PREFACIO PARA EL PROFESOR Este libro abre el camino para que sus alumnos descubran la Estructura de los Sonidos del Español. Las investigaciones lingüísticas han demostrado que, contrario a lo que pueda parecer, la secuencia de sonidos que percibimos cuando oímos a alguien expresarse oralmente no es una estructura unidimensional, sino que incluye múltiples niveles. En el nivel más elemental están los gestos articulatorios que componen los sonidos, tales como la abertura de la boca, el redondeamiento de los labios y la vibración de las cuerdas vocales que ocurren al pronunciar el sonido inicial de la palabra ¡Oye!. Informalmente, la composición de ese sonido podría verse del siguiente modo. Los sonidos lingüísticos se componen de gestos articulatorios o vibración de las cuerdas vocales redondeamiento de los labios abertura de la boca

También sabemos que, por encima de los sonidos individuales y los gestos que los producen, existen unidades de sonido mayores. Cuando hablamos, organizamos los sonidos en pequeños grupos que se llaman sílabas. En la expresión ¡O-ye!, es patente que existen dos sílabas. Reconocer la existencia de sílabas es importante porque la función que los sonidos desempeñan dentro de esta unidad es un determinante esencial de la manera como se pronuncian. Los hispanohablantes sabemos cuáles sonidos se pueden combinar dentro de la misma sílaba y en qué orden deben aparecer. Aunque este conocimiento es subconsciente, no es de ningún modo arbitrario, sino que está regido por principios naturales. El punto que nos interesa como instructores es cómo transmitir ese conocimiento a nuestros estudiantes en clase. Veamos un ejemplo concreto. Para explicar por qué los sonidos que forman la palabra macro se organizan en las sílabas ma-cro mientras que los sonidos que forman la palabra marco se organizan en las sílabas mar-co, la mayoría de los libros de pronunciación del español usan la siguiente regla. Si las dos consonantes que aparecen adyacentes dentro de la palabra pueden aparecer juntas al principio de una palabra, entonces es posible combinarlas dentro de la misma sílaba. El resultado es que, puesto que el español tiene palabras como cromo y crema, las consonantes cr que aparecen en ma-cro deben agruparse dentro de la misma sílaba. En contraste, como no existe ninguna palabra española que comience con la combinación rc, no es posible que estas dos consonantes se agrupen dentro de la misma sílaba en la palabra mar-co. Aunque esta estrategia puede ser pedagógicamente útil, la verdad es que está muy lejos de ser una explicación satisfactoria. Fíjese que lo único que logra es evadir la pregunta por medio de cambiar el foco de atención. ¿Qué hará usted como maestro el día que un alumno sagaz levante la mano y le pregunte: ¿Y por qué el español tiene palabras que comienzan con cr, pero carece de palabras que comiencen con rc? Dicho de otro

modo, ¿por qué cr es una combinación aceptable en el inicio de una sílaba pero rc no lo es? Ésa es la pregunta que un libro que provee respuestas como la anterior deja sin responder. Uno de los objetivos de este libro es proveer explicaciones razonadas a las preguntas que surgen cuando examinamos los sonidos y las combinaciones de sonidos que emplean los hispanohablantes para comunicarse. Estructura de los Sonidos del Español se propone brindarle al lector una base sólida en el campo de la fonética y la fonología españolas. Para esto, es necesario no limitarse a la descripción superficial de la pronunciación, sino que hay que investigar a profundidad el funcionamiento de los sonidos dentro del sistema de la lengua. Paralelamente, este libro busca describir, ilustrar y practicar las estructuras de sonido que el hablante no nativo necesita aprender a manejar para desarrollar una pronunciación cercana a la de los hispanohablantes nativos. El libro se compone de veinticuatro capítulos organizados en siete unidades. Como instructor, lo primero que usted notará al ojearlo es que el material provisto en los veinticuatro capítulos sobrepasa lo que es posible cubrir en el transcurso de un semestre con un grupo de estudiantes que toma un curso de lingüística por primera vez. Naturalmente, con alumnos que ya han tomado un curso de lingüística o que ya han desarrollado una buena competencia del español, será posible cubrir una mayor parte del libro. Ése también será el caso de un curso para alumnos con herencia hispánica, quienes ya tienen una pronunciación cercana a la de los hispanohablantes nativos, pero apenas están comenzando a aprender cómo analizar la lengua. De cualquier modo, en ninguno de estos casos es necesario que usted cubra en clase todos los veinticuatro capítulos del libro. Esto es porque algunos de los capítulos están concebidos para servir como extensiones de algunos de los temas que se tratan en los capítulos básicos. Mi recomendación es que la primera vez que utilice este libro, siga el siguiente plan. Plan A:

Capítulo 1: Capítulo 2: Capítulo 4: Capítulo 8: Capítulo 9: Capítulo 11: Capítulo 12: Capítulo 13: Capítulo 14: Capítulo 15: Capítulo 16: Capítulo 17: Capítulo 18: Capítulo 19: Capítulo 20: Capítulo 21:

Aspectos básicos de la comunicación La fonética y el alfabeto fonético Maneras de articulación Las sílabas del español Fonemas vs. alófonos Las vocales silábicas Las vocales no silábicas Convergencia de vocales Las semiconsonantes Las consonantes vibrantes Las consonantes laterales Las consonantes nasales Las consonates fricativas Las consonantes oclusivas sordas Las consonantes oclusivas sonoras Las consonantes africadas

Una vez que usted tenga la experiencia de haber utilizado estos capítulos, podrá considerar la posibilidad de seguir un plan más ambicioso, de acuerdo con el nivel de los estudiantes que tenga. Existen varias maneras de expandir el Plan A por medio de

ampliar el número de capítulos incluidos. A continuación aparecen tres planes adicionales, en los que el contenido del curso se incrementa de una manera lógica. Plan B:

Igual al Plan A, pero con la adición de los siguientes capítulos. Capítulo 3: Capítulo 7:

Plan C:

Igual al Plan B, pero con la adición de los siguientes capítulos. Capítulo 5: Capítulo 6:

Plan D:

Los órganos del aparato fonador La perceptibilidad de los fonos

Lugares de articulación Acción de las cuerdas vocales

Igual al Plan C, pero con la adición de los siguientes capítulos. Capítulo 22: Capítulo 23: Capítulo 24:

La palabra prosódica La frase entonativa El enunciado prosódico

El Capítulo 10 (Variación lingüística) es el único que no aparece listado en ninguno de los planes. Esto es porque quiero sugerirle que, sin importar cual sea el plan que usted escoja, utilice ese capítulo para que los estudiantes hagan presentaciones orales en clase durante la segunda mitad del curso. Una extensión de esta actividad puede ser que cada estudiante escoja uno de los países hispanohablantes y, luego de consultar la literatura, presente las tendencias fonéticas que caracterizan la pronunciación de ese país o de una región específica de ese país. Esta actividad permitirá que cada estudiante tenga la oportunidad de hacer su propia integración de la parte teórica y la parte práctica del curso. Una lista de los países hispanohablantes y las principales publicaciones disponibles sobre la pronunciación del español en cada uno de ellos se puede obtener en www.prenhall.com/estructuradelossonidos. Todo instructor experimentado sabe que cada grupo de alumnos tiene su propia dinámica y que la productividad que se puede obtener con un grupo de alumnos no es igual a la que se puede obtener con otros grupos. Aun dentro de un mismo grupo, habrá alumnos que absorben el material con mayor facilidad y rapidez que otros. Estructura de los Sonidos del Español empieza asumiendo que los estudiantes nunca han estudiado los sonidos del español y los guía paso a paso para que construyan progresivamente un conocimiento sólido de la estructura de sonido de esta lengua. Esto permite que los alumnos puedan explorar los capítulos por sí solos, de modo que quienes avanzan más rápido no tienen que limitarse a los temas que se discutan en clase, sino que pueden continuar su aprendizaje a su propio ritmo. Otra ventaja es que el instructor tiene la opción de sugerir a los estudiantes que tienen mayor dificultad con ciertos temas que consulten los capítulos más detallados. Tomemos como ejemplo el hábito que tienen los anglohablantes de usar aspiración para pronunciar las oclusivas sordas del español. Éste es un problema que algunos estudiantes tienen mucha dificultad en superar. Aunque este asunto recibe amplia atención en el capítulo dedicado a las consonantes oclusivas sordas (Capítulo 19), el instructor puede sugerirles a los estudiantes que tienen mayor dificultad con la tendencia a aspirar que estudien y hagan las prácticas del capítulo donde se explica detalladamente el funcionamiento de las cuerdas vocales (Capítulo 6). De igual modo, los

