RAE 1. TIPO DE DOCUMENTO: Trabajo de grado para optar por el título de LICENCIADO EN TEOLOGÍA. 2. TITULO: EDUCACIÓN RELIGIOSA ESCOLAR EN EL PLURALISMO, RETO PEDAGÓGICO 3. AUTORES: Camilo Clavijo, Darío Alexander Canchala y Hermana Magally Coromoto Marín 4. LUGAR: Bogotá, D.C. 5. FECHA: Octubre 2009 6. PALABRAS CLAVE: pluralismo religioso, pedagogía de la ERE, culturas juveniles 7. DESCRIPCIÓN DEL TRABAJO: Es el resultado de un trabajo de investigación desarrollado en el Seminario Pluralismo y Pedagogía de la Facultad de Teología. 9. FUENTES CONSULTADAS: AUGÉ, Marc. Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobre modernidad. Barcelona, Gedisa. 2001. BIORD CASTILLO Raúl, en artículo Revista de Teología (34), Publicaciones ITER-UCAB, Caracas 2004. BOURDIEU, P. La reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza, Barcelona, Laia. 1977. CASTIBLANCO, SERRANO Y SUÁREZ. Culturas juveniles y trabajo social con jóvenes. Bogotá. Universidad de Cundinamarca, 2006. CASTILLO, William Javier. Educación Religiosa Escolar como Educación de sentido. Tesis. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2002. CE, Arquidiócesis de Bogotá.Orientaciones curriculares para la Educación Religiosa en el Distrito Capital Secretaria de Educación. Santafé de Bogotá, 2000. COMUNIDAD DE HERMANOS MARISTAS. En búsqueda de sentido. Jóvenes y trascendencia. Ediciones Paulinas, Bogotá. 2007. COMUNIDAD DE HERMANOS MARISTAS. Tejiendo identidades. Jóvenes y cultura. Ediciones Paulinas, Bogotá. 2007. CONCILIO VATICANO II, Documentos, Bogotá. Ediciones Paulinas. 2000. COY, MAHECHA y otros. Prácticas de la educación religiosa de índole católica que contribuyen en la formación de ciudadanía en colegios privados y públicos de Bogotá y Chía. Universidades de San Buenaventura, La Salle y Monserrate. Bogotá, 2007. DUPUIS, Jacques, S.J. Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso. Maliaño (Cantabria), Ed. Sal Terrae, 2000. FLORISTAN Casiano, Teología Práctica, Teoría y Praxis de la Acción Pastoral, Ediciones Sígueme, Salamanca 1993. VIGIL, José María. El paradigma pluralista: tareas para la teología. Hacia una relectura pluralista del cristianismo. Revista Concilium, Roma, 2007. VIGIL, José María. Teología del Pluralismo Religioso (curso de teología popular), Abya yla, Quito, 2004. 10. CONTENIDOS: El trabajo contiene seis capítulos, en los cuales se presentan: 1) El problema del pluralismo y la educación religiosa escolar, 2) pluralismo religioso 3) subculturas juveniles 4) educación religiosa escolar en Colombia, 5) Acercamiento a la realidad (Información recolectada) y 6 propuestas pedagógicas. 11. METODOLOGÍA: método inductivo de la revisión de vida, según la propuesta de Casiano Floristán, método utilizado en la teología práctica, que consiste en la interpretación de la realidad humana actual según la dinámica de la fe Cristiana a la luz del Evangelio: Ver, juzgar y actuar 12. CONCLUSIONES: La enseñanza y el aprendizaje del área religiosa, es un proceso de gran complejidad, sobre todo teniendo en cuenta la realidad de los jóvenes, quienes están en medio del pluralismo religioso y cultural sin una guía clara y segura. El problema de la educación religiosa en un ambiente plural, aún es un tema que debe ser debatido y asumido como un reto en las instituciones educativas. En ellas realmente no se ha planteado esa alternativa. Es un campo que se inicia hasta ahora y que debe ser orientado, ojalá por las Universidades formadoras de maestros. Las instituciones educativas necesitan: revisar y ajustar los planes del área de educación religiosa escolar para darle la transversalidad y articulación que necesita el logro de las metas planteadas en cada proyecto educativo institucional, dentro del respeto por la pluralidad y diferencia; construir acuerdos en relación con la metodología de trabajo en el área de educación religiosa escolar con el fin de darle el dinamismo y proyección social que le son propios y formar en y para la diversidad y revalorar la importancia del docente de educación religiosa escolar e insistir en su idoneidad y preparación disciplinar propia.

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EDUCACIÓN RELIGIOSA ESCOLAR EN EL PLURALISMO, RETO PEDAGÓGICO

CAMILO CLAVIJO, DARÍO ALEXANDER CANCHALA Y HERMANA MAGALLY COROMOTO MARÍN

UNIVERSIDAD DE SAN BUENVENTURA FACULTAD DE TEOLOGÍA BOGOTÁ 2009

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EDUCACIÓN RELIGIOSA ESCOLAR EN EL PLURALISMO, RETO PEDAGÓGICO

CAMILO CLAVIJO, DARÍO ALEXANDER CANCHALA Y HERMANA MAGALLY MARÍN

Trabajo para obtener el título de Licenciado en Teología

Directora

Magistra María Elizabeth Coy Africano

UNIVERSIDAD DE SAN BUENVENTURA FACULTAD DE TEOLOGÍA BOGOTÁ 2009

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Nota de aceptación:

Firma del presidente del jurado

Firma de jurado

Firma de jurado

Bogotá, D.C. Octubre 2009

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TABLA DE CONTENIDO INTRODUCCIÓN 1. EL PROBLEMA 1.1. Planteamiento 1.2. Población 1.3. Objetivos 1.4. Metodología 2. PLURALISMO RELIGIOSO 2.1. Concepciones del pluralismo en el Siglo XXI 2.2. La Iglesia Católica frente al tema del pluralismo religioso 2.3. El pluralismo y la educación católica 2.4. La labor educativa en un contexto pluralista.

3. SUBCULTURAS JUVENILES 3.1. ¿Culturas o subculturas juveniles? 3.2. Expresiones religiosas de los jóvenes 3.3. Culturas juveniles y religión 4. EDUCACIÓN RELIGIOSA ESCOLAR EN COLOMBIA 4.1. Desafíos 4.2. Libertad religiosa 4.3. Educación religiosa en el Código del Derecho Canónico 5. ACERCAMIENTO A LA REALIDAD 5.1. Análisis documental 5.2. Hallazgos 6. PROPUESTAS PEDAGÓGICAS 6.1. Perspectivas iniciales 6.2. Fundamentos de la propuesta 6.3. Estructura curricular de la propuesta 6.4. Categorías teológicas de la propuesta CONCLUSIONES BIBLIOGRAFÍA ANEXO

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INTRODUCCIÓN El trabajo que se presenta a continuación es el resultado del estudio, reflexión, discusión, reflexión, profundización e indagación que el grupo de investigación emprendió, desde el sexto semestre, sobre el tema pluralismo religioso como reto pedagógico. La investigación realizada se originó en la preocupación por el poco interés que manifiestan los jóvenes hacia la educación religiosa escolar en un contexto de pluriculturalidad religiosa. Se consideró pertinente por varios motivos, en primer lugar por nuestra proyección educativa, debido a que nuestra formación tanto teológica como pedagógica, nos conduce a investigar y a profundizar en torno al área de Educación religiosa escolar; en segundo lugar por la decadencia de la educación religiosa escolar y su poca incidencia en los jóvenes de hoy y en un tercer lugar, la necesidad de ahondar sobre la influencia que tiene la pluriculturalidad religiosa y los desafíos que le plantea a la educación. En el contexto de pluriculturalidad religiosa, se necesitan docentes bien preparados en el área de Educación religiosa Escolar. Consideramos que la teología debe brindar importantes elementos que enriquezcan el quehacer pedagógico con aportes reales, de tal manera que podamos responder a las necesidades que nos plantean los nuevos paradigmas; éstos son apremiantes retos tanto para el teólogo como para el educador; por tanto, como estudiantes de una Universidad, con una clara vocación social, es importante emprender estudios de esta índole y dar a conocer los resultados, buscando un impacto en la sociedad.

En la actualidad, existe un gran interés en el tema de la pluriculturalidad religiosa por parte de otras disciplinas, por tanto la teología no puede dejar de lado este tópico que está afectando al ser humano en su ser religioso, inmerso en una cultura determinada. Este documento recoge la síntesis del análisis de documentos y de realidades estudiadas. En primer lugar se presenta el problema que originó el trabajo como un reto para los estudiantes de la Facultad de Teología de la Universidad de San Buenaventura y los objetivos que se propusieron alcanzar. En segundo lugar en los capítulos dos y tres se explicita el marco conceptual, desde el cual se hizo la mirada al entramado escolar en dos instituciones educativas. En el capítulo cuarto se dan cuenta de los hallazgos encontrados en confrontación con el estudio teórico realizado, para finalizar con algunas recomendaciones y propuestas pedagógicas para los docentes de educación religiosa escolar en particular y en general para las instituciones educativas interesadas en el tema. 6

1.

EL PROBLEMA 1.1.

Planteamiento

La situación de los jóvenes en el mundo y específicamente en Colombia es muy compleja, puesto que se debaten en una sociedad en transición y constante movimiento en todos los ámbitos en los cuales se desenvuelven. La religión, como fundamento de socialización y de humanización, no es ya más “la” religión, sino que existen una variedad de opciones y ofertas que los jóvenes no comprenden y menos aún, el sistema educativo no les forma realmente, para tomar decisiones en este aspecto tan importante en su vida. Conscientes de esta problemática que aqueja a la población juvenil, el grupo del Seminario de Investigación sobre Pedagogía y Pluralismo Religioso de la Facultad de Teología de la Universidad de San Buenaventura, se adentró en el mundo escolar, para desentrañar y descubrir ¿Qué subyace en las prácticas pedagógicas de la Educación Religiosa Escolar en un contexto de pluriculturalidad religiosa? El problema abordado es complejo, pero por lo mismo cautivante, porque ha permitido buscar e indagar, en los ámbitos, estructuras y comunidades las concepciones, relaciones y entretejidos escolares para poder comprender el fenómeno desde sus raíces y poder dar algunas pistas de posibles soluciones o alternativas de trabajo que jalonen una transformación pedagógica en esta área. Responder a los estudiantes de educación básica y media, que no encuentran sentido a la educación religiosa escolar, dentro de una diversidad de opciones de vivencia religiosa que no les brinda ninguna opción clara de vida, constituyó uno de los propósitos de este estudio. El problema tiene dos aspectos importantes que lo caracterizan. En primer lugar, la apatía que demuestran los jóvenes estudiantes de básica y media hacia el área de la Educación Religiosa Escolar –ERE- y en segundo lugar, la proliferación cada vez más creciente de múltiples expresiones religiosas y culturales en las cuales están inmersos los jóvenes, dentro de la nueva normatividad que ha declarado oficialmente la no confesionalidad del estado colombiano. En cuanto al primer aspecto, algunas investigaciones recientes, realizadas en varios colegios de Bogotá han permitido conocer un poco más de cerca el sentir y pensar de los estudiantes frente al tema. En los resultados de la investigación realizada en el colegio Emmanuel D’Alzon de Bogotá, con estudiantes de sexto, se ve claramente que los jóvenes no encuentran sentido al aprendizaje de la religión en el aula, no comprenden qué es la fe, la salvación, la gracia, la Iglesia, la liturgia, etc., todos ellos términos empleados normalmente en el lenguaje de la enseñanza escolar, y que los docentes no visualizan cuando desarrollan sus currículos. “Los jóvenes no entran en el registro que propone la cuestión religiosa, y lo consideran como algo impositivo, descontextualizado y anticuado… La experiencia religiosa del joven se caracteriza por ser intimista y por obviar 7

las mediaciones de la comunidad, la Iglesia y el Ministro…En varias ocasiones los mismos términos (fe, salvación, gracia, sacramento, liturgia, pecado, alma, inmortalidad, etc.) se revisten de un sentido profundamente distinto para los jóvenes católicos que para los evangélicos o judíos… sin embargo, aunque la experiencia religiosa del joven es débil, es capaz de reconocer la necesidad y la pertinencia de la clase de Educación Religiosa, dada la debilidad y la dificultad que encuentra en su núcleo familiar para alimentar y transmitir la fe 1” Otro estudio hecho por Consuelo del Pilar Sarmiento en el Colegio Nuestra Señora de la Sabiduría en el sector sur- oriental de la ciudad con estudiantes de décimo y undécimo, muestra que los jóvenes no encuentran articulación entre lo que les enseñan y su vida cotidiana. “Como efecto de la enseñanza tradicional, las actitudes que se observaron fueron la apatía, la pasividad y un aprendizaje memorístico…en la vida real existe la dicotomía entre la ERE que se recibe en el aula y el modo como ordinariamente los estudiantes viven sus relaciones interpersonales en su entorno escolar, familiar y social. El nivel de apatía hacia lo religioso y la intolerancia en las relaciones humanas es evidente.”2 William Castillo concluye en el estudio que hizo con estudiantes de octavo y noveno grado del “Gimnasio El Cedro” y el Distrital “Jorge Eliécer Gaitán” que la clase de religión no tiene sentido para la vida de los jóvenes y es una de las materias escolares inútiles y aburridoras. “La clase de religión poco entusiasmo despierta en los jóvenes al pensar y sentir que es un relleno, o una clase de contenidos programáticos que sólo sirve para criticar, sin hallar un verdadero sentido para la vida humana…ha penetrado de manera leve en la conciencia del estudiante, quien la mira con recelo y hasta con aburrimiento”3 En dos instituciones educativas pertenecientes a la zona urbana de Chía, se ha podido constatar a partir de la experiencia pastoral de los Hermanos de la Sagrada Familia, la apatía y desinterés de los jóvenes hacia el área de Educación Religiosa. Se observa, al mismo tiempo, y cómo una contradicción, que aquellos que rechazan la enseñanza de la ERE, se vinculan a diferentes expresiones religiosas no católicas, en la población de Chía.

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GARCIA, Daniel. La Ausencia de Significación del lenguaje religioso utilizado en la Educación Religiosa Escolar. Tesis. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2004. p. 100 y 106. 2 SARMIENTO, Consuelo del Pilar. Didáctica de la Educación Religiosa Escolar: una búsqueda de su aporte para la educación ciudadana. Tesis. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2006. p. 79. 3 CASTILLO, William Javier. Educación Religiosa Escolar como Educación de sentido. Tesis. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2002. p. 79 y 80.

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En cuanto a los colegios oficiales, como el José Joaquín Casas de Chía4, siguen los lineamientos dados en relación a la libertad de cultos, sin mayores lineamientos del Ministerio de Educación. Simplemente existe la norma, en la cual la educación religiosa escolar, es una de las áreas fundamentales, pero existe al mismo tiempo la libertad por parte de los estudiantes de recibirla o no. Ante esto, algunas instituciones públicas han optado por no desarrollarla en sus currículos, o dejarla efectivamente como un relleno o utilizar el tiempo previsto para ello, en otras actividades escolares. El mensaje que se da es claro: no es realmente importante, ni enseñarla, ni aprenderla. Otro aspecto que aumenta el grado de complejidad del problema es el reto de responder a los requerimientos de formación frente a las diferentes expresiones pluriculturales y plurirreligiosas que se viven en estos momentos en nuestras ciudades, pueblos y por ende, instituciones educativas. Un estudioso del problema, Arthur Chris dice: “La conciencia de la nueva generación que surge tiene que habérselas con una oferta de sentidos (culturales y religiosos) no sólo plural, sino enormemente plural, y por supuesto, no convergente ni armonizada, sino de un pluralismo simplemente yuxtapuesto, sin ordenamiento ni diálogo interno (hasta ahora). Es una transformación que supone una “verdadera revolución en la conciencia religiosa de la Humanidad; estamos viviendo en un momento de la historia en el que el acceso a las diferentes religiones tiene una amplitud y una profundidad sin precedentes”5 La investigación realizada ha sido muy pertinente, puesto que hace visible, dentro de la academia universitaria, el complejo mundo escolar, en el cual luego se tendrán que desarrollar las prácticas de los maestros teólogos en formación. Como luego se verá en las conclusiones, además evidencia la carencia de fundamentos teóricos especializados en el área de educación religiosa escolar y la falta de idoneidad de profesionales en teología para desempeñar el cargo de maestros del área. También señala la poca importancia curricular y metodológica (intensidad horaria, maestros que se dedican a ella y poca formación especializada) que los colegios y escuelas dan a esta área fundamental dentro del mundo complejo de las culturas juveniles emergentes, a las cuales no se les conoce, no se les comprende y por lo tanto no se les dan respuestas adecuadas y eficaces. A todas luces se ve que es un reto educativo, al cual hay que responder desde las aulas universitarias. La Universidad de San Buenaventura, es consciente de esta responsabilidad social, por lo cual, desde la facultad de Teología, aporta con el fomento de la investigación a formar maestros teólogos capaces de afrontar con idoneidad y creatividad los retos de la realidad. 4

El Profesor de religión Laureano Rojas del Colegio José Joaquín casas, expresa verbalmente la situación frente al tema de pluralismo religioso no ha sido tratado, por lo tanto no hay documentos que hagan referencia al tema. 5 ARTHUR, Chris. Religious Pluralism, citado por VIGIL, María José. Colorado: Aurora, 2000.p. 1

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El trabajo realizado aporta, así mismo a las instituciones educativas en las cuales se realizó la investigación, luces para encontrar los caminos de trasformación y mejoramiento que requiere este momento histórico. 1.2.

Población

Por ser ésta una investigación que parte de la realidad de contextos bien determinados, se trabajó con los docentes de Educación Religiosa Escolar, y jóvenes de bachillerato, con una muestra del 10% por población grupal, de los colegios Santa Catalina de Siena de Bogotá- actualmente denominado Colegio Padre Manyanet(privado confesional) y José Joaquín Casas de Chía, Cundinamarca (público no confesional). 1.3.

Objetivos

1.3.1. General Evidenciar las concepciones que subyacen en prácticas educativas de educación religiosa escolar, con el fin de propiciar estrategias, que permitan a los maestros crear ambientes propicios para que los jóvenes encuentren el sentido de la Educación Religiosa Escolar dentro de un contexto de pluriculturalidad religiosa. 1.3.2. Objetivos específicos 1. Conocer la metodología que utilizan los docentes en el desarrollo del área de educación religiosa escolar. 2. Identificar las percepciones y las expectativas de la educación religiosa escolar en los jóvenes de los colegios en donde se realiza el estudio, teniendo en cuenta el pluralismo religioso y cultural. 3. Analizar las fortalezas y dificultades que tienen las instituciones educativas en el desarrollo del área de la educación religiosa escolar. 4. Proponer estrategias pedagógicas que propicien la enseñanza y el aprendizaje del área religiosa, respondiendo a la complejidad de la realidad de los jóvenes, teniendo en cuenta el pluralismo religioso y cultural. 1.4.

Metodología

Dado que este proyecto se propuso comprender la realidad de los jóvenes en un contexto de pluriculturalidad religiosa se consideró pertinente utilizar el método inductivo de la revisión de vida, según la propuesta de Casiano Floristán, método utilizado en la teología práctica, que consiste en la interpretación de la realidad humana actual según la dinámica de la fe Cristiana a la luz del Evangelio.6

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FLORISTAN, Casiano. Teología practica. Ediciones Sígueme: Salamanca, 1993. Pág. 199

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El método del ver-juzgar-actuar es un método entre muchos otros; no es el único método; tiene límites y potencialidades. Sin embargo, ha sido considerado como muy útil en la investigación y planificación teológico-pastoral. En la actualidad son famosos otros métodos, como el de la planificación estratégica, que parte de la “misión” y la “visión”, es decir, del deber ser y no del ser. El punto de partida es la misión y la visión, que en un mundo globalizado es la misma para todos los lugares de la tierra. No importa la realidad situacional, la población, lo que interesa es la lógica del mercadeo, la publicidad del producto; la realidad no se asume (encarnación) ni se transforma (redención). Estos métodos son típicos de las organizaciones y de las empresas. Hay que reconocer que las fases del método son un tanto artificiales; no es cierto que guarden una secuencialidad lógica y temporal, que conduzcan a pensar que primero se ve, luego se juzga y, finalmente, se actúa. Como se ha demostrado en su momento, cuando se ve, se ve la realidad desde unos parámetros o criterios de juicio y pensando ya en la acción. Cuando se parte del deber ser, ya está en la mente el ser, la situación. Así que ver, ser y actuar son correlativos. El ver-juzgar-actuar se presenta como un método teológico-pastoral adecuado para interpretar la realidad y proyectar la acción pedagógico pastoral, por las siguientes razones: defiende la primacía de la praxis concreta y está anclado en la realidad; discierne la situación preguntándose cuál es el proyecto de Dios sobre el hombre, la sociedad y la Iglesia; proyecta la acción, sin caer en la tentación de una tiranía de la práctica. El método ver-juzgar-actuar se hizo latinoamericano elaborando su propia perspectiva. Se trata de una contribución de la Iglesia Latinoamericana a la Iglesia Universal: asumir la realidad en su totalidad (social, económica, política, científica, eclesial, etc.) como lugar de revelación de Dios, centrarse en la misión transformadora de la sociedad desde la fuerza del Evangelio, optar por la liberación del pueblo pobre y cada vez más empobrecido.7 Esta metodología nació para despertar la acción transformadora de los cristianos en sus propios ambientes de trabajo, buscando la coherencia entre lo que se cree y lo que se hace, entre la fe y la vida. Para el creyente, la espiritualidad tiene que ser la principal motivación para desarrollar cualesquier acción. El VER se propone analizar un hecho de vida con el fin de descubrir actitudes y modos de pensar y valoraciones y comportamientos. Se busca las causas y se analiza las consecuencias que pueden tener en las personas, en las comunidades y en las organizaciones sociales. El acento se pone en la persona, no en las ideas ni en las cosas. Se

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BIORD CASTILLO Raúl, en artículo Revista de Teología (34), Publicaciones ITER-UCAB, Caracas 2004, pp. 50 y 51.

