Santa Teresa y la Biblia M. Neus Edo i Ximenes, Bolivia

Introducción Santa Teresa es un referente para nuestra espiritualidad. En su época, no había biblias a disposición del público en general, pero en sus escritos se muestra conocedora de ella, haciendo muchas referencias a textos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Nuestro Padre San Pedro Poveda también nombraba textos bíblicos con frecuencia. En esta comunicación se pretende hacer un paseo por los textos bíblicos citados o referenciados por Santa Teresa en su libro “Las Moradas”.

Ver

preferencias, correlaciones, coincidencias… Esto con el objeto de conocer mejor a la Santa, y de empaparnos mejor de su espiritualidad. Veremos si los textos que cita Santa Teresa tienen correlación con los que cita San Pedro Poveda. Y finalmente, veremos cómo los textos bíblicos que cita nos pueden ayudar a vivir mejor nuestro ser cristianas y cristianos en nuestro aquí y ahora. Se ha seleccionado un solo libro de Santa Teresa por la limitada extensión de una comunicación. Y se ha elegido el de Las Moradas por ser su obra por excelencia que marca un camino hacia la vida espiritual, como modelo para todas las personas cristianas. De este modo, se pretende conocer un poco más a Santa Teresa y hacer un acercamiento distinto al libro de Las Moradas, del que cada día podemos seguir aprendiendo cosas para nuestra vida y para nuestro camino espiritual.

Contacto de Santa Teresa con la Biblia Santa Teresa no tuvo una biblia en sus manos, como nosotras/os podemos tener hoy. En aquella época, estaba reservada a obispos y sacerdotes. Su conocimiento bíblico se basaba en la liturgia diaria, tanto la celebración eucarística como la liturgia de las horas. Tampoco asistió a clases de teología y de biblia, pues eso también estaba reservado para los varones.

Podemos decir que el acercamiento de Teresa a la Biblia se dio a través de la oración diaria. Sabemos que las lecturas de la misa diaria en dos años hacen un recorrido completo por los cuatro evangelios, y por muchos textos del Antiguo Testamento, así como de cartas paulinas u otras. Las lecturas de los domingos, en un ciclo de tres años, también leen los cuatro evangelios completos. De esta forma, en dos años, siguiendo diariamente la eucaristía, y en tres, los domingos, se han leído los cuatro evangelios. Esto quiere decir, que en la vida de Teresa, leyó o escuchó muchas veces los evangelios de forma completa, aún sin tener una biblia en sus manos. La liturgia de las horas, rezada en el convento mínimamente tres veces diarias, laudes, vísperas y completas, podía llegar incluso a siete veces: con el oficio de lectura y las horas intermedias tercia, sexta y nona. A un promedio de dos salmos y un cántico por cada oficio, podían ser entre 6 y 15 salmos diarios, y de 3 a 6 cánticos. La liturgia de las horas tiene un ciclo de cuatro semanas en el tiempo ordinario, y tiempos propios en Adviento, Navidad, Semana Santa y Pascua. ¿Qué conclusión podemos sacar de esto? Que Santa Teresa, a pesar de no tener una Biblia en sus manos para el estudio personal, tuvo acceso a la Biblia cada día de su vida en el convento, y si entró en el noviciado a los 20 años y murió a los 67, quiere decir que pasó 365 días durante 47 años en contacto con textos tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento. De ahí viene, con toda probabilidad, su gran conocimiento de la Biblia. Pero además, una lectura de la Biblia pasada por la oración, por la meditación, por la reflexión. No sólo a nivel intelectual, sino a nivel experiencial. Cuando Teresa intenta explicar el recorrido de una persona de oración, una persona que vive en intimidad con Dios, lo que le viene a la mente son esas imágenes bíblicas que tanto conoce, como para que no quede ninguna duda. El fundamento de una persona de Dios es, sin duda, la Biblia, Palabra de Dios. ¡Qué mejor fundamento! Además, es de una gran inteligencia por su parte, ya que sus libros ya habían sido cuestionados por la Inquisición. Las Moradas es el último que escribe, a parte de las Fundaciones que le ocupa

varios años hasta su muerte. Hacer alusiones a las Sagradas Escrituras daría más credibilidad a su obra.

