XIII Encuentro de Historiadores Antárticos Latinoamericanos. Argentina / Ushuaia / 28 al 31 de octubre del 2013 Título: Perón y la Antártida: pesca y soberanía. La piscicultura como política de Estado durante el primer peronismo Title: Peron and Antarctica: fishing and sovereignty. Aquaculture as state policy during the first Peronist Autores: Julia Rivas / Pablo Vázquez País: República Argentina Grado Académico: Estudiante de la Licenciatura en Museología de la Universidad Nacional de Avellaneda / Licenciado en Ciencia Política (UAJFK); Docente en UNLZ / UCES. Pertenencia Institucional: Instituto Nacional Eva Perón / Instituto Nacional Manuel Dorrego Correo: [email protected] / [email protected] Este trabajo explora sobre la piscicultura durante el primer gobierno de Perón, en el marco del Primer Plan Quinquenal, como política de Estado. En particular en lo concerniente a la actividad pesquera en la zona de la Antártida y mar austral. La industria pesquera nacional no tuvo el suficiente desarrollo acorde con la riqueza que el mar argentino ofrecía. El Primer Plan Quinquenal, implementado por el Presidente de la Nación, Juan Domingo Perón, de 1947 a 1951 1, incluyó no solo la exportación de productos del campo, sino que pensó en el mar. Inicialmente se creó la ley de pesca y caza marítima, además se contemplaron los aspectos de la industria y las cuestiones de orden biológico y técnico, indispensables para crear un régimen racional de explotación oceánica. Se impulsó, entre otros ítems, un registro para organizar y fiscalizar todas las actividades de pesca y caza marítima, liberar de derechos aduaneros elementos de trabajo necesarios para la industria pesquera, y crear escuelas de pesca para la formación de equipos técnicos. Además se efectuaron estudios, sobre todo en la zona antártica y de mar austral, para valorar la explotación de las distintas especies, amén de establecer las medidas de protección que se requiriesen y el acondicionamiento de buques oceanográficos para enriquecer el conocimiento de la fauna y flora autóctona. Sobre estas premisas examinamos periódicos, investigaciones y publicaciones oficiales en general, que se hayan destacado en esos años, sobre la citada temática. Dado que no abundan los estudios del tema en el período histórico abarcado, nos parece importante seguir la pista del mismo a fin de realizar un análisis que abra nuevas perspectivas. Pesca en la Argentina La Argentina se halló ante las bondades del campo al alcance de su mano. País eminentemente agroexportador de productos agrícolas y ganaderos fue poca la importancia dada desde esferas oficiales a nuestros ríos y mares en cuanto a la producción ictícola. 1

Ver Vázquez, Pablo (estudio preliminar), Juan Perón: Manual del Peronista, Buenos Aires, Fabro, 2009.

