal hombre, de modo que, al contrario ahora, deben perdonar[lo] bondadosamente y consolar[lo], para que de un modo u otro tal hombre no 8 sea tragado por hallarse demasiado triste. Por lo tanto, 9 los exhorto a que confirmen su amor para con él. Pues con este objeto también escribo para conseguir la prueba de lo que ustedes son, si es que son obedientes 10 en todas las cosas. Cualquier cosa que le perdonen bondadosamente a cualquiera, yo también se la perdono. De hecho, en cuanto a mí, lo que yo he perdonado bondadosamente, si es que bondadosamente he perdonado algo, ha sido por causa 11 de ustedes a vista de Cristo; para que no seamos alcanzados por Satanás, porque no estamos en ignorancia de sus designios.

Párrafo 3 (Proverbios 28:13) El que encubre sus transgresiones no tendrá éxito, pero al que [las] confiesa y [las] deja se le mostrará misericordia.

Párrafo 4 (Salmo 103:14) Pues él mismo conoce bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo. (Jeremías 18:2-6) “Levántate, y tienes que bajar a la 3 casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras”. Y procedí a bajar a la casa del alfarero, y allí estaba él 4 haciendo un trabajo sobre las ruedas del alfarero. Y la vasija que él estaba haciendo con el barro la echó a perder la mano del alfarero, y él volvió atrás y se puso a hacer de ella otra vasija, tal como pareció recto a los 5 ojos del alfarero hacerla. Y la palabra de Jehová 6 continuó ocurriéndome, y dijo: “„¿No puedo yo hacer con ustedes justamente como este alfarero, oh casa de Israel? —es la expresión de Jehová—. ¡Miren! Como el barro en la mano del alfarero, así son ustedes en mi mano, oh casa de Israel.

Párrafo 5 (Romanos 3:9) ¿Qué, pues? ¿Estamos en mejor posición nosotros? ¡De ninguna manera! Porque arriba hemos hecho el cargo de que tanto los judíos como los griegos están todos bajo pecado; (Romanos 5:21) ¿Con qué fin? Para que, así como el pecado reinó con la muerte, así mismo también la bondad inmerecida reinara mediante la justicia con vida eterna en mira mediante Jesucristo nuestro Señor. (Romanos 7:17) Mas ahora el que lo obra ya no soy yo, sino el pecado que reside en mí. (Romanos 7:20) Ahora, pues, si lo que no deseo es lo que hago, el que lo obra ya no soy yo, sino el pecado que mora en mí. (Romanos 7:23) pero contemplo en mis miembros otra ley que guerrea contra la ley de mi mente y que me conduce cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. (Romanos 7:25) ¡Gracias a Dios mediante Jesucristo nuestro Señor! Así pues, con [mi] mente yo mismo soy esclavo a la ley de Dios, pero con [mi] carne a la ley del pecado. (Romanos 7:21) Hallo, pues, esta ley en el caso mío: que cuando deseo hacer lo que es correcto, lo que es malo está presente conmigo. (Romanos 7:24) ¡Hombre desdichado que soy! ¿Quién me librará del cuerpo que está padeciendo esta muerte?

Párrafo 6 (Salmo 51:17) Los sacrificios para Dios son un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y aplastado, oh Dios, no lo despreciarás.

Párrafo 7 (Hebreos 10:26) Porque si voluntariosamente practicamos el pecado después de haber recibido el conocimiento exacto de la verdad, no queda ya sacrificio alguno por los pecados,

Párrafo 8 (Salmo 32:5) Por fin te confesé mi pecado, y no encubrí mi error. Dije: “Haré confesión acerca de mis transgresiones a Jehová”. Y tú mismo perdonaste el error de mis pecados. Sélah. (Salmo 32:3) Cuando me quedé callado, se me gastaron los huesos por mi gemir todo el día. (Mateo 20:28) Así como el Hijo del hombre no vino para que se le ministrara, sino para ministrar y para dar su alma en rescate en cambio por muchos”.

Párrafo 9 (Salmo 103:12) Tan lejos como está el naciente del poniente, así de lejos ha puesto de nosotros nuestras transgresiones.