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invitaba a los jóvenes obreros a revisar su vida en el trabajo, la familia y la sociedad. El JUZGAR es el momento central de la revisión de vida. Se propone tomar posición frente al hecho analizado, explicitar el sentido que descubre la fe, la experiencia de Dios que conlleva y las llamadas de conversión que surgen de él. Para ello se valora positiva o negativamente el hecho, se buscan hechos similares en la vida de Jesús, en el Evangelio o en la Biblia, se analizan las consecuencias del encuentro con Dios y la llamada a la conversión. Se trata de un discernimiento. El ACTUAR se propone determinar aquellas actitudes que las personas deben cambiar en sus vidas, los criterios de juicio que deben ser transformados, los hábitos que son cuestionados por la Palabra de Dios y las acciones que se va a desarrollar.8 La observación de la realidad no es una tarea sencilla; no basta una simple mirada, que por lo general resulta ingenua y escasamente crítica. Se cree que todo está visto, conocido y perfectamente clasificado. Esto explica la enorme diferencia que hay entre la opinión personal y la opinión de los demás. Al respecto Casiano Floristán,9 habla de tres tipos de observaciones: espontánea, guiada y crítica.

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Observación espontánea: los resultados son extraídos a partir de la experiencia común, válida aunque a veces engañosa y un tanto subjetiva. No es fácil atisbar las vivencias y experiencias personales y sociales, y distinguirlas de las matrices de opinión generalizadas.



Observación guiada: utiliza técnicas e instrumentos de análisis apropiados, como entrevistas, encuestas, estadísticas, recopilación documental. Al examinar con un método riguroso y científico de cara a la acción pastoral, el observador recoge información a partir de unas preguntas o un cuestionario, en el que incluyen datos sociales, económicos, culturales educacionales y religiosas; necesidades y aspiraciones del pueblo, comportamientos o conductas, prácticas religiosas y creencias.



Observación crítica: trata de conocer la realidad en profundidad. Se propone estudiar el fondo ideológico de las personas (valores, normas y acciones), su horizonte simbólico, y la filosofía imperante (conjunto de principios).

ITER – Revista de Teología No 34 (2004), Publicaciones ITER-UCAB – 2004, 21. FLORISTAN Casiano, Teología Práctica, Teoría y Praxis de la Acción Pastoral. Salamanca: Ediciones Sígueme, 1993. p.204.

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La fase del “juzgar” es el proceso de interpretar, desde el punto de vista teológico, lo que se ha observado en la sección del “ver”. Aquí se pregunta por lo que dice Dios respecto a la realidad, situación o circunstancia observada. El teólogo y pastoralista, Casiano Floristán, al respecto dice que: Un hecho debe ser examinado por los creyentes a la luz de las ciencias humanas y de la Palabra de Dios interpretada por la Iglesia. Un hecho se percibe cuando se examinan sus causas, que – según G. Iriarte – pueden ser históricas, partiendo de los acontecimientos del pasado; estructurales, que dicen relación con la estructura social, económica y política de la realidad examinada; y coyunturales, en relación a un momento determinado.10 La tercera fase del método, corresponde a la pregunta: ¿Qué se debe hacer para transformar o cambiar la situación? La acción es el proyecto de transformación de la realidad. Equivale a trazar y desarrollar tareas, acorde con el juicio de la situación y según el plan de Dios. En este tercer momento del método se ha de concretar, en acciones transformadoras, lo que se ha comprendido acerca de la realidad (ver) y lo que se ha descubierto del plan de Dios sobre ella (juzgar). Es el momento del compromiso con una praxis nueva. Por lo general, el actuar se expresa en un plan pastoral donde se establecen con claridad las prioridades, las actividades, metas vivenciales y líneas de acción.11 El método ver-juzgar-actuar exige pasar del método deductivo al inductivo: pasar de una mentalidad deductiva de aplicación de principios universales, a la inducción del actuar a partir del análisis de la situación y su valoración teológico-pastoral pedagógico. En este método el punto de partida no es el enunciado teológico, sino la situación concreta, la particular experiencia de fe de la comunidad eclesial inserta en un contexto determinado. El análisis de la realidad (ver), el discernimiento y la reflexión bíblico-teológica (juzgar) están orientados a la acción que busca transformar la realidad. El actuar tiende al cambio o mejoramiento de la realidad analizada y juzgada, situación de la que se ha partido. Dice Casiano Floristán, que el actuar (conversión) “es la etapa prospectiva para transformar la realidad. Equivale a las pistas de acción. Contempla el plan de trabajo de acuerdo al plan de Dios… Es teología militante, de compromiso, aunque la fe no se reduce a mera acción. Responde a la pregunta: ¿qué debemos hacer?”.12 10

FLORISTAN Casiano, Teología Práctica, Teoría y Praxis de la Acción Pastoral. Salamanca: Ediciones Sígueme, 1993 p.202. El tema de la “planificación pastoral” se puede profundizar en: FLORISTAN Casiano, Teología Práctica, Teoría y Praxis de la Acción Pastoral. Salamanca: Ediciones Sígueme, 1993 pp. .207 – 211. 11

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FLORISTAN Casiano, Teología Práctica, Teoría y Praxis de la Acción Pastoral. Salamanca: Ediciones Sígueme, 1993 p.202.

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Ahora bien, para efectos del proyecto trabajado, después del análisis de la realidad, el juzgar nos llevó a responder al por qué de lo que acontece, teniendo en cuenta los aportes teológicos e interdisciplinares de acuerdo con el problema que se investigó y confrontando las diferentes expresiones religiosas que se encuentran en los jóvenes con lo que debería ser la Educación Religiosa Escolar. Por último, en el momento del actuar se sugieren estrategias educativas que permitan a los maestros crear el ambiente propicio, para propiciar ambientes en los cuáles los jóvenes puedan realmente aprender y desarrollar las competencias que se buscan en el área de Educación Religiosa Escolar.

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2. PLURALISMO RELIGIOSO En los últimos años, el pluralismo religioso ha venido emergiendo con mucha fuerza en los espacios de reflexión acerca de la diversidad de concepciones religiosas que existen en el mundo. El pluralismo religioso es un acontecimiento que no se puede minimizar. Sus planteamientos aportan mucha riqueza a la teología, y exige ver y percibir la situación del ser humano desde otra perspectiva, contraria a la que se tenía anteriormente. José María Vigil, teólogo contemporáneo, se refiere al pluralismo religioso como un reto que hay que asumir desde las entrañas mismas de la academia. Dice en su libro Teología del Pluralismo Religioso: “La pluralidad de las religiones, en un mundo en trance de unificación tan acelerada como jamás había conocido la historia humana, nos coloca a todos, creyentes y no creyentes, ante una de las tareas más urgentes y decisivas. Ya no cabe ni la ignorancia mutua ni la distancia indiferente. El contacto resulta continua y el contraste, inevitable”13. Esta apertura urgente ya no es la lucha por cambiar a la realidad pluralista sino el esfuerzo por cambiar la actitud personal frente a la misma. La diversidad de creencias en el mundo de hoy, de una u otra manera, juega un papel muy importante para la construcción de la sociedad humana. La paz, como medio para alcanzar otras necesidades básicas del ser humano, exige un mayor protagonismo de las religiones a nivel mundial. Para alcanzar este compromiso se necesita un diálogo de todos los miembros de la sociedad, y de manera especial entre los líderes de las diferentes religiones. Hans Küng opina sobre este planteamiento: “No habrá paz entre las naciones sin paz entre las religiones. No habrá diálogo entre las religiones entre sí, si no se investigan los fundamentos de las religiones”14. 2.1. Concepciones de Pluralismo Religioso en el siglo XXI El pluralismo como tal, germina desde la misma concepción de un sector de la academia, originado en los nuevos paradigmas que predominaron en el siglo XX y parece que se consolidan en el siglo XXI. De ahí surgió la pregunta por la diversidad, en todos los ámbitos de la vida humana, más específicamente en lo que concierne a la religión. De manera mucho más creciente, en estos dos siglos, se ha resaltado la importancia de encontrar la salvación en otras religiones distintas a la cristianacatólica. Una salvación universal que no se sectoriza en una religión determinada y específica. Todo ésto ha sido recogido en algunos de los documentos del Concilio Vaticano II, lo cual le dio la categoría necesaria para ser un estudio serio y una reflexión crítica, centrada en la realidad y en las nuevas concepciones. 13

VIGIL, José María. Teología del Pluralismo Religioso (curso de teología popular). Quito: Abya yla, 2004 P. 7 KUNG, Hans. El Islam (historia, presente, futuro), Traducido por José Manuel Lozano Gotor y Juan Antonio Conde Gómez, Madrid: Editorial Trotta, 2006. P.98 14

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La religión aparece radicada en la modernidad, aportando a la ética y a los valores civiles, en un proceso de transformación y de reinterpretación. Hasta los años 70 se aseguraba que los principales registros de la modernidad (racionalización, autonomía del sujeto y diferenciación institucional) habían ocupado todo el campo, sin dejar lugar a la religión. Pero, a partir de esos años, se ve la irrupción de la religión en el espacio público (movilización colectiva religiosa en América Latina, Polonia, países árabes), en el discurso cotidiano (renacimiento de la religiosidad popular, nuevas corrientes religiosas carismáticas o pentecostales) y en la búsqueda del sentido (corrientes espiritualizantes, movimientos de introspección, movimientos ecológicoreligiosos). Parece que van acabándose las creencias religiosas totalizantes y globalizadoras. No hay una institución que pueda ofrecer un código de sentido único y global. Las creencias y normas del cristianismo no son seguidas sin recepción crítica. No se puede negar, entonces, que hay un hecho secularizador en la modernidad occidental, liderado especialmente por Europa y Estados Unidos con recorridos diferentes15, pero tampoco podemos ser ciegos ante la presencia de la religión como un hecho social, no solamente privado, sino con efectos públicos como el fundamentalismo que desafía la modernidad, el aumento de movimientos religiosos o la intervención política de los creyentes. En lugar de negar la secularización o el resurgir de la religión, hay que tratar de entender cómo ocurren estos procesos simultáneamente y cómo se relacionan. Es la oportunidad para los científicos sociales de la religión de chequear los modelos teóricos de interpretación: la teoría de la secularización que aducen una pérdida total de la religión y cambios sustanciales en ella, y la teoría de la escogencia racional que propone una permanencia fuerte de la religión en un mundo pluralista de mercado, donde la oferta de bienes y compensadores religiosos busca la aprobación de los creyentes. Hay una secularización, podríamos llamar ligera que nos lleva a una reconfiguración de lo religioso.16 Esta recomposición es un proceso que implica una cierta desinstitucionalización de la religión oficial que se manifiesta en deconstrucción, reconstrucción e invención de nuevas memorias colectivas, que serían la base simbólica de unas nuevas líneas de creencia17. La diversificación cualitativa de lo religioso, que responde a la característica moderna de la pluralidad y de la autonomía muestra la explosión de los sentidos de vida, no necesariamente anclados en lo sagrado. El centro de gravedad del mundo cristiano ha ido cambiando inexorablemente hacia el sur, a África, Asia y América latina. Hoy, las más grandes comunidades cristianas del planeta se encuentran en África y América Latina.”18 Es posible identificar algunas características especiales en la vivencia del cristianismo:

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Europa, en general, parece más secularizada en términos cuantitativos, mientras que en EE. UU hay una sociedad plenamente consumista pero con gran presencia de lo religioso. 16 MARDONES, José María. De la secularización a la desinstitucionalización religiosa. En: Política y Sociedad. 22 (1996). p. 123-135. 17 HERVIEU-LEGER, D. La religion pour Mémoire. París: Cerf, 1993. CHAMPION Francoise. Religeux flottant, éclecticisme et syncrétismes. En: DELUMEAU, J. (Ed) Le fait religieux. París: Fayard, 1993. p. 741 - 77. 18 JENKINS, Philip. Globalization and the transformation of Christianity. En Foreign Policy Research Institute. Vol. 3, N 1. 2002.

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profunda fe personal, moralidad exigente y puritana, ortodoxia de la doctrina, vínculo comunitario, fuerte espíritu de misión, profecía, sanaciones, visiones. El pluralismo religioso constatado en la sociedad posmoderna puede deberse a diversas causas. Algunos estudiosos argumentan que la crisis de la autoridad de la iglesia y de la familia, ha provocado una pérdida de coherencia, integración y fuerza de las creencias19. La pérdida de confianza en las fuentes tradicionales de autoridad y en la mayoría de las instituciones como tales ha provocado su diseminación y disgregación. Además, la aparición de nuevos líderes carismáticos ha acentuado y reforzado esa disgregación. Estos líderes proponen nuevas opciones y por su capacidad de conducción, arrastran grupos numerosos que producen la innovación religiosa. Las carencias espirituales y personales no satisfechas por las religiones oficiales o institucionales, como sería el caso de la rigidez y entumecimiento de las formas institucionales, el no sentirse integrado y tenido en cuenta como persona, el no tomar lo religioso en su plenitud de experiencia vivida, el no dar la suficiente acogida a lo afectivo, lo emocional, etc., también se pueden tomar como factores causales de esa pluralidad de formas religiosas. En la sociedad tradicional, había una socialización religiosa que, dentro de la institución cristiana, daba sentido a la totalidad de la vida. Las experiencias vividas por cada persona y las individualidades se sumergían u ocultaban en la creencia común, por la socialización dada por la iglesia y la familia. La institución religiosa acumulaba los sentidos y los colocaba a disposición del individuo para que éste los aplicara a sus acciones particulares y a su conducta social. Pero la llamada crisis moderna,20 se da cuando se presentan las siguientes circunstancias: se pide absoluta comunidad de sentido a los miembros de una institución; se da un choque entre las exigencias de la institución y las decisiones personales; se da la presencia y coexistencia de distintos sistemas de valores con otras comunidades de sentido. Esto conduce a la relativización total de los sistemas de valores, esquemas de interpretación, socavando el conocimiento, la aceptación de todo lo dado por supuesto hasta ese momento, lo cual conlleva a un proceso de elección personal e individual de escogencia entre múltiples alternativas, proceso que lleva a la pluralidad religiosa, pues cada uno escoge su parte de porción simbólica y la combina con otras porciones provenientes de otros caudales de sentido. Los medios de comunicación, y la comunicación en general hacen circular todo ese capital simbólico, estallado y fragmentado, por toda la cultura. Es un acto realizado por el sujeto posmoderno, pues se replantea y se reorienta su vida de una manera personal y no institucional. Por su parte, las instituciones religiosas entran en una crisis de función pues su capital simbólico ya no es el único que dirige el actuar de los sujetos creyentes. Estos tratan de formar pequeños mundos de vida y de sentido, 19

SCIOLLA, Loredana. La natura delle credenze religiose nelle società complesse. En: Rassegna italiana di sociologia. Nº. 4. p. 479-512. 20 BERGER, P.L. y LUKMANN, Th. Modernidad, pluralismo, crisis de sentido. Barcelona: Paidos, 1997.

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para dar seguridad a su existencia y, a veces, se vinculan a grupos de religiosidad llamada emocional, puesto que les brinda apoyos emocionales que la familia o las comunidades eclesiales modernos ya nos les dan. Aquí entra la lógica del mercado, donde los grupos religiosos tratan de presentar sus productos religiosos de tal manera que puedan competir por las preferencias o búsquedas de los creyentes. En Colombia hay una permanencia fuerte de la religión. La mayoría de las personas se autodefinen creyentes y creyentes dentro de la religión católica. La influencia de la iglesia es todavía muy fuerte en la definición del mundo de sentido con su específico cuadro de valores. Aún en un clima potencialmente pluralista, hay una cierta uniformidad religiosa en torno a la religión católica, aunque hay diferencias en la manera de definirse o entenderse como católicos. El carácter todavía mayoritario de los que se definen como católicos. En menor proporción aparece la presencia de confesiones cristianas, de iglesias históricas y aún de los que toman la Nueva Era como forma religiosa. La pertenencia religiosa nominal a una confesión específica es clara. No aparece en los estudiantes una forma religiosa no institucional exclusiva, aunque sí hay personas con un comportamiento diferente al que les exige su confesión religiosa. El fenómeno del ateísmo, la indiferencia y del agnosticismo es minoritario. Contra lo que suponía la modernidad, en nuestro medio, los jóvenes no han optado por el ateísmo como forma de vida a consecuencia de la desacralización de la sociedad aunque hay un sector de personas que han abandonado la religión institucional, que no la practican o que son fríos ante los reclamos de las instituciones religiosas. Se acentúa un pluralismo de opciones religiosas que va desde el polo fundamentalista (con formas intransigentes de religiosidad), hasta el polo de la completa desinstitucionalización del sentido en una religión “light”, pasando por las más diversas formas neo religiosas. Las tendencias de la religión en Colombia, en sus rasgos amplios, no difieren de las formas que va adquiriendo en otros lugares. Hay una recomposición del campo religioso creando nuevas formas de expresión y de distribución del poder simbólico. La pluralidad religiosa, reconocida especialmente a partir de la Constitución política de 1991, se ha hecho más visible. Hoy se hace clara la presencia de diferentes alternativas religiosas que reorganizan la distribución simbólica en el país. Se da una búsqueda de la realización personal fuera de la institución, a causa de una conciencia individual ampliada. Tradicionalmente se formaba la unidad de la persona con base en unos pocos referentes. Hoy se debe formar la unidad del yo teniendo múltiples referentes, entre los cuales se escoge con criterios de bienestar individual. Tomo lo que me sirve para mi vida, podría ser la regla de selección. 18

Los rituales y los comportamientos morales se asumen, no por obligación religiosa o tradición, sino por libre elección. El temor a un castigo desaparece, para mirar más a su utilidad personal o espiritual y al ser el autor de su propia vida y destino. La visión pre moderna de los llamados novísimos (muerte, juicio, infierno y cielo) como lugares físicos, cuya existencia servía para controlar la conducta, da lugar a una visión moderna del sentido de la vida como realización o pérdida, como autenticidad o inautenticidad, pero sin el peso de la culpa o del castigo. Hoy se da la búsqueda de la "utilidad " de la religión. Ella desempeña una función de tipo utilitario y pragmático sin hacer mucho caso a la crítica ilustrada de la religión. Una de las teologías que hoy se va imponiendo es la Teología de la prosperidad. Esta teología, de origen norteamericano, plantea tres postulados fundamentales: la pobreza, la enfermedad y la muerte son una maldición; la motivación para dar es invertir en el Reino de Dios esperando el objeto anhelado; la voluntad de Dios es que sus hijos prosperen económicamente. Los adeptos de la nueva teología aspiran a obtener los bienes de este mundo aquí y ahora, porque creen que Dios da el derecho al bienestar a toda la humanidad. Dios proporciona prosperidad, salud y bienestar a los que dan ofrendas generosas a su iglesia. Los beneficios aumentan en proporción a las ofrendas. Hay que pagar los diezmos para estar seguro del éxito material permanente. No se debe admitir la existencia de temores, dolencias y dudas. Esta teología enfatiza una mentalidad empresarial y creativa, pero al mismo tiempo fomenta el individualismo: hay que tener fe en sí mismo y cada uno anda por su cuenta. La pobreza es resultado de la falta de fe y de la ignorancia. Todo el mundo aspira a tener salud, bienestar, prosperidad, felicidad y estas aspiraciones pueden ser concretizadas con fe y contribuciones generosas a la iglesia. Hay rechazo del sufrimiento, la enfermedad y la pobreza. Por eso se dice que Dios es rico, somos hijos del rey y destinados a ser príncipes de la tierra; la enfermedad es obra del diablo y a éste hay que vencerlo; la pobreza no es voluntad de Dios sino pereza y falta de fe. En un continente con grandes dificultades económicas y gran presencia de pobreza, esta teología de la prosperidad es un argumento valioso para convencer a la gente sencilla. Toda persona quiere salir de la penuria económica y tener un nivel de vida mucho más alto. En Colombia son pocas pero con un gran crecimiento.21 Beltrán Cely distingue cuatro grandes empresas religiosas: Misión Carismática Internacional, Centro Misionero Bethesda, Iglesia Casa sobre la Roca y Avivamiento centro para las naciones. Estas tienen como características el ser gerenciadas como una empresa, con organización burocrática, reuniones masivas, uso estratégico de los medios de comunicación y búsqueda de participación en política. 21

BELTRÁN, William. Síntesis de esta investigación “Globalización y diversidad religiosa”, presentada en el Tercer encuentro del ICER: Bogotá del 2 al 4 de Abril de 2003, Bogotá, Universidad Nacional, 2004.