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En particular las normativas al respecto, antes del advenimiento del peronismo y hasta el golpe de 1955, son pocas y dispersas, a saber: - Ley de 22 de octubre de 1821: Establece entre otras disposiciones y en relación a la pesca en la costa patagónica que los naturales y vecinos de la provincia podrá exportar o introducir en cualquier punto de ella y reexportar libre de todo derecho los productos de la pesca, igualmente que los de la caza de anfibios en al costa patagónica en buques nacionales. Si lo hiciere en buques extranjeros, pagaran un peso por tonelada a su salida de aquella costa. - Ley 453 de 18 de agosto de 1871: Declara libre la explotación de guano de las islas y costas patagónicas. - Ley 1.055 de 9 de octubre de 1880: Deroga la anterior y prohíbe en la costa patagónica e islas adyacentes la pesca e general y al extracción de guano, a menos que exista permiso del gobierno (…) - Decreto de 18 de septiembre de 1907: Reglamentario de la ley 1.055, de determina que la pesca es libre, sujetándose a los requisitos que enuncia, casi todos vinculados con la naturaleza y características de las artes de pesca que se utilicen en la captura. (…) el Poder Ejecutivo se reserva la facultad de excluir de la explotación pública ciertas extensiones de mar territorial para proteger la multiplicación de las especies y la de establecer… una época de veda… Se prohíbe la pesca marítima con fines lucrativos en el mar territorial – cuyo ancho se fija en 10 millas – a toda embarcación que no sea de matrícula nacional… - Decreto de 21 de septiembre de 1907: esta norma dispone, a los efectos aduaneros, los productos de la pesca que sean recogidos en el mar fuera de las aguas territoriales, serán considerados como productos nacionales por analogía del principio de Derecho Internacional Público y Privado. - Decreto de 16 de abril de 1909 y resolución del ministerio de Agricultura de 4 de julio de 1909: Reglamenta la industria de la pesca y el otorgamiento de concesiones o permisos de pesca en el litoral marítimo (…) - Decreto de 4 de agosto de 1914: se prohíbe en todos los casos el uso de cualquier explosivo Para la pesca en aguas de uso público. - Ley 9.475 de agosto de 1914: Reglamentario de la Ley 9.475 sobre la pesca marítima, divide la pesca en marítima y costera, entendiéndose por esta última la que se realiza dentro de las 3 millas marítimas (…). - Decreto 70.151 de 2 de noviembre de 1935: Con el objeto de garantizar una mejor elaboración de industria conservera del pescado, se reglamentan por este Decreto las denominaciones, registros de establecimientos productores, envases y demás requisitos, - Decreto 92.041 de 8 de octubre de 1936: Reglamenta el ejercicio de la pesca marítima de altura. - Decreto 100 de19 de febrero de 1937: Precisa normas a las que deberán ajustarse los permisionario - Decreto 112.997 de 28 de agosto de 1937: Se prohibe el empleo, en aguas de uso público, aparatos, artefactos y máquinas de pesca que no hayan sido probadas por el Ministerio de Agricultura. - Decreto 125.258 de 11 de febrero de 1938: Reglamenta la caza de ballenas

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Decreto 7.368 de 7 de julio de 1938: establece la necesidad de contar con un permiso otorgado por el Ministerio de Agricultura para efectuar operaciones de pesca. Decreto de 7 de julio de 1938: Ordena la apertura de un registro de empresas permisionarias de la pesca de altura decreto 9.855 de 10 de agosto de 1938: Establece que la exportación de productos conservados de la pesca puede realizarse en envases de más de 12 kg neto de capacidad (…) Decreto 86.739 de 17 de marzo de 1941: Mediante esta norma el Poder Ejecutivo autoriza la exportación de anchoa en salmuera con cinco meses de salazón. Decreto 148.119 de 19 de abril de 1943: El Poder Ejecutivo Nacional dicta este Decreto para limitar los continuos atentados que se cometían contra la rica fauna ictícola de nuestros mares y ríos, debidos a la pesca irracional… este decreto comienza definiendo, en sus primeros artículos, los siguientes conceptos básicos: Acto de Pesca: cualquier operación realizada en aguas, playas, costas, riberas o puertos con el objeto de aprehender peces, moluscos, crustáceos y otros animales acuáticos (excluidos cetaceos, pinnipedos y aves marinas) de valor económico y con fines comerciales o deportivos, así como el aprovechamiento de lechos, fondos, playas y riberas para la cría, reproducción y difusión de los mismos. Caza Marina: comprende cetáceos, pinnípedos y aves marinas, sus lugares de cría y procreación, así como los yacimientos de guano de los mismos. Pesca de Agua Dulce: la que se ejerce en ríos, arroyos, estuarios, lagos y lagunas, Pesca Marítima Costera: la que se practica dentro del límite de las 12 millas desde la costa, contadas desde las más bajas mareas Pesca Mayor: más allá de ese límite, incluyendo la desembocadura del Río de La Plata. Decreto 11.271 de 13 de octubre de 1943: Reglamenta la habilitación de establecimientos que elaboren aceites, harina o guano y otros subproductos de pescado, no destinados al consumo humano. Decreto 13.617 de 12 de noviembre de 1943: Reglamenta el funcionamiento de los establecimientos que elaboran o conservan, por cualquier procedimiento, productos de la pesca. Decreto 9.267 de 1 de abril de 1946: Faculta a la Dirección de Piscicultura, Pesca y Caza Marítima a extender permisos provisorios para efectuar pesca marítima costera por sesenta días mientras dure la tramitación del definitivo… Resolución 1.788 ministerio de Agricultura de 3 de octubre de 1946: Se prohíbe en todo el Litoral Atlántico la pesca de ejemplares de tiburón de las especies cazón y gatuzo, cuyo largo total sea menor de 80 cm. Resolución 3.219 ministerio de Agricultura de 19 de diciembre de 1946: Establece medidas de las redes a utilizar en la costa marítima de los territorios nacionales del sur. Resolución 2.798 ministerio de Agricultura de 20 de septiembre de 1947: Prohíbe arrojar partes o despojos resultantes de la evisceración o