Textos Atalaya Párrafo 1

Párrafo 2 (Santiago 4:8) 8 Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. Límpiense las manos, pecadores, y purifiquen su corazón, indecisos. (Juan 7:28-29) 28 Por lo tanto, Jesús clamó mientras enseñaba en el templo, y dijo: “Ustedes me conocen, y también saben de dónde soy. Además, yo no he venido por mi propia iniciativa, pero el que me ha enviado es real, y ustedes no lo conocen. 29 Yo lo conozco, porque soy representante de parte de él, y Aquel me ha enviado”.

Párrafo 3 (Salmos 142:2) 2 Delante de él seguí derramando mi preocupación; delante de él continué informando acerca de mi propia angustia, (Isaías 30:20-21) 20 Y Jehová ciertamente les dará a ustedes pan en la forma de angustia y agua en la forma de opresión; no obstante, tu Magnífico Instructor ya no se esconderá, y tus ojos tienen que llegar a ser [ojos] que vean a tu Magnífico Instructor. 21 Y tus propios oídos oirán una palabra detrás de ti que diga: “Este es el camino. Anden en él”, en caso de que ustedes se fueran a la derecha o en caso de que se fueran a la izquierda. Párrafo 4 (Hebreos 4:12) 12 Porque la palabra de Dios es viva, y ejerce poder, y es más aguda que toda espada de dos filos, y penetra hasta dividir entre alma y espíritu, y entre coyunturas y [su] tuétano, y puede discernir pensamientos e intenciones de[l] corazón. (Santiago 1:23-25) 23 Porque si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, este es semejante al hombre que mira su rostro natural en un espejo. 24 Pues se mira, y allá se va e inmediatamente olvida qué clase de hombre es. 25 Pero el que mira con cuidado en la ley perfecta que pertenece a la libertad, y persiste en [ella], este, por cuanto se ha hecho, no un oidor olvidadizo, sino un hacedor de la obra, será feliz al hacer[la]. Párrafo 5 (Mateo 6:19-20) 19 ”Dejen de acumular para sí tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el moho consumen, y donde ladrones entran por fuerza y hurtan. 20 Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni polilla ni moho consumen, y donde ladrones no entran por fuerza y hurtan. Párrafo 6 (1 Corintios 8:3) 3 Pero si alguien ama a Dios, este es conocido por él. Párrafo 7

(Juan 17:3) 3 Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo. (Éxodo 33:13) 13 Y ahora, si he hallado favor a tus ojos, sírvete hacerme conocer, por favor, tus caminos, para que te conozca, a fin de que halle favor a tus ojos. Y considera que esta nación es tu pueblo”. (Salmos 25:4) 4 Hazme conocer tus propios caminos, oh Jehová; enséñame tus propias sendas. Párrafo 8 (2 Reyes 15:1-5) 15 En el año veintisiete de Jeroboán el rey de Israel, Azarías hijo de Amasías el rey de Judá llegó a ser rey. 2 Dieciséis años de edad tenía cuando empezó a reinar, y por cincuenta y dos años reinó en Jerusalén. Y el nombre de su madre era Jecolías de Jerusalén. 3 Y él continuó haciendo lo que era recto a los ojos de Jehová, conforme a todo lo que había hecho Amasías su padre. 4 Fue solo que los lugares altos no desaparecieron. El pueblo todavía estaba sacrificando y haciendo humo de sacrificio en los lugares altos. 5 Por fin Jehová plagó al rey, y este continuó leproso hasta el día de su muerte, y siguió morando en su casa, exento de deberes, mientras Jotán el hijo del rey estaba sobre la casa y juzgaba a la gente de la tierra. (Jeremías 30:11) 11 “Porque yo estoy contigo —es la expresión de Jehová— para salvarte; pero haré un exterminio entre todas las naciones a las cuales te he esparcido. Sin embargo, en tu caso no haré exterminio. Y tendré que corregirte hasta el grado debido, puesto que de ninguna manera te dejaré sin castigo.” Párrafo 9 (2 Reyes 15:7) 7 Por fin Azarías yació con sus antepasados, y lo enterraron con sus antepasados en la Ciudad de David; y Jotán su hijo empezó a reinar en lugar de él. (2 Reyes 15:32) 32 En el año segundo de Péqah hijo de Remalías el rey de Israel, Jotán hijo de Uzías el rey de Judá llegó a ser rey. (2 Crónicas 26:3-5) 3 Dieciséis años de edad tenía Uzías cuando empezó a reinar, y por cincuenta y dos años