Con la lupa puesta En primer lugar presentamos una relación, que no pretende ser exhaustiva, de las citas bíblicas que aparecen en el libro de Las Moradas. Algunas, aunque pocas, son citas textuales. Otras, la mayoría, son referencias más o menos directas a textos bíblicos. En pocas ocasiones son evocaciones que pueden recordar al lector alguna cita bíblica aunque ella no lo explicite. Se presenta primero la cita bíblica, y a continuación la cita del libro de Las Moradas. En la primera columna mostramos las citas el Antiguo Testamento y en la segunda las del Nuevo Testamento. Esta relación está basada en el comentario al libro de Las Moradas del padre Tomás Álvarez, OCD, tomado del blog del Monasterio de Carmelitas Descalzas de Puçol, Valencia, España, que se llama “De la rueca a la pluma” 1. ANTIGUO TESTAMENTO I Moradas Prob 8, 31 1M 1, 1 Gn 1, 26-27 A imagen y semejanza de Dios 1M 1, 1 Gn 19, 26 1M 1, 6

Sal 126, 1-2 1M 2, 5 Sal 59, 14 o 107, 14 1M 2, 8

1

NUEVO TESTAMENTO Jn14, 2

Muchas moradas 1M 1, 1 y 3

Jn 9, 2-3 sólo por mostrar la grandeza de Dios 1M 1, 3 San Pablo y la Magdalena, ejemplos de conversión. 1M 1, 3. 6M 9,10; 7M 1, 5; 3, 9; 4, 5 6M 7, 4; 11, 12; 7M 2, 7 Fil 3, 20 - 1M 1, 6 Jn 5, 2-8 1M 1,8 Alma tullida, viene Él a hacerla caminar Mt 6, 21 donde está nuestro tesoro está nuestro corazón 1M 1, 8 “Pongamos los ojos en Cristo nuestro bien” Hb 12, 9 Ap 21, 2 y 10 (Jerusalén celeste) – castillo resplandeciente y hermoso Mt 13, 45 perla oriental – preciosa margarita

https://delaruecaalapluma.wordpress.com/2014/02/19/las-moradas-comentadas-por-el-p-tomasalvarez/, fecha de consulta: agosto 2015

Mt 22 , 13; 8, 12 tinieblas tenebrosas – parábola del banquete Fuente clara, fuente de vida, frescura y fruto, negrísimas aguas, sol resplandeciente 1M 2, 2 Estar unidas a la vid…

ANTIGUO TESTAMENTO II Moradas Jue 7, 4-6 Soldados selectos de Gedeón 2M 1, 6 2M 1, 6

Maná Ex 16, 4-35. Sabor Sab 16, 30 2M 1,7 Eclo 3, 27 - 2M 1, 11

2Co 11, 14 - demonio hecho ángel de luz 1M 2, 15 NUEVO TESTAMENTO Ef 6, 10-17 armados con las armas de Dios para vencer al demonio 1 Tm 6, 12 En el castillo se lucha 2 Tm 2, 5 2M 1, 6 Cargar con la cruz de Cristo - 2M 1, 7 Lc 15, 16 2M 1, 4 Jn 15, 5 2M 1, 6 Edificar sobre arena 2M 1, 7 Mt 20, 22 - 2M 1, 8 Jn 20, 21 2M 1, 9 Jn 14, 6 y 9 - 2M 1, 11 Mt 10, 24 2M 1, 11 Mc 10, 17 2M 1, 11 Mt 26, 41 2M 1, 11

III Moradas Sal 112 (111) 3M 1, 1 y 4 Mt 19 , 16-22 Adolescencia espiritual 3M 1, 6y7 Jn 11, 16 Vayamos y muramos con él (Tomás) y luego le abandona 3M 1, 2 1 Re 1, 10, 2 Re 23, 13, Ecli 47, 19-21 3M 1, Mt 19, 27 3M 1, 8 4 Sal 25, 2; 138, 23 Pruébanos tú, Señor 3M Lc 17 siervo inútil 3 M 1, 8 1, 9 Lc 12, 48 quien más ha recibido más se le pedirá 3 M 1, 8 Sal 119, 137 Justo es el Señor 3M 2, 11 Mt 19, 21 Dejarlo todo por El 3M 2, 4 Dt 32, 11 3M 2, 12 Mt 6, 10 - Lc 22, 42 3M 2,6 Rm 11, 33 3M 2, 11 1Pe 5, 7 3M 2,13 Como no descuidemos en suplicarlo a su Majestad, haremos harto provecho con su favor. Pedid y se os dará. 3M 2, 13 IV Moradas Sal 119 (118), 32 4M 1, 5 y 2, 5 Jn 15, 5 No podemos nada sin El. 4M 1, 4 Cantar 8, 1 4M 1, 12