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aprovechamiento de los pescados en playas, riberas, puertos o cualquier otro lugar de dominio público. Decreto 16.204 de 17 de abril de 1949: incluye en los términos del decreto 9.267 a la pesca marítima de altura. Decreto 16.912 de 21 de julio de 1949: amplía el concepto de ”acto de pesca”. Ley 13.908 y decreto reglamentario 15.501 de 1950: entiende lo vinculado a lacaza y protección de la fauna. Decreto 19.334 de 14 de septiembre de 1950: dispone que se mantenga en vigor las disposiciones dictadas a la fecha en materia de caza. Resolución 1.993 ministerio de Agricultura y Ganadería de 15 de septiembre de 1950: fija las normas para la recolección de algas. Decreto 17.088 de 30 de agosto de 1951: faculta al Ministerio de Agricultura a autorizar la importación y exportación, transporte, siembra de huevas y cría de peces. Decreto 13.339 de 18 de diciembre de 1952: suspende los efectos del art. 6 del decreto 148.119/43, vinculado con la ocupación del pernas nativas en las actividades propias de la pesca”. 2

I Plan Quinquenal Perón proyectó, bajo los lineamientos del Consejo Nacional de Posguerra, I Plan Quinquenal y el inconcluso II Plan Quinquenal, un capitalismo social de Estado con estatizaciones, nacionalizaciones de los servicios públicos y la riqueza de la Nación, centralizando las decisiones políticas y distribuyendo la riqueza en manos de los trabajadores, siendo los ejes del desarrollo del modelo justicialista. 3 En agosto de 1944 se le encomendó, en su carácter de vicepresidente, la dirección superior de los estudios sobre ordenamiento social y económico del país y creó como su órgano consultivo: el Consejo Nacional de Posguerra. Se integró dicho organismo con los secretarios de Trabajo y Previsión, de Industria y Comercio, los subsecretarios de los ministerios de Relaciones Exteriores, Agricultura, Hacienda y Obras Públicas y otros funcionarios. La secretaría general recayó en el consejero técnico de la Vicepresidencia, Dr. José Figuerola. Tuvo como misión proponer la coordinación, planificación y ejecución de todo lo referente a cuestiones de carácter social y económico. A partir de enero de 1945, realizaron estudios para proyectar y financiar un volumen de obras públicas a ejecutarse en cinco años; y la fijación de lineamentos generales y orden de prelación para la programación de trabajos públicos del gobierno nacional, los provinciales y municipales. También para encaminar el sector no público, se dispusieron estudios a fin de evitar intentos inflacionistas y al CNPG le cupo intervenir en la fijación de precios máximos y salarios. En agosto de 1945 se le encomendó preparar un plan mínimo de acción para el período de posguerra, a ejecutar en cinco años. La acción del 2

Subsecretaría de Pesca, Compilación Legislación Pesquera, Buenos Aires, Secretaría de Estado de Intereses Marítimos, 1980, pp. 5 – 21. 3 Vázquez, Pablo, El General tuvo un plan: De Pueyrredón a Perón. Apuntes sobre la planificación estatal en Argentina. (1º parte), publicado en http://pabloadrianvazquez.blogspot.com.ar/2013/03/el-general-tuvo-un-plan-de-pueyrredon.html