reinó en Jerusalén. Y el nombre de su madre fue Jecolías de Jerusalén. 4 Y siguió haciendo lo que era recto a los ojos de Jehová, conforme a todo lo que había hecho Amasías su padre. 5 Y continuamente tendió a buscar a Dios en los días de Zacarías, el que instruía en el temor del Dios [verdadero]; y, en los días de buscar él a Jehová, el Dios [verdadero] lo hizo próspero. (2 Crónicas 26:16-21) 16 Sin embargo, tan pronto como se hizo fuerte, su corazón se hizo altivo aun hasta el punto de causar ruina, de modo que actuó infielmente contra Jehová su Dios y entró en el templo de Jehová para quemar incienso sobre el altar del incienso. 17 Inmediatamente Azarías el sacerdote y con él sacerdotes de Jehová, ochenta hombres valientes, entraron tras él. 18 Entonces se plantaron contra Uzías el rey y le dijeron: “No es negocio tuyo, oh Uzías, quemar incienso a Jehová, sino que es negocio de los sacerdotes los hijos de Aarón, los santificados, el quemar incienso. Sal del santuario; porque has actuado infielmente, y no te es para gloria alguna de parte de Jehová Dios”. 19 Pero Uzías se enfureció mientras en su mano había un incensario para quemar incienso, y, durante su furia contra los sacerdotes, la lepra misma relumbró en su frente delante de los sacerdotes en la casa de Jehová al lado del altar del incienso. 20 Cuando Azarías el sacerdote principal y todos los sacerdotes se volvieron hacia él, pues, ¡allí estaba azotado de lepra en la frente! De modo que excitadamente empezaron a sacarlo de allí, y él mismo también se apresuró a salir, porque Jehová lo había herido. 21 Y Uzías el rey continuó leproso hasta el día de su muerte, y siguió morando en una casa exento de deberes, como leproso; porque había sido excluido de la casa de Jehová, mientras Jotán su hijo estaba sobre la casa del rey, juzgando a la gente de la tierra. Párrafo 10 (Deuteronomio 32:4) 4 La Roca, perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él. (Salmos 77:12-13) 12 Y ciertamente meditaré en toda tu actividad, y en tus tratos sí me interesaré intensamente. 13 Oh Dios, tu camino está en el lugar santo. ¿Quién es un Dios grande como Dios?

Párrafo 11 (Salmos 32:8) 8 “Te haré tener perspicacia, y te instruiré en el camino en que debes ir. Ciertamente daré consejo con mi ojo sobre ti. Párrafo 12

1. Por amor mandó Dios a su Hijo a morir para dar fin a la muerte y a los hombres redimir.

Párrafo 13

Si a Jehová, arrepentidos,

(Lucas 6:12) 12 En el transcurso de aquellos días él salió a la montaña a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios.

suplicamos el perdón,

(Lucas 22:40-46) 40 Una vez que llegaron al lugar, les dijo: “Ocúpense en orar, para que no entren en tentación”. 41 Y él mismo se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y dobló las rodillas y se puso a orar, 42 diciendo: “Padre, si deseas, remueve de mí esta copa. Sin embargo, que no se efectúe mi voluntad, sino la tuya”. 43 Entonces se le apareció un ángel del cielo y lo fortaleció. 44 Mas él, entrando en agonía, continuó orando más encarecidamente; y su sudor se hizo como gotas de sangre que caían al suelo. 45 Y levantándose de orar, fue a los discípulos y los halló adormitados de desconsuelo; 46 y les dijo: “¿Por qué duermen? Levántense y ocúpense en orar, para que no entren en tentación”. (Juan 11:41-42) 41 Por lo tanto, quitaron la piedra. Entonces Jesús alzó los ojos hacia el cielo y dijo: “Padre, te doy gracias porque me has oído. 42 Cierto, yo sabía que siempre me oyes; pero a causa de la muchedumbre que está de pie en derredor hablé, a fin de que crean que tú me has enviado”. (Salmos 65:2) 2 Oh Oidor de la oración, aun a ti vendrá gente de toda carne.