V Moradas Cantar 2, 4 y 3, 2 5M 1, 12; 2, 12 Jonás 4, 6-7 5M 3, 6

VI Moradas Sal 32, 18 33, 23 6M 1, 13 Sal 41, 2 - cierva herida 6M 2, Cantar – me has herido el corazón, dice el esposo - 6M 2, Profetas de Israel, apremiados por Dios a testificar aún a costa de su vida

Jonás 1 y 4 6M 3, 9 Josué 10, 12-13 6M 3, 18 Gn 28, 12 6M 4, 6 Ex 3, 2 6M 4, 7 Cantar 3, 2 6M 4, 10 Pro 8, 29 o Job 38 8-10 6M 5, 3 Mal 4, 2 6M 5, 9 Num 13, 18-24 6M 5, 9 1 Re 15, 2 o Ex 14, 18 6M 6, 3 Ex 14, 21-22 y Js 3, 13 6M 6, 4 Gn 8, 8-9 6M 6, 4 1 Re 18, 30-39 6M 7, 8 Ct 3, 3 6M 7, 9 1 Re 15, 10-11 6M 9, 15 Sal 115, 11 6M 10, 5

VII Moradas Ex 18, 2-4 7M 1, 1 Mal 4, 2 7M 1, 3 Sal 41, 2 7M 3, 13 Gn 8, 8-9 7M 3, 13 1 Re 6, 7 7M 3, 11

2 Cor 11, 24 5M 1, 1 Mt 20, 16 5M 1, 2 Mt 13, 44 5M 1, 2 Jn 20, 19 5M 1, 12 7M 2, 3 Col 3, 3-4 5M 2, 4 Lc 22, 15 5M 2, 13 Jn 11, 35 5M 3, 4 Jn 17, 22 Mt 5, 48 5M 3, 7 Mc 12, 31 5M 3, 7 1Jn 4, 20 5M 3, 8

2 Cor 12, 4 - Pablo de Tarso se siente empujado por Dios a testificar su encuentro con él y a hablar por él “Yo soy”, Jn. 6M, 3, 5 Contrastar lo escuchado para discernir si es de Dios o imaginación… como Pablo hará al ir a Jerusalén para hablar con Pedro Lc 10, 16 - 6M 3, 11 1 Cor 10, 13 6M 3, 17 Flp 2, 12 6M 3, 17 Jn 4, 6-7 6M 4, 11 Lc 12, 48 6M 5, 9 1 Cor 4, 7 6M 5, 6 2 Cor 12, 2-4 6M 5, 8 Mt 19, 17 6M 6, 2 Hc 5, 41 6M 6, 4 Lc 15, 22 6M 6, 10 Jn 14, 6; 8, 12; 14, 9 6M 7, 6 Jn 16, 7 6M 7, 14 1 Cor 10, 13 6M 8, 7 Mt 25, 41 6M 9, 6 Hch 9, 3 6M 9, 10 Mt 20, 20-22 6M 9, 15 Jn 18, 36-38 6M 10, 5 Jn 14, 6 6M 10, 6

Hch 9, 8 Alusión a San Pablo, aunque éste quedó ciego, pero no mudo 7M 1, 5 Jn 14, 23 7M 1, 6 Jn 20, 19-21 7M 2, 3 y 1 Cor 6, 17 7M 2, 5 Fil 1, 21 7M 2, 5 Mi vivir es Cristo, y morir ganancia