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CNPG constituyó el núcleo operativo del primer organismo argentino de planificación, que se proyectó durante más de diez años en la Secretaría Técnica de la Presidencia en 1946, con sus evoluciones en la Administración Pública. Los acontecimientos de octubre de 1945, con el alejamiento de coronel Perón de las funciones públicas que detentaba, inactivaron el CNPG. No obstante, celebradas las elecciones del 24 de febrero de 1946, que lo consagraron Presidente de la Nación, en el lapso que transcurría hasta la asunción del cargo, Figuerola y Miranda, prepararon un paquete de medidas de orden financiero, bancario, crediticio y monetario. A principios del segundo semestre de 1946, la Secretaría Técnica de la Presidencia comenzó a preparar un Plan de Gobierno para el período quinquenal comprendido por los años 1947 y 1951. En la Tercera conferencia sobre de prensa sobre el Plan Quinquenal, del 4 de octubre de 1946, Perón se explayó sobre el tema de la Piscicultura: “Contamos con extensas costas marítimas y, sin embargo, seguimos comiendo sardines à l’ huile. Tenemos todos los sustitutos de los pescados que se envasan en otras partes; en nuestras costas la pesca de sardinas y camarones sería abundantísima. Hay días en que el barco navega por el sur en medio de una masa de camarones. Yo lo he visto. Otras veces, después de una tormenta, las playas aparecen blancas de sardinas. Son riquezas totalmente inexploradas. No hay ningún país del mundo que tenga un pez tan fino como el pejerrey, por eso lo llaman “pejerrey”. En Europa se lo tiene que pagar en los restaurantes a precios prohibitivos. No hemos encontrado todavía la forma de industrializar esta riqueza que abunda en nuestros lagos y lagunas y seguimos a la criolla, comiendo cuanto pescamos. Debemos organizar los estudios oceanográficos necesarios para desarrollar nuestra industria pesquera envasando pescado de todos los tipos. El único que lo ha hecho hasta ahora es el señor Miranda, que hace envasar el bonito, que es atún perfecto, y otro pescado que es sustituto del salmón”. 4 El Plan Quinquenal se anunció en el mensaje presidencial del 19 de octubre de 1946 como "Proyecto de Ley" que se iba a enviar a la Legislatura, donde el art. 1º daba el "Plan de Realizaciones e Inversiones" y desarrollaba diversos proyectos de ley. El plan planteaba la necesidad de prever y codificar en un solo cuerpo el conjunto de medidas que afectaban la exportación y la importación. Descentralizaba y diversificaba la industria formando nuevas zonas productivas; emplazándolas adecuadamente en función de las fuentes de energía naturales, las vías de comunicaciones, los medios de transporte y los mercados de consumidores. El anuncio de la ley para el IPQ deparó la sanción y ejecución de casi treinta leyes, donde se destacó – para la materia de este trabajo – la Ley de Pesca y Caza Marítima. La pesca en las publicaciones oficiales

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Perón, Juan Domingo, Obras completas, Tomo VIII, Buenos Aires, Fundación Pro Universidad de la Producción y el Trabajo y Fundación Universidad a Distancia Hernandarias, 1997, pp. 359 – 360.

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Aún así fue ardua la tarea de cambiar el eje de las prioridades agropecuarias tradicionales y prestarle más atención a la explotación marítima en la arte de difusión y publicaciones oficiales. Las referencias fueron escasas en La Nación Argentina, Justa, Libre y Soberana, editada por la Subsecretaría de Informaciones, de 1950, donde entre gráficos y dibujos se pondera la zona austral; también lo fue en Síntesis Geográfica de la República Argentina, del SIPA, de 1952; y en Soberanía Argentina en la Antártida, editada por la Comisión Nacional del Antártico, de 1947, se profundizó solamente en la cuestión de la industria ballenera. 5 En el Almanaque 1951 – 1952 del ministerio de Agricultura y Ganadería, de donde dependía Dirección General de Pesca y Conservación de la Fauna, se hacía fuertemente hincapié en la cuestión rural, minimizando la explotación en la “pampa marítima” y sólo relevando fotográficamente, con sus respectivos epígrafes, el “fomento ictícola” en viveros de salmónidos de San Carlos de Bariloche. 6 En cuanto a Argentina en Marcha, también editada por la Subsecretaría de Informaciones en 1950, hay un par de referencias para sendas fotos propagandísticas, donde se afirmó: “La producción pesquera argentina constituye una fuente de riqueza de incalculable valor económico. El gobierno ha dispuesto oportunas medidas tendientes a facilitar la explotación industrial de la pesca, habiendo extendido las mismas, por otra parte, a la siembra de peces en lagos y lagunas, en los embalses de los diques y en todos los arroyos y grandes ríos que surcan el inmenso país”. Mientras que la segunda imagen tuvo como epígrafe: “Entre las sanas previsiones de gobierno para el mejor aprovechamiento de las fuentes naturales de riqueza del país, antes libradas a la suerte o a la explotación incontrolada de particulares, merece mención especial el fomento racional de la pesca industrial y como deporte. Nutridas siembras de las mejores especies se hicieron en ríos y lagos, como en el embalse de Río Tercero (Córdoba). La Argentina tiene actualmente una moderna legislación pesquera”. 7 Más específico fue el folleto La Pesca en la Argentina, del SIPA, de 1952, donde se hace un desarrollo sobre la pesca deportiva y la pesca de altura con proliferación de fotos y epígrafes favorables a la acción gubernamental. 8 Riqueza Pesquera En un estudio de la época, Carlos A. Warren afirmó que: “Lo verdaderamente lamentable, lo que no tiene una explicación correcta, lo que no comprende ni el economista, ni el observador menos versado en estas materias, es por qué regla de tres, por qué suicida razón, por qué mal entendido gubernamental, nada se hizo hasta ahora para arrancar de las esmeraldas del piélago, de la mansa laguna o el turbulento río, la abundancia providencial de los tesoros vivos de sus aguas vírgenes. La desidia, el 5