él nos limpia con la sangre que vertió el Redentor. 2. Dios piedad le muestra al que sabe perdonar, al que es tierno y compasivo y no paga mal por mal. Aprendamos mansedumbre, olvidemos el rencor; las ofensas, aunque muchas, perdonemos por amor. 3. La misericordia, ¡oh divina cualidad!, es vital para el que ansía vida eterna disfrutar. Nos dará Dios su cariño y su compasión también si su ejemplo imitamos perdonando como él.

Cántico 77

(Véanse también Mat. 6:12; Efe. 4:32; Col. 3:13.) volver

Sepamos perdonar (Salmo 86:5)

Cántico 88

Los hijos son un regalo de Dios

no habrá legado superior.

(Salmo 127:3-5)

(Véanse también Deu. 6:6, 7; Efe. 6:4; 1 Tim. 4:16.) volver

1. Si a tu hogar llegó un hijo, recibiste un regalo de Dios, una heredad por la que un día responderás a tu Creador. Jehová es la fuente de la vida:

Cántico 91 Mi Amigo, mi Padre, mi Dios (Hebreos 6:10)

los hijos son también su posesión. Aquellos padres que lo escuchen conseguirán sabia instrucción. (ESTRIBILLO) Tus hijos son un don sagrado que has de cuidar con devoción. Edúcalos en la ley santa, no habrá legado superior. 2. Dios te da sus mandamientos, atesóralos en el corazón; incúlcalos en tus retoños continuamente y con amor. Si estás en casa o vas de viaje, al levantarte y antes de dormir, los grabarás en su memoria; así, felices podrán vivir. (ESTRIBILLO) Tus hijos son un don sagrado que has de cuidar con devoción. Edúcalos en la ley santa,

1. La vida es dura y cruel, valle de lágrimas y dolor; mas yo he vivido feliz sirviendo al Señor. (ESTRIBILLO) Mi Dios no es injusto para olvidarse de mi obra fiel. De mí no se separa, nunca solo me sentiré. Jehová es mi esperanza, mi fortaleza, mi salvación. Siempre ha sido él mi Amigo, mi Padre y Dios. 2. Mi juventud ya pasó, los días malos llegaron ya; pero la fe que hay en mí no se marchitará. (ESTRIBILLO) Mi Dios no es injusto para olvidarse de mi obra fiel.

De mí no se separa,

Un buen nombre ante Dios

nunca solo me sentiré.

(Eclesiastés 7:1)

Jehová es mi esperanza, mi fortaleza, mi salvación.

1. Si un buen nombre te labras ante Dios,

Siempre ha sido él mi Amigo,

serás dichoso, disfrutarás su amor.

mi Padre y Dios.

Viviendo para él, de acuerdo con su ley,

(Véase también Sal. 71:17, 18.) volver

darás a su alma un gran placer. 2. Ir tras la fama, el oro y el poder, la gloria vana que en este mundo ves,

Cántico 11

es simple necedad, correr tras lo irreal;

Alegremos el corazón de Jehová

tan solo deja calamidad.

(Proverbios 27:11)

3. En tu memoria, te ruego, oh Jehová, mantén mi nombre por la eternidad.

1. Hacer tu voluntad, Jehová,

En ti yo confiaré, tu amor proclamaré,

te prometimos tiempo atrás.

y mientras viva, fiel te seré.

Si somos sabios al actuar,

(Véanse también Gén. 11:4; Pro. 22:1; Mal. 3:16; Rev. 20:15.) volver

tu corazón se alegrará. 2. Tu esclavo, tan discreto y fiel,

2 Samuel 22 a 24

labora con amor y fe. A tiempo el alimento da, nutriéndonos con tu verdad. 3. Tu espíritu concédenos,

22 Y David procedió a hablar a Jehová las palabras de esta canción el día en que Jehová lo hubo librado de la palma de la mano de todos sus enemigos y de la 2 palma de la mano de Saúl; y pasó a decir: “Jehová es mi peñasco y mi plaza fuerte y el Proveedor de escape para mí. 3

Mi Dios es mi roca. En él me refugiaré, mi escudo y mi cuerno de salvación, mi altura segura, y mi lugar adonde huir, mi Salvador; de violencia me salvas.

4

A Aquel que ha de ser alabado, a Jehová, invocaré, y de mis enemigos seré salvado.

