SALMO 118. Confianza es la esperanza firme o seguridad que se tiene en que una persona va a actuar o una cosa va a funcionar como se desea

SALMO 118 “Todo es posible para Dios” Muchos decimos esta frase, pero hay momentos en nuestras vidas en los que dudamos si realmente es así o no… Est...
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SALMO 118

“Todo es posible para Dios” Muchos decimos esta frase, pero hay momentos en nuestras vidas en los que dudamos si realmente es así o no… Estamos seguros de que Dios puede con cualquier dificultad cuando se trata de problemas ajenos, pero cuando se trata de los nuestros… se tambalea nuestra fe… Hoy quiero hablar sobre la confianza… sobre la seguridad en Dios… sobre esa fe inamovible que deberíamos tener cada día de nuetsras vidas, en lo bueno y en lo malo… En el salmo que hemos leído esta tarde, el salmista tiene dos objetivos: animarse a sí mismo y animar a los demás a confiar en Dios. Y hay un versículo clave en este salmo, que es versículo 8. "Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre" (Salmo 118:8) Confianza es la esperanza firme o seguridad que se tiene en que una persona va a actuar o una cosa va a funcionar como se desea. Los pilotos confían en sus aviones para llegar a su destino. Los taxistas en sus taxis. Los pesqueros en su barca… cada uno de ellos confía en el medio de transporte que les llevará hasta el lugar al que deben llegar. Cada uno de nosotros debe depositar su confianza en algo o alguien para llegar a nuestro destino. Y para llegar al nuestro, a nuestro destino eterno, en el único en quien podemos confiar es en Dios. Para andar por el camino de la salvación, no sirve confiar sólo de nosotros mismos o de quienes nos rodean… sino que es imprescindible confiar en el que está arriba… En Proverbios 3:5-6 dice: "Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas". Si nos fiamos de nuestras propias ideas, de nuestra intuición y deseos… no llegaremos a enderezar nuestro camino nunca.

Un relato que encontré dice lo siguiente: “Una pelota de baloncesto en mis manos vale 19 euros. En las manos de Michael Jordan vale 33 millones de euros. Depende de quien sean las manos. Una pelota de fútbol en mis manos vale 6 euros. En las manos de Cristiano Ronaldo vale 20 millones de euros. Depende de quien sean las manos. Una vara en mis manos podrá ahuyentar a una fiera salvaje. En las manos de Moisés hizo que las aguas del mar se separen. Depende de quien sean las manos. Una honda en mis manos es tan solo un juguete. En las manos de David fue un arma potente. Depende de quien sean las manos. Cinco panes y dos peces en mis manos son un tentenpié. En las manos de Jesús fue el alimento para una multitud. Depende de quien sean las manos. Unos clavos en mis manos serán suficientes para construir una silla. En las manos de Jesucristo sirvieron para traer salvación al mundo entero. Depende de quien sean las manos. Siempre depende de quien sean las manos. En nuestras manos, todo es insignificante. Por eso, coloca tus aflicciones, tus preocupaciones, tus temores, tus anhelos, tus sueños, tu familia y tus relaciones en las manos del más grande… en las manos de Dios.” Existen tres verdades importantísimas sobre nuestra confianza en Dios. 1) Nuestra confianza en Dios rompe nuestras limitaciones: Ante situaciones de desesperación y tribulaciones, muchas veces nos cerramos y sólo pensamos en frases como “ya no puedo más”, “esto nunca cambiará”, “no hay solución”, etc… Frases que una a una expresan lo mismo: resignación. Quien pone en Dios su confianza podrá estar rodeado de muchas limitaciones pero en lo que no estará limitado será en su capacidad de