Comisión Nacional del Antártico (con nota preliminar del Presidente de la Nación General Juan Perón), Soberanía Argentina en al Antártida, 2ª edición, Buenos Aires, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, 1948, pp. 29 – 35. 6 Ministerio de Agricultura y Ganadería, Almanaque 1951 – 1952, Buenos Aires, Ministerio de Agricultura y Ganadería, 1951, pp. 214 – 216. 7 Argentina en Marcha, Buenos Aires, Subsecretaría de Informaciones, 1950, pp. 163 - 164. 8 Ver La Pesca en la Argentina, Buenos Aires, SIPA, 1952

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abandono, esa aldeana y rústica concepción de la vida, ese dar la espalda al mar, fuente de vida, camino abierto a todas las esperanzas, fue el espíritu que animó, como un fuego fatuo lastimoso, el torpe sentido de los gobiernos padecidos por el noble pueblo argentino. Pero no podía continuar tal estado de cosas; no podía obligarse al pueblo a pagar por seis sardinas en lata dos pesos, mientras en las bahías del sur argentino se contaba con millones de toneladas de tan apreciados peces que podían agarrarse a bragas enjutas. Pero para eso el providencial destino de una nación, en busca de horizontes, tuvo que contar con nuevos hombres, con nuevos argentinos de más clara visión, de un más depurado patriotismo, de una voluntad de ser y de crear riqueza propia para que el panorama árido y desolador de unas costas yermas, tristes, silenciosas, donde sólo las aves ponían sus blancas cruces fugaces, se convirtiera en un vivo y dinámico bullir de velas blancas, de motores ruidosos y que sobre el mar lanzaran sus penachos las rápidas embarcaciones de altura. La plataforma marítima nacional, extensísima, contiene numerosas clases de peces de las más preciadas especies. Entre ellas se encuentran, como más dignas de mención por su valor alimenticio e industrial: la merluza, la pescadilla, la corvina, la anchoíta y algunas variedades del tiburón cuyo hígado es tan rico en vitaminas. Los mariscos son abundantes, y entre ellos se destacan: las ostras, los mejillones, las almejas, etc. Entre las variedades finas, debemos mencionar las anchoas, el bonito, el pez limón, la brotóla, el besugo, el congrio, el lenguado y el pejerrey. Los langostinos de la Argentina están reconocidos como de los más suculentos y apreciados del mundo. (…) Todo esto ofrece tales florecientes perspectivas de futuro que en el Plan Quinquenal se contemplan medidas que han de desarrollar estas faenas en un más técnico y racional sentido. (…) En la Argentina el consumo de pescado nunca ha sido grande. La abundancia de trigo, carne, leche y verduras hizo que no se prestara mucha atención a dicho complemento ideal de toda alimentación correcta. Actualmente el promedio de consumo por habitante y año oscila alrededor de 3,5 kilogramos. Siendo el pescado uno de los alimentos de más eficiencia nutritiva, y sus propiedades fosfóricas componentes vitales para el organismo humano, y teniéndolo a mano en inmensas proporciones, es lógico que se adopten las medidas para no dejar en olvido tan elemental recurso que tan pródiga concede la naturaleza a la favorecida tierra argentina. La movilización de todas las fuerzas de la Nación, el desarrollo de sus medios de transporte, la implantación de fuentes de energía y todas las estupendas medidas de este formidable plan de recuperación y ordenamiento de las riquezas naturales hará posible, sin género de dudas, imprimir un vigoroso impulso al incremento de la pesca y su industrialización, sobre todo en el ramo de conservas, que al contar con mejores aceites, cuya explotación en las clases finas va en aumento, las hará tan solicitadas como las extranjeras. Es por esto que entre los diferentes tópicos que abarca el Plan Perón no podía faltar, como no falta en ningún orden del mismo, la correspondiente atención a este renglón tan importante, que forma una base excepcional de la riqueza en reserva de la Argentina.