5

Porque olas mortíferas que rompían me rodearon; hubo avenidas impetuosas de [hombres] que no servían para nada que siguieron aterrorizándome.

6

Las sogas mismas del Seol me cercaron;

por tus senderos guíanos. Viviendo solo para ti, te haremos, Padre, muy feliz. (Véanse también Mat. 24:45-47; Luc. 11:13; 22:42.) volver

Cántico 4

los lazos de la muerte se presentaron delante de mí. 7

8

9

10

En mi angustia seguí invocando a Jehová, y a mi Dios seguí clamando. Entonces desde su templo oyó mi voz, con mi clamor por ayuda en sus oídos. Y la tierra empezó a sacudirse de aquí para allá, y a mecerse; los fundamentos mismos de los cielos se agitaron, y siguieron sacudiéndose de aquí para allá, porque él se había encolerizado. Humo subió en sus narices, y de su boca fuego mismo siguió devorando; carbones mismos flamearon desde él. Y procedió a doblar los cielos hacia abajo, y a descender; y había densas tinieblas debajo de sus pies.

y en cuanto a sus estatutos, no me desviaré de ellos. 24

Y resultaré exento de falta para con él, y ciertamente me guardaré de error de parte mía.

25

Y que me lo pague Jehová conforme a mi justicia, conforme a mi limpieza enfrente de sus ojos.

26

Con alguien leal tú actuarás en lealtad; con el poderoso, exento de falta, tratarás de un modo exento de falta;

27

con el que se mantiene limpio te mostrarás limpio, y con el torcido tú actuarás como simple.

28

Y a la gente humilde la salvarás; pero tus ojos están contra los altivos, [para] rebajar[los].

29

Pues tú eres mi lámpara, oh Jehová, y es Jehová quien hace brillar mi oscuridad.

11

Y vino cabalgando sobre un querubín, y vino volando; y fue visible sobre las alas de un espíritu.

30

Pues por ti puedo correr contra una partida merodeadora; por mi Dios puedo trepar un muro.

12

Entonces puso una oscuridad en torno suyo como cabañas, aguas oscuras, espesas nubes.

31

En cuanto al Dios [verdadero], perfecto es su camino; el dicho de Jehová es refinado. Escudo es a todos los que se refugian en él.

32

Porque ¿quién es un Dios fuera de Jehová, y quién es una roca fuera de nuestro Dios?

33

El Dios [verdadero] es mi fortísima fortaleza, y él hará que mi camino sea perfecto,

34

haciendo mis pies como los de las ciervas; y sobre lugares que me son altos me mantiene en pie.

35

Está adiestrando mis manos para la guerra; y mis brazos han doblado un arco de cobre.

36

Y tú me darás tu escudo de salvación, y tu humildad es lo que me hace grande.

37

Harás que haya lugar bastante grande para mis pasos debajo de mí; y mis tobillos ciertamente no vacilarán.

38

Ciertamente seguiré tras de mis enemigos, para aniquilarlos, y no volveré hasta que queden exterminados.

39

Y los exterminaré y los haré pedazos, para que no se levanten; y caerán debajo de mis pies.

40

Y tú me ceñirás con energía vital para la batalla; harás que los que se levanten contra mí se desplomen debajo de mí.

41

Y en cuanto a mis enemigos, ciertamente me darás [su] cerviz; a los que me odian intensamente... a ellos también reduciré a silencio.

13

Del resplandor enfrente de él, ardientes brasas de fuego flamearon. 14 Desde el cielo Jehová empezó a tronar, y el Altísimo mismo empezó a dar su voz. 15

16

17

18

Y siguió enviando flechas, para esparcirlos; relámpagos, para ponerlos en confusión. Y los cauces del mar se hicieron visibles, los fundamentos de la tierra productiva quedaron al descubierto, a la reprensión de Jehová, de la ráfaga del aliento de sus narices. Estaba enviando desde lo alto, estaba tomándome, estaba sacándome de grandes aguas. Estaba librándome de mi fuerte enemigo, de los que me odiaban; porque eran más fuertes que yo.

19

Siguieron presentándose delante de mí en el día de mi desastre, pero Jehová se hizo mi apoyo.

20

Y procedió a sacarme a un lugar espacioso; estaba librándome, porque se había deleitado en mí.