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No se pueden entender únicamente como un gran negocio, sino como un nuevo fenómeno social con unos nuevos patrones de vida congregacional. Generalmente son iglesias independientes, con una gran vitalidad ritual emotiva, que recogen los creyentes “sueltos” dándoles la oportunidad de pertenecer a una iglesia viva, y que podrán solucionar sus problemas económicos y personales. Son iglesias para hacer sentir a los creyentes que Dios los escucha y que ellos tienen que aceptar con confianza la ayuda de Dios que vendrá en su auxilio. Pero también dentro del catolicismo popular se vuelve a la función económica de la fe. Por parte de la gente se busca solución a los problemas cotidianos materiales (salud, dinero, amor, trabajo). Esta solución se encuentra en la religiosidad popular a través de novenas, sacrificios, promesas, votos.22 La iglesia católica, a través de algunos de sus sacerdotes, sigue alimentando esta religiosidad popular en la que ve una forma de afrontar el crecimiento de las sectas y una forma de sostener su infraestructura. La religiosidad popular es una forma, por tanto, de afrontar situaciones límites como la contingencia, el dolor, la pobreza y la enfermedad, ejercitando una función de calmante y alivio. Es una especie de Teología terapéutica a la que se recurre en tiempos de penuria, de incertidumbre y de precariedad. Esta religiosidad popular es una forma cultural de larga duración en el medio nuestro y que va reconformándose y recomponiéndose cada día para adecuarse y amoldarse a nuevas formas culturales y socio-económicas con las que entra en contacto. Así vemos devociones como la del Divino Niño y María Auxiliadora, fortalecidas en el siglo XXI; la religiosidad popular teñida de elementos de la Nueva Era; las apariciones de tipo onírico que dan origen a nuevas devociones; el sincretismo entre religiosidad popular católica y cultos afroamericanos que nos indican cambios en las formas rurales anteriores. El narcotráfico, la tecnología, las religiones orientales y los movimientos de perfeccionamiento interior entran en diálogo con lo cultural tradicional para dar forma a estas expresiones novedosas de religiosidad. El ejercicio de la autonomía, sobretodo moral y especialmente, en cuestiones sexuales y matrimoniales, se extiende a todos los sectores sociales. Aunque también en el campo de las creencias, hay fluidez para mezclar, con las propias creencias, otras de un grupo diferente. Es el caso del católico que acepta, con toda tranquilidad, la creencia en la reencarnación o en el karma. En el campo moral y de los comportamientos, hay también un alejamiento de las normas oficiales y de los modelos tradicionales. Se da la diseminación de comportamientos y cada uno acoge lo que le parece que está de acuerdo con su manera de pensar y vivir. El hogar nuclear, la sexualidad, el confort, la preocupación ecológica, son los lugares de la nueva moral construida a partir de una opción personal, sin tener en cuenta los

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Cfr. ARBOLEDA M, C. El politeísmo católico. Las novenas como expresión de una mentalidad religiosa. Colombia S. XIX-XX. Medellín: UPB, 2002.

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dictámenes de la norma oficial. Así mismo, en el campo de la moral social, la defensa de los derechos humanos es el objetivo central de la moralidad y es el fundamento del actuar. El temor a los castigos o la autoridad del sacerdote no son ya más los referentes para el actuar. Así, el comportamiento se aleja de las normas oficiales, aunque siga la persona autodenominándose creyente. Ciertamente es más difícil reconstruir el universo simbólico que da seguridad, que reconstruir la trama de las relaciones sociales y de los comportamientos; en el fondo, el cuerpo de creencias cristiano sigue imponiéndose mayoritariamente, aunque no así el cuerpo de normas morales. Se percibe una nueva forma de asociación o agrupación. No parece haber mucho interés en pertenecer a grupos estables, institucionalizados, con compromisos serios de trabajo y servicio. Es poquísima la pertenencia a grupos de proyección social o a grupos pastorales de formación y servicio. En cambio, hay la tendencia a pertenecer a grupos temporales, informales, de satisfacción mutua y personal, a las tribus urbanas en donde se manifiestan las diversas culturas juveniles. En una palabra, es la pertenencia a grupos "virtuales", no sólo en el sentido material del término (tener y usar Internet), sino en cuanto a nuevas formas de comunicación y de participación de mundos simbólicos y referenciales diferentes, ciberespacio al cual se entra de un modo no tradicional y mediado no por la presencia física de las personas, sino por la informática. La pertenencia a la iglesia institucional se va haciendo débil. La participación activa en grupos de iglesia es muy baja, así mismo el sentimiento de vinculación a la institución que implica un compromiso vital y existencial con ella. Prácticamente la pertenencia se sigue dando por la influencia de los vínculos familiares y la fuerza que todavía tiene la familia en el proceso socializador. Es de notar la fuerza de la tradición familiar en el país, lo que implica una permanencia dura de los ritos de paso como bautismo, matrimonio, funerales, primera comunión, fiestas patronales. La religiosidad popular se convierte en un medio socializador, con una función de integración social, que va en contravía del proceso secularizador. La parte del culto o ritual también presenta cambios, aunque la participación en los ritos de eucaristía y comunión en Colombia, es bastante alta comparada con otras latitudes, la asistencia a ellos se da más por libre voluntad que por obligación o tradición. Se descubre el sentido experiencial de lo cúltico y se busca la emoción y la afectividad en ellos. Vamos hacia la religión de comunidad emocional, más que a una religión ritualista simplemente. Algunos pastores, tanto católicos como protestantes, recurren, entonces, a los ritos espectaculares como las llamadas Misas-show, Misatekas, espectáculos con sonido y luces, grandes convocatorias masivas de tipo emocional, etc. Se nota que las personas buscan la experiencia religiosa, (no la simple aceptación de creencias), desean sentir emoción en las celebraciones, se adhieren a ciertos elementos religiosos por su función de bienestar y realización personal, tienden hacia la voluntariedad y virtualidad de las prácticas. 21

En síntesis, la posmodernidad presenta una renovación de la religiosidad, pero con carácter plural, diverso y autónomo. Hay una recomposición de lo sagrado a través del ejercicio de la libertad y en consonancia con las exigencias del contexto, presentándose sin embargo, polarizaciones dignas de analizar: el fundamentalismo religioso y el absoluto pluralismo; el católico integrado plenamente y el indiferente o ateo; la aceptación de un Dios personal de un lado, y concepción de lo sagrado como fuerza, energía o luz, del otro lado; la rigidez heterónoma de la moral y la completa autonomía en el obrar. Las iglesias tradicionales no desaparecen pero sí ven cómo sus fieles adoptan comportamientos más libres en sus decisiones personales. La pertenencia religiosa continúa alta pues ella da seguridad, no hay que reinventar el sistema simbólico a cada momento (pertenencia nominal), pero la pertenencia subjetiva llega a ser algo personal, fruto de la libertad personal, de la igualdad y del pluralismo. Es ser creyente pero no comprometido. Frente a esto, en pleno siglo XXI, se están debatiendo temas muy importantes como la “Teología Pluralista” fundamentada en lo que se denominó al principio, como “Teología de las Religiones”, cuyo nacimiento se atribuye a Schlette, con los planteamientos desarrollados en su libro “Le religioni come tema della teología”23. Los análisis hechos sobre las implicaciones del cambio de marcos conceptuales ha afectado a la teología en su ser mismo. Se han explicitado tres paradigmas fundamentales, tres formas diferentes de concebir la relación entre las religiones, y por tanto, tres maneras también de hacer teología: la tradicional teología exclusivista, la moderna inclusivista, y la que está naciendo cada vez más pujante, la teología pluralista. En palabras de Vigil, “la teología ya no solamente es la reflexión sobre algo. No es ya una teología «de genitivo» o sectorial, como la teología «del» (o sobre el) pluralismo. Su objeto material ya no es la «pluralidad» de religiones. La teología plural trata «de todo», porque no es «una rama»: es un tipo, un género de teología especificado por el paradigma pluralista. Es la forma nueva a la que se puede trasvasar todo el viejo edificio teológico. Es el nuevo paradigma desde el que se puede «reescribir toda la teología», como Paul Tillich, en su momento, expresó que sería su deseo.”24 Es así que el paradigma pluralista no afecta sólo a las representaciones teóricas de todas las religiones, sino a las religiones mismas. Es la vivencia misma de la religión y de la espiritualidad la que puede ser exclusivista, inclusivista o pluralista. El futuro, que ya es presente, se proyecta como la vivencia de un «cristianismo pluralista», superando el cristianismo inclusivista, que a su vez desplazó la forma anterior de cristianismo, la exclusivista. Según Vigil, la transformación que desencadena el nuevo paradigma pluralista es integral; no afecta sólo a la teología, sino a la 23

SCHLETTE, H. R. Le religioni come tema della teología Brescia, Ed. Morcelliana, 1968. VIGIL, José María. El paradigma pluralista: tareas para la teología. Hacia una relectura pluralista del cristianismo. Revista Concilium, Roma, 2007. 24

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espiritualidad, a la evangelización, a la pastoral, a lo social y hasta a lo político. Afecta todos los ámbitos de la vida, tanto individual como colectivamente. Una teología pluralista va más allá del ámbito religioso, estableciéndose de este modo como una teología que ve las realidades tanto culturales, como políticas y económicas de una manera amplia y diversa en interrelación directa con la religión. Es decir, que al hablar hoy de pluralismo no sólo se refiere a la “pluralidad religiosa” sino a la experiencia espiritual, lo mismo que a la cultura que ha generado, o a las estructuras socio-políticas que subyacen a todo el fenómeno. Es así como hoy a pleno siglo XXI el pluralismo religioso abarca todo otro pluralismo, desde todas las esferas posibles de la sociedad. Dentro de la teología, el pluralismo tiene que ver con todos los ámbitos que le competen como el moral, el ético, el litúrgico y sobre todo el pastoral. Una religión vivida de acuerdo con las necesidades particulares de cada persona se abre camino a pasos agigantados. Respecto a esto el teólogo y sociólogo. A. Greeley, haciendo referencia a este tipo de pluralismo en la realidad en Estados Unidos, afirma: “Los Católicos Norteamericanos han descubierto que es posible ser católico a la manera que a cada uno le gusta, sin tener en cuenta las normas oficiales de comportamiento católico, tal como las impone el Magisterio de la Iglesia”. 25 Por otro lado, considerar hoy una posibilidad más amplia de la salvación, y por ende, considerar que, en las otras tradiciones religiosas también está incluido el plan Salvífico de Dios, es dar cabida a una eminente unificación de todas las religiones en general, ya que, como expresa un teólogo de vanguardia, Jacques Dupuis26, Dios es el único ser absoluto, el cual se ha revelado y se sigue revelando a las distintas tradiciones religiosas y no en religiones en particular como el Judaísmo, el Cristianismo o el Islamismo, como tradicionalmente se ha creído. Esto nos da a entender que si queremos considerar una opción desde el pluralismo, es necesario primero tener en cuenta que existen otras religiones que al igual que la Católica, también han sido reveladas y que por tanto, se establecen en una sociedad determinada como una opción de vida válida e igualmente salvadora. En conclusión y tomando como base las reflexiones de Jacques Dupuis en el libro ya mencionado, “Hacia una teología del pluralismo”: el pluralismo religioso en principio se fundamenta en la inmensidad de un Dios que es Amor, lo cual significa que es necesario mirar todas las tradiciones religiosas desde una mirada de unidad y tal vez, de complementariedad, para encontrar elementos de reciprocidad dentro de los cuales es posible la interacción dinámica, alcanzando un enriquecimiento mutuo. Por tanto, la tarea está en encontrar los caminos que permitan el diálogo constructivo entre las distintas confesiones, lo cual es determinante y contribuye a la construcción del Reino de Dios en la historia.

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GREELEY, A. Los Católicos Sociólogos y las dos Iglesias. Ed. Concilium. Roma, Nª 131, 1978. P. 72. DUPUIS, Jacques, S.J. Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso. Maliaño (Cantabria): Ed. Sal Terrae, 2000.

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Estos planteamientos que a primera vista, parecen simples, racionales y totalmente lógicos, se encuentran con posiciones de la tradición y del magisterio oficial (en todas las confesiones) que quieren salvaguardar la fe y la doctrina, y en el caso de la Católica, llaman la atención sobre puntos que conciernen a la interpretación de la mediación salvífica única y universal de Cristo, la unicidad y plenitud de la revelación de Cristo, la acción salvífica universal del Espíritu Santo, la ordenación de todos los hombres a la Iglesia, reconociendo de todas formas el valor y el significado de la función salvífica de las religiones27. 2.2. La Iglesia Católica frente al tema del pluralismo religioso Cuando se habla de la posición de la Iglesia Católica frente a determinados movimientos que nacen en la pluralidad de credos, es pertinente en esta investigación, acercarnos al Concilio Vaticano II, como fundamento del quehacer de los católicos frente a las comunidades no cristianas; además, dicho documento contiene dos exposiciones importantes frente al diálogo religioso que nacen como respuesta a una necesidad histórica, social, política y especialmente religiosa. Se busca superar la división entre lo cristiano y lo humano, entre lo religioso y lo civil, buscando la unidad del ser individual y colectivo. Este acontecimiento histórico fue, para la iglesia católica, una aceptación de buena parte de la crítica que la cultura moderna había hecho a las actitudes hegemónicas y excluyentes de la iglesia en los últimos siglos. Fue por su parte una puesta al día, y una reconciliación con el mundo moderno. Pero pronto se hizo evidente que aquella renovación no bastaba, que había que elaborar una nueva lectura del pluralismo religioso. La reflexión que se dio en el ámbito conciliar se plasmó en dos documentos que han propiciado luego el diálogo interreligioso: Dignitatis Humanae y Nostra Aetate; documentos que hablan de la dignidad y el respeto por el otro, superando las diferencias que distancian y crean abismos, para tender puentes de comprensión y de puntos comunes. El Concilio Vaticano, declara que la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa. Esta libertad consiste en que todos los seres humanos deben estar libres de coacción, tanto por parte de personas particulares como de grupos sociales y de cualquier potestad humana y ello de tal manera que, en materia religiosa no se obligue a nadie a obrar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella, ya sea en privado y en público, solo o asociado con otros, dentro de los limites debidos. Declara además, que el derecho a la libertad religiosa se funda realmente en la dignidad misma de la persona humana, “tal como se la conoce por la Palabra revelada de Dios y por la misma razón”28. “La iglesia católica nada rechaza de lo que en las religiones no cristianas hay de verdadero y santo. Considera con sincero respeto los modos de 27

CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE. NOTIFICACION a propósito del libro del Rvdo. P. JACQUES DUPUIS, S.J., «Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso», Roma, 2001. 28 CONCILIO VATICANO II, Dignitatis Humanae. Nº2.

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obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas, que, aunque discrepan en muchos puntos de los que ella profesa y enseña, no pocas veces reflejan un destello de aquella verdad que ilumina a todos los seres humanos” 29. 2.2.1. Dignitatis Humanae (sobre la libertad religiosa) La declaración conciliar Dignitatis Humanae, explica lo relacionado con el derecho de las personas y de las comunidades a vivir su religión, en libertad social y civil. La intencionalidad del documento conciliar es allanar el camino hacia el ecumenismo, tendiendo lazos con aquellas confesiones que profesan a Cristo como sustento de fe. No habla sobre un diálogo con los no cristianos, ya que fundamenta su iniciativa en la realización última del hombre en Cristo. Busca acercar las diversas posiciones de las confesiones denominadas cristianas. “El sínodo proclama que Dios mismo ha dado a conocer al género humano el camino por el que los hombres sirviéndole a él, puedan salvarse y llegar a ser felices”30. Pareciera entonces, que, este documento, se queda solamente dentro del ámbito cristiano, sin considerar la experiencia de Dios de las personas no cristianas y sin salir aún de la premisa que ha llevado a la Iglesia Católica a predicar durante siglos que fuera de la iglesia no hay salvación. Sin embargo, es necesario reconocer el avance que se hace en el tema de la pluralidad, argumentando que la libertad religiosa está fundamentada en la dignidad de la persona humana propiamente hablando: “este derecho de la persona humana a la libertad religiosa debe ser reconocida en el ordenamiento jurídico de la sociedad, de forma que se convierta en derecho civil”31. La libertad religiosa, en esta perspectiva, es una propuesta al diálogo, porque reafirma condiciones y derechos de igualdad en la sociedad e invita a una empatía con el otro, en el reconocimiento del mismo, “en el respeto y en el cumplimiento de su deber en la vida social”32. Así, demuestra que desde una perspectiva de la experiencia de Dios, el ser humano ha de comportarse de una manera abierta y flexible, en actitud de escucha, respeto, y tolerancia con el otro; actitudes éstas de vital importancia, que llevan a superar los prejuicios milenarios que excluyen a “los no creyentes” de toda posibilidad de salvación. 2.2.2.- Sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas El otro documento “Nostra aetate”, comienza afirmando que hoy más que nunca, todos los pueblos forman una comunidad, “puesto que se encuentran en Dios como 29

Ibíd. Nostra Aetate Nº2

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Ibíd. DH. Nº1 Ibíd. DH. Nº2 Ibíd. DH, N º8

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el mismo origen y el mismo fin último”33. Además, “su providencia manifiesta de bondad y designios de salvación, se extiende a todos los hombres”34. Con ello “penetra toda su vida con un íntimo sentido religioso”35. Esta declaración reconoce e invita a los católicos a reconocer e identificarse, primero con su fundamento y origen que es Cristo, para que a partir de allí puedan reconocer al otro desde los destellos que Dios implanta en la creación. El documento “considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que, aunque discrepen, no pocas veces reflejan, sin embargo un destello de aquella verdad que ilumina a todos los hombres”36. Dentro de este marco todo esfuerzo por comprender, aceptar, respetar y concertar con las grandes religiones del mundo y con otras confesiones37, es fundamental en este mundo global y cada vez más diverso. Dios amor se revela al hombre e invita a establecer relaciones con él y con los otros hombres, sus hermanos, con base en ese amor universal, porque el que no ama, no ha conocido a Dios (1 Jn 4, 8)”38. 2.3. El pluralismo y la educación católica Dentro de los planteamientos establecidos en la primera parte, es importante enfatizar, en Colombia, dentro del ámbito educativo, cómo es visualizado el pluralismo y cómo afecta a la educación en general y a la educación religiosa escolar en particular. Es claro que Colombia es un país tradicionalmente católico, confesado así por sus normas y leyes hasta 1991. A partir de la nueva Carta Magna, es indudable que se emprendió un camino de secularización y de separación entre Iglesia y Estado, al menos en los documentos oficiales, lo cual ha incidido en todos los ámbitos de la sociedad colombiana. “La religión católica en Colombia establecía los valores y las pautas sagradas; la sociedad le enseñaba a las nuevas generaciones, patrones de conducta que no eran negociables y frente a los cuales la sociedad corregía o condenaba a aquellos que se desviaran del camino tradicionalmente aceptado. Al tener un sistema único de valores fuertemente estructurado y compartido por prácticamente la totalidad de la población, no era pensable la crisis de sentido: Una fe: la católica; una patria: Colombia; una lengua: español. Pero esta situación ha cambiado drásticamente en la sociedad pluralista”39 33

Ibíd. NA. Nº2 Ibíd. NA. Nº2 35 Ibíd. NA. Nº2 36 Ibíd. NA Nº 2 37 LAUTORRELLE, René. Vaticano II. Balance y perspectivas. Veinticinco años después. (1962 – 1988). Ed. Sígueme, Salamanca, 1989. Pág. 906 38 Op. cit., NA Nº 5 39 GARZÓN, Fernando. “La educación católica ante la pérdida de identidad cultural y religiosa de nuestros niños y jóvenes”. IV Congreso Nacional de Educadores y Educadoras Católicos de Colombia. Bogotá: USB, 2008. 34

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Todo estaba bajo un régimen hegemónico fundamentado en la religión católica; hoy, tanto a los jóvenes como a los adultos, es un tema que les interesa, pero que se supedita a otros más importantes, como la supervivencia diaria. Se encuentra un desconocimiento muy grande, sobre las razones por las cuales se es o no católico. Tal vez, por saturación de ritos, exigencias y reglas, percibidas como sin sentido para el mundo de hoy, se buscan diferentes formas de expresión religiosa. La búsqueda de sentido de trascendencia inherente a todo ser humano, se calma con las múltiples ofertas que ofrece el mundo del consumo de toda índole. Se predica la autonomía del sujeto, la libertad de conciencia, la libertad religiosa y política y el libre desarrollo de la personalidad, valores todos ellos consagrados en la Constitución Colombiana de 1991. “La coexistencia de diversos sistemas de valores en una misma sociedad implica que éstos ya no se estructuren tan sólidamente como ocurría antes. Ya no sólo dudamos de los valores de los otros, sino que también dudamos de la confiabilidad de los nuestros o de todos en general. Esto nos permite afirmar que el tránsito a una sociedad pluralista va de la mano con un proceso de relativización de los diversos sistemas de valores, los propios y los ajenos”40 La educación, tradicionalmente regida por los parámetros de la Iglesia Católica, se ha abierto a la pluriculturalidad, reconociendo la diversidad de razas, lenguas y formas de expresión, que impulsan la reorganización y reinvención de las instituciones educativas, construyendo y asumiendo múltiples currículos, pedagogías y formas de aprender y de enseñar, superando la hegemonía tradicional. Esta situación, que para algunos no es clara ni segura, porque se ha separado de los caminos ya hechos y firmemente estructurados, ha propiciado un movimiento de renovación que los colegios y universidades se han esmerado por comprender y asumir, haciendo sus mejores esfuerzos por reinventarse. Se trata de reconocer a los niños, niñas, jóvenes y adultos pluriétnicos, pluriculturales, plurirreligiosos, pluridimensionales, para los cuales ya no existe una sola respuesta o posibilidad de sentido. Por lo tanto la educación religiosa escolar tiene que recoger todos estos intereses, características, objetivos y fines para formar a los colombianos y colombianas en y para el siglo XXI. La Ley General de Educación (115 de 1994) ha ordenado el cambio y la innovación, dentro de la cual, la educación religiosa escolar, ha sido reconocida como una de las áreas fundamentales y básicas para la formación integral de la persona41 dentro de la libertad consagrada por la Constitución. Los contenidos, los fines, las metodologías y los resultados que se buscan tienen que revisarse, readecuarse o cambiarse para responder a la realidad.

