PROBLEMAS DEL ORIENTE MEDIO

Desde que se concluyó la segunda guerra mundial, el Oriente Me» dio reaparece, con una insistencia cada día mayor, en las noticias. Puede decirse, sin exagerar, que esta región es el punto neurálgico por excelencia de la política internacional. Cada día más, los observadores mejor informados expresan el sentimiento de que será en esta región demasiado poco conocida en donde ee decidirá, en último análisis la cuestión de saber si habrá o no una tercera guerra mundial. Así, pues, es muy natural y está justificado que se" dedique un gran interés hacia los Estados y los pueblos del Oriente Medio. Desgraciadamente, interés no quiere decir información. Y, si existe una región en el mundo acerca de la cual nuestros conocimientos sean peligrosamente insuficientes, ésa es, por supuesto, el espacio inmenso habitado por los pueblos del Islam. Ese vacío en los conocimientos aparece lleno, por desdicha, por una masa de informaciones inexactas y aun de prejuicios. Y desde hace mucho tiempo se sabe que nada hay más difícil de destruir que estos. De todo resulta un grave peligro para el Occidente, pues nos hallamos amenazados por este peligro supremo: el de establecer una línea de conducta basada en nociones falsas. Esta carencia de conocimientos no es de fecha reciente. La religión, la lengua y la cultura hacen que sea difícil el contacto. Además, el europeo apenas si tiene, en general, la probabilidad de visitar el Oriente Medio, pues las condiciones del viaje son penosas y múltiples las dificultades. Todo ello explica un hecho curioso de la historia política de estas últimas décadas. Pooc después de terminada la Primera Guerra Mundial se elevaron diferentes voces, cada vez más numerosas, que denunciaban los Tratados de paz firmados en las cercanías de París. Hombres como Winston Churchill hablaron, en un lenguaje casi bíblico, de los errores cometidos por Francia, Inglaterra y América. Un historiador francés bastante conocido, Jacques Bainville, en su libro Les conséquences poli-

OTTO DE AUSTRIA-HUNGRÍA

tiques de la paix, hizo un severo análisis del nuevo orden de cosas, y