21

Jehová me recompensa conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me lo paga.

22

Porque he guardado los caminos de Jehová, y no me he apartado inicuamente de mi Dios.

23

Pues todas sus decisiones judiciales están enfrente de mí;

42

Claman por ayuda, pero no hay salvador; a Jehová, pero realmente no les contesta.

43

Y los machacaré hasta que queden finos como el polvo de la tierra; como el fango de las calles los pulverizaré; los batiré hasta dejarlos llanos.

44

Y tú me proveerás escape de la actitud criticona de mi pueblo. Me resguardarás para que sea cabeza de naciones; un pueblo que no he conocido... me servirá.

45

Extranjeros mismos vendrán a mí encogidos de temor; oídos serán obedientes para oírme.

46

Extranjeros mismos se desvanecerán, y saldrán temblando de sus baluartes.

47

Jehová vive; y bendita sea mi Roca; y ensalzado sea el Dios de la roca de mi salvación.

48

El Dios [verdadero] es el Dador de actos de venganza a favor de mí, y Aquel que está haciendo bajar a los pueblos para que estén debajo de mí,

49

y Aquel que me está sacando de entre mis enemigos. Y por encima de los que se levanten contra mí me alzarás; del hombre de hechos violentos me librarás.

50

Por eso te daré gracias, oh Jehová, entre las naciones; y tocaré melodía a tu nombre:

51

Aquel que está haciendo grandes actos de salvación para su rey y ejerciendo bondad amorosa a su ungido, a David y a su descendencia para tiempo indefinido”.

23 Y estas son las últimas palabras de David: “La expresión de David hijo de Jesé, y la expresión del hombre físicamente capacitado que fue levantado en alto, el ungido del Dios de Jacob, y el agradable de las melodías de Israel. 2

El espíritu de Jehová fue lo que habló por mí, y su palabra estuvo sobre mi lengua.

3

El Dios de Israel dijo, me habló la Roca de Israel: „Cuando el que gobierna sobre la humanidad es justo, gobernando en el temor de Dios,

4

entonces es como la luz de la mañana, cuando brilla el sol, una mañana sin nubes. Del resplandor, de la lluvia, hay hierba procedente de la tierra‟.

5

Pues, ¿no es mi casa semejante a eso con Dios?

Porque es un pacto de duración indefinida el que me ha asignado, muy bien ordenado en todo y hecho seguro. Porque es toda mi salvación y todo mi deleite, ¿acaso no es por eso por lo que él lo hará crecer? 6

Pero a personas que no sirven para nada se les hace huir, como zarzas, todas ellas; porque no es por la mano que deben ser tomadas.

7

Cuando las toca un hombre debe estar plenamente armado de hierro y del asta de lanza, y con fuego serán quemadas por completo”.

8

Estos son los nombres de los hombres poderosos que pertenecían a David: Joseb-basébet tahkemonita, el cabeza de los tres. Estuvo blandiendo su lanza sobre ochocientos que fueron muertos de una sola vez. 9 Después de él Eleazar hijo de Dodó hijo de Ahohí figuraba entre los tres hombres poderosos [que estaban] con David cuando desafiaron con escarnio a los filisteos. Ellos se habían reunido allí para la batalla, y así que los 10 hombres de Israel se retiraron. Él fue quien se levantó y siguió derribando a los filisteos hasta que se le cansó la mano, y su mano se quedó adherida a la espada, de modo que Jehová ejecutó una gran salvación en aquel día; y en cuanto a la gente, volvió detrás de él solo para despojar [a los derribados]. 11

Y después de él fue Samah hijo de Agué el hararita. Y los filisteos procedieron a reunirse en Lehí, donde sucedió que había entonces una porción del campo llena de lentejas; y el pueblo mismo huyó a 12 causa de los filisteos. Pero él se plantó en medio de la porción [del campo] y la libró y siguió derribando a los filisteos, de modo que Jehová ejecutó una gran salvación. 13