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Ibíd. P. 4 LEY 115, artículos 23 y 24. Bogotá: Ed. Magisterio, 1994

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La legislación favorece y propicia el desarrollo de otras confesiones. Lo establecido en la Constitución Política de Colombia de 1991 para garantizar la libertad de cultos se ve reflejado concretamente en el artículo 19 que dice: “Se garantiza la libertad de cultos. Toda persona tiene derecho a profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva. Todas las confesiones religiosas e iglesias son igualmente libres ante la ley”. Es decir, que el Estado colombiano, además de buscar el orden político, también ofrece un gran respeto al desarrollo de la democracia y la participación libre y activa a todas las religiones presentes en su territorio nacional según la ley civil y los deberes y derechos del ciudadano común. Para desarrollar la aplicación de este artículo se promulgó la ley 133 de 1994. Esta desarrolla y garantiza el derecho de libertad de cultos y promulga el ordenamiento jurídico para las iglesias y confesiones religiosas las cuales pueden ser reconocidas por medio de la personería jurídica que se reglamenta en el decreto 782 del 12 de mayo de 1995. Además, para concretar esta garantía, las iglesias y confesiones religiosas a través de esta ley, tendrán en sus asuntos religiosos, plena autonomía y libertad para establecer sus propias normas de organización. Las instituciones educativas, por lo tanto, tienen que adecuar sus estructuras para cumplir lo reglamentado. Como se verá en los resultados de la investigación aún esto no se hace realidad y se han creado enormes vacíos sobre el tema. 2.4. La labor educativa en un contexto pluralista Debido a la complejidad del mundo actual, la identidad cultural que, como devenir histórico, se reproduce continuamente, se desarrolla y se enriquece, se ve seriamente debilitada; incluso, podemos decirlo, está amenazada con su desaparición. El ser humano moderno vive con una sensación permanente de carencia de significado, es decir, de no tener la posibilidad de comprender y mucho menos influir en los acontecimientos sociales, y a veces hasta personales, que le rodean y le afectan. En este sentido, los hombres de principio de milenio, experimentan un debilitamiento paulatino de su sentido de responsabilidad social y una profunda indecisión que bloquea su capacidad de autorregulación y de elección. La educación, responsable en gran medida del desarrollo de la identidad cultural, no se escapa de la complicidad que tiene ante la deshumanización. Algunas de sus prácticas educativas son contrarias a la formación de individuos en su calidad humana integral. El desafío que se plantea, como ya se ha dicho, es la renovación de las instituciones de educación para que satisfagan las demandas y carencias de nuestra sociedad, preservando la riqueza de las tradiciones, el acervo cultural y la gran diversidad y propiciando la creatividad de su gente. Este reto exige e implica replantear 28

estructuras, enfoques y contenidos curriculares, estrategias pedagógicas y de aprendizaje autónomo y diseñar nuevas formas de educación y promoción comunitarias e institucionales que faciliten una mayor flexibilidad educativa e incrementen la capacidad de respuesta a la demanda social en formación superior, para asumir la responsabilidad ética y social que corresponde, frente a los desafíos de la integración regional, y de la globalización internacional. Existe una dimensión muy importante en este cambio de paradigmas: hoy, los jóvenes están transitando desde actitudes y posiciones heterónomas a una conquista de la autonomía, así como el rompimiento del mito del racionalismo para redescubrir las otras múltiples inteligencias y sensibilidades. Vivimos un cambio radical cultural marcado por nuevas percepciones y nuevas mentalidades, mediante las cuales los niños y los jóvenes quieren definir su propio destino mental, social y religioso. No se trata de saber inglés o de dominar sistemas de cómputo. Se trata de desarrollar las competencias necesarias para ejercer la autonomía, la creatividad del pensamiento y asumir las responsabilidades inherentes para la inserción proactiva en el mundo, con capacidades sociales para establecer vínculos familiares y sociales reales y profundos. Los jóvenes y los niños se enfrentan a un mundo cada vez más relativo, más inestable y cambiante, en constante contradicción. Se invita a la creatividad, a la autonomía a la toma de decisiones responsables, dentro de unos parámetros que también incitan a la copia e imitación, a lo fácil, a lo individualista. Estas tensiones también deben ser recogidas por el sistema educativo. Hay que formar para la incertidumbre, para la complejidad, para el permanente crecimiento y desarrollo. La formación del ser humano es fundamentalmente una acción de “culturización” y, por lo tanto, está relacionada con los procesos de “socialización” que definen su identidad, es decir, la interpretación que hace una persona de quién es y de sus características fundamentales como ser humano. Por lo tanto es válido afirmar que la adquisición de una formación implica la apropiación e incorporación de una cultura. Entender lo educativo desde lo cultural exige acercarse a todas estas dimensiones para que sean pensadas, interpretadas y recreadas en los contextos escolares y sobretodo, en los ambientes de aprendizaje. Pues bien, responder a la formación religiosa integral dentro del esquema del pluralismo, exige una revisión profunda de los principios, objetivos, propósitos, contenidos, metodologías y formas de evaluar que se dan en el entramado curricular de las instituciones de educación, confrontando siempre el deber ser con la situación que vive cada institución y con la realidad que la circunda e interpela.

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3. SUBCULTURAS JUVENILES Para comprender el mundo de los jóvenes y poder rediseñar los procesos educativos, en general y la formación religiosa en particular es fundamental comprender el mundo de las subculturas juveniles, las cuales se han ido posicionando como alternativas para la vivencia y formación de los niños y jóvenes. En el marco del trabajo realizado, se encontró que para entender las prácticas de educación religiosa es fundamental tener en cuenta este aspecto, para lo cual se explicitan algunos elementos en el texto que sigue. En principio adoptamos el concepto del sociólogo francés Pierre Bourdieu42 sobre de estructuras -estructurantes- estructuradas, en las que la cultura actúa formando a los individuos y, a su vez, éstos modifican esa cultura a partir de su praxis cotidiana, rompiendo con los determinismos que propugnan que los sujetos son manipulados por estructuras superiores o aquellos que pregonan que los individuos son lo suficientemente autónomos para decidir libremente. 3.1. ¿Culturas o subculturas juveniles?43 Como ya se ha dicho, los jóvenes de hoy se ven avocados a enfrentar un mundo en permanente cambio, sin valores y estructuras claros, por lo cual se congregan en pequeños o grandes grupos con características comunes que asumen como parámetros de vida. A menudo se constata cómo muchos tienden a comprender la realidad cultural de los jóvenes como única y cómo sus desviaciones hacen surgir un ámbito de "subcultura" a partir de las cuales se busca una posición reaccionaria frente a la problemática que les suscita tal escisión. Es más, muchos pueden hablar de algunos grupos que tienen diferentes manifestaciones en cuanto a la forma de hablar, de pensar, de manejar ciertas ideologías; es decir, tienen una manifestación cultural particular; a éstas fácilmente se les puede llamar subcultura. Es básico entender, también, que antes de subcultura juvenil, debe hablarse de culturas juveniles entendidas como un multiconjunto de culturas que sintetizan una realidad juvenil más amplia, convulsionada y heterogénea. La comprensión de las culturas juveniles se ve influenciada por los juicios que se le hacen desde el mundo adulto, desde donde se habla de cultura juvenil como si fuese un fenómeno homogéneo.

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BOURDIEU, P. La reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza. Barcelona: Laia, 1977 COMUNIDAD DE HERMANOS MARISTAS. Tejiendo identidades. Jóvenes y cultura. Bogotá: Ediciones Paulinas, 2007. P. 20. 43

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Es necesario partir de un concepto viable de culturas juveniles, para evitar dos posibles desviaciones. Para evitar una primera desviación se tendría que prescindir del talante universal y homogéneo al utilizar el término cultura juvenil, para evitar una segunda desviación se tendría que prescindir de generar una comprensión contestataria o degenerativa del entramado social cuando se utiliza la noción de subcultura. No es posible llegar a un conocimiento general de todas las culturas juveniles; lo que si podemos lograr, es hacer un acercamiento a sus dinámicas para intentar leer sus mensajes, sus sentires y particularidades en un contexto de mundo que tiende a globalizarlo todo. Es importante señalar, según los resultados de una investigación realizada en Bogotá44, que los procesos de producción cultural en los jóvenes son lugares de configuración de identidades porque su dinámica se da en torno a dos posibilidades: transgredir y confrontar. Transgredir, en cuanto se piensa de otro modo, equivale a poner en escena los sutiles juegos de poder del consumo, a interpelar las tendencias de lo convencional y a reinventar algunos órdenes sociales, como por ejemplo la creación de condiciones para la presencia activa de las mujeres raperas. Confrontar porque es creatividad y pensamiento reflexivo individual que adquiere sentido sólo en la medida en que desafía a otros. Esta doble condición que nutre y llena de significado las prácticas de resistencia porque son momentos de comprensión de sus experiencias y prácticas cotidianas, son momentos de convocatoria reflexiva, son los momentos en los que se confrontan el decir y el hacer; de esta forma, las identidades se forman en un campo de contradicciones y ambigüedades en el umbral donde se desafían los límites. Los mundos y vidas juveniles, las nuevas significaciones de los lugares y tiempos, lo mismo que los usos que de ellos hacen, el colegio, la calle, el parque, la noche, el día, las relaciones consigo mismos y las relaciones sociales sobre las que se sostienen, son rasgos que se han señalado en las identidades juveniles en tanto que «particulares modalidades desde las cuales se establecen en un momento determinado unas locaciones sociales, unas prácticas, experiencias y subjetividades que definen en su pluralidad el ser joven»45 Las prácticas de resistencia son construcciones de identidad que buscan la autonomía, que desertan de los estilos de vida y dispositivos de la cultura tradicional y no forman parte de los dominios de una sociedad creada desde el consumo. Es un modo distinto de existir que tiene en la música, la producción musical, el grafitti y otras expresiones, el rasgo de diferencia con «los otros». Son identidades que afirman el poder de la experiencia y en esa medida advierten sobre su carácter decisivo y apremiante.

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CASTIBLANCO, SERRANO Y SUÁREZ. Culturas juveniles y trabajo social con jóvenes. Bogotá: Universidad de Cundinamarca, 2006. 45 RESTREPO, Eduardo. «Entre chapetuos, pupys y harcoretos. Identidades juveniles en Santamaría». Bogotá: Tabula Rasa,. 2004

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En el proceso de constitución de identidad, dentro de estos movimientos juveniles, no se pueden buscar categorías absolutas o abarcadoras, siempre se está entre dos posibilidades al menos. Es un juego de fuerzas en donde los movimientos se van dando al ritmo que factores de la vida social van permeando o afirmando una de las dos, en un constructo complejo. Por un lado, la adquisición de una poderosa identidad marcada por lo juvenil y lo amoroso, que se nutre de itinerarios inestables en busca de experiencias antiestructurales; y por otro lado, el reforzamiento del malestar vivenciado en la estructura, signado a su vez por la ansiedad y depresión, expresadas éstas, en una compulsividad hacia el encuentro del bienestar que desemboca en el doloroso desencuentro permanente. Es todo un dilema que enfrentan los jóvenes y para lo cual buscan el soporte del grupo y las particulares modalidades desde las cuales se establecen en un momento determinado unas locaciones sociales, unas prácticas, experiencias y subjetividades que definen en su pluralidad el ser joven. Estas identidades juveniles se inscriben en los cuerpos, pero también en las representaciones y deseos. Estas identidades no son fijas ni aisladas sino posicionales y relacionales; ellas no están definitivamente cosificadas, sino que están constituidas por procesos cambiantes de sedimentación y saturaciones inestables; ellas no son totalidades cerradas y unidimensionales, sino que son fragmentadas y múltiples; las identidades juveniles son siempre histórica y discursivamente producidas a través de relaciones de poder sin garantías esencialistas.46 Adquirir y reafirmar la identidad, proceso en el cual se encuentran los jóvenes, y para lo cual existe el sistema educativo, es un proceso de identificaciones históricamente apropiadas que confieren sentido a un grupo social y le dan estructura significativa para asumirse como unidad. La identidad es un fenómeno relacional y un modo de categorización que los grupos utilizan para organizar sus intercambios. Considerar la identidad de un grupo no equivale a concretar el inventario de sus rasgos culturales distintivos, sino encontrar en estos rasgos los que son empleados por los miembros del grupo para afirmar y mantener una distinción cultural. La composición de las identidades colectivas es heterogénea, abierta, dispuesta al cambio, ya que suponen un proceso permanente que se mueve entre el «ser» y el «llegar a ser», porque siempre son relativas a algo, un algo que es histórico y social. De ahí que la identidad, en un doble movimiento, tiende al mismo tiempo a la preservación y a la recreación. Las culturas juveniles se inscriben dentro de este marco. La identidad supone ineludiblemente relación con otro o con otros. En este sentido, Marc Augé47 sostiene que: el lenguaje de la identidad es un lenguaje bivalente, lenguaje de la inclusión y la exclusión. Esta concepción implica situar la problemática de la identidad en torno a las relaciones con otros y al proceso de constitución, 46

GIRALDO, Jorge y otros. Entre champetuos, pupys y harcoretos: identidades juveniles en Santa Marta. Bogotá: Tabula Rasa, 2004. 47 AUGÉ, Marc. Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad. Barcelona: Gedisa, 2001

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transmisión, mantenimiento y recreación, y no en la búsqueda de una incierta esencia que la definiría. Desde esta perspectiva no hay identidad en sí, ni únicamente para sí. Identidad y alteridad están ligadas en una relación dialéctica. De este modo, identificación y distinción son las dos caras de la misma moneda. Este proceso se da en primer lugar en la familia. En este caso las relaciones familiares incluidos el afecto, la comunicación, lo mismo que las rupturas, las crisis, la violencia los cambios y las extinciones forman parte de cómo se van construyendo nuevas posibilidades y relaciones no determinadas por los esquemas de normalidad. Aquí se busca un desplazamiento conceptual de la familia como problema a las transgresiones familiares como proceso de producción social y cultural, teniendo en cuenta que asistimos a un proceso de reacomodo de las instituciones socializadoras y la familia se concibe como espacio social privilegiado en donde se inscribe el proceso de construcción de la subjetividad. La familia es y ha sido un espacio de significaciones y lugar de intercambios simbólicos e imaginarios. Es un ámbito de constitución de la identidad, que en estos tiempos ha sido un tanto desplazada por los grupos y asociaciones de jóvenes. Por otro lado, el periodo en el cual viven quienes se incluyen en las culturas juveniles transita entre el deseo de independencia, la necesidad de autoafirmarse y la identificación con los rasgos difusos -o claros- de un grupo. Los estudiosos de las culturas juveniles exploran la paradoja que deviene de prestar atención a los rasgos de grupos que están formados por sujetos que aspiran a ser reconocidos como individuos. Por eso parece importante no olvidar, que a la hora de acercarse a las culturas juveniles no hay que hacerlo de forma aislada, sino como una experiencia dialógica en conflicto con referencias sociales e históricas ante los cuales, incesantemente, la juventud quiere irrumpir. Las tramas de las culturas juveniles cargan los rastros de memorias acalladas y resignifica memorias de luchas y proyectos, sobre todo en ciertos sectores de la población. Esta posición nos coloca en el desafío de reconectar el gran orden económicocultural de producción hegemónica con la construcción de significados de las personas. De esta manera se podrá no sólo apreciar, sino alentar la salida del conformismo y la construcción (incesantemente imprevisible) de prácticas y proyectos de transformación y de resistencia que encierran las denominadas culturas juveniles. Y aquí encontramos los principales desafíos que debe afrontar la escuela hoy en día. Cuando nos acercamos al entramado escolar con la mirada adulta que descalifica toda expresión juvenil y determina que ellos, los y las jóvenes, no quieren aprender, porque no están motivados, ni interesados, han perdido todos los valores o simplemente viven en otro planeta, se corre directo hacia el fracaso de todo lo que se proponga. Simplemente no hay sintonía. Para eso hay que reconocer que más allá de posibles particularidades genéricas, los adolescentes y los jóvenes son portadores de una cultura y de una experiencia social hecha de conocimientos, 33

valores, actitudes, predisposiciones que no coinciden necesariamente con la cultura escolar adulta y en especial con el currículo o programa que la institución se propone desarrollar. Es la cultura, o mejor, culturas juveniles, que la escuela muchas veces no reconoce ni se preocupa por identificar y que casi siempre rechaza por haber reducido el enfoque meramente cognitivo de conocimientos y no a las experiencias socio biográficas de los jóvenes. Este no reconocimiento se hace más patente cuando la contradicción y el conflicto entre cultura escolar y culturas juveniles se manifiesta entre los jóvenes de las clases sociales económica y culturalmente menos favorecidas. En muchos países los adolescentes señalan que lo que aprenden en el colegio, rara vez tiene que ver con su cultura e intereses. Responder a esta realidad implica que hay que conocer la experiencia de los adolescentes y que hay que replantearse el qué enseñar y aprender, lo mismo que reconocer a quién se enseña, por qué y para qué. Por eso es básico reconocer que tanto la familia como la escuela han perdido el monopolio de la inoculación de significaciones, de valores y de hábitos. Los jóvenes están construyendo otros, a su vez diversificados y fragmentados. Sin embargo, en demasiadas ocasiones las instituciones escolares tienden a negar, o simplemente ignorar la existencia de otros lenguajes y saberes y otros modos de apropiación distintos de aquellos consagrados en los programas y las disposiciones escolares. La transformación es radical, hay que superar las huellas que han dejado la homogeneidad, sistematicidad, continuidad, coherencia, orden y secuencia únicos, para abrir paso a la posibilidad de considerar a las nuevas generaciones como portadoras de culturas diversas, fragmentadas, abiertas, flexibles, móviles, inestables y muy valiosas. Esta situación produce una dicotomía donde la experiencia escolar se convierte a menudo, en una frontera donde se encuentran y enfrentan diversos universos culturales. Esta oposición estructural es fuente de conflicto y desorden, fenómenos que terminan a veces por neutralizar cualquier efecto de la institución escolar sobre la conformación de la subjetividad de los adolescentes y los jóvenes. Ahí juega un papel importante la investigación y la reflexión permanente sobre el ser y quehacer de la educación. 3.2. Expresiones religiosas de los jóvenes En cuanto a las expresiones religiosas, el panorama es muy diverso; no hay posiciones claras por parte de ninguno de los actores. Es necesario partir de la realidad de los jóvenes, los cuales regularmente se mueven dentro de la incredulidad, el ateísmo, indiferencia o fundamentalismo. Muchas veces, no han sido formados en ningún credo específico, o simplemente no han recibido la información 34