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Antes de esbozar las medidas de fomento dedicaremos unas líneas a la caza marítima que forma parte de dicha explotación”. 9

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Warren, Carlos, Emancipación Económica Americana, Tomo I, Argentina, Buenos Aires, Estadigraph, 1948, pp. 371 – 375.

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Pesca en la zona austral Continuando con el análisis de Warren, el nos dice que: “El tercer factor del renglón pesquero lo constituye la caza marítima en el Antártico, cuya provechosa explotación por parte de la Argentina hubiera podido ser una magnífica realidad desde hace casi un siglo. Con un mapa a la vista se comprueba, con el espíritu sereno del que rige su juicio por la verdad geográfica, que la influencia y soberanía de la Nación Argentina corresponde a una zona de triángulo esférico que llega hasta el mismo Polo (…). La Argentina brindó siempre su generosa cooperación no sólo por su deber de estar alerta en sus dominios geográficos, sino también como exponente de conducta hecha de gestos altruistas y dignos de un señorío espiritual puesto siempre al servicio de la ciencia y de la humanidad en genera!. En nuestro concepto, nadie más que los dos países hermanos Chile y Argentina, extremos del mundo habitado que hincan sus últimas tierras en los mares del continente hasta hace poco desconocido, pueden disputar en fraternal unión esa región desolada pero, al parecer, guardadora celosa de riquezas minerales de suma importancia (…) El Gobierno Perón, atento a todo aquello que atañe directamente a la salvaguarda de los derechos indiscutibles de su pueblo en esta emergencia, en que varios países se habían lanzado en nutridas expediciones a explotar dichas alejadas tierras con propósitos no determinados, ofreció la solución más humana y simpática: celebrar una conferencia Internacional del Antártico y organizar estudios científicos… El último viaje del almirante Byrd actualizó a principios de 1947 la curiosidad del mundo entero en cuanto a dicha zona austral, y alrededor de su expedición, dotada de los elementos más modernos y con los procedimientos más científicos descubiertos hasta el momento, se hicieron muchas conjeturas. (…) el General Perón, en su vigilancia absoluta de todo lo que representa un factor de progreso y bienestar para el país, y deseoso de que dichas explotaciones lleguen al máximo de eficacia, ha fomentado la adquisición de barcos, y es su único afán impulsar un sector de la economía nacional que tantos beneficios de toda índole proporcionará a su pueblo”. 10 En cuanto a los datos sobre pesca aportó los siguientes: “El aporte de la caza marítima subió del 28 % en 1940 al 34 % en 1945… Las cifras siempre crecientes de la industrialización de sus productos, hacen entrever las posibilidades económicas, una vez que se atienda debidamente a sus necesidades técnicas de explotación. La mayor parte de la industria ballenera se desarrolla en mares situados al sur del continente americano y sobre todo en la Antártida, cuya soberanía, en cuanto a su zona de influencia, tiene bien definida la Argentina. (…) Si las actividades de la industria ballenera de 1946 se multiplicaron comparadas con las del año 1945, fue esto posible por la acción decidida y enérgica del Gobierno, que dio a la única compañía argentina que explota con seis balleneros en la Isla Georgia la caza marítima, el apoyo moral y material necesario, al librarla de los impuestos que pagaba a Inglaterra y concederle para sus exportaciones el tipo de cambio preferido, conferido también a otras industrias de interés nacional.