1 Re 11 7M 4, 3 Sal 111, 1 7M 4, 3 Sal 17, 26 7M 4, 10 Ct 2, 4 7M 4, 11

Gal 2, 20 7M 2,5 Mi vivir es Cristo Lc 7, 50 7M 2, 7 Jn 17, 21. 20. 23 7M 2, 7 Lc 21, 33 7M 2, 8 Hch 9, 6 7M 3, 9 ¿Qué queréis, Señor, que haga? Ap 21, 3 7M 3, 13 Lc 18, 13 7M 3, 14 Lc 10 Marta y María 7M 4 título 1 Tes 2, 9 7M 4, 5 Mt 10, 38-39 7M 4, 12 Lc 10, 42 7M 4, 13 Lc 7, 37-38 7M 4, 13

Una primera vista a vuelo de pájaro nos indica que la Santa en las primeras cinco Moradas hace más referencias al Nuevo Testamento. En las Sextas Moradas hay aproximadamente las mismas referencias al Antiguo que al Nuevo. Y en las Séptimas, nuevamente tiene mayor presencia el Nuevo Testamento, con la gran referencia paulina “Mi vivir es Cristo”. Queremos

destacar

que

las

referencias

bíblicas

no

son

algo

circunstancial, y que ya la metáfora del castillo tiene una cimentación bíblica. En el primer número del capítulo

1 de las Primeras Moradas propone la

imagen del castillo, que acompañara todo el libro, y toma tres imágenes bíblicas que le dan sentido y contenido: 1.- “Que en el castillo del alma hay muchos aposentos, «como en el cielo hay muchas moradas»”, en clara alusión a las palabras de Jesús en Juan 14, 2: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas”. 2.- “El alma del justo es un paraíso adonde él tiene sus deleites”, haciendo referencia a los Proverbios 8, 31: “la Sabiduría tiene sus delicias en habitar con los hijos de los hombres”. 3.- “El mismo Dios nos creó a su imagen y semejanza”. Encontramos esta referencia en Génesis 1, 26-27: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza… Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó”.

Principales imágenes bíblicas en cada una de las Moradas Para cada una de las Moradas Teresa utiliza algunas imágenes bíblicas, que ayudan a entender la actitud y el estilo de persona que transita por ellas. La persona “de las primeras moradas, liberada ya del pecado, está como Pablo o Magdalena recién convertidos; como el

ciego de nacimiento o el

paralítico de Siloé que han recuperado la vista o el movimiento, antes atrofiados. Pero, como la mujer de Lot, en riesgo permanente de volver la mirada atrás y petrificarse”2. “Al cristiano/a de las segundas moradas se le recuerda su condición de hijo pródigo, precisado en otro tiempo a comer “manjar de puercos”. Se lo insta a la lucha: tiene que ser batallero, como los soldados de Gedeón, sin tiempo ni tregua para echarse de bruces a beber agua del torrente” 3. La persona que se adentra en las terceras moradas, “tiene que someterse a misteriosos controles de autenticidad: como el joven rico del Evangelio; como el apóstol Tomás (muramos por vos…); en riesgo permanente, hasta sentirse personificado en las dos figuras paradigmáticas de David y Salomón: uno, que supera el riesgo de la caída; y el otro, que sucumbe a ella” 4. En las cuartas moradas encontramos dos imágenes: “los jornaleros de la parábola, retribuidos muy por encima de lo trabajado; o la esposa de los Cantares invitada al idilio del amor divino. El alma de las cuartas moradas es como el jornalero evangélico, pagado a desmesura con la moneda del amor”5. En las quintas moradas, la persona ya vive “en lo alto del monte, como los Padres y profetas del Monte Carmelo; o como la esposa de los Cantares, que ya tiene en orden el amor («ordenó en mí la caridad»). Pero sin omitir el contrapunto de la tipología de riesgo: «Judas y Saúl», llamados al amor, y fracasados”6.