básica. En los casos en los que han participado de alguna manera en una catequesis o evangelización, ésta ha sido transmitida con errores y distorsiones que afectan la vivencia de cualquier religión. Es muy común encontrar que los jóvenes, (lo mismo que los adultos) poseen diversas imágenes de Dios y por lo tanto no tienen claro qué implica creer o no creen en sus vidas cotidianas. Algunos se caracterizan por ser indiferentes al hecho religioso, otros, los niños y preadolescentes son muy sensibles al hecho religioso y dicen creer en Dios pero a su manera, un Dios que llena sus expectativas, un Dios amigo, un Dios que los deja “ser libres”, un Dios que no los juzga; o también en un Dios de momento, un Dios al que acuden cuando a ellos les nace. Como lo señalan los resultados de la investigación hecha por Amparo Jaimes, “en ocasiones se percibe en los adolescentes cierto cansancio con respecto a la imagen de Dios que les transmite el mundo adulto; por esta razón ellos y ellas van creando sus propios imaginarios de Dios. No es que ellos rechacen lo religioso, rechazan la imagen de Dios que reciben de los adultos. Se alcanza a vislumbrar que los adolescentes quieren un Dios alegre, un Dios más cercano, un Dios descomplicado, un Dios que acepta al joven, un Dios que no se escandaliza, un Dios que baila y juega”48. Los jóvenes viven, más que nadie la confusión, transición y relativismo que caracteriza al fenómeno religioso hoy. Para la juventud se requiere un Dios polifacético, un Dios que tiene de todo y al que se le puede agregar lo que se necesite en un momento determinado, por eso a muchos se les ve una semana en el grupo juvenil de la parroquia católica y a la semana siguiente en el culto protestante o de otra denominación, sin ningún problema o consecuencia real en sus vidas. El cambio de cultura y la constante búsqueda que hay en los grupos de jóvenes es un desafío a la tarea pastoral que se realiza desde diferentes ámbitos; un acercamiento a esa realidad sin prejuicios, genera como resultado, el encuentro de una espiritualidad propia de cada joven, allí también está presente la acción de Dios a través de unos símbolos culturales, allí los jóvenes se relacionan y se comunican con el Transcendente (Dios). El fenómeno de fe en los jóvenes ha sido estudiado con atención y al menos en estadísticas arroja resultados interesantes: según la encuesta nacional de jóvenes realizada en Junio del año 2000, a nivel nacional, el 95 % de los jóvenes en Colombia manifiesta creer en un ser superior y el 91 % pertenecen a una determinada religión, distribuidos los porcentajes de la siguiente manera: 81% dicen pertenecer a la religión católica, el 6% a los cristianos, el 2% a los evangélicos, el 1% testigos de Jehová, el 1% adventistas, otros 1% y el 8% manifiesta no pertenecer

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JAIMES, Maldonado Amparo. Educación religiosa escolar e imaginarios de Dios en los adolescentes. Tesis Publicada en CD. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2005. P.16.

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a ninguna religión49. Como se puede ver, el problema no es de estadísticas, sino de creencias reales que impacten a nivel individual y grupal. 3.3. Culturas juveniles y religión50 Cuando los jóvenes hablan de religión, inmediatamente la asocian a la norma, a la estructura, a la experiencia cristiana católica; es así como de la experiencia religiosa hacen una lectura de poder, de leyes, de ritos, de dinero, sólo ven incoherencias, cultos, pero no la posibilidad de acercamiento espiritual, de acercamiento al Dios a quien muchas veces llaman "amigo" o "compañero de camino". Hacen lectura de una Iglesia que ha tenido una experiencia religiosa muy moralizante, con más defectos que virtudes y a la que no les nace pertenecer. Determinar lo que es la fe y la comprensión de Dios en las actuales culturas juveniles resulta un tanto complejo, pues la práctica religiosa que los jóvenes desarrollan ha sido reconstruida por diversas circunstancias, muchas de ellas viciadas, o con serias deficiencias en sus conceptos y métodos de difusión, aunado al hecho de que hoy por hoy, la diversidad y rápida movilidad en los conceptos, las ideas y los principios, no soporta verdades absolutas y exige generar espacios permanentes de investigación y análisis. Sin embargo, a partir de la experiencia particular de cada joven, podemos hablar de posibles comprensiones de Dios en las culturas juveniles, comprensiones que muchas veces chocan con su vivencia cotidiana. Una imagen muy difundida dentro de la práctica cristiana es la de Dios Padre, que toma fuerza en sociedades patriarcales como la nuestra, machista por tradición y patriarcal por imposición, donde el varón es el referente conceptual para cualquier afirmación de verdad y al mismo tiempo es la figura que está más ausente en la familia. La imagen que tienen los jóvenes de Dios, entendido como Padre, es bastante significativa, porque la asocian con la que tienen de su propio padre, la cual no es a veces muy positiva.

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PRADILLA, R. Estudios de opinión pública y mercado. Colombia Joven. Bogotá: Presidencia de la República, 2000. Comunidad de Hermanos Maristas. En búsqueda de sentido. Jóvenes y trascendencia. Bogotá: Ediciones Paulinas, 2007. P. 20-25. 50

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4. EDUCACIÓN RELIGIOSA ESCOLAR EN COLOMBIA En nuestro país la Educación Religiosa Escolar se ve inevitablemente influenciada por el contexto en el cual se desarrolla. Aunque la mayoría de los colombianos confiesan la religión católica, la nueva Constitución invoca la protección de Dios pero no considera a Colombia como un Estado confesional, se consagra la libertad religiosa y de cultos confiriéndoles igual valor jurídico a todas las confesiones religiosas, independientemente de la cantidad de creyentes que a éstas pertenezcan. Se trata de una igualdad de derecho, o igualdad por nivelación o equiparación, con el fin de preservar el pluralismo y proteger las minorías religiosas como Estado social de derecho. Es fundamental señalar que hoy la educación debe responder a unos retos que van más allá de desarrollar currículos programados desde la institucionalidad. Se debe reconocer para hacer cualquier propuesta, en ese sentido que hay una dispersión de las creencias y de las normas morales. La religión católica no tiene el monopolio de lo religioso sino que éste se ve como flotando y cada uno toma lo que le gusta o satisface. Así, ese capital simbólico flotante puede dar origen a muchas y diferentes posturas religiosas. Este es un hecho visible. No hay un catolicismo uniforme, sino un catolicismo plural. Los nuevos movimientos eclesiales son una muestra de esa diversidad que, conservando los principios fundamentales, sin embargo, hacen énfasis en ciertas doctrinas, ritos, modos organizativos o tipos de ascesis o de mística. Estos movimientos eclesiales nuevos tienen tendencias tradicionales o tendencias progresistas en un amplio abanico de ofertas de vivir la fe. La religiosidad es difusa y atípica. En años anteriores, en términos globales, se podía decir qué creía y hacía un creyente. Vemos hoy que es muy difícil formar una categoría o tipología que acoja a las múltiples formas religiosas. Hay católicos que se autodenominan así, pero en sus creencias y comportamientos asimilan o practican creencias y comportamientos de otras fuentes simbólicas. Y lo mismo puede aseverarse de otros creyentes. Es como el estallido de la unidad simbólica en múltiples elementos que cada uno reconfigura y recompone. La uniformidad buscada por el Concilio de Trento se ve rota por el pluralismo actual. La Iglesia católica y las grandes iglesias históricas, encuentran dificultades para el control de sus creyentes en materias de culto, doctrina, pero especialmente en la moral sexual y el control de la natalidad. En este último punto, las personas recurren a su propia decisión y responsabilidad sin hacer demasiado caso de las autoridades religiosas. Esa fragmentación de la coherencia doctrinal y moral produce una religión a la carta, como quien escoge su propio menú o arma su propio rompecabezas. Se presenta una menor aceptación de la mediación oficial y se da más espacio a la opción personal, y a la escogencia libre. Baja la presión de los órganos de control tradicional (escuela, iglesia, ambiente geográfico) y cada uno, de manera personal, hace su 37

religión. Este fenómeno se expresa en el ámbito público y en todas las instituciones sociales. En las instituciones educativas está presente aunque la mayoría de las veces no en forma explícita. La educación religiosa, a raíz de una errónea comprensión y aplicación de la nueva legislación, ha ido perdiendo importancia y espacio y se ha dejado un poco a la deriva o al libre albedrío de los colegios y escuelas. También en los colegios se van destacando cada vez más la confluencia de diferentes maneras de expresión de los jóvenes. Estas expresiones juveniles impactan y le plantean nuevos retos a la forma de enseñar de la Educación Religiosa Escolar, la cual debe dejarse afectar por los signos de los tiempos para no quedarse anquilosada en métodos que no llegan a los jóvenes en su búsqueda de sentido. 4.1. Desafíos Según Ramón Rivas51 “la preparación para la vida, que luce como un objetivo fundamental de todos los modelos educativos, sigue siendo una gran falacia, porque la educación formal se mantiene al margen de la vida en muchos sentidos. De ahí que persistan viejas lacras educativas, como el ausentismo escolar, la deserción, en suma el desinterés de los jóvenes; por una simple razón: éstos no le ven sentido a muchas de las cosas que se les enseñan a lo largo de todo el proceso académico”; por tanto, para este conferencista, “el gran reto educativo de nuestro tiempo, en particular para la escuela católica, es: diseñar y activar propuestas educativas, con verdadera fibra humana, capaces de enfrentar positivamente las fuerzas poderosas que se han mostrado ya incapaces de crear el hombre nuevo en un mundo plural y justo. El desafío aquí es encontrar el lenguaje y las estrategias que lo permitan. Imposible no es, porque Dios no pide imposibles. Simplemente deberemos poner en acción nuestra creatividad y decidirnos a romper patrones que ya no sirven, estrategias que no funcionan y esquemas pastorales que ya no tienen sentido para la gente de hoy. Reto difícil, pero también insustituible…en la escuela católica, aunque ya hemos avanzado bastante en este campo, todavía quedan en muchos centros fuertes rezagos de exclusión –normas, reglamentos, actitudes, etc.- que no se compadecen con la misión evangelizadora universal que le compete. Y se sigue excluyendo a muchos por motivos religiosos, morales, sexuales, culturales, económicos, conductuales, intelectuales, etc. Cómo armonizar esto con ciertas exigencias perentorias de Cristo: «tengo otras ovejas que no están en este rebaño; también a ésas tengo que atraerlas para que escuchen mi voz» (Jn. 10,14), «vayan por todo el mundo y evangelicen a toda criatura» (Mc 16,15). Podría alguno argumentar que ésa no es nuestra misión porque lo nuestro es educar. Pero, ¿acaso no hemos insistido siempre en que para nosotros educar es una forma 51

RIVAS, Ramón. Diagnóstico, tendencias y desafíos para los Maestros y Maestras Colombianas. Memorias del IV Congreso Nacional de Educadores Católicos. Bogotá: USB, 2008.

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de evangelizar? ¿Cómo justificar la exclusión de tantos de esa evangelización que quizás sea la única que puedan tener en su vida? Los retos aquí me parecen evidentes: Diseñar proyectos educativos auténticamente incluyentes e inclusivos, abiertos realmente a todos, incluidos los desplazados, los parias sociales de todo tipo, y los rechazados por otros sistemas educacionales. La licenciada Edith González nos da un importante aporte que resume en pocas palabras, la situación de la Educación Religiosa escolar en la actualidad: “Los estándares de educación religiosa indican unos aprendizajes que se deben alcanzar: saber comprender, saber dar razón de la fe, saber integrar fe y vida, saber aplicar a la realidad. Estos aprendizajes están referidos a la Revelación de Dios en Jesús y a la forma como él la recibe, la vive y la comunica.” 52 La enseñanza de la religión en la escuela se encuentra hoy ante un dilema de difícil solución. De un lado, vive en zozobra por su propia ambigüedad, ya que no casan bien los términos religión y escuela. De otro, la religión ha dejado de ser un factor de cohesión social y de identificación personal. No es fácil incorporarla como asignatura en la escuela pública. Algunos padres y maestros católicos de talante dogmático pretenden que la clase de religión sea catequesis, como siempre lo ha sido; otros creyentes o no- la entienden como enseñanza cultural religiosa necesaria y no faltan los que intentan eliminarla radicalmente de la escuela pública, al sostener que lo religioso es un valor acrítico e ineficaz; por consiguiente, el Estado no confesional no debe subvencionar la clase de religión. Ante la tensión existente entre religión y cultura, actualmente están en boga los temas como diálogo interreligioso y teología pluralista. No podemos separar religión de cultura; pues, si recorremos el proceso vivido por las diferentes religiones podemos constatar que éstas han tomado elementos propios de los pueblos que las han asumido; mientras que las diferentes culturas, por su parte, han asumido algunos elementos, especialmente los ritos y los cultos, de las religiones. Una religión que no se refiera o se encuentre relacionada con la total existencia del hombre es una religión sin ningún papel en la vida humana que haría caer en un espiritualismo desencarnado a quienes la profesan. A este respecto, podemos confirmar que “La religión es la sustancia de la cultura y la cultura la forma de la religión”53; en otras palabras, la religión incide en la formación de la identidad cultural de los pueblos. En nuestro contexto pluralista no sólo se están produciendo cambios en lo cultural sino también en las creencias de los pueblos, por tanto, no podemos desvincular nuestras clases de religión de las llamadas subculturas juveniles, aunque suelan parecernos extrañas y ajenas a la forma de pensar de los adultos. En Colombia las subculturas juveniles han ido creciendo cada vez más y es preciso conocerlas para no excluirlas de nuestro proceso formativo religioso. 52

GONZALEZ, Edith. Propuestas pedagógicas en la escuela para la formación religiosa de los niños y los jóvenes colombianos. Memorias del IV Congreso Nacional de Educadores Católicos de Colombia. Bogotá: USB, 2008. 53 TILLICH Paul. La Era Protestante. Chicago, 1948. P. 57.

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La proclamación de Colombia como país no confesional ha generado el interrogante sobre la formación religiosa de cada uno de los ciudadanos colombianos; por lo cual, se hace necesario fundamentar desde lo epistemológico, lo antropológico y lo jurídico la enseñanza de la dimensión religiosa del sujeto, además, la Educación Religiosa Escolar no es responsabilidad del Estado, en cuanto éste le reconoce a cada ciudadano el derecho a la libertad de cultos y para lograrlo ha de formarse en ese mismo sentido. El Estado tiene su papel específico en cuanto a la regulación de la religión porque ésta es considerada un bien público, él no puede permanecer ajeno a las diferentes expresiones de religiosidad de sus habitantes. El estado debe garantizar el espacio para la igualdad de las diferentes confesiones religiosas y facilitar que cada denominación religiosa pueda formar a sus seguidores según sus propias directrices. Sin embargo, se podría hablar de una responsabilidad indirecta del Estado en cuanto garantiza los medios para formar en las diferentes religiones y una responsabilidad directa de formación por parte de quienes conforman dichas religiones. Si toda religión, así como todo ciudadano, tiene derecho a educar en la religión, cada una de las religiones han de formar en su fe particular. Toda persona tiene derecho a una formación religiosa de acuerdo con la religión que profesa. Además de ser un derecho también es un deber, ya que dicha formación es parte constitutiva de la formación integral de la persona. Sin un referente religioso difícilmente puede la persona encontrar el sentido trascendente de su vida y las respuestas a las interrogantes más profundas sobre la existencia humana a la cual la ciencia no puede responder. Al enseñar la Educación Religiosa Escolar no se viola el derecho a la libertad de cultos, pues la dimensión trascendente es un atributo del mismo ser humano. Si decimos que toda persona tiene derecho a la libertad de culto, podemos fácilmente deducir que también toda persona tiene derecho a la educación religiosa escolar. Si se obligara a recibir la Educación Religiosa Escolar bajo los lineamientos de una determinada expresión religiosa sin tomar en cuenta a la persona en su individualidad podríamos estar cayendo en una violación del derecho a la libertad de culto. La Educación Religiosa Escolar mediante la formación de los niños y jóvenes debe proporcionarles herramientas para que ellos puedan responder a las diferentes circunstancias de su entorno. La fe ha de iluminar todas las dimensiones del ser humano, de tal manera que haya coherencia entre lo que se dice y se hace; sólo así se puede contribuir a la edificación de una sociedad cimentada en valores perdurables. Es importante que la fe penetre en la cultura y a su vez se deje cuestionar por ella. La Educación Religiosa Escolar está dirigida a encaminar la dimensión trascendente del ser humano, mientras que la catequesis va dirigida a la maduración de la fe vivida 40

en un contexto de comunidad creyente. La educación en valores está dirigida a formar en la ética de la persona sin que necesariamente tenga que referirse a un modelo religioso determinado. La Educación Religiosa Escolar se ha confundido con la catequesis debido, tal vez, a que falta profundizar un poco más en su naturaleza, mientras que la catequesis se ha ido estructurando mucho más a nivel de contenidos, por tanto, falta mayor profundización en lo que concierne a lo propio de la Educación Religiosa Escolar.

4.2. Libertad Religiosa Dentro del contexto educativo, el área de educación religiosa escolar es la única que no tiene lineamientos oficiales, precisamente porque, respetando lo establecido para la libertad religiosa en Colombia, el estado no puede intervenir en este aspecto. Por eso, en el caso de la educación católica, la Conferencia Episcopal ha asumido la tarea de dar los lineamientos para el área.54 La libertad religiosa es el derecho de toda persona de no ser impedido ni individual ni comunitariamente en el ejercicio de su fe y en todo lo que se refiera a la expresión y a la realización de su credo. La libertad religiosa es una aspiración del hombre de hoy, sancionada en la mayor parte de las constituciones y declarada en documentos internacionales. Es un derecho fundado en la dignidad humana que ocupa un lugar privilegiado en la conciencia actual de la humanidad. En el Pacto Internacional de Derechos Económicos, sociales y culturales, la Asamblea General de las Naciones Unidas el 16 de Diciembre de 1966 declaró que: “los Estados en el presente Pacto se comprometen a respetar la libertad de los padres… de escoger para sus hijos… la educación religiosa o moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones” (Art. 13). La libertad religiosa forma parte del conjunto de libertades o derechos que configuran al hombre libre. Así fue reconocido en la Declaración Universal de Derechos del Hombre de 1984: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión” (Art. 18). Este derecho fue confirmado por la conferencia de Helsinki (1976): “Este derecho implica la libertad de dar testimonio de su religión y de sus convicciones de forma individual y colectiva, en público o en privado, a través de la enseñanza, la vida, el culto y la observación de ritos.” Dicha conferencia explica este derecho aplicándolo a dos supuestos: a) Reconoce a los padres el derecho de asegurar la educación religiosa y moral de sus hijos de acuerdo a sus propias convicciones. b) Prohíbe causar perjuicio a un ciudadano por sus opiniones religiosas. Con ello refuerza el Art. 2 de la misma Declaración Universal: “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión…”. El alcance 54

Arquidiócesis de Bogotá.Orientaciones curriculares para la Educación Religiosa en el Distrito Capital Secretaria de Educación. Santafé de Bogotá, 2000.