Y tres de los treinta cabezas procedieron a descender y venir al tiempo de [la] siega, a David en la cueva de Adulam; y una aldea de tiendas de los filisteos 14 estaba acampada en la llanura baja de los refaím. Y David entonces estaba en el lugar de difícil acceso; y una avanzada de los filisteos estaba entonces en Belén. 15 Después de un rato David expresó su deseo vehemente y dijo: “¡Ay, que pudiera yo beber del agua 16 de la cisterna de Belén que está a la puerta!”. Ante esto, los tres hombres poderosos se abrieron paso por fuerza en el campamento de los filisteos y sacaron agua de la cisterna de Belén que está a la puerta, y vinieron llevándola y trayéndosela a David; y él no consintió en 17 beberla, sino que se la derramó a Jehová. Y pasó a decir: “¡Es inconcebible de parte mía, oh Jehová, que yo haga esto! ¿[Beberé yo] la sangre de los hombres que fueron a riesgo de sus almas?”. Y no consintió en beberla. Estas son las cosas que hicieron los tres hombres poderosos. 18

En cuanto a Abisai hermano de Joab hijo de Zeruyá, él era el cabeza de los treinta, y estuvo

blandiendo su lanza sobre trescientos que fueron muertos, y tenía una reputación como la de los tres. 19 Aunque era distinguido hasta más que los demás de los treinta, y vino a ser su jefe, no llegó al nivel de los tres [primeros]. 20

En cuanto a Benaya hijo de Jehoiadá hijo de un hombre valiente, que hizo muchas hazañas en Qabzeel, él mismo derribó a los dos hijos de Ariel de Moab; y él mismo descendió y derribó a un león dentro de una 21 cisterna en un día de nieve. Y él fue quien derribó al egipcio que era de tamaño extraordinario. Aunque había una lanza en la mano del egipcio, no obstante procedió a bajar a él con una vara, y arrebató la lanza de la mano 22 del egipcio y lo mató con su propia lanza. Estas cosas hizo Benaya hijo de Jehoiadá; y tenía una reputación 23 como la de los tres hombres poderosos. Aunque era distinguido hasta más que los treinta, no llegó al nivel de los tres; pero David lo nombró a su propia guardia de corps. 24

Asahel hermano de Joab figuraba entre los treinta; 25 Elhanán hijo de Dodó de Belén, Samah el harodita, 26 Eliqá el harodita, Hélez el paltita, Irá hijo de Iqués el 27 teqoíta, Abí-ézer el anatotita, Mebunai el husatita, 28 29 Zalmón el ahohíta, Maharai el netofatita, Héleb hijo de Baanah el netofatita, Ittai hijo de Ribai, de Guibeah 30 de los hijos de Benjamín, Benaya piratonita, Hidai, de 31 los valles torrenciales de Gaas, Abí-albón el arbatita, 32 Azmávet el bar-humita, Eliahbá el saalbonita, los hijos 33 de Jasén, Jonatán, Samah el hararita, Ahiam hijo de 34 Sarar el hararita, Elifélet hijo de Ahasbai hijo del 35 maacatita, Eliam hijo de Ahitofel el guilonita, Hezró el 36 carmelita, Paarai el arbita, Igal hijo de Natán de Zobá, 37 Baní el gadita, Zéleq el ammonita, Naharai el 38 beerotita, escuderos de Joab hijo de Zeruyá, Irá el 39 itrita, Gareb el itrita, Urías el hitita... treinta y siete en conjunto. 24 Y la cólera de Jehová volvió a ponerse ardiente contra Israel, cuando uno incitó a David contra ellos, 2 diciendo: “Anda, toma la cuenta de Israel y Judá”. De modo que el rey dijo a Joab el jefe de las fuerzas militares que estaba con él: “Muévete, por favor, por todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Beer-seba, e inscriban ustedes al pueblo, y ciertamente sabré el 3 número de la gente”. Pero Joab dijo al rey: “Que aun añada Jehová tu Dios al pueblo cien veces más de lo que son mientras lo estén viendo los mismos ojos de mi señor el rey. Pero en cuanto a mi señor el rey, ¿por qué se ha deleitado en esta cosa?”. 4

Por fin la palabra del rey prevaleció sobre Joab y los jefes de las fuerzas militares. De modo que Joab y los jefes de las fuerzas militares salieron de delante del 5 rey para inscribir al pueblo, Israel. Entonces cruzaron el Jordán y se pusieron a acampar en Aroer, a la derecha de la ciudad que está en medio del valle 6 torrencial, hacia los gaditas, y a Jazer. Después siguieron adelante a Galaad y a la tierra de Tahtimhodsí y continuaron hasta Dan-jaán y fueron alrededor a 7 Sidón. Entonces llegaron al fuerte de Tiro y a todas las ciudades de los heveos y de los cananeos, y llegaron al punto de terminación en el Négueb de Judá, en Beer-