capítulos donde se describen detalladamente los órganos articuladores (Capítulo 3), los lugares de articulación (Capítulo 5), el acento (Capítulo 22) y la entonación (Capítulos 23 y 24) pueden seleccionarse como lecturas adicionales para alumnos más avanzados o para alumnos que necesitan explicaciones y prácticas adicionales. Uno de los retos más grandes que enfrentamos los maestros en el salón de clase es lograr que los alumnos participen activamente, lo cual es absolutamente indispensable cuando se trata de mejorar la pronunciación. Para maximizar el número de oportunidades que los estudiantes tengan para expresarse en español, es bueno que la presentación de los temas no la haga exclusivamente el instructor, sino que los estudiantes contribuyan. Con este fin, cada uno de los capítulos del libro viene complementado por un cuestionario que se enfoca en los conceptos claves. Asignar los cuestionarios como tarea, es una manera efectiva de lograr que los alumnos tengan preguntas y comentarios para hacer en clase. Si cada estudiante resuelve el cuestionario a medida que lee el capítulo en preparación para la clase, el instructor puede permitir que los estudiantes tomen turnos para hacer las preguntas y proponer respuestas. Sólo después de que uno o más estudiantes hayan ofrecido sus respuestas a la pregunta, debe el instructor intervenir para complementar o refinar la respuesta que sirva de modelo para toda la clase. Para tener acceso a los cuestionarios, visite www.prenhall.com/estructuradelossonidos. Una de las herramientas más útiles que acompañan al libro es el programa de animaciones por computador que aparece en www.prenhall.com/estructuradelossonidos. Los usos de este programa son múltiples. El instructor lo puede utilizar durante la clase para ilustrar gestos articulatorios o conceptos fonéticos que son difíciles de visualizar cuando se describen solamente con palabras. Si bien es cierto que el libro incluye numerosas imágenes, el programa por computador es indispensable para captar la naturaleza dinámica del proceso de articulación. El funcionamiento de los articuladores y los mecanismos que se emplean para producir las diversas clases de sonidos son mucho más fáciles de explicar y entender con la ayuda de las animaciones. Más aún, los estudiantes pueden utilizar el programa fuera de la clase para repasar, practicar y explorar el material por su cuenta.

Otro complemento esencial de los capítulos es la sección de PRÁCTICAS. Para cada capítulo se provee un número abundante de ejercicios. Algunas de las prácticas aparecen al final del capítulo, pero también hay prácticas adicionales que se encuentran en www.prenhall.com/estructuradelossonidos. Es importante animar a los estudiantes a que hagan todas las prácticas de los capítulos estudiados; sin embargo, no es necesario que todas las prácticas se discutan en clase. El instructor puede optar por hacer algunas

prácticas en clase y asignar otras como tarea. Las respuestas de los ejercicios se pueden consultar visitando www.prenhall.com/estructuradelossonidos. La mayoría de los capítulos tienen por lo menos una práctica que incluye un texto en español. Una manera de extender el uso de estos textos es asignarlos periódicamente como tarea oral. Los estudiantes pueden escuchar en casa la pronunciación del hablante modelo y practicar tantas veces como necesiten para desarrollar una pronunciación fluida y natural. Cuando estén listos, deben grabar su voz y entregar la grabación al instructor, quien podrá de esta manera evaluar el progreso que cada estudiante está haciendo. A través de esta actividad, el instructor también podrá identificar cuáles son las dificultades específicas que cada alumno está experimentando y recomendarle cuáles capítulos del libro debe estudiar con especial atención para superar el tipo de problema que tiene. La abundancia de muestras producidas por hablantes nativos les ofrece a los estudiantes la flexibilidad de no tener que depender del profesor para tener acceso a una pronunciación que les sirva de modelo. Estructura de los Sonidos del Español describe e ilustra las principales tendencias fonéticas características de los tres geolectos básicos en los que se puede dividir el mundo hispanohablante: el español terraltense, el español terrabajense y el español peninsular norteño. Debido a que su sistema de sonidos es relativamente más simple y transparente, la pronunciación que se ilustra con mayor frecuencia es la del español terraltense (usado en metrópolis como Bogotá y la Ciudad de México). Sin embargo, la pronunciación de los otros dos geolectos también está bien representada. Dependiendo del tema de que traten, los capítulos incluyen una sección de variación dialectal junto con ejercicios diseñados para practicar algunas de las tendencias dialectales más comunes. También es importante resaltar que Estructura de los Sonidos del Español utiliza consistentemente el Alfabeto Fonético Internacional (AFI). La tradición de usar diversos alfabetos fonéticos para representar los sonidos del español es una de las mayores causas de confusión, no sólo entre estudiantes, sino aun entre quienes nos dedicamos a hacer investigación en el campo de la lingüística hispánica. Para prevenir ese tipo de confusión, Estructura de los Sonidos del Español introduce una versión simplificada del AFI, en la que se incluyen solamente los símbolos fonéticos necesarios para representar los sonidos del español y sus dialectos. Además, como la mayoría de la literatura que los estudiantes encontrarán cuando lean trabajos sobre la pronunciación del español utiliza sus propios símbolos fonéticos, también es necesario proveer una tabla de equivalencias entre símbolos fonéticos del AFI y símbolos fonéticos utilizados en la literatura sobre lingüística hispánica. Junto con los demás materiales suplementarios, esta tabla de equivalencias se encuentra en www.prenhall.com/estructuradelossonidos. Sólo resta por decir que espero que el material teórico y práctico recogido dentro de Estructura de los Sonidos del Español sea una contribución que verdaderamente facilite su labor en la enseñanza de la fonética y la fonología españolas. Dr. Carlos-Eduardo Piñeros University of Iowa