2

Alvarez, P. Tomás, 2000. Comentario al Libro de las Moradas. Id. 4 Id. 5 Id. 6 Id. 3

La persona de las moradas sextas “evoca una serie de tipos bíblicos: Jacob y la escala cuyo último peldaño toca el cielo; Moisés y la zarza ardiente, gran teofanía de la divinidad; Pablo arrebatado al tercer cielo; la Samaritana invitada a beber el agua viva; el hijo pródigo ahora entra en el banquete de fiesta; la Magdalena, defendida por Jesús; la esposa de los Cantares… Con una fugaz alusión a la figura trágica de Saúl, que ungido rey, «se perdió»”7. Por último, las séptimas moradas también tienen imágenes bíblicas: “reaparece, aunque con signo diverso, el dúo de convertidos de las primeras moradas, San Pablo y la Magdalena del Evangelio; la séptima morada es como el templo de Salomón, que se construye sin ruido; ahí recibe el alma el ósculo de la esposa de los Cantares; y la paz, paz como la anunciada por la paloma del diluvio, o como la que en el cenáculo produce la palabra del Resucitado. «Hambre de la honra de Dios», como la tuvo Elías.”8. La regla de vida para la persona que habita esta séptima morada es: «¡Los ojos en Cristo Crucificado, y todo se os hará poco! ». Nos resuena a aquellos escritos de Pedro Poveda en que nos pone por modelo el crucifijo, instándonos a ser crucifijos vivientes.

Coincidencias entre Santa Teresa y Pedro Poveda Por la limitación de espacio y tiempo, tomaré las séptimas moradas para hacer este análisis, y dos aspectos solamente, que a mi modo de entender resumen todo. Queda para más adelante hacer más extenso este apartado. “Desasimiento y henchirse de Dios”. “Es muy cierto que en vaciando nosotros todo lo que es criatura y desasiéndonos de ella por amor de Dios, el mismo Señor la ha de henchir de sí”9, nos dice Santa Teresa. Nos resuenan esas palabras de Pedro Poveda, en su texto titulado “Toda de Dios”: “Yo pienso, sí, vidas muy humanas, casas en donde el humanismo impere. Pero como entiendo que esas vidas no podrán ser cual las deseamos si no son vidas

7

Id. Id. 9 7M 2, 7 8

de Dios, pretendo comenzar por henchir de Dios a las que han de vivir esa verdadera vida humana”10 “Mi vivir es Cristo, y morir ganancia”11.

Santa Teresa propone esta

imagen, tomada de San Pablo en la carta a los Filipenses, como meta para la persona que vive en las séptimas moradas, en lo más íntimo del castillo interior. Allí encontramos la plena unión con Dios, en sus palabras el “matrimonio espiritual”. Y esa comunión es vivir como Cristo vivió, vivir tan unida a Cristo que ya sea él quien vive en nosotras. Pedro Poveda utiliza esta misma frase de San Pablo a los Filipenses en una de las fórmulas para las insignias de las Hijas de Santa Teresa. Poveda dice que no es difícil con la ayuda de la gracia de Dios, vivir para Cristo. “No es suficiente no vivir para sí, hay que vivir para Cristo”12

A modo de conclusión… provisional De la mano de la Santa estamos llamadas y llamados a adentrarnos en el camino espiritual, en el camino de la “amistad con quien sabemos nos ama”, estemos donde estemos, hagamos lo que hagamos. Y aquí tenemos tanto la ayuda de Santa Teresa como la de Pedro Poveda, porque no lo vamos a hacer solos y solas. Contamos con Dios, que puede más que cada una, cada uno. Dice Santa Teresa en el epílogo, num 2: “Verdad es que no en todas las moradas podréis entrar por vuestras fuerzas, aunque os parezca que las tenéis grandes, si no os mete el mismo Señor del castillo”. Y Pedro Poveda siempre nos estimula con su conocido: “Para Dios, nada hay imposible”. Como dije, este trabajo está incompleto. Queda para más adelante esta tarea.

Bibliografía

10

Poveda, Pedro. Creí por esto hablé, 74 7M 2, 5 12 Poveda, Pedro. Creí por esto hable, 249 11



Poveda, Pedro. 2005. Obras I. Creí por esto hablé. Edición crítica y estudio a cargo de Mª Dolores Gómez Molleda. Madrid, Narcea Editorial.



Santa Teresa de Jesús. 1976. Obras Completas. Madrid, Editorial de Espiritualidad.



Alvarez, P. Tomás, 2000. Comentario al Libro de las Moradas. https://delaruecaalapluma.wordpress.com/2014/02/19/las-moradascomentadas-por-el-p-tomas-alvarez/, fecha de consulta: agosto 2015