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de este reconocimiento de la “libertad religiosa” como derecho fundamental de la persona llega hasta hacer de la tolerancia la forma privilegiada de la convivencia humana. La incredulidad y el ateísmo sólo se han de entender en relación con la religión y con la fe, dentro de la libertad de “pensamiento y de conciencia”. Sobre la libertad religiosa se ocupa la Declaración del Concilio Vaticano II “Dignitatis Humanae”. Ésta afirma el derecho a la libertad religiosa y lo basa en la dignidad de la persona humana. Es patrimonio de todos los hombres. En Colombia la fundamentación legal de la enseñanza religiosa se encuentra en las Normas Constitucionales. El Artículo 19 de la Constitución Política garantiza la libertad religiosa y de cultos y el artículo 18 garantiza la libertad de conciencia. El artículo 45 preceptúa el derecho a una formación integral, la educación religiosa se impartirá de acuerdo con la Ley estatutaria que desarrolla el derecho de libertad religiosa y de cultos, Ley 133 de mayo de 1994. Corresponde por mandato de la Ley 115/94 y de conformidad a lo previsto por la Ley estatutaria 133/94, al Ministerio de Educación Nacional diseñar los lineamientos generales para la enseñanza de la educación religiosa. Los capítulos III y IV del Decreto 1860/94 desarrollan con propiedad lo relativo al contenido del Proyecto Educativo Institucional y a los criterios para la elaboración del currículo, previendo que en el plan de estudios se incluirán las áreas de conocimiento definidas como obligatorias y fundamentales en los nueve grupos enumerados en el artículo 23 de la ley 115 de 1994, así como la inclusión de grupos de áreas o asignaturas que adicionalmente podrá señalar el establecimiento educativo para el logro de los objetivos del PEI, sin sobrepasar el 20% de las áreas establecidas en el plan de estudio. La Resolución No. 2343 de junio 5 de 1996 adopta un diseño de lineamientos generales de los procesos curriculares del servicio público educativo y establece indicadores de logros para la educación formal, los cuales permiten a cada institución y comunidad educativa, preveer autónomamente respuestas a la acción formativa y de conocimiento que desarrolla. El artículo 67 de la Constitución Política establece que “la Educación es un derecho de la persona, un servicio público que tiene una función social, con ella se busca el acceso al conocimiento…y a los demás bienes y valores de la cultura” y además afirma, en el art. 68 que “los padres de familia tendrán derecho de escoger el tipo de educación para sus hijos menores. En los establecimientos del Estado ninguna persona podrá ser obligada a recibir educación religiosa”.

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Por su parte, la ley 133 de 1994… o de libertad religiosa establece un ordenamiento común y fija el régimen jurídico básico para las diferentes religiones, confesiones e iglesias. Establece un marco jurídico de garantías básicas, para que todas las personas, individual o comunitariamente, puedan desarrollar libremente y de modo organizado o espontáneo sus actividades religiosas. En el Art. 6 señala: “la libertad religiosa y de cultos garantizada por la constitución comprende…los derechos de toda persona: a) De recibir e impartir enseñanza e información religiosa, ya sea oralmente, por escrito, o por cualquier otro procedimiento, a quien desee recibir; de esa enseñanza e información o rehusarla. b) De elegir para sí y los padres para los menores o los incapaces bajo su dependencia, dentro y fuera del ámbito escolar, la educación religiosa y moral según sus propias convicciones…la voluntad de no recibir enseñanza religiosa y moral podrá ser manifestada en el acto de la matrícula por el alumno mayor de edad o los padres o curadores del menor o del incapaz” La ley 115 de 1994 o Ley General de Educación establece en su artículo 5 los fines de la Educación, en el numeral 1 de dicho artículo se destaca “el pleno desarrollo de la personalidad sin mas limitaciones que las que imponen los derechos de los demás y el orden jurídico, dentro de un proceso de formación integral, física, psíquica, intelectual, moral, espiritual, social, afectiva, ética, cívica, y demás valores humanos”. La misma Ley en su art. 19 define que “la educación Básica obligatoria… se estructurará en torno a un currículo común, conformado por las áreas fundamentales del conocimiento y de la actividad humana”. Y en su art. 23 señala como una de tales áreas fundamentales y obligatorias a la Educación Religiosa, que necesariamente se tendrá que ofrecer de acuerdo con el currículo y el Proyecto Educativo Institucional. El área de educación Ética y Valores humanos está separada y diferenciada de la Educación Religiosa. Parágrafo “la Educación Religiosa se ofrecerá en todos los establecimientos educativos, observando la garantía constitucional según la cual ninguna persona podrá ser obligada a recibirla” (Art. 24). La libertad de culto, según los lineamientos curriculares, se refiere al derecho que, derivado del artículo 19 de la Constitución Política de 1991 y del derecho de libertad religiosa, “tiene toda persona de practicar, individual o colectivamente, en privado o en público, actos de oración y de culto, conmemorar sus festividades y no ser perturbado en el ejercicio de estos derechos, no ser obligado a practicar actos de culto o a recibir asistencia religiosa contraria a sus convicciones personales. Igualmente se refiere al derecho que tienen las iglesias o confesiones religiosas de establecer lugares de culto o de reunión con fines religiosos y a que sea respetada su destinación religiosa y su carácter confesional específico”. En síntesis, la libertad religiosa y la Educación Religiosa Escolar tienen establecida su parte legal en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el Pacto Internacional de Derechos: Económicos, sociales y culturales, en las Normas Constitucionales Arts. 19,18, 45, 67,68, en la Ley Estatutaria 133 Arts. 2, 6, 7, 8, en la Ley 115 Arts. 19, 23, 24, 78, 79, 92, en el Decreto 1860, en la Resolución Ministerial 2343 y en la Resolución Distrital 00780. 43

Aunque la libertad religiosa goza de una abundante fundamentación legal, la Educación Religiosa Escolar se sigue desarrollando, en muchos de los casos, sin tomar en cuenta la variedad de expresiones religiosas presentes en los jóvenes a los cuales se dirige, olvidando que uno de sus principales fines como disciplina pedagógica es orientar en la comprensión del hecho religioso inherente al ser humano. Esta materia en la mayoría de los casos es confundida con la catequesis y se queda en el sólo adoctrinamiento sin tomar en cuenta los contextos vitales en los cuales se mueven nuestros jóvenes de hoy. Haría falta tomar mucha más conciencia de la importancia de la formación religiosa como parte de la integralidad de la persona y no abordarla sólo como materia de relleno que, en la mayoría de los casos, se deja a cargo de profesores poco capacitados para enseñarla. 4.3. La Educación Religiosa Escolar en el Código de Derecho Canónico: En cuanto a los responsables de la Educación Religiosa Escolar el Código de Derecho Canónico establece que "El deber y derecho de educar compete a la Iglesia, a quien Dios ha confiado la misión de ayudar a los hombres para que puedan llegar a la plenitud de vida cristiana" (C.794,1). "Depende de la autoridad de la Iglesia la formación y Educación Religiosa católica que se imparte en cualesquiera escuelas o se lleva a cabo en los diversos medios de comunicación social; corresponde a la Conferencia Episcopal dar normas generales sobre esta actividad, y compete al Obispo diocesano organizarla y ejercer vigilancia sobre la misma" (C. 804,1). "También tienen derecho los padres a que la sociedad civil les proporcione las ayudas que necesitan para procurar a sus hijos una educación católica" (C. 793,2). La Educación Religiosa Escolar "debe procurar la formación integral de la persona humana, en orden a su fin último y, simultáneamente, al bien común de la sociedad" (C.795) y por tanto, "deben esforzarse los fieles para que, en la sociedad civil, las leyes que regulan la formación de los jóvenes provean también la educación religiosa y moral en las mismas escuelas, según la conciencia de sus padres" (C. 799). Cada quien debe velar por la formación en su respectiva religión; sin embargo, ésto no se convierte en excusa para “lavarnos las manos” con respecto a la formación religiosa de quienes no profesan nuestra misma religión. Todos debemos procurar la adecuada formación integral de la persona y ésta incluye la Educación Religiosa Escolar, también en su importante eje que es la enseñanza de valores universales sin limitarla sólo a este aspecto. En cuanto a los profesores de esta área, el Código establece que “el Ordinario del lugar debe cuidar que los profesores destinados a la enseñanza de la religión en las escuelas, incluso las no católicas, destaquen por su recta doctrina, por el testimonio de su vida cristiana y por su aptitud pedagógica" (C. 804,2). Así mismo "el Ordinario del lugar, dentro de su diócesis, tiene el derecho de nombrar y aprobar los profesores 44

de religión, así como de remover o exigir que sea removidos cuando así lo requiera una razón de religión o moral" (C. 805). Sin embargo, podemos notar que en la actualidad hay poca relación de los obispos con los colegios, debido en parte, a que ellos no son los únicos que tienen voz y voto en los colegios pues la libertad religiosa amerita un trato por igual hacia los guías de las otras iglesias. Las tres cualidades de “recta doctrina, testimonio de vida y actitud pedagógica” pueden variar según los casos y no en todos los colegios se pueden verificar tan fácilmente en los docentes de Educación Religiosa Escolar.

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5. ACERCAMIENTO A LA REALIDAD Aplicando la metodología ya explicada, de ver, juzgar y actuar, se hizo un trabajo de diagnóstico en los colegios José Joaquín Casas de Chía y Santa Catalina de Siena de Bogotá. Se analizaron los documentos institucionales, se aplicaron encuestas, se hicieron visitas de observación estructurada y entrevistas55. Los criterios de sistematización fueron específicamente dos: cuáles son las percepciones de los estudiantes y docentes y cuáles las prácticas pedagógicas ante el fenómeno del pluralismo frente a expresiones juveniles tanto religiosas como culturales. Como dos de los investigadores trabajaban en las instituciones educativas, el trabajo de campo tuvo la facilidad de poder acercarse a la realidad desde dentro. Las otras dos investigadoras que no trabajaban en los colegios, pudieron aportar su percepción desde fuera. La información que arrojó el trabajo de campo evidencia las contradicciones que se viven en el entramado escolar. Hay un divorcio marcado entre las percepciones de los actores (estudiantes y docentes), lo que está escrito en los documentos institucionales (proyecto educativo institucional, manual de convivencia, currículo y plan de estudios de la educación religiosa escolar) y lo que se hace en la práctica cotidiana. 5.1. Análisis documental 5.1.1. Colegio Santa Catalina de Siena El énfasis del PEI está centrado en educación ambiental y valores básicos. Se propicia el protagonismo y responsabilidad del estudiante en su formación, estableciendo la autorregulación, la corresponsabilidad y facilitando una convivencia armónica entre los diferentes miembros de la institución. El colegio está ubicado en un contexto socio-cultural de violencia en las diferentes relaciones interpersonales, por esto busca formar a los estudiantes en un liderazgo social que lleve a la construcción de un proceso de pacificación en la formación del respeto al otro, permitiendo la construcción y reconstrucción del tejido social, dañado por la violencia imperante. En pocas palabras, se busca la formación para un liderazgo institucional y local. Se podría afirmar que es una institución abierta a las necesidades de la comunidad en la cual está inmersa ya que propende por la solución pacífica de conflictos y a una mejor cultura ciudadana. Se respetan las diferentes confesiones religiosas aunque no 55

Ver anexo del trabajo: sistematización y gráficas.

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existen prácticas que favorezcan la expresión de dichas confesiones. No se forma una identidad propia en cada una de las creencias religiosas, por lo tanto los que no pertenecen a la religión católica, tienen que adaptarse al culto confesional del colegio. En cuanto a los jóvenes existen actividades extracurriculares para que ellos puedan expresarse e interactuar de acuerdo a sus diferentes maneras de pensar, pero se prohíbe ciertos implementos como (pearseng, tatuajes, perforaciones, etc.). Dentro del análisis de los objetivos y los rasgos característicos del manual de convivencia del colegio parroquial Santa Catalina de Siena, encontramos un porcentaje bastante significativo en lo que compete a la Institución como tal, fundamentada básicamente en tres aspectos esenciales y fundamentales en los que se desarrolla la mayor parte de los puntos analizados en este estudio de acercamiento a los documentos institucionales del plantel educativo. El primer aspecto fundamental a lo cual apunta este manual de convivencia es: Principios Transcendentales, que tiene que ver específicamente con la confesionalidad religiosa de la Institución: la católica, permitiéndole al estudiante espacios de Oración, de reflexión y de toma de decisiones, respetando la libre profesión de culto, primando claro está, la religión católica como dogma de nuestra fe. Aquí nos podemos dar cuenta que sí desarrolla el objetivo en cuanto a lo fundamental de la Educación Religiosa Escolar, que evalúa y analiza tanto la dimensión religiosa, como la dimensión social y antropológica de la cual hace parte. Del mismo modo, da cuenta de la manera de vivir la experiencia cristiana a partir de rasgos como: la visión antropológica del ser humano en relación con su entorno social, específicamente dentro de la institución educativa, propiciando la realización de proyectos de vida, privilegiando el sistema de valores que se ven reflejados en la relación interpersonal entre estudiante, docentes, directivos y familia. El segundo aspecto fundamental, tiene que ver específicamente con unos principios éticos-morales, que velan primordialmente por estilo propio de cada actor dentro y fuera de la institución educativa. Rasgos como, el respeto a la vida como don de Dios, a la persona como sujeto en construcción permanente, sujeto de deberes y de derechos desarrollados desde su libertad, responsabilidad y autonomía. Cabe señalar en este aspecto, que la institución educativa sí tiene establecido en su manual de convivencia, puntos referentes a la formación de valores humanos y cristianos; de igual modo establece y puntualiza los puntos específicos en los cuales el estudiante, el docente y los administrativos interactúan dentro de la autonomía, la corresponsabilidad, la formación humana y espiritual, como actores, autores y transformadores de la sociedad. Por último, encontramos los principios sociológicos, que desarrollan específicamente todo un contexto desde la institución educativa como tal, hasta lo que puede desarrollar fuera de ella. Esto es, toda una interdisciplinariedad que lleva a los actores (estudiantes, docentes, administrativos y familia) a conocer, aceptar y 47

comprometerse con aquella realidad en la cual están inmersos, esforzándose en formar seres humanos íntegros, críticos y constructores de un nuevo mundo. Por tal motivo, la institución educativa de santa Catalina de Siena, brinda y busca las posibilidades dentro de una integralidad de la persona, en donde los actores, se integran, crean acciones concretas de transformación social: siendo libres, responsables, honestos, alegres, justos y solidarios etc. En lo anterior sabemos que, la institución cumple con aquellas bases fundamentales en torno a la educación religiosa escolar. Ahora bien, frente a los aspectos de las llamadas tribus juveniles, el manual de convivencia no hace referencia, ya que su interés es la formación Católica a través de la una pedagógica Manyanetiana que es el eje dinamizador, en todo este proceso de formación. El área de religión del colegio Santa Catalina está basada primordialmente en los valores de la persona como ser cristiano, llevando al estudiante a interrogarse por su realidad y como a partir del mismo puede ayudar a solucionar dichos conflictos, teniendo en cuenta a su vez su propia persona. Partiendo del marco teórico y sus diferentes puntos, se refleja el gran interés por parte de los docentes del área de religión, de formar personas integras y con ojos abiertos a lo que la sociedad les brinda y como pueden ayudar por medio de sus conocimientos y su buena formación académica, religiosa, cultural y social a solucionarlos. Desde el grado sexto hasta once se ve un camino de formación en el conocimiento personal, luego familiar, pasando a la sociedad, como actuar en ella y terminar con un proyecto el cual sea factible y solucione los problemas tanto del joven bien sea personal, familiar y en su entorno que vive. Al ser un colegio Católico, pero que sus instalaciones están en una parte de conflicto social, lo que se refleja en este plan es más que todo buscar soluciones para que el joven no cometa los mismos errores, sino que sea un líder, por tanto el trabajar el aspecto social va encaminado bajo las fuentes de la religión católica, no se ve en las temáticas que se introduzca otras expresiones religiosas, a no ser que dentro del aula se realicen dichos aportes. “Como se explicó en el plan de área, es un proceso riguroso y disciplinado, permitiéndole al estudiante socializar y relacionar sus ejercicios en el aula y en casa, cuando sea necesario, desarrollar sus capacidades y condiciones y lograr que él mismo busque sus propias conclusiones y se permita fortalecer en el ser-saber-hacer y construya una identidad autónoma y crítica frente a la nueva sociedad.” 56. 56

Plan del área ERE, Colegio Santa Catalina de Siena, Bogotá, 2008.

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5.1.2. Colegio José Joaquín Casas Desde la creatividad en el colegio se promueve la responsabilidad, la solidaridad, la autonomía y tolerancia. Se forma en el estudiante la capacidad de solución de conflictos, buscando resolver las necesidades que plantea el nuevo contexto globalizado. La institución educativa ofrece la formación integral a niños, niñas, jóvenes y adultos desde el grado 0 al 11, con énfasis en desarrollo humano, artístico y científico, mediante proyectos pedagógicos que fomenten en los estudiantes: la capacidad lectora, espíritu científico, y tecnológico, desarrollo humana, gestión administrativa y productiva, actitudes, aptitudes artísticas y habilidades para resolver problemas de su entorno con el fin de mejorar su calidad de vida. Los profesores están formados en una escuela tradicionalista pero tiene capacitación activa en la escuela activa y nueva, el docente es considerado guía y formador y según el manual el estudiante es miembro activo y dinámico. El plantel educativo a pesar de ser una institución distrital su confesión es de carácter católico, sin hacer mención de las diferentes creencias, pero en la parte práctica se respeta las diferentes creencias de los jóvenes, puesto que no obligan a participar en las actividades católicas. Este manual no hace mención, a la existencia de espacios para el diálogo, el debate religioso, las relaciones entre Dios y el hombre, en presentar al estudiante como miembros de una familia. El programa de educación religiosa escolar tiene como misión orientar al joven hacia los retos de la vida, para que se capaz desenvolverse adecuadamente por los caminos de la rectitud, respeto y los demás valores en pro de sí mismo y los demás. La parte social es el centro de este programa de educación religiosa escolar, el cual quiere acercar más al joven a la realidad que lo rodea, aportándole elementos para desenvolverse en la sociedad y enfocando la fe en la expresión de la vida, entendiendo que el joven debe ser un ser comprometido con la iglesia y la sociedad. El programa toma en cuenta la importancia de los hombres y la mujeres entre sí y con Dios, considera que la salvación alcanza todas las dimensiones de la persona, basándose en una metodología inspirada por la práctica de Jesús como maestro, quien no daba respuestas obvias, sino que incentivaban a los otros para que encontraran las respuestas, las cuales eran interpretadas en su propia realidad. Según lo estipulado en el programa, al estudiante se le brindan otros medios de interacción con su realidad, con el fin de incentivarle hacia las necesidades sociales, a través de visitas de ancianatos, cárceles, etc. 49

5.2.

Hallazgos

Los resultados encontrados en esta investigación corroboran un trabajo anterior que se hizo sobre la incidencia de la educación religiosa en la formación ciudadana 57. Se puede indicar que las discrepancias entre lo escrito, lo dicho y lo vivido están asociadas con los procesos en que se desenvuelve la educación religiosa en cada colegio. En ese sentido tales separaciones podrían ser indicio de la forma como se realizan las prácticas, pues revelan asuntos referidos a quiénes escriben, quiénes hablan y quiénes hacen en cada colegio. En otros términos, es probable que muestren un asunto mucho más amplio, propio de la manera como socialmente se organiza lo educativo en el país, es decir, con la práctica educativa general y que es, acaso, su reflejo, pues serían unos quienes piensan qué se debe hacer y lo escriben, mientras son otros quienes lo llevan a cabo. En general se encontró que: Hay respeto frente al pluralismo religioso, pero no es explicito en el desarrollo curricular y en las prácticas pedagógicas. Aunque es un porcentaje pequeño, los estudiantes, se sienten discriminados por sus propios compañeros o por los docentes, cuando manifiestan pertenecer a otro credo o religión o se expresan con algún símbolo de subculturas diferentes (vestido, peinado, forma de hablar, etc.) Los estudiantes de la institución perciben que el área de la educación religiosa es importante para una buena formación integral, aunque en general manifiestan una actitud de apatía hacia el área y sus actividades. A nivel de relaciones interpersonales se acepta la presencia de otras manifestaciones religiosas, pero ésto no es explícito, ni en los documentos, ni en la práctica. Existe una actitud de tolerancia muy pasiva, de indiferencia, y resignación a que existan expresiones culturales y religiosas en la institución educativa; al mismo tiempo se percibe que no hay realmente una aceptación explícita del fenómeno del pluralismo.