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seba. Así fueron moviéndose por todo el país, y llegaron a Jerusalén al cabo de nueve meses y veinte 9 días. Joab entonces dio al rey el número de la inscripción del pueblo; e Israel ascendió a ochocientos mil hombres valientes que sacaban espada, y los hombres de Judá eran quinientos mil hombres. 10

Y el corazón de David empezó a darle golpes después de haber contado así al pueblo. Por consiguiente, David dijo a Jehová: “He pecado muchísimo en lo que he hecho. Y ahora, Jehová, deja pasar el error de tu siervo, por favor; porque he obrado 11 muy tontamente”. Cuando David procedió a levantarse por la mañana, la palabra misma de Jehová vino a Gad el profeta, el hombre de visiones de David, 12 diciendo: “Ve, y tienes que decir a David: „Esto es lo que ha dicho Jehová: “Tres cosas te estoy imponiendo. 13 Escógete una de ellas para que te la haga”‟”. Por consiguiente, Gad entró a donde David y le informó y le dijo: “¿Deben venirte siete años de hambre en tu país, o tres meses de huir tú delante de tus adversarios, con ellos persiguiéndote, o debe haber tres días de peste en tu país? Ahora sabe y ve lo que responderé a Aquel que 14 me envió”. De modo que David dijo a Gad: “Me es muy angustioso. Caigamos, por favor, en la mano de Jehová, porque son muchas sus misericordias; pero en mano de hombre no se me deje caer”. 15

Entonces Jehová dio una peste en Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado, de modo que del pueblo, desde Dan hasta Beer-seba, setenta mil 16 personas murieron. Y el ángel mantuvo alargada la mano hacia Jerusalén para arruinarla; y Jehová empezó a sentir pesar respecto a la calamidad, y por eso dijo al ángel que estaba causando ruina entre el pueblo: “¡Basta! Ahora deja caer tu mano”. Y el ángel mismo de Jehová se hallaba cerca de la era de Arauna el jebuseo. 17

Y David procedió a decir a Jehová, cuando vio al ángel que estaba derribando al pueblo, sí, procedió a decir: “Mira que yo soy el que he pecado y yo soy el que he hecho mal; pero estas ovejas... ¿qué han hecho ellas? Venga tu mano, por favor, sobre mí y sobre la casa de mi padre”. 18

Más tarde Gad entró a donde David en aquel día y le dijo: “Sube, erige para Jehová un altar en la era de 19 Arauna el jebuseo”. Y David empezó a subir conforme a la palabra de Gad, conforme a lo que había mandado 20 Jehová. Cuando Arauna miró hacia abajo y vio al rey y a sus siervos que venían pasando en dirección a él, Arauna salió en seguida y se inclinó ante el rey rostro a 21 tierra. Entonces dijo Arauna: “¿Por qué ha venido mi señor el rey a su siervo?”. A lo cual dijo David: “Para comprarte la era a fin de edificar un altar a Jehová, para 22 que se detenga el azote de sobre el pueblo”. Pero Arauna dijo a David: “Tómela mi señor el rey y ofrezca lo que sea bueno a sus ojos. Ve ahí el ganado vacuno para la ofrenda quemada y el trillo y los aparejos del 23 ganado vacuno para leña. Todo esto Arauna, oh rey, lo da en efecto al rey”. Y Arauna dijo además al rey: “Que Jehová tu Dios se muestre complacido en ti”. 24

Sin embargo, el rey dijo a Arauna: “No, sino que sin falta te la compraré por precio; y no ofreceré a

Jehová mi Dios sacrificios quemados sin costo”. Por consiguiente, David compró la era y el ganado vacuno 25 por cincuenta siclos de plata. Y David procedió a edificar allí un altar a Jehová y a ofrecer sacrificios quemados y sacrificios de comunión, y Jehová empezó a dejarse rogar a favor de la tierra, de modo que se detuvo el azote de sobre Israel.

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