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Warren, Carlos, Op. Cit, pp. 375 – 376.

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Como resultado de este estímulo, es justo que lo destaquemos debidamente, la citada compañía se comprometió a poner en función un barco factoría de 30.000 toneladas y a instalar un astillero. El barco-factoría en cuestión se construye en Inglaterra, en uno de sus más importantes astilleros, y según la Compañía Argentina de Pesca S. A. — que así se llama la que nos ocupa —, será la más grande de las unidades… El nombre de la nave, en homenaje al propulsor de estas actividades, será el de "Juan Perón", pues el gran estadista encaró el problema con su clara visión de patriota auténtico, defensor íntegro del patrimonio de los argentinos”. 11 En materia jurídica y administrativa el gobierno peronista realizó los siguientes aportes: “… establecimiento de las zonas pertinentes de servidumbre pesquera y cazadora, el ordenamiento de medidas protectoras para la conservación de la reserva ictiológica autóctona, la organización de estudios oceanógraficos y el fomento de la industria pesquera. Para favorecer la mayor difusión de las labores pesqueras y protegerlas debidamente, se rebajan los derechos de importación de los implementos que no se fabrican en el país, y que son de ineludible necesidad. Se crean al mismo tiempo escuelas de pesca para la formación de elementos técnicos a fin de lograr una mejor racionalización de dichas explotaciones; fomentando además la inmigración de trabajadores del mar, dado el reducido número de pescadores existentes. Estudios limno-biológicos directamente relacionados con la piscicultura, ayudarán al conocimiento de esta materia, así como al de los ambientes y comprobaciones de sus poblaciones ícticas, y tenderán al máximo aprovechamiento de las aguas fluviales y lacustres a fin de propender, con la difusión de especies útiles, a sustanciar los problemas inherentes a la alimentación del hombre, al desarrollo industrial y comercial, íntimamente ligado a la faz económica y al solaz turístico deportivo. La instalación de cámaras frigoríficas, la provisión adecuada de hielo a los barcos de pesca marítima y la organización de transporte y venta en todo el país, son otros tantos puntos del programa de trabajo. Para asegurar el cumplimiento de las leyes sancionadas se crea una organización administrativa especial, aparte del llamado Cuerpo de Guarda pescas, que con un carácter de policía especializada ha de velar por el mantenimiento y conservación de las zonas pesqueras puestas bajo su custodia. Todo esto justifica plenamente la inversión de doce millones de pesos, de los cuales se invierten dos millones de pesos para la organización de las dependencias administrativas y diez millones para estudios científicos y técnicos, escuelas e institutos de pesca, cuerpo de guardapescas, mercados y cámaras frigoríficas, adquisición de un buque oceanógrafico, creación de estaciones marítimas, hidrobiológicas y de piscicultura, laboratorios tecnológicos, acuarios y demás medidas. La prosecución de la labor emprendida se asegura mediante recaudaciones especiales relacionadas con la explotación de la riqueza pesquera, de acuerdo con las reglamentaciones que se establecerán oportunamente”. 12 11 12