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COY, MAHECHA y otros. Prácticas de la educación religiosa de índole católica que contribuyen en la formación de ciudadanía en colegios privados y públicos de Bogotá y Chía. Universidades de San Buenaventura, La Salle y Monserrate. Bogota, 2007

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Entre las diferentes tribus que existen dentro del colegio se puede deducir que hay rivalidades entre ellos, por las confrontaciones que se dan fuera de los muros del colegio. Dentro del plan de estudios del área de religión el tema del pluralismo religioso o de las diferentes manifestaciones culturales juveniles, no es un tema que se desarrolle, o siquiera se mencione. Según los manuales de convivencia analizados los estudiantes no se pueden expresar libremente en su forma de pensar y actuar ya que los reglamentos de la institución no lo permiten. Esto produce una especie de esquizofrenia en la conducta de los jóvenes. En la institución educativa se visten, hablan y se comportan de una manera y muy distinta son las actitudes y creencias que se evidencian en la calle. Es muy interesante señalar la percepción de la disciplina como factor de prestigio en las dos instituciones. Si se permiten expresiones fuera de lo común, ya sea culturales, de tribus urbanas o de diversidad religiosa, es posible que bajen las matrículas, sobre todo en los colegios privados, lo cual incide en la libertad que se les pueda brindar o no a los estudiantes para que puedan expresarse según sus creencias. Es interesante descubrir las imágenes de Dios que los jóvenes desean, tienen o manifiestan y que perfectamente conviven con el estilo que adopten en sus tribus o grupos juveniles o credos religiosos. Algunas de ellas, interpretadas por el quehacer teológico son: -Un Dios amigo, al que específicamente ven como compañero de camino, un ser en el cual se puede confiar de manera incondicional, apoyo en todo momento y no sólo cuando se le necesita. Dios es algo o alguien que siempre está con ellos, en las buenas y en las malas, al cual le confíen sus más íntimos secretos que jamás revelarían al hombre por ser falso y por supuesto no confiable. -Un Dios redentor, al que es necesario seguir, con un poder divino, en el que se funda la esperanza de salvación integral del hombre. Es el Todopoderoso, la mayor divinidad, el ser supremo que guía, camino del bien, Padre que nos creó y nos dio a su Hijo. -El Dios creador, omnipotente, principio de todo lo que existe en el universo, Padre de la creación, preocupado por todas sus criaturas. Presencia constante en cada una de las acciones y situaciones que vive el hombre. Es el creador del universo, es vida, amor, el que muere por nosotros, el que salva; es nuestro Padre, es la paz, la verdad, la fuerza divina, que se manifiesta en la naturaleza y a través de cada uno de nosotros.

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- En fin, un Dios cercano en contraposición a un Dios lejano, abstracto, sólo conceptualización; un Dios aislado de la realidad cotidiana, la absolutización de la razón que desacredita la experiencia de fe. Es importante señalar que, contrario a lo que se dice cotidianamente, la situación espiritual de los jóvenes no está caracterizada por la indiferencia ante la religión, sino más bien por un nuevo itinerario espiritual que no es ajeno al retorno general de lo sagrado. El sentimiento religioso que ahora emerge, no es propiamente una vuelta a la forma pre-moderna de lo sagrado, ni siquiera a la restauración de las formas institucionales que se expresan en las iglesias, sino que más bien es una manifestación no estructurada del sentido de trascendencia que potencia sobre todo los aspectos existenciales. En conclusión, los jóvenes en las instituciones en donde se hizo la investigación, dicen creer y es más, necesitan creer, pero no en la iglesia católica tradicional, sino adoptando otras manifestaciones, otras formas de relación, de culto y de expresión. La docencia no podrá seguir ignorando esta realidad porque no está respondiendo a ella proactivamente y por lo tanto no está cumpliendo su misión. En cuanto a los diseños curriculares y las prácticas, se encontró que no hay diferencia entre clase de religión, catequesis y celebraciones litúrgicas, ya que todo ello se hace indistintamente como parte del área de educación religiosa escolar. En los documentos no se encontraron de una forma explícita fundamentos teológicos o pedagógicos claros para su desarrollo. Se siguen los lineamientos dados por las autoridades eclesiásticas, sin mayores reparos o adaptaciones, lo cual no es oportuno. El papel que juegan los padres de familia en el proceso educativo de sus hijos es bastante deficiente. En la mayoría de los casos, se limitan a matricular a sus hijos, participar en las reuniones a las que son citados, y finalmente reclamar los resultados. Se ve una clara despreocupación por la formación de sus hijos en lo referente a la religión. Algunos padres argumentan que por la libertad de cultos contemplada en la Constitución Política de Colombia, la clase de religión no es obligatoria, por lo tanto no hay que preocuparse por eso. No es claro cómo las instituciones oficiales pueden ofrecer educación religiosa confesional católica y, al mismo tiempo, ser abiertas a las religiones que profesan algunos estudiantes y sus familias. No hay fundamentos conceptuales claros para hacer una opción razonada y efectiva. Es evidente que dentro del plan de estudios, a pesar de ser “muy importante la clase de religión”, según los documentos y la percepción de las personas es una clase que fácilmente se puede “perder” o reemplazar sin problema ni reato de conciencia por otras actividades, aunque luego se diga que es básica para la formación de valores y actitudes. 52

Una fuerte debilidad encontrada es que cada área trabaja por su cuenta y no hay proyectos transversales. A nivel teórico se sabe que es necesario que las dos áreas –religión y sociales – vayan de la mano pero el ritmo de trabajo escolar y el objetivo de cada una hace que vayan por su lado sin tomar en cuenta a la otra. Las prácticas de los colegios se caracterizan por el predominio de dos grandes formas instruccionales: en las instituciones regentadas por religiosos los contenidos del área se orientan hacia lo espiritual- ético mientras en los públicos se hace mayor insistencia en lo valorativo sobre lo espiritual. En ambos es común, no obstante, el buscar en los estudiantes la repetición y la comprobación de lo aprehendido, con ello se corrobora cómo en ambas la preocupación es más por llenar el programa previsto, más que la transformación de vida.

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6. PROPUESTAS PEDAGÓGICAS El tercer momento de la metodología de trabajo es el actuar. Para esta parte nos hemos fundamentado en el marco teórico construido y en aportes y lineamientos dados por diversas entidades, como la Secretaría de Educación del Distrito Capital. 6.1. Perspectivas iniciales Si abordamos la Educación Religiosa Escolar como un verdadero servicio a los jóvenes, podemos dejarnos iluminar en nuestro quehacer por algunos criterios seguidos por la pastoral con jóvenes, la cual debe tomar una opción clara y profunda por la realidad cultural de cada grupo. Es importante basar la propuesta en premisas antropológicas y sociológicas sobre cómo, los jóvenes de hoy se acercan y se manifiestan frente al hecho religioso. Su adhesión a cualquier credo tiene estas características58: Es voluntaria. Se adhiere a una línea religiosa por deseo y decisión personal y no sólo por adscripción familiar, dándose el caso del pluralismo religioso al interior de las familias. Esto crea una recomposición familiar que genera, en forma diferenciada, relaciones de cooperación o de disolución al interior del núcleo familiar. Hay reacomodación de los vínculos y relaciones familiares que produce la presencia de personas con distinta filiación confesional dentro de una misma familia. Se hace énfasis en la experiencia personal. De una religión que se origina en la sola socialización en los grupos primarios, lo que se podría llamar una fe sociológica o tradicional, se pasa a una posición más ilustrada (fe por decisión), o a una fe experiencial. Se busca la realización de la experiencia de lo sagrado a través de técnicas (meditación, contemplación, yoga), de la realización de ritos emocionales (cantos, danzas, música) o de la conciencia de que se ha experimentado el contacto con algo sobrenatural (experiencias de contacto o de iluminación). Esto implica asumir posiciones que superan lo meramente establecido e institucional o dogmático. Es primordial tener actitudes de no imposición sino de apertura a la diferencia, acogida, y conocimiento profundo de todo lo que rodea a los jóvenes, de todo lo que es significativo para ellos. Debe existir una valoración de lo significativo para las culturas juveniles. Todo trabajo pedagógico pastoral debe tener una mirada 58

GUTIERREZ, M.M. Aspectos sociales de la espiritualidad en la familia. Apuntes para el estudio de la convivencia en familias de Medellín que presentan diversidad religiosa. Tesis Facultad de Trabajo social. Medellín: Universidad de Antioquia, 2000. Esta tesis fue realizada, bajo la modalidad de pasantía, en el grupo Religión y cultura de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín.

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como la mirada de Jesús, una mirada inclusiva, no exclusiva ni excluyente, una mirada de amor y acogida, no una mirada impositiva y dominadora desde las culturas del mundo adulto que en ocasiones no dicen nada a los jóvenes. Es a partir de ésto que surgen las propuestas para una reorientación de la educación religiosa escolar no confesional, abierta al pluralismo y a la diferencia, que permite conocer y profundizar en los marcos conceptuales y prácticos de las diferentes religiones y confesiones. Es fundamental mostrar la gama de posibilidades para que los jóvenes encuentren una razón y un sentido para asumir su vida como proyecto y vivirla en la esperanza de la verdadera felicidad. Proyecto de felicidad en el que vale la pena comprometer a las mismos adolescentes y a sus maestros implementando las estrategias más acordes con las necesidades del contexto, sin olvidar que “algunos métodos, tales como las fichas, guías, el trabajo en grupos, la rotación, el aprendizaje por descubrimiento, etc., son los más efectivos para promover el objetivo de la educación personalizada.”59 En la Educación Religiosa Escolar con jóvenes y adolescentes es importante desarrollar la educación personalizada donde se lleve a los estudiantes a encontrar el sentido de sus vidas desde todas las dimensiones de la persona y de una manera especial desde la dimensión trascendente. Es fundamental superar las miradas adultas de desconfianza y sospecha sobre los jóvenes y sus particularidades; miradas llenas de temor ante lo diferente que pueden ser, miradas moralizantes que los condenan y desprecian, miradas indiferentes que los excluyen y los empujan cada vez más hacia las orillas de la sociedad, miradas ávidas que buscan manipularlos en función de determinados intereses (económicos, ideológicos, sexuales, militares, etc.), miradas paternalistas que por considerarlos privados de sensatez les impiden desplegar lo que ellos son. Es preciso el aprovechar las nuevas tecnologías en el diseño especializado de clases más interesantes, dinámicas y creativas que apoyen el estudio de algunas temáticas, que permitan utilizar el mundo cibernético con el fin de ampliar la experiencia humana, frente a la experiencia religiosa, que faciliten la confrontación cultural y la claridad y el fortalecimiento de los cimientos de la verdad, de la vida y de la historia personal y universal. Desde esta perspectiva, igualmente es necesario una contribución pedagógica que diseñe, brinde y fortalezca diversos espacios, momentos y experiencias educativas desde la Educación Religiosa Escolar, pues la vivencia dinámica de la clase, espera y exige superar los límites del salón, del aula que es sentida en algunas circunstancias como jaula, debe por lo tanto, superar el estilo academicista del cuaderno y las lecturas, que son apoyo, pero no son ante la situación y vivencias psicológicas de los adolescentes, la mejor estrategia. Se requieren nuevos espacios y ambientes en donde se facilite la comprensión y la confrontación del misterio de la 59

VÁSQUEZ, Carlos. Educación personalizada. Bogotá: Indo-American Press Service, 1982. p. 40-45

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vida, de su camino y del misterio de Dios que es siempre novedad por sí; como maestros es necesario facilitar y permitir dicho encuentro, dicha experiencia o dichas vivencias. En todo caso, el área debe estar integrada a todo el quehacer educativo de una institución y asumir todos los componentes de un área dentro del plan de estudios. En su propio plan, debe definir sus principios y fundamentos al servicio del desarrollo humano, articulando sus objetivos con los fines y objetivos generales de la educación y adoptados como comunes para todas las áreas del conocimiento y la formación. Tales objetivos se traducen en competencias fundamentales: Comprender e interpretar la experiencia humana desde la vivencia cristiana y sus manifestaciones, bíblica, doctrinal, moral y litúrgica; Dar razón de su fe, en un proceso de investigación, expresión y comunicación, en diálogo con la ciencia y la cultura; Integración entre fe y vida, con un desarrollo superior de valores, actitudes y compromiso social; Aplicación a la vida personal y social, como protagonista de la transformación e instauración del Reino de Dios. Los contenidos de la educación religiosa escolar católica, según los lineamientos de la Conferencia Episcopal de Colombia, son los mismos de la “evangelización”: Jesucristo como la encarnación de Dios en el mundo y su plan histórico de salvación según las fuentes bíblicas y la tradición eclesial. Sin embargo se aconseja ir más allá y elaborar un currículo que permita el estudio comparado de las religiones, la influencia de la religión en la conformación de culturas, las diversas manifestaciones, implicaciones y orígenes de las distintas confesiones y otros temas que realmente aporten a la formación integral de los jóvenes. 6.2.

Fundamentos de la propuesta

La educación religiosa en el ámbito escolar tiene que ver con el desarrollo de todas las dimensiones del ser humano. Es una necesidad antropológica y social porque es el fundamento para responder a las preguntas existenciales y al sentido del quehacer humano, como también clave hermenéutica de valores y actitudes de los individuos y de los colectivos. Es posible, entonces, identificar varios argumentos que sustentan su ubicación en el ámbito escolar:

56

Desde el punto de vista antropológico, la educación religiosa escolar permite comprender en profundidad la complejidad del ser humano, su ser y estar en el mundo, en todas sus dimensiones. Desde el punto de vista histórico y social, la educación religiosa escolar permite entender y articular el presente con el pasado y el futuro, en un círculo hermenéutico antropológico y social, que da cuenta de los hábitos, costumbres, ritos y formas colectivas de vida y organización. Desde el punto de vista cultural e intercultural, la educación religiosa escolar ofrece herramientas para desentrañar los orígenes de la cultura, sus simbolismos y expresiones diversas y plurales. Desde el punto de vista pedagógico, la educación religiosa escolar apoya el aprendizaje metódico y sistemático, enseña a plantearse preguntas y problemas, a buscar en las fuentes, a descifrar los signos, símbolos y manifestaciones del hecho religioso y a proponer alternativas de aplicación del saber. Desde el punto de vista metafísico y trascendente, la educación religiosa fundamenta la posibilidad de encontrar el sentido a la vida y a la muerte, al sufrimiento y a la realización humana. Desde el punto de vista de la educación ciudadana, la educación religiosa escolar forma para actuar en el mundo como una persona comprometida con la convivencia, la paz y el desarrollo. 6.3.

Estructura curricular de la propuesta

La incorporación del componente religioso en los currículos de educación básica señala el énfasis que dicha área ha de tener en los planes de estudio. Pero no es suficiente con incluir la materia en el currículo, también es necesario analizar su ubicación, gradualidad epistemológica, finalidad, articulación con otros contenidos y, sobre todo, las estrategias de enseñanza-aprendizaje. En consecuencia, el área de religión puede aparecer en un currículo como: materia aislada con unos contenidos determinados; proyecto pedagógico, alrededor del cual se articulan otras disciplinas y saberes; actividad transversal que permanece en la cultura institucional; proyecto de vida individual, familiar y comunitario que pueden realizarse con el apoyo y fundamentos de la institución educativa.

57

En cuanto al impacto y formación en competencias que cada forma de incorporar lo religioso busca generar, se pueden abordar cada uno de los aspectos que se mencionan a continuación o todos ellos. Eso depende de las decisiones y propósitos que se establezcan en cada proyecto educativo institucional. El plan del área puede estar centrado en lo actitudinal, buscando transformaciones en lo ético y espiritual. Puede enfatizar lo cognitivo, logrando un discurso razonado, con fundamentos y precisiones conceptuales de los contenidos que se consideren pertinentes, pero que no transforman necesariamente las prácticas cotidianas. Se puede enfocar en lo social y familiar, trabajando en la formación de mejores niveles de relación y convivencia consigo mismo, con la sociedad, con su entorno y con Dios. Puede también focalizarse en lo trascendente, fundamentándose en los principios, la fe y la seguridad en Alguien Superior y concibiendo a Dios como centro de la vida. Por lo tanto, la estructura puede ser definida según los propósitos establecidos y las finalidades buscadas. La decisión sobre el enfoque, los énfasis, los objetivos, los contenidos, metodología, prácticas y resultados del área de educación religiosa escolar dependen esencialmente de cada institución educativa, dentro de los lineamientos generales dados, tanto a nivel de Estado, como de Iglesia. 6.4.

Categorías del componente teológico de la propuesta60

Teniendo en cuenta que la experiencia cristiana, es uno de los propósitos de la educación religiosa escolar, en el ambiente cultural colombiano, éstos contenidos programáticos propios de la teología católica, se desarrollarán dentro del programa previsto, junto con los otros que abarquen la pluralidad religiosa y cultural. Debe estar sustentada en una visión antropológica y una visión de comunidad, cualquiera que sea su denominación. 

Visión antropológica

Se propone un concepto integral de persona como ser relacional y abierto a la trascendencia, situado, condicionado por circunstancias históricas, original e irrepetible que existe como varón o como mujer, con un compromiso real con la comunidad a la cual pertenece. 

Visión de comunidad

Se enfatiza la dimensión relacional y grupal del ser humano, rescatando todas las características que propician la conformación de comunidades con objetivos, metas, expresiones y métodos comunes y que confiesen su fe, dentro del respeto por la pluralidad, dando cuenta de por qué y para qué creen en una forma específica de fe. 60

Cfr. Marco conceptual de la investigación, capítulo 1.

58



Visión del pluralismo religioso

Como se explicitó en el marco conceptual, el futuro, que ya es presente, se proyecta como la vivencia de un «cristianismo pluralista», superando el cristianismo excluyente. La transformación que desencadena el nuevo paradigma pluralista es integral; no afecta sólo a la teología, sino a la educación, a la espiritualidad, a la evangelización, a la pastoral, a lo social y hasta a lo político. Afecta todos los ámbitos de la vida, tanto individual como colectivamente. Reiteramos que una teología pluralista va más allá del ámbito religioso, estableciéndose de este modo como una teología que ve las realidades tanto culturales, como políticas y económicas de una manera amplia y diversa en interrelación directa con la religión. Es decir, que al hablar hoy de pluralismo no sólo se refiere a la “pluralidad religiosa” sino a la experiencia espiritual, lo mismo que a la cultura que ha generado, o a las estructuras socio-políticas que subyacen a todo el fenómeno. Es así como hoy a pleno siglo XXI el pluralismo religioso abarca todo otro pluralismo, desde todas las esferas posibles de la sociedad. Aquí proponemos finalmente, algo que podría parecer una paradoja, asumir la pedagogía de Jesús de Nazaret, según la cual, la persona es el centro de todo hecho educativo y debe ser educada en y para la libertad. Debe ser formada para amar ya que el amor es una categoría universal y no exclusiva de ningún grupo particular. También, la sensibilidad social es independiente de la religión que se profese, por tanto no se puede dejar de lado la formación de esta dimensión del ser humano junto a su interioridad. Por eso, no se puede pretender aferrarse a una sola forma de educar y menos de desarrollar el área de religión en los colegios y escuelas. Hoy menos que nunca se puede absolutizar ningún paradigma. Por eso recomendamos, entre otras muchas, privilegiar estas estrategias pedagógicas: Incentivar a los estudiantes a la investigación y cuestionarlos frente a sus creencias y culturas. Realizar clases dialogadas partiendo de la experiencia de los jóvenes. Trabajar por proyectos, los cuales surgirán a partir de las preguntas que los jóvenes mismos se hagan. Hacer trabajo social y conocimiento de las realidades de su entorno a través de investigaciones. Desarrollar salidas pedagógicas para despertar la sensibilidad del joven hacia el sufrimiento de los otros. Formar grupos de expresión artística (música, baile, teatro) a partir de los intereses y cualidades que el joven tiene y basándose en temas comunes a los diferentes grupos, de tal manera que el joven pueda expresar de manera creativa aquello que piensa. 59

Organizar ferias, exposiciones y otros eventos para dar a conocer las preferencias del grupo juvenil al cual pertenecen, de tal manera que puedan compartir con otros su experiencia y motivaciones para ser miembros de determinadas formas de asociación juvenil. Confrontar y debatir a los jóvenes sobre todos los temas, especialmente con lo concierne a temas de culturas juveniles. Realizar juegos de roles, dilemas morales, para incentivar la actitud crítica de los estudiantes frente lo que afecta en la actualidad a los jóvenes. Hacer juegos creados por ellos mismos sobre temas religiosos o de subculturas. Establecer contacto con diferentes personas y representantes de confesiones religiosas variadas. Realizar encuentros con los docentes para una formación en temas como pluralismo religioso y pluriculturalidad. Hacer dramatizaciones de las experiencias cotidianas de sus vidas, para que el docente pueda adquirir un mayor conocimiento del entorno de sus estudiantes (pedagogía del acercamiento). Desarrollar proyectos de vida como generadores de sentido. Dejar libertad para hacer tareas de investigación sobre temas que les interese. Despertar a través de actividades celebrativas, la capacidad de imaginar, desear, reinventar, y recrear, la experiencia religiosa individual y comunitaria en el ámbito de la creencia religiosa y valiéndose del lenguaje de los símbolos.