soñar con cosas mejores porque sabe que en aquello que para él es imposible, para Dios es posible. 2) Nuestra confianza en Dios nos hace reaccionar: Cuando tenemos miedo, nos bloqueamos. Nuestro cuerpo se paraliza y no reacciona ante las situaciones que se nos pueden presentar. Quienes han caido en resignación frente a los obstáculos de su vida han quedados paralizados y si convertimos esta reacción en una costumbre, tarde o temprano, esa persona será alguien que vea pasar los días de su vida sin esperar que nada le sorprenda, le llene o le haga ponerse en acción. Cuando caemos en este pozo de resignación, olvidamos el poder que Dios ha puesto a nuestro alcanze; pero debemos recordar que la confianza en Dios nos moviliza y los sueños vuelven a florecer en nuestra mente; gracias a la confianza de que para Aquél que sabemos que es el Todopoderoso, todas las cosas le son posibles. 3) Nuestra confianza en Dios nos da la victoria: Cuando confiamos en Dios, se rompen nuestras limitaciones y reaccionamos ante los problemas. Y cuando ocurre esto, si permanecemos al lado de Dios, no dudemos en que venceremos y obtendremos la victoria... “Si Dios es con nosotros, ¿quién contra nosotros?”

“Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre”. Los seres humanos somos egoístas, pecadores y fallamos en cualquier momento. En cambio Dios es misericordioso, puro y perfecto, que cumple con lo que promete y nos sostiene siempre que caemos. Son muchas las promesas que nos hace Dios en su palabra si confiamos en Él:

“Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.” Salmo 37:3-5 “Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.” Proverbios 3:5-6 “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Buscad primeramente el reino de Dios y justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” San Mateo 6:31-33 “Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” 1 Pedro 5:7 “Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza.” Salmos 40:4 “Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, que no se mueve, sino que permanece para siempre.” Salmos 125:1 “Porque Jehová será tu confianza, Y él preservará tu pie de quedar preso.” Proverbios 3:26 “Dijo Jesús: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Juan 16:33 Navegando en medio de la noche y zarandeados por el viento y las olas los discípulos se asustaron porque no reconocieron a Jesús, que se les acercaba caminando sobre las aguas. Se pusieron a gritar creyendo que era un fantasma. Jesús los tranquilizó y Pedro le dijo: "Senor, si eres Tú, mándame ir donde ti sobre las aguas" (Mateo 14:24ss). Lo que Pedro le pidió al Señor era algo realmente insólito, pero en sus palabras había confianza y sabía que nada era imposible para el Maestro. Vemos en Pedro una actitud confiada que supera la lógica humana, una convicción profunda de que si el Señor se lo pide nada impedirá que realice grandes logros, incluso, caminar sobre el agua. El apóstol se bajó de la barca y empieza a caminar, pero de pronto, se asustó por la violencia del viento y se comienza a hundir.

También nosotros, de alguna manera, caminamos sobre las aguas siguiendo la voz del Señor Jesús, asumiendo retos que realmente salen de nuestras expectativas y cuya explicación va más allá de nuestras propias capacidades. Pero muchas veces, asustados o distraídos por la ventisca del mundo perdemos de vista a Jesús y nos hundimos en el caos de lo cotidiano, en el oleaje de la vida terrenal. En esos momentos dejamos a un lado nuestra confianza en el Señor y nos aferramos a falsas seguridades y falsos salvavidas que nos ofrece el mundo y sus tentaciones. Si vemos que nos hundimos en medio de la tormenta, debemos ser capaces de volver la mirada a Dios y unir nuestra voz a la de Pedro para gritar "¡Señor sálvame!" (Mateo 14:30) con la total confiaza de que al momento, Él extenderá su mano y nos protegerá en su corazón. No podemos rendirnos entregando la vida que Cristo nos ha dado a la resignación. Pongamos nuestra confianza en Dios, rompamos con nuestras limitaciones y empecemos a actuar, porque es esa confianza la que en todo momento nos dará la victoria y la salvación.

Noemí Fariña

IEB Sta. Cruz de Tenerife, 16-08-2009

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