IBIDEM, p. 377 – 378. IBIDEM, p. 379 -380

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A modo de conclusión Un factor importante en la cuestión que detallamos la constituyó la intervención estatal en materia de producción, comercialización, industrialización y materia crediticia, según lo estudiado por Carlos Engelbeen. Este estudio se realizó en los albores del II Plan Quinquenal. Es así que en el primer punto se puede encontrar estos items: “a) Estudios oceanógraficos e hidrobiológicos: Una tarea sobre la cual es preciso insistir es la de los estudios y las investigaciones oceanográficas e hidrobiológicas. En el Museo Argentino de Ciencias Naturales tenemos hombres de ciencia que siguen día a día los progresos de la oceanografía y de la hidrobiología en los países más adelantados (…) b) Barcos, artes, repuestos mecánicos: (…) Para un aprovechamiento racional de la riqueza pesquera se precisan medios de producción, barcos, artes, motores, equipos para las industrias derivadas, la producción de conservas, de aceite y de harina de pescado, de productos farmacéuticos, y repuestos para los mismos. Estos medios tienen que ser lo mejor de lo que puedan, ofrecer los países adelantados. (…) c) Puertos de pesca: el arreglo y la instalación de un puerto pesquero tiene que corresponder a necesidades que difieren completamente de un puerto mercante… d) Escuelas de pescadores y de técnicos e) Estatuto de la pesca”. 13 Tras los avances considerables en el I Plan Quinquenal, en materia de pesca, se vio un cambio notable. La crisis económica de principio de los ’50, el ajuste en el Plan Económico de 19532 y los planteos más conservadores en materia agraria del II Plan Quinquenal hicieron preveer un freno del impulso inicial en materia ictícola. Aún así en el plan ecónomico citado hay un capítulo especial al la reorientación del consumo de pescado en la población argentina, esto acompañado de conceptos sobre economato y difusión masiva desde medios de comunicación y hasta en revistas partidarias como en Mundo Peronista. 14 Sin embargo no se pudo torcer el gusto del consumidor y tampoco hubo mucha energía, como en el primer gobierno, para retomar la senda en cuanto a la cuestión de la pesca. Los sucesos de 1955 terminaron con la experiencia y la Revolución Libertadora viró a un programa clásico agroexportador. Sin embargo rescatamos el impulso inicial de Perón en materia pesquera y que, de paso, reforzó la presencia argentina en el mar austral, colaborando con la obra soberana en nuestro territorio antártico. Queda mucho por estudiar sobre este tema, que ha pasado desapercibido para la historiografía de años atrás, por lo que esperamos que nuestro abordaje exploratorio dispare otras futuras investigaciones.

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Ver Engelbeen, Carlos H, La pesca marítima en la Argentina. Pasado, presente, porvenir, Buenos Aires, Librería del Colegio, 1954 14 Panella, Claudio, Mundo Peronista (1951 – 1955). Una tribuna de doctrina y propaganda, en Panella, Claudio y Korn, Guillermo (Compiladores), Ideas y Debates para La Nueva Argentina. Revistas culturales y políticas del peronismo (1946 – 1955), La Plata, Ediciones de Periodismo y Comunicación de la UNLP, 2010.

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Bibliografía Argentina en Marcha, Buenos Aires, Subsecretaría de Informaciones, 1950, pp. 163 - 164. Comisión Nacional del Antártico (con nota preliminar del Presidente de la Nación General Juan Perón), Soberanía Argentina en al Antártida, 2ª edición, Buenos Aires, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, 1948, pp. 29 – 35. Engelbeen, Carlos H, La pesca marítima en la Argentina. Pasado, presente, porvenir, Buenos Aires, Librería del Colegio, 1954 La Pesca en la Argentina, Buenos Aires, SIPA, 1952 Ministerio de Agricultura y Ganadería, Almanaque 1951 – 1952, Buenos Aires, Ministerio de Agricultura y Ganadería, 1951, pp. 214 – 216. Panella, Claudio, Mundo Peronista (1951 – 1955). Una tribuna de doctrina y propaganda, en Panella, Claudio y Korn, Guillermo (Compiladores), Ideas y Debates para La Nueva Argentina. Revistas culturales y políticas del peronismo (1946 – 1955), La Plata, Ediciones de Periodismo y Comunicación de la UNLP, 2010. Perón, Juan Domingo, Obras completas, Tomo VIII, Buenos Aires, Fundación Pro Universidad de la Producción y el Trabajo y Fundación Universidad a Distancia Hernandarias, 1997, pp. 359 – 360. Subsecretaría de Pesca, Compilación Legislación Pesquera, Buenos Aires, Secretaría de Estado de Intereses Marítimos, 1980, pp. 5 – 21. Vázquez, Pablo (estudio preliminar), Juan Perón: Manual del Peronista, Buenos Aires, Fabro, 2009. Vázquez, Pablo, El General tuvo un plan: De Pueyrredón a Perón. Apuntes sobre la planificación estatal en Argentina. (1º parte), publicado en http://pabloadrianvazquez.blogspot.com.ar/2013/03/el-general-tuvo-un-plan-depueyrredon.html Warren, Carlos, Emancipación Económica Americana, Tomo I, Argentina, Buenos Aires, Estadigraph, 1948, pp. 371 – 375.

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