60

CONCLUSIONES Después del estudio hecho, fue posible vislumbrar las concepciones que subyacen en prácticas educativas de educación religiosa escolar, las cuales están orientadas, aún, por ciertas percepciones antropológicas y sociológicas que inconscientemente se manifiestan en el desarrollo de las clases. Se sigue teniendo una concepción pesimista de los jóvenes, como sujetos sin valores e ideas claras, por lo tanto necesitados de una dirección férrea y disciplinada. Se asume que la educación religiosa es asunto privado, de la familia y de las iglesias a las cuales se pertenece. Se siguen desarrollando clases con contenidos dogmáticos, dados por las autoridades eclesiales, sin mayores adaptaciones o interpretaciones por parte de los docentes. Se siguen llenando programas descontextualizados en clase con metodologías tradicionales, que riñen con las características de los jóvenes de hoy. En los colegios oficiales es una clase que realmente no aporta mucho y con facilidad se reemplaza por otras actividades. La metodología que utilizan los docentes en el desarrollo del área de educación religiosa escolar, es una metodología tradicional, bancaria y heteroestructuralista. Se dan contenidos, oraciones, dogmas, sin mayor crítica, con la única finalidad de aprender de memoria para los exámenes. Los jóvenes de los colegios en donde se realizó el estudio, perciben a la clase, como un mal necesario. Se sufre, se aguanta, no se ve el sentido de estudiar sucesos ya pasados y que no dicen nada a su actual situación. Se asiste a ritos mudos sin significado, ni repercusión en su vida cotidiana. Pueden perfectamente confesarse católicos, cuando es necesario, o evangélicos o ateos o seguidores de otros cultos, sin entrar en contradicción. Viven un relativismo del cual nadie les informa realmente qué es. Saben que pueden vivir en un pluralismo religioso y cultural, sin entender sus implicaciones. Es por eso que las instituciones educativas, frente a este estado de cosas, sobre todo en el sector oficial, no entran a polemizar y dejan que las cosas sigan su curso. Hay una evidente contradicción entre lo que está escrito en los principios y horizontes institucionales, los planes de área, lo que dicen que se hace y lo que realmente se hace en la cotidianidad de la escuela. Hay fortalezas, pero también debilidades. La principal fortaleza, es que son conscientes de la gran dificultad que conlleva desarrollar clases de educación religiosa escolar en contextos tan plurales y diversos. La enseñanza y el aprendizaje del área religiosa, es un proceso de gran complejidad, sobre todo teniendo en cuenta la realidad de los jóvenes, quienes están en medio del pluralismo religioso y cultural sin una guía clara y segura. Las prácticas identificadas obedecen a diversos paradigmas que coexisten y no son explicitados por ninguno de los actores. Es fundamental señalar que existen varias perspectivas para entender la formación, la enseñanza y también el aprendizaje. De acuerdo con esto se pueden presentar distintos enfoques sobre una misma práctica. 61

Si se tiene la idea de que la formación no es un asunto de una transmisión ni enseñanza directa verificable, sino, un asunto mucho más complejo y de carácter constructivo, esto es, donde se considera que el estudiante tiene un papel distinto e igual el maestro y otros agentes sobre los cuáles la escuela no tiene toda su incidencia, y que, además, lo que se construyen no son aspectos objetivables – verificables en exámenes ni en determinados comportamientos, sino más bien estructuras de pensamiento y esquemas de acción, entonces, bajo estas ideas de formación y a partir de la observación de unas mismas prácticas de educación religiosa es posible establecer entonces, no tanto si ciertas prácticas de la educación religiosa respetan o no el pluralismo religioso y las distintas manifestaciones juveniles y forma para la tolerancia y la diversidad, sino más bien qué transformaciones se dan desde la propia mirada que sobre ellas hacen algunos de sus actores: los adultos partícipes, docentes, directivos. Desde dónde se analizan e interpretan las prácticas. Es fundamental explicitar las teorías, las concepciones, las construcciones, los imaginarios, las ideas articuladas con los actos educativos y las prácticas. Por último es necesario tener en cuenta cómo existen diversos niveles de preparación, conocimientos, experiencia e interés por parte de los docentes en relación con la educación religiosa. Las amalgamas son diversas, pues hay docentes con preparación, estudios, experiencia teológica e interés por la educación religiosa. Esto suele ser más común en los colegios regentados por comunidades religiosas. Mientras que otros, asumen esta responsabilidad con menor experticia, conocimiento y escaso interés. Igualmente están quienes apenas se inician en este campo y, finalmente se hallan otros docentes para quienes es más una carga académica que asumen a regañadientes o como castigo. En síntesis, el problema de la educación religiosa en un ambiente plural, aún es un tema que debe ser debatido y asumido como un reto en las instituciones educativas. En ellas realmente no se ha planteado esa alternativa. Es un campo que se inicia hasta ahora y que debe ser orientado, ojalá por las Universidades formadoras de maestros. Finalmente, el grupo de investigación considera que las instituciones educativas necesitan: Revisar y ajustar los planes del área de educación religiosa escolar para darle la transversalidad y articulación que necesita el logro de las metas planteadas en cada proyecto educativo institucional, dentro del respeto por la pluralidad y diferencia. Construir acuerdos en relación con la metodología de trabajo en el área de educación religiosa escolar con el fin de darle el dinamismo y proyección social que le son propios y formar en y para la diversidad. Revalorar la importancia del docente de educación religiosa escolar e insistir en su idoneidad y preparación disciplinar propia y específicamente teológica. 62

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ANEXO: SISTEMATIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN Cuadros y gráficas

65

COLEGIO DEPARTAMENTAL JOSÉ JOAQUIN CASAS CHIA ESTUDIANTES ENCUESTADOS PLURALISMO

1 2 3 4 5 6 7 8 9

111

PROBLEMÁTICA Respeto de Creencias Religiosas Estudio de Otras Creencias Expresión de Otras Creencias Prácticas de otros credos Religiosos Respeto entre compañeros de otra Religión Se evidencia la manifestación de otras Religiones Aceptan los estudiantes a compañeros de otras religiones El docente respeta la existencia de otras creencias El colegio tiene algún Problema con la presencia de otras religiones

1 2 3 4 5 NS 12 5 7 13 65 9 36 8 14 5 30 18 36 14 12 7 15 27 34 16 12 5 18 26 12 7 6 6 75 6 18 11 11 15 45 12 10 7 4 17 71 2 9 2 5 6 86 3 56 4 7 6 22 16

GRAFICO Nº 1 Respeto de Creencias Religiosas

8%

11% 5% 6%

12%

58%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 1 nos muestra que el 76% de los estudiantes encuestados dice que sí se respetan las creencias religiosas dentro de la institución, mientras que un 16% de los estudiantes dicen que no hay respeto, el restante de los estudiantes encuestados, que es un 8%, afirma no saber respecto al tema.

66

GRÁFICA Nº 2 Estudio de Otras Creencias

16% 32%

27% 7% 5%

13%

1

2

3

4

5

NA

De acuerdo GRÁFICA Nº 3con la encuesta realizada se evidencia que frente al estudio de otras creencias en la institución un 45% de los estudiantes sí han recibido formación de otras religiones, mientras que un 55% no ha visto o ha recibido Expresión de Otras Creencias formación de otras religiones.

24% 32%

14% 13%

6%

11%

1

2

3

4

5

NA

La grafica Nº 3 afirma que para un 31% sí hay expresión de otras religiones, mientras que para un 69% dice que no hay expresión de otras creencias religiosas.

67

GRÁFICA Nº 4 prácticas de otros credos Religiosos

23% 31%

16% 14%

5%

11%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 4 nos muestra que frente a la práctica de otros credos religiosos, un 32% de los estudiantes está de acuerdo en este ítem de la encuesta, mientras que un 68% no considera que haya práctica de otros credos. GRÁFICA Nº 5 Respeto entre compañeros de otra Religión

5%

11% 6% 5%

5%

68%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 5 muestra que un 78% de los estudiantes encuestados, tiene y ve que hay respeto frente a compañeros que pertenecen a otras religiones, por otro lado el 17% dice que no hay respeto por sus compañeros. 68

GRÁFICA Nº 6 Se evidencia la manifestación de otras Religiones

10%

16%

10%

40%

10% 14%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 6, evidencia que el 64% de los estudiantes sí conocen dentro de la institución manifestación de otros credos religiosos, mientras que el GRÁFICA Nº 7 36% admite no ver estas manifestaciones en la institución. Aceptan los estudiantes a compañeros de otras religiones

2%

9% 6% 4%

15% 64%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 7, muestra que los estudiantes, en un 83%, aceptan a compañeros de otras religiones mientras que un15% no los aceptan.

69

GRÁFICA Nº 8 El docente respeta la existencia de otras creencias

3%

8%

2%

5% 5%

77%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 8 señala que el 87% de los estudiantes dicen que los docentes GRAFICA No.la9 existencia de otras creencias religiosas. sí respetan

El colegio tiene algún Problema con la presencia de otras religiones

14%

20%

51%

5% 6%

4%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 9 muestra que para un 31% el colegio tiene problema con la presencia de otras religiones, el 55% cree que la institución no tiene ningún problema con la presencia de otras religiones, y el 14% no sabe, o no le interesa este problema.

70

ESTUDIANTES ENCUESTADOS SUBCULTURAS JUVENILES

1 2 3 4 5 6 7 8 9

111

PROBLEMÁTICA Hay una posición clara de las directivas frente a las diferentes clases de tribus juveniles los docentes tiene una actitud positiva frente a las diferentes clases de tribus juveniles Los estudiantes tiene una actitud positiva frente a las diferentes clases de tribus juveniles hay intolerancia frente a las diferentes expresiones juveniles en las clases de educación religiosa se respetan las diferentes culturas que hay existen actividades extracurriculares para que el estudiante se pueda expresar los estudiantes se siente libre para expresas su pertenencia alguna tribu Hay actitud de respeto frente a las diferentes clases de tribus juveniles en clase de educación religiosa se estudian las tribus urbanas

1

2

3

4

5

NS

22

3

16

8 41

21

30

5

18

9 40

9

21 5 14 17 41 13 36 8 13 12 25 16 15 10 10

15

48 13

19 6

20

11

34 22

18 9 25 11 34 7

13 20 7

12 46 10 30 11 20

13 15 32

GRÁFICO Nº 10 Hay una posición clara de las directivas frente a las diferentes clases de tribus juveniles

19%

20%

3%

14% 37%

7%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 10 muestra que en la institución educativa no hay un porcentaje claramente definido frente a la existencia de tribus juveniles ya que el 58% de los estudiantes dice saber que sí hay una posición clara, mientras que el 42% no tiene claridad al respecto.

71

GRÁFICO Nº 11 los docentes tiene una actitud positiva frente a las diferentes clases de tribus juveniles

8% 27%

36% 5% 16%

8% 1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 11 muestra que el 60% de los estudiantes dice que los docentes sí tienen una actitud positiva frente a las tribus juveniles, mientras que el 40% dicen que no van muy de acuerdo a estas subculturas.

GRÁFICA Nº 12 Los estudiantes tiene una actitud positiva frente a las diferentes clases de tribus juveniles

12%

19% 5%

13%

36% 15%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 12 muestra frente a las tribus juveniles que los estudiantes en un 64% afirman que sí tienen una actitud positiva, por otra parte, el 36% dice que no hay actitud positiva frente a las tribus.

72

GRÁFICA Nº 13 Hay intolerancia frente a las diferentes expresiones juveniles

15% 32%

23% 7% 11%

12%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 13 señala que la intolerancia entre los jóvenes va encaminada a la rivalidad que hay en las diferentes tribus, lo que nos indica que el 46% afirma esta intolerancia, mientras que para el 39% no hay intolerancia, y el 15% dice no saber. GRÁFICA No. 14 En las clases de educación religiosa se respetan las diferentes culturas que hay

12%

14% 9%

9% 42% 14%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 14 muestra que en las clases de educación religiosa un 23% piensa que hay respeto frente a las tribus juveniles, mientras que el 65% expresa que no lo hay.

73

GRÁFICA Nº 15 Existen actividades extracurriculares para que el estudiante se pueda expresar

17%

20%

5%

18% 30% 10%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 15 muestra que para un 58% de los estudiantes en el colegio GRÁFICA 16 sí existenNºprácticas extracurriculares en donde ellos manifiestan o expresan sus formas de pensar, para un 42% no existen dichas actividades (al parecer no es muy clara esta posición). los estudiantes se siente librees para expresas su pertenencia alguna tribu

12%

16% 8%

12%

41% 11%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 16 evidencia que los estudiantes, en un 64%, se sienten libres para expresar su pertenencia a alguna tribu, mientras que el 24% no siente que exista dicha libertad para mostrar su pertenecía y el 12% le es indiferente. 74

GRÁFICA Nº 17 Hay actitud de respeto frente a las diferentes clases de tribus juveniles

14%

23%

26%

10%

18%

9%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 17 muestra que el 53% de los estudiantes encuestados afirma que sí hay respeto frente a las diversas clases de subcultura juvenil, el 47% admite no haber claridad frente a esta problemática

GRÁFICA Nº 18 en clase de educación religiosa se estudian las tribus urbanas

29%

31%

6% 18% 10%

6%

La gráfica Nº 18 muestra que de acuerdo con el programa curricular de la 2 3 de 4 educación 5 NA institución y en particular en 1el área religiosa escolar el 66% nos muestra que no se estudian realmente estos temas en clase, y el 34% dice que sí. 75

COLEGIO PADRE MANYANET DE BOGOTA ESTUDIANTES ENCUESTADOS

1 2 3 4 5 6 7 8 9

25

PLURALISMO COLEGIO PADRE MANYANET DE BOGOTA PROBLEMÁTICA 1 Respeto de Creencias Religiosas 1 Estudio de Otras Creencias 4 Expresión de Otras Creencias 9 prácticas de otros credos Religiosos 4 Respeto entre compañeros de otra Religión 1 Se evidencia la manifestación de otras Religiones 6 Aceptan los estudiantes a compañeros de otras religiones 0 El docente respeta la existencia de otras creencias 0 El colegio tiene algún Problema con la presencia de otras religiones 11

2 0 2 3 5 6 3 4 1 3

3 4 5 NS 3 10 10 1 3 1 8 7 3 3 0 7 4 3 5 4 3 6 9 0 7 5 4 0 3 6 12 0 4 2 18 0 3 2 2 4

GRÁFICA Nº 19 Respeto de Creencias Religiosas

4%

4% 0%

12%

40%

40%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 19 muestra que un 92% de los estudiantes encuestados cree que sí hay respeto por las diferentes creencias religiosas, mientras que un 8% cree que no hay respeto por las diferentes creencias, (tal vez en este porcentaje estén incluidos algunos estudiantes que pertenecen a otras creencias)

76

GRÁFICA Nº 20 Estudio de Otras Creencias

16% 28% 8%

12% 4%

32%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 20 muestra que para un 48% de los estudiantes encuestados sí hay estudio de otras creencias, mientras que para un 52% no hay dicho estudio. GRÁFICA Nº 21 Expresión de Otras Creencias

28% 36%

0% 12% 12%

12%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 21 muestra que un 24% de los estudiantes encuestados creen que hay dentro de la institución expresiones de otras creencias, mientras que 76% no han visto la expresión de otras creencias. 77

GRÁFICA Nº 22 prácticas de otros credos Religiosos

16%

16%

20%

20%

12%

16%

1

2

3

4

5

NA

Gráfica Nº 22: El 48% de los estudiantes han visto que hay prácticas de otros credos dentro de la institución, mientras que un 42% no han visto dichas prácticas dentro del colegio. GRÁFICA Nº 23 Respeto entre compañeros de otra Religión

0% 4% 24%

36%

12% 24%

1

2

3

4

5

NA

Gráfica Nº 23: frente al respeto de los compañeros que pertenecen a otro credo se ve que un 72% de los estudiantes sí ven ese respeto, y un 28% no han visto dicho respeto. 78

GRÁFICA Nº 24 Se evidencia la manifestación de otras Religiones

0%

16%

24%

20% 12% 28%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 24 muestra que un 64% de los estudiantes creen que sí se evidencia la manifestación de otros credos dentro del colegio y un 36% de los estudiantes cree que no se evidencia. GRÁFICA Nº 25 Aceptan los estudiantes a compañeros de otras religiones

0%

16% 12%

48%

24%

1

2

3

4

5

NA

Gráfica Nº 25: un 84% de los estudiantes encuestados dice que aceptan a los compañeros de otras confesiones religiosas, mientras que un 16% cree 79 que los compañeros de otras confesiones religiosas no son aceptados.

GRÁFICA Nº 26 El docente respeta la existencia de otras creencias

0% 4% 16% 8%

72%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 26 muestra que un 96 % de los estudiantes encuestados manifiesta que, por parte de los docentes, hay un respeto frente a la existencia de otras creencias religiosas, y un 4% no cree dicha afirmación. GRÁFICA Nº 27 El colegio tiene algún Problema con la presencia de otras religiones

16% 8%

44%

8% 12% 12% 1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 27 señala que un 56% de los estudiantes cree que el colegio no tiene ningún problema frente a la presencia de otras religiones, mientras 80 que un 28% sí cree que esto representa un problema para la institución, un 16% no sabe o no le interesa el tema.

COLEGIO PADRE MANYANET DE BOGOTA ESTUDIANTES ENCUESTADOS 25 SUBCULTURAS COLEGIO PADRE MANYANET DE BOGOTA PROBLEMÁTICA Hay una posición clara de las directivas frente a las diferentes clases de tribus juveniles los docentes tiene una actitud positiva frente a las diferentes clases de tribus juveniles Los estudiantes tiene una actitud positiva frente a las diferentes clases de tribus juveniles hay intolerancia frente a las diferentes expresiones juveniles en las clases de educación religiosa se respetan las diferentes culturas que hay existen actividades extracurriculares para que el estudiante se pueda expresar los estudiantes se sienten libres para expresas su pertenencia alguna tribu Hay actitud de respeto frente a las diferentes clases de tribus juveniles en clase de educación religiosa se estudian las tribus urbanas

1

2

3

4

5

NS

1

1

2

11 10

0

0

0

9

10

6

0

3 3

2 6

9 6

7 6

3 3

1 1

1

0

4

6 12

2

7

1

0

7

8

2

3 3 7

1 3 4

7 7 10

6 6 1

8 6 0

0 0 3

GRÁFICA Nº 28 Hay una posición clara de las directivas frente a las diferentes clases de tribus juveniles

0% 4%

4%

8%

40%

44%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 28: muestra que para un 92% de los estudiantes hay una posición clara de las directivas frente a las tribus que hay en la institución, mientras que para un 8% de estudiantes no hay claridad en dicha posición.

81

GRÁFICA Nº 29 los docentes tiene una actitud positiva frente a las diferentes clases de tribus juveniles

0% 24% 36%

40%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 29, muestra que el 64% de los estudiantes creen que hay una actitud positiva de los docentes frente a las tribus juveniles mientras que el 36% de los estudiantes restantes encuestados cree que no.

GRÁFICA Nº 30 Los estudiantes tiene una actitud positiva frente a las diferentes clases de tribus juveniles

4%

12%

12% 8%

28% 36%

1

2

3

4

5

NA

Gráfica Nº 30: un 76% de los estudiantes creen que hay una actitud positiva frente a las diferentes tribus juveniles, mientras que para un 20% no hay dicha actitud positiva y a un 4% no le interesa.

82

GRÁFICA Nº 31 Hay intolerancia frente a las diferentes expresiones juveniles

4%

12%

12%

24%

24%

24%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 31 muestra que un 60% de los estudiantes encuestados creen que hay intolerancia frente a las diferentes expresiones juveniles dentro de la institución, mientras que un 36% cree que no hay intolerancia y a un 4% no les interesa.

GRÁFICA Nº 32 En las clases de educación religiosa se respetan las diferentes culturas que hay

4%

8%

0% 16%

24%

48%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 32 evidencia que un 88% de los estudiantes percibe respeto en las clases de educación religiosa en cuanto a las tribus juveniles.

83

GRÁFICA Nº 33 Existen actividades extracurriculares para que el estudiante se pueda expresar

8% 28% 32%

4% 0% 28%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 33, muestra que en un 60% de los estudiantes encuestados han visto que en la institución se realizan actividades extracurriculares, que permiten al joven expresarse, mientras que un 40 % no ha visto dichas actividades GRÁFICA Nº 34 los estudiantes se siente librees para expresas su pertenencia alguna tribu

0%

12% 4%

32%

28% 24%

1

2

3

4

5

NA

Hay un 84% de estudiantes que piensan que sí se pueden expresar libremente dentro de la institución, pero un 16% cree que no lo puede hacer. 84

GRÁFICA Nº 35 Hay actitud de respeto frente a las diferentes clases de tribus juveniles

0%

12%

24%

12%

24%

28%

1

2

3

4

5

NA

Gráfica Nº 35: un 76% de los estudiantes cree que sí hay una actitud de respeto frente a las diferentes tribus, mientras que un 24% cree que no es así. GRÁFICA Nº 36 en clase de educación religiosa se estudian las tribus urbanas

4%

0%

12% 28%

16%

40%

1

2

3

4

5

NA

La gráfica Nº 36 muestra que un 44% sí ha visto que se estudien, mientras que un 56% afirman no haber visto dicho tema en las clases